Una Voz, esa voz 14agos

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Una voz, esa voz De repente escucho una voz, suena lejos pero la escucho cerca; tal vez suena cerca pero la escucho desde lejos, desde muy lejos, cada vez más y más cerca; una voz que suena, se ofrece de frente, de perfil y me llama; tal vez ni eso, pero la escucho desde bastante cerca o desde más lejos; es una voz especial, me suena a algo, a alguien o a no sé qué, aunque no consigo identificarla, ¿será la voz de cielo infinito o de la tierra dando vueltas alrededor del sol?... tal vez sea la de algún animal peligroso, del viento que pasa, de la tormenta que llega o de un eco perdido por ahí…, esa voz, esa voz tiene aires conocidos, tonos cercanos, tiempos habituales..., ¿será alguien que me llama, un grito de socorro, una voz de mando, una llamada de advertencia?..., pudiera ser la voz del Ángel de la Guarda que intenta avisarme ante un mal paso o una desgracia inminente, o la voz traicionera del diablo para tentarme o jugarme una mala pasada; esa voz no deja de sonar, la escucho desde arriba y desde abajo, desde dentro y desde fuera, esa voz lo llena todo y se fuga por los cuatro puntos cardinales…, esa voz, esa voz podría ser las palabras de mi padre desde su tumba o de mi madre donde la dejé un día: tal vez quieran en mi soledad poblada de voces…, la voz de los amigos no puede ser porque no tengo amigos, la voz de mis hermanos, tampoco, porque viven muy ocupados en sus compromisos…, pero la voz vuelve a sonar, rítmica y constante, esa voz, esa voz puede ser una alucinación, un juego de imaginaciones desatadas, tal vez sueños dormido o despierto, las voces siempre se confunden entre las fronteras del ser y el no ser, por eso son voces, para confundir o llevar miedo hasta el hueco del estómago,

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Relato compacto alrededor de una obsesión en forma de voz: suena, resuena, inquieta, desespera, hasta alcanzar una respuesta...

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Una voz, esa voz

De repente escucho una voz, suena lejos pero la escucho cerca; tal vez suena cerca pero la escucho desde lejos, desde muy lejos, cada vez más y más cerca; una voz que suena, se ofrece de frente, de perfil y me llama; tal vez ni eso, pero la escucho desde bastante cerca o desde más lejos; es una voz especial, me suena a algo, a alguien o a no sé qué, aunque no consigo identificarla, ¿será la voz de cielo infinito o de la tierra dando vueltas alrededor del sol?... tal vez sea la de algún animal peligroso, del viento que pasa, de la tormenta que llega o de un eco perdido por ahí…, esa voz, esa voz tiene aires conocidos, tonos cercanos, tiempos habituales..., ¿será alguien que me llama, un grito de socorro, una voz de mando, una llamada de advertencia?..., pudiera ser la voz del Ángel de la Guarda que intenta avisarme ante un mal paso o una desgracia inminente, o la voz traicionera del diablo para tentarme o jugarme una mala pasada; esa voz no deja de sonar, la escucho desde arriba y desde abajo, desde dentro y desde fuera, esa voz lo llena todo y se fuga por los cuatro puntos cardinales…, esa voz, esa voz podría ser las palabras de mi padre desde su tumba o de mi madre donde la dejé un día: tal vez quieran en mi soledad poblada de voces…, la voz de los amigos no puede ser porque no tengo amigos, la voz de mis hermanos, tampoco, porque viven muy ocupados en sus compromisos…, pero la voz vuelve a sonar, rítmica y constante, esa voz, esa voz puede ser una alucinación, un juego de imaginaciones desatadas, tal vez sueños dormido o despierto, las voces siempre se confunden entre las fronteras del ser y el no ser, por eso son voces, para confundir o llevar miedo hasta el hueco del estómago, para acelerar el corazón o para cambiar los planes del fin de semana…, voz en voces por todos lados y por ningún lugar en concreto, esa voz, esa voz, ¡claro!, la voz de la conciencia: pretende recordarme las cosas malas que he hecho o las buenas que dejé de hacer, pero no, no puede ser la voz con intención moralizante…, cada día pierdo más y más conciencia y cada día me sobra más y más resignación: la conciencia hace mucho que no me habla, porque hace mucho que no le hago el más mínimo caso, ¿la voz de la conciencia?... ¡ja!, me río yo de ella en una sociedad donde cada uno hace lo que le viene en gana, y a mí, más de lo mismo; esa voz sin embargo suena constante, cerca o lejos, y me habla…, no sé, tal vez quiera decirme algo o no quiera decirme nada, solo que la escucho mientras suena, grita, canta, se repite y acosa como si fuera lo más importante de mi vida, esa voz, esa voz… ¡dita sea!..., ya comienza a molestarme, tanto vocear y vocear me lleva por el camino del nerviosismo, me confunde desde

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tan cerca o desde algo lejos, esa voz está ahí, aquí, allá, y suena, no deja de vocear no sé si por mí, por otros o porque sí, pero no se calla, no se calma, no se va…, esa voz tiene cara de perro, cuerpo de vaca y cola de serpiente, va y viene, suena, la escucho, mas no consigo descifrarla…, esa voz, esa voz perfectamente puede ser la voz de Dios, él nunca me abandona, ni me deja solo o en silencio, aunque nunca me ha hablado en ese tono y ese estilo, desde cerca o algo más lejos, sin embargo son tiempos difíciles y a tiempos difíciles voces difíciles de descifrar, pero no, Dios no pierde el tiempo en tonterías de voces cercanas o lejanas conmigo, Él tiene divinadurías más importantes a unas simples voces sin ton ni son, habitualmente me habla sin palabras sonoras, y estas voces llegan a los tímpanos de mis oídos como si estuvieran aquí mismo…, esa voz, esa voz se escucha pero no se ve, tal vez sea el eco del patio o los murmullos de la calle, Almirante resulta muy tranquilo y el eco se transforma en voces cercanas desde lejos, pero el colegio, la iglesia, los supermercados, los grupos en la avenida principal, los cayuco y motoras en los brazos de mar o ensenadas…, ¿quién se preocupa por hablar alto un domingo por la noche camino de la madrugada?..., no, esa voz suena y se repite constante, viene y se va como si ésta fuera su casa, residencia habitual para sus empeños sonoros…, esa voz, esa voz…, igual los recuerdos quieren jugarme una mala pasada, a mí que no me gusta vivir de recuerdos, nostalgias, añoranzas, evocaciones…, pero no, esa voz no suena en círculos concéntricos ni en proyecciones de pasado, todo aquello es inconsistente y esa voz, esa voz posee un aire más directo e inconfundible, machacón, como el de un tambor que resuena o una mujer que aburre con su letanía, esa voz, esa voz…, me pican los mosquitos y no es el fuiiiiideo de los mosquitos, comienza a llover y no es el parloteo de la lluvia, cae la noche y no es el rumor de la noche, se encienden las farolas, pero no es el chispazo de la luz artificial, tengo hambre pero no es el gluteo del estómago…, no, es una voz con otra dimensión, voz llena de matices que suena cerca y a veces lejos de mí, esa voz, esa voz tan impertinente, ya no la aguanto más, me mantiene en vilo esa voz de aquí y allá, está pero no la identifico, esa voz siempre suena, roe, taladra y rompe mi paciencia…, tengo que hacer algo frente a esa voz, contra esa voz, sobre esa voz…, acabaré loco o comiendo tierra como un desventurado si no consigo entender lo de esa voz, una solución rápida o esa voz seguirá sonando cerca, lejos, adentro, afuera, arriba, abajo… y yo habré sucumbido sin remedio…, inventa una salida, imagínate una senda que pueda llegar hasta ella, conocerla, dominarla y descansar junto a ella…, esa voz, esa voz, ¿por qué esa voz?...

-A ver, cállate, cállate de una vez: no hables, no pienses, no escribas…, y escucha bien esa maldita voz; escucha en silencio…

-¡…!

-Pero…

-Escucha atentamente, ni un gesto en la cara; a ver…

-¡…!

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-Pero…

-¡Shiiit!, ¡shiiit! Ni un pensamiento…

-¡…!

-Nada, no se escucha nada; ahora no escucho nada, nad…

¡Aaaah, carajo!..., esa voz, esa voz, cuando hablo la escucho y cuando me callo del todo esa voz deja de sonar.

-¡Caramba, qué bobo soy! Esa voz es hija de mi propia garganta, la modulación de mi boca, la caricia de mis labios, el eco de mi mente, el latido de mi corazón… Esa voz soy yo… Esa voz y yo somos la misa cuestión… Después de tanto, esa voz y yo tal para cual.

Ahora lo comprendo bien: debo escuchar mi voz de vez en cuando; si no me escucho a mí difícilmente podré escuchar a los demás, a Dios o a todo lo que me rodea…

Esa voz es mi voz, ¡qué cosa más simple y complicada a la vez!

10 – dagonila – 2014Almirante (Bocas del Toro)Igandea

xabierpatxigoikoetxeavillanueva