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Añó Ballester, Encarna Bover Ríos, Mª sebastiana Fons Maurí, María Amparo Garcés Miralles, Concepción Lluch Ribera, Purificación Martín Garrido, Mª Concepción Sanz Brau, Carmen Curso académico 2010- 2011 Universitat per a Majors Jaime I de Castelló Seu del Nord,Vinaròs

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Añó Ballester, Encarna

Bover Ríos, Mª sebastiana Fons Maurí, María Amparo

Garcés Miralles, Concepción Lluch Ribera, Purificación

Martín Garrido, Mª Concepción Sanz Brau, Carmen

Curso académico 2010- 2011

Universitat per a Majors Jaime I de Castelló Seu del Nord,Vinaròs

“Y la promesa se confirma a Jacob o Israel: "Yo soy YHWH,(Yavhe) el Dios de Abraham tu padre, y el Dios de Isaac; la tierra en que estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia. Será tu descendencia como el polvo de la tierra, y te extenderás al occidente, al oriente, al norte y al sur; y todas las familias de la tierra serán benditas en ti y en tu simiente"

(Génesis 28:13-14).

“Los cautivos de este ejército de los hijos de Israel poseerán lo de los cananeos hasta Sarepta, y los cautivos de Jerusalén que están en Sefarad poseerán las ciudades del Néguev”

(Libro de Abdías, versículo 20)

LOS JUDÍOS EN ESPAÑA

1

1 – INTRODUCCIÓN ............................................................................................ 4

2 – LOS ORIGENES PUEBLO JUDÍO: LAS DIÁSPORAS ................................. 5

3 – PRIMEROS JUDÍOS EN HISPANIA: LEYENDA O REALIDAD.................... 8

4 – PERIODO HISPANORROMANO ................................................................... 9

5 – PERIODO VISIGODO.....................................................................................10

5.1 –Tolerancia .........................................................................................10

5.2 – Antijudaismo ...................................................................................11

6 – CONVIVENCIA CON EL ISLAM ...................................................................12

6.1 – Una vida en convivencia................................................................12

6.2 – Principales juderías en la España Musulmana............................. 14

7 – LOS JUDÍOS EN LA ESPAÑA CRISTIANA ..................................................15

7.1 – Convivencia .....................................................................................15

7.2 – Principales juderías en la España cristiana ..................................18

7.3 – De la convivencia a la expulsión: Las raíces del odio .................19

7.4 – Edicto de expulsión ........................................................................23

8 – CULTURA JUDÍA EN HISPANIA...................................................................29

8.1 –Cultura de los hebreos en Al-Ándalus ...........................................29

8.2 –Cultura judaica en la España cristiana ..........................................31

9 – LA VIDA EN LAS JUDERÍAS ........................................................................32

9.1 – La Aljama .........................................................................................34

LOS JUDÍOS EN ESPAÑA

2

9.2 – Religión y costumbres....................................................................36

9.3 – La familia y la ley.............................................................................39

9.4 – Gastronomía Sefardi .......................................................................40

10 – LOS JUDÍOS EN EL MUNDO ACTUAL.......................................................43

10.1 – Relaciones hispanojudías ............................................................43

11 – CONCLUSIONES .........................................................................................44

12– ANEXOS........................................................................................................48

12.1 – Principales juderías en la España, siglo XV ...............................48

12.2 – Principales juderías de la Corona de Aragón ............................49

12.3 – Personalidades de la cultura hebrea ...........................................50

12.4 – Glosario de algunos vocablos judíos..........................................53

13 – BIBLIOGRAFÍA ............................................................................................ 58

LOS JUDÍOS EN ESPAÑA

3

1 – INTRODUCCIÓN

La historia de los pueblos ha estado caracterizada, entre otras muchas

razones, por movimientos migratorios debidos a infinidad de factores: la búsqueda de

terruños aptos para la supervivencia, los cambios en el medio ambiente, el ansia de

conquista de nuevas tierras, todas estas razones constituyen algunas de las causas

que han llevado a los grupos humanos a emigrar de un sitio a otro.

Los israelitas cruzan el mar Rojo conducidos por Moises

El pueblo judío es quizás el

que ha vivido más intensamente

estos procesos migratorios. De

hecho, las migraciones judías, y el

componente religioso constituyen

los dos elementos primordiales para

comprender la personalidad de esta

civilización. La historia del pueblo

judío, el pueblo de Dios, no puede

entenderse si prescindimos de su religión, que da sentido a toda una cultura, a toda

una historia y a todo un pueblo.

Pocos son los pueblos cuya población, en su mayoría, haya vivido fuera de la

tierra de sus antepasados, lejos del lugar originario donde se forjaron sus creencias y

tradiciones. Pocos también son los pueblos que han transformado el regreso a su

tierra natal en símbolo de renacimiento, tanto nacional como espiritual a lo largo de

los muchos siglos de dispersión.

LOS JUDÍOS EN ESPAÑA

4

2 –LOS ORIGENES DEL PUEBLO JUDÍO: LAS DIÁSPORAS

La historia del pueblo de Dios comienza con Abraham. Según los libros del

Antiguo Testamento, Abraham por indicación divina emigró desde Ur de Caldea, con

todo su pueblo y sus rebaños hacia la tierra prometida, “a la tierra que te mostraré”

(Gén. 12:1). Esta promesa fue reafirmada a los patriarcas Isaac y Jacob: “La tierra

que he dado a Abraham y a Isaac, te la daré a ti, y a tu descendencia después de ti”

(Gen 35.12). En esta promesa divina, los judíos fundamentan el derecho de

considerar su tierra, Canaán, como algo suyo por derecho divino. Otra promesa

hecha por Yhavé a Abraham es que de su descendencia nacería un Mesías.

La emigración de Abraham en busca de la Tierra de promisión marca el

comienzo de un largo viaje que el pueblo de Israel recorrería antes de asentarse

definitivamente y que duraría varias centurias. Esta travesía incluye un largo y difícil

exilio a Egipto, seguido de un éxodo milagroso dirigido por Moises, profeta y

legislador de Israel, quien liberó al pueblo hebreo de la esclavitud egipcia, es también

el autor de los fundamentos de la ley judaica, contenida en los cinco libros del Antiguo

Testamento, que forman el Pentateuco y que constituyen la Torá (Génesis, Éxodo,

Levítico, Números y Deuteronomio), finalmente el pueblo judío se estableció en la

tierra de Canaán, su tierra prometida.

Canaán ha recibido diferentes nombres según las épocas: Judea, Canaán,

Israel, Tierra Santa, Palestina etc. (cada uno de estos términos alude a realidades

geográficas y políticas difusas y no estricamente coincidentes). Situada en lo que

tradicionalmente se ha llamado el Creciente Fértil estaba dividida en cuatro

provincias: Galilea, Samaria, Judea y Perea, su capital, Jerusalén estaba situada en

Judea.

Debido a su situación geográfica, el pueblo judío, establecido ya en Canaán,

sufrió desde la antigüedad diversas invasiones:

LOS JUDÍOS EN ESPAÑA

5

En el año 586 a. C., Nabucodonosor, rey de Babilonia, sitió y conquistó

Jerusalén y destruyó el Templo de Salomón (Destrucción del Primer Templo).

Muchos historiadores sitúan una gran diáspora coincidiendo con la destrucción de

este Primer Templo, pero en realidad la dispersión se había iniciado mucho antes.

Como consecuencia de estas violentas conquistas.la mayor parte de la población fue

deportada y llevada al exilio, su destino fue mayoritariamente Babilonia, algunos

judíos fueron vendidos como esclavos, solamente unos cuantos lograron huir a otros

países sin que olvidaran jamás el vínculo que les unía con Sión. También es cierto

que una parte sustancial del pueblo hebreo siempre permaneció en su tierra,

preservando su original forma de vida.

En el año 538 a. C. Ciro, rey de los persas, se apoderó de Babilonia,

permitió a los judíos el retorno a Judea y la reconstrucción del Templo de Jerusalén.

Sin embargo, gran parte de los exiliados decidió permanecer en la próspera Babilonia

y enviar contribuciones a su Judea originaria para favorecer el desarrollo de su tierra

natal, evitando así cortar los lazos espirituales y materiales que les unían a ella. Los

que emprendieron el retorno se dedicaron a reconstruir el templo y a reorganizar la

nación. La conquista de Babilonia por los persas estableció la diferencia entre el exilio

forzado y el inicio de la vida en la diáspora.

Los núcleos

judíos en la diáspora

continuaron firmes

en sus creencias

monoteístas y en

todas sus tradiciones

, si bien se

adaptaron, en parte,

a las condiciones de vida de los nuevos países y pasaron a formar parte integral de

ellos. Preservar sus ideales, los religiosos en particular, que les definen como pueblo,

ha sido una preocupación constante a lo largo de su historia. La pregunta era ¿cómo

participar activamente en una sociedad más amplia, sin perder sus propias raíces

milenarias

LOS JUDÍOS EN ESPAÑA

6

culturales y religiosas ?. Como respuesta, los rabinos, líderes espirituales, formularon

una serie de leyes indispensables para conseguir el equilibrio de esta interacción

cultural, social y étnica.

En el año 70 d.C, tras la invasión de Tito, emperador romano, se produjo la

caída de Jerusalén y la Destrucción del Segundo Templo, originándose una nueva

diáspora, la más importante de cuantas ha

vivido Israel. A pesar de ello, la unidad de

este pueblo permaneció intacta, esto se

debió principalmente a que conservaron

aquellos factores que conforman su propia

identidad y les caracterizan como pueblo.

Tras la destrucción del Segundo

Templo por la imperial Roma, cientos de

miles de judíos perecieron en el asedio de

Jerusalén, o fueron llevados cautivos a

Roma como prisioneros de guerra y vendidos

como esclavos; otros se establecieron en

Asia Menor y en el sur de Europa. El retorno

a Jerusalén se convirtió en un ideal de

libertad, que no sólo obstruyó la posible asimilación de la identidad judía por parte de

los países receptores, sino que creó un fuerte lazo de unión espiritual entre aquellos

que permanecían en Judea y los que habían emprendido la huída .

Sin tener un territorio propio, los judíos se han convertido a lo largo de su

historia en un pueblo errante que ha luchado contra la desaparición de su cultura y ha

logrado preservar su herencia y su esencia. El anhelo del retorno ha pasado a ser,

para ellos, una metáfora de su renacimiento como hombres libres y soberanos.

LOS JUDÍOS EN ESPAÑA

7

3 – PRIMEROS JUDIOS EN HISPANIA: LEYENDA O REALIDAD

El origen del establecimiento de los judíos en tierras hispánicas fue desde muy

antiguo motivo de diversas leyendas. A partir del siglo X circularon numerosas

historias relativas a familias y comunidades judías de cuyos antecesores se

aseguraba que Tito, emperador romano, o incluso Nabucodonosor, rey de Babilonia,

los había desterrado de Judea y traído a España.

Hacia finales de la Edad Media, los conversos de ascendencia judía buscaron

apoyo en estas leyendas con el fin de probar que sus antecesores no habían

participado en la crucifixión de Jesucristo. Pero en un principio, el motivo

predominante en la formación de tales leyendas fue la convicción de que su alto nivel

cultural se debía a que los judíos establecidos en España eran descendientes de la

tribu de Judá, que habría sido desterrada a España tras la destrucción del Primer

Templo y, por lo tanto, ya poblaban las tierras hispanas desde tiempos lejanos.

Más antigua es todavía la identificación de España con la bíblica Sefarad, de

ahí que los judíos españoles se llamen sefardíes. Tal identificación se debe a una

interpretación del versículo del profeta Abdías que habla de “los desterrados de

Jerusalén que están en Sefarad”. (Libro de Abdías, versículo 20)

• Según las más antiguas tradiciones, los primeros judíos debieron llegar a

España enrolados en diversas naves fenicias que comerciaban con Tarsis,

probablemente llegaron a la Tartessos del Guadalquivir.

• Otra tradición afirma que su llegada tuvo lugar tras la destrucción de

Jerusalén por Nabucodonosor a finales del siglo VI a. C. en calidad de refugiados, y

aquí se encontraron con sus compatriotas venidos durante el comercio fenicio. Si bien

todo ello es posible, no existe documentación que lo pruebe.

• Es más razonable suponer que los primeros judíos llegaron a la Península

Ibérica tras la destrucción de Jerusalén por Tito en el año 70. Ya hemos comentado

LOS JUDÍOS EN ESPAÑA

8

anteriormente que tras este hecho, gran parte del pueblo Judío emprendió una gran

diáspora.

Los primeros asentamientos parece que tuvieron lugar en la costa

mediterránea y su presencia se ha detectado en ciudades como Ampurias, Mataró,

Tarragona, Adra, Málaga, Cádiz, Mérida, etc.

Uno de los primeros restos arqueológicos es la estela funeraria del samaritano

Iustinus de Mérida, fechada en el siglo II, también la lápida de la niña Salomónula o la

del rabí Lasies. Todos estos restos arqueológicos permiten asegurar que su llegada

se produjo en los primeros años de nuestra era.

4 – PERIODO HISPANORROMANO Candelabro de siete brazos, relieve

del siglo V (Ronda, Málaga)

Durante la dominación romana, los judío

instalados en Hispania debieron ser simples

trabajadores, o incluso esclavos, que con el tiempo

fueron medrando en las ricas ciudades comerciales

de la costa. La importancia de tales comunidades

debía ser ya fuerte en el siglo IV. Parece claro que,

en esta época, la población judía era numerosa en

la Península Ibérica y las islas Baleares.

s

El Concilio de Elvira l, celebrado en la

ciudad de Ilíberis cerca de la actual ciudad de

Granada, fue el primer concilio de la Iglesia

cristiana en tierras Béticas, su fecha es incierta,

entre el 300 y el 324, En algunos de sus cánones,

se demuestra no sólo que ya existían comunidades judías en Hispania, sino que se

LOS JUDÍOS EN ESPAÑA

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trataba de comunidades prósperas que practicaban un activo proselitismo. La religión

judaica se presenta como una seria competidora del cristianismo, que no es todavía

la religión oficial del Imperio, y el Concilio se propuso combatir activamente sus

avances, manifestando claramente su interés en separar a cristianos y judíos e

impedir el proselitismo de estos últimos.

5- PERIODO VISIGODO

.1 – TOLERANCIA

A comienzos del siglo VI se consolida en la Península Ibérica el dominio de los

visigod

La legislación vigente en el siglo VII parece indicar que la tierra era para los

judíos

No está claro cómo afectaron a los judíos las diferentes políticas que surgieron

en España tras las invasiones germánicas. En los tribunales civiles se les juzgaba

5

os. Ni los cristianos, ni los arrianos mostraron inicialmente ningún interés en

perseguir a la población judía, ésta se benefició de una cierta tolerancia por parte de

la monarquía arriana, que a pesar de su inestabilidad política será complaciente con

la población judía. Durante esta etapa, judíos y cristianos no se diferenciaban más

que por su religión, eran, en general, pequeños propietarios de tierras o bien se

dedicaban al comercio.

la base de su existencia, lo mismo que para los visigodos e hispanorromanos.

Cultivaban sus tierras por sí mismos o con ayuda de esclavos, poseían fincas en

arriendo o las arrendaban a otros por el sistema muy extendido del colonato. Algunos

eran administradores de haciendas propiedad de cristianos. De su vida ciudadana

conocemos muy poco, alguna noticia esporádica nos informa que se dedicaban al

comercio con otros países. Los documentos existentes dan pie a pensar que

habitaban sobre todo en los núcleos culturalmente avanzados: en Toledo, la capital,

en las regiones meridionales y en la costa mediterránea, donde también seguirán

establecidos en su mayoría durante la dominación árabe y el segundo periodo

cristiano.

LOS JUDÍOS EN ESPAÑA

10

según

norromanos que de los

isigodos, pero el fanatismo religioso levantaba una barrera entre ambos pueblos. En

las gra

.2 – ANTIJUDAISMO

n de Recaredo al catolicismo a finales del siglo VI, la situación

e los judíos cambia radicalmente. Los monarcas visigodos comienzan a perseguirlos

según

el Derecho Romano, sin embargo, no se les consideraba ciudadanos romanos

con plenitud de derechos, pues las leyes del Código de Teodosio, que por influencia

cristiana habían cercenado los derechos de los judíos, fueron incluidas en el primer

código visigótico. Este primer código visigótico excluía a los judíos de los cargos

públicos, proscribía los matrimonios entre cristianos y judíos y les prohibía construir

nuevas sinagogas, poseer esclavos cristianos, perseguir a los judíos apóstatas, etc.

En la práctica no siempre se cumplieron estas disposiciones.

En su modo de vivir estaban más cerca de los hispa

v

ndes ciudades estaban organizados en comunidades separadas, observaban

los preceptos fundamentales de la ley judía: la circuncisión, la fiesta sabática y otras

celebraciones, así como las leyes alimenticias y las relativas al matrimonio. Para

fortalecer su fe leían opúsculos religiosos, muy probablemente escritos en latín.

Conocemos sus costumbres y prácticas religiosas por los decretos promulgados

contra ellos durante las persecuciones posteriores.

5

Con la conversió

d

era usual entonces en todo el orbe católico. Sisebuto será el gran impulsor de

la política antijudía, a partir de su reinado y a lo largo de todo del siglo VII, proseguirá

esta legislación, no ya discriminatoria sino hostil, que culminará en el año 694 con la

celebración del Concilio de Toledo. Este Concilio constituye la última prueba

documental que da testimonio de la lucha entre judaísmo y cristianismo en la España

visigoda, celebrado durante el reinado de Egica, en él se formularon graves

acusaciones políticas contra los hebreos. Se les acusó de socavar los cimientos de la

Iglesia y de intentar apoderarse del reino, dar muerte a los cristianos y destruir el

estado y el pueblo, se decía que para llevar a cabo su plan habían conspirado con

“los hebreos del otro lado del mar”.

LOS JUDÍOS EN ESPAÑA

11

Estos acontecimientos se produjeron en un marco histórico, religioso y social

que en lo esencial pertenece todavía al mundo antiguo, pero en España, en aquellos

días d

– CONVIVENCIA CON EL ISLÁM

díos recibieran alborozados la llegada de los

rabes en el 711, ni tampoco que éstos, pocos en número, les utilizaran en su propio

benefi

judíos de la opresión de los visigodos,

roduciéndose una simbiosis de la que ambos pueblos, árabes y judíos, se

benefi

alidad son muy escasos los

atos que tenemos acerca de la vida

judía e

llegaban a Hispania procedentes de Oriente no se

moldaban con facilidad a las normas de la vida ciudadana. Sus gobernantes, faltos

entre los suyos de hombres aptos, precisaban el servicio de funcionarios judíos, así

e lucha religiosa, los últimos fundamentos del Imperio romano, que pervivían en

la monarquía visigótica habían comenzado ya a desmoronarse bajo los golpes de los

conquistadores árabes.

6 6.1 – UNA VIDA EN CONVIVENVIA

No es de extrañar que los ju

á

cio para proteger los espacios fortificados en las ciudades conquistadas, tales

como Sevilla, Granada, Córdoba o Toledo.

La invasión musulmana liberó a los

p

ciaron. El gobierno árabe trajo una época de florecimiento en las juderías

españolas.

En re

d

n Al.Ándalus antes del siglo X, se

dedicaban al comercio y a la artesanía de

pieles, cueros, telas, joyas. Residían

generalmente junto a las murallas, en las

zonas fortificadas de las ciudades.

Las tribus musulmanas que

a

LOS JUDÍOS EN ESPAÑA

12

ocupa

ue Al.Ándalus pasó a ser un

fugio para los adeptos al judaísmo de otros países.

algunos

egaron incluso a la categoría de cortesanos del califa. A su vez, la población de base

israelí

s masas seguían ganándose la vida con el cultivo de la tierra, la artesanía

el pequeño comercio. Los magnates judíos de esta

época

ron cargos diversos en la corte del califa cordobés y en la administración del

estado, como ocurría también en el califato de Bagdad.

Desde el punto de vista de la religión, la situación de los judíos transcurrió sin

dificultades durante toda esta época, e incluso parece q

re

Los musulmanes utilizaban a los judíos para sus fines personales

permitiéndoles alcanzar posiciones económicas y sociales de relieve,

ll

veía este proceso como beneficioso para su pueblo. Los árabes premiaron

esta colaboración asignando a las comunidades judías el control de ciertas plazas

importantes. Estas comunidades se desarrollaron rápidamente y adquirieron gran

prosperidad, como en Córdoba, Sevilla, Granada, Toledo y en otras muchas

ciudades.

Muchos judíos se hicieron expertos en política y administración pública, no

obstante, la

y

eran grandes terratenientes y financieros y

también hombres cultos que, como los musulmanes a

quienes emulaban, protegían a poetas y eruditos

rabínicos como auténticos mecenas. Además, estos

hombres ricos e instruidos con influencia en La Corte

tenían en sus manos el gobierno interno de su

comunidad, constituían un pequeño grupo dentro de la

numerosa población judía. Eran ellos quienes dictaban

las leyes en las juderías y quienes decidían qué se

podía o no se podía hacer, incluso en materia religiosa

LOS JUDÍOS EN ESPAÑA

13

La época del Califato marcó el apogeo de los árabes y también de los judíos

españ

En general, en la época de los taifas las condiciones de vida de los judíos no

cambia

Pero su situación cambió totalmente con la llegada a Al-Ándalus de los

Almorá

.2 – PRINCIPALES JUDERÍAS EN LA ESPAÑA MUSULMANA

En el siglo XI la mayoría de las

ciudades importantes de la España

Córdoba era una ciudad con una

import

oles de Andalucía, pero el poderoso Califato de Córdoba, al comenzar el siglo

XI, estalló hecho pedazos, dando lugar a los Reinos de Taifas.

ron básicamente respecto a al periodo anterior, sin llegar a la preponderancia

que habían disfrutado durante el Califato. Diversas ciudades fueron auténticos focos

de cultura hebrea, algunos de sus miembros alcanzaron puestos prominentes en la

corte.

vides y luego de los Almohades. El fanatismo religioso de los nuevos

invasores hizo difícil su vida en aquellos reinos y muchos judíos escogieron el camino

de la huida hacia el norte cristiano. El centro de la vida judía pasaría así a los reinos

de Castilla y Aragón. El trato que recibieron los judíos cambió a tenor de las

estructuras políticas, allá donde el rey taifa llegó a convertirse en un gobernante

absoluto, los judíos pasaron a ser el apoyo fiel y necesario para asegurar el régimen.

6

musulmana tenían judería:

ante judería, al principio los

musulmanes cordobeses no permitieron

que su judería creciera, pero en la

segunda mitad del siglo X se había

convertido en la mayor y más relevante

LOS JUDÍOS EN ESPAÑA

14

de todo Al.Andalus, tanto por la numerosa población que albergaba como por su alto

nivel cultural y social.

En el siglo X se tenía a Lucena por una ciudad judía que competía en cultura

rabínica con Córdoba, capital del Califato. También Sevilla contaba con una judería

importante y nutrida. Aparte de las citadas, otras juderías de cierto relieve eran

Almería, Jaén, Mérida y Toledo.

En lo que luego sería el reino de Aragón son de destacar las juderías de

Zaragoza, Calatayud y Tudela. En la parte oriental de la Península, con una

densidad de población judía comparable a la de Andalucía, las de mayor relieve eran

Barcelona, que pronto pasaría a manos cristianas, Tarragona, Tortosa y Gerona.

7 – LOS JUDÍOS EN LA ESPAÑA CRISTIANA

7.1 – CONVIVENCIA

Hasta la caída del Califato son pocas las comunidades judías en los reinos

cristianos septentrionales. La huída de judíos de Al-Ándalus hacia el norte se

incrementa durante los siglos X y XI debido a las fuertes convulsiones que sufren los

reinos de taifas.

Hasta mediados del siglo XI, los reyes cristianos se contentaron con sacar

provecho de las luchas fratricidas entre los musulmanes, pero a partir de esta época

comenzaron a descender hacia el sur con decidido propósito de reconquista. Aunque

al principio la lucha tuvo la fiereza propia de una guerra de religión, especialmente

cuando intervenían caballeros europeos acostumbrados a mayores excesos, pronto

se impuso una potítica más realista.

LOS JUDÍOS EN ESPAÑA

15

Las continuas guerras dejaban amplios territorios devastados que los reyes

cristianos repoblaban con la mayor rapidez posible. A fin de atraer repobladores, los

monarcas no hacían distingos en cuanto a su origen, así la igualdad jurídica y la

generosidad fiscal, que una operación de este tipo conllevaba, solía atraer a los

judíos, especialmente a una gran cantidad de ellos que huían de los almorávides

primero, y de los almohades después. Cuando se fundaban nuevas ciudades se les

asignaban solares para la construcción de sus viviendas, tiendas y comercios. Era

necesario, además, promover el comercio en las ciudades y organizar la

administración de los territorios conquistados.

La sociedad cristiana fundamentalmente estaba formada por guerreros y

campesinos sin experiencia ni gusto alguno por la vida administrativa o el comercio,

en cambio los judíos conocían los nuevos territorios, en algunas ocasiones vivían ya

con anterioridad en las ciudades recién tomadas, además, hablaban árabe y

resultaba natural utilizarlos como intérpretes y

diplomáticos. Por último, entre los cristianos de los siglos

XI a XII, sobre todo en Castilla, apenas existía la figura de

lo que hoy llamamos un financiero. Aquí los judíos

acaudalados tenían un ancho campo para explotar su

talento. Adelantaban a los reyes, obispos y nobles las

sumas de dinero que precisaban para la guerra o para las

necesidades de su casa, con lo que, a la vez que

aseguraban su posición económica y política, se hacían

imprescindibles en la construcción de los nuevos reinos

cristianos.

Lápida hebrea de Monzón de Campos (Palencia) de 1097. Sepultura de R.Semuel bar Saltiel el Nasí Museo sefardi Toledo

Esta política trajo como consecuencia una situación de tranquilidad y bienestar

para los judíos en la España cristiana, especialmente favorable si la comparamos con

lo que por entonces ocurría en toda Europa. Esto explica la llegada a los diversos

reinos peninsulares de judíos procedentes de todo el continente europeo. Se

LOS JUDÍOS EN ESPAÑA

16

establecían en las ciudades bajo la protección del rey, o del señor local, o de un

monasterio, según condiciones fijadas por negociaciones colectivas o individuales.

Era corriente situar sus viviendas en la proximidad de los castillos.

En esta época la base de subsistencia del pueblo judío seguía siendo la tierra,

ellos mismos cultivaban sus campos, aunque ya habían manifestado cierta tendencia

a los oficios urbanos y a la actividad comercial. Los documentos nos hablan de vez

en cuando de judíos sastres, zapateros, plateros, orfebres y también de judíos

dedicados al comercio de la seda o del lino. Por lo general gozaban de iguales

derechos que los cristianos, pero su situación jurídica no era exactamente “de

hombres libres”, pues tenían una especial dependencia del rey, cercana a la

servidumbre, prueba de ello es que el conde de Barcelona heredó sus bienes cuando

Almanzor tomó la ciudad y que la multa que se imponía por herir a un judío no se

pagaba a su familia, sino al monarca.

En todas partes se les consideraba como una propiedad real y como tal eran

protegidos por reyes y señores, cuando fallaba esa protección estaban expuestos a

todos los peligros. De vez en cuando surgía alguna ley u ordenanza discriminatoria

contra ellos, pero en la práctica generalmente no se les aplicaba. No obstante, a fines

del siglo XII, se produjeron saqueos y matanzas en algunas juderías como en la de

Toledo y en la de León.

El IV Concilio de Letrán, celebrado a principios del siglo XIII, les impuso

algunas restricciones: la obligatoriedad de usar trajes especiales para diferenciarlos

de los cristianos, el alejamiento de los cargos públicos y, a los conversos, la

prohibición de retornar a su antigua fe. El rey castellano Fernando III consiguió que

quedasen sin efecto algunos de estos preceptos.

La política de favor iniciada por Alfonso VI tuvo como consecuencia la

participación de numerosos judíos en la administración del reino. En la batalla de

Sagrajas, el pueblo judío combatió junto al rey de Castilla.

LOS JUDÍOS EN ESPAÑA

17

Tras la conquista de Mallorca y Valencia, Jaime I les concedió beneficios y

propiedades, así como privilegios para ejercer sus oficios. En la Carta Puebla de

Carmona se les otorgaron ciertos derechos para que acudiesen a repoblarla.

Los reyes cristianos del siglo XIII fueron generalmente favorables a los judíos,

pero la presión de la Iglesia fue tal que a mediados del siglo se estableció en Aragón

un Tribunal Medieval de la Inquisición a instancias de Raimundo de Peñafort, el

Concilio de Tarragona (1242) estructuró definitivamente la Inquisición en Aragón y

reguló su funcionamiento según un reglamento debido al propio santo, que constituyó

un primer «manual de inquisidores».Con el tiempo, su importancia se fue diluyendo, y

a mediados del siglo XV era una institución casi olvidada, aunque legalmente vigente.

Cristianos y judíos convivieron pacíficamente durante mucho tiempo en la

Península Ibérica. Esto no significa que ambas comunidades establecieran una

tregua en el terreno de las ideas, antes al contrario, las armas ideológicas nunca

dejaron de estar preparadas para el combate. Para los cristianos, los judíos eran un

pueblo deicida. Habían cometido el más horrendo de los crímenes imaginables, el

asesinato de Dios. Si se aceptaba a los hebreos en tierras cristianas era únicamente

con la esperanza de ver cumplidas las profecías que anunciaban su conversión final.

7.2 – PRINCIPALES JUDERIAS EN LA ESPAÑA CRISIANA

Mientras en la España musulmana los judíos alcanzaban el grado de bienestar

y desarrollo cultural que hemos visto, en los pequeños reinos cristianos del norte

existían unas cuantas juderías dispersas, por lo general pequeñas, de las que

poseemos muy pocos datos.

En el Condado de Castilla había ya judíos a fines del siglo X, Castrojeriz es la

población de la que tenemos más datos. En esa misma centuria era ya importante la

judería de León, y son relativamente abundantes los documentos que dan testimonio

de la propiedad judía de tierras en el reino, especialmente cerca de la capital. Mucho

LOS JUDÍOS EN ESPAÑA

18

más escasos fueron siempre los judíos en Galicia, de donde sabemos que en el siglo

XI algunos vivían en los alrededores del monasterio de Celanova.

En Cataluña, además de las juderías catalanas que ya hemos mencionado,

Barcelona, Gerona y Tortosa, aparecen otras muchas poblaciones con barrios

judíos, Valls, Montblanc, Besalú etc . Anotemos de paso que el nombre de una

ciudad del Ampurdán, Vilajuiga, parece aludir a

una fundación judía o, al menos, a que la

mayoría de sus habitantes eran judíos. En

Cataluña a las juderías se las denomina Calls.

Del primitivo Aragón y de Navarra hay

menos datos. Algunos documentos del siglo XI

hacen referencia a judíos en Jaca, Pamplona,

Estella, Olite, Ruesta, Montclús y Nájera.

7.3 – DE LA CONVIVENCIA A LA EXPULSION: LAS RAICES DEL ODIO

A principios del siglo XIV, en 1313, el Sínodo de Zamora impuso la opinión de

los sectores más radicales de la Iglesia, resucitando las prescripciones del IV Concilio

de Letrán y prohibiendo a los judíos, por ejemplo, ser médicos de cristianos.

En 1348, los estragos de la Peste Negra fomentaron el odio antisemita y los

judíos fueron acusados falsamente de su propagación. Por último, la victoria de

Enrique de Trastámara sobre su hermano Pedro I trajo graves consecuencias para

los judíos castellanos y aumentó la presión sobre ellos, avivada por un ambiente de

hostilidad que desembocó en las crueles e injustas matanzas de 1391, que asolaron

las juderías de Castilla, Cataluña y Valencia, en las que perecieron miles de judíos.

La presión antijudía se concretó con violencia en el siglo XV, se obligó a los

judíos a llevar distintivos en la ropa. Las predicaciones de san Vicente Ferrer, la

LOS JUDÍOS EN ESPAÑA

19

disputa de Tortosa entre judíos y cristianos y La Bula de Benedicto XIII contra los

hebreos, aceleraron la destrucción del judaísmo español. Algunas predicaciones

fanatizaron a las turbas que asaltaron las juderías y dieron muerte a miles de judíos.

En 1476 se establece el Tribunal de La Inquisición en Sevilla. Siete años

más tarde, fray Tomás de Torquemada fue nombrado Inquisidor General. En

Aragón ya se había establecido mucho antes, en 1242.

Las persecuciones habían producido una oleada de conversiones forzosas de

una parte de la población judía, obligada a escuchar las predicaciones de los

dominicos en las sinagogas, para posteriormente proceder a las conversiones. La

Inquisición actuó con dureza contra los conversos y acentuó la presión ejercida sobre

ellos.

Curiosamente, aparte de los habituales anatemas eclesiásticos oficiales contra

el pueblo hebreo, los cristianos medievales de la Península Ibérica no fueron

antijudíos por razón de creencia o por prurito racial. La mezcla de ambos pueblos era

demasiado obvia entre sus antepasados. Hubo, eso sí, matanzas casi increíbles de

judíos, constantes saqueos de las juderías, vejaciones y discriminaciones y, sin

embargo, no había cristiano que sintiera ascos al ponerse en manos de un médico

hebreo, ni rey que no atendiera las predicciones astrológicas de un rabino kabalista,

ni obispo o canónigo que tuviera reparo en dejarse cortar sus sotanas o sobrepellices

por sastres judíos, ni párroco que necesitase fumigar con purificaciones aromáticas

los cálices o los candelabros del altar labrados por orfebres de las aljamas.

Hay que pensar que, al menos en su origen, el odio al pueblo judío tiene parte

de su origen en que a lo largo de toda la Edad Media, reyes, nobles y jerarcas de la

Iglesia recibían de judíos acomodados el dinero que necesitaban, bien para

campañas militares o para gastos suntuarios, a cambio de ese dinero adelantado,

aquellos poderosos hebreos compraban el derecho a cobrar los tributos, y con sus

productos se resarcían, a menudo con creces, del capital previamente desembolsado.

Pero esa ventaja económica llevaba consigo su parte negativa, pues para buena

LOS JUDÍOS EN ESPAÑA

20

parte del pueblo, era el judío, y no el rey, ni el señor, ni el obispo, el que le cobraba

los impuestos, era él quien le estrujaba su economía, el que daba la cara, como hoy

lo hace un inspector asalariado. Reyes, señores y obispos se libraban limpiamente de

este desagradable oficio.

En Castilla en el siglo XIV, los judíos controlaban los dos tercios de los

impuestos indirectos y los derechos aduaneros, tanto interiores como de fronteras. Ya

anteriormente, en 1260, los prohombres de la judería de Monzón obtenían

autorización del rey Jaime I para cobrar las deudas que la ciudad tenía contraídas

con la Corona. En tal circunstancia, los vecinos cristianos amenazaron con arrasar la

aljama hasta sus cimientos si el Decreto real no se aplicaba a todo el territorio de la

Corona de Aragón, en esa ocasión fueron los caballeros del Temple, dueños del

castillo de la villa, quienes protegieron a los judíos en peligro

Hechos así contribuyeron en

buena medida a crear una atmósfera de

animadversión hacia el judío, ya no se

discriminaban razones, ni argumentos,

ni personas, toda la comunidad

quedaba incriminada por el mero hecho

de formar parte de la aljama. Por otra

parte, era evidente la manifiesta

prosperidad que llegaron a alcanzar

numerosas familias judías, muy por

encima de la que podían pretender

incluso los estamentos más acomodada

de la sociedad cristiana, ya sea urbana

o rural.

Calle de los Judíos en el Call de Valls

No podría negarse, por supuesto, que hubo judíos que ejercieron la usura y

que obtuvieron de ese ejercicio pingües beneficios. Sin embargo, también tendríamos

que recordar y no precisamente en su descargo, sino como simple puesta a punto de

LOS JUDÍOS EN ESPAÑA

21

la ideología medieval, que en el siglo XII se adoptaron unas leyes muy estrictas que

prohibían tajantemente el cobro de intereses en casos de préstamos entre cristianos,

lógicamente, tales medidas cortaban de raíz el motivo mismo que justifica el préstamo

y ponían la usura automáticamente en manos de los judíos.

Si a eso añadimos que soberanos como Jaime I y Fernando III llegaron a fijar

mediante leyes el tipo de interés que podían cobrar los judíos sobre los préstamos

realizados, según normas de la Corona de Aragón el veinte por ciento en 1228, nos

daremos fácilmente cuenta que, en buena parte, el ejercicio de la usura era una

práctica casi oficialmente fomentada, lo mismo que puede serlo hoy mismo por parte

de los estamentos bancarios o similares. Dejar caer de modo exclusivo la culpa de la

usura sobre los judíos era y sigue siendo una especie de esquema mental

preconcebido que, en buena parte, coincide con el que sirvió, y todavía sigue

sirviendo, a la manipulación del fenómeno histórico. Este mismo esquema constituyó

el caldo de cultivo más inmediato e idóneo para fomentar el deporte de la caza del

hebreo, ejercido conjuntamente por el pueblo y las autoridades eclesiásticas.

Bastaría recordar, aparte de las grandes matanzas de sobra conocidas, que en

muchas ciudades españolas, en la misma Toledo, el Viernes Santo era un día en el

que, tradicionalmente, el pueblo se entregaba al placer de apedrear las ventanas del

barrio judío; recordar también que en el año 1268, el rey Jaime I de Aragón tuvo que

prohibir que esta misma costumbre siguiera ejerciéndose en la ciudad valenciana de

Xátiva; que en Gerona, siempre por esas fechas señaladas de la Semana Santa, los

clérigos de la catedral practicaban la costumbre de subirse a las torres del templo que

dan aún al recinto del antiguo Call y, desde ellas, apedreaban las casas y las gentes

del barrio judío, propiciando unas prácticas que poco después se convertirían en

ejercicio corriente del pueblo, que diezmarían la población judía de la Península y

condicionarían las amenazadoras campañas de conversión masiva, llevadas a cabo

en todo el ámbito peninsular por el dominico San Vicente Ferrer a principios del siglo

siguiente.

LOS JUDÍOS EN ESPAÑA

22

En esta situación de progresivas degradaciones humanas, mientras Pontífices

como Inocencia III o Gregario IX reclamaban a los cuatro vientos la necesidad de

marcar al pueblo condenado, con la señal de la rueda y de la capa redonda, se

difundían por toda Europa leyendas de crímenes rituales de milagrosos e inocentes

niños, así como de simbólicas y malintencionadas profanaciones de hostias y cálices

sagrados, al tiempo que se lanzaban sucesivos decretos que propiciaban el

aislamiento de la sociedad judía del resto de la población, hasta prohibir incluso que

las ventanas de la aljama pudieran abrirse sobre la visión de los barrios cristianos

circundantes.

Los judíos se replegaron más y más en su mundo, en su tradición secular, en

su dependencia salvadora de los libros sagrados. La judería, en este aspecto, no era

ya únicamente un recinto en el que se trataba de conservar el sentido vital del pueblo

hebreo, sino del mundo total y único, del que no se debía salir o al que había que

regresar siempre, para recuperar la propia identidad.

Por eso, a medida que aumentaba el odio y la discriminación de la sociedad

cristiana medieval hacia los judíos, éstos se entregaron en cuerpo y alma a potenciar,

hasta sus últimas consecuencias, la supervivencia y el mantenimiento de sus valores

tradicionales

7.4 – EDICTO DE EXPULSIÓN

Los Reyes Católicos, ocupados en la guerra de Granada, habían aceptado la

financiación ofrecida por Isaac Abravanel y Abraham Señor, el primero comercial y

financiero de Isabel la Católica, el segundo banquero y político judeo-español, alto

cargo de la hacienda castellana, almojarife mayor de Castilla o administrador real,

contador Mayor de Castilla y Rabino Mayor del reino. Ambos personajes financiaron

la guerra de Granada, lo que no impidió a los Reyes Católicos firmar el Edicto de

expulsión.

LOS JUDÍOS EN ESPAÑA

23

Una delegación de judíos, encabezada por Isaac Abravanel ofreció una alta

compensación económica a los Reyes Católicos a cambio de la revocación del edicto.

Según se cuenta rechazaron la oferta por presiones del Inquisidor General, quien

irrumpió en la sala y arrojó treinta monedas de plata sobre la mesa, preguntando cuál

sería esta vez el precio por el que Jesús iba a ser vendido a los judíos. Al margen de

la veracidad de esta anécdota, sí parece que la idea de la expulsión procedió del

entorno de la Inquisición.

El 31 de marzo de 1492, apenas tres meses después de la conquista del Reino

Nazarí de Granada, los Reyes Católicos promulgaron el Decreto de La Alambra sobre

la expulsión de los judíos de todos sus reinos. Se daba a los súbditos judíos de plazo

hasta el 31 de julio de ese mismo año para elegir entre aceptar el bautismo o

abandonar definitivamente el país. Según el Decreto se les permitía llevar consigo

todas sus propiedades, siempre que no fueran en oro, plata o dinero.

La razón dada para justificar esta drástica medida, según reza en el preámbulo

del edicto, era la «recaída» de muchos conversos, debido a la proximidad de judíos

no conversos que los seducían y mantenían en ellos el conocimiento y la práctica del

judaísmo.

Los Reyes Fernando e Isabel, por la gracia de Dios, Reyes de Castilla,

León, Aragón y otros dominios de la corona- al príncipe Juan, los duques,

marqueses, condes, ordenes religiosas y sus Maestres. Señores de los

Castillos, caballeros y a todos los judíos hombres y mujeres de cualquier

edad y a quienquiera esta carta le concierna, salud y gracia para él.

Bien es sabido que en nuestros dominios, existen algunos malos cristianos

que han judaizado y han cometido apostasía contra la santa fe Católica,

siendo causa la mayoría por las relaciones entre judíos y cristianos. Por lo

tanto, en el año de 1480, ordenamos que los judíos fueran separados de

las ciudades y provincias de nuestros dominios y que les fueran

adjudicados sectores separados, esperando que con esta separación la

LOS JUDÍOS EN ESPAÑA

24

situación existente sería remediada, y nosotros ordenamos que se

estableciera la Inquisición en estos dominios; y en el término de 12 años ha

funcionado y la Inquisición ha encontrado muchas personas culpables

además, estamos informados por la Inquisición y otros el gran daño que

persiste a los cristianos al relacionarse con los judíos, y a su vez estos

judíos tratan de todas maneras a subvertir la Santa Fe Católica y están

tratando de obstaculizar cristianos creyentes de acercarse a sus creencias.

Estos Judíos han instruido a esos cristianos en las ceremonias y creencias

de sus leyes, circuncidando a sus hijos y dándoles libros para sus rezos, y

declarando a ellos los días de ayuno, y reuniéndoles para enseñarles las

historias de sus leyes, informándoles cuando son las festividades de

Pascua y como seguirla, dándoles el pan sin levadura y las carnes

preparadas ceremonialmente, y dando instrucción de las cosas que deben

abstenerse con relación a alimentos y otras cosas requiriendo el

seguimiento de las leyes de Moisés, haciéndoles saber a pleno

conocimiento que no existe otra ley o verdad fuera de esta. Y así lo hace

claro basados en sus confesiones de estos judíos lo mismo a los cuales

han pervertido que ha sido resultado en un gran daño y detrimento a la

santa fe Católica, y como nosotros conocíamos el verdadero remedio de

estos daños y las dificultades yacían en el interferir de toda comunicación

entre los mencionados Judíos y los Cristianos y enviándolos fuera de todos

nuestros dominios, nosotros nos contentamos en ordenar si ya dichos

Judíos de todas las ciudades y villas y lugares de Andalucía donde

aparentemente ellos habían efectuado el mayor daño, y creyendo que esto

seria suficiente de modo que en esos y otras ciudades y villas y lugares en

nuestros reinos y nuestras posesiones seria efectivo y cesarían a cometer

lo mencionado. Y porque hemos sido informados que nada de esto, ni es el

caso ni las justicias hechas para algunos de los mencionados judíos

encontrándolos muy culpables por lo por los susodichos crímenes y

transgresiones contra la santa fe Católica han sido un remedio completo

obviar y corregir estos delitos y ofensas. Y a la fe Cristiana y religión cada

día parece que los Judíos incrementan en continuar su maldad y daño

LOS JUDÍOS EN ESPAÑA

25

objetivo a donde residan y conversen; y porque no existe lugar donde

ofender de mas a nuestra santa creencia, como a los cuales Dios ha

protegido hasta el día de hoy y a aquellos que han sido influenciados, deber

de la Santa Madre Iglesia reparar y reducir esta situación al estado anterior,

debido a lo frágil del ser humano, pudiese ocurrir que podemos sucumbir a

la diabólica tentación que continuamente combate contra nosotros, de

modo que, si siendo la causa principal los llamados judíos si no son

convertidos deberán ser expulsados de el Reino.

Debido a que cuando un crimen detestable y poderoso es cometido por

algunos miembros de algún grupo es razonable el grupo debe ser absuelto

o aniquilado y los menores por los mayores serán castigados uno por el

otro y aquellos que permiten a los buenos y honestos en las ciudades y en

las villas y por su contacto puedan perjudicar a otros deberán ser

expulsados del grupo de gentes y a pesar de menores razones serán

perjudiciales a la República y los mas por la mayoría de sus crímenes seria

peligroso y contagioso de modo que el Consejo de hombres eminentes y

caballeros de nuestro reinado y de otras personas de conciencia y

conocimiento de nuestro supremo concejo y después de muchísima

deliberación se acordó en dictar que todos los Judíos y Judías deben

abandonar nuestros reinados y que no sea permitido nunca regresar.

Nosotros ordenamos además en este edicto que los Judíos y Judías

cualquiera edad que residan en nuestros dominios o territorios que partan

con sus hijos e hijas, sirvientes y familiares pequeños o grandes de todas

las edades al fin de Julio de este año y que no se atrevan a regresar a

nuestras tierras y que no tomen un paso adelante a traspasar de la manera

que si algún Judío que no acepte este edicto si acaso es encontrado en

estos dominios o regresa será culpado a muerte y confiscación de sus

bienes.

Y hemos ordenado que ninguna persona en nuestro reinado sin importar su

estado social incluyendo nobles que escondan o guarden o defiendan a un

Judío o Judía ya sea públicamente o secretamente desde fines de Julio y

LOS JUDÍOS EN ESPAÑA

26

meses subsiguientes en sus hogares o en otro sitio en nuestra región con

riesgos de perder como castigo todos sus feudos y fortificaciones,

privilegios y bienes hereditarios.

Hágase que los Judíos puedan deshacerse de sus hogares y todas sus

pertenencias en el plazo estipulado por lo tanto nosotros proveemos

nuestro compromiso de la protección y la seguridad de modo que al final

del mes de Julio ellos puedan vender e intercambiar sus propiedades y

muebles y cualquier otro articulo y disponer de ellos libremente a su criterio

que durante este plazo nadie debe hacerles ningún daño, herirlos o

injusticias a estas personas o a sus bienes lo cual seria injustificado y el

que transgrediese esto incurrirá en el castigo los que violen nuestra

seguridad Real.

Damos y otorgamos permiso a los anteriormente referidos Judíos y Judías

a llevar consigo fuera de nuestras regiones sus bienes y

pertenencias por mar o por tierra exceptuando oro y

plata, o moneda acuñada u otro artículo prohibido por

las leyes del reinado.

De modo que ordenamos a todos los concejales,

magistrados, caballeros, guardias, oficiales, buenos

hombres de la ciudad de Burgos y otras ciudades y villas de nuestro reino y

dominios, y a todos nuestros vasallos y personas, que respeten y

obedezcan con esta carta y con todo lo que contiene en ella, y que den la

clase de asistencia y ayuda necesaria para su ejecución, sujeta a castigo

por nuestra gracia soberana y por la confiscación de todos los bienes y

propiedades para nuestra casa real y que esta sea notificada a todos y que

ninguno pretenda ignorarla, ordenamos que este edicto sea proclamado en

todas las plazas y los sitios de reunión de todas las ciudades y en las

ciudades principales y villas de las diócesis, y sea hecho por el heraldo en

presencia de el escribano público, y que ninguno o nadie haga lo contrario

de lo que ha sido definido, sujeto al castigo de nuestra gracia soberana y la

LOS JUDÍOS EN ESPAÑA

27

anulación de sus cargos y confiscación de sus bienes al que haga lo

contrario.

Y ordenamos que se evidencie y pruebe a la corte con un testimonio

firmado especificando la manera en que el edicto fue llevado a cabo.

Dado en esta ciudad de Granada el Treinta y uno día de marzo del año de

nuestro señor Jesucristo de 1492.

Firmado Yo, el Rey, Yo la Reina, y Juan de la Colonia secretario del Rey y

la Reina quien lo ha escrito por orden de sus Majestades

Los sefardíes, descendientes de aquellos judíos expulsados por los Reyes

Católicos, conservan como un tesoro su idioma castellano, sus viejas tradiciones, sus

cantos y sus bailes. Algunos conservan, según se dice, las llaves de sus antiguas

casas toledanas.

Las órdenes franciscana y dominica, complacidas por aquella expulsión por la

que tanto habían luchado y predicado, se entregaron con toda su alma a la tarea de

convertir a la fe cristiana el mayor número posible de almas judías.

Página de la guía de los Perplejos de Maimónides

LOS JUDÍOS EN ESPAÑA

28

8 – CULTURA JUDÍA EN HISPANIA 8.1 – CULTURA DE LOS HEBREOS EN AL-ÁNDALUS

La primera personalidad hispanojudía cuya vida y obra conocemos con cierto

detalle es Hasday ibn Saprut, vivió durante el siglo X, fue médico de la Corte de

Abd-ar-Rahmán III, bien versado en lenguas, sirvió también al Califa como

diplomático en sus negociaciones con los reinos cristianos, por todo ello, tuvo cierta

influencia en la política exterior del califato. Desempeñó un papel primordial en los

pactos de Abd-ar-Rahmán con el rey de León Sancho el Gordo y la abuela de éste,

doña Toda de Navarra. Hasday ibn Saprut recibió en Córdoba al emisario del

emperador Otón I, sirvió de modelo a los numerosos hombres de estado judíos que

florecieron en España durante los cinco siglos siguientes. Su triple faceta de médico,

diplomático y financiero la veremos abundantemente repetida entre los judíos que

desempeñaron cargos de relieve en los reinos cristianos. La tradición asocia al

nombre de Hasday el establecimiento de nuevos centros independientes de

enseñanza de Oriente y también los inicios de la literatura hebrea en España.

En poco tiempo, la brillantez alcanzada por los hispano-judíos en el saber

rabínico acabaría haciendo de Al-Andalus el centro de todos los judíos esparcidos por

Europa, posición hasta entonces ocupada por Babilonia. La pléyade de poetas,

gramáticos, filósofos y científicos, que a partir de este momento se sucedieron entre

los judíos españoles, elevó a muy altas cotas la cultura judía y la literatura hebraico-

española. Todo ello fue posible gracias al bienestar que gozaron los judíos en

Al.Andalus y a su estrecho contacto con la alta civilización árabe, en la que vivieron

inmersos durante siglos.

La influencia de la cultura árabe les permitió destacar como hombres de

ciencia y como figuras literarias, pero especialmente como médicos. El contacto

abierto con Oriente y Occidente produjo un tipo de judío con amplios y polifacéticos

conocimientos.

LOS JUDÍOS EN ESPAÑA

29

Yehuda ha-Levy fue el primero en escribir en castellano. Su poesía religiosa

es hermosa y lograda, “Las Siónidas” constituye el grito eterno del alma judía por la

pérdida de Jerusalén. Abraham ben Ezra fue uno de los hombres más educados y

cultivados de la época, estudió gramática, filosofía, poesía, astrología. Viajó por Italia,

Francia e Inglaterra, escribió en hebreo y latín para judíos y cristianos.

Pero la cima del pensamiento judío de todas las épocas fue la figura

cordobesa de Rabbi Moshe ben Maimon, Maimonides. A pesar de haber pasado la

mayor parte de su vida fuera de España, siempre se consideró sefardí, es decir,

español. Sus escritos filosóficos iban a influir en todos los grandes pensadores de la

Edad Media. En 1190 escribió su obra más importante, “La guía de los perplejos”, en

la cual armoniza la fe con la filosofía; el hombre con la divinidad. También es autor de

los famosos “Trece artículos de fe”.

El más importante de los hombres de Estado fue Semuel ha-Naguid, visir de

los reyes granadinos, fue a la vez gobernante, caudillo militar, erudito rabínico y uno

de los más grandes poetas de España en legua hebrea. Precisamente sus poemas

son la fuente principal para el conocimiento de su vida. Durante treinta años de

continuas guerras, condujo personalmente la política interior y exterior del reino de

Granada. No pocos de sus actos tuvieron como

móvil fundamental la defensa de su pueblo.

Yosef ha-Naguid heredó el cargo de visir y

durante diez años pudo mantenerse en el poder.

En el año 1066, Yosef fue asesinado y con él

murieron muchos judíos de todo el reino. Sin

embargo, no pasaron muchos años sin que los

judíos desempeñasen de nuevo altos cargos en

Granada.

Estatua de Maimonides en Córdoba

LOS JUDÍOS EN ESPAÑA

30

La poesía hispano-hebrea refleja fundamentalmente la vida de la clase alta de

la sociedad judía, que gozaban de los placeres de este mundo: vino, mujeres,

palacios, jardines, etc., también de las ciencias y de las letras.

8.2 – CULTURA JUDAICA EN LA ESPAÑA CRISTIANA

A lo largo de toda su extensa historia, Toledo ha sido conocida siempre por ser

la ciudad de la tolerancia, auténtico crisol de tres culturas y tres religiones: cristiana,

musulmana y judía. La ciudad nunca estuvo dividida de una manera clara en barrios

diferentes según cada una de estas tres religiones, pero sí existían zonas en las que

la influencia de cada una de ellas era mayor.

A partir de 1125

funcionará en Toledo la llamada

Escuela de Traductores, que

contará con importantes

intelectuales judíos que

traducirán los textos árabes al

romance, posteriormente los

clérigos de los monasterios

harán la versión latina. En la

Escuela de Traductores se

produjo el encuentro entre la

cultura clásica y el pensamiento

cristiano, dándose a conocer,

sobre todo, la obra de Aristóteles.

Imagen de Jerusalén en el tapiz de la Creación de la catedral de Gerona S. XII detalle de la franja inferior

Una de las profesiones en la que destacaron notablemente fue la medicina, así

Yosef Ferruziel fue médico de Alfonso VI, Meyr Alguadés lo fue de Enrique III de

Castilla y Abiatar ben Crescas de Juan II de Aragón.

LOS JUDÍOS EN ESPAÑA

31

El conocimiento que los árabes tenían en Astronomía influyó en los científicos

hebreos, destacando en esta ciencia Abraham ben Daud, Abraham ben Ezra y

Yehudá Cohen entre otros.

Otros muchos judíos destacaron en el campo de las ciencias, como el rabino Azag, que organizó los regadíos de Tudela, Abraham Annasí, difusor de la ciencia

hebrea y musulmana en Europa, Abraham Zacuto, autor del Almanaque perpetuo, y

los geógrafos mallorquines Yehudá y Abraham Cresques, autor el primero del

llamado Atlas Catalán.

9 – LA VIDA EN LAS JUDERÍAS

La vida familiar giraba en torno a las mujeres de la casa. En las familias

modestas trabajaban y se ocupaban del hogar y de los hijos, mientras que entre la

élite dirigente, las mujeres podían equipararse a las damas de la nobleza cristiana.

Las grandes familias judías vivían en la corte y formaban la clase dirigente de las

aljamas gracias a su poder económico e influencia con los monarcas, sobre todo en

los siglos XIII y XIV; los Caballería, Benveniste, Santángel, Orabuena o Abravanel

formaban con sus familias una casta aristocrática y privilegiada, rodeada en

ocasiones de su propia corte. Las costumbres de las clases

dirigentes eran a veces tan relajadas que contrastaban con la

estricta moral del pueblo llano. No obstante su religiosidad

tradicional, los judíos, sobre todo los más influyentes, vivían

inmersos en la cultura profana. Todo esto pudo suceder

gracias a la negligencia y laxitud religiosa y moral de los

gobernantes musulmanes.

Los judíos de talento y de mayor poder económico aprovecharon la política de

la Reconquista para escalar los más altos puestos de la administración estatal,

convirtiéndose en personajes influyentes en las cortes de los reyes cristianos. En sus

manos estaba con frecuencia la recaudación de impuestos y en general lo que hoy

LOS JUDÍOS EN ESPAÑA

32

llamamos Hacienda Pública. Actuaban como recaudadores de las rentas reales, no

es de extrañar que esta actividad les granjeara el odio de los cristianos. Solían

acceder a la corte y al poder por su pericia en las labores administrativas; por su

conocimiento de las lenguas, que los hacía útiles en la diplomacia; por su prestigio

como médicos y astrónomos, que les facilitaba la amistad y a veces incluso la

intimidad con la familia real, lo que les permitía influir en la política general y, sobre

todo, por su labor de financieros.

De este modo surgieron en los diferentes reinos cristianos una serie de

hombres de Estado, que eran judíos. En Castilla se sucedieron hasta el momento

mismo de la expulsión y en Aragón hasta finalizar el siglo XIII, con algún caso

posterior. Estos magnates y sus familias tenían una consideración similar a la nobleza

y como tal se comportaba. Se trataba de auténticos terratenientes con propiedades

muchas veces donadas por los reyes, en pago a los servicios prestados, gozaban de

inmunitas, estaban exentos de pagar impuestos y conseguían privilegios especiales,

incluso dentro de las juderías que gobernaban a su antojo. Formaban una verdadera

aristocracia judía que utilizaba su ascendencia en la corte para que las leyes fueran

favorables para su gente, las juderías dependían, por lo tanto, de su suerte. La

mayoría de su pueblo veía con agrado su posición y su actuación, hasta la segunda

mitad del siglo XIII nadie les discutió su licenciosa forma de vida, aunque no guardase

mucha relación con los preceptos de la ley judía.

Esta política trajo como consecuencia una situación de tranquilidad y bienestar

para los judíos en la España cristiana, especialmente favorable si la comparamos con

lo que por entonces ocurría en Europa. Se establecían en las ciudades bajo la

protección del rey, cuando se fundaban nuevas ciudades se les asignaban solares

para la construcción de sus viviendas y tiendas.

LOS JUDÍOS EN ESPAÑA

33

9.1 – LA ALJAMA Calle medieval de la comunidad judía de Besalú

La institución jurídica que agrupaba a

todos los judíos de un lugar y regía la vida

interna de la judería recibía el nombre de

aljama, equivalente al de municipio entre los

cristianos. Al frente de la aljama, en Castilla

estaban los ancianos (viejos, suelen decir los

documentos), y los adelantados, que en

hebreo se llamaban muccademín, y los

jueces, dayyanim en su lengua. Los ancianos

y los adelantados eran individuos

pertenecientes a familias distinguidas y en sus manos estaba la administración de la

aljama, la gestión de los impuestos y, a veces, la administración de la justicia. Las

querellas entre judíos se dirimían con sus propias leyes y tribunales, el que se

considerara perjudicado tenía derecho de apelar al tribunal real.

Al estar las juderías situadas junto a las murallas, los castillos o los puentes,

los judíos fueron, en ocasiones, los encargados de su defensa y protección, lo que da

idea del importante papel que jugaron en la España medieval

En Castilla se celebraban asambleas de los representantes de las aljamas del

reino para tratar de sus intereses. La aljama vigilaba el cumplimiento religioso,

cobraba impuestos y se ocupaba también de la enseñanza de los pobres y perseguía

a los malsines o delatores.

Por encima de las aljamas estaba el rabino mayor, con autoridad sobre todos

los judíos del reino, cargo que instauró Alfonso X el Sabio, sus funciones se

relacionaban con la justicia y con el reparto de impuestos. A partir del siglo XIV son

cada vez más frecuentes las asambleas de representantes de todas las aljamas del

reino de Castilla. En el siglo XV se convirtieron en una institución fija para el

LOS JUDÍOS EN ESPAÑA

34

ordenamiento de los intereses comunes de la población judía, tanto respecto a los

impuestos como a los temas judiciales.

El rabino era el jefe religioso de la comunidad, leía la Torá en las sinagogas, a

pesar de que, en sentido estricto, no formaba parte de la clase dirigente de la aljama,

estaba autorizado a tomar cuantas medidas creyese oportunas, incluso las más

drásticas para mantener la disciplina religiosa y la moralidad en la comunidad, su

influencia sobre sus convecinos era, desde luego, muy grande.

En Aragón y Cataluña la organización interna de las aljamas era más compleja

y más evolucionada. No había asambleas conjuntas como en Castilla y cada aljama

era totalmente autónoma. En el modo de regirse, los judíos del reino aragonés

estaban mucho más apegados que los castellanos a las leyes locales e imitaban con

frecuencia la manera de gobernarse de la población cristiana. Así, la aljama de

Barcelona tenía al frente un Consejo de los Treinta, a imitación del “Consell de Cent”,

que gobernaba la ciudad.

La aljama vigilaba estrechamente el

cumplimiento religioso de los habitantes de la

judería, así como sus costumbres y su

moralidad, se encargaba de dictar el herem o

anatema contra aquel miembro cuyo

comportamiento se considerara pernicioso para

el conjunto. El herem suponía un terrible castigo,

sobre todo moral, para el que lo sufría, los

demás judíos estaban obligados a hacerle el

vacío y para él no era posible ningún tipo de vida en comunidad, ni desde el punto de

vista religioso ni desde cualquier otro.

La aljama perseguía especialmente al malsín, un tipo especial de delator, a

quien los judíos españoles, por privilegios otorgados por los reyes, podían incluso

condenar a muerte, cosa impensable en otros países.

LOS JUDÍOS EN ESPAÑA

35

Cada aljama cobraba sus propios impuestos, casi siempre gravando la carne y

el vino, ordenaba los precios del mercado de la judería y en general vigilaba su vida

económica, regulaba la construcción en el barrio judío, autorizaba la apertura de

nuevas tiendas, prohibía el juego de dados o incluso el lujo, etc... También se

preocupaba de la asistencia a los pobres y de la enseñanza en su primer nivel. Los

hijos de los ricos aprendían con profesores particulares y estudiaban Talmud,

poética, filosofía, medicina, astronomía y otras ciencias. Las academias talmúdicas

de los grandes rabinos no estaban lógicamente destinadas a proporcionar una

educación popular.

La sociedad judía estaba básicamente dividida en dos clases sociales: un

grupo formado por unas cuantas familias, la aristocracia, y otro integrado por la masa

de humildes artesanos y tenderos. Aquellos tenían el poder en las aljamas, las

gobernaban imponiendo su criterio, estaban muy influidos de averroísmo y su estilo

de vida, más bien disoluto, no era muy apropiado para un judío desde el punto de

vista de la religión. En una primera fase este tipo de

vida de la aristocracia no estaba mal visto por las

masas, pero en la segunda mitad del siglo XIII, con el

surgimiento de La Kabala aparecieron una serie de

reformadores religiosos y sociales. En las juderías

españolas comenzaban entonces las luchas sociales,

que serían muy intensas en el siglo XIV.

9.2 – RELIGIÓN Y COSTUMBRES

El judaísmo es la más antigua de las religiones

monoteístas de difusión universal y fuente de todas

ellas; fue anunciada al patriarca Abraham y revelada

por Dios a Moisés en el monte Sinaí. Pero entender estos hechos como fenómeno

estrictamente religioso sería insuficiente, aunque, por supuesto, es muy importante.

LOS JUDÍOS EN ESPAÑA

36

La fuente de la doctrina judía es la revelación divina contenida en La Torá,

nombre hebreo del Pentateuco, que por extensión se refiere a todo el contenido del

judaísmo: las Escrituras, su tradición oral y la interpretación inspirada de las mismas.

La Torá es también guía y norma de vida.

El rabino es el experto conocedor de la Torá, su función consiste en ordenar

el culto, velar por el cumplimiento de los preceptos y enseñar e interpretar y siempre

estudiar la Torá. Puede ocupar el cargo de dirigente espiritual de una sinagoga, de

una comunidad o de un conjunto de ellas, pero con independencia del cargo que

ejerza, su autoridad vendrá determinada no por razones de jerarquía centralizada,

sino por el prestigio que le dé su saber y el reconocimiento que tenga en el seno de la

sociedad judía.

La sinagoga era y es el templo judío y centro de la comunidad. Generalmente

están orientadas hacia Jerusalén, la ciudad santa del pueblo judío. Las mujeres

asisten a los oficios en una tribuna, separadas de los

hombres, la sinagoga era el centro de la vida judía. Ya

desde tiempos antiguos y debido a determinadas

circunstancias históricas, como por ejemplo la

reclusión de los judíos en guetos, a sus funciones

como centro de oración, de estudio y de enseñanza,

se le sumó la de ser centro comunal y lugar de

reunión para tratar todo tipo de asuntos relacionados

con la vida comunitaria. La sinagoga no era sólo casa

de oración, sino también centro de instrucción, ya que

en muchas de ellas funcionaban las escuelas talmúdicas. Asimismo, en la propia

sinagoga o junto a ellas existían baños rituales de purificación o micvé, de los cuales,

el mejor conservado es el de Besalú, (Gerona).

El día sagrado en el mundo judío es el Sabbath que recuerda el reposo divino

en el séptimo día de la creación, de igual manera ha de cesar el hombre en su vida

cotidiana, a no ser que exista la necesidad de violar el descanso para salvar una vida

LOS JUDÍOS EN ESPAÑA

37

o atender a un enfermo. La celebración hogareña del Sabbath se inicia antes de

ponerse el sol del viernes, encendiendo el ama de casa dos candelas sabáticas. La

noche del viernes sonaban las trompetas y todos debían interrumpir el trabajo porque

la ley mosaica prohibía cualquier tipo de labor en sábado, incluso las comidas debían

prepararse el viernes. La mañana del sábado, los judíos se congregaban en la

sinagoga, que estaba dirigida por un comité elegido entre los lugareños. La

ceremonia comenzaba con una oración por parte de uno de los miembros de la

comunidad y después otros siete miembros leían pasajes de la Torá. Durante el rezo,

los varones se cubrían la cabeza con cualquier sombrero o cubrecabezas o

específicamente con un solideo o quipá, también cubrían el cuerpo con el taled o

talit, especie de manto de forma rectangular hecho habitualmente de lana. El oficio

está dirigido por los rabinos ayudados por el cohen, al atardecer volvían a sonar las

trompetas y se daba por finalizado el Sabbath.

Eran consideradas faltas gravísimas herir a otro judío (en sábado), sentarse

contra la pared de la propia vivienda con las piernas colgando (en sábado), llevar

bestias encadenadas al abrevadero (en sábado) o dejar ropa colgada fuera de la

casa (en sábado, naturalmente).

Para un judío, el ritual religioso comienza casi con el nacimiento, a los ocho

días al niño varón se le practica la circuncisión. A los trece años, el muchacho

celebra en la sinagoga su Bar-Mitzbá, ceremonia por la que es admitido como

miembro de la comunidad con sus derechos y obligaciones. Las niñas celebran una

ceremonia a los doce años pero de carácter privado (Bat-Mitzbá).

Una ceremonia religiosa importante en la vida de un judío es sin duda el

matrimonio, que consta de dos partes: el nissím o ceremonia propiamente dicha y la

Ketubá o contrato.

Las festividades del judaísmo tienen una doble significación, religiosa e

histórica. Algunas conservan además la memoria de la primitiva organización agrícola

propia de la sociedad originaria.

LOS JUDÍOS EN ESPAÑA

38

El Rosh ha Shaná; o día de Año Nuevo, se celebra en otoño, la sinagoga se

viste de blanco y se hace sonar el Shofar, es una fiesta alegre que contrasta con la

de Yom Kipur, el día del Perdón, en ella se guarda un ayuno de veinticuatro horas y

se pide perdón a Dios y a los hombres por las faltas cometidas, con la fiesta del Yom

Kipur culminan los diez días de penitencia iniciados con el año nuevo.

Pero la fiesta más importante para los

judíos es sin duda la de Pesah o Pascua, sus orígenes se pierden en el tiempo, era

una fiesta de pastores para posteriormente

pasar a conmemorar la liberación de los

judíos de la esclavitud. En ella tiene lugar la

celebración del Séder o cena pascual en la

que se come el cordero, las hierbas amargas

y el pan ácimo, se recuerda la salida de los

hebreos de Egipto dirigidos por Moisés.

Otras fiestas menores son las de Shavuot o Pentecostés, en la que se lee la

Torá y se medita la Ley, la de Shukot o Tabernáculos, conmemora la estancia de

los hebreros en el Sinaí, también se la llama de Cabañuelas. La de Hanuká o de las Luces, que recuerda la purificación del Segundo Templo tras la victoria de los

Macabeos. La de Purím o Suertes es una fiesta profana con ambiente festivo. Otra

fiesta es la de Tu B’Shevat o de los Árboles, que se celebra el 15 de Shevat

(aproximadamente febrero) y que marca el comienzo de la Primavera en Eretz Israel,

cuando florecen los árboles frutales.

9.3 – L A FAMILIA Y LA LEY

Los judíos españoles cuidaron siempre, a veces hasta la exageración, la

solidez e indisolubilidad del vínculo familiar y el cumplimiento a rajatabla de los

LOS JUDÍOS EN ESPAÑA

39

principios morales del pueblo hebreo. Esta obsesión, repetida sábado a sábado en el

recinto de la sinagoga como una necesidad visceral para el judío peninsular, trataba

de evitar cualquier relajación de costumbres. Reglas rígidas hasta la exageración,

que cumplían los más pobres y se saltaban limpiamente los ricos. La relajación y vida

licenciosa de poderosos, ricos y gentes influyentes era constantemente denunciada

por rabinos estrictos, como Todros ben Yehudá Haleví, que en sus sermones dejó

constancia del libertinaje de los más poderosos en la ciudad de Toledo,

anatematizando el concubinato de los judíos ricos con sus criadas ismaelitas,

musulmanas.

En las juderías hispanas el matrimonio era en general monogámico, pero en

los círculos influidos por la civilización musulmana, algunos individuos de las clases

altas tomaban dos esposas o tenían concubinas y esclavas, porque Israel, pueblo

santo, no debe hacer impura su descendencia en las entrañas de extranjeras ni

engendrar hijos para la idolatría.

9.4 – GASTRONOMÍA SEFARDI

El judaísmo tiene además unas complejas leyes de pureza alimentaria o kosher, también conocido como Kashrut. Según estas leyes, todo producto vegetal

es lícito para el consumo, en cuanto a las carnes, sólo esta permitida la de cordero y

la de algunas aves de corral, como las gallinas (la ternera no está prohibida pero se

considera más como un elemento de trabajo). Algunas preparaciones con carne,

como las albóndigas, son muy típicas. Abundan los guisos con carnes picadas, o en

relleno como las Bourekas, etc.

Existen unas normas para el sacrificio de los animales que deben ser

sacrificados por un matarife o Sohet experto y debe aplicar la Sehitá o leyes

rabínicas de la matanza de animales que exigen, entre otras cosas, el degüello para

que el animal pierda toda su sangre, alimento vedado para el judío, se aplica en esta

operación el Bedicá, minucioso examen de determinadas vísceras para comprobar

LOS JUDÍOS EN ESPAÑA

40

que el animal no tiene ningún defecto que lo haga inepto para el consumo; tras ello

hay que eliminar cierto nervio y el sebo. Por último, la carne antes de guisarla ha de

ser tratada con agua y sal para que pierda los últimos restos de sangre. No pueden

mezclarse ni al comer ni al guisar los productos cárnicos y los lácteos, manteniendo

separados los utensilios propios de cada grupo. También la elaboración y el consumo

de vino ha de cumplir determinados requisitos.

La cocina sefardí adquirió muchos y variados elementos autóctonos de la

gastronomía peninsular, en parte debido al contacto durante siglos de ambos

pueblos. Algunos autores estudiosos de la cultura judía afirman que no se puede

hablar con propiedad de una cocina sefardí, ya que ésta adaptó las variantes locales

a la observancia kosher. Así pues, a pesar de intentar mantener la tradición, su

gastronomía se ve enriquecida con las tradiciones y los ingredientes de los países

que les acogieron. De esta forma sus hábitos culinarios están muy influenciados por

la cocina marroquí (en general de la cocina magrebí) o de la cocina del sur de

Francia, de Bulgaria y de Turquía. A veces la influencia es recíproca, ciertos platos

europeos no se pueden explicar sin considerar las costumbres culinarias de la

gastronomía sefardí y viceversa. Los ingredientes de esta gastronomía se ven

marcados por las normas Kosher o Kashrut que establecen claramente qué

ingredientes están permitidos o prohibidos en la composición de los platos y qué

combinaciones no pueden realizarse. La cocina judía gusta de usar diversas

especies, quizás la que más utilizan es el comino.

Las etnias judías establecidas en el territorio peninsular llegaron a influir

directa e indirectamente en la cocina española, hasta tal punto que muchos platos,

considerados tradicionales hoy en día en España, no podrían explicarse sin la

influencia de la cocina sefardí.

La berenjena es una de las predilecciones de su cocina. Existen numerosos

recetarios que incluyen este alimento. En la “cantiga de las berenjenas” se mencionan

hasta treinta y cinco formas de cocinarlas. También gustan de las aceitunas

encurtidas, del apio (en salsas de limón y azúcar), de las ensaladas, etc. Algún

LOS JUDÍOS EN ESPAÑA

41

alimento como la patata no suele considerarse tradicional. Las sopas y purés de

verdura y legumbres suelen ser por regla general servidos como primer plato. Los

sefardíes oriundos de Marruecos son muy aficionados a la sopa de habas.

Destaca también la abundancia de platos de legumbres, garbanzos, alubias,

etc, famosos son los cocidos como la popular Adafina, (típica de los sefardíes del

Estrecho de Gibraltar). Es frecuente el uso de los frutos secos, no es de extrañar que

aparezcan las almendras, las pasas, etc., tanto en tos platos principales como en los

postres.

Los pescados sólo son aptos los que tienen escamas y aletas, aparecen

frecuentemente en la composición de algunos platos y eran considerados comida

sabática (cena del Sabbath).

El atún y el boquerón se utilizan en diversas preparaciones y las Taramas son

huevas de pescado, generalmente de carpa en salazón, aunque existen variedades

de otras especies, especialmente de bacalao, las huevas se mezclan con zumo de

limón, cebolla, ajo, aceitunas y a veces picatostes etc.

Los platos sefardíes, sobre todo los festivos, suelen ser laboriosos porque

forman parte de la conexión del pasado con el presente. Los platos marinados en

vinagre o escabeches se denominaban Agristadas, es decir de sabor agrio, eran

comunes con pescados y carnes. Algunos platos como el píchkado o la chaka demuestran el uso de escabechados.

Existe una abundancia de platos, entre ellos destacamos: el Almodrote, plato

simple al pisto, el Mokoli, el Shuhá de cordero, la tortada de sesos, el potaje de

vigilia, la Mona de Pascua, el Jachnun o desayuno con masa de pan especial de los

sábados, el Djadjik especie de sopa de yogur y pepino similar al Tarator de Albania,

la Orisa es un guisado de carne y cebada, la Matbucha consiste en una ensalada

cocinada de verduras, y como postres el Mazapán de Toledo y El bizcochuelo,

denominado por muchos sefardís como Pan de España o Pan Esponyado, etc..

LOS JUDÍOS EN ESPAÑA

42

10 – LOS JUDÍOS EN EL MUNDO ACTUAL

Acabada la Segunda Guerra Mundial, se creó un clima favorable hacia la

población hebrea, debido en parte a la terrible persecución nazi que había sufrido

durante el periodo bélico. La Sociedad de Naciones creó el Estado Moderno de Israel

en 1948, en tierras ocupadas por los palestinos. Automáticamente surgió el problema

con los palestinos, que fueron desplazados de sus territorios para que se instalara el

pueblo israelí. La enemistad entre Israel y Palestina estaba servida, así las guerras

entre ambos pueblos han sido y son una constante en el mundo actual.

10.1 – RELACIONES HISPANOJUDIAS

Lejos de su tierra, los sefardíes, que salieron de nuestro país, en 1492, se

convirtieron en una España itinerante, que ha conservado con inigualable celo el

legado cultural y lingüístico de sus antepasados, después de cinco siglos de

alejamiento de las tierras hispanas.

En España, después de varios siglos en que se ignoró el tema de los

sefardíes, afloró a la superficie en el siglo XIX, cuando se generó una mayor

sensibilidad nacional, introducida por los partidos liberales y por algunas

personalidades de esa misma tendencia. Una de estas personalidades fue A. Pulido,

quien en 1905 publicó su obra clave: “Españoles sin patria y la raza sefardí”, un

estudio exhaustivo de los sefardíes dispersos por el mundo, confeccionado con la

correspondencia que recibió desde diferentes partes de Europa, Asia y África.

Cuando en 1948 se creó el nuevo estado de Israel, España no reconoció su

existencia, políticamente estaba mucho más cerca de los palestinos y los países

árabes. La España de Franco manifestó claramente sus preferencias por la OLP

(Organización para la Liberación de Palestina).

LOS JUDÍOS EN ESPAÑA

43

Fue en las exequias de Anuar el Sadat cuando por primera vez los

mandatarios israelíes y españoles se estrecharon las manos. Hasta el año 1986 no

se establecieron relaciones diplomáticas entre ambos países.

Independientemente de la bandera política que haya regido el destino de la

España democrática, los diferentes gobiernos de la nación, una vez establecidas

relaciones diplomáticas, han mantenido acuerdos de toda clase con Israel. Hace unos

años el Instituto Cervantes abrió sus puertas en Tel-Aviv.

En 1992 se cumplieron quinientos años desde que los Reyes Católicos,

persiguiendo la unidad de su pueblo, decidieran erradicar el judaísmo de los

territorios hispánicos. Hoy la unidad sigue siendo una gran meta, pero ni se entiende

por ella uniformidad, ni se procura con los medios de la época medieval. Se han dado

muchos pasos en este sentido, uno muy significativo ha sido la concesión del Premio

Príncipe de Asturias a La Concordia en 1990 a las Comunidades Sefardíes dispersas

por todo el mundo, parte entrañable de la gran familia hispánica. Este Premio quiso

contribuir al proceso de concordia ya iniciado anteriormente, que convoca a esas

comunidades al reencuentro con sus orígenes, abriéndoles para siempre las puertas

de su antiguo país (Texto del Premio Príncipe de Asturias a la Concordia, 1990). Este

reconocimiento constituyó un brillante prólogo a las conmemoraciones de 1992 y, en

definitiva, al futuro de las relaciones Sefarad (España) y los sefardíes.

11 – CONCLUSIONES

La existencia de judíos en la Península Ibérica se convirtió en un problema

vivo y real en periodos de antijudaísmo, y latente en épocas de tolerancia. La actitud

seguida por los monarcas y obispos de España, respecto a los judíos en los primeros

siglos (Edad Antigua y Medieval), no desentonaba del ambiente general europeo de

aquel entonces, tanto en lo político como en lo religioso.

LOS JUDÍOS EN ESPAÑA

44

La convivencia de las tres confesiones religiosas representa, el signo peculiar

más importante de nuestra Edad Media. Ambas religiones tenían en común: la

herencia espiritual de Abraham, el origen geográfico oriental y la creencia en un Dios,

personal, trascendente y único, que en diferentes momentos se había revelado a los

hombres. Cristianos, musulmanes y judíos, aún combatiéndose recíprocamente, se

influyeron entre sí con intensidad tal que resulta muy difícil separar las aportaciones

de cada creencia religiosa al común patrimonio de la cultura española. Las tres

religiones pretendían conservar su identidad, manteniéndola en estado de pureza, por

eso nunca llegó a ser deseable la total convivencia o integración; a lo sumo se decía

que era útil.

En la actualidad, y con razón, se pueden poner muchos reparos a toda la

legislación medieval contra los judíos, así como al fin que se proponía, que no era

sino coaccionarlos para conseguir su conversión al catolicismo. Los legisladores de la

época estaban convencidos que era lícito emplear esos métodos para lograr el fin

deseado, entonces no se pensaba siquiera en la libertad o en la tolerancia religiosa.

Desgraciadamente la idea de lograr su conversión sólo con la razón y la predicación

no excluyó el empleo de otros medios coactivos. El mismo empeño que los cristianos

pusieron para conseguir su conversión, pusieron también los judíos en defender y

conservar sus creencias, tradiciones y ceremonias. Coexistencia no significó en

ningún momento igualdad, tan sólo hubo tolerancia.

Si profundizamos en el Decreto de Expulsión, ni las justificaciones puramente

religiosas ni las políticas, pasando por las sociales y económicas, aún tratándose en

su mayoría de argumentaciones sólidas, son suficientes para entender el Decreto,

más bien resulta paradójico por varias razones, una, y no la menos significativa

precisamente, es que se promulga en nombre de la fe, pero el Decreto lleva tras de sí

una importante carga política, su factura es claramente inquisitorial. La expulsión

bloqueó la posibilidad de la conversión que se produjo en el momento en que los

hebreos españoles estaban más hispanizados, más cercanos a los monarcas, su

intensa hispanización explica hechos tan insólitos como el haber conservado durante

LOS JUDÍOS EN ESPAÑA

45

cinco siglos su lengua hispánica, su organización y costumbres propias, y tantas y

tantas cosas más.

Sería muy simple y además falso atribuir la decadencia económica de España

a la expulsión de los judíos. Desde el punto de vista demográfico, la expulsión de

ciento cincuenta o doscientos mil judíos fue un factor negativo para la España de los

Reyes Católicos, que apenas contaba en aquel entonces con siete millones de

habitantes, también resultó negativo para la economía española de los siglos

posteriores, Indudablemente fue un elemento que dañó la vitalidad de un país y

precipitó su decadencia, pero existieron otros factores responsables de este declive

económico, político y cultural.

Este fenómeno (el sefardismo) no tiene paralelo entre los grupos expulsados

de ningún otro país del mundo. El mismo Fernando el Católico admite en una carta,

que fue la Inquisición la que le llevó a firmar el Edicto de Expulsión. Cabe preguntarse

¿por qué una interrupción tan brusca en un proceso catequético iniciado desde varios

siglos atrás? Se ha hablado de continuidad en la política que genera la expulsión,

continuar con lo anterior hubiera sido seguir intentando la conversión y no la

expulsión.

Por otra parte, la existencia de los conversos tras la expulsión envenenó la

vida española durante siglos, más aún que la convivencia con los propios judíos en

épocas anteriores, y constituye uno de los rasgos más significativos de nuestra

historia durante toda la Edad Moderna. Pero se engañaría quien pensara que todos

los conversos eran falsos y, por tanto, judaizantes. Muchos se convirtieron con

sinceridad y, si no hubo total claridad en su propia conversión, a la vuelta de dos o

tres generaciones sus descendientes ya eran católicos fieles,

Las famosas Limpiezas de Sangre, fueron las responsables del clima de

desconfianza latente en la sociedad española de la época, y dificultaron o impidieron

que algunas mentes privilegiadas contribuyeran al desarrollo social, político,

económico y cultural de este país.

LOS JUDÍOS EN ESPAÑA

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La presencia de judíos en España contribuyó decisivamente al encuentro entre

el pensamiento griego, trasmitido por los árabes, y el pensamiento cristiano. Los

judíos traducían al castellano de textos árabes, posteriormente los clérigos lo vertían

al latín. La experiencia no sólo enriqueció el cristianismo, sino también el

pensamiento judío que, influido fundamentalmente por el platonismo, comenzó a

valorar en gran medida el aristotelismo.

Como consecuencia de la Expulsión, surgieron zonas de colonización sefardí

en diversas partes del mundo, algunas de ellas se convirtieron en importantes focos

de civilización hispanojudía.

LOS JUDÍOS EN ESPAÑA

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12 – ANEXOS

12.1 – PRINCIPALES JUDERÍAS EN LA ESPAÑA, SIGLO XV

LOS JUDÍOS EN ESPAÑA

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12.2 – PRINCIPALES JUDERÍAS DE LA CORONA DE ARAGON

LOS JUDÍOS EN ESPAÑA

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12.3 – PERSONALIDADES DE LA CULTURA HEBREA

Aaron ha -Levi Rabino nacido en Barcelona, siglo XIII, autor de diversas

obras talmúdicas.

Abiatar ben Crescas Fue médico de Juan II de Aragón.

Abraham Annasí Difusor de la ciencia hebrea y musulmana en Europa.

Abraham Bar Hiyya Nacido en Barcelona, en el siglo XII, matemático, astrónomo y filósofo Escribió tratados de Astronomía, Algebra y Matemáticas.

Abraham ben Daud Destacó en estudios de Astronomía.

Abraham ben Ezra Estudió gramática, filosofía, poesía, ciencias, astrología.

Abraham Cresques Autor de numerosas cartas nauticas y de un Atlas catalán (1375),

Abraham Senior Banquero y político judeo-español, alto cargo de la hacienda castellana, almojarife mayor de Castilla o administrador real, contador Mayor de Castilla y Rabino Mayor del reino

Abraham Zacuto, Autor del Almanaque perpetuo

Azag Organizó los regadíos de Tudela

Bonseyor Jadufá Médico y escritor, nacido en Barcelona, estuvo al servicio del rey Jaime II, tradujo un libro de medicina del árabe al catalán y una colección de sentencias morales.

Cristia, Pau

Nacido en Montpeller se convirtió al cristianismo. Se ordenó fraile dominicano y dedicó toda su vida a criticar y censurar los escritos religiosos de los judíos. Participó en el debate teológico cristianojudío, celebrado en Barcelona en 1263.

Hasday ibn Saprut Vivió durante el siglo X, desemèñó la función de médico de la Corte de Abd-ar-Rahmán III.

Isaac Abravanel Fue teólogo, comentarista bíblico y empresario que estuvo al servicio de los reyes de Portugal, Castilla y Nápoles, financiero de Isabel la Católica, a la que prestó importantes sumas para financiar la guerra de Granada

Ishaq ben Mossé ha- Levi

Médico y gramático judío nacido en Perpiñán hacia 1345. Se le conoce también por Profiat Duran. Fue nombrado médico

LOS JUDÍOS EN ESPAÑA

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real. A pesar de haberse bautizado, escribió una carta satírica anticristiana y la obra “Confusión de los cristianos”, que es un ataque al cristianismo, autor también de una gramática hebrea (1404). Murió en Perpiñán hacia 1414.

Ishaq ben Seset Perfet

Rabino y poeta judío nacido en Barcelona el 1326. Fue rabino en Zaragoza y Valencia. Ejerció una gran autoridad moral. En 1391 fue bautizado de manera obligatoria, recibió el nombre de Jaume de Valencia. Pudo huir al norte de África, donde continuó siendo rabino. Llego a ser la máxima autoridad religiosa entre los sefarditas. Es autor de numerosos comentarios religiosos y diversas poesías. Murió en 1408.

Menahem ben Se!omó Meiri

Talmudista nacido en Perpiñán en 1249. Es conocido también con el nombre de Vidal Salomó y considerado uno de los más destacados comentaristas hebreos medievales. Es autor de comentarios al Talmud (Qiryat Séfer), Murió en Perpiñan en 1316.

Meyr Alguadés Fue médico de Enrique III de Castilla.

Mosé Natan

Financiero y poeta judío nacido en Tárrega hacia el año 1300. Se arruinó cuando se produjo el saqueo del call de Tárrega, en 1348. Como poeta es autor de una colección de sentencias morales y poesías religiosas en hebreo y de un poema moral en catalán.

Nahmanides o Mosé ben Nahman

Conocido también con el nombre de Bonastruc de Porta (Girona 1195 - 1250). Fue médico y filósofo. Defendió una concepción espiritualista y mística del judaísmo, se opuso a las ideas defendidas por Maimonides. Asimismo impulsó la escuela cabalística de Girona. Por una controversia religiosa habida en Barcelona se exilió en 1263. Escribió algunas poesías cabalísticas y diversas obras filosóficas, como: “Tesoro de la vida”, “Epístola de la santidad” o “La ley del hombre”.

Rabbi Moshe ben Maimon, Maimones

En 1190 escribió su obra más importante, “La guía de los perplejos”, en la cual armoniza la fe con la filosofía, el hombre con la divinidad. También es el autor de los famosos “Trece artículos de fe”.

Selomó Astruc

Rabino y médico nacido en Barcelona en el siglo XIV. Es autor de diversos comentarios bíblicos sobre el Pentateuco, y el “Libro de Ester”, escritos en hebreo, si bien utiliza también palabras y expresiones en catalán. Se supone que murió víctima de represalias antijudías de 1391.

LOS JUDÍOS EN ESPAÑA

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Selomó ben Abraham ibn Adret

Rabino y talmudista nacido en Barcelona hacia 1235. Como especialista de derecho hebreo estuvo desde 1278 al servicio de la Corona catalanoaragonesa, sobre todo para intervenir en cuestiones jurídicas relacionadas con el mundo judío. Además de algunas obras relacionadas con su profesión, representativas de Ias costumbres judías, fue autor también de una poesia religiosa. Como rabino se opuso a los estudios racionalistas y filosóficos defendidos por algunos círculos de Occitania. Murió en Barcelona hacia el año 1310.

Selomó ben Mesullam de Piera

Poeta hebreo, nacido en Cervera hacia 1345. Tuvo una gran relevancia en su tiempo. Es autor de unas 400 obras políticas. Fue víctima de los levantamientos antijudíos de 1391, perdió bienes y familia, y se instaló en Zaragoza, convertido al cristianismo en 1414, continuó escribiendo poesía en hebreo.

Semuel ha-Naguid, Visir de los reyes granadinos, fue a la vez gobernante, caudillo militar, erudito rabínico y uno de los más grandes poetas hebraico españoles.

Todros-ben-Yehuda-Halevi

En sus sermones dejó constancia del libertinaje de los judíos poderosos en la ciudad de Toledo.

Yadufá Cresques Autor del Atlas Catalán.

Yehuda ben Yaqar

Rabino y cabalista de los siglos XII y XIII, nacido en Barcelona. Escribió comentarios de caracter religioso. Fue maestro de Nahmanides.

Yehudá Cohen Destacó en Astronomía

Yehuda ha-Levy Fue el primero en escribir en castellano. Su poesía religiosa es hermosa y lograda, “Las Siónidas”

Yosef ben Meir ibn Sabarra

Médico y moralista judío, nacido en Barcelona hacia 1140. Es autor de un libro de enseñanzas deleitables, escrito en hebreo, compendio de fábulas, cuentos, aforismos y poesías de gran interés.

Yosef Ferruziel, Fue médico de Alfonso VI

Yosef ha-Naguid Heredó el cargo de visir y durante diez años pudo mantenerse en el poder. En el año 1066, Yosef fue asesinado y con él murieron muchos judíos de todo el reino.

LOS JUDÍOS EN ESPAÑA

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12.4 – GLOSARIO DE ALGUNOS VOCABLOS JUDÍOS

Adafina, Cocido sefardí de garbanzos elaborado con carne de cordero. Es un plato muy popular entre los judíos sefarditas, se elabora en una olla de barro durante la noche del viernes y se come durante el Shabat (Sábado en el judaísmo).

Agristada Platos marinados en vinagre o escabeches.

Aljama

La institución jurídica que agrupaba a todos los judíos de un lugar y regía la vida interna de la judería.

Almodrote Salsa al pisto con predominio de ajo.

Asquenasites

Judíos alemanes que en el siglo XII se dispersaron por Europa. Hablaban jiddisch (lengua basada en un dialecto alemán y escrita según el alfabeto hebreo). Tienen un importante peso en el judaísmo y en el Estado de Israel.

Bar-Mitzbá, Ceremonia por la que un muchacho es admitido como miembro de la comunidad con sus derechos y obligaciones EL primer sábado después de cumplir los 13 años y un día, el joven es llamado a leer la Torá, dice las bendiciones correspondientes y se le honra también con la lectura de la Haftará. El padre es el encargado de llevarlo al templo y acompañarlo.

Bat-Mitzbá.

A partir de los 12 años las niñas judías son entrenadas en los preceptos y mitzvot y especialmente en todo lo que una mujer judía deberá saber para vivir su judaísmo en plenitud. Destacan principalmente las enseñanzas de las mujeres en la tradición judía. Es una ceremonia de carácter privado. pone especial énfasis en las virtudes de las mujeres ejemplares de la historia j

Bedicá, Minucioso examen de determinadas vísceras del animal sacrificado, para comprobar, que no tiene ningún defecto que lo haga inepto para el consumo.

bourekas Se trata de un tipo de empanaditas calientes de origen judío-sefardí, hechas con una masa de semihojaldre y rellenas de los más apetecibles manjares. Las hay de alcachofa, de berenjena ahumada, de carne de res, de pollo, espinacas, champiñón, papa y queso.

Call

Barrio judío de las ciudades catalanas medievales, separado del resto de edificios urbanos por un muro interior y una puerta que se cerraba de noche o en días de ataques incontrolados de los cristianos.

LOS JUDÍOS EN ESPAÑA

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Chaka Especie de escabechado.

Chuchuca, Ensalada sefardí.

Cohen. Ayudaba al rabino en las ceremonias de la sinagoga.

Dayyanim Juez religioso que entiende en pleitos de derecho rabínico.

Diáspora

Dispersión forzada de los judíos por el mundo lejos de su tierra de origen.

Djadjik Sopa de yogur y pepino similar al Tarator de Albania.

Haggada

Parte del Talmud formada por predicaciones y explicaciones de carácter popular: tradiciones, leyendas, etc.

Hanuká o fiesta de las Luces,

Recuerda la purificación del Segundo Templo.

Herem Terrible castigo, sobre todo moral, para el que lo sufría, los demás judíos estaban obligados a hacerle el vacío.

Jachnun Desayuno con masa de pan especial de los sábados. Es un plato tradicional de judíos yemenitas, preparado con una masa que se cuece a fuego muy lento durante unas diez horas.

Kábala

Sabiduría mística judía. El pensamiento cabalístico contrapone la realidad de Dios y la realidad humana, que se sitúa en un mundo inferior y finito

Ketubá Es el contrato matrimonial con el que se sella la ceremonia judía y se explica los derechos que conlleva el matrimonio. Es el contrato de esponsales.

Kosher Conjunto de leyes referidas a la pureza alimentaria.

Malsín, Es un tipo especial de delator, malévolo denunciador que en secreto avisa a la justicia de algunos delitos con mala intención y por su propio interés.

Matbucha Eensalada cocinada de verduras,

Menorah

Candelabro de siete brazos que simboliza la fe de los judíos. El primer candelabro de oro se situó en el Tabernáculo. Es el emblema de Israel.

Messías Salvador enviado por Dios para conducir la humanidad a la

LOS JUDÍOS EN ESPAÑA

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plenitud y a la felicidad, según anuncia la Bíblia. Para los cristianos, el judío Jesús de Natzaret fue el Messías, los judíos, en cambio, todavía esperan su llegada.

Micvé Baños rituales de purificación. ,

Nissím Ceremonia del matrimonio.

Orisa Guisado de carne y cebada.

Pesah o Pascua Fiesta que conmemora la liberación de los judíos de la esclavitud, recuerda la salida de los hebreos de Egipto dirigidos por Moisés, en ella tiene lugar la celebración del Séder o cena pascual.

Píchkado Especie de escabechado.

Purim o suertes

Fiesta judía que se celebra en el mes de Adar, en primavera, en recuerdo del intento de exterminio de los judíos por el imperio persa.

Quipá En las sinagogas, durante el rezo los varones se cubren la cabeza con cualquier sombrero o cubrecabezas.

Rabí

Conocedor profundo de las leyes judías. Cabeza espiritual de la comunidad hebrea.

Rabíno mayor Rabino con autoridad sobre todos los judíos del reino.

Rosh ha Shaná Día de Año Nuevo.

Sabbath

Día dedicado a la oración y al descanso, siguiendo la voluntad de Dios. Es el mandamiento más característico de la religión judía. Abarca desde la tarde del viernes (a la puesta del sol) hasta la tarde del sábado. Supone la prohibición de todo tipo de trabajo y la celebración de rituales especiales.

Séder Cena pascual.

Sefarad

Nombre utilitzado por el judaismo parar referirse a la Península Ibérica.

Sefardites

Judíos asentados en la Península Ibérica y sus descendientes establecidos por todo el orbe a partir de su expulsión en 1492.

Sehitá Leyes rabínicas sobre la matanza de animales que exigen, entre otras cosas, el degüello, para que el animal pierda toda su sangre.

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Shavuot o Pentecostés

La festividad conmemora la entrega de la Torá por parte de Dios a Moisés, en el Monte Sinaí. También tiene un significado agrícola, corresponde a la época del año en la que en Israel, en particular y en el hemisferio norte, se recogen los primeros frutos, también se le llama la Fiesta de las Primicias.

Shoa

Término hebreo utilizado para referirse al Holocausto (aniquilación judía en Europa por la Alemania nazi).

Shofar. Shofar es un ritual judío, objetos utilizados para hacer sonar el shofar en la celebración de Rosh Hashaná y, como tal, se convirtió en un símbolo judío.

Shukot o Tabernáculos

Conmemora la estancia de los hebreros en el Sinaí, también es llamada de las Cabanñuelas.

Sinagoga

Templo judío donde se reúnen los judíos para realizar sus celebraciones litúrgicas. También se realizan otras funciones de la comunidad, ya sean de carácter cívico o cultural.

Sohet, Matarife experto.

Talmud, Los hijos de los ricos aprendían las enseñanzas talmúdicas con profesores particulares y estudiaban poética, filosofía, medicina, astronomía y otras ciencias.

Taramas Albóndigas de pescado.

Torá

La ley escrita de los judíos. Aunque en sentido estricto sólo designa los cinco libros de Moisés o Pentateuco (Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio), el término se aplica también referido a todo el Antiguo Testamento. La ley oral o tradiciones que acompañan la ley escrita, recibe el nombre de Torá shebeal peh.

Tu B’Shevat, o de los árboles

Se celebra el 15 de Shevat (aproximadamente febrero) marca el comienzo de la Primavera en Eretz Israel, cuando florecen los árboles frutales.

Xuetes

Familias descendientes de judíos conversos en Mallorca. La tradición antixueta tiene origen en lAs persecuciones de los judíos conversos del siglo XVII.

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Yom Kipur, Yom Kipur es el día judío del arrepentimiento, considerado el día más santo y más solemne del año. Su tema central es la expiación y la reconciliación. La comida, la bebida, el baño, y las relaciones conyugales están prohibidas. El ayuno comienza en el ocaso y termina al anochecer del día siguiente.

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13 – BIBLIOGRAFÍA Lacave, José Luís (1981), “Judíos y juderías”. Revista Historia 16, nº 58. Mischel Morely, Nicole (2011), “España e Israel, más allá de la diplomacia, Un deber moral”. Revista Época. Planas, S y Manuel F, “Historia de la Catalunya jueva”. Editorial Ambit, Serveis Editorial, S.A.233 pag. Soria i Ràfols, R Coordinador (1989). “Diccionari Barcanova d’Història de Catalunya”. Editorial Barcanova, S.A. 445 pag. Villatoro, Vicenç (2005), “Els jueus i Catalunya”. Editorial Barcanova, 198 pag. Valdeón, Julio (1981), “De la convivencia a la expulsión”. Revista Historia 16, nº 58. http://www.poesiadelmomento.com/hispanica/20judia.html http://sefarad.rediris.es/textos/0reinos.htm http://sefarad.rediris.es/textos/0religion.htm http://sefarad.rediris.es/textos/0odio.htm. http://sefarad.rediris.es/textos/0conclusion.htm, María Antonia Bel Bravo

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