UNIVERSIDAD PANAMERICANAbiblio.upmx.mx/tesis/145180.pdf · 2014. 7. 30. · José Alberto Ross...

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1 UNIVERSIDAD PANAMERICANA FACULTAD DE FILOSOFÍA Y CIENCIAS SOCIALES ESCUELA DE FILOSOFÍA “Los argumentos a favor de la perpetuidad del mundo en la Consolación de la filosofía de Severino Boecio” T E S I S P R O F E S I O N A L Q U E P R E S E N T A GABRIEL GONZÁLEZ NARES P A R A O B T E N E R E L T Í T U L O D E : L I C E N C I A D O E N F I L O S O F Í A DIRECTOR DE LA TESIS: Dr. José Alberto Ross Hernández MÉXICO, D.F. 2014

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    UNIVERSIDAD PANAMERICANA

    FACULTAD DE FILOSOFÍA Y CIENCIAS SOCIALES

    ESCUELA DE FILOSOFÍA

    “Los argumentos a favor de la perpetuidad del mundo en la Consolación de la filosofía de Severino Boecio”

    T E S I S P R O F E S I O N A L

    Q U E P R E S E N T A

    GABRIEL GONZÁLEZ NARES

    P A R A O B T E N E R E L T Í T U L O D E :

    L I C E N C I A D O E N F I L O S O F Í A

    DIRECTOR DE LA TESIS:

    Dr. José Alberto Ross Hernández

    MÉXICO, D.F. 2014

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    A la memoria de mis abuelos maternos y padrinos: Bertha Hernández Torres y

    Gabriel González Padilla, y de Mons. Francisco Merino Rodriguez, con filial

    gratitud.

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    ὅτι χίλια ἔτη ἐν ὀφθαλμοῖς σου ὡς ἡ ἡμέρα ἡ ἐχθές ἥτις διῆλθεν καὶ

    φυλακὴ ἐν νυκτί.

    Ψαλμοί, 90, 4

    ἡ μὲν οὖν τοῦ ζῴου φύσις ἐτύγχανεν οὖσα αἰώνιος, καὶ τοῦτο μὲν

    δὴ τῷ γεννητῷ παντελῶς προσάπτειν οὐκ ἦν δυνατόν: εἰκὼ δ᾽

    ἐπενόει κινητόν τινα αἰῶνος ποιῆσαι, καὶ διακοσμῶν ἅμα οὐρανὸν

    ποιεῖ μένοντος αἰῶνος ἐν ἑνὶ κατ᾽ ἀριθμὸν ἰοῦσαν αἰώνιον εἰκόνα,

    τοῦτον ὃν δὴ χρόνον ὠνομάκαμεν.

    Πλάτων, Τίμαιος, 37δ

    Aliud est enim per interminabilem duci uitam, quod mundo Plato

    tribuit, aliud interminabilis uitae totam pariter complexum esse

    praesentiam, quod diuinae mentis proprium esse manifestum est.

    neque deus conditis rebus antiquior uideri debet temporis quantitate

    sed simplicis potius proprietate naturae.

    Severinus Boethius, Consolatio Philosophiae V, 6,2

    Sed harum auctoritatum et similium intellectus patet per hoc quod

    dicit Boetius in ult. De consolatione: non recte quidam, cum audiunt

    visum Platoni mundum hunc nec habuisse initium temporis, nec

    habiturum esse defectum, hoc modo conditori conditum mundum fieri

    coaeternum putant. Aliud enim est per interminabilem vitam duci,

    quod mundo Plato tribuit; aliud interminabilis vitae totam pariter

    complexam esse praesentiam, quod divinae mentis esse proprium

    manifestum est. Unde patet quod etiam non sequitur quod quidam

    obiiciunt, scilicet quod creatura aequaretur Deo in duration.

    Thomae Aquinatis, De aeternitate mundi

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    “Porque mil años a tus ojos son como el ayer,

    que ya pasó, como una vigilia de la noche.”

    Salmo 90, 4

    “Pero dado que la naturaleza del mundo ideal es sempiterna y esta

    cualidad no se le puede otorgar completamente a lo generado, procuró

    realizar una cierta imagen móvil de la eternidad y, al ordenar el cielo,

    hizo de la eternidad que permanece siempre en un punto una imagen

    eterna que marchaba según el número, eso que llamamos tiempo.”

    Platón, Timeo 37d

    “Son cosas muy distintas, en efecto, el prolongar indefinidamente una

    existencia sin límites, atributo, según Platón, propio del mundo, y

    abarcar igualmente en su totalidad la actualidad de una existencia

    ilimitada, lo que evidentemente corresponde a la divina inteligencia. Si

    juzgamos que Dios es anterior a la creación, esto no se ha de entender

    por razón de tiempo, sino en cuanto que es la consecuencia de la

    simplicidad de su naturaleza.”

    Severino Boecio, La Consolación de la Filosofía V, 6

    “Pero el sentido de estas autoridades, y otras semejantes, queda claro

    por lo que dice Boecio en el último libro del De Consolatione: “Algunos,

    al oir la opinión de Platón de que este mundo no tuvo un comienzo de

    duración en el tiempo ni ha de tener un acabamiento, piensan

    incorrectamente que así el mundo creado es hecho coeterno con el

    creador. Pues una cosa es ser conducido a lo largo de una vida

    interminable, que es lo que Platón le atribuye al mundo, y otra que se

    abarque, al mismo tiempo, la presencia entera de una vida

    interminable, lo que es evidentemente propio de la mente divina”. De

    donde resulta claro que tampoco se sigue lo que algunos objetan, a

    saber, que la criatura se igualaría a Dios en duración.”

    Tomás de Aquino, Sobre la eternidad del mundo

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    Agradecimientos

    A Dios, Sumo, Óptimo y Máximo Bien: el Padre Creador, el Hijo Logos

    Salvador y el Espíritu Paráclito Santificador. A la llena de Gracia

    doncella de Nazareth, que supo decir que sí.

    A mis padres. A Lucía Nares Tamayo, mi mamá, por su dedicación,

    paciencia y sabiduría natural. A Gabriel González Hernández, mi

    papá, por su esfuerzo, su vida ejemplar y por no dejar que su interés

    filosófico se desvanezca. A Patricio González Nares, mi hermano, por

    su compañía, su gran lealtad fraterna, su nobleza de corazón y su

    confianza.

    A mis abuelos maternos. A Rodolfo Nares Cervantes, por su sabiduría

    y quien, desde el origen, me inició en la filosofía, la Historia y muchas

    otras cosas. A Leonor Tamayo Méndez, por su inteligencia materna, y

    quien me enseñó a cuidar y respetar los animales y las plantas. A

    todos mis familiares, tíos, primos de ambos lados. Especialmente a

    María del Carmen González O.C.D por su acompañamiento espiritual.

    A mis amigos desde el preescolar y hasta la fecha: Alfonso Serna

    Maldonado, el abogado y Luis Miguel Zamora Duarte, el médico.

    Gracias por mantener la amistad por veinte años, por los consejos y el

    tiempo en común. A mis amigos de la infancia, pubertad y juventud.

    Gracias por su apoyo y amistad a José Ignacio Toussaint Esmenjaud,

    Yara Angulo Landeros, Hilda Rocha Barradas, Fernanda Vilarós

    Orozco, y Daniela López Acevedo.

    A todos los compañeros y amigos que hice en la Universidad

    Panamericana. Especialmente gracias a Regina Oviedo Pasquel, a Sofía

    Martínez Anaya, a Carolina Soria Bravo a Laura Meneses Trujillo; por

    el útil ejemplar de La Consolación, a Juan Ignacio Molina Eugui, a

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    Daniel Rocha Argudín, a Oswaldo Gallo Serratos, a Diego Espinoza, a

    Paulina Guendulain, a Alfonso Ganem, y a mi prima Jimena Portilla

    González.

    A los profesores de la Preparatoria Rudyard Kipling. En especial a

    Alonso Cifuentes Magaña; por enseñarme a escribir críticamente, a

    Carlos Altuve Rojas; por permitirme ayudarle en algunas clases, y a

    Rogelio López Espinoza; por enseñarme a ser más preciso con el

    lenguaje.

    A los profesores de la Universidad Panamericana. En especial al Dr.

    José Alberto Ross Hernández; por dirigir este trabajo y por sus consejos

    y ayuda desde el comienzo de la carrera, al Dr. Luis Xavier López

    Farjeat; por la revisión de este trabajo y por su amistad y

    conversaciones en su tiempo libre, al Dr. Jorge Morán Castellanos; por

    los consejos para hacer el trabajo más claro, a la Mtra. Isabel Gamboa

    Cervantes; por darme la oportunidad de acercarme por primera vez a

    La Consolación, a la Lic. Mercedes Alemán Buendía; por su ayuda

    valiosa en la traducción de algunos textos latinos, al Dr. Héctor Zagal

    Arreguín; por sus comentarios, tutoría, apoyo, y por compartir sus

    textos, al Dr. Héctor Velázquez y a la Lic. Montserrat Salomón; por

    introducirme al tema de la eternidad del mundo, a la Dra. Virgina

    Aspe Armella, y al Padre José Antonio Coronel Salinas. Al Dr. Michael

    Chase, al Dr. Matthew Kostelecky, y al Dr. André Laks . A todos los

    que me han dado algún servicio en la Universidad Panamericana.

    Gracias a todos.

    Al Padre Pablo Arce Gargollo; por permitirme ser su becario y al

    equipo de Encuentra.com; por dejarme ser parte del proyecto.

    A Severino Boecio, por ser una luz en la vida académica y práctica.

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    Índice

    Introducción.……………………………………………………………..17

    Capítulo I El contexto histórico y moral de la Consolación en función

    de la argumentación sobre la perpetuidad del mundo……..........23

    I.1 El contexto general de Anicio Manlio Severino Boecio y La

    Consolación de la filosofía ………………………………………………....23

    A) Breve recuento biográfico de Boecio.……………………....25

    B) El ámbito de la experiencia humana y la personificación de la

    Filosofía……………………………………………………….................29

    C) El cristianismo en la Consolación…………………………....31

    I.2 El trasfondo moral del a discusión cosmológica................……..33

    A) El fin de la filosofía en la Consolación…………………....33

    B) Al encuentro de la Providencia……………………………36

    C) De la Providencia al sumo bien en el ámbito moral…....38

    D) La libertad y la Providencia………………………………39

    E) ¿En qué aprovecha a la vida práctica la diferencia entre

    eternidad y perpetuidad?....................................................................42

    Capítulo II El lugar de la discusión sobre la perpetuidad del mundo

    en la lógica de Boecio…………………………………………………45

    II.1 Los tipos de argumentos en el de Topicis differenttis……………46

    II.2 El argumento dialéctico en De Topicis Differentiis………………50

    II.3 ¿Es dialéctico el argumento que defiende la perpetuidad del

    mundo?................................................................................................54

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    Capítulo III: La acción creadora y su posible eternidad…………59

    III.1 ¿Es posible conocer por razón que el mundo es creado?.........59

    A) Un acercamiento metodológico a los términos teológicos...59

    B) Aclaración del sentido de conditor…………………………....64

    C) Un argumento contextual a favor de la razonabilidad de la

    creación…………………………………………………………….........65

    D) La creación es razonable por el orden natural…………......67

    III.2 Dios como causa y principio……………………………………...69

    A) Azar y Dios como causa en el Libro I………………………..69

    B) Dios como principio y causa eficiente en el libro IV............73

    III. 3 Dios crea por ser Sumo Bien…………………………………...82

    A) Dios es causa ordenadora………………………………..82

    B) Dios como Bien substancial……………………………...84

    Capítulo IV: La eternidad y perpetuidad a la luz de la simultaneidad

    y sucesión, los argumentos previos a los de La Consolación…..89

    IV. 1 La definición de eternidad……………………………………..89

    A) El contexto previo a la definición………………………..90

    IV.2 La definición de eternidad y su análisis desde la simultaneidad y

    la sucesión………………………………………………………………95

    A) La definición y el análisis de sus términos………………95

    a) possessio e interminabilis vitae…………………………..96

    b) Tota simul, la simultaneidad a la luz de De Trinitate IV, 11

    y Consolación VI, 6………………………………………97

    c) La Eternidad-simultaneidad y la sempiternidad-

    sucesión en el comentario de Thierry de Chartres...103

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    c.1) Pasaje del Comentario al De Trinitate……………….105

    IV.3 Revisión de los argumentos sobre eternidad y simultaneidad;

    sempiternidad y sucesión en la tradición neoplatónica…………....106

    A) Parménides…………………………………………………..107

    B) Platón…………………………………………………………..109

    B.1) La eternidad de las formas…………………………..110

    B.2) La definición del tiempo y los dos modos de

    permanencia……………………………………………………...111

    B.3) La sucesión en el tiempo y la simultaneidad

    en lo eterno……………………………………………………….114

    C) Proclo………………………………………………………....121

    D) Plotino, argumentos sobre la eternidad del intelecto……..124

    E) San Agustín, argumentos por la diferencia entre eternidad y

    perpetuidad…………………………………………………...128

    F) Aristóteles…………………………………………………….134

    a) La interminabilidad del tiempo y del movimiento en

    Física VIII,1………………………………………………135

    b) La interminabilidad de la vida del mundo en Acerca del

    cielo I,10…………………………………………………...136

    Capítulo V Los argumentos a favor de la perpetuidad del mundo en

    la Consolación, V, prosa 6……………………………………………...141

    V. 1 Oposición entre continuidad y sucesión; eternidad y perpetuidad

    en Consolación V. 6………………………………………………………..141

    A) La sucesión y la perpetuidad……………………………….141

    a) La sucesión temporal en Consolación y sus correlatos en

    De Trinitate y los comentadores de Chartres…………………..143

    a.1) El pasaje en la Consolación V, 6, 12-18………………143

    b) El pasaje del De Trinitate 4, 11, 64-67 y los comentarios de

    Chartres……………………………………………………………145

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    c) Los pasajes de la Consolación V, 6, a la luz del De Trinitate

    4, 11, 64-67 y sus comentarios…………………………………..149

    B) Las características de la sucesión y lo temporal…….......151

    a) Lo temporal existe por la sucesión del movimiento...151

    b) La sucesión puede ser interminable según la naturaleza

    de las partes que se siguen…………………………….155

    c) A la sucesión de lo temporal se opone la posesión toda

    junta y perfecta de la eternidad…………………...........157

    C) La continuidad del presente y la eternidad…………….159

    D) La diferencia entre eternidad y perpetuidad en Consolación

    V, p.6 35-39……………………………………………………………...168

    E) ¿Puede ser eterno el mundo en algún modo?.................169

    F) ¿Piensa Boecio que el mundo tiene comienzo temporal?.172

    F.1) La coexistencia de la perpetuidad y la eternidad en el

    ámbito escatológico……………………………………………………..176

    V.2 Los argumentos por la perpetuidad del mundo……………….177

    A) Primer argumento: la vida del mundo puede ser

    interminable según la naturaleza del movimiento. Si es interminable,

    puede no tener un comienzo en el tiempo…………………………...177

    A.1) Origen de la premisa mayor del argumento…………178

    A.2) El origen de la premisa menor, las referencias por la

    infinitud de la vida del mundo……………………………………….180

    A.3) Conclusión del argumento: el mundo, que vive en el

    tiempo pudo no tener comienzo ni fin……………………………….183

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    B) Segundo argumento: El mundo tiene una vida infinita, pero

    no en el mismo sentido en que la tiene Dios. Los dos tipos de vida

    infinita……………………………………………………………………184

    B.1) El origen de algunas premisas………………………….185

    B.2) El argumento en su forma final………………………...186

    C) Tercer argumento: A Dios, por su simplicidad, le corresponde

    la eternidad. Al mundo, por ser compuesto, le corresponde la

    perpetuidad……………………………………………………………...187

    C.1) Dios es anterior a la creación por su simplicidad……..188

    C.2) La composición del mundo y la perpetuidad………….189

    C.3) El argumento en su forma final…………………………..193

    D) Conclusión de los argumentos…………………………….....194

    Conclusiones………………………………………………………….....197

    Bibliografía………………………………………………………………207

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    Introducción

    Desde la antigüedad clásica la posible eternidad del mundo según la

    naturaleza del movimiento ha estado en la discusión cosmológica.

    Durante la edad media, judía, cristiana o islámica, este tema despertó

    un interesante diálogo entre la teología, la metafísica y la cosmología.

    El problema de la eternidad del mundo se remonta a las

    argumentaciones clásicas de Platón en Timeo y Aristóteles En Física III

    y VIII, Metafísica XII, así como en Acerca del cielo, entre otros textos. La

    discusión prosiguió entre los comentadores griegos de Aristóteles y los

    filósofos neoplatónicos, entre los que destacan Proclo, Jámblico,

    Alejandro de Afrodisia, Temistio,por mencionar algunos.

    La discusión en el ámbito latino entró por medio de diferentes

    comentadores de formación griega. Anicio Manlio Torcuato Severino

    Boecio (480-524/525), uno de los más importantes pensadores de la

    antigüedad tardía y primera edad media, introduce en el ámbito latino

    algunas de las obras de Aristóteles desde una interpretación

    neoplatonizante. Por su cristianismo, Boecio cree que el mundo es

    creado, pero no encuentra una oposición entre la creación del mundo y

    la naturaleza de su vida interminable. Incluso argumenta esto de

    diferentes modos. En un intento de armonizar la actuación creadora de

    Dios y la naturaleza móvil del mundo, Boecio pretende argumentar a

    favor de la compatibilidad de la creación y la vida interminable del

    mundo.

    En la Consolación de la Filosofía, Boecio tiene su última obra y

    preparación para la muerte. Durante los últimos días de su vida,

    relatados en la obra, aparece la personificación de la filosofía, quien

    aclara la mente del angustiado autor y tranquiliza su inquietud por

    medio de la terapia de la razón. A fin de estar en serenidad, Boecio

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    necesita saber cuál es el Sumo Bien y si la vida ha valido la pena como

    una búsqueda del bien. En este ámbito de discusión ética, aparece la

    polémica sobre la creación y eternidad del mundo.

    Si Dios es el Sumo Bien, y existe perfectamente como ser necesario,

    entonces no deviene y, por tanto, es perfecto, porque la eternidad es la

    “posesión total y simultánea de una vida perfecta”1. Sin embargo, ante

    Dios aparece el mundo como devenir y movimiento. Es razonable

    pensar que el mundo es creado, pues no tiene su origen radical en el

    ser en sí mismo. Pero su naturaleza es el cambio, o pasar de la potencia

    al acto en movimientos sucesivos. ¿Puede el mundo ser eterno si su

    naturaleza es del cambio sucesivo y a la vez, es creado por Dios, cuya

    acción no es sucesiva, sino simultánea?

    En la tesis deseo explorar las nociones de creación, eternidad y

    perpetuidad en La Consolación de la Filosofía de Boecio, principalmente

    en el libro V, a fin de revisar los argumentos a favor de la vida

    interminable del mundo como perpetuidad. La propuesta de la tesis es

    mostrar que el tipo de vida interminable del mundo es la perpetuidad

    y no la eternidad propiamente dicha. Esta propuesta permite

    reconciliar la acción creadora de Dios con las leyes del mundo, así

    como con la libertad humana. La tesis se desarrolla en un ámbito

    cosmológico y con elementos metafísicos, sin embargo la solución a la

    polémica no se queda en lo especulativo, sino que se hace patente en el

    diálogo ético. De hecho, toda la Consolación está inmersa en un ámbito

    con intereses profundamente morales, pues el fin de esta obra es

    consolar, dar esperanza y luz en virtud de la vida práctica que se

    apoya en la contemplativa para enfrentar las adversidades.

    1 MPL63 Cons. V. p. 6, 9-11

    Cons. V, p. 6, 10-12 (1955)

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    No obstante el fin moral que persigue la obra, nosotros nos

    centraremos en torno a la cosmología, puesto que nos interesa saber

    cuáles son los argumentos por los que Boecio propone que la vida del

    mundo puede ser interminable, sin haber tenido un comienzo y un fin,

    pero no es el mismo tipo de vida que corresponde a Dios en su

    plenitud.

    Dividiremos la tesis en cinco capítulos. En el primero vamos a

    establecer el contexto histórico y biográfico de Boecio. Además,

    daremos cuenta del marco de filosofía moral que contiene la discusión

    acerca de la vida interminable del mundo. Brevemente observaremos

    que la Providencia y la libertad se relacionan en un contexto de vida

    práctica en función de la adquisición del Sumo Bien. Por último nos

    plantearemos en qué aprovecha a la vida práctica la diferencia entre

    eternidad y perpetuidad para perfilarnos a estudiar el tema principal

    de la disertación al tiempo que estableceremos un nexo entre lo

    cosmológico y lo moral.

    En el segundo capítulo nos enfocaremos a investigar el lugar que tiene

    la discusión acerca de la perpetuidad del mundo dentro de la

    propuesta lógica de Boecio. El objetivo será identificar como dialéctico

    el argumento por el cual se puede proponer que el mundo tiene una

    vida perpetua.

    Para analizar la propuesta dialéctica de Boecio nos centraremos en un

    trabajo representativo de su producción lógica, a saber: el De Topicis

    differentiis. Nos centraremos en este tratado por que su tema principal,

    los Tópicos, es el fundamento de una teoría de la argumentación que

    incluye a la dialéctica. En el seno de este trabajo encontraremos los

    tipos de argumento que Boecio propone, y según las características de

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    los argumentos y las del problema sobre la perpetuidad del mundo

    podremos saber qué tipo de argumento le corresponde a la cuestión.

    En el tercer capítulo discutiremos la razonabilidad de la creación del

    mundo. ¿Es razonable proponer que el mundo ha sido creado? Nos

    acercaremos a esta pregunta desde las herramientas de la

    argumentación racional, no con las de la revelación. En función de una

    argumentación con bases ontológicas veremos, si atribuyendo al

    mundo un primer principio, podemos decir si es creado. La meta de

    este capítulo será la de mostrar que es razonable proponer que este es

    el caso. Proposición que, unida a los argumentos en favor de la

    perpetuidad del mundo, permitirá poner a Boecio entre los pensadores

    que no encontraron oposición entre la creación del mundo y su

    posesión de una vida interminable.

    En el cuarto capítulo nos enfocaremos a estudiar la relación entre la

    continuidad y la eternidad, y la sucesión y la perpetuidad. Para hacer

    esto nos valdremos de la herramienta de la doxografía. Es decir,

    revisaremos los argumentos precedentes de la tradición neoplatónica

    en los que se basa Boecio para hacer sus propuestas. Es así que

    estaremos brevemente ante las ideas de Parménides, Platón, Proclo,

    Plotino, San Agustín y Aristóteles.

    En este capítulo también tendremos oportunidad de revisar algunas

    referencias cruzadas del corpus de Boecio que incluyen algún

    tratamiento sobre la perpetuidad y la eternidad. Para pasar por estas

    referencias revisaremos obras como el De Trinitate y el De duabus

    naturis. Para dar luz sobre estas referencias echaremos mano del

    trabajo de los comentadores de la Escuela de Chartres del Siglo XII,

    especialmente de Thierry de Chartres.

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    Por último, en el capítulo quinto nos enfocaremos en el estudio sobre la

    oposición entre continuidad y sucesión; eternidad y perpetuidad en el

    último libro de la Consolación. Esto será más fácil una vez que

    tengamos claras las nociones de eternidad y perpetuidad presentes en

    las referencias cruzadas de algunas otras obras boecianas. En este

    capítulo también analizaremos las características de la sucesión y lo

    temporal, y de la continuidad del presente y la eternidad. Con estas

    características podremos saber si Boecio piensa que el mundo tenga un

    comienzo temporal y si el mundo pueda tener algún tipo de vida

    interminable.

    La culminación de este capítulo y de la tesis estará en el análisis de los

    argumentos por los que Boecio pretende mostrar que la vida del

    mundo puede ser perpetua, pero no eterna. Nosotros desarrollaremos

    el análisis sobre tres argumentos que proponemos como la síntesis del

    trabajo intelectual por el que Boecio ostenta que la vida interminable

    del mundo puede ser perpetua, pero no eterna como sólo le

    corresponde a Dios. Al final haremos la propuesta que plantea que,

    tras la argumentación que diferencia la eternidad de la perpetuidad

    está un fundamento ontológico que distingue entre la existencia

    perfecta como acto en plenitud y la existencia que es una combinación

    de acto y potencia.

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    Capítulo I El contexto histórico y moral de la Consolación en función

    de la argumentación sobre la perpetuidad del mundo

    Introducción

    En este capítulo revisaremos el contexto histórico y biográfico de

    Severino Boecio y el marco antropológico y moral en el que la

    Consolación se escribió. Sobre lo primero haremos tres cosas, por una

    parte daremos una introducción general en el que Boecio se acerca a la

    Consolación. También daremos una breve reseña biográfica del autor y

    revisaremos otros contextos más concretos relacionados con la obra.

    Acerca del marco antropológico y moral revisaremos cuál es el fin que

    pretende conseguir la filosofía en la Consolación; y también nos

    adentraremos en la relación existente entre la Providencia, el Sumo

    Bien, la libertad, la eternidad y la perpetuidad, a fin de saber en qué

    aprovecha a la vida práctica preguntarse por la diferencia entre

    eternidad y perpetuidad.

    I.1 El contexto general de Anicio Manlio Severino Boecio y La

    Consolación de la filosofía

    Los filósofos, como los otros hombres sufren su existencia por

    momentos. Se han visto lastimados encarcelados, esclavizados,

    exiliados y ejecutados. Han sido, naturalmente, participes de la miseria

    humana. Pero, la diferencia que marca a los filósofos es que enfrentan

    la adversidad con una actitud diferente al resto de los hombres; quizá

    irónica o demasiado reflexiva, como tratando de sacar un aprendizaje

    desde el fondo de los problemas.

    Sirva recordar a Tales desplomado en la zanja, a Sócrates bebiendo la

    cicuta, a Platón en el mercado de esclavos, o a muchos otros en las

    diversas situaciones que la historia y los contextos proveen. No

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    erraremos si decimos que la filosofía no sólo se hace desde la razón,

    sino que también se hace desde el sufrimiento. Esto es muestra de que

    los altos pensamientos también surgen desde las más miserables

    realidades humanas.

    Pero si el filósofo sufre como otros hombres, también maneja sus

    sufrimientos con la misma naturaleza, pero desde una perspectiva un

    tanto diferente, pues la humana capacidad de padecer y la actitud del

    filósofo permiten considerar varias soluciones que debieran realizarse

    con el recto uso de la inteligencia y la voluntad.

    Es entonces que, a partir del ejercicio racional, surge una confrontación

    al sufrimiento con el fin de hallar su sentido y cambiar las angustias

    por tranquilidad. Parece que este ejercicio involucra a toda la

    naturaleza del hombre y no sólo a la razón, pues los afectos alteran al

    hombre como un todo. Por tanto, hay que tomar en cuenta que el

    hombre se enfrenta a la adversidad íntegramente: en su corporeidad,

    en sus sentimientos y en su razón. Pero la razón, como escrutadora del

    orden natural, ha de jerarquizar las causas y los principios del

    sufrimiento, a fin de saber cómo actuar en consecuencia para ser

    verdaderamente virtuosos y felices.

    La Consolación de la Filosofía, como el Fedón y otras, es una obra hecha

    desde la cárcel y desde la miseria humana. En última instancia es un

    logos paramythetikos: un discurso consolatorio.2 Se puede decir que es

    cosa admirable que Anicio Manlio Torcuato Severino Boecio se diga

    consolado en plena prisión por la Filosofía, quien lo invita a reflexionar

    sobre su situación y su fin último. Encerrado en su celda, Boecio

    2XIRAU. R, “Introducción” en La consolación de la Filosofía, de BOECIO, Ed.

    CONACULTA, Col. Cien del mundo, México, (1989) pp. 9-16.

    .

  • 25

    también piensa sobre la naturaleza de Dios, sobre el bien, y sobre las

    facultades humanas y la bienaventuranza. Hace filosofía desde el

    lugar menos pensado a fin de tranquilizar su espíritu y tener

    fundamentos fuertes para aceptar su muerte.

    A) Breve recuento biográfico de Boecio

    Naturalmente que para tener un mejor acceso al tema de esta

    disertación conviene tener una referencia biográfica de Boecio, a fin de

    ponerlo en un lugar y tiempo de la Historia y para entender mejor

    cómo su narrativa autobiográfica incide en la estructura de la

    Consolación. Ahora revisaremos brevemente la biografía de Boecio

    siguiendo para esto la biografía que aparece en la introducción de la

    Consolación en la traducción de Máximo Planoudes, editada por

    Manolis Papathomopoulos.3

    Una vez caído el Imperio Romano de Occidente en 476 parece que el

    mundo de la cultura clásica se sume en un periodo de tinieblas de

    aproximadamente 400 años justamente conocido como periodo

    obscuro. Esto sucede en el occidente de Europa por el comienzo de la

    dominación de los pueblos germánicos, y por la violencia de este

    periodo histórico hubo una reducción de la producción filosófica en

    torno a los temas clásicos. En el comienzo de este periodo histórico

    aparece Boecio como un importante nexo entre el mundo clásico y la

    Alta Edad Media.

    Anicio Manlio Torcuato Severino, más conocido por su cognomen

    helenizante Boecio, nació aproximadamente en 480 en el seno de la

    patricia familia de la gens Anicia, de la cual habían salido senadores,

    3 PAPATHOMOPOULOS. M, “Introduction, La Consolatio Philosophiae, vie et oeuvre de

    Boéce” en De consolatione philosophiae, BOECIO, Trad. De Máximo Plaonudes, Academia de

    Atenas, Atenas, (1999) p. XXIII-XXIX.

  • 26

    emperadores y Papas. Huérfano desde muy joven, fue criado por el

    sabio patricio Quinto Aurelio Memmio Símaco. La tradición aseguraba

    que en su juventud partió a Atenas para estudiar con los

    neoplatónicos, pero investigadores recientes han propuesto que esta

    permanencia en Atenas es improbable, y que un tiempo de estudios en

    Alejandría resulta más factible.4

    Una vez que terminó sus estudios, desposó a Rusticiana, la hija de su

    mentor, Símaco. De ella tuvo dos hijos que llegaron a ser cónsules.

    Desde muy joven y por su extensa cultura clásica, encontró favor a los

    ojos del rey ostrogodo Teodorico. Boecio llegó a tener la vida de un

    culto patricio romano y desempeñó varios cargos públicos al mismo

    tiempo que no se desocupaba del estudio. De hecho, Boecio alcanzó a

    convertirse en cónsul sine collega en 510 y también fue nombrado

    magister officiorum de la corte en Rávena.

    Fue uno de los hombres más cultos de su tiempo, y de los pocos que

    tenían un conocimiento profundo de la lengua y filosofía griegas. Ya

    que era una de las raras personas que podían interpretar a Platón y

    Aristóteles, trazó el proyecto de traducir al latín las obras completas de

    ambos filósofos clásicos. La muerte prematura de Boecio impidió que

    este proyecto se llevara a cabo.

    A partir de 504 Boecio comienza a publicar sus trabajos filosóficos. Los

    primeros libros que presentó fueron una serie de comentarios a las

    obras lógicas de Porifiro y Aristóteles como los Commenta Altera in

    Porphyrii Isagogen y la traducción latina del Organon durante los años

    507/509. Después, a partir de 510 siguieron algunas obras lógicas

    propias como el Liber de divisione, y el De topicis differentiis junto con

    algunos comentarios al De Interpretatione, Categorías, Tópicos, Elencos

    sofísticos y los Primero analíticos, todos de Aristóteles, así como a los 4COURCELLE. P., “Boéce et l’ecole d’Alexandrie” in Melanges d’Archéologie et d’Histoire

    de l’École Francaise de Rome, 52, 1935, p. 185-223.

  • 27

    Tópicos de Cicerón. Una tercera categoría de sus obras concierne a los

    Opuscula sacra dedicado a resolver problemas teológicos, especialmente

    cristólógicos. Los cinco opúsculos son: De Trinitate, Utrum Pater et Filius

    et Spiritus Sanctus de divinitate substattialiter praedicentur, Quomodo

    substantiae in eo, quod sint, bonae sint, um non sint substantialia bona (

    mejor conocido como De hebdomadibus), De fide catholica y el Liber de

    duabus naturis in Christo contra Eutychen et Nestorium.

    Su útlima obra, la Consolatio Philosphiae, fue escrita en prisión. Las

    palabras propias de Papathomopoulos en la introducción a la

    traducción griega de esta obra dicen con claridad cómo es la primera

    apreciación de ella.

    “Ella constituye la sima de la producción literaria y filosófica de

    Boecio, la quintaesencia de toda su cultura de su acción y de todas

    sus experiencias filosóficas. La escribió esperando su último día y la

    selló con su muerte. Las circunstancias dramáticas en las que esta

    obra fue escrita-exilio, encarcelamiento, espera de la muerte,-se

    reflejan en esta obra autobiográfica y le dan este carácter especial de

    sinceridad que golpea.”5

    Junto con sus estudios y trabajos filosóficos, Boecio no se alejó de la

    vida política, y de hecho llevó a plenitud en la vida práctica la

    contemplación académica. Durante el reinado de Teodorico, Boecio se

    distinguió por su devoción a los preceptos filosóficos no sólo en las

    palabras, sino también en los actos., y su pasión por la justicia y la

    represión de la corrupción le valieron el odio por parte de los

    cortesanos corruptos, o Palatinae canes, perros del palacio, como Boecio

    los llamó. Desde 510 o 511 Boecio se opuso al prefecto del pretorio,

    Faustus Niger, y en los años que siguieron fue un ferviente defensor de

    la autoridad del senado y de la fe ortodoxa en oposición a la herejía

    arriana que Teodorico y muchos de sus cortesanos seguían. Estas 5 PAPATHOMOPOULOS. M, De consolatione philosophiae, BOECIO, Trad. De Máximo

    Planudes, (1999) p. XXVII.

  • 28

    rencillas palaciegas que crecían fueron seguramente el comienzo del

    fin de la brillante carrera política y filosófica de Boecio junto con su

    vida.

    En 523, Boecio se interpuse en favor del cónsul Albinus, que había sido

    acusado de crimen de majestad. Por esta defensa, Boecio fue

    encontrado sospechoso de conjuración contra Teodorico y de cometer

    magia.6 Fue encarcelado en la región de Pavía, una de las tres capitales

    de Teodorico, y luego de dos o tres años de reclusión, en 524 o 525 fue

    condenado por un tribunal quinquiral, compuesto de cinco senadores,

    en cuyo juicio Boecio no tuvo derecho a comparecer. Fue torturado de

    manera inhumana y finalmente decapitado.

    Boecio aparece en el martirologio romano como S. Severinus Boethius7

    y recibe culto en la diócesis de Pavía desde 1883 por decreto del Papa

    León XIII. Su fiesta se celebra el 23 de octubre y sus restos descansan

    en Pavía, al norte de Italia, en la basílica de San Pietro in Ciel d’oro, a

    poca distancia del lugar donde reposa el cuerpo de San Agustín,

    obispo de Hipona.

    La vida y la obra de Anicio Manlio Torcuato Severino Boecio pueden

    ser consideradas como una existencia coherente de la vida de

    contemplación y la vida práctica. Hombre de estudio, de letras y de

    familia, su vida puede ser vista como un ejemplo de claridad, rigor

    académico y equilibrio entre la vida privada y la práctica, atributos que

    6 Cfr. ROUSSEAU. P, “The death of Boethius: the charge of maleficium” in Studi Medievali,

    3era serie, 20, 1979, p.871-889. 7 Este lugar dentro del martirologio romano se puede comprobar en

    http://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_academies/cult-

    martyrum/martiri/009.html#ottobre consultado el 21 de mayo de 2014, 8:58 p.m. El texto

    en italiano sobre Boecio dice: “A Pavia in Lombardia, ricordo di S. Severino Boezio,

    martire, che, illustre per la dottrina e gli scritti, rinchiuso in carcere scrisse il trattato Sulla

    consolazione della filosofia, rimanendo fedele a Dio sino alla morte inflittagli dal re

    Teodorico.”

    http://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_academies/cult-martyrum/martiri/009.html#ottobrehttp://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_academies/cult-martyrum/martiri/009.html#ottobre

  • 29

    pueden ser una gran cura, y una gran consolación para los cotidianos

    problemas de nuestra acelerada vida contemporánea.

    B) El ámbito de la experiencia humana y la personificación de Filosofía

    Parece que la Consolación está escrita por un estoico que se prepara a

    aceptar su destino más que por un cristiano que se prepara a morir.

    Más que en la escuela o en la religión de Boecio debemos fijarnos en su

    humanidad: el autor encara valientemente su muerte con todas las

    herramientas adquiridas en vida. Es aquí cuando aparece la Filosofía

    en medio de la oscura celda. ¿A qué ha venido?

    Recordemos que Boecio desea encontrar el sentido del sufrimiento

    desde la experiencia humana completa. Filosofía ayuda en esta tarea,

    pero toca a Bocio apropiarse y señorear la situación. Vemos entonces

    que Filosofía representa el intelecto racional que pretende entender las

    causas de las cosas, y averiguar si la causa del sufrimiento es superior

    o si hay un bien que supere al sufrimiento en modo causal:

    La Filosofía provee refuerzo intelectual e iluminación, descanso y

    frescura, una manera de visualizar el mundo natural más allá de la

    celda, revelaciones de material inaccesible a la sola razón y

    diferentes voces genéricas para Boecio y la Filosofía.8

    Boecio se propone reflexionar acerca de sus pesares, pero no procede

    de manera estrictamente silogística, pues para alegrarse un poco, hace

    uso de los metros latinos. Como cualquier hombre, Boecio fue hijo de

    su tiempo. Alaba a Virgilio y el estilo de las diatribas cínicas menipeas

    y sigue el estilo del diálogo platónico y ciceroniano, pues la Consolación 8 SHANZER, Danuta “Interpreting the Consolation” in Cambridge Companion to Boethius,

    compiled by MARENBON John, CUP, Cambridge, UK, 2009, pp. 283

    “Philosophy provides intellectual reinforcement and illustration, rest and refreshment, a

    way of visualizing the natural world beyond the cell, revelations of material inaccessible to

    reason alone and different generic voices for Boethius and Philosophy.”

  • 30

    es también un ejercicio pedagógico donde Filosofía lo induce a la

    introspección.

    Notemos que la personificación de Filosofía surge de la experiencia

    humana. Boecio habla de “una mujer de venerable rostro y ojos

    vivos”9, no de una aparición celestial o fantasmagórica.10.

    La dama no viene a salvarlo sobrenaturalmente, sino humanamente,

    pues ha quedado claro que llega a Boecio como una mujer común,

    aunque después se ve que puede alcanzar desde la talla de los hombres

    las alturas del cielo11 Filosofía no es una diosa, sino una personificación

    del intento humano por alcanzar lo divino.

    Un Crítico, J. Relihan, apunta que la Filosofía no saca a Boecio de la

    celda volando, por tanto, su visita es un fracaso. Ante esta crítica

    podemos responder que Filosofía no es un deus ex machina, pues no es

    su misión salvar divinamente, sino al modo humano, esto es:

    preparando con razón y poesía a todo el compuesto humano para la

    apropiación suprema de su naturaleza en la búsqueda de lo divino. 12

    La filosofía también aparece como un modo de amor humano que

    alcanza su optimación en la persecución de Dios. La filosofía es, en

    cierto modo, mediadora entre Dios y el hombre, aunque su origen,

    9 BOECIO, Consolatio Philosophiae, en el compendio de J.P Migne Patrología Latina, 9MPL63, Cons. I. p.1, 1-5

    “mihi supra uerticem uisa est mulier reuerendi admodum uultus, oculis ardentibus et

    ultra commumem hominum ualentiam perspicacibus”

    La consolación de la Filosofía, L. I, Prosa I, trad. De Esteban M. de Villegas y Fray Manuel de

    Aguayo, Ed. CONACULTA, Col. Cien del mundo, México,(1989), pp. 77 10 BOECIO, Consolación de la filosofía, Trad. Pablo Masa, Ed. Aguiar, Buenos Aires,

    (1955)Cons .De Villegas (1989) 1, p.1,2-3 11 Cfr. Cons. Planoudes 1, p.1, 5-7 statura discretionis ambiguae. nam nunc quidem ad

    communem sese hominum mensuram cohibebat,nunc uero pulsare caelum summi uerticis

    cacumine uidebatur. 12 SHANZER, Op. Cit. (2009) pp. 285

  • 31

    como el de la Consolación, es un esfuerzo humano. Sólo hay una breve

    allusion a la gracia divina. “En vez de ello la Consolación mayormente

    enfatiza la auto-ayuda, poniendo el acento en uno mismo.”13

    Entonces, ¿Boecio no compromete su cristianismo, propuesto en los

    Opuscula Sacra, al enfocarse en el trabajo humano más que en el divino?

    Boecio no abandona el cristianismo, y el hecho de que no aparezca en

    la Consolación puede atribuirse a la intención de que el ejercicio

    especulativo que pretende dar paz sea una terapia de origen humano

    con destino en lo divino.

    El cristianismo plantea el camino inverso, donde Dios se hace hombre

    y de este modo trae la salvación. No parece que Boecio relegue su

    cristianismo, sino que da más importancia al ejercicio humano de

    terapia. La filosofía es una terapia para el alma del hombre cercano a la

    muerte.

    C) El cristianismo en la Consolación

    ¿Se puede decir, sin más, que Boecio se olvida de sus principios

    cristianos y se acoge solo a la filosofía para recibir su muerte? O ¿Es

    que hay una prevalencia de la razón sobre la fe? Si planteamos las

    posibles soluciones al problema tendremos que, o hay una omisión de

    la doctrina cristiana en la obra en favor del mérito humano de la

    filosofía; o bien, los principios cristianos permean la obra de una

    manera discreta pero en sincretismo con aquellos de la filosofía clásica.

    Si los principios cristianos son omitidos en favor de la filosofía clásica,

    entonces la introducción del problema de la oposición de la libertad y

    la Providencia (por mencionar algunos de varios) tiene poco sentido.

    Parece que esto pasa así porque un pensador no cristiano habría

    13 SHANZER, Op. Cit. (2009) pp. 242 “There is only one brief allusion to divine grace.

    Instead the Consolation mostly emphasizes self-help, making the ascent on one’s own.”

  • 32

    resuelto el problema sin mayor dificultad recurriendo a una solución

    más enfocada en lo físico que en lo antropológico. 14 Por otra parte, si

    los principios cristianos son sintetizados con la cultura de la filosofía

    clásica se pueden resolver armoniosamente, entre doctrina revelada y

    razón natural, los problemas de matriz cristiana, de los que la

    oposición libertad-providencia considero un ejemplo.

    La argumentación dada en el libro IV de la Consolación en torno a la

    relación de la providencia y la libertad es una brillante muestra del uso

    del razonamiento antiguo aplicado a la resolución de un problema de

    matriz teológica cristiana. Por tanto, podemos decir que Boecio toma

    en cuenta los principios cristianos para resolver el mencionado

    problema ayudándose de herramientas clásicas. Se podría decir que

    Platón y los estoicos también hablaron de la providencia y la

    confrontaron con la libertad, y es verdad: el problema se trató, pero no

    desde el punto de vista ni con los mismos instrumentos que los que

    usa Boecio.

    Acerca de esta relación con los clásicos, algunos autores dicen que “La

    Consolación es una obra escrita por un platonista que es también un

    cristiano, pero no es un trabajo cristiano.”15 La Consolación no es una

    obra abiertamente Cristiana: el nombre de Cristo no aparece ni se habla

    del testimonio apostólico, etc. Sin embargo, la obra trata de problemas

    que el cristianismo estudia profundamente. Más bien, Boecio

    14 Creo que este problema es de corte cristiano aunque ya fuese tratado en la antigüedad.

    Pues en el cristianismo Dios es persona y ¿qué implicaciones morales hay si una persona

    óptima fuerza la libertad de otra? Hay que dar soluciones más complejas que una mera

    remisión a una Providencia fría. El cristianismo armoniza entre antropología y metafísica

    porque Dios se hace hombre en Cristo. 15 SHANZER, Op. Cit. (2009) pp. 241 “The Consolation is a work written by a Platonist

    who is also a Christian, but is not a Christian work”

  • 33

    neutraliza las terminologías cristianas en la obra con el fin de enfocarse

    en el ejercicio humano de la búsqueda de la dicha en lo divino:

    Lo que encontramos si hacemos estos responsablemente es que

    Boecio neutraliza o reposiciona o desconoce o rechaza

    explícitamente el lenguaje cristiano, como “creador”, usa

    fuentes cristianas y deliberadamente juega a lo que Jacques

    Fontaine llama “doble transparencia”. Los momentos en que

    advierte tópicos teológicos importantes (martirio, ascetismo,

    oración suplicatoria, infierno y purgatorio, exiben, a lo más, una

    paráfrasis sincrética. 16

    I.2 El trasfondo moral del a discusión cosmológica

    A) El fin de la filosofía en la Consolación

    Desde el comienzo de la obra, la misión de la filosofía es clara: viene a

    consolar y a iluminar a un desgraciado.

    “¡Oh maestra de las virtudes!, ¿Para qué, dejando tu alta morada has

    bajado a estas soledades de mi destierro? ¿Acaso vienes tú también

    como rea a ser vejada conmigo por falsas acusaciones? A lo cual, ella

    respondió: ¿Pues habíate yo de desamparar, hijo mío, ni dejar de

    tener parte en la carga que sufres por la envidia de mi nombre, sin

    hacerme partícipe en el trabajo? Claro está que no era hecho de la

    filosofía dejar ir solo al inocente en el viaje, porque temiera yo mi

    propia represión y como de cosa nunca sucedida me asombraría” 17

    16 SHANZER, Op. Cit. (2009) pp. 241 What we find if we do this responsibly, is that he

    neutralizes either “repossesses” or is unaware, avoids explicitly Christian language, such

    as creator, uses Christian sources and deliberate plays with what Jacques Fountaine calls

    “double transparence”. The moments at which he adverts to various important theological

    topics (martyrdom, ascetism, supplicatory prayer, hell and purgatory) exhibit at best

    syncretisctic paraphrase 17 Cons. 1, p. 3, 4-10 (1955) MPL63 Cons. I. p. 3, 7-12 o omnium magistra uirtutum, supero cardine delapsa uenisti? an ut tu quoque me cum rea

    falsis criminationibus agiteris? -- an, inquit illa, te, alumne, desererem nec sarcinam quam

  • 34

    La Filosofía, insistimos, se presenta como personificación del esfuerzo

    humano por comprender el mundo y su fin no está en lo puramente

    especulativo sin más, sino en hacer de lo especulativo el estado de

    optimación humana. Según Ramón Xirau en la Consolación el medio de

    la comprensión es la razón, mientras que en los Opúscula Sacra lo es la

    fe. 18

    Siguiendo esta línea encontramos que la razón es también árbitro de

    las pasiones. En la cárcel, Boecio se encuentra pesaroso y airado con

    sus acusadores. Filosofía lo ayuda a templar sus pasiones y a

    gobernarlas. Veamos este papel gobernante de la filosofía en el texto

    base. Boecio está argumentando hacia su favor sobre los particulares

    problemas políticos de los que fue víctima. Pero Filosofía lo invita a

    calmarse y a considerar la situación con más objetividad:

    Y finalmente, el sentimiento se encendió contra la fortuna, y tú te

    quejaste de que los premios no respondían a los merecimientos y a

    los finales de tu airada musa pediste encarecidamente que la paz que

    modera el cielo, gobernase también las tierras.

    Pero porque te ha cercado un gran ejército de pasiones y de dolor, ira

    tristeza te traen muy dividido en partes, como al presente está muy

    mental, por eso no le pertenecen ahora remedios muy fuertes. Por lo

    cual usaremos de algunos más ligeros de aquí a un poco, para que al

    que endurecieron con grandes turbaciones, con tacto suave le

    enternezcan disponiéndole a que pueda recibir después la aspereza

    de medicamento más riguroso.19

    mei nominis inuidia sustulisti communicato te cum labore partirer? atqui Philosophiae fas

    non erat incomitatum relinquere iter innocentis. meam scilicet criminationem uererer et

    quasi nouum aliquid accideret perhorrescerem? 18 Cons. (1989) Introducción de Ramon XIRAU p.10

    19 Cons. I, p. V, 43-48 (1955)

  • 35

    Vemos que Filosofía intenta regular las pasiones desde una

    armonización propia de la naturaleza del hombre, esto es limitada y

    capaza de ser moldeada. También se habla de remedios y

    medicamentos, con esto pensamos que la tarea de Filosofía es

    optimizar al hombre armoniosamente en sus componentes. La razón

    impera en la armonía, sin que se desnaturalicen las facultades

    humanas. No aniquila las pasiones ni los instintos, sino que los

    gobierna, a fin de llevar al hombre a su estado óptimo con la justa

    medida y la prudencia.

    Acerca de este estado óptimo Filosofía dice algo interesante, pues

    prepara a Boecio para recibir el gran remedio, el “medicamento más

    riguroso” que no es otra cosa que la bienaventuranza en Dios. Vemos a

    Boecio tranquilo en medio de sus tribulaciones, pues dice a Filosofía

    que no era necesario acogerse a refugio de infames espíritus, “porque

    tú me guiabas para una gran excelencia, que es hacerme a Dios muy

    semejante” 20

    Es así que Boecio postula que la semejanza humana a Dios en la

    capacidad de gobernar conforme a un fin óptimo. Así como Dios guía

    todas las cosas a su optimación por medio de su providencia, así los

    hombres se gobiernan a sí mismos para alacanzar la bienaventuranza

    MPL63 I, p. V, 33s.

    postremus aduersum fortunam dolor incanduit conquestusque non aequa meritis

    praemia pensari in extremo Musae saeuientis, uti quae caelum terras quoque pax

    regeret, uota posuisti. sed quoniam plurimus tibi affectuum tumultus incubuit

    diuersumque te dolor ira maeror distrahunt, uti nunc mentis es, nondum te

    ualidiora remedia contingunt. itaque lenioribus paulisper utemur, ut quae in

    tumorem perturbationibus influentibus induruerunt ad acrioris uim medicaminis

    recipiendam tactu blandiore mollescant. 20

    Cons. I, p. IV, 167-169 (prgr. No. 39) (1955)

  • 36

    en Dios. Ya que si Él es el principio del orden mundano, la felicidad

    debe hacer referencia al principio supremo y salvador. 21

    En suma, la filosofía es un acercamiento a Dios, pues surge de un tipo

    de deseo para encontrar la dicha en la contemplación de la bondad de

    Dios. También lo es porque con la filosofía se reconoce el principio

    supremo de Dicha que es Dios. Por tanto, la filosofía es un tipo de

    amor que reconoce la benevolente caridad divina.

    B) Al encuentro de la Providencia

    Una vez que se ha aclarado el fin de la filosofía, Boecio procede

    racionalmente sobre su situación, y con esto me refiero a que busca las

    causas de su prisión y la injusticia de la misma. Este ejercicio es hecho

    con el fin de dejar tranquilo el espíritu, sabiendo que es posible la

    posesión del bien en medio de la calamidad.

    Es aquí cuando Boecio se plantea una de las preguntas clásicas de la

    cultura filosófica: Si Dios existe, y es Sumo Bien, ¿de dónde proviene el

    mal? Esta inquietud la expresa el filósofo en el metro V del libro I,

    donde graciosamente trata sobre el orden del mundo y su origen en

    Dios. Notemos la atención que presta al orden de las esferas celestes:

    “¡Creador del firmamento estrellado! ¡Tú, que sentado en eterno trono

    haces girar el cielo en vertiginosas revoluciones y obligas a los astros a

    obedecer tus leyes!”22

    Vemos que, de principio, Boecio acepta el señorío metafísico de Dios

    sobre el mundo, pues el orden observado lo remite a un principio

    21 MARENBON, John, Boethius, Col. Great medieval thinkers, Oxford University Press,

    New York, (2003), pp. 101. 22 Cons. I, m. 6, 1 ss. (1955)

    MPL63, Cons. I. m. V, 1 ss. o stelliferi conditor orbis,/qui perpetuo nixus solio/

    rapido caelum turbine uersas/ legemque pati sidera cogis,

  • 37

    autónomo y divino. Posteriormente, se reafirma con claridad la

    creencia boeciana en la acción de Dios en el mundo. Cuando Filosofía

    pregunta a Boecio sobre el tema la respuesta es contundente:

    ¿Por ventura piensas que este mundo se rige por sucesos temerarios

    y sin orden, o crees que hay razón que lo gobierne? Yo repliqué: en

    ninguna manera he presumido que intervenga caso temerario en el

    movimiento de cosas tan bien concertadas, Antes sé que de cierto

    que a esta obra preside un Dios que es su fabricador. Ni habrá día

    que me pueda apartar de la verdad de este parecer23

    Es decir, el mundo no se explica por sí mismo, por tanto hay que

    recurrir a un principio que lo explique y que esté presente en el

    mundo pero que sea el mundo. Sobre la creación trataremos en uno de

    los capítulos siguientes como tema central. Boecio indica que el

    principio de las cosas también es su fin, dada su perfección. Pues Dios,

    como hacedor, las ha creado con el fin de que estén en él, ya que no

    hay nada más perfecto ni otro creador que Dios.

    Así, se prueba desde una argumentación naturalista que Dios es el

    Sumo Bien que compete al orden moral. Debemos dejar en claro que la

    discusión moral es posterior a los argumentos naturalistas dado en

    libro I.

    Dice la Filosofía: ¿y sabes también de qué parte traigan todas las

    cosas su origen? Conozco -dije- que es de Dios, (a lo que Filosofía

    23 Cons. 1, p.6 1-10 ss (1955)

    MPL63 Cons. I. p. 6, 1-10 ss.

    tum illa: huncine, inquit, mundum temerariis agi fortuitisque casibus putas an ullum

    credis ei regimen inesse rationis? -- atqui, inquam, nullo existimauerim modo ut fortuita

    temeritate tam certa moueantur, uerum operi suo conditorem praesidere deum scio nec

    umquam fuerit dies qui me ab hac sententiae ueritate depellat.

  • 38

    responde) ¿Pues en qué va, que sabiendo quién es el principio de

    las cosas, ignora cuál sea el fin de ellas?24

    Boecio ancla su discurso sobre la providencia mencionando que es

    necesario remitirse a un primer principio que origine y explique el

    mundo. Ese principio, al ser autónomo, es perfecto y por tanto bueno

    en grado sumo, pues origina todas las cosas y por su bondad perfecta

    las lleva a su bien.

    C) De la Providencia al sumo bien en el ámbito moral

    Dios es el principio y es lo óptimo que optimiza a todas las cosas. Pero,

    ¿Cómo se puede postular que Dios es bueno a la vez que es principio?

    Todo esto hay que dilucidarlo en el marco moral que es un preámbulo

    a la discusión por la eternidad del mundo.

    Parece que esto se soluciona revisando la jerarquía de las cosas del

    mundo. Es decir, vemos que hay mal, e incluso los malos llegan a

    gobernar sobre los buenos. Pero, en general, también vemos que los

    viciosos no logran apropiarse de su naturaleza y sin virtud dejan de

    ser lo que son. Si no, piénsese en el borracho empedernido que, por su

    vicio pierde su capacidad racional y puede llegar a morir.

    Al respecto, Boecio dice que “El ser es una cosa que tiene orden y

    guarda su naturaleza, y lo que falta de aquí pierde también el ser que

    naturalmente en sí tiene” Luego, si el mal es desorden y no conserva

    en el ser, Dios no puede ser malo, pues es el principio soberano que a

    ser a todas las cosas. El no ser no puede nada, y el mal, que es una

    degradación hacia el no ser, no es tan poderoso como el bien. Luego el

    24 Cons. 1, p.6, 30 ss. (1955)

    Cons. DE VILLEGAS, 1, p.6,28- 32

    MPL63 Cons. I. p. 6, 21 ss.

    atqui scis unde cuncta processerint. -- noui , inquam, deumque esse respondi. -- et qui fieri

    potest ut principio cognito quis sit rerum finis ignores?24

  • 39

    bien pleno es muy fuerte porque se identifica con Dios, que es el

    principio del ser. Es aquí que Boecio dice que “No hay cosa más

    poderosa que el Sumo Bien”

    D) La libertad y la Providencia

    En el último libro de la Consolación, Boecio se plantea una pregunta

    con cuya respuesta corona toda la obra: Si Dios es eterno, entonces ha

    visto desde un lugar privilegiado las acciones humanas que se dan en

    el tiempo. Ahora bien, si Dios las ha visto y sabe cómo serán, ¿existe la

    libertad humana?

    En esta pregunta Boecio retoma la discusión antigua sobre la existencia

    de la libertad y la enriquece con algunos argumentos que han dado

    Padres de la Iglesia como San Agustín. Boecio mismo hace unos

    planteamientos muy originales y será considerado como una autoridad

    por la tradición escolástica latina en torno a este tema.

    No es coincidencia que toda la obra termine con esta pregunta que

    busca la relación entre la Providencia divina y la libertad humana. La

    intención es mostrar que la libertad es defendible aún dentro del marco

    que implica a un Dios providente. Boecio fundamenta su

    argumentación en la revisión del orden causal de la realidad.

    Hay que distinguir entre las cosas que tienen causas necesarias y las

    que tienen causas contingentes. Por ejemplo, si al mismo tiempo en la

    mañana vemos que el sol sale y que un hombre camina, sabremos que

    el movimiento del sol es necesario y depende de leyes cósmicas,

    mientras que el caminar del hombre es una realidad contingente,

    puesto que no tiene el mismo modo de ser que algo necesario, es decir,

    lo contingente puede ser de otra manera.25 Además, del conocimiento

    25 Cfr. Cons. V, p. 6, 120-145 (1955)

    MPL63 Cons. V. p. 6, 20 ss.

  • 40

    necesario de una acción contingente, como cuando vemos que un

    hombre camina, no se sigue una determinación en el actuar, puesto

    que la acción contingente puede cambiar según su propia causalidad.

    Por ejemplo, si sabemos necesariamente que el hombre va caminando

    pues lo hemos visto caminar un trecho, no seremos capaces de prever

    si decidirá cambiar de dirección de modo repentino. El principio de

    acción está en el sujeto, incluso si es contingente, y si bien, podemos

    conocer con cierto grado de certeza sus acciones, no las podremos

    determinar en un modo completo. Es así que el cambio depende del

    propio sujeto y no de quien lo ve, pues el sujeto es causa próxima que

    explica sus acciones.

    Algo semejante pasa entre la Providencia y la libertad de los hombres.

    Dios, en su eternidad ve las acciones que los hombres tendrán, pues

    está fuera del tiempo y es un espectador privilegiado. Ahora bien, si

    Dios ha visto las acciones contingentes de los hombres eso no lo hace la

    causa próxima de las mismas, sino que conviene explicarlas desde la

    acción del agente racional humano. Así, Dios sabe necesariamente las

    cosas que no pueden ser de otra manera, y también sabe

    necesariamente las cosas que pueden ser de otra manera. Pero, ¿ha

    visto Dios todas las posibilidades que una entidad contingente puede

    tomar? Boecio dice que no, que Dios, en su eternidad y por la

    perfección de su vida intelectual ha visto de un modo cierto lo que

    pasará con las cosas contingentes, pero esta preciencia no se opone a la

    libertad propia de los hombres. No hay tal oposición entre libertad y

    preciencia (que no es lo mismo que la Providencia), puesto que la

    libertad es la causa próxima del movimiento de los hombres, mientras

    que la preciencia no causa nada propiamente en los hombres, sino que

    sólo es el conocimiento perfecto que Dios tiene.

  • 41

    Por eso dice Boecio así: ”Ahora bien, Dios ve simultáneamente

    presentes los futuros libres; los cuales, por consiguiente, con relación a

    la mirada divina son necesarios, por ser conocidos por la ciencia de

    Dios; pero considerados en sí mismos, no pierden el carácter de libres,

    propio de su naturaleza.”26

    Con esta breve revisión nos podemos dar cuenta de que Boecio da una

    argumentación que pretende mantener a la libertad como uno de los

    principios de la acción humana, pero sin desnaturalizarlo lo liga con lo

    absoluto de la Providencia divina en tanto a que ella no implica sólo el

    conocimiento que Dios tiene de las cosas, sino el cuidado por el que

    todas las cosas tienden a su optimación. Por eso Dios, en su

    Providencia, “ve por” las criaturas y porque alcancen su optimación.

    De este modo, la Providencia y la libertad pueden coexistir, en tanto

    que la libertad es la causa próxima de la operación humana, y en tanto

    que la Providencia es el cuidado que Dios tiene de que todas las cosas

    lleguen a ser óptimas. La libertad no le da por sí misma al hombre su

    perfeccionamiento en lo moral y en la aproximación al Sumo Bien, cosa

    que sí puede dar la Providencia, pues ella guía hacia el Bien Supremo y

    asume la libertad.

    26 Cons. V, p. 6, 153-156 (1955)

    MPL63 Cons. V. p. 6, 21 ss.

    eodem igitur modo, si quid prouidentia praesens uidet, id esse necesse est tametsi nullam

    naturae habeat necessitatem. atqui deus ea futura quae ex arbitrii libertate proueniunt

    praesentia contuetur; haec igitur ad intuitum relata diuinum necessaria fiunt per

    condicionem diuinae notionis, per se uero considerata ab absoluta naturae suae libertate

    non desinunt.

  • 42

    E) ¿En qué aprovecha a la vida práctica la diferencia entre eternidad y

    perpetuidad?

    ¿En qué sentido aprovecha tratar sobre la perpetuidad del mundo en

    función del fin moral que tiene la Consolación? En los apartados

    anteriores hemos visto que Boecio piensa que el fin de la filosofía (y de

    su personificación en la obra) es hacer al hombre óptimo, de modo que

    sea semejante a Dios.

    Hemos visto que Boecio propone que el Sumo Bien es Dios, y que la

    bienaventuranza se encuentra en la posesión de este Sumo Bien. Pero

    Dios también es principio y ordenador, y tiene un señorío o principado

    metafísico (en el orden del ser, esto es) sobre el mundo. Ahora bien, si

    Dios es el Bien Sumo, su entidad es perfecta y eterna, como Boecio

    afirmará en otro lugar de la obra.27

    Si la bienaventuranza recae en la posesión del Sumo Bien, entonces,

    como él, también la bienaventuranza debe implicar una vida

    interminable que se asemeje a la del Sumo Bien que es Dios.

    Parece, entonces, que el saber sobre la eternidad de Dios aprovecha en

    el sentido en que con ella se puede reconocer que (1) Dios tiene un

    señorío metafísico sobre el mundo debido a que es principio y Sumo

    Bien, y (2) porque da cierta luz sobre la existencia ilimitada de la

    bienaventuranza en la posesión del Sumo Bien.

    Por otra parte, la distinción, que tendremos oportunidad de estudiar,

    entre eternidad de Dios y perpetuidad del mundo aprovecha en el

    ámbito moral al apoyar la argumentación en virtud de la cual se dice

    que Dios y el mundo no son lo mismo. Saber, por la diferencia entre

    27

    Cons. V, p. 6, 73-75 (1955)

    MPL63 Cons. V. p. 6, 58-60 itaque si digna rebus nomina uelimus imponere, Platonem

    sequentes deum quidem aeternum, mundum uero dicamus esse perpetuum.

  • 43

    eternidad y perpetuidad, que Dios y el mundo no son lo mismo puede

    ayudar a reconocer a Dios como Sumo Bien. Y si se tiene en claro cuál

    es el Sumo Bien que se persigue, entonces son más claras las metas y

    medios de la vida práctica.

    Recapitulación:

    a) La función de la filosofía para Boecio es mostrar al hombre cuál

    es el Sumo Bien en virtud del cual puede tener la

    bienaventuranza como el mejor tipo de plenitud posible. La

    bienaventuranza consiste en hacerse semejante a Dios en función

    de una participación en la plenitud.

    b) No hay oposición entre libertad y Providencia, puesto que la

    libertad es la causa próxima del movimiento de los hombres,

    mientras que la preciencia no causa nada propiamente en los

    hombres, sino que sólo es el conocimiento perfecto que Dios

    tiene.

    c) La distinción entre eternidad divina y perpetuidad mundana

    aprovecha en el ámbito moral porque con ella podemos saber

    que Dios y el mundo no son lo mismo. Saber esto puede ayudar a

    reconocer a Dios como Sumo Bien. Y si se tiene en claro cuál es el

    Sumo Bien que se persigue, entonces son más claras las metas y

    medios de la vida práctica.

    d) Dentro del ámbito dialéctico, Boecio propone 3 tipos de

    argumento y un pseudo argumento. El primero (1) trata sobre lo

    fácilmente verosímil y lo no necesario. Éste sólo está aquí en

    función de encontrar un método para discutir sobre la verdad,

    pues propiamente pertenece al orden de lo demostrativo según

    su necesidad. El segundo versa sobre lo fácilmente verosímil y no

    necesario. El tercero versa sobre lo no fácilmente verosímil y lo

    necesario. El tercero, debido a su necesidad, entra también en el

  • 44

    orden de lo demostrativo. El segundo es propiamente el

    argumento dialéctico, pues versa de las cosas que no son

    necesarias.

    e) No hay una prueba suficiente para decir que, de modo necesario,

    el mundo tiene una vida interminable en el sentido de ser

    perpetuo, pues (a) de tener el mundo una vida interminable,

    nadie ha estado en todo esa extensión de su existencia para

    acreditar tal vida. (b) No se tiene la certeza de que alguien estará

    presente en el momento en el que la vida del mundo finalizará si

    es que su vida terminará. (c) No está comprobado por las ciencias

    particulares, ni las del tiempo de Boecio ni las nuestras, si la vida

    del cosmos es interminable, de ello no tenemos información

    empírica que justifique tal propuesta. Y en un contexto teológico

    (d) si el mundo depende de Dios y de su voluntad en última

    instancia, no se tiene la seguridad de que Dios quiera continuar

    sustentando la vida del mundo.

    f) El argumento sobre la vida perpetua del mundo en la Consolación

    es dialéctico, pues concuerda con lo que Boecio propone sobre

    este tipo de argumento en el De topicis differenttis, ya que es

    fácilmente verosímil proponer la vida perpetua del mundo, como

    muchos filósofos en la antigüedad lo hicieron, y no trata a la

    perpetuidad como un atributo no necesario, puesto que no hay

    pruebas suficientes para aclarar que tal vida sea necesariamente

    perpetua.

  • 45

    Capítulo II El lugar de la discusión sobre la perpetuidad del mundo

    en la lógica de Boecio

    Introducción

    La discusión acerca de la eternidad o la perpetuidad del mundo ha

    estado presente desde la antigüedad clásica entre los académicos. Un

    gran avance se da en esta discusión cuando los métodos de

    investigación argumentativa se perfeccionan. Desde el momento en

    que hay una mayor exactitud sobre los modos de argumentar y sobre

    las maneras de generar diversos estados subjetivos como la certeza, la

    credibilidad, la persuasión, etc. La búsqueda del mejor método para

    encontrar argumentos fue sistematizada por primera vez en los Tópicos

    de Aristóteles. Boecio retoma esta tradición sobre la mejor forma de

    hacer una teoría de la argumentación y nos basaremos en una de sus

    obras sobre esto para aclarar cuál es el lugar que ocupa la discusión

    sobre la perpetuidad del mundo en su propuesta lógica.

    Sabemos que Boecio redactó un comentario a los Tópicos de Aristóteles,

    pero esta obra está perdida y sólo la conocemos por referencias

    indirectas. Sobrevive un tratado acerca de los tópicos en el que Boecio

    expone sus propias ideas sobre la forma de encontrar un argumento y

    también discute algunas propuestas dadas por Temistio y Cicerón

    acerca del tema. El texto al que nos referimos es el De Topicis

    Differenttis, o De las diferencias de los Tópicos. Este es un tratado

    compuesto por cuatro libros, en los cuáles Boecio explica qué es un

    tópico y cómo, por medio de ellos, se puede encontrar una forma

    correcta de generar un argumento. En este texto Boecio sigue de cerca

    la tradición aristotélica que pretende conocer cuáles son los tipos de

    argumento que generan mayor acercamiento a la verdad. También

    menciona, como es común en los autores medievales de diversas

    tradiciones, cuáles son las disciplinas a las que les corresponde cada

  • 46

    tipo de argumento. Boecio menciona que hay cuatro tipos de

    disciplinas que están bajo una ciencia del discurso: “Toda la ciencia del

    discurso está situada bajo cuatro disciplinas y artesanos, como si fuera,

    de estas disciplinas, a saber: el dialéctico, el orador, el filósofo y el

    sofista.”28 Revisemos brevemente cómo se atribuye diferentes tipos de

    argumento a estas disciplinas para saber qué es la dialéctica y cómo es

    el tipo de argumento que usa.

    II.1 Los tipos de argumentos en el De Topicis differenttis

    Boecio define el argumento así: “el argumento es una razón que

    produce fe sobre una cuestión dudosa.”29 Esta es una definición que ha

    pasado a la tradición medieval como un fundamento de autoridad

    clara. En el Tractatus de Pedro Hispano encontramos esta misma

    definición sobre el argumento y esto es muestra de la fama explicativa

    de Boecio. Una vez que ha dado la definición, Boecio procede a decir

    cuántos tipos de argumentos hay según el grado de credibilidad que

    generan. De este modo propone que “de todos los argumentos,

    algunos son plausibles30 (probabilia) y necesarios, otros; plausibles y no

    necesarios, otros; necesarios pero no plausibles, y otros ni plausibles ni

    necesarios.”31 Hay que tomar en cuenta lo que Boecio entiende por

    “plausible” y por “necesario” para tener una mejor comprensión de los

    tipos de argumento que propone. Algo es “plausible” cuando parece

    verdadero a todos, o a la mayoría, o a los sabios, y entre los sabios, ya

    28 BOECIO, De Topicis Differenttis, I, (1181D) p.41 15-18, Trad. Eleanore STUMP, Cornell

    University Press, Nueva York, (1989). 29 De Top. Diff. I, (1180C 6-7) p.39 18-19. 30

    La traducción de Stump (Ver nota siguiente) traduce probabilia por “readily

    believable”. Podríamos traducir esto por argumentos “ fácilmente verosímiles”,

    pero hemos decidido usar “plausibles” siguiendo la tradición aristotélica. 31 De. Top. Diff. I, (1180C 6-7) p.39 24-27. Of all arguments, some are readily believable

    (probabilia) and necessary, some readily believable and not necessary, some necessary, but

    not readily believable, and some neither readily believable nor necessary.

  • 47

    sea a todos, a la mayoría o a los más famosos y distinguidos.”32 Por

    otra parte, algo es necesario, ”si es como se dice ser y no puede ser de

    otra manera.”33 En los siguientes pasajes Boecio se detiene en cada una

    de las combinaciones que ha dado y propone un ejemplo para ilustrar

    mejor el tipo de argumento al que se refiere. Aquí exponemos la

    clasificación de los tipos de argumentos34:

    Cuadro No.1 Los tipos de argumento por la combinación

    No. Verosimilitud Necesidad Qué es Ejemplo

    1 Plausibles Son necesarios Arg. Demostrativos

    por principios,

    entendidos por todos.

    Si algo se añade a

    algo el todo será

    mayor.

    2 Plausibles No necesarios Arg. dialécticos.35** La

    mente las acepta pero

    no contienen una

    verdad necesaria.

    Si ella es madre,

    entonces ama a su

    hijo.

    3 No plausibles Son necesarios Arg. demostrativos no

    a todos evidentes.

    Deben ser como se

    dice, pero no todo

    oyente las acepta

    Un eclipse de sol

    ocurre porque se

    interpone la luna

    4 No plausibles No necesarios No son argumentos,

    pero pueden tener su

    forma.

    Diógenes tiene

    cuernos, porque

    todos tienen lo

    que nunca perdió

    él.

    32 De. Top. Diff. I, (1180C 16-18) p.39 28-30. Something is readily believable if it seems true

    to everyone or to most people or the wise-and of the wise, either to all of them or most of

    them or those most famous and distinguished- (…) Notemos la influencia aristotélica cuya

    referencia es Tópicos I, 1 100b23-26, pues aquí se define a las éndoxa así: ”son cosas

    plausibles las que parecen bien a todos, o a la mayoría, o a los sabios, y, entre estos

    últimos, a todos, o a la mayoría, o a los más conocidos y reputados.” 33

    De. Top. Diff. I, (1180D 7-8) p.39 36-37 34

    De. Top. Diff. I, (1180D 9-1181 A 12) p.39-40 35** Estos nombres son dados por nosotros, no están en el texto de Boecio.

  • 48

    Notemos que la cuarta combinación se compone de cosas que no son ni

    plausibles ni necesarias. Estos argumentos aparentes no están

    establecidos en la opinión humana ni en la verdad. Y no pueden ser

    llamados argumentos, porque éstos pretenden producir creencia en

    función de algo que está en duda. Pero no hay creencia a partir de

    éstos, pues no están establecidos ni en la opinión humana ni en la

    verdad.36

    En el cuadro hemos revisado la organización de los tipos de argumento

    según su plausibilidad y su necesidad. Podemos decir que los tipos de

    argumento se basan en estos dos criterios debido a que su fuerza reside

    en dos fundamentos de los que la plausibilidad y la necesidad son una

    prueba, o sea, en: (1) la opinión humana (2) la verdad de la cosa. Con

    esto podemos observar que la propuesta de Boecio acerca de la

    finalidad de los Tópicos recae en una parte subjetiva, que corresponde

    a (1) la opinión humana, y a una parte objetiva que es (2) la verdad de

    la cosa.

    Boecio también propone que a cada uno de estos argumentos le

    corresponde una disciplina que los utiliza. Esto Boecio lo explica así:

    “Puesto que todo el artificio del discurso consiste en cuatro disciplinas,

    debemos decir cuál admite el uso de cuál argumento, (…) Toda la

    ciencia del discurso está situada bajo cuatro disciplinas y artesanos,

    como si fuera, de estas disciplinas, a saber: el dialéctico, el orador, el

    36

    Cfr. De Top. Diff. I, (1180D 22-1181B 28) p.40

    For if there is to belief regarding something which is in doubt, the mind of the hearer must

    be compelled by the things to which he agrees so that he can accede also to the conclusion,

    which he had not previously assented to. But because the one judging does not assent to

    what is only necessary and not also readily believable, it mus be that he will not agree

    either to what is produced from such a reason (ratio).

  • 49

    filósofo y el sofista.”37 Habíamos citado ya este pasaje, pero esto no es

    una repetición sin sentido, sino que profundiza en la explicación.

    En la siguiente tabla podemos ver qué disciplina, según sus

    “artesanos” admite qué tipo de argumento según lo propone Boecio38:

    Cuadro No. 2 Los tipos de argumento y sus disciplinas

    Artesano Tipos de argumento

    Dialéctico Argumentos plausibles , ya sean necesarios o no:

    a)plausibles y necesarios: demostrativos.

    b)plausibles y no necesarios: dialécticos.

    Orador

    Filósofo o

    Demostrador

    a) plausibles y necesarios: demostrativos.

    b) no plausibles y necesarios.

    Boecio deja en claro en qué forma son diferentes el filósofo, el orador y

    el dialéctico en las áreas de investigación, pues para el orador y el

    dialéctico el área es lo plausible, y para el filósofo, que es también

    demostrador, es la verdad.39 Acerca de esto Boecio dice: “El dialéctico y

    el orador se ocupan de un tipo de argumento común a ambos, pues

    cada uno tiende hacia argumentos que son plasuibles (o creíbles), aún

    37 De Top. Diff. I, (1181D)p.41 15-18 38

    De Top. Diff. I, (1181D 1-7, 1182 A 1-11) p.41

    The dialectician and the orator occupy themselves with a kind of argument common to

    them both, for each of them aims at arguments that are readily believable whether they are

    neccessary or not. They employ these two kinds of argument: those that are readily

    believable and necessary and those that are readily believable and not necessary.

    The philosopher and the demonstrator investigates only truth alone; and it makes no

    difference whether the arguments are readily believable or not, provided they are

    necessary. He also uses two kinds of argument: those that are readily believable and

    necessary, and those that are necessary and not readily believable. 39

    Ídem. “So it is clear in what respect the philosopher differs from the orator and the

    dialectician in their áreas of inquiery, namely, for them it consists in ready believability

    and for him in truth.”

  • 50

    si son necesarios o no”40 Hay que dejar en claro que con este cuadro no

    queremos decir que el filósofo sólo uso los argumentos demostrativos

    que son evidentes para todos y los argumentos demostrativos que no

    lo son para todos. El filósofo también puede hacer uso de los

    argumentos que versan sobre lo plausible, pero los tipos de argumento

    que le son propios son los dos tipos de argumento demostrativo que ya

    hemos antes dicho.

    Ahora bien, ¿qué es el argumento dialéctico y qué pretende? Todo el

    tratado intenta dar una respuesta a esta pregunta. Desde el principio

    ha dicho que una parte de los Tópicos se refiere a la facultad de

    descubrir argumentos. Y también dice que la finalidad de los Tópicos

    es revelar (demonstrare) una cuantiosa provisión de argumentos que

    tienen la apariencia de la verdad.41 Veamos qué propone Boecio por

    argumento dialéctico en el margen de este tratado, que está centrado

    justamente en investigar las cosas que tienen apariencia de la verdad.

    II.2 El argumento dialéctico en De Topicis Differentiis

    Ya hemos dicho que los Tópicos tienen como finalidad dar una buena

    cantidad de argumentos que se acerquen a la verdad. Dentro de los

    tipos de argumentos que Boecio propone, la cercanía de la verdad se

    da por la verosimilitud en los argumentos plausibles, y por la

    necesidad que hay en ellos. Se puede decir que los Tópicos tratan sobre

    el argumento dialéctico en general, puesto que intentan “revelar

    (demonstrare) una cuantiosa provisión de argumentos que tienen la

    apariencia de la verdad.”42

    40

    Ídem. 41

    De Top. Diff. I, (1182A, 1182 A 15- 1182B1ss) p.41-42 42

    Ídem.

  • 51

    En la tradición aristotélica, los Tópicos, que se han tratado en el libro

    homónimo, representan el lugar donde se discute la importancia y los

    métodos de la dialéctica y el argumento dialéctico. Por otra parte, los

    Analíticos posteriores tratan sobre el método de hacer ciencia, episteme,

    conocimiento por causas y principios que es necesario. Además, en los

    Primeros analíticos se ha tratado de los argumentos silogísticos en

    general. Es así que la tradición que Boecio sigue en lógica da en los

    Tópicos un lugar importante al tratado acerca de los argumentos

    dialécticos.

    Hemos identificado los tipos de argumentos que Boecio propone en el

    primer libro de los Topicis Differentiis, y ya que todos ellos parten de lo

    plausible podemos considerarlos como argumentos dialécticos. En este

    grupo es posible notar una graduación que es dada por las diferentes

    combinaciones entre lo plausible y lo necesario. Veamos en qué modo

    se da esta graduación poniendo atención a la ordenación de los

    argumentos que Boecio propone según sus disciplinas propias.

    En el grupo que Boecio presentó, tenemos 3 argumentos y un pseudo

    argumento. De este último no profundizaremos porque no es de

    nuestro interés ahora. De entre los dos argumentos auténticos, el

    primero (1) es de lo plausible y lo necesario, el segundo (2) es de lo

    plausible y lo no necesario. Entrambos argumentos son propios del

    dialéctico y del orador, pues se basan en que la fuerza del argumento

    resida en las cosas plausibles (probabilia) que en que sean necesarias, ya

    que es posible que sean contingentes.

    Notemos que uno de estos argumentos, el de lo plausible y necesario

    (1) es también propio del filósofo y del demostrador. Como lo hemos

    organizado en el segundo cuadro, hay otro argumento que pertenece al

    filósofo o al demostrador: (3) el que es de lo no plausible y de lo

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