1
CONSTRUIR LA DEMOCRACIA EN EL AULA
DE LA ESCUELA NORMAL, EL SENDERO
DESDE LA FORMACIÓN CIUDADANA
Juan Gutiérrez García [email protected]
Benemérita Escuela Nacional de Maestros
RESUMEN
El propósito de dar a conocer la
presente propuesta de intervención, consiste
en explicitar el potencial del espacio curricular
de Formación Ciudadana a partir de su puesta
en práctica en los grupos 4° 3 y 4° 14 de la
Licenciatura en Educación Primaria en la
Benemérita Escuela Nacional de Maestros
durante el primer semestre del ciclo escolar
2018-2019; en la construcción de la
democracia para la convivencia armónica en
el aula a través de la interacción estudiantes-
docente caracterizada por el desarrollo de
pautas de comportamiento basados en el
reconocimiento y respeto a la diversidad como
principios para generar escenarios de
aprendizaje incluyentes a partir de la práctica
de la empatía, la tolerancia y el respeto a la
libertad de pensamiento y a la manifestación
de los diferentes posicionamientos ideológicos
de los estudiantes a fin de concientizar el valor
que representa asumir una ciudadanía activa
que de sentido y significado a las aspiraciones,
ideales y expectativas para edificar formas de
participación social basadas en la legalidad y
transparencia a fin de lograr un trato justo,
equitativo, solidario y por ende incluyente entre
quienes conformamos los contextos educativos
específicos en los que interactuamos de
manera cotidiana.
PALABRAS CLAVE: democracia, convivencia armónica, pautas de comportamiento, diversidad, ciudadanía activa y contextos educativos específicos.
PROBLEMATIZACIÓN DE LA PRÁCTICA DOCENTE, INICIO DEL CAMINO
Uno de los desafíos cruciales que confronta la escuela como institución del siglo XXI
consiste en formar a los estudiantes para desarrollarse como ciudadanos en una realidad
social compleja en la que se les reconozca el derecho y se les demande la responsabilidad
de intervenir activamente en las decisiones colectivas dirigidas al mejoramiento de las
condiciones de vida de quienes la conformamos. Esto significa a su vez, modificar de raíz las
lógicas de su participación en los procesos de su formación integral como personas; misma
2
que tiene lugar en los contextos áulicos particulares de los centros educativos; a fin de
experienciar la democracia como un estilo de vida y convivencia con los otros a partir de los
valores de libertad, solidaridad, equidad y diversidad. “Una de las funciones principales de las
escuelas consiste en
[…] favorecer el desarrollo integral de los discentes, educándolos en y para la
democracia, siendo imperante la necesidad de propiciar prácticas y experiencias
democráticas en las escuelas” (Ortiz, Torrego, & Santamaría, 2017, pág. 198).
Construir la democracia en el aula representa ante todo una tarea compleja que
involucra tres componentes: la direccionalidad que se le asigna a la implementación de los
programas de estudio como concreción del currículo; los procesos de interacción estudiantes-
docente y las representaciones sobre las estructuras de poder de los propios actores
educativos.
“Esta función democratizadora cruza transversalmente y compromete todos y cada uno
de los procesos escolares, incluyendo el sistema de relaciones que en ella se tejen, los
procesos curriculares que se implementan y las estructuras de poder institucionales”
(Prieto, 2003, pág. 2).
De acuerdo con lo anterior, los cuestionamientos a partir de los que se perfiló la
presente propuesta de intervención fueron los siguientes: ¿Qué adecuaciones requería
realizar al programa formal de estudio a fin de reorientarlo integralmente sus componentes, a
fin de hacer del mismo un dispositivo dirigido a vivenciar la democracia como estilo de
convivencia en el aula? ¿En qué términos se plantearían los procesos de interacción
estudiantes-docente a fin de edificar una convivencia cimentada en la tolerancia, el respeto,
la solidaridad, la libertad de pensamiento y expresión y el reconocimiento de la diversidad?
A partir del análisis efectuado respecto a los desafíos enfrentados durante la práctica
docente que desarrollé en este espacio curricular durante los ciclos escolares 2015-2016 y
2016-2017 identifiqué tres problemáticas centrales, derivadas de haber realizado la
implementación del programa de estudios de esta asignatura apegado plenamente al enfoque
planteado en el mismo:
En primer término, resulta pertinente enfatizar que a esta asignatura se le asigna en
el mapa curricular una finalidad de complementariedad respecto a la formación cívico-ética
del estudiante normalista al tener como antecedente los espacios curriculares de Formación
Cívica y Ética y Filosofía de la Educación respectivamente; así mismo se pretende que esta
formación cívico-ética, el docente en formación la transfiera al ámbito de la escuela primaria;
minimizando así el alcance, trascendencia, y complejidad de la formación ciudadana a partir
3
del binomio sociedad-democracia.” El curso FORMACIÓN CIUDADANA tiene dos propósitos
fundamentales. El primero, complementar las competencias cívicas y éticas en el estudiante
[…] pretende buscar los medios para que los estudiantes logren fomentar dichas
competencias ciudadanas en los niños durante su educación primaria […]” (SEP, 2012,
pág. 2).
La estructura del programa de estudios, tiene un enfoque que privilegia la
interiorización del contenido por el contenido mismo como estrategia de aprendizaje para la
formación ciudadana al plantear de manera central la adquisición de conceptos acerca del
engranaje teórico de la misma
“Los estudiantes elaboran, individualmente, un mapa conceptual con los conceptos
constitutivos de la ciudadanía y la democracia. Elaboran un informe escrito de la
percepción e identificación de los conceptos vistos en clase” (SEP, 2012, pág. 8).
El propósito planteado en el programa relacionado con la transferencia de las
competencias cívico-éticas adquiridas por los docentes en formación a fin de ponerlas en
práctica en la escuela primaria soslaya por completo el alcance y trascendencia del carácter
vivencial de este proceso al especificar lo siguiente.” Aplica actividades de aprendizaje
situado que promuevan la vida democrática de la escuela primaria
[…] para que los alumnos reconozcan la participación activa como una forma de
ejercicio sociopolítico capaz de movilizar a todos los actores dentro de una sociedad.”
(SEP, 2012, pág. 12).
Respecto a los aprendizajes previos de los estudiantes en relación a la formación
ciudadana, cabe destacar que la naturaleza de esta asignatura les resultó completamente
ajena en referencia al conjunto de asignaturas desarrolladas en los seis semestres anteriores;
es decir les era completamente desconocido e incluso irrelevante el planteamiento de la
formación ciudadana como una dimensión de su formación profesional. Al respecto
exteriorizaron los siguientes cuestionamientos:
“¿Por qué la formación ciudadana? Y ¿en qué se fundamenta?”
“¿Para qué formar una conciencia ciudadana en una sociedad globalizada?”
“¿Por qué formar para la ciudadanía si las condiciones del país son distintas a los
principios de una nación democrática?”
“¿Cómo se construye la ciudadanía y que conlleva?”
4
Por lo expuesto, durante los dos ciclos escolares que llevé a cabo la implementación
del programa formal de esta asignatura, apegado a la intencionalidad, estructura y enfoque
del mismo, los ambientes áulicos se centraron en la realización de las estrategias de
aprendizaje a partir de la lógica y enfoque del mismo lo que resultaba poco interesante y
atrayente para los estudiantes debido a la falta de proximidad del engranaje teórico que
comprende la formación ciudadana con sus marcos referenciales y conceptuales construidos.
A su vez esto desembocaba en escenarios caracterizados por la monotonía y la falta de
interés de los estudiantes por realizar las actividades señaladas; sobre todo cuando se trataba
de profundizar en el análisis de las categorías conceptuales como la democracia, la
ciudadanía, los derechos humanos y la equidad entre otros; al resultarles sumamente
abstracto y ajeno el andamiaje teórico que se analizaba en este ámbito.
TRAZOS REFERENCIALES DE LA INTERVENCIÓN
Desarrollar la práctica docente a partir del reconocimiento de que la democracia es una
forma de interrelacionarse con el otro en los contextos microsociales en los que nos
desenvolvemos en el día a día, y que uno de estos contextos, lo constituye el aula de la
escuela normal, implica generar y asumir pautas de comportamiento basadas en el respeto,
la empatía, la tolerancia y el respeto a la libertad de pensamiento y expresión en los procesos
de interacción estudiantes-docente. Desde esta perspectiva, el aula adquiere el papel de un
escenario formativo, al plantear como eje de la acción pedagógica el actuar y el esfuerzo
compartidos en los que se construyen metas comunes; se asumen decisiones consensuadas
y se conjugan aspiraciones, intereses y expectativas desprendidas de las historias de vida
personales.
En el ámbito educativo, es el ejercicio de una práctica que parte de valores y
presupuestos éticos que orientan un marco de acciones e interrelaciones. Una forma de ser
y de estar, de relacionarse con los demás y de preocuparse por lo común (no exclusivamente
de gestionarlo).
Una forma de saber vivir, convivir, acoger y respetar tanto a los cercanos como a los
que sentimos como diferentes o extraños. (Jordi, Simó, & Serra, 2016, pág. 453).
Otro de los elementos de la presente propuesta de intervención de carácter vivencial
y que he ido construyendo a lo largo de mi trayectoria como docente lo constituye la
convicción de fundar mi actuar en la interacción con los estudiantes a partir de un estilo de
docencia caracterizado por la concreción de escenarios de aprendizaje mediados por el
actuar compartido, corresponsable e interdependiente entre quienes intervenimos de manera
activa en un contexto particular de aprendizaje.
5
“Necesitamos involucrarnos en una búsqueda activa de nuevos modelos de
aprendizaje democrático, no sentarnos con los ojos vendados en la cinta transportadora
de la escolarización eficaz” (Wrigley, 2007, pág. 53)
Cambio de perspectiva
En congruencia con los desafíos explicitados en la problematización y los referentes
planteados, tomé la decisión de cambiar el estilo de práctica docente a fin de materializar el
carácter vivencial de la formación ciudadana en el aula a partir de la modificación estructural
del programa de estudios en cuanto a sus finalidades, enfoque, contenidos y estrategias de
aprendizaje. Desde esta perspectiva y en el marco de la jornada evaluación y planeación
realizada al inicio del ciclo escolar 2018-2019, se llevó a cabo la revisión del programa de
este espacio curricular en las reuniones de trabajo académico desarrolladas en el Colegio de
Formación Ciudadana con el fin de adecuarlo a los requerimientos específicos de formación
de los estudiantes del séptimo semestre de la Licenciatura de Educación Primaria.
“Para esta perspectiva la educación es vista como una actividad comprometida con los
valores sociales, morales y políticos[…] debe propiciar las condiciones que ayuden al
profesorado a cuestionar[…] la manera de enseñar, las teorías implícitas que mantiene
[…]” (Latorre, 2004, pág. 20)
Como resultado de la revisión del programa, se tomó la decisión de centrar el desarrollo
de esta asignatura; focalizando a la democracia como la manera como se vive y convive al
interior de una sociedad. Por lo tanto, como forma de organización social integra, da sentido
y significado a las aspiraciones, ideales y expectativas de los ciudadanos por alcanzar formas
de convivencia y participación, basadas en la legalidad y transparencia a fin de lograr un trato
justo, equitativo y solidario y por ende incluyente entre quienes conformamos los diferentes
contextos sociales en los que interactuamos de manera cotidiana.
Intencionalidad del actuar docente
En concordancia con la perspectiva de que la formación ciudadana, conjuntamente
con la formación filosófica y la formación cívica y ética, conforman el eje cuyo propósito
central es la construcción de una conciencia en los docentes en formación a partir de
vivenciar la democracia en el aula que los conduzca a intervenir como ciudadano activos en
el cambio social frente a los retos y desafíos de la polarización, consecuencia de los niveles
extremos de desigualdad y exclusión que se viven en el día a día en México, se plantearon
los siguientes objetivos:
6
Reconocer a la democracia como una forma de convivencia que se construye y
practica desde los contextos microsociales como la familia, la escuela y la comunidad
hasta los ámbitos macro institucionales de la sociedad.
Generar ambientes de convivencia en el aula que promuevan e impulsen la
participación democrática de los estudiantes, a partir de asumir la inclusión como eje
de la práctica educativa a partir del actuar asertivo y recipiente de los integrantes del
grupo.
Fomentar en los estudiantes la toma de conciencia acerca del valor que representa la
práctica de una ciudadanía activa cimentada en el reconocimiento de la diversidad
socio-cultural y económica, a través del análisis y la reflexión fundamentados de las
problemáticas cruciales del México actual.
“La conciencia de sí, la conciencia de lo que conocemos, la del otro y la del mundo son
todos los aspectos decisivos para una educación liberadora. Educar implica
concientizar[…]” (Perez, 2011, pág. 227)
Lo vivido durante la intervención situada
El enfoque didáctico que se puso en práctica, estuvo dirigido a la construcción de
ambientes de aprendizaje que posibilitaran a los estudiantes normalistas vivenciar la
democracia como forma de relacionarse y convivir con sus pares, fincado esto en el
reconocimiento de la inclusión a partir de la práctica del respeto, la tolerancia, la empatía y
la solidaridad en el actuar hacia los otros; a fin de que lograra descubrir e interiorizar el
valor formativo que representa la democracia como eje del actuar docente en contextos
escolares específicos.” Aprender a vivir juntos es aprender a vivir con los demás, fomentando
el descubrimiento gradual del otro, la percepción de las formas de interdependencia y
participación, a través de proyectos comunes […]” (Gallardo, 2009, pág. 125)
Con base en lo expuesto, la puesta en práctica del programa se llevó a cabo
mediante la modalidad didáctica de seminario con la finalidad de que el estudiante lograra en
primer término identificar y problematizar los profundos desafíos que enfrenta la democracia
en el México actual y posteriormente a partir de la construcción de este marco referencial,
desarrollara procesos de análisis y reflexión argumentados y compartidos acerca de la
relevancia que representa la formación para la ciudadanía activa de las futuras generaciones
de mexicanos y el papel que desempeña la escuela en este proceso. Así opinaron los
estudiantes al respecto:
“[…] Los temas abordados en clase me hicieron pensar que tanto estaba aportando yo
para la situación que se viven día con día en el mundo […]”
7
En cuanto a mi persona, considero es importante informarse de las cosas, ser
participativos […]. Tomar en cuenta lo que está pasando, ser reflexivos, críticos, tolerantes,
aprender del otro, trabajar en conjunto, ser colaborativo con la demás.
“Durante este seminario aprendí que como persona debemos considerar que dentro
de la convivencia existen muchas diferencias y si las sabemos manejar y comprender porque
cada uno dentro de un grupo piensa y tiene otras prioridades, es ahí cuando estamos
formándonos como ciudadanos.”
Así el eje vertebrador del desarrollo del curso, fue la problematización con la finalidad
de que el estudiante llevara a la práctica su capacidad de reflexión sistemática, sustentada
en la elaboración de microensayos argumentados, a partir de la articulación de los constructos
referenciales interiorizados como resultado del estudio analítico de las diversas fuentes de
información consultadas. De esta manera se iban determinando de común acuerdo los
tópicos a deliberar y debatir de manera colectiva; mediante el planteamiento de
cuestionamientos que los propios estudiantes formulaban libremente sobre la temática a
abordar a partir de la problematización. Al respecto se manifestaron los estudiantes:
“Mi capacidad de pensar con claridad y racionalidad es importante para lo que elegimos
hacer. No nada más nos va a ayudar en un periodo a corto plazo, sino que nos va ayudar a
tomar decisiones correctas en cada momento de nuestra vida.”
“Tengo que aprender a ser más crítica y reflexiva de mi entorno y cada situación que
se presenta en mi vida. Siempre debo cuestionarme, no dar nada por hecho. “
“[…] el curso me ha permitido ser más participativo esto a través de un sustento teórico
que he logrado desarrollar con el propósito de tener un fundamente siempre en mis opiniones
con base en el eje de trabajo o tema que se esté analizando […]
En suma, el trabajo individual y colectivo de estudiantes y docente realizado, se orientó
durante el desarrollo del curso hacia la consecución de la deliberación, el debate la discusión
la puesta en común y el compartir las perspectivas personales con la finalidad de enriquecer
los marcos referenciales respecto a la democracia como forma de vida y de convivencia con
los demás a través de estrategias de índole colegiado como la mesa redonda, el panel y los
foros deliberativos.
“[…] podría partir de los principios de autonomía y razón dialógica, y utilizarlos como
herramientas que hagan posible valores como la crítica, la apertura a los demás y el
respeto a los derechos humanos.” (Buxarrais, Martínez, Puig, & Trilla, 2004, pág. 21).
En este sentido se expresan los alumnos:
“Fue un proceso de socialización con mis compañeros y con el profesor dentro del
aula, con el propósito de fortalecer mi educación sobre los valores sociales, como la
8
responsabilidad y la participación, en el desarrollo de mis comportamientos ayudándome a
ser más autónoma”
“Fue un curso lleno de reflexión y autocritica en cuanto a los problemas que vivimos
día a día, de cierta manera pude dar a conocer mis puntos de opinión de una manera
participativa […]”
[…] ver un cambio en mí, la autonomía y la participación, pues el estilo de trabajo tipo
seminario hace que me ponga realmente a reflexionar, y que independientemente de las
opiniones de mis compañeros, afortunadamente mi punto de vista es propio.”
EL BALANCE DE LO REALIZADO, LOGROS Y DESAFÍOS
La práctica docente desarrollada a partir de la interacción horizontal de los estudiantes
con el docente, basada en el respeto, la empatía, el reconocimiento y la valoración de la
diversidad como base del aprendizaje, fortalecieron la construcción de escenarios áulicos en
los que privó la confianza, la escucha respetuosa de las diferentes perspectivas y en suma el
reconocimiento del valor pedagógico de lo diferente como dispositivo para el desarrollo de
los estudiantes como personas mediante el actuar compartido, corresponsable e
interdependiente con sus pares. Esto como posibilidad real para la formación democrática de
ellos en los contextos formales de la escolarización.
“En efecto, el Enfoque experiencial o de inmersión en la construcción de la convivencia”
de Kohlberg (1981) propone la creación de escuelas que actúan como “comunidades
justas”. Se basa en la creencia que los valores no se aprenden de la misma manera
como un conocimiento, sino que las personas se apropian de éstos a través de la
construcción de vínculos de sentido a partir de experiencias pertinentes […]”
(UNESCO, 2008, pág. 15)
Al respecto se pronunciaron los estudiantes:
“[…] se basó en la educación de valores sociales, como la responsabilidad y la
participación, que cooperen en el desarrollo de comportamientos solidarios, basados en una
identificación plena con la comunidad y el respeto a la convivencia.”
“Tomar en cuenta lo que está pasando, ser reflexivos, críticos, tolerantes, aprender del
otro, trabajar en conjunto, ser colaborativo con la demás, ya que si se trabaja en conjunto es
más favorable para el resultado.”
La problematización como eje del desarrollo de las estrategias de aprendizaje con un
sentido socializador del conocimiento como la deliberación, el debate la discusión y la puesta
en común, estimularon la participación reflexiva de los estudiantes a partir de la libertad de
9
pensamiento y exposición de posicionamientos personales referentes a las profundas
problemáticas de índole social, económico político, cultural e ideológico que implica la
construcción de la democracia en el México actual.
“Respetar la autonomía personal y considerar los temas conflictivos por medio del
diálogo fundamentado en buenas razones son algunas de las condiciones básicas para
construir formas de convivencia personal y colectiva más justas.” (Buxarrais, Martínez,
Puig, & Trilla, 2004, pág. 21).
El poner en práctica la problematización como eje transversal del actuar pedagógico
en el aula, fortaleció el enriquecimiento de las perspectivas de los estudiantes respecto la
relevancia que representa conformar la identidad de un ciudadano activo que se informe y
analice las problemáticas que enfrentamos como sociedad del siglo XXI e intervenga en la
definición de las políticas y acciones que se emprendan para lograr la justicia, la equidad, el
bienestar común y por ende la inclusión social.
” La formación de una ciudadanía activa debe ser el eje estructurador de toda la práctica
educativa; es de esta manera como la educación puede contribuir a la transformación
social en tanto los alumnos la vivan como un proceso dinámico que desborda los
aprendizajes escolares para vincularse con la realidad social y política.” (Nicolasa &
Castro, 2010, pág. 8).
En este sentido se expresaron los estudiantes:
“Me quedo con saber que el país lo conformamos todos los mexicanos y de nosotros
depende en lo que convirtamos México, pero siempre el cambio debe comenzar por uno, […]”
“[…] eso que desarrollamos en nuestro interior como seres humanos (esa posibilidad
de ser, de que nuestro hacer, lo que tengamos, lo que construyamos como colectivo sea algo
que se fundamente en el bienestar, en el reconocimiento, en el respeto, en la justicia, en la
aceptación en valores como la compasión, la solidaridad) se refleje en toda la forma de
organización que se construya socialmente […]
De esta manera los estudiantes fueron logrando la interiorización paulatina de los
elementos constitutivos de la democracia como los derechos humanos, la propia formación
ciudadana, la ciudadanía activa y en suma la relación entre democracia y educación,
desatacando las implicaciones, retos y desafíos que representa el construir una sociedad
democrática como México en el siglo XXI. Esto como base para construir el marco referencial
a fin de asumir por decisión propia un posicionamiento frente a las profunda problemáticas,
paradojas y contradicciones de la sociedad mexicana actual.
10
Con la finalidad de despertar en los estudiantes una conciencia social mediante su
aproximación paulatina a las situaciones reales de las problemáticas de índole económico,
social, político, cultural e ideológico que enfrenta México en la actualidad, ellos llevaron a
cabo la socialización de tres obras representativas en las que se tratan y analizan a
profundidad estas problemáticas como lo son el machismo, la corrupción, la impunidad, la
desigualdad, la pobreza y la marginación social.
[…] cada día debemos esforzarnos en conseguir un mejor país, objetivo que solo lo
lograremos si todos nos comprometemos en aportar un granito de arena, no importa lo
pequeño que sea y desde donde lo hagamos.”
La elaboración de los microensayos se estimuló en los estudiantes su capacidad para
problematizar a partir de la formulación de cuestionamientos dirigidos a profundizar en las
discusiones, controversias y debates sobre la naturaleza y dimensiones de los diferentes
tópicos de la formación ciudadana y de esta manera el desarrollo de habilidades para el
discernimiento, el análisis, la síntesis la contrastación de perspectivas y la interiorización de
elementos para adoptar un posicionamiento para abordar las problemáticas identificada y la
puesta en práctica de habilidades para la expresión escrita. Esto a través de la búsqueda,
localización, selección, consulta y procesamiento de fuentes de información primaria y
secundaria como artículos científicos, reportes de investigación, informes y libros.
Al final del semestre, de los 46 estudiantes que conformaron la población de los dos
grupos atendidos, solo el 10% (5) de ellos no lograron desarrollar los niveles de profundidad
requeridos en el análisis de las problemáticas abordadas al ubicarse en el plano de la
descripción y síntesis de las ideas expresadas por los autores en las fuentes de información
estudiadas; lo que les impidió interiorizar los elementos teórico referenciales para efectuar
con mayor profundidad la reflexión de las problemáticas abordadas; limitando esta situación
el alcance de su perspectiva de análisis y por ende su intervención en los debates y
discusiones.
Una situación que resulta paradójica en los estudiantes normalistas al constituir el
desarrollo de las habilidades comunicativas uno de los cimientos de su formación profesional;
se evidenció al principio del curso en un 40 % (16) de ellos, la presencia de lo que podría
denominarse la autoinhibición para exteriorizar sus ideas; situación que gradualmente fueron
superando durante el desarrollo del programa.
11
LO PENDIENTE POR ATENDER
En congruencia con la finalidad de sistematizar esta propuesta de intervención, que
consiste en visualizar el mejoramiento de la práctica educativa como un proceso continuo,
derivado de los desafíos confrontados; a continuación, expongo las acciones que habré de
llevar a cabo en este sentido para incidir con mayor efectividad en la formación profesional
de los estudiantes normalistas a través de mi desempeño docente en esta asignatura.
Fortalecer el estilo de práctica basado en la interacción horizontal con los estudiantes
a través del reconocimiento por mi parte de la relevancia que esto tiene en la configuración y
desarrollo de ambientes de aprendizaje asertivos e incluyentes y continuar fortaleciendo su
habilidad para problematizar y argumentar como base para la generación de su producción
escrita y por ende evidenciar su posición consciente y participación activa frente a las
trascendentes problemáticas que enfrenta el México del siglo XXI.
[…] concibe la convivencia como un elemento clave de la paz positiva. La paz positiva
no sólo evita la intensificación de los conflictos sino que aborda sus raíces
estructurales, tales como la distribución inequitativa del poder y de los recursos
(Galtung, 1969; Lederach, 1995), lo que implica revertir la injusticia y asegurar que
todos los sujetos tengan los medios para participar en el desarrollo de su propia
sociedad (UNESCO, 1998). (Carbajal, 2013, pág. 16)
Continuar impulsando en los estudiantes el desarrollo de habilidades para la búsqueda,
localización, selección, consulta y procesamiento de fuentes de información primarias y
secundarias como artículos científicos, reportes de investigación, informes y libros y el citado
APA.
12
REFERENCIAS
Buxarrais, M. ,., Martínez, M., Puig, J., & Trilla, J. (2004). La educación moral en primaria y
en secundaria una experiencia española. Distrito,Federal: Progreso-Secretaría de
Educación Pública.
Carbajal, P. (2013). Convivencia democrática en las escuelas. Apuntes para una
reconceptualización. Revista Iberoamericana de Evaluación Educativa(6(2)), 13-35.
Recuperado el 4 de Noviembre de 2018, de
https://revistas.uam.es/index.php/riee/article/view/3403
Gallardo, V. P. (2009 de 2009). Educación ciudadana y convivencia democrática. Revista
Interuniversitaria(16), 119-133. Recuperado el 03 de Enero de 2019, de
http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=135012677009
Jordi, F. G., Simó, G. N., & Serra, S. C. (2016). Dimensiones, características e indicadores
para una escuela democrática. Estudios Pedagógicos XLII, N° 3, 449-465. Recuperado
el 7 de Enero de 2016, de https://scielo.conicyt.cl/pdf/estped/v42n3/art24.pdf
Latorre, A. (2004). La investigación-acción. Conocer y cambiar la practica educativa.
Barcelona: Grao.
Nicolasa, S., & Castro, P. O. (13-15 de septiembre de 2010). Educación y construcción de
ciudadanía: aportes para. Congreso Iberoanericano de Educación, 1-14. Recuperado
el 9 de Enero de 2019, de
www.adeepra.org.ar/congresos/.../EDUCCIUDADANIA/RLE2806_Castro.pdf
Ortiz, d. S., Torrego, L., & Santamaría, C. (2017). La Democracia en Educación y los
Movimientos de Renovación Pedagógica: Evaluación de Prácticas Educativas
Democráticas. Revista Internacional de Educación para la Justicia Social(7(1)), 197-
213. Recuperado el 8 de Enero de 2019, de
https://revistas.uam.es/riejs/article/view/9586
Perez, L. A. (2011). ¿PARA QUÉ EDUCAMOS HOY. Buenos Aires: Biblos.
Prieto, M. (2003). Educación para la democracia en las escuelas: un desafío pendiente.
Revista Iberoamericana de Educación(33(2)), 1-11. Recuperado el 6 de diciembre de
2018, de https://rieoei.org/RIE/article/view/2984
SEP. (2012). Formación ciudadana. Distrito Federal. Recuperado el 16 de Noviembre de 2018
UNESCO. (2008). Convivencia democrática,inclusión y cultura de paz:Lecciones desde la
práctica educativa. Santiago de Chile. Recuperado el 23 de noviembre de 2018, de
https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000162184
13
Wrigley, T. (2007). Escuelas para la esperanza.Una nueva agenda hacia la renovación.
Madrid, España: Morata. Recuperado el Diciembre de 2018
Top Related