LA MÍSTICA DE LOS BUENOS MODALES
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La Mística de los Buenos Modales
Autor: Rabi Aharon Shlezinger
1a edición: Octubre 2011
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LA MÍSTICA DE LOS BUENOS MODALES
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Capítulo I
EL FUNDAMENTO INTRÍNSECO DE LA FELICIDAD
El mayor objetivo que una persona se plantea en su vida es
ser feliz. Es el común denominador de todo el género
humano. Resultaría prácticamente imposible hallar una
excepción que rompa este axioma.
Ahora bien, ¿qué se necesita para conseguir este anhelo
tan preciado?
Uno de los medios más importantes lo representa el amor.
Cuando uno se siente amado y querido, es mucho más fácil
ser feliz, independientemente de lo que se tenga o deje de
tener. Al margen de todas las virtudes o defectos, cuando
hay amor, la felicidad es posible.
UNA INTROSPECCIÓN ÍNTIMA Y PROFUNDA
La obtención del amor consiste en una vía imprescindible
para alcanzar la felicidad. A través del mismo se genera
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energía positiva que encumbra el estado de ánimo,
convirtiéndose en un escudo protector de toda angustia o
disgusto que pudiere sobrevenir. Es sin duda alguna la
herramienta ideal que todo ser humano necesita para
conseguir equilibrio emocional, satisfacción duradera y
deseo de disfrutar intensamente cada momento de su vida.
Un sentimiento de amor es capaz de cambiar el aspecto de
un rostro entristecido y abatido por uno radiante,
fulguroso y alegre.
Obsérvese que los académicos han definido al amor como
un sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de
su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y
unión con otro ser. Y también es un sentimiento hacia otra
persona que naturalmente nos atrae y que, procurando
reciprocidad en el deseo de unión, nos completa, alegra y
da energía para convivir, comunicarnos y crear.
Es indiscutible que el ser humano necesita el amor de las
demás personas para ser feliz.
EL MAGNETISMO DEL AMOR
LA MÍSTICA DE LOS BUENOS MODALES
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Ahora bien, para generar este campo energético que surge
a partir del amor es imprescindible saber como atraerlo. Y
para ello existen diversos medios que debemos conocer.
Una herramienta eficaz es el ejercicio de los buenos
modales. Cuando una persona los posee, es aceptada y
querida por los miembros de la sociedad.
Para optimizar los buenos modales resulta fundamental
comprender la esencia de los mismos y sus características
intrínsecas.
LA ESENCIA DE LOS BUENOS MODALES
Una definición apropiada de buenos modales sería: «son
los actos que expresan el nivel de conciencia que se tiene
hacia la dignidad de los demás». En tanto los académicos
definieron a los modales como las acciones externas de
cada persona, mediante las cuales se hace notar y se
singulariza entre las demás, dando a conocer su buena o
mala educación.
LA MÍSTICA DE LOS BUENOS MODALES
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Por su parte, en el compendio de la Mishná, que resume
las enseñanzas de la Torá oral, encontramos esta notable
declaración acerca de los buenos modales: Dijo Rabí
Elazar ben Azariá: «Si no hay Torá no hay ética y moral; si
no hay ética y moral no hay Torá» (Mishná, tratado de
Avot 3:17).
Se aprende de aquí, que si la persona no estudia la Torá,
tanto la escrita como la oral, no conocerá los principios de
ética y moral, ni poseerá buenas cualidades; y tampoco
podrá relacionarse apropiadamente con las demás
personas. Pues en la Torá constan las normas de ética y
moral y buenos modales necesarios para llevar una vida
adecuada dentro de la sociedad.
Un efecto similar acontece a la inversa, si la persona no
poseyere principios de ética y moral y buenas cualidades,
ni se relacionare apropiadamente con las demás personas,
los conocimientos de la Torá que hubiere atesorado serán
vanos, y resultarán humillados a través de él. Ya que este
individuo al no comportarse adecuadamente, ocasionará
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que los demás aborrezcan lo que dijere (Tratado de Avot
3:17, mefarshei hamishná).
Resulta que el individuo necesita nutrirse de estudio y
también poseer buenos modales para convertirse en una
persona querida aquí en la Tierra por las demás personas y
ser amada en los Cielos.
LOS FRUTOS DEL CULTIVO MORAL
Hemos observado que los buenos modales son
concluyentes para determinar el lugar que una persona
ocupará dentro de la sociedad. O sea, se trata de un asunto
de máxima relevancia. Por tal razón, en lo sucesivo nos
ocuparemos de analizarlo intensamente, estudiando
definiciones claras y precisas, seguidas de ejemplos
concretos.
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Capitulo II
EL FUNDAMENTO DEL SALUDO
En el libro de los Salmos está escrito: «El principio de Tus
palabras alumbrará» (Salmos 119:130). Enseña que el
principio de las palabras de El Eterno alumbra a todo lo
que mencionará a continuación.
Para comprender esta definición consideremos que la
palabra es como el fuego; una vez que se enciende una
antorcha, la luz que irradiará se proyectará e iluminará
todo el trayecto de nuestro camino. Es decir, lo primero
que se exprese al abrir una conversación será concluyente
para determinar el grado de afabilidad con el que se
desarrollará todo lo que se hable a continuación, y el modo
en que el interlocutor recibirá las palabras emitidas.
A través de esta declaración se indica la trascendental
importancia del saludo, que representa el punto de partida
de cualquier conversación. Ya que cuando uno se
encuentra con otra persona, lo primero que debe hacer es
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saludarle, y después comenzará a dialogar. Pues el saludo
es una regla básica de buenos modales. Y aunque se tratare
de una conversación tan breve como la comprendida
solamente por el saludo, también es correcto saludar. Esta
práctica siempre abrirá las puertas de la amistad, la
confraternidad y el amor.
Obsérvese lo que se declara en la Mishná sobre este tema:
«Apresúrate a saludar a toda persona» (Tratado de Avot
4:20). Y en el Talmud se amplía: «como lo hacía Rabí
Iojanan ben Zakai, sobre quien se dijo que jamás ningún
individuo se adelantó a él en el saludo, ni siquiera un
gentil en el mercado» (Talmud, tratado de Berajot 17a).
El saludo apropiado es una herramienta inigualable, capaz
de penetrar en el corazón de cualquier persona.
Despendiendo del modo en que se salude, sobrevendrá la
respuesta del interlocutor. A través del saludo correcto se
generará una energía positiva muy poderosa, capaz de
destrabar cualquier cerrojo.
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ENERGÍA POSITIVA GENERADA MEDIANTE EL
SALUDO
Analicemos el tema ampliamente. Comencemos
observando los modos de salutación utilizados en distintas
regiones del mundo.
En todos los países hay modismos particulares que se
manifiestan en el saludo. En China, el saludo más utilizado
durante las presentaciones es “ni hao ma”, cuyo
significado es: «¿Cómo está usted?» O sea, similar a lo que
para los individuos de habla inglesa sería la frase: «how
are you».
Este modismo señalado es común en muchos países y se
manifiesta de las más variadas formas. Mas en China el
ritual de la salutación se distingue por un especial énfasis
en la precedencia y el grado de cortesía. Siempre la
persona de mayor edad es la que inicia las presentaciones.
En ese país se tiene un gran respeto por los mayores. Se
debe saludar indefectiblemente al individuo de edad más
avanzada antes que a cualquier otro.
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En Francia se distingue una histórica tendencia por los
modales refinados. La amabilidad de los franceses se
refleja en largos apretones de manos y besos en las
mejillas. En Alemania sin embargo, la efusividad
demostrada en el saludo es mucho menor.
Los ingleses por lo general no son demasiado efusivos en
el saludo; pero son personas muy educadas y cuidan
extraordinariamente el tema de los buenos modales.
Cuando ellos saludan no suelen dar dos besos a alguien la
primera vez que lo ven, pues son reservados e intentan
guardar las distancias. Es usual allí saludarse dándose la
mano.
En España también es común que los hombres se den la
mano; en tanto las mujeres suelen darse dos besos en las
mejillas. Pero la efusividad del saludo de los españoles es
mucho más intensa que en Alemania o Inglaterra. En
muchos casos las personas se saludan mediante un abrazo,
un beso o un saludo cordial.
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En Uruguay, el saludo más común utilizado entre los
hombres consiste en un firme y caluroso apretón de
manos. Las mujeres generalmente se dan un beso en la
mejilla. Los saludos verbales dependen de la situación. Por
ejemplo, la expresión: «Hola», es un saludo común y
casual. En cambio: «Buen día», es un saludo más formal.
Es costumbre allí saludar individualmente a cada miembro
de un grupo reducido de personas. En tanto en las
ciudades, no se suele saludar a los extraños que pasan por
la calle; pero en las zonas rurales el saludo entre gente
desconocida es común. Y esto nos recuerda la práctica
antes citada de Rabí Iojanán ben Zakai, quien saludaba a
todos.
En EE.UU. ocurre algo diferente, pues los modales
americanos están basados en el sentido común, la práctica
y la consideración de igualdad entre todas las personas. En
Nueva York por ejemplo, se utiliza con frecuencia un modo
afectuoso y cordial de mostrar los buenos sentimientos a
los demás a través de un fuerte apretón de manos.
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En Japón, los habitantes de ese país son muy protocolarios
y de gran respeto por sus costumbres y sus mayores.
Incluso en la actualidad conservan numerosas costumbres
ancestrales. Uno de los rasgos más salientes de su cultura
es el saludo. La reverencia practicada por ellos al saludar
da una pauta de la importancia de la persona saludada.
Cuanto mayor es la reverencia y de más larga duración,
mayor es la importancia de la persona a la que se saluda.
UNA SÍNTESIS DE SALUTACIÓN AMABLE
Como se ha apreciado, en cada tradición existen modismos
particulares de salutación; y en cada caso hay rasgos a
tomar en cuenta para extraer conclusiones y reflexionar.
Este razonamiento conllevará indefectiblemente a una
reflexión introspectiva y al perfeccionamiento de la propia
conducta.
Asimismo, es propicio destacar que la base de todos esos
rasgos señalados surge de prácticas ancestrales contenidas
en el Talmud y los Escritos Sagrados: por ejemplo, el
respeto por las personas mayores en China, está enunciado
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en el Pentateuco. Como está escrito: «Delante de las canas
te levantarás y honrarás el rostro del anciano» (Levítico
19:32).
La reverencia japonesa, está aludida en múltiples pasajes
bíblicos. Uno de ellos lo hallamos en el Génesis. Como está
escrito: «El Eterno Se le apareció –a Abraham– en la
planicie de Mamré mientras estaba sentado en la entrada
de la tienda, en pleno calor del día. Alzó sus ojos y observó:
he aquí que había tres hombres de pie frente a él. Él los vio
y corrió hacia ellos desde la entrada de la tienda; y se
inclinó a tierra. Y dijo: Señores míos, si he hallado gracia
en tus ojos, por favor no sigáis de largo ante tu sirviente.
Que traigan un poco de agua y lavad vuestros pies, y
reclinaos debajo del árbol. Iré a buscar un trozo de pan
para que tengáis sustento, después continuaréis, por
cuanto ya habréis pasado por el camino de vuestro
sirviente. Ellos dijeron: Haz como dices, tal como has
dicho» (Génesis 18:1–5).
DEMOSTRACIÓN DE CORTESÍA EN EL SALUDO
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En esta acción de Abraham apreciamos claras muestras de
buenos modales y caballerosidad al saludar. Pues en este
pasaje bíblico se distingue visiblemente la cortesía de
reverenciar al prójimo al saludarlo, y asimismo una
enorme demostración de respeto.
Considérese que al mencionarse la reverencia de Abraham,
se puntualiza que él se inclinaba a tierra, y se dirigía a ellos
con un respeto extraordinario. Ya que no sólo se preocupó
por ser cortés, sino incluso por respetar el grado jerárquico
de cada uno, aunque no los conocía. Como está escrito: «Él
los vio y corrió hacia ellos desde la entrada de la tienda, y
se inclinó a tierra. Y dijo: Señores míos, si he hallado
gracia en tus ojos, por favor no sigáis de largo ante tu
sirviente».
Se advierte que se dirigió a ellos en plural: «señores
míos», y prosiguió en singular: «si he hallado gracia en tus
ojos». Siguiendo la lógica debería haber dicho: «si he
hallado gracia en vuestros ojos». ¿Por qué razón se
expresó sin respetar las reglas sintácticas?
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Observando minuciosamente los hechos se deduce que no
era sino otra demostración de sus buenos modales. Pues
aconteció que cuando Abraham observó a los hombres,
diferenció cuál era el más importante. Entonces a él le
habló diciéndole: «Señores míos, si he hallado gracia en
tus ojos». Hizo esto para otorgar el honor que le
correspondía al mayor, respetando asimismo el honor de
todos los presentes, evitando ofender o menospreciar a
alguno (Rashi).
Abraham actuó de este modo siguiendo una de las normas
de salutación ancestrales. Procedió tal como se enseña en
el tratado de ética y moral denominado Derej Eretz. Allí se
narra el siguiente suceso a modo de ejemplo: Cuatro
sabios de Israel se dirigieron a tratar un importante asunto
con los dirigentes del reino. Allí había un distinguido
filósofo. Los sabios que tomaban parte de esa misión eran:
Rabán Gamliel, Rabí Iehoshúa, Rabí Elazar ben Azariá y
Rabí Akiva.
Cuando llegaron, Rabí Iehoshúa, el director del Tribunal
Mayor –Sanhedrín–, le dijo a Rabán Gamliel, que era el
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dirigente máximo de todo Israel: «Rabí, ¿es tu voluntad ir
a ver al filósofo?». Rabán Gamliel le respondió: «¡No!».
Por la mañana, Rabí Iehoshúa le dijo a Rabán Gamliel:
«Rabí, ¿es tu voluntad ir a ver al filósofo?». Rabán Gamliel
le respondió: «¡Sí!».
Rabí Iehoshúa se adelantó y golpeó a la puerta. El filósofo
reflexionó y rápidamente sentenció: «Esta actitud de
buenos modales con seguridad es de un sabio».
Cuando fue llamado por segunda vez, el filósofo se
incorporó, y lavó su rostro, sus manos y sus pies.
A la tercera vez que escuchó golpear a su puerta se puso de
pie y abrió. Contempló a los sabios de Israel y advirtió que
unos venían por un flanco, y otros por el flanco opuesto de
un individuo que marchaba en el centro. Al apreciar estos
detalles dedujo quienes eran: el hombre que se ubicaba en
el centro era el dirigente máximo, Rabán Gamliel; y a su
diestra estaba el director del Sanhedrín, Rabí Iehoshúa. En
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tanto por los flancos venían Rabí Elazar ben Azariá por la
derecha y Rabí Akiva por la izquierda.
El filósofo ya había distinguido los rangos de cada uno, de
acuerdo a la posición en la que marchaban, y ahora
pensaba: «¿Cómo haré para saludar a los sabios de Israel?
En el caso en que dijere: ¡La paz sea contigo, Rabán
Gamliel!, despreciaré a los otros sabios. Si dijere: ¡La paz
sea con vosotros, sabios de Israel!, despreciaré a Rabán
Gamliel». Al llegar, cuando estuvo frente a ellos se dirigió
a Rabán Gamliel y le dijo a él a la cabeza: «La paz sea con
vosotros, sabios de Israel» (Derej Eretz Raba Cáp. V).
En nuestro caso Abraham actuó precisamente de este
modo. Observó a los visitantes, distinguió cuál era el más
distinguido, y a él le dijo: «Señores míos, si he hallado
gracia en tus ojos (...)».
SALUDAR ESTRECHÁNDOSE LA MANO
El saludo practicado entre los hombres estrechándose la
mano de uno con la del otro aparece en textos posteriores
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al cierre del Talmud. Por ejemplo, en la explicación
hermenéutica del Código Legal –Shulján Aruj–
denominada Pri Megadim, se cita la costumbre de darse la
mano (Shulján Aruj Oraj Jaim 89:2, Pri Megadim: Eshel
Abraham nota 9). En la síntesis explicativa del Compendio
Legal –Shulján Aruj– denominada Mishná Berurá,
también se menciona este hábito (Mishná Berurá 89:2
nota 10).
LA FUENTE DE TODO SUCESO
Esta acción esta indicada y enraizada en la tradición
hebrea milenaria a través de la expresión iedid que
significa amigo.
Pues la palabra iedid está formada por dos iad. (En el
hebreo original se escriben solamente las consonantes, y la
pronunciación de las vocales varía de acuerdo a la forma
que adoptan las letras de la palabra al combinársele
preposiciones, artículos y demás anexos).
Iedid se escribe así:
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Se aprecia que la palabra iedid está formada por dos
expresiones iad:
Iad significa mano.
Es decir, una mano más otra mano –iad + iad– forman la
palabra iedid que significa «amigo». Enseña que la unión
de la mano de uno con la mano del otro es signo de
amistad (véase Taamei Haminaguim).
SENSACIÓN DE AFECTO TRANSMITIDA A TRAVÉS
DEL SALUDO
Dado que el saludo asume un gran protagonismo en las
relaciones, tanto desde el punto de vista racional humano,
como por mención bíblica, es necesario practicarlo
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adecuadamente y no pasar por alto este rasgo tan
importante que pertenece a la gama de los buenos
modales.
Esto que se ha dicho corresponde con el acto de adelantar
el saludo al prójimo, pero acerca de devolverlo, se enseña
en el Talmud: «Si el compañero le adelantó el saludo, y no
se lo respondió, éste individuo es considerado un ladrón»
(Talmud, tratado de Berajot 6b).
UNA DESPEDIDA AMABLE ENMARCA LA AMISTAD
Lo expuesto hasta aquí conllevó a apreciar los distintos
pormenores concernientes a la importancia del saludo al
presentarse. Pero también al retirarse es apropiado
saludar. Pues existe la posibilidad de que uno salude
cordialmente al encontrarse con otra persona, y cuando se
retira, no presta demasiada atención al saludo de
despedida. Y éste debe ser tema de consideración, pues el
saludo al retirarse tiene tanta importancia como el que se
manifiesta al comienzo.
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A modo ilustrativo observaremos un ejemplo de lo que
acontece en la actualidad, en medio del ritmo de vida
sumamente acelerado que se vive. En ciertos casos, un
individuo llega a su hogar para el almuerzo, y al entrar,
saluda cordialmente a su esposa, se sienta a la mesa, y ésta
sirve la comida que preparó con esfuerzo. Ambos
comparten el plato de ocasión, y dialogan brevemente. No
se extienden demasiado porque el hombre debe retornar a
su trabajo. Aunque en ciertas circunstancias la prisa del
individuo es tal que al cabo de unos pocos minutos,
mientras ella se había levantado para buscar las frutas que
compró, y servirlas, él se retira. Entonces, cuando regresa,
se encuentra conque su esposo ya no está.
Este es un caso común de descuido en el saludo al
retirarse, y es algo que debe mejorarse. No importa si
recibió un llamado a su móvil y al atender le comunicaron
algo de carácter urgente que lo motivó a salir a toda prisa.
Tampoco si la agenda electrónica le recordó que tiene una
cita importante. Antes de retirarse, corresponde ser
respetuoso y considerado con su prójimo, debe saludarlo.
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Es un acto de cortesía que demuestra el aprecio y el
respeto que uno siente por su semejante.
CÓMO SE DEMUESTRAN EL RESPETO Y EL AFECTO
Veamos algunos casos de personas que saludaban
apropiadamente al retirarse. En el Talmud constan estas
narraciones:
Rabí Elazar era alumno de Rabí Iojanán. Cuando su
maestro se levantaba para retirarse, Rabí Elazar se ponía
de pie y se inclinaba reverentemente hasta que el maestro
se perdía de vista. En cambio cuando Rabí Elazar era el
que se retiraba, caminaba hacia atrás reverentemente,
para no dar la espalda a su maestro, hasta que lo perdía de
vista.
Raba, cuando se retiraba de ante la presencia de Rab Iosef,
su maestro, retrocedía caminando hacia atrás, no dándole
la espalda; hasta que sus extremidades inferiores
colisionaban con los obstáculos que había en el camino,
cuyo roce magullaba sus piernas.
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Una vez, le dijeron a Rab Iosef –que era ciego–: «Cuando
Raba te saluda retrocede caminando hacia a atrás, y se
magulla las piernas».
Rab Iosef después de escuchar esto le dijo a Raba: «¡Sea la
voluntad de El Eterno que te conviertas en el maestro de
toda la ciudad!» (Talmud, tratado de Ioma 52b).
Finalmente, tal como el maestro había dicho, Raba fue
nombrado director de la academia de estudios más grande
de la ciudad (Talmud, tratado de Berajot 63).
La actitud de estos sabios debe ser imitada. Jamás debe
uno retirarse sin saludar, ya sea en la casa, en el negocio, o
en cualquier otro lugar.
La aceleración con la que se vive en la actualidad perjudica
las relaciones sociales y es necesario reconsiderar esta
actitud. Pues este modo de vida precipitado y en ocasiones
desmedido, genera que en ciertos casos las personas
actúen desmesuradamente.
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Por ejemplo, hay quienes en ciertas circunstancias llaman
por teléfono a otra persona, y cuando son atendidos
saludan cordialmente. Dicen: «Hola; ¿con quien hablo?».
Pero cuando se dan cuenta que esa no era la persona con la
que querían comunicarse, en vez de informar a quien
atendió que se trata de un error y saludar despidiéndose,
directamente cortan la comunicación y marcan
nuevamente pretendiendo dar con el número deseado.
¿No creen que es este un acto de desprecio hacia el
prójimo? Hay que aprender de los sabios de antaño e
imitar la actitud de ellos. Si uno se equivocó de persona o
de número telefónico, debe comunicárselo a su
interlocutor y excusarse. Corresponde que le diga:
«¡Disculpe, se trata de un error!». Después saludará y
entonces sí cortará la comunicación para volver a marcar
el nuevo número.
Lo mismo acontece al momento de subir a un autobús,
existen casos en que el pasajero pregunta al conductor:
«¿Llega hasta la calle Ploni?». Y el conductor le responde
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que no. En ese momento es correcto agradecer por la
atención, saludar y después descender. Aunque en este
caso particular debe hacérselo en forma espontánea, sin
demorarse, pues el autobús debe seguir viaje, y si la
persona se detiene allí para rendir extensos protocolos,
estará faltando el honor a los viajeros y al conductor. Pero
esa urgencia no le da derecho a dar media vuelta y
descender sin saludar, sino que mientras se retira debe
hacerlo. Corresponde que se retribuya aunque sea en una
medida mínima lo que el prójimo ha hecho por uno.
Ha de considerarse que personalmente a uno no le
gustaría que le hicieren eso en una situación similar.
Recordad lo que el sabio Hilel enseñó: «No hagas a tu
prójimo lo que aborreces que te hicieren a ti».
Saludar al presentarse y al retirarse es esencial en todo
lugar y en todo momento. Debe respetarse el honor del
prójimo tal como uno desea que se respete su propio
honor.
LA MÍSTICA DE LOS BUENOS MODALES
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El saludo es un arma poderosa a través de la cual se puede
construir una gran amistad, o se puede generar antipatía.
Se trata de una de las actitudes que marcan al individuo, y
por la cual se lo califica. Por tal razón es sumamente
importante saludar cordialmente en toda ocasión.
Mediante esta actitud se estará sembrando amor y amistad
en cada circunstancia. Por medio del saludo amable uno
construirá un entorno propicio y adecuado que le
permitirá desenvolverse de manera amena y agradable
dentro de la sociedad.
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Capítulo III
LA EXPRESIÓN DEL ESTADO DE ÁNIMO
Además del saludo, existe otra herramienta sumamente
útil para cautivar el afecto de las demás personas, la
sonrisa.
Es muy diferente la sensación que causa en el prójimo la
expresión de un rostro serio que la de uno sonriente y
cordial. En ciertas ocasiones con una sonrisa se puede
adquirir un corazón más que con muchas palabras. Tan
relevante es este asunto que el erudito Shamai, que era un
hombre extremadamente estricto y riguroso, declaró:
«Haz de recibir a toda persona con rostro cordial»
(Tratado de Avot 1:14).
Al demostrar cordialidad y un rostro agradable, uno
siembra en el prójimo paz y alegría. Y el efecto de esa
sensación transmitida es maravilloso.
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Quien no estuviere contento, jamás podrá expresar una
sensación de alegría genuina y un rostro que irradie fulgor.
Por eso es importante ser positivo y ver el lado bueno de
las cosas, así uno estará contento y podrá transmitir
siempre alegría.
Observad lo que descubrió Rabí Eliezer después que su
maestro, Rabí Iojanán ben Zakai, lo envió a que
investigase la virtud más importante a la que la persona
debe apegarse para ser un individuo ejemplar.
La respuesta de Rabí Eliezer fue esta: «La persona debe
poseer buen ojo». Pues a través de ello se contenta con lo
que posee, y también se alegra con los logros de los demás.
De esta manera este individuo ama a todos, y es amado
por todos. Así estará ligado a la raíz misma de todas las
buenas cualidades existentes en el mundo: el amor por
todo el mundo (Mishná Pirkei Abot 2:9, mefarshei
hamishná).
Sin lugar a dudas es una enseñanza formidable que
complementa y apoya la declaración del erudito Shamai.
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LA TRANSMISIÓN DE LA ALEGRÍA ROMPE TODOS
LOS CERROJOS
En el Talmud se narra un suceso que amplía aun más la
enseñanza relacionada con los beneficios que proporciona
la transmisión de la alegría. Esto es lo que consta en el
tratado de Taanit: Rav visitó un lugar en el que había
sequía. Al advertir lo que acontecía decretó ayuno. Pero no
llovió. El representante de la congregación encargado de
conducir el rezo se dirigió al púlpito y comenzó a recitar la
plegaria. Cuando mencionó: «El que hace que el viento
sople», en forma repentina comenzó a soplar el viento.
Inmediatamente a continuación dijo: «El que hace
descender la lluvia», y al instante comenzó a llover.
Rav le preguntó: «¿Por qué fue aceptada tu plegaria ¿Qué
obra destacada has realizado?»
El hombre le respondió: «Soy maestro, y les enseño la
Torá igualmente a los hijos de los ricos como a los hijos de
los pobres. Y todo el que no puede pagarme, no tomo de él
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nada. Además, poseo viveros de pescados, mediante los
cuales obtengo mi sustento. Y todo niño que se rehúsa a
estudiar, lo incentivo con los pescados; y además lo ubico
en el mejor lugar, hasta que desea estudiar».
Es decir, no solo que no les cobraba a los alumnos que no
podían pagar, sino que otorgaba de su propio dinero para
estimular a los niños con el fin de que estudiasen con
alegría (Talmud, tratado de Taanit 25b).
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Capítulo IV
EL RESPETO DE LAS SENSIBILIDADES
Cuando se desea causar una impresión agradable en las
demás personas, debe además de ejercerse las dos pautas
mencionadas, controlarse lo que se dice, evitando ofender
al prójimo. Este procedimiento está relacionado con el
respeto a la sensibilidad de las personas.
Al respecto está dicho: «El que desprecia a su prójimo
carece de corazón» (Proverbios 11:12). Y los sabios
ampliaron este concepto declarando: «Un hombre debería
siempre hablar gentilmente con los demás» (Talmud,
tratado de Ioma 86a).
LA CONSIDERACIÓN DEL PENSAMIENTO AJENO
Observad este impresionante suceso bíblico que alienta a
respetar la sensibilidad del prójimo en todo momento y
circunstancia: «Él –Elcaná– poseía dos mujeres; el
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nombre de una era Jana, y el de la otra, Penina. Y Penina
tenía hijos, mas Jana no tenía hijos» (I Samuel 1:2).
Elcaná con sus dos mujeres e hijos asistían cada año al
Santuario de Shiló. Allí ofrecían sacrificios y comían.
Como está escrito: «Le daba a Jana una parte escogida;
porque amaba a Jana, aunque El Eterno le había cerrado
su matriz. Y su contendiente la irritaba, enojándola y
afligiéndola, porque El Eterno le había cerrado su matriz.
Así hacía cada año; cuando subía a la casa de El Eterno, la
irritaba así; por lo cual Jana lloraba, y no comía» (I
Samuel 1:5–7).
Jana inmersa en su congoja se dirigió al Santuario para
orar a El Eterno y le elevó una sentida plegaria. La misma
surtió efecto, y le nació un hijo. Como está escrito:
«Aconteció que al cumplirse el plazo, después de haber
concebido, Jana dio a luz un hijo, y le puso por nombre
Samuel, diciendo: Por cuanto lo pedí a El Eterno» (I
Samuel 1:20).
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Posteriormente le nacieron a Jana más hijos, como está
escrito: «El Eterno recordó a Jana, y ella concibió, y dio a
luz tres hijos y dos hijas. Y el joven Samuel crecía delante
de El Eterno» (I Samuel 2:21).
Esta dicha que le había sobrevenido a Jana, era
contrapuesta a la desdicha que había sobrevenido a
Penina. Pues a causa de la aflicción que le había propinado
en el pasado, cada vez que le nacía un hijo a Jana, le
fallecían dos a Penina.
Esto fue así hasta que Jana quedó preñada del quinto hijo
y lo dio a luz. En ese momento Penina se arrojó a los pies
de Jana y le rogó que orase para que vivieran los únicos
dos hijos que le quedaban. Jana lo hizo, y de ese modo los
salvó, siendo considerados en el futuro a su nombre. Como
está escrito: «Hasta la estéril ha dado a luz siete, y la que
tenía muchos hijos languidece» (I Samuel 2:5). ¿Por qué
son mencionados siete hijos a nombre de Jana cuando
poseía sólo cinco? Se debe a que los dos de Penina que
salvó con su plegaria, son considerados a su nombre
(Rashi).
LA MÍSTICA DE LOS BUENOS MODALES
35
LA MÍSTICA DE LOS BUENOS MODALES
36
Capítulo V
EL EFECTO CONTRAPRODUCENTE DE LAS
DIFAMACIONES
Las difamaciones deben evitarse siempre. Es una clave
elemental para liberarse de discordias y enemistades.
Alguien que desea hacerse querer, debe alejarse
completamente de las difamaciones; como está escrito:
«Cuando llega el impío llega también el desprecio; y con el
deshonrador, la afrenta» (Proverbios 18:3). Y fue dicho:
«No hagáis sufrir a vuestro hermano» (Levítico 25:14). Y
también: «No hagáis sufrir a vuestro prójimo» (Levítico
25:17). En el Talmud se agrega: «Las calumnias y la
difamación son faltas gravísimas, condenadas y
penalizadas severamente por el Todopoderoso» (Talmud,
tratado de Babá Metzía 59).
LA CORRECCIÓN DEL HABLA
El estudio de la Torá ayuda a crecer, a corregirse, a ser
mejor persona. Considérese que tal como dijimos, en la
LA MÍSTICA DE LOS BUENOS MODALES
37
Biblia consta en forma manifiesta el gran valor que El
Eterno da a los buenos modales, a las normas de ética y
moral, y a la armonía social. Para El Eterno las relaciones
humanas y el amor entre las personas conforman un
asunto elemental, esencial, indispensable. Tal es el grado
de importancia que tiene para Él este tema que ni siquiera
está de acuerdo en que se difame al prójimo diciendo la
verdad de lo que hizo. Cuando alguien cometió un desliz,
una falla o un error, se advierte evitar difamarlo; y la
penalización por blasfemar contra otro individuo es
severamente condenada.
Esta regla es primordial y su cumplimiento conlleva a ser
querido por las demás personas. Pues es la voluntad de El
Eterno que exista amor y paz entre los seres humanos, y
no difamaciones ni humillaciones.
Veamos algunos detalles importantes de este tema:
Obsérvese lo que está escrito en el libro de Deuteronomio:
«Tendrás cuidado de la afección de tzaraat, siendo
precavido y actuando según todo lo que te enseñaren los
sacerdotes, los levitas; tal como os he ordenado cuidaréis
LA MÍSTICA DE LOS BUENOS MODALES
38
de cumplirlo. Recuerda lo que El Eterno, tu Dios, le hizo a
Miriam en el camino, cuando salíais de Egipto
(Deuteronomio 25:8–9).
Apreciamos que se encuentran aproximados dos temas: la
afección denominada tzaraat junto al suceso de Miriam.
Significa que un asunto está relacionado con el otro.
Esta cita se refiere al suceso narrado al comienzo del
capítulo XII en el libro de Números: Miriam y Aarón
hablaron sobre Moisés en lo relativo a la mujer kushita
con la que se había casado, pues se había casado con una
mujer kushita. Dijeron: «¿Únicamente a Moisés le habló
El Eterno? ¿Acaso no habló también con nosotros?». Y El
Eterno oyó. Y el hombre Moisés era muy humilde, más
humilde que cualquier otra persona sobre la faz de la
tierra.
El Eterno dijo súbitamente a Moisés, a Aarón y a Miriam:
«¡Vosotros tres, salid a la Tienda de la Reunión!». Y los
tres salieron. El Eterno descendió en una columna de nube
y se ubicó en la entrada de la Tienda, y Él convocó a Aarón
LA MÍSTICA DE LOS BUENOS MODALES
39
y a Miriam; los dos salieron. Él dijo: «Oíd ahora Mis
palabras; si hubiere profetas entre vosotros, en una visión,
Yo, El Eterno, me haré conocer ante él, en un sueño le
hablaré. Pero no es así con mi servidor Moisés; en toda mi
casa él es el fiel. Boca a boca hablo Yo con él, en una visión
clara y no a través de acertijos; él contempla la imagen de
El Eterno. ¿Por qué no habéis temido hablar sobre mi
servidor Moisés?». La ira de El Eterno se encendió contra
ellos y Él se alejó.
La nube se había alejado de sobre la Tienda, y he aquí que
Miriam fue afectada de una tzaraat como la nieve. Aarón
se dirigió a Miriam y he aquí que ella estaba afectada de
tzaraat. Aarón le dijo a Moisés: «Te ruego, mi señor, no
pongáis sobre nosotros un pecado, pues hemos sido
insensatos y hemos pecado; que no sea ella, por favor,
como una persona muerta, como quien sale del vientre de
su madre con la mitad de la carne consumida».
Moisés clamó ante El Eterno, diciendo: «Te ruego, Dios,
cúrala por favor». El Eterno le dijo a Moisés: «Si su padre
le escupiere en el rostro, ¿acaso no sería humillada
LA MÍSTICA DE LOS BUENOS MODALES
40
durante siete días? Que esté aislada fuera del campamento
durante siete días, y después podrá ingresar». Miriam
estuvo aislada fuera del campamento durante siete días y
el pueblo no se desplazó hasta que Miriam fue llevada
adentro. Entonces el pueblo se desplazó de Jatzerot, y
acamparon en el Desierto de Parán (Números 12:1–16).
El mensaje es evidente, Miriam contrajo la afección de
tzaraat por difamar a su hermano Moisés. Y pese a que
dijo la verdad fue afectada por esta enfermedad impura y
debió permanecer fuera del campamento durante siete
días. Es un mensaje dirigido a todos; ha de evitarse
difamar al prójimo, no importando si es verdad o mentira
lo que hizo.
Es considerada una falta sumamente grave; quien la
cometiere destroza las relaciones de la sociedad y mata a
tres personas: al difamador, al difamado y al que escucha
la difamación (Talmud, tratado de Arajín 16b).
Por tal razón, se determinó en la Biblia una dura
penalización para quien contrajere esta enfermedad
LA MÍSTICA DE LOS BUENOS MODALES
41
denominada tzaraat, que es una señal de haber difamado
a otro individuo.
LA PURIFICACIÓN DEL ALMA
Si una persona difamó a otra, y se arrepintió de lo que
hizo, se curará de la afección de tzaraat y estará en
condiciones de purificarse. En la Biblia se detalla el duro
proceso de purificación requerido:
El Eterno habló a Moisés, diciendo: «Ésta será la ley del
enfermo de tzaraat el día de su purificación: vendrá al
sacerdote. El sacerdote saldrá afuera del campamento;
entonces el sacerdote examinará y comprobará que la
afección de tzaraat se ha curado en el enfermo de tzaraat.
El sacerdote dará órdenes; y para la persona a la que se
purifica se tomarán dos pájaros puros, vivos, madera de
acacia, hebra carmesí e hisopo. El sacerdote dará órdenes
y un pájaro será sacrificado en una vasija de barro sobre
agua de manantial. Y tomará al pájaro vivo con la madera
de acacia, la hebra carmesí y el hisopo, y los sumergirá
juntos en la sangre del pájaro que fue sacrificado sobre el
LA MÍSTICA DE LOS BUENOS MODALES
42
agua de manantial. Después esparcirá siete veces sobre el
individuo que es purificado de la afección de tzaraat; lo
purificará y liberará al pájaro vivo en un campo abierto. El
individuo que es purificado lavará sus vestimentas, raerá
todo su pelo y se lavará con agua y se volverá puro.
Después podrá ingresar al campamento; pero habitará
fuera de su tienda durante siete días (Levítico 14:1–8).
Todos estos elementos que se le requieren para su
purificación poseen un sentido concreto. Los pájaros pían
sin cesar, y este hombre al difamar a su prójimo se
asemejó a los pájaros a través de su habla. La madera de
acacia es una especie selecta de cedro, un árbol que crece a
lo alto en forma imponente; representa la arrogancia y la
soberbia. Pues esta persona se ensoberbeció y difamó a
otro, por eso ahora deberá empequeñecerse como el
hisopo (Rashi).
EL PROCESO DE LA RECTIFICACIÓN
Además de estos elementos, observamos en todo este
procedimiento detalles realmente duros, difíciles de
LA MÍSTICA DE LOS BUENOS MODALES
43
sobrellevar. Apreciamos que el individuo que contrajo la
afección deberá permanecer absolutamente solo fuera del
campamento hasta que se cure. Recién entonces, cuando
despareciere la afección que afecta su carne ha de llamar al
sacerdote para que compruebe la curación de la llaga y
comience el proceso purificatorio. Es decir, este individuo
está condenado a morar en soledad fuera del campamento
por tiempo indeterminado, hasta que sane.
Asimismo, observamos que se ha de raer al afectado el
pelo que tuviere en todo su cuerpo. Es algo muy severo
para una persona que convive en una sociedad. ¿Lo
imaginan absolutamente pelado, sin el pelo de sus brazos,
las piernas, las axilas, ni siquiera el de sus cejas?
SOCIABILIDAD, LA BASE DEL AMOR Y LA PAZ
Evidentemente se trata de un proceso riguroso y austero;
es una señal clara que manifiesta que El Eterno valora
enormemente el respeto de las personas, y una
convivencia social adecuada. Pero lo curioso es que esto no
es todo. Después de este proceso señalado, se indica la
LA MÍSTICA DE LOS BUENOS MODALES
44
segunda parte de la purificación, como está escrito: «Al
séptimo día raerá todo su pelo, su cabeza, su barba, sus
cejas y todo su pelo; lavará sus vestimentas y sumergirá su
carne en agua, y se volverá puro» (Levítico 14:9).
A continuación se enuncian estos otros pasos a seguir al
día siguiente: «Al octavo día, tomará dos corderos sin
defecto y una cordera sin defecto en su primer año, tres
décimos de efá de sémola mezclada con aceite y un log de
aceite. El sacerdote que purificare colocará a la persona
que es purificada junto con ellos ante El Eterno, en la
entrada de la Tienda de la Reunión. El sacerdote tomará
un cordero y lo aproximará con un log de aceite para una
ofrenda de culpa; y los agitará como un servicio de
agitación ante El Eterno. Sacrificará al cordero en el lugar
donde sacrificaba el sacrificio expiatorio y la ofrenda
ígnea, en el lugar sagrado; pues la ofrenda de culpa es
como el sacrificio expiatorio, es del sacerdote, es
santísima» (Levítico 14:10–13).
Después se realiza el siguiente proceso purificatorio sobre
el cuerpo del individuo a purificar: «El sacerdote tomará
LA MÍSTICA DE LOS BUENOS MODALES
45
de la sangre de la ofrenda de culpa y el sacerdote la
colocará en la parte media de la oreja derecha de la
persona que es purificada, y en el pulgar de su mano
derecha y en el pulgar de su pie derecho. El sacerdote
tomará del log de aceite y lo verterá sobre la palma
izquierda del sacerdote. El sacerdote sumergirá su dedo
índice derecho en el aceite que hay en su mano izquierda y
esparcirá el aceite con su dedo siete veces ante El Eterno.
El sacerdote colocará del aceite sobrante de su palma en la
parte media de la oreja derecha de la persona que es
purificada, en el pulgar de su mano derecha y en el pulgar
de su pie derecho; sobre la sangre de la ofrenda de culpa. Y
el resto del aceite que hay en la palma del sacerdote, lo
colocará en la cabeza de la persona que es purificada; y el
sacerdote le procurará expiación ante El Eterno (Levítico
14:14–18).
Así se completa la expiación: «El sacerdote realizará el
servicio de expiación y procurará expiación para la
persona que es purificada de su impureza; después
sacrificará la ofrenda ígnea. El sacerdote traerá la ofrenda
ígnea y la ofrenda vegetal al Altar; y el sacerdote le
LA MÍSTICA DE LOS BUENOS MODALES
46
procurará expiación, y se volverá puro» (Levítico 14:19–
20).
En este proceso se aprecian nuevamente situaciones muy
duras de soportar, como la aplicación de la sangre sobre el
pulgar de su mano derecha, sobre el pulgar de su pie
derecho, y sobre la parte media del pabellón de su oreja. Y
después se le aplica sobre esa sangre aceite, y lo que
quedare del aceite en la palma del sacerdote, éste lo vuelca
sobre la cabeza del individuo que es purificado. Son
procesos que seguramente quedarán grabados en la
memoria de este individuo por mucho tiempo. Sin lugar a
dudas se convertirán en un estímulo concreto que lo
incentivarán a respetar a sus semejantes y no difamarlos.
CONCIENCIA DE PAZ Y AMOR
Como se ve, el respeto de las personas, el amor entre uno y
otro, es algo esencial para la existencia del mundo de
acuerdo con el plan Divino. Y toda la normativa de la Torá
orienta a cuidar ese clima propicio, esa armonía y
confraternidad entre los individuos, un propósito
LA MÍSTICA DE LOS BUENOS MODALES
47
extremadamente necesario para que la sociedad pueda
vivir feliz y en paz.
Al castigarse la difamación se obliga a la persona a
respetar a todos los seres humanos. Y si procediere de ese
modo, evitará ganar enemigos y cosechará más amigos.
El Eterno otorga a todos la posibilidad de arrepentirse y
rectificarse. Alguien que cometió errores en el pasado no
está condenado definitivamente a ser un malhechor; si se
retractare y rectificare El Eterno lo perdonará. Y al no
difamarlo, se le dará a ese individuo la posibilidad de
poder convivir dentro de la sociedad después que se
rectifique. Pero si es difamado, todos lo mirarán como un
malvado, y no tendrá la posibilidad de reinsertarse en la
sociedad.
LA MÍSTICA DE LOS BUENOS MODALES
48
Capítulo VI
LA MODULACIÓN CORRECTA DE LA VOZ
Un individuo que desea cosechar amigos y ganarse el amor
de las demás personas necesita controlar el tono de su voz.
Han de evitarse los gritos en todo momento; al
comunicarse con la pareja, los hijos, y con cualquier otro
ser humano. Los gritos emitidos dentro del entorno social
ahuyentan a las personas. Considérese que cada uno tiene
sus propios problemas, y lo que menos desean es escuchar
gritos que los perturben más aun.
Los gritos son herramientas de utilidad para un individuo
que desea imponer su voz de mando; o aquel sujeto
desesperado que clama por ayuda. Pero no corresponden a
alguien que desea cosechar el amor de los demás y su
amistad.
Esto está indicado en el versículo en forma clara y
manifiesta. Como está escrito: «Las palabras de los sabios,
LA MÍSTICA DE LOS BUENOS MODALES
49
dichas afablemente, son aceptadas, más que los gritos del
señor entre los necios» (Eclesiastés 9:17).
LA MÍSTICA DE LOS BUENOS MODALES
50
Capítulo VII
EL FUNDAMENTO INTRÍNSECO DE LA HUMILDAD
La humildad asociada a la modestia es un medio esencial
para atraer el amor y el afecto de las personas; y también
para alcanzar el éxito dentro de la sociedad, incluso
cuando fuere necesario asumir el liderazgo y tomar la
palabra. Pues existen ocasiones en que por alguna razón
determinada se necesita intervenir en una conversación
para contender; y en ciertos casos es posible que se
requiera llamar la atención. Si sucede una situación de este
tipo, es necesario hacer saber que uno desea integrar, y no
desintegrar. Y para alcanzar este propósito sin lugar a
dudas hay que actuar con humildad y modestia.
La humildad es la virtud que lleva a adquirir el
conocimiento de las propias limitaciones y debilidades,
permitiendo a la persona obrar de acuerdo con este
conocimiento. Y la modestia es la virtud que regula,
modera y templa las acciones externas, conteniendo al
hombre en los límites de su estado en forma apropiada. La
LA MÍSTICA DE LOS BUENOS MODALES
51
modestia asimismo está vinculada a la cualidad de
humilde, falta de engreimiento y de vanidad.
A través de esta valiosa herramienta, la humildad asociada
a la cualidad de la modestia, se puede alcanzar niveles
supremos dentro de la sociedad. Esto es así tanto en un
entorno integrado por pocas personas, como en los
profusos e incluso en los multitudinarios. Un líder
humilde es aceptado y querido por los miembros de la
sociedad, en cambio uno arrogante y soberbio, es
rechazado y aborrecido. Y para comprender hasta donde
se proyecta el alcance del ejercicio de un liderazgo,
considérese que toda vez que la persona debe participar en
una conversación tomando la palabra, estará asumiendo
un liderazgo en ese momento. A partir de allí, el liderazgo
cobrará mayor intensidad y protagonismo, dependiendo
de la situación y el entorno.
En el Talmud se menciona una valiosa reflexión
relacionada con este asunto emitida por un gran líder
comunitario. Rabí Abahu era uno de los sabios más
destacados de la época talmúdica, y lo visitaban
LA MÍSTICA DE LOS BUENOS MODALES
52
numerosos eruditos que acudían a él para beber sus
enseñanzas. Éste hombre, en vez de engreírse y
vanagloriarse de su condición, aceptaba con humildad y
modestia las correcciones. Como se enseña en el tratado de
Sotá: Dijo Rabí Abahu: «En un comienzo pensé que yo era
humilde, pero cuando vi que Rabí Aba de Aco dio una
razón y su intérprete otra, y sin embargo no se enojó, me
dije a mí mismo: ¡Yo no soy humilde!» (Talmud, tratado
de Sotá 40a).
También se enseñó en el Talmud: «Un hombre debe
aprender del ejemplo de El Eterno, quien eludió todos los
grandes y encumbrados montes y montañas, e hizo que su
Divina Presencia se posara sobre el Sinaí, el más bajo de
todos los montes. Esto fue así por su modestia» (Talmud,
tratado de Sota 5a).
Además, El Eterno entregó su sagrada Torá a los seres
humanos en éste monte a través de Moisés, el hombre más
humilde de la Tierra. Como está escrito: «Y el hombre
Moisés era muy humilde, más humilde que cualquier otra
persona sobre la faz de la tierra» (Números 12:3).
LA MÍSTICA DE LOS BUENOS MODALES
53
Este mismo hombre fue designado para ser el rey de
Israel, y su grandeza creció en forma extraordinaria. Como
está escrito: «El Eterno hizo que el pueblo hallase gracia
en los ojos de Egipto; además, el hombre Moisés era muy
grande en la tierra de Egipto, a ojos de los siervos del
Faraón y a ojos del pueblo» (Éxodo 11:3).
SIGNOS DE GRANDEZA
Ya hemos visto que la grandeza no está asociada al orgullo,
el engreimiento, la vanidad, la jactancia ni la inmodestia,
sino a la humildad. Moisés era muy humilde y por eso se
convirtió en el más grande y poderoso.
Obsérvese que cuando los Hijos de Israel salieron de
Egipto, todos estaban ocupados en llevar sus pertenencias
y riquezas. Pero Moisés, el líder del pueblo, estaba
ocupado en llevar los huesos de José, que había fallecido
en Egipto hacía más de un siglo. Como está escrito:
«Moisés tomó los huesos de José con él, pues había hecho
jurar a los Hijos de Israel, diciendo: ciertamente Dios os
LA MÍSTICA DE LOS BUENOS MODALES
54
recordará y subiréis de aquí mis huesos junto con
vosotros» (Éxodo 13:19).
LA CLAVE DE LA CONTINUIDAD
Ahora bien, aunque se había convertido en un hombre
grande y poderoso, inmensamente dotado de profecía,
Moisés jamás dejó de ser humilde, y por esa razón la
grandeza lo siguió hasta el final de sus días, e incluso
trascendió a su muerte. Como está escrito: «Y Moisés,
servidor de El Eterno, murió allí, en la tierra de Moab, por
boca de El Eterno –a través de una muerte dulce,
denominada “beso”–. Él lo enterró en el valle, en la tierra
de Moab, frente a Beit Peor, y nadie conoce el lugar de su
sepultura hasta el día de hoy. Moisés tenía ciento veinte
años cuando murió; sus ojos no se oscurecieron y su vigor
no disminuyó. Los Hijos de Israel lloraron a Moisés en las
planicies de Moab durante treinta días; entonces cesaron
los días de duelo por Moisés» (Deuteronomio 34:5–8).
Y a continuación está escrito: «Josué, hijo de Nun, fue
lleno con el espíritu de la sabiduría, pues Moisés había
LA MÍSTICA DE LOS BUENOS MODALES
55
puesto sus manos sobre él, y los Hijos de Israel le
obedecieron e hicieron tal como El Eterno le había
ordenado a Moisés. Nunca más se levantó profeta en Israel
como Moisés, que había conocido a El Eterno cara a cara,
tal como lo evidencian todas las señales y las maravillas
que El Eterno le envió para que realizara en la tierra de
Egipto, contra el Faraón y todos sus sirvientes y toda su
tierra, y que Moisés realizó con mano fuerte y todo el
poder temible ante los ojos de todo Israel» (Deuteronomio
34:9–12).
La aclaración que he añadido: «murió a través de una
muerte dulce, denominada “beso”» se deduce de la
expresión: «por boca de El Eterno». Esta enseñanza figura
en la exégesis de Rashi al Pentateuco, y es una declaración
que consta explícitamente en el texto talmúdico (Tratado
de Babá Batra 17ª; tratado de Moed Katán 28a). Además,
esta revelación aparece en la traducción de Ionatán ben
Uziel al arameo, quien describió la muerte de Moisés y los
grandes honores celestiales que le fueron brindados.
LA MÍSTICA DE LOS BUENOS MODALES
56
En el compendio explicatorio Beer Maim Jaim se
menciona este otro detalle interesante relacionado con el
tema que estamos abordando: «La muerte a través de un
beso se asemeja a la acción de una persona que besa a otra
que ama, boca con boca. Entonces, a través de este acto, el
espíritu de esta persona ingresa y se une al del otro
individuo; así el espíritu de un justo se apega a la luz
suprema (Beer Maim Jaim; Shai Lamorá Deuteronomio
34:5).
Maimónides agregó: «La muerte de Moisés aconteció ante
nuestros ojos, y se denomina así a ese hecho porque hemos
dejado de verle. Pero ciertamente él vive en medio de una
enorme gloria a la cual ascendió en lo Alto. Tal como los
sabios han enseñado: Nuestro maestro Moisés no murió,
sino que ascendió a lo Alto y allí presta servicio» (Talmud,
tratado de Sotá 13b) (Maimónides, introducción a la
Mishná).
UN INSTRUMENTO SUBLIME
LA MÍSTICA DE LOS BUENOS MODALES
57
Evidentemente la humildad es la herramienta idónea para
crecer y mantenerse. Los sabios han enseñado sobre este
asunto: «¡Cuán grandes son los humildes de espíritu! En
tiempos en que el Templo Sagrado estaba en pie, cuando
alguien ofrecía una ofrenda ígnea, se adjudicaba el mérito
de una ofrenda ígnea; si ofrecía una ofrenda vegetal, se
adjudicaba el mérito de una ofrenda vegetal. Sin embargo,
quien poseyere espíritu de humildad, se le considera en el
texto bíblico como si hubiese ofrecido todos los sacrificios.
Como está escrito: Los sacrificios de Dios son el espíritu
quebrantado; Dios, Tú no desprecias al corazón contrito y
abatido (Salmos 51:19). Esta es una alabanza dirigida a los
individuos de espíritu humilde, a los que tienen modestia
de corazón y de pensamiento» (Talmud, tratado de Sota
5b).
Para comprender las bondades de la humildad ha de
considerarse que en un breve instante los ricos pueden
transformarse en pobres, los sanos y fuertes en débiles y
enfermos, los dirigentes en simples servidores, y los
individuos honorables, en personas insignificantes. ¡Y
cuántas veces acontece que al caer en una situación de
LA MÍSTICA DE LOS BUENOS MODALES
58
desgracia las personas se ven obligadas a pedir ayuda de
los que antes estaban muy por debajo de ellos! (Véase
Mesilat Iesharim Cáp. XXII).
Considerando esta realidad ineludible, uno jamás se
enorgullecerá ni envanecerá de lo que tiene, y actuará
siempre con humildad. Asimismo, para optimizar la
cualidad de la humildad, es propicio tener siempre
presente este proverbio: «Es mejor retroceder dos o tres
niveles de tu lugar, de modo que te digan: ¡Adelántate! Y
no adelantarte y que te digan ¡Retrocede!» (Midrash Rabá,
Vaikra 1:5)
LA MÍSTICA DE LOS BUENOS MODALES
59
Capítulo VIII
LA CONDUCTA EN LA MESA
El momento de estar sentado a la mesa es clave para atraer
el amor de las personas o generar su rechazo. Considérese
que las cortesías y las normas de conducta tienen por
propósito hacer la vida más amena, donde juega un papel
preponderante la consideración por los demás. Los buenos
modales se basan en el auténtico reparo por el respeto al
prójimo; y la mesa es el lugar ideal para expresar estas
pautas y conocer los buenos modales de una persona.
Al estar sentado a la mesa se consumen los alimentos que
proveerán al organismo la energía necesaria para realizar
todas las actividades del día. Cada instante de actividad
estará vinculado directamente con este momento. Por tal
razón el individuo siente una atracción especial por los
alimentos, y en muchos casos cuando se abastece olvida
muchas de las reglas de buenos modales.
LA MÍSTICA DE LOS BUENOS MODALES
60
No obstante, hay que considerar que somos seres
racionales y debemos controlar nuestros impulsos. Ha de
tenerse en cuenta que los demás están observando la
conducta que uno demuestra al estar sentado a la mesa. Y
no sólo eso, sino que los que no están presentes lo
observarán más tarde a través de nuestro cuerpo. Ya que
nuestro cuerpo refleja perfectamente la conducta ejercida
mientras estuvimos sentados a la mesa.
LA DISTRIBUCIÓN IDÓNEA DE LOS ÓRGANOS DEL
PROVECHO
El objetivo de un ser humano que desea superarse y captar
el amor de los demás debe orientar a lograr el control de
sus tentaciones materiales y decidir racionalmente la
acción a llevar a cabo. Nótese que en la distribución de los
órganos del propio rostro está indicada esta imperiosa
necesidad. Pues la persona experimenta tres tipos de
provecho, y los órganos perceptores de los mismos están
distribuidos en un orden sabiamente dispuesto.
LA MÍSTICA DE LOS BUENOS MODALES
61
Los tres tipos de provecho son: el del sabor de los
alimentos, que se percibe a través de la boca; el aroma de
las fragancias, que se percibe a través de la nariz; la
observación de las vistas que nos rodean, que se percibe a
través los ojos.
Los tres tipos de provecho citados se encuentran en este
mundo físico. Sin embargo, el principal provecho que el
individuo experimenta en éste mundo es el que tiene que
ver con la comida y la bebida, el cual se percibe a través de
la boca, el orificio inferior de la cabeza.
Ahora bien, esto es así en un estado completamente físico,
mas cuando abandona el mundo terrenal, el individuo
pasa a morar en el Jardín del Edén Inferior, donde el
provecho vital consiste en el percibido a través del olfato.
Pues en el Jardín del Edén Inferior el alma se inviste en un
cuerpo concreto, aunque constituido de material refinado.
El mismo no requiere de alimentos físicos que ingresan al
organismo a través de la boca, sino que se nutre de
fragancias deliciosas (véase Mishná, tratado de Sanhedrín
10:1; Rabí Ovadia de Bartenura Ibíd.).
LA MÍSTICA DE LOS BUENOS MODALES
62
El tercer ascenso de nivel tiene lugar en el Jardín del Edén
Superior. Allí el individuo se hallará en un estado
extremadamente refinado y se nutrirá únicamente de las
visiones provenientes del resplandor irradiado por la
Presencia Divina.
Esta es la razón por la cual los ojos, la nariz y la boca se
encuentran en la posición descrita, uno encima del otro. El
orden corresponde con el nivel espiritual y la categoría de
provecho que experimenta el hombre de acuerdo al nivel al
que asciende (Véase Ben Ish Jai, sección Vaetjanán).
UN ROSTRO RADIANTE
Ahora que conocemos cómo funcionan los niveles de
ascenso que se manifiestan con la muerte, al despegarse
completamente del materialismo, observaremos lo que fue
capaz de hacer en vida un hombre que se refinó como es
debido y del cuál ya les he hablado: Moisés. Acerca de él
está escrito: «El Eterno le dijo a Moisés: Escribe estas
palabras para ti, pues según estas palabras he establecido
LA MÍSTICA DE LOS BUENOS MODALES
63
un pacto contigo e Israel. Él permaneció allí, junto a El
Eterno, durante cuarenta días y cuarenta noches, y no
comió pan ni bebió agua, y Él escribió sobre las Tablas las
palabras del pacto, los Diez Mandamientos» (Éxodo
34:27–28). Se aprecia claramente que Moisés había
alcanzado un nivel espiritual supremo y en ese lapso de
tiempo que estuvo en lo Alto le fue suficiente con lo que
percibía con sus ojos para subsistir.
Pero esto no era todo, cuando se narra a continuación el
descenso de Moisés, se describe también el aspecto
radiante que había adquirido; como está escrito: «Cuando
Moisés descendió del Monte Sinaí, con las dos Tablas del
Testimonio, las cuales estaban en la mano de Moisés al
descender del monte, Moisés no sabía que la piel de su
rostro se había vuelto radiante cuando Él le había hablado.
Aarón y todos los Hijos de Israel vieron a Moisés, y he aquí
que la piel de su rostro se había vuelto radiante; y
temieron acercársele. Moisés los llamó y Aarón y todos los
líderes de la asamblea regresaron a él, y Moisés les habló.
Después, todos los Hijos de Israel se acercaron; y él les
LA MÍSTICA DE LOS BUENOS MODALES
64
ordenó acerca de todo lo que El Eterno le había hablado en
el Monte Sinaí (Éxodo 34:29–32).
LA ELEVACIÓN SUPREMA DE UN SER HUMANO
Hemos apreciado que un hombre de carne y hueso logró
superar todos los niveles, hasta llegar a lo más alto. E hizo
esto aún antes de morir. Quiere decir que si bien la muerte
permite a un justo apegarse a la esencia espiritual más
elevada, también antes de ello se pueden alcanzar niveles
supremos.
Es nuestra misión captar el objetivo más alto y someter el
instinto animal que se despierta ante los alimentos, y
consumirlos de acuerdo con las pautas de ética y moral
aprendidas y determinadas por la razón. Y la razón debe
ser adiestrada a través de los conocimientos de la Torá.
Considérese que los sabios enseñaron que deben
pronunciarse palabras de Torá al estar sentado junto a la
mesa, entre plato y plato. Esto indica la estrecha relación
que debe existir entre ambos asuntos.
LA MÍSTICA DE LOS BUENOS MODALES
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LA MESA, FUENTE ENERGÉTICA Y ESPIRITUAL
Evidentemente la elevación de una persona comienza por
la mesa, que es el lugar y el momento de abastecerse de
nutriente para el cuerpo y el alma, donde se reúnen las
energías necesarias para estudiar la Torá y superarse. Por
eso en el Templo Sagrado había una señal inconfundible,
la mesa estaba en la antesala de la Torá. Ya que había un
lugar santo, denominado Kodesh, donde estaba la mesa, y
después estaba el lugar sumamente santo, denominado
Kodesh Hakodashim, donde estaba la Torá.
Como escribió Maimónides: El Templo Sagrado debe
contar imprescindiblemente con tres secciones especiales:
un sector sagrado, llamado Kodesh, y un sector ultra
sagrado llamado Kodesh Hakodashim. Además, delante
del Kodesh será dispuesto un sitio al que se llamará Ulam.
Estas tres secciones en conjunto reciben el nombre de
Eijal.
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El Eijal ha de estar cercado por una nueva división; y todo
lo que la misma encierre conformará el Atrio que se
llamará Azará.
La Azará debe ser subdividida en tres sectores: el primer
sector será accesible sólo para los oficiantes del Templo,
los sacerdotes descendientes de Aarón, y también sus
ayudantes, los levitas. El segundo sector será de acceso
general para los varones, y se llamará Azará de Israel. El
tercer sector será para las mujeres, y se llamará Azará de
las mujeres.
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Finalmente, el conjunto de todos los sectores
pertenecientes al Templo Sagrado se denominará Beit
Mikdash.
Esta es la disposición de los elementos principales dentro
del Eijal: en el lugar ultra sagrado, llamado Kodesh
HaKodashim, se hallaban las Tablas de la Ley. En ellas
estaban escritos los Diez Mandamientos, que son el
corazón de la Torá. También había allí un Arca, en cuyo
interior estaban guardadas las Tablas de la Ley, y dos
querubines dispuestos sobre el Arca.
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En el lugar santo, llamado Kodesh había un candelabro,
llamado Menorá, un Altar de oro para ofrendar sobre él el
incienso, y la mesa para el Pan de la Preposición.
En el Ulam, que se hallaba antes del Kodesh a manera de
antesala, había allí una mesa de mármol, para colocar en
ella los Panes de la Preposición antes de ingresarlos al
Kodesh. También había allí una mesa de oro, para colocar
en ella los panes de la semana anterior que eran retirados
para ingresar los nuevos. Y aunque los panes retirados
habían permanecido una semana entera en la mesa del
Kodesh, cuando se los retiraba presentaban un aspecto de
frescura similar a los recién elaborados (Maimónides:
Hilajot Beit Habejirá 1:5).
El Templo Sagrado es el modelo en el cuál nos debemos
reflejar, ya que el ser humano es comparado a un Templo
en miniatura. Y asimismo nuestra mesa reemplaza al Altar
cuando el Templo físico no está en pie. Por tanto, a través
de la humildad y los buenos modales expresados en ese
momento, cuando el instinto mundano se manifiesta
abiertamente e intenta hacer tropezar a la persona, ese es
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el momento de hacer prevalecer nuestra condición
humana racional y someter a los impulsos materiales que
nos alejan de nuestro objetivo principal.
Esta actitud sin lugar a dudas abrirá también las puertas
de los corazones de los demás individuos que observan,
otorgándoles también a ellos la posibilidad de alcanzar
niveles superlativos en el campo espiritual.
PAUTAS DE BUENOS MODALES EN LA MESA
Los detalles y particularidades de las normas de buena
conducta en la mesa abundan en los textos sagrados de la
Torá escrita y también en la Torá oral.
Por ejemplo, en el Código Legal hallamos estas normas:
No comas como un hambriento, desesperadamente
(Talmud, tratado de Beitzá 25, Código Legal Shulján Aruj
Oraj Jaim 170:9; Ramá Ibíd.).
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No muerdas un alimento y después lo dejas sobre la mesa;
le causará repugnancia a los demás comensales (Talmud,
tratado de Beitzá 25; Código Legal Shulján Aruj Oraj Jaim
170:10; Mishná Brurá Ibíd.).
No mires al que come, ni a su porción, para no
avergonzarlo (Código Legal Shulján Aruj Oraj Jaim 170:4).
Además de las señaladas, encontramos en los textos
sagrados muchas más normas de buenos modales que
deben aplicarse al estar sentados a la mesa. Todas ellas
conllevan a la rectificación de la persona y su crecimiento
personal; también a convertirse en un ser humano amado
por los demás individuos, demostrando un gran respeto
por sus sensibilidades.
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Capítulo IX
LA PUREZA DE LOS LABIOS
Un individuo que desea conseguir el amor de las demás
personas debe ser consciente del modo en que se expresa.
Es necesario dirigirse al prójimo en todo momento con
amabilidad y respeto, nunca en forma severa y menos aun
a través de palabras obscenas o inadecuadas. Tal como se
enseñó en el Talmud: «Por el pecado del habla obscena, se
renuevan las tribulaciones» (Talmud, tratado de Shabat
33a).
En el tratado talmúdico de Taanit se menciona un caso
inédito acontecido con Rabí Elazar. El mismo permite
comprender intrínsecamente la necesidad de dirigirse al
prójimo en toda ocasión y lugar de modo amable y sereno,
cuidando el lenguaje y respetándole como corresponde.
UN RELATO ESTREMECEDOR
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Rabí Elazar el hijo de Rabí Shimón, venía de casa de su
maestro, y montado sobre su burro paseaba por la orilla
del río. Estaba alegre y colmado de orgullo, pues había
estudiado mucho.
Súbitamente, se apareció en el lugar un hombre de aspecto
grotesco, –era el profeta Elías disfrazado, e hizo eso para
adoctrinar al alumno–. El hombre le dijo: «La paz sea
contigo Rabí». Pero el estudioso no le respondió el saludo,
sino que le dijo: «Caramba, que horrendo ese hombre», y
añadió: «¿Quizá todos los habitantes de tu ciudad son tan
horrendos como tú?».
El hombre le respondió: «No lo sé. Pero ya que consideras
que soy tan horrendo, dirígete al Artista que me hizo y
dile: ¡Que horrendo es ese hombre que has hecho!».
Cuando el hombre le dijo esto, el estudioso se dio cuenta
que había pecado. Descendió del burro, y se postró ante él,
le dijo: «Te he afligido, perdóname».
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El hombre le respondió: «No te perdono hasta que te
dirijas al Artista que me hizo y le digas: ¡Que horrendo es
ese hombre que has hecho!».
El estudioso lo siguió hasta que llegó a la ciudad. En es
momento, los habitantes salieron a recibir al letrado y le
decían: «La paz sea contigo Rabí. Rabí, maestro». El
hombre les dijo: «¿A quien llaman maestro?». Le dijeron:
«A ese que marcha detrás de ti». Les dijo: «Si ese es Rabí,
que no se incrementen individuos como él en Israel». Le
dijeron: «¿Por qué?» Y el hombre les contó lo que le había
hecho. Le dijeron: «Aunque así sea, perdónalo, porque es
un individuo que sabe mucha Torá». El hombre dijo: «Lo
perdono por vosotros, pero que no se acostumbre a actuar
de ese modo».
Inmediatamente Rabí Elazar el hijo de Rabí Shimón
ingresó a la academia y disertó en público: «Siempre hay
que ser dócil como el junco y no duro como el cedro»
(Talmud, tratado de Taanit 20ª, Tosafot).
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Capítulo X
SÍNTESIS DE LOS MEDIOS QUE CONDUCEN A LA
FELICIDAD
Hemos apreciado ocho claves esenciales para conseguir el
amor de las demás personas. Las mismas son
extremadamente poderosas y capaces de seducir al
corazón más duro. Como está escrito: «La respuesta tierna
aplaca la ira; mas la palabra áspera hace emerger el furor»
(Proverbios 15:1).
Analizando las normas que hemos mencionado hallamos
que la totalidad de las mismas coinciden con este
enunciado: «la respuesta tierna». Cada actitud descrita es
una respuesta tierna a las expectativas del prójimo que se
encuentra en nuestro entorno. Por tal razón, aplicándolas
apropiadamente conducirán sin lugar a dudas al hallazgo
del amor y la felicidad. Sólo es necesario recordarlas y
utilizarlas en todo momento. Consisten en la llave del éxito
para toda persona que deseare hacerse querer.
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Repasemos las ocho claves para recordarlas a todas y no
olvidar ninguna:
– Aprender a sonreír, independientemente del
temperamento que uno posea. Como dijo el erudito
Shamai: «Haz de recibir a toda persona con rostro
cordial» (Tratado de Avot 1:14).
– Adoptar el hábito de saludar, independientemente de la
posición de uno en la empresa, la academia, o la sociedad.
Como fue enseñado: «Apresúrate a saludar a toda
persona» (Tratado de Avot 4:20). Y en el Talmud se
amplía: «Como lo hacía Rabí Iojanan ben Zakai, sobre
quien se dijo que jamás ningún individuo se adelantó a él
en el saludo, ni siquiera un gentil en el mercado» (Talmud,
tratado de Berajot 17a).
– Respetar la sensibilidad de las personas y evitar que se
ofendan por lo que hemos de decir. Como está dicho: «El
que desprecia a su prójimo carece de corazón» (Proverbios
11:12). Y los sabios ampliaron este concepto declarando:
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«Un hombre debería siempre hablar gentilmente con los
demás» (Talmud, tratado de Ioma 86a).
– Ser consciente del daño que provocan las difamaciones.
Como lo indica el versículo: «Cuando llega el impío llega
también el desprecio; y con el deshonrador, la afrenta»
(Proverbios 18:3). También se dijo: «No hagáis sufrir a
vuestro hermano» (Levítico 25: 14). Asimismo está escrito:
«No hagáis sufrir a vuestro prójimo» (Levítico 25: 17). En
el Talmud se agrega: «Las calumnias y la difamación son
faltas gravísimas, condenadas y penalizadas severamente
por el Todopoderoso» (Talmud, tratado de Babá Metzía
59).
– Ha de controlarse el tono de la voz, evitando los gritos en
todo momento, al comunicarse con la pareja, los hijos, y
con cualquier otro ser humano. Esto está indicado en el
versículo en forma clara y manifiesta. Como está escrito:
«Las palabras de los sabios, dichas afablemente, son
aceptadas» (Eclesiastés 9:17).
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– Se ha de actuar siempre con humildad. Al respecto se
enseñó en el Talmud: Dijo Rabí Abahu: «Al principio
pensé que yo era humilde, pero cuando vi que Rabí Aba de
Aco dio una razón y su intérprete otra, y sin embargo no se
enojó, me dije a mí mismo: ¡Yo no soy humilde!» (Talmud,
tratado de Sota 40a).
– Ha de comportarse debidamente mientras se está
sentado a la mesa y al coger los alimentos. Como consta en
el Código Legal: «No comas como un hambriento,
desesperadamente» (Talmud, tratado de Beitzá 25, Código
Legal Shulján Aruj Oraj Jaim 170:9; Ramá Ibíd.).
– Debe dirigirse al prójimo con amabilidad y respeto,
nunca en forma severa, y menos aun a través de palabras
obscenas o inadecuadas. Tal como se enseñó en el Talmud:
«Por el pecado del habla obscena, se renuevan las
tribulaciones» (Talmud, tratado de Shabat 33a).
Hemos apreciado ocho normas esenciales de conducta
idónea relacionadas con la práctica de los buenos modales.
Tras contemplarlas, concluimos que para aspirar a ser una
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persona dichosa, amada aquí abajo en la Tierra y arriba en
el Cielo, es necesario incorporarlas a nuestro régimen de
vida cotidiano.
Poniendo en práctica los consejos que hemos descrito y
explicado, una persona estará en condiciones de integrarse
perfectamente a la sociedad y captar el afecto y el amor de
los otros seres humanos. Son normas esenciales, capaces
de transformar íntegramente a una persona. Para
adjudicarse este beneficio sólo se requiere toma de
conciencia y puesta en práctica de los cánones
mencionados.
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Índice
Capítulo I
El fundamento intrínseco de la felicidad
Una introspección íntima y profunda
El magnetismo del amor
La esencia de los buenos modales
Los frutos del cultivo moral
Capitulo II
El fundamento del saludo
Energía positiva generada mediante el saludo
Una síntesis de salutación amable
Demostración de cortesía en el saludo
Saludar estrechándose la mano
La fuente de todo suceso
Sensación de afecto transmitida a través del saludo
Una despedida amable enmarca la amistad
Cómo se demuestran el respeto y el afecto
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Capítulo III
La expresión del estado de ánimo
La transmisión de la alegría rompe todos los cerrojos
Capítulo IV
El respeto de las sensibilidades
La consideración del pensamiento ajeno
Capítulo V
El efecto contraproducente de las difamaciones
La corrección del habla
La purificación del alma
El proceso de la rectificación
Sociabilidad, la base del amor y la paz
Conciencia de paz y amor
Capítulo VI
La modulación correcta de la voz
LA MÍSTICA DE LOS BUENOS MODALES
81
Capítulo VII
El fundamento intrínseco de la humildad
Signos de grandeza
La clave de la continuidad
Un instrumento sublime
Capítulo VIII
La conducta en la mesa
La distribución idónea de los órganos del provecho
Un rostro radiante
La elevación suprema de un ser humano
La mesa, fuente energética y espiritual
Pautas de buenos modales en la mesa
Capítulo IX
La pureza de los labios
Un relato estremecedor
LA MÍSTICA DE LOS BUENOS MODALES
82
Capítulo X
Síntesis de los medios que conducen a la felicidad