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Transiciones en el consumo de drogas en Colombia Augusto Pérez Gómez, Ph. D. Corporación Nuevos Rumbos Con la colaboración y participación de: Marcela Correa, Jorge Rodríguez, Diana Raquel Sierra, Liliana González, Viviana Quintero, Paula Castillo, Angela Trujillo y Maria Constanza Lozano. Bogotá, Agosto de 2007

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    Transicionesen el consumode drogasen Colombia

    Augusto Prez Gmez, Ph. D.Corporacin Nuevos Rumbos

    Con la colaboracin y participacin de:

    Marcela Correa, Jorge Rodrguez, Diana Raquel Sierra,Liliana Gonzlez, Viviana Quintero, Paula Castillo,Angela Trujillo y Maria Constanza Lozano.

    Bogot, Agosto de 2007

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    Las opiniones expresadas en el presente estudio son responsabilidad del autor y nocomprometen el pensamiento de la Direccin Nacional de Estupefacientes frente a lostemas tratados.

    ALVARO URIBE VELEZPresidente de la Repblica

    CARLOS ALBORNOZ GUERRERODirector Direccin Nacional de Estupefacientes

    CARLOS MEDINA RAMIREZSubdirector Estratgica e Investigacin, DNE

    AUGUSTO PEREZ GOMEZDirector de Nuevos Rumbos y Director del Estudio

    MARCELA CORREA, JORGE RODRIGUEZ, DIANA RAQUEL SIERRA,LILIANA GONZALEZ, PAULA CASTILLO, VIVIANA QUINTERO,ANGELA TRUJILLO Y MARIA CONSTANZA LOZANO,Equipo de Investigacin

    JORGE RODRIGUEZ Y DIANA RAQUEL SIERRA,Entrevistas

    PAULA CASTILLO, VIVIANA QUINTERO, GINA CORREA,ELENA PONTON, SANDRA RUIZ, Y LUISA GIL,Transcripciones

    ISBN: 978-958-44-1501-1

    Dupligrficas Ltda.239 [email protected]

    Diseo Cartula:Mara Restrepo

    Diseo:John J. Gutirrez R.

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    I N D I C E

    Agradecimientos ................................................................................................................... 5Introduccin .......................................................................................................................... 7

    I PARTE: Marco terico

    I. Evolucin reciente del consumo de drogas

    1. El consumo de drogas en el mundo ...................................................................................... 92. Tendencias del consumo en Suramrica ............................................................................. 133. Uso de drogas en Colombia: resultados recientes ............................................................... 15II. Transiciones en el consumo de sustancias psicoactivas ............................................... 17

    II PARTE: Transiciones en el consumo de drogas en Colombia

    I. Introduccin ....................................................................................................................... 291. Por qu una metodologa cualitativa? ................................................................................ 292. Objetivos ............................................................................................................................ 313. Mtodo ............................................................................................................................... 314. Procedimiento .................................................................................................................... 32

    II. Anlisis de resultados1. Historia de consumo ........................................................................................................... 352. Inters por cada una de las Spa ......................................................................................... 453. Transiciones ....................................................................................................................... 574. Opiniones e imaginarios ..................................................................................................... 855. Consecuencias del consumo ............................................................................................ 1106. Conclusiones y recomendaciones ..................................................................................... 124

    Anexos

    1. Anexo 1: Categoras para las entrevistas ......................................................................... 1392. Anexo 2: Categora de los entrevistados ........................................................................... 1413. Anexo 3: Estructura del anlisis de las entrevistas ........................................................... 1444. Anexos A: Captulo I, Historia del consumo....................................................................... 1455. Anexos B: Captulo II, Intereses ........................................................................................ 1566. Anexos C: Captulo III, Transiciones .................................................................................. 1657. Anexos D: Captulo IV, Opiniones e imaginarios ................................................................ 194

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    Agradecimientos

    Muchas personas e instituciones participaron en el desarrollo y ejecucin de este proyecto,pero quiero sealar especialmente las siguientes:

    La Direccin Nacional de Estupefacientes, que financi este estudio; y en ella a su Director, elDr. Carlos Albornoz, y a Carlos Medina y Jenny Fagua, quienes ofrecieron constante apoyo.

    El Padre Gabriel Meja, director de Hogares Claret, y Julian Vanegas, Hernando Orozco yMario Montoya, respectivamente directores de Hogares Claret en varias partes del pas; HenryJaramillo, director de El Shaddai, en Pasto; el Dr. Mario Alberto Zapata, director de CARISMA, enMedelln; la Dra. Clara Ins Londoo, directora de Caminos, en Cali; el Dr. Fernando Castrilln,director del Hospital Mental de Filandia, en Risaralda, y Eduard Andrs Meja, responsable delas estadsticas en esa misma institucin; el Dr. Holman Garca, director del Hospital MentalRudesindo Soto de Ccuta, y Franklin Santiago, de Narcticos Annimos de la misma ciudad; yal Dr. Efrn Martnez, director Cientfico del Colectivo Aqu y Ahora; todas estas personas nosabrieron las puertas de sus instituciones para que pudiramos llevar a cabo las entrevistassobre las que se fundamenta este estudio.

    El grupo de personas que realiz el arduo trabajo de transcribir las entrevistas: Paula Castillo,Viviana Quintero, Liliana Gonzlez, Gina Correa, Jorge Rodrguez, Marcela Correa, Sandra Ruiz,Elena Pontn y Luisa Gil.

    Y por supuesto, a mi equipo de investigacin, que durante muchas semanas trabaj con unadedicacin total en el anlisis, organizacin e interpretacin de la informacin.

    A.P.G.

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    Introduccin

    Nuestro mundo es un mundo en continuo movimiento, y as son tambin muchos de los fen-menos que lo caracterizan. Entre ellos, uno de los ms significativos es el del consumo de sustan-cias psicoactivas, tanto legales como ilegales.

    Para los estudiosos del tema, uno de los aspectos que lo hacen ms apasionante, y tambinde ms difcil manejo, son sus continuas mutaciones. As, cuando ya creamos tener identificadaslas principales caractersticas de las personas que consuman sustancias por ejemplo, que te-nan baja autoestima, tendencias depresivas, dificultades escolares, problemas familiares- apa-reci una generacin de consumidores que presentaban rasgos casi opuestos; cuando creamosque, de acuerdo con la teora de la escalada, se iba pasando lentamente de sustancias menospeligrosas a ms peligrosas, aparecieron jvenes que mostraban patrones completamente dife-rentes que desconcertaban a los expertos. Igualmente, hace menos de 20 aos la proporcin hom-bres-mujeres en lo que respecta al consumo de sustancias ilegales se encontraba entre 20:1 y10:1; actualmente esas proporciones varan entre 3:1 y 1.5:1, lo cual obliga a ofrecer abordajescompletamente diferentes a la situacin.

    Este estudio se centra sobre las transiciones que pueden observarse en diferentes generacio-nes de colombianos involucrados en serios problemas de consumo en varias ciudades del pas. Lametodologa cualitativa que se emplea implica el utilizar como instrumento entrevistas en profun-didad, que aportan una inmensa cantidad de detalles sobre lo que est ocurriendo y permitenprever lo que eventualmente ocurrir en los prximos aos. Pero debe ser muy claro que estametodologa no permite probar nada: lo que hace es mostrar una especie de radiografa de lo queest sucediendo actualmente y de cmo pueden evolucionar algunas expresiones del fenmeno delas drogas, pero siempre planteado en forma de hiptesis, no de conclusiones perentorias. Esosignifica que los resultados que se presentarn aqu debern ser sometidos a escrutinio desdediferentes perspectivas y que podrn ser tratados de diferentes maneras. Muchas de las hiptesisque se sugerirn tendrn que ser estudiadas con otras metodologas, especialmente de tipo cuan-titativo; sin embargo, no debe perderse de vista que la rapidez con la que se transforman estosfenmenos en el mundo contemporneo convierte en obsoletas las metodologas que requierentiempos excesivos (muchos meses e incluso aos) entre el momento en el que se recogen los datosy el momento en que los resultados se hacen pblicos.

    La riqueza del trabajo cualitativo consiste en proporcionar fuentes de exploracin, preguntase hiptesis, puesto que permite ver cosas que siempre quedan por fuera en las metodologasbasadas en enfoques cuantitativos. Y ese es precisamente el propsito de este estudio. Por ello enla parte final se proponen muchas hiptesis y se sugieren formas de darle continuidad a esteestudio, incluyendo anlisis secundarios de esta misma informacin; pero tambin intentaremos,en los temas en los que eso sea posible, ofrecer una perspectiva cuantitativa que confirme orechace las conclusiones tentativas resultantes de los anlisis puramente cualitativos.

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    Cuando el Director de la Direccin Nacional de Estupefacientes le solicit a Nuevos Rumbosun proyecto que generara el mximo posible de hiptesis, y que estas a su vez interesaran almximo posible de profesionales e investigadores, ni l ni yo nos imaginamos que el estudio de lasTransiciones desbordara masivamente esas expectativas. Un vistazo a los anexos mostrar que elequipo investigador tuvo que limitar considerablemente las posibilidades que ofrece esta informa-cin, o habramos terminado produciendo un volumen de mil pginas. Pero la informacin estdisponible para todas las personas o instituciones que deseen profundizar en cualquiera de lostemas que se examinaron.

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    I. Evolucin reciente de consumo de drogas

    1. El consumo de drogas en el mundo1. El consumo de drogas en el mundo1. El consumo de drogas en el mundo1. El consumo de drogas en el mundo1. El consumo de drogas en el mundo

    Aunque muchos de los imaginarios y representaciones sociales sugieren que el consumo dedrogas ha aumentado de manera alarmante, la verdad es que tal afirmacin no se puede generalizarpues el consumo de sustancias psicoactivas alrededor del mundo vara en funcin de la sustancia dela que se est hablando, como bien lo demuestran los resultados de los ltimos informes mundialesde drogas (ONUDC 2004, 2005, 2006,2007). As, en el penltimo informe (2006) se asegura quela fiscalizacin de las drogas est dando resultados y se est conteniendo el problema mundialde las drogas.; as mismo el informe revela datos y hace afirmaciones contundentes sobre elestado del problema de las drogas en el mbito mundial, entre ellos que:

    1) la superficie dedicada actualmente al cultivo de cocana y de adormidera es inferior a la dehace pocos aos, y bastante inferior a la de hace un siglo, y que 2) se ha contenido la gravedad dela adiccin a las drogas, pues el nmero de toxicmanos, en especial de cocanainmanos yheroinmanos, ha registrado una enorme disminucin en el curso del ltimo siglo y, en los lti-mos aos, ha permanecido estable en todo el mundo. (ONUDC, 2006, p. 1)1 .

    Los resultados de los anlisis anuales realizados por esta organizacin (basados en la infor-macin proporcionada por los pases miembros, que a veces est un poco desactualizada) permi-ten afirmar que el nivel global estimado del consumo de drogas en el mundo permanece estable enlos ltimos aos. Unos 200 millones de personas, o el 5% de la poblacin mundial de 15 a 64 aosde edad, han consumido drogas al menos una vez en los 12 meses precedentes. As pues, laestimacin mundial de consumidores de drogas realizada en el ao 2006 es la misma que lapublicada en el Informe Mundial sobre las Drogas 2005. Los aumentos en algunas categoras dedrogas (Cannabis y xtasis) se vieron compensados por algunas disminuciones en otras y por latendencia observada hacia la politoxicomana, o uso indebido de varias drogas a la vez.

    Las principales tendencias reveladas en el informe pueden resumirse como sigue. La ofertade opio mundial se ha contrado, pero desequilibradamente. Los analistas (ONUDC, 2006) sugie-ren que dentro de unos pocos aos, el conocido Tringulo de Oro asitico, en su da epicentromundial de los estupefacientes, podra quedar libre de opio, mientras que en Afganistn, aun-que descendiera la superficie dedicada al cultivo de opio en 2005, la situacin de las drogaspuede sufrir un retroceso en cualquier momento, y ese momento podra ser el mismo ao 2006.

    En los ltimos cinco aos la superficie dedicada al cultivo de cocana en los pases andinoshabra disminuido ms de una cuarta parte2 . Sin embargo en Europa la demanda de cocana estaumentando hasta cotas alarmantes. Los resultados presentados en el informe sugieren que son

    1 1 1 1 1 Ninguna de estas dos afirmaciones es correcta: los nicos cultivos y los nicos adictos que han disminuido conrespecto a hace 100 aos son los de opio: los cultivos de cocana y de marihuana, por ejemplo, y sus respectivosconsumidores, eran infinitamente menos numerosos antes de 1950 que ahora.

    2 2 2 2 2 Hay que sealar que las autoridades estadounidenses no concuerdan en absoluto con esa apreciacin.

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    demasiados europeos profesionales y educados los que consumen cocana, negando a me-nudo su adiccin, mientras que los medios de comunicacin suelen informar del uso indebido dedrogas por personas famosas sin asomo de crtica, lo que confunde a los jvenes y les hacevulnerables (ONUDC, 2006).

    Con respecto al Cannabis o marihuana, es esta la principal droga ilcita objeto de uso indebidoen el mundo. Segn el informe, la supervisin mundial de la oferta no resulta prctica al tratarse deuna hierba que crece en las condiciones ms variadas, en muchas latitudes y en numerosos pa-ses. Actualmente, las caractersticas del Cannabis ya no son tan diferentes de las de otrasdrogas de origen vegetal, como la cocana y la herona(ONUDC, 2006).

    Con relacin a los estimulantes de tipo anfetamnico (ETA), las evidencias muestran cmo trasaos de rpido aumento, su consumo empieza a estabilizarse, y aunque en los Estados Unidos lametanfetamina se considera el enemigo pblico nmero uno en materia de drogas, en Europa lassustancias psicoactivas sintticas han perdido algo de su atractivo original (ONUDC, 2006)y han sido sustituidas por la cocana.

    El cuadro es ms complicado si se analizan los datos encontrados en las sustancias psicoactivaslcitas. En este contexto se calcula que un 28% de la poblacin adulta mundial consume tabaco, loque supera de forma importante el nmero de personas que consumen drogas ilcitas (un 4%,Cannabis y un 1%, ETA, cocana y opiceos combinados). Incluso en la esfera del uso indebido dedrogas, en la que a menudo no existen datos o no se pueden comparar, se han dado algunastendencias positivas: a escala mundial, el consumo de ETA, cocana y opiceos ha permanecidogeneralmente estable en los ltimos tres aos, como se mencion anteriormente.

    El alcance del consumo de drogas es un indicador importante de la magnitud del problemamundial de las drogas. La ONUDC elabora estimaciones de la prevalencia anual basadas en losdatos que facilitan los gobiernos en el cuestionario para los informes anuales. La cifra total deconsumidores de drogas en el mundo se calcula segn la ONUDC (2006 y 2007)3 en unos 200millones de personas. El Cannabis sigue siendo de lejos la droga objeto del consumo ms extendido(unos 162 millones de personas), seguido de los estimulantes de tipo anfetamnico (unos 35 millo-nes de personas), que abarcan las anfetaminas (consumidas por 25 millones de personas) y elxtasis (casi 10 millones de personas). Se estima que el nmero de personas que hacen usoindebido de opiceos es de unos 16 millones, de los que 11 millones son heroinmanos. Unos 13millones de personas consumen cocana.

    Por otra parte, como complemento a estas estimaciones, la ONUDC recurre a la percepcin quelos expertos nacionales tienen de las tendencias en sus respectivos pases. El anlisis mundial deesas percepciones sugiere que el aumento ms marcado que se registr en el ltimo decenio fue eldel consumo de Cannabis y ETA y, en cotas ms bajas, el de opiceos y cocana (ONU, 2006). Trashaber experimentado una cierta estabilizacin en 2003 (ONU, 2004), se percibi que el consumode ETA haba aumentado de nuevo, lo que refleja la opinin dominante en Asia oriental y sur orien-tal de que el consumo de metafentamina ha comenzado a aumentar de nuevo.

    3 3 3 3 3 El informe de 2007 se limita a sealar que las tendencias mundiales son hacia la estabilizacin del problema, yrepite con palabras casi idnticas muchas de las afirmaciones del informe de 2006.

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    Opiceos

    Las tendencias del consumo de opiceos se han nivelado en aos recientes. Sin embargosegn la ONU, para 2004 las percepciones del uso indebido de opiceos aumentaron nuevamente,al experimentar muchos pases vecinos de Afganistn un nuevo repunte de la oferta tras las bue-nas cosechas de opio de 2003 y 2004 en ese pas. En otras regiones del mundo, como Amrica delNorte y Europa Occidental, los niveles de uso indebido permanecieron constantes en el caso de losopiceos.

    Casi 16 millones de personas de todo el mundo, o sea el 0,4% de la poblacin mundial entrelas edades de 15 a 64 aos, hacen un uso indebido de opiceos. La estimacin de la prevalencia esanloga a la publicada en el Informe Mundial sobre las Drogas de 2005. Ms de la mitad de lapoblacin mundial que hace uso indebido de opiceos vive en Asia y la mxima intensidad del usoindebido de opiceos se registra a lo largo de las principales rutas de trfico de drogas que partende Afganistn.

    En el plano mundial, de los 16 millones de personas que hacen uso indebido de opiceos enel mundo, aproximadamente el 70% (11 millones) consumen herona. Sin embargo, las propor-ciones varan segn las regiones. En frica se comunica que todas las personas que hacen usoindebido de opiceos consumen herona. En Asia, en torno al 64% de consumidores de opiceoshacen uso indebido de herona y el consumo de opio sigue estando extendido. Las tendencias enAmrica del Norte y en la mayor parte de Europa occidental se mantuvieron en gran medidaestables. El resultado neto fue un pequeo aumento de la percepcin por los expertos del consu-mo mundial de drogas.

    Cocana

    El consumo mundial de cocana disminuy levemente. En general, se estima que el consumo decocana afecta a 13,4 millones de personas, es decir, el 0,3% de la poblacin comprendida entrelos 15 y los 64 aos de edad (ONUDC, 2006). Las tendencias de la percepcin del consumo dedrogas muestran en el informe de la ONU- por primera vez en muchos aos - una mdica disminu-cin en 2004. La mayor cantidad de cocana se sigue consumiendo en Amrica, en particular enAmrica del Norte, que representa, con 6,5 millones de consumidores, casi la mitad del mercadomundial de cocana. En los Estados Unidos, los ltimos estudios del National Institute on DrugAbuse (NIDA) sobre prevalencia de consumo de sustancias entre estudiantes de enseanza supe-rior indicaron que, tanto en el caso de la cocana como en el del crack, la prevalencia anualdisminuy en 2005. Las tasas de prevalencia de cocana han descendido un 20% aproximada-mente con respecto a 1998.

    Sin embargo los resultados y evidencias muestran la tendencia contraria en Europa, en dondesigue aumentando el consumo de cocana. Segn los informes de los pases europeos los 3,5millones de consumidores de esta sustancia en el continente representan el 26% del consumomundial de cocana, especialmente en los pases de Europa Occidental y Central. Espaa y el ReinoUnido comunicaron tasas de prevalencia anual superiores al 2%. El consumo de cocana en fricamostr una tendencia al alza en 2004, mientras que en Asia sigue siendo muy limitado.

    I Evolucin reciente de consumo de drogas

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    Estimulantes de Tipo Anfetamnico (ETA)

    Este grupo abarca las anfetaminas (anfetamina, metanfetamina), el xtasis (MDMA y sustan-cias conexas) y otros estimulantes sintticos (metatinona, fentermina, fenetilina, etc.). La evolu-cin de los hechos en el mercado de los estimulantes de tipo anfetamnico, luego de su gran au-mento en los 90s, sugieren una progresiva estabilidad.

    En el mundo unos 25 millones de personas consumieron anfetaminas en 2004, mientras queunos 10 millones usaron xtasis. Segn los datos de la ONU ms del 60% de los consumidores deanfetaminas del mundo viven en Asia, mientras que ms del 50% de los consumidores de xtasisviven en Europa y Amrica del Norte. En Europa, donde se calcula que viven 2,7 millones de consu-midores de anfetaminas, su consumo est mucho ms extendido que el de metanfetamina, que secircunscribe a la Repblica Checa y algunos Estados del Bltico. Por otra parte, tras una ciertadisminucin en 2003, se percibi un nuevo aumento del consumo de metanfetaminas en variasregiones de Asia (ONUDC, 2006).

    El resultado neto de todas estas tendencias fue un leve aumento de la tendencia mundial deconsumo de drogas, tal y como lo percibieron los expertos en 2004 (ONUDC, 2005). Las cotasmundiales de consumo de xtasis muestran seales de estabilizacin tras aos de marcado creci-miento.

    El consumo de xtasis acusa tendencias desiguales. Los estudios revelan que en los ltimosaos, los pases de Amrica del Norte han tenido enormes descensos del consumo de xtasis, enespecial en los Estados Unidos, que quedaron reflejados en encuestas estudiantiles. Sin embargo,en Europa la situacin es diferente pues los datos revelan que tras aos de crecimiento, el consu-mo de xtasis ha empezado a estabilizarse en varios pases de Europa occidental. Tambin seobservan aumentos en pases de Asia oriental y sur oriental y de Oceana.

    El ltimo estudio de NIDA (2006) sobre estudiantes de secundaria en los Estados Unidos muestraun preocupante regreso de la mentanfetamina (crystal, ice), desde hace algunos aos, entre losestudiantes de secundaria: 3.4% de prevalencia de vida, 2% de prevalencia de ltimo ao y 0.8%de ltimo mes. La tendencia actual es al descenso.

    Cannabis

    El Cannabis sigue siendo la droga ms consumida y su consumo contina aumentando en elmbito mundial. Se calcula que 162 millones de personas consumieron Cannabis en 2004, lo queequivale al 4% aproximadamente de la poblacin mundial de 15 a 64 aos de edad.

    en trminos relativos, el consumo de Cannabis es ms prevalente en Oceana,seguida de Amrica del Norte y frica. Aunque Asia cuenta con la prevalencia ms bajaexpresada en funcin de la poblacin, en trminos absolutos es la regin que acoge aunos 52 millones de consumidores de Cannabis, cerca de la tercera parte del total esti-mado. Los siguientes mercados en importancia, en trminos absolutos, son frica yAmrica del Norte. Por otra parte los datos de la tendencia procedentes de Am-rica muestran unos resultados desiguales y podran describirse entre estables y en ligera

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    disminucin, aunque en algunos pases el consumo de Cannabis tambin est aumen-tando. En los Estados Unidos, la prevalencia anual de consumo de Cannabis entre lapoblacin en general permaneci esencialmente estable en 2004. No obstante, el con-sumo de Cannabis entre los estudiantes de enseanza secundaria en los Estados Unidossigui disminuyendo. De 1997 a 2005, el consumo de Cannabis entre los estudiantes deenseanza superior descendi un 20% aproximadamente. En Oceana se comunicarontasas de consumo de Cannabis en disminucin (ONUDC, 2006)

    Por el contrario, el consumo ha aumentado en frica, Asia y algunos pases de Europa. Laspercepciones de los expertos siguieron apuntando al alza, lo que sugiere que en 2004 continu laexpansin del consumo mundial de Cannabis. Desde finales del decenio de 1990, el consumo deesta sustancia aument ms de un 10% a escala mundial. Todos los indicadores disponibles su-gieren que la expansin del consumo de Cannabis en el curso del ltimo decenio fue ms agudaque los aumentos correspondientes a los opiceos o la cocana y parecida a la observada en elcaso de los estimulantes de tipo anfetamnico (ONUDC, 2006).

    En general en comparacin con el Informe Mundial sobre las Drogas de 2005, las tendencias dela percepcin del consumo de drogas fueron las siguientes:

    Se percibi que el consumo de Cannabis sigue en aumento;

    Por primera vez desde hace aos, se percibi un leve descenso del consumo de cocana;

    Hay tendencias ascendentes del consumo de opiceos y de ETA, incluido el xtasis.

    Durante los ltimos doce aos, los aumentos ms pronunciados del consumo de drogas sepercibieron en el caso del Cannabis y los estimulantes de tipo anfetamnico. El aumento de losopiceos y la cocana fueron menos acentuados.

    Una de las muestras de las tendencias actuales en consumo de drogas es el caso de Espaa,donde Barrio, Bravo y De la Fuente (2000) describen cmo entre los consumidores de heronatratados por primera vez, la edad media pas de 25,7 en 1991 a 30 en 1998, y la edad media deinicio en el consumo de 20,6 a 21,4, plantendose un descenso de la incidencia de consumo. Por elcontrario, para el caso del consumo de cocana evidenciaron el aumento rpido de las tendencias,encontrando que en 1997 un 1,6% de los espaoles de 15-64 aos haban consumido cocana enel ltimo ao, mientras que en otros pases de la UE no superaban el 1%.

    2. T2. T2. T2. T2. Tendencias del consumo en Suramricaendencias del consumo en Suramricaendencias del consumo en Suramricaendencias del consumo en Suramricaendencias del consumo en SuramricaEn los pases suramericanos, el alcohol es la droga de mayor consumo entre los estudiantes de

    secundaria de los nueve pases que participaron en la investigacin realizada por la CICAD y elSistema subregional de informacin e investigacin sobre drogas (2006): Argentina, Bolivia, Brasil,Colombia, Chile, Ecuador, Paraguay, Per y Uruguay. En este estudio la mayor tasa de consumoactual o prevalencia de ltimo mes de alcohol la registra Colombia con 50,3%, seguido de Uruguaycon 50,1%, es decir, 1 de cada 2 estudiantes ha consumido alguna bebida alcohlica en el ltimomes previo al estudio. En ambos pases el uso actual de alcohol es ms alto con relacin a los otrospases tanto en hombres como en mujeres. En Colombia y Brasil el uso de alcohol en estudiantes es

    I Evolucin reciente de consumo de drogas

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    ms precoz con relacin a los dems pases, presentando tasas de consumo de 37,6% y 34,9%respectivamente en alumnos de 14 aos de edad o menores. El menor uso actual de alcohol loregistran los estudiantes de Bolivia, con 16,4%, donde el uso precoz es tambin el ms bajo, 6,4%.

    En cuanto al uso de tabaco, el estudio reporta que los estudiantes de Chile llevan la delanteracon prevalencias de consumo de ltimo mes de 38,3%, donde el uso es mayor en las mujeres con41,3% con relacin a los hombres, con prevalencias mes de 35,4%. El uso de tabaco entre esco-lares chilenos es muy precoz, alcanzando prevalencias mes de 25,5% en estudiantes de 14 aosde edad o menos: es decir, 1 de cada 4 estudiantes fuma tabaco antes de cumplir los 15 aos. Lasms bajas prevalencias mes de tabaco las registran los estudiantes de Brasil con 11%, que tam-bin presentan el uso precoz ms bajo, con 4,8%.

    Psicofrmacos sin prescripcin mdica

    El uso de tranquilizantes benzodiacepnicos, tales como diazepam y alprazolam y el de estimu-lantes sintticos como anfetaminas y metanfetaminas, sin prescripcin mdica, tambin alcanzamagnitudes preocupantes entre la poblacin escolar suramericana. La prevalencia del ltimo aode tranquilizantes alcanza el 7,1% en Paraguay 7,0% en Bolivia y 6,4% en Colombia. La prevalen-cia de ltimo ao de estimulantes anfetamnicos alcanza al 3,5% y 3,4% en Colombia y Brasilrespectivamente, y 3,1% en Bolivia. Cabe destacar que el ms bajo consumo reciente de tranqui-lizantes sin prescripcin mdica lo registran los estudiantes de Per, con 2,2%. El menor uso deestimulantes lo registran los escolares de Per con 0,7% y Ecuador con Uruguay con 1,3% y 1,6%respectivamente.

    Marihuana

    Los resultados del estudio suramericano sobre el consumo de drogas ilcitas en estudiantes desecundaria, de acuerdo a la prevalencia de ltimo ao o uso reciente de drogas, indican como enlos resultados a nivel mundial- que la marihuana es la droga ilcita de mayor consumo entre estapoblacin, con la sola excepcin de Brasil donde los inhalables son definitivamente la droga demayor consumo.

    La prevalencia ao ms alta de marihuana la registran los estudiantes de Chile con 12,7%,seguido de Uruguay con 8,5%. Sin embargo, ambos pases presentan una situacin muy particularque marca una diferencia con relacin al resto. En ambos pases ms del 60% de los estudiantesconsume slo marihuana: un 62,3% en el caso de Chile y un 74% en el caso de Uruguay. Adems,en el caso de los estudiantes de Chile, 24% consume marihuana y otra droga, dejando slo a un13% de escolares que usa otra droga diferente de la marihuana.

    En el caso de los escolares de Uruguay, 19% usa marihuana y otra droga, y menos del 7% deestudiantes usa otra droga diferente de la marihuana. En todos los dems pases la proporcin deestudiantes que usa drogas distintas de la marihuana es mayor: 20% en el caso de Argentina,35% en Paraguay y sobre el 35% en el resto de los pases. La gran diferencia de consumo dedrogas distintas de la marihuana la marca Brasil, donde el 71% de los estudiantes usa drogasdistintas de la marihuana, fundamentalmente sustancias inhalables.

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    El consumo de marihuana es siempre ms alto entre los estudiantes hombres con relacin alas mujeres, en todos los pases, situacin que se repite en el resto de las drogas ilcitas con la solaexcepcin de Chile en el consumo reciente de xtasis e inhalables, donde las mujeres tienen unconsumo similar a los hombres en xtasis y de inhalables levemente mayor.

    Volviendo a los resultados para marihuana, el uso ms precoz de esta droga lo realizan losestudiantes de Chile, con prevalencias ao de 4,1% en escolares de 14 aos de edad o menores,seguido por los estudiantes argentinos con prevalencias de 3,3%.

    Cocana y Pasta Base

    Las mayores tasas de consumo reciente de cocana y pasta base la registran los estudiantesde Argentina y Chile. El consumo de cocana presenta tasas de consumo reciente similares entreestos pases: 2,5% en Argentina y 2,4% en Chile. Sin embargo, en el caso de pasta base la preva-lencia ao de Chile es de 2,1% y la de estudiantes argentinos de 1,6%. Ambos pases tambinregistran el mayor uso precoz de estas drogas; pero las tasas de consumo reciente son ms altasentre los estudiantes de Argentina, con 2,1% en cocana y 1,6% en pasta base, mientras que enChile el consumo precoz registra tasas de 1,4% y 1,5% en cocana y pasta base respectivamente.

    xtasis e Inhalables

    Los escolares de Colombia registran la mayor prevalencia ao de xtasis, con 2,8%, seguidopor los estudiantes de Chile con 1,6%. Para interpretar y discutir los resultados de este punto delestudio debe tenerse en consideracin que Brasil no midi el consumo de esta droga y Argentina yUruguay slo midieron su uso alguna vez en la vida, razn por la que el consumo reciente de xtasisse compara solamente entre seis pases. El consumo de inhalables entre los estudiantes de Brasiles de lejos el ms elevado, con una prevalencia de consumo de ltimo ao de 15,3%, cuatro vecesms alto que el pas que le sigue, Colombia, con una tasa de 3,5%.

    3. Uso de drogas en Colombia: resultados recientes3. Uso de drogas en Colombia: resultados recientes3. Uso de drogas en Colombia: resultados recientes3. Uso de drogas en Colombia: resultados recientes3. Uso de drogas en Colombia: resultados recientesPara el caso de Colombia los resultados de la aplicacin de la Encuesta Nacional sobre

    consumo de Sustancias Psicoactivas a Jvenes Escolarizados de 12 a 17 aos en Colombia,2004, realizada entre octubre de 2004 y febrero de 2005 por el Ministerio de la Proteccin Social,en cooperacin con la CICAD/ OEA y la Agencia Colombiana de Cooperacin Internacional ACCI,tuvieron como objetivo general determinar la magnitud, tendencia y patrn del consumo de Sus-tancias Psicoactivas, adems de las variables que condicionan dicho consumo y sus consecuen-cias sociales, en los jvenes escolarizados de 12 a 17 aos de Colombia en el ao 2004.

    En este estudio el universo del estudio se conform por las instituciones pblicas y privadasexistentes en el ao 2002 segn el Ministerio de Educacin Nacional (MEN), con al menos un cursode los grados 7, 9 y 11 para un total de 1198.942 alumnos en 5.245 instituciones. La muestrafue de un poco ms de 100.000 jvenes.

    I Evolucin reciente de consumo de drogas

  • [16][16][16][16][16]Transiciones en el consumo de drogas en Colombia

    En el mbito nacional, las prevalencias de vida, ao y mes ms altas corresponden al consumode sustancias psicoactivas lcitas tales como el alcohol y cigarrillo, presente en todos los grupos deedad estudiados y en proporcin creciente a medida que aumenta la edad, con prevalencias devida de consumo de alcohol y cigarrillo que van desde el 50% y 20% en escolares de 12 y 13 aoshasta 92% y 67% en el grupo 18 a 19 aos, para cada sustancia respectivamente.

    Por sexo, las prevalencias de vida, ao y mes, fueron mayores en el sexo masculino. Igualmentefueron mayores las prevalencias de consumo en los estudiantes que haban repetido ms de un cursoo aquellos que tuvieran problemas de disciplina, con diferencias significativas frente a aquellos estu-diantes que no han repetido curso o no han registrado problemas de comportamiento. No se eviden-ciaron diferencias en el consumo de alcohol y cigarrillo entre los colegios pblicos y privados.

    En el mbito nacional, las prevalencias de vida, de ao y de mes fueron de 74,9%, 61,9% y50,3% para consumo de alcohol, y 46,5%, 30,6% y 22,7% para consumo de cigarrillos,respectivamente.

    En orden de frecuencia, le sigue al consumo de alcohol y cigarrillos el uso indebido de lostranquilizantes con una prevalencia de vida, ao y mes de 9,9%, 6,4% y 5,0%, respectivamente,sin diferencias significativas de prevalencias por sexo y estimaciones precisas de la prevalencia devida en ms de la mitad de los departamentos del pas.

    Entre las drogas ilcitas, la marihuana es la sustancia que presenta las mayores prevalenciasde vida, ao y mes, con 7,6%, 6,6% y 2,3% a nivel nacional, siendo ms altas que el promedionacional en la zona andina, que en el resto de regiones. El consumo de marihuana essignificativamente mayor entre hombres que en mujeres y entre estudiantes que han tenidoproblemas de comportamiento y/o disciplina en el colegio y son repitentes, comparados con losque no han tenido problemas o no han repetido aos. De acuerdo al tipo de colegio, se observa-ron diferencias significativas en las prevalencias de ao y mes, siendo mayores las prevalenciasen los colegios pblicos.

    El consumo de estimulantes, inhalables/solventes y xtasis siguen en orden de frecuencia conprevalencias de vida de 5,6%, 3,8% y 3,3%, y prevalencias de ao de 3,3%, 3,3% y 2,8%, res-pectivamente, que se observan tanto a nivel nacional como a nivel regional y de las 5 grandesciudades del pas. Estas sustancias tienen un prevalencia de consumo significativamente mayoresen el sexo masculino que en el femenino. Los alucingenos y la cocana presentan prevalencias devida del orden de 2,1% y 1,8%, con predominio de uso en el sexo masculino.

    Analizadas las prevalencias del estudio con las establecidas en otros anteriores como el estu-dio realizado por el Programa Presidencial RUMBOS (2002), si bien no son del todo comparablespor diferencias metodolgicas de los estudios, se observa un incremento del consumo de sustan-cias psicoactivas por los jvenes escolares, con edades de inicio cada vez ms tempranas. Por otrolado, es importante resaltar el aumento de la prevalencia de consumo de inhalables y solventes,con respecto a lo observado en estudios anteriores.

  • [17][17][17][17][17]

    II. TRANSICIONES EN EL CONSUMO DE SUSTII. TRANSICIONES EN EL CONSUMO DE SUSTII. TRANSICIONES EN EL CONSUMO DE SUSTII. TRANSICIONES EN EL CONSUMO DE SUSTII. TRANSICIONES EN EL CONSUMO DE SUSTANCIAS PSICOACTIVASANCIAS PSICOACTIVASANCIAS PSICOACTIVASANCIAS PSICOACTIVASANCIAS PSICOACTIVAS

    Desde el punto de vista sociolgico el fenmeno de las transiciones es uno de los mssobresalientes en cuanto al consumo de drogas se refiere. Este concepto incluye bsicamente dosfenmenos:

    1. El paso de un tipo de sustancia a otro: por ejemplo, de alcohol a marihuana, de marihuanaa cocana, de cocana a herona.

    2. El paso de una forma de administracin a otra: por ejemplo, de inhalar cocana a inyectarse,o de fumar cocana a inyectarse.

    El tema comenz a ser investigado formalmente en la dcada de los 80s, cuando algunosconsumidores de marihuana y anfetaminas decidieron probar herona y se encontraron involucradosen una serie de problemas de salud, que incluan desde infecciones provocadas por el hecho decompartir jeringas hasta el VIH/SIDA. El problema se agrav de manera especial en Italia, Escociay algunas regiones de Espaa, al igual que en la costa Este de los Estados Unidos. Poco tiempodespus, la prohibicin del consumo de opio fumado tradicional provoc un incremento sorpren-dente del consumo de herona en pases como Tailandia, Myanmar (antigua Birmania) y Vietnam;en este ltimo pas especialmente se produjo una oleada de infeccin por VIH que produjo la muer-te de cientos de personas (Wilcox y cols., 2002).

    Con la cada del muro de Berln y la desaparicin de la Unin Sovitica, se increment de unamanera muy notable el trfico y el consumo de sustancias ilcitas como la herona y la cocana enEuropa del Este, regin en la que anteriormente se consuman primordialmente marihuana y alco-hol; como consecuencia, en todos estos pases se present un aumento considerable de casos deSida y de hepatitis B y C. Algo semejante ha venido ocurriendo recientemente en algunos pases deAsia Central como Pakistn, Afganistn e Irn (Wilcox y cols., 2002). En los Estados Unidos, espe-cialmente durante los aos 90s, un nmero importante de cocainmanos que usualmente aspira-ban la cocana por la nariz decidieron empezar a inyectrsela; durante esa poca se increment elnmero de emergencias hospitalarias asociadas con sobredosis.

    En Amrica Latina pocos pases (entre ellos Brasil, Argentina y, recientemente, Colombia) sehan visto involucrados en problemas relacionados con herona; pero la aparicin de esta sustanciaen el mercado latinoamericano ya desencaden una crisis grave en el Brasil (especialmente en SaoPulo y Ro de Janeiro) relacionada con la infeccin de VIH; y en Colombia se present en el 2005,por primera vez en la historia, un nmero importante de muertes y de emergencias hospitalariasrelacionadas con consumo de herona.

    En el caso colombiano, cierta informacin de carcter clnico (no suficientemente sistematizaday por ello de una confiabilidad limitada) da alguna informacin sobre la transicin de una sustanciaa otra: lo que sabemos o mejor, inferimos, pues nunca se han hecho estudios sistemticos alrespecto- es que se pasa del alcohol a la marihuana, de esta a la cocana y luego a otras sustan-cias (patrn conocido como A-B-C: alcohol-bareta-cocana); pero la realidad es que esa se-cuencia ha venido sufriendo cambios en los ltimos aos, debido a hechos como la aparicin delxtasis, el incremento del consumo de tranquilizantes o el aumento de la frecuencia del consumo

    I Evolucin reciente de consumo de drogas

  • [18][18][18][18][18]Transiciones en el consumo de drogas en Colombia

    de inhalables en clases econmicamente pudientes. Igualmente, una cierta variedad de sustan-cias sintticas como la quetamina, el cristal y el popper han aparecido recientemente en elmercado colombiano y pueden haber influenciado ese supuesto patrn estndar.

    En cuanto a la transicin de vas de administracin, sabemos que el consumo de basuco (co-cana fumada) ha disminuido (Rumbos, 2002; MPS/CICAD, 2005) y que un cierto nmero depersonas ha comenzado a inyectarse herona luego de haber estado fumndola por un cierto tiem-po. Pero la realidad es que carecemos de informacin precisa y actualizada sobre esta temtica.

    Uno de los primeros en estudiar situaciones y comportamientos relacionados con los cambiosen el consumo de drogas fue Kandel (1975), quien propuso la existencia de algunas etapas en elproceso de los adolescentes involucrados en el uso de drogas. Segn el autor las drogas legalesson intermediarias necesarias entre el no uso y el consumo de marihuana. Los resultados de suestudio revelaban que mientras el 27% de los estudiantes de secundaria que fumaban y consu-man alcohol iniciaban el consumo de marihuana entre 5 6 meses despus, solo el 2% de aque-llos que no haban usado una sustancia legal, lo hacan.

    As mismo, Kandel (1975) afirma que la marihuana es un paso crucial en el camino hacia lasdrogas ilcitas. Mientras que el 26% de consumidores de marihuana continuaban al consumo deLSD, anfetaminas o herona, solamente 1% de los no consumidores de marihuana y el 4% de losque usaban drogas legales (alcohol y cigarrillo) continuaron con tales sustancias.

    A partir de los resultados de dos estudios longitudinales realizados con estudiantes de secun-daria de Nueva York, el autor afirma que el uso de drogas no comienza con el consumo de marihua-na, sino con las drogas legales: cerveza o vino inicialmente, y cigarrillos o bebidas alcohlicasfuertes posteriormente. En su estudio el uso de drogas comienza con las drogas legales: Seencuentra que prcticamente no ocurre la progresin directa del no uso de drogas al consumo dedrogas ilegales, solamente el 1% de los no consumidores pasaron directamente al consumo dedrogas ilegales sin haber tenido experiencia previa con las drogas legales. Igualmente, al anali-zar los eventos de regresin en la transicin, encuentra que ... los usuarios de drogas ilegales noregresan directamente al no uso, solamente a categoras ms bajas de consumo de drogasilegales o a drogas legales. (Kandel, 1975)

    Las etapas sugeridas por este autor revelaban ya desde ese entonces una clara secuencia enel uso de drogas: no uso, consumo de cerveza o vino, consumo de bebidas fuertes, consumo decigarrillo; ninguno de los jvenes que haba consumido cerveza o vino progresaba a drogas ilcitassin haber consumido bebidas fuertes o cigarrillo. Adems la progresin al consumo de marihuanase observ predominantemente entre los jvenes que ya haban consumido cigarrillo o bebidasfuertes. Sin embargo se afirma claramente que aunque los datos mostraran una secuencia en eluso de drogas, una droga particular no llevara invariablemente al consumo de una de las drogassiguientes en la secuencia, ... muchos de los jvenes pararon en una etapa particular de lasecuencia y no progresaron ms; otros regresaron a drogas ms bajas.... Las etapas identifi-cadas por Kandel se muestran en la figura 1:

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    Fig. 1: Principales cambios y probabilidades de moverse de una etapa a otra en el uso de drogas

    Transiciones en el uso de drogas: Del uso de alcohol y cigarrillo al uso de otras drogas

    Algunos investigadores han abordado el tema de las transiciones en el consumo de drogasanalizando el paso del consumo de alcohol o cigarrillo, o ambos, al uso de otras sustanciaspsicoactivas; tal es el caso de Herrera, Wagner, Velasco, Borges y Lazcano (2004). Para examinarstas transiciones estimaron la probabilidad de iniciar el uso entre estudiantes que reportaron suconsumo por primera vez. Al igual que en investigaciones previas como la de Kandel (1975), suestudio ubic el consumo de alcohol y/o tabaco como un importante antecedente del inicio en elconsumo de otras sustancias, ya que observaron que la proporcin de usuarios aumentaba con laedad, y adems documentaron un exceso de riesgo asociado al sexo masculino. Asimismo, suestudio fue consistente con otros estudios (Kosterman y cols., 2000; Kandel, 1975) sobre la teorade la puerta de entrada a las drogas basados en observaciones de la progresin temporal encantidad y frecuencia, que por otra parte, indican que el uso de alcohol o de tabaco en la adoles-cencia temprana (12-14 aos) sita al individuo en gran riesgo de uso posterior e incrementa susposibilidades de iniciar el consumo de otras drogas como marihuana y cocana de los 18 a los 24aos de edad.

    Las prevalencias que hallaron los autores para el uso de alcohol, tabaco y drogas fueron acor-des con las reportadas en diversos estudios mexicanos (Caballero y cols., 1999; Encuesta Nacio-nal sobre el Uso de Drogas, 1991) . Al respecto, los autores afirman que los modelos de la piedraangular y puerta de entrada han resultado tiles para describir, pero no para explicar etapas delinvolucrarse en el consumo de drogas, por lo que con el fin de aumentar la capacidad explicativa deesos modelos consideraron preciso incorporar elementos intermedios que, siendo condicin nece-saria, vincularn una etapa de evolucin en el consumo de drogas con la siguiente.

    Por su parte, Wagner y Anthony (2002) han desarrollado estudios acerca de un posible meca-nismo para comprender el proceso de verse involucrado en el uso de drogas: la exposicin aoportunidades para usarlas. La evidencia de estos autores seala que el exceso de ocurrencia enel uso de drogas entre hombres se remonta a diferencias en la exposicin a oportunidades parausar drogas entre sexos, y ms recientemente ofrecen evidencia a favor de la idea de que losusuarios de alcohol o de tabaco tienen mayor riesgo de usar marihuana, cocana y otras drogasprecisamente porque en cada etapa del proceso tienen mayor exposicin a oportunidades parausarlas que los no usuarios. Destacan cmo el ofrecimiento de la droga como regalo de algnamigo o conocido fue el principal mecanismo de exposicin al uso de drogas en el caso de su

    I Evolucin reciente de consumo de drogas

  • [20][20][20][20][20]Transiciones en el consumo de drogas en Colombia

    estudio (Wagner y cols., 2002). Adems se encontr que aproximadamente uno de cada tres estu-diantes de los que tuvieron la oportunidad de hacerlo, consumi alguna droga.

    A partir de los resultados los autores distinguen dos etapas: antes y despus de haber estadoexpuesto al consumo. Sugieren que esta distincin puede resultar fructfera en diversos campos,ya que constituye un posible eslabn que permite comprender las etapas y transiciones que sesuceden en el proceso de verse involucrado en el uso de drogas.

    El concepto de exposicin a oportunidades para usar drogas se refiere a la posibilidad dehaber usado alguna droga (marihuana, cocana, herona, etc.), ya sea por invitacin de cualquierpersona, por haber buscado la ocasin para hacerlo, o bien por hallarse en alguna circunstanciaque propiciara el consumo aunque sin buscarla intencionalmente (por ejemplo, un hermano olvidesconder un paquete con marihuana) (Wagner y cols., 2003). A partir de esta definicin algunosestudios asumen que el verse expuesto al uso de drogas es una condicin necesaria para iniciar suconsumo, pero que ste puede evitarse. Por lo tanto, ofrecen nuevas perspectivas para la com-prensin del acercamiento progresivo al uso de drogas y de sus determinantes. Otros autorescomo Van Etten y cols., 1997; Crum y cols., 1996; Grady y cols., 1986, han trabajo en el temalogrando varios hallazgos: por ejemplo, tener un ofrecimiento de drogas y/o la progresin de etapasposteriores en el consumo de la droga ha sido asociada a:

    Vecindario medio- pobre (Crum y cols., 1996)

    Padres divorciados (Grady y cols., 1986; Stenbacka y cols., 1993)

    Uso previo de alcohol y cigarrillo (Stenbacka y cols. , 1993)

    Pobre control emocional (Stenbacka y cols. , 1993)

    De lo anterior se desprende que los estudios sobre las ocasiones que exponen al uso de drogas,pueden ser particularmente relevantes para disear y evaluar intervenciones enfocadas en la pre-vencin y atencin. Sin embargo, a pesar de la importancia que tiene este concepto, son pocas lasinvestigaciones que se han centrado en este tema; y hasta donde los autores de este trabajopudieron explorar, en ningn pas de Amrica Latina, exceptuando a Mxico, se han llevado a caboestudios sobre este tema.

    TTTTTransiciones en la va de administracin de una drogaransiciones en la va de administracin de una drogaransiciones en la va de administracin de una drogaransiciones en la va de administracin de una drogaransiciones en la va de administracin de una drogaHerona

    Existen diferentes vas de administracin de una droga; por ejemplo, la herona es frecuente-mente fumada en chino (derivado del termino chasing the dragon, tal y como se denomina enpases europeos al hecho de inhalar el humo de la herona calentada sobre papel aluminio); asi-mismo la herona se utiliza de modo intravenoso (ms raramente de manera intramuscular o sub-cutnea), en ocasiones inhalada o fumada en forma de cigarrillo. La cocana por su parte puede serinhalada, fumada como pasta, basuco, pasta base o crack; tambin puede ser inyectada. Lasanfetaminas son tomadas por va oral, inhaladas e inyectadas. Strang, De Jarlais, Griffiths y Gossop(1992), desarrollaron un amplio y reconocido documento que puntualiza algunas inquietudes que

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    deben resolverse en el contexto de las transiciones del consumo de drogas; entre ellas los autoresse preguntan por ejemplo si las vas de administracin de una droga varan de lugar y de tiempo.Ellos afirman que existen evidencias que hacen pensar que la respuesta podra ser afirmativa,pues hacia los 80s el uso de herona fumada haba aumentado en el Reino Unido y en el Norte deEuropa con variaciones geogrficas claras: ...en ciudades como Londres, Manchester y msterdamla herona se consuma va chasing o por inyeccin intravenosa. Mientras que en ciudadescomo Edinburgo y ciudades espaolas e italianas, la va intravenosa permaneca como la ruta deadministracin universal de la herona. La va inhalada aumenta de manera ms evidente enciudades como Nueva York....

    Strang y cols. (1992) tambin se preguntan acerca de los factores que influyen en el cambio deva de administracin y cmo estos interactuaran resultando en la diversidad de comportamientoque se puede observar. Finalmente, se preguntan hasta dnde seria posible alterar estas influen-cias con el objetivo de reducir el consumo de la sustancia por cualquier va de administracin. Losautores consideran que una posible respuesta a las preguntas estara asociada al tipo de drogaque se encuentre en cada contexto: as, si la herona en su apariencia es menos fcil de inyectar(de consistencia ms densa), su consumo tendera a ser de forma fumada.

    En este mismo contexto, es til tomar una de las preguntas formuladas por Strang y cols.(1992) sobre si el contexto influye en la seleccin inicial de la va de administracin y en lasposibles transiciones que se tengan de la sustancia que se consume. Auld, Dorn y South (1986)afirman en uno de sus estudios que la disminucin del costo de la herona en los 80s en el ReinoUnido fue uno de los factores que incidi en el aumento del uso de vas de administracin que sedenominaron ms costosas (inhalacin y fumar). Tambin sugirieron que la falta de conno-taciones negativas y la baja percepcin de los peligros asociados al consumo de la droga, refor-zaron la idea de consumir herona por vas no-intravenosas.... Consideran entonces que ladisponibilidad de herona ms econmica determinara que los usuarios de la misma interpretaranque su forma de administracin estara menos estigmatizada y en consecuencia su uso sera me-nos problemtico.

    El terico interaccionista Becker desde 1963 intentaba mostrar cmo los patrones de uso delas drogas eran socialmente construidos a travs de procesos dinmicos. Segn este autor, losconsumidores de marihuana primero tenan que aprender la tcnica de los fumadores de marihua-na, luego percibir los efectos y finalmente definir si era placentero. El proceso de ser un consumidorde marihuana se alcanza entonces, segn el autor, a travs de la interaccin con otros. La nocinde cuidado del otro es central en esta perspectiva. Las vas de administracin de la herona segnStrang y cols. (1992) pueden ser explicados parcialmente por este anlisis. As, los usuarios deherona tendran que aprender un mtodo apropiado de intoxicacin; este proceso de aprendizajeseguramente reflejara la va de administracin predominante en la subcultura local.

    Los autores sugieren que el concepto de identidad y cuidado del otro tambin podran ayudar aexplicar otras vas de administracin de la droga, como aquellas en las que los consumidores seven a s mismos como inhaladores, fumadores de chinos o inyectores.

    I Evolucin reciente de consumo de drogas

  • [22][22][22][22][22]Transiciones en el consumo de drogas en Colombia

    Otras preguntas formuladas por Strang y cols. (1992), que amplan el marco de referencia delas transiciones en el consumo de drogas seran:

    La seleccin de la va de administracin est influenciada por la disponibilidad de laparafernalia del uso de la droga?Para los autores, algunas observaciones hacen presumir que existe una relacin entre ladisponibilidad de la parafernalia y el uso asociado de drogas va intravenosa; sin embargoestas observaciones, aunque pueden explicar en algo la situacin, no logran explicar loscomportamientos resultantes, como en el caso del Reino Unido, donde la contencin dedisponibilidad de agujas y jeringas haba sido claramente insuficiente para prevenir elamplio uso de herona intravenosa en las ultimas dcadas y, por el contrario, se asocia conla epidemia de VIH en algunas ciudades de Europa.

    Son reversibles las transiciones?Segn los autores las transiciones son vistas como progresiones en una pendiente desli-zante. Si eso es as, entonces se preguntan si es posible que los consumidores de drogasretrocedan en la pendiente. Strang, Heathcote y Watson (1987) reportaron en un estudiotransversal, cmo claramente una proporcin de la cohorte haba sido capaz de alcanzaruna forma de recuperacin parcial devolvindose en las vas de administracin utiliza-das. As mismo, reportaron un nmero importante de pacientes que pararon el consumo deherona por va intravenosa o dejaron de compartir jeringas, al mismo tiempo en que elnivel de conciencia publica aumentaba en relacin con el VIH. De hecho el 85% report quedetener el consumo por va intravenosa hubiera sido ms fcil si el tratamiento hubieraestado ms disponible. Segn Stimson (1992) la existencia de una conciencia en salud delconsumidor de droga, y la relevancia dada a las tcnicas de inyeccin ms seguras, sonelementos que influyen en la naturaleza de continuar el uso de una droga y de la seleccinde su va de administracin. De otra parte, Oviedo, March, Romero y Snchez (2005) afir-man que han ido ganando espacio otras vas de administracin junto a la intravenosa, enespecial la va pulmonar ya mencionada como fumar en chinos. En Espaa el consumode herona por va intravenosa ha ido disminuyendo, extendindose el uso de la misma porla va pulmonar. El Observatorio de Drogas en su informe 6 revela cmo en el ao 1991entre las personas admitidas a tratamiento por consumo de herona, la va intravenosaagrupaba al 74.7% de los usuarios, mientras que en el ao 2001 se extendi solo al 24.2%,prevaleciendo el consumo por inhalacin o en forma de cigarrillos, con un 67.4%. Sinembargo los autores revelan que a pesar de estos datos, existen diferencias por Comuni-dades Autnomas, sugiriendo que aspectos culturales o de disponibilidad del tipo de sus-tancia en el mercado pueden influir en la eleccin de la forma de administracin de laherona. El anlisis de la forma de consumo de la herona tiene su principal fundamento enel protagonismo que cobra la va parenteral en el contagio y propagacin de enfermedadesinfecciosas, principalmente el SIDA y la hepatitis B y C. El descenso del uso de la vaintravenosa ha ido acompaada de una disminucin de la infeccin por VIH entre los usua-rios de herona. Sin embargo Oviedo y cols. (2005) afirman que el uso de la va pulmonar nodescarta posibles transiciones hacia la inyectada, asociada sta con una prdida del con-trol de consumo, marginacin y mayor tiempo de consumo. El estudio se realiz con una

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    muestra de 285 personas en situacin de exclusin social con consumo de herona; enste se encuentra que son cuatro factores los que se muestran asociados a una mayorprobabilidad de inyectarse: sexo, edad, edad de inicio en el consumo y nmero de trata-mientos anteriores con metadona. Las mujeres que participaron en el estudio prefirieron lava pulmonar, lo cual tambin ha sido indicado por otros autores (Gossop y cols, 1994).Los resultados sugieren que los ms jvenes y quienes se han iniciado ms tardamente enel consumo de herona tienden a usar la va inyectada en menor medida; afirman los auto-res que la edad de inicio en el consumo, como factor de riesgo, es una constante enlos estudios sobre drogas, donde se indica que cunto ms jvenes comienzan las per-sona a consumir, mayores son los daos asociados; sugieren adems que el consu-mo por la va pulmonar podra estar acercando la herona a poblaciones jvenes, por surpida biodisponibilidad con la ventaja de poder administrrsela sin necesidad de utilizaruna aguja. Asimismo, Oviedo y cols, (2005) afirman que quienes han realizado ms de dostratamientos con metadona, en comparacin con los que no han realizado ninguno, tiendena usarla en mayor medida de manera inyectada, posiblemente aquellos usuarios deherona para los cuales los tratamientos disponibles no han sido efectivos sean los quepresentan conductas de mayor riesgo asociadas al consumo, y por ende, suman msproblemas a su dependencia.

    Para Oviedo y cols., (2005) las explicaciones para el paso hacia el uso de la va inyectadadesde la pulmonar son: la presin social, tener una pareja que se inyecta, la influencia del merca-do, cambios en las costumbres, entre otras. Segn estos autores no se encontraron en su muestraevidencias de transiciones inversas, es decir, de usuarios por va intravenosa a la va pulmonar.

    En el caso de los patrones de consumo y su cambio a lo largo de los aos, Espaa tambinrefleja las generalidades halladas en los pases europeos. As entonces, la mayora de los consumi-dores de herona usan esta droga preferentemente por va pulmonar (fumadores) o intranasal. En1998 un 62,2% de los tratados por dependencia de herona eran fumadores y un 5,5% esnifadores.Los autores citados muestran que en los ltimos aos disminuye de manera importante la prcticade inyectarse. De hecho, la proporcin de tratados por herona que usan esta droga preferentemen-te por va parenteral (inyectores) descendi de 62,4% en 1991 a 28,8% en 1998.

    Segn los autores hay poca informacin sobre los factores que han influido en el cambio haciavas no parenterales. Sugieren que pueden haber sido decisivas la amplia disponibilidad de heronabase apta para fumar, factores socioculturales ligados al rea de residencia, y la percepcin por losconsumidores de un alto riesgo de SIDA, sobredosis y otros problemas de salud asociado a la inyec-cin. en cambio, no parecen haber jugado un papel importante en este proceso las polticas deprevencin del VIH y de reduccin del riesgo desarrolladas en las distintas comunidades autno-mas (Barrios y cols., 2000). Tambin afirman que existe una lgica econmica, o la llamadamejor relacin coste-efecto de la inyeccin frente a las otras vas que puede inducir a muchosconsumidores a continuar inyectndose, a pesar de los riesgos a los que se exponen.

    Barrios y cols., (2000) reconocen para el caso del consumo de cocana dos patrones: unomayoritario, caracterizado por un consumo poco intenso (espordico y de cantidades moderadas),generalmente por va intranasal, y otro minoritario, que se da a menudo entre consumidores de

    I Evolucin reciente de consumo de drogas

  • [24][24][24][24][24]Transiciones en el consumo de drogas en Colombia

    herona, caracterizado por el consumo frecuente de cantidades importantes, generalmente porva intravenosa o pulmonar. Est aumentando bastante el consumo de cocana entre losconsumidores de herona.

    Podra resumirse para el caso espaol que en este pas est producindose una transicindesde un escenario en el que los problemas de drogas ilegales se circunscriban principalmente alos inyectores de herona a otro ms complejo en el que pervivir un ncleo duro de inyectores deesta droga, junto a otros grupos de consumidores problemticos: fumadores de herona o crack,inhaladores de herona, cocana o anfetaminas, consumidores intensos de xtasis, policonsumidoresde drogas legales e ilegales (Barrios y cols., 2000).

    Swift, Maher, y Sunjic (1999) tambin coinciden en afirmar que el uso de herona en el mundodesarrollado evidencia una difusin de vas de administracin de no-inyeccin en comparacin adcadas anteriores, como fue el caso del Reino Unido, Espaa, Suecia y los EEUU. Segn los auto-res, un amplio nmero de factores socio-culturales pueden influir en la adopcin de vas de admi-nistracin diferentes a la inyeccin; as mientras en los pases desarrollados hay evidencia quesugiere que los sentimientos anti-inyeccin pueden ser culturalmente especficos, para todos losgrupos la probabilidad de inyectarse probablemente aumenta en la medida en que el uso se conti-na. Asimismo sugieren que las caractersticas del mercado de la herona (composicin, precio,pureza, presencia de adulterantes) son factores importantes en la prevalencia y los patrones deuso de la herona: en comparacin con el mundo desarrollado, algunos pases en vas dedesarrollo como Asia sur oriental - han experimentado una explosin del uso de la droga vainyectada Ha habido un aumento importante de la inyeccin en poblaciones que tradicional-mente utilizaban el opio de otra manera, tal como sucede en Tailandia, Hong Kong, Malasia yMyanmar, en donde esta va de administracin es actualmente la de mayor prevalencia en losconsumidores de herona....

    El estudio de Swift y cols. (1999) documenta el alto consumo de herona, fumada de la maneratradicional, en indochinos y caucsicos de una muestra de consumidores en Sydney. Encontraron quedel 29% del grupo estudiado haba pasado en el consumo de herona, de fumar a inyectarse. Losautores revelan como las transiciones en reversa fueron poco comunes en la muestra estudiada.

    Los datos revelados por el estudio indican que los consumidores de herona indochinos usaronla va fumada mucho ms que los caucsicos, y tenan mayores probabilidades de comenzar el usode herona va inyectada. Todos los indochinos reportaron que era la herona la primera droga quese haban inyectado alguna vez, en comparacin al 73% de los caucsicos. ...las razones dadaspara la seleccin de una u otra va de administracin fueron consistentes con algunas investiga-ciones recientes en el uso de anfetaminas: as, aquellos que haban hecho una transicin a lainyeccin crean que sta va era ms eficiente y generaba mejor rush.... Sin embargo losautores sugieren que la percepcin de que la inyeccin era ms costo-efectiva, es decir que podraser una idea ms asociada al desarrollo de la tolerancia a la droga y la necesidad de aumentar elconsumo de la droga, esto podra reflejarse en la creencia de los fumadores de que la heronafumada era menos adictiva que la inyeccin, o que la herona sera ms difcil de dejar si seinyectaba regularmente.

  • [25][25][25][25][25]

    Cocana

    Tapia-Conyer, Cravioto, De la Rosa, Glavan y Medina-Mora (2003) realizaron un estudio con225 usuarios de drogas en la ciudad de Jurez (Mxico) encontrando que la rapidez con la queincorporaron la cocana a su patrn de consumo vari de acuerdo a la droga con la que se iniciaronen el uso de drogas. Asimismo los resultados sugieren que para ms de la mitad del grupo (58%),su primer consumo de cocana estuvo asociado con el crculo de amigos, 12% con familiares y11% lo hizo por su propia cuenta. El tiempo de ocio y las fiestas fueron los momentos predominan-tes para iniciarse en el uso de cocana (27% y 24%, respectivamente); los lugares ms propiciospara el inicio del consumo fueron la casa de amigos (26%), la calle (19%) y sus propias casas(18%). La mayora la consumieron por primera vez aspirndola por la nariz (65%), y algunos lohicieron inyectndosela (29%). La curiosidad cumpli un papel muy importante entre los motivossealados para usarla por primera vez (78%).

    Otro hallazgo para destacar de este estudio es que la cocana no es la primera droga elegi-da, pues la mayora de los entrevistados haba usado otras drogas antes de probarla. El primercontacto con esta droga se da por la presin del grupo de pares y se presenta como la oportunidadde probar algo nuevo. La principal va de administracin con que se inicia el uso de cocana es lava inhalada, sin embargo en este estudio la siguiente va fue la inyectada, a diferencia del estudiode Khalsa y cols. (1993) en el que la siguiente fue la va fumada. Para Tapia Conyer y cols. (2003)estas diferencias pueden deberse a dos situaciones, la primera a que existe una mayor disponibi-lidad de polvo de cocana que de crack, en esa zona de la frontera norte de Mxico, y la segunda esque la cocana y la herona se estn usando de manera simultnea y por va intravenosa enel denominado speedball.

    Por otra parte, autores como Barrio, Lpez, De la Fuente, y Rodrguez (1997) afirman que haydatos que sugieren que el consumo de herona delimita dos grupos de consumidores de cocanacon un perfil muy diferente: a) el grupo que consume tambin herona, que se caracterizara por unconsumo de cocana ms intenso, mayor probabilidad de uso de por va pulmonar o parenteral ymayores problemas de salud, en buena parte atribuibles al consumo concomitante de herona, y b)el grupo que no consume herona, que se caracterizara por el predominio de un uso poco intenso,preferiblemente por va intranasal y menor nivel de problemas de salud. En un estudio realizado enEspaa a travs de encuestas transversales a 381 consumidores de cocana que no haban consu-mido herona ni recibido tratamiento por drogodependencia recientemente, los resultados sugirie-ron que la mayora de los consumidores de cocana, captados fuera de los serviciosasistenciales, que recientemente no han usado herona ni recibido tratamiento por dependenciade cocana, consumen cocana de forma poco intensa y con preferencia por va intranasal, lo queles sugiere un uso de tipo fundamentalmente recreativo o ligado a expectativas de mejora en lasrelaciones sociales.

    Para Barrio y cols. (1997) esta sera una razn que podra explicar el hecho de que en Espaase produzca un consumo importante de cocana con limitadas repercusiones sanitarias. tam-bin apoya esta hiptesis el hecho de que en los EEUU, la mayora de los problemas de saludrelacionados con la cocana (admisiones a tratamiento, urgencias o muertes) se detecten enpersonas que han fumado crack o se han inyectado cocana....

    I Evolucin reciente de consumo de drogas

  • [26][26][26][26][26]Transiciones en el consumo de drogas en Colombia

    Los resultados tambin sugieren que entre los consumidores de cocana el uso de otras drogasest mucho ms extendido que en la poblacin general de la misma edad (Barrio y cols, 1997); lasdrogas de diseo, anfetaminas y alucingenos estn tambin mucho ms extendidas que en lapoblacin general.

    Ameijden y Countinho (2001) realizan un estudio longitudinal, con seguimiento cada cuatromeses, en la ciudad de msterdam (ciudad que adopt la reduccin del dao como su poltica dedrogas), y encontraron una disminucin importante y exponencial en el comportamiento de inyec-cin de su cohorte. Afirman que esto es principalmente el resultado de las tendencias en elcomportamiento individual, que es un aumento en la cesacin de la inyeccin y una disminucinlineal en la reincidencia en la inyeccin). La prevalencia de inyeccin en la muestra se redujocasi a la mitad (66% al 36%). Estos resultados fueron similares a la disminucin en el nmero deagujas intercambiadas entre 1990 y 1997, situacin que segn los autores no puede ser expli-cada por un incremento en la compra de agujas.

    En este estudio se identifican las normas del grupo y las actitudes como las razones para dejarde inyectarse, por ejemplo al percibir a los inyectores como consumidores perdedores que noestn sanos. Los autores sugieren que en el caso de Amsterdam, el mercado de drogas probable-mente haya cambiado: la disponibilidad de la cocana en forma de crack aument a diferencia dela disponibilidad del consumo de herona que disminuy.

    De otra parte autores como Crum, Lillie y Anthony (1992) retoman el concepto de la oportuni-dad de exposicin (Anthony y Helzer, 2005) considerndola como la etapa ms temprana en elconsumo de drogas, sugiriendo que esta separacin oportunidad de exposicin contra uso actualde la droga- ha aparecido previamente en la literatura de la dependencia a las drogas y es consis-tente con un modelo conceptual general que descompone las transiciones y progresiones y permitereconocer elementos especficos de la dependencia, especificando los determinantes especficosde cada una de las posibles transiciones y las progresiones en ellas. De hecho algunos autoresconsideran que los determinantes del uso inicial de drogas son diferentes de aquellos relacionadoscon el consumo serio a las drogas (Anthony y Helzer, 1995; Clayton, 1992)

    Crum y cols (1992) realizaron un estudio en el que evidenciaron la relacin entre vivir en unvecindario desventajoso (definido no solamente como vivir en un barrio pobre, sino tambindefinido en trminos de seguridad baja o nula, negligencia, signos de discriminacin, prejuicios,entre otros) y el consumo de drogas en especial el consumo de cocana, entendiendo las condicio-nes contextuales como determinantes de oportunidades de exposicin a drogas. Los autores su-gieren que los resultados pueden explicarse en razn de encontrar en tales contextos un mayornivel de disponibilidad de las drogas, a menor presencia de la polica y en general a otras manifes-taciones de negligencia social y gubernamental. Para el caso del alcohol y cigarrillo, la relacinencontrada fue ms dbil, sugiriendo menor relacin entre el consumo de stas y el contexto espe-cfico en el que habitan las personas.

    Transiciones a consumo de drogas ilegales

    Otra temtica de estudio especfico en el campo de las transiciones en el uso de drogas, es elpaso del consumo de una droga ilegal a otra. Lynskey, Heath, Bucholz, Slutske, Madde, Nelson,

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    Statham y Martin (2003) realizando un estudio de consumo de marihuana con una muestra de 311adultos gemelos (monocigticos y dicigticos) diferenciados por su uso temprano de marihuana(antes de los 17 aos), indicaron que la iniciacin temprana en el consumo de marihuana estabaasociada al aumento en los riesgos del uso de otras drogas y al abuso y la dependencia, aunquehicieron nfasis en que no es posible hacer afirmaciones causales en esta relacin, basados sola-mente en la asociacin descrita. Como se mencion anteriormente para describir las primerasetapas en el proceso de involucrarse con las drogas, varios autores han acudido a la hiptesisexplicativa de la oportunidad de exposicin: Crum y cols. (1996) encontraron que la oportunidadde exposicin al alcohol, cigarrillo y otras drogas depende en parte de las desventajas del contextoen el que se viva, mientras que Reboussin y Anthony (2001) usaron un estudio longitudinal paraevidenciar la relacin entre los bajos niveles de supervisin de los padres y las posteriores transi-ciones de las primeras oportunidades al primer uso de alcohol, cigarrillo, marihuana e inhalables.Kandel y cols. (1992) evidenciaron la secuencia entre el alcohol y el cigarrillo, y el uso de marihua-na y cocana. Por su parte autores como Wilcox y cols. (2002) se centran en la secuencia entre eluso de marihuana y el uso de LSD, PCP y otras drogas alucingenas o disociativas. Su investiga-cin muestra que los jvenes usuarios de marihuana tienen mayores probabilidades de usaralucingenos en comparacin con los que no la consumen, y que el uso de marihuana esta asocia-do con una mayor probabilidad de uso de alucingenos una vez la oportunidad de exposicin a lasustancia ha ocurrido.

    Sugieren un modelo de desarrollo con dos mecanismos separados que explican porqu losconsumidores de marihuana tienen ms probabilidades de usar alucingenos: (1) el uso de mari-huana aumenta probabilidad de oportunidades de exposicin a alucingenos; y (2) aumenta laprobabilidad de su uso una vez se da la oportunidad de exposicin.

    En un estudio comparativo que estimaba uso de drogas u oportunidades de uso de drogas (VanEtten y Anthony, 1999), se encontr que los hombres tuvieron mayores oportunidades que lasmujeres para usar las diferentes drogas incluidas en el estudio (marihuana, cocana, alucingenosy herona), pero no haba diferencias en cuanto a la probabilidad de convertirse en personas de-pendientes de la sustancia una vez que la haban probado. As mismo, se encontr que no habandiferencias entre hombres y mujeres en la probabilidad de hacer una transicin rpida de unasustancia a otra un ao despus de haber tenido la oportunidad iniciad de consumo.

    Los resultados evidencian adicionalmente que las oportunidades para consumir marihuana fue-ron las de mayor prevalencia (51% tuvo la oportunidad de usar marihuana, 34% la uso); la cocanafue la siguiente droga en frecuencia (23% con una oportunidad de consumo de cocana y 11% de laspersonas lo usaron), seguida por los alucingenos (14% y 9%) y luego la herona (5% y 1%).

    Asimismo, los datos sugieren que entre aquellos que reportaron haber tenido una oportunidadde uso de drogas, la probabilidad de pasar a usar alguna y de hacer una rpida transicin de laprimera oportunidad al primer uso, resulto levemente diferente en cada droga. Especficamentehacer este tipo de transiciones, de la oportunidad de droga al uso de la misma en un periodo de unao desde la oportunidad inicial, fue ms comn para la marihuana (66% y 43%), seguido por losalucingenos (65% y 50%), cocana (49% y 36%) y herona (20% y 17%).

    I Evolucin reciente de consumo de drogas

  • [28][28][28][28][28]Transiciones en el consumo de drogas en Colombia

    Los resultados del estudio de Van Etten y Anthony (1999) sugieren adems que estos porcen-tajes permanecieron relativamente estables desde 1979 hasta 1994, con algunas variaciones en-tre drogas. Sin embargo para el periodo comprendido entre 1990 y 1994 hubo un aumento de laprobabilidad de hacer una transicin al uso de alucingenos una vez la oportunidad se ha tenido.

    Se observa adems que las diferencias hombre-mujer en la prevalencia del uso de una drogapueden ser relacionadas con las diferencias hombre-mujer en las prevalencias de oportunidad deconsumo de drogas, pero no hay diferencias en las probabilidad de iniciar el uso de una droga unavez la oportunidad ha tenido lugar. Este hallazgo fue consistente en todas las drogas estudiadas(marihuana, cocana, alucingenos y herona).

    Las diferencias en edad de hombres y mujeres para la primera oportunidad de consumoexistieron para algunas drogas mientras que para otras no, lo que reafirma la idea de las diferen-cias de sexo en el patrn de consumo de drogas como otros autores han afirmado (Marina, P.,1999). As, para hombres y mujeres la oportunidad de consumo de marihuana se dio alrededor delos 16 aos, mientras que las mujeres experimentaron su oportunidad inicial de uso de cocana unao antes que los hombres (19 contra 20). Asimismo las mujeres tendan a tener oportunidadesiniciales ms tempranas de uso de alucingenos y de herona (17 contra 18). Los autores sugierenuna explicacin a este hallazgo entendiendo las diferencias en los contextos de accin de jveneshombres y mujeres como propiciadores de diferentes oportunidades de usar drogas entre ellosmismos. As, los hombres adolescentes ...podran tener ms posibilidades de tener actividadesfuera de casa, en donde la disponibilidad de droga es mayor, mientras que las mujeres se dedi-can ms a actividades dentro de habitaciones o salones en donde el acceso a la droga es msrestringido... (Van Etten y col., 1999). Tambin contemplan la posibilidad de que los hombresbusquen ms oportunidades de encontrar drogas en edades ms tempranas, o que puede debersea los contextos propios de hombres y mujeres; sugieren que en la medida en que las mujerescrecen es ms probable que se relacionen con hombres mayores que ellas, mientras que los hom-bres permanecen con pares de la misma edad y del mismo sexo por un mayor tiempo. Tener paresmasculinos y mayores podra entonces resultar en una exposicin ms temprana a oportunidadespara usar drogas en las jvenes.

    Para el caso de las drogas de sntesis, la curiosidad y la fascinacin por experimentarnuevas sensaciones continan siendo los motivos bsicos que impulsan al consumo. Blacaforty Ferrer (2004) sealan que de forma genrica, los consumidores de drogas de sntesis estn conven-cidos de la inocuidad de la sustancia y la perciben como una droga segura que genera efectospositivos y sirve para ...bailar, alargar la noche, tener buen rollo, comunicarse mejor, conocersemejor, etc... Asimismo, afirman que mayoritariamente los jvenes y adolescentes que realizan con-sumos de uso y / o abuso de drogas de sntesis son tambin policonsumidores de otras drogas.

    El anlisis de la poco abundante literatura disponible sobre las transiciones muestra que setrata de un tema de enorme importancia para lograr una adecuada comprensin del fenmeno delas drogas, caracterizado por su inmensa variabilidad, por la permanente aparicin de nuevassustancias en el mercado, por la tendencia a que los jvenes inicien su consumo cada vez mstemprano y por las masivas implicaciones que tienen estas prcticas sobre las personas, susfamilias y la sociedad como un todo.

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    II Parte: Transiciones en el consumo de drogas en Colombia

    I. IntroduccinI. IntroduccinI. IntroduccinI. IntroduccinI. Introduccin

    Esta investigacin se propuso abordar el tema de las transiciones de una sustancia psicoactiva aotra, y de una va de administracin a otra, en una poblacin de cerca de 100 personas con unahistoria de consumo, la mayor parte de ellas actualmente en tratamiento, en 7 ciudades de Colombia.

    La palabra transiciones se refiere al paso del uso de una sustancia a otra (por ejemplo, demarihuana a cocana, de esta a basuco, de basuco a pepas). En este trabajo se identificaroncinco clases de transiciones: sustitutivas, acumulativas, negativas y reversas o inversas. Solo laltima ha sido analizada en la literatura, por lo que se imponen unas definiciones muy puntuales:

    1. Transiciones generales: son los patrones sucesivos de paso de una sustancia a otra.

    2. Transicin sustitutiva: es aquella en la que la persona suspende el uso de una sustancia y lareemplaza por otra.

    3. Transicin acumulativa: El paso de una sustancia a otra no implica el abandono del consumode la primera.

    4. Transicin negativa: Se refiere a las transiciones que no ocurren o que ocurren con muypoca frecuencia.

    5. Transiciones reversas o inversas: Son aquellas en las que una persona, despus de haberabandonado una sustancia o una va de administracin, regresa a ella (por ejemplo, pasa decocana inhalada a cocana fumada y luego vuelve a inhalarla).

    Lo mismo ocurre con las vas de administracin. Como se ver ms adelante, en un solo patrnde consumo se pueden combinar todas estas formas de transiciones, que sern denominadaspatrones transicionales.

    1. Por qu una metodologa cualitativa?

    La investigacin tuvo un enfoque de tipo genrico, dada la naturaleza fundamentalmente des-criptiva de los datos. Se eligi tal enfoque porque la intencin principal del trabajo es la descrip-cin, entendimiento, bsqueda de tendencias y exploracin de un fenmeno sin partir de una pos-tura terica especfica ni un contexto cultural predeterminado (Caelli, Ray y Mill, 2003), lo queconstituira un requisito para la utilizacin de un tipo concreto (no genrico) de metodologa cuali-tativa (por ejemplo, etnogrfica, fenomenolgica, etc.) En este estudio, los objetivos de investiga-cin corresponden exactamente a los requerimientos de la investigacin cualitativa genrica des-criptiva, que resulta de gran utilidad en el campo aplicado (Sandelowsky, 2000; Caelli et al., 2003).

    La utilizacin de la investigacin cualitativa se justifica por dos motivos: en primer lugar, por lapropia naturaleza del tema central del estudio, las transiciones en el uso de sustancias psicoactivas,que como se seal, es un concepto complejo que se presta a mltiples definiciones: una valoracina travs de cuestionarios podra desvirtuar y distorsionar la informacin obtenida y los resultados.

    II Transiciones en el consumo de drogas en Colombia

  • [30][30][30][30][30]Transiciones en el consumo de drogas en Colombia

    En segundo lugar, por el deseo de obtener una informacin de mayor alcance y profundidad (msintensiva) aunque obligue a sacrificar tamao muestral (menos extensiva). Esta investigacinpretende explorar el fenmeno de las transiciones a partir de la experiencia de los sujetos y no apartir de un marco terico (que por lo dems no existe). En este sentido, la investigacin cualitativaes til para observar las perspectivas individuales de las personas implicadas en el fenmeno aestudiar: qu hacen, cmo lo hacen y cmo es su experiencia (Rowan y Huston, 1997). El objetivoes comprender estos fenmenos, hallar regularidades y detectar patrones de comportamiento,captar las relaciones internas existentes, indagar en la intencionalidad de las acciones, sinpermanecer nicamente en la capa externa a la que parece propicia la mera descripcin (Anguera,Arnau, Anguera, Arnau, Martnez, Pasucal, y Vallejo, 1995).

    Para la obtencin de la informacin se ha seguido en sus lneas generales el modelo de entre-vista en profundidad u open ended questioning de Likert, descrito por Converse (1984). Dichomodelo consiste en lo siguiente:

    1. No hay alternativas sugeridas para los temas planteados.

    2. Se hace una trascripcin literal de lo expresado por el entrevistado.

    3. Se hacen preguntas indagatorias para profundizar en las diferentes aportaciones a criterio delentrevistador.

    4. Se hace uso de la experiencia del entrevistador para evitar ser directivo en el proceso.

    5. El entrevistador debe tener un alto nivel de formacin.

    6. La entrevista debe ser apta para ser sometida a un proceso complejo de codificacin.

    As pues, durante el desarrollo de las entrevistas se tuvo especial cuidado en controlar el rol delentrevistador, evitando que adoptara una actitud directiva, buscando una actitud abierta, neutral yemptica y demostrando inters por las opiniones del informante: se estimulaba, as, la esponta-neidad en las intervenciones de los sujetos consultados.

    Como se indica en los objetivos de la investigacin, una parte del estudio no es slo exploratoria,sino tambin comparativa: se pretenda contrastar los resultados obtenidos segn la edad de losentrevistados y la ciudad en la que residen. Por este motivo, se opt por utilizar un enfoque combi-nado mediante la cuantificacin de la informacin cualitativa (Sandelowsky, 2000). Dichacuantificacin se convierte en una herramienta que facilita profundizar en el anlisis, sintetizar lainformacin y consecuentemente los resultados, y establecer comparaciones entre los grupos, sinrenunciar a toda la riqueza de informacin tpica de una investigacin de carcter exploratorio. Aspues, el objetivo perseguido con la cuantificacin de la informacin responde ms al deseo deidentificar tendencias y facilitar la sntesis de resultados, de modo que pueda servir de base parainvestigaciones futuras que utilicen muestras ms amplias-, que al de ofrecer conclusiones taxativas.

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    2. Objetivos

    Objetivo general

    Contribuir a la comprensin del fenmeno de las transiciones (de una droga a otra y de una formade administracin a otra) en tres ciudades grandes y cuatro ciudades intermedias de Colombia.

    Objetivos especficos

    1. Identificar patrones generales y sustitutivos de transicin del consumo de SPA en personas de14 a 50 aos, de diferentes niveles socio econmicos en 7 ciudades colombianas.

    2. Comparar esos patrones con los que se conocan hasta ahora .

    3. Examinar el papel que cumplen sustancias de reciente aparicin en el mercado (xtasis, herona,GHB, Popper, yaj, esteroides)

    4. Identificar los procesos sociales que acompaan esos cambios: influencia de amigos, curiosidad,problemas familiares

    5. Examinar las transiciones de vas de administracin para las principales sustancias (cocana,herona, alcohol y marihuana) y examinar las circunstancias y las razones del cambio.

    6. Analizar las implicaciones de los tipos de transiciones en los mbitos de salud, econmico ysocial, entre otros.

    3. Mtodo

    Aun cuando originalmente se plane hacer 100 entrevistas en profundidad a personas consu-midoras de drogas que se encontraban en centros de tratamiento en varias ciudades del pas, enrealidad solo se hicieron 96 entrevistas, de la siguiente manera:

    Bogot (20)Cali (20)Medelln (20)Ccuta (5)Pasto (11)Armenia (10)Neiva (10)

    En Ccuta solo fue posible entrevistar a cinco personas, y en Pasto se entrevistaron 11 en vez de diez.

    Personas entrevistadas

    La distribucin de las personas entrevistadas por sexo y por grupo de edad fue la siguiente:

    II Transiciones en el consumo de drogas en Colombia

  • [32][32][32][32][32]Transiciones en el consumo de drogas en Colombia

    Tabla 1: Distribucin de las entrevistas

    GRUPO HOMBRES MUJERES TOTAL CASOSGr 14-17 17 8 25Gr 18-23 18 4 22Gr 24-30 17 7 24Gr 31-40 13 1 14Gr > 40 10 1 11TOTAL 75 21 96

    El grupo total estuvo compuesto por 75 hombres y 21 mujeres; el promedio de edad fue de 26aos. En el Anexo 2 se encuentran ms detalles.

    Los centros en los que se hicieron las entrevistas fueron: Hogares Claret de Sasaima, HospitalMental de Filandia, Hogares Claret de Neiva, Hospital Mental Rudesindo Soto de Ccuta, Narcti-cos Annimos de Ccuta, Carisma de Medelln, Caminos de Cali, El Shaddai de Pasto y el ColectivoAqu y Ahora de Bogot; en Bogot se entrevistaron algunas personas no institucionalizadas peroque haban salido recientemente de un centro de tratamiento. Todas las personas participaronvoluntariamente y firmaron un consentimiento informado.

    En la tabla del anexo 2, donde estn detallados todos los casos, se cita el sitio de la entrevista,pero en algunos casos el lugar de procedencia era diferente: por ejemplo, en Pasto se entrevistarondos personas que venan de la isla de Providencia.

    4. Procedimiento

    El equipo investigador dise una entrevista semi-estructurada cuya finalidad era explorar lahistoria de vida de los sujetos participantes, en lo que a consumo de drogas se refiere. Se capacital equipo de entrevistadores y de transcriptores, y se elabor el conjunto de categoras que seemplearon para el anlisis de entrevistas.

    Se decidi hacer las entrevistas en centros de tratamiento porque de esa manera se garantiza-ba el contacto con personas que haban hecho varias transiciones. Adems, la comprensin de ladinmica de los procesos de quienes han llegado a situaciones extremas de consumo, permitepredecir lo que puede ocurrirle a personas de alto riesgo y que se encuentran en situaciones simi-lares a las de este grupo

    A continuacin se contactaron los directores de instituciones de tratamiento en las siete ciuda-des del estudio, y se planearon las visitas con ellos. Salvo en un caso (Ccuta) en todas las ciuda-des se cumpli rigurosamente lo planeado.

    Las entrevistas fueron realizadas por dos psiclogos; uno de ellos no hizo algunas preguntas,por lo que en cerca de 10 casos qued faltando informacin sobre ciertos temas; esto est clara-mente sealado en los anlisis.

  • [33][33][33][33][33]

    Todas las entrevistas fueron grabadas en audio, transcritas y procesadas con el programa decomputador QSR N6 para datos cualitativos. Para tal efecto, se dise una estructura con seisnodos de anlisis, cada uno de los cuales contiene mltiples categoras; esta estructura se en-cuentra en el Anexo 3. Todos los participante firmaron un consentimiento informado; los menoresde edad fueron entrevistados, adems, con la autorizacin de los directores de la institucin

    Una vez asignados los cdigos a los diferentes prrafos de las transcripciones, se