Ktinappeclufdcimages.uflib.ufl.edu/CA/03/59/90/22/00286/00289.pdf · la libre competencia carecía...

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  • 6 EL MUNDO, SAN JUAN, P. R. SBADO 15 DE OCTUBRE DE 1938.

    La ley federaL de horas y salarios

    La.viejs doctrina econmica que dej al libra juego de la ley de la oferta y de U demanda la determi- nacin -de loi tal arios ha quedado definitivamente descartada de la flloeafla- social en que se inspira la legislacin moderna. La accin del Estado en todos lo dominios de la economa ha venido cobrando tan decisiva influencia que, en los tiem- po que vivimos, constituye el fac- tor de mayor eficacia en la orien- tacin da la vida econmica, no ya en, los~regmenes totalitarios, don* de lesa gestin forma parte integral de :1a estructura poltica, sino, con m llamativa significacin, en las democracias, aun en aqullas, como Estados Unidos, que han consigna- do-n sus cartas constitucionales formal reconocimiento y ampMa gaantia al postulado de la libre coricurrenela. . lia crisis de .los ltimos anos ha afectado de manera esencial la or- ganizacin econmica de esta na- cin, creando dh serio desequilibrio entre la produccin y el consumo, y ha introducido elementos de pro- fundo desasosiego en la vida ciu- dadana al cobrar el desempleo ca- racteres de angustiosa gravedad como natural consecuencia del des- ajuste agrcola-industrial y adver- tir el pueblo, en medio de su des- amparo, la ausencia de medidas de Justicia social que le garantizaran una subsistencia decente y civiliza- da.

    Al poner de manifiesto el meca- nismo de la economa libre su In- capacidad, ms bien su insuficien- cia, para afrontar la crisis', desta- c eon ntido relieve el hecho de que no basta el .juego de las fuer- zas econmicas para restablecer la normalidad en el mundo de los ne- gocios y asegurar al pueblo las con-

    dietones de vida y de trabajo que se consideran necesarias para su bien- estar. A la clara comprensin de los espritus avisados se hizo paten- te la realidad de que el problema no es de estricta economa, sino,

    lmente, -un problema sc- il en iodo el lato alcan-

    ,- en cuyo plantea- Idecuada solucin entran

    dales que escapan al i

    Por Vicente Gigel Polanco al inters de la ley eco-

    o Delicias (Santuroe)

    Y Y MAANA ta la extraordinaria

    produccin

    GENIO L CRIMEN"

    Short en colors i INTERESANTES

    clculo y nmica.

    Ante la crisis general, anta el paco de las Induatrias, ante la mi- seria colectiva, no vieron las em- presas otra frmula para estimu- lar el restablecimiento econmico que la reducin constante de los salarios, creyendo que' la disminu- cin del coste-de la produce n ase- gura siempre mayores ganancias y ms amplias perspectivas a los ne- gocios. Al trazarse esta norma, no advertan que, cuando los salarlos bajan en el conjunto de la econo- ma, es decir, en las industrias prin- cipales, la disminucin del coste de la produccin conduce generalmen- te a usa reduccin correspondien- te de los precios de los artculos, lo cual amengua el margen de los beneficios, con el agravante adicio- nal de que la baja en el nivel de los salarios conlleva una disminu- cin del poder de compra, que sig- nifica limitacin del consumo. En tales circunstancias, la frmula que las empresas juagaron salvadora sirvi, en efecto, para' reducir los costes, pero indefectiblemente ba- jaron los precios y, con sorpresa para ellas, no aument el consumo y fu preciso restringir ms aun la produccin, con nuevos despidos de obreros y adicionales normas al jornal. Al - comprobarse hasta la saciedad que el nico resultado de la baja de los salarlos habla sido Cna disminucin de la demanda to- tal de los productos y una tenden- cia a reducir ms an la produc- cin, agravando el paro, aumentan- do la explotacin del brazo y ha- ciendo ms desesperante la condi- cin de vida de las clases obreras, se vio claro que el mecanismo de la libre competencia careca de ap- titud para afrontar el problema en sus trminos esenciales, que la fr- mula de las empresas ni siquiera bastaba para contener la crisis de los negocios y que la situacin .cla- maba por un enfoque de ms an- chas perspectivas sociales. Asi se Impuso en la mente de los hom- bree de ms claro discernimiento la imperativa necesidad de la Inge- rencia del Estado en la direccin general de la economa y'en el se- alamiento de normas razonables y humanas al trabajo.

    La poltica propulsada por el pre- sidente Franklin D. Roosevelt bajo la denominacin de Nuevo Trato en- carna, en sus lineas bsicas, este principio de la intervencin social en la vida econmica. Las medi- das de reconstruccin limitacin de cosechas, bonificaciones, progra- mas agrcolas, fijacin de precios, prstamos para el fomento Indus- trial, proyectos de obras pblicas, eliminacin de arrabales, construc- cin de viviendas, seguros Sociales, legislacin sobre salarios y Jorna- das de labor aportan a un cam- po que hasta ahora estuvo prcti- camente reservado a la Iniciativa privada elemento* de progreso, fac- tores de renovacin, recursos de In- calculable valla, perspectivas de mejoramiento econmico y valiosas Instituciones de justicia ocla!.

    En loe tiempos que corremos ya no puede tkmsidrarse ei trabajo como una mercadera ms en el trfico de los hombres, sujeta a loa simples dictados de la ley de la oferta y de la demanda. La pene- trante observacin de Carlos Marx "es el trabajador y no el traba- jo quien se presenta en el merca- do directamente al capitalista" ha venido Imponiendo a travs de las luchas sociales una rectifica- cin fundamental del concepto del trabajo. Poco a poco se ha ido cap- tando la idea de que "el trabajo es la sustancia y la medida -de los valores", y al propio tiempo se ha advertido la humana realidad del trabajador.

    El concepto del trabajo, que en el mundo' antiguo entraaba un sentido de servidumbre, un atribu- to de inferioridad, social, una posi- cin de vasallaje, un estigma mo- ral, ha evolucionado en forma no- table con el transcurso de los tiem- pos, aunque es lo cierto que con-

    serva todava algunas dt laa ca- ractersticas esenciales de aquellas remotas pocas. El maqumismo; el progreso de la tcnica, el mayor desenvolvimiento de la industria, la transformacin dt las realida- des sociales, han determinado el es- tablecimiento de nuevos mtodos de explotacin obrera, ms sutiles y discretos en apariencia, pero tan reales en sus empeos de derivar del obrero el ms ancho rendimien- to sobre la- base de a menor com- pensacin, tan rectamente encami- nados a privarle de una Justa par- ticipacin en los beneficios de su trabajo y a mantenerle en un es- tado de servidumbre, como en aque- llos tiempos en que la voz del ca- ballero feudal o la frula del es- clavista imponan su voluntad so- bre la dolorida peonada.

    A pesar de haberse reconocido el principio de la libertad y la digni- dad del trabajo como una de las bases fundamentales de la sociedad moderna, a pesar de la legislacin de tipo paternal que se ha promul- gado en todos los pases y a pesar de los programas de rehabilitacin social que han propulsado a tra- vs de tesoneras luchas loa sindi- catos las uniones del trabajo, los

    partidos obreros y las dems orga- nizaciones proletarias ha subsisti- do la posicin de desvalimiento del trabajador. Razn tenia quien afir- m que el hombre que solicita el trabajo de otro con el objeto de hacer Inversiones, de obtener ga- nancias, de acrecentar su capital, no est en las mismas condiciones del hombre que trabaja para po- der vivir. Bajo el rgimen preva- leciente, aqul Impondr siempre las condiciones que estime ms-ven- tajosas para sus planes de lucro; a ste no le quedar ms remedio que aceptarlas o morir en la indi- gencia. De esta suerte, ha queda- do establecida en el mundo con- temporneo la explotacin del tra- bajador como una realidad de an- gustiosos alcances sociales.

    A remediar los efectos de esa ser- vidumbre econmica que gravita so- bre la masa obrera, a protegerle, contra el desapoderado afn de ri- quezas de la clase.-patronal, a am- parar su salud mediante oportunas restricciones a la jornada de labor y a asegurarla un salario que le permita disfrutar siquiera de un programa mnimo de vida civiliza- da, est acudiendo el Estado en todos aquellos pueblos que se mues- tran sensibles a la suerte de los que cimentan eon tu esfuerzo la prosperidad nacional.

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    GUERRA A LOS GANSTERS CONVENCIN CONSTITUCIONAL

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    George Brant ea los momento en que ofrece a Walter Abel (fiscal) ra cooperacin para acabar osn los gangstera, en una escena de "Vctima*

    del Terror", que est exhibiendo el teatro Marti de ftantnrce.

    Las primeras leyes de salario m- nimo se establecieron en Nueva Ze- landia y en Australia a fines del si- go pasado. En Estados Unidos, el primer estatuto se aprob en Mas- sachusaetts en 1912. Al ao siguien- te California. Colorado, Minnesota, Nebraska. Oregon, Utah, Washing- ton y Wlsconsln Incorporaron ei principio en sus legislaciones esta- tales. Para el.ao 1923 ocho esta- dos ms hablan- aprobado leyes si- milares. AAieT., prometedor dsaaj arrollo de 1ff|tacfc4h 4> salarlo mniar6^o:dlinido- j>ar ta Corte Suprema d> Estados Unidos, al de- clarar Inconstitucional el estatuto del Distrito de Columpia, sentan- do la doctrina de que una ley que intenta fijar escalas mnimas da sa- larlo restringe la libertad de con- tratacin'y que la obtencin de un Jornal mnimo no es una cuestin de salud pblica. A base de este fall, algunas de las leyes estata- les fueron expresamente deroga- das: otras, declaradas vInconstitu- cionales, y otras se dejaron sin efec- to. Con sustanciales enmiendas, s- lo subsistieron los estatutos de Ca- lifornia y Wisconsin.

    Al asumir Roosevelt la presiden- cia de Estados Unidos, con la Ini- ciacin de la poltica de nuevo tra- to cobr fuerza .nuevamente el mo- vimiento encaminado a proveer es- calas mnimas de salarlos, En Ju- nio 13 de 1933 se promulgo la Ley Nacional de Recuperacin Indus- trial (NIRA) con el objeto de com- batir el desempleo y estimular un

    alza en los jornales. A travs de convenios colectivos, denominados cdigos de competencia leal (Codes of Fair Competltion) se procur eliminar las prcticas ilcitas que prevalecan en la Industria y en el comercio siempre enderezadas a explotar hasta el limite la mano de obra estableciendo todas las empresas de idntico carcter so- bre una base de Igualdad en lo que respecta a horas de labor y tipos de salarios. La ley que autorizaba la concertacin de estos convenios colectivos no pudo desarrollarse de- bidamente por haber sido declara- da Inconstitucional por la Corte Suprema en mayo. 27 de 1935.

    Las asambleas legislativas de di- versos estados aprovecharon, sin embargo, la favorable coyuntura que deparaba la poltica liberal de la reconstruccin para aprobar le- yes encaminadas a garantizar al obrero escalas mnimas de salarlos. Tambin contribuy a estimular la promulgacin.de estos estatutos el fallo dado en 29 de marzo de 1937 por ia Corte Suprema de Estados Unidos en el caso de West Coast Hotel vs. Parrlsh, reoonoclendo la ronstitucionalldad de una ley esta- tal de salarlo mnimo y revocando su propia doctrina del caso de Ad- kins vs. Chlldren's Hospital of the Dlstrlrt of Columhia. El movimien- to fu extendindose hasta alcan- zar una veintena de estados. Al propio tiempo el presidente Roose- velt Inici gestiones para que el Congreso aprobara una ley estable- ciendo n las industrias dedicadas al comercio interestatal escalas m- nimas de salarlos y Jornadas mxi- mas de labor. La lucha fu teso- nera y se prolong o* dos largos aos. Triunf en definitiva el.le- vantado propsito, aprobando el Congreso en su ltima sesin un estatuto denominado "Ley de Nor- mas Razonables de Trabajo de 1938". generalmente conocido entre nosotros como la "Ley Federal de Horas y Salarios".

    En la declaracin de principios que sirve.de fundamento a la ley el Congreso declara que "la exis- tencia de condiciones de trabajo perjudiciales -a la conservacin de las .normas .mnimas de vida nece- sarias para la salud, la eficiencia y .el bienestar general de loa tra- bajadores en las Industrias dedi- cadas al comercio o a la produc- cin *de artculos para el comer- cio hace que el comercio y las vas y agencias comerciales sirvan para propagar y perpetuar, dichas condi- ciones de trabajo entre les-trabaja- dores de los distintos estados; abru- ma al comercio y la libre circula- cin de los productos; constituye un mtodo de competencia desleal;

    MARTI SANTURC

    ^FERNANDO *SPfc. i , > Mi

    . ..

    MARTES Y MIRCOLES Teatros Modernos, presenta a los notables artistas del '

    Cine hispa no-mexicano:

    v SARA GARCA, ALVARO GONZLEZ, MARA FERNANDA IBAEZ y JULIN SOLER

    en la divertidsima comedia intitulada:

    novLA otftGiMAl os JORGE M. DADA Adems se exhibir una graciosa caricatura.

    motive conflictos obreros que abru- man y entorpecen el comercio y la libre circulacin de artculos; y en- torpece la venta metdica y razo- nable de artculos en el comercio."

    A corregir esa situacin, a eli- minar esas condiciones de trabajo perjudiciales a la salud, la eficien- cia y el bienestar general de los obreros en las industrias dedicadas al comercio, va dirigida esta ley, que se ampara constitucionalmente en el ejercicio de la facultad del Congreso para regular el comercio entre los distintos estados de la Unin. El estatuto,