Transferencia de Acciones

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TRANSFERENCIA DE ACCIONES La transferencia de acciones es un trámite que debe seguir cierta formalidad, de conformidad con las normas contenidas en la Ley General de Sociedades para las Sociedades Anónimas (Ordinarias, Cerradas o Abiertas). Esta formalidad dependerá del tipo de modalidad de sociedad anónima que se trate para el caso en particular. La sola transferencia de acciones no es susceptible de ser inscrita en el registro de personas jurídicas. REQUISITOS PARA LA TRANSFERENCIA DE ACCIONES - Libro de Actas Legalizado de la Empresa. - Libro de Transferencia de Acciones Legalizado (Libro Matrícula de Acciones). - Copia Testimonio. - Copia de DNI del socio que vende.

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Transferencias de acciones, derecho empresarial.

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TRANSFERENCIA DE ACCIONES

La transferencia de acciones es un trámite que debe seguir cierta formalidad, de conformidad con las normas contenidas en la Ley General de Sociedades para las Sociedades Anónimas (Ordinarias, Cerradas o Abiertas). Esta formalidad dependerá del tipo de modalidad de sociedad anónima que se trate para el caso en particular. La sola transferencia de acciones no es susceptible de ser inscrita en el registro de personas jurídicas.

REQUISITOS PARA LA TRANSFERENCIA DE ACCIONES

- Libro de Actas Legalizado de la Empresa.

- Libro de Transferencia de Acciones Legalizado (Libro Matrícula de Acciones).

- Copia Testimonio.

- Copia de DNI del socio que vende.

- Copia de DNI de la persona que compra.

La transferencia de las acciones de la sociedad anónima

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El modo de proceder para la transferencia de acciones resulta poco claro en nuestra legislación. Esto tiene su origen en dos motivos, el primero, la deficiente regulación dela LGS, la cual no establece de forma clara y precisa cuáles son los pasos a seguir por el accionista que desee transferir sus acciones. El segundo motivo, las diversas prácticas usadas para transferir las acciones adoptadas en nuestro país, desde transferencias mediante acta de la junta general de socios, contrato de compraventa de acciones, o la cesión delos derechos de la acción que constan en el certificado de acciones (inclusive se señala que se podrá acreditar la cesión por cualquier otro medio escrito).

Por ello, lo relevante consiste en determinar dos cuestiones: ¿cómo se transfieren las acciones de una sociedad?, y ¿desde cuándo se adquiere la condición de accionista? A continuación, nos pronunciaremos sobredichas interrogantes. En cuanto a la primera cuestión, podemos afirmar que la transferencia de acciones se produce a través de un negocio externo a la sociedad, entre el accionista cedente y el accionista cesionario (o un tercero cesionario), mediante un contrato privado por el cual el primero cede sus derechos sobre sus acciones a cambio de una contraprestación (en caso sea oneroso) o sin necesidad de ella (en caso sea gratuito). No obstante, el nuevo socio no puede ejercer sus derechos de forma plena, porque la sociedad no le ha otorgado la legitimación necesaria para el ejercicio de sus derechos políticos y económicos dentro del ordenamiento de la sociedad, lo cual ocurre recién desde el momento que la transferencia se inscribe en la matrícula de acciones.

Para determinar la segunda cuestión, es decir, el momento en que se adquiere la condición de socio, se debe distinguir dos momentos, el de la transferencia de las acciones y el dela inscripción en la matrícula de acciones. En nuestra legislación, no hay norma legal que confiera efectos constitutivos a la matrícula de acciones. Por el contrario, diversas normas solo señalan lo siguiente: “en la matrícula sea notan también las transferencias, los canjes y desdoblamientos de acciones, la constitución de derechos y gravámenes sobre las mismas(...)” (artículo 92º LGS); “los actos a que se refiere el segundo párrafo del artículo anterior, deben comunicarse por escrito a la sociedad, para su anotación en la matrícula de acciones”(artículo 93º LGS), o “la sociedad considera propietario de la acción a quien aparezca como tal en la matrícula de acciones” (artículo 91ºLGS).

De las normas antes señaladas, se des-prende que solo se impone la obligación de comunicar a la sociedad las transferencias de acciones (una carga), la cual busca brindar seguridad a la sociedad, respecto de quienes son sus socios. Por ello, la sociedad

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considerará como socio, a quien aparezca en la matrícula de acciones, no importando que éste haya perdido la calidad de tal.

Además, debemos tener en cuenta que la matrícula de acciones tiene fines meramente organizativos para la sociedad y no cumple fines de publicidad. En ese sentido, Elías Laroza afirma que: “(...) Bajo esta disposición [el artículo 91º LGS] la sociedad presume que es el titular legítimo de la acción aquella persona cuyo derecho ha sido debidamente anotado en el libro de la sociedad. La norma no establece oponibilidad alguna para quien tenga su titularidad registrada, pues los libros de la sociedad no son registros públicos. En consecuencia, sólo establece una presunción que lleva aparejado el deber de la sociedad de actuar en consecuencia con ella. El titular de la acción queda así legitimado para ejercer todos los derechos –y le serán exigibles todas las obligaciones– que según los estatutos y la ley corresponden a los accionistas”.

Sin embargo, consideramos que puede darse el caso que un socio pueda ejercer alguno de sus derechos derivados de la acción, sin necesidad de contar con la inscripción en la matrícula de acciones (lo cual confirma su condición de accionista). Es el caso del ejercicio del derecho de impugnación de los acuerdos societarios previsto en el artículo 140º LGS. Esta norma prevé que incluso los accionistas ausentes a la junta general tienen legitimación activa para impugnar, pudiéndose presentar la situación que justamente dichos socios estuvieran ausentes porque la sociedad les negó de forma arbitraria la inscripción de su adquisición. Debe recordarse que el artículo91º LGS referido a la “propiedad” de la acción tiene como destinatario a la sociedad y no los terceros (el juez es quien tendrá que evaluar si el accionista tiene legitimidad para impugnaron acuerdo social), para efectos de considerar socio al que tenga inscrita su titularidad. Además, la misma norma dispone que mediante resolución judicial se pueda ordenar a la sociedad que considere “propietario” de la acción a una persona distinta a la que tiene su derecho inscrito en la matrícula de acciones.

Por tanto, consideramos que una persona tiene la condición de accionista desde el momento en que adquiere mediante cesión, los derechos sobre la acción, faltando que la sociedad le otorgue la legitimación necesaria para ejercer sus derechos frente a ella.

En el mismo sentido, se ha pronunciado la Casación Nº 648-05-LIMA que señala:“(...) que la transmisión de las acciones nominativas debe ser comunicada por escrito a la sociedad y anotada en el libro por esta en el libro de registro. (...) [Así] se limita a establecer formalidades a seguir en la transmisión de las acciones nominativas: ello, sin embargo no limita la potestad del juzgador de apreciar a través de la valoración conjunta y razonada de la prueba, si en la realidad tal aporte se ha configurado o no, independientemente del cumplimiento de las formalidades que señala la ley. (...) si bien es cierto que el actor alega a través de esta denuncia el incumplimiento delas formalidades que prevé la ley [inscripción en la matrícula de acciones] en el proceso de adquisición de acciones (...), ello no significa que tal adquisición no se haya producido. (...)”

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BIBLIOGRAFIA

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