Waltari_Mika_-_Marco_El_Romano

download Waltari_Mika_-_Marco_El_Romano

of 465

Transcript of Waltari_Mika_-_Marco_El_Romano

  • 8/8/2019 Waltari_Mika_-_Marco_El_Romano

    1/464

    MARCO EL ROMANOMIKA WALTARI

  • 8/8/2019 Waltari_Mika_-_Marco_El_Romano

    2/464

    Primera Carta

    Marco Mecencio a Tulia.

    Salve Tulia, en mi carta anterior te habl de mis viajes a lo largo delro de Egipto. Despus de esperarte en vano en Alejandra hasta elcomienzo de las tempestades otoales, pas el invierno all. Quinfantil era mi amor! Aguard la llegada de los barcos procedentesde Ostia y Brindisi con una fidelidad que ni los comerciantes msricos o los ciudadanos ms curiosos podran superar! Pas muchashoras en el puesto hasta el final de la temporada de navegacin;por fin, los guardas, los aduaneros y los oficiales empezaron arehuirme, temerosos de que siguiese importunndolos con mis

    preguntas incesantes.

    Es cierto que durante esta espera mis conocimientos seacrecentaron y o muchos relatos acerca de pases lejanos; pero misojos se arrasaron en lgrimas de tanto mirar fijamente el mar.Finalmente, cuando arrib el ltimo de los navos, tuve que admitirque me habas engaado. En estos das se cumple un ao denuestro ltimo encuentro, Tulia, y ahora me doy cuenta de que tus juramentos y promesas slo eran mentiras para conseguir quesaliese de Roma.

    Me senta triste y profundamente amargado cuando te escrib lacarta en que me despeda para siempre de ti y donde juraba quepartira hacia la India para no regresar jams. An hay griegosdescendientes de los oficiales de Alejandro Magno, que gobiernancomo reyes en ciudades extraas. Pero ahora reconozco que alescribir de ese modo todo lo que intentaba era ocultarte la verdad.

    Porque lo nico cierto es que no poda soportar la idea de no volvera verte, Tulia.

    El hombre que ha pasado de los treinta no debera ser esclavo delamor. Ahora mi espritu se ha apaciguado, y la llama de la pasin seha extinguido. En Alejandra, el despecho me llev a frecuentarcompaas sospechosas y a poner en peligro mi cuerpo y miespritu. Pero no me arrepiento de ello, pues ningn hombre puedeborrar ni cambiar las consecuencias de sus actos. Aunque slo ha

    servido para demostrarme lo mucho que te amo, pues nada pudosatisfacerme. Pero te advierto, dilectsima Tulia, que llegar el da

  • 8/8/2019 Waltari_Mika_-_Marco_El_Romano

    3/464

    en que tu belleza se marchitar, tu rostro terso se ver surcado dearrugas, el brillo de tus ojos desaparecer, la plata del tiempodesteir tus cabellos y perders los dientes. Entonces, tal vez tearrepientas de haber preferido la ambicin y el disfrute de una

    posicin poltica a tu amor por m. Porque creo que me has amado,ya que no puedo dudar de tus juramentos. Si no fuera as, ya nadatendra sentido para m. S que me has querido, pero ignoro si anme amas.

    En los momentos de optimismo pienso que lo hiciste por m, parasalvarme del peligro, para evitar que perdiese mis posesiones y, talvez, la vida; por eso me obligaste con falsas promesas a abandonarRoma. No lo habra hecho si no me hubieses jurado que te reuniras

    conmigo en Alejandra y all pasaramos juntos el invierno. Muchasotras mujeres casadas y de noble linaje han viajado antes que t aEgipto para pasar all el invierno sin la compaa de sus esposos, yseguirn hacindolo en el futuro, o ya no conozco a las damasromanas.

    T hubieras podido volver a Roma en primavera, una vez reanudadala temporada de navegacin. Habramos pasado tantos mesesjuntos, Tulia!

    En cambio, durante ese tiempo todo lo que he hecho ha sidodesgastar mi cuerpo y mi espritu. Hubo una poca en que no podadejar de pensar en ti y me dedicaba a escribir tu nombre y el mo enlas piedras de los antiguos monumentos y en las columnas de lostemplos. En mi desesperacin, llegu incluso al extremo deiniciarme en el culto secreto a Isis. Ser que estoy ms viejo ycurtido que en aquella noche inolvidable de Bayas, en que t y yo

    nos iniciamos en los misterios de Dionisio. Pero en esta ocasin noexperiment el mismo xtasis que entonces. No puedo creer lo quedicen esos sacerdotes de cabeza rapada! Lo nico que lament mstarde, fue haber pagado un precio demasiado alto por un misteriotan insignificante.

    Pero no creas que mi nica compaa fueron los sacerdotes de Isis ylas mujeres de sus templos. Me relacion asimismo con actores ybardos, e incluso con gladiadores. Asist a la representacin de

    algunos antiguos dramas griegos, y su traduccin y adaptacin allatn moderno no me resultara una empresa difcil, si quisiera

  • 8/8/2019 Waltari_Mika_-_Marco_El_Romano

    4/464

    dedicarme a ello. Te cuento todo esto para que sepas que no me heaburrido; Alejandra es una ciudad universal, ms refinada, maduray agotadora que Roma.

    Sin embargo, la mayor parte del tiempo la he pasado en el Museion,que es su biblioteca, y que se halla junto al puerto.

    En realidad, se trata de varias bibliotecas. Sus edificios forman unbarrio entero. Los ancianos, que viven en el pasado, se quejanconstantemente del estado lamentable en que se halla la biblioteca,y me aseguraron que nunca volver a alcanzar el esplendor quetena en la poca de Julio Csar, quien, hace de ello tantos aoscomo puede vivir un hombre, incendi las naves egipcias para

    romper el sitio. El fuego destruy parte de los edificios de labiblioteca, con lo cual se perdieron, de modo irreparable, cien milrollos, legado de grandes escritores del pasado.

    Aun as, transcurrieron semanas antes de que yo aprendiese autilizar los catlogos y a dar con aquello que buscaba. Slo loscomentarios sobre la Ilada incluyen varias decenas de miles derollos, por no hablar de los escritos de Platn y Aristteles, quellenan edificios enteros. Existen innumerables rollos que jamsfueron registrados en los catlogos, y creo que nadie los ha ledodesde que fueron guardados en la biblioteca.

    Por comprensibles razones polticas, los ancianos no se mostrabanmuy dispuestos a desempolvar las profecas de los antiguos ni aayudarme a buscarlas. Tuve que interrogarlos con habilidad yganarme su confianza con regalos y convites.

    Disponen de muy escasos fondos y son pobres, como suelen serlolos sabios y como lo son siempre los hombres que aman a los librosms que a su vida y a la luz de sus ojos.

    As fue como logr extraer de los escondrijos de la biblioteca unaserie considerable de profecas, famosas unas, desconocidas uolvidadas las otras. Tales profecas, tan oscuras y ambiguas encuanto a su interpretacin como las respuestas de los orculos, hanexistido en todos los pueblos desde tiempo remoto. A decir verdad,

    ms de una vez me distraje leyendo alguna fbula griega y sentdeseos de abandonar a su destino aquellas profecas y comenzar a

  • 8/8/2019 Waltari_Mika_-_Marco_El_Romano

    5/464

    escribir un libro, segn el modelo de las fbulas, dejando volar miimaginacin. Pero, a pesar de mi origen, an soy demasiado romanopara poder escribir cosas que slo existen en mi mente.

    En esta biblioteca tambin hay tratados sobre el arte de amar quehubieran hecho parecer ingenuo a nuestro viejo Ovidio.

    Unos son de origen griego y otros son traducciones al griego deantiguos textos egipcios y, sinceramente, no s cules me parecenmejores. Sin embargo, despus de leer algunos, uno acabaaborrecindolos. A partir de la poca de Augusto se han guardadoestos escritos en compartimentos secretos. Nadie puede copiarlos yslo se autoriza su lectura a los investigadores.

    Pero volvamos a las profecas: las hay antiguas y modernas.

    Las antiguas han sido alteradas de forma que pudieran aplicarse a Alejandro y no a Octavio Augusto, que dio la paz al mundo. Alintentar profundizar en su sentido comprendo, cada vez mejor, quela mayor tentacin en que puede caer un estudioso es la deinterpretar tales escritos a la luz de su poca y capricho.

    Sin embargo, hay una cosa de la que estoy absolutamenteconvencido, y tanto los sucesos de nuestro tiempo como los astrosconfirman esta conviccin. El mundo est entrando en una nuevaera, con caractersticas propias. Esto es algo tan claro y evidenteque los astrlogos de Alejandra y Caldea, al igual que los de Rodasy Roma, se han pronunciado unnimemente al respecto. Es lgico ycomprensible que el nacimiento del nuevo soberano universal debaproducirse bajo el signo de Piscis.

    Quiz se tratase del emperador Augusto(1) , que en vida fueadorado en las provincias como un dios. Pero, como ya te cont enRoma, mi padre putativo Marco Maniliol mencion en su obraastronmica la conjuncin de Saturno y Jpiter en la constelacin dePiscis. Es cierto que por razones polticas omiti este punto en elvolumen publicado, pero tambin lo es que los astrlogos de aqurecuerdan perfectamente esa conjuncin. Si en verdad fue entoncescuando naci el futuro soberano del mundo, ahora debera tener

    treinta y siete aos, y seguramente ya habramos odo hablar de l.

  • 8/8/2019 Waltari_Mika_-_Marco_El_Romano

    6/464

    1. Poeta romano, contemporneo de Augusto y de Tiberio, autor deuna obra de cinco libros y en verso titulada Astronmica. En ella,despus de describir la estructura del universo, se ocupa de lainfluencia que los astros y los signos zodiacales ejercen en la

    conducta del hombre y en su destino.

    Te sorprender el motivo para que mencione abiertamente en unacarta el asunto que una madrugada, entre las rosas de Bayas, confia tus odos como el ms profundo secreto, convencido de que nadieen el mundo jams podra comprenderme como t, Tulia. Peroahora poseo mucha ms experiencia que entonces y he aprendido acontemplar las profecas como un hombre maduro.

    Un viejo casi ciego, que sola frecuentar la biblioteca, me dijosarcsticamente que las profecas son para los jvenes, y es quedespus de haber ledo mil libros, el hombre comienza a intuir laamarga verdad. Y diez mil le vuelven incrdulo para siempre.

    Te escribo con tanta claridad porque en esta poca es imposibleguardar un secreto. La conversacin ms ntima es escuchada yrepetida y no hay carta que no pueda ser leda y, si es necesario,copiada. Vivimos en un tiempo de recelos y sospechas. Por eso hellegado a la conclusin de que el mejor modo de sobrevivir es hablary escribir con toda sinceridad.

    Gracias al testamento del que te habl, soy lo suficientemente ricopara satisfacer todos mis caprichos, pero no tanto como para quealguien pueda desear mi muerte. Debido a mi origen no puedoaspirar a cargos pblicos, que en modo alguno deseo, aunque

    pudiera obtenerlos. Jams he sentido tal ambicin.Los astros nos sealaban hacia Oriente. Para librarte de m, Tulia,mi amada perjura, me indujiste a salir de Roma ya que mi presenciaempezaba a fastidiarte. En son de desafo jur que buscara alfuturo soberano del mundo. Estara a su lado entre los primeros y leofrecera mis servicios para ser digno un da de convertirme en tucuarto o quinto esposo. Cmo debes haber redo a mis espaldas!

    Tranquilzate. Ni siquiera por esta intencin puede alguien desear mimuerte. No se ha odo ni visto seal alguna anunciadora del

  • 8/8/2019 Waltari_Mika_-_Marco_El_Romano

    7/464

    nacimiento del soberano universal. En Alejandra se sabra ya,puesto que aqu nos encontramos en el ombligo del mundo, esdecir, en el centro de todas las habladuras, de todas las filosofas yde la intriga mundial.

    Adems, el mismo Tiberio estaba al corriente de la conjuncin deJpiter y Saturno hace treinta y siete aos. Tambin lo sabra todoel hombre cuyo nombre no conviene mencionar en una carta. Portodo ello, es seguro que el rey del mundo no vendr de Oriente.

    Tulia, mi bienamada, s de sobra que el estudio de las profecas haintentado ser un remedio para mi soledad, una evasin para pensaren otra cosa que no seas t. Por la maana, al despertar, t eres mi

    primer pensamiento, y el ltimo antes de dormirme. He soadocontigo y velado noches enteras por ti. Pero cmo puede un rollo depergamino sustituir jams a la mujer amada?

    De las profecas pas a estudiar las escrituras sagradas de los judos. Vive y trabaja en Alejandra un filsofo judo llamado Filnque interpreta esas escrituras en sentido alegrico, tal como griegosy romanos hicieron con Homero.

    Cree poder facilitar de este modo la compresin de la religin judamediante la ayuda de la filosofa griega.

    Conoces a los judos y su religin. Incluso en Roma viven apartadosde los dems y no ofrecen sacrificios a los dioses romanos. Muchosles temen por ello. En muchas familias han adoptado el sptimo dacomo da de descanso, de acuerdo con la costumbre juda. Pero lamayora los desprecia, pues slo tienen un dios y, por lo visto, ni

    siquiera poseen una representacin de l.De todos modos, ya desde tiempos remotos, se conservarigurosamente en sus escritos sagrados la profeca del futurosoberano universal. Sus profetas no cesan de repetirla, por lo quees la mejor conservada de todas las profecas nacionales. A estesoberano universal le dan el nombre de Mesas. Cuando llegue alpoder, los judos gobernarn el mundo. Tal desfachatez es elresultado de una ilusa ideologa nacional. Este pueblo ha tenido que

    soportar adversidades, miserias y deshonras. La esclavitud en Egiptoy en Babilonia, hasta que los persas les permitieron volver a su

  • 8/8/2019 Waltari_Mika_-_Marco_El_Romano

    8/464

    patria. Su templo ha sido destruido en varias ocasiones. La ltimavez lo incendi Pompeyo, aunque sin querer. Se diferencian tambinde los otros pueblos por tener un solo templo, que se alza en suciudad sagrada:

    Jerusaln. Las sinagogas esparcidas por todas las ciudades delmundo no son templos, sino lugares de reunin, donde cantan envoz alta sus escritos sagrados y los comentan entre s.

    A causa de la profeca que anuncia que entre ellos nacer elsoberano universal que les permitir dominar el mundo, son odiadospor muchos, por lo cual no hablan abiertamente y tratan deapartarse lo ms posible.

    Tampoco es cierto que oculten su profeca. Si encuentran a unextrao dispuesto a escucharlos, los sabios hebreos se complacenen ayudarlo a comprender sus escrituras sagradas. Al menos enAlejandra sucede as. Algunos eruditos, Filn entre ellos, interpretanla profeca del Mesas como una parbola.

    Pero otros me han asegurado que se debe ser fiel a las escrituras. Yo, por mi parte, creo firmemente que, para poder creer enescrituras de tan ambigua interpretacin, es indispensable habercrecido en esta religin desde la infancia. Sin embargo, deboreconocer que, en comparacin con tantas profecas confusas deotros pueblos, la de los judos es la ms clara.

    Los sabios judos de Alejandra son de mentalidad abierta y, sinduda, existen entre ellos verdaderos filsofos que incluso no seniegan a comer con los extranjeros. Me hice ntimo amigo de uno de

    estos sabios, y juntos bebimos vino puro. Estas cosas ocurren enAlejandra. Cuando fue preso de los vapores del alcohol me hablcon mucho nfasis del Mesas y de la inminente supremaca hebreasobre el resto del mundo.

    Para demostrar hasta qu punto todos los judos creen al pie de laletra en la profeca del Mesas, me cont cmo el gran rey Herodes,pocos aos antes de morir, hizo matar a los nios varones de todauna ciudad, pues unos sabios caldeos haban llegado a Judea

    siguiendo una estrella, y aseguraron ingenuamente que all nacerael nuevo rey. Pero Herodes deseaba conservar el trono para su

  • 8/8/2019 Waltari_Mika_-_Marco_El_Romano

    9/464

    familia. Este relato parece demostrar que Herodes era tan suspicazcomo cierto soberano de tiempos pasados, que, en su vejez, seretir a una isla deshabitada.

    Comprenders fcilmente, Tulia, como este episodio brutal exalt miimaginacin. Basndome en el ao en que muri Herodes, me fuefcil calcular que la fecha de la masacre coincidi exactamente conla conjuncin de Saturno y Jpiter.

    El relato demuestra, por consiguiente, que la conjuncin de esosastros despert entre los sabios judos y orientales la mismapreocupacin manifestada en Rodas y Roma.

    -Crees entonces -pregunt yo- que el futuro Mesas fue asesinadomientras estaba an en la cuna?

    El joven judo, por cuya barba chorreaba vino, repuso riendo:

    -Quin pudo matar al Mesas? Herodes estaba enfermo y su menteobnubilada.

    De pronto pareci asustado de sus propias palabras, y recelosoaadi:

    -No creas que el Mesas naci entonces. La profeca no habla de unapoca precisa. Seguramente ya habramos odo hablar de l. Adems, en cada generacin nace un falso Mesas que llena deinquietud a la gente sencilla de Jerusaln.

    Pero era evidente que aquel pensamiento le atormentaba, ya que

    despus de beber ms vino, me confi en tono reservado:-En tiempo de Herodes, desde Jerusaln y otros lugares, muchoshuyeron a Egipto. Algunos se instalaron all definitivamente, pero lamayora retorn a sus hogares a la muerte del tirano.

    -Quieres decir -pregunt- que llevaron a Egipto el Mesas queacababa de nacer, para protegerle de Herodes?

    -Soy saduceo -respondi.

  • 8/8/2019 Waltari_Mika_-_Marco_El_Romano

    10/464

    Lo dijo para demostrar que era un hombre de mundo y que por lotanto no estaba sometido totalmente a las tradiciones judas.

    -Por eso, dudo -continu-. No creo, como los fariseos, en la

    inmortalidad del alma. Cuando uno muere, no existe nada. As estescrito. Y ya que slo vivimos una vez, es razonable tratar deencontrar un cierto goce en este mundo. Nuestros grandes reyes nose negaban ninguno, aunque el exceso de placeres entristeci elcorazn del sabio Salomn. Pero hasta en el hombre ms erudito seesconde en su mente un resto de ingenua supersticin.Precisamente cuando se bebe vino puro, aunque esto sea pecado,se creen cosas que en estado de sobriedad parecen imposibles. Porello te contar una historia que me explicaron al cumplir los doce

    aos, al inicio de la pubertad. Durante el da de descanso estprohibido el trabajo manual. En tiempos del rey Herodes, un viejoartesano huy de Beln a Judea con su joven mujer, llevandoconsigo un nio recin nacido. Al llegar a Egipto, se establecieron enun huerto fragante. El hombre mantena a la familia con el trabajode sus manos, y nadie hubiera podido murmurar en contra de ellos.Pero un sbado, cuando el nio tena tres aos, fue sorprendido porotros judos del pueblo modelando golondrinas de barro. Mandaronllamar a su madre, ya que el nio haba desobedecido la ley. Peroentonces el pequeuelo sopl sobre los pjaros de barro, que seelevaron en el cielo como golondrinas vivas. Poco despus, la familiadesapareci del pueblo.

    -Quieres decir -pregunt turbado, pues tena a mi amigo porhombre muy equilibrado-, quieres decir que debo creer esa fbulapueril?

    Mi interlocutor sacudi la cabeza y, con sus saltones ojos judos,mir fijamente a un punto indeterminado. Era un hombre agraciadoy orgulloso, como muchos judos de rancia estirpe.

    -No quiero decir eso -respondi-. Esta pueril fbula, como t lallamas, indica simplemente que en tiempos de Herodes una familiaparticularmente humilde y piadosa huy a Egipto. Una explicacinrazonable del origen de esta leyenda pudiera ser que la madre delpequeo infractor del sbado, lo defendi citando las escrituras con

    tal acierto que hizo callar a los acusadores. O tambin pudiera serque la explicacin fuese tan complicada que se haya perdido. Con la

  • 8/8/2019 Waltari_Mika_-_Marco_El_Romano

    11/464

    ayuda de nuestras escrituras es posible demostrar, desde luego,cualquier cosa. Cuando la familia desapareci tan misteriosamentecomo haba aparecido, la gente ide una explicacin delacontecimiento para que pudieran comprenderlo las mentes ms

    simples.

    El sabio concluy observando:

    -Quin pudiera tener an la mentalidad de un nio y pudiera creer,como ellos, en las escrituras! Sera mejor que permanecer vacilandoentre dos mundos. Jams ser completamente griego, y en el fondode mi corazn tampoco soy hijo de Abraham.

    Al da siguiente la cabeza me daba vueltas y me sent enfermo.

    No era la primera vez que me ocurra aquello en Alejandra.

    Pas el da en las termas. Despus del bao, el masaje, la gimnasiay una buena comida me sumerg en un extrao sopor, como si mehubiera alejado del mundo real y mi propio cuerpo se hubieseconvertido en una sombra. Tal sensacin me era ya conocida yproviene de mi origen. Por algo me llamo Mecencio(2). En esteestado, el hombre se torna ms sensible para percibir los augurios,si bien siempre es difcil distinguir los falsos de los verdaderos.

    2. Del verbo griego meziemi: abandonar, soltar lastre.

    En cuanto abandon el fresco ambiente de las termas, el calor de lacalle me sofoc y el fulgor del sol ceg mis ojos. El estado de miespritu era el mismo. Recorr sin rumbo fijo las calles repletas de

    gente. Mientras vagaba absorto, envuelto y abrumado por el sol dela tarde, un gua me tom por forastero en Alejandra, se aferr amis ropas y me propuso con tono petulante una visita a las casas deplacer de Canopo, al Faro o al templo del buey Apis. Era un hombretestarudo y no pude librarme de l, hasta que de pronto un gritointerrumpi su elocuencia. Seal con un dedo sucio, a quien habagritado y, echndose a rer, dijo:

    -Mira al judo!

    En la esquina del mercado de verduras haba un hombre vestido con

  • 8/8/2019 Waltari_Mika_-_Marco_El_Romano

    12/464

    pieles. Tena la barba y el cabello hirsutos, la cara enflaquecida porel ayuno y los pies agrietados. Pregonaba sin cesar en arameo,siempre la misma frase montona; evidentemente era un mensaje.El gua me dijo:

    -No creo que puedas entender lo que dice.

    Pero como ya sabes, pas mi juventud en Antioquia, y hablo yentiendo el arameo. Incluso entonces examin en serio laposibilidad de hacer carrera como secretario al servicio de unprocnsul en Oriente, hasta que al ingresar en la escuela de Rodassupe de verdad lo que deseo de la vida.

    As, pues, comprend las palabras predicadas. Haba llegado deldesierto y no cesaba de gritar con voz spera:

    -Quien tenga odos, que oiga. El reino ya se aproxima.

    Preparad el camino.

    El gua coment:

    -Anuncia la llegada del rey de los judos. Estos perturbados vienencomo enjambres del desierto a la ciudad, y son tantos, que la policano puede azotarlos a todos. Adems, es una buena poltica hacerque los judos peleen entre s. Mientras se pegan con bastones, anosotros nos dejan en paz. No existe nacin ms sanguinaria que lade los judos. Por suerte, sus sectas se odian entre s ms de lo quenos odian a nosotros, a quienes nos llaman descredos.

    Mientras, la voz afnica no se cansaba de repetir las mismaspalabras, de tal modo que quedaron grabadas en mi mente.

    Anunciaba la proximidad del reino, y en el estado mental en que mehallaba slo pude interpretar este mensaje como un presagio. Eracomo si de pronto las profecas que haba estudiado durante el largoinvierno hubieran perdido su oscuridad y se resumieran en unanica frase: El reino se aproxima.

    El gua, siempre cogido a mis ropas, continu diciendo:

  • 8/8/2019 Waltari_Mika_-_Marco_El_Romano

    13/464

    -Se acerca la Pascua de los judos -afirm-. Las ltimas caravanas ylos ltimos navos estn ya a punto de partir llevando peregrinos aJerusaln. Veremos qu jaleo se arma all este ao.

    -Me gustara visitar la ciudad santa de los judos -dijedistradamente.

    Mis palabras entusiasmaron tanto al gua, que comenz a gritar:

    -Es una sabia decisin, la tuya, pues el templo de Herodes es unade las maravillas del mundo! Quien no lo ha visto en sus viajes, noha visto nada. Y en cuanto a desrdenes y tumultos no tienes porque temer, te lo aseguro. Lo que he dicho antes era una broma. Los

    caminos de Judea son seguros, y en Jerusaln impera la ley y elorden romanos. Hay una legin completa para mantener la paz. Site dignas acompaarme unos pocos pasos, estoy seguro de quegracias a mis buenas relaciones podr conseguirte una plaza en unbarco directo a Jaffa y Cesrea. Por supuesto, en principio te dirnque todas las plazas estn agotadas siendo, como es, la vspera dela Pascua, pero t djame hablar a m. Sera una vergenza que unnoble romano como t no consiguiera plaza en un barco depasajeros.

    Tir con tal entusiasmo de mi tnica que casi sin querer lo seguhasta la oficina de un armador sirio, situada a pocos pasos delmercado de verduras. No tard en enterarme de que yo no era elnico forastero que deseaba viajar a Jerusaln para Pascua. Junto alos judos, llegados de todas las partes del mundo, haba otrosviajeros simplemente deseosos de ver nuevas tierras.

    Despus que el gua hubo contratado para m, con el acaloramientocomo slo un griego puede negociar con un sirio, me enter de quehaba adquirido el derecho a una litera a bordo de una nave deperegrinos que partira rumbo a la costa de Judea. Me aseguraronque aquel era el ltimo barco que zarpaba de Alejandra paraaquella Pascua. El retraso se deba a que el barco era nuevo y lefaltaban an algunos trabajos de acabado para poder emprenderpor la maana su primer viaje, as que no tena por qu temer lamugre habitual y los parsitos, que suelen hacer penoso un viaje

    por estas costas.

  • 8/8/2019 Waltari_Mika_-_Marco_El_Romano

    14/464

    El gua me rob cinco dracmas por sus buenos oficios, pero se las digustoso, ya que gracias a l, haba tenido un presentimiento y midecisin era irrevocable. El hombre qued muy satisfecho, porquetambin consigui una comisin del representante del armador.

    Antes de anochecer, solicit a mi banquero que me extendiera unpagar a cobrar en Jerusaln, pues poseo la experiencia suficientecomo para no llevar conmigo fuertes sumas de dinero en efectivocuando parto de viaje. Sald mi cuenta en la posada, as como misotras deudas, y por la noche me desped de algunas amistades a lasque no poda dejar de saludar. Para evitar que se burlaran de m noles dije adnde me diriga; me limit a contar que emprenda unviaje y que a ms tardar regresara durante el otoo prximo.

    Aquella noche permanec despierto hasta muy tarde, y sent msintensamente que nunca que el abrasador invierno de Alejandrahaba agotado mi mente y mi cuerpo. Con la belleza de sus paisajesy monumentos, Alejandra es sin duda una de las maravillas delmundo. Pero tena la impresin de que haba llegado el momento deabandonarla. De haberme quedado, habra sucumbido a la fiebreque devora a esa ciudad, sedienta de placeres y ahta de culturagriega. Un hombre ablico como yo, podra llegar a un total estadode abandono, del que jams le sera posible salir.

    Por eso pens que un viaje por mar y un recorrido por los caminosromanos de Judea sentaran bien a mi cuerpo y a mi espritu. Pero,cuando a la maana siguiente me despertaron muy temprano paraembarcar, sin apenas haber dormido, estall en insultos a mmismo, por abandonar las comodidades de una vida refinada ydirigirme a la tierra extraa y hostil de los judos en pos de unailusin, creada en mi mente por oscuras profecas.

    Al llegar al puerto comprob que me haban engaado con msdescaro del que pueda imaginarse. Me cost mucho encontrar elbarco, pues al principio me negu a admitir que aquel cascarnpodrido y asqueroso pudiera ser la nave, nueva y flamante,dispuesta para su primer viaje, de que el sirio haba hablado.

    Indudablemente le faltaban trabajos de acabado, pues no hubierapodido mantenerse a flote sin taparle todos los agujeros que tena y

    calafatearla bien. El vaho que desprenda trajo a mi memoria elrecuerdo de las casas de placer de Canopo, pues el armador haba

  • 8/8/2019 Waltari_Mika_-_Marco_El_Romano

    15/464

    hecho encender en un rincn incienso barato para sofocar de algnmodo los repugnantes olores que envolvan la cubierta. Telas decolores cubran las podridas maderas de los costados y uncargamento de flores marchitas intentaba dar un tono festivo a la

    salida del barco.

    En una palabra, aquella indigna tinaja, a duras penas acondicionadapara que pudiera mantenerse a flote, haca pensar en una viejaprostituta del puerto que no se aventura a salir a la luz del sol sinemperifollarse de los pies a la cabeza con trajes de colorines, sindisimular con una espesa capa de maquillaje las arrugas de susmejillas y sin baarse con perfume barato. Me pareci ver unamirada fra y astuta en los ojos del administrador de la nave cuando

    al recibirme, me asegur que no haba ningn otro barco y meseal mi litera, en medio de una barahnda de gritos, lgrimas ydespedidas en las lenguas ms diversas.

    Al ver aquello no tuve ms remedio que echarme a rer, olvidandomi enojo. A fin de cuentas, yo me lo haba buscado.

    Por otro lado, quien ve peligros por todas partes termina porconvertir su vida en algo insoportable. Las enseanzas de muchosfilsofos a quienes he tenido ocasin de escuchar me han afirmadoen la conviccin de que el hombre, haga lo que haga, no podrprolongar ni un pice los das que el destino le haya asegurado.

    Es verdad que todava hoy existen hombres ricos y supersticiosos,los cuales, infringiendo la ley romana, hacen sacrificar un esclavojoven a la diosa de las tres cabezas, creyendo que los aos de vidarobados al infeliz prolongarn la suya. En cualquier importante

    ciudad oriental es posible encontrar a un brujo o a un sacerdoterenegado que conozca las palabras mgicas y est dispuesto arealizar un sacrificio similar a cambio de una buena compensacin.Pero, en mi opinin, es una cruel equivocacin, ya que lo nico quese consigue de este modo es engaarse a s mismo. Cierto es que elgnero humano posee una capacidad desmedida paraautoengaarse y creer en la realidad de sus deseos y sueos.

    Aunque dudo de que ni siquiera en mi vejez tema tanto a la muerte

    como para dejarme arrastrar por tales supersticiones.

  • 8/8/2019 Waltari_Mika_-_Marco_El_Romano

    16/464

    En tan ridcula situacin me consol saber que el barco navegara alo largo de la costa, y por fortuna soy un buen nadador. En el fondola aventura me diverta por lo que una despreocupada jovialidad seapoder de m. Decid gozar plenamente de mi viaje para poder

    contar en el futuro alguna ancdota divertida, exagerando lossufrimientos e incomodidades que haba tenido que soportar.

    No bien levaron el ancla, los remos empezaron a agitarsedesacompasadamente, la popa se separ del muelle y el capitnverti por la borda una copa en honor de la diosa Fortuna. Nohubiera podido elegir mejor al destinatario de su sacrificio!

    Saba muy bien que necesitaramos muy buena suerte para llegar a

    destino. Los viajeros judos elevaron los brazos al cielo e imploraronen su idioma sagrado la ayuda de su Dios. En el puente de proa,una muchacha coronada con flores empez a taer la lira, mientrasun muchacho la acompaaba con una flauta. Al son de losinstrumentos reconocimos la meloda de la ltima cancin de modaen Alejandra. Los peregrinos judos descubrieron horrorizados queen el barco tambin viajaba un grupo de cmicos ambulantes, peroera demasiado tarde para lamentarse. Para colmo de males lamayor parte de los viajeros eran de otra raza y, por tanto, impurossegn el concepto judo. As que tuvieron que resignarse connuestra presencia, contentndose con lavar constantemente losrecipientes destinados a su comida.

    Hoy en da la soledad es el ms raro de los lujos. Por esto, jamssoport verme rodeado de esclavos que vigilaran todos mis pasos ygestos, por lo cual compadezco a quienes por su posicin se venobligados a rodearse de esclavos las veinticuatro horas del da. Pero

    durante el viaje tuve que prescindir de este lujo, y compartir elcamarote con tipos de la ms variada ndole. Afortunadamente lospasajeros judos tenan camarotes reservados, y la posibilidad deencender fuego en una caja de arena donde cocinaban sus propiosalimentos. De otro modo, habran desembarcado en la costa deJudea tan contaminados por nuestras inmundas personas, que deningn modo hubieran osado continuar el viaje hasta su ciudadsagrada, ya que sus leyes y normas de purificacin son en extremoseveras.

    Si no hubiera sido por la ayuda de un suave viento de popa y de

  • 8/8/2019 Waltari_Mika_-_Marco_El_Romano

    17/464

    una vela, creo que jams habramos llegado a nuestro destino, pueslos remeros eran todos pobres viejos, invlidos, torpes y asmticos;en pocas palabras, verdaderas ruinas humanas. No todos eranesclavos, sino chusma del puerto, ms barata todava, que por falta

    de otro trabajo se haban alistado como esclavos. Hubieran servidode miserable coro para una comedia satrica. Incluso el cmitre, queles marcaba el comps desde lo alto de una plataforma, se doblabade risa viendo cmo los remos chocaban entre s y cmo losremeros se quedaban dormidos bajo sus bancos. Creo que slousaba la fusta por no perder la costumbre, pues era imposible sacarms provecho de aquellos despojos humanos.

    Del viaje en s mismo puedo decir simplemente que era el menos

    apropiado para inducirme a la religiosidad o preparar mi espritupara entrar a la ciudad sagrada de las profecas. Era necesaria ladevocin juda y el respeto por su templo para poder orar con losbrazos en alto, por la maana, la tarde y la noche, y cantar salmosgozosos o tristes en honor de su Dios. El resto del da se oa, desdela cubierta de proa, a los artistas ensayando cantos popularesgriegos, y cuando los remeros acudan a los remos, se elevabadesde abajo de la cubierta una letana de afnicos lamentos.

    La muchacha griega que inici el viaje con una guirnalda de floresen la cabeza y una lira en las manos, se llamaba Mirina(3). Eradelgada, de nariz pequea y respingona y ojos verdes, fros yaunque era muy joven adems de taer la lira y cantar, ejecutabacon maestra danzas acrobticas. Era un placer verla entrenarsepara conservar la agilidad; pero los piadosos judos se tapaban elrostro y clamaban ante aquel escndalo.

    (3) Mirina es nombre de amazona. Segn la mitologa griega, era lareina de las amazonas. Al frente de su gente luch contra losatlantes y se ali despus con ellos contra las Gorgonas. Conquistla mayor parte de Libia y Egipto y fue muerta por el rey Mopso deTracia. Mencionada en la Ilada, su nombre humano es Batiea, sibien reina una gran confusin por las variadas leyendasprotagonizadas por esta herona.

    Me explic cndidamente que le haban puesto este nombre por ser

    muy delgada y carecer de pechos y que haba trabajado en Judea yal otro lado del Jordn, en las ciudades griegas de Perea. Me cont

  • 8/8/2019 Waltari_Mika_-_Marco_El_Romano

    18/464

    tambin que en Jerusaln hay un teatro construido por Herodes,pero que tenan pocas esperanzas de ser contratados para trabajaren l, ya que en vista del miserable estado del pueblo raras vecesdaban representaciones.

    Los judos odian el teatro, as como todo cuanto procede de lacivilizacin griega, incluidos los acueductos, y la nobleza no essuficientemente numerosa como para llenarlo. Por este motivo,actuaran al otro lado del Jordn, donde los romanos habanconstruido un centro de reposo para la duodcima legin, donde elpblico, aunque algo rudo, era muy entusiasta. Tambin esperabanpoder trabajar en la ciudad de Tiberiades, a orillas del mar deGalilea, donde estaba la residencia del gobernador, y en el viaje de

    regreso quiz probaran dando alguna representacin extra en laCesrea de los romanos, sobre la costa de Judea.

    Despus de esta amable conversacin, por la noche, Mirina seacerc con mucho sigilo a mi litera y me susurr que la hara muyfeliz con un par de monedas de plata, pues ella y su compaeroeran muy pobres y tenan serias dificultades para comprar elvestuario y el calzado apropiados para la actuacin. De no ser poresto, no se hubiera dirigido a m con semejante peticin, pues erauna muchacha decente.

    Al buscar en el fondo de mi bolsa, di con una pesada moneda dediez dracmas y se la entregu. Mirina se alegr mucho, me abraz,me bes, y me susurr que tanta generosidad me haca irresistible asus ojos y que por lo tanto poda hacer con ella lo que quisiera.Cuando se percat de que yo no deseaba nada, pues es verdad queel invierno en Alejandra me ha hastiado de las mujeres, se

    sorprendi mucho, y me pregunt en tono inocente si prefera a suhermano, an joven e imberbe, para compartir mi lecho. Jams meha tentado este vicio griego, aunque en los aos de escuela enRodas tuve un admirador platnico. Al asegurarle que me bastabacon su amistad, dedujo que, por una u otra razn, haba hecho votode castidad, y no me importun ms.

    Como recompensa, comenz a hablarme de las costumbres de los judos, y me asegur que los ms cultos no consideran pecado el

    adulterio con una mujer extranjera, siempre que sta se mantengaalejada de las mujeres judas. Para demostrar la veracidad de sus

  • 8/8/2019 Waltari_Mika_-_Marco_El_Romano

    19/464

    palabras, me susurr al odo, en la oscuridad del camarote, variosepisodios picantes que me result imposible creer. El trato con lossabios judos en Alejandra me haba hecho comprender y respetar atodo su pueblo.

    Cuando las primeras luces del amanecer permitieron ver, reflejadassobre el mar, las montaas de Judea, Mirina me confi sus ilusionescomo podra hacerlo una muchacha con un amigo mayor. Sabaperfectamente que la carrera de una bailarina es breve, por lo cualse propona ahorrar dinero, para con el tiempo poner una modestatienda de perfumes en alguna ciudad costera combinada con unatranquila casa de placeres. Me mir con ojos inocentes y manifestque la espera se acortara si encontraba un amante rico. Le dese

    con todo mi corazn que tuviera suerte y gracias al tesn delcapitn, a una afortunada casualidad o a las continuas oraciones delos peregrinos judos, llegamos al fin, aunque devorado por losparsitos, muertos de hambre, sedientos y sucios, pero sin habersufrido otra desgracia, al puerto de Jaffa, tres das antes de laPascua de los judos. Este ao caa en sbado, su da de descanso, ypor esto era doblemente sagrada. Los judos estaban tan deseososde emprender el viaje, que apenas tuvieron tiempo de purificarse ycomer juntos, antes de partir, aquella misma noche, haciaJerusaln. La noche era suave, sobre el mar centellabaninnumerables estrellas, y resultaba agradable por dems caminar ala luz de la luna. El puerto estaba abarrotado de naves, entre ellasgrandes buques procedentes de Italia, Espaa y frica. Entoncescomprend, mejor que nunca, que el amor de los judos hacia sutemplo, supone un magnfico negocio para los armadores del mundoentero.

    Ya sabes que no me siento un ser superior. Sin embargo, por lamaana evit proseguir el viaje en compaa de los comediantesgriegos, aunque me lo solicitaron con insistencia, ya que queranasegurarse mi proteccin, pues ninguno de ellos era ciudadanoromano. Deseaba terminar esta carta en Jaffa, en paz ytranquilidad, en parte para pasar el tiempo, y tambin para intentarcomprender la caprichosa razn de mi viaje.

    Busqu, pues, una habitacin en una posada para descansar de las

    fatigas del viaje y all he concluido esta carta. Me he dado un baocubierto con abundantes polvos contra los parsitos, y he regalado

  • 8/8/2019 Waltari_Mika_-_Marco_El_Romano

    20/464

    a los pobres las prendas de vestir que us en el viaje, ya queprodujo un verdadero escndalo mi intencin de quemarlas. Ahoravuelvo a sentirme el mismo de antes; he rizado mis cabellos, me heperfumado y comprado ropa nueva. No llevo mucho equipaje. Slo

    he trado papiro limpio y utensilios de escribir, as como algunosrecuerdos de Alejandra para obsequiar a alguien en el caso de quese presente la ocasin.

    En el mercado de Jaffa se ofrecen medios de transporte paraJerusaln para ricos y pobres, indistintamente. Podra alquilar unalitera con su correspondiente escolta, viajar en un carro tirado pordos bueyes, o llegar a Jerusaln en un camello con sucorrespondiente gua. Pero ya te he dicho que la soledad es mi

    mayor lujo. Al amanecer, pienso, pues, alquilar un asno, cargar enl mis pocas pertenencias, una bota de vino y el morral, yemprender el viaje a pie, como un piadoso peregrino debe hacerlo.El ejercicio corporal me ser conveniente despus de tantos das deinactividad vividos en Alejandra y no hay motivo para temer aladrones. Los caminos estn llenos de gente que se dirige haciaJerusaln y las patrullas de la duodcima legin protegen eltrayecto.

    Quiero que sepas, mi amada Tulia, que no te he mencionado aMirina y a las mujeres de Alejandra para herir tu corazn odespertar tus celos. Ojala sufrieras un poco! Ojal sintieras unpoco de afliccin por m! Pero mucho me temo que slo te sientasfeliz por haberte librado tan astutamente de m. Aunque desconozcotus pensamientos, es posible que alguna razn haya impedido tuviaje. El prximo otoo volver a esperarte en Alejandra hasta elfinal de la temporada de navegacin. He dejado all todas mis cosas.

    Ni siquiera he trado un libro conmigo. Y, si no estuvieseesperndote en el puerto, en el despacho de mi banquero te darnmis seas. Pero mi corazn sabe que este otoo, como el pasado,estar una vez ms en el puerto esperando en vano los barcos quearriben de Italia.

    No s si tendrs nimo para concluir la lectura de mi carta, aunquehe intentado que fuera lo ms amena posible. En verdad, meencuentro mucho ms abatido de lo que puedes deducir de ella.

    Toda mi vida he vacilado entre Epicuro y la escuela del Prtico, (4)

  • 8/8/2019 Waltari_Mika_-_Marco_El_Romano

    21/464

    entre el placer y el ascetismo. El exceso de placer de Alejandra, elsibaritismo corporal y mental han abrasado mi espritu. Sabes, tanbien como yo, que el placer y el amor son dos cosas distintas. Unopuede entrenarse en la lujuria como en el atletismo o en la

    natacin. Pero el mero placer llena al hombre de tristeza. Encambio, es extraordinario e increble encontrar a la persona para lacual se ha nacido.

    4. Lugar de Atenas en que Zenn (ss. II-I a.J.C.) enseaba sufilosofa. Zenn lleg a ser jefe de la escuela epicrea. Fue maestrode Cicern.

    Yo nac para ti, Tulia, y mi insensato corazn sigue insistiendo en

    que tambin t naciste para m. Recuerda las noches de Bayas en eltiempo de las rosas.

    Pero de ningn modo tomes demasiado en serio cuanto te heescrito acerca de las profecas. No me importa que tu bella bocasonra y diga: Marco sigue siendo el incorregible soador desiempre. Porque si no lo fuera, quiz t no me querras. Si es quean me amas, cosa que ignoro.

    Jaffa es un puerto antiqusimo, exclusivamente sirio.

    Qu feliz he sido al escribirte, querida Tulia! No me olvides. Mellevar la carta y la enviar desde Jerusaln, ya que hasta pasada laPascua de los judos los barcos no zarpan para Brindisi.

  • 8/8/2019 Waltari_Mika_-_Marco_El_Romano

    22/464

    Segunda carta

    Marco a Tulia

    Te escribo el da de la Pascua de los judos, desde el fuerte de Antonia, en la ciudad sagrada de Jerusaln. Me ha sucedido algoque jams hubiera imaginado, aunque an no s exactamente qu.Estoy sumamente desorientado, Tulia, y escribo para intentarexplicarme a m mismo lo que ha ocurrido.

    Ya no desdeo los presagios, y quiz nunca los he desdeado en elfondo de mi corazn, aunque haya escrito y hablado de ellos condesdn. Ahora estoy completamente seguro de que no elegemprender este viaje y que me habra sido imposible evitarloaunque hubiera querido. Pero desconozco qu fuerzas me hanguiado. Comenzar, pues, por el principio.

    Alquil un burro en el mercado de Jaffa, rechazando todas lasrestantes y seductoras ofertas que se me brindaban para hacer elcamino ms cmodo. Inmediatamente emprend el ascenso haciaJerusaln desde la costa, formando entre los ltimos viajeros.

    Mi burro estaba bien adiestrado y era un animal dcil y apacible, demodo que no tuve ningn problema con l en todo el viaje. Segnme pareci haba andado de Jaffa a Jerusaln y de Jerusaln a Jaffatantas veces que conoca cada pozo y lugar de descanso, cadapueblo y cada posada a lo largo del camino. No haba podido elegir

    mejor gua, y creo que el animal me guardaba verdadero cario,puesto que ni siquiera en las bajadas mont encima de l, sino queme contentaba con caminar a su lado.

    De Jaffa a Jerusaln apenas si hay dos jornadas, aunque el terrenomontaoso cansa ms que el llano al caminante. Pero no importa.Judea es una hermosa y fructfera tierra, y el viaje resulta as msagradable. Y si bien es cierto que en los valles los almendros yahaban perdido sus flores, los matorrales an conservaban las suyas

    a lo largo del trayecto, y su aroma era dulce y penetrante a la vez.Haba descansado, me senta rejuvenecido y experimentaba al

  • 8/8/2019 Waltari_Mika_-_Marco_El_Romano

    23/464

    caminar el mismo placer que haba sentido durante losentrenamientos deportivos de mi juventud.

    Como t sabes, debido a la educacin que he recibido y a mi natural

    prudencia, siempre evito hacerme notar. Prefiero no distinguirme dela masa ni por mi conducta ni por mi indumentaria. No necesitocriados o mensajeros que anuncien mi llegada. En el camino,cuando los seores pasaban raudamente hostigando a sus animalesy a sus esclavos, yo apartaba con humildad mi burro a un lado de lacarretera. Prefera contemplar los inteligentes movimientos de lasorejas del burro cuando me miraba, que hablar con los personajesque se detenan para saludarme y rogarme que les acompaase.

    Los judos llevan borlas en las puntas de sus mantos que hacen quese los reconozca en todo el mundo, aunque por lo dems vistencomo el resto de los mortales. Pero este camino, que Roma hatransformado en una excelente carretera militar, es tan antiguo y havisto gente de tantas razas, que nadie repar en m, a pesar de quemi manto careca de borlas. Donde pas la noche me dieron, comoa los dems, agua para que lavara mis pies y para que bebiera elburro. Con la aglomeracin, los criados de la posada no tenantiempo de hacer distinciones entre judos y extranjeros. El ambienteera festivo, como si todos los pueblos, al igual que los judos, sehubieran puesto en camino para celebrar que los hebreos sehubiesen librado de la esclavitud de Egipto.

    Si me hubiera dado prisa, habra llegado a Jerusaln la segundanoche. Pero siendo forastero, no poda compartir el fervor de losjudos. Me entusiasmaba el aire puro de las montaas de Judea, y laabundancia de flores en las laderas de las montaas deslumbraba

    mis ojos. Despus de la vida disoluta de Alejandra, me senta flotary gozaba de todos y cada uno de aquellos momentos. El pan mesaba mejor que todas las golosinas de Egipto. Con el fin de noobnubilar mis sentidos, no aad vino al agua durante todo eltrayecto; el agua sola era para m la mejor de las bebidas.

    Me entretena deliberadamente por el camino. As, la meloda delcaramillo de los pastores, cuando llamaban a su ganado por lanoche, me tom por sorpresa lejos de Jerusaln. Habra podido

    descansar un rato, y luego, a la luz de la luna, proseguir viaje. Perome haban hablado tanto de lo maravillosa que era para el peregrino

  • 8/8/2019 Waltari_Mika_-_Marco_El_Romano

    24/464

    la vista de Jerusaln al otro lado del valle, con su templo en lo altodel monte, reluciendo al sol la blancura de su mrmol y elresplandor de su oro!

    As quera ver por primera vez la ciudad sagrada de los judos. Porello, para sorpresa de mi burro, me desvi del camino acercndomea un pastor, que por la noche condujo su rebao de ovejas alamparo de una cueva de la montaa. Hablaba un dialectocampesino, pero comprenda mi arameo y me asegur que en aquellugar no haba lobos. Ni siquiera tena un perro que protegiera surebao contra las fieras, si bien l dorma en la entrada de la cuevapor temor a los chacales. En su zurrn slo llevaba un poco de pannegro de cebada y una bola de queso de cabra. El hombre se alegr

    cuando part con l mi pan de trigo y le di melcocha e higos secos.

    Pero al reparar en que yo no era judo, no quiso comer la carne quellevaba, aunque no por eso se apart de m. Cenamos juntos a laentrada de la cueva y mi burro comenz a mordisquear los arbustosde nuestro alrededor. El mundo se ti con el violeta intenso de lasanmonas de la montaa, oscureci, y las estrellas brillaron en elcielo. La noche trajo consigo una brisa fresca, y hasta m lleg elcalor de las ovejas. Aunque el olor de la lana era intenso, no meresultaba desagradable. Ms bien era acogedor, como la atmsferantima de la infancia y del hogar. Se me humedecieron los ojos; sinembargo no lloraba por ti, Tulia.

    Eran seguramente lgrimas de cansancio, ya que el viaje habaagotado las reservas de mi cuerpo debilitado.

    Probablemente llor por m mismo, por todo mi pasado, por todo lo

    que estaba fatalmente perdido, y tambin por lo que an meesperaba. En aquel instante me habra inclinado sin el menor temorpara beber en la fuente del olvido.

    Dorm a la intemperie, delante de la cueva, con el cielo estrelladocomo techo, cual si fuera el ms humilde peregrino.

    Mi sueo era tan profundo, que cuando despert el pastor ya habaconducido su rebao al monte. No recuerdo haber tenido en sueos

    ningn presagio, pero al despertarme, todo, la atmsfera y la tierrame parecieron distintas. La falda de la montaa daba al oeste y

  • 8/8/2019 Waltari_Mika_-_Marco_El_Romano

    25/464

    permaneca en penumbra cuando el sol iluminaba ya las laderas delas colinas opuestas. Era como si me hubieran azotado el cuerpo.Senta una gran languidez y no deseaba moverme. El burro serascaba la cabeza con aire aburrido. Yo no acertaba a comprender

    qu me suceda, pues no me crea tan dbil como para que unacaminata de dos das, y una noche a la intemperie, me hubieranquebrantado hasta aquel extremo. Pens que el tiempo iba acambiar, pues siempre he sido sensible a sus alteraciones, lo mismoque a los sueos y augurios.

    Me senta tan deprimido que no tuve ganas de comer. Era incapazde tragar un bocado. Tom un par de sorbos de vino de mi bota decuero pero ni siquiera eso consigui animarme. Tem que hubiera

    bebido agua mala o que estuviese a punto de enfermar.

    Lejos, en el camino, vi algunos viajeros que ascendan por la laderade la montaa. Pero an tard bastante en vencer mi pasividad. Alfin cargu el burro y volv al camino. Con gran esfuerzo llegu hastala cumbre, y all comprend lo que me haba sucedido. Un vientoseco y abrasador golpe mi rostro, el insistente viento del desiertoque sopla sin tregua, da tras da, hace enfermar a la gente,produce dolor de cabeza y hace vomitar a las mujeres, silba en lasrendijas de las casas y golpea los postigos por la noche.

    De pronto el viento sec mi rostro y produjo un intenso ardor en migarganta. En lo alto, el sol se redujo a una bola roja.

    Al fin, vi surgir al otro lado del valle la ciudad sagrada de los judosrodeada por las murallas. Con los ojos irritados y el sabor amargodel viento en la boca, divis las torres del palacio de Herodes, los

    grandes edificios sobre las laderas de las colinas que rodean la grancapital, los edificios del teatro y del circo y, por encima de todo, eltemplo, con sus muros, edificios y prticos, brillando de blancura yoro.

    Pero la cegadora luz del sol impidi que viera el templo en todo suesplendor. El mrmol no deslumbraba ni el oro centelleaba. Sinduda era majestuoso, slido, una maravilla incomparable de laarquitectura moderna. Pero no sent el entusiasmo de los judos. Lo

    contempl con atencin, aunque tambin con indiferencia. Era casiuna obligacin, despus de un viaje tan largo. Haban pasado varios

  • 8/8/2019 Waltari_Mika_-_Marco_El_Romano

    26/464

    aos desde que por primera vez admir el templo de feso. No sentla misma veneracin hacia el eterno milagro de la belleza ante aquelviento caliente que introduca polvo salino en mis ojos.

    El burro me mir de un modo extrao, pero lo arre, para quecaminara ms deprisa. Despus de alcanzar la cumbre de lamontaa, se haba detenido por propia iniciativa en el lugar dondela vista era mejor, y seguramente esperaba que yo dejase pasar eltiempo entre exclamaciones de asombro y jbilo, canciones degloria y oraciones. Me acus de soberbia y de insensibilidad delantede una visin que para tanta gente era la ms sagrada de todas, acausa de una simple fatiga corporal y de un viento molesto.Agitando sus orejas, el burro comenz a descender por el tortuoso

    camino. Yo marchaba a su lado agarrado a la correa del ronzal,pues sent flaquear mis rodillas.

    A medida que descendamos, la furia del viento fue disminuyendo, yen el fondo del valle apenas si se notaba.

    Cerca del medioda, el camino de Jaffa se uni con el camino deCesrea, transformndose en una gran carretera romana. Por ella sediriga mucha gente a la ciudad. Cerca de la puerta not que sedetenan en grupos y miraban hacia una colina cercana. De prontomuchos se cubrieron el rostro y apresuraron el paso. Mi burroempez a inquietarse. Al alzar la mirada vi en la cumbre de lacolina, cubierta de espinos, tres cruces, y distingu los cuerposcrucificados que se retorcan de dolor.

    En la ladera de la colina que daba a la ciudad, se haba congregadouna gran multitud que contemplaba el horrendo espectculo.

    El camino estaba interrumpido por el gento, de modo que no habrapodido continuar hacia la puerta aunque hubiese querido. En mivida he visto muchos criminales crucificados, y siempre me hedetenido a contemplar su tormento para endurecer mi espritu ypoder contemplar los sufrimientos humanos sin emocin. En laarena del circo he visto morir a la gente de maneras mucho mscrueles que aquella. Pero all al menos haba una cierta emocinesttica aunque violenta. El espectculo de la crucifixin carece de

    todo aliciente emotivo. Es tan slo un modo degradante y lento dematar como castigo por algn delito. Me alegro de ser ciudadano de

  • 8/8/2019 Waltari_Mika_-_Marco_El_Romano

    27/464

    Roma -aunque slo fuera por eso, seguira alegrndome- por lacerteza de que, si alguna vez llego a cometer un delito al quecorresponda la pena de muerte, me ajusticiarn rpidamente conuna espada.

    De haberme hallado en otro estado espiritual, probablementehubiera mirado hacia otra parte, y olvidando el mal augurio, mehabra obligado a seguir avanzando por el camino. Pero la vista deaquellos tres crucificados aument de un modo inexplicable miangustia aunque, claro est, yo nada tena que ver con su destino.Ignoro por qu, tomando al burro por el ronzal, me desvi delcamino y me abr paso a travs de la muchedumbre silenciosa,dirigindome hacia la cumbre de la colina.

    Junto a las cruces haba algunos soldados sirios de la duodcimalegin, tumbados en el suelo, jugando a los dados o bebiendo vinoagrio. No me pareci que se tratara de esclavos o malhechoresvulgares, pues adems de los soldados, se encontraba tambinpresente un centurin que formaba parte de la guardia.

    Al principio, mi vista se desliz abstrada por aquellos crucificadoscuyos cuerpos se retorcan de dolor, pero poco despus repar en lacruz del centro, y vi que encima de la cabeza del ajusticiado habaun rtulo, en el que estaba escrito en griego, en latn y en ellenguaje del pas: Jess Nazareno, Rey de los Judos. Me senttan turbado que en un principio no comprend el sentido de lo queacababa de leer.

    Despus observ que en la cabeza inclinada del moribundo habauna corona de espinas que imitaba una corona real. Alrededor del

    crucifijo haba un reguero de sangre.Casi en el mismo instante, dej de distinguir el rostro sangranteporque de inmediato, el sol se ocult y en pleno da las tinieblas sehicieron tan densas que ni siquiera poda distinguir a las personasms prximas. Igual que cuando hay un eclipse de sol, los pjaroscallaron, las voces de los hombres enmudecieron, y slo se oa elruido que hacan los dados de los soldados al chocar contra elescudo y la respiracin jadeante de los crucificados.

    Como te escrib en mi carta anterior medio en broma, Tulia, haba

  • 8/8/2019 Waltari_Mika_-_Marco_El_Romano

    28/464

    partido de Alejandra en busca del rey de los judos, y le encontr,ante la puerta de Jerusaln, crucificado en la colina, todava vivo. Alcomprender el sentido de las palabras escritas y al ver la corona deespinas sobre su cabeza, no dud ni un instante de que haba

    encontrado a quien haba salido a buscar, al hombre cuyonacimiento haba sido anunciado por la conjuncin de Jpiter ySaturno en el signo de Piscis, al rey de los judos, que segn susescritos tena que venir para gobernar el mundo. Me es imposibleexplicar por qu y cmo lo comprend tan claramente. Pero podramuy bien ser que la angustia sentida desde las primeras horas de lamaana me hubiera preparado para tan angustiosa visin.

    Cuando el cielo oscureci me sent aliviado, pues esto me impidi

    ver la magnitud de su agona. Ya haba visto con cuanta dureza lehaban golpeado el rostro y azotado el cuerpo con un ltigo al estiloromano. Su estado era mucho peor que el de los otros doscrucificados, ambos hombres robustos y curtidos.

    Despus del oscurecimiento se produjo un completo silencio en lanaturaleza y entre los hombres; de pronto comenzaron a orse gritosde terror y angustia, mientras el centurin alzaba la vista y mirabahacia el cielo en todas direcciones.

    Pronto me habitu a la oscuridad y volv a distinguir los rasgos delos hombres y el paisaje que me rodeaba. Al percibir el pnico quese apoderaba de la muchedumbre, surgieron de entre ella unosjudos de elevada posicin, reconocibles por el atavo de su cabezacomo personajes eminentes, que llevaban ostentosas borlas en laspuntas de sus mantos. Todos se pusieron a gritar para animar a lamultitud, y comenzaron a insultar al crucificado. Lo desafiaron a que

    demostrase que era rey bajando de la cruz. Vociferaron stas yotras iniquidades, al parecer, aludiendo a cosas que l haba dicho alas gentes.

    Intentaron as poner a la muchedumbre de su parte, y algunosprorrumpieron en vituperios contra el crucificado. Pero la mayoramantuvo un silencio tenaz, como si intentaran ocultar sussentimientos. A juzgar por sus ropas y su aspecto, la mayora eragente humilde: entre ellos haba muchos campesinos que haban

    llegado a Jerusaln para celebrar la fiesta de Pascua.

  • 8/8/2019 Waltari_Mika_-_Marco_El_Romano

    29/464

    Present que en sus corazones anidaba un profundo dolor por su reycrucificado, aunque no se atrevan a admitirlo por temor a loslegionarios y a sus propias autoridades. Entre el gento habamuchas mujeres, algunas con la cabeza cubierta y llorando.

    Al or el clamor, el crucificado alz la cabeza temblorosa y dej caerel peso de su cuerpo sobre los pies clavados en el madero. Lehaban crucificado con las rodillas dobladas, para que no murierademasiado pronto por asfixia. Jade, mientras su cuerpoensangrentado se estremeca en terribles convulsiones. Despusabri lentamente los ojos, hizo girar la cabeza y mir a su alrededorcomo si buscara algo. Pero no respondi a las injurias. Ya erasuficientemente penoso soportar el sufrimiento fsico.

    Los otros dos crucificados conservaban an algunas energas.

    El de la izquierda aprovech la ocasin para hacer befa a la gente y,volviendo la cabeza hacia el llamado rey, tom parte en la burla delos de abajo.

    -No eres el elegido del Seor? Entonces slvate, y a nosotroscontigo.

    En cambio, el de la derecha lo reprendi desde su cruz y defendi alrey diciendo:

    -Nosotros sufrimos por nuestros delitos, mientras que este hombreno ha hecho mal a nadie.

    Entonces con tono humilde le suplic al rey:

    Jess, acurdate de m cuando hayas llegado a tu reino.

    En un momento as y prximo a la muerte, an era capaz de hablarde un reino. Si yo hubiera sido el mismo de antes, probablementeme hubiera redo a gusto ante semejante fidelidad: Pero no tuveganas de hacerlo. La situacin era demasiado lgubre. Y misorpresa fue an mayor cuando el rey de los judos volvi su cabezadolorida hacia l consolndole con voz entrecortada:

    -T me seguirs al Paraso.

  • 8/8/2019 Waltari_Mika_-_Marco_El_Romano

    30/464

    No comprend el significado de sus palabras. En ese momento paspor mi lado un escriba, que mir con recelo a la muchedumbre. Yolo retuve y le pregunt:

    -Qu quiere decir vuestro rey con eso del Paraso? Por qu le hancrucificado, si es inocente?

    El erudito dej escapar una risa burlona y me repuso:

    -Debes de ser forastero en Jerusaln. No creers ms en eltestimonio de un malhechor que en lo que dicen los sabios y elgobernador de Roma, que le ha juzgado. Al decir que era el rey de

    los judos ha blasfemado. Todava en la cruz escarnece a Dios alhablar del Paraso.

    Y se envolvi en el manto para que ni una sola borla de l rozaramis ropas. Esto me ofendi y exclam:

    -Me informar de la causa.

    Entonces me lanz una mirada amenazadora y me advirti:

    -Preocpate de ti mismo. No parece que seas uno de ellos. Hapervertido a muchos, pero ya no pervertir a nadie ms. No teapiades de l. Era un agitador y un demagogo, peor an que losmalhechores que tiene a su lado.

    Mi angustia se transform en clera, di un empujn al judo y,olvidando mi burro y mi situacin, me acerqu al centurin, al que,

    para no correr ms riesgos, habl en latn.-Soy ciudadano romano, pero ese judo me est amenazando.

    El centurin me mir fijamente en la oscuridad, exhal un suspirode cansancio y haciendo sonar sus pertrechos militares dio algunospasos hacia la gente, de modo que la muchedumbre tuvo quereplegarse, ensanchando el espacio delante de las cruces. Luego mesalud en latn para demostrarme su cultura, pero de pronto

    comenz a hablar en griego diciendo:

  • 8/8/2019 Waltari_Mika_-_Marco_El_Romano

    31/464

    -No te precipites, hermano. Si realmente eres ciudadano romano, noest bien para tu dignidad enfrentarse a los judos, y mucho menosen la vspera del sbado.

    Entonces se dirigi a la muchedumbre, y grit:

    -Vamos! Vamos! Volved a casa. Basta de chismorreos. Aqu nosuceder ningn milagro. Id a comeros vuestro corderito asado, yque se os atragante un hueso.

    De sus palabras deduje que entre la multitud haba gente que deveras esperaban que se produjera un milagro y que su rey bajarapor s solo de la cruz. Pero deban guardar silencio, pues teman a

    sus gobernadores y escribas. Algunos hicieron caso al centurin y sedirigieron a la ciudad ya que el camino se haba despejado.

    El centurin me dio un amigable codazo en el costado y me invit:

    -Ven a tomar un trago de vino. Este asunto no nos incumbe; yoestoy aqu nicamente porque me lo han mandado. Los judosacostumbran matar a sus profetas. Si quieren crucificar a su rey conayuda de los romanos, nosotros no tenemos por quentrometernos.

    Me condujo al otro lado de las cruces, donde las ropas de loscondenados estaban en el suelo. Los soldados se las habanrepartido entre s, formando un hatillo para cada uno. El centurinlevant del suelo la bota de vino de los soldados y me la tendi. Porno mostrarme descorts, beb un trago del vino agrio que beben loslegionarios. Tambin l bebi, lanz un eructo y dijo:

    -Lo mejor es emborracharse. Por suerte, mi servicio dura solamentehasta el anochecer. Es la vspera del sbado, y los judos no querrndejar los cadveres en las cruces en una noche festiva. -Y continu-: Todo Jerusaln es como un nido de siseantes vboras. Cuanto msconozco a los judos, mayor es mi convencimiento de que el mejorjudo es el judo muerto.

    Por eso no est de ms que en la vigilia de su fiesta, al lado del

    camino se vean espantajos clavados en maderas, advirtindoles queno causen alborotos ni maten confundidos a alguno de nosotros.

  • 8/8/2019 Waltari_Mika_-_Marco_El_Romano

    32/464

    Pero ste es un hombre inocente y un profeta.

    An contemplaba la oscuridad, aunque de vez en cuando el cielo seaclaraba tomando un tono rojizo. El aire era asfixiante y se haca

    difcil respirar. El centurin mir al cielo y murmur:

    -Parece que el viento del desierto ha levantado una nube de arenapor el este. Pero jams haba visto una nube tan oscura.

    Si fuera judo, creera que el sol ha ocultado su rostro y que el cielollora la muerte del Hijo de Dios, pues este Jess ha dicho que esHijo de Dios. Por este motivo, tiene que morir de un modo tanterrible.

    No me trat con demasiada consideracin, y aprovechando laescasa luz que nos envolva se dedic a observar mi vestimenta y mirostro, tratando de averiguar qu clase de hombre era.

    Intent rer, pero la risa se le congel en los labios, y de nuevocontempl el cielo.

    -Hasta los animales se muestran inquietos -dijo-. Los perros y loszorros corren como locos hacia lo alto y los camellos han pateadotodo el da delante de la puerta negndose a entrar en la ciudad. Esun mal da para toda la ciudad.

    -Es un mal da para el mundo entero -repuse, sintiendo en micorazn un mal presentimiento.

    El centurin se asust al or mis palabras, que rechaz con un gesto

    de la mano, y dijo en tono de defensa:-De veras. Esto es un asunto de los judos, no de los romanos.

    El procurador no tena intencin de condenarlo, y le hubiera puestoen libertad. Pero la muchedumbre bram como una sola voz:Crucifcale, crucifcale!. El Gran Consejo de Judea amenaz conapelar al mismo emperador, por proteger a un agitador. Por ello, elgobernador se lav las manos para purificarse de la sangre

    inocente. Los judos aullaron y juraron que responderan de lasangre del profeta.

  • 8/8/2019 Waltari_Mika_-_Marco_El_Romano

    33/464

    -A propsito, quin es actualmente el procnsul de Roma enJudea? -pregunt-. Debera saberlo, pero soy recin llegado a laciudad. Vengo de Alejandra, donde he pasado todo el invierno

    estudiando.

    -Poncio Pilato- repuso el centurin, y me lanz una miradadespectiva, ya que debi de tomarme por un filsofo ambulante.

    -Le conozco -exclam sorprendido-. O, al menos, conoc en Roma asu esposa. No se llama Claudia y es de la familia de los Prculo?

    Era cierto que aos atrs haba sido invitado a la residencia de los

    Prculo en Roma donde escuch la lectura de una obra hartoaburrida, cuyo nico objeto era demostrar lo mucho que los Prculohaban hecho en Asia en favor de Roma. Pero el vino era excelente,y haba tenido una conversacin deliciosa con Claudia Prcula,aunque ella era bastante mayor que yo. Pareca una mujer culta ysensible, y ambos habamos asegurado que nos gustara volver avernos. Y no era un mero cumplido. Pero por una razn u otra, nonos habamos vuelto a encontrar.

    Vagamente recordaba que haba enfermado y marchado de Roma.

    T, Tulia, eres demasiado joven para recordarla. Sola frecuentar lacorte del emperador antes de que Tiberio se trasladara a Capri.

    La noticia me tom por sorpresa y por un momento me olvid de lascircunstancias, para evocar mi juventud y mis primeros desengaos.Pero el centurin me devolvi a la realidad diciendo:

    -Si eres amigo del procnsul, ciudadano romano y forastero en laciudad, te recomiendo que frecuentes exclusivamente a los romanospara las fiestas de Pascua. Es increble el fanatismo de los judos ensus fiestas religiosas. Por esta razn, el mismo procnsul se hatrasladado de Cesrea a Jerusaln para sofocar en el acto losdisturbios eventuales. Quiz al ver crucificado al hombre santo laplebe se tranquilice. Pero nunca se puede estar seguro. En cualquiercaso, sus adeptos se han ocultado, y ya no provocarn desrdenes,

    pues este hombre ya no descender de la cruz.

  • 8/8/2019 Waltari_Mika_-_Marco_El_Romano

    34/464

    El centurin pas delante de las cruces, observ atentamente al reycoronado de espinas y a ambos malhechores, y sentenci comohombre experto:

    -Morir pronto. Los judos le maltrataron cuando fue arrestado porla noche y conducido delante del sanedrn. El procnsul le ha hechoflagelar al estilo romano, para que la plebe se apiadara de l, o, porlo menos, para acelerar su muerte. Como sabrs, un buenazotamiento antes de la crucifixin es un acto de misericordia. A losotros dos ser necesario quebrarles los huesos, para que cuelguensin el apoyo de los pies y se asfixien antes de caer la noche.

    En aquel preciso momento o un gemido espantoso, como jams

    haba odo antes. Las tinieblas cedieron paso a una luz roja, trmulay tenebrosa, y la muchedumbre se agit aterrorizada.

    Vi que mi burro se espantaba y hua con su carga por el caminomayor en direccin opuesta a Jerusaln. Afortunadamente algunoscaminantes le detuvieron a la fuerza. Con la cabeza levantada, elasno lanz otro grito espantoso, como si sintiera en s toda laangustia de la naturaleza. Me precipit hacia donde estaba el burro.Ya no pateaba, pero violentos temblores sacudan todo su cuerpo yestaba baado en sudor. Cuando intent acariciarlo el siempreapacible animal alz la cabeza y trat de morderme. Entre loshombres que haban conseguido detenerlo, alguien observ queaquel da todos los animales andaban como endemoniados. Sucedesiempre que sopla el viento del desierto.

    El jefe de los mozos de cuadra acudi desde la puerta de la ciudad,y despus de mirar el ronzal y la seal que el burro tena en una

    oreja dijo excitado:-ste es uno de nuestros burros. Qu le has hecho? Si enferma yhay que sacrificarlo, tendrs que hacerte cargo de los daos yperjuicios.

    Me sent apenado por el asno, pues nunca haba visto a un animalen aquel estado. Comenc a descargarlo y exclam:

    -Todos los de Jerusaln estis como locos. No he hecho nada maloal asno. Debe de haberlo espantado el olor a sangre y a muerte,

  • 8/8/2019 Waltari_Mika_-_Marco_El_Romano

    35/464

    pues habis crucificado a vuestro rey.

    Nuestra discusin fue bruscamente interrumpida y los bultos se mecayeron de las manos cuando un rumor extrasimo llen el mundo

    y la tierra se estremeci bajo mis pies. No era una experiencianueva para m, pues una vez haba vivido una sensacin semejante,y cre comprender la causa del oscurecimiento del sol, de lainquietud de los animales y de mi propia angustia, que me haca jadear. Comprend que no era prudente entrar en la ciudad yrefugiarme bajo un techo, aunque habra preferido meterme en lacama, cubrirme la cabeza con las sbanas y huir del mundo.

    Di un denario de plata al encargado del burro y dije:

    -No debemos discutir en un momento como ste, cuando la tierratiembla de dolor. Toma mis cosas y cuida de ellas. Las recoger mstarde.

    El arriero intent poner al burro en camino mediante golpes yempujones, pero el animal se neg a moverse. El hombre se limit,pues, a trabar sus patas delanteras, se ech mis bultos al hombro yretorn a su puesto de guardia en la puerta.

    No s si fue por temor a un cataclismo por lo que no me atrev aentrar en la ciudad, o bien por un impulso apremiante que meempujaba a volver junto a los crucificados de la colina, aunque elespectculo era por dems desagradable. En mi corazn invoqu adioses conocidos y desconocidos, incluso a los dioses de mi familia,diciendo: Mi propia voluntad me hizo estudiar las profecas, perovuestros augurios me alejaron de Alejandra y me condujeron a este

    lugar en este preciso momento. He venido en busca del rey delfuturo, para ponerme a su lado y recibir por ello mi premio.Concededme al menos la fuerza necesaria para poderle honrar hastala muerte, aunque no reciba por ello recompensa alguna.

    Me dirig lentamente hasta la cumbre de la colina para unirme a lagente que haba all. La muchedumbre haba disminuido y detrs detodos vi un grupo de mujeres que lloraban. No llegu a ver susrostros, pues tenan cubiertas las cabezas. Un joven, cuyo bello

    rostro apareca desfigurado por el dolor y el miedo intentabaconsolarlas. Pregunt quines eran. El criado de un escriba me

  • 8/8/2019 Waltari_Mika_-_Marco_El_Romano

    36/464

    explic que las mujeres haban seguido a Jess desde Galilea,donde l haba pervertido a la plebe e infringido la ley.

    -El joven es un discpulo suyo. Pero nadie debe molestarle, puesto

    que tanto l como su familia son conocidos del sumo sacerdote y lslo es un joven renegado -afirm el criado, y sealando luego a lamujer sostenida por el joven, aadi en tono de burla-: Creo queesa es la madre del crucificado.

    No os acercarme a hablar con ellos, aunque me habra gustadomucho saber algo sobre el crucificado de labios de sus adeptos.Pero pensar que la propia madre haba presenciado la muerteinfamante de su hijo me horrorizaba. Incluso los enemigos del rey

    parecan sentir respeto hacia el sufrimiento de su madre, por lo queno molestaron al grupo desconsolado de mujeres.

    Permanec, pues, entre la gente mientras el tiempo transcurra. Elcielo se oscureci de nuevo, mientras el aire caliente y secodificultaba la respiracin. Los ojos y las heridas de los crucificadosestaban cubiertos de moscas y tbanos y sus cuerpos eransacudidos por tremendos espasmos. El rey Jess se irgui una vezms en su cruz, abri sus apagados ojos, y exclam:

    -Dios mo, Dios mo, por qu me has abandonado?

    Su voz era tan angustiosa, que cost entender sus palabras.

    Los presentes inquietos preguntaron qu haba dicho. Unoscreyeron que haba exclamado que Dios le haba desamparado, perootros aseguraron que haba llamado a Elas. Segn parece, Elas es

    uno de los profetas judos que subi al cielo en un carro de fuego.Por esto, los ms crueles le escarnecieron de nuevo gritndole,segn pude entender, que l tambin se fuera al cielo. Pero loscuriosos y los que esperaban un milagro, susurraron entre s ydesearon realmente que el profeta Elas descendiera para ayudarle.Muchos sintieron tal espanto, que se retiraron a mayor distancia delas cruces, dispuestos a cubrirse el rostro.

    El rey murmur algo desde la cruz. Los ms prximos a l

    anunciaron que se quejaba de sed. Algn misericordioso acudi alpie de la cruz, verti de la bota de los soldados vino agrio en una

  • 8/8/2019 Waltari_Mika_-_Marco_El_Romano

    37/464

    esponja y, clavndola en la punta de una prtiga, la acerc a loslabios del crucificado. Los soldados y el centurin no se opusieron.No s si Jess era an capaz de beber, pues en las tinieblas no eraposible distinguir sus rasgos. Al menos sus labios se humedecieron,

    pues a pesar de la cruel agona que estaba sufriendo, despus dealgn tiempo, se irgui una vez ms sobre sus pies, y exclam:

    -Todo est cumplido.

    Los hombres comenzaron a discutir de nuevo sobre la exclamacindel crucificado. Unos decan una cosa, otros otra.

    Entonces en la oscuridad percib un crujido cuando el cuerpo se

    abandon a su peso, quedando suspendido de las manos, y lacabeza cay sobre el pecho. El ruido fue sobrecogedor, y comprendque estaba agonizando y ya no alzara ms la cabeza.

    Me alegr por l, pues por mucho que hubiera infringido las leyes desu nacin, ya haba padecido bastante.

    Al sentir el temblor de la tierra bajo mis pies, supe que habamuerto. Fue como un trueno subterrneo, ms profundo y pavorosoque el tronar de la tormenta propagndose en direccin a la ciudad.O voces que se quebraban y el ruido de piedras que rodaban, y mearroj al suelo como los dems. El temblor fue breve y pasrpidamente, pero nos dej a todos aterrorizados.

    Entonces se apoder de la tierra un silencio irreal, hasta quecomenz a orse en el camino el rumor de los cascos de los caballosque haban roto sus ronzales. Lentamente el cielo se aclar, se

    desvaneci la oscuridad y los hombres se levantaron del sueloquitndose el polvo de sus ropas. Las cruces permanecan en pie,pero Jess el Nazareno, rey de los judos, penda por los brazos,martirizado e irreconocible y no respiraba ya. Tambin los soldadosse pusieron de pie y se juntaron para mirarle atnitos yaterrorizados.

    Probablemente el centurin interpret sus pensamientos cuandodijo:

    -Era un hombre justo. -Y al ver el temor de los judos, irritado

  • 8/8/2019 Waltari_Mika_-_Marco_El_Romano

    38/464

    exclam-: Verdaderamente, era el Hijo de Dios.

    Record las profecas que haba estudiado durante el invierno, ypara mi asombro no pude evitar decir: La paz sea contigo,

    soberano universal, rey de los judos, aunque an no hemos visto tureino.

    En un momento decid conocer las causas de todo aquello y lanaturaleza de sus obras, por las cuales le haban crucificado, sin queuna mano siquiera se levantase en su defensa. Supuse que su planpoltico deba de haber sido muy primitivo, o bien le falt unconsejero experto en el arte de gobernar. Y esto era fcil decomprender, pues no creo que hubiera ningn hombre sensato

    dispuesto a ponerse de parte de los judos con la esperanza deconquistar el mundo.

    El sol reapareci, pero su luz era muy extraa, y bajo su reflejotodos tenamos un aspecto cadavrico y horrible.

    Adems debo confesarte algo, Tulia. Me es imposible describirte elrostro del rey de los judos. Le vi con mis propios ojos, y a pesar delterrible estado en que estaba su rostro a causa de los sufrimientos,debera poder describirlo.

    Pero aunque me empee en ello no puedo decir de l otra cosa sinoque tena el semblante amoratado por las magulladuras yensangrentado a causa de las heridas de la corona de espinas.

    Sin embargo, deba de tener algo divino, pues, despus de leer lainscripcin de su cruz, no dud ni un instante de que realmente era

    el rey de los judos.Ahora, despus de haber pasado todo aquello, quisiera manifestarque emanaba de l una gran dignidad. Pero mucho me temo queestas palabras seran fruto de mi imaginacin.

    Prefiero recordar la resignacin con la que acept su propia suerte.Pero... cmo es posible que un rey, que ha nacido para gobernar elmundo, se mostrase humilde y sumiso al morir de un modo tan

    ignominioso?

  • 8/8/2019 Waltari_Mika_-_Marco_El_Romano

    39/464

    Qu era lo que consideraba cumplido? O lo dijo tan slo porquesupo que haba llegado al final de su vida?

    No pude contemplar su faz con atencin pues me senta confuso y

    perplejo. Fue como si un profundo respeto me hubiera impedidocontemplarla demasiado tiempo durante su padecimiento. Adems,recordars que todo sucedi entre tinieblas, a veces tan profundasque apenas se alcanzaban a distinguir las siluetas de loscrucificados. Cuando el sol volvi a aparecer, ya estaba muerto, y elrespeto que senta me impidi ofenderle observando impunementesu rostro inmvil.

    Despus de la muerte del rey, la muchedumbre se apart del lugar,

    dejando libre un amplio espacio en torno a las cruces.

    Los escribas y jefes judos tambin se apresuraron a marcharse a finde prepararse para el sbado, dejando all tan slo a algunoscriados para que observaran los acontecimientos. Uno de loscriminales crucificados comenz a gemir lamentndose por susterribles sufrimientos. Entonces un par de piadosas mujeres seacercaron al centurin y le suplicaron que les permitiera darle debeber un poco de vino embriagador.

    Utilizaron la misma esponja y la misma prtiga de antes, y dieron debeber a ambos malhechores.

    El sol indicaba que la tercera hora ya haba transcurrido. Elcenturin empez a mostrar signos de inquietud. Su tarea principalhaba concluido, y quiso librarse de los facinerosos lo antes posible.No tard en llegar, procedente del fuerte de Antonia, el verdugo,

    equipado con los enseres de su oficio, y acompaado por unsoldado. El verdugo comprob con ojo experto que Jess estabamuerto, y entonces framente comenz a romper las piernas de losotros dos. El ruido de los huesos al quebrarse era intolerable, yambos hombres lanzaron gritos y lamentos. Pero el verdugo lesconsol diciendo que su trabajo era una obra de misericordia. Elsoldado que le haba acompaado se llamaba Longino, ydescontento con lo declarado por el verdugo, clav su lanza en elcostado del rey de los judos y le abri el corazn. Al extraer la lanza

    de la herida, brot de sta un chorro de sangre y agua.

  • 8/8/2019 Waltari_Mika_-_Marco_El_Romano

    40/464

    La guardia comenz a recoger sus pertenencias, as como las ropasde los condenados, mientras el grupo bromeaba, aliviado de queaquella jornada hubiera por fin terminado. Pero al apagarse loslamentos de los crucificados, algunos agitadores, mezclados con la

    gente, comenzaron a proferir gritos contra los romanos. Lossoldados se acercaron a la gente y empezaron a empujarla con susescudos. En el revuelo, uno de los agitadores termin con lamandbula rota. Esto fren a los dems, que se alejaronamenazando con matar a todos los romanos y a sus confidentes encuanto dispusieran de armas.

    Segn me cont el centurin, no eran seguidores de Jess, sinocamaradas de los malhechores crucificados.

    Evidentemente, el centurin consider oportuno mantener unaactitud corts conmigo. Se me acerc y me pidi disculpas por losucedido. Supona que me haba dado cuenta de la facilidad con quelo haba resuelto. El procnsul ha prohibido matar a los judos a noser que sea absolutamente necesario, y no debe detenerse a losvulgares agitadores, pues siempre estn rodeados de multitudesvociferantes que se detienen ante la puerta del fuerte para gritar yalborotar. Como norma, hay que evitar los disturbios, en especialdurante las fiestas de los judos. sta es actualmente la poltica dePoncio Pilato, despus de haber empleado mtodos violentos, queslo le produjeron quebraderos de cabeza e incluso reproches porparte del emperador. Al fin el centurin dijo:

    -Me llamo Adenabar. En cuanto termine mi misin aqu, teacompaar gustosamente al fuerte, y te presentar al procnsul aquien debo entregar mi informe. No te conviene andar solo por la

    ciudad. Estos canallas nos vieron hablar y saben que no eres judo.Si hirieran o matasen a un ciudadano romano, habra problemas.Entonces tendra que investigarse el caso y castigarles, pero resultaque en esta maldita ciudad existen cien mil escondrijos que harandifcil cogerles. -Se ech a rer y aadi-: Por lo tanto, evitemosdificultades intiles.

    Pero creme, tu cara me es simptica y aprecio a los hombrescultos. S leer y escribir, aunque mi latn no es demasiado bueno.

    Desde luego, en el fuerte no hay mucho espacio, pero esperoencontrar un alojamiento digno de ti.

  • 8/8/2019 Waltari_Mika_-_Marco_El_Romano

    41/464

    Agreg que el procnsul lleva una vida muy sencilla y que cuandoviene a Jerusaln se aloja en el fuerte, bajo la proteccin de laguarnicin. El imponente palacio construido por Herodes,

    representara un alojamiento mucho ms digno de l, pero laguarnicin es tan poco numerosa que el procnsul, aleccionado porotras experiencias, ha renunciado a dividirla en dos. Antonia es unfuerte inexpugnable y domina la zona del templo, en cuyo patio esdonde siempre comienzan los desrdenes.

    Adenabar seal el cadver que penda inerte de la cruz, lanz unarisotada y agreg:

    -Nunca me haba divertido tanto como cuando este profeta, Jess,arroj a latigazos, del atrio del templo, a los que vendan palomas yderrib las mesas de los que cambiaban moneda. En aquella ocasinlas autoridades no se atrevieron a hacerle frente, pues le seguannumerosos adeptos. Cuando entr en Jerusaln montado en unasno, la muchedumbre delirante tendi sus mantos en el camino,agit palmas y exclam: Gloria al Hijo de David!. No se atrevana demostrar de otro modo que le consideraban su rey. Por lo que yos, descenda efectivamente de David por parte de padre y madre.

    Con un gesto imperceptible de la cabeza seal al grupo demujeres, que seguan en la ladera de la colina, y murmur:

    -Ah est su madre.

    Cuando el grueso de la gente se alej, las mujeres se arrojaron alsuelo, rendidas por un dolor superior a sus fuerzas, y sin ocultar sus

    rostros, los alzaron hacia la cruz.No fue difcil adivinar quin era la madre. Todava relativamentejoven, el suyo me pareci el rostro de mujer ms bello que nuncahaba visto. Incluso endurecido por el dolor, posea una serenidadsublime y, al mismo tiempo, algo indescifrable. Su porte demostrabaque era de estirpe real. Se vea en su rostro, aunque su vestimentaera tan sencilla como la de las mujeres campesinas que larodeaban.

    Dese consolarla y decirle que su hijo ya no sufra porque haba

  • 8/8/2019 Waltari_Mika_-_Marco_El_Romano

    42/464

    muerto. Pero su rostro era tan noble y tan hermtico en su dolor,que no tuve la fuerza de acercarme a ella. A su lado habaarrodillada otra mujer, cuyo rostro apasionado temblaba sin cesar, ymiraba incrdula la cruz. La tercera mujer era una anciana. En su

    severo rostro judo se vea ms odio que desilusin y dolor. Parecacomo si hasta el ltimo instante hubiera esperado un milagro y queno se resignase a que no se hubiese producido. Las otras mujeresestaban aparte y desde lejos observaban la escenarespetuosamente.

    Volv la mirada a la madre del rey Jess, y permanec as comoembrujado, de modo que no o lo que Adenabar me estabadiciendo. Escap de esta fascinacin cuando el centurin me toc el

    brazo y dijo:

    -Mi tarea ha terminado y no quiero permanecer ni un minuto msen este lgubre lugar. Los judos pueden recoger sus cadveres, sino quieren que permanezcan en la cruz el sbado.

    Esto ya no es de nuestra competencia.

    Sin embargo, dej algunos de sus hombres de guardia junto a lascruces. Abandon el lugar para acompaar al verdugo, que no seatreva a regresar al fuerte con una sola pareja de soldados comoescolta. Los amigos de los malhechores podan estar escondidos yatacarle mientras volva a la ciudad. Pero el camino estaba desiertoy junto a la puerta haba poca gente. De las casas escapaba unagradable olor a carne asada que llegaba hasta la colina, pero en lascondiciones en que me encontraba, realmente no senta hambre.

    Mientras miraba hacia el sol Adenabar exclam:-An falta tiempo para que anochezca. El sbado de los judos nocomienza hasta que aparece la primera estrella en el cielo.

    Esta noche comern su cordero pascual, pero entre ellos existe unasecta que lo hizo ayer. Su templo es un gran matadero. Entre ayer yhoy se ha derramado en l la sangre de miles y miles de corderitos,de acuerdo a su tradicin. De cada animal muerto, los sacerdotes

    reciben el lomo y su dios, la grasa.

  • 8/8/2019 Waltari_Mika_-_Marco_El_Romano

    43/464

    Mi equipaje estaba guardado junto a la puerta, y el centurinorden secamente al arriero que cargara mis pertenencias y lasllevase al fuerte. El hombre no os contradecirle. As marchamoshacia el fuerte escoltados por el resonar de las cligas (5)

    claveteadas de los soldados contra el empedrado. Eran hombresbien adiestrados; no escuch que ninguno de ellos resollara al llegaral fuerte. En cambio yo, me sent fatigado cuando nos detuvimosante la puerta, ya que el camino era en parte muy empinado. Eljudo dej caer mi hato bajo el arco sin mostrarse dispuesto a entraren el fuerte. Le di como propina un par de monedas, aunque Adenabar me asegur que no era necesario. Al judo no pareciimportarle mi amabilidad, ya que en cuanto estuvo a una distanciarespetable, levant su puo y maldijo a los romanos. El centinela lo

    amenaz con la lanza, el judo ech a correr y los legionariosestallaron en carcajadas al ver cmo corra.

    5. Cliga. Calzado militar de los legionarios romanos hasta el gradode centurin inclusive. Consista en una gruesa suela de cueroguarnecida de clavos puntiagudos (clavicaligares), a los que ibancosidas una serie de tiras de cuero.

    Cuando llegamos al patio del fuerte, Adenabar se detuvo como sidudara y empez a mirarme de los pies a la cabeza.

    Comprend que mi aspecto no deba de causar una buenaimpresin, y que no sera acertado presentarme al procnsul de estamanera. Pero en el patio reinaba una atmsfera totalmente distintaa la del lugar del suplicio; prevaleca el orden y la disciplina romana,e inmediatamente percib el caracterstico olor a cuartel, mezcla demetal, cuero, productos de limpieza y humo que en el fondo no es

    desagradable. Es el tpico olor que hace que el hombreinstintivamente mire sus pies polvorientos y arregle los pliegues desu manto. Tambin vi en el patio el altar de la legin, al que le rendhonores, pero no vi la imagen del emperador.

    Adenabar se excus por las escasas posibilidades para lavarse conque contaba el fuerte, pues haba que ahorrar agua. Sin embargo,me condujo a la sala de oficiales dando rdenes para que algunosesclavos se ocuparan de m de la mejor manera posible. Entretanto,

    l presentara su informe al procnsul aprovechando para hablarlede mi llegada.

  • 8/8/2019 Waltari_Mika_-_Marco_El_Romano

    44/464

    Me desnud y lav, ung y pein mis cabellos, me puse una tnicalimpia e hice que cepillaran mi manto. Tambin cre oportunoponerme mi sortija de oro en el pulgar, aunque no suelo usarla en

    pblico para no llamar la atencin. Luego regres al patio, justo enel momento oportuno para ver cmo el procnsul Poncio Pilato, conuna expresin de impaciencia, descenda de la escalera de la torre.Un rico judo haba solicitado una entrevista, pero, en vsperas desbado no estaba dispuesto a contaminarse al penetrar ms all delpatio.

    Sin duda deba de tratarse de un personaje influyente y en buenasrelaciones con los romanos, pues el gobernador haba aceptado

    recibirle al atardecer. Me un a los soldados que mirabanestupefactos. Tambin aquella entrevista estaba relacionada con losacontecimientos del da. El anciano judo solicit con gran serenidadque se le permitiera descolgar el cuerpo del Nazareno de la cruz ysepultarlo en su huerto, cerca del lugar del suplicio, antes de quecomenzara el sbado.

    Poncio Pilato, despus de preguntar a los all presentes si eraverdad que el rey de los judos haba muerto en la cruz, dijo:

    -Ese hombre ya me ha causado bastantes molestias. Mi mujer hacado enferma a causa de todo lo que ha sucedido. Llvatelo ysepltale, para que por fin me vea libre de este asunto tandesa