Travel Magazine 03

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1 1 junio 2012 nro. 03 gastronomía - BODEGAS - EVENTOS - CiNE - CULTURA - LITERATURA - TECNOLOGÍA - CRUCEROS - ARTE - MÚSICA Aysén, el reino del agua Nuevos barrios turísticos BUENOS AI RES De Pretoria a Ciudad del Cabo en trenes de lujo Sudáfrica C HI LE Mendoza Geografía fantástica

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Cada número es un volumen de colección para los entendidos del buen vivir.

Transcript of Travel Magazine 03

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    junio 2012 nro. 03

    gastronoma - BODEGAS - EVENTOS - CiNE - CULTURA - LITERATURA - TECNOLOGA - CRUCEROS - ARTE - MSICA

    Aysn,el reino

    del agua

    Nuevosbarrios tursticos

    BUENOSAIRES

    De Pretoria a Ciudad del Caboen trenes de lujo

    SudfricaCHILE

    MendozaGeografafantstica

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    Ricardo WatsonNaci en Buenos Aires. Historiador (UBA) y uno de los Directores de Eernauas Viajes Histricos. Lector, cronisa de viajes, apasionado por la fotografa y lo urbano. Rese libros para el suplemento Radar de Pgina 12 y algunos de sus clicks ilustran las ediciones de la revisa Time Ou Buenos Aires. Es coautor de Buenos Aires tiene Historia (2008), Marriot Plaza Hotel: los primeros cien aos (2009) y Buenos Aires de Fiesa (2010). Eventualmente emprende cruzadas patrimoniales, como la que devolvi su nombre al Teatro pera.

    Teresita Van StrateMaya GarcaRal ManrupeMaumy GonzlezEvelyn HoterRicardo Marengo

    Roco Pedroza

    Emiliano Rodriguez EgaaDibujante y escritor de cuentos infantiles.

    Guido MinerbiNaci en Buenos Aires. Estudi en la Universi-dad de Washington de Seattle, EE.UU. (B.A. en Periodismo y M.A. en Comunicaciones). Vivi en EE.UU. e Ialia. Es artisa plstico. Expuso en Ar-gentina, Blgica e Ialia. Es Director General de Minerbi/Silveira Comunicacin Corporativa.

    Director GeneralWaler [email protected] EditorWenceslao [email protected]

    .......... ComercializacinTeammedia S.A. Asesora ComercialSylvia Pampin

    Comercial Pcia. de CrdobaAnala Sosa [email protected]

    Diseo EditorialTeammedia S.A. Direccin de Arte / DiseoMercedes [email protected]

    Depto. DigialJorge [email protected] Suscripciones y [email protected].......... DistribucinCorreo del Angel

    Direccin ComercialSantiago del Estero 214 (B1640HKF)Martnez / Buenos Aires / Argentina(54-11) 3221-3056 / 4311-4411 (ro.)[email protected]

    Travel Magazine es propiedad de Teammedia S.A.Las opiniones vertidas en esa revisa son de exclusiva responsabilidad de quien las emite y no represenan necesariamente el pensamiento de Travel Magazine.

    STAFF

    COLABORADORES

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    Sudfrica

    Chile

    Buenos Aires

    Turismo de reuniones

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    Turismo rural

    Fotoreportaje: Mendoza

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    INDICE

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    HISTORIACULTURADIAMANTESPRETORIACIUDAD DEL CABO

    BLUE TRAIN ROVOS RAIL

    VIEDOSFAUNA

    SALVAJELUJO

    TRENES

    Sudfrica

    AGUAROSLAGUNASCASCADAS LAGOS

    BOSQUESAVENTURA

    INMIGRACIN PESCARUTA

    AUSTRALAVENTURA

    KAYAKFIORDOS

    AVESVEGETACIN

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    NATURALEZA

    Chile

    BARRACASSURBOHEMIATANGOOBREROSLITERATURAFBRICAMASONERAPARQUE PATRICIOS SOCIALISMOFERROCARRIL

    ARTEBARES

    HISTORIA POMPEYARELIGIN

    ARQUITECTURA BOEDO

    Buenos Aires

    MENDOZARUTA 40

    GEOGRAFALEYENDASLAGUNAS

    TEXTURASFANTASATERMAS HISTORIA

    Mendoza

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    Editorial

    E stimados lectores, En este convulsionado escenario donde muchas veces lo comercial antecede a la tica periodstica, Travel Magazine va por su tercer n-mero y sigue creciendo. Cuando empezamos a imaginar la revista, la propuesta fue simple: hacer algo que nos diera placer leer. Por eso, casi en alquimia arma-mos cada nmero para poder brindarles un material distinto. Unico. El resulado?, seguimos sumando kilmetros, amigos y elogios. Es sorprendente cuanta gente se ha acercado a la revista, cuantos profe-sionales nos regalan aplausos y ganas de colaborar con el proyecto. Tanto es as que esta vez hemos llegado a Sudfrica para realizar un gran viaje en trenes de lujo, y a la Regin de Aysn, en el sur de Chile, para descubrir su naturaleza salvaje y sus hospialarios pobla-dores. Tambin anduvimos recorriendo la ciudad de Buenos Aires pero fuera de los circuios tursticos convencionales, para descubrirles una nueva cara de la metrpolis: el otro sur, bohemia y proletario con mucha historia para contar. Y en nuestro viaje visual de este nmero presentamos Mendoza, con su asombrosa geografa rica en colores y texturas fantsticas. Y tenemos mucho ms. Nuestra especialista en Placeres nos intro-ducir en una picante Latinoamrica y por el lado del Sptimo Arte conoceremos como ha visto Hollywood, a lo largo de su historia, a Buenos Aires. Por otra parte, de la mano de la lieratura, viajaremos al Japn de la Segunda Guerra Mundial: viviremos una historia fantstica donde entregaremos nuestra alma a la hechicera y el escrior Paul Bowles nos mostrar su mgico Tnger. En este nmero, adems, seguimos contndole todos los secretos del mundo del spa, presentamos una radiografa del segmento del tu-rismo de reuniones en la Argentina y le abrimos las puertas al museo de la luz, una extica y sorprendente apuesta por el arte visual en los Valles Calchaques Dicen que el viaje comienza cuando abrimos los ojos. Nuevamente gracias por acompaarnos a mirar el turismo desde otro lugar.

    Waler VazquezDirector General

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    PRESENTE,PASADOY FUTUROEN TREN

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    Estuvimos en Sudfrica para vivir la apasionante aventura de unir Pretoria con Ciudad del Cabo en trenes de lujo. A lo largo de 12 das a bordo del Blue Train y el Pride of Africa descubrimos la gastronoma, los paisajes y la cultura de un pas con vista a dos ocanos.Texto: Guido Minerbi / Fotos: Carmen Silveira.

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    Durante mucho tiempo se crey,

    errneamente, que en el Cabo Buena Esperanza

    se unan los dos ocanos:

    el Alntico y el ndico.

    En realidad se unen ms al sur,

    en el Cabo Agulhas.

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    Blue Train y Pride of Africa viajan entre Pretoria y Ciudad del Cabo. El primero prioriza la tecnologa y la modernidad; el otro revive con nostalgia los viajes lujosos de antao. Hay que viajar en ambos para una experiencia inolvidable.

    Independizada del Reino Unido en 1910, la Repbli-ca de Sudfrica tiene la particularidad de ser la nica nacin del mundo con tres ciudades capia-les: Pretoria (poder ejecutivo), Bloemfontein (poder judicial) y Ciudad del Cabo (poder legislativo). Jo-hannesburgo es la ciudad ms grande del pas con alrededor de 4 millones de habiantes.

    Nuestra pasin por el riel nos llev a descu-brir que Sudfrica cuena con dos trenes emblemti-cos que se complemenan, mgicamente, uno al otro. Conocamos el norte pero no el sur de rica. Sud-frica es -como nosotros- abajo y se la alcanza en nueve horas, sin escalas, de Ezeiza a Johannesburg (Joburg, le dicen all) en un cuatrimotor de South Ari-can Airways, la lnea de bandera. Al embarcar, nos envolvi una culura clida y atractiva. El personal de cabina, casi toalmente negro: en Sudfrica, 70% de la poblacin lo es, ms un 15% de blancos y otro de coloured, descendientes de negros y blancos. Amables, trandonos de Sir y Madam en perfecto ingls, hablaban otros idiomas entre s. En Sudfrica, al ingls y afrikaans se suman nueve idiomas ances-trales. Lo limo que escuchamos antes de dormirnos fue lla khle (buenas noches). Aerrizamos en el aeropuerto de Joburg -ampliado y remozado para el mundial- y enilamos hacia el hotel alejado del cen-tro, por una elaborada red de autopisas. El paisaje, nada que ver con la imagen que Hollywood nos haba vendido por aos. El chofer, gua y hoy buen amigo Nkitseng Matsogi (alias Joe), de la etnia tswana, nos coment que Joburg es sobre una extensa mesea de casi 1.500 metros de alura: no lo imaginbamos. A

    Pretoria

    Cape Town

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    los dos das vino a buscarnos al hotel muy tempra-no para llevarnos a Pretoria -la capial- a una hora de auto. Vimos poco de la ciudad al ir a la esacin de donde saldra el Blue Train, Tren Azul. De buenas a primeras no vimos tren azul alguno, sino muchos amarillos o de colores pastel trayendo pasajeros a sus trabajos. De pronto, a la derecha, vimos un lus-troso y moderno tren, todo azul, de casi cuatro cua-dras de largo. Tren de ala tecnologa, une Pretoria con Cape Town (Ciudad del Cabo) en 27 conforables horas. Sale a las 8:50 y llega al medioda siguiente, transporando 58 o 74 pasajeros, en 29 o 37 camaro-tes, segn los das. Los coches Luxury cuenan con tres camarotes con bao privado y baera y los De Luxe con cuatro, con duchas y camas simples o ma-trimoniales, lo cual da una idea de su amao. Se les suman un lounge (saln de esar), un club car y un amplio dining car (coche comedor). La trocha angosa del trazado no afeca su confor, amplitud o esabilidad. Nos desparramamos en nuestro camarote con dos amplias camas gemelas y fuimos inviados al dining car para un ligero brunch que se convirti en excelente almuerzo, con caa de vinos locales y todo. Volvimos al camarote cruzando el lounge, don-

    de algunos compaeros de viaje saboreaban un buen brandy. El distinguido mayordomo nos pregunt si podra sernos til Poda: la ropa para la cena formal, aplasada en las valijas, peda un golpe de plancha a gritos. Frits (holands, con ese inal) pregunt si necesiaramos ambin lavar algunas prendas: en el tren hay servicio de lavandera! Observamos un buen rato la campia por la venanilla de marco dorado, con la sensacin de ir en bajada hacia una llanura ms desrtica: durante la noche atravesaramos el karoo, rida planicie casi sin rboles. Siestia, y nos desperamos para el high tea de nea estirpe bri-nica. Entre scones y brownies nos enteramos de que vala la pena visiar la boutique de a bordo, para la cual haba que reservar turno! Una vez all, entendi-mos por qu. No encontramos los tpicos artculos de merchandising sino, ms acordes con la historia (y la geologa) de Sudfrica, haba recuerdos de varios miles de rands (moneda local) -o dlares- de va-lor: collares, prendedores, pulseras, aros y anillos de oro, platino y -obviamente- diamantes. Los diamantes reapareceran horas despus, cuando el tren par en el ex centro diamantfero de Kimberley, donde nos llevaron a la que fuera una de las mayores minas

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    Blue Train: Durante el viaje y a toda hora, personal atento y eficiente acerca los pedidos a los camarotes, pero a la hora de las comidas nadie quiere perderse el estilo, la atmsfera y el servicio del comedor.

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    de diamantes del mundo. Nos estremecimos ante el profundsimo big hole (gran pozo) de la mina a cie-lo abierto y penetramos en un inexpugnable tesoro que guarda una mulimillonaria coleccin privada de diamantes. Regresamos al Blue con tiempo para una rpida ducha, vestir la ropa planchada e ir al comedor para disfruar de una cena memorable, con caa de vinos de primera y esmerado servicio. Era de noche y no se vea nada. En pleno karoo, la atmsfera lujosa de damas de largo, hombres de traje oscuro y corba-a, luz difusa, msica suave y tintineo de crisalera nos transport a un ancho ocano, en un cruce de lnea. Tras una imprescindible escala-brandy en el lounge, regresamos al camarote, donde Frits haba encendido la panalla plana en la cual vimos el ka-roo y las vas abalanzarse hacia nosotros, iluminados por los potentes faros de la mquina, mediante una videocmara al lado del conductor. Conciliar el sueo fue fcil: un sistema de insonorizacin casi toal y el suave movimiento del vagn nos mecieron. Tuvimos sueos gratiicantes con relucientes diamantes, des-de ya de nuestra propiedad

    Frits nos despert a nuestro pedido: no quera-mos malgasar el tiempo en dormir hasa arde. rica discurra frente a la venanilla como un documen-al: tonos rojizos que un sol amarillento y maanero doraba, recorando cadenas de monaas entre va-lles colmados de viedos de hojas ya otoales. El especculo se prolong durante el desayuno -ms informal, pero con la misma atencin al dealle- y nos sigui hasa el club car, con coqueas cortinias enmarcando arreglos de lores exticas. Con tres pa-rejas de brasileos, ramos los nicos latinos en el tren. Haba pasajeros sudafricanos, kenianos, holan-deses, ingleses y alemanes. Se nos sum un asesor inanciero israel, residente en Nueva York, con un perfecto portuol... A medioda el Blue Train alcanz los suburbios de Cape Town que, inalmente, se mos-tr en todo su esplendor, enmarcada por monaas y el Alntico an azul como el tren. En la esacin, una reinada sala de espera nos recibi prolongando el placer del viaje. All conoci-mos a nuestro nuevo cicerone, todo un personaje: Shaheed Ebrahim. Nuestro viaje, 12 das en toal, no

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    El Blue Train se interna en el karoo,

    planicie rida y semi-desrtica,

    casi sin rboles.

    No hay como las ventanillas de trenes confortables y lujosos para apreciar los panoramas cambiantes de un pas tan fotognico como Sudfrica.

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    Cape Town: La ediicacin del centro

    se releja en las tranquilas aguas

    del foso del antiguo fuerte.

    Table Mounain protege amplias,

    kilomtricas playas de aguas

    muy azules y algo fras en esa zona.

    Cape Town:

    El funicular asciende

    a Table Mounain

    roando 360 y ofrece

    visas especaculares

    de la ciudad.

    Ediicio municipal desde

    cuyo balcn Mandela dio

    su famoso discurso

    luego de ser liberado

    en febrero de 1990

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    admita dilaciones y partimos raudos hacia el hotel. Desensillamos y Shaheed nos llev a un moderno telefrico giratorio en el cual ascendimos -gozando de una visa de 360 de Cape Town- hasa la cima de Table Mounain, monaa-mesea que le sirve de teln. Hizo fala caf bien caliente: aun abrigados, la diferencia de temperatura entre la ciudad y la cumbre era noable, acentuada por rachas de vien-to helado desde el Alntico, quizs provenientes de pampas lejanas No hay cmo resear aqu todas las excursiones que hicimos desde Cape Town. Con una alcanza para motivar a futuros viajeros. Shaheed nos recogi a las 7:30: el paseo sera largo. Pasamos por una lujosa franja costera residencial que nos record la cosa chilena entre Via y Zapallar. Alos ediicios fueron cediendo lugar a casas ms bajas y todo se hizo mediterrneo, como la Costiera amaliana y la Riviera ligure en Ialia o la Corniche en la Cosa Azul. El paisaje se volvi ms amplio y salvaje hasa que inalmente llegamos a Cape Hope (Cabo de Buena Es-peranza). Shaheed nos aclar que por aos se crey que el cabo separaba el Alntico del ndico pero no! Hoy los gegrafos aseguran que es el Cabo Agulhas el que separa sus aguas. Aun as, nada le quia al de Buena Esperanza el honor de ser el extremo SO del continente. Ancdoa jugosa El primero en llegar al cabo -en medio de un furibundo temporal- fue el

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    portugus Bartolomeu Dias, quien lo bautiz Cabo das Tormenas. La tripulacin, aterrada, se neg a seguir viaje. Otro portugus, Vasco da Gama, fue designado por la Corona para alcanzar las Indias por esa va. El rey, temiendo predisponer mal a los tripulantes, lo re-bautiz por decreto como Cabo de Buena Esperanza, nombre ms alenador Tres das despus iniciamos el camino o, mejor dicho, los rieles inversos, regresando a Joburg en el Pride o Arica, tren de otros tiempos de la empresa privada Rovos Rail -fundada por Rohan Vos- dueo de una irma de autopartes. Rohan, apasionado de los trenes, no se content con trencitos en escala: con paciencia se dedic a recuperar antiguos vagones y locomotoras de vapor, reacondicionarlos, y ofrecer a sus huspedes (hablar de pasajeros sera poco) el que l deine como el tren ms lujoso del mundo. El Pride comenz a rodar en 1989 con vagones eduar-dianos, donde madera, reinamiento y un sobrio lujo son dealles clave. El coche comedor que nos toc -por ejemplo- es una verdadera joya que daa de 1927. Por su parte, el modernsimo Blue Train haba comenzado a circular en un ya lejano 1946, 43 aos antes. As, mientras el Pride o Arica prioriza el estilo y el lujo de tiempos idos remitindonos al pasado, el Blue Train mira al futuro, ofreciendo al pasajero adelantos tecnolgicos y un funcional lujo contempo-

    Restaurante Gold en Cape Town: Una experiencia totalmente inslita: clase magistral de percusin impartida por uno de los msicos y cuidado atavo y maquillaje del personal que atiende este notable restaurante.

    Cape Town: El colorido

    vecindario de Cape Malay,

    cercano al centro,

    con sus casas mulicolores.

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    rneo. As, el tren con menos aos de vida es el ms antiguo y el que empez a circular en el 46 es el de mayor modernidad y tecnologa. Al concluir el viaje en el Pride o Arica, nos dimos cuena de que -para experimenar los mejores viajes en tren de ayer y de hoy (o maana)- hace fala vivir las dos experiencias, nicas y complemenarias. Tras una agradable recepcin en la sala de es-pera de Rovos Rail en Cape Town, con canaps y champagne -o caf y masias para los (escasos) abs-temios- nos acompaaron al andn para abordar el tren. Fue amor a primera visa. Por entraable, pre-ferimos deinir el Pride o Arica como el trencito. Esa percepcin inicial nace del coche comedor, au-tntica reliquia, y del lounge al inal de la formacin, remaado por un impagable balcn abierto, con visa a los rieles. Es el paraso de los fotgrafos aiciona-dos, que se dan el gusto de fotograiar los rieles que se unen en el horizonte y echar un limo visazo a lo que el tren va dejando atrs. Ese balcn retrospectivo resume el espritu del trencito, que reedia ielmente los viajes seoriales de un pasado que no vuelve. En el Blue Train, por el contrario, una videocmara monada en la mquina permite anticiparse a lo que vendr desde los camarotes y el club car. El Blue ofrece un panallazo al futuro; el Pride permite revivir el pasado con dulce nosalgia. Salimos de Cape Town a las 11:00 de la maa-na y llegamos a la esacin exclusiva de Rovos Rail

    en Pretoria a las 12:00, dos das despus. Pasar dos noches en el tren hace entrar en el ritmo y el tren se convierte en un segundo hogar, al como ocurre en un barco. Nos toc un camarote realmente ex-traordinario, con cama matrimonial, bao con baera, escritorio, dos sillones, placares y seis venanillas, conando las del bao. Segn la clase, los coches dormitorio cuenan con cinco, tres o solo dos cama-rotes. El coche resaurante, todo boisserie, bronce, giles columnias de madera y mesas para dos o cuatro, enmarca el estilo exquisito de los almuerzos y el reinamiento de las cenas. No falan platos tpicos como el Bobotie, lejano pariente del pastel de car-ne, sabiamente especiado, con chutney y ensalada de kiwi con almendras, la sopa de baaa, lychee y crema de man, o la pechuga de avestruz ileteada y marinada. Tambin hubo memorables brochettes de langostinos, langosa gratinada y excelente cordero del karoo rostizado, seguidos de una amplia selec-cin de quesos locales y postres, todo acompaado por los mejores vinos del pas, recomendados para el maridaje. El tren procede a velocidad ms moderada que el Blue Train y hace un alo de algunas horas cada noche para permitir a los huspedes conciliar el sueo ms fcilmente. Esto no sera necesario: nada mejor que dormirse acunados por el tren y el clido crujido de la madera que recubre el interior de los va-gones. Cerrando los ojos, uno suea con los crujidos de un antiguo, lujoso bergantn.

    Todo en el tren Pride of Africa de Rovos Rail remite con nostalgia a un pasado en que un lujo refinado, excelente confort, esmerado servicio y cuidado de detalles estaban al servicio de los viajeros ms exigentes.

    El amplio bao privado

    completo con baera

    y amplias venanillas.

    Un mbito lujoso que recuerda

    un espacioso camarote

    en un barco de otros tiempos.

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    El coche comedor Shangani

    es una verdadera joya de 1927.

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    El balcn abierto y panormico

    que remaa el limo coche

    ofrece visas y oportunidades

    fotogricas nicas.

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    Pasamos horas jugando a las caras, compar-tiendo charlas con agradables compaeros de viaje, felices de no ser turisas sino viajeros. Los nicos latinos: nosotros y una pareja de ialianos. Haba australianos, un par de neocelandeses, una familia norteamericana y dos matrimonios ingleses. El resto, sudafricanos y descendientes de ingleses residentes en Zimbabwe. El tren par para posibiliar dos excursiones. Una en Kimberley, donde, para no reiterar la visia a la mina, recorrimos a pie la ciudad para saborear la atmsfera de un centro del interior. La segunda, al aardecer, en Matjesfontein, encanador pueblito de sabor europeo de otros tiempos, donde se desacan la antigua aberna -bellsima- el seorial hotel de otrora, la iglesia y el imperdible museo Marie Raw-don, en la vieja esacin, donde, a travs de utensi-lios cotidianos de anao se penetra de lleno en el tnel del tiempo. Al medioda siguiente, tras una cena muy formal y elaborada, llegamos a la esacin de Rovos Rail en

    Pretoria donde, tras recalar en la cuidada sala de es-pera (otra vez champagne, bocaditos, caf y masias) nos inviaron a recorrer el depsito de locomotoras de vapor y los alleres donde se reacondicionan ar-tesanalmente antiguos vagones para hacerlos volver a recorrer rica en gran estilo. Fal decir que todo el recorrido es electriicado y que la traccin es dada por locomotoras elctricas. Aun as, unos 25 kilmetros antes de Pretoria, se desacopl la loco-motora elctrica del Pride y una anciana, seorial, humeante dama de las de antes arrastr bufando a todo vapor el convoy hasa la terminal como broche de oro de un gran viaje. Algunas veces el tren sigue viaje hasa las legendarias Caaraas Victoria, en Zim-babwe, y una sola vez por ao el cautivante trencito se pone muy ambicioso: en un viaje de aproximada-mente un mes con mliples paradas- une Cape Town con El Cairo, en Egipto. Nos despidieron con un afec-tuoso Ngiwabonga (pr. abonga), o sea gracias en zulu, seguido de Hamba kahle (pr. jambakle), hasa la visa.

    Datos tiles:

    www.lysaa.com / www.joburgtourism.com / www.bluetrain.co.za / www.tourismcapetown.co.za / www.rovos.com

    Las primeras experiencias con el vino en Sudfrica fueron llevadas adelante de la mano de los inexpertos holandeses a mediados del siglo XVII. Pocos aos ms tarde un grupo de refugiados franceses le dio el impulso definitivo a esta actividad.

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    Llegamos al sur de Chile para descubrir una regin de salvaje belleza donde el agua y la naturaleza son los protagonistas. Encontramos pintorescos pueblos de pescadores y una geografa de glaciares, fiordos, lagos, ros y cascadas que marcan el ritmo de la Carretera Austral, columna vertebral de este rincn mgico de la Patagonia.Texto y fotos: Wenceslao Bottaro

    AysnEl reinodel agua

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    Arriba: Entrando a Puyuhuapi desde el sur. El pueblo es en el extremo del iordo del mismo nombre.Abajo: Muelle de los pesadores artesanales de merluza en Puerto Aysn.

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    Regin de Aysn y la Carretera Austral

    No pudimos ver el paisaje que nos rodeaba porque llegamos al hotel de noche pero, a la maa-na siguiente, la primera claridad del da nos revelaba imponentes monaas coronadas de glaciares y a-pizadas de bosques. Vemos ambin un buque que avanza por el iordo velado por la bruma fanasmal y una gra que descarga mercaderas en el muelle; otros dos barcos pesqueros acaban de zarpar dejan-do tras de s un arco espumoso sobre el agua helada de Puerto Chacabuco, punto de partida de nuestra visia y principal puerto de abastecimiento de la XI Regin de Aysn, en el sur de Chile. Llegamos hasa aqu volando desde Santiago a Balmaceda -previa es-cala en Puerto Montt- para recorrer la serpenteante Carretera Austral y conocer sus atractivos. Esa parte del sur paagnico desaca geogr-icamente por los iordos (lenguas de agua salada del ocano Pacico que penetran en el continente formando canales navegables) y por su meteorologa. Con la excepcin de los meses del verano la mejor poca para visiar el destino-, el resto del ao en la

    Reserva Nacional Lago Las Torres.Posee un refugio, camping y embarcaciones para excursiones en el lago.

    Puente Presidente Ibezsobre el ro Aysn,cono y escenario de las primeras protesas sociales de la regin.

    La Carretera Austral atraviesa de norte a sur la XI Regin de Aysn. A lo largo de 800 kilmetros por las monaas serpentea entre bosques, lagos, iordos, valles, ros y glaciares. Pintorescos pueblos de pescado-res y la belleza de sus paisajes son sus principales atractivos.

    Aysn

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    regin predomina el agua en todos sus esados. El clima es hmedo y llueve mucho, aunque de manera intermitente, llegando al punto que durante el mismo da puede llover y escampar varias veces. Pero el agua es ambin presente en los glaciares, los la-gos y en los ininitos cursos de agua y cascadas que hacen a la identidad natural de Aysn, la amenazada regin del agua pura.

    Parque Aiken del Sur

    Muy temprano dejamos atrs Puerto Chacabuco para meternos de lleno en la Carretera Austral, pero antes hacemos una visia al Parque Aiken del Sur. Se traa de un parque privado de 250 hecreas que fue creado hace once aos y que alberga y protege a todas las especies nativas, ms algunas otras in-troducidas. Hay senderos, puentes y miradores que permiten recorrerlo y conocer la vegeacin autcto-na, como ambin apreciar magnicas visas del lago Riesco. Aqu nos recibe Carmen, la guarda parque, quien nos gua en una caminaa por un sendero perfeca-

    mente delimiado. Con amabilidad, nos va indicando las planas y rboles que vemos: michay, picha picha, nalca (plana de grandes hojas utilizada para hacer curanto), quil quil, chaura, notro, chilco, arrayanes. Como era de esperar, el da es nublado y cae una insima llovizna. En el bosque la atmsfera es den-sa y predomina un aroma alcanforado. El apacible sonido de un curso de agua nos envuelve. Entre las copas de los rboles ms alos alcanzamos a ver al-gunos picos nevados. Avanzamos cruzando puentes, descubriendo pequeas lores, frutos y algunas aves como el audaz chucao (parecido a un zorzal pero ms chico y ms redondo), que se acerca canando hasa ponerse al alcance de nuestra mano.-Llegamos: la Cascada Barba del Viejo-, dice Carmen sealando una cada de agua de ms de veinte me-tros de alura. Era nuestro objetivo. Observamos la cada de agua desde una plaaforma de madera inva-dida por millones de pequeas goas que nos empa-pan. La cascada es imponente. En la plaaforma hay un cartel: la cascada arroja continuamente 860 litros de agua por segundo, agua que alimena el ro que corre a nuestros pies y que sigue su camino hacia los iordos. Durante el camino de vuela, y seguramente de-bido a la cantidad de pregunas que le hicimos sobre

    Izquierda: Uno de los antos puentes del Parque Aiken del Sur.Derecha: El arrayn de 600 aos de edad, al vez el rbol ms antiguo del parque.

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    La carretera discurre entre monaas apizadas de vegeacin y los iordos.

    Las enormes hojas de la nalca se utilizan en los curanto.

    El reforestadoParque Aiken del Sur alberga y protege a todas las especies nativas de la regin.

    algunos rboles, Carmen nos preguna si queremos ver algo realmente maravilloso. Por supuesto, no re-sistimos la tenacin. Abandonamos el sendero y ca-minamos a travs del bosque aparando las ramas a nuestro paso. Pronto llegamos a la orilla del curso de agua y lo ve-mos: un grueso y fornido arrayn cuyo tronco es formado por una gran cantidad de troncos delgados y retorcidos. -Sabemos que tiene alrededor de 600 aos-, nos dice Carmen, y nos deja mudos. Nos miramos. Al-gunos nos acercamos y con respeto tocamos sus races que, como manos huesudas, se clavan en la tierra. Luego, agradecimos a Carmen el paseo y segui-mos nuestro camino.

    Hacia Puerto Aysn

    La Carretera Austral (hermana de nuestra Rua40) es una rua escnica, es decir, su gran capial reside en la riqueza natural y paisajstica que ofrece a lo largo de su trazado. Sin embargo, de entrada, lo que nos llama la atencin es la gran cantidad de rboles corados y quemados que se ven por todas partes.

    Izquierda: La Cascada Barba del Viejo cae desde 22 metros para seguir su camino hacia los iordos.

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  • 2828

    La historia de Puyuhuapi comienza a mediados de la dcada de 1940, con la llegada de colonos alemanes.

    Rolando, nuestro gua durante todo el viaje, nos ex-plica que eso tiene que ver con las polticas inmi-gratorias implemenadas por los distintos gobiernos chilenos desde las primeras dcadas del siglo XX. La regin de Aysn es dura y salvaje an en la actuali-dad. Por entonces, los colonos para ganarse el dere-cho de posesin de las tierras deban demostrar a las autoridades volunad de trabajo. Pero en esa geogra-fa, la gran volunad de los colonos (principalmente de origen alemn) necesit, adems, de la ayuda del fuego. As fue como indiscriminadamente y sin control se quemaron miles y miles de hecreas de bosques nativos para hacerse con un poco de tierra para el pastoreo y agriculura. La mayora de los bosques que el visiante puede apreciar hoy en Aysn son reforesados. Son muy pocas las zonas, por lo gene-ral de difcil acceso, donde todava logran sobrevivir algunas extensiones del bosque nativo original, por ejemplo el Bosque Encanado, que recorrimos cuando visiamos el Parque Nacional Queula. Pero esto es ms adelante. Ahora esamos entrando a Puerto Aysn para un recorrido fugaz. Amarillas, verdes, azules, rojas, violeas, mulicolores se suceden las casas de esa

    localidad de pescadores artesa-nales de merluza. Avanzamos ha-cia el embarcadero. Las mona-as rodean la escena y el silencio es absoluto. Lo nico que se oye es el espordico y seco martillar de alguien que es construyen-do una cabaa. Andamos un poco ms y cruzamos el puente Ro

    Los Palos, uno de los limos puentes colgantes que quedan en la regin. Aravesndolo, llegamos al monumento al Colono de Madera y vemos otro em-

    Es propio dela cultura de Aysn tomar mate con sopaipillas(tortas fritas).

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  • 3030

    Una nube repante se deshace sobre una salmonera en el iordo Puyuhuapi.

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    barcadero. En el muelle el agua es un espejo y los barcos duermen inmviles sobre sus relejos. Fue ambin aqu en Puerto Aysn donde vimos, por primera vez, otro de los fenmenos meteorolgi-cos caractersticos de la regin: las nubes repantes. Vimos a las primeras mientras contemplbamos los barcos desde el puente. Aparecieron entre las monaas. Eran dos. Esas nubes son delgadas como serpientes y miden cientos de metros. Floan sobre el paisaje desplazndose len-amente. Parecen seres de otro pla-nea. Las vimos bajar a ras del suelo y atravesar el pueblo envolvindo-lo en sus densos jirones neblinosos. Luego desaparecieron, como desapa-recen las nubes, deshacindose en mil formas delante de nuestros ojos. Todo un espec-culo que nos acompaara el resto del viaje.

    Parque Nacional Queula

    Vamos hacia el norte, de Puerto Aysn a Puyu-huapi por el tramo ms bello de la Carretera Austral. Son 200 kilmetros que los hacemos acompaados

    por el Ro Maiguales, muy codicia-do por los pescadores de truchas. El bosque nativo austral puebla frondo-samente las laderas de las monaas. Lengas y coihues predominan en el paisaje que se pina de tonalidades amarillas, verdes y rojizas. Cada anto vemos algunas casas salpicadas so-bre el terreno irregular al pie de las monaas. La gente vive aqu de la ganadera de subsistencia, la pesca, la

    recoleccin de lea. Tambin se ve alguna que otra colmena.

    El Parque Nacional Queulat y su Ventisquero Colgante es un gran atractivo para los fotgrafos de naturaleza.

    Hay una clara inluencia germana en la arquitectura de esa regin paagnica.

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    La exuberante vida vegeal en los bosques, una consante de Aysn.

    -Durante el verano, este tramo de la rua exploa de lores-, dice Rolando, mientras arranca la ronda de mates. Mates?! Los visiantes que solo conozcan la parte central o norte de Chile se sorprendern al visiar el sur. Es, literalmente, otro pas. Tanto culural como comer-cialmente, la regin de Aysn tiene ms ainidad con las localidades de la Paagonia argentina que con el resto de su propio pas. Aqu el personaje tpico no es el huaso, como los chilenos llaman a sus paisa-nos, sino el gaucho. Esto es as al punto de que hay jineteadas y la msica que ms se escucha es el folclore argentino, principalmente el chamam. Y por supuesto toman mate. De hecho, en Coyhaique, ciu-dad capial de la regin, hay un monumento al mate. Y as, entre mate y mate y chamam y chamam, serpenteando sobre el ripio de la Carretera Austral, llegamos al Parque Nacional Queula, un paraso de ms de 150 mil hecreas. Vamos direcamente al Bosque Encanado, uno de los pocos bosques nativos originales que sobre-vivi a la gran quema. rboles gigantes y longevos viven en este bosque de cuento de hadas. Los tron-cos cados esn apizados de musgos y otras plan-as pequeas. El aire es cargado de humedad. El murmullo del agua corriendo broa de las piedras por todo alrededor. Fuera del sendero que seguimos es imposible ir hacia ningn lado por la frondosidad de la vegeacin. El bosque tiene su propia lluvia. Como perlas, millones de goas cubren troncos y ramas, decoran los musgos y los helechos que creen sobre los troncos de otros rboles. La escasa luz que logra penetrar la tupida copa de los rboles provoca fuga-ces destellos, como chispazos. El aire, muy hmedo, es impregnado de un aroma parecido al laurel: es la tepa. Aspiro fuerte. Miro alrededor esperando ver un gomo o un elo, pero como nadie aparece subi-mos a la camionea y seguimos camino. La prxima parada es en la zona Ventisquero, donde nacen varios senderos para realizar distin-as caminaas (de mayor o menor diiculad) hacia diferentes atractivos dentro del parque. Nosotros vamos hacia el Ventisquero Colgante, glaciar que nutre numerosas cascadas y ros. El camino que seguimos es roco-so, irregular, de enorme belleza. Subimos y bajamos, pasamos por debajo de grandes rocas horada-das, cruzamos un puente colgante. Durante todo el trayecto, a lo lejos, vemos al Ven-tisquero Colgante. Es una masa de hielo azulada, de amao descomunal, que pende en las aluras entre los picos de las monaas. Cada anto, escuchamos el estruendo de grandes trozos de hielo que caen y ruedan monaa abajo. De estos desprendimientos nace la laguna Tmpanos, hasa donde llegamos para observar el glaciar inalcanzable. Lo curioso, es que esa descomunal masa de hielo que vemos colgando

    Casi todos los lagos y ros de la regin son ideales para la pesca de truchas y salmones.

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    Arriba: Tpica posal a la orilla del iordo que ofrece la Carretera Austral.Abajo: La ganadera de subsistencia, una de las actividades principales de la regin.

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    Puente colgante camino al Ventisquero en el Parque Nacional Queula.

    En su paso por el valle del Ro Simpson la carretera atraviesa un tnel excavado en la roca.

    El Ventisquero Colgante visto desdela carretera, perdido entre los nubarrones y las cimas nevadas.

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    es apenas una puntia del verdadero glaciar que se extiende, kilomtrico y enigmtico, del otro lado de las monaas.

    Puyuhuapi

    De nuevo a la rua, hacia el norte, hasa La Juna. A pesar de que gran parte de la Carretera Austral es asfalada, las largas disancias y los tramos de ripio comienzan a pasar factura. No obsante, la belleza del entorno nos sacude enseguida el trajn del viaje. Las cimas nevadas y algunos glaciares parecen muy cercanos. Una liebre cruza rauda la carretera y espordicas bandadas de tordos le ponen una pince-lada negra al paisaje. Cada anto, nos cruzamos con ciclisas que a fuerza de pedal desafan el clima y las pendientes. Esa forma de recorrer la Carretera Aus-tral es una de las modalidades en auge en la regin, nos cuena Rolando y nos desafa a intenarlo algn da. Tal vez, quin sabe. Ahora lo que s sabemos es que esamos lle-gando a Puyuhuapi, un pequeo pueblo de pescado-res artesanales de 500 habiantes. Igual que Puerto Aysn, es muy pintoresco. Es ubicado al inal del iordo Puyuhuapi y paramos aqu para almorzar, es-tirar las piernas y pasear por el embarcadero sem-brado de barcos merluceros. Su origen se remona hasa la miad de la dcada de 1940, cuando llegaron los primeros colonos a insalarse en la zona. Fueron cuatro familias alemanas y algunos de los pioneros que an viven reciben amablemente en sus hogares a los visiantes que quieran escuchar sus historias de esfuerzo y sacriicio. Al aardecer, una lancha nos pasa a buscar y cruzamos los 12 kilmetros que nos separan de la otra orilla del iordo, en la que distinguimos un pua-do de puntos luminoso: es el Lodge & Spa Puyuhuapi al cual nos dirigimos. Merecidamente, disfruamos del

    spa antes de la cena. Este hotel tiene la particularidad de abastecerse de agua natural de des-hielo, y anto el spa como el resto del agua caliente del esablecimiento es provisa por vertientes termales naturales. A la maana siguiente, de-sayunamos y salimos a navegar en kayak. Bosques y monaas todo al-

    rededor. Volvemos a escuchar el conocido canto del chucao llenando la maana. El agua del iordo es un espejo que solo se rompe cuando salan los salmo-nes. Para nuestra suerte, tres delines australes nos acompaan durante un rato al lado de los kayaks rea-lizando graciosos salos acrobticos. Ms all de eso, el silencio y la tranquilidad son absolutos.

    Cientos de cascadas decoranel trayecto de la Carretera Austral.

    Lengas, coiges y maitenes pueblan la mayora de los bosques andinos patagnicos.

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    La Juna

    Continuando nuestro camino hacia La Juna va-mos dejando atrs los lagos Risopatrn y Rosselo, inmensos y ricos en truchas, encajonados por las monaas que se sumergen con bosques y todo en sus aguas. La Juna es otro pueblo pequeo. Viven unas 1.200 personas. Se llama as porque en ese punto geogrico conluyen los ros Palena y Rosselo. Desde un mirador cercano se obtiene una bella respuesa visual que justiica el nombre de esa joven localidad, fundada en 1962. Antes de salir a recorrer la zona damos unas vuelas por el pueblo. De la cima de la pared de rocas que tenemos en-frente cae una trenza blanca y espu-mosa. Nos explican que de esa cas-cada se abastece todo el pueblo. La arde cae muy rpido. Algunos jotes de cabeza negra nos observan desde los postes del alumbrado pblico cuando enilamos para el Valle Mira, zona en la que se insalaron por primera vez los pioneros de la re-gin. Se pueden hacer aqu muchas actividades, entre ellas, una caminaa de seis horas, monaa arriba, a un bosque nativo original de rboles gigantes. La Juna cuena con buen nivel de alojamiento y servicios y numerosas actividades pueden realizarse durante todo el ao: caminaas, paseos, pesca, avis-

    aje de lora y fauna, safaris fotogricos, turismo de contemplacin y descanso. Adems, a 75 kilmetros de La Juna hay un atractivo al que vale la pena acercarse: el pueblo Marn Balmaceda, el nico de la regin que tiene visa direca al mar abierto, hacia el ocano Pacico. Es emplazado en una zona de dunas y posee largas extensiones de playa. La Juna fue nuestro limo destino en Aysn. Luego tuvimos que desandar la Carretera Austral de norte a sur hasa Coyhaique, capial regional y la cui-dad ms grande de la Regin de Aysn. Tiene alrede-

    dor de 40 mil habiantes y es ubi-cada a la misma alura que la ciudad argentina de Comodoro Rivadavia, en Chubu. Llegamos de noche, bajo la lluvia, y al da siguiente emprendi-mos el regreso. No obsante, todava tuvimos tiempo de visiar la Reserva Nacional Coyhaique, atravesando el magnico valle del ro Simpson, em-papndonos en las limas cascadas y disfruando de las magnicas visas

    que nos ofrecieron los distintos miradores a la vera del camino. Ya saliendo de la ciudad, camino al aero-puerto, pudimos ver la Muralla China, una formacin rocosa de origen marino que resisti la embestida de los glaciares que antiguamente barrieron la zona. Es una descomunal pared reca y lisa que emerge, no sin cierto exotismo, en pleno valle y cuya cima es perfecamente plana. Ms all, a lo lejos, una nube repante pasa loando sobre la ciudad, y eso es lo limo que vemos.

    Cascada en elValle del Ro Simpson. Visa del lago Risopatrn,

    codiciado por sus truchas, desde el muelle del lodge de pesca El Pangue.

    A la vuelta de cada curva la Carretera Austral sorprendeal visitantecon impactantes paisajes.

    Datos tiles:

    www.sernatur.cl / www.purapaagonia.cl / www.elpangue.com / www.cincorios.clwww.puyuhuapilodgespa.com / www.espacioytiempo.cl / www.loberiasdelsur.clwww.elmuellecafe.surweb.cl / www.aguahielo.cl / www.camaralajuna.cl / www.lan.com

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    El Puente Alsina fue construido en 1938. Su estilo es neocolonial decorado con maylicas azules y blancas. Une el barrio de Nueva Pompeya con el partido de Lans en la provincia de Buenos Aires.

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    Discretos bosques y caadas constituan el es-cenario campero donde las clases acomodadas de Buenos Aires construan sus casas de in de semana. Este prembulo a la eapa de progreso y desarrollo hoy solo puede atisbarse en las novelas de la poca. El sur de la ciudad en su proceso de transformacin fue ganado por la inmigracin, la clase obrera, los conventillos y la culura popular.

    El sur histrico de Buenos Aires va de la Plaza de Mayo a Vuela de Rocha, en paralelo con la lnea de la cosa del Ro de la Plaa. Hasa bien avanzado el siglo XIX al sur y al oeste de ese casco fundacional que hoy son los barrios de Monserra, San Telmo y La Boca se extenda un cinturn de quin-as que abastecan el consumo de los porteos. Pero entonces tuvo lugar uno de esos momentos bisagra en la historia de Buenos Aires: en 1880, al convertirse por ley en Capial Federal, la ciudad fue separada de la Provincia de Buenos Aires y en las cuatro dcadas siguientes las reas rurales y semi rurales se urba-nizaron casi compleamente. Quien recorre hoy ese otro Sur que conforman Barracas, Parque Patricios, Nueva Pompeya y Boedo emprende un viaje donde la inmigracin, el ferrocarril, los tranvas, el ango, el ftbol y la literatura son proagonisas. Antiguamente, al camino que iba a la campaa (hoy avenida Montes de Oca) se lo llamaba Calle Lar-ga. Aquella Barracas de caadas, arroyos y bosque-cillos donde transcurran los veranos de las familias ms distinguidas de la sociedad portea fue barrida por los vientos del proceso de reconversin de Bue-nos Aires en una metrpolis de resonancias planea-rias. Las nuevas funciones sociales asumidas por la elite exigieron un escenario mucho ms grandilocuen-te y las quinas fueron gradualmente abandonadas.

    BUENOS AIRES El otro Sur

    La ciudad de Buenos Aires inici hacia fines del siglo XIX un proceso de transformaciones que tuvieron y tienen a la zona sur como protagonistas. Inmigrantes, obreros, anarquistas, escritores, tangueros y la vida bohemia y popular son parte insoslayable de la identidad de ese otro sur. Los invitamos a redescubrir Barracas, Nueva Pompeya, Parque Patricios y Boedo, los nuevos barrios tursticos de la ciudad que quieren contar su historia. Texto: Ricardo Watson / Fotos: Julieta Salemme.

    Barracas

    Parque Patricios

    Boedo

    Nueva Pompeya

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    Para reencontrarse hoy con ese paisaje agreste y seorial hay que releer Amalia o rememorar en un banco de la Plaza Colombia (Montes de Oca e Isabel la Catlica) los amores trgicos de Felicias Guerrero, la viuda ms joven, bella y -sobre todo- rica de Bue-nos Aires. La eclctica capilla que se erige frente a la plaza (por entonces su propiedad) fue inaugurada en el cuarto aniversario de su asesinato a manos de un pretendiente despechado (1876). Sana Felicias, una compleja construccin que combina elementos neorromnicos y gticos de raz alemana, ya antici-pa la monumenalidad edilicia que caracterizara a la ciudad en pocas dcadas. Los terrenos bajos del sur y del sudoeste, ve-cinos al Riachuelo y de menor valor inmobiliario, atraan a los inmigrantes extranjeros que escapaban del superpoblado centro y sus conventillos. Excepto las avenidas Montes de Oca y Martn Garca y algunas manzanas de ediicacin reciente, el barrio conserva sus cuadras tranquilas, detenidas en el tiempo, de veredas angosas, calles empedradas y poca ediica-cin de alura. Algunos vecinos se las ingeniaron para darles una vuela de tuerca a sus modesas casas. El Pasaje Lann, una curva de 300 metros entre Su-rez y Brandsen, es un raro ejemplo de intervencin urbana con races artsticas: el artisa plstico Marino Sana Mara, los vecinos de la cuadra donde tiene su aller y algunas entidades desarrollaron un proyec-

    Pasaje Lann, intervencin urbanaen el barrio de Barracas.

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    La dramtica muerte de Felicitas Guerrero de Alzaga dio origen al templo quese levanta en el popular barrio de Barracas. Fue construido por el arquitecto Ernesto Bunge en 1875.

    Sana Felicias, la eclctica capilla inaugurada en el cuarto aniversario del asesinato de Felicias Guerrero.

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    to para decorar el frente de las casas, pinndolos con distintos colores e incorporando la tcnica del azulejo partido. El enclave de Colonia Sola, sobre la calle Australia al 2700, tiene en cambio su origen a partir del ncleo que constitua la terminal de carga ferroviaria homnima. Sus paredes de ladrillo a la visa, galeras, techos de tejas y grandes claraboyas responden a la tipologa brinica de barrio subur-bano londinense. Los cuatro pabellones constituyen un complejo residencial construido en serie que al-berg al personal de la esacin. La mayora de sus ocupantes actuales son familias de escasos recursos ligadas al ferrocarril. El Pasaje Darquier, con su es-acin de tren, empedrado, faroles y el cafetn grai-ca esa veloz urbanizacin y modernizacin que vivi Buenos Aires en el cambio de siglos. Del otro lado, el pasaje Agustn Bardi reemplaz a un baldo y recrea a la ciudad que ya no es. Entre ambos se levana la esacin Hiplito Yrigoyen, un ediicio de dos pisos proyecado en 1908 segn los parmetros estilsticos de la sezessin vienesa, una variante del ar nou-veau. Los trenes del Roca circulan sobre un terrapln que en este punto se transforma en ocho arcos de 14 metros de alura sobre los que se ubica el andn. El arco central permanece abierto y en ese pasaje desembocan las boleteras y las escaleras que llevan al piso superior. A pocas cuadras las vas cruzan el Riachuelo a metros del Puente Bosch, escenario de

    una tragedia que an se recuerda: por culpa de la neblina y las malas condiciones del tiempo, un tran-va atesado de obreros que se dirigan a sus lugares de trabajo cay al Riachuelo una madrugada de julio de 1930. Los fanasmas de fbricas y depsitos que un si-glo atrs abastecan al demandante mercado interno ambin son parte del paisaje de este otro Sur. Al-pargaas y Noel, Bagley, Canale y guila-Sain fueron en parte recicladas como complejos residenciales o comerciales. Los viejos Almacenes de Pescado Sana Mara alojan desde ines de 2001 el Centro Metropo-liano de Diseo, una institucin pblica creada para asistir a empresas, diseadores y emprendedores de la ciudad con el in de mejorar su competitividad.La gran actividad que tuvieron depsitos, industrias, alleres ferroviarios y el trico del Riachuelo nos dan la paua del peso especial que tuvieron las or-ganizaciones obreras en el rea. La Casa del Pueblo de Barracas, en Alvarado 1963, fue construida en 1917 y antes de ser una casa socialisa fue el punto de reunin de una logia masnica. A los masones se relaciona ambin con la tradicin hermtica: Hermes (el mensajero de los dioses de la mitologa griega, identiicado con el egipcio To) habra sido el maes-tro de los antiguos sacerdotes egipcios, de Moiss y de Homero, y por lo anto el fundador de las tres corrientes espirituales de la Antigedad. De ah que

    Esacin de trenes en Barracasinaugurada a comienzos del siglo XX.

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    Parque Patricios, Boedo y Pompeyaen los aos veinte estructuraronun circuito de literatura y tango,de ciudad maleva y romntica,bohemia y libertaria.

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    el ediicio posea reminiscencias egipcias. Aunque el Partido Socialisa tuvo presencia en toda la ciudad, la ubicacin de esa sede es signiicativa porque en 1904 Barracas y La Boca formaban una sola parroquia. Gracias al voto de esa jurisdiccin Alredo Palacios se convirti en el primer dipuado socialisa de Amrica. Mucho ms impacante es la antigua sede masnica Hijos del Trabajo, en la calle San Antonio 814, que presena el aspecto de un templo. Toda su fachada remite a la iconografa del Egipto milenario: cabezas faranicas, esinges, pequeos obeliscos, pilastras co-lor arena con forma de plana de papiro y capitel loral. En el frontispicio un halcn despliega sus alas plateadas conteniendo el nombre de la logia. Tam-bin esn represenados los clsicos smbolos de la masonera: una escuadra y un comps, que signiican la rectitud y equidad; la letra G del Gran Arquitecto Creador del Universo y un ojo dentro de un tringulo atravesado por una espada, que represenan la per-cepcin y la fuerza. Toda la serie de parques que se fueron materia-lizando en los bordes de la ciudad tradicional fueron pensados como frontera entre la ciudad y la pampa. Junto con su creacin se diseaban conjuntos barria-les para trabajadores. En 1902 se inaugur un parque para urbanizar la zona conocida como los Corrales,

    Entre las comunidades inmigrantes llegadas a Buenos Aires, una de las ms tardas fue la sefarad proveniente de Siria, que arrib en los aos veinte. El diseo de su templo sobre la calle Brandsen al 1400 presenta una clara influencia de la arquitectura de Medio Oriente.

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    hasa entonces sede de los maaderos. Durante su primera dcada el Parque de los Patricios que se-gua un diseo de Charles Thays- sigui siendo un potrero sombro y peligroso. Pero a partir de 1909 se produjo la mejora del rea, asociada a una canti-dad de iniciativas pblicas y ilantrpicas que hicieron de ese Palermo de los pobres un barrio cordial y moral (siempre desde la perspectiva de la elite). Con todo, su entorno fue el escenario de uno de los conlictos ms desacados del siglo XX: la Semana Trgica. Lamenablemente, con los aos el Parque de los Patricios fue perdiendo terreno y la construccin del actual Hospial Churruca termin corndolo por la miad. Nueva Pompeya, una de las zonas ms bajas y anegadizas de la vieja ciudad, fue rellenada con ceniza para elevar el nivel de la antigua barranca que caa hacia el Riachuelo. La iglesia de Nuestra Seora del Rosario de Pompeya ubicada en Senz y Traful dio nombre al barrio. Se construy entre 1896 y 1900 siguiendo los cnones del neogtico. Su claustro, rodeado por una abundante vegeacin de cipreses, palmeras, laureles y magnolias, mezcla de elemen-tos neogticos (pinculos y venanas ojivales) con las galeras formadas por columnas de diverso tipo:

    salomnica, jnica, corintia. El plpito es de estilo lon-gobardo, con inluencias rabes y bizantinas. La cal-ma del lugar contrasa con la agiacin de la avenida Senz. Antes de su construccin, el nico referente de la zona era el paso de Burgos, que posibiliaba el cruce del Riachuelo a las tropillas de ganado que llegaban desde las esancias del sur. Con los aos se construy un puente donde hoy se levana el Puente Alsina, erigido en 1938. De color blanco y ocre, revesti-do por maylicas azules y blancas, es indudablemen-te neocolonial, un estilo que se volvi imporante en la ciudad en los aos veinte y treina. Boedo es uno de los ejemplos ms claros de un barrio surgido sobre un territorio compleamente despojado de atributos. Surgi como un recorte de Almagro y su identidad proviene de la calle que da nombre al barrio. Si se volvi uno de los ms nti-dos que componen la geografa portea fue gracias a las iniciativas de periodisas, dramaturgos, poeas, pintores y esculores que tuvieron lugar durante la dcada del 20. La creacin de universidades popula-res, cineclubes, bibliotecas, peas, teatros y decenas de peridicos barriales impulsaron una culura po-pular del barrio que se hizo por primera vez visible y reconocible, y que el ango y el ftbol reforzaron:

    Una ancdota curiosa recuerda quelas seis campanas del reloj de la torre de la Iglesia de Pompeya (trado de Espaa en 1923) no pudieron orse hasta doce aos ms tarde porque se desconoca la manera de hacer funcionar su mecanismo.

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    San Lorenzo de Almagro se identiic con Boedo, y enfrent en uno de los principales clsicos al ve-cino Huracn, de Parque Patricios. Con su literatura realisa dispuesa a mostrar la pobreza, la injusticia y el dolor de los de abajo, el Grupo de Boedo dio fuerte impulso al armado de una topografa culural prolearia en el sur de la ciudad. De sus lugares de reunin preferidos sobreviven el bar El Aeroplano, de Boedo y San Juan, hoy Esquina Homero Manzi y el Triann (hoy Caf Margo). En los limos aos, la revalorizacin internacional del ango y el auge del turismo produjeron cierto reverdecer de algunos de esos viejos boliches, reacondicionados para un pblico que no es del barrio. Pero en sus calles, al igual que en Pompeya, Parque Patricios y Barracas, an pervive ese otro Sur. Menos pintoresco, ms fragmenado, alejado de lo que suelen ser los cir-cuitos tursticos de la ciudad, esas calles conservan sin embargo el registro de esa Buenos Aires fabril de comienzos del siglo XX, barriadas prolearias y orilleras que con el tiempo devinieron barrios popu-lares y de clase media.

    En 1987 Pino Solanas inmortaliza la esquina de Barracas filmando al Polaco Goyeneche cantando Sur, la inmortal pieza de Homero Manzi y Anibal Troilo.

    La cancha de Huracn.

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    El Observatorio Econmico de Turismo presentlas estadsticas del 2011

    Turismo de Reuniones

    El Anuario Esadstico 2011 elaborado por el IN.PRO.TUR, AOCA y la FCE-UBA- fue dado a conocer a mediados de junio en la sede de la Faculad de Ciencias Econ-micas de la UBA. Entre otras auto-ridades y empresarios, participaron de la presenacin el ministro de Turismo y presidente del Institu-to Nacional de Promocin Tursti-ca (IN.PRO.TUR), Enrique Meyer; el secreario ejecutivo del IN.PRO.TUR, Leonardo Boto; el presidente de la Asociacin Argentina de Organiza-dores y Proveedores de Exposicio-nes y Congresos (AOCA), Diego Gu-tirrez; el presidente de la Cmara Argentina de Turismo (CAT), Oscar Ghezzi, y el decano de la Faculad de Ciencias Econmicas de la UBA, Alberto Barbieri. Del anuario se desprende que durante 2011 se identiicaron 3.066 reuniones; de este toal, 2.546 co-rrespondieron a Congresos y Con-venciones (C&C), 431 a Ferias y Ex-posiciones (F&E) y 89 a Eventos Deportivos Internacionales (EDI). En cuanto al perodo del ao en que tuvieron lugar esas reuniones, se identiic que la mayor concentra-cin de las mismas corresponde al segundo semestre, donde se ubi-caron el 60% de las mismas, sien-

    do septiembre el mes con mayor cantidad de reuniones registradas, con un 17% del toal.

    Congresos y Convenciones

    A las 2.546 reuniones registra-das en el grupo de C&C, asistie-ron un toal de 1.834.456 personas, correspondiendo 1.339.153 a turis-as nacionales, 275.168 a turisas

    extranjeros y 220.135 a asistentes locales, es decir, residentes en el destino sede del evento. En cuento al gasto generado por este grupo, se estima que fue de $ 4.512.932.190 (pesos argentinos), estimacin que tom en cuena los gastos reali-zados en alojamiento, transpor-tes, alimentos, excursiones, entre-tenimiento, compras y gastos de inscripcin a los eventos. Por su parte, en lo que respeca al gasto promedio durante la esada, tene-mos que para los turisas nacio-nales fue de $1.742, mientras que para los turisas extranjeros fue de $7.923. Dicho gasto corresponde a una esada promedia estimada en 3,2 das para los turisas nacio-nales y 5,1 das para los turisas extranjeros.

    Ciudades receptoras

    Entre los destinos sede mejor posicionados como receptores de turismo de reuniones desacan la Ciudad de Buenos Aires (en primer lugar con un 25%), seguida por Crdoba, Rosario, Sana Fe, Mar del Plaa, San Miguel de Tucumn, Mendoza, La Plaa, Sala y San Juan. Esas 10 localidades, conjun-

    El turismo de reuniones en la Argentina goza de buena salud, segn informaron funcionarios y empresarios del sector durante la presentacin del Anuario Estadstico 2011 del Observatorio Econmico de Turismo de Reuniones de la Repblica Argentina (OET). Texto: Wenceslao Bottaro.

    En 2011(con 186 eventos internacionales)la Argentina alcanzel puesto 18 del ranking internacional de pases sedede eventos.

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    amente, concentran el 73% del toal de reuniones realizadas en el pas, mientras que el resante 27% es distribuido en otras 197 localidades donde se identiicaron reuniones.

    Viajes globales

    En 2011 el turismo internacio-nal fue responsable directo del 6% de las exporaciones toales y del empleo de 1 de cada 12 personas, anto en las economas avanzadas como en las emergentes. El nivel de llegadas internacionales alcan-z los 980 millones de viajeros,

    Divisas: en 2011 el turismo gener ingresos por U$S 5.211 millones, convirtindose en la tercera actividad generadora de divisas,luego de los productos derivados de la soja:harina y pellets de extraccin de aceite de soja(U$S 9.789 millonesy porotos de soja (U$S 5.335 millones).

    2.546 Congresos y

    Convenciones

    431Ferias

    y Exposiciones

    89Eventos

    DeportivosInternacionaleson

    Fy Expo

    CCo

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    absorbiendo el 53% las economas avanzadas y el 43% resante las economas emergentes. En cuanto al impacto global de los viajes por regin, tenemos que Europa acapar el 51% de las llegadas (especialmente Europa Meridional, que sola fue respon-sable del 17% del total mundial); el segundo lugar fue para la re-gin Asia y Pacfico, con el 22% de las visitas internacionales; en tercer lugar se ubic la regin de las Amricas con el 16% del to-tal (Norteamrica se qued con el 10%, mientras que Amrica del

    Brasil y Chile concentran ms del 40% de las llegadasde turistasno residentesa la Argentina.

    Mxico22,6millones

    de visitantes

    Argentina5,7

    millonesde visitantes

    Brasil5,5

    millonesde visitantes

    Sur, con tendencia en crecimiento, alcanz el 3% del total mundial); en el cuarto lugar se ubic Orien-te Medio con el 6% y, finalmente, frica con el 5% restante. Haciendo el recorte en Lati-noamrica, sabemos que la regin recibi a 78 millones de visiantes durante el ao 2011, siendo el prin-cipal receptor fue Mxico con casi 22,6 millones (+ 2% interanual). Lo sigue Argentina con un toal su-perior a los 5,7 millones (+7,5%), y cierra en tercer lugar Brasil, con 5,5 millones (+10%). Evaluado por subregiones, el mejor desempeo lo tuvo Suda-mrica con un incremento anual del 10,4% (alcanz los 26,1 millones de visiantes), seguida por Amri-ca Central y el Caribe con 3,7% y 3,6%, respectivamente.

    A

    d

    Sur, con talcanz een el cuate Medio frica con

    H i

    xico

    millonestantes

    Brasi

    millonesde

    En 2011Argentina recibi a 5.663.069 de turistas extranjeros, superando en un6,3% a la cantidad registrada en 2010.

    Mercados emisores

    Brasil y Chile (22,7% y 18,1%, respec-tivamente) siguen siendo los prin-cipales mercados emisores para el turismo argentino, concentrando ambos pases el 40,8% del toal del turismo extranjero recibido. Le sigue en imporancia el resto de Amrica, con el 36% y Europa (que cay en 2011) con el 13,1%. Esados Unidos y Canad (ambin con ten-dencia negativa) aporaron en 2011 el 6,4% del toal de visiantes ex-tranjeros. El 3,6% resante corres-ponde al Resto del Mundo.

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    El quid dela cuestin...

    turismo y salud

    Aquello que nos ensea-ban en la escuela primaria de que las propiedades del agua eran ser incolora, inodora e inspida, en la actualidad, es solo un recuerdo que dibuja en nuestra memoria un tierna sonrisa, porque, de a poco, fuimos aprendiendo que las aguas tienen colores, sabores y gustos, dependiendo de los minerales que contienen y, ambin, que segn sean sus propiedades fsicas y qu-micas, ser el modo en que se las aplique y el uso que se les dar. En este caso y en el campo que nos ocupa, el in limo ser el de beneiciar la salud y el bienesar de las personas. En los pases donde el Terma-lismo es desarrollado y legisla-do, es frecuente ver, al ingreso a los Balnearios Termales o Comple-jos Termales como los llamamos aqu, un cartel donde se indican las propiedades fsicas y qumicas del agua del lugar y, posteriormen-te, en sus folletos las indicaciones para su uso y aplicacin. En nuestro pas, esto es an una asignatura pendiente en mu-chos sitios, dado que no existe una ley que lo regule y ampoco mucha

    Podemos llamarlos como queramos: Complejos, Centros, Balnearios, Hoteles. Spa , etc., etc. pero no nos olvidemos de agregarles la palabra clave Termales o de Talaso, porque aqu est el Quid de la cuestin, en que, como diran en el slogan que publicita a los balnearios termales de Galicia, La diferencia est en el agua.

    conciencia por parte de los empre-sarios del sector, ya sean pblicos o privados, de considerar al agua termal como algo ms que agua caliente. Es habitual ver en un folleto y or a un gua decir que las aguas de al o cual complejo son dulces o saladas, que son cloruradas s-dicas o bicarbonaadas clcicas o que contienen ales o cuales mi-nerales y, para quienes no esn muy adentrados en el tema, esto se convierte en una incgnia que

    deriva en una lisa de pregunas casi obligatorias: Y esas aguas para que sirven? o Cules son las mejores Termas? O si voy un in de semana saldr curado de este dolor que me afeca o de este pro-blema de salud que se me es haciendo crnico? Y esas pregun-as, muchas veces sin respuesas o, en algunos casos, sin respues-as cienticamente respaldas se van entretejiendo con las ilusiones de la gente de encontrar en esas aguas prodigiosas un alivio mgico

    Termas Marinas en San Clemente, Buenos Aires.

    Hotel Los Pinos en Las Termas de Ro Hondo (SDE).

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    para el problema que los aqueja.Es fundamenal explicar que no existen curas termales mgicas, que las aguas, por excelentes que sean y ricas en sus composicio-nes minerales, no son de efecto inmediato y mucho menos pueden reemplazar a las prcticas mdi-cas. Si duda son una aliado su-mamente imporante a la hora de mejorar los resulados de los tra-amientos e, incluso, cuando son aplicadas por profesionales de la salud pueden llegar a convertirse en verdaderas proagonisas del alivio de cieras dolencias, pero esto no se consigue por el solo hecho de sumergirse en ellas y, mucho menos, si no se tienen los recaudos del tiempo y maneras aconsejadas para tomar los baos.Por todo esto es bueno saber algo ms sobre esas aguas, que como regalo a nuestra existencia nos brinda la naturaleza, y que muy pocas veces sabemos apreciar en toda su magnitud. Existen diferentes maneras de caalogar a las aguas termales y eso depende de las escuelas donde se las estudia. Esto se hace ms evidente en Europa y Asia que, como ya hemos dicho, son pases con tradiciones milenarias en la prctica del termalismo, pero en general coinciden en clasiicar-las como: Aguas Naturales y Aguas Mineromedicinales Se considera como Agua Mi-neral Natural a aquella que por su contenido de determinadas sales en porciones realmente muy pe-queas son tiles para el meabo-lismo humano solamente desde el punto de visa de la hidraacin, no llegando a causar en el orga-nismo mayores efectos que los de la hidraacin a travs de su inges-a. Son aguas de surgencia natural en esado puro.En anto, se considera como Agua Mineromedicinal a la que por su composicin y caractersticas pro-pias difcilmente reproducibles en forma artiicial, puede ser utili-zada con ines teraputicos o de prevencin, que ejercen un efecto en el meabolismo humano de per-

    sonas sanas o enfermas, razn por la cual su uso suele ser declarado de utilidad pblica por los Orga-nismos competentes en los pases que cuenan con legislacin al res-pecto y que debera ser controlado en funcin de sus acciones y con-traindicaciones. Una simple molcula de agua, cuya composicin bsica es el hidrgeno y el oxgeno y de la que todos recordamos su frmula como H2O, encierra, en cambio, un sinnmero de propiedades que de-pendern de la forma en que es-tos elementos se relacionan entre si, de los iones que contiene, de los minerales que arrastra a su paso, ya sea en solucin o en sus-

    pensin, de las temperaturas y di-ferentes presiones que la corteza terrestre les impone cuando salen de las entraas de la tierra has-a la supericie donde manan. Por eso es a pie de manantial donde el efecto teraputico de las aguas mineromedicinales se maniiesa en toda su plenitud.Si nos guiamos por el Vademcum de Aguas Mineromedicinales Espa-olas, trabajo realizado por un gru-po de especialisas dirigidos por el Dr Francisco Maraver Eizaguirre, Director de la Escuela Profesional de Hidrologa Mdica e Hidroterapia de la Universidad Complutense de Madrid, podemos clasiicar a las aguas segn:

    Su Temperatura:>Aguas hipotermales: menos de 35 C>Aguas mesotermales: entre 35 y 37 C>Aguas hipertermales: ms de 37 CSu contenido de minerales o residuo seco cuando hierven a 110 C como:>Oligomelicas: no superior a 100 mg/l>De mineralizacin muy dbil: entre 100 y 250 mg/l>De mineralizacin dbil: entre 250 y 500 mg/l>De mineralizacin media: entre 500 y 1000 mg/l>De mineralizacin fuerte: superior a 1000 mg/lSu mineralizacin global, y segn el mineral predominante en ms de 1 gr/l, como:>Cloruradas: estimulantes sobre las funciones orgnicas y meablicas, ayudan a los procesos de cicatrizacin y regeneracin de la piel, favore-cen la circulacin sangunea y linftica >Sulaadas: Purgantes, colerticas, colagogas y estimulantes del peris-alismo intestinal, se las administra fundamenalmente en dosis hidrop-nicas (Bebibles).>Bicarbonaadas: Anticidas, aumenan la actividad pancretica, hepato-protectoras y diurticas y, si se las bebe en las cantidades adecuadas, ayudan al aparato digestivo a eliminar cido rico en la orina.Con factores mineralizantes especiales menor a 1 gr/l como:>Suluradas: El azufre es el mineral por excelencia para regenerar las clulas, tienen efectos antitxicos y antialrgicos, mejoras las condiciones de la piel, favoreces la tonicidad muscular y actas como regulador de las secreciones.>Ferruginosas, ayudan a mejorar la cantidad de hierro en sangre y el esado de los tejidos.>Radiactivas: sedativas, analgsicas, antiespasmdicas, descontracturan-tes y reguladoras del sistema nervioso vegeativo.>Carbogaseosas, por va oral facilian la digestin, estimulan la secrecin y la motilidad gstrica. Por va tpica o aplicaciones externas tienen ac-ciones vasodilaadoras y disminuyen el dintel de la temperatura.

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    Lic. Teresita Van StrateLicenciada en Turismo, Presidente de TVS Asesoras Tcni-cas (Wellness Termalismo- Talasoterapia). Delegada para Argentina y Colombia de TERMATALIA, Feria Internacional de Termalismo, Talasoterapia y Spa de Ourense (ES). Ca-paciadora de FEHGRA (Federacin Empresaria Hotelera Gastronmica de la Repblica Argentina)

    Info

    [email protected]

    En grandes rasgos este crite-rio clasificatorio presenta innume-rables variantes que dependen de otros minerales que complemen-ten a los descriptos y que, aunque se encuentren en menor canti-dad, tambin actuarn sobre el organismo. El tipo y modo de aplicacin de las aguas termales, sus acciones y contraindicaciones merecen un captulo aparte por sus mltiples variantes, que van desde prcticas ancestrales como el simple bao termal a tratamientos que combi-nan modernas tecnologas con las bondades de los recursos natura-les y el saber que fue trasmitido a travs de los aos o que surge como fruto de estudios y prcticas ensayadas en laboratorios y con-sultorios mdicos y que en prxi-mos artculos les iremos contado.Por lo pronto, les recordamos que otro elemento fundamental a te-ner en cuenta es la temperatu-ra de las aguas. Errneamente se cree que cuanto ms caliente ms efectiva, sin embargo, esto no es as. En dependencia de la minera-

    lizacin global deber ser la tem-peratura del agua, considerndose como la ideal para tomar los ba-os termales la que oscila entre los 34 y 39 C, y, como decamos, como estas no son solo aguas ca-lientes, es necesario tomar pre-cauciones como la de no perma-necer en el agua ms de 15 a 20 minutos por bao, siguiendo las indicaciones de los guardavidas o de los carteles indicadores que existan en el complejo. Alternar los baos con perodos de relax, caminatas y actividades al aires libre, prcticas de Spa cuando el complejo las ofrezca, comidas o refrigerios con bajos contenidos calricos y, sobre todo, una alta dosis de predisposicin para ha-cer de la estada en un centro o un complejo termal un momento sumamente gratificante, que ayu-de a levantar nuestro nivel de en-dorfinas y, por lo tanto, nuestro nivel de bienestar, que actuarn como una coraza protectora para enfrentar los avatares de nuestra vida diaria, para preservan nues-tra salud y nuestro buen humor.

    Termas de Lahuenc en Neuqun.

    Complejo Termalde Federacin (ER).

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    Sustentabilidady energas renovables

    Turismo rural

    Lugares remotos, fuente de trabajo para la gente local, turismo sustentable y ecolgico, recuperacin de la conexin con la Tierra y la Naturaleza, comida casera y natural, servicio personalizado, la alegra de lo esencial. Esto y mucho ms es lo que ofrece el turismo rural. Texto: Evelyn Hoter*.

    En un pas donde un tercio de su poblacin vive en una sola ciudad, con enormes extensiones vrgenes y de incomparable belle-za, el desarrollo del turismo rural apora una fuente de desarrollo de incalculable valor. El turismo inter-nacional cada vez aprecia ms la experiencia del conacto con la na-turaleza y la relacin personal que ste ofrece, buscando algo diferen-te a su vivencia habitual de gran-des ciudades y grandes hoteles. Beneiciar a los pequeos pro-ductores o a las pequeas empre-sas familiares que se dedican al desarrollo de este tipo de turismo promueve crecimiento sustenable local, fuentes de trabajo y edu-cacin en lugares remotos, evia emigracin a las grandes urbes y promueve el turismo en general.Uno de los temas asociados al turismo rural -que si se encarara efectiva y eicientemente con apo-yo econmico del sector pblico

    traera enormes beneicios colate-rales- es el tema de la generacin y consumo de energa limpia y re-novable. Desarrollndose mayormen-te en lugares remotos, el acceso a fuentes corrientes de energa red de gas o red elctrica es o imposible o excesivamente caro o genera un consumo de energa conaminante y limiado (como el gas envasado, lea, carbn, gas-oil, etc). Los gastos mensuales por consumo de energa son, segn las circunsancias, sumamente alos e inconsistentes con el ingreso que genera el turismo rural, perjudi-cando la renabilidad y sustenabi-lidad del emprendimiento an sig-niicativamente que a veces obliga a discontinuarlo. Siendo el turismo rural un em-prendimiento de pocas personas y generalmente una empresa peque-a y familiar, los recursos de quie-nes lo emprenden son limiados y

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    no alcanzan para la construccin de una fuente de energa limpia y renovable con suiciente capacidad para alimenar las necesidades del emprendimiento o de la exigencia que el servicio a un turismo inter-nacional requiere. En los lugares alejados, el su-ministro de energa exige inversio-nes de ala escala que nada tie-nen que ver con la renabilidad del turismo rural y que luego no re-tornan. Cuando comenzamos hace 11 aos en la Paagonia, uno de nuestros objetivos fue la genera-cin de energa limpia y renovable, anto por un tema de principios de conservacin ambienal como de renabilidad y reduccin de costos. Pero en ese momento la tecnologa era de baja eiciencia y su costo an elevado que exceda nuestras posibilidades econmicas, as que apelamos a la energa tra-dicional, electricidad de red y gas envasado. Pero la realidad es que el valor mensual del gas envasado es astronmico y pone en jaque a nuestra sustenabilidad en mo-mentos de ana inesabilidad (cri-sis econmica y inaciera mundial). En momentos as es cuando mayor eiciencia y creatividad se necesi-an y cuando ms se agudiza la generacin de alernativas.A lo largo de los aos, la tecnologa de energas renovables se acerc a la gente, pero sigue siendo eco-nmicamente inaccesible para mu-chos, incluidos nosotros. Ante ello, algunos pases, gobiernos y regio-

    nes han tomado medidas concre-as para favorecer cambios, anto en los hbitos de consumo de la poblacin como en las fuentes de energa utilizadas. Ciertos gobier-nos promueven esas acciones fa-ciliando los medios econmicos, sabiendo que redundan en bene-icio del emprendimiento espec-ico y de la poblacin local. Los efectos son an vastos que vale la pena el esfuerzo. Claro que esto implica miradas a largo plazo.Viaj a lugares sumamente remo-tos en Canad. All es toal el apo-yo esaal, subvencionando la ac-

    tividad de pequeos alojamientos rurales y favoreciendo su desarro-llo, y no solamente aporando lo necesario para la fuente energ-tica, sino para toda la operacin, construccin y equipamiento. Fue enorme la sorpresa al ver que all la gente simplemente lo opera-ba pero la fuente econmica ve-na del apoyo pblico. Y de ah en ms segu enterndome de todas las facilidades que muchos pases incluido nuestro vecino Chile- dan a los pequeos emprendimientos como el nuestro. En la Argentina existen crdi-tos para apoyar pequeos empren-dimientos, pero no son alcanzables

    por la baja renabilidad del turismo rural en general. Se hace impres-cindible un apoyo pblico a travs de subvenciones al desarrollo de fuentes de energa limpia y reno-vable que redunden en beneicio de pequeos emprendimientos, pequeas poblaciones rurales y desarrollo social local, y a la vez promueva el mantenimiento de la pureza ambienal de la que toda-va goza nuestro pas gracias a ser an escasamente poblado. A esto ambin se le suma una creciente necesidad y urgencia de un tra-amiento adecuado y sustenable de la basura, que genera una gran conaminacin. Si el Esado apoyase a los pe-queos emprendimientos rurales en la generacin de energa limpia y renovable, no slo favorecera el desarrollo de pequeas empre-sas -clulas de la sociedad - y de polos de trabajo en reas rurales, sino que ambin puede promo-ver el turismo rural de una forma sustenable, conservando el medio ambiente y generando polos de desarrollo social y econmico.

    *Estancia Peuma Hue, Bariloche, Ro Negro.

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    celebraronConveniode Cooperacin

    LatinoamricaFerias

    Del 20 al 23 de septiembre de 2012 se llevar a cabo, en el Centro de Exposiciones Bancomer de la Ciudad de Mxico, una nueva edicin de la Feria Internacional de Turismo de Las Amricas (FITA); simultneamente, el mbito de la FITA 2012 acoger el 40 Congreso de la ABAV. En este marco, y en pos de profundizar una sinergia regional, ambas ferias firmaron un Acuer-do de Cooperacin que comprende distintas acciones para mejorar el posicionamiento y la visibilidad de ambos eventos en Latinoamrica. El acuerdo contempla que en cada una de las ferias haya un stand de la otra feria para la promocin recproca; que se realice un in-tercambio de banners en los res-pectivos sitios web de las ferias; tambin, en ambos eventos se realizarn encuentros programa-dos con la prensa especializada y se promocionarn ambos eventos en los foros del sector. Adems, cada feria contar con presencia en los directorios de la otra feria y se realizar un intercambio de informacin del trade. De la firma del convenio par-ticiparon Carlos Carrillo, Co Direc-

    tor General y miembro honorario del Comit Organizador de FITA, y Leonel Rossi, Vicepresidente Inter-nacional de ABAV. El acuerdo con-templ, adems, la conformacin de una Comisin de seguimiento que se encargar de monitorear el correcto cumplimiento de las ac-ciones acordadas. El acuerdo entre FITA y ABAV confirma la importancia regional de ambos encuentros tursticos, los ms representativos a nivel regional por ser organizaciones de los principales mercados emisores de Latinoamrica. El convenio sellado por la FITA con la ABAV cuya encuen-tro se realizar en Ro de Janeiro, Brasil, del 24 al 26 de octubre de 2012- es uno de los tantos acuer-dos que la feria mexicana viene cerrando con otras instituciones brasileas, entre ellas BRAZTOA (Asociacin Brasilea de Operado-res de Turismo) y AVIRRP (Asocia-cin de Agencias de Viaje de Ribe-rao Preto y Regao). Adems, FITA es miembro afiliado de la Organi-zacin Mundial de Turismo (OMT) y tiene acuerdos internacionales con las ms importantes ferias de Europa y Latinoamrica.

    La Feria Internacional de Turismo de las Amricas (FITA) y la Asociacin Brasilea de Agencias de Viaje (ABAV) sellaron este mes un convenio de colaboracin con el objetivo de consolidar el crecimiento sostenido que las ferias vienen teniendo en la regin. Los ejes del acuerdo sern la promocin recproca, la participacin en foros y el intercambio de informacin del trade.

    Los representantes de FITA y ABAV mientras firmanconvenio de colaboracin.

    Lugar de la sede:Centro de ExposicionesBancomer.

    Destino:La atractiva ciudadde Mxico.

    FITA & ABAv

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    Un viejo tnel del Tren Trasandino que dej de circular a comienzos de 1960 por los aludos y desprendi-mientos que tenan lugar en la zona.

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    Geografafantstica

    MENDOZA

    Visa desde la alura de la forma-cin rocosa llamada Castillos de Pincheira. Se puede observar la geografa rida de esa zona de Malargue convertida actualmente en Reserva Provincial.

    De norte a sur, tomando como eje la Ruta 40, la provincia de Mendoza sorprende al viajero con paisajes de extica belleza. La erosin del tiempo y el clima imprimen en la geografa diferentes formas, texturas y colores que estimulan la imaginacin popular con leyendas e historias de bandoleros, amor y muerte.

  • Puente del Inca es uno de los principales puntos termales del pas. Es ubicado en plena Cordillera de los Andes, en Las Heras, a 2.720 metros de alura y en la actualidad es considerado como Monumento Natural.

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    El histrico Hotel Puente del Inca fue construido en 1925 y se convir-ti en emblema de la aristocracia de aquella poca. Fue destruido por un alud en 1965. Hoy sus ruinas invian a imaginarse sus tiempos de esplendor. Las sales minerales de las aguas crean las fansticas formaciones de tonalidades naran-jas, amarillas y ocres.

    La capilla colonial ubicada muy cerca del esablecimiento sobre-vivi milagrosamente al alud que acab con el hotel en 1965.

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    Puente de Piedra sobre el ro Picheu-a. Es una construccin colonial por la que pas el Ejrcito Liberador del Gral. San Martn durante el cruce de los Andes rumbo a Chile.

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    El caracterstico color amarillo del azufre pina algunos cerros contri-buyendo a la belleza del paisaje con un toque extico y singular.

    Tpico puente de hierro para cru-zar los ros de la regin. Un ele-mento ms del paisaje agreste y montaoso.

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    Descubieras en la dcada de 1940, la Caverna de Las Brujas esconde varias leyendas y varios kilmetros de cuevas con esalactias y esa-lagmias de caprichosas formas. Se encuentran bajo el cerro Moncol a 1.800 metros de alura.

    Modelada por la erosin del clima, los Castillos de Pincheira deben su nombre al bandolero chileno que utilizaba las formaciones rocosas para esconderse luego de sus pi-llajes en la zona.

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    La imaginacin popular ha creado varias leyendas a partir de la La-guna de la Nia Encanada, ubicada cerca de las termas de Los Molles, en Malargue.

    Gran variedad de peces y planas que conviven en el microambiente de la laguna, contrasan con el marco de rocas baslicas que la rodean.

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    La fotgrafa: Roco Pedroza

    Nacida en Mar del plaa, en 1987. Fotgrafa de la revisa La balandra -otra narrativa-. Estudi fotografa al tiempo que cur-saba el profesorado de Cermica. Al egresar, hizo seminarios de Direccin de arte para cine y TV y sigui perfeccionndose en tcnicas de iluminacin. Actualmente termina la carrera de Conservacin y Resauracin de bienes culurales en la U.M.S.A.

    Infomail: [email protected]

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    Los reptiles mulicolores son los privilegiados habiantes del entorno que ofrece la laguna.

    Una de las varias leyendas que hay en torno a la laguna cuena la his-toria de la hija de un cacique que, rehusndose a casarse con un in-tegrante de una tribu vecina, huy con su enamorado a esconderse en la laguna. Cuando los encontraron, en vez de entregarse, preirieron suicidarse arrojndose a la laguna

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    GUIA DE HOTELESY ALOJAMIENTOS

    PILLAHUINCO. PARQUE HOTELUbicado en el corazn de Villa Arcadia, Sierra de la Venana, dentro de un predio parquizado de cinco hecreas, cuena 20 habiaciones sandard y 4 deparamentos, todos con bao privado, telfono, tv. por cable, ventilacin y calefaccin central. Tambin 6 habiaciones superiores con frigobar, aire acondicionado, caja de seguridad, secador de pelo y amenities especiales. Amplia conitera, saln comedor (150 personas), 3 salones de reuniones, 2 piscinas, bar de pilea, parrillas. Juegos infantiles, canchas de ftbol y voley. Amplio esacionamiento. Av. Rayces 161 - Villa La Arcadia.Reservas e informes: (0291) 491-5423. [email protected] / www.hotelpillahuinco.com.ar.

    SANTA CECILIA. RESORT & SPAUbicado a slo cinco cuadras del rea peatonal de Villa Carlos Paz, cuena con 2 suites (43 m2, doble balcn con visa, hidromasajes), 16 habiaciones superior (hidromasajes, frigobar, TV 29 plana) y 65 habiaciones esndar. Piscina climatizada cubiera, spa con traamientos de primer nivel (bao escocs, inlands, sauna, masoterapia, aromaterapia). Desayuno bufe, gimnasio, sala de juegos, Wi- Fi. Jose Ingenieros 299.Reservas e informes: (03541) 421258 (L. Ro.). [email protected] / [email protected] / www.hotelsanacecilia.com.

    DON SILVANO. ESTANCIA TURSTICAEl casco de la esancia cuena con nueve habiaciones, cinco dobles, tres triples y una en base cudruple. Posee adems una caballeriza reciclada en 16 habiaciones, una doble y 15 en base triple. Brinda por otro lado, servicios exclusivos para los alojados: salas de juego, piscina, bicicleas. Para eventos, ofrece tres salones con capacidades para 60, 150 y 400 personas, equipados con audio y video. Asimismo, es posible disfruar de sus iesas gauchas con cocina tpica, actividades y shows folclricos y de ango. Reservas e informes: 54 (011) 4582-1832 / [email protected] / www.donsilvano.com.

    LAS CUMBRES. APART & SUITESUbicado en Alos del Sol, San Martn de Los Andes, es rodeado de unpaisaje soado con visa al cerro Chapelco, a 700 metros del centro.Posee un tpico estilo paagnico, donde se combinan la calidez de laatencin personalizada de una cabaa con la excelencia de un hotel 5estrellas. Club House, piscina climatizada al aire libre, solarium,sauna con sala de relax, juegos de plaza, SUM, wi-i, servicio demucama y desayunos en la cabaa, son algunos de los servicios. Reservas e informes: (2972) 42-2660/1. www.lascumbresapar.com.ar /[email protected].

    Para publicar en esta seccin comunicate con nuestras oficinas: 3221-3056 | 5031-9813 (rot.) | 4311-4411 (rot.) o escribinos a [email protected]

    PUBLI

    TRAVEL

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    De esa manera, Sheraton Iguaz Resor & Spa presena la nueva imagen de sus 176 habia-ciones. En 2010, adems de la re-novacin de 58 habiaciones, el hotel aadi cuatro suites premier, mientras que, en 2011, incorpor el concepto White Bedding a todas sus camas Swee Sleeper Beds. En lneas generales, la obra involucr mejoras en confor y diseo de las habiaciones y la puesa en valor de los recursos disponibles para el viajero. Mediante la decoracin de las habiaciones, la irma busc acen-tuar los rasgos ms distintivos de la culura regional a travs de im-genes de fauna y lora autctona,

    El exclusivo establecimiento ubicado en el corazn del Parque Nacional Iguaz, a metros de las Cataratas del Iguaz, frente a la Garganta del Diablo, concluy el proceso de renovacin de sus habitaciones iniciado en 2010.

    Sheraton Iguaz renovsus habitaciones

    Reservas

    Tel.: (54) (3757) 491800Web: www.sheraton.com/iguazu

    A tono con la nueva maravilla

    y con la incorporacin de objetos de arte contemporneo realizados por artisas y artesanos locales. Las ambienaciones buscan recrear am-bientes ms clidos y serenos, para un mejor descanso para los viajeros. Adems, en el lobby del hotel, los viajeros de negocios encontra-rn Link@Sheraton, experienced with Microsof, un espacio colabo-rativo para desarrollar actividades laborales conando con la mejor tecnologa disponible. Este lounge ofrece a los ejecutivos, todos los das, las veinticuatro horas, Interne de ala velocidad y conexin Wi-Fi, servicios de impresin y entreteni-miento, juegos, biblioteca y todo el entretenimiento de la tecnologa HD.

    Finalmente, Sheraton Iguaz ofrece a los viajeros otros dos m-bitos de relx y salud. En Seda Pool & Spa el visiante encontrar el es-pacio adecuado para la mediacin y para disfruar de los traamientos regionales a base de Yerba Mate y que emplean tcnicas de la culura guaran. Por su parte, en su rea Fitness, el hotel inaugura ambin un gimnasio que ofrece Sheraton Fitness by Core Performance, un nuevo programa holstico de salud y entrenamiento dirigido a los hus-pedes. Dicho programa incluye el uso de un gimnasio de ala tecnolo-ga; opciones de comidas ms salu-dables en servicio a la habiacin y los resaurantes del hotel y rutinas diseadas a medida para realizar en la habiacin. Alernativamente, el programa permite a los huspe-des seguir y controlar sus rutinas de ejercicio a travs del sitio web del programa: sheratonitness.com.

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    CRUCEROS

    La Isladel Fin

    del Mundo

    A cuatro horas de avin, desde Buenos Aires, se encuentra la ciudad de Ushuaia, capial de Tierra del Fuego, limo confn del continente americano y principio de muchos viajes donde la aventura y el pasado tienen mucho que ver. Cuando un llega a Ushuaia todo se confabula para hacerlo sentir en otro pas, el paso obligado por la Aduana, para declarar los objetos imporados que uno lleva (electr-nicos) es el primer impacto. Por qu debo comunicar el transito de obje-tos de uso personal dentro del pas ??? La respuesa es simple. Durante muchos aos los objetos de impor-acin entraban a Tierra del Fuego pagando un arancel mucho menor que para el resto del pas. Por lo anto si llega desde Buenos Aires no olvide declarar TODO lo que lle-ve electrnico ya que si no tiene la esampilla de Aduana o la factura de compra es probable que al que-rer salir alguien le reclame saber de dnde sac dichos elementos.Al salir la Paagonia me recibe con su fro abrazo. La ciudad, el presidio y el muelle, todos ellos nos hablan de la historia y presente de una ciu-

    dad que no se ha quedado atrs en oferas tursticas. Pero hoy nuestro destino es un poco mas remoto. Abordamos el Ushuaia (nom-bre no muy original en estos lares) y solamos amarras. El Ushuaia es un buque ocea-nogrico de la clase IRS ICE Srength, construido por la Ameri-can Shupbuilding en Toledo, Ohio. Tiene una larga trayectoria de xi-tos y es una nave con una seguri-dad que supera los sandares. Son las 19.00 hs. y la arde larga despide sus ulimos rayos de sol. Navegamos por el Beagle con rumbo al temible Estrecho de Le Maire. Luego de dejar por popa la Isla Gable vemos en las proximidades de la Isla Snipe la igura inconfun-dible de un barco semisumergido. Es el Logos cuyos restos aun asoman amenazantes y recordndonos el pe-ligro de las aguas que navegamos. La noche se cierra y la luz del faro Cabo San Po nos despide del canal. La mar es gruesa, pero no anto como para no intenar el cruce del Le Maire. Los vientos y las co-rrientes, producen en este sitio olas que superan los 15 metros de alura.

    El Ushuaia rola con fuerza, pero sus casi 85 metros de eslora y sus 2802 toneladas se acomodan bien al oleaje y nosotros (calentitos y comidos) hacemos lo propio en las cucheas. El tiempo se va deteniendo. A las seis de la maana un resplandor me despiera a travz del ojo de buey. Subo rpidamente al puente y veo aparecer entre la neblina casi escondindose la isonoma de la Isla de los Esados. Nuestro primer conacto con ella fue en la Bahia Franklin, donde segn mi Cara Histrica (ediada por el Museo del Fin del Mundo) naufrag el Bergantn Golea Espo-ra (ex Nancy) de Don Luis Piedra-buena el 10 de Marzo de 1873. El paisaje no ha cambiado en siglos y toda la experiencia es un verdadero vi