TRABAJO FINAL

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La calle no es un lugar para vivir Por: ESTEFANIA ECHEVERRY MIRANDA Estudiante de Ecología y Turismo Universidad de Antioquia | Según los datos de la alcaldía de Sopetrán las personas que deambulan por las calles de ese municipio además de su condición de habitante de calle padecen adicciones como el alcoholismo. En la foto se aprecia un adulto mayor durmiendo en una banca del parque principal, a plena luz del día. ((Foto: Juan Felipe Ospina Lujan) Cerca de 33 personas en situación de calle, establecen su hogar en espacios públicos de Sopetrán- Antioquia No solo personas pertenecientes al municipio establecen su casa en la calle, también inmigrantes practican dicha costumbre. Personas como indígenas llegan al municipio de Sopetrán-Antioquia y practican la mendicidad de dinero, comida, compasión de la gente.

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La calle no es un lugar para vivir Por: ESTEFANIA ECHEVERRY MIRANDA

Estudiante de Ecología y Turismo Universidad de Antioquia |

Según los datos de la alcaldía de Sopetrán las personas que deambulan por las calles de ese municipio además de su condición de habitante de calle padecen

adicciones como el alcoholismo. En la foto se aprecia un adulto mayor durmiendo en una banca del parque principal, a plena luz del día. ((Foto: Juan Felipe

Ospina Lujan)

Cerca de 33 personas en situación de calle, establecen su hogar en

espacios públicos de Sopetrán- Antioquia

No solo personas pertenecientes al municipio establecen su casa en la calle, también

inmigrantes practican dicha costumbre. Personas como indígenas llegan al municipio de

Sopetrán-Antioquia y practican la mendicidad de dinero, comida, compasión de la gente.

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En su mayoría llegan con uno o varios hijos y se establecen afectando la movilidad, y la

visibilidad del paisaje urbano.

Ante este hecho que involucra personas en situación de calle, los demás habitantes del

municipio creen que las posibilidades de ecoturismo en la región disminuyen, en la medida

en que aumentan problemáticas como esta. La situación de las personas sin hogar es, sin

duda, la expresión más grave y dramática de los fenómenos de exclusión social. Afecta cada

vez a un número mayor de sujetos y grupos que sufren condiciones muy graves de pobreza

severa, marginación y abandono. Hace tiempo que se viene notando un aumento

progresivo de personas que estando en la calle, sin recursos y conociendo los centros de

atención para ellos, no utilizan los sitios de acogida.

Según sostienen los especialistas las personas que llegan a situación de calle lo hacen como

consecuencia de ruptura de lazos o relaciones afectivas, estas son de tres tipos:

Ruptura de lazos familiares y personales

Ruptura de lazos laborales.

Ruptura de lazos sociales.

En los programas de atención para este grupo se brinda servicios transitorios de apoyo

(Hospedaje, centros de encuentro, albergues, comedores fraternos) donde se promueve la

disminución de la vulnerabilidad y daños asociados a la condición de calle. El problema se

vuelve más agudo cuando la mayoría de los afectados por la situación de calle, reinciden en

el alcoholismo después de haberse recuperado un poco, además es preocupante ver como a

pesar de los esfuerzos y ayudas que brinda la alcaldía municipal, los afectados deciden

vagar en la calle.

Preocupante es ver como ciertos afectados “pedro” (su nombre ha sido cambiado para

proteger la privacidad del sujeto); este personaje actualmente deambula por las calles del

municipio, esperando la caridad de la gente, comiendo sobras de comida; su aspecto es

sucio, antihigiénico, descuidado. Pedro antiguamente habitaba el albergue del municipio,

allí vivió durante varios años seguidos, gozaba de beneficios como ropa, comida,

medicamentos, buena atención e interés… pero pedro después de un tiempo, decidió dejar

el albergue y deambular por las calles. Con esta situación, pedro se ha convertido en

motivo de burla para el municipio, sin muestra de respeto alguno.

La situación de pedro no mejora, porque el mismo no quiere que mejore. Y como pedro hay

muchos más habitantes de calle que por una razón o por otra permanecen sin atención,

viviendo solo de la “compasión” de la gente y la poca ayuda que les brindan

Todos los habitantes del municipio quisieran ponerle punto final a más de 20 años de

observación de esta problemática.

ESTEFANIA ECHEVERRY MIRANDA