EVALUACIÓN
Aspectos Generales
FACULTAD CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN
2020
Generalidades de la Evaluación
Pensar, diseñar e implementar la evaluación no es un proceso sencillo, requiere de tomar
conciencia de variados aspectos relacionados directamente con este proceso, lo primero es revisar
su concepto, delimitar qué entendemos por evaluación, en este sentido son variadas las definiciones
que podemos encontrar, Miller (2012, en Sánchez 2012, p.,3) destaca que dentro de las más
utilizadas está entender este proceso como “un rango de procedimientos para adquirir información
sobre el aprendizaje del estudiante, y la formación de juicios de valor respecto al proceso de
aprendizaje”. Gairín, Carbonell, Paredes, y Santos, (2009, p. 8, citado en Arribas, 2017, p.4) destacan
que la evaluación es “el proceso de recogida, análisis e interpretación de resultados con el fin de
valorarlos y que conlleva una toma de decisiones”. Evaluar es entendido también como el ejercicio
de asignar un valor a alguien o algo a través de un proceso continuo y permanente, el cual les
entrega las herramientas a los docentes para reconducir su enseñanza. A través de la evaluación se
puede conocer los avances de los procesos de aprendizaje en las distintas etapas, se detectan los
logros y deficiencias considerando a su vez las metodologías, los recursos y las condiciones
ambientales, todo esto permite que se puedan aplicar remediales en los procesos de enseñanza que
se generan.
De acuerdo a Himmel (2003) es necesario que la evaluación de aprendizajes en la educación
superior en cada curso, seminario, taller u otra actividad curricular se encuentre alineada con las
expectativas generales para el programa formativo en el que se encuentren insertas (estándares
comunes a un mismo tipo de carrera) y, con las aspiraciones específicas que traducen los valores
institucionales (sello institucional), a la vez que los criterios y estándares derivados de dichas
expectativas sean concretadas en cada una de las actividades curriculares.
PLANIFICACIÓN PARA EL APRENDIZAJE: EL ROL DE LA EVALUACIÓN
Según las orientaciones técnicas emanadas desde el Ministerio de Educación acerca de la
planificación, ella puede ser entendida como “un proceso sistémico y flexible en que se organizan y
anticipan los procesos de enseñanza y aprendizaje, con el propósito de orientar la práctica
pedagógica en función de apoyar a los y las estudiantes a avanzar hacia el logro de los aprendizajes
esperados” (Mineduc, 2016, p.3)
Es fundamental considerar que dentro de la planificación la evaluación constituye el eje
articulador y se transforma en parte integral de la planificación de la enseñanza. En este sentido, la
planificación debe tener como foco los criterios de evaluación desde los cuales se planean las
oportunidades de aprendizaje y las estrategias para obtener información acerca del progreso de las
metas propuestas. Es importante considerar en este proceso la manera en que se informa a los
estudiantes los criterios de evaluación, la forma en que ellos/as los comprenden y el mecanismo en
que recibirán retroalimentación. Junto a esto resulta relevante determinar y dar espacio para que
los estudiantes puedan participar del proceso evaluativo ya sea como autoevaluación o evaluación
entre pares (Assessment Reform Group, 2002)
La planificación entonces se transforma en un instrumento relevante para desarrollar y
evaluar el logro de aprendizajes de nuestros estudiantes. La planificación debiese integrar tanto el
diseño de enseñanza como el de las estrategias de evaluación. Wiggins y McTighe (1998) plantea
tener en cuenta como punto de inicio el tener claridad “donde queremos llegar” (que en nuestro
caso corresponde a los Resultados de Aprendizaje) y luego diseñar “cómo se llegará” (estrategias de
enseñanza). En este modelo, el primer paso requiere identificar el o los aprendizajes que los
estudiantes deben lograr (en nuestro caso representado por los Resultados de Aprendizaje
declarados en los programas de asignatura); el segundo paso es tener claridad y definir cómo los
estudiantes van a demostrar que lograron dichos aprendizajes (evidencias) que apunta al modo
como se evaluará dicho logro y finalmente diseñar las experiencias u oportunidades de aprendizaje
para el desarrollo de los recursos y aprendizajes definidos en los programas de asignatura. Esta
lógica se ve reflejada en la siguiente imagen:
Pasos para realizar la planificación de la enseñanza y evaluación integradas
(Adaptado de Wiggins & Mc Tighe, 1998)
ESTRATEGIA DE EVALUACIÓN: UN ESPACIO PARA EL APRENDIZAJE
De acuerdo a Förster (2018), una estrategia representa un conjunto de decisiones que
orientan el logro de un objetivo o propósito, y supone la coordinación de acciones para alcanzar
dicho objetivo.
Al relacionarlo con la evaluación, una estrategia de evaluación representa un conjunto de
criterios para tomar decisiones asociadas al proceso de evaluación del aprendizaje de los
estudiantes. Considera la definición de indicadores de evaluación, la selección o diseño de los
procedimientos para obtener información acerca del progreso hacia los resultados de aprendizaje,
la definición de procedimientos y herramientas para que los estudiantes conozcan y comprendan
los indicadores y criterios de evaluación, la definición para que los estudiantes reciban
retroalimentación oportuna orientada a la tarea, tengan oportunidades de autoevaluar sus
aprendizajes y reciban apoyo para progresar aún más.
Diversos autores (Förster, 2018; Shepard, 2006; Looney, 2011) plantean las decisiones
relevantes que se deben considerar al momento de establecer una estrategia de evaluación y que
permite planificar de forma concreta este proceso. Se recomienda utilizar esta estructura para
facilitar si:
Resultados de
Aprendizaje
Son descripciones de lo que deben aprender los estudiantes en relación con los
recursos que se desarrollan en cada unidad.
Representan aquellos conocimientos, habilidades y actitudes que se espera que
los estudiantes logren durante un período de trabajo.
Están definidos en los programas de asignatura.
Indicadores de
Logro
Son descripciones que explicitan en términos evidenciables u observables la o las
acciones que deberá realizar un estudiante para considerar que ha alcanzado un
resultado de aprendizaje.
Permiten delimitar lo expresado en el resultado de aprendizaje y en los recursos
declarados en los programas, orientar los desempeños que deben observarse en
los estudiantes para determinar el nivel de logro que ellos han alcanzado.
Recursos /
Contenidos
Son la desagregación de los conocimientos, habilidades y actitudes expresados en
los resultados de aprendizaje.
Por lo general se desagregan en tres ámbitos:
• Conceptuales (saber): se refieren a conceptos, principios o hechos que los
estudiantes deben saber o manejar dentro del dominio cognitivo.
• Procedimentales (saber hacer): corresponden a desempeños sobre los
cuales los estudiantes demuestran la adquisición de sus aprendizajes.
• Actitudinales: se refieren a valores, actitudes y normas que se desarrollan
a partir de lo establecido en los programas de asignatura y los valores de
la USS.
Estrategias de
Aprendizaje y
Enseñanza
Son las estrategias, mecanismos y actividades que se desarrollarán para trabajar
los recursos conceptuales, procedimentales y actitudinales declarados en los
programas de asignatura.
Recursos Corresponden a los materiales que se ocuparán a los medios (textos, videos u
otros) que se trabajarán durante el desarrollo de la unidad o sesiones.
Estrategia de
Evaluación
Acá se describen los aspectos centrales de la estrategia de evaluación del curso:
Se presentan los criterios de evaluación, la finalidad, los procedimientos y el
agente de evaluación.
Al observar lo anterior en la realidad de los cursos USS es importante considerar:
Elementos a considerar en la estrategia de evaluación USS.
(Elaboración propia)
Miller (2012, en Sánchez 2012, p.4), propone algunas consideraciones para elaborar una
evaluación:
1. Especificar claramente lo que se va a evaluar es fundamental.
2. La evaluación es un medio para un fin, no un fin en sí mismo.
3. Los métodos de evaluación del aprendizaje deben elegirse por su relevancia para las
características que se van a evaluar del estudiante.
4. Requiere de una variedad de procedimientos e instrumentos.
5. Su uso adecuado requiere tener conciencia de su propósito y de las bondades y
limitaciones de cada método.
Como se ha mencionado, para dar cuenta de este proceso, debemos en su diseño contar con un
proceso de planificación de actividades que den respuesta de los resultados de aprendizaje
propuestos en el programa de estudio y que reflejen el nivel cognitivo de la habilidad que este
contempla, el proceso de implementación de la secuencia de experiencias de aprendizaje diseñadas
requiere de un continuo de evaluación que permite conocer con claridad el acercamiento del
estudiante al aprendizaje y que favorece la retroalimentación, así la evaluación no es el punto final
del proceso de aprendizaje sino que es parte de este y cobra sentido y relevancia a través de la
retroalimentación.
Debe existir coherencia entre lo realizado en la estrategia de aprendizaje y enseñanza debe verse
reflejada en el procedimiento de evaluación, para ello es necesario mirar este proceso desde las
habilidades y los distintos niveles de conocimientos. Cada uno de ellos apunta al desarrollo de
aprendizajes diferentes y requieren de tipos de enunciados, preguntas y situaciones evaluativas
construidas para favorecer su evaluación.
Es importante llevar a cabo un análisis reflexivo que nos permita mirar y desagregar los resultados
de aprendizaje en función de las habilidades. Por otro lado, el análisis funcional de la situación
planificada permite diseñar la secuencia de pasos y actividades a realizar siendo estos insumos para
los procesos de evaluación.
Planificación
Implementación de lo planificado
Evaluación
Retroalimentación
Según el agente evaluador, podemos distinguir:
✓ Heteroevaluación
Se realiza por otro agente diferente a la persona de quién se está evaluando.
✓ Autoevaluación
Se da cuando el estudiante es capaz de evaluar a través de indicadores observables su propio
desempeño.
✓ Coevaluación
Se da entre pares, lo que permite la participación de otros en el proceso evaluativo.
(Ríos, 2000, en Rivas, 2017, p.
Tipos de Evaluación
EVALUACIÓN INICIAL O DIAGNÓSTICA
En general, se da al inicio del proceso de enseñanza y de aprendizaje, y permite obtener un
juicio de valor y una toma de decisiones pedagógicas para fundamentar el planeamiento didáctico
en concordancia con los aprendizajes previos del estudiante; esto favorece, a su vez, la educación
inclusiva, ya que se adapta la enseñanza a las características y necesidades de los estudiantes
(Ainscow, 2001; Arnaiz, 2003 y Esquivel, 2006, citado en Ruz, 2019, p. 21).
EVALUACIÓN FORMATIVA
Se da generalmente durante el proceso de enseñanza y aprendizaje; otorga información a
estudiantes y docentes acerca de un momento particular, que debe contribuir a tomar decisiones
adecuadas que mejoren las actividades de enseñanza y ayuden a los estudiantes a que potencien
sus aprendizajes. De este modo se transforma en una evaluación reguladora, “se ha subrayado su
vertiente ‘formadora’, es decir, su utilidad para que los alumnos aprendan a regular sus procesos de
aprendizaje” (Coll, Martín Onturbia, 2001: 5, citado en Ruz, 2019, p. 21).
EVALUACIÓN SUMATIVA
También llamada acumulativa y de resultados, se realiza al terminar un determinado
periodo de los procesos de enseñanza y aprendizaje. Su propósito es calificar el grado de desempeño
del estudiante en el logro de los objetivos curriculares al cierre de un semestre o año, del que se
generan reportes a todo el curso y a sus familias. Se emite un juicio sobre el logro final de los
aprendizajes y se asigna una calificación numérica o alfabética del periodo evaluado. Si es al final de
un curso o periodo lectivo, esta calificación en niveles de educación básica y media permite una
certificación con fines de promoción (Ruz, 2019, p. 21).
Evaluación
Diagnóstica
Detectar conocimientos previos
Formativa
Redireciona el proceso
Sumativa
Mide resultados
Instrumentos de evaluación.
La evaluación es un proceso sistemático, continuo e integral, que está presente durante
todo el proceso de enseñanza aprendizaje, el cual debe ser planificado con la finalidad de que la
información sea válida y confiable. Esta recogida de información, pretende tener una visión acerca
del proceso de aprendizaje de los alumnos, la que se puede obtener a través de diversos
instrumentos de evaluación. El docente podrá utilizar su criterio profesional para escoger algunos
de ellos, con la finalidad de conocer en profundidad, el nivel de logro de los objetivos alcanzados
por los estudiantes.
La información proporcionada de los Instrumentos de evaluación, permite al docente
analizar en profundidad el proceso y emitir juicios acerca de lo evaluado, es decir, analizar los logros
alcanzados. La finalidad que tiene este proceso es tomar decisiones frente a los resultados
obtenidos, con el propósito de generar remediales que irán en beneficio de las mejoras en el
aprendizaje.
Los instrumentos de evaluación son “Herramientas” o medio cuyo propósito es recoger
información (cualitativa y cuantitativa) del progreso del aprendizaje (cognitivo, afectivo,
procedimental, psicomotriz) de los estudiantes (Castro, González y Godoy, 2010).
Para Sánchez (2012, p.,8), “son técnicas de medición y recolección de datos que tienen
distintos formatos, atendiendo a la naturaleza de la evaluación”. Por lo tanto, la variedad de
instrumentos es diversa, lo cuales podemos clasificar en distintas categorías:
✓ Evaluaciones escritas
Ensayos, preguntas directas de respuesta corta, exámenes de opción múltiple, relación de
columnas, disertaciones, reportes.
✓ Evaluaciones prácticas
Exámenes orales, prácticas con casos, examen clínico objetivo estructurado (ecoe).
✓ Observación
Reporte del profesor, listas de cotejo, rúbricas.
✓ Registros del desempeño
Libretas de registro, portafolios, registros de procedimientos.
✓ Autoevaluación y evaluación por pares
Reporte del educando y de los compañeros.
Criterios de evaluación.
En la elaboración de un instrumento de evaluación se deben considerar algunos criterios
considerados como buenas prácticas para su correcta elaboración.
La elección de una técnica determinada, estará en función de los objetivos y de las
circunstancias que rodean a la evaluación, esto determinará el grado de éxito de la evaluación. La
clave está en verificar: la validez, la fiabilidad y la objetividad.
✓ Validez
Las pruebas válidas son las que prueban aquello que se debe someter a examen. En otras
palabras pone a prueba las habilidades y los conocimientos específicos definidos en los
resultados de aprendizaje. A veces puede verse claramente la diferencia entre el resultado
de aprendizaje y el ejercicio de una prueba.
✓ Fiabilidad
La pregunta es fiable si es internamente consistente, si reproduce los mismos resultados en
situaciones análogas. Existen preguntas cuyos enunciados pueden ser interpretados de
distinta forma, de manera que distintos alumnos leen distintas cosas, e incluso la misma
persona cuando lo lee en otro momento interpreta que la realización es otra.
La fiabilidad está relacionada con la legibilidad de los enunciados, la adecuación al nivel de
dificultad de la clase y la relación longitud de la prueba/tiempo y realización.
✓ Objetividad
Una pregunta es objetiva en su formulación cuando deja definida la demanda sin
ambigüedades. Esta característica está relacionada con el tipo de datos que requiere la
respuesta y con el tipo de juicio a emitir por el evaluador.
Buenas Prácticas Evaluativas Formativas y Sumativas
De acuerdo a Zepeda (2018, en Förster 2018), existen prácticas evaluativas que deben ser
consideradas.
✓ Metas Claras: los Resultados de Aprendizaje y sus criterios de evaluación
Tanto la evaluación formativa como sumativa se guían por los resultados de aprendizaje que están
planteados en los programas de asignatura. Una buena práctica evaluativa debe considerar, en
primer lugar, la definición clara de los resultados de aprendizaje y sus criterios de evaluación por
parte del profesor/a. Se espera que esta definición se plasme en la planificación de su estrategia
evaluativa y se mantenga coherentemente durante todo el ciclo evaluativo.
✓ Uso de los conocimientos previos
Para que el ciclo de evaluación se dé virtuosamente se necesita implementar la evaluación formativa
inicial (diagnóstica) para recoger evidencias de los conocimientos previos de los estudiantes, tanto
formales como aquellos asociados a explicaciones implícitas acerca de los nuevos aprendizajes.
Estas evidencias resultan claves para que el profesor/a valide o replantee las estrategias de
enseñanza que ha planificado para abordar sus clases (Shepard, 2006). Se puede recurrir a diversas
estrategias y procedimientos de evaluación, pero lo más relevante es que permitan recoger
evidencias suficientes y variadas de los aprendizajes previos y que se tomen decisiones oportunas a
partir de estas evidencias.
✓ Uso del error para aprender
Durante todo el proceso de aprendizaje, los estudiantes pueden cometer errores y aprender de ellos
sin penalización. Los errores solo se convierten en oportunidades de aprendizaje cuando se
proporciona retroalimentación que acorte la brecha hacia la meta, pues los estudiantes debieran
tener la opción de re-escribir o re-elaborar su aprendizaje. Los errores además deben ser analizados
acuciosamente por el profesor/a para detectar la presencia de errores conceptuales, de
organización o ejecución, y a partir de este análisis tomar decisiones pedagógicas adecuadas. Esta
práctica evaluativa es básicamente formativamente y prepara al estudiante para certificar su
aprendizaje (Dyer, 2014 en Förster 2018).
✓ Evaluación Diversificada
El ciclo debe ser diseñado considerando que la evaluación es un proceso continuo que recoge
evidencias permanentemente sobre el avance del aprendizaje de los estudiantes hasta su
certificación. Por lo anterior, se debieran diseñar e implementar estrategias evaluativas que
consideren contextos auténticos (cercanos a la realidad profesional y/o a la forma de abordar el
trabajo a lo largo de la unidad), desafíos variados, con distintos formatos, de modo que se reúnan
evidencias válidas y suficientes para emitir juicios sobre el aprendizaje individual de los estudiantes,
y que permitan tanto ajustarlo como certificarlo.
✓ Retroalimentación efectiva
Se espera que la retroalimentación sea efectiva, específica y oportuna, es decir, que permita que el
estudiante ajuste o reelabore su aprendizaje, por lo tanto, esta debiera desarrollarse antes de su
certificación y calificación. La retroalimentación debe proporcionar detalles de cómo mejorar en
lugar de simplemente indicar si el trabajo de un estudiante es correcto o no (Shute, 2008).
✓ El estudiante como protagonista
La práctica evaluativa debe ser diseñada e implementada para que los estudiantes posean algún
control sobre su proceso de aprendizaje y que participen activamente en dicho proceso. Además de
que las metas sean explícitas, los estudiantes deben conocer lo que están aprendiendo, saber qué
productos o desempeños se espera que elaboren o demuestran, y cómo serán evaluados (Dyer,
2014 en Förster 2018). Se recomienda recurrir a la autoevaluación y evaluación de pares
especialmente en el momento formativo de este ciclo, y emplear autoevaluaciones o registros
reflexivos acerca del aprendizaje en el momento sumativo del ciclo.
✓ Coherencia entre retroalimentación y evaluación sumativa
La práctica evaluativa en aula debe asegurar coherencia entre la retroalimentación entregada en el
momento formativo y la determinación del nivel de logro del aprendizaje, informado en el momento
sumativo. En esta práctica se debe asegurar que la certificación del nivel de logro del aprendizaje
considere como insumo principal la retroalimentación entregada al estudiante, teniendo como base
las mismas metas de aprendizaje y criterios de evaluación de todo el ciclo evaluativo.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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