Treinta s of is Mas 1887 Guadalajara

227

description

Jalisco

Transcript of Treinta s of is Mas 1887 Guadalajara

  • p r p i i :

  • g i l g
  • A K I ' A H

    SEOR LICENCIADO

    D. J o s L o p e z P o r t i l l o y R o j a s ,

    Lagos, 18 de octubre de 1887.

  • 1

    Preliminar. En febrero de este ao de 1 8 8 7 se public en Guadalajara mi

    libro ' 'La Filosofa en la Nueva Espaa/ ' i el 3 de abril siguien-te comenz a impugnarlo el Sr. Dr. D. Agustin de la Rosa, Ca nnigo honorario de la Catedral de Guadalajara, en su peridico quincenal "La Religin, y la Sociedad"; hoi ( 1 8 de octubre) conti-nua la impugnacin iprece llevarla mui a la larga. En julio pu-bliqu uu Artculo suelto contestando al primer Sofisma del Sr. de la Rosa, en el que digo: "Es claro que no digo que todos los argumentos del Sr. de la Rosa son sofismas: algunos (que todava no encuentro) deben ser buenos argumentos, i yo ser el primero que los acepte, deshaciendo las pocas o muchas equivocaciones que probablemente contendr mi libro; porque qu libro humano hai de 4 0 2 pginas sobre materias graves i difciles, que no con-tenga pocas o. muchas equivocaciones? Primero me voi a ocupar de los sofismas del autor de "La Religin y la Sociedad,'' i des-pus me ocupar de sus buenos argumentos i apreciaciones."

    "El Sr. de la Rosa en su vida de escritor pblico i polemista ha defendido i defiende causas buenas i malas. En el siglo X I X la causa de los gobiernos coloniales es una causa perdida, que no puede defenderse mas que con sofismas; pero si el arma del sofis-ma la maneja una persona del vasto talento i saber del Sr. Can-nigo de Guadalajara,,el combatir sofismas es una empresa mui ar-dua: arduappr lo escabroso del terreno, por la'dificultad de encon-trar en un razonamiento el nudo en que consiste el sofisma i des-atarlo, i ardua por layeutaja del tiempo que uno de los que discu-ten le lleva al otro, pues mientras uno presenta un sofisma en tres renglones i aun en una frase de dos palabras, el otro para desen-redar el sofisma i explicarlo, haciendo ver claramente a todos los lectores, aun: a los de mediana capacidad, que aquel que parece fuerte argumento es paralogismo^ tiene queemplear algunas pdgi-n a s . D e un.sofisma se puede usar de buena o de mala le; los so-fismas.del Sr. de la Rosa son de buena f."

    Hace mas. de veinte aos que el Sr. de la Rosa est teniendo polmicas con distintas personas i sobr diversas materias. El ser catedrtico del Seminario de Guadalajara hace treinta i nueve aos, i no tener mas horizonte poltico i social que el de un Semi-

  • 2 nario, le lia hecho contraer un hbito magistral i que a todos los que no opinamos como el Sr. nos trate con el tono de Domine, como si furamos sus discpulos. De los cuatro modos del verbo, el que mas le gusta es el imperativo. "Oiga el Sr. H," "Vea el Sr. H , " "Lea el Sr. H," "Estudie el Sr. H." A todos nos impone de-beres: una de sus frases favoritas t s esta: "El Sr. H . deba haber hecho tal o tal cosa," i tambin esta otra: "El Sr. H debe hacer tal o tal cosa." Todo deber viene de alguna lei, i los que nos im-pone'el Sr. de la Rosa vienen de sus modos peculiares de pensar, de su juicio individual, el cual cuando es excntrico, no es de las mejores leyes. A todos nos reprocha el que no estudiamos las ma-terias cientficamente, como las estudia el Sr., i por supuesto qut ese cientficamente lo entiende a su modo i conforme a sus fines. A la pgina 1 6 2 de su peridico, poca 3. ^ , tomo 1. , dice que mi lgica es peor que la de un alumno de una ctedra de lgica, el cual a la verdad no es el lenguaje mas moderado i mas ama-ble. A todos nos despacha a estudiar: a m, a la pgina 2 0 2 , me despacha a estudiar, asignndome libros de texto, a saber: la Fi-losofa Fundamental de Balines i los "Estudios sobre la Filosofa de Santo Toms" por el Cardenal Gonzlez, i sealndome tiem-po de curso, esto es, un ao, empleando diariamente largas horas. Por lo visto no tengo vacaciones. Tiene mucha razn el Sr. Ca -nnigo en humillarme, indicando que tengo tan poca capacidad, que no podra comprender esas obras en menos de un ao i sin emplear diariamente largas horas.

    A la pg. 181 me invita a estudiar i quiere llevarme al labe-rinto de los Libros De Anima de Aristteles i de los Libros De Generatione et Corruptione del mismo Estagirita, para probar-me que hicieron bien los autores de las Constituciones de la Universidad de Mxico i los de las Constituciones de la Uni-versidad de Guadalajara, con meterse ellos i meter a sus alum-nos en ese laberinto, dejando los libros, las doctrinas i adelantos de la fsica moderna. Mejor me pondria a estudiar estas cuestio-nes que le proponian a Feyjoo: en qu pais del mundo se dan los mejores tomates?, quien ha inventado la mejor ratonera? i otras semejantes,* de lo cual se reia mucho el benedictino. Solo estando loco dejara yo los estudios de la Historia de Mxico i me metera en el laberinto de los Libros De Anima i los dems de Aristteles, i mas loco si me metiera en compaa del Sr. Ca-nnigo. Muchsimo provecho iba yo a sacar si, sin tener el ta-lento de Balmes i del Cardenal Gonzlez ni el ureo juicio crti-co de Melchor Cano i de Feyjoo, sino una capacidad intelectual

  • 3 tan pobre como la del franciscano Doctor Fray Francisco Anto-nio Padilla [a quien conoc i t rat] i la del dominico D o c t o r Fray Domingo Chavez (a quien conoc i trat), que fueron de los au-tores de las Constituciones de la Universidad de Guadalajara, me pusiera estudiar unos libros que, al cabo de 2 2 s ig los , i des -pus de haber pasado por las travesuras de los sofistas en la lar-gusima poca de los manuscritos, an te s de la i n v e n c i n de la im-prenta, estn mas remendados que las torres de la Catedral de Guadalajara (1 ) .

    Mucho talento tiene el Sr. de la Rosa, pero apart de su mu-cho talento tiene sus jactancias, como veremos en el discurso de' esta brit, i una de ellas es jactarse de entender el laberinto de los falsos escolsticos que. ni el sapientsimo Melchor Cano en-tenda. ' 'Me causara vergenza, dice, no entender estas cosas, si las entendieran los mismos que las han tratado' ' (2 ) .

    Otras de las frases qu l redactor de "La Religin y la Socie-dad'' aprendi en las polmicas del Dr.Vivar, escolstico de Guada-lajara e n la poca pasada, son las expresiones constantemente pro-vocativas i de desafo: "Responda l Sr. H , " "Pruebe el Sr. H," "Qu dir de esto el Sr. H?" Es n guerrillero admirable en evasivas. Presenta un sofisma que parece la mera verdad, pero siempre dejando una puerta falsa secreta, i cuando se le quiere aprehender con Un razonamiento, se sale por aquella puerta i de-j a al adversario como el General Daz al General Fuero en Ica-mole, a la luna de Valencia. I qu dir de la heroica tenacidad de ini adversario en sostener sus preocupaciones? Ninguno tan enemigo del juicio individual de los protestantes, i ninguno tan amigo de su propio juicio individual. Cuando se propone Una ex-centricidad,'ni padres descalzos podrn hacerlo cambiar de pare-cer. Por esto en una polmica, antes los lijeros ciervos pacern en el aire i el rio Tigris correr en Alemania, que Se, consiga su conven-cimiento espontaneo. D. Ltieas Alaman, aunque era mui preocu-

    (1) : 'Eh.mrlibrb (y'se entiende el de "La Filosofa en la Nueva Espa-a1'), a lapg; I9, present unos testimonies de Fejjoo, quien, escribiendo a mediados del siglo prximo pasado, despus de tejer la historia abreviada de los Libros de. Aristteles, concluye con estas palabras: "De todo lo dicho sale por consecuencia necesaria, que hoy tenemos el texto de Aristteles sumamente diverso de como lo dej su autor." Las torres de la Catedral de Guadalajara salieron tan feas, no por culpa de mi amigo el Sr. D. Manuel Gmez Ibarra, quien con su cpula del Hospicio de la misma ciudad i con otros edificios, ha dado una prueba de su excelente talento arquitectnico.

    (2) Puderet me dicer non iritelligere, si ipsi intelligrent qui haec trac-tarunt. (De Locis, lib. 9, cap. 7).

  • 4

    (1) Como digo, ya publiqu este Sofisma, i ahora lo reproduzco para que vaya junto con los dems Sofismas i formen un libro.

    pado en favor del gobierno espaol, al fin de cada tomo publica-ba "Correcciones y Rectificaciones." Fenelon, San Alfonso Ma-ria de Liguori i otros muchos sabios se han retractado, i el mis-msimo San Agustn nos dej un libro entero de Retractaciones; mas no consta que en mas de veinte aos que el Sr. de la Rosa tiene de escritor pblico, se haya retractado de'alguna opinion. Tal es el campen con quien tengo que combatir.

    Il n ' est pas plus ais un homme de se dfaire de ses prjugs, que de brler sa maison.

    -, DESCARTES.

    Tiene mucha razn el Sr. de la Rosa: no quiere brler sa mai-son.

    Sofisma 1 ? El Amor de la Patria [ 1 ] .

    En los nmeros de "La Religion y la Sociedad" que he leido, veo que el Sr. de la Rosa afirma repetidas [ veces que mi libro "La Filosofa en la Nueva Espaa'' es antipatritico, i que yo he escrito contra mi Patria. Las palabras patria i patriotismo son de aquellas que expresan objetos mui grandes, mu hermosos, mu queridos i que llevan en pos de s todos los corazones. Po r esto algunos escritores pblicos que defienden ideas realmente perju-diciales a la patria, unos de mala fe i otros de buena f t usan del sofisma de decir que aquellas ideas son mui favorables la Pa -tria, que el defenderlas i propagarlas es patriotismo, i que ellos son patriotas, i para mas convencer a los lectores escriben P a -tria con letra mayscula, pues conocen mui bien que para el vul-go las exterioridades de esta clase valen un Potos, en razn de que el vulgo tiene la lgica en los ojos.

    Estos escritos pblicos producen en los lectores diversos efec-tos. Aquellos lectores que tienen algn nteres particular en aquellas ideas, en su inmensa mayora, ora sean de Ja clase baja de la sociedad literaria, ora sean estudiantes y otros de la clase media, ora hombres de letras, luego aceptan dichas ideas, las de-fienden yspropagan, y si son de posibles, ayudan a costear la im-presin. Porque el que tiene colmenar siempre ser partidario de las velas de cera; i el dueo de una huerta nunca vivir n

  • 5 paz con el vecino dueo de un colmenar; i el carbonero i la la-vandera que viven en una casa, siempre sern enemigos, porque el uno tizna la ropa i la otra moja el carbn; i a pesar de que es mui difcil el derecho constitucional, cuando Jurez era Presiden-te de la Repblica, hasta los peajeros eran constitucionalistas; i el cobrador de rentas de casas de un conservador, es conserva-dor; i "Como canta el Abad, responde el sacristn'', dice el ada-gio castellano. Tal es la condicin humana i no hai mas que in -clinar la cabeza, porque ninguno puede decir: "Yo no soi hijo de Adam.'' Tal es el grandsimo poder que tienen en la sociedad los intereses individuales, materia de que tratan largamente los pu-blicistas. De todos aquellos lectores que no tienen un inters particular en las ideas que se defienden en aquellos escritos, los que las entienden las desechan generalmente, porque conocen que son falsas, i los que no las entienden las vn con indiferencia, a excepcin de algunos estudiantes (pocos en el ltimo tercio del siglo XIX) i de otros a quienes Feyjoo llama "prvulos de la re-pblica literaria'', es decir, gentes sencillas i sin instruccin lite-raria, los qu, en parte llevados por la fama del escritor, i en par-te por la apariencia de bondad que presentan aquellas ideas i ar-gumentos, apechugan aquellos argumentos como buenos i aque-llas ideas como mui favorables a la patria, mxime si vn este nombre escrito con P mayscula.

    Si un escritor pblico hace el elogio del gobierno espaol en Mxico i otro escritor pblico censura los defectos de ese gobier-no: la esclavitud, las encomiendas, la Inquisicin, el atraso de la clase blanca criolla en las ciencias filosficas i en otros ramos cientficos, el embrutecimiento de la raza india, etc., y lamenta cOi este motivo la triste suerte del pueblo mexicano, cual de los dos escritores es el patriota? Cuando un gobierno, ora tenga el nombre de monrquico, ora el de republicano i aun de democr-tico, gobierna con tirana al pueblo, si un escritor pblico defien-de la causa del gobierno i otro la causa del pueblo, cual de los dos es e l que defiende la causa de la patria? Aunque se juntara todo el Peripato con todas s u s sutiles argucias, no respondera a estas preguntas ni a otras razones tan claras i convincentes c o m o estas Digo mal : s respondera, i volvera responder, porque dice Feyjoo que una de las cualidades de l o s falsos escolsticos es la tenacidad, no prescindir de sus ideas, ni darse jamas por vencidos ( l ) ; pero no respondera satisfactoriamente. Kesponde-

    (1) Teatro Crtico, discurso sobre los Abusos en las disputas verbales.

  • 6 ra, porque aunque aun en Espaa i en las naciones hispano-americanas el falso escolasticismo ha naufragado en el siglo X I X , quedan todavia restos de aquel naufragio.

    Paso adelante (con la venia de algunos Seores lectores aman-tes de la brevedad i desafectos la difusin). Yo he escrito un pequeo libro para probar el atraso de Mxico en tiempo del g o -bierno colonial en materia de ciencias filosficas i naturales. Es clai'o que soi un pigmeo en comparacin de Feyjoo, pero supo-niendo que yo tuviera los tamaos de aquel hombre i escribiera un libro sobre la triste situacin de Mxico en cuanto a algunos captulos del orden social, no ya en tiempos atrs, sino en la ac r tualidad, mi libro herira muchsimas susceptibilidades y falsos patriotismos* i me echaran en cara que yo no tenia amor a mi patria, puesto que hablaba mal de ella; i sin embargo, mi libro seria mui patritico, porque tendra por objeto rectificar ideas so-ciales, correjir abusos, ilustrar a mi patria i hacerla progresar. Feyjoo escribi no uno sino muchsimos libros, probando los mu-chsimos defectos que tenia su patria Espaa, no ya en tiempos atrs, sina en la poca en que escriba. Como era mui natural, i como una de las cualidades de los falsos escolsticos era hostilizar un buen libro luego que se publicaba, i procurar desacreditarlo porque no era conforme a sus ideas, el benedictino de Oviedo se concit millares de adversarios, que le echaban en cara, entre otras cosas, la falta de patriotismo, i l les contest a todos con su acostumbrada victoriosa lgica que ellos eran los que no ama-ban a su patria, pues pretendan que siguiera con las mismas preocupaciones, con las mismas rutinas i en el mismo estado de atraso, i que l era el mas patriota, puesto que trataba de sacar a su patria de aquel atraso, de ilustrarla, de hacerla progresar hasta colocarla al nivel de las naciones ms cultas de Europa, i consultar a su honor, quitndole la mancha que tenia ante ellas de atrasada en civilizacin. Aquella alma inquebrantable, que. hace poco mas de un siglo odiaron e impugnaron tanto los espa-, oles, i que hoi tienen como un genio i como una de las prime-ras glorias de su patria, ese genio apostrofaba a su patria, al pue-blo espaol, con estas sentidas palabras de Isaas: "Pueblo mi, los que te llaman feliz, esos mismos te engaan, y malean el ca-mino de tus pasos" (1 ) . As pues, el sofisma del Sr. Cannigo to-

    (1) Popule meus, qui te beatum dicunt, ipsi te decipiunt, et viam gres-suum tuorum dissipant: captulo 3, verso 12. La palabia pasos i la moder-na progreso significan lo misino: decia pues aquel sabio que los falsos escols-ticos impedan cli'progreso de Espaa.

  • 7

    (1) Edicto de la Inquisicin do 13 de octubre de 1810. Tengo uu ejem-plar de este Edicto de los que se imprimieron en dicho ao.

    (2) Con la misma verdad i justicia les llamaban hijos psimos, porque de los mismos jefes d la Independencia bastantes erau hijos de espaoles, desde Allende hasta D. Juan Alvarez. (Beriatain, "Biblioteca Hispano-Americana-S'eptntrional, prlogo.")

    mado del patriotismo es ya. mui viejo, i por viejo e inservible el diablo lo ha mandado recoger.

    Voi mas adelante. En el mismo supuesto anterior, si un libro que tiene por objeto corregir abusos que existen en la. patria, e impedirlos en lo de adelante, es antipatritico, toda le penal es antipatritica, porque toda le penal tiene por objet corregir o impedir abusos; i sin embargo, en el orden poltico las leyes son lo ma3 eminente, lo mas til a la patria, i digamos as, lo mas pa-tritico.

    Ultimas consecuencias. Luego el ttulo tan honorfico de H-roes de la patria, que las leyes de nuestra nacin han dado a Hi -dalgo, Allende, Morelos, Ignacio Rayn i dems j.efe3 de la Inde-pendencia, es un sarcasmo, porque segn la peregrina lgica del Sr. de la Rosa, ellos obraron contra su Patria. Luego ningn mexicano ha tenido tanta falta de patriotismo como Hidalgo, porque dijo que la Universidad de Mxico, el principal cuerpo cientfico de la nacin, era en su inmensa mayora una turba de ignorantes ( 1 ) , i porque ninguno obr tanto contra el "mal go-bierno" de su patria como Hidalgo.

    Admirable ejemplo de lo que es una preocupacin: que hoi, en 1 8 8 7 , despus de sesenta i seis aos de la consumacin de nues-t ra Independencia, no ya hombres adocenados, sino alguno de gran talento, tenga del patriotismo la idea que tenian de l los realistas durante la revolucin de Independencia, en la cual po-ca, a los jefes de dicha revolucin i a todos los partidarios de la Independencia les llamaban "rebeldes la Patria" (2 ) .

    A los cuatro razonamientos con que en mi Artculo suelto refut el Sofisma 1 . del redactor de "La Religin y la Socie-dad" sobre el amor a la patria, no contest mas que con vague-dades, entre otras la de decir: "El que suscribe estas lineas jamas: ha defendido una mala causa, como se pretende en el Artculo que lo haya hecho alguna vez: prescindiendo de lo que ha escri-to sobre Astronoma, Trigonometra, Lengua Mexicana y Len-gua Griega, en que nada hay malo, en los peridicos desque ha sido redactor, siempre ha sostenido la causa de la Religin y de la Patria?

  • 8? "Al'contestar los argumentos d la obra sobre la- Filosofa' er<

    kt Nueva Espaa, no-est abogando por ningn gobierno, sino-nica y exclusivamente por la. Pviria.n'' '

    "jamas ha defendido-,una mala' causa." Qu'felicidad!; ni San Agustn, dijo esto, pues se retract de muchas causas que habia defendido; Si la causa.que- a' la conciencia o juicio indivi-dual le parece buena, siempre lo fuera realmente, el razonamiento del Sr. de la llosa seria!, mui bueno (].),. '

    (1) La conciencia!; no liai cosa Humana-mas-grande en el:mundo. Esa. palabra bajo un aspecto me Causa una profunda veneracin, i- bajo otro me causa calosfri. Desde Adam hasta hoi han. llovido los; niales-morales sobre la pobre humanidad: las tinieblasde lo, entendimientos- por: la ignorancia i el. error, los trabajos de familia, los duros-padecimientos- de tantos-, hombres c-lebres, la esclavitud, el proletarismo,-. las persecuciones, las guerras,.las prisio-nes,, los cadalsos etc. Estos-males han sido- producidos por. las- pasiones: eL odio, la venganza, la ambicin, la avaricia, la lujuria etc.; pero ninguna pasin ha producido tantos males como el celo-del bien por conciencia errnea. Uno de los frutos que he sacado de mis cortos estudios i meditaciones sobre la Historia de todos los pueblos, es el que voi a decir; i que a la inmensa mayora de mis lectores va a parecer una andaluzada: la-, pasin de ese celo ha producido, no dos ni tres ni cincuenta ni cien, sino mil vce&mm males que las dems pa-siones. Porque mui fuerte elemento-social, es la inteligencia, mui fuerte es el del dinero,.mui fuerte e se l . de las-armas;, pero, no hai elemento social mas-inerte que el de la conciencia.. .Porque- eh odio,-, el amor, el honor, la pasin del dinero.etc., son principios.i" mvies-mui fuertes de las acciones humanas;; pero no hai principiod mvil tan fuerte como la conciencia-; Porque frecuen-tsimamento ehamor, el-odici-los-dema^-piincipios- son subalternos i conse-cuencias del principio de la-conciencioste, es l capital;. Porque el que est poseido de una vehementsima concienoia Ael-rbien,. ama masque nadie todo-aquello que le parece bueno,.i aborrece mas.que nadie todo aquello que le pa-rece malo;.i si.est preocupado por algn pensamiento su conciencia es err-nea, todo lo que es conforme a. su pensamiento le parece bueno, i todo lo que se opone a l le parece malo,. El;que obra cri cierto sentido por ambicin de honores i altos empleos-pblicos,- el'que obra en cierto sentido por amor al-dinero, si l amaga el peligro de perder el dinero, cede; el que obra por una vehementsima conciencia del bien, no cede, aunque le quiten el ltimo peso, porque desprecia los honores-i los-altos-empleos^ no hace caso - del dinero, ni> del vestido, ni de la casa magnfica, ni de los amigos, "hermanos; esposa, pa-dres, hijos, ni de nada, sino solo de aqueLgran pensamiento que trae enclava-do, arraigado i fijo de lia i-de noche en su mente. El que obra por cualquie-ra pasin vehemente, no siendo v-ehementsimaj s i l amaga la. prisin o eL destierro, cede;- mas el que obra por vehementsima conciencia del bien, no-cede, ni con la prisin ni con el destierro ni con la muerte; a todo se sobrepo-ne. aquella grande idea que arde en su .cerebro; qu absorbe todos sus : pensa-mientos i los reduce a un solo pensamiento, a un solo negocio. 'Dios me lis-tare de un hombre de un solo negocio" decia un filsofo,.

  • .9- Astronoma, Trigonometra, Lengua' Mexicana y Lengua

    El quetrae ; anteojos verdea,-, aunque sea: uu-sabioj todo lo v verde, i los 'enaas, que no traen anteojos, aunque sean d

  • 10

    ; cuadros que tengo eri mi gabinete: procesiones pblicas en Florenciaj presidi--das'pr la imagen d un Nio Dios, en las qu monjes i mujeres, nios i an-cianos, condes, duques i pordioseros, ltevaban cada uno en las manos un o b -jeto de Grecia o Roma: quien un libro impreso o manuscrito, este una pintu-ra, aquel una pequea estatua, el otro un vaso, un camafeo u otra presea ar-queolgica; procesiones en que Savonarola i sus monjes, con el majestuoso canto gregoriano, iban entonando los Salmos 95 i 113; "Grande es el Seor,

    y digno de infinita alabanza: terrible sobre todos los dioses, porque todos los dioses de los paganos son demonios . . . Boca tienen, mas no hablarn; tienen ojos, pero jamas vern. Orejas tienen y nada oirn; narices, y no olern. Tie-nen manos, y no palparn; pies, mas no andarn; ni articularn una voz con su garganta. Semejantes sean (i aqui estaba lo mero bueno) estos dolos los que los hacen, y cuantos ponen en ellos su confianza;" i todo paraba en arrojar todos estos objetos en una grande hoguera en la plaza principal. Oh Savonarola! No prives a la civilizacin de tantas riquezas literarias i artsti-cas! T u fin es mui bueno, pero el medio es atroz. Exprguense esos libros, es decir,.los que hayan de ponerse en manos de la juventud. "No, no, contes-taba el monje furibundo, todos esos libros i cosas son diablicos i dignsimos del fuego!" Id a sacar una idea de un cerebro, en el que ha enraizado profun-damente. Llamad a millones de hombres para que arranquen con las manos el ahuehuete de Atlixco. I acaso Savonarola era un imbcil? No: era un gran telogo mui versado en los Santos Padres, especialmente en San Gerni-mo, era el primer orador del siglo X V , un hombre venerado por los reyes i los pueblos como taumaturgo, i segn refiere Csar Cant, Carlos VIII le suplicaba con cario: Faitezmoiunpetit miracle. Catlicos i protestantes se lo han disputado: estos le llaman el lucero matutino del protestantismo, i varones catlicos como San Felipe Neri, que tenia en su aposento el retrato de Savonarola, lo han llamado un gran campen de la f catlica.

    Cuarenta aos despus, los monjes espaoles en Mxico aprendieron mui bien la leccin de Savonarola con las quemazones que todos saben, i tambin cantando los Salmos: "todos los dioses de los gentiles son demonios" etc. I el Sr. Zumrraga le puso un apndice o antfona a la leccin de Savonarola; a la quemazn de las escrito-pinturas aztecas i acolhuas aadi la quemazn de un cacique de Tetzcuco, por lo qu fu reprendido por el Consejo de Indias: hecho probado con documentos histricos por un autor tan fidedigno como el Sr. D. Joaqun Garca Icazbalceta. Oh santo Arzobispo!: la civilizacin, el Evangelio, el Declogo! Nada, nada; todos los dioses de los gentiles son de-monios" etc. "Se contesta al argumento que hace el Sr. Rivera contra su Pa-tria" etc. i no hai mas.

    E l Aquiles del Padre Ventura de Rulica, furioso partidario del sistema de Gaume, es una doctrina de San Agstin en sus Confesiones. Conoci que era todo lo contrario de lo que l sostenia: que San Agustn habia sido uno.de los Padres de la Iglesia que mas haban defendido la enseanza de los clsicos paganos a la juventud llamando a dichos-clsicos vasos electos, i preciosos, i esto precisamente en el texto alegado por l. I qu hizo? Suprimi esas pa-labras i present a la Europa entera el texto trunco de las Confesiones, i no

    Griega." Cuanta sabidura para abrumar a un pobre, estudiante

  • 11

    ya sin un brazo o una pierna, sino sin cabeza. Pero, Ventura, tu fin es mu bueno, es decir, impedir la corrupcin de la juventud; mas el medio, a saber, truncar el texto de un santo Padre, es psimo. "En!, eh!, me parece que ha de haber dicho el monje en sus adentros, puede ser que esas palabras ha-yan sido aadidas al testo de San Agustn, puede ser que esto, puede ser que lo otro, como se ha de privar a la juventud de una utilidad tan grande, nicamente por el dique de una frasecita?" Y cuenta que Ventura de Ru-lica no era ningn sacristn de monjas, sino un hombre que goz de fama de sabio en toda Europa, el escritor fecundo de muchas obras, un monje de in-maculadas costumbres i el General de la Orden de los Teatinos.

    Se ha visto en esta digresin la hostilizacion de los hombres preocupados a los libros que son contra sus preocupaciones; los libros de los clsicos griegos, los libras de los clsicos latinos, los libros de los aztecas, los libros de los acolhuas, los libros i siempre los libros. Se han quemado hasta las- imprentas. En tiempo de la revolucin de Ayutla, los demagogos quemaron en Mxico en medio de la calle de Capuchinas la imprenta de "El Pjaro Verde." Hasta mi pobre libro "La Filosofa en la Nueva Espaa" ha entrado en esa hostili-zacion. Si se le hubiera dejado correr su suerte, habra sido llevado preso a Lrida, como dice Horacio, como si dijramos en Guadalajara habra ido a parar a los tendejones de los barrios del Tesmo i de la Canela; mas el Sr. de la Rosa lo Im hecho grande, como dicen los jugadores de gallos, hacindole una guerra tan empeada, cruda en su lenguje i con constancia por muchos meses i quiz por aos. Despus de haberse visto que personajes histricos de la talla de Savonarola, Zumrraga i Ventura, en su hostilizacion a los libros que eran contra-sus ideas han sacrificado los medios a l f i n , qu extrao es que el redactor de "La Religin y la Sociedad," inferior a aquellos perso-najes, use de sofismas i tranque los documentos histricos por llegar a su fin?

    de gramtica, que todava no ha llegado a la ctedra de lgica? "en que hada hay de malo". En efecto, nada tiene de

    malo levantar una gran polvareda en las ctedras i en la prensa con motivo del sistema de Coprnico, valindose de la astrono-ma i de las matemticas, para hacer un descubrimiento que me-rece en premio una fanega de mijo, que fu el premio que dio Alejandro a uno que hizo cierto descubrimiento. Nada tiene de malo usar, o mejor dicho, abusar de las matemticas, para tratar de hacer creer a multitud de incautos que los ferrocarriles son perjudiciales. Nada tiene de malo emplear un gran talento que concediera el cielo en fraguar sofismas. Si el Sr. Doctor en su con-ciencia obra bien o mal, yo no lo juzgo, i lo nico que digo es que obra de buena f i por preocupacin; pero todas esas cosas nada tienen de malo en cuanto a los efectos que producen en la sociedad, infundiendo a multitud de incautos ideas falsas sobre diversas materias sociales e histricas, i perjudicando a la mar-cha de la civilizacin?

    "no est abogando por ningn gobierno." Esto dice el

  • 12 Sr. de la Rosa; veamos ahora lo que hace. Veamos si desde el primer rengln hasta el xiltimo de su impugnacin a mi libro no se deduce claramente que diciendo que defiende a la Patria, a quien defiende realmente es al gobierno espaol; veamos si esto DO se deduce con una claridad tal, que solo los que tengan los ojos cerrados o los. que tengan las mismas ideas que el Sr. de la Rosa no lo conocern. Veamos si el mismo Sr. no es un partida-rio del gobierno colonial como D. Lucas Alaman i D. Adolfo Llanos y Alcaraz, cuyas opiniones el mismo Sr. Cannigo confie-sa paladina i terminantemente que profesa. A la pg. 2 0 9 dice: "Cumplida defensa de la Ilustracin de Mxico por el espaol D . Adolfo Llanos, redactor de "La .Colonia Espaola''En 1875 se hizo en Mxico una edicin especial de los artculos publica-dos en el peridico intitulado "La Colonia Espaola", impugnan-do victoriosamente los redactores de "El Diario Oficial." En ellos se trata extensamente d l a cultura de Mxico desde la poca de la Conquista. Citamos un solo pasage, recomendan-do la lectura de la Obra, la cual se tiene la vista." Felicito al Sr. Cannigo, porque con esta sola confesin ha conquistado para su impugnacin a mi libro una inmensa popularidad, tanta como tiene en Mxico D. Adolfo Llanos y Alcaraz. Es asi que Llanos y Alcaraz es el acrrimo enemigo de Hidalgo, i el Sr. de la Rosa llegando el 16 de setiembre publica un panegrico de H i -dalgo: luego el Sr. de la Rosa tiene un ingenio que no tiene Lla-nos y Alcaraz, por que las ideas coloniales presentadas con la ru-da franqueza con que lo hace Llanos y Alcaraz no se aceptan; i doradas con el republicanismo que indica un panegrico de Hidal-go, mxime si se canta en coro con el General Corona, con el Sr. Lic. O' Reilly i con otros liberales de igualmente acentuado repu-blicanismo, s se tragan fcilmente hasta por algunos republica-nos.

    El Sr. Doctor ha tratado de infundir a muchos antipata a mi li-bro, diciendo que yo escribo contra el talento de los mexicanos i contra mi patria, porque he probado que Mxico en tiempo del gobierno espaol estaba mu atrasado en las ciencias filosficas i en las ciencias naturales. Arma sin golpe e intil como la del viejo Priamo: imbelle sine ictu, respecto de todos aquellos que han leido i leyeren mi libro, porque la inmensa mayora de los mexi-canos de hoi, los de edad madura i aun los jvenes no estn ya tan bobos como estaban en tiempo del gobierno espaol, para creer fcilmente las cosas, i ni un rengln han encontrado ni en-contrarn en mi libro que acredite esa falsedad. Los talentos na-

  • 13 turales de los mexicanos en tiempo del gobierno colonial, eran co-mo los de los individuos de todas las naciones, pero no eran bien enseados: he aqui lo que digo en mi.l ibro. Yo no hablo contra el talento de los mexicanos, sino en su favor, censurando la mala enseanza que se les daba. Censuro la grandsima dificultad en que estaban los mexicanos de instruirse en la buena filosofa i en las tilsimas ciencias naturales, por la grandsima escasez de buenos libros en esos ramos; censuroel falso escolasticismo que se ense-aba en los colegios i en los libros, con el qu se dio a los mexi-canos una mala educacin intelectual, i a la pg. 2 2 aplico'a los mexicanos-de la Nueva Espaa esta sentencia de Pablo Mrula: "Son de feliz ingenio, pero infelizmente enseados'': Felices inge-nio, infeliciter discunt.

    Dichoso Mxico que recibiste durante tres siglos una educa-cin intelectual, cuyos efectos estas resintiendo despus de la In-dependencia hace sesenta i seis aos!

    En mi libro he probado el atraso de Espaa (i en consecuencia de la Nueva Espaa), en la filosofa en los siglos XVI I i X V I I I , i lo mismo dicen todos los literatos impareiales de la poca contem-pornea, no solamente mexicanos, franceses, ingleses i de lasdemas naciones de Europa, sino aun los espaoles. D. Antonio Eerrer del Rio en su "Historia del Reinado de Carlos I I I " , libro 7 ca-ptulo 5, dice que los sabios mexicanos lzate, Gama i Velazquez de Len en su formacin literaria como astrnomos, no debieron nada a los colegios de la Nueva Espaa, nada al gobierno espa-ol. Dice: "Tres astrnomos mexicanos cultivaron la sazn a-ventajadamente la ciencia, siendo circunstancia notable que se for-maron por s mismos, y vencieron con su capacidad y perseveran-cia la escasez de facultades y recursos.''

    D . Modesto de Lafuente en su "Historia General de Espaa'', tomo 21"? , haciendo el juicio crtico del reinado de Carlos I I I , es decir, de la poca menos mala de Espaa en materia de filoso-fa, dice: "Digno de alabanza fu el intento, como lo habra sido el pensamiento solo de reformar, mejorar y reducir un plan uniforme los estudios universitarios, concentrar su direccin, co-rregir la anarquia de mtodos y estatutos, que regian aquellas viejas escuelas, y poner la enseanza superior de Espaa al nivel de la de las naciones mas cultas de Europa, y de lo que exigia el estado del mundo cientfico (1). Estraaremos que el espritu

    (1) Carlos III al ocupar el trono de Espaa, venia de Italia, en donde lia-bia gobernado algunos aos.

  • 14 tradicional j rutinario, que el monopolio doctrinal y directivo; que la reacia y cmoda i n m o v i l i d a d en que vivian muchas uni- versidades espaolas, opusieran al gobierno de Carlos III resis-tencia firme y obstculos fuertes para hacer de una vez la reforma y plantear de uri golpe un sistema universitario uniforme y com-pleto? Ni los ministros de Carlos I I I lo intentaron tampoco, y harto hicieron, y con harta prudencia y discrecin obraron, en ir venciendo paulatiua y gradualmente la oposicin de las escuelas mas reaccionarias y mas enemigas de toda innovacion\ en irlas ha-ciendo deponer aejas preocupaciones, acomodarse mtodos mas razonables, admitir nuevas asignaturas y enseanzas, sujetarse directores y censores regios, y preparar as el terreno para un plan general en circunstancias y tiempo oportuno. Harto hicie-ron en ir quebrantando el escolasticismo, y desterrando e l pei*i-patiSlllO, y desautorizando los bandos y disputas de las escuelas tomista, escotista, suari&ta y otras, qu lastimosamente las divi-dan, y desacreditando las cuestiones abstractas de una metafsica erizada de sutilezas, de controversias infecundas, de i n t i l e s pa-ralogismos y pueriles" j f t i l e s juegos do TOCCS; y en ir introduciendo la verdadera doctrina teolgica, el estudio del de-recho cannico, pblico y civil, la enseanza de una filosofa mas adecuada los adelantos del siglo y de ciencias exactas J natu-rales, ya fuera, ya dentro del recinto de las universidades, cuyas puertas les liafoian estado cerradas hasta entonces."

    I si tal era l estado de la filosofa i de las ciencias naturales en las Universidades i colegios de Espaa (i en consecuencia en los de la Nueva Espaa) en]el reinado de Carlos I I I , es decir, en la poca menos mala.en dicha maferia de filosofa, cuales estaran antes de Carlos I I I , en la primera mitad del siglo 2VIII i en el XVI I?

    Vamos, Sr. de la Rosa, diga Usted al historiador Ferrer del Rio i al historiador Lafuente que han escrito contra su Patr ia , que han insultado a su Patria, por que no se andan con sofismas, rio que a fuer de leales escritores pblicos refieren los hechos histricos tales como pasaron; por que su norte no es defender las ideas de algn partido, sino las verdades histricas, aunque sean contra su patria,

    Las ideas i sentimientos de la poca colonial simpatizan mucho con los del Sr. de la Rosa. A pesar de lo mucho que importa la educacin civil en el orden de la civilizacin, en los colegios de Espaa i de la Nueva Espaa los muchachos andaban despeina^ dos, rotos i sucios como Judas. Se olvidaban los nombres ira-

  • puestos en el bautismo para tratarse los colegiales con los d, el > Borrego, el Mayate, el Caballo, la Yegua, el Toro, la Vaca etc. etc., i aun los catedrticos en el trato familiar, nombraban a sus alumnos con esos apodos. Cuando entre los prohombres de aque-lla sociedad se trataba de travesuras de colegio (que era una de las conversaciones favoritas), esas cosas les gustaban mucho i hasta en los vejmenes pblicos decian: "Ja , ja, ja.' ' Mas cuan-do se trataba de mejoras en el orden material, verbi gracia, de la compostura de los caminos pblicos para el progreso del co-mercio i de la civilizacin, aquellos telogos i semitelogos, arru-gando el entrecejo, decian como refiere Feyjoo: "Esas cosas no importan!" I la mejora de nuestros caminos pblicos, los ferro-carriles, qu tan simpticos son para el Sr. de la Rosa?

    En aquel entonces el mayor placer de casi todos los hombres de letras i lo que se veia en las ctedras de las Universidades i colegios, en los sermones, en los libros i en las polmicas entre los falsos escolsticos, tomistas i escotistas, eran los ergos, los" distingos, el redu/plicativ, el Arg. (Arges), el Resp. (Respondebis) i otra porcin de argucias i puerilidades, i todo en un estilo se-co i difuso, de todo lo cual se reian Melchor Cano, Cervantes, Feyjoo, lzate i otros crticos. Todo esto es mui del gusto del Sr. de la Rosa, que en el ltimo tercio del siglo XIX, ha traido al terreno de Guenn, de Pidal y Mon i Castelar, al terreno de la polmica moderna, el estilo seco i difuso, las argucias i hasta e! Arg. i el Resp. del vetusto Puripato ( l ) . I al propio tiempo, cuando se trataba de las doctrinas i los libros de la Filosofa mo-derna i de las ciencias naturales, aquellas brillantes pelucas, ve-nerables bonetes i reverendas capillas decian: "Minime gentium! Esas cosas son mui perjudiciales a la Religin y la Sociedad!", i el redactor de "La Religin y la Sociedad'' ha visto en mi libro las abundantes pruebas de esto, tomadas principalmente de Feyjoo._

    El principal empeo de aquellos prohombres de Espaa i de la Nueva Espaa era perseguir i matar protestantes. I cuando se trataba de levantar a la nacin de su postracin, impulsando las mejoras de la civilizacin, por ejemplo, con las fbricas de indus-tria manufacturera, aquellos prohombres contestaban: "Lo esen-cial no es tejer lienzo, sino matar herejes''1 ( 2 ) . Yo creo que el

    (1) No sigo algunas opiniones de Pidal y Mon ni otras d Castelar; elogio su estilo: conozco mucho al Sr. de la Rosa i prevengo su objecin con esta advertencia.

    (2) Palabras textuales da Menendez Pelayo en su libre "La Ciencia Espa-

  • 16 fir. de la Rosa na se alegrara de que se persiguiera i matara a los protestantes que hai en la Repblica Mexicana; pero sin em-bargo, qu tan simpticos son los protestantes para el mismo Sr.? ( 1 ) .

    Duele el corazn al escuchar las confesiones de Menendez P e -layo; mas ellas tienen a lo menos el mrito de la espaola fran-queza, dando a cada cosa su verdadero nombre, i no obra como ciertos escritores pblicos que, conociendo que en el ltimo ter-cio del siglo XIX, ya casi nadie acepta la pildora de las ideas co-loniales presentndosela desnuda, con sagaz ingenio la envuelven en la miel de la Patria, del honor de la Nacin i de otros nom-bres tan dulces como estos, i de esta manera la hacen tragar a multitud de incautos. Beristain, Alaman i otros escritores pbli-cos mexicanos del mismo bando, no cesan de cacarear "La Pa-tria! La Patria!"Cual es la patria de Ustedes, Seores? "Mxico."Cual Mxico?, el de Cuauhtemoctzin?"\No, Dios nos libre!"El Mxico de Hidalgo i de Morelos?"No, no, tam-poco!''Ya, ya, vuestra patria es Mxico, pero nicamente el Mxico de 1 5 2 1 a 1 8 1 0 : estamos enterados.

    Sofisma 2 ^ Confundir a buena filosofa escolsti-ca con el falso escolasticismo,

    El Sr. da la Rosa en bastantes partes hace la apologia de la filosofa escolstica y especialmente de la Filosofa de Santo To-mas, expresando la filosofa de Balmes, la del Cardenal Gonzlez, la de Len X I I I i de otros muchos filsofos escolsticos. Yo tambin a las pgs. 2 7 2 i siguientes hablo detenidamente de la

    ola," pg. 268. (1) Puede ser que el Sr. de la Rosa conteste diciendo: "El Sr. Rivera ata-

    ca a la Inquisicin establecida por el Sr. Inocencio III i defiende, el protes-tantismo. Curiosa seria esta objecin; pero como el Sr. Cannigo me ha he-cho tantas objeciones curiosas, no ser remoto que haga esta. Yo no combato a la Inquisicin de los Papas, antes la he defendido en mi Compendio de la Historia Antigua de Mxico, tomo 1 -, yo combato a la Inquisicin espaola i a algunos rarsimos escritores pblicos que en pleno siglo X I X la defienden: unos que lo confiesau paladinamente, i otros que, aunque no lo confiesan, tie-nen en sus escritos el espritu de la Inquisicin espaola. Respecto de protes-tantismo, pobre de m si despus de tantos aos de estudios, hubiera sacado por fruto de ellos creer que el Espritu Santo haba hablado a Latero y Cal vi-no i dems patraas del protestantismo!

  • 17 Filosofa de Santo Tomas y el Cardenal Gonzlez i la encomio; a las pgs. 3 2 1 i siguientes hablo detenidamente de la Encclica de Len X I I I sobre la Filosofa de Santo Tomas i la encomio; en bastantes lugares de mi libro hago el panegrico de la buena filo-sofa escolstica, i en fin en uno de los corolarios que pongo al a de mi libro, o resmenes de todo lo dicho en j, a la pg. 3 5 5 di-go: "Corolario 7 m En toda la Disertacin hago constantemente una marcada distincin entre la filosofa escolstica i el falso es-colasticismo o seudoperipatetismo: aquella es mui til, i este ha sido mui perjudicial i por lo mismo digno de reprobacin."

    Mas el redactor de "La Religin y la Sociedad" confunde la buena filosofa escolstica con el falso escolasticismo, i a la pobre filosofa del Padre Puga, a la pobre filosofa del Padre Peral ta , a la pobre filosofa del Doctor Vallarta i otros de la misma ralea, las vemos en dicho peridico como las gallinas el dia de San An-tonio Abad, engalanadas i bendecidas por el Sr. de la Rosa con frases de encomio como una buena filosofa escolstica. Pues qu no se puede bendecir a las gallinas? S, pero siempre son gallinas.

    Sofisma 3 Los Monjes revueltos, o sea confundir los tiempos.

    Mi libro "La Filosofa en la Nueva Espaa" tiene por objeto probar que la Nueva Espaa estuvo atrasada en materia de cien-cias filosficas en el ltimo tercio del siglo XVII , en el siglo X V I I I i en el primer tercio del XIX. El Sr. de la Rosa a la pg. 1 3 0 , hablando de los monjes de la Nueva Espaa i de los impedi-mentos que tuvieron par-a ensear competentemente las ciencias, dice: "Muchos hombres que permaneciendo en Europa habran tenido largos aos de quietud en las celdas de los monasterios dentro de las paredes domsticas, y consultando los libros de las bibliotecas habran podido dar a luz obras cientficas voluminosas y de gran mrito, en Mxico tenan que buscar los idlatras en los desiertos, y reunirlos en poblaciones, y ensearles con senci-llez la religin y las primeras letras y el modo de fabricar pobres casas y de cultivar los campos etc., por lo cual no era posible que hicieran para el adelanto de las altas ciencias lo que pudie-ran haber hecho vindose libres de esas ocupaciones, Todo esto debe tenerse presente para ser justos al calificar Mxico.''

    El monacato en la Nueva Espaa tuvo dos pocas: la primera fud desde el primer tercio del siglo XVI en que vinieron a Mxi-

  • 18

    (1) No rae ocupo de las monjas. Baste decir que en todos los conventos de monjas se observ el respectivo instituto.

    00 los primeros misioneros, hasta el segundo tercio del siglo X V I I (i quiz me alargo mucho, pero en ciertas materias mas vale que sobre i no que falte); i la segunda poca fu desde el ltimo ter-cio del siglo X V I I inclusive hasta 1 8 2 1 . Es mui cierto que los monjes de la primera.poca, que puede llamarse el siglo de oro del monacato en la Nueva Espaa, tuvieron unas costumbres evanglicas i estuvieron dedicados a hacer largos viajes (a pi muchsimos de ellos), al aprendizaje de los idiomas indgenas, a la composicin de 3ibro3 mui tiios, principalmente Artes, Voca-bularios, Catecismos i Sermones en los mismos idiomas; a la en-seanza de las primeras letras i catequismo de los indios, al ser-vicio de un hospital en cada poblacin i a otros ministerios del apostolado i civilizacin de la raza india, i por esto no pudieron ensear competentemente las ciencias filosficas. Luego los mon-jes del ltimo tercio del siglo X V I I , los de todo el siglo X V I I I 1 los del primer tercio del X I X tuvieron las mismas costumbres evanglicas i la misma dedicacin a los ministerios del apostola-do que los monjes de la primera poca, por lo qu no pudieron ensear competentemente las ciencias filosficas en la Nueva Es-paa. Psima consecuencia. Entre los muchsimos monjes de la. segunda poca, los nicos que vivieron siempre en la observancia do su instituto en tiempo del gobierno espaol fueron los jesutas, los franciscanos de hbito pardo llamados de Propaganda Fide i los felipenses (1 ) . Respecto de los monjes de las dems Ordenes, consta por la historia que en su mayora se relajaron.

    Los jesuitas. Tres son las fases bajo las qu se puede conside-rar la civilizacin de un pueblo: civilizacin en el orden intelec-tual, civilizacin en el orden moral i civilizacin en el orden ma-terial. Al tiempo de la expulsin de los jesutas en 1767, la Nue-va Espaa era corta de vista en el orden intelectual por el atra-so en las ciencias filosficas i en otros ramos cientficos, era tsica en el orden moral por las muchas piedras que en aquel camino habia i que no se pueden decir en pocas palabras, i era gibosa en el orden material por el atraso en la agricultura, en la industria i en el comercio. Con la expulsin de los jesuitas la Nueva Es-paa, sobre estar tan enferma, recibi graves heridas. Una fu en los colegios de enseanza i educacin de la juventud, que en su inmensa mayora eran servidos por los jesuitas. Otra herida fu en las misiones entre las naciones salvajes de Sonora, Nuevo

  • 19 Mxico, la Alta i Baja California i otros paises de la Nueva Es-paa, en cuya civilizacin trabajaban los jesuitas.. Otra herida fu en el confesonario etc.

    Respecto de los monjes de hbito pardo, vinieron tarde a M-xico i eran pocos en comparacin de los franciscanos de hbito azul i dems monjes de las otras Ordenes. Verbi gracia, los zapo-panos no existieron mas que cinco aos e n tiempo del gobierno espaol, pues su colegio fu fundado en 1 8 1 6 . Los felipenses vi-nieron mui tarde a Mxico i eran poqusimos en comparacin de los monjes de las otras Ordenes.

    Las costumbres de los monjes de la ISueva Espaa es una ma-teria delicadsima, yo la toco aqu porque la ha tocado el Sr. de la Rosa, i este Sr., invitndome i provocndome a polmica, me ha puesto eu la necesidad de contestarle; mas la toco nicamente a pelo de tierra i brevemente. Ruego al mismo Sr. que se abs-tenga, de tocarla, i que si en el tratamiento de algn asunto se viere en la necesidad de tocar dicha materia, lo haga lijeramente i sin ahondarla.

    Sofisma 4 Los Carrizos de Melchor Cano.

    Como digo en mi libro, pg. 86 , Melchor Cano llama los ar-gumentos de los falsos escolsticos "caas largas, dbiles armas de nios''. El Sr. Lic. D. Jos Lopez-Portillo y Rojas, reprodu-ciendo en su peridico "La Repblica Literaria'' un argumento mi, dijo al Sr. de la Rosa que en el Programa del acto pblico de Fsica en el Colegio de Santo Tomas de Guadalajara en 1 7 6 4 , ni la palabra calrico se encontraba. El Sr. Cannigo, refirin-dose a dicha palabra dijo a la pg. 1 7 4 : "desdichados fsicos mo-dernos que no la admiten!'', i no contest mas.

    Miserable evasiva, admirable en un hombre de buena-f! Si el redactor de "La Religin y la Sociedad'' habia de contestar de esa manera, yo le habra dado una nueva arma contra m: decir

  • .20

    mas n o se enseaban esas doctrinas con ninguna palabra, prueba del atraso de la Nueva Espaa en las ciencias filosficas, no ya: en el siglo X V I ni en el XVII, sino en el reinado de Carlos I I I . 1 Esta es la sustancia i la fuerza del argumento, i a esto nada con-test el Sr. de la: Rosa. . I hasta en su evasiva anduvo desgraciado; el Sr. Lopez-Por-

    tillo y Rojas i y hicimos bien en usar de la palabra calrico, porque hablamos en castellano i refirindonos a una poca en que esa palabra era la de que usaban los fsicos mexicanos para tratar del calor.

    Otra caa larga, del Sr."'Cannigo. El Sr. Lpez-Portillo y Rojas, reproduciendo , otra prueba'histrica'rnia, present a di-cho Sr. una de las muchas argucias i bagatelas'd qu se ocupa-ban en la Nueva Espaa en las ctedras d'e filosofa, a sabor: que porque la palabra latina TOwsf(ratqn)'es monoslaba,7el ratn no roe el queso; prueba del atraso'dla Nueva Espaa en la enseanza de las ciencias filosficas. Esta es la sustancia i la fuerza del argumen-to. El Sr. de la Rosa no contest ella, sino que se anduvo por las ramas de, una palabrilla, llam a.todoalos gramticos i aun a los matemticos -para'-que !dijeran ;si la palabra- ratn -es monosla-ba o polislaba, e hizo tanta bulla, que aquello fu los montes pa-riendo. . . . ' un ratn., 'Los falsos escolsticos'que quedan hoi son lo mismo que los' de los siglos pasados: que si eldecir aquellos que el ratn' no roe elqhso era una-simpleza^ el llamar ahora a.Eucli-des i a Newton para que decidan si a palabra -i?ton res monosla-ba o polislaba, no es una gran' cordura. Este modo de argumen-tar del Sr. de la Rosa habria arrancado nutridos aplausos en los actos pblicos literarios de la Nueva' Espaa; mas en el ltimo tercio del siglo XIX es ya mu tarde, e s un modo de argumentar fiambre i un anacronismo. - ' ,.,

    Otra caa larga. El Sr. de la Rosa ala-pg. 173 dice: "Con el mismo ttulo de la obra del Sr. Rivera "La Filosofa en la Nue-va Espaa'' han empezad /a publicarse artculos en eL peridico "La Repblica Literaria;' ' diciendo''(pg/199) qu Van' presen-tar un bosqWjo y e/eris;:jjas ^ ' l a obra''del'Sr. Rivera, bos-quej plida, noten los n lectores/ ' h! Desentenderse de i las pruebas histricas i'fijarse-en una cosa tan insignificante como es u n a a por una o por errata' de imprenta! Necedad mia i fuera no-tar las inmrabls faltas de! ortografaSerratas de imprenta q u e se encuentran en el peridico ' 'La Religin--y. la 'Sociedad,", i a l -gunas bien gordas, como el que al famoso- Dean Marti se.-le! l la -m a Manuel Martnez, s in tener compasin'con los. pobres suscri-

  • 2 1 toe's que carecen de instruccin^ lps, que estn aprendiendo all una Historia de Mxico muy curiosa, hablando de un IVtanuel Martnez qu nunca ; ha existido i,otra multitud de adefesios, ori-ginados, no ya de erratas de imprenta, sino de. las equivocaciones i excentpdades del Sr. de la Rosa.

    Sofisma 5 El Nivel. Este es un bendito sofisma que anda junto con los otros no mas

    que por su-mala-suerte; pues no es capaz de hacer mal a nadie. E l consiste en asegurar que la Nueva Espaa:estaba en civiliza-cin al nivel de Francia, Inglaterra, Italia, Alemania i dems na-ciones- principales :de Europa. . . . 1 El Sr:' de la Rosa a las pgs, 130: i.131 dice que :no solamente eh'la"ueva : Espaa, sino tambin! en Francia i en las otras na-ciones de Europa hubo astrlogos; en el siglo X V I I , i discurre 'sobre est : largamente. O quantum inane! Oh cuanto intil! "Quin'lo niega?'Luego, en el siglo X V I I hubo en Francia i en las otfaS'naciones de: Europa: tantos ;astrlogs i estuvo tan auto-rizada Gas t ro log a como en; Espaa i la Nueva Espaa. Mala consecuencia (i vaya el Sr. de la Rosa contando sus malas conse-cuencias i Jas, que ,-pn e l . colegio llambamos negadas i conclui-das). , ;...... .. ; ; . ; : ;La astrolcigia era una de las muchsimas especies de supersti-cin., Lasupersticiones.un vicio del gnero humano i por esto la astrologia se vio en.todas las nacio.nes; pero Feyjoo ha proba-d o con documentos irrefragables que en los siglos X V I I i X V I I I ninguna'nacin de las principales de Europa era tan supersticio-: sa como; su patria Espaa, i en consecuencia la Nueva Espaa. .La.avaricia..ha sido un vicio de la humanidad, pero en ninguna .nacin Jo ha sido tanto como en la nacin judaica. L a lujuria ha ,sido un vicio de la humanidad, pero en Turqua i en las dems .naciones del Oriente ha sido mayor que en las naciones de Euro-.pa,;.i;lor.mis,mp ha sucedido respecto, de otros vicios. En mi "F i -.losp,Sa;'en;la ,Nueya Espaa'' he probado que la Universidad de .Msica, el, primer cuerpp cientfico de la nacin, se compona en jB.U-jaypr, parte de astrlogos en el ltimo tercio del siglo X V I I 4;q;U'e lpsj.prphombres, de la nacin en el orden, literario, como el .p.rpvisp^'del arzobispado i.los provinciales de las Ordenes mons-.t?as

  • 2 2 ton i de otros grandes filsofos en la misma poca!; de la Ale-mania de Keppler, de Leibnitz i de otros grandes filsofos en la misma poca!; de la Italia de Galileo, de Torricelli i de otros grandes filsofos en la misma poca!

    Ya present en mi libro i ahora volver a presentar el testi-monio del Padre Njera. En la nota 57 a su famoso Sermn de Guadalupe, hablando del gobierno espaol i del gobierno ingles respecto de sus colonias dice: " n i U 1 I 0 Ili OTO llCCl'011 Cuan-to pudieron, ni estaba en sus intereses respectivos el fomentar la ilustracin progresiva de sus colonias; nada, pues, hay tan cierto en el particular como que l o s es tudios n u n c a foreCC-r a n bajo de Un Sistema Colonial." Este testimonio es mu fuerte, porque el clebre Pr ior del Carmen tenia un soberano ta-lento i una grande instruccin en la Historia de Mxico, i sin embargo el Sr. de la Rosa nada ha contestado a este testimonio (como nada ha contestado a la inmensa mayoria de las pruebas que presento en mi libro), i sin contestar, ha seguido erre que erre, con la cantilena de que la Nueva Espaa estaba en civiliza-cin a la altura de las principales naciones de Europa, la misma cantilena de Zamacois, Llanos y Alcaraz i dems Seores del Nivel.

    Vamos, Sr. Cannigo, encargese de ese testimonio; el Padre / Njera era mexicano e hijo de espaol; dgale que ha escrito con-tra su Patria, que ha insultado a su Patr ia; regelo cuanto me ha regaado a m, porque era un verdadero sabio, i como verda-dero sabio no quera decir extravagancias.

    Ha i sofismas mui bellacos porque tienen mas vueltas que un turbante morisco; pero este del Nivel es un sofisma pobrecito e inofensivo, porque no se necesita citar el testimonio del Padre Njera ni ningn testimonio, ni los lectores necesitan tener mu-cha capacidad para conocer que es una cosa completamente inve-rosmil el que una colonia, i mas colonia espaola, estuviese en ilustracin al nivel de las principales naciones de Europa. Mxi-me cuando en los siglos X V I I i X V I I I , ni la misma Espaa es-tuvo en ciencias filosficas i en ciencias naturales al nivel de Francia, Inglaterra, Italia i dems principales naciones de Euro-pa, como lo afirman los mismos espaoles literatos e imparciales de la poca contempornea: Lafuente, Revilla, Perojo, Azc-rate, etc., cuyos testimonios pueden verse en el peridico espa-ol "La Revista Contempornea" i en el libro "La Ciencia Es-paola."

  • 2 3 .Sofisma ^ La Fidelidad del Sr. de la osa al ci

    tarme en conciencia. . A la pg. 131, para probar lo que era la astrologia en Francia

    en l siglo X V I I I dice que hasta Voltaire parece era afeeto a los, astrlogos. Dice: "Y todava en el siglo X V I I I se encuentra en Francia ~ Voltaire, de quien dice el Sr. Rivera (pg. 6 2 de la

  • 2 4

    (1) El Padre Peralta fu catedrtico de filosofa i de teologa en Mxico i en Puebla en el primer tercio del siglo XV11I. Veamos qu filosofa i qu teologia eran aquellas. Pondr una notita a las palabras los mas sutiles, otra a la palabra escolasticismo i. otras tres mas, i estas notitas sern bastante para quebrar las ollitas de barro'del Sr. de la Rosa:

    Los mas sutiles. La mu grande sutileza de ingenio de Peralta o era la buena, la que adelgaza la verdad pero no la quiebra, o era la mala, la que es excesiva i perjudicial, la que adelgaza la verdad hasta quebrarla. No era l sutileza buena, porque esta jamas impide a un telogo ser de los mas tiles maestros, i de lo contrario seria necesario decir que Santo Tomas de Aquino, el Sutil Escoto, San Buenaventura i otros clebres telogos de mu sutil in-genio, no fueron de los mas tiles maestros. Luego la sutileza de Peralta fu la excesiva i perjudicial.

    Escolasticismo. E l escolasticismo de Peralta o fu el verdadero o el falso. No fu el verdadero, porque el verdadero escolasticismo como el de Santo To-mas de Aquino, el de Escoto, el de San Buenaventura i el de otros mu gran-des telogos, nunca impide a un telogo el ser de los mas tiles maestros; lue-go fu el falso escolasticismo.

    (2) Telogo con sutileza excesiva i mala; luego un excelente telogo, Ma-la 'consecuencia,

    ralta P. Antonio: fu un telogo comparable los mas sutiles in-genios que tuvo la Compaa de Jesu-s en las Academias de Eu-ropa, y habra sido uno d los mas tiles maestros de la Teologia, si el genio de su siglo no hubiese sido todavia en Amrica el del escolasticismo" (1). Este es el testimonio de Beristain. El Sr. Ri -vera continua diciendo que tambin en Espaa habia escolasticis-mo y vuelve prodigar grandes elogios Francia, Inglaterra etc. y vituperar a Espaa, cuando acaba de hacer mencin, no de un ignorante, sino de un sabio mexicano."

    "Resp. Tenemos en las palabras citadas de Beristain la narra-cin de un hecho y una conjetura. El hecho es honroso para Mxico porque consiste en que el P . Antonio Peralta, que naci en Mxico, se educ en Mxico y ense en Mxico, fu compa-rable con los mejores telogos jesutas de las Academias euro-peas. La conjetura de Beristain consiste en que si no se hubiera usado entonces en las escuelas el mtodo escolstico, Peral ta ha-bra sido mejor maestro de lo que fu. Lo que se deduce recta-mente del hecho es que Peralta no abus del mtoda escolstico, supuesto que se form un excelente telogo ( 2 ) . Qu habra su-cedido si se hubiera usado en las escuelas otro mtodo, no lo sa-bemos, porque ignoramos si ese otro mtodo seria mas o menos acomodado al carcter de Peralta; ignorando si con otro mto-do habra sido Peral ta mas menos sabio, no podemos saber si

  • 2 5

    (1) Si fu, si no f u . . . . ignoramos si ese otro m t o d o . . . . no podemos saber. . . . si fu liebre o fu conejo: embarazos del Sr. de la Rosa para salir del paso.

    (2) MU sutil; luego gran telogo, Traslado da esta consecuencia a Mel-chor Cano,

    habria sido un maestro mas menos til (1). Lo que consta es que con el mtodo con que se le ense, se form Peral ta/un

    -gran telogo ( 2 ) ; y por esto miramos un ttulo de honor donde el Sr. Rivera pensaba presentarnos un motivo de vergenza.''

    Sofisma 8 - Igualar a San Miguel con el diablo.

    , Grima da contestar algunos sofismas del Sr. de la Rosa, por-que son el verdadero retrato de'la tenacidad. De ciertas mane-ras de filosofa escolstica en la Nueva Espaa, en el siglo prxi-mo pasado antes de Carlos I I I , que eran la fruta del siglo, i que ni el siglo, a pesar de su pesadez i afecto al falso escolasticismo las admiti, como la filosofa del Padre Puga, como la filosofa del Padre Peralta, como la filosofa del Doctor Vallarta, dice el Sr. Cannigo que eran una buena filosofa escolstica, i que lo que sucedia era que no era la filosofa cartesiana; porque no ha-lla otro modo de defender esos hechos histricos. Admirable Sr. de la Rosa por el arma de la negacin!, como si en un juicio el solo negar los hechos sin dar de ellos mas que ftiles discul-pas valiese algo. Como si en algn siglo, alguna vez, la buena filosofa escolstica haya estado reida con los descubrimientos i adelantos de la filosofa moderna!

    E l Sr. d e j a Rosa a la pg. 1 5 3 dice: "Resp.El jesuta me-xicano Mariano Vallarta y todos los que en el siglo X V I I I se opusieron la sustitucin de la filosofa escolstica con la carte-siana, pensaron como ha pensado en el siglo XIX el Cardenal Gonzlez, quien el Sr. Rivera (pag. 2 0 ) llama eminencia en la jerarqua literaria, Por qu si un Cardenal y unos mexicanos piensan del mismo modo, al Cardenal se le llama eminencia lite-raria y los mexicanos se Jes tiene como atrasados? Esto no mede tener otra explicacin sino que el Sr. Rivera no ha visto a Filosofa del Cardenal Gonzlez. Mas esta omisin no lo ex-cusa; porque si se senta capaz de escribir desfavorablemente de toda una nacin, debi haber tenido bien estudiado todo lo que creyera que fundaba sus argumentos."

    "Pero no solo tiene el Sr. Rivera el nombre de Gonzlez en fa-

  • -26 vor de la Filosofa de Santo Tornas, que se habra de eliminar con lo que llamaban moderna, sino tambin los respetable? nom-bres de Balmes, Liberatore, Prisco, Sansev.erino, Signorelli, Kleutgen, Cornoldi, Champenois, Ortiz y Lara, Granclaude, Rosset; que han trabajado en este siglo por el restablecimiento de la Filosofa de Santo Tomas. Todos ellos serian ignorantes? E l actual Sumo Pontfice etima en mucho la Filosofa de San-to Tomas." t !

    Como si la Filosofa de Len XI I I , Balmes, Gonzlez, Sanse-verino i los dems autores qu con intil erudicin me echa en-cima el Sr. de la Rosa, estuviese reida con los descubrimientos i adelantos de la Filosofa moderna! Como si la Filosofa del egregio Aquinate estuviese reida con los mismos descubrimien-tos i adelantos! Flaco servicio le hace el redactor de "La Re-ligin y la Sociedad" a la Filosofa de Santo Tomas, que es la misma filosofa de Len XI I I , Balmes, el Cardenal Gonzlez etc., etc., igualndola con la filosofa del Dr. Vallarta, que es como igualar a San Miguel con el diablo! .

    Vamos a imprimir lo que ya est impreso i a probarlo que ya est probado. En mi libro a la pag. 1 0 4 , presentando la biogra-fa del Dr. Vallarta por Beristain, copio estas palabras del mis-mo bigrafo: "Fu excelente humanista, filsofo aristotlico agu-dsimo y singular por la precisin, sutileza y energa de sus dis-cursos y argumentos en la palestra escolstica, donde eran formi-dables sus silogismos; y por eso era vulgar dicho en Mxico que "quien sabia responder los argumentos del Padre Vallarta, te-nia mucho adelantado para responder los que el diablo poda ponerle en el Tribunal del Juicio" ( 1 ) . "Estudiantes, dice el Lic. D . Jos Fernando Ramrez, eran casi todos los sabios de aquella poca." Beristain en la misma biografa dice del Padre. Vallarta: "Kesisti tenazmente , la reforma de estudios de, su pro-vincia de Mxico, fundado en que los libros y mtodos modernos eran unas minas ocultas, inventadas para volar los fundamentos de la religin; con estas ideas vivi en la Amrica, no las depuso en Roma y muri promovindolas en Bolonia!'1

    Por lo visto, el Doctor Vallarta tenia netamente todas las cua-lidades de los falsos escolsticos, tales como los han fotografiado Feyjoo i lzate: sutil en demasa como los falsos escolsticos,

    (1) 'Dicho vulgar, pero no entre el vulgo de las tortilleras i otros que na-ta saban de esto, sino, entre el vulgo d los Doctores en Teologa y dems que Beristain llama el vulgo de sabios,

  • 27 sofista como los falsos escolsticos; preocupado i fantico contra todo lo moderno, como los falsos escolsticos; alegador como los falsos escolsticos, de que los inventos i progresos modernos ti-les son perjudiciales a la religin, siendo esto contra el juicio de todos' los hombres ilustrados i sensatos; tenaz i terco en sus ideas hasta la muerte, como los falsos escolsticos, i sus argumentos eran parecidos a los del diablo, es decir, falsos i sutilsimos. El Doctor Vallarta rechazaba los descubrimientos i progresos de la filosofa moderna, i en mi libr l pgi 274 presento al pi de la letra el testimonio del Cardenal Gonzlez en su Filosofa sobre que los descubrimientos i progresos de la filosofa moderna no se oponen a la buena filosofa escolstica, a la Filosofa de Santo Tomas. El Sr. de la Rosa ha visto est testimonio en mi libro; pero no hai peor sordo que el que no quiere oir, i a la sordera aade el regao, dicindome que no he-estudiado la Filosofa del Cardenal Gonzlez i encargndome que la estudie. En la misma pg. he presentado al pi de la letra los textos de Santo Tomas, en que dice que a la buena filosofa escolstica no se oponen los descubrimientos i progresos de la filosofa moderna; el Sr. Can-nigo ha visto estos textos en mi libro, pero no hai peor sordo que el que no quiere oir.

    E n mi libro a la pg. 3 2 2 presento al pi de la letra la doctri-na del Sr. Len X I I I en su Encclica sobre la Filosofa de Santo Tomas, en donde dice que a esta filosofa no se oponen los descu-brimientos i progresos d l a filosofa moderna i que Su Santidad los aprueba; el Sr. Cannigo ha visto esta doctrina en mi libro, pero no hai peor sordo que el que no quiere oir. Una de las ex-presiones favoritas del Sr. de la Rosa es esta: "Prubese esto y prubese lo otro;" se le prueba claramente i vuelve a decir: "P ru -bese esto y prubese l: btroj" i as, est diciendo veinte aos, i este es un Prubese inmortal. En un juicio forense el litigante A , excntrico i 'extraordinariamente tenaz, dice al litigante B: "Prubese esto;" el otro lo prueba, i A dice: "Prubese esto; ' 're-cae la sentencia en faVor de B , i el contrario dice: "Prubese es-to;" pasa la sentencia en autoridad de cosa juzgada (verbi gracia, el sistema de Coprnico), i A queda diciendo toda su vida: "Pru-bese esto." Pobre de ni que tengo que luchar con un adversa-rio tan tenaz! Cuando terniiar'esta polmica?

    Qu errado andaba el Doctor Vallarta en creer que los ade-lantos de las ciencias modernas perjudican a la religin!, i qu errado anda el Sr. de la Rosa en defender las ideas del Doctor Vallarta! Precisamente ha sucedilo todo lo contrario: los adelan-

  • 28 ios en la geologa, en la cronologa, en la arqueologa i otros ruta-ehos progresos modernos en las ciencias han confirmado la ver-dad del Gnesis i muchas verdades del Cristianismo, i han servi-do mucho a la religin. Ah est el "Moiss y los Gelogos m o -dernos" de Bonald; ah estn Jas "Vindiciaa de la Sagrada B i -blia" por DuClot , las Conferencias del Cardenal Weissmann r "Los Esplendores de la F," obra mu moderna escrita en cua-renta aos por el Abate Moigno, i otra multitud de libros qu tienen por exclusivo objeto probar largamente esa verdad. E n mi libro he presentado el texto del Concilio "Vaticano i el texto de la Encclica d Len X I I I en que ensean lo mismo, esto es r que las sabias doctrinas i los tiles descubrimientos,de la filosofa moderna i de las ciencias naturales modernas, son los servidores-de la religin. Los Concilios Generales son, no solamente tiles, sino sumamente tiles para el gobierno de la Iglesia, i con todo r por la dificultad de los largusimos viajes hacia tres siglos que no-se celebraba un Concilio. General, es decir, desde el Concilio de-Trento; i he aqui que dos inventos de las ciencias naturales mo-dernas, de estas ciencias tan aborrecidas por el Doctor Vallara, los buques de vapor i los ferrocarriles, estos ferrocarriles tan odiados por el redactor ds "La Religin y la Sociedad," han lle-vado a todos los Obispos desde las mas remotas regiones del or-be hasta la capital del mundo- catlico.

    Precisamente ha sucedido todo lo contrario de lo que pensaba el Dr. Vallar ta i piensa el Sr. de la Rosa: el falso escolasticismo-es el que ha perjudicado a la religin. E l falso escolasticismo de muchos telogos catlicos hacia' que se rieran los protestantes,. i se rein con razn dice Melchor Cano ( 1 ) . Melchor Cano en su obra clsica "De los Lugares Teolgicos," libro 9, capitulo 1 ., di-ce: "Ha hecho el diablo (i no se olvide que los argumentos del Doctor Vallarta eran parecidos a los del diablo), i no puedo de-cirlo sin lgrimas, que cuando mas conveniente era que, para re ' sistir las herejas nacidas en Alemania, se encontrasen armados-y dispuestos nuestros telogos con las mejores armas, no se hayan visto en sus manos sino caas largas y fofas, armas dbiles pro-pias de nios. Asi muchsimos se han burlado de ellos, y con razn, porque no tenan ninguna solidez teolgica, y creyendo* abrazar la efigie de la Teologa, iban desalados en pos de vanas s o m b r a s . . . I es que estos hombres llevaban errada la via desde-el principio de sus estudios ( 2 ) , porque haban abandonado ^todas.

    (1 ; ac mrito irrisi. (2) Desde el estudio de la filosofa

  • 29

    (1) Sr. ce la Rosa, estn repartiendo velas a los cofrades. (2) Egit autern diabolus, quodsine lacrymis non queo dicere, ut quo

    tempore adversum ingruentea ex Germania haereses oportebatscholae Theo-logos optimis esse armis instructos, eo nulla prorsus haberent, nisi arun dines longas, arma videlicet levia puerorum: Ita irrisi sunt a plrisque, ac merito irrisi, quoniam verae Theologiae solidam effigiem nullam tenebant, umbris utebantur, easque ipsas utinam sequerentur... Erra-baht UH autem principio statini studiorum suorum. Cum enimfa-cilitates eas quae lnguam expoliunt, mirum in modum neglexissent, cum-que sese in sophistica arte torsissent diutius, turn demum ad Theologiam gressi, non Theologiam-, sedfumum Theologiae sequebantur.

    aquellas facultades que pulen el estilo, i habiendo retorcido, por tanto tiempo sus miembros en el vano ejercicio del arte sofsti-ca ( 1 ) , cuando llegaban a la Teologa, no alcanzaban la Teologa misma, sino el humo de ella" ( 2 ) .

    Melchor Cano, monje d Santo Domingo,. Obispo de las Ca-narias i uno de los Padres que mas resplandecieron por su sabi-dura en el Concilio de Trento, ha1 sido uno de los qu mas han ridiculizado a los falsos escolsticos i usado contra ellos del esti-lo custico. De las cosas mas viles i despreciables son esas esco-bas i carrizos con qu juegah los nios, echando armas al hom-bro i usando de ellos como si fueran armas; i una de las crticas mas saladas i mas custicas es comparar con esos juegos los argumentos i sofismas de los falsos escolsticos. Despus que Melchor Cano puso en caricatura a los Doctores de las Uni-versidades, representndolos en claustro pleno cada uno con un largo carrizo en la mano, ni en Feyjo (aunque era tan fraile i tremendo como Cano), ni en el Fray Gerundio de Isla (tambin fraile), ni en el Quijote se encuentra una caricatura tan ridicula de los falsos escolsticos. I dice el eminente crtico que los fil-sofos i los telogos sofistas, sean del siglo X V I o del siglo X I X , sean espaoles o mexicanos, bien merecen ser combatidos con el arma del ridculo i el estilo custico? ac mrito irrisi. Herclito lloraba i Demcrito reia; mas el tremendo crtico dominicano t e -nia una habilidad que no tuvieron Demcrito, Juvenal, Erasmo ni Voltaire; que sabia rerse llorando; "no puedo decirlo sin l-grimas."

    Los falsos escolsticos a quines principalmente criticaba tan duramente Melchor Cano eran los de su patria Espaa (por ende los de la Nueva Espaa). Vamos Sr. de la ROL., diga Us-ted al sabio Obispo de las Canarias que ha escrito contra su Pa -tria, que ha insultado a su Patr ia ; regae a un Padre del Conci-lio de Trento.

  • 30

    Sofisma 9 Campoy retratado de espalda en con-; " 1 ciencia.

    Por lo visto hasta aqu, .estarn, .persuadidos mis lectores de que el Sr. de la llosa no es un Apeles en sus cuadres de crtica. Apeles retrat al rey Antgono de.perfil por miedo de retratarla de frente; malo hubiera sido :que e Sr. Cannigo hubiera retra-tado al jesuta C a m p o y d e perfil, i peor lo ha hecho todava re-tratndolo como Moiss, vio a Lios en el desierto, por la espalda. A la pgina 149 dice:. "Opone el Sr. Rivera que el jesuta Cam-poy, cuyo talento y .saber reconoce, fu celebrado en el tiempo de sus estudios, por haber llegado lo sumo del peri patetismo, y de aqu toma ocasin para vituperar la Universidad de Mxico, la primera corporacin cientfica de N. Espaa, porque media-dos del siglo Xy i I I enseaba, en la ctedra de Filosofia lo- samo* del peripatetismo.'1

    "Resp.Puede ver el Sr. Rivera en Maneiro (de vitis aliquot mexieanorum etc.) la causa por qu Campoy fu tenido como in-signe peripattico. . "Tenia, dice Maneiro, aspecto de dignidad y gravedad, nadie ofenda ni despreciaba, aun cuando disputara con ardor: perciba clarsima, y. profundsimamente cuanto se le propona para entender: era sobre manera expedito para expresar sus pensamientos: cuando sostena alguna proposicin, resolva las dificultades con alegra y sin demora alguna, y con tanta evidencia y claridad,,.que muchas veces tenia que enmudecer el rplica; 'mas si arga, era eficacsimo;, vehementsimo y prontsi-mo para impugnar las ' respuestas.''-rrEstos elogios honrarian en cualquiera nacin y en cualquier siglo un alumno de un Esta-blecimiento1 cientfico,.y honraran.al mismo,Establecimiento y al Profesor que enseara raciocinar con fuerza y exactitud y resolver con facilidad las dificultades. Si no agrada al Sr. .Rive-ra el epteto de insigne peripattico que se di. Campoy en su tiempo, puede darle el que le parezca mas propio, seguro de que ser honroso.para el mismo Campoy, para su Maestro y para la Universidad de Mxico."

    "Por lo dems, es para nosotros un ttulo de gloria la existen-cia del esclarecido sabio Cmpoy, que naci, se educ y se form sabio en Mxico, y expatriado con los otros jesutas, fu hon-rar en Europa el nombre .de su Patr ia ."

    Con qu formalidad hace el redactor de "La Religin y la So-

  • 31 ciejdad la' narracin i apreciaciones anteriores! Quien habia de pensar que'lo qu parece oro es cobre! De la Vida del jesuita Campoy, escrita por su hermano Maneiro, copi el Sr. Dr. i pre-s e n t a : ^ trocito se comi, aquellas apreciaciones de Maneiro que conoci le cortaban la cabeza a su argumento. Se comi todos los. .documentos histricos1 sobre Campoy, que presento en las p-ginas 262, 263, 264, 265, 266, 267 i 268 de mi libro "La Filoso-fa en la.Nueva Espaa," pginas que ha leido el Sr. Cannigo i que presentan.un juicio crtico i cuadro de Campoy, no solamen-te 'riiui diverso,: sino enteramente opuesto al que presenta el Sr. Cannigo.! fI es e l S r . de la liosa el que me echa en cara el ha-ber! truncado unos textos de lzate i otro de Beristain! Voi pues a volver, a. imprimir aqu las pginas .referidas, para que los suscri-tores de buena f a " L a Religin y la Sociedad," que han cono-cido .en dicho peridico al falso Campoy, conozcan en estas pgi-nas al, verdadero.: Me agitada mucho, la polmica con el Sr. de la Rosa-i tengo muchas ganas de ;que la "continu para seguirlo has-ta el fin, porqu la:poliiiica aclarar mas i mas los hechos hist-ricosiqufeupruebaiel atrso:de: la Nueva Espaa en las ciencias filosficas,! d'jmi libro 'La Filosofa en la Nueva Espaa'' quedar mas.'fuertejdie lo.que- hubiera sido sin la impugnacin del Sr. de la Rosa;. Lo que siento es que bajo otro aspecto esta polmica e3 unbrilfarte negocio para el mismo;Sr. i desventajoso para m: es buen;negocio para elSr. Dr., pues yo le auguro que mientras du-re la: polmica, su peridico no ha de guardar el lecho como ha sucedido en. otras i largas temporadas,: sino que tendr abundan-cia de sscritores; pero a mi la polmica me est haciendo perder tiempo i dinero, cuando no tengo abundancia del segundo, i nece-sito mcho'del primero para los estudios i continuacin de la pu-blicacin de mis "Principios Crticos sobre' el Vireinato de la Nueva,Espaa.i la Revolucin de Independencia'': estudios pa-cientes i concienzudos, como los acostumbro al escribir algn li-britOjiLcomo lo demanda .la verdad de los hechos histricos, el respeto debido: la sociedad i aun el xito del libro, porque estu-diando i escribiendo de esta manera, un libro opsculo viene ser como un baluarte contra el que se estrellan intilmente todas las 'armas de los enemigos, aunque sean astutos i sagaces.

    Digo, pues, en las pginasreferidas: "Jos Rafael Campoy. Veamos lo que dice el literato jesuita Jos Mariano Dvila en la biografa del clebre Campoy, inserta en el Apndice al Dic-cionarionTJrYersal.de Historia y Geografa, edicin de Mxico,

  • 3 2 1 8 5 3 - 1 8 5 6 ( 1 ) . "Campoy (Padre Jos Rafael): natural de la ciu-dad de los Alamos en el departamento de Sin'aloa, hijo de Don Francisco Javier Campoy y de D ? Andrea Gastelua, de acomo-dadas y distinguidas familias: naci el 25 de Agost de 1 7 2 3 : los ocho aos de edad vino Mxico, y entr aprender las pri-meras letras en el pupilaje de los Belmitas, pasando despus al colegio de San Ildefonso, donde,estudi: gramtica y principi el curso de artes filosofa el ao de 1 7 3 7 bajo el magisterio del Padre Miguel Quijano, jesuita de mucho saber, pero por. desgra-cia de no menos aspereza con sus discpulos, ' quienes castigaba por las mas insignificantes faltas. Esta dureza, junto con la que habia experimentado en la escuela de Belem, abundante mies de azotes, como dice con gracia el Padre. Maneiro (jesuita): immen-sam punitionum segetem, lleg -exasperar tanto al joven Cam-poy, que vendiendo el manto i la;beca, se huy del colegio, to- . mando el camino pi por la. antes villa de Guadalupe.(2), y si-guiendo la primera senda que se le present, lleg un pequeo' rancho entre los pueblos de Cuautitlan y Tepotzotlan, donde se puso servir una anciana media ciega,- duea de esa reducida finca de campo. Pronto lleg a saber el superior del colegio el lugar en qu se hallaba el joven prfugo, de edad entonces de ca-torce aos, y volvindolo al,establecimiento, informado del .moti-vo de su fuga, lo puso estudiar el curso de artes que abri el ao siguiente el- Padre Jos Aviles, .de un dulcsimo carcter para con sus discpulos. Con el magisterio de este Padre sali eminente nuestro Campoy, as como otros ilustres jvenes que despus abrazaron el instituto d San Ignacio, como los clebres

    (1) En mi misma "Filosofa en la Nueva Espaa," al fin, en las "Notas finales rectificativas" digo que he averiguado posteriormente que el artculo Campoy i los dems artculos sobre jesutas de la Nueva Espaa publicados en dicho Diccionario no fueron escritos por el jesuita Dvila, sino por el Doc-tor Basilio Jos Arrillaga, provincial de la Compaa de Jess en Mxico, pues as lo refiere el Sr. Presbtero D. Vicente de Paul Andrade (hoi preben-dado de la Colegiata de Guadalupe) en sus Notas a las "Noticias de Mxico" por Sedao, nota en la pg. 312 del tomo 1 - As pues, los rasgos biogrfi-cos i juicio crtico de Campoy que he presentado en mi libro i ahora voi a re-producir, son un documento histrico de mucha autoridad, por ser el testimo-nio del Dr. Arrillaga, que era un sabio i mui conocedor de las cosas de los je-sutas.

    (2) "Se ha visto cual era la escuela de primeras letras servida por los mon-jes bclemitas, tan encomiada por D. Adolio Llanos en su polmica con el Dia-rio Oficial en 1875 i por Zanmcois en su Historia; i si tal era la primera de las escuelas de primeras letras de la Nueva Espaa, como serian las otras?"

  • 3 3

    (1) Verbi gracia, que el ratn no roe el queso o que el sustentante era chivo.

    (2)^ "Aqu me permitirn mis benvolos lectores sacar una humilde conse-cuencia: luego en materia de filosofa los primeros colegios de la Nueva Espa-a, como eran la Universidad, San Ildefonso i todos los colegios de la capital, eran como el colegio de Santo Tomas de Guadalajara. 1 si tales eran los cole-gios de la capital de la Nueva E s p a a . . . I si tales eran los primeros colegios de la Nueva Espaa que eran los de los jesutas, segn el testimonio de un jesuta.

    (3) "Aqu hai otra errata; en lugar de espada debo decirse carrizo segn Melchor Cano."

    Diego Abad y Jos Huerta, llamado en su tiempo el Cicern Mexicano. Habiendo muerto el Padre Aviles, lo remplaz en la ctedra otro sabio jesuta, el Padre Pedro Reales, con quien concluyeron el curso de filosofa aquellos jvenes estudiosos. Nuestro Campoy, por la fatalidad de la poca, se dej arreba-tar de aquel furor de disputar sobre todo, que formaba el carc-ter de la escuela peripattica. Era, segn la frase de entonces, lili furibundo ergotsta, capaz de disputar sobre los Objetos mas abstractos, como tambin se decia entonces, sobre los mas absurdos entes de razn. Daba pena ver extraviado ese claro ta-lento, como los de otros muchos de su tiempo en aquellas nie-ras y nonadas que tanto estorbo poniafpara los verdaderos progresos filosficos. Habia entonces'la costumbre de las que llamaban sabatinas en la Universidad, las qu concurran los cursantes de todos los colegios. Sealbase semanariamente una conclusin, y se nombraba actuante y rplicas de diversos esta-blecimientos, por suerte al arbitrio del catedrtico. Llegado el sbado, all era Troya, segn el empeo y ardor con que se di-lucidaba la materia mas insignificante ( 1 ) , el espritu de cuerpo con que cada cual pretenda salir airoso y confundir sus adver-sarios, los gestos, contorsiones, golpea sobre la baranda y cuanto se ponia en movimiento para dejar sin respuesta quinar, como se decia, al actuante, para dejar, como tambin se usaba decir, con una negada al rplica (2 ) . Por casi todo el curso de artes, Campoy fu el mayor azote de los ergotistas, y como estaba do-tado de mucho talento y hablaba con perfeccin la lengua latina, nica permitida en las aulas, y jugaba con tanta destreza la espa-da silogstica ( 3 ) , era entre, todos los alumnos de los colegios de Mxico la mas terrible rplica, como lo confesaba el Ilustrsimo Sr. D. Ignacio Rocha, catedrtico en su tiempo de prima de filo-sofa y despus obispo de Michoacan . . . Graduado de bachiller

  • 34 en filosofa, Campoy abraz el'institto de-Sanlgnacibrl ' 26 d diciembre de 1741, y sta mudanza;de estado l fue! muy-til,'no solo para la prctica de las virtudes^ sino para, perfeccionar sus conocimientos y abrazar mas segura senda en sus estudios. Con-cluido el bienio de su; noviciado, en el tiempo en que los jvenes jesutas.repasaban estudiaban por primera vez las humanidades, estimulado por su dese de saber y extremadamente aficionado las obras,del prncipe de.los peripatticos, tom en. sus manos sus escritos sobre Retrica, y Poesa, y la titulada Tpica^co-mentada por Cicern,, y se qued,asombrado de vr cuan diversa era aquel Aristteles que Ida y meditaba,-del: que. haba tomado por modelo para su eterno (disputar sobre mil vaeieolads, que mas perjudicaba .saber -.quejignorme. Comprendiendo '.as los ihiosvde, la, filosofa aristotlica,' se entregLal.Jateosiestudiosdel.mismogner' ro, como las obras deleitado; :Cieron,las de Dnastns, Hora-; ci y Plautq, e&ltyrandp: alimismo; tiempo la geometra, fsica, geo*; grafa y otros r&mokenseados i&n detenidamente; por,' los mder* ; n o s . . . Concluido su juvenado,fu destinadolasicatedfs:.ense I gramtica latina' en; San, Lilis Potos! y en ese colegio dijo la faino-sa Oracin.' fnebre :enlas)hpnras del !rey Eel ipeV, que s dio la luz pblica.y que-es ui acabado.modelo d elocuencia y pureza d. latinidad.. Volvi despus . Mxico estudiar el curso de teologa en el Colegio Mximo de S. Pedro y 3. Pablo,, y como yaiestaba perfeccionado en el mtodo de estudiar, durante, el curso de la sa-grada ciencia no quiso sujetarse las ileeciones que diotaban sus maestros, sino que acudiendo las fuentes, su morada'ordinaria era. la biblioteca del. colegio, la mayor y mas; copiosa que existia entonces en las comunidades religiosas.;.; All tenia constante-mente en las manos los, principales doctores, ya telogos, como los que llaman escolsticos, ora polmicos, jurisconsultos mo-ralistas, sin dejar por esto de. ocuparse, largas horas;con los histo-riadores de todas las naciones, poetas, filsofos, crticos, matem^-ticos y oradores de todos los idiomas. La vastsima erudicin/ que desde entonces adquiri, bs tante la conocieron grandes je-! suitas, como Galeano, Abad, Clavijero, Parreo, Alegre, Cerda, Dvila, Cisneros y otros muy claros ingenios que vivieron enton-ces en su compaa en el colegio de Mxico, y muchos aos des-pus le pidieron en Italia su consejo y parecer sobre escritos sa-pientsimos, de que lo constitian inteligente censor (1). Esta su reduccin al buen camino en el estudio de las ciencias; lo p-

    (1) "As s so puede ser censor de un libro."

  • 33 so en peligro de ser abochornado en el examen que sufri en la conclusin del curso de teologa. Casi desconoca enteramente las lecciones dictadas por su profesor, as es que, no pudo dar ra-zn de ellas minuciosamente en el examen, lo que le atrajo la re-probacin de los maestros por la que llamaban su ignorancia; pe-ro como antes de dar valor una calificacin tan deshonrosa, se acostumbrara conceder al estudiante quince dias para ser de nue-vo examinado, nuestro Campoy, en tan angustiado tiempo, repa-s aquellas lecciones; vuelto de nuevo los sinodales, confes humildemente su soberbia en haber visto con poco aprecio los es-critos (1 ) de su maestro; dio razn de ellos en cuantas preguntas se le dirigieron, corroborndolas con tales y tan oportunas doc-trinas de Santo Tomas, Suarez, Petavio y Melchor Cano, que dej llenos de asombro todos los concurrentes, siendo decla-rado por aclamacin uno de los discpulos mas aprovechados . . . No menos fu el' puerto de Veracruz el teatro de las glorias li-terarias del Pad re Campoy: sus profundos conocimientos en las matemticas, la fsica, la astronoma, la geografa y. mecnica ha-can su aposento la reunin de los oficiales de la marina espa-ola ( 2 ) , que al par qtie recogan grandes frutos del saber del Padre , contribuan aumentarle, hablando con l de nutica, de viajes, de idiomas y de otros ramos de su profesin. Esta comunicacin, que generalmente continuaba despus por escri-to, adquirieron al Padre Campoy un renombre europeo, admi-rndose todos de ver hasta que grado llegaba la erudicin del jesuta; as es que sus cartas, arrancaron grandes aplausos en Madrid, como lo refiere Mayans; y el clebre Padre Isla con-trajo desde entonoes una tan estrecha amistad con nuestro me-xicano, que dur hasta la muerte, habindose estrechado mas cuando despus de la expulsin llegaron conocerse ambos per-sonalmente en Bolonia . . .Siempre s le : hallaba (a Campoy en la Nueva Espaa) con la pluma en la man, escribiendo versos elocuentsimos discursos en latin y castellano, bien con el comps y la pizarra, levantando plno p rectificando algunas de las admirables demostraciones d'Euelides: los planos general y particulares de las Provincias de la Nueva Espaa fueron ter-minados, as. como la obra de Pimo, en Italia, como refiere el Padre Maneiro, lamentndose de qu s hubieran perdido, como otros muchos escritos del sapientsimo mexicano."

    .(1) "Los cartapacios aquellos que ya; recordarn mis lectores." (2) Nada de discpulos ni de ctedra, porque se la haban quitado porque

    enseaba la filosofa moderna.

  • 3G "eristaiii cu ei articulo Campoy (Padre jas Rafael) dic'3':'

    " E n 1741 se entr en la-Compaa de Jess, y fu maestro d? humanidades y filosofa en varios colegios de su provincia hasta que se le destin al de Veraerz, donde vivi quince aos . . .-Este jesuta americano fu, no solamente uno de jos mas doctos ele sus compaeros, sino el J)Ym.QY que. se abri paso al nuevo camino las ciencias en la provincia de Mxico, donde el dema-siado horror toda novedad en punto de doctrina y enseanza, pona insuperables barreras los progresos de la buena'y bella literatura. Por esta razn fu nuestro Campoy apartado do la carrera escolstica (de la enseanza en los colegios), mur-murado, perseguido y confinado en Teracvuz. Mas en esta ciudad se form una escogida biblioteca domstica, y se dio conocer de muchas personas sabias de Europa, quienes pas su nombre y buen concepto por los oficiales de la marina real, que en aquellos quince aos frecuentaron aquel puerto, y con: quienes mantena en su aposento una academia de geografa, hi-drulica y otros ranos de las matemticas. All se dedic al es-tudio de la historia, natural, y emprendi la explicacin ilustra-cin de la de Plinio, que confinu despus en Italia, donde visi-taba los mercados pblicos, y trataba familiarmente con los pes-cadores y hortelanos, para adquirir perfecto conocimiento de los peces y plantas, que examinaba y disecaba en su gabinete.''

    Cuan diverso es este cuadro del que presenta el Sr. de la Rosa! Este Sr. dice: "Si no agrada al Sr. Rivera el epteto de insigne peripattico que se dio Campoy en su tiempo, puede darle el que le parezca mas propio." En mi artculo suelto digo: "si el arma del sofisma la maneja una persona del vasto talento i saber del Sr. Cannigo de Guadalajara, el combatir sofismas es una empresa mui ardua." Buena madeja ha formado el Sr. Ca-nnigo sobre Campoy! Vamos a desenredarla.

    Como se ha visto, en mi "Filosofa en la Nueva Espaa" cite el testimonio de Beristain, quien dice que cuando Campoy estu-diaba filosofa en la Universidad de Mxico, su maestro el Sr. Rocha decia que Campoy haba llegado a lo sumo del perpatetis-mo. El Sr. de la Rosa dice que esa frase lo sumo del peripatetis-mo es un grande elogio i quiere decir un insigne peripattico, i yo entend en mi libro i entiendo ahora que esa frase es un gran-de vituperio i quiere decir lo sumo del seudoperipatetismo. Debe hacerse distincin entre el peripatetismo i el seudoperipatetismo: peripatetismo es la buena filosofa escolstica, la filosofa de Aris-tteles i Santo Tornas, i seudoperipatetismo es el abuso de la fi-

  • 37 losofia escolstica, el falso escolasticismo. Debe hacerse distin-cin entre esta frase lo sumo del peripatetismo en boca del Sr, Rocha i lo que han entendido Beristain i el Doctor Arrillaga por ese peripatetismo del Sr. Rocha. Este seor fu catedrtico de filosofa en la Universidad de Mxico a mediados del siglo X V I I I , en la poca del falso escolasticismo, era el mismo Sr. Rocha seu-doperipattico, i lo que l llamaba peripatetismo era realmente seucloperipate