Territorio e Inteligencia Territorial-Introduccion
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TERRITORIO E INTELIGENCIA TERRITORIAL Geografías, saberes, ciencia y transformación
Dr.Horacio BOZZANO UNLP-CONICET
En las tres últimas décadas, los conceptos de territorio y otros afines, tales como espacio
geográfico, región, ciudad o lugar, han sido objeto de notables avances en materia de
producción de conocimiento científico. En gran medida ello vino de la mano del
reposicionamiento del status científico de la Geografía en el concierto de las Ciencias
Sociales. El rescate de tradiciones geográficas nomotéticas e idiográficas milenarias
entre los geógrafos, sumado a calurosos debates entre perspectivas neoclásicas, críticas
y fenomenológicas, muy presentes en publicaciones íconos de la producción geográfica
como Antipode, Herodote y Geo-Crítica, entre otras, constituyeron un fecundo
laboratorio de fortalecimiento de nuestro status como ciencia. Maestros como Pierre
George (1974, 1983), Milton Santos (1980, 1996, 2000a, 2000b), David Harvey (1983,
2002), Edward Soja (1997), Claude Raffestin (1983), Yi Fu Tuan (1998, 2001), entre
muchos otros, tuvieron mucho que ver con buenos aires en las Nuevas Geografías.
Sin embargo, un nuevo modo de conocimiento científico (Gibbons et al, 1997)
transdisciplinario y abierto asimismo a saberes de otros actores no científicos (Freire,
1980, 1998; Ayllón et al, 2007) y a sus interfaces (Long, 2007), está demostrando que si
bien la Ciencia Geográfica tiene tal vez el más rico de los legados en la cuestión
territorial, no sólo no es la única disciplina, sino que está en condiciones de co-construir
con categorías de análisis de otras disciplinas un macro-concepto de territorio que sea
útil de transformación -más allá del mundo científico- en conciencias, en acciones y en
objetos en otros mundos: institucionales, comunitarios, empresariales.1 No son muchos
los macro-conceptos que puedan preciarse de inclusivos de un buen número de otros
conceptos operacionales útiles en el quehacer cotidiano de la investigación: sociedad,
ambiente, trabajo y transformación estarían en esta breve agenda.
Las ciencias sociales hoy tienen urgentes desafíos. El Planeta y la Humanidad en jaque,
estarían más que satisfechos si las Ciencias Sociales produjeran algún resultado
concreto que demuestre que son más importantes sus respuestas a la pobreza, la miseria
y la falta de trabajo, a las 100 mil personas que mueren cada día de hambre o por
enfermedades o a las continuas agresiones al Planeta, que los debates científicos sobre
objetos de investigación disciplinares o transdisciplinares que no logran escapar de un
comportamiento científico más endogámico y discursivo que abierto a una nueva
ciencia. Nos referimos a una ciencia social emancipatoria que pueda imaginar –
invisionar- y a la vez estar en condiciones reales de dar respuestas a utopías reales
(Wright, 2009). Así como –referido a un estado nacional- el presidente Roosevelt
encomienda a Vannevar Bush (1944) una iniciativa colectiva de una ciencia para la
reconstrucción de la paz, algunos presidentes u organizaciones internacionales con fines
loables seguramente estén barruntando decidir en la década de 2010 encomendar a
algún grupo de científicos una tarea, diferente a la que encomendara Roosevelt para los
Estados Unidos, más a la altura de estas diferentes y acuciantes circunstancias. Un
trabajo –decisión política + investigación científica- orientado a la vez que a la
1 Y este concepto no puede ser construido por una Ciencia Geográfica que se precie de ciencia-síntesis casi al modo
de una Filosofía de la realidad social terrestre. La Sociología, la Antropología, la Historia, la Economía Política, la
Ciencia Política, la Ecología, el Urbanismo, la Economía Social y muchas otras disciplinas han desarrollado
conceptos teóricos en sus objetos de estudio que son más que útiles a la hora de construir un macro-concepto de
territorio aplicable a la ciencia y a la transformación social.
deconstrucción de la injusticia social y de la depredación del planeta, a opciones de
transformación con inteligencia territorial colectiva en condiciones reales y no sólo
discursivas de producir logros no sólo con decisión política, sino con sustento científico.
Hoy, luego de tres décadas de fecunda construcción teórica inter y transdisciplinar, las
Ciencias Sociales están en condiciones de dar respuesta simultánea a tres mundos: el
político institucional, el comunitario y el empresario. En este marco, el territorio , junto
a otros pocos macro-conceptos, tiene mucho que aportar como intérprete de saberes
nativos, institucionales, económicos y culturales, como concepto científico
transdisciplinario y como objeto y a la vez útil de transformación. Está, en una
inteligencia territorial colectiva que rescate en las interfaces (Long, op.cit) de saberes
científicos, políticos, comunitarios y empresarios, un futuro de unos territorios posibles
(Bozzano, 2000, 2009) más inclusivos y sustentables en los hechos que en las palabras;
una renovada ciencia social emancipatoria –en palabras de O.Wright- será el caldo de
cultivo de la inteligencia territorial como disciplina científica, donde saberes científicos
logren dialogar, construir interfaces y resolver problemas micro, meso y macro a la par
con otros saberes. La inteligencia territorial colectiva se posicionará así, junto a otras
nuevas disciplinas, entre dos extremos no sustentables: el cúmulo aislado de
inteligencias individuales y los numerosos casos de despilfarro territorial, donde en
nombre de lógicas empresariales extremas se explotan minerales, recursos pesqueros,
recursos hídricos, se contaminan determinadas regiones del planeta en respuesta a
situaciones de desempleo estructural, y cientos de casos más.
El objetivo de esta publicación es ofrecer desde el territorio, entendido como macro
concepto, aportes científicos, conceptuales y metodológicos para la co-construcción de
transformaciones con actores territoriales en la micro, la meso y la macro-escala en el
corto, mediano y largo plazos. El propósito es aportar a la co-construcción de la
inteligencia territorial como nueva disciplina científica en las dos próximas décadas,
con el aporte de la ENTI, la red científica europea en Inteligencia Territorial, la red
científica latinoamericana Territorios Posibles, la red científica mundial Territoriesnet2
y un gran número de otros colectivos y redes científicas que trabajan con y por los
actores territoriales que más lo necesiten.3
La hipótesis principal de esta publicación es la siguiente: “El concepto de territorio y la
acción de construirlo, con largo recorrido en la producción de sus saberes en una
multiplicidad de culturas y hoy con un status científico más que respetable en la
Geografía y en otras ciencias, es un poderoso útil de transformación en el quehacer
con actores institucionales y actores territoriales en un sinnúmero de proyectos,
minúsculos, medianos o mayúsculos. Es base de transformaciones en conciencias, en
espíritus, en acciones, en objetos y en miradas y pilar de la naciente inteligencia
territorial como disciplina científica comprometida con la sociedad”
2 www.territorial-intelligence.eu , www.territoriosposibles.org y www.territoriesnet.org 3 Son numerosos los colectivos científicos que trabajan en orientaciones con notables semejanzas a la IT, designando
sus quehaceres de otra manera; a riesgo de ser simplistas, cabe mencionar dos casos: la sociología del desarrollo con
una perspectiva construccionista centrada en el actor (Norman Long , 2003), y con él un valioso colectivo de
científicos europeos, latinoamericanos y africanos; y la perspectiva del otro desarrollo (Oscar Madoery, 2008) y con
él un importante número de investigadores de nuestra red iberoamericana amiga en Desarrollo Económico Territorial:
Red DETE ALC. La IT no pretende imponer sus conceptos categoriales constitutivos ni sus conceptos operacionales
sobre otras nuevas disciplinas afines: estamos invitando a reflexionar qué lugares ocupan en nuestros macro-objetos
científicos afines determinadas categorías y conceptos para transitar juntos una ciencia más abierta y útil al 99% de la
humanidad que no hace ciencia.
Se entiende que el territorio contiene y en buena medida sintetiza sociedad y naturaleza,
la estructura y la agencia, procesos, lugares y actores, macro, meso y micro escalas,
pasado, presente y futuro o lo que existió, lo existente y aquello a transformar,
proyección y proyecto, poder, debilidad y sumisión, lo global, lo meso y lo local en
relaciones de poder, el trabajo vivo y el trabajo muerto, la cooperación y el conflicto,
nuestras razones y nuestras emociones, apropiación y enajenación, valorización y
desvalorización, nuestras ideas y nuestra ideología, así como otros aspectos.4 Si bien el
concepto territorio es central, otros tales como ambiente, sociedad, comunidad o trabajo
pueden también estar ocupando esa posición central.
El trabajo se organiza en seis partes: 1-el concepto de territorio en la ciencia
geográfica, 2-el valor de los saberes en la construcción del territorio, 3-el lugar del
territorio en el modo 2 de conocimiento científico de Michael Gibbons y otros autores,
4-el lugar del territorio en la ciencia social emancipatoria de Olin Wright , 5-el lugar
del territorio en la construcción del sujeto y en la construcción del proyecto en Hugo
Zemelman y 6- propuesta: territorio e inteligencia territorial como saber, como
conceptos científicos y como objetos de transformación.
1 - EL CONCEPTO DE TERRITORIO EN LA CIENCIA GEOGRAFICA. No
siendo la única, la Geografía es la disciplina científica con mayor tradición en materia
de producción de conocimiento del espacio geográfico o territorio. Geografías de
viajeros y naturalistas, geografías clásicas, geografías del paisaje, geografías regionales,
geografías neoclásicas, geografías críticas, geografías de la percepción, geografías del
bienestar, geografías de la pobreza... cientos de geografías, en todas ellas la sociedad y
la naturaleza en sus territorios.5 Fiel a su etimología, durante la mayor parte de su
historia, la Geografía fue una descripción y un inventario del territorio y los lugares de
nuestro planeta, así como de naturaleza, sociedad, procesos, objetos, y en menor
medida, actores en él presentes. Con riquísimas y ancestrales tradiciones de
conocimiento, a veces puestas en tela de juicio como científicas, la Geografía es una
antigua cantera territorial, un verdadero yacimiento donde en los últimos dos siglos se
fue trabajando y ofreciendo aportes desde otras disciplinas, circunstancia que
contribuyó a complejizar y enriquecer notablemente el entendimiento y la inteligibilidad
del territorio. En el siglo XVIII, el filósofo Immanuel Kant era consciente de la potencia
de la Geografía: “El renacimiento de la ciencia geográfica debería crear esa unidad del
saber sin la que todo estudio es sólo parcial”.6 Esta potencia muy probablemente en la
actualidad ya no existe aislada, sino articulada en un proceso de construcción colectiva
con otras disciplinas, no por incapacidad propia de nuestra ciencia ni de los geógrafos,
sino más bien porque el territorio, como la sociedad, se encuentran entre los objetos –o
macro-objetos de estudio- más interdisciplinarios. Esta pretensión desmedida de la
4 En estos catorce aspectos constitutivos y constituyentes del territorio sin duda quien sobresale es Milton Santos y
los más de 470 autores presentes, particularmente en su obra maestra La naturaleza del espacio. Técnica y tiempo.
Razón y emoción. Ariel, Barcelona, 2000. Así como la tríada social de procesos, lugares y actores basada en
perspectivas del sistema o la estructura en Durkheim, de la agencia en Weber, del trabajo vivo y trabajo muerto en
Marx y de los lugares en Milton Santos. También hay más de 85 proyectos territoriales de investigación básica y
aplicada realizados en los últimos 28 años con más de 100 colegas de una veintena de disciplinas, principalmente
Geografía, Sociología, Antropología, Arquitectura y Urbanismo, Agronomía y Desarrollo Rural, Historia,
Comunicación Social, Economía, Ciencia Política, Psicología Social, Trabajo Social. 5 En Iberoamérica, Josefina Gómez Mendoza, Horacio Capel Sáez, Aurora García Ballesteros y José Ortega
Valcárcel, entre otros, son referentes ineludibles para un análisis mas profundo en el tema. 6 Kant, en Reynaud, Alain (1976) “El mito de la unidad de la geografía”. Hay publicación en internet, en
http://www.ub.es/geocrit/geo2.htm
Geografía con el territorio, tendría algún parentesco con la idea que, referida a la
sociedad como macro-objeto de estudio, podría argüirse desde la Sociología.
El mito de la unidad de la geografía planteado por Alain Reynaud (1976) es en buena
medida un reflejo, tanto de esta potencia, como de nuestras pretensiones desmedidas
que, en el siglo XX posicionarían a nuestra ciencia –según algunos autores y corrientes
geográficas- en un rango totalizante de una síntesis comparable a la filosofía.7 Entre
muchos autores analizados en relación a esta cuestión secular, Reynaud (op.cit) cita las
siguientes expresiones, de diferente calibre; para Henry Baulig la Geografía debería ser
entendida no como un conocimiento sino como un conocimiento supremo “…quizá una
categoría nueva de la inteligencia a la que el espíritu occidental, y sólo él, acaba de
acceder.” Pierre George y Marcel Gautier escriben: “El geógrafo es un director de
orquesta. Sólo un director de orquesta dirige un conjunto formado por elementos no
parecidos, aunque todos ellos con un carácter común”; para Pierre Gourou el geógrafo
podría entenderse como un “…médico de medicina general”, para André Gilbert como
un ensamblador y para André Allix como un “…agente de enlace”. Hoy, a cuatro
décadas, en un contexto de fuerte transdisciplinariedad, nada más erróneo que afirmar
que el geógrafo es un ser superior en el concierto de las ciencias, algo así como el
filósofo práctico, sintético y totalizante del territorio como espacio socialmente
construido.
Recordemos que etimológicamente Geografía -geo-grafein- significa descripción de la
tierra, por extensión del espacio terrestre. Sin embargo, en el último siglo, el
conocimiento geográfico atraviesa un complejo proceso de redefinición casi
permanente, que en los hechos nos lleva a pensar incluso, en la posibilidad de un
cambio o en una adición en la raíz del término: geo-grafein y geo-explanans, vale decir
una articulación de descripción y explicación de la tierra, donde necesariamente la
descripción intencione la explicación. Es interesante analizar el origen de un término
que designa a otra disciplina más reciente y muy diferente a la Geografía, nos referimos
a la Geología: geo-logos significa originariamente el saber o el conocimiento de la
tierra. Más allá que las ciencias conserven su denominación original, el desarrollo del
conocimiento científico ha contribuido a relativizar el significado etimológico de cada
disciplina científica. Hoy la Geología no es solo la ciencia que tiene por objeto el
estudio del logos de la tierra sino que indaga en la manera que el hombre explota los
recursos inertes de la tierra; con la Geografía ocurre algo semejante: hace más de un
siglo que la Geografía describe y explica la tierra, tanto la tierra natural como la
transformada por el hombre.
Las preocupaciones por el estudio del territorio o espacio geográfico tuvieron dos
leitmotiv, dos hilos conductores al menos durante más de dos siglos. Nos referimos a las
geografías regionales y a las geografías generales, a las tradiciones idiográficas y a las
tradiciones nomotéticas, respectivamente. Subyace a este planteo dicotómico la
búsqueda dominante de la síntesis en un caso y del análisis en otro. Mientras "...la
geografía regional se propone reconocer y estudiar los diferentes dominios, medios o
regiones que las combinaciones físicas, biológicas y humanas han hecho aparecer en la
superficie del planeta; ... la geografía general física y humana, ... se eleva por encima de
los casos regionales para considerar la estructura y el juego de los factores que entran en
combinación en la superficie del planeta" (Cholley; 1951:29)
En la evolución del conocimiento geográfico puede afirmarse que lo regional y que la
visión sistemática de procesos naturales y sociales son respectivamente los leitmotiv
idiográficos y nomotéticos de la Geografía a lo largo de casi dos siglos de producción
de conocimiento. En el primer caso, buscando lo singular, los lugares, los espacios
diferenciados e irrepetibles, las regiones únicas; en el segundo caso, buscando las leyes,
las regularidades en el comportamiento de un fenómeno, un hecho o una manifestación
de la naturaleza o de la sociedad en diferentes lugares. Si bien es cierto que para buscar
tanto las singularidades como las regularidades, las tareas de análisis y de aproximación
a la síntesis suelen estar, de una u otra manera, siempre presentes, hay que señalar
también que, por definición, lo regional está más próximo a la síntesis, y que lo general
está más emparentado con el análisis. Sino: ¿Cómo pensar en una síntesis a partir de un
“recorte temático de la realidad” -población, cultivos, formas de relieve- propio de la
Geografía General o Sistemática? En el caso inverso: ¿Cómo proponer en términos
analíticos la visión de un territorio -región, ciudad, etc- a modo de un “agregado
complejo” de sus componentes naturales y sociales, propio de la Geografía Regional?
Entre las singularidades territoriales y las regularidades territoriales hay un continuo
complejo de deducción e inducción, de teoría y de trabajo empírico. Como señala
Milton Santos: "Son tantos los matices con que se presentan en la realidad las
construcciones idealmente homogéneas, que sería una vana temeridad organizar
ecuaciones definidas, solamente porque los elementos participantes son los mismos...
Puede darse el caso de una coincidencia persistente, de una analogía, pero como
ejemplo aislado, que no bastará para elevarlo a la categoría de ley. Lo que se verifica, al
contrario, es la presencia de combinaciones sorprendentemente nuevas." (Santos;
1996:100-101)
Entre las ricas perspectivas de territorio o espacio geográfico, el principal bagaje teórico
que rescatamos se nutre de La naturaleza del espacio de Milton Santos, quien expresa
que su libro “…desea ser una contribución geográfica a la producción de una teoría
social crítica, y en su construcción privilegiamos cuatro momentos”(2000;20) En
resumen estos cuatro momentos se refieren a: 1-nociones fundadoras del ser del espacio,
2-ontología y formas-contenido, 3-presente histórico y constitución del espacio, y 4-
racionalidades convergentes frente a racionalidad dominante, no sólo en geografía sino
en ciencias sociales como un todo. La teoría social crítica del espacio geográfico o del
territorio usado en Milton Santos (1978, 1985, 1996, 2000, 2002) es una de las máximas
aportaciones de la Ciencia Geográfica del último medio siglo. Numerosos científicos y
equipos de investigación reinterpretan, particularmente en América Latina, la valiosa
producción de Santos. Es seguramente La naturaleza del espacio. Técnica y tiempo.
Razón y emoción la obra que plasma en mayor medida su teoría. Entre los 473 autores
trabajados por Santos en esta obra, cabe mencionar a G.W.Leibniz, Carlos Marx, Hegel,
Max Weber, Emile Durkheim, sir Arthur Eddington, Anthony Giddens, Pierre George,
Lucien Goldmann, Fernand Braudel, Maurice Godelier, Henri Lefebvre, Bruno Latour,
Alfred Schutz y Abraham Moles. Las categorías de trabajo vivo, trabajo muerto y
división territorial del trabajo son retrabajadas por Santos con aportes de numerosos
geógrafos, en particular de la escuela francesa y la escuela brasileña: los fijos y los
flujos, y luego los sistemas de objetos y los sistemas de acciones en cooperación y en
conflicto son base en su definición de espacio geográfico, entendiéndolo como territorio
usado. También la presencia de la técnica es central en Santos, entendida como una
manera de hibridación entre naturaleza y sociedad: aquí sobresalen autores estudiosos
de la historia de las técnicas. Otra de sus preocupaciones teóricas fue la articulación
tiempo-espacio, produciendo notables aportes a partir de Whitehead y Sir Eddington,
entre otros. Asimismo sobresale el estudio de la relación local-meso-global, trabajada de
manera brillante en Por uma outra globalizacao (2000) y aplicada en su obra de 1996
con horizontalidades, verticalidades y aconteceres homólogos, jerárquicos y
complementarios, entre otros conceptos. En la fuerza del lugar, Santos resume en buena
medida esta serie de abordajes teóricos complementarios. Volveremos a Santos en este
trabajo, en particular en la última parte al referirnos a los ejes de análisis del territorio.
6 - EL TERRITORIO COMO SABER, COMO CONCEPTO CIENTIFICO Y COMO OBJETO DE TRANSFORMACIÓN
Territorio y saberes
TERRITORIO: MOMENTOS EN LA CO-CONSTRUCCIÓN DE TRANSFORMACIONES CON ACTORES
TERRITORIALES Grado de El territorio es entendido como una construcción social-natural híbrida, permanente, cooperativa y conflictiva entre procesos, lugares y actores
Abstracción El texto en cursiva refiere a nutrientes teóricas y empíricas. Los grados de abstracción se refieren al plano teórico. Los grados de transformación se refieren a cada realidad. MAYOR
3 TERRITORIO
Y PUNTOS DE VISTA
TEORICOS
E.Durkheim, M.Weber
C.Marx, M.Santos, otros
2 4 TERRITORIO TERRITORIO
Y EJES DE ANALISIS E INTERVENCION
TEORICOS
M.Santos, P.Pirez, ENTI Red Europea de Inteligencia Territorial
O.Madoery, otros Red Latinoamericana TAG Territorios Posibles
1 5 TERRITORIO TERRITORIO
Y SABERES Y TRANSFORMACION
MENOR Etimologías, P. Freire, H.Zemelman, otros Olin Wright / Red ENTI / Red Territorios
Posibles
ENTI Red Europea de Inteligencia Territorial DETE ALC Red Iberoamericana de Desarrollo
Económico Territorial MENOR Objeto de investigación tradicional Objeto de transformación
Grado de transformación Objeto de investigación co-construido con actores MAYOR