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UNIVERSIDAD PANAMERICANA
FACULTAD DE FILOSOFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
ESCUELA DE FILOSOFÍA
“Los argumentos a favor de la perpetuidad del mundo en la Consolación de la filosofía de Severino Boecio”
T E S I S P R O F E S I O N A L
Q U E P R E S E N T A
GABRIEL GONZÁLEZ NARES
P A R A O B T E N E R E L T Í T U L O D E :
L I C E N C I A D O E N F I L O S O F Í A
DIRECTOR DE LA TESIS:
Dr. José Alberto Ross Hernández
MÉXICO, D.F. 2014
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A la memoria de mis abuelos maternos y padrinos: Bertha Hernández Torres y
Gabriel González Padilla, y de Mons. Francisco Merino Rodriguez, con filial
gratitud.
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ὅτι χίλια ἔτη ἐν ὀφθαλμοῖς σου ὡς ἡ ἡμέρα ἡ ἐχθές ἥτις διῆλθεν καὶ
φυλακὴ ἐν νυκτί.
Ψαλμοί, 90, 4
ἡ μὲν οὖν τοῦ ζῴου φύσις ἐτύγχανεν οὖσα αἰώνιος, καὶ τοῦτο μὲν
δὴ τῷ γεννητῷ παντελῶς προσάπτειν οὐκ ἦν δυνατόν: εἰκὼ δ᾽
ἐπενόει κινητόν τινα αἰῶνος ποιῆσαι, καὶ διακοσμῶν ἅμα οὐρανὸν
ποιεῖ μένοντος αἰῶνος ἐν ἑνὶ κατ᾽ ἀριθμὸν ἰοῦσαν αἰώνιον εἰκόνα,
τοῦτον ὃν δὴ χρόνον ὠνομάκαμεν.
Πλάτων, Τίμαιος, 37δ
Aliud est enim per interminabilem duci uitam, quod mundo Plato
tribuit, aliud interminabilis uitae totam pariter complexum esse
praesentiam, quod diuinae mentis proprium esse manifestum est.
neque deus conditis rebus antiquior uideri debet temporis quantitate
sed simplicis potius proprietate naturae.
Severinus Boethius, Consolatio Philosophiae V, 6,2
Sed harum auctoritatum et similium intellectus patet per hoc quod
dicit Boetius in ult. De consolatione: non recte quidam, cum audiunt
visum Platoni mundum hunc nec habuisse initium temporis, nec
habiturum esse defectum, hoc modo conditori conditum mundum fieri
coaeternum putant. Aliud enim est per interminabilem vitam duci,
quod mundo Plato tribuit; aliud interminabilis vitae totam pariter
complexam esse praesentiam, quod divinae mentis esse proprium
manifestum est. Unde patet quod etiam non sequitur quod quidam
obiiciunt, scilicet quod creatura aequaretur Deo in duration.
Thomae Aquinatis, De aeternitate mundi
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“Porque mil años a tus ojos son como el ayer,
que ya pasó, como una vigilia de la noche.”
Salmo 90, 4
“Pero dado que la naturaleza del mundo ideal es sempiterna y esta
cualidad no se le puede otorgar completamente a lo generado, procuró
realizar una cierta imagen móvil de la eternidad y, al ordenar el cielo,
hizo de la eternidad que permanece siempre en un punto una imagen
eterna que marchaba según el número, eso que llamamos tiempo.”
Platón, Timeo 37d
“Son cosas muy distintas, en efecto, el prolongar indefinidamente una
existencia sin límites, atributo, según Platón, propio del mundo, y
abarcar igualmente en su totalidad la actualidad de una existencia
ilimitada, lo que evidentemente corresponde a la divina inteligencia. Si
juzgamos que Dios es anterior a la creación, esto no se ha de entender
por razón de tiempo, sino en cuanto que es la consecuencia de la
simplicidad de su naturaleza.”
Severino Boecio, La Consolación de la Filosofía V, 6
“Pero el sentido de estas autoridades, y otras semejantes, queda claro
por lo que dice Boecio en el último libro del De Consolatione: “Algunos,
al oir la opinión de Platón de que este mundo no tuvo un comienzo de
duración en el tiempo ni ha de tener un acabamiento, piensan
incorrectamente que así el mundo creado es hecho coeterno con el
creador. Pues una cosa es ser conducido a lo largo de una vida
interminable, que es lo que Platón le atribuye al mundo, y otra que se
abarque, al mismo tiempo, la presencia entera de una vida
interminable, lo que es evidentemente propio de la mente divina”. De
donde resulta claro que tampoco se sigue lo que algunos objetan, a
saber, que la criatura se igualaría a Dios en duración.”
Tomás de Aquino, Sobre la eternidad del mundo
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Agradecimientos
A Dios, Sumo, Óptimo y Máximo Bien: el Padre Creador, el Hijo Logos
Salvador y el Espíritu Paráclito Santificador. A la llena de Gracia
doncella de Nazareth, que supo decir que sí.
A mis padres. A Lucía Nares Tamayo, mi mamá, por su dedicación,
paciencia y sabiduría natural. A Gabriel González Hernández, mi
papá, por su esfuerzo, su vida ejemplar y por no dejar que su interés
filosófico se desvanezca. A Patricio González Nares, mi hermano, por
su compañía, su gran lealtad fraterna, su nobleza de corazón y su
confianza.
A mis abuelos maternos. A Rodolfo Nares Cervantes, por su sabiduría
y quien, desde el origen, me inició en la filosofía, la Historia y muchas
otras cosas. A Leonor Tamayo Méndez, por su inteligencia materna, y
quien me enseñó a cuidar y respetar los animales y las plantas. A
todos mis familiares, tíos, primos de ambos lados. Especialmente a
María del Carmen González O.C.D por su acompañamiento espiritual.
A mis amigos desde el preescolar y hasta la fecha: Alfonso Serna
Maldonado, el abogado y Luis Miguel Zamora Duarte, el médico.
Gracias por mantener la amistad por veinte años, por los consejos y el
tiempo en común. A mis amigos de la infancia, pubertad y juventud.
Gracias por su apoyo y amistad a José Ignacio Toussaint Esmenjaud,
Yara Angulo Landeros, Hilda Rocha Barradas, Fernanda Vilarós
Orozco, y Daniela López Acevedo.
A todos los compañeros y amigos que hice en la Universidad
Panamericana. Especialmente gracias a Regina Oviedo Pasquel, a Sofía
Martínez Anaya, a Carolina Soria Bravo a Laura Meneses Trujillo; por
el útil ejemplar de La Consolación, a Juan Ignacio Molina Eugui, a
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Daniel Rocha Argudín, a Oswaldo Gallo Serratos, a Diego Espinoza, a
Paulina Guendulain, a Alfonso Ganem, y a mi prima Jimena Portilla
González.
A los profesores de la Preparatoria Rudyard Kipling. En especial a
Alonso Cifuentes Magaña; por enseñarme a escribir críticamente, a
Carlos Altuve Rojas; por permitirme ayudarle en algunas clases, y a
Rogelio López Espinoza; por enseñarme a ser más preciso con el
lenguaje.
A los profesores de la Universidad Panamericana. En especial al Dr.
José Alberto Ross Hernández; por dirigir este trabajo y por sus consejos
y ayuda desde el comienzo de la carrera, al Dr. Luis Xavier López
Farjeat; por la revisión de este trabajo y por su amistad y
conversaciones en su tiempo libre, al Dr. Jorge Morán Castellanos; por
los consejos para hacer el trabajo más claro, a la Mtra. Isabel Gamboa
Cervantes; por darme la oportunidad de acercarme por primera vez a
La Consolación, a la Lic. Mercedes Alemán Buendía; por su ayuda
valiosa en la traducción de algunos textos latinos, al Dr. Héctor Zagal
Arreguín; por sus comentarios, tutoría, apoyo, y por compartir sus
textos, al Dr. Héctor Velázquez y a la Lic. Montserrat Salomón; por
introducirme al tema de la eternidad del mundo, a la Dra. Virgina
Aspe Armella, y al Padre José Antonio Coronel Salinas. Al Dr. Michael
Chase, al Dr. Matthew Kostelecky, y al Dr. André Laks . A todos los
que me han dado algún servicio en la Universidad Panamericana.
Gracias a todos.
Al Padre Pablo Arce Gargollo; por permitirme ser su becario y al
equipo de Encuentra.com; por dejarme ser parte del proyecto.
A Severino Boecio, por ser una luz en la vida académica y práctica.
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Índice
Introducción.……………………………………………………………..17
Capítulo I El contexto histórico y moral de la Consolación en función
de la argumentación sobre la perpetuidad del mundo……..........23
I.1 El contexto general de Anicio Manlio Severino Boecio y La
Consolación de la filosofía ………………………………………………....23
A) Breve recuento biográfico de Boecio.……………………....25
B) El ámbito de la experiencia humana y la personificación de la
Filosofía……………………………………………………….................29
C) El cristianismo en la Consolación…………………………....31
I.2 El trasfondo moral del a discusión cosmológica................……..33
A) El fin de la filosofía en la Consolación…………………....33
B) Al encuentro de la Providencia……………………………36
C) De la Providencia al sumo bien en el ámbito moral…....38
D) La libertad y la Providencia………………………………39
E) ¿En qué aprovecha a la vida práctica la diferencia entre
eternidad y perpetuidad?....................................................................42
Capítulo II El lugar de la discusión sobre la perpetuidad del mundo
en la lógica de Boecio…………………………………………………45
II.1 Los tipos de argumentos en el de Topicis differenttis……………46
II.2 El argumento dialéctico en De Topicis Differentiis………………50
II.3 ¿Es dialéctico el argumento que defiende la perpetuidad del
mundo?................................................................................................54
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Capítulo III: La acción creadora y su posible eternidad…………59
III.1 ¿Es posible conocer por razón que el mundo es creado?.........59
A) Un acercamiento metodológico a los términos teológicos...59
B) Aclaración del sentido de conditor…………………………....64
C) Un argumento contextual a favor de la razonabilidad de la
creación…………………………………………………………….........65
D) La creación es razonable por el orden natural…………......67
III.2 Dios como causa y principio……………………………………...69
A) Azar y Dios como causa en el Libro I………………………..69
B) Dios como principio y causa eficiente en el libro IV............73
III. 3 Dios crea por ser Sumo Bien…………………………………...82
A) Dios es causa ordenadora………………………………..82
B) Dios como Bien substancial……………………………...84
Capítulo IV: La eternidad y perpetuidad a la luz de la simultaneidad
y sucesión, los argumentos previos a los de La Consolación…..89
IV. 1 La definición de eternidad……………………………………..89
A) El contexto previo a la definición………………………..90
IV.2 La definición de eternidad y su análisis desde la simultaneidad y
la sucesión………………………………………………………………95
A) La definición y el análisis de sus términos………………95
a) possessio e interminabilis vitae…………………………..96
b) Tota simul, la simultaneidad a la luz de De Trinitate IV, 11
y Consolación VI, 6………………………………………97
c) La Eternidad-simultaneidad y la sempiternidad-
sucesión en el comentario de Thierry de Chartres...103
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c.1) Pasaje del Comentario al De Trinitate……………….105
IV.3 Revisión de los argumentos sobre eternidad y simultaneidad;
sempiternidad y sucesión en la tradición neoplatónica…………....106
A) Parménides…………………………………………………..107
B) Platón…………………………………………………………..109
B.1) La eternidad de las formas…………………………..110
B.2) La definición del tiempo y los dos modos de
permanencia……………………………………………………...111
B.3) La sucesión en el tiempo y la simultaneidad
en lo eterno……………………………………………………….114
C) Proclo………………………………………………………....121
D) Plotino, argumentos sobre la eternidad del intelecto……..124
E) San Agustín, argumentos por la diferencia entre eternidad y
perpetuidad…………………………………………………...128
F) Aristóteles…………………………………………………….134
a) La interminabilidad del tiempo y del movimiento en
Física VIII,1………………………………………………135
b) La interminabilidad de la vida del mundo en Acerca del
cielo I,10…………………………………………………...136
Capítulo V Los argumentos a favor de la perpetuidad del mundo en
la Consolación, V, prosa 6……………………………………………...141
V. 1 Oposición entre continuidad y sucesión; eternidad y perpetuidad
en Consolación V. 6………………………………………………………..141
A) La sucesión y la perpetuidad……………………………….141
a) La sucesión temporal en Consolación y sus correlatos en
De Trinitate y los comentadores de Chartres…………………..143
a.1) El pasaje en la Consolación V, 6, 12-18………………143
b) El pasaje del De Trinitate 4, 11, 64-67 y los comentarios de
Chartres……………………………………………………………145
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c) Los pasajes de la Consolación V, 6, a la luz del De Trinitate
4, 11, 64-67 y sus comentarios…………………………………..149
B) Las características de la sucesión y lo temporal…….......151
a) Lo temporal existe por la sucesión del movimiento...151
b) La sucesión puede ser interminable según la naturaleza
de las partes que se siguen…………………………….155
c) A la sucesión de lo temporal se opone la posesión toda
junta y perfecta de la eternidad…………………...........157
C) La continuidad del presente y la eternidad…………….159
D) La diferencia entre eternidad y perpetuidad en Consolación
V, p.6 35-39……………………………………………………………...168
E) ¿Puede ser eterno el mundo en algún modo?.................169
F) ¿Piensa Boecio que el mundo tiene comienzo temporal?.172
F.1) La coexistencia de la perpetuidad y la eternidad en el
ámbito escatológico……………………………………………………..176
V.2 Los argumentos por la perpetuidad del mundo……………….177
A) Primer argumento: la vida del mundo puede ser
interminable según la naturaleza del movimiento. Si es interminable,
puede no tener un comienzo en el tiempo…………………………...177
A.1) Origen de la premisa mayor del argumento…………178
A.2) El origen de la premisa menor, las referencias por la
infinitud de la vida del mundo……………………………………….180
A.3) Conclusión del argumento: el mundo, que vive en el
tiempo pudo no tener comienzo ni fin……………………………….183
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B) Segundo argumento: El mundo tiene una vida infinita, pero
no en el mismo sentido en que la tiene Dios. Los dos tipos de vida
infinita……………………………………………………………………184
B.1) El origen de algunas premisas………………………….185
B.2) El argumento en su forma final………………………...186
C) Tercer argumento: A Dios, por su simplicidad, le corresponde
la eternidad. Al mundo, por ser compuesto, le corresponde la
perpetuidad……………………………………………………………...187
C.1) Dios es anterior a la creación por su simplicidad……..188
C.2) La composición del mundo y la perpetuidad………….189
C.3) El argumento en su forma final…………………………..193
D) Conclusión de los argumentos…………………………….....194
Conclusiones………………………………………………………….....197
Bibliografía………………………………………………………………207
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Introducción
Desde la antigüedad clásica la posible eternidad del mundo según la
naturaleza del movimiento ha estado en la discusión cosmológica.
Durante la edad media, judía, cristiana o islámica, este tema despertó
un interesante diálogo entre la teología, la metafísica y la cosmología.
El problema de la eternidad del mundo se remonta a las
argumentaciones clásicas de Platón en Timeo y Aristóteles En Física III
y VIII, Metafísica XII, así como en Acerca del cielo, entre otros textos. La
discusión prosiguió entre los comentadores griegos de Aristóteles y los
filósofos neoplatónicos, entre los que destacan Proclo, Jámblico,
Alejandro de Afrodisia, Temistio,por mencionar algunos.
La discusión en el ámbito latino entró por medio de diferentes
comentadores de formación griega. Anicio Manlio Torcuato Severino
Boecio (480-524/525), uno de los más importantes pensadores de la
antigüedad tardía y primera edad media, introduce en el ámbito latino
algunas de las obras de Aristóteles desde una interpretación
neoplatonizante. Por su cristianismo, Boecio cree que el mundo es
creado, pero no encuentra una oposición entre la creación del mundo y
la naturaleza de su vida interminable. Incluso argumenta esto de
diferentes modos. En un intento de armonizar la actuación creadora de
Dios y la naturaleza móvil del mundo, Boecio pretende argumentar a
favor de la compatibilidad de la creación y la vida interminable del
mundo.
En la Consolación de la Filosofía, Boecio tiene su última obra y
preparación para la muerte. Durante los últimos días de su vida,
relatados en la obra, aparece la personificación de la filosofía, quien
aclara la mente del angustiado autor y tranquiliza su inquietud por
medio de la terapia de la razón. A fin de estar en serenidad, Boecio
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necesita saber cuál es el Sumo Bien y si la vida ha valido la pena como
una búsqueda del bien. En este ámbito de discusión ética, aparece la
polémica sobre la creación y eternidad del mundo.
Si Dios es el Sumo Bien, y existe perfectamente como ser necesario,
entonces no deviene y, por tanto, es perfecto, porque la eternidad es la
“posesión total y simultánea de una vida perfecta”1. Sin embargo, ante
Dios aparece el mundo como devenir y movimiento. Es razonable
pensar que el mundo es creado, pues no tiene su origen radical en el
ser en sí mismo. Pero su naturaleza es el cambio, o pasar de la potencia
al acto en movimientos sucesivos. ¿Puede el mundo ser eterno si su
naturaleza es del cambio sucesivo y a la vez, es creado por Dios, cuya
acción no es sucesiva, sino simultánea?
En la tesis deseo explorar las nociones de creación, eternidad y
perpetuidad en La Consolación de la Filosofía de Boecio, principalmente
en el libro V, a fin de revisar los argumentos a favor de la vida
interminable del mundo como perpetuidad. La propuesta de la tesis es
mostrar que el tipo de vida interminable del mundo es la perpetuidad
y no la eternidad propiamente dicha. Esta propuesta permite
reconciliar la acción creadora de Dios con las leyes del mundo, así
como con la libertad humana. La tesis se desarrolla en un ámbito
cosmológico y con elementos metafísicos, sin embargo la solución a la
polémica no se queda en lo especulativo, sino que se hace patente en el
diálogo ético. De hecho, toda la Consolación está inmersa en un ámbito
con intereses profundamente morales, pues el fin de esta obra es
consolar, dar esperanza y luz en virtud de la vida práctica que se
apoya en la contemplativa para enfrentar las adversidades.
1 MPL63 Cons. V. p. 6, 9-11
Cons. V, p. 6, 10-12 (1955)
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No obstante el fin moral que persigue la obra, nosotros nos
centraremos en torno a la cosmología, puesto que nos interesa saber
cuáles son los argumentos por los que Boecio propone que la vida del
mundo puede ser interminable, sin haber tenido un comienzo y un fin,
pero no es el mismo tipo de vida que corresponde a Dios en su
plenitud.
Dividiremos la tesis en cinco capítulos. En el primero vamos a
establecer el contexto histórico y biográfico de Boecio. Además,
daremos cuenta del marco de filosofía moral que contiene la discusión
acerca de la vida interminable del mundo. Brevemente observaremos
que la Providencia y la libertad se relacionan en un contexto de vida
práctica en función de la adquisición del Sumo Bien. Por último nos
plantearemos en qué aprovecha a la vida práctica la diferencia entre
eternidad y perpetuidad para perfilarnos a estudiar el tema principal
de la disertación al tiempo que estableceremos un nexo entre lo
cosmológico y lo moral.
En el segundo capítulo nos enfocaremos a investigar el lugar que tiene
la discusión acerca de la perpetuidad del mundo dentro de la
propuesta lógica de Boecio. El objetivo será identificar como dialéctico
el argumento por el cual se puede proponer que el mundo tiene una
vida perpetua.
Para analizar la propuesta dialéctica de Boecio nos centraremos en un
trabajo representativo de su producción lógica, a saber: el De Topicis
differentiis. Nos centraremos en este tratado por que su tema principal,
los Tópicos, es el fundamento de una teoría de la argumentación que
incluye a la dialéctica. En el seno de este trabajo encontraremos los
tipos de argumento que Boecio propone, y según las características de
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los argumentos y las del problema sobre la perpetuidad del mundo
podremos saber qué tipo de argumento le corresponde a la cuestión.
En el tercer capítulo discutiremos la razonabilidad de la creación del
mundo. ¿Es razonable proponer que el mundo ha sido creado? Nos
acercaremos a esta pregunta desde las herramientas de la
argumentación racional, no con las de la revelación. En función de una
argumentación con bases ontológicas veremos, si atribuyendo al
mundo un primer principio, podemos decir si es creado. La meta de
este capítulo será la de mostrar que es razonable proponer que este es
el caso. Proposición que, unida a los argumentos en favor de la
perpetuidad del mundo, permitirá poner a Boecio entre los pensadores
que no encontraron oposición entre la creación del mundo y su
posesión de una vida interminable.
En el cuarto capítulo nos enfocaremos a estudiar la relación entre la
continuidad y la eternidad, y la sucesión y la perpetuidad. Para hacer
esto nos valdremos de la herramienta de la doxografía. Es decir,
revisaremos los argumentos precedentes de la tradición neoplatónica
en los que se basa Boecio para hacer sus propuestas. Es así que
estaremos brevemente ante las ideas de Parménides, Platón, Proclo,
Plotino, San Agustín y Aristóteles.
En este capítulo también tendremos oportunidad de revisar algunas
referencias cruzadas del corpus de Boecio que incluyen algún
tratamiento sobre la perpetuidad y la eternidad. Para pasar por estas
referencias revisaremos obras como el De Trinitate y el De duabus
naturis. Para dar luz sobre estas referencias echaremos mano del
trabajo de los comentadores de la Escuela de Chartres del Siglo XII,
especialmente de Thierry de Chartres.
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Por último, en el capítulo quinto nos enfocaremos en el estudio sobre la
oposición entre continuidad y sucesión; eternidad y perpetuidad en el
último libro de la Consolación. Esto será más fácil una vez que
tengamos claras las nociones de eternidad y perpetuidad presentes en
las referencias cruzadas de algunas otras obras boecianas. En este
capítulo también analizaremos las características de la sucesión y lo
temporal, y de la continuidad del presente y la eternidad. Con estas
características podremos saber si Boecio piensa que el mundo tenga un
comienzo temporal y si el mundo pueda tener algún tipo de vida
interminable.
La culminación de este capítulo y de la tesis estará en el análisis de los
argumentos por los que Boecio pretende mostrar que la vida del
mundo puede ser perpetua, pero no eterna. Nosotros desarrollaremos
el análisis sobre tres argumentos que proponemos como la síntesis del
trabajo intelectual por el que Boecio ostenta que la vida interminable
del mundo puede ser perpetua, pero no eterna como sólo le
corresponde a Dios. Al final haremos la propuesta que plantea que,
tras la argumentación que diferencia la eternidad de la perpetuidad
está un fundamento ontológico que distingue entre la existencia
perfecta como acto en plenitud y la existencia que es una combinación
de acto y potencia.
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Capítulo I El contexto histórico y moral de la Consolación en función
de la argumentación sobre la perpetuidad del mundo
Introducción
En este capítulo revisaremos el contexto histórico y biográfico de
Severino Boecio y el marco antropológico y moral en el que la
Consolación se escribió. Sobre lo primero haremos tres cosas, por una
parte daremos una introducción general en el que Boecio se acerca a la
Consolación. También daremos una breve reseña biográfica del autor y
revisaremos otros contextos más concretos relacionados con la obra.
Acerca del marco antropológico y moral revisaremos cuál es el fin que
pretende conseguir la filosofía en la Consolación; y también nos
adentraremos en la relación existente entre la Providencia, el Sumo
Bien, la libertad, la eternidad y la perpetuidad, a fin de saber en qué
aprovecha a la vida práctica preguntarse por la diferencia entre
eternidad y perpetuidad.
I.1 El contexto general de Anicio Manlio Severino Boecio y La
Consolación de la filosofía
Los filósofos, como los otros hombres sufren su existencia por
momentos. Se han visto lastimados encarcelados, esclavizados,
exiliados y ejecutados. Han sido, naturalmente, participes de la miseria
humana. Pero, la diferencia que marca a los filósofos es que enfrentan
la adversidad con una actitud diferente al resto de los hombres; quizá
irónica o demasiado reflexiva, como tratando de sacar un aprendizaje
desde el fondo de los problemas.
Sirva recordar a Tales desplomado en la zanja, a Sócrates bebiendo la
cicuta, a Platón en el mercado de esclavos, o a muchos otros en las
diversas situaciones que la historia y los contextos proveen. No
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erraremos si decimos que la filosofía no sólo se hace desde la razón,
sino que también se hace desde el sufrimiento. Esto es muestra de que
los altos pensamientos también surgen desde las más miserables
realidades humanas.
Pero si el filósofo sufre como otros hombres, también maneja sus
sufrimientos con la misma naturaleza, pero desde una perspectiva un
tanto diferente, pues la humana capacidad de padecer y la actitud del
filósofo permiten considerar varias soluciones que debieran realizarse
con el recto uso de la inteligencia y la voluntad.
Es entonces que, a partir del ejercicio racional, surge una confrontación
al sufrimiento con el fin de hallar su sentido y cambiar las angustias
por tranquilidad. Parece que este ejercicio involucra a toda la
naturaleza del hombre y no sólo a la razón, pues los afectos alteran al
hombre como un todo. Por tanto, hay que tomar en cuenta que el
hombre se enfrenta a la adversidad íntegramente: en su corporeidad,
en sus sentimientos y en su razón. Pero la razón, como escrutadora del
orden natural, ha de jerarquizar las causas y los principios del
sufrimiento, a fin de saber cómo actuar en consecuencia para ser
verdaderamente virtuosos y felices.
La Consolación de la Filosofía, como el Fedón y otras, es una obra hecha
desde la cárcel y desde la miseria humana. En última instancia es un
logos paramythetikos: un discurso consolatorio.2 Se puede decir que es
cosa admirable que Anicio Manlio Torcuato Severino Boecio se diga
consolado en plena prisión por la Filosofía, quien lo invita a reflexionar
sobre su situación y su fin último. Encerrado en su celda, Boecio
2XIRAU. R, “Introducción” en La consolación de la Filosofía, de BOECIO, Ed.
CONACULTA, Col. Cien del mundo, México, (1989) pp. 9-16.
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también piensa sobre la naturaleza de Dios, sobre el bien, y sobre las
facultades humanas y la bienaventuranza. Hace filosofía desde el
lugar menos pensado a fin de tranquilizar su espíritu y tener
fundamentos fuertes para aceptar su muerte.
A) Breve recuento biográfico de Boecio
Naturalmente que para tener un mejor acceso al tema de esta
disertación conviene tener una referencia biográfica de Boecio, a fin de
ponerlo en un lugar y tiempo de la Historia y para entender mejor
cómo su narrativa autobiográfica incide en la estructura de la
Consolación. Ahora revisaremos brevemente la biografía de Boecio
siguiendo para esto la biografía que aparece en la introducción de la
Consolación en la traducción de Máximo Planoudes, editada por
Manolis Papathomopoulos.3
Una vez caído el Imperio Romano de Occidente en 476 parece que el
mundo de la cultura clásica se sume en un periodo de tinieblas de
aproximadamente 400 años justamente conocido como periodo
obscuro. Esto sucede en el occidente de Europa por el comienzo de la
dominación de los pueblos germánicos, y por la violencia de este
periodo histórico hubo una reducción de la producción filosófica en
torno a los temas clásicos. En el comienzo de este periodo histórico
aparece Boecio como un importante nexo entre el mundo clásico y la
Alta Edad Media.
Anicio Manlio Torcuato Severino, más conocido por su cognomen
helenizante Boecio, nació aproximadamente en 480 en el seno de la
patricia familia de la gens Anicia, de la cual habían salido senadores,
3 PAPATHOMOPOULOS. M, “Introduction, La Consolatio Philosophiae, vie et oeuvre de
Boéce” en De consolatione philosophiae, BOECIO, Trad. De Máximo Plaonudes, Academia de
Atenas, Atenas, (1999) p. XXIII-XXIX.
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emperadores y Papas. Huérfano desde muy joven, fue criado por el
sabio patricio Quinto Aurelio Memmio Símaco. La tradición aseguraba
que en su juventud partió a Atenas para estudiar con los
neoplatónicos, pero investigadores recientes han propuesto que esta
permanencia en Atenas es improbable, y que un tiempo de estudios en
Alejandría resulta más factible.4
Una vez que terminó sus estudios, desposó a Rusticiana, la hija de su
mentor, Símaco. De ella tuvo dos hijos que llegaron a ser cónsules.
Desde muy joven y por su extensa cultura clásica, encontró favor a los
ojos del rey ostrogodo Teodorico. Boecio llegó a tener la vida de un
culto patricio romano y desempeñó varios cargos públicos al mismo
tiempo que no se desocupaba del estudio. De hecho, Boecio alcanzó a
convertirse en cónsul sine collega en 510 y también fue nombrado
magister officiorum de la corte en Rávena.
Fue uno de los hombres más cultos de su tiempo, y de los pocos que
tenían un conocimiento profundo de la lengua y filosofía griegas. Ya
que era una de las raras personas que podían interpretar a Platón y
Aristóteles, trazó el proyecto de traducir al latín las obras completas de
ambos filósofos clásicos. La muerte prematura de Boecio impidió que
este proyecto se llevara a cabo.
A partir de 504 Boecio comienza a publicar sus trabajos filosóficos. Los
primeros libros que presentó fueron una serie de comentarios a las
obras lógicas de Porifiro y Aristóteles como los Commenta Altera in
Porphyrii Isagogen y la traducción latina del Organon durante los años
507/509. Después, a partir de 510 siguieron algunas obras lógicas
propias como el Liber de divisione, y el De topicis differentiis junto con
algunos comentarios al De Interpretatione, Categorías, Tópicos, Elencos
sofísticos y los Primero analíticos, todos de Aristóteles, así como a los 4COURCELLE. P., “Boéce et l’ecole d’Alexandrie” in Melanges d’Archéologie et d’Histoire
de l’École Francaise de Rome, 52, 1935, p. 185-223.
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Tópicos de Cicerón. Una tercera categoría de sus obras concierne a los
Opuscula sacra dedicado a resolver problemas teológicos, especialmente
cristólógicos. Los cinco opúsculos son: De Trinitate, Utrum Pater et Filius
et Spiritus Sanctus de divinitate substattialiter praedicentur, Quomodo
substantiae in eo, quod sint, bonae sint, um non sint substantialia bona (
mejor conocido como De hebdomadibus), De fide catholica y el Liber de
duabus naturis in Christo contra Eutychen et Nestorium.
Su útlima obra, la Consolatio Philosphiae, fue escrita en prisión. Las
palabras propias de Papathomopoulos en la introducción a la
traducción griega de esta obra dicen con claridad cómo es la primera
apreciación de ella.
“Ella constituye la sima de la producción literaria y filosófica de
Boecio, la quintaesencia de toda su cultura de su acción y de todas
sus experiencias filosóficas. La escribió esperando su último día y la
selló con su muerte. Las circunstancias dramáticas en las que esta
obra fue escrita-exilio, encarcelamiento, espera de la muerte,-se
reflejan en esta obra autobiográfica y le dan este carácter especial de
sinceridad que golpea.”5
Junto con sus estudios y trabajos filosóficos, Boecio no se alejó de la
vida política, y de hecho llevó a plenitud en la vida práctica la
contemplación académica. Durante el reinado de Teodorico, Boecio se
distinguió por su devoción a los preceptos filosóficos no sólo en las
palabras, sino también en los actos., y su pasión por la justicia y la
represión de la corrupción le valieron el odio por parte de los
cortesanos corruptos, o Palatinae canes, perros del palacio, como Boecio
los llamó. Desde 510 o 511 Boecio se opuso al prefecto del pretorio,
Faustus Niger, y en los años que siguieron fue un ferviente defensor de
la autoridad del senado y de la fe ortodoxa en oposición a la herejía
arriana que Teodorico y muchos de sus cortesanos seguían. Estas 5 PAPATHOMOPOULOS. M, De consolatione philosophiae, BOECIO, Trad. De Máximo
Planudes, (1999) p. XXVII.
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28
rencillas palaciegas que crecían fueron seguramente el comienzo del
fin de la brillante carrera política y filosófica de Boecio junto con su
vida.
En 523, Boecio se interpuse en favor del cónsul Albinus, que había sido
acusado de crimen de majestad. Por esta defensa, Boecio fue
encontrado sospechoso de conjuración contra Teodorico y de cometer
magia.6 Fue encarcelado en la región de Pavía, una de las tres capitales
de Teodorico, y luego de dos o tres años de reclusión, en 524 o 525 fue
condenado por un tribunal quinquiral, compuesto de cinco senadores,
en cuyo juicio Boecio no tuvo derecho a comparecer. Fue torturado de
manera inhumana y finalmente decapitado.
Boecio aparece en el martirologio romano como S. Severinus Boethius7
y recibe culto en la diócesis de Pavía desde 1883 por decreto del Papa
León XIII. Su fiesta se celebra el 23 de octubre y sus restos descansan
en Pavía, al norte de Italia, en la basílica de San Pietro in Ciel d’oro, a
poca distancia del lugar donde reposa el cuerpo de San Agustín,
obispo de Hipona.
La vida y la obra de Anicio Manlio Torcuato Severino Boecio pueden
ser consideradas como una existencia coherente de la vida de
contemplación y la vida práctica. Hombre de estudio, de letras y de
familia, su vida puede ser vista como un ejemplo de claridad, rigor
académico y equilibrio entre la vida privada y la práctica, atributos que
6 Cfr. ROUSSEAU. P, “The death of Boethius: the charge of maleficium” in Studi Medievali,
3era serie, 20, 1979, p.871-889. 7 Este lugar dentro del martirologio romano se puede comprobar en
http://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_academies/cult-
martyrum/martiri/009.html#ottobre consultado el 21 de mayo de 2014, 8:58 p.m. El texto
en italiano sobre Boecio dice: “A Pavia in Lombardia, ricordo di S. Severino Boezio,
martire, che, illustre per la dottrina e gli scritti, rinchiuso in carcere scrisse il trattato Sulla
consolazione della filosofia, rimanendo fedele a Dio sino alla morte inflittagli dal re
Teodorico.”
http://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_academies/cult-martyrum/martiri/009.html#ottobrehttp://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_academies/cult-martyrum/martiri/009.html#ottobre
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pueden ser una gran cura, y una gran consolación para los cotidianos
problemas de nuestra acelerada vida contemporánea.
B) El ámbito de la experiencia humana y la personificación de Filosofía
Parece que la Consolación está escrita por un estoico que se prepara a
aceptar su destino más que por un cristiano que se prepara a morir.
Más que en la escuela o en la religión de Boecio debemos fijarnos en su
humanidad: el autor encara valientemente su muerte con todas las
herramientas adquiridas en vida. Es aquí cuando aparece la Filosofía
en medio de la oscura celda. ¿A qué ha venido?
Recordemos que Boecio desea encontrar el sentido del sufrimiento
desde la experiencia humana completa. Filosofía ayuda en esta tarea,
pero toca a Bocio apropiarse y señorear la situación. Vemos entonces
que Filosofía representa el intelecto racional que pretende entender las
causas de las cosas, y averiguar si la causa del sufrimiento es superior
o si hay un bien que supere al sufrimiento en modo causal:
La Filosofía provee refuerzo intelectual e iluminación, descanso y
frescura, una manera de visualizar el mundo natural más allá de la
celda, revelaciones de material inaccesible a la sola razón y
diferentes voces genéricas para Boecio y la Filosofía.8
Boecio se propone reflexionar acerca de sus pesares, pero no procede
de manera estrictamente silogística, pues para alegrarse un poco, hace
uso de los metros latinos. Como cualquier hombre, Boecio fue hijo de
su tiempo. Alaba a Virgilio y el estilo de las diatribas cínicas menipeas
y sigue el estilo del diálogo platónico y ciceroniano, pues la Consolación 8 SHANZER, Danuta “Interpreting the Consolation” in Cambridge Companion to Boethius,
compiled by MARENBON John, CUP, Cambridge, UK, 2009, pp. 283
“Philosophy provides intellectual reinforcement and illustration, rest and refreshment, a
way of visualizing the natural world beyond the cell, revelations of material inaccessible to
reason alone and different generic voices for Boethius and Philosophy.”
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es también un ejercicio pedagógico donde Filosofía lo induce a la
introspección.
Notemos que la personificación de Filosofía surge de la experiencia
humana. Boecio habla de “una mujer de venerable rostro y ojos
vivos”9, no de una aparición celestial o fantasmagórica.10.
La dama no viene a salvarlo sobrenaturalmente, sino humanamente,
pues ha quedado claro que llega a Boecio como una mujer común,
aunque después se ve que puede alcanzar desde la talla de los hombres
las alturas del cielo11 Filosofía no es una diosa, sino una personificación
del intento humano por alcanzar lo divino.
Un Crítico, J. Relihan, apunta que la Filosofía no saca a Boecio de la
celda volando, por tanto, su visita es un fracaso. Ante esta crítica
podemos responder que Filosofía no es un deus ex machina, pues no es
su misión salvar divinamente, sino al modo humano, esto es:
preparando con razón y poesía a todo el compuesto humano para la
apropiación suprema de su naturaleza en la búsqueda de lo divino. 12
La filosofía también aparece como un modo de amor humano que
alcanza su optimación en la persecución de Dios. La filosofía es, en
cierto modo, mediadora entre Dios y el hombre, aunque su origen,
9 BOECIO, Consolatio Philosophiae, en el compendio de J.P Migne Patrología Latina, 9MPL63, Cons. I. p.1, 1-5
“mihi supra uerticem uisa est mulier reuerendi admodum uultus, oculis ardentibus et
ultra commumem hominum ualentiam perspicacibus”
La consolación de la Filosofía, L. I, Prosa I, trad. De Esteban M. de Villegas y Fray Manuel de
Aguayo, Ed. CONACULTA, Col. Cien del mundo, México,(1989), pp. 77 10 BOECIO, Consolación de la filosofía, Trad. Pablo Masa, Ed. Aguiar, Buenos Aires,
(1955)Cons .De Villegas (1989) 1, p.1,2-3 11 Cfr. Cons. Planoudes 1, p.1, 5-7 statura discretionis ambiguae. nam nunc quidem ad
communem sese hominum mensuram cohibebat,nunc uero pulsare caelum summi uerticis
cacumine uidebatur. 12 SHANZER, Op. Cit. (2009) pp. 285
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31
como el de la Consolación, es un esfuerzo humano. Sólo hay una breve
allusion a la gracia divina. “En vez de ello la Consolación mayormente
enfatiza la auto-ayuda, poniendo el acento en uno mismo.”13
Entonces, ¿Boecio no compromete su cristianismo, propuesto en los
Opuscula Sacra, al enfocarse en el trabajo humano más que en el divino?
Boecio no abandona el cristianismo, y el hecho de que no aparezca en
la Consolación puede atribuirse a la intención de que el ejercicio
especulativo que pretende dar paz sea una terapia de origen humano
con destino en lo divino.
El cristianismo plantea el camino inverso, donde Dios se hace hombre
y de este modo trae la salvación. No parece que Boecio relegue su
cristianismo, sino que da más importancia al ejercicio humano de
terapia. La filosofía es una terapia para el alma del hombre cercano a la
muerte.
C) El cristianismo en la Consolación
¿Se puede decir, sin más, que Boecio se olvida de sus principios
cristianos y se acoge solo a la filosofía para recibir su muerte? O ¿Es
que hay una prevalencia de la razón sobre la fe? Si planteamos las
posibles soluciones al problema tendremos que, o hay una omisión de
la doctrina cristiana en la obra en favor del mérito humano de la
filosofía; o bien, los principios cristianos permean la obra de una
manera discreta pero en sincretismo con aquellos de la filosofía clásica.
Si los principios cristianos son omitidos en favor de la filosofía clásica,
entonces la introducción del problema de la oposición de la libertad y
la Providencia (por mencionar algunos de varios) tiene poco sentido.
Parece que esto pasa así porque un pensador no cristiano habría
13 SHANZER, Op. Cit. (2009) pp. 242 “There is only one brief allusion to divine grace.
Instead the Consolation mostly emphasizes self-help, making the ascent on one’s own.”
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resuelto el problema sin mayor dificultad recurriendo a una solución
más enfocada en lo físico que en lo antropológico. 14 Por otra parte, si
los principios cristianos son sintetizados con la cultura de la filosofía
clásica se pueden resolver armoniosamente, entre doctrina revelada y
razón natural, los problemas de matriz cristiana, de los que la
oposición libertad-providencia considero un ejemplo.
La argumentación dada en el libro IV de la Consolación en torno a la
relación de la providencia y la libertad es una brillante muestra del uso
del razonamiento antiguo aplicado a la resolución de un problema de
matriz teológica cristiana. Por tanto, podemos decir que Boecio toma
en cuenta los principios cristianos para resolver el mencionado
problema ayudándose de herramientas clásicas. Se podría decir que
Platón y los estoicos también hablaron de la providencia y la
confrontaron con la libertad, y es verdad: el problema se trató, pero no
desde el punto de vista ni con los mismos instrumentos que los que
usa Boecio.
Acerca de esta relación con los clásicos, algunos autores dicen que “La
Consolación es una obra escrita por un platonista que es también un
cristiano, pero no es un trabajo cristiano.”15 La Consolación no es una
obra abiertamente Cristiana: el nombre de Cristo no aparece ni se habla
del testimonio apostólico, etc. Sin embargo, la obra trata de problemas
que el cristianismo estudia profundamente. Más bien, Boecio
14 Creo que este problema es de corte cristiano aunque ya fuese tratado en la antigüedad.
Pues en el cristianismo Dios es persona y ¿qué implicaciones morales hay si una persona
óptima fuerza la libertad de otra? Hay que dar soluciones más complejas que una mera
remisión a una Providencia fría. El cristianismo armoniza entre antropología y metafísica
porque Dios se hace hombre en Cristo. 15 SHANZER, Op. Cit. (2009) pp. 241 “The Consolation is a work written by a Platonist
who is also a Christian, but is not a Christian work”
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33
neutraliza las terminologías cristianas en la obra con el fin de enfocarse
en el ejercicio humano de la búsqueda de la dicha en lo divino:
Lo que encontramos si hacemos estos responsablemente es que
Boecio neutraliza o reposiciona o desconoce o rechaza
explícitamente el lenguaje cristiano, como “creador”, usa
fuentes cristianas y deliberadamente juega a lo que Jacques
Fontaine llama “doble transparencia”. Los momentos en que
advierte tópicos teológicos importantes (martirio, ascetismo,
oración suplicatoria, infierno y purgatorio, exiben, a lo más, una
paráfrasis sincrética. 16
I.2 El trasfondo moral del a discusión cosmológica
A) El fin de la filosofía en la Consolación
Desde el comienzo de la obra, la misión de la filosofía es clara: viene a
consolar y a iluminar a un desgraciado.
“¡Oh maestra de las virtudes!, ¿Para qué, dejando tu alta morada has
bajado a estas soledades de mi destierro? ¿Acaso vienes tú también
como rea a ser vejada conmigo por falsas acusaciones? A lo cual, ella
respondió: ¿Pues habíate yo de desamparar, hijo mío, ni dejar de
tener parte en la carga que sufres por la envidia de mi nombre, sin
hacerme partícipe en el trabajo? Claro está que no era hecho de la
filosofía dejar ir solo al inocente en el viaje, porque temiera yo mi
propia represión y como de cosa nunca sucedida me asombraría” 17
16 SHANZER, Op. Cit. (2009) pp. 241 What we find if we do this responsibly, is that he
neutralizes either “repossesses” or is unaware, avoids explicitly Christian language, such
as creator, uses Christian sources and deliberate plays with what Jacques Fountaine calls
“double transparence”. The moments at which he adverts to various important theological
topics (martyrdom, ascetism, supplicatory prayer, hell and purgatory) exhibit at best
syncretisctic paraphrase 17 Cons. 1, p. 3, 4-10 (1955) MPL63 Cons. I. p. 3, 7-12 o omnium magistra uirtutum, supero cardine delapsa uenisti? an ut tu quoque me cum rea
falsis criminationibus agiteris? -- an, inquit illa, te, alumne, desererem nec sarcinam quam
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34
La Filosofía, insistimos, se presenta como personificación del esfuerzo
humano por comprender el mundo y su fin no está en lo puramente
especulativo sin más, sino en hacer de lo especulativo el estado de
optimación humana. Según Ramón Xirau en la Consolación el medio de
la comprensión es la razón, mientras que en los Opúscula Sacra lo es la
fe. 18
Siguiendo esta línea encontramos que la razón es también árbitro de
las pasiones. En la cárcel, Boecio se encuentra pesaroso y airado con
sus acusadores. Filosofía lo ayuda a templar sus pasiones y a
gobernarlas. Veamos este papel gobernante de la filosofía en el texto
base. Boecio está argumentando hacia su favor sobre los particulares
problemas políticos de los que fue víctima. Pero Filosofía lo invita a
calmarse y a considerar la situación con más objetividad:
Y finalmente, el sentimiento se encendió contra la fortuna, y tú te
quejaste de que los premios no respondían a los merecimientos y a
los finales de tu airada musa pediste encarecidamente que la paz que
modera el cielo, gobernase también las tierras.
Pero porque te ha cercado un gran ejército de pasiones y de dolor, ira
tristeza te traen muy dividido en partes, como al presente está muy
mental, por eso no le pertenecen ahora remedios muy fuertes. Por lo
cual usaremos de algunos más ligeros de aquí a un poco, para que al
que endurecieron con grandes turbaciones, con tacto suave le
enternezcan disponiéndole a que pueda recibir después la aspereza
de medicamento más riguroso.19
mei nominis inuidia sustulisti communicato te cum labore partirer? atqui Philosophiae fas
non erat incomitatum relinquere iter innocentis. meam scilicet criminationem uererer et
quasi nouum aliquid accideret perhorrescerem? 18 Cons. (1989) Introducción de Ramon XIRAU p.10
19 Cons. I, p. V, 43-48 (1955)
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35
Vemos que Filosofía intenta regular las pasiones desde una
armonización propia de la naturaleza del hombre, esto es limitada y
capaza de ser moldeada. También se habla de remedios y
medicamentos, con esto pensamos que la tarea de Filosofía es
optimizar al hombre armoniosamente en sus componentes. La razón
impera en la armonía, sin que se desnaturalicen las facultades
humanas. No aniquila las pasiones ni los instintos, sino que los
gobierna, a fin de llevar al hombre a su estado óptimo con la justa
medida y la prudencia.
Acerca de este estado óptimo Filosofía dice algo interesante, pues
prepara a Boecio para recibir el gran remedio, el “medicamento más
riguroso” que no es otra cosa que la bienaventuranza en Dios. Vemos a
Boecio tranquilo en medio de sus tribulaciones, pues dice a Filosofía
que no era necesario acogerse a refugio de infames espíritus, “porque
tú me guiabas para una gran excelencia, que es hacerme a Dios muy
semejante” 20
Es así que Boecio postula que la semejanza humana a Dios en la
capacidad de gobernar conforme a un fin óptimo. Así como Dios guía
todas las cosas a su optimación por medio de su providencia, así los
hombres se gobiernan a sí mismos para alacanzar la bienaventuranza
MPL63 I, p. V, 33s.
postremus aduersum fortunam dolor incanduit conquestusque non aequa meritis
praemia pensari in extremo Musae saeuientis, uti quae caelum terras quoque pax
regeret, uota posuisti. sed quoniam plurimus tibi affectuum tumultus incubuit
diuersumque te dolor ira maeror distrahunt, uti nunc mentis es, nondum te
ualidiora remedia contingunt. itaque lenioribus paulisper utemur, ut quae in
tumorem perturbationibus influentibus induruerunt ad acrioris uim medicaminis
recipiendam tactu blandiore mollescant. 20
Cons. I, p. IV, 167-169 (prgr. No. 39) (1955)
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36
en Dios. Ya que si Él es el principio del orden mundano, la felicidad
debe hacer referencia al principio supremo y salvador. 21
En suma, la filosofía es un acercamiento a Dios, pues surge de un tipo
de deseo para encontrar la dicha en la contemplación de la bondad de
Dios. También lo es porque con la filosofía se reconoce el principio
supremo de Dicha que es Dios. Por tanto, la filosofía es un tipo de
amor que reconoce la benevolente caridad divina.
B) Al encuentro de la Providencia
Una vez que se ha aclarado el fin de la filosofía, Boecio procede
racionalmente sobre su situación, y con esto me refiero a que busca las
causas de su prisión y la injusticia de la misma. Este ejercicio es hecho
con el fin de dejar tranquilo el espíritu, sabiendo que es posible la
posesión del bien en medio de la calamidad.
Es aquí cuando Boecio se plantea una de las preguntas clásicas de la
cultura filosófica: Si Dios existe, y es Sumo Bien, ¿de dónde proviene el
mal? Esta inquietud la expresa el filósofo en el metro V del libro I,
donde graciosamente trata sobre el orden del mundo y su origen en
Dios. Notemos la atención que presta al orden de las esferas celestes:
“¡Creador del firmamento estrellado! ¡Tú, que sentado en eterno trono
haces girar el cielo en vertiginosas revoluciones y obligas a los astros a
obedecer tus leyes!”22
Vemos que, de principio, Boecio acepta el señorío metafísico de Dios
sobre el mundo, pues el orden observado lo remite a un principio
21 MARENBON, John, Boethius, Col. Great medieval thinkers, Oxford University Press,
New York, (2003), pp. 101. 22 Cons. I, m. 6, 1 ss. (1955)
MPL63, Cons. I. m. V, 1 ss. o stelliferi conditor orbis,/qui perpetuo nixus solio/
rapido caelum turbine uersas/ legemque pati sidera cogis,
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autónomo y divino. Posteriormente, se reafirma con claridad la
creencia boeciana en la acción de Dios en el mundo. Cuando Filosofía
pregunta a Boecio sobre el tema la respuesta es contundente:
¿Por ventura piensas que este mundo se rige por sucesos temerarios
y sin orden, o crees que hay razón que lo gobierne? Yo repliqué: en
ninguna manera he presumido que intervenga caso temerario en el
movimiento de cosas tan bien concertadas, Antes sé que de cierto
que a esta obra preside un Dios que es su fabricador. Ni habrá día
que me pueda apartar de la verdad de este parecer23
Es decir, el mundo no se explica por sí mismo, por tanto hay que
recurrir a un principio que lo explique y que esté presente en el
mundo pero que sea el mundo. Sobre la creación trataremos en uno de
los capítulos siguientes como tema central. Boecio indica que el
principio de las cosas también es su fin, dada su perfección. Pues Dios,
como hacedor, las ha creado con el fin de que estén en él, ya que no
hay nada más perfecto ni otro creador que Dios.
Así, se prueba desde una argumentación naturalista que Dios es el
Sumo Bien que compete al orden moral. Debemos dejar en claro que la
discusión moral es posterior a los argumentos naturalistas dado en
libro I.
Dice la Filosofía: ¿y sabes también de qué parte traigan todas las
cosas su origen? Conozco -dije- que es de Dios, (a lo que Filosofía
23 Cons. 1, p.6 1-10 ss (1955)
MPL63 Cons. I. p. 6, 1-10 ss.
tum illa: huncine, inquit, mundum temerariis agi fortuitisque casibus putas an ullum
credis ei regimen inesse rationis? -- atqui, inquam, nullo existimauerim modo ut fortuita
temeritate tam certa moueantur, uerum operi suo conditorem praesidere deum scio nec
umquam fuerit dies qui me ab hac sententiae ueritate depellat.
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responde) ¿Pues en qué va, que sabiendo quién es el principio de
las cosas, ignora cuál sea el fin de ellas?24
Boecio ancla su discurso sobre la providencia mencionando que es
necesario remitirse a un primer principio que origine y explique el
mundo. Ese principio, al ser autónomo, es perfecto y por tanto bueno
en grado sumo, pues origina todas las cosas y por su bondad perfecta
las lleva a su bien.
C) De la Providencia al sumo bien en el ámbito moral
Dios es el principio y es lo óptimo que optimiza a todas las cosas. Pero,
¿Cómo se puede postular que Dios es bueno a la vez que es principio?
Todo esto hay que dilucidarlo en el marco moral que es un preámbulo
a la discusión por la eternidad del mundo.
Parece que esto se soluciona revisando la jerarquía de las cosas del
mundo. Es decir, vemos que hay mal, e incluso los malos llegan a
gobernar sobre los buenos. Pero, en general, también vemos que los
viciosos no logran apropiarse de su naturaleza y sin virtud dejan de
ser lo que son. Si no, piénsese en el borracho empedernido que, por su
vicio pierde su capacidad racional y puede llegar a morir.
Al respecto, Boecio dice que “El ser es una cosa que tiene orden y
guarda su naturaleza, y lo que falta de aquí pierde también el ser que
naturalmente en sí tiene” Luego, si el mal es desorden y no conserva
en el ser, Dios no puede ser malo, pues es el principio soberano que a
ser a todas las cosas. El no ser no puede nada, y el mal, que es una
degradación hacia el no ser, no es tan poderoso como el bien. Luego el
24 Cons. 1, p.6, 30 ss. (1955)
Cons. DE VILLEGAS, 1, p.6,28- 32
MPL63 Cons. I. p. 6, 21 ss.
atqui scis unde cuncta processerint. -- noui , inquam, deumque esse respondi. -- et qui fieri
potest ut principio cognito quis sit rerum finis ignores?24
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bien pleno es muy fuerte porque se identifica con Dios, que es el
principio del ser. Es aquí que Boecio dice que “No hay cosa más
poderosa que el Sumo Bien”
D) La libertad y la Providencia
En el último libro de la Consolación, Boecio se plantea una pregunta
con cuya respuesta corona toda la obra: Si Dios es eterno, entonces ha
visto desde un lugar privilegiado las acciones humanas que se dan en
el tiempo. Ahora bien, si Dios las ha visto y sabe cómo serán, ¿existe la
libertad humana?
En esta pregunta Boecio retoma la discusión antigua sobre la existencia
de la libertad y la enriquece con algunos argumentos que han dado
Padres de la Iglesia como San Agustín. Boecio mismo hace unos
planteamientos muy originales y será considerado como una autoridad
por la tradición escolástica latina en torno a este tema.
No es coincidencia que toda la obra termine con esta pregunta que
busca la relación entre la Providencia divina y la libertad humana. La
intención es mostrar que la libertad es defendible aún dentro del marco
que implica a un Dios providente. Boecio fundamenta su
argumentación en la revisión del orden causal de la realidad.
Hay que distinguir entre las cosas que tienen causas necesarias y las
que tienen causas contingentes. Por ejemplo, si al mismo tiempo en la
mañana vemos que el sol sale y que un hombre camina, sabremos que
el movimiento del sol es necesario y depende de leyes cósmicas,
mientras que el caminar del hombre es una realidad contingente,
puesto que no tiene el mismo modo de ser que algo necesario, es decir,
lo contingente puede ser de otra manera.25 Además, del conocimiento
25 Cfr. Cons. V, p. 6, 120-145 (1955)
MPL63 Cons. V. p. 6, 20 ss.
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40
necesario de una acción contingente, como cuando vemos que un
hombre camina, no se sigue una determinación en el actuar, puesto
que la acción contingente puede cambiar según su propia causalidad.
Por ejemplo, si sabemos necesariamente que el hombre va caminando
pues lo hemos visto caminar un trecho, no seremos capaces de prever
si decidirá cambiar de dirección de modo repentino. El principio de
acción está en el sujeto, incluso si es contingente, y si bien, podemos
conocer con cierto grado de certeza sus acciones, no las podremos
determinar en un modo completo. Es así que el cambio depende del
propio sujeto y no de quien lo ve, pues el sujeto es causa próxima que
explica sus acciones.
Algo semejante pasa entre la Providencia y la libertad de los hombres.
Dios, en su eternidad ve las acciones que los hombres tendrán, pues
está fuera del tiempo y es un espectador privilegiado. Ahora bien, si
Dios ha visto las acciones contingentes de los hombres eso no lo hace la
causa próxima de las mismas, sino que conviene explicarlas desde la
acción del agente racional humano. Así, Dios sabe necesariamente las
cosas que no pueden ser de otra manera, y también sabe
necesariamente las cosas que pueden ser de otra manera. Pero, ¿ha
visto Dios todas las posibilidades que una entidad contingente puede
tomar? Boecio dice que no, que Dios, en su eternidad y por la
perfección de su vida intelectual ha visto de un modo cierto lo que
pasará con las cosas contingentes, pero esta preciencia no se opone a la
libertad propia de los hombres. No hay tal oposición entre libertad y
preciencia (que no es lo mismo que la Providencia), puesto que la
libertad es la causa próxima del movimiento de los hombres, mientras
que la preciencia no causa nada propiamente en los hombres, sino que
sólo es el conocimiento perfecto que Dios tiene.
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41
Por eso dice Boecio así: ”Ahora bien, Dios ve simultáneamente
presentes los futuros libres; los cuales, por consiguiente, con relación a
la mirada divina son necesarios, por ser conocidos por la ciencia de
Dios; pero considerados en sí mismos, no pierden el carácter de libres,
propio de su naturaleza.”26
Con esta breve revisión nos podemos dar cuenta de que Boecio da una
argumentación que pretende mantener a la libertad como uno de los
principios de la acción humana, pero sin desnaturalizarlo lo liga con lo
absoluto de la Providencia divina en tanto a que ella no implica sólo el
conocimiento que Dios tiene de las cosas, sino el cuidado por el que
todas las cosas tienden a su optimación. Por eso Dios, en su
Providencia, “ve por” las criaturas y porque alcancen su optimación.
De este modo, la Providencia y la libertad pueden coexistir, en tanto
que la libertad es la causa próxima de la operación humana, y en tanto
que la Providencia es el cuidado que Dios tiene de que todas las cosas
lleguen a ser óptimas. La libertad no le da por sí misma al hombre su
perfeccionamiento en lo moral y en la aproximación al Sumo Bien, cosa
que sí puede dar la Providencia, pues ella guía hacia el Bien Supremo y
asume la libertad.
26 Cons. V, p. 6, 153-156 (1955)
MPL63 Cons. V. p. 6, 21 ss.
eodem igitur modo, si quid prouidentia praesens uidet, id esse necesse est tametsi nullam
naturae habeat necessitatem. atqui deus ea futura quae ex arbitrii libertate proueniunt
praesentia contuetur; haec igitur ad intuitum relata diuinum necessaria fiunt per
condicionem diuinae notionis, per se uero considerata ab absoluta naturae suae libertate
non desinunt.
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42
E) ¿En qué aprovecha a la vida práctica la diferencia entre eternidad y
perpetuidad?
¿En qué sentido aprovecha tratar sobre la perpetuidad del mundo en
función del fin moral que tiene la Consolación? En los apartados
anteriores hemos visto que Boecio piensa que el fin de la filosofía (y de
su personificación en la obra) es hacer al hombre óptimo, de modo que
sea semejante a Dios.
Hemos visto que Boecio propone que el Sumo Bien es Dios, y que la
bienaventuranza se encuentra en la posesión de este Sumo Bien. Pero
Dios también es principio y ordenador, y tiene un señorío o principado
metafísico (en el orden del ser, esto es) sobre el mundo. Ahora bien, si
Dios es el Bien Sumo, su entidad es perfecta y eterna, como Boecio
afirmará en otro lugar de la obra.27
Si la bienaventuranza recae en la posesión del Sumo Bien, entonces,
como él, también la bienaventuranza debe implicar una vida
interminable que se asemeje a la del Sumo Bien que es Dios.
Parece, entonces, que el saber sobre la eternidad de Dios aprovecha en
el sentido en que con ella se puede reconocer que (1) Dios tiene un
señorío metafísico sobre el mundo debido a que es principio y Sumo
Bien, y (2) porque da cierta luz sobre la existencia ilimitada de la
bienaventuranza en la posesión del Sumo Bien.
Por otra parte, la distinción, que tendremos oportunidad de estudiar,
entre eternidad de Dios y perpetuidad del mundo aprovecha en el
ámbito moral al apoyar la argumentación en virtud de la cual se dice
que Dios y el mundo no son lo mismo. Saber, por la diferencia entre
27
Cons. V, p. 6, 73-75 (1955)
MPL63 Cons. V. p. 6, 58-60 itaque si digna rebus nomina uelimus imponere, Platonem
sequentes deum quidem aeternum, mundum uero dicamus esse perpetuum.
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eternidad y perpetuidad, que Dios y el mundo no son lo mismo puede
ayudar a reconocer a Dios como Sumo Bien. Y si se tiene en claro cuál
es el Sumo Bien que se persigue, entonces son más claras las metas y
medios de la vida práctica.
Recapitulación:
a) La función de la filosofía para Boecio es mostrar al hombre cuál
es el Sumo Bien en virtud del cual puede tener la
bienaventuranza como el mejor tipo de plenitud posible. La
bienaventuranza consiste en hacerse semejante a Dios en función
de una participación en la plenitud.
b) No hay oposición entre libertad y Providencia, puesto que la
libertad es la causa próxima del movimiento de los hombres,
mientras que la preciencia no causa nada propiamente en los
hombres, sino que sólo es el conocimiento perfecto que Dios
tiene.
c) La distinción entre eternidad divina y perpetuidad mundana
aprovecha en el ámbito moral porque con ella podemos saber
que Dios y el mundo no son lo mismo. Saber esto puede ayudar a
reconocer a Dios como Sumo Bien. Y si se tiene en claro cuál es el
Sumo Bien que se persigue, entonces son más claras las metas y
medios de la vida práctica.
d) Dentro del ámbito dialéctico, Boecio propone 3 tipos de
argumento y un pseudo argumento. El primero (1) trata sobre lo
fácilmente verosímil y lo no necesario. Éste sólo está aquí en
función de encontrar un método para discutir sobre la verdad,
pues propiamente pertenece al orden de lo demostrativo según
su necesidad. El segundo versa sobre lo fácilmente verosímil y no
necesario. El tercero versa sobre lo no fácilmente verosímil y lo
necesario. El tercero, debido a su necesidad, entra también en el
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orden de lo demostrativo. El segundo es propiamente el
argumento dialéctico, pues versa de las cosas que no son
necesarias.
e) No hay una prueba suficiente para decir que, de modo necesario,
el mundo tiene una vida interminable en el sentido de ser
perpetuo, pues (a) de tener el mundo una vida interminable,
nadie ha estado en todo esa extensión de su existencia para
acreditar tal vida. (b) No se tiene la certeza de que alguien estará
presente en el momento en el que la vida del mundo finalizará si
es que su vida terminará. (c) No está comprobado por las ciencias
particulares, ni las del tiempo de Boecio ni las nuestras, si la vida
del cosmos es interminable, de ello no tenemos información
empírica que justifique tal propuesta. Y en un contexto teológico
(d) si el mundo depende de Dios y de su voluntad en última
instancia, no se tiene la seguridad de que Dios quiera continuar
sustentando la vida del mundo.
f) El argumento sobre la vida perpetua del mundo en la Consolación
es dialéctico, pues concuerda con lo que Boecio propone sobre
este tipo de argumento en el De topicis differenttis, ya que es
fácilmente verosímil proponer la vida perpetua del mundo, como
muchos filósofos en la antigüedad lo hicieron, y no trata a la
perpetuidad como un atributo no necesario, puesto que no hay
pruebas suficientes para aclarar que tal vida sea necesariamente
perpetua.
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45
Capítulo II El lugar de la discusión sobre la perpetuidad del mundo
en la lógica de Boecio
Introducción
La discusión acerca de la eternidad o la perpetuidad del mundo ha
estado presente desde la antigüedad clásica entre los académicos. Un
gran avance se da en esta discusión cuando los métodos de
investigación argumentativa se perfeccionan. Desde el momento en
que hay una mayor exactitud sobre los modos de argumentar y sobre
las maneras de generar diversos estados subjetivos como la certeza, la
credibilidad, la persuasión, etc. La búsqueda del mejor método para
encontrar argumentos fue sistematizada por primera vez en los Tópicos
de Aristóteles. Boecio retoma esta tradición sobre la mejor forma de
hacer una teoría de la argumentación y nos basaremos en una de sus
obras sobre esto para aclarar cuál es el lugar que ocupa la discusión
sobre la perpetuidad del mundo en su propuesta lógica.
Sabemos que Boecio redactó un comentario a los Tópicos de Aristóteles,
pero esta obra está perdida y sólo la conocemos por referencias
indirectas. Sobrevive un tratado acerca de los tópicos en el que Boecio
expone sus propias ideas sobre la forma de encontrar un argumento y
también discute algunas propuestas dadas por Temistio y Cicerón
acerca del tema. El texto al que nos referimos es el De Topicis
Differenttis, o De las diferencias de los Tópicos. Este es un tratado
compuesto por cuatro libros, en los cuáles Boecio explica qué es un
tópico y cómo, por medio de ellos, se puede encontrar una forma
correcta de generar un argumento. En este texto Boecio sigue de cerca
la tradición aristotélica que pretende conocer cuáles son los tipos de
argumento que generan mayor acercamiento a la verdad. También
menciona, como es común en los autores medievales de diversas
tradiciones, cuáles son las disciplinas a las que les corresponde cada
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tipo de argumento. Boecio menciona que hay cuatro tipos de
disciplinas que están bajo una ciencia del discurso: “Toda la ciencia del
discurso está situada bajo cuatro disciplinas y artesanos, como si fuera,
de estas disciplinas, a saber: el dialéctico, el orador, el filósofo y el
sofista.”28 Revisemos brevemente cómo se atribuye diferentes tipos de
argumento a estas disciplinas para saber qué es la dialéctica y cómo es
el tipo de argumento que usa.
II.1 Los tipos de argumentos en el De Topicis differenttis
Boecio define el argumento así: “el argumento es una razón que
produce fe sobre una cuestión dudosa.”29 Esta es una definición que ha
pasado a la tradición medieval como un fundamento de autoridad
clara. En el Tractatus de Pedro Hispano encontramos esta misma
definición sobre el argumento y esto es muestra de la fama explicativa
de Boecio. Una vez que ha dado la definición, Boecio procede a decir
cuántos tipos de argumentos hay según el grado de credibilidad que
generan. De este modo propone que “de todos los argumentos,
algunos son plausibles30 (probabilia) y necesarios, otros; plausibles y no
necesarios, otros; necesarios pero no plausibles, y otros ni plausibles ni
necesarios.”31 Hay que tomar en cuenta lo que Boecio entiende por
“plausible” y por “necesario” para tener una mejor comprensión de los
tipos de argumento que propone. Algo es “plausible” cuando parece
verdadero a todos, o a la mayoría, o a los sabios, y entre los sabios, ya
28 BOECIO, De Topicis Differenttis, I, (1181D) p.41 15-18, Trad. Eleanore STUMP, Cornell
University Press, Nueva York, (1989). 29 De Top. Diff. I, (1180C 6-7) p.39 18-19. 30
La traducción de Stump (Ver nota siguiente) traduce probabilia por “readily
believable”. Podríamos traducir esto por argumentos “ fácilmente verosímiles”,
pero hemos decidido usar “plausibles” siguiendo la tradición aristotélica. 31 De. Top. Diff. I, (1180C 6-7) p.39 24-27. Of all arguments, some are readily believable
(probabilia) and necessary, some readily believable and not necessary, some necessary, but
not readily believable, and some neither readily believable nor necessary.
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47
sea a todos, a la mayoría o a los más famosos y distinguidos.”32 Por
otra parte, algo es necesario, ”si es como se dice ser y no puede ser de
otra manera.”33 En los siguientes pasajes Boecio se detiene en cada una
de las combinaciones que ha dado y propone un ejemplo para ilustrar
mejor el tipo de argumento al que se refiere. Aquí exponemos la
clasificación de los tipos de argumentos34:
Cuadro No.1 Los tipos de argumento por la combinación
No. Verosimilitud Necesidad Qué es Ejemplo
1 Plausibles Son necesarios Arg. Demostrativos
por principios,
entendidos por todos.
Si algo se añade a
algo el todo será
mayor.
2 Plausibles No necesarios Arg. dialécticos.35** La
mente las acepta pero
no contienen una
verdad necesaria.
Si ella es madre,
entonces ama a su
hijo.
3 No plausibles Son necesarios Arg. demostrativos no
a todos evidentes.
Deben ser como se
dice, pero no todo
oyente las acepta
Un eclipse de sol
ocurre porque se
interpone la luna
4 No plausibles No necesarios No son argumentos,
pero pueden tener su
forma.
Diógenes tiene
cuernos, porque
todos tienen lo
que nunca perdió
él.
32 De. Top. Diff. I, (1180C 16-18) p.39 28-30. Something is readily believable if it seems true
to everyone or to most people or the wise-and of the wise, either to all of them or most of
them or those most famous and distinguished- (…) Notemos la influencia aristotélica cuya
referencia es Tópicos I, 1 100b23-26, pues aquí se define a las éndoxa así: ”son cosas
plausibles las que parecen bien a todos, o a la mayoría, o a los sabios, y, entre estos
últimos, a todos, o a la mayoría, o a los más conocidos y reputados.” 33
De. Top. Diff. I, (1180D 7-8) p.39 36-37 34
De. Top. Diff. I, (1180D 9-1181 A 12) p.39-40 35** Estos nombres son dados por nosotros, no están en el texto de Boecio.
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Notemos que la cuarta combinación se compone de cosas que no son ni
plausibles ni necesarias. Estos argumentos aparentes no están
establecidos en la opinión humana ni en la verdad. Y no pueden ser
llamados argumentos, porque éstos pretenden producir creencia en
función de algo que está en duda. Pero no hay creencia a partir de
éstos, pues no están establecidos ni en la opinión humana ni en la
verdad.36
En el cuadro hemos revisado la organización de los tipos de argumento
según su plausibilidad y su necesidad. Podemos decir que los tipos de
argumento se basan en estos dos criterios debido a que su fuerza reside
en dos fundamentos de los que la plausibilidad y la necesidad son una
prueba, o sea, en: (1) la opinión humana (2) la verdad de la cosa. Con
esto podemos observar que la propuesta de Boecio acerca de la
finalidad de los Tópicos recae en una parte subjetiva, que corresponde
a (1) la opinión humana, y a una parte objetiva que es (2) la verdad de
la cosa.
Boecio también propone que a cada uno de estos argumentos le
corresponde una disciplina que los utiliza. Esto Boecio lo explica así:
“Puesto que todo el artificio del discurso consiste en cuatro disciplinas,
debemos decir cuál admite el uso de cuál argumento, (…) Toda la
ciencia del discurso está situada bajo cuatro disciplinas y artesanos,
como si fuera, de estas disciplinas, a saber: el dialéctico, el orador, el
36
Cfr. De Top. Diff. I, (1180D 22-1181B 28) p.40
For if there is to belief regarding something which is in doubt, the mind of the hearer must
be compelled by the things to which he agrees so that he can accede also to the conclusion,
which he had not previously assented to. But because the one judging does not assent to
what is only necessary and not also readily believable, it mus be that he will not agree
either to what is produced from such a reason (ratio).
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filósofo y el sofista.”37 Habíamos citado ya este pasaje, pero esto no es
una repetición sin sentido, sino que profundiza en la explicación.
En la siguiente tabla podemos ver qué disciplina, según sus
“artesanos” admite qué tipo de argumento según lo propone Boecio38:
Cuadro No. 2 Los tipos de argumento y sus disciplinas
Artesano Tipos de argumento
Dialéctico Argumentos plausibles , ya sean necesarios o no:
a)plausibles y necesarios: demostrativos.
b)plausibles y no necesarios: dialécticos.
Orador
Filósofo o
Demostrador
a) plausibles y necesarios: demostrativos.
b) no plausibles y necesarios.
Boecio deja en claro en qué forma son diferentes el filósofo, el orador y
el dialéctico en las áreas de investigación, pues para el orador y el
dialéctico el área es lo plausible, y para el filósofo, que es también
demostrador, es la verdad.39 Acerca de esto Boecio dice: “El dialéctico y
el orador se ocupan de un tipo de argumento común a ambos, pues
cada uno tiende hacia argumentos que son plasuibles (o creíbles), aún
37 De Top. Diff. I, (1181D)p.41 15-18 38
De Top. Diff. I, (1181D 1-7, 1182 A 1-11) p.41
The dialectician and the orator occupy themselves with a kind of argument common to
them both, for each of them aims at arguments that are readily believable whether they are
neccessary or not. They employ these two kinds of argument: those that are readily
believable and necessary and those that are readily believable and not necessary.
The philosopher and the demonstrator investigates only truth alone; and it makes no
difference whether the arguments are readily believable or not, provided they are
necessary. He also uses two kinds of argument: those that are readily believable and
necessary, and those that are necessary and not readily believable. 39
Ídem. “So it is clear in what respect the philosopher differs from the orator and the
dialectician in their áreas of inquiery, namely, for them it consists in ready believability
and for him in truth.”
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50
si son necesarios o no”40 Hay que dejar en claro que con este cuadro no
queremos decir que el filósofo sólo uso los argumentos demostrativos
que son evidentes para todos y los argumentos demostrativos que no
lo son para todos. El filósofo también puede hacer uso de los
argumentos que versan sobre lo plausible, pero los tipos de argumento
que le son propios son los dos tipos de argumento demostrativo que ya
hemos antes dicho.
Ahora bien, ¿qué es el argumento dialéctico y qué pretende? Todo el
tratado intenta dar una respuesta a esta pregunta. Desde el principio
ha dicho que una parte de los Tópicos se refiere a la facultad de
descubrir argumentos. Y también dice que la finalidad de los Tópicos
es revelar (demonstrare) una cuantiosa provisión de argumentos que
tienen la apariencia de la verdad.41 Veamos qué propone Boecio por
argumento dialéctico en el margen de este tratado, que está centrado
justamente en investigar las cosas que tienen apariencia de la verdad.
II.2 El argumento dialéctico en De Topicis Differentiis
Ya hemos dicho que los Tópicos tienen como finalidad dar una buena
cantidad de argumentos que se acerquen a la verdad. Dentro de los
tipos de argumentos que Boecio propone, la cercanía de la verdad se
da por la verosimilitud en los argumentos plausibles, y por la
necesidad que hay en ellos. Se puede decir que los Tópicos tratan sobre
el argumento dialéctico en general, puesto que intentan “revelar
(demonstrare) una cuantiosa provisión de argumentos que tienen la
apariencia de la verdad.”42
40
Ídem. 41
De Top. Diff. I, (1182A, 1182 A 15- 1182B1ss) p.41-42 42
Ídem.
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En la tradición aristotélica, los Tópicos, que se han tratado en el libro
homónimo, representan el lugar donde se discute la importancia y los
métodos de la dialéctica y el argumento dialéctico. Por otra parte, los
Analíticos posteriores tratan sobre el método de hacer ciencia, episteme,
conocimiento por causas y principios que es necesario. Además, en los
Primeros analíticos se ha tratado de los argumentos silogísticos en
general. Es así que la tradición que Boecio sigue en lógica da en los
Tópicos un lugar importante al tratado acerca de los argumentos
dialécticos.
Hemos identificado los tipos de argumentos que Boecio propone en el
primer libro de los Topicis Differentiis, y ya que todos ellos parten de lo
plausible podemos considerarlos como argumentos dialécticos. En este
grupo es posible notar una graduación que es dada por las diferentes
combinaciones entre lo plausible y lo necesario. Veamos en qué modo
se da esta graduación poniendo atención a la ordenación de los
argumentos que Boecio propone según sus disciplinas propias.
En el grupo que Boecio presentó, tenemos 3 argumentos y un pseudo
argumento. De este último no profundizaremos porque no es de
nuestro interés ahora. De entre los dos argumentos auténticos, el
primero (1) es de lo plausible y lo necesario, el segundo (2) es de lo
plausible y lo no necesario. Entrambos argumentos son propios del
dialéctico y del orador, pues se basan en que la fuerza del argumento
resida en las cosas plausibles (probabilia) que en que sean necesarias, ya
que es posible que sean contingentes.
Notemos que uno de estos argumentos, el de lo plausible y necesario
(1) es también propio del filósofo y del demostrador. Como lo hemos
organizado en el segundo cuadro, hay otro argumento que pertenece al
filósofo o al demostrador: (3) el que es de lo no plausible y de lo
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