UNIVERSIDAD SAN FRANCISCO DE QUITO USFQ
Colegio de Comunicación y Artes Contemporáneas
Naturaleza Envolvente: Vidas y Acciones
Interconectadas
Proyecto de investigación
Maira Alejandra Hidalgo Soria
Artes Contemporáneas
Trabajo de titulación presentado como requisito
para la obtención del titulo de:
Licenciada en Artes Contemporáneas con mención en Ilustración
Quito, 12 de diciembre del 2017
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UNIVERSIDAD SAN FRANCISCO DE QUITO USFQ
COLEGIO DE COMUNICACIÓN Y ARTES
CONTEMPORÁNEAS
HOJA DE CALIFICACION DE TRABAJO DE TITULACION
Naturaleza Envolvente:
Vidas y Acciones Interconectadas
Maira Alejandra Hidalgo Soria
Calificación:
Nombre del profesor, Título académico: Ana María Garzón Mantilla. M.A.
Firma del profesor
Quito, 12 de diciembre del 2017
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Derechos de Autor
Por medio del presente documento certifico que he leido todas las Politicas y
Manuales de la Universidad San Francisco de Quito USFQ, incluyendo la Politica de
Propiedad Intelectual USFQ, y estoy de acuerdo con su contenido, por lo que los
derechos de propiedad intelectual del presente trabajo quedan sujetos a lo dispuesto en
esas Politicas.
Asimismo, autorizo a la USFQ para que realice la digitalizacion y publicacion de
este trabajo en el repositorio virtual, de conformidad a lo dispuesto en el Art. 144 de la
Ley Organica de Educacion Superior.
Firma del estudiante:
Nombres y apellidos: Maira Alejandra Hidalgo Soria
Codigo: 00118201
Cedula de Identidad: 1719243113
Lugar y fecha: Quito, 12 de diciembre del 2017
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AGRADECIMIENTOS
El agradecimiento más grande a mi familia, por acompañarme y apoyarme en cada
búsqueda con el mejor criterio, paciencia y cariño. De igual forma, agradezco a mis
grandes maestros en la universidad que compartieron conmigo su luz y sus
conocimientos en cada campo y pudieron guiarme de la mejor manera no solo en las
artes, sino también en la vida; muchas gracias por sus consejos y aliento siempre. Y
finalmente, infinitas gracias a mis amigos y amigas que durante varios años han sido un
soporte, un ejemplo y una compañía invaluable.
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RESUMEN
El presente proyecto se enfoca en analizar nuestra relación como seres humanos con la naturaleza desde diferentes perspectivas artísticas, sociales, filosóficas y prácticas. La investigación teórica transcurre desde la concepción de la naturaleza en distintas etapas del arte hasta la contemporaneidad transdisciplinaria. Pasa así a considerar un arte que dialoga con un mundo posthumanista que a la vez se entiende como supersistémico en el que los posicionamientos de los seres humanos divergen en cuanto a sus acciones. La búsqueda por comprender mejor al mundo no humano frente al humano nos lleva a considerar algunas alternativas de sustentabilidad como herramientas de cambio social que pueden posibilitar el mejoramiento del equilibrio ambiental. En este punto la permacultura surge como una de las alternativas más envolventes y posibles dentro de la sociedad. Este proyecto pretende, por tanto, tomar a la permacultura como base de creación artística, y difundir por medio de obras y de la exhibición de las mismas una manera más consciente de ver nuestra relación intrínseca con el medio natural. Palabras Clave: Arte, naturaleza, posthumanismo, permacultura, sustentabilidad,
pensamiento sistémico.
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ABSTRACT
The present project focuses on analyzing our relationship as human beings with nature from different artistic, social, philosophical and practical perspectives. The theoretical research goes from the conception of nature in different stages of art to the transdisciplinary contemporaneity. It goes on to consider an art that dialogues with a posthumanist world that is also understood as supersystemic in which the human positions diverge in terms of their actions. The search for a better understanding of the non-human versus the human world leads us to consider some sustainability alternatives as tools of social change that can enable the improvement of the environmental balance. At this point permaculture emerges as one of the most encompassing and possible alternatives within society. This project, therefore, aims to take permaculture as the basis of artistic creation, and to disseminate through art works and the exhibition of them a more conscious way of seeing our intrinsic relationship with the natural environment.
Key Words: Art, nature, posthumanism, permaculture, sustainnability, sitemic thinking.
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TABLA DE CONTENIDO
Introducción ......................................................................................................................... 8
Capítulo I …………..............................................................................................................
- Múltiple Perspectiva Natural...................................................................... 13
Capítulo II .………..............................................................................................................
- Creación y Pensamientos Sistémicos....................................................... 22
Capítulo III ..……................................................................................................................
- Dinamismo Sustentable................................................................................ 29
Capítulo IV ..……................................................................................................................
- Permacultura, un Constante Cambio Consciente................................. 37
Capítulo V ..…….................................................................................................................
- Asimilando Nuestra Relación….................................................................. 46
Conclusiones ...................................................................................................................... 54
Anexos .................................................................................................................................. 57
Referencias Bibliográficas ............................................................................................ 77
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INTRODUCCIÓN
Indagar las diversas concepciones de la naturaleza y su relación con el ser
humano a partir de su inscripción dentro de contextos artísticos a nivel histórico y
contemporáneo conlleva una extensa investigación de conceptualizaciones lingüísticas,
teórica, sociales e incluso políticas. De manera inicial surgen varios cuestionamientos en
torno al tema, siendo algunos de ellos: ¿cómo la relación o involucramiento del ser
humano en temas concernientes a la naturaleza se transforma en confrontaciones
personales de consciencia? o ¿cómo, a partir de estas confrontaciones, se puede
evidenciar una infinitud de redes e interrelaciones en el mundo no consideradas hasta
entonces? Involucramiento que desde distintas perspectivas según varios teóricos y
artistas (i.e. Albelda, 2004; Sherk, 1997; Halley, 1983; Latour, 2011) ha ido decreciendo
a partir de la producción en masa y el acelerado crecimiento de civilizaciones y
tecnologías, generándose así en la sociedad (en mayor rango urbana) una progresiva
desvinculación con los procesos de producción, así como con los funcionamiento y ciclos
naturales que acompañan tales procesos. Desconexión asimismo con la comprensión de
las escalas de los alcances de las acciones de los seres humanos en una era del
“antropoceno”, reconocido por ver a la naturaleza como vulnerable frente a una gran
“humanidad modeladora.” (Latour, 2011, p.68)
Entablar un contacto reflexivo con el complejo sistema que engloba el término
naturaleza (cuya conceptualización se intentará discernir más adelante) además de
evidenciar ciertos sistemas de interdependencias, estereotipos hacia el mundo natural y
dicotomías entre los posicionamientos antropocéntricos que disponen por un lado al ser
humano como conjunto modificador del planeta, y por otro, a una naturaleza que de
igual forma tiene el poder de alterar nuestro comportamiento, evidencia conflictos
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ecológicos y éticos a considerar. Es así que haciendo una recuento sobre las
conceptualizaciones en torno a la relación del ser humano y la naturaleza, este proyecto
artístico, teórico y práctico busca inquirir el reconocimiento de procesos y conexiones
tanto naturales como sociales a través de la posible consideración de “una naturaleza
que se involucra dinámicamente en la creación e interpretación de la experiencia
humana y el significado, dentro de la cual las personas desarrollan relaciones activas,
posiblemente recíprocas.” (Cianchi, J. 2015, p. 28)
En referencia a los sistemas, relaciones y la participación del ser humano frente al
medio ambiente y la naturaleza en sí, Gregory Bateson menciona en su texto Steps to an
Ecology Mind al psiquiatra Ronald David Laing, quien señalaba que “lo obvio puede ser
muy difícil de ver para la gente”, esto se debe a que:
La gente es un sistema de auto-trabajo. Son auto-correctivos frente a la perturbación y si lo obvio no es de un tipo que puedan asimilar fácilmente sin disturbios internos, sus mecanismos de auto-corrección trabajan para desviarlo, ocultarlo, incluso hasta el punto de cerrar los ojos si es necesario, o cerrando varias partes del proceso o percepción. (1972, p. 86)
A partir de esta cita pensamos en ese mecanismo de auto-corrección inmerso en la
sociedad contemporánea, preguntándonos ¿qué es tan obvio en nuestra sociedad que
nos negamos a ver? Actualmente, de mayor manera en zonas urbanas, la obviedad de los
sistemas naturales y conflictos ambientales ya no es tan evidente. Dichas obviedades
imperceptibles están estipuladas dentro de lo que describe el sociólogo Ulrich Beck
como riesgo y sociedad del riesgo. Según Beck gran parte de los sociólogos consideran
un imaginario en el que solamente existe la sociedad, cegándose u obviando desafíos
“ecológicos y tecnológicos” que son “consecuencias imprevistas” de una modernidad,
lineal e industrial hasta ahora manejada, cuyos efectos nos llevan a lo que él llama la
segunda modernidad. Una modernidad radicalizada que cambia la estabilidad y control
esperados, así como los paradigmas y marcos referenciales. Nos negamos a ver, por
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tanto, que la creencia de autosuficiencia y autorreferencialidad que nos inculcaron en
ese modelo de modernización occidentalizado se está desmoronando. (Beck, 2002, p. 2-
6)
Inconscientemente ocultamos la compatibilidad entre conceptos como la
sociedad y la naturaleza, ya que los seres humanos tendemos a considerarnos cada vez
más “autónomos” o en ciertos casos superiores ante el resto de especies y ante los
ecosistemas que habitamos. (i.e. Vidal, 2006; Beck, 2002; Cianchi,2015; Lovelock, 1985)
Eduardo Kohn, autor de How Forest Think, coincide al expresar que “no somos capaces
de ver la multitud de maneras en que las personas están conectadas a un mundo más
amplio de la vida, o cómo esta conexión fundamental cambia lo que podría significar ser
humano.” (2013, p. 6)
En palabras del filósofo y antropólogo Bruno Latour, quien a su vez cita a Clive
Hamilton para referirse a nuestra negación ante los problemas ambientales, “en cierto
sentido todos somos negadores del cambio climático, en la medida en que no logramos
captar el personaje colectivo: el anthropos presente en el antropoceno, lo “humano” de
la catástrofe “producida por el hombre”. Esto se refiere a que el humano responsable al
que se le carga la responsabilidad de los cambios climáticos no es alguien que se pueda
reconocer, por lo cual es más recurrente que ante la culpa colectiva tendamos a ignorar
y negar los problemas, ahondando la desconexión. (Latour, 2011, p. 69)
Este proyecto, por tanto, pretende comprender las estructuras o agencias de
elementos y organismos de la naturaleza o el mundo “no-humano”. Discernir de igual
manera, la postura del ser humano frente a estos mundos “externos” en especial
mediante alternativas creativas que abran potenciales caminos de entendimiento y
acercamiento hacia la relación del arte con la ecología, así como la importante
correspondencia entre la naturaleza con la economía, la tecnología, y la cultura. Mientras
11
que paralelamente puedan proponer lenguajes más orgánicos de creación que dialoguen
con alternativas de sustentabilidad ambiental y estructuras de vida igualitarias.
Tomando en cuenta que las implicaciones y consecuencias en la naturaleza y nuestra
vida como seres humanos dentro de la cultura y la sociedad se afectan mutuamente.
(Demos, 2016, p.8-10)
Dada la contextualización anterior, este proyecto es una búsqueda estructurada
dentro de cuatro capítulos “Arte y Naturaleza”, “Procesos Creativos y Pensamientos
Sistémicos”, “Alternativas Sustentables”, y “Permacultura y Contexto Local” orientados a
profundizar en discursos y propuestas dentro del campo cultural y artístico que
consideren la relación y posición del ser humano y naturaleza en la actualidad. En “Arte
y Naturaleza” planteo un repaso sobre las múltiples definiciones de naturaleza, ser
humano y no-humano desde una perspectiva antropocentrista que se ve
complementado con un recuento histórico de la relación entre estos elementos y su
fuerte vínculo con el arte. Continuando con este vínculo, el capítulo de “Procesos
Creativos y Pensamientos Sistémicos” refuerza el reconocimiento del vínculo del ser
humano con procesos, ciclos y sistemas naturales, y un accionar a partir de estos
saberes. Se adentra en la comprensión de un mundo reconocido como un supersistema
dinámico conformado por funciones individuales y redes sistémicas entre seres dentro
de cada ecosistema en pro del balance natural.
“Alternativas Sustentables”, por su parte, indaga inicialmente la
conceptualización de la vida intentando entender ciertas articulaciones y separaciones
inevitables dentro de las teorizaciones de la misma. Progresivamente encuentra
relaciones con la cultura y su desarrollo en relación al medio ambiente. Así surge la
sustentabilidad como concepto base para repensar la creación artística a través de
varios exponentes teóricos. Sustentabilidad que se basa en iniciativas de desarrollos
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integrales y acciones responsables con la comunidad y el medio ambiente. Finalmente, el
capítulo de “Permacultura y Contexto Local” propone indagar las acciones concretas en
la actualidad que parten de ideales permaculturales integradores y conscientes. Analiza
así las definiciones y aspiraciones del modelo permacultural a nivel global y sus
aplicaciones a nivel nacional, como un camino que enlaza al medio ambiente, los seres
humanos y la cultura.
Este proyecto se complementa con la experimentación práctica, ilustrativa e
investigativa dentro del contexto social y permacultural de Quito como una metrópolis
en donde las propuestas comprometidas con generar vínculos más conscientes y
saludables con la vida y la naturaleza está en constante crecimiento. Se trata de una
indagación que pretende responder de manera consciente y activa ante ciertos discursos
separacionistas en los cuales se impone un colectivo humano “autosuficiente”
independiente excluido de la naturaleza, y a la vez profundizar la idea de convivencia
entre seres humanos y no humanos en la naturaleza. Teniendo como sustento todas las
teorías tratadas se las intenta contextualizar en obras que rescaten el devenir de una
aparente utopía relacional entre ser humano, naturaleza, arte y cultura que en la
actualidad va tomando forma. Finalmente, a través de ilustraciones y propuestas
artísticas se intentará plasmar invaluables interrelaciones, redes, sistemas y alternativas
sustentables que a la vez responden a patrones tanto visuales y estructurales como
funcionales y procesuales.
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Capítulo 1
Múltiple Perspectiva Natural
“el mundo en que vivimos es una revelación que puede ser "leída",
experimentada. todo lo que experimentamos o somos capaces de
experimentar es significativo para sí mismo y para todo. podemos
encontrar esta significación en todas partes alrededor de nosotros. pero
como los plásticos, los automóviles, las computadoras y los helados tienen
en primer lugar de importancia para nuestra vida humana y nuestra
cultura, las plantas, los árboles, los pájaros que vuelan, la tierra y los
arroyos de agua tienen una importancia más general, porque forman
parte de nuestro sistema de realidad primaria, la naturaleza. que muchos
de nosotros no sepamos nada más de esta realidad primaria es dramático,
hace la vida pobre, hace la cultura pobre, pero no cambia la actualidad de
su primaridad.”
herman de vries
La realidad primaria, naturaleza, de la que habla el artista herman de vries, autor
de the world we live in is a revelation, ha intrigado a lo largo de la historia a muchos
científicos, inspirado a muchos artistas, y generado diálogos y controversias en torno a
ella. La naturaleza, según Fernando Cono Vidal, autor de La Actitud ante la Naturaleza en
el Arte Actual, es una “forma de organización, con una o muchas políticas diversas en la
que todos estamos incluidos.” (Vidal, 2006) Actualmente los vínculos con la naturaleza
en la sociedad han menguado a causa de un creciente contacto con construcciones
mediáticas, culturales y tecnológicas de una naturaleza intangible. (Albelda, 2004, p.
111) Es decir, que nuestra idea de lo que es naturaleza muchas veces ya no viene de un
contacto directo con ella sino de construcciones de la misma. Por lo que se vuelve un
objetivo el poder considerar al arte como un medio para discernir estos vínculos y
brechas entre la sociedad y la naturaleza.
En relación a esta forma de organización natural y nuestra postura como seres
humanos ante ella, en la década de los 70 la artista Bonnie Sherk, autora de Crossroads
Comunity: The Farm expresó:
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Parece que algunas pistas para nuestra posible, positiva supervivencia como especies puede encontrarse envolviéndonos a nosotros mismos en el proceso creativo humano (arte) y reexaminando nuestro lugar como criaturas humanas en relación a otras formas de vida, y entendiendo y comunicándonos con esos sistemas y formas de vida de una manera más sensitiva y consciente. (1977, p.165 )
Sherk remarcó asimismo que todo lo que se encuentra en el campo está implícito en la
ciudad, haciendo referencia a sistemas y formas (macro y micro); siendo a la vez, los
entornos urbanos dominados por “excesos tecnológicos” que quebrantan nuestros
espacios y realidades vivenciales de tal manera que ya es complejo identificar y
experimentar los sistemas. (1977, p. 165) Los procesos y sistemas que nos conforman y
nos rodean reflejan una conexión existente y latente con el entorno natural, cuya fuerza
descansa en la manera con la cual los reconocemos y reincorporamos a nuestro diario
existir. Un existir que se refiere a nuestra capacidad de observar, reconocer, accionar de
manera que habitemos, o mejor dicho, cohabitemos conscientemente en nuestro medio.
Pero antes de continuar analizando el posicionamiento del arte frente a estos
vinculos, es importante preguntamos ¿a que realmente estamos considerando como
naturaleza? Sin antes olvidar una cita de James Lovelock, quien piensa que “aunque en si
mismas inertes, las construcciones realizadas por un ser vivo contienen un verdadero
caudal de informacion sobre las necesidades e intenciones de su constructor.” (1985,
p.32)
Jeffrey Kastner, escritor y editor de varios textos sobre Land y Environmental Art,
menciona en el libro Nature que la naturaleza es justamente “un sistema del que somos
fundamentalmente nativos, pero inevitablemente estamos separados de; que nos
produce, tal como nosotros (física, conceptualmente, discursivamente) lo producimos.”
(2012, p.14) Pero al mismo tiempo, así como lo comenta Vidal, volvernos conscientes de
los procesos y sistemas naturales (externos) hace inevitable el volvernos más
15
conscientes de nosotros mismos, nuestros propios procesos. (Vidal, 2006) John Cianchi,
autor del libro Radical Environmentalism cita a los teóricos Phil Macnaghten y John Urry,
quienes extrapolan las ideas de la naturaleza hacia la manera en cómo pensamos de
nosotros mismos. “Se plantea la cuestión de si, y de qué maneras, y por medio de qué
formas, las ideas de la naturaleza reconstruyen la identidad y nuestro sentido de
nosotros mismos como parte de, o alejados de, la naturaleza (1998: 95).” (2015, p.31)
Al adentrarnos en definiciones de naturaleza, Adrian Franklin, antropólogo citado
por Cianchi, comenta que “naturaleza es una palabra generalmente usada para describir
el mundo natural, no humano o material, el carácter natural de algo, o el
comportamiento innato”; de igual forma se lo confunde frecuentemente con “el entorno
no humano y las preocupaciones del ambientalismo (Franklin 2002).” (2015, p.29) Al
mismo tiempo reconocemos que actualmente mantenemos una primera asociación
estereotipada de naturaleza como la “naturaleza externa”, el “Otro” inalterado,
originario, primario, orgánico, refiriéndonos al medio ambiente, sus elementos, ciclos,
fuerza, y adaptaciones. Siendo tan externa que se presta a intrusiones tal como T. J.
Demos cita a Neil Smith cuando observa que “la naturaleza y la sociedad mueren en el
torpor conceptual recíproco", pues "la posición de una naturaleza externa racionaliza y
justifica la explotación sin precedentes de la naturaleza ... [que es] la “gran raqueta” que
el capitalismo, históricamente y geográficamente, representa”. (2009, p. 20)
Nosotros, los seres humanos, hemos desarrollado una postura sumamente
antropocéntrica y hegemónica ante ese entorno natural disociando nuestra
participación directa dentro del mismo. Lo reafirma José Albelda, autor de Territorios,
caminos y senderos, cuando expresa que “nunca una especie había sido tan dominante,
nunca hasta el punto de adaptar a sus deseos la mayor parte del territorio.” (2006, p.)
16
Cianchi también hace referencia al teórico Graham Harvey, quien considera que “la
naturaleza es un concepto o perspectiva de algunas culturas, cuando estas se distinguen
aparte de su entorno, y denominan a la naturaleza como un “sinónimo de otras culturas
y sociedades no humanas”. (2015, p.30) Se habla entonces de una idea de dominio del
mundo que nos aleja y nos incomunica a los seres humanos de los ciclos y sistemas
naturales que se interrelacionan y se han concebido funcionalmente a lo largo de la
historia.
Las múltiples construcciones de significados culturales y lingüísticos que puede
recibir la naturaleza o el “mundo natural no humano” son explorados a través del arte,
mediante la cual se puede indagar y cuestionar también la idea (no universal) de que la
naturaleza es algo de lo que los seres humanos estamos excluidos, o sobre la cual los
seres humanos tengamos total dominio. (Greider y Garkovich,1994, p.8; Cianchi, 2015)
Partiendo de ese presupuesto ideal de naturaleza como ese externo vulnerable,
aparecen ideas de añoranza, recuperación y reconciliación de la relación del ser humano
con la naturaleza a partir de diversos medios, entre ellos el arte. La relación del arte y la
naturaleza se ha constituido en gran parte de representaciones estéticas, pictóricas e
intervenciones, como un relato o reflejo de la relación y cosmovisión del entorno de cada
cultura. Haciendo un recuento histórico, especialmente occidental, de esta relación arte-
naturaleza, se denotan épocas evolutivas partiendo desde las primeras prácticas
pictóricas hasta alrededor del siglo XIV, conocido como “el Trecento”. En esta época la
presencia del entorno natural en las representaciones no se hacía mayormente presente,
pues se enfatizaba mucho más las figuras humanas y divinidades.
En épocas subsiguientes la relación entre naturaleza y sociedad fue variando y
acentuándose la idea de dominio sobre lo natural (como un elemento ajeno al ser
humano), así se puede rescatar, por ejemplo, “el equilibrado paisajismo holandés del
17
XVII”, o la imponencia tenebrosa de la naturaleza en algunos cuadros de Friedrich y
Turner en el siglo XVIII. (Vidal, F.) Aunque de acuerdo a George Gessert, autor de A Brief
History of Art Involving DNA, los jardines paisajísticos conceptualmente se incluyeron en
el arte en el siglo XVIII con Critique of Judgment de Kant, y a partir de aquello,
organismos vivos pudieron ser considerados componentes del arte. (1996, p.63)
Posterior a estos periodos el arte fue explorando otras etapas como la Pintura del
Realismo y el Naturalismo a mediados del siglo XIX, en los que la relación con la
naturaleza se volvía más próxima de cierta forma en las representaciones, pero las
manifestaciones políticas, sociales y primacía del factor humano en los cuadros seguían
siendo de mayor importancia.
De acuerdo a Peter Halley, autor de Nature and Culture, grandes eventos como la
Revolución Industrial y la Segunda Guerra Mundial influenciaron de manera
trascendental en la relación entre naturaleza, arte y ser humano. (1983, p.100) La
Revolución Industrial trajo consigo profundos cambios tecnológicos, de producción en
masa, mejora del comercio, provocando progresos socioeconómicos importantes. En el
arte este suceso causó también alteraciones tanto filosóficas, ideológicas, como de
estilos y técnicas, surgiendo así, movimientos como el Impresionismo pictórico a finales
del siglo XIX.
Además de la pura representación mimética de los paisajes a lo largo de la
historia del arte, en los últimos siglos fue surgiendo en el arte como una tendencia la
noción de la espacialidad de los entornos y de la consciencia de los procesos biológicos,
sistemas, categorizaciones, y relaciones de organismos que conformaban esos entornos.
(Kastner, J. 2012, p.14) Dentro de todo este proceso industrial también había surgido
para entonces la fotografía, por lo que los pintores intentaban proponer obras que
distaran del realismo fotográfico y sus narrativas. Los artistas impresionistas se
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enfocaban por tanto en plasmar el instante, la luz, y el color a través de pinceladas
sueltas en Plein Air. Este movimiento y sus actitudes reacias a las representaciones
clásicas y miméticas dieron paso a etapas mucho más experimentales como el
Posimpresionismo y las Vanguardias. (1983, p.100) Según Fernando Cano Vidal:
Con los inicios del siglo XX, con el futurismo y otras vanguardias, el arte recoge la fascinación por el entonces prometedor desarrollo de la técnica, que desplazará definitivamente el protagonismo de una naturaleza azarosa en la conformación del entorno y en el diseño de nuestras vidas. ( 2016)
Para entonces, en occidente el arte tenía, según Halley, ideas dominantes que se regían
por filosofías fenomenológicas, existencialistas e influencias del pensamiento de Carl
Jung, en las cuales primaba una supremacía del “individuo”. Existía por tanto una
“preocupación tardía del industrialismo que defendía el individuo y una naturaleza
absoluta donde el individuo podía actuar.”(1983, p.99) Los artistas asumen una postura
heroica de que “el arte era capaz de reunir a los humanos, para liberar potencialidades
ocultas hasta entonces no realizadas en el ser humano”. (1983, p.101) Con relación a la
naturaleza, este periodo posguerra simbolizó un intento de reencuentro con algunos
“absolutos” (espirituales, oníricos, holísticos, universales) inexplorados mediante
diferentes medios (meditación, “probar el inconsciente universal de Jung”, o el
encontrarse con la madre tierra).
Jan-Erik Sørenstuen, autor de Dancing Flowers – to discover nature through art,
and art through nature, se refiere a la década de los 60 como una etapa en la que
“algunos artistas comenzaron a reaccionar contra el creciente comercialismo del arte”,
evolucionando la relación entre arte y naturaleza como una fuerte corriente,
reafirmando el anhelo de los artistas por distanciarse de las fuerzas del mercado que
ataban al arte. (2009, p.) A la vez es un periodo de paisaje, haciendo referencia al
expresionismo abstracto, el cual continúa, con el movimiento de Color Field y da paso a
19
movimientos como Earth Art o Land Art, a finales de los años 60 y 70, que buscan de una
manera mucho más literal retornar “conscientemente” a la madre tierra. (1983, p.99)
Claire Bishop, historiadora y crítica de arte, comenta en Remote Possibilities: Land Art’s
Changing Terrain, que los artistas de Land Art de finales de los 60 y 70 “pueden ser
encuadrados dentro de un campo expandido de escultura”. A finales de los 60 animales,
plantas, y hábitats enteros constituyeron varias obras, (Gessert, 1996) para después
desarrollarse gestos “post-minimalistas” de un arte de territorio y Environmental Art.
Ya a finales de los 70 y en los 80 el arte vive en una era de comunicación de
masas, se dan varias polaridades en el medio y se cuestiona el “genio artístico” y la
originalidad por medio de repeticiones y una cultura de producción, Halley escribe al
respecto:
El estructuralismo y el nuevo arte reflejan una transición de una sociedad industrial a una posindustrial; de una sociedad de mercados en expansión a una sociedad de crecimiento estancado en la que la riqueza es más redistribuida que creada; de una cultura en la que la producción, innovación e individualismo son mitologizadas en el nombre de la creatividad a una sociedad que enfatiza la manipulación de lo que ya existe, siendo esto signos del capital o culturales. (1983, p.101)
Conjuntamente a todas estas variantes en el campo artístico, la relación arte, naturaleza
y ser humano tuvo influencias de campos como la ecología y discursos políticos anti
institucionales que ya a partir de los 80 indujeron a pensar en procesos artísticos
transdisciplinarios más acordes con las condiciones, sistemas y ciclos de vida que se
relacionaban también con nuevas tecnologías y otros campos científicos. (Kastner,
2012) Según Bishop, los artistas en la actualidad que trabajan con la relación arte y
naturaleza “trabajan dentro de un campo interdisciplinario expandido más propenso a
involucrar la investigación como geógrafo, trabajador social, antropólogo, activista o
arquitecto experimental”. Estos artistas introducen en sus obras discursos políticos y
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sociales que son parte de los paisajes, pero recalca que todavía existen también artistas
cuyo interés es puramente la “estética del paisaje remoto”(2005, p.107)
Por otro lado, Albelda explica la categorización de artistas que trabajan con el
territorio, como aquellos cuya intervención busca evidenciar un problema de manera
monumental sin ser necesariamente conscientes de sus alteraciones en el entorno, y
paralelamente están aquellos quienes realizan pequeñas intervenciones que dialogan y
respetan el medio como una naturaleza “venerada y museable” aludiendo a “la
preservación, la posibilidad de un hacer equilibrado, y un intercambio sin destrucción”.
(2006, p. 26) Por otro lado, Pamela M. Lee, historiadora de arte, complementa el
comentario de Bishop en el mismo artículo de Remote Possibilities: Land Art’s Changing
Terrain haciendo una retrospección histórica, en la que resalta que las intervenciones
artísticas en el transcurso del tiempo han sido en su mayoría enfocadas en “un
compromiso crítico con los términos de la mediación artística, organizado alrededor de
instituciones o formas de medios” más que por volver a las raíces de la tierra en sí.
(2005, p.107)
El papel del arte en estas dicotomías conceptuales toma rumbos que introducen
pensamientos más integrales y complejos. Pierre Huyghe, artista que participó en el
diálogo Remote Possibilities: Land Art’s Changing Terrain, comenta que a veces por
romper con los problemas de representaciones exotisantes de la naturaleza, el arte
puede entrar en “una especie de situación de post-representación” que juegue con
valores de uso práctico y social en las obras. Como respuesta a estas ideas Rirkrit
Tiravanija, artista contemporáneo, hace alusión a su obra Land, la cual está más
interesada en el terreno como un medio para la interacción dentro de la esfera cotidiana.
Tiravanija comenta, “no fomentamos los trabajos en la tierra a menos que podamos
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comer, beber o vivir de ellos, en este punto estamos más interesados en infraestructura
sostenible que escultura al aire libre.” (2005, p. 111-112)
Pero, como expresa Tim Griffin, editor en jefe de la revista Artforum, los
componentes de uso, sociales o colaborativos, que las obras pueden adoptar no impiden
que aún existan de la mano exploraciones estéticas o hasta románticas de la figura del
paisaje o de la concepción artísticas de la naturaleza. (2005, p. 112) Este factor
participativo y social que acoge como tendencia el arte también toma en cuenta y se
enfoca cada vez más en la gran red de sistemas, interrelaciones y dinámicas entre
formas de vida, sustancias inertes y condiciones ambientales dentro del funcionamiento
de los ecosistemas, por lo que genera vínculos de transdisciplinariedad que aportan a la
manera de ver y entender a la naturaleza. (Weintraub, 2014)
Las múltiples políticas de la naturaleza y de la sociedad son parte de una forma
de organización de la cual todos formamos parte, y representa una realidad algo
fragmentada en donde el arte experimenta campos expandidos interdisciplinarios que la
posicionan como un fuerte tendencia en la actualidad. Arte que tras varios cambios
ideológicos y filosóficos incentiva el repensar nuestro posicionamiento ante la
naturaleza y lo no-humano, así como la comunicación con otras formas de vida. La
exploración histórica y conceptual de la relación entre ser humano y naturaleza vista
hasta ahora aporta una perspectiva introductoria más amplia de nuestra concepción
hacia la misma. Mientras que la evolución de esta relación expone las comunes
asociaciones de lo que es naturaleza y la inevitable condición de consciencia de nosotros
mismos y nuestro entorno al separarnos de tales estereotipos conectándonos más
directamente con el medio natural no humano.
22
Capítulo 2
Creación y Pensamientos Sistémicos
“Levi Strauss dice que nuestro error más profundo es que siempre
nosotros nos vemos como los “maestros de la creación”, en el sentido
superior. No somos superiores a otras formas de vida, todas las cosas
vivientes son una expresión de la vida en sí misma. Si podemos ver esa
verdad, podemos ver que todo lo que hacemos a las otras formas de vida
lo hacemos a nosotros mismos. Una cultura que no entiende esto
destruye, sin absoluta necesidad, cualquier cosa viviente.”
Bill Mollison
Con todos los nuevos movimientos y dialécticas con respecto al arte y la
naturaleza concebidos a lo largo de la historia se posicionan algunos pendientes y
cuestionamientos. Surge cierta idea de partir del arte como medio catalizador y repensar
al artista como potencial mediador entre naturaleza y ser humano con posibilidad de
evidenciar, comprender mediante diferentes perspectivas, difundir y contribuir a
menguar ciertos conflictos ambientales y brechas entre las dos parte. (Raquejo &
Parreño, 2015) Así lo expresa José Albelda:
El artista tendría el impagable papel de mostrar a través de sus obras todo aquello que no podemos ver. Ayudarnos a comprender aspectos sistémicos de nuestra relación con lo más estructural de la naturaleza, ampliando la visión científica, tantas veces excluyente, para que el público pueda acercarse a comprender su proyección cultural, el alcance de sus efectos en el diseño del mundo y en la redefinición de los límites del azar. (2006, p. 109)
Se abren por tanto dos paradigmas, por un lado, pese a las propuestas mencionadas
anteriormente, se mantiene una cierta intención aún romántica del papel del arte y el
artista como mediador consciente y generador de cambios, intención que puede incluso
caer en ideas moralistas o moralizantes. Y por otro lado, persiste la continua imposición
humana sobre la naturaleza, que a través del arte se representa en el uso de
componentes vivientes e irrupciones en entornos sin tener presentes las implicaciones y
alteraciones que se producen con el fin de crear una obra. Eso nos lleva a repensar,
23
“¿cómo nuestra cultura va modificando el planeta, y cómo, al mismo tiempo, va
cambiando nuestra percepción de nosotros mismos, y nuestra forma de ser y estar en el
mundo?” (Albelda, 2004)
Uno de los teóricos que se pregunta acerca de la Tierra, la vida, nuestra postura y
las consecuencias de nuestra presencia como seres vivos, humanos, en este planeta es
James Lovelock. Este científico indaga sobre la relación que tenemos (especie animal
humana) con el “complejo sistema de lo vivo y el cambiante equilibrio de poder”,
posicionando a su vez a la naturaleza como una fuerza inteligente ajena a la conquista
(Lovelock, 1985, p. 16). Más adelante regresaremos con las propuestas de Lovelock,
pero antes para comprender nuestra postura en el planeta podemos analizar al entorno
espacial, natural y los organismos que lo habitan (incluidos los humanos) como lo
plantea Jeffrey Kastner, como “productos de ciertos procesos biológicos fundamentales”,
o también entenderlos como “sujetos que se prestan, en mayor o menor grado, a
diversos sistemas de categorización, mapeo, inscripción, creación de redes y más.”
(2012, p. 14)
De esta manera comenzamos a comprender que la tarea de definir a la naturaleza
y la vida que en ella se da es muy compleja tendiendo a articularla y dividirla para
intentar descifrarla. El artista Hans Haacke explica en el texto Aesthetic Systems:
Conversation with Jeanne Siegal que el mundo es un “supersistema con innumerables
subsistemas, cada uno más o menos afectado por todos los demás”. Retomando así la
idea de los sistemas de categorización, el mundo se puede dividir en cuatro categorías
que interactúan entre sí sin ninguna jerarquización, siendo éstas: “el mundo físico,
biológico, social y de comportamiento”. (1971, p. 28)
De igual forma se los puede reconocer como “sistemas auto-correctivos”, como lo
explica Gregory Bateson, antropólogo, científico social, lingüista y cibernético:
24
Sabemos que cuando hablamos de los procesos de la civilización, o valoramos el comportamiento humano; la organización humana, o cualquier sistema biológico, nos interesan los sistemas autocorrectivos. Estos sistemas son siempre conservadores de algo. […] Alfred Russel Wallace1 vio el asunto correctamente, y la selección natural actúa principalmente para mantener constante esa variable compleja que llamamos "supervivencia". (1972, p. 86)
Dentro de este mundo de sistemas y categorizaciones se concibe una vida basada en
encrucijadas redes de interrelaciones. Los artistas Mark Dion y Alexis Rockman hablan
al respecto y lo traducen a diálogos enfocados en problemas ecológicos en donde al
destruir elementos dentro de esas interrelaciones, los procesos naturales que mantienen
el ciclo de vida se ven amenazados. (1996, p. 157) Rockman considera a los elementos y
organismos de la naturaleza parte de una ambivalencia en la cual el ser humano toma
una postura de “arrogancia y vulnerabilidad” ante el resto de organismos que resienten
esta condición y son incluso vistos simbólicamente como especies “marginadas,
despiadadas y fuera de control”. (1996, p. 158) Según Dion “estas criaturas son
recordatorios constantes de nuestra parte en el contacto biológico” y de “nuestra
incapacidad para controlar la naturaleza” por tanto se da una especie de negación hacia
ese contacto biológico con otras especies. Dion refuerza este pensar comentando que “de
la misma manera que nuestra cultura no reconoce la mierda, se distancia de la
producción de alimentos o niega los procesos de envejecimiento, estos animales nos
recuerdan que también nosotros somos animales, y por lo tanto, mortales.” (1996, p.
158)
En relación a las interconexiones, Latour comenta que la desvinculación que
experimentamos ante los procesos humanos y naturales se podría librar reconociendo
las escalas que van de lo global a lo local. Expresa que según él, “las cosas no se ordenan
por tamaño como si fueran cajas dentro de cajas. Más bien se ordenan por grado de 1 Alfred Russel Wallace: Científico que propuesto una teoría de evolución a través de la selección natural
independiente de la de Charles Darwin
25
conexión, como si fueran nodos conectados a otros nodos.” Por tanto se refiere al globo
terráqueo como un modelo a escala repleto de redes que se conectan con estaciones
recopiladoras de información. (2011, p. 70-71)
Todas estas ideas se ven contenidas a su vez en la teoria de la existencia de Gaia
planteada por el ya mencionado cientifico James Lovelock. Gaia entendida como un
sistema complejo conformado por el “suelo, oceanos, atmosfera y biosfera” que “puede
considerarse como un organismo individual capaz de mantener las condiciones que
hacen posible la vida en nuestro planeta.” Lovelock propone la consideración de la
biósfera como una “entidad autorregulada con capacidad para mantener la salud de
nuestro planeta mediante el control del entorno quimico y el fisico” y pensar tambien en
“la atmosfera como una extension dinamica de la biosfera misma.” Por tanto el
planteamiento de un mundo supersistémico interconectado se refuerza con la idea de
Gaia, en la cual todo el conjunto de seres vivos terrestres, desde el mas pequen o hasta el
mas grande, puede ser una “entidad viviente capaz de transformar la atmosfera del
planeta para adecuarla a sus necesidades globales y dotada de facultades y poderes que
exceden con mucho a los que poseen sus partes constitutivas.” (Lovelock, 1985, p. 4-14)
En el texto Introduction to Environmental Art la artista y curadora Linda
Weintraub explica que existe una “creciente evidencia de la correlación entre las
acciones asertivas de los seres humanos y la interrupción de las funciones del sistema
ecológico”, lo cual está provocando cambios de consciencia y de percepción del entorno
natural. (2014, p. 2) Por esta razón las intervenciones artísticas, por una parte, se nutren
de una amplia tradición dentro de relación con la naturaleza, y por otra, se enriquecen
de la continua evolución de medios, indagaciones, géneros, tecnologías y pensamientos.
De estos planteamientos surgen intereses ligados a ecología, impactos ambientales o
éticas en las que el ser humano se encuadra frente a estos marcos planetarios. De
26
acuerdo a Weintraub, dentro de estas exploraciones se encuentran algunos artistas
denominados “eco-artistas” 2, los cuales escogen diferentes campos de expresión,
adoptando cada uno entre tres categorías de medios:
Uno utiliza la savia, el polen, las plumas, la corteza, el hueso, las ramas, las piedras, y los otros ingredientes innumerables que explican el almacén maravilloso de la materialidad en la tierra. Otro se basa en una profusión de materiales manufacturados desechados y degradados. Un tercero explora la gran variedad de plantas vivas, microbios y animales. (2014, p. 4)
Los artistas dentro de este campo “ganan con las fuentes de influencia adicionales que
les otorga su profesión”, pues “tienen la libertad de invocar cualquier medio expresivo
que permita la licencia artística” sin el compromiso por cumplir con la verificación o
factibilidad que el medio científico o periodístico requieren. (Weintraub, 2014) Sin
desmerecer en absoluto la seriedad con que se introducen en este medio y las amplias
investigaciones que sustenten a las obras. Con respecto a esta libertad, Mark Dion
comenta que:
Como artistas, tenemos cierta ventaja sobre los métodos convencionales, porque no estamos necesariamente inclinados a aceptar la noción de que el discurso científico debe ser aislado; también, no estamos obligados a producir ecuaciones lógicas que se suman de una manera totalmente racional. Estoy convencido de que nuestro método de organizar la información puede ser mucho más convincente y desafiante. (1991, p. 159)
El arte, por tanto, es una puerta para entender la realidad o representaciones de los
funcionamiento de sistemas naturales y procesos sociales, mediante la comprensión de
la inseparable relación entre ser humano y naturaleza, en donde:
La naturaleza no está a nuestro alrededor; o más bien, no hay que moverse en torno a la naturaleza, que está en todo momento bajo nosotros, incluso en nosotros ... la naturaleza se resiste a la dicotomía, incluso cuando se somete al análisis y a la reflexión. (Cianchi, 2015, p. 32)
2 i.e. Eco-artistas: Olafur Eliasson; Diane Burko; Lorenzo Quinn; Amanda Schachter y Alexander Levi; Naziha Mestaoui; Dan Harvey and Heather Ackroyd.
27
Se desafía así de manera continua a través del arte la suposición hegemónica y
antropocentrista de una naturaleza que se encuentra allá afuera, así como la idea de que
no interactuamos con los sistemas naturales. A la vez cuestionamos la concepción errada
de una naturaleza estática, así como lo expresa Natalie Jeremijenko,
Entender a través del espectáculo de la adaptación, que los animales y los sistemas naturales son dinámicos, no imágenes estáticas que se conserven y conserven, nos da una responsabilidad u oportunidad para cambiar. (Ashlock, 2006, p.189)
Bettina Laville y Jacques Leenhardt escribieron en 1996 un “manifiesto para el medio
ambiente” que acompañó a la exposición “Villette-Amazone” en la “Grande Halle de la
Villette” en París. En este manifiesto procuraban reflexionar sobre “el papel de la cultura
en las transformaciones de nuestras relaciones con el medio ambiente” y repensar al
“ser humano y sus conocimientos en el mismo medio de la naturaleza y no más fuera de
él “(Laville and Leenhardt 1996, p. 15).” Kagan expresa que en el manifiesto se
comentaba cómo algunos artistas del siglo XX comenzaron a construir, tal vez sin
percatarse, nuevas maneras de ver, entender y percibir la naturaleza, contribuyendo al
surgimiento de un arte ecológico alegando que “los ecologistas por desgracia han
renunciado a la imaginación", y llamando a “una «moral de transformación» (ibid.,
p.102), un «nuevo humanismo» fundado en el «fin del antropocentrismo» (ibid., p.97) y
una «movilización del imaginario» (ibid., p.116) con la participación de artistas.” (2011,
p. 14)
El estudiar y comprender los sistemas, interrelaciones e intercomunicaciones
entre componentes humanos y no-humanos activos dentro de cada ecosistema nos
impulsa a visualizar las funciones y agencias que cumplen y que contribuyen en los
balances de la biosfera. Reconocer tales agencias individuales más allá de las agencias
puramente humanas modifica la concepción sociológica desde una “visión de una
28
naturaleza pasiva llena de objetos, a un mundo multifacético y dinámico de variadas
relaciones constitutivas con sujetos no humanos.” Esto permite trascender la relación
ser humano-naturaleza a una exploración hacia animales, plantas y demás actores de la
naturaleza como sujetos antes que como objetos, “lo que a su vez crea la posibilidad de
relación y un sentido de diálogo.” (Cianchi, 2015, p. 34) Y finalmente, es necesario
señalar cómo la transdisciplinariedad del arte que incorpora valores de uso práctico y
social en las obras actúa una corriente cuyo propósito en este contexto es promover una
participación colectiva más acorde con los equilibrios sistémicos naturales.
29
Capítulo 3
Dinamismo Sustentable
“Hemos podido contemplar desde la Luna a nuestro hogar planetario en su orbita
alrededor del Sol y nos hemos dado cuenta repentinamente de que no somos
ciudadanos de un planeta desden able, por despreciable y mezquina que, vista en
primer plano, la contribucion del hombre a este panorama pueda parecer.”
James Lovelock
El intento de comprender la vida siempre ha sido un desafío para nuestra cultura,
tanto que hemos caído en disyuntivas discursivas o conceptuales que nos han dificultado
llegar a definiciones de la misma. Por esta razón es inevitable una constante articulación
y división de conceptos que han llegado en varias ocasiones a dualismos y separaciones
no solo entre seres vivos y seres no vivos, sino en una más profunda separación entre el
ser humano y el resto de seres. Según el filósofo Giorgio Agamben “lo que ha sido
separado y desvanecido, en especie de -divide et impera- permite la construcción de la
unidad de la vida como la articulación jerárquica de una serie de facultades y
oposiciones funcionales”. (2002, p.152). Y en este caso la idea de supremacía en cuanto a
facultades y funciones del ser humano sobre otros seres vivos ha primado en gran parte
de la sociedad actual.
El reto, por tanto, es pensar en el ser humano como el resultado de la
incongruencia de tales articulaciones, e investigar, en palabras de Agamben, no el
misterio abstracto de la conjunción, sino más bien el misterio práctico y político de la
separación. (2002, p.153). Para lo cual nos preguntamos ¿de qué manera el ser humano
ha sido separado del no-humano a niveles incluso ecológicos y socioculturales dentro de
modelos y sistemas globales? ¿Cómo esta separación afecta la convivencia dentro de los
ecosistemas? y ¿Cuáles son las distintas posturas y propuestas por parte del ser humano
para entender e intentar equilibrar tales disociaciones? Cuestionamientos que se
30
analizarán mediante categorizaciones en torno a vida, ser humano, y no-humano que se
contraponen y complementan las unas a las otras. Comprendiendo distintas
perspectivas o posturas que adoptamos frente a elementos naturales y dando paso a la
investigación de alternativas reflexivas y consecuentes dentro de los ecosistemas.
Sacha Kagan autora del texto Art and Sustainability se respalda en algunos
autores para explicar dos posturas en las que encajan algunas de las categorizaciones
mencionadas. Están aquellos que se reconocen como “ecocentristas y “biocentristas”
cuyos intereses se enfocan en “valores y cambios fundamentales en las actitudes
individuales hacia la naturaleza”, y aquellos denominados “tecnocentristas” y “cultura-
centristas” que contrastando a los otros se orientan a un aumento de la eficiencia y la
mejora de la tecnología de una manera más pragmática y colectiva. (2011, p. 11) Estos
términos también son tratados en el libro Radical Environmentalism cuando Rob White
es citado al referirse a las diferentes perspectivas que se tiene de la naturaleza, siendo
estas, “el antropocentrismo, el ecocentrismo y el biocentrismo”. Perspectivas que parten
desde concepciones centradas en el ser humano con tendencia a instrumentalizar a lo no
humano, hacia configuraciones en donde los seres humanos tienen el “mismo valor
moral que especies no humanas”. “Esto supone que la forma en que las personas
perciben la naturaleza puede afectar el contenido de sus experiencias y cómo
responden.” (Cianchi, 2015, p. 32)
Así también reconocemos algunas articulaciones y teorías que dentro de un
contexto socioeconómico posicionan a la naturaleza primordialmente como signo del
principio de producción. Producción que, de acuerdo a Baudrillard (citado por Peter
Halley), implica el principio también de la significación de la naturaleza; “bajo el sello
objetivo de Ciencia, Tecnología y Producción, la Naturaleza se convierte en el gran
Significado, el Gran Referente. Está idealmente cargada con la ‘realidad’; se convierte en
31
Realidad.” (1983, p.101-102) Modelos de producción mencionados igualmente por el
catedrático de Antropología y Geografía David Harvey al contar que a menudo pide a sus
estudiantes principiantes de geografía que consideren de dónde viene su comida,
Recuperar todos los elementos utilizados en la producción de esa comida revela una relación de dependencia de todo un mundo de trabajo social llevado a cabo en muchos lugares diferentes bajo muy diferentes relaciones sociales y condiciones de producción. (1990, p. 40)
Es precisamente este último ejemplo que nos recuerda las múltiples interrelaciones
dentro de los ecosistemas y los quiebres de ciclos, en este caso de los procesos de
producción, en nuestra cultura actual. Así mismo, el antropólogo Eduardo Kohn comenta
que “comer también lleva a las personas en íntima relación con los muchos otros tipos
de seres no humanos que hacen que el bosque sea su hogar” (2013, p. 5). Por tanto
considerar estos aportes que parten de la acción básica de alimentarse es posible
profundizar más en diálogos que trasciendan la pura significación de la misma vida y
naturaleza, y reflexionen acerca de las acciones coherentes y recíprocas dentro de la
relación entre ser humano y naturaleza no humana. En tanto que intentemos entender a
una cultura que cada vez más busca “simular” (en términos de Baudrillard) los
funcionamientos de la naturaleza.
Dentro de esta “simulación” podrían considerarse distintas posibilidades, como
por ejemplo: “El poder de pensamiento, repetido en el computador, la habilidad de crear
vida, lograda química y mecánicamente; y la habilidad para crear espacios por sí mismo
en un circuito binario de dispositivos de animación en computadora.” (Halley, 1983, p.
102) Siendo estos casos, simulaciones enfocadas en logros probablemente encasillados
en un modelo pancista3 y antropocéntrico. Simultáneamente, existen otras maneras en
las que el ser humano comprende e imita reacciones y funcionamientos observados en el
3 Pancismo: Tendencia o actitud de quienes acomodan su comportamiento a lo que creen más conveniente y menos arriesgado para su provecho y tranquilidad
32
medio natural para lograr desarrollos integrales dentro de los ecosistemas donde se
encuentra.
Los indicados procesos de producción y simulación de la naturaleza se enlazan y
convergen dentro de la biomímesis, un concepto que nos acerca a alternativas y acciones
concretas en el modelo de la sustentabilidad. Biomímesis se refiere a “imitar la
naturaleza a la hora de reconstruir los sistemas productivos humanos, con el fin de
hacerlos compatibles con la biosfera.” Este principio es clave para considerar la idea de
sustentabilidad y desarrollo sustentable. Según Jorge Riechmann, autor de varios textos
concernientes a políticas y desarrollos ambientales, “no es que lo natural supere moral o
metafísicamente a lo artificial: es que lleva más tiempo de rodaje” Por tanto, se trata de
una imitación funcional más que moral de una biósfera cuyas interconexiones de
ecosistemas tras millones de años de existencia, convivencia y adaptación han logrado
estabilidades dinámicas entre mecanismos. (Riechmann, 2004, p. 2-4)
Existe una “biomímesis ingenieril”, la cual consiste en encontrar en los procesos
de evolución natural soluciones para su propio desarrollo mecánico. Esta biomímesis
entiende que a través de esos procesos los seres vivos alcanzan a menudo una
perfección funcional que puede ser imitable. Mientras que si consideramos un sentido
más amplio del concepto podremos reconocer también:
Los principios de funcionamiento de la vida en sus diferentes niveles (y en particular en el nivel ecosistémico) con el objetivo de reconstruir los sistemas humanos de manera que encajen armoniosamente en los sistemas naturales. (Riechmann, 2004, p. 2)
A través de esta pretendida imitación en busca de armonía dentro de los procesos
ecosistémicos llegamos a la sustentabilidad. Refiriéndonos en primer lugar y de manera
introductoria a tal sustentabilidad como principio que defiende “el futuro de la
humanidad en términos de su evolución equilibrada, vinculando temas sociales y
33
ecológicos” (Kagan, 2011, p. 10) aunque no solo de la humanidad como se refiere en esta
cita Kagan, sino el futuro y equilibrio de todas las especies, la biosfera, el planeta, Gaia.
Acne Naess, en su texto The Three Great Movements se refirió a este error como:
La urgencia de preservar la naturaleza para las "futuras generaciones", refiriéndose a "futuras generaciones de seres humanos" y no "futuras generaciones de seres vivos" […] es lo que yo, quizás engañosamente, he llamado el movimiento ecológico "superficial", "reforma" o "no profundo" […] las generaciones futuras de no humanos parecen ser valoradas públicamente sólo por el bien de futuros seres humanos. (1992, p. 90)
Quienes discuten sobre sustentabilidad suelen hablar a la par sobre “desarrollo
sustentable”, el cual es un modelo de desarrollo deseado que conjuga una “justicia social,
integridad ecológica y bienestar económico de todos los sistemas vivos del planeta.”
(Kagan, 2011, p. 9) T. J. Demos menciona en su texto The Politics of Sustainability:
Contemporary Art and Ecology al desarrollo sustentable expresado por “Gro Brundtland
en el informe de 1987 de la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo,
Our Common Future” como el “desarrollo que satisface las necesidades del presente sin
comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias
necesidades”. (2009, p. 18)
El desarrollo sustentable dialoga con un mejoramiento económico sustentable,
cuyo surgimiento se dio a partir de dos discursos divergentes conocidos como
"preservacionistas" y "conservacionistas". De esta forma retornamos a una división
inicial en temas de ecología, en este caso de “aquellos (preservacionistas) que ven la
naturaleza como una forma de arte [con una dimensión espiritual propia y que] dan
prioridad a los no humanos" y aquellos (conservacionistas) cuyo interés va por “la
utilidad [de la naturaleza para la humanidad y] favorece a los humanos.” (Kagan, 2011,
p. 9- 13)
34
De acuerdo a Riechmann, algunos planteamientos públicos y gubernamentales de
sustentabilidad recaen en sus discursos en separaciones entre naturaleza y sociedad, se
habla de “un “medio ambiente” circundante y distinto de nosotros”. A la vez que deben
“garantizar” una “sostenibilidad de los hoy muy insostenibles sistemas humanos” antes
que la “sostenibilidad de los sistemas naturales”. Este autor considera por tanto que “no
son los ecosistemas los que están dando problemas, sino las sociedades humanas las que
están chocando violentamente contra los límites biofísicos del planeta.” (Riechmann,
2013, p. 4)
Así vamos comprendiendo que, como lo expresa Jesse Ashlock, autor de Please
Don’t feed the Animals, “la forma de entender el medio ambiente no es como la
naturaleza allá afuera, sino a través de nuestros sistemas políticos y económicos” (2006,
p.187) Se entiende que “la biomímesis es una estrategia de reinserción de los sistemas
humanos dentro de los sistemas naturales” (Riechmann, 2004, p. 2) pero no
precisamente a manera de “éxodo urbano en la naturaleza” (Ballengée, B. 2009, p. 181) o
con una “pretensión de que los animales sean humanos" (Ashlock, J. 2006, p. 186) o
viceversa, sino una reinserción a ciclos de materia y economías sustentables.
Los ecosistemas naturales funcionan a base de economías y metabolismos cíclicos
cerrados de materia en donde cada residuo de un proceso se convierte en la materia
prima de otro. Mientras que Riechmann dice:
La economía industrial capitalista desarrollada en los últimos dos siglos, considerada en relación con los flujos de materia y de energía, es de naturaleza lineal: los recursos quedan desconectados de los residuos, los ciclos no se cierran. (Riechmann, 2004, p. 7)
Ante esta economía industrial actual el modelo de desarrollo y economía sustentable
propone alternativas de biomímesis que consideren “ciclos de materiales cerrados, sin
contaminación y sin toxicidad, movidos por energía solar, y adaptados a la diversidad
35
local,” que a la vez reflexionen sobre la organización de “producción, trabajo y consumo”
para lograr sociedades sustentables.
Es interesante en este momento mencionar de igual forma pensamientos alternos
que no recriminan el proceder humano que se ha dado a partir de la produccion
industrial en masa, para lo cual Lovelock considera que “la contaminacion no es, como
tan a menudo se afirma, producto de la bajeza moral, sino que constituye una
consecuencia inevitable del desenvolvimiento de la vida.” (1985, p. 28) El autor justifica
este enunciado explicando como los sistemas vivientes tienen la necesidad de eliminar al
entorno “productos y energia degradados”. Alega entonces que los comentarios
moralistas e incriminantes estan justificados solamente si no fuesen posibles propuestas
de solucion a los problemas, que ademas logren aprovechar los residuos. Segun
Lovelock, “para la hierba, los escarabajos y hasta los granjeros, el estiercol de vaca no es
contaminacion, sino don valioso. En un mundo sensato, los desechos industriales no
serian proscritos, sino aprovechados”. (Lovelock, 1985, p. 28)
Paralelamente a estas reflexiones, las intervenciones de artistas en torno a temas
de dinamismo ecológico y participación del ser humano en el medio natural se han ido
explorando y acrecentando en los últimos años. Según Demos existe un auge de
“prácticas artísticas y activistas contemporáneas que abordan y negocian el conflicto
ambiental de otras maneras.” Por un lado, se dan investigaciones que tratan la
destrucción ecológica, y por otro, nacen “alternativas creativas que modelan formas de
sustentabilidad ambiental y estructuras de vida igualitarias” (2016, p. 10). Así considera
que:
El arte comprometido con el medio ambiente tiene el potencial de repensar la política y politizar la relación del arte con la ecología, y su reflexiva consideración demuestra que la naturaleza se liga inextricablemente a la economía, la tecnología, la cultura y la ley. (Demos, 2016, p. 8)
36
Sabiendo esto nos volvemos a preguntar ¿cuán separados estamos del mundo no
humano y cuán conscientes estamos de su aporte dentro de nuestra sociedad? Como
hemos visto hasta ahora, los modelos de producción global cada vez más estratificados y
ajenos sin duda nos alejan a gran parte de la sociedad urbana de las realidades de
extracción, tratamiento y elaboración de productos. Mantenemos, de cierta forma, una
desconexión y un desconocimiento de la dependencia tan fuerte que tenemos con la
naturaleza. Separación que conservamos con lo no humano y que ha generado gran
afección en la convivencia dentro de la biósfera. Tanto el equilibrio en los ecosistemas
naturales ante la alta demanda de producción humana como el equilibrio de
“necesidades” humanas se han visto alterados.
Como respuesta a tal desequilibrio existen alternativas que contrarrestan las
posturas de disociación comprometiéndose reflexivamente a accionar generando
diálogos con el medio ambiente y la sociedad. Surgen cambios integrales que incluso
logran enfocarse en mejorar la eficiencia y producción de una manera colectiva a la vez
que valoran la sabiduría natural y la compatibilidad con sistemas productivos naturales
de una manera respetuosa y recíproca. La revisión de alternativas sustentables
ecológicas, sociales y culturales procura entender la posible posición activa del ser
humano dentro del medio ambiente y los alcances de estas acciones al desenvolverse
también en el medio artístico.
37
Capítulo 4
Permacultura, un Constante Cambio Consciente
“Subí al autobús y viajé a lo largo de muchos kilómetros, observando el
mosaico de campos y pequeñas aldeas repartidas a lo largo de la carretera. En
una parada vi una pequeña señal que rezaba: “Utopía”. Allí bajé del autobús y
emprendí la marcha en su busca.”
Masanobu Fukuoka
Entre varias de las alternativas de sustentabilidad que asimilan nuestras acciones
integrales como humanos dentro de la biosfera está la agricultura como base de una
alimentación más consciente y de una relación con la naturaleza más respetuosa y
recíproca. Un ejemplo reconocido a nivel mundial en cuanto a agricultura orgánica y
sustentabilidad es el agricultor y filósofo japonés, Masanobu Fukuoka, quien tras largos
años de aprendizaje en el campo desarrolló un método de agricultura natural que, según el
libro La Revolución de una Brizna de Paja, podría “llegar a invertir la inercia
degenerativa de la agricultura moderna” (Korn, 1978, pág. 2). Varias enseñanzas de
Fukuoka han sido consideradas alrededor del mundo al representar una alternativa
sustentable de agricultura que se basa en la cooperación “con la naturaleza en lugar de
tratar de “mejorarla” mediante su conquista”. (Korn, 1978, pág. 3)
Tal relación cooperativa con lo natural simboliza una forma ideal de vida altruista
y responsable. El doctor Sasha Kagan cita a Moacir Gadotti (presidente del consejo
deliberativo del Instituto Paulo Freire, en Brasil) cuando se refiere a la sustentabilidad
como su anhelo de vivir bien, “la sustentabilidad es un equilibrio dinámico con los
demás y el medio ambiente, es la armonía entre las diferencias (Gadotti 2009, pp. 13-
14)”. (2011, p. 13) Deseo que vincula intrínsecamente el lograr sociedades sustentables
dinámicas con el desarrollo cultural;
Como un sueño compartido, visión y cosmovisión, así como una conversación, la sustentabilidad se revela como un fenómeno cultural, si la "cultura" se entiende
38
como sistema de valores y conjunto de significantes que enmarcan identidades sociales y disposiciones para actuar y creer. (Kagan, 2011, p. 13)
Una propuesta alterna a los modelos de producción global vigentes que abarca estas
dinámicas sustentables, sociales y culturales es la Permacultura, filosofía que defiende
muchas de las aspiraciones de los modelos socioeconómico y ambiental paralelos. El
movimiento permacultural fue desarrollado por Bill Mollison y David Holmgren en
Australia a finales de la década de los 70, consiste en trabajar con la naturaleza y no en
contra de ella a nivel de agricultura y desarrollo social. Según Mollison, “la palabra en sí
es una contracción no sólo de agricultura permanente sino también de cultura
permanente, pues las culturas no pueden sobrevivir por mucho tiempo sin una base
agricultural sostenible y una ética del uso de la tierra.” (1981, p. 1) Por tanto las ideas de
no considerarnos (los seres humanos) externos al medio natural y trabajar
conjuntamente con cada elemento de la naturaleza humana y no humana y sus sistemas,
se ven compiladas en este modelo y forma de vida. “La armonía con la naturaleza sólo es
posible únicamente si abandonamos la idea de superioridad sobre el mundo natural.”
(Mollison, 1981, p. 4)
La Permacultura se enfoca en crear “sistemas ecológicamente correspondientes y
económicamente viables, que provean para sus propias necesidades, no exploten o
contaminen y que sean sostenibles a largo plazo”, esto aplicado a todos los habitantes
del entorno. Por tanto este modelo permite estar más cerca de la extracción, tratamiento
y elaboración de productos, conectando a las personas con más procesos y ciclos
naturales, a la vez que propicia un aprendizaje vivencial tanto personal como de todo el
medio. Mollison explica que lo ideal en esta filosofía es:
Utilizar las cualidades inherentes de las plantas, y los animales combinadas con
las características naturales del paisaje y las estructuras para producir un sistema
39
que soporte la vida para la ciudad o el campo, utilizando la menor área práctica
posible. (Mollison, 1981, p. 4)
En tal caso se procura aprovechar cada espacio de la mejor manera posible para una
mejor eficiencia y producción. Además la observación continua y meditativa de los
sistemas naturales, el reconocimiento de la sabiduría con la que se trabaja la tierra
tradicionalmente y la apertura a la tecnología y aportes científicos son esenciales para
esta alternativa. “La permacultura realmente comienza con una ética o cuidado de la
tierra, entendida como el cuidado de sistemas enteros de tierra y especies”, es decir que
no solo es el cuidado de la tierra sino todo un sistema de cuidado de la tierra, de las
personas y compartir el excedente. (Rose, 2013, p. 1)
En la investigación Permacultura Una Alternativa De Vida Dentro De Los
Parámetros Del Buen Vivir:Estudio de caso en la Casa de Acogida “María Amor” realizado
por Daniela Jara Moscoso para la Universidad de Cuenca, se cita a Holmgren definiendo
más recientemente a la permacultura como “el diseño consciente de paisajes que imiten
los patrones y relaciones encontrados en la naturaleza, mientras generan abundante
comida, fibras y energía para satisfacer las necesidades locales.” (2016, pág. 18)
Recordándonos de este modo la biomímesis como alternativa factible dentro de nuestro
desarrollo como sociedad consciente.
Considerando las necesidades locales y los ideales permaculturales nos
preguntamos, en primer lugar si “¿efectivamente la permacultura es una alternativa que
minimiza los efectos negativos ambientales y sociales que se generan por el alto nivel de
consumo de recursos?” (Jara, 2016, pág. 10) y por otro lado, si ¿a nivel más local está
siendo posible aplicar dichos propósitos más conscientes?
La expansiva y cada vez más estudiada permacultura recopila sustentos que
enfatizan los beneficios de su aplicación en diferentes medios. Según Jara, la
40
permacultura toma como uno de sus referentes el “pensamiento sistémico”.
Pensamiento que se revisó con un capítulo anterior y enfatiza las interrelaciones que
existen entre diferentes elementos de la biósfera para lograr equilibrios integrales en la
misma. Las redes sistémicas en permacultura dan “soporte a toda su estructura en
cuanto que este es un diseño que se basa en las interacciones naturales de sujetos de un
sistema.” (2016, pág. 23)
Alrededor del mundo más proyectos basados en la integralidad que plantea la
permacultura se suman aplicados a cada contexto social y ancestral al reconocer sus
reales beneficios a largo plazo. De igual modo, Jara comenta que actualmente
presenciamos un fenómeno en el cual mayor cantidad de personas de las urbes buscan
participar en “asentamientos sustentables sean éstas eco aldeas o comunidades
indígenas y campesinas, o inclusive en comunidades espirituales que saben concebir de
otra manera el territorio, el alimento, la vivienda, el estudio, la medicina, etc.” con el fin
de aprender más acerca de la “buena relación con el medio y la comunidad.” (2016, pág.
14)
La permacultura es una ciencia, pragmática y técnica, así como filosófica y ética de cómo poder afrontar la crisis global, en cuanto a los recursos naturales, de una manera positiva. Es un camino integral que en primera instancia cada ser humano es responsable de asumirlo y vivirlo (hacerlo realidad) que apuesta a la autonomía del individuo y del grupo en donde está inmerso. (Jara, 2016, pág. 18)
Permacultura entonces puede ser una propuesta de solución ante la errada y pesimista
visión que, según James Lovelock (tratado en el capítulo anterior), se tiene de la
contaminación a nivel mundial (1985, p. 28). Solución en cuanto a que es un modelo que
considera a todos los participantes del medio de manera sistémica, por otro lado, tiene
en cuenta la repartición de los excedentes, así como el uso responsable y provechoso de
41
desechos, y finalmente se trata de una propuesta dispuesta a ser activa, productiva, y
autosustentable a largo plazo.
En Ecuador los impulsos por mejorar los modelos de producción y la
recuperación de procesos más conscientes con el medio ambiente están en incremento.
La mejoría que conlleva la implementación de la filosofía permacultural o alternativas
sustentables ligadas al desarrollo urbanístico, social y medioambiental es reconocida
cada vez por más personas. En grandes ciudades como Quito, Cuenca y Guayaquil los
emprendimientos relacionados con estas alternativas evolucionan más y van
produciendo microcambios. Un ejemplo claro son los proyectos de huertos urbanos - i.e.
Agrupar (Quito), Zumar (Guayaquil), Guardianes de Semillas (a nivel nacional),
Huertomanias (Quito), entre muchos otros - cuyo avance esta impulsado por distintas
entidades gubernamentales e independientes. De acuerdo a Alexandra Rodriguez
Duen as, responsable del Proyecto de Agricultura Urbana Participativa (AGRUPAR):
La agricultura urbana es un concepto dinámico que comprende una variedad de sistemas de subsistencia y medios de vida que van desde la producción primaria al procesamiento de alimentos a nivel familiar artesanal, hasta posicionarse en mercados diferenciados donde se reconoce el valor agregado social y ambiental que genera. (Rodriguez & Proaño, 2016, p. 9)
Entre algunos de los beneficios de la implementación de huertos en zonas urbanas y
aledañas mencionados en el artículo Huertos aportan al ambiente y a la economía de la
familia están: el impulsar una soberanía alimentaria, ser “un elemento clave de las
estrategias destinadas a reducir la huella ecológica de las ciudades”, reducir el traslado
de productos, reducir por tanto la “contaminación atmosférica”, censurar “el uso de
agroquímicos” nocivos para el suelo y nuestra salud, reducir “el volumen de basura
producida por la ciudad” (2015) entre otros. Todos estos beneficios deben ser
considerados cada vez con más atención ya que según datos del Plan Metropolitano de
42
Desarrollo y Ordenamiento Territorial, citado en el texto Quito Siembra: Agricultura
Urbana, en Quito:
La población urbana se duplicó entre los años 1980 al 2000 y según las proyecciones actuales la población aumentará de 2,5 millones a más de 2,8 millones al 2022, por lo que la demanda urbana de alimentos se incrementará y la seguridad alimentaria urbana podría convertirse en un desafío desde el punto de vista de acceso a los alimentos y posibles problemas de suministro. (Rodriguez & Proaño, 2016, p. 15)
En el Distrito Metropolitano de Quito las iniciativas que apoyan el desarrollo
sustentable, el buen vivir y la permacultura son varias. Según la página de la Red de
Guardianes de Semillas “Pichincha es la provincia más activa en la red, principalmente
debido a la gran cantidad de proyectos alternativos nacidos en la zona” (RGS, 2017)
Empezando con las propuestas del municipio como es el proyecto de Agricultura Urbana
Participativa, AGRUPAR, generado mediante la Agencia de Promoción Económica
ConQuito. Proyecto que promueve la autoproducción de alimentos orgánicos para
consumo familiar y “comercialización de excedentes en Bioferias en Quito”. El alcalde de
Quito, Mauricio Rodas, se refiere al respecto:
Este programa ha desembocado en una serie de factores positivos para el desarrollo de la urbe, tales como la creación de empleo, la mejora de ingresos y, principalmente se ha convertido en un aporte a la gestión ambiental del Distrito, gracias al notable incremento de biodiversidad, así como la recuperación de espacios públicos y privados con fines productivos, permitiendo el acceso a alimentos sanos para toda la población. (2016, p. 7)
Énfasis por parte del alcalde que también toma en cuenta las positivas innovaciones
técnicas de “reciclaje y la reutilización de materiales”, mediante las cuales se posibilita la
mejor “gestión ambiental de la ciudad, respetando los saberes ancestrales y brindando
una opción de vida para sus participantes.” (Rodas, 2016, p. 7)
Paralelamente a los esfuerzos del municipio también existen muchas iniciativas
independientes y autogestionadas que están generando amplias redes de acción en la
ciudad. Entre estos distintos emprendimientos están: la Red de Guardianes de Semillas,
43
(“plataforma social que conecta a familias que realizan actividades a favor de las
semillas naturales, la agroecología y la construcción de modelos sostenibles de
vida.”(RGS, 2017))
huertas urbanas y periurbanas agroecológicas (Atuk, Pifo; Allpa Tarpuna, Tumabaco;
Huertomanías, Nayón), eco-aldeas (Tola Chica, Tumbaco), restaurantes con enfoques
permaculturales y orgánicos (Flora Restaurante Perma-Cultural, Tandana) , tiendas de
productos orgánicos (Wayruro), y espacios culturales (La Huerta y la Máquina); por
mencionar unas pocas iniciativas que reunen varios de estos principios para llegar a ser
sustentables. Resaltando que la mayoría de estos espacios promueven ferias, eventos y
talleres constantemente para seguir difundiendo el cambio en la comunidad.
En una entrevista hecha a Doménica Damer, integrante del Proyecto Atuk, ella
comentó que la permacultura es ese ideal que:
Engloba todos los aspectos de la vida, es una cultura que se sostiene en el tiempo. Yo lo que creo, es que el mundo en que vivimos ahora es bien dificil llegar a una total auto sostenibilidad, no es imposible pero si dificil. Creo que es importante reforzar el tema de la comunidad, somos seres sociables y necesitamos una comunidad para poder sostenernos. Todo este proceso es una cuestion social y es un camino que no se acaba, que todo el tiempo va cambiando. Ser autosustentable es ir cambiando. (Damer, 2017, p. 27)
Referente a todo este ámbito ecológico cultural dispuesto a acciones y creaciones, una de
las tendencias del arte contemporáneo se enfoca cada vez más en estas preocupaciones
medioambientales. Desde concepciones como la de Gregory Bateson en 1968 sobre la
ecología como “simultáneamente natural, social y tecnológica, en donde la “salud”
ecológica depende de la civilización y del medio ambiente” (1972), varias prácticas
artísticas se dedicaron a la “compleja interconexión de las ecologías biológicas,
tecnológicas, sociales y políticas que construyen el “medio ambiente”. (Demos, 2009, p.
21)
44
Demos rescata una de las declaraciones de 1972 de György Kepes, fundador del
Centro de Estudios Visuales Avanzados en el MIT, al referirse al arte y la conciencia
ecológica:
La homeostasis4 ambiental a escala global es ahora necesaria para la supervivencia. La imaginación creativa, la sensibilidad artística, pueden [servir] como uno de nuestros dispositivos colectivos, autoreguladores, básicos, que pueden ayudarnos a registrar y rechazar lo que es tóxico en nuestras vidas. (2009, p. 23)
Y es considerando esta disposición autorreguladora colectiva, creativa y artística que
menciona Kepes en esta cita y la posibilidad de llegar a implementarla, sin duda uno de
los engranajes que guían este proyecto. Siendo a la vez uno de los fines el llegar a
comprender la homeostasis de todo un organismo global que puede estar descrito por
James Lovelock como Gaia (término tratado con anterioridad en este texto) cuya
compleja complexión sistémica cibernética5 tiende a autorregularse manteniendo un
medio “fisica y quimicamente optimo para la vida”. Se trata de pensar en la capacidad de
Gaia para mantener una especie de balance constante interno contándonos a todos los
seres vivos como partes activas de ella y de sus regulaciones. (Lovelock, 1985, p. 16) Y la
capacidad de entender y difundir esa capacidad de balance mediante el arte.
El gran deseo de vivir bien a partir de una vida sustentable engloba un
extenuante y largo aprendizaje que logre comprender una relación dinámica entre todos
los elementos humanos y no humanos que conforman el mundo. Este anhelo puede ser
más alcanzable de ser considerada la permacultura como eje para el desarrollo de
sociedades sustentables culturalmente activas y proactivas. Los enfoques de
4 Homeostasis: Proceso de autorregulación que conduce a la constancia del medio interno de un organismo, con independencia del ambiente. 5 Cibernetica: “(derivado del griego kybernetes, timonel) para describir la ciencia que estudia los sistemas de comunicacion y control autorreguladores en los seres vivos y en las maquinas. El vocablo parece apropiado, porque la funcion primaria de muchos sistemas ciberneticos es mantener el rumbo optimo a traves de condiciones cambiantes para arribar a un puerto predeterminado.” (Lovelock, 1985, p. 43)
45
aprovechamiento de espacios y recursos que propone la permacultura son parte de un
plan de desarrollo no sólo agrícola sino social, cultural e incluso urbanístico que aminora
el desperdicio y el tratamiento inadecuado de residuos. Como se ha analizado ya en un
contexto más local y tangible, estos movimientos cada vez encuentran más espacios de
acción que visibilizan y proponen distintas perspectivas de vida y de interacción dentro
de Quito. Por lo cual podemos decir que conocer y activar este movimiento, que trabaja
conjuntamente con la naturaleza y cuidado de sistemas enteros de tierra y vida, a partir
de un arte transdisciplinar puede representar una herramienta estratégica para
enfrentar esta sociedad.
46
Capítulo 5
Asimilando Nuestra Relación
Partiendo de esta extensa investigación teórica fui experimentando
paralelamente con algunos medios e ideas para obras, de lo cual definí la realización
práctica de algunas obras de arte que pudiesen reforzar estos aprendizajes de una
manera complementaria. Tomando en cuenta que el propósito de estas obras y de la
exhibición de las mismas es sobre todo informar y compartir estos conocimientos de
una forma más accesible, creativa y dinámica. Así que para poder plasmar estos
conocimientos decidí reconocer dos formas que tras la investigación consideré
esenciales para comenzar a repensar nuestra relación y convivencia como seres
humanos con el entorno natural no humano dentro de la urbe. Repensarla a partir, por
un lado, de la observación y reconocimiento de plantas comunes existentes en nuestro
entorno cotidiano de Quito; y por otro, de tomar como base la idea de lugares
deshabitados en Quito como idóneos para apropiaciones hipotéticas con diseños
permaculturales.
El proceso de creación durante este año de trabajo sufrió varios cambios
conforme la investigación iba tomando forma. Las referencias artísticas de Land Art
influenciaron unas primeras experimentaciones de campo que fueron uno de mis
primeros acercamientos al medio natural, así como el reconocimiento a través de
fotografías del medio natural (Fig. 1). Después de esos pequeños procesos surgió un
interés por la vida, el crecimiento y las interrelaciones entre organismos vegetales
mediante la creación de kokedamas6 (Fig. 2). La elaboración de estas kokedamas me
permitió relacionarme de una forma un poco más cercana con las plantas, su cuidado y
6 Kokedama: Planta cultivada sin maceta en bola de musgo y sustrato mediante técnica japonesa. (koke = musgo y dama = bola).
47
vida; sin embargo aún no lograba entender completamente cómo la manipulación de
esas plantas podía lograr ese vínculo con la naturaleza que buscaba inicialmente. Tras
algunas presentaciones y comentarios de estas primeras ideas desistí de esas formas de
manipulación sin propósito fijo y me enfoqué en buscar más guías teóricas y
experienciales que pudiesen centrarme más en las alternativas de entablar relaciones
más igualitarias y recíprocas con el mundo no natural.
Una vez reformuladas mis relaciones y bases teóricas definí que mi metodología
de trabajo, en primer lugar, se basara en conocer y aprender mediante investigaciones,
talleres teóricos y prácticos, y encuentros con expertos más a fondo acerca de
permacultura y de etnobotánica como herramientas transdisciplinarias para las
propuestas artísticas. Contando con esta información adquirida durante algunos meses,
el segundo paso se enfocó en lanzar propuestas para las obras, lo cual resultó en la
definición de tres obras: una de ilustración botánica, otra basada en mapas y planos
imaginarios de diseño permacultural superpuestos y una última de falletos en papel
semilla.
Comprendí que empezar a reconsiderar nuestra relación con la naturaleza
mediante el reconocimiento más consciente de algunas plantas de nuestro entorno y sus
propiedades tanto medicinales como alimenticias es una forma de evidenciar la
participación conjunta no solo de nosotros como seres humanos dentro del mundo, sino
también de múltiples especies no humanas que accionan y forman parte activa de la
vida. La disciplina que trata estos temas en específico es la Etnobotánica, la cual estudia
la relación de los seres humanos con las plantas y a la vez la influencia que tienen las
plantas en cada cultura. Por tanto a través de esta obra sugiero que a partir de ese
primer reconocimiento etnobotánico existe la posibilidad de que la percepción se
48
expanda y se generen confrontaciones personales en cuanto a nuestras demás
relaciones y acciones.
Para esta obra realicé un reconocimiento de algunas de las plantas más comunes
en Quito y en mi propio entorno, y cuyas propiedades representen datos de interés que
para muchos de los ciudadanos nos son desconocidos aún. El desconocimiento, como ya
se vió a lo largo de esta investigación ha desembocado en gran parte de la población
urbana en una desvinculación que radica en la idea implantada de superioridad
hegemónica antropocentrista. Es por esta razón que iniciar apreciando las plantas
comunes que se encuentran en nuestros jardines, parques y veredas de Quito implica un
cambio perceptivo, mental y sensorial que puede desplazarnos de ser los seres humanos
“autónomos” y “superiores”, a ser cohabitantes de este mundo supersistémico
interconectado.
El medio que elegí para plasmar esta primera etapa de observación y registro de
plantas fue la ilustración, considerando que la ilustración botánica ha sido una disciplina
que a lo largo de la historia se ha conformado como herramienta de representación
científica, estudio detallado, registro, e investigación. Los procesos de ilustración
también fueron sometidos a algunos cambios durante el camino, sobre todo de formato
y de forma. La técnica escogida para pintar las ilustraciones fue acuarela y tuve la
oportunidad de hacer uso de algunas otras técnicas con tintas aprendidas a lo largo de
mi carrera. El formato inicial fue pensado en tener cerca de diez plantas elegidas para
ser ilustradas, pero en el proceso se redujeron a cuatro plantas, lo cual hizo que el
formato cambiase a más grandes. El considerar un formato más grande también me
reformuló la manera en la que vemos (o no vemos) a esas plantas muchas veces como
vulnerables o insignificantes (un reflejo de cómo concebimos al resto del mundo no
humano), y logró magnificar su importancia y razón de supervivencia.
49
Con la elección de cuatro plantas (Diente de León, Llantén, Arrayán, Tilo) y el
minucioso desarrollo de sus ilustraciones pretendo, difundir por un lado, las
características físicas de tales plantas para que los espectadores puedan reconocerlas
fácilmente. Y por otro lado, difundir sus propiedades para lograr ver a estas plantas
como componentes activos alternativos a la ingesta de farmacéuticos y aditivos
alimenticios en nuestra diaria vivencia, en vez de hierbas malas o plantas simplemente
ornamentales ajenas a nosotros. (Fig. 3, 4, 5, 6, 7) Proponiendo así un camino hacia una
relación más consciente de comunicación y respeto hacia el medio y a la vez hacia
nuestra salud libre de químicos. Reconsiderando a la vez ciertos procesos de producción
(en este caso de fármacos) y de ciclos naturales en lo que respecta tanto a los materiales
utilizados, transporte y demás factores para la fabricación de tantos fármacos, como
ciclos de las plantas y de nuestros propios organismos.
Después de ese posible primer acercamiento a las plantas y medio natural dentro
de Quito, el proyecto pretende enfocarse en proyectar la permacultura como una
provechosa filosofía de vida autosustentable dentro de la ciudad. Tuve la oportunidad de
participar de algunos talleres de huertos urbanos, análisis de suelos, plantas, abonos, y
permacultura que me introdujeron ese magnífico camino de desarrollo agrícola y social.
En ese momento decidí que quería tomar a la permacultura como formato de trabajo
aprendiendo a vincularla con el arte. Esto me condujo a pensar en el ejercicio de
apropiación hipotética e idílica de espacios en desuso o deshabitados en Quito aplicando
diseños permaculturales como medio idóneo para repensar en una naturaleza que llegue
a involucrarse de una forma dinámica en el establecimiento y concepción de la
experiencia humana, en la cual los seres humanos desarrollemos e impulsemos
relaciones proactivas, posiblemente recíprocas.
50
Esta obra me llevó a imaginar la segunda modernidad que propone Beck, la cual
dice que en vez de quejarnos encontremos soluciones viables a los problemas ya
ocasionados en una sociedad guiada por procesos industriales y lineales. Comprender a
partir de este ejercicio de imaginación las verdaderas escalas de alcance de nuestras
acciones a nivel local como un primer paso, y lograr compatibilizar nuestra sociedad con
la naturaleza con el propósito de evitar racionalizar y justificar más la explotación a
mayor escala.
La metodología de trabajo de esta obra comenzó con el reconocimiento de
lugares en aparente desuso en diferentes zonas de Quito. El siguiente paso consistió en
hacer averiguaciones de los lugares con los mismos moradores vecinos, para tener más
conocimientos acerca de cuáles eran sus dueños y su historia. Partiendo de la elección
de cuatro espacios me dediqué a fotografiarlos y obtener fotografías satelitales y aéreas
de los mismos para tener una idea más clara de las dimensiones y elementos dentro y
fuera de las propiedades (Fig. 8, 9 ,10, 11, 12, 13, 14, 15, 16, 17, 18, 19). Una vez
obtenidas las imágenes inició el análisis de sectores, de influencias ambientales y la
propuesta de planos hipotéticos con diseños permaculturales en base a los espacios (Fig.
20, 21).
La idea a través de esta obra es difundir la posibilidad de máximo
aprovechamiento consciente y sustentable en base a lugares que se encuentran
actualmente desaprovechados ya sea por litigios particulares, abandono, o permanecer
en posesión del estado. Partir de este imaginario y considerar formas de producción más
cooperativa que no niegue los desafíos ecológicos, ambientales y tecnológicos actuales y
que actúen de manera colectiva en pro de vidas igualitarias, simboliza una propuesta de
cambio de mentalidad más pragmática y recíproca.
51
Proponer el diseño permacultural de esta forma en Quito a la vez altera la forma
en que concebimos a la ciudad y extrapola los múltiples posibles beneficios que este
plan idílico tendría en la sociedad. Reconsidera los ciclos de producción de comida por
una lado ya que dispone en los espacios el diseño de huertos que sustenten de forma
alimenticia y económica a los posibles colectivos y comunidad de cada lugar propiciando
la independencia de los procesos industriales de producción. Pensando de igual forma
en evitar los quiebres de ciclos de residuos y de producción. Y finalmente trabajando con
la adaptación al medio, sabiduría y biodiversidad local, reflexionando paralelamente
sobre la producción, el trabajo y el consumo.
Recapacitando sobre cómo vincular las dos obras ya mencionadas, tomé la
decisión de realizar una obra más que en forma de pequeños folletos pudiese ser
difundida entre los espectadores. Tuve la oportunidad de conocer de la existencia del
desarrollo de un papel llamado “papel semilla” o “papel plantable”. El papel semilla es
papel reciclado que contiene pequeñas semillas, una vez seco el papel se puede guardar
o utilizar y cuando se quiere se lo remoja y se siembra obteniendo plantas de las semillas
del papel. Para mi este descubrimiento fue fantástico ya que encajaba con varios de los
puntos que todo este proyecto topó a lo largo de la investigación. Se trató por tanto de
atar cabos en cuanto a la elaboración de este papel, del diseño tanto del papel como de la
información que iba a contener y del por qué esta última obra podría representar un
plus a todo el proyecto.
Durante algunas semanas aprendí de forma autodidacta algunas técnicas de
elaboración de papel reciclado para poder elaborar un papel de buena calidad, resistente
y de gramajes adecuados. Fue una experiencia bastante gratificante ya que obtuve
buenos papeles apropiados para los folletos o tarjetas que tenía en mente. Una vez que
supe la técnica de hacer papel, la metodología de trabajo consistió en idear un diseño de
52
tarjetas con dobleces simples (Fig. 22), plantear algunos diseños acordes de las plantas
ilustradas (Fig. 23), editar la información, y escoger las semillas adecuadas para el papel.
Opté por realizar tarjetas en forma de rombo que tuviesen en la cara principal un
diseño geométrico más simplificado de cada una de las cuatro plantas que fueron
representadas en la primera obra ilustrativa. Las tarjetas al abrirlas constan de dos
secciones: la superior e inferior tiene la información (propiedades y preparaciones) de
las plantas que ya existe en nuestro entorno; y las laterales tienen símbolos de recortar
para que las personas puedan desprender esa sección y siembren el papel semilla. (Fig.
24) La idea se basó en, por un lado, difundir de esta manera la información de
propiedades y formas de preparación de las plantas, y por otro, dejar abierta la
posibilidad de que cada espectador siembre su papel semilla y decida entablar un
acercamiento con la naturaleza a través de la asimilación de la información de
reconocimiento de plantas o sembrando y alimentándose de esa siembra propia de
papel (Fig. 25).
En cuanto al plan de montaje se consideró el espacio de la Huerta y la Máquina,
ubicado en el barrio de la Floresta de Quito, en el cual se dan exhibiciones de arte, es
vivero de plantas y taller de madera (Fig. 26). El espacio de exhibición específicamente
considerado para la muestra de este proyecto es en forma de L. Consta de un muro
principal blanco de tres metros de alto por siete metros de largo, ubicado en la parte
lateral derecha de la entrada, en el cual está pensado el montaje de las ilustraciones de
las plantas. En la parte frente a la puerta se encuentra un muro blanco de dos metros
cincuenta de alto por cinco metros de largo, en el cual también se consideraría colocar
alguna de las ilustraciones o el texto curatorial de sala. El espacio también consta de un
pasillo de piso de madera frente a las paredes, en el cual se piensa colocar cuatro mesas
en las que se espera exponer la obra de diseño permacultural de manera que estén
53
dispuestas las fotografías horizontalmente paralelas al piso. Esta forma de exhibición se
pensó a partir de la misma disposición de vista superior que brindan las mismas
fotografías aéreas. Finalmente las tarjetas de papel semilla estarán expuestas en el muro
frente a la puerta al lado izquierdo de las ilustraciones de forma que los espectadores
puedan tener acceso a las mismas. (Fig. 27, 28)
54
CONCLUSIÓN
Esta investigación permite introducirnos en condiciones conceptuales y
experienciales humanas dentro del medio natural y artístico que alteran las
concepciones personales ante los ciclos, redes y procesos en los ecosistemas y ante lo
que podría significar ser humanos. Una creciente desvinculación desnaturalizante ante
el medio ambiente nos envuelve a gran parte de la población urbana humana y se
convierte en un factor de amplio estudio, abarcado desde una perspectiva sociocultural
y artística en este proyecto. Desvinculación que, de acuerdo a varios autores revisados a
lo largo de la investigación, se da a causa de una creciente influencia mediática,
mercantil o “exceso tecnológico” que produce dificultad para reconocer los propios
sistemas que nos conforman volviéndola una “naturaleza intangible.”
De igual manera, este proyecto nos induce a ver la comprensión de los diversos
significados, agencias y categorizaciones de la naturaleza, sus ecosistemas y habitantes
(humanos y no-humanos) como la base y punto de quiebre ante la constante y evidente
postura antropocentrista. Postura que hemos adoptado hasta el punto incluso de
irrumpir en ciclos naturales que nos afectan de igual forma; permitiéndonos concluir
que la naturaleza puede ser considerada como una forma de organización dinámica y
adaptativa, con políticas y relaciones diversas de las que todos somos parte, que “nos
produce, tal como nosotros (física, conceptualmente, discursivamente) la producimos.”
Este proyecto, por tanto, nos conduce a proponer la consecuente disgregación en
el arte y el imaginario humano de la supremacía del “individuo”, concerniente por un
lado a la transdisciplinariedad en el campo artístico, y por otro, al entendimiento de la
colaboración, dependencia y correlación entre organismos en el “supersistema” de vida
planetaria. Nos dirige a la vez a repensar el potencial de la relación del ser humano, el
55
arte y la naturaleza, así como su irrevocable lazo con la ecología, la economía y la
cultura. Conectando paralelamente estas potencialidades con formas creativas y
alternativas de desarrollo sustentable que envuelvan estructuras de vida ecosistémica
igualitarias.
La construcción y montaje de obras a partir de estas propuestas teóricas se
proyecta a profundizar, evidenciar y dialogar con tales intrínsecas relaciones dentro de
los ecosistemas y procesos biológicos. Partiendo a su vez de experiencias personales que
tuvieron y tienen en cuenta características de uso y colaboración que permite la licencia
artística dentro del campo, complementadas con exploraciones estéticas biomiméticas y
permaculturales que respondan a patrones visuales, sistémicos y funcionales del medio
natural. Este proyecto artístico busca reflexionar sobre los modelos actuales de
conceptualización, sociales y de producción, así como desarrollos integrales y
sustentables que nos posiciones a todas las especies en estancias colaborativas y
recíprocas, respetando la armonía entre las diferencias.
A la vez este trabajo de titulación intenta adoptar alternativas sustentables que
hagan frente a los modelos de sociedades humanas que desarrollan una relación de
dependencia, tanto de producción, como de trabajo y de consumo de productos lejana a
nosotros en entornos ajenos a nuestro entendimiento. Siempre y cuando no se siga
considerando a los seres no humanos como instrumentos y objetos puramente de
producción para beneficio propio e inconsciente, pensando en una preservación no solo
de generaciones futuras humanas sino generaciones de todos los seres como parte de
nuestro globo funcional, “Gaia”. Finalmente, se considera a la etnobotánica la
permacultura como ejes para la exploración y construcción de obras que tras la
observación, meditación, comprensión e imitación comuniquen los funcionamientos y
56
sistemas de los que somos parte y nos trasladen a distintas posibilidades de
convertirnos en actantes coherentes con el medio.
El año transcurrido significó para mí un gran aprendizaje, no solo artístico sino
humano, social, práctico que envolvió toda una filosofía y camino de vida más consciente
y gratificante. La interacción con diferentes campos de estudio y con múltiples personas
entendidas en los diferentes medios simbolizó sin duda uno de los puntos claves para
cumplir con éxito todo este proceso. De igual forma, la apertura a nuevos medios
artísticos me permitió explorar el uso de mapas, fotografías, planos y eso dio paso a
potencializar la obra. La experiencia con el papel semilla reciclado representó a su vez
un reto y una experimentación cuyos resultado fueron acertados, coherentes y muy
novedosos. Finalmente, puedo afirmar que el desarrollo de un proyecto artístico está
sujeto a una gran cantidad de cambios, en este caso en específico todos los cambios se
fueron dando a la par de un mejor entendimiento de mi construcción de ser humano, mi
concepción de la naturaleza y lo que implica considerarse a uno mismo parte de ese
enorme supersistema natural global.
57
Anexos
Figura # 1. Registro fotográfico Naturaleza. Primeras experimentaciones
58
Figura # 2. Kokedamas
59
Figura # 3. Ilustración Arrayán, Myrcianthes Hallii
Figura # 4. Diente de León, Taraxacum Officinale
60
Figura # 5. Ilustración Tilo, Sambucus Peruviana
Figura # 6. Ilustración Llantén, Plantago Major
61
Figura # 7. Ilustraciones con fichas informativas
62
Figura # 8. Propiedad Av. 12 de Octubre y Coruña. Deshabitada por más de seis años
63
Figura # 9. Lote Av. Río Coca y Av. Eloy Alfaro. Terreno del Seguro.
Deshabitado alrededor de dos años.
64
Figura # 10. Propiedades Av, 12 de Octubre y Lizardo García.
Casa esquinera deshabitada este año. Locales contiguos en desuso por más de cinco
años. Actualmente parte posterior son parqueaderos
65
Figura # 11. Propiedad Av. 6 de Diciembre, entre Av. de la República y Alpallana.
Veinte y cinco años ha permanecido en litigio familiar, actualmente la habita un señor y
parte posterior es usada como parqueaderos.
66
Figura # 12. Imagen Satelital Lote Av. Rio Coca y Av. Río Coca
Figura # 13. Imagen Satelital Propiedad Av. 6 de Diciembre entre Av. de la República y
Alpallana
67
Figura # 14. Imagen Satelital Propiedades en Av. 12 de Octubre y Lizardo García
Figura # 15. Imagen Satelital Propiedad en Av. 12 de Octubre y Coruña
68
Figura # 16. Fotografía Aérea Lote Av. Río Coca y Av. Eloy Alfaro
Figura # 17. Fotografía Aérea Propiedad Av. 12 de Octubre y Coruña
69
Figura # 18. Fotografía Aérea Propiedad Av. 6 de Diciembre, entre Av. de la República y
Alpallana
Figura # 19. Fotografía Satelital Propiedad Av. 12 de Octubre y Lizardo García
70
Figura # 20. Plano Permacultural de propiedad en Av. 12 de Octubre y Coruña
71
Figura # 21. Muestra Previa a Exhibición de datos, planos con diseños permaculturales y
fotografías aéreas
72
Figura # 22 Diseño de dobleces en papel reciclado
73
Figura # 23. Tarjetas en papel semilla con sellos de las plantas ilustradas
Figura # 24. Tarjetas en papel semilla terminadas exhibidas en pared
74
Figura # 25 Pruebas de siembra y crecimiento de papel semilla. Y experimentación de
huertos en cajones de madera
75
Figura # 26. Espacio de Exhibición, La Huerta y la Máquina
76
Figura # 27. Planos del espacio de Exhibición, La Huerta y la Máquina
Figura # 28. Plan de Montaje
77
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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