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8/3/2019 La Mentira Del TSR

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HAY MUCHAS MENTIRAS, PERO LA DEL TÉCNICO ENSALUD RURAL ES UNA DE LAS MÁS GROSERAS

XI CONGRESO NACIONAL DE TÉCNICOS EN SALUD RURAL

I El epígrafe alude a una situación muy concreta, que a

petición de unos colegas está en la onerosa necesidad deredactarse. ¿Qué decir del XI Congreso Nacional de Técnicosen Salud Rural? Como dice el refrán “Si vas a decir algo malo,mejor no digás nada”. Hablar sobre ese evento que dejó malsabor de boca (sobre todo en el almuerzo del segundo día: unrice and beans mal cocinado, y un pollo guisado —que teníamás de crudo que guisado—, preparados con las máselementales normas de contaminación alimentaria y con todala anti higiene percibida y constatada, ya que estostecniquitos izabalenses ni siquiera tuvieron el cuidado desupervisar la preparación de la comida destinada para suscamaradas. Con salubristas así, la prevención en salud sóloes un chiste de mal gusto) y una sensación de vacíoexistencial, es redundar, es proferir un discurso a las piedras,es como hablar a los sordos, es como limpiarse de la mugreen el légamo, es como dar medicina al desahuciado, es comoser un burócrata honrado entre el piélago de mafiososcoetáneos que tratan de exterminarlo. En otras palabras,escribir sobre eso es desperdiciar tinta y papel, y ante todo,desperdiciar las facultades de la mente en una necedad.

No obstante, de todo aspecto de la vida, aunque sea unsuperlativo absurdo, puede sacarse material valioso para lareflexión. Si usted no quiere cometer una sandez como la

cometen a diario un buen número de individuos conocidossuyos, observe, considere, concluya y no haga lo mismo.

El primer grave error del XI Congreso Nacional, fue su sede:Dos aldeas carentes de ornato digno y de un comercioaccesible (las mercancías se venden allí a un precio muchomás caro que en cualquier otro lado), dos comunidadesdeprimentes, con pobre cultura, con el pésimo clima costero, y que con el sólo hecho de oírlas mencionar uno ya sabe queno le espera nada bueno: Quiriguá y Mariscos. El segundograve error: el acto inaugural politiquero, que además de



fomentar el estúpido servilismo y rancia adulación queconlleva la gestión local, se constituyó en un medio propiciopara promocionar la sodomía, como lo evidenció el hecho deque cierto personaje que trabajó de cocinero en la asquerosa

cocina del INDAPS, célebre por su homosexualidad, se llevaráal final los aplausos de muchos TTSSRR inmorales igual queél. El tercer grave error: estar en el INDAPS. No haycontradicción más crasa que desarrollar un eventosupuestamente científico en materia de salud dentro de lasinstalaciones del alma máter de la enfermedad. Con todo,tener frente a la vista al INDAPS, es volver al origen. ¿Cómodiablos llegamos allí? ¿Por vocación o porque no había otraopción?

II Tratando de ordenar ciertos recuerdos vividos en la madrenutricia de la salud, el INDAPS1, hace trece inviernos sinprimaveras2, viene a la mente del que escribe una ristra degroseras paradojas. Un claustro enfermo, intelectualmente raquítico, inepto,resquebrajado, egocéntrico, narcisista, estúpido, sin visión nimisión docente, sin calidad pedagógica, y sobre todo defecto,burócrata, ¿cómo podía adiestrar conforme “a los óptimosideales teóricos, prácticos y humanísticos del TSR” a unamasa de púberes ignorantes carentes de toda destreza deliderazgo positivo? Había en aquel tiempo otros aspirantes a TTSSRR, unos tiposrecién salidos de la adolescencia, con la concienciacontaminada por el pecado, cuyos objetivos estaban claros ydefinidos. “¿Por qué querés ser TSR?” era una pregunta frecuente entrelos noveles estudiantes indapsenses. “Pues, mirá, mano… Ese chance es sólo pe le. El trabajo allí es bien paja. Yo conozco a muchos Técnicos en Salud Rural que sólo llegan a firmar al Centro de Salud, y luego se van a su casa, o se dedican a otros negocios donde puedan tener ingresos extras”. “Bueno, muchá. La verdad es que aquel ti ene razón. Miren, ese chance es sólo eso —hace un ademán con los dedos índices



para dar a entender que está pelando un pepino, o algo

semejante —. A mí me ha llevado la gran diabla chambeando de sol a sol, pero si a mí me sale una plaza de TSR en el Ministe rio de Salud, me voy a rayar”. Con semejantes ideas inmorales en aquellos estudiantes quehogaño son unos orgullosos TTSSRR ¿qué podemos esperar?Sin embargo ¿quiénes los formaron y contribuyeron en sugraduación? ¿Acaso no fueron aquellos profesores burócratascon los susodichos horrores? Empero, siempre habrá quienesse quieran tragar la píldora de una ilusión que peca por serdemasiado sublime, ininteligible a la esfera de la realidad yridícula comparada con las dimensiones abultadas ycontinuas de pobreza, subdesarrollo y enfermedad en todassus acepciones. 1 Es de entenderse que se dice en broma. 2 La Salud Pública de Guatemala nunca ha tenido tiempos felices.

III ¿En qué estaba pensando el Dr. Viau Dávila al definir al TSR?

¿Estaría sobrio en ese momento? ¿Estaría completamentecuerdo? ¿O estaba bajo el efecto de sustancias psicotrópicas?¿O acababa de experimentar un arrebato místico? ¿Osimplemente había demasiado dinero de por medio como paradejar escapar la oportunidad de desarrollar un proyecto deformación de un recurso humano destinado al fracaso?Fracaso no sólo por falta de voluntad, en primer lugar porque¿dónde trabaja el TSR? Después de de dos años de lavado decerebro con tanta teoría ampulosa, ambigua e inútil, el recién

graduado Bachiller en Ciencias de la Salud va a desperdiciartodo ese bagaje académico en la cloaca del Ministerio deSalud Pública y Asistencia Social. Después de tener ciertospensamientos de servicio al prójimo y buenos deseos de hacerun buen trabajo, el novato TSR3 es inoculado con el venenode la corrupción burocrática, que produce en su concienciaun concomitante efecto antiséptico contra toda actuaciónhonesta. ¿De qué sirve ser un trabajador honrado si elDirector del Área de Salud es un ladronote? ¿Para qué

esforzarse por hacer un buen trabajo si el Director de Distritoes un lametraseros que lo único que quiere es quedar bien



con los truhanes que están al mando de la administración delMinisterio de Salud? ¿Para qué decir la verdad si el Ministrode Salud es un soberbio mentiroso patológico? Si el TSR inexperto e ingenuo se compromete con lacomunidad sin tener el respaldo de jefe inmediato ¿quédiantres anda haciendo? Si por un caso lo tuviera, resultaque el Director de Área le da la espalda con el descaradoargumento de que en el Área de Salud no hay dinero, y luegosucede que por hacer lo bueno el TSR diligente se mete aproblemas. Si todavía se tiene el cinismo de decir “¿Qué pasócon la capacidad de gestión del TSR?” ¿Qué connotación tieneesa palabra en el Ministerio de Salud? El Director del Área deSalud tiene la insoslayable, ineludible, irrevocable yhartísima obligación de gestionar los recursos para que nosólo los servicios de salud, sino toda la estructuraorganizativa de su circunscripción funcione como debe ser;pero si a él le vale un pepino ¿qué significa gestionar?¿Mendigar? ¿Pedir y suplicar a costa de la dignidad personal?¿Ir a ponerse de rodillas ante el alcalde municipal para quepor favor proporcione a los centros y puestos de saludalgunos recursos que los cacos de las Áreas de Salud niegandar, aunque tienen toda la responsabilidad por imperio de laley para proveerlos?

El luengo problema estriba en que los médicos que están alfrente de los distritos de salud asienten cobardemente elmendigar recursos4 con tal de que sus superiores no loslleven cortos, porque los médicos tienen cola de sobra paramachucar. Sobre los galenos pesa la mayoría de la culpa deque este sistema de salud pública sea el peor de los fracasos,sin embargo, como es bastante lucrativo es mejor callar paraque no molesten. Esa actitud egoísta de que “con que yo estébien qué me importa que mi prójimo se muera”, es vil,denigrante, siniestra, satánica, infernal, digna del juicio mássevero por parte del Ser Supremo. ¡Ay de quienes son así! 3 Es de suponer que esto sucede con la mayoría de recién egresados del INDAPS, pero

en virtud de la moral de la sociedad actual, que por cierto es antimoral, no es una

tontería desdecirlo.

4 Por supuesto, ya que la mayoría de veces no son ellos quienes dan la cara, sino elpersonal a su cargo. Al final de cuentas las directrices van a desaguar al nivel más



bajo de la administración; el médico perezoso, acomodado y sin conciencia de su rol,

sólo tiene que girar sus instrucciones al TSR o al ISA, o a una aduladora Enfermera

Profesional, para que “gestionen” o pidan los recursos al señor Alcalde Municipal,

quien al notar que estos empleaditos no están revestidos de la autoridad competente,

ni siquiera querrá recibirlos, o les dirá cualquier mentira diplomática para mandarlos

al carajo. Aunque hay TTSSRR e IISSAA que se jactan de tener cuello con el Alcalde,no hay que ser muy intuitivos como para notar que eso se debe, en muchos casos, al

efecto perverso de la habilidad para condescender con coyotes de la misma loma. El

Alcalde es un pajero, y el TSR es el doble de pajero. El Alcalde es un ladrón, y el ISA

vale por dos ladrones. El Alcalde es un borracho, y el ISA y el TSR son su mano

derecha para lo mismo.

IV

En conclusión, retomando el título, se puede afirmar que enefecto, hay muchos engaños pero el del Técnico en SaludRural es uno de los peores, no obstante, el engaño delINDAPS, ¡uuuuuuh!, no hay calificativo que pueda señalar niconceptualizar la pésima moral de quienes han adiestrado ysiguen adiestrando a todas las generaciones de Técnicos enSalud Rural. Pero ante todo, el engaño del Ministerio deSalud Pública y Asistencia Social con toda su misión y visión,es mucho peor. ¿Quién curará a esta sociedad de este cáncer

agresivo? Si no se toman medidas radicales, es en vano seroptimista.