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Proyecto de Iconografía Lasaliana para el siglo XXI

UN CORAZÓN, UN COMPROMISO, UNA VIDAJUAN BAUTISTA DE

Servicio Investigación y Recursos Lasalianos

Proyecto de Iconografía Lasaliana para el siglo XXI

UN CORAZÓN, UN COMPROMISO, UNA VIDAJUAN BAUTISTA DE LA SALLE

(1719-2019)

Servicio Investigación y Recursos LasalianosRoma, 2017

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Que son image ne soit donc pas seulement devant nos yeux,mais qu’elle soit surtout dans nos cœurs

F. Philippe, Circulaire 269, p. 10

A. Introducción

Cuando Juan Bautista de La Salle moría en Rouen el 7 de abril 1719, su incipiente grupo deHermanos de las Escuelas Cristianas atendía 21 escuelas en Francia y una en Roma. En lostrescientos años sucesivos sus dos grandes obras se habrían de consolidar, a pesar de lasvicisitudes históricas: la comunidad de los Hermanos y la red de escuelas cristianas.

Los Hermanos, desde los inicios del Instituto, hemos venerado la figura de nuestroPadre y Fundador y esta veneración ha sido transmitida a todos los Lasalianos. Y talcomo lo afirma nuestra Regla (2015), en su constitución 160, La Salle sigue siendopara nosotros un ejemplo de abandono a Dios, fidelidad a la Iglesia, sentidoapostólico creativo y entrega sin límites en la evangelización de la juventud. Su vidaes nuestro más insigne ejemplo de fidelidad a Dios y a su proyecto de salvación através de la educación cristiana.

Las escuelas “lasalianas” hoy están presentes en 77 países en los cinco continentes yatienden alrededor de un millón de estudiantes de todos los niveles educativos.Hablamos actualmente de una Familia Lasaliana, animada por más de noventa milhombres y mujeres dedicados a la educación, siguiendo el carisma del SantoFundador. Nacida en la cultura francesa de finales del Antiguo régimen (segundamitad del siglo XVII), la experiencia lasaliana actualmente se comprende desde sucarácter multicultural e incluso multi-religioso. Ha sido un largo proceso deinculturación iniciado por los Hermanos franceses desde el mismo momentofundacional.

Estamos convencidos que el carisma del Fundador sigue vivo y se actualiza cada vez que loseducadores cristianos toman conciencia, a la luz de la fe, de las necesidades educativas de losjóvenes, sobre todo de los vulnerables. Por eso, el carisma desborda los límites del Instituto yse convierte en propuesta posible para todo educador que desea convertir su trabajo enministerio eclesial al servicio de la educación cristiana.

¿Cómo ha sido la percepción del Instituto hacia la persona de Juan Bautista de La Salle a lolargo de los trescientos años que nos separan de su desaparición física? ¿Qué necesitamoscomprender de ese itinerario para releer la iconografía – y quizás la iconología - que hemosproducido como Instituto desde los orígenes y que hoy necesitamos renovar en el contextodel siglo XXI?

Presentamos una mínima referencia histórica del Instituto que aporte un marco de referenciaa la iconografía lasaliana disponible, su origen, evolución y tendencias.

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B. Una mínima revisión histórica

b.1 El Fundador y los primeros Hermanos del Instituto

Juan Bautista de La Salle organizó, alrededor de 16791, una primera comunidad de maestrosdedicados a la escuela de la mañana a la noche; con ellos dio inicio al Instituto.

Muchos lo abandonaron al primer momento y otros llegaron convencidos de que algo nuevoestaba naciendo. Con ellos, La Salle conformó la primera comunidad carismática, deprofunda huella espiritual; tal y como lo han testimoniado sus protagonistas, juntos tomabandecisiones acerca de la organización de la comunidad y del trabajo escolar. Con ella La Sallellegó a experimentar los altibajos en la consolidación de la Obra de Dios; así, abandonándoseen las manos de la Providencia y con doce de sus Hermanos selló su compromiso de por vidaen 1694. Tres de esos Hermanos de la primera comunidad - Jean Jacquot, Antonio Partois yGabriel Drolin - sobrevivieron a la muerte del Fundador y colaboraron con su testimonio aguardar la memoria del Instituto naciente.

A partir de 1694 podríamos decir que comienza a surgir una segunda generación deHermanos, quienes van a seguir conociendo de primera mano al Fundador; también seránformados por los primeros Hermanos. Ya existía una memoria de los inicios, un ejercicio derecuerdo y reafirmación; también un reglamento interno de la comunidad, un manual escolary una manera propia de trabajar en las escuelas. Todo ello seguía siendo actualizado año trasaño, dando respuesta a los desafíos que la comunidad encontraba en su vida interna y en sutrabajo escolar. Esta comunidad, diferente a la fundacional, es la que llega a experimentar lacrisis de 1712. Treinta y ocho de ellos estarán presentes en las listas de las comunidades de1717 (cf. Loes, 2003, p. 67).

A partir de 1712 surge una tercera generación, heredera de la crisis, que ya no tendrá elmismo tipo de relación permanente con el Fundador; apoyados en los Hermanos fundadores,serán testigos de la aprobación definitiva de las Reglas, de la Guía de las Escuelas y de losmanuales de uso en las escuelas. Elegirán al primer Hermano Superior – Barthélemy - y, trasla muerte del Fundador, acogerán las memorias de los primeros Hermanos. Esta generaciónserá crucial para comprender y dar a conocer al Fundador a las futuras generaciones del sigloXVIII. Ejemplo de ello es la influencia que ejercerá el H. Ireneo como Director de Novicios yAsistente; morirá en 1747.

b.2 El Instituto mantiene la memoria reciente de su Fundador

El H. Barthémely se encarga de difundir la primera imagen del Fundador entre los Hermanos.Se trata de un grabado realizado a partir de un dibujo mortuorio, realizado por Du Phly,artista estimado de Rouen (cf. CL 49, p. 39).

El Primer Superior General muere al año siguiente de La Salle y lo sucede el H. Timothée(1720-1751), quien va a llevar adelante el proceso para la obtención de las Letras Patentesdel Rey Luis XV y la Bula de aprobación por parte del Papa Benedicto XIII. En su tiempo

1 La Bula de aprobación afirma: “…que el año del Señor mil seiscientos ochenta…” (1907, p. 3). Quiere decirque 1680 fue tomada como fecha de inicio del Instituto, independientemente que la historia posterior registre laprimera escuela de Reims en la Parroquia de San Mauricio en 1679 (cf. CL 7, Blain, p. 167). Por eso, el H.Irlide, Superior General, anuncia la celebración del segundo centenario del Instituto en su Circular del 6 enero1880.

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serán escritas las tres primeras biografías de La Salle: Bernard (1721-1723), Maillefer (1724)y Blain (1733). Maillefer reeditará su trabajo en 1740 por discrepancias con los Hermanos. Esen ese período también cuando los Hermanos de la primera generación fallecen, no sin antesdejar el testimonio de su vida junto al Fundador; de ellos especialmente el H. Gabriel Drolin,que regresa de Roma después de 26 años.

A partir de la pintura mortuoria de Du Phly surgirá un grabado, llamado “Crêpy”, queaparecerá en ciertos ejemplares de la edición princeps de las Reglas y Constituciones de1726, aprobadas por el Papa Benedicto XIII y en el frontispicio de las Meditaciones para elTiempo de Retiro en 1730 (cf. CL 49, p. 48). Por otra parte, la biografía de Blain utilizará ungrabado de La Salle, denominado “Scotin”, que será una de las obras maestras de toda laiconografía lasaliana (CL 49, p. 65). Scotin surgirá a partir de la primera pintura de Légerque, junto al retrato mortuorio, serían las dos piezas iconográficas producidas con elFundador “en vivo”.

Los Superiores del Instituto en la segunda mitad del siglo XVIII serán: el H. Claude (1751-1767), el H. Florence (1767-1777) y el H. Agathon (1777-1798). El Instituto necesitará eneste tiempo asegurar su estabilidad jurídica y su plataforma escolar. El Fundador siguesiendo, sin duda, el referente. La publicación de las Doce Virtudes del Buen Maestro en 1785,escritas por H. Agathon, de cierta manera confirma un avance en la comprensión delpensamiento lasaliano; para ello el autor ha releído la tradición del Instituto a la luz de lapedagogía cristiana del siglo XVIII francés.

No obstante, eran tiempos difíciles y la fuerte oposición de los Jansenistas y de los Filósofoscontribuye, con la llegada de la Revolución Francesa, a la supresión del Instituto en 1792.

b.3 El Instituto retoma la marcha

Durante la Revolución Francesa, el Papa Pío VI nombra al H. Frumence, Director de laMaison Saint-Sauver de Roma, como Vicario General; estará al frente de la restauración delInstituto hasta 1810.

A partir de 1802, cuando Bonaparte permite la apertura de las escuelas cristianas en Francia,las autoridades del Instituto se encargan de reorganizar comunidades y escuelas, asegurandoasí el restablecimiento pleno de la misión “como en los tiempos pasados”. Son Superiores enese período el H. Gerbaud (1810-1822), el H. Guillaume-de-Jésus (1822-1830) y el H.Anaclet (1830-1838). Son casi treinta años de recuperación y también de avance en lareflexión pedagógica.

Los Hermanos defienden públicamente la enseñanza simultánea frente a la enseñanza mutual-lancasteriana que había sido propuesta explícitamente por las autoridades educativas; ya paraese momento, los Hermanos comenzarán a sentir el peso del centralismo del sistemaeducativo nacional francés. Al mismo tiempo, editan la Guía de las Escuelas en variasocasiones; especialmente en 1838, como producto del trabajo de un Comité general delInstituto - y para dar respuesta a las nuevas exigencias legales - ofrecen respuestaspedagógicas frente al uso de la memoria, la atención a las necesidades de los alumnos, laemulación, el trabajo escrito y el estudio de la historia y la geografía (cf. CL 67, p. 121-123).

En este período el “virtuoso Señor Juan Bautista de La Salle, canónigo de Reims” (Prefaciode la edición de 1838 de la GE; CL 67, p. 127) sigue siendo el inspirador fundamental no sólo

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de las Reglas sino también de la Guía de las Escuelas; los Hermanos lo desean ver en losaltares. De hecho, el 22 de abril 1836 el Instituto obtiene una primera autorización para abrirel proceso ordinario en París sobre la reputación de santidad, las virtudes y milagros delServidor de Dios Juan Bautista de La Salle (Recueil de Documents, 1905; p. 1). Esto iniciaráuna nueva etapa en la iconografía lasaliana.

b.4 El camino a los altares

El H. Philippe es el Superior General entre 1838 y 1874. Durante su largo mandato elInstituto crecerá de 2.700 a 11.570 Hermanos, trabajando en 1.002 escuelas; 268 escuelas seencontrarán fuera de Francia: 98 en Europa, 26 en Asia, 44 en África y 101 en América(Précis d’histoire, 1935; p. 117).

En 1840 el Fundador es declarado Venerable. A partir de ese momento, y hasta subeatificación (1888), el Instituto se encargará de difundir al público la imagen del Siervo deDios a fin de crear una devoción popular; con esto buscará obtener los milagrosindispensables para su glorificación oficial por parte de la Iglesia (CL 49, p. 24). El Institutonecesita, por consiguiente, elegir una figura que represente fielmente al Fundador. Así, en1882, los Superiores deciden que el segundo cuadro elaborado por Léger sea el retrato oficialdel Instituto (cf. CL 49, p. 122). Otras propuestas gozan de menos aceptación por parte de losHermanos, pero influyen de igual manera en la producción de una nueva iconografía delFundador.

Quizás un hito en este itinerario de comprensión de la figura del Fundador es la biografíaescrita por Ravelet, publicada con motivo de la beatificación de La Salle en 1888; recoge unaabundante representación iconográfica del Fundador que nos remite a la mentalidad religiosadel siglo XIX francés.

b.5 Profusión iconográfica de finales del siglo XIX

Durante los últimos 26 años del siglo XIX el Instituto vivió momentos difíciles debido alavance de las leyes educativas de Francia. Los Superiores de esa época serán: el H. Jean-Olympe (1874-1875), el H. Irlide (1875-1884), el H. Joseph (1884-1897) y finalmente el H.Gabriel-Marie (1897-1913).

Durante ese período, el Instituto sufre las consecuencias del anticlericalismo republicanofrancés; de hecho, el conjunto de las Leyes Ferry-Globet (1879-1889) van a declarar a laenseñanza pública como laica, neutra y universal. Los Hermanos serán sucesivamenteexpulsados de las escuelas públicas. Esta situación les obligará a reforzar su patrimoniopedagógico y a crear una red de escuelas libres –primarias, secundarias y técnicas –sostenidas económicamente con el apoyo de familias y patronatos. También trabajarán conmaestros laicos y colaborarán en su formación pedagógica. Fuera de Francia, los Hermanosiniciarán sus primeros pasos en la enseñanza universitaria. En este contexto el venerable JuanBautista de La Salle llega a los altares como beato (1888). El Instituto produce una abundantebibliografía sobre pedagogía cristiana; este esfuerzo representa un punto de llegada delpensamiento cosechado en doscientos años de trabajo sostenido en la escuela.

Es importante señalar que la sociedad francesa de esa época vivía una espiritualidad severa enoposición al racionalismo y al ateísmo; la piedad se entendía en torno al Cristo sufriente y ala reparación de los méritos de la pasión. El dolor y el sufrimiento reforzaban prácticas de

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ascesis y penitencia (cf. Clolvy, 2001, p. 124). La iconografía lasaliana va a ser eco de estasensibilidad; por otra parte, perderá la unidad mantenida desde siglos anteriores, abriéndose auna floración de nuevas figuras y conceptos en torno al Santo Fundador (cf. CL 49, p. 198).La expansión del Instituto hará de La Salle un personaje universal y su imagen serárepresentada fuera de los cánones determinados por el centro del Instituto, de culturafrancesa.

El Instituto será abolido en Francia en 1904 y con esta medida los Hermanos reforzarán supresencia sea en los países donde ya existían comunidades, sea creando nuevas fundaciones.Es un nuevo momento de expansión del Instituto. Gracias al Bulletin des Écoles Chrétiennes,nacido en Enero 1907, es posible valorar el esfuerzo que hace el Instituto para comprendersedesde su nuevo itinerario internacional, teniendo su Casa Madre en Lembecq-lez-Hal(Bélgica) hasta 1936 y desde esa fecha en adelante en Roma.

b.6 Juan Bautista de La Salle es Santo

Finalmente, el 24 mayo 1900 La Salle es proclamado Santo por el Papa León XIII. Semultiplican las imágenes, grabados, medallas y estatuas en su honor. Es un momento degloria para el Instituto; había valido la pena todo el esfuerzo invertido. Y será también lapuerta para nuevos procesos de santidad de la familia lasaliana.

Ya en París, el escultor Oliva había realizado una estatua de La Salle legislador para el patiointerno de la Casa Generalizia de la Rue Oudinot. Una copia de menor tamaño, hecha por elmismo escultor en 1890, se encuentra en Roma, Blocco C (cf. CL 49, p. 313). Pero elmonumento de Falguière en la plaza Saint-Sever de Rouen (1875) será la obra que inspirará aAureli para realizar la estatua del Santo Fundador que desde 1904 se encuentra en la Basílicade San Pedro en Roma (cf. Bulletin, mai 1908, Nº 3, p. 173) y que será un hito de laiconografía lasaliana en el mundo entero. Representará a La Salle maestro junto a los niños.

b.7 De Santo Fundador a Patrono Universal de los Educadores

El H. Gabriel –Marie dimite como Superior General en 1913 y es reemplazado por el H.Imier-de-Jésus, que asumirá el cargo de 1913 a 1923. Durante la Primera Guerra Mundial(1914-1918) los Hermanos combaten en ambos frentes, las escuelas situadas en los paísesbeligerantes apenas funcionan y las casas de formación para nuevos Hermanos en Europa semantienen vacías (cf. Précis d’histoire, p. 139-140). Incluso el Bulletin deja de publicarse yhay que esperar a 1921 para que se reactive (“seis años de interrupción forzada…” Bulletin,janvier 1921).

La guerra obliga a los Hermanos a replantearse viejas posiciones. Surgen nuevos desafíosfrente a la secularización, no obstante la experiencia de más de una década permite alInstituto tomar decisiones más arriesgadas. Así, los Hermanos optarán por mantener unasecularización aparente para ingresar a Alemania en 1911 o a México en 1916 (cf. Bédel,2006, p. 279). Herederos de una vida religiosa basada en una concepción de retiro del mundo,vivirán no sin dificultades la dicotomía entre la fidelidad al seguimiento intimista de Cristo yel esfuerzo de formación humana y catequesis en las escuelas. Quizás, estos dos elementosestarán fuertemente marcados en las diferentes representaciones del Santo Fundador, unaveces piadoso y absorto del mundo, otras como maestro indiscutible de los niños en laescuela, incluso como guía en medio de la tempestad (Cuadro de la Capilla de Buenos Aires,reproducido en varias ocasiones por el Bulletin).

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Cinco años después de la Gran Guerra de 1914-1918, el H. Allais-Charles asume comoSuperior General durante el período 1923-1928. En su época el H. Salomón es beatificado(1926) y progresan las causas de los Hermanos Bénilde, Exupérien, Miguel y Mutien-Marie.Así, junto a La Salle, van surgiendo otras figuras que comienzan a enriquecer la iconografíainstitucional.

El Instituto se sigue expandiendo por el mundo. Con la llegada del H. Adrien como SuperiorGeneral de 1928 a 1934 el Instituto comienza a experimentar nuevamente la persecución: laRevolución Mexicana y la Guerra Civil Española serán dos de los eventos más significativosde ese período. Los Hermanos mártires de tierras españolas sumarán su testimonio defidelidad al Santo de La Salle, al Beato H. Salomón y a los Venerables Hermanos que van encamino a los altares.

Para 1934 el Instituto cuenta con 14.300 Hermanos, 5.000 sujetos en formación y 322.000estudiantes en los cinco continentes (cf. Précis d’histoire, p. 149). El H. Junien-Victor asumecomo Superior General de 1934-1940. En su período La Casa Generalizia es trasladada aRoma; había sido una decisión tomada ya desde el Capítulo General de 1928, asumiendo lainvitación del Papa Pío XI, pero su ejecución se había retardado debido a la crisis mundial(cf. Bulletin, janvier 1937, Nº 1, p. 59). La primera piedra se bendice el 2 marzo 1935 y enoctubre 1936 ya se encuentra la primera comunidad de Hermanos. El traslado de Lembecqserá, según testimonios recogidos en el Archivo General, “como toda mudanza, un pequeñoincendio” (AMG). La nueva Casa recogerá todo el tesoro iconográfico y espiritual heredadode tiempos pasados, sobre todo las reliquias del Santo Fundador el 26 de enero de 1937.

El H. Junien-Victor muere al inicio de la Segunda Guerra Mundial y el Papa Pío XII nombraal H. Arèse-Casimir como Vicario General, quien estará al frente del Instituto hasta lacelebración del 37º Capítulo General. Posteriormente, el H. Athanase-Émile será elegidocomo Superior General en 1946.

Durante el período de la postguerra, el Instituto vive a diferentes ritmos en el mundo entero;en Europa está en proceso de reconstrucción; en América, a pleno desarrollo. En ciertasregiones de Asia y África continúa su expansión. No obstante los Hermanos comenzarán apalpar, al interior del Instituto, que la Regla pertenecía a un mundo lejano a las nuevasrealidades a las que estaban llamados a servir desde la educación. Este movimientoascendente llegará al 38º Capítulo General de 1956.

Mientras tanto, el 15 mayo 1950, el Papa Pío XII proclama a San Juan Bautista de La Sallecomo Celestial Patrono de todos los educadores. Del 21 noviembre 1950 al 21 noviembre1951 se celebra el “Año Lasaliano”, pleno de celebraciones en honor al Santo Fundador. ElBulletin (año 1950, Nº 120-121-122-123) recoge una abundante información de todas partesdel mundo.

b.8 Estudios Lasalianos

El H. Athanase-Émile muere en 1952 y el H. Denis asume como Vicario General hasta lacelebración del 38º Capítulo General en 1956, en el que será elegido el H. Nicet-Joseph comoSuperior General. Es en este Capítulo General cuando se decide el inicio de los EstudiosLasalianos bajo la batuta del H. Maurice-Auguste. Sin embargo, ya los Hermanos italianos

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habían comenzado en 1935, más de veinte años antes, la Rivista Lasalliana (cf. Bulletin,juillet 1935, p. 293-294).

Ambas iniciativas tendrán un impacto decisivo en la comprensión de la persona y delpensamiento de La Salle y darán un soporte crítico indispensable para la evolución delInstituto; incidirán en la manera de comprender al Fundador y a su contexto.

b.9 Del Concilio Vaticano II al Tricentenario del Instituto

El mundo de la postguerra no era indiferente a los nuevos desafíos; la sociedad y la Iglesiaestaban en búsqueda. Se trataba de ver las cosas de otra manera. Así, el Concilio Vaticano IIera la consecuencia de una reflexión teológica y pastoral que se había fraguado lentamente.En el Instituto, también el deseo de mirar al Fundador, de comprenderlo desde su contexto,estaba impulsando una nueva manera de ser Hermano, desde otra perspectiva, desde otraRegla. El 39º Capítulo General, celebrado entre los años 1966 y 1967 fue así un punto deinflexión para el Instituto; de ahí en adelante ya no sería el mismo.

El H. Charles-Henry será elegido Superior General para el período 1966-1976;posteriormente, el H. José Pablo lo será entre 1976-1986. Son los años postconciliaresdifíciles, de profundos cambios en la estadística del Instituto, de altibajos, críticas y crisis.

¿Estos eventos tuvieron algún impacto en la iconografía lasaliana? Una nueva sensibilidad –lanzamos la hipótesis – necesita ver a La Salle caminando con otros, asociado a susHermanos, humano y sensible a las realidades educativas, sobre todo de los más pobres. Seríaabsurdo pensar que las investigaciones presentadas por los Hermanos Michel Sauvage,Maurice-Auguste, Miguel Campos, Jean Pungier, Léon de Marie Aroz… no hubieran tenidoun impacto en la manera de percibir al Fundador.

Para el año 1980, durante la celebración del Tricentenario del Instituto, se populariza el rostrode La Salle tomado del cuadro de Giovanni Gagliardi (1901), Prima scuola dei Fratelli aParigi. Entre 1898 y 1906 dos pintores italianos, Aurelio Mariani2 y Giovanni Gagliardi3,habían pintado una serie de cuadros sobre la vida del Santo Fundador; hoy dichos cuadros seencuentran en la Sala Juan Pablo II de la Casa Generalizia. Se trata de eventos de la vida delFundador, que ya habían sido objeto de grabados de muy buena calidad en la biografía deRavelet de 1888. Quizás los cuadros de Mariani y Gagliardi, en torno al Tricentenario,respondían a la sensibilidad de las nuevas generaciones de los Lasalianos.

Otro retrato popularizado durante el Tricentenario de 1980 será el llamado “Sèvres”. ElCahiers lasalliens 49 consagra 14 páginas a su estudio (cf. p.104-105; 108-119); dicho retratose utilizará en algunas publicaciones de escritos sobre el Santo Fundador de esa época.

2 Aurelio Mariani (1863- 1939) es alumno de los Hermanos en Roma, y aprende los rudimentos de la pinturacon los ellos, especialmente con el H. Labérius. Durante toda su vida mantiene un especial afecto y cercanía alInstituto (cf. Bruno, 2013, p. 14).3 F. Goffredo afirma que los cuadros de Gagliardi, para 1932, se encontraban en la Procura Generale en Roma(Vita sociale, 1932, p. 136). No está claro si se trata de la Procura Generale de Italia, en una de lasdependencias del Distrito de Roma, y no de la Procure générale del Instituto en París, en la rue de Sèvres. Encualquiera de los casos, no contamos con un registro del desplazamiento de dichos cuadros hasta su llegada a lanueva Casa Generalizia de via Aurelia en 1936 en Roma.

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b.10 Un concierto de imágenes no sistematizadas

En los Archives de Roma no contamos con un registro completo de todas las imágenes,cuadros, vitrales, medallas, dibujos, estatuas… del Santo Fundador en todo el mundo. Pero nocabe duda que en cada país donde se han asentado los Hermanos se han reproducido laslíneas iconográficas de finales del siglo XIX, o bien, se han creado nuevas, respondiendo a lanecesidad de inculturar el pensamiento lasaliano en cada realidad educativa específica.

Los últimos Superiores Generales han disfrutado del progresivo desarrollo tecnológico; el H.José Pablo asumió el cargo de 1976 a 1986, el H, John Johnston de 1986 al 2000 y finalmenteel H. Álvaro del 2000 al 2014. El avance en los medios electrónicos ha favorecido lapopularización de la imagen del Santo Fundador y de los Santos Hermanos del Instituto. Perotodavía parece que es posible hacer más.

b.11 Punto de partida de este proyecto

Con el H. Robert Schieler como Superior General desde el 2014, nos planteamos renovar laiconografía lasaliana, pensando que los Lasalianos del siglo XXI tenemos una sensibilidaddistinta que quizás nos permite apropiarnos de manera novedosa del Santo Fundador. Eldesafío de este proyecto es de releer vocacionalmente a La Salle para preguntarnos sobre loque Dios nos pide a trescientos años de distancia de la llegada de La Salle a la Casa delPadre.

C. Conclusión: memoria y compromiso

…L’intérêt pour la connaissance du Saint, en segénéralisant si heureusement, obéit habituellement à uneappréciation et à une vénération pour les valeurs qu’ilincarne et que son œuvre promeut.

Lettre du Fr. Supérieur général José Pablo BasterrecheaLe 8 décembre 1985, p. 24

c.1 No mirar nada sino con los ojos de la fe (RC 2,2)

George Rigault, al iniciar su libro sobre Saint Jean-Baptiste de La Salle en la colección L’Artet les Saints (1929), afirma : « Que sa personnalité, que ses traits fussent un jour proposéspour thème et pour modèle aux artistes, voilà certes une ambition qui demeure bien étrangèreà Monsieur de La Salle ! » (Rigault, 1929, p. 5).

En efecto, de sus primeros biógrafos y de sus propios escritos nos queda la convicción deestar al frente de un hombre que ha hecho una opción radical por alejarse del espíritumundano para centrarse en Dios, la razón de su vida. Necesitamos contextualizar a La Salleen la espiritualidad francesa del siglo XVII:

Se renoncer entièrement, se donner à Christ, adhérer à lui, à ses mystères, à ses dispositions, àson Esprit, à sa grâce ! Belle et haute leçon du XVIIe siècle spirituel français, leçon querépètera sans se lasser, saint Jean-Baptiste de la Salle (Herment, 1939, p. 30).

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Así, el Santo Fundador escribió junto a los primeros Hermanos las Reglas Comunes, en lasque insiste sobre la necesidad de adquirir y de vivir en el espíritu del Instituto, que no es otroque el espíritu de fe: “…que debe mover a los que lo componen a no mirar nada sino con losojos de la fe…” (RC 2,2). “Con este objeto, se aplicarán a observar un gran recato de lossentidos, y a no usarlos más que por necesidad, no queriendo servirse de ellos sino conformea las órdenes y voluntad de Dios.” (RC 2,5). La modestia, pues, constituyó un elementofundamental para expresar en el trato cotidiano el espíritu de un Instituto comprometido conlos valores del Evangelio4.

c.2 Señor, nuestro muy querido Padre (Blain III, CL 8, p. 118)

Por otra parte, las primeras biografías de La Salle recogen la filial devoción de los Hermanosa la persona de su Fundador y Padre. Aun en el momento más difícil, de la ausencia de LaSalle de París en 1714, los Hermanos inician su carta con estas palabras: Monsieur, notre trèscher Père (Blain III, CL 8, p. 118).

Una vez que el Fundador muere, los Hermanos se encargan de alimentar el conocimiento y laveneración a su persona. Era evidente pasa sus contemporáneos su santidad; no obstante, elInstituto tendrá que esperar al siglo XIX para que la Iglesia lo reconozca como Venerable(1840), Beato (1888) y Santo (1900).

c.3 ¿Para qué una iconografía?

El arte tiene la misión de evocar la memoria, actualizando en nuevas claves el misterio de laspersonas que nos han precedido. « Les évocations artistiques et les illustrations symboliquesissues de la vie du saint nous ouvrent des chemins neufs pour entrer plus avant dans lemystère de son esprit et de son cœur » (Poutet, 1992, p. 175). Con estas palabras el H. Poutettermina su presentación de La Salle y el arte, retomando la reflexión propuesta por el H. JoséPablo Basterrechea, Superior General, en su Circular del 8 de diciembre de 1985, cuandopresentaba la investigación iconográfica de los Hermanos Cornet y Rousset publicada en elCahiers lasalliens 49.

El Instituto celebrará durante el 2017 el Año de las Vocaciones Lasalianas. Se abre paranosotros una nueva oportunidad para invitar a todos – Hermanos y Lasalianos – a renovarnuestra identidad, desde el carisma que nos congrega y que da sentido a la misión querealizamos diariamente; asimismo, este impulso podría convertirse en invitación vocacionaldirigida explícitamente a los jóvenes que deseen considerar la vocación de Hermano de lasEscuelas Cristianas como una opción válida para sus vidas; también a educadores, hombres ymujeres, que podrían encontrar en la experiencia lasaliana una nueva perspectiva que alientesu profesión y la convierta en un auténtico proyecto de vida al servicio de los demás.

Por todo ello resuenan las palabras del H. Philippe, Superior General, que en la Circular 269del 2 de enero de 1861 expresaba su amor filiar al Santo Fundador en estos términos:

4 Blain (CL8, p. 405-406) recoge la experiencia vivida por el Santo Fundador en la casa de uno de sus másdevotos admiradores, en Calais, 1716. Al darse cuenta que detrás de una cortina se encontraba un dibujante, selevantó de la mesa y se marchó, sin dejar de manifestar su santa indignación. Este relato también lo presenta elH. Lucard en los Annales de l’Institut des Frères des Écoles Chrétiennes (Tome I, p. 330). Aunque fue unintento fallido, durante mucho tiempo se pensó que este dibujo había marcado el inicio de la iconografía delFundador antes de su retrato mortuorio (cf. CL 49, p. 29).

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Que son image ne soit donc pas seulement devant nos yeux, mais qu’elle soit surtout dans noscœurs, ou plutôt, soyons, chacun de nous, une image vivante de ce grand serviteur de Dieu ;alors nous serons frères dans toute la force de l’expression, alors nous n’aurons tous qu’uncœur et qu’une âme ; alors nous ferons réellement un grand bien et un bien durable(Circulaire 269, p. 10).

Referencias

Bédel, Henri (2006). Iniciación a la Historia del Instituto de los Hermanos de las EscuelasCristianas, 1875-1928. Roma: Casa Generalicia. Estudios Lasalianos 11.

Blain, Jean-Baptiste (1961). La vie de Monsieur Jean-Baptiste de La Salle, Instituteur des Frères desÉcoles chrétiennes. Tome I. Rome : Maison saint Jean-Baptiste de La Salle. Cahiers lasalliens 7.

Blain, Jean-Baptiste (1961) La vie de Monsieur Jean-Baptiste de La Salle, Instituteur des Frères desÉcoles chrétiennes. Tome II. Rome : Maison saint Jean-Baptiste de La Salle. Cahiers lasalliens 8.

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