un ruido secreto. segunda parte

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Un ruido secreto.segunda parte “de este modo , el nombre que nos hace vanidosos o desdic es la marca de nuestra pertenencia a aquello que carece de nombre, aquello de donde emerge:la nada publica, la inscripción que se borra sobre una tumba ausente(Maurice Blanchot) Freud trata en el texto el narcisismo y establece la construcción de lo que denomina un “yo ideal” donde consagra el amor ególatra en la niñez por ende el sujeto no quiere renunciar a tal perfeccion e intenta conquistar el “yo ideal” del pasado con el del presente, pero resulta imposible su reconciliación. Claramente este caso se manifiesta en la forma literaria que será un ente representante del “yo ideal” y el “yo ideal” del pasado. El narcisismo es enunciado también como construcción subjetiva de principios de identidad, provocando un territorio remoto y carente de garantías en cuanto al sujeto La literatura es un campo creador de este paradigma donde se aprecia el concepto de reconstrucion del “yo ideal” y su pasado, como es la autobiografía que crea un producto propio en la narración rescatando el pasado que vuelve al tiempo estable, vendría a ser la memoria del haber existido de un sujeto, como en el arte. estas son las ultimas cosas. Desaparecen una a una y no vuelven nunca mas. Puedo hablarte de las que yo he visto desaparecer y ya no existen, pero dudo que haya tiempo para ello. Ahora todo ocurre tan rápidamente que no puedo seguir el ritmo” ( Paul Auster) Dos noches: Refiere al sujeto de la época conjunto a su entorno y el entramado de sucesos desfragmentados en un mismo tiempo y acontecer donde la estructura significante pierde su fijeza simbólica en lo prospero creando una especie de caos en el mundo de la comunicación certera; reconstruye el arte como alegoría de estos sucesos, el arte es reflejo de la actual época donde abundan los signos rotos y efímeros, tiende a caer en una especie de existencialismo referente a la agonia contingente.

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texto, sintesis

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Un ruido secreto.segunda parte

“de este modo , el nombre que nos hace vanidosos o desdic es la

marca de nuestra pertenencia a aquello que carece de nombre, aquello de

donde emerge:la nada publica, la inscripción que se borra sobre una

tumba ausente”(Maurice Blanchot)

Freud trata en el texto el narcisismo y establece la construcción de

lo que denomina un “yo ideal” donde consagra el amor ególatra en la

niñez por ende el sujeto no quiere renunciar a tal perfeccion e intenta

conquistar el “yo ideal” del pasado con el del presente, pero resulta

imposible su reconciliación. Claramente este caso se manifiesta en la

forma literaria que será un ente representante del “yo ideal” y el “yo

ideal” del pasado. El narcisismo es enunciado también como construcción

subjetiva de principios de identidad, provocando un territorio remoto y

carente de garantías en cuanto al sujeto

La literatura es un campo creador de este paradigma donde se aprecia el

concepto de reconstrucion del “yo ideal” y su pasado, como es la

autobiografía que crea un producto propio en la narración rescatando el

pasado que vuelve al tiempo estable, vendría a ser la memoria del haber

existido de un sujeto, como en el arte.

“estas son las ultimas cosas. Desaparecen una a una y no vuelven

nunca mas. Puedo hablarte de las que yo he visto desaparecer y ya no

existen, pero dudo que haya tiempo para ello. Ahora todo ocurre tan

rápidamente que no puedo seguir el ritmo” ( Paul Auster)

Dos noches:

Refiere al sujeto de la época conjunto a su entorno y el entramado de

sucesos desfragmentados en un mismo tiempo y acontecer donde la

estructura significante pierde su fijeza simbólica en lo prospero creando

una especie de caos en el mundo de la comunicación certera; reconstruye

el arte como alegoría de estos sucesos, el arte es reflejo de la actual época

donde abundan los signos rotos y efímeros, tiende a caer en una especie

de existencialismo referente a la agonia contingente.

Posteriormente surge “Los últimos días” como remate de la situación

precaria ya mencionada de la sociedad y como esta construye la

efervescencia divergente de una emancipación ya advertida y gatilla

desde lo mas profundo de los motivos nihilistas desparramados entre los

sujetos de la época, he aquí el reflejo en el arte, como espejo de vértigo

ante una posible oscilación y posible manifestacion como dispositivo

político o función teologica que es arrebatada por el mercado insulgente y

devorador provocando una fuerza de trastorno incrementando el

cuestionamiento colectivo para el nacimiento de una nueva revolución

social, cultural.

Por un arte no banal:

“La totalidad del mundo del arte ha alcanzado un nivel tan bajo, ha

sido comercializado hasta un grado tal, que el arte y todo lo que tenga que

ver con él se ha convertido en una de las actividades más triviales de

nuestros tiempos. El arte de estis tiempos se ha hundido hasta uno de sus

mas bajos niveles de la historia, seguramente incluso inferior al de finales

del XVIII, cuando ya no había gran arte, sino pura frivolidad. En el siglo XX

el arte está jugando un papel de puro entretenimiento, como si viviéramos

una época divertida, ignorando todas las guerras que experimentamos

como parte de lo que somos”(Marcel Duchamp)

Explica que la cultura occidental ha perdido potencia, se ha convertido en

la industria de la banalidad, el hombre ya no posee un horizonte definido y

rico, la evolución espiritual tanto como terrenal ha quedado abandonada;

esto debido al auge de la producción de la industria de la estatización y de

los media que debilitan la emancipación del ciudadano y opacan la

totalidad del ser, el arte es banal. Es una gran caída para la historia y la

razón ya que la cultura se vee consumida por el imperante y disimulado

sistema capitalista que politiza los modos del arte destruyendo el

concepto “orgánico” que este posee, por ende, el hombre también pierde

capacidad de representación volviendo al concepto de ambigüedad

cultural, el hombre se ha olvidado de sí mismo, pero es aquí donde entra

el arte como reivindicador y se le otorgan posibilidades congruentes en la

cultura como atribuir con la dialéctica constante y crítica negativa para

producción de una posterior emancipación y que esta sirva para la

reconciliación del sujeto con su experiencia, todavía ay posibilidades de

subsistir ante tal decadencia.