VIAJES LITERARIOS UN POETA EN NUEVA...

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VIAJES LITERARIOS UN POETA EN NUEVA YORK FEDERICO GARCÍA LORCA RESIDIÓ NUEVE MESES EN LA CIUDAD QUE CAMBIARÍA SU VIDA PARA CREAR UNO DE LOS POEMARIOS MÁS IMPORTANTES DEL SIGLO XX. POR JOSÉ ALEJANDRO ADAMUZ

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V I A J E S L I T E R A R I O S

UN POETA EN NUEVA YORKFEDERICO GARCÍA LORCA RESIDIÓ NUEVE MESES EN LA CIUDAD QUE CAMBIARÍA SU VIDA PARA CREAR UNO DE LOS POEMARIOS

MÁS IMPORTANTES DEL SIGLO XX.POR JOSÉ ALEJANDRO ADAMUZ

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VIAJERO ILUSTRADO 19

El transatlántico RMS Olympic, un gemelo del Titanic de la compañía White Star, debía llegar a Nueva York el día 25, pero una niebla estival retrasó el desembarco

hasta el 26 de junio. Era 1929 y entre los pasajeros estaba Fe-derico García Lorca. Desde la terraza del buque, la imagen de la ciudad con sus rascacielos iluminados, luces y ríos de auto-móviles le impresionaron tanto que a los pocos días escribió a sus padres para decirles que París y Londres parecían dos pueblos comparados con Nueva York.

“Este viaje me será utilísimo”, le dijo por carta a un amigo. No se equivocó. De esta experiencia nació Poeta en Nueva York, uno de los poemarios más importantes del siglo XX. Lorca in-terpretó la ciudad a golpe de verso; aunque, si bien el poemario revela una imagen oscura y desolada, sus cartas relatan lo más pintoresco de su estancia. En ellas vemos a un joven que se zambulló en el ajetreo de una ciudad que le pareció especial-mente bella durante el otoño; un poeta que fue agasajado, que vivió la fiesta de Acción de Gracias y disfrutó Time Square en Navidad, que vio construirse el edificio Chrysler, el punto más alto de la ciudad antes del Empire State, que recorrió maravi-llado teatros y cafés.

“¿A qué va Lorca a New York?, ¿a aprender inglés?”, se preguntaba una nota de La Gaceta Literaria unos días antes de su marcha. “Aprenderá el inglés en dos meses, con gramó-fono”, respondían de forma burlona pero cariñosa. Efectiva-mente, Lorca viajó para estudiar inglés; al menos, esa es la razón oficial. Tenía 31 años, su Romancero gitano había sido todo un éxito, pero no se sentía feliz a causa de una fuerte crisis existencial.

A pesar de ir con el diccionario a cuestas todo el día, no fue buen estudiante. Incluso mintió a sus padres al decirles que había logrado la máxima puntuación en sus exámenes, cuando ni siquiera se presentó a la prueba. “En el cine hablado es donde aprendo más inglés”, acabaría confesando. Así, en 1929, Lorca acabó siendo uno de los primeros espectadores del mundo en poder escuchar la voz del cómico Harold Lloyd en Welcome Danger, su primera película hablada.

García Lorca realizaba recorridos por las calles de una ciu-dad que le pareció superlativa: “En tres edificios de estos cabe Granada entera”, bromeó en una de sus cartas. También dis-frutó lugares como el campus de la Universidad de Columbia, junto al río Hudson, donde tuvo una habitación con vistas al campo de rugby que posteriormente lo impulsaría a ser un espectador aficionado; también fue a Chinatown, donde se perdió, deambuló por las calles, entró en las tiendas y comió en un restaurante chino por 60 centavos.

“De noche me cortó la respiración”, dijo sobre Broadway, su lugar preferido de la ciudad junto a Harlem. Por el contrario, Wall Street lo llegó a horrorizar: “El espectáculo del dinero del mundo en todo su esplendor, su desenfreno y su crueldad”. Un sentimiento que se vio reforzado al ser testigo del histerismo y angustia de la muchedumbre durante el Jueves Negro que dio inicio a la Gran Depresión de 1929.

Su estancia en la ciudad duró hasta el 4 de marzo de 1930. Luego viajó a Miami, desde donde se embarcó hacia Cuba, “la Andalucía mundial”. Su despedida fue con sentimiento y ad-miración. Pero como el mismo Lorca dijo al volver a España, había hecho lo más difícil: ser poeta en Nueva York.

Para Lorca, el choque cultural con Nueva York a finales de los años veinte del siglo pasado quedó resuelto con sus caminatas y viajes por la ciudad, recorridos que lo hicieron familiarizarse con un ambiente totalmente desconocido.

FOTOS: GETTY IMAGES (P. OP.); ISTOCK (SUP.)