UNA NOCHE DE OTOÑO - W.S. REYMONT

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Cuento del premio nobel 1924

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UNA NOCHE DE OTOOWladyslaw S. Reymont

El camino de tierra, hmeda y empapada por la lluvia insistente, era un ro de lodo que fluy por el negro de campo rido, caminaba por un campesino borracho. Ya era de noche, una noche fra y lluviosa de noviembre. El mundo llor barro con la lluvia incesante y penetrante; campamentos jirones en la oscuridad casi completa, slo con la piel brillante de agua los cubri. Los barrancos y crestas podran distinguirse gracias a la brillantez del agua: los rboles sin hojas se inclin inerte sobre la carretera, temblando de fro y la humedad. Un silencio de muerte estaba en los campos saturados con agua. El agricultor camin rpidamente, teniendo columpios, tropez, malditos, pero sigui adelante. De repente se detuvo, y se bebe y enton la voz ronca: Oh, bella, mi bella, el mundo es una familia; pero cuando la muerte le da la tira Has olvidado tu salvacin! Ay, ay! Pero los EE.UU. no se ha duplicado el canto de voz, que fue mojado la humedad en el aire hasta que se perdi en la oscuridad. Una sombra humana se desliz ligeramente por detrs campesinos, y cuando se detuvo por un momento, se desvi de la ruta, se sumergen en la sombra ms profunda de los rboles que bordeaban. El campesino sigui caminando con rapidez, pero tropez con una

roca o una raz de rbol y cay en el barro como un pesado bal. Para algunos el tiempo no se oy a excepcin de la cada montona e incesante de la lluvia y el balanceo y el murmullo nervioso de los rboles. Entonces una sombra se acerc a apoyarse en el estado de ebriedad. - Jefe! Jefe! - Inst a voz baja. El campesino lejos del sueo, intent ponerse de pie pero sus piernas y las manos hinchadas resbal en el barro sin poder encontrar un punto de apoyo y, por ltimo, casi inconsciente, se olvid de la intencin, se estableci lo mejor que pudo entre los sueos y le dijo: - Aqu est bien, no hay fro. S, me quedar aqu y el resto. - No, no. Levntate. El agua lo cubre. Va a ahogar ... - Maldita sea! Tenga cuidado porque te dan un apretn, vers! - Grit con furia estado de ebriedad. - Jefe! - No me despiertes, mujer! Mira lo que es para tu bien! El granjero pens que estaba bebiendo con un Judio. - Babe como un cerdo ... Acostado en el barro! ... - S, estoy borracho, entonces? No te digo, judo? Dame espritu y no alcohol puro, usted saque sus bigotes, hijo de puta, te voy a ver ... Callar mujer ... Si el jefe est en reposo, porque ese es su gusto, y listo. Ni es su problema, no son ms que una mujer ... Cllate, mujer ... Resto del jefe, el trabajo a los chicos ... Las bestias har el trabajo de ... El descanso, el jefe ...descansa ... Pero la mujer no le permiti seguir mintiendo en el barro, y ambos lo sacudi vino a, y con su ayuda, l se levant. - Marcycha - murmur al ver su rostro. - Marcycha! - Repetida por instinto, se establecieron el sombrero en la cabeza y dando terribles labios comenzaron a moverse como si huyeran de algo, pero poco despus, el sonido de sus pasos se desvaneci en el inmenso redoblar la lluvia. Marcycha se qued a una distancia considerable. Camin lentamente, porque el palo cay golpes y el lodo est constantemente lleno de agua, que tuvo que retirar en cada ocasin. Adems, la ropa andrajosa, llevaba el agua, haca difcil caminar. Apret su pecho contra un nio

involucrado en mantn, llorando en voz baja. Con los ojos fijos en la profundizacin de la noche, se desliz casi muerto y medio inconsciente. - Jess mo, Jess misericordioso! - Murmur, y la inmensa tristeza en sus ojos se llenaron de lgrimas de amargura. Cmo mucho, pero como l haba llorado! ... Haba llorado por el pueblo, el mundo, por su desafortunado destino, para su orfanato. l era un hurfano, sin hogar. S, un hurfano que fue caminando a travs de la tierra como esas nubes grises arrastrado en gran medida a travs del cielo, ya que el viento hmedo que aullaba sobre el campo y desapareci sin dejar rastro cmo esta horrible noche de noviembre ... Pero nadie se compadeci de ella, ni que tena un ayudante, alguien que se quejan ... Desterrado a la meta-que tirar a la destruccin, y la defensa fue igual de sus lgrimas y su dolor, como un perro ciego que se ha desviado de la perra para disparar en el fondo de una zanja, dejndolo para defenderse de la muerte con sus lastimeros aullidos. - Oh, Jess, Jess! - Se quej de vez en cuando. La noche comenz a penetrar en su horror, mientras que en busca de alguna luz. Sin embargo, slo alrededor de creciente oscuridad profunda e impenetrable. Pueblos pareca muerto en la sombra y el silencio. Incluso los perros ladraban. Nadie escuch los rumores de los carros. Las voces humanas se perdieron en algn lugar. Slo rein el silencio, roto por el rumor sordo de la lluvia. El nio empez a llorar estrepitosamente. - Calma, pobrezito ... Tranquilo, no llores ... - Se sent bajo un rbol, tom la boca del nio hacia el pecho vaco y fue hundido en el silencio, con el odo atento al sonido lejano, apenas audible, que vino mezclado con la lluvia. - El molino! Por supuesto, es el molino de viento! - Susurrada, forzando a sus odos. Animados por la esperanza, se levant e hizo caminar con ms garbo, la incertidumbre, la hizo temblar. - Pietrus! Pietrus! - Movi los labios. - No me d la distancia! No puedes hacer eso!- Con ternura sbita y apret ms fuerte el

muchacho contra su pecho. - Petruchna! Poco a poco, su espritu desgarrado por el sufrimiento estaba lleno de dulzura melanclica. Volvo a sus recuerdos de su resorte viejo, que asomaba a travs de las lgrimas de dolor. Revivi las imgenes claras del pasado, y en cada uno el protagonista era l, Petruchna! El nio, entumecido y hambriento, comenz a llorar de nuevo. - Cllate! - Murmur, levantando la mano como para pegarle. - No, cmo podra hacerlo? Dnde est su hijo ... - Se piensa que la ansiedad, y empez a besar apasionadamente la cara hmeda del nio. El murmullo se oy con claridad, y se puso de manifiesto desde el golpe sordo de la rueda del molino. La lluvia se calm un poco. El viento corriendo entre las ramas seas de los lamos que se elevaban a los lados de la carretera, los hara oscilar fuertemente, y su explosin reson mltiples para cruzarlo. Grove, quien se puso de pie al lado del camino como un muro oscuro y sombro, Revo una voz triste y suave, algo como un gemido en la oscuridad de los rboles o como un grito ahogado en la noche y la lluvia. Enormes nubes reunidos que sus cuerpos comenzaron a correr rpidamente bajo el cielo dbil. El asombro cruz volando sobre la tierra, un temor poderoso que sacudi el alma de Marcycha. Se dirigi una mirada asustada en todo, dej caer su pauelo a la frente y con todas sus fuerzas corri en ms se estrella cerca de la fbrica. La creciente furia del viento la segua, azotado la espalda apoyada en la tierra, se abri paso para batir la cara con agua de los charcos, lo tir contra las armas pequeas, silbando fuertemente en sus odos. Y as fue la fuerza que la oblig a dejar de ganar impulso. Sin embargo, impulsado por el terror, continu funcionando. Las filas de lamos se balanceaba sobre su cabeza, susurrando su alrededor, y ella estaba sobre l sus troncos de gran alcance, sus ramas desnudas, garras, como, que se extenda para mantener los brazos, tirando de ellos ropa, hiriendo a su rostro y agarrarlo. Y que la hicieron correr a travs de la descarga. Recuper la calma para llegar al terrapln que conduca a la fbrica,

esta vez con tan poco, que sus techos se encuentran en la represa y las aguas que brillaban lamentablemente en la oscuridad, algunos rboles de aliso negro y espeso que lo rodean por todos lados, un grueso impenetrable por el que retumb y gorje la cada de las ruedas de agua. El edificio negro enorme sacudi con su golpe rtmico. Con cuidado, cruz el borde del terrapln y entr en el molino. Apenas cruz el umbral se qued en un saco de harina, agotado por el esfuerzo. El interior de la fbrica masiva empaado con el polvo fino de color blanco que el trigo triturado suelto. Una lmpara que cuelga del techo empujando duro de su dbil luz rojiza para iluminar slo las paredes y las formas de las artes. Todo estaba temblando, todo se mova envuelto en polvo harinoso, agitando el resbaladizo suelo, paredes blancas, el techo de telaraas que colgaba enharinada; sacudi los gabinetes de largo y blanco, y detrs de ellos, un fondo gris, mueven automticamente las ruedas grandes y negro en el que corri con una explosin un mar de fondo grueso, verde agua, la cabeza desgreada y espumosos cay en el juego fuerte por lo difcil de la tierra tembl y la tierra gimi. Nada se oa ms que el giro ruido de las ruedas de agua, y slo a veces en el primer piso reson el sonido estridente de cuya voz fue campana la gente se precipita fuera de la casa del molinero, que estaba en una esquina de la fbrica. Marcycha se acerc, se sent detrs de la pantalla que le sirvi para limpiar el grano y esper pacientemente. Ella tena miedo de entrar, a pesar de escuchar claramente la voz de Pietrus y otros. Abandonado a su valor, se acerc al odo de la delgada pared y escuch. Cada vez que alguien sali corriendo de la habitacin, y detrs de una ola de risas, luz y el calor invade la sala de mquinas. En la pequea habitacin haba un horno caliente en la chimenea grande fue la turba quema liberando una llama azul.

Un grupo de patanes se sentaron alrededor del fuego. El olor del tabaco, la turba y el pescado frito, llen la habitacin. Pietrus estaba descansando en la cama sobre un montn de pieles, y se burlaban de los campesinos borrachos que tropez en casa en el centro del sueo. - Vete a casa, Mateusz, porque de lo contrario los antiguos palos y le da ... - Paula? Para m, Pablo? Para m, el jefe? No, al contrario ... Me puso bajo las mantas, me sirve un vodka con abundante comida, o tal vez algo an mejor ... - Obtener de la pluma que est por tener tan borracho! - S, estoy borracho! Y la cosa es que le dije a l, un Judio, dame el brandy! Sin embargo, si el hijo de puta y no me dio alcohol puro ... Voy a arrancar la cabeza que, Dios me ayude, que tire lha ... Si el jefe tena que servir bebidas alcohlicas, la obligacin era obedecer. Y puesto que no, te voy a agarrar por los bigotes y amarillo te meta en el agua. - Michal! Salga de la canasta! - Grit el molinero para escuchar la campana. Moceto Un joven se levant y sali apresuradamente de la chimenea, dejando la puerta abierta. Marcycha se desliz a travs de l y se qued en el umbral. - Elogio ... - Susurr suavemente. El molinero se levant de su cama y grit con enojo: - Qu quieres? Fuera, perra! La muchacha se tambale; mir inexacta a los hombres, dej al nio en la cama y corri a ejecutar el molinero. - Un regalo para ti, Pietro - susurr alguien maliciosamente. - Qu lo! - Se ha aadido otro cuando el nio empez a llorar. - Quin pone su pata en la primavera, el invierno no escapa a la pena ... - Coge este nio, pero todava se ahoga por ah ... - Bueno Quieres chupar o qu? Alguien levant al nio y se acerc al fuego, vio toda ... - Usted tiene un par de meses, no ms ... - Se parece a ti, Pedro. Incluso tiene la nariz de pap ... - Srvase usted mismo un ayudante, y ha ... - O lo puso a trabajar como sirvienta en una casa all. As que caer algo ms de dinero ...

- Lo puso en cada cuarto lado de la harina, el alimento que el nio ser mejor que un ternero. - Grita con fervor. Usted podra hacer de l un organista Pietro, y que sera bueno porque es un honor y, por otra parte, la carga de efectivo bueno para las bodas y los funerales. - S, Pietro. Desde que prob la miel, ahora come la cera. - Pero la madre tambin es elegante, utilizando estos nuevos golpes que tendr un valor de cerca de seis 'Checa'. La falda va a costar ms y la mitad de un zloty. Qu pasa con la nariz ... Parece una vlvula ... En una palabra, es una mujer valiente, seguro. - Slo la lavas y peines un poco y est listo para encender los braseros en los hogares de los Judios. Pietro se burlaban de sin piedad, mientras estaba sentado en la cama sin saber qu hacer. Ahogada por la rabia y la vergenza, pero no poda moverse No tome sus ojos como la cara blanca seal a la joven a quien los hombres se quitaron los pantalones, y los puso en el asiento de espesor de la chimenea, el calentamiento a hasta que el vapor sala de Trapitos mojado. De repente Pietr surgi de un salto y sali corriendo al pasillo. Despus de unos momentos se escucharon disparos y los gritos salvajes. - Seguro que hablan de amor - que se observa a los campesinos. - Quin es ella? - Marcycha, la hija de Jantek y Wola. Condujo en el empleo y la casa ... Tuve que ir a alguna parte, no? - Oh, oh! Pietrek es un verdugo con las chicas. - A medida que el verdugo como pcaro y sinvergenza de lo peor ... - Djame or - grit alguien. - Pietrus, Pietrus! No me pegues ms! - Marcycha rog, arrastrndose a sus pies.Es su hijo, recuerde ... Me han expulsado de trabajo ... Me llev casa ... Dnde debo ir, una pobre hurfana? Petruchna! Oh, Jess misericordioso!Aydame, Jess! ... Jess, Mara! - Grit en voz alta fugitivos. Pietr le haba dado una patada en el pecho con tanta fuerza que cay pesadamente. Poco despus de que todo estaba en calma. Apenas oy que la puerta exterior abierta, y despus de un breve se esfuerzan, nada ms que los golpes de la rueda del molino.

- Y si el bosque? - Nada va a suceder. Abandonado al nio. Nada ms. - Perra. l dej a su hijo y se fue ... El nio volvi a llorar con ms intensidad. Alguien agarr un pedazo de azcar en la mesa estaba el molinero, envuelto en harapos, lo aplast con el taln, lo empap en agua por un momento y lo puso en la boca del nio: l empez a chupar con avidez. Sin embargo, Mateusz, que dormitaba en la cama, se despert y dijo: - Considero que el nio. Despus de todo, es como un hurfano ... - Haz lo que quieras. Usted no tiene hijos. Pero el viejo te pega en todos los sentidos ... - Yo? No. No me golpe. Se quejan un poco, s. Es una buena mujer ... Vamos, orfozinho ... Ir con el jefe ... Vamos, orfozinho ... - Y una decisin borracho, se levant, abri la chaqueta forrada con piel de oveja, muecos de la tapa de piel de oveja mojada en la cabeza y se inclin sobre el nio ... - Ven ac, chico, ven aqu ... No tienes madre o el padre, ya partir de ahora sers ma. - Es el hombre, no? - Por supuesto que es el hombre ... - Por lo tanto, puede ser un pastor ... Usted tendr un nio, seor ... - Pero primero usted tiene que conseguir una niera o una vaca separar una de la pantorrilla para alimentarse. Sin hacer una burla de la causa, que participan el nio en harapos y seco, lo cubri con su abrigo, y un paso firme y uniforme de la habitacin en busca de la salida. Ya por ah, tal vez bajo la influencia del aire, guiada de forma rpida y se dirigi a la presa. Con dificultad se levant hasta el borde. El viento azotaba su cara, empujando en el resbaladizo camino. l se fue detrs de las presas, gir a la izquierda y se dirigi a la aldea. Caminaba con los pies hundidos en el agua como el viento empuja el agua de los estanques con tal fuerza que salt el dique y golpearon las piernas Mateusz CW. - No llores, nio. Te dar la leche, hgase una cuna de mimbre ... Que te gusta estar conmigo, orfozinho, que te

gusta ... que no te pierdas nada ... Usted Trapitos su ... Compre usted una navaja de afeitar en la feria ... Quieres hace con el ganado o los gansos ... No llores, nio ... - Murmur, y con cuidado, lo mejor poda, con las manos rgidas de fro, sosteniendo al nio en el manto. De repente se detuvo, porque l comenz a darle el hipo, y el fro agudo y el viento no le permita expresar. Ms all de la presa, el camino atraviesa el pantano y las grandes represas. El viejo pillo y abedules se inclin muy por encima y gema lastimosamente, azotada por el viento. El barro se acerc a ellos para las rodillas. La lluvia ces por completo y ahora slo el viento fro se levant en el barro. Tena mucho sueo marchando al borde de la inconsciencia. Slo el viento fro agit un poco, de vez en cuando. El pueblo estaba a la mano. Ahora menos sorprendente, sino por el sueo, sin saber de dnde sali. Yo caminaba como un autmata, de vez en cuando, sent su mano mecnica ... El nio ... Las piernas le enredan para arriba, se meti en ella no fro hasta los huesos, porque bajo el pecho desabrochado y hmeda protegida lo suficiente contra el viento ... Por ltimo, dejamos caer los pliegues y se frot las manos contra los brazos, y con su voz de borracho, sueo enton: Oh, bella, mi bella, el mundo es una familia; pero cuando la muerte le da la tira Has olvidado tu salvacin! Ay, ay! Respondi el barro y el aliento suave y de un nio que viene ... pasos apresurados ... Pero no oy nada. Constante entre los sueos y su manera profunda en la noche si se perdi a lo lejos la sombra vaga de su cuerpo. FIN