Es difícil resistir a la tentación de imaginar lo que está por llegar, intentando, de esa manera, alcanzar un destino que tantas veces se nos escapa

Sé que es necesario

comprender de qué modo el

pasado está inscrito en

nuestros diversos tipos de

experiencias y cómo el

futuro se alcanza a

desvelar en el aquí y en el

ahora de nuestra historia.

como diría un estudioso “el horizonte no existe para llevarnos de vuelta a nuestro origen, sino para que podamos medir toda la distancia que aún nos queda por recorrer”.

Observo expectante como aquel que divisa desde la altura de un monte , un pensamiento que no se opaque ni se cierre en las fronteras de lo inmediato, de lo simplemente dado o en la ilusión de un equívoco futuro perfecto.

Sé que es necesario comprender de qué modo el pasado está inscrito en nuestros diversos tipos de experiencias y cómo el futuro se alcanza a desvelar en el aquí y en el ahora de nuestra historia.

Especular sobre el futuro de la educación me lleva a pensar en algunas palabras que me ayudan a hacer una construcción desde mis imaginarios estas son: aprendizaje; educación del futuro; formación permanente; paradigmas de la educación , sujeto y actor de la educación y pedagogía moderna.

Pienso ahora en un viaje con mis amigos educadores en una máquina del tiempo en donde nos detenemos a cuestionar sobre la eterna lucha entre la educación, el poder y el estado y en fin con las estructuras sociales, después miramos alrededor y nos encontramos en un mundo totalmente robotizado, nuestra mirada se detiene y allí en un rincón del espacio se encuentra el conocimiento humano desplazado por unas máquinas que opacaron su ser y su hacer su pensar y su saber.

A su largo cuello encontramos colgado un enorme cartel con dos frases que decían: “ Tan sólo por la educación puede el hombre llegar a ser hombre. El hombre no es más que lo que la educación hace de él” Inmanuel Kant, “La naturaleza hace que los hombres nos parezcamos unos a otros y nos juntemos; la educación hace que seamos diferentes y que nos alejemos” Confucio.