V
Entonces luz.
Entonces decidimos transcribir desde las líneas de nuestras manos un
metalgoritmo evolutivo que escape a las predicciones de Apolo. Tal sea
nuestra Voluntad de Transgénesis.
Querría ofrendar mis yugos a la primavera
un cielo de miel
y silicona
del cual se desprenden los sueños de mis iguales
lámparas de poco beneficio
para el pollo ahorcado que simula en este universo
Del medioevo al renacimiento ida y vuelta sin parar, pero en bigbang
infinitamente expansivo. Una nube con ciertos gritos de insomnio se
presenta en la alfombra regia. Se sienta esta nube tardes más en la mesa
del león crepitando. Hubieses venido con el átomo entre las gargantas. A
cada minuto nace un cristo, dos, está el amigo de la escoba en callos
desviados. Andando sienes con una canilla sin cuerito y buena, reirías.
Claro que está presente en la conciencia el hermético ron, pedaleando
crisis de agudos. El clon de la decoración interior se desploma sobre la
mesa y muere al llegar con el mensaje, éste, solo nombra a los afortunados
y deja imaginar quiénes sucumbirán a manos de la libertad.
Una satisfacción mayor trae la inmunidad de los eremitas frente a la pasión
de un té sediento de la nostalgia que generan las desdichas. Esta tumba
tiene todos mis bienes y mis males, está incendiada por mi pulsión de vida
insatisfecha y gritona, que dibuja emociones inadmisibles en los ojos del
violador maldito de la mañana, una sensiblería que podemos evitar
prendiendo fuego los cimientos del histrionismo sacerdotal.
Esa vez nací y era un centauro pude ver que habían muchos más
depositos velados donde caer, ya que en ese mantenía memoria de
quién fui hoy. Vivía sobre una nube en la que se esuchaba
perpetuamente música de un instrumento que resumía todo. Ese
lugar, ese nacimiento, y esa vida, son perpetuos, es un lugar eterno el
que describo, así que de haberlo visto una vez, ya estamos ahí para
siempre, aunque estemos aquí o en varios lugares más. También existe
una eternidad titilante, que es el rostro de todos como visión, cada
uno visita ese lugar algnas veces y siempre vuelve. El universo confesó
que estaba conformado por capas todas falsas. Quise detener todo en
elgo que fuera personal pero empecé a disolverme y solo repetía la
primera persona como pudo haber hecho otro. Los siglos fueron
carteles en una carretera, pero esa velocidad no tuvo mayor carga
emotiva o de sorpresa.
Los que sufrieron por su propia desaparición, quienes no vieron caer
su árbol al nacer, lloran al costado de la carretera obras que perduran.
Y la vida les hace el chiste de la inmortalidad sobre el mndo, los
convence muy inernamente de que perdurar es vivir más.
iso_nómen serán los primeros arcanos sellados al orinar auténticamente líbidos. Aerear, dirigíame la noverá. Alas se debían ver abriendo, anticipa una sucesiíon la hilaridad que perdura hasta coalinearse en feudales fetos caudales de lo mudo; enuncia abyecto ciruelo espectralidad, la partida vertical de sus lábiles ohm.egos, serafinia-nos todo terreno reposan en levantar sus lenguas. sin envolverse A la buena fe.
el aeromodelismo fulmina lo inmediato burbujeando la suciedad del papel. las curvas de donde el ojo se posa alejan la fuerzacuando esta habia ideado acelerar el tacto hacia justo al lado de los huesos, donde la córnea hunde más sus ramas discontinuas. Silencio ante algo que titila en nunca ser, ser, ser.
la palabra se estructura en gametos de vidrio. Frente al matema respiro olvidando los tramos causales y ticks crónicos. En 17681 se columna a los sentidos; los detenidos resultan exactos la perpendicularidad, de ese caudal de recto anudando. Mantienen los detenidos, retienen e intensifican; para sí; sus fuegos en carne de ser glandulinos.-
Estabas hecha trizas en la puerta de la enemistad respirando la digestión de
los dioses que se cagan de la risa sabiendo que nada vale la pena. Un ángel
guerrero viene hasta tu puerta y te inunda la inteligencia con preguntas a las
que no tengo respuesta. Eres la era digital. Eres mi corazón digital de morbo
eres la comida rápida de los transbordadores.
Está hecha trizas en la puerta de la eternidad respirando la transpiración de
los dioses que se mofan de que nada es cierto. El ángel dogmático de Satán
explica el origen de Dios y esto la sorprende y lo que cuenta la sorprende. Y
todos queremos entender de qué se trata toda la parodia.
Una tribu de protogitanos recorre la inmensidad a bordo de una piedra y
deben admitir ante un dios pequeño y pueril que no, que no cocinan sus
alimentos. Este dios de un centímetro altura da comienzo al tiempo físico.
Algunas otras veces suicidios manufacturados a la hora de decir lo siguiente:
no muero ni marchito al saber de tu situación actual ya que puedes recordar
por qué fui elegido para darte muerte inmundo pájaro de luz mientras
coagulas todas mis esperanzas en tu rincón de sinceridades y cosas por el
estilo porque te crees pillo rufián y pagarás con esta maldición casi que
eternamente soy una libélula de pocas palabras que te persigue por este
mundo de videojuego en un barrio inventado por un adolescente enfermo
como tú y toda tu parentela los veo esconderse de noche para robarme los
envases o crees que soy ciego todos pagarán triplemente mi dolor...?
nacidos en el cinc de la placa del muro vegetal. Lo que va pesando el balanceo de su pregunta la que acaso fuera, moriremos en el tornasol de los ojos; entre cuyas flores se suceden las flores del guión que rodó desde el entreceño aural número séptimo, del ano de luz y cristal de su dios
el cielo de seoul, ahora es un caldo sondeado por el litio boliviano. Que con un gesto de clausura delimita la ortodromia dentada de un horizonte, fangoso y neurado. Urdir el grifo de tu V central; hasta los hocicos; desde y hacia los hocicos tallados en humo y elefancia, aguda.
Así los parásitos del reptil no
fulminan ya al mediodía con
preguntas hirientes sobre el
destino y el infinito. Gracias a los
astros, que festejan tu vida, se
puede aún pisar el pasto desnudo
y gritar de nuevo que no hemos
nacido ni existimos, entre la
tormenta de pasiones crudas que
va a matar una vida más lisa y
rubia, a la que no llegaremos,
porque nuestros libros están
escupidos de aquella vida
subterránea, donde no nos
atrevemos a penetrar de lleno. Y tu
revólver, para tu conciencia fatua,
semeja una puerta de entrada al
paraíso, paraíso de destellos de
inocencia, entre orgías mudas con
montañas y peces muertos y
desesperados.
La ginebra te destroza el pecho, en
un cielo que es todo horizonte,
desprovisto de la dimensión a
donde crecen las almas marchitas.
Un libro alto como una muralla de
miedo erige la tumba de nuestro
dios, un hongo negro, salpicado de
la suspicacia que solo los niños
parecen tener.
las asíntotas separan, o funden; no importa saberlo sino más bien ladrar el silbo de bicarbonato; nos hará saber; las asíntotas marcan las pras seoulinas, crecen desde la triple pixelada. el silencio de la materia. se vuelve noventa cinturas de caldos de cesár, cesár, escer.
De espaldas al miedo sueña con matar a nuestro sol, mientras niños
hambrientos venden sus alas por un dólar imaginario en la oscuridad.
Carne de muerte, que codicia mi alimento y mi silencio, dos dioses calvos
y borrachos que discuten por un trozo de pan de centeno viejo. Alma de
la vida, espejo nublado en la atmósfera de la crisis más dura, grito de
guerra perdida de antemano, el hilo más pobre sobre el que se lamenta
un rey herido del pasado, del que comeremos los restos y los títulos
nobiliarios, excusas para merodear por cualquier ciudad del mundo,
rozando apenas con el meñique a los monos de cristal que comen oro.
Los ojos son un muro entre el mundo y nosotros, que estamos del otro
lado para todos, que nos desconocemos hasta el punto en que es absurdo
pensar en decir nosotros. No me arrancaría los ojos, pero sé de gente que
ha dicho que sí, que lo haría con tal de terminar con la soledad. La
sensación de que todo siempre va a estar bien es la adecuada
indispensable para la vida, pero requiere que todo esté bien, cosa que
muy pocos logran. Así que ya lo sabe, déspota lector: apenas sienta que
todo va bien, diga que todo siempre va a estar bien. Y lo estará, porque
los colores de las cosas son tanto obstáculos como nexos, hoy que no
distingo entre concordancia y discordancia entre las especies de estos
pececitos de hierro que colocaron en mis pies no se sabe para qué.
Las dos estrellas del donante y el donado organizan frutas que no se delimitan bien.
La estructura de un cristal de pan es el cromatismo del sismo de los peces.
La sintaxis de mi sombrero es el conjunto simple del alma de los lunares.
La sintaxis de los peces reacciona histriónicamente sobre la cláusula del pan.
A veces cesa de tener misión este microtexto, sucede que cada
consecuencia elige a posteriori causas o sensaciones casi humanas,
para desparramarlas por toda la razón del movimiento del recuerdo.
A veces el tango último de las cosas es una esfera de la alegría
previamente programada por antiguos microdígitos que deambulan.
Deambulan por la razón y la experiencia, deambulan por lo
asimilable para el espíritu (el nuestro), deambulan desnudos, plenos
de apariencia a nuestras a veces minusválidas conciencias, pero más
que nada huérfanas, huérfanas de paz, como las partes de la
herrumbre total.
Querríamos inyectar sentido a nuestro disenso, pero es como querer
chocar entre sí las verdades de un mundo y otro.
Arre factos para Rox
Libros de ciencia, artefactos de humanidad mitigada, luces, policías.
Este cielo tan igualitario permitió que dos constelaciones de medicinas y
expresiones corporales surcaran el espacio con dos notas, fueron re y mi
bemol. Las tablas respiraron y transpiraron los cantares de un cierto gallo
homero hecho del panfleto único y semejante. No llovió. La platea se portó
mal y hubo una hoguera con papelitos que cada uno quemaba y decían lo
que cada uno sintió que era la conciencia que regula el mundo esa noche. En
el after-hour se sirvió pan.
Se dijo y no vuelve a decirse que hoy es un día de andar sacudiendo cajas
donde fermentan los venenos únicos de la raza humana. Entre todo el
alboroto, se me planta el mango izquierdo del volante y me pasó a doler la
cara ¿te imaginás? No hubo feria que aguantara. Ya no da lo mismo y es
inútil responder con el pelo manchado, un poco enojado por el eco que dejó
hace un rato para vos una guitarra hueca. Aquí vive el cómplice de suicidios
tragicómicos de actores del cine mudo, está cambiándose de ropa y nada le
parece cierto. Salta el reloj final de una función que se juega en el cuarto de
al lado.
Por las redes, pasen y sostengan. No puede fundamentar con una
claustrofobia este no-hecho. Se disiparon y está, solo, en la plaza
de pirámides de cartón rojo. Se muda para la otra vereda, lo están
esperando gestos impersonales, pero extrañamente dirigidos a él.
Cree mudarse para la otra vereda, porque la avenida es fuerte y él
un alambre sin rostro. Los gestos se volvieron personales con la
fuerza que un estallido vuelve personal a una carta obvia. Pero
son gestos bastante orientales y se descontracturan pronto del
apego a aquel compañero de encuentro en la plaza de pirámides
de cartón rojo.
Es un jamón. Hacemos grappa. Sos una grupi. Todo lo que nos
lleve a nuestro cosmos. Andate. Es una fe, juega al póquer, es la
tormenta. Hace que se nos caiga la botella. Creeme. Llamame juez,
siempre llegamos, es una fija. Juegan con manos grises y
marchitas, son nenes. No creas, son alimento firme de la nena, es
la más fea, nunca nos llama. Usá la paz. Hagan maletas, a veces
vienen. Acá es el mundo, nos hizo con peleas entre monos y
teclados, es sano. No bailen, ustedes son jugadas apagadas de
algún bosque, el más verde, las hadas los marearon. No maten al
juez. Compren boletos, hoy ya no hubo. Es en la feria, los trajo con
la flauta de los malos y juglares, los viejos. Descansen. Aquellos
eran bailes amarillos del perfume, el del agua, los juegos se
terminan. Hagan al pastor. Lo que un amigo trae, lo hizo después
que los años. Creo que eso se extingue. ¡Sonia es una concheta!
Verdad es lo que nadie quiere decir, hoy por lo menos. Todos
desviamos la atención de los demás lejos de nuestras flaquezas o
de nosotros mismos. Los juegos que nos van a enseñar, todos los
días, siempre se desvanece la canción de todos entre las bolsas de
plástico o en lo hondo de la mar.
Es un jamón, los juegos se terminan. Hagan al pastor. Porque el
mundo no tiene revés. Lo que el amigo trae, lo hizo después que
los años. Un mundo es solo un mundo, aquí y en el bosque más
verde. Creo que eso se extingue. Y es claro que el pastor no es un
jamón, es un amigo sin revés. ¡Sonia es una concheta! Los juegos
se terminan. Después de los años, un amigo trae jamón. El revés
de un mundo verde no se extingue. Verdad es lo quenadie quiere
decir, hoy por lo menos. Más que nada ayer, la colección la
colección de insultos proferida por el rebaño que juega babeante
en la cima del bosque. Todos desviamos la atención de los demás.
Los juegos se terminan. Un hermano de este mundo vive
escalando espaldas de perro. Los juegos que nos iban a enseñar,
años atrás, todos los días. En un planeta con dientes por doquier
siempre se desvanece la canción entre bolsas de plástico o en lo
hondo de la mar.Los juegos se terminan, mientras se desvanece la canción. Una
canción sobre árboles absurdos. Porque el mundo no tiene revés.
Es solo el chillido de una máquina que miente juegos. Un mundo
es solo un mundo, aquí y en el bosque más verde. Todos los días
nos enseñan a jugar a morder el cielo. El revés de un mundo verde
no se extingue, es una canción, el chillido de un árbol absurdo.
Más que nada ayer, que llega una colección de insultos desde la
cima del bosque. Un hermano de este mundo que vive escalando
espaldas de perro. Tatuajes perrunos que olvidan su origen, en el
más allá, entre bolsas de plástico o en lo hondo de la mar. El color
de nuestro sol incoloro, el dolor de aquel verde sol en estado
inconciente. Con bailes amarillos de agua, entre manos grises y
marchitas. Este planeta tiene dientes por doquier, se deja llevar en
taxi.
*[as
C_h
érm
en]
Frutos de mi vientre eran,
Los tejí con esmero
Pero al llegar no estando
cansado…
Sabio trote
Mesura
Hasta hoy
Top Related