2 4. PRESENTACIÓN Y DISCUSIÓN DE...

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ÍNDICE DE MATERIA 1. INTRODUCCIÓN 2. REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA 2.1. La planta 2.2. Morfología de la planta 2.3. Actividad fotosintética de la planta 2.4. Efecto de la luminosidad sobre el desarrollo de la planta 2.5. Desarrollo del fruto 2.6. Calidad del fruto 2.6.1. Sólidos solubles 2.6.2. Color 2.6.3. Acidez y pH 2.6.4. Efecto de la luz sobre la calidad 2.7. Influencia de la radiación solar sobre el rendimiento 2.8. Poda 2.8.1. Crecimiento vegetativo en plantas deshojadas 2.8.2. Crecimiento reproductivo en plantas deshojadas 2.8.3. Efecto del deshoje sobre el rendimiento 2.9. Particionamiento de materia seca 2.9.1. Efecto de la fuente sobre el particionamiento 2.9.2. Efecto de la vía de trasporte sobre el particionamiento 2.9.3. Efecto del “ sinks” sobre el particionamiento 3. MATERIALES Y MÉTODOS 3.1. Lugar del experimento 3.2. Antecedentes del cultivo 3.3. Invernadero 3.4. Manejos culturales 3.4.1. Sistema de cultivo 3.4.2. Sistema de conducción 3.4.3. Aplicación de reguladores de crecimiento 3.4.4. Poda de brotes y despunte 3.5. Descripción del ensayo 3.5.1. Tratamientos 3.5.2. Diseño estadístico a emplear 3.5.3. Prueba estadística 3.6. Evaluaciones 3.6.1. Rendimiento 3.6.2. Parámetros de calidad 3.6.3. Medición de luminosidad 1 3 3 3 5 5 7 8 8 8 9 9 10 11 12 12 13 14 14 15 16 17 17 17 17 17 17 18 18 18 18 18 19 20 20 20 21 22

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ÍNDICE DE MATERIA

1. INTRODUCCIÓN 2. REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA 2.1. La planta 2.2. Morfología de la planta 2.3. Actividad fotosintética de la planta 2.4. Efecto de la luminosidad sobre el desarrollo de la planta 2.5. Desarrollo del fruto 2.6. Calidad del fruto 2.6.1. Sólidos solubles 2.6.2. Color 2.6.3. Acidez y pH 2.6.4. Efecto de la luz sobre la calidad 2.7. Influencia de la radiación solar sobre el rendimiento 2.8. Poda 2.8.1. Crecimiento vegetativo en plantas deshojadas 2.8.2. Crecimiento reproductivo en plantas deshojadas 2.8.3. Efecto del deshoje sobre el rendimiento 2.9. Particionamiento de materia seca 2.9.1. Efecto de la fuente sobre el particionamiento 2.9.2. Efecto de la vía de trasporte sobre el particionamiento 2.9.3. Efecto del “ sinks” sobre el particionamiento 3. MATERIALES Y MÉTODOS 3.1. Lugar del experimento 3.2. Antecedentes del cultivo 3.3. Invernadero 3.4. Manejos culturales 3.4.1. Sistema de cultivo 3.4.2. Sistema de conducción 3.4.3. Aplicación de reguladores de crecimiento 3.4.4. Poda de brotes y despunte 3.5. Descripción del ensayo 3.5.1. Tratamientos 3.5.2. Diseño estadístico a emplear 3.5.3. Prueba estadística 3.6. Evaluaciones 3.6.1. Rendimiento 3.6.2. Parámetros de calidad 3.6.3. Medición de luminosidad

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4. PRESENTACIÓN Y DISCUSIÓN DE RESULTADOS 4.1. Luminosidad 4.2. Rendimiento 4.2.1. Distribución de calibres 4.3. Calidad 4.4. Particionamiento de materia seca 5. CONCLUSIONES 6. RESUMEN

7. ABSTRACT

8. LITERATURA CITADA

23 23 24 27 28 29

32

33

34

35

3

1. INTRODUCCIÓN

En Chile la superficie cubierta con invernaderos es de 1389 ha, de las cuales

1073 ha son cultivadas con tomate (INE, 1997), concentrándose el 74% de la

superficie en la Quinta Región (CORFO, 1998).

En invierno, la iluminación es un factor limitante en el cultivo de tomate

forzado (CHAMARRO, 1995) donde es común que las hojas se estén

sombreando dentro de la misma planta o entre ellas (DUIMOVIC, 1989). Por

ello es muy importante considerar en el diseño del invernadero, su

orientación, el material base de la estructura (madera, aluminio, etc.), el tipo

de cubierta (color, espesor, aditivos, estabilizantes), inclinación del techo,

posibilidades de limpieza de la cubierta, entre otros factores, para maximizar

la captación de luz durante este periodo.

Luego que se ha realizado todo lo posible para captar el máximo de luz,

durante el invierno, es necesario facilitar su distribución al interior de la

canopia de la planta de tomate, para estimular procesos fisiológicos que

dependen de la intensidad de ella tales como: La fotosíntesis, la iniciación de

la floración y posterior desarrollo de la inflorescencia (KINET, 1977), el

desarrollo de los frutos (ROJAS, 1992) y la síntesis de licopeno

(CHAMARRO, 1995).

En la presente investigación se plantea que al modificar la arquitectura de la

planta de tomate, mediante la práctica de deshoje manual, se facilitará el

ingreso y distribución de la luz al interior de la canopia, mejorando el

rendimiento y la calidad del fruto.

4

Los objetivos generales de este trabajo son:

- Evaluar agronómicamente la práctica de deshoje entre racimos en

crecimiento.

- Estudiar el particionamiento de biomasa en plantas deshojadas y plantas

control (no deshojadas).

5

2. REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA

2.1. La planta:

El tomate (Lycopersicom esculentum Mill.) es una especie que pertenece a la

familia de las solanáceas. Su origen ha sido propuesto para la región andina

de Perú, Bolivia, Ecuador y el norte de Chile (CORFO y PUCC, 1986). Es

una planta cultivada normalmente como anual, pero cuya duración vegetativa

en condiciones climáticas favorables puede prolongarse por varios años

(MAROTO, 1986).

La planta se desarrolla bien en un amplio rango de latitudes, tipos de suelo,

temperatura, métodos de cultivo y es moderadamente tolerante a la

salinidad. Prefiere ambientes cálidos, con buena iluminación y drenaje. La

exposición a temperaturas inferiores a 100 C, las heladas, una iluminación

deficiente, drenaje deficiente o un abonado nitrogenado excesivo le afecta

desfavorablemente (CHAMARRO, 1995).

2.2 Morfología de la planta:

La planta de tomate puede desarrollarse de forma rastrera, semierecta o

recta y el crecimiento es limitado en las variedades determinadas e ilimitado

en las variedades indeterminadas, pudiendo llegar, en estas últimas a diez

metros en un año (CHAMARRO, 1995).

La planta posee un sistema radicular amplio, constituido por una raíz

principal que puede alcanzar hasta 1,5 m, provista de una gran cantidad de

ramificaciones secundarias y reforzadas por la presencia de un gran número

de raíces adventicias surgidas desde la base de los tallos (MAROTO, 1986).

6

Se ha determinado que el 75 % de las raíces se concentra en los primeros

45 cm de profundidad y 25 cm de diámetro, alrededor de la planta (CORFO

y PUCC, 1986).

El tallo del tomate es anguloso, recubierto en toda su longitud de tricomas

glandulares, que le confieren a la planta su olor característico (MAROTO,

1986).

El tallo principal emite ramas en las axilas de las hojas, es decir, es una

ramificación monopodial, lo que ocurre hasta la primera inflorescencia, donde

termina el eje principal. Después de cada inflorescencia es reemplazado por

una rama que nace de la hoja siguiente. Esta es la ramificación simpodial

(CORFO y PUCC, 1986).

Las hojas se disponen sobre los tallos alternadamente y son compuestas e

imparipinadas, constituidas generalmente por siete a nueve foliolos

(MAROTO, 1986).

Las hojas están recubiertas por tricomas glandulares que le confieren el olor

característico a la planta. A diferencia de lo que ocurre con la mayoría de las

especies, los foliolos se inician en progresión basipetala desde el foliolo

terminal hacia el tallo (CHAMARRO, 1995).

La flor posee cinco o más pétalos amarillos y fusiformes. Su pedúnculo es

corto y presenta un cáliz con cinco a diez lóbulos profundos. Es una flor

hermafrodita en que el sexo esta representado por cinco o más estambres,

cuyas anteras son alargadas y se han unido formando un tubo con forma de

botella. En su interior se ubica el pistilo o gineceo, que tiene de dos a treinta

7

cárpelos los que dan origen a los lóculos. El pistilo es alargado y el estigma,

achatado (CORFO y PUCC, 1986).

El fruto, es una baya bi o plurilocular y esta unido a la planta por un pedicelo

con un engrosamiento articulado que contiene la capa de abscisión

(CHAMARRO, 1995).

2.3. Actividad fotosintética de la planta de tomate:

La actividad fotosintética de la planta de tomate depende principalmente de

la intensidad de la luz que reciba (AIKMAN,1989). Mediante experimentos

con hojas individuales, se ha demostrado que al aumentar la intensidad de la

luz aumenta la fijación de carbono, hasta que el aparato fotosintético de la

hoja se satura y la fijación de carbono se estabiliza (AIKMAN, 1989; CHALLA

y SCHAPENDONK, 1984; PEAT; 1970). En general el punto de

fotosaturación varia entre los 20 – 40 Klux (TANAKA, FUJITA y KIKUCHO,

1974) dependiendo de la edad de la hoja (PEAT, 1970). Esta relación puede

ser descrita por una hipérbola rectangular (AIKMAN, 1989; PEAT, 1970).

2.4. Efecto de la luminosidad sobre el desarrollo de la planta:

La iluminación diaria total es el factor que más afecta el desarrollo vegetativo,

mientras que la calidad de la luz y el fotoperiodo desempeñan un papel

secundario (CHAMARRO, 1995).

Cuando la iluminación es igual o superior al óptimo, no se produce efecto

alguno sobre el desarrollo del tallo, pero cuando hay una disminución en los

niveles de iluminación se produce un aumento en la elongación del tallo a

8

expensas de otras partes de la planta, dando lugar a tallos más delgados y

débiles con una mayor proporción de tejido parenquimático (KINET, 1977).

La producción de hojas y de primordios foliares aumenta con la irradiación

diaria (KINET, 1977).

La iluminación solar afecta el tiempo necesario para que ocurra la floración a

través de sus efectos sobre la iniciación de las inflorescencias (CALVERT,

1967). Al aumentar la intensidad de la luminosidad se estimula la iniciación

de las inflorescencias, permitiendo una floración anticipada (CALVERT,

1967). Con una buena luminosidad el tiempo entre la germinación y la

antesis de las primeras flores es de cuarenta y cinco días aproximadamente

(CHAMARRO, 1995). Cuando la iluminación es deficiente, el tiempo hasta la

apertura de la primera flor en las primeras inflorescencias depende de la

radiación total recibida (CALVERT, 1967).

Además, en plantas cultivadas en un régimen de baja luminosidad aumenta

la incidencia de aborto de flores (KINET, 1977) incluso después de ocurrida

la polinización (CHAMARRO, 1995). La iluminación deficiente puede

provocar una excesiva exerción estigmática y un desarrollo deficiente del

endotecio (CHAMARRO, 1995). Para evitar el aborto de las flores es

importante contar con una buena luminosidad entre los días cinco y doce

después de la aparición de la inflorescencia (HOWLETT, 1936, citado por

KINET y PEET, 1997). Sin embargo, si se producen condiciones

desfavorables durante este periodo el aborto es solo parcial afectando

principalmente aquellos botones mal ubicados en la inflorescencia (KINET y

PEET, 1997).

9

2.5 Desarrollo del fruto:

El proceso desde la floración hasta la maduración de los frutos demora entre

cuarenta y sesenta días (CORFO y PUCC, 1986)

El crecimiento del fruto se ajusta a una curva sigmoidea simple, que puede

dividirse en tres periodos. El primer periodo de crecimiento lento, dura dos a

tres semanas y cuando termina, el peso del fruto es inferior al diez por ciento

del peso final. El segundo periodo, de crecimiento rápido, dura tres a cinco

semanas y se prolonga hasta el inicio de la maduración. Finalmente hay un

periodo de crecimiento lento, de unas dos semanas, en el cual, el aumento

del peso del fruto es pequeño, pero se producen los cambios metabólicos

característicos de la maduración (CHAMARRO, 1995).

El tamaño final del fruto está estrechamente relacionado con numerosos

parámetros, como él número de cárpelos del ovario, él número de semillas, la

posición de la fruta en el racimo, la posición del racimo en la planta y de las

condiciones ambientales imperantes durante la fase de crecimiento del

racimo (KINET y PEET, 1997).

Para que un fruto se desarrolle bien requiere estar bien iluminado y/o tener

temperaturas mínimas nocturnas mayores a 160 C. En las producciones de

tomate primor bajo plástico, las temperaturas no llegan a estos niveles , por

lo que se hace necesario que la radiación se encuentre en el rango requerido

por la especie (ROJAS, 1992).

SLACK (1986) señala que los frutos de plantas de tomates frondosas, que

reciben un bajo nivel de luminosidad, tienden a demorarse más en madurar y

10

en alcanzar la coloración roja otorgada por el licopeno que aquellos bien

iluminados.

2.6. Calidad del fruto de tomate:

La apariencia del fruto (tamaño, forma, color) tiene un efecto inmediato y

profundo sobre la elección del consumidor, en consecuencia, la producción

para mercado fresco se guía principalmente por la apariencia del fruto (HO,

2000).

2.6.1. Sólidos solubles

Los azúcares glucosa y fructosa constituyen el 65% de los sólidos solubles,

mientras que el resto está representado principalmente por los ácidos cítrico

y málico, minerales, lípidos y muchos otros compuestos a bajas

concentraciones. Existe una relación directa entre el nivel de sólidos solubles

y el sabor (NUEZ, 1990).

El índice de sólidos solubles en las diferentes variedades se sitúa entre 4,5 y

5,5 grados Brix, siendo afectado por factores culturales y climatológicos

durante el período de maduración (DIEZ, 1995).

2.6.2. Color

El color es una característica de calidad del tomate más importante, dado

que los consumidores pueden ser influenciados fácilmente por ideas

preconcebidas de cómo un fruto debe parecer (McGUIRE, 1992).

11

En los frutos de tomate, el color se forma básicamente por dos pigmentos

carotenoides, el de mayor importancia es el licopeno y en menor medida él β-

caroteno (CHAMARRO, 1995). El licopeno representa cerca del 83% de los

pigmentos presentes (GOULD, 1992). El color de los tomates rojos es

principalmente determinado por la cantidad de licopeno. El β-caroteno es el

otro carotenoide importante en los tomates rojos y puede ser el principal

factor determinante del color del tomate bajo ciertas condiciones

medioambientales (STEVENS y RICK, 1986).

DIEZ (1995) señala que el color del fruto maduro debe ser rojo intenso y

uniforme.

2.6.3 Acidez y pH

La acidez total suele oscilar entre 0,35 y 0,4 g/100 ml de jugo (DIEZ, 1995).

El ácido predominante del fruto maduro de tomate es el ácido cítrico. El otro

ácido orgánico es el ácido málico, el cual se acumula en concentraciones

mucho menores que el ácido cítrico (KINET y PEET, 1997).

.

El pH del jugo se sitúa normalmente entre 4,2 y 4,4, y raramente sobrepasa

estos valores (DIEZ, 1995).

2.6.4 Efecto de la luz sobre la calidad

La composición de los azúcares y ácidos dentro del fruto dependen del

cultivar y de las condiciones de luz y temperatura durante el crecimiento

(ADAMS y HO, 1989, citados por HO, 2000).

12

El contenido de azúcar en el fruto puede ser manipulado a través de las

condiciones de luz y el suministro de agua a la planta (HO, 2000).

El contenido de sólidos solubles está directamente relacionado con la

radiación solar recibida, ya que ésta influye sobre la producción de

fotoasimilados por parte de las hojas, los que después serán dirigidos a los

diferentes depósitos de la planta (HO y HEWITT, 1986). El sombreado que

se produce entre las hojas de la planta y el descenso en la duración del día

disminuyen el contenido de azúcar en los frutos (CHAMARRO, 1995).

El desarrollo de licopeno es inhibido por el sombreamiento de los frutos, pero

mejorado con la luz blanca y temperatura entre 160 y 300 C (WOLK,

KRETCHMAN y ORTEGA, 1983).

2.7. Influencia de la radiación solar sobre el rendimiento:

Existe una relación directa entre la radiación solar recibida por un cultivo de

tomate en invernadero y el rendimiento obtenido. Por cada 100 MJ (Mega

Joule) de radiación solar que incide sobre el cultivo es posible cosechar 2 Kg

de fruta fresca ( COCKSHULL, GRAVES y CAVE, 1992). La falta de luz

reduce el tamaño de la fruta y la proporción de fruta de mayor tamaño

(COCKSHULL, GRAVES y CAVE., 1992). El número de frutos

comercializables, se correlaciona positivamente con la radiación solar

recibida. Está relación es más notoria cuando durante la antesis de las flores

el cultivo recibe menos de 1,5 MJ m2 d2 (COCKSHULL, GRAVES y CAVE,

1992). Otros autores señalan que para obtener la mayor ganancia de peso

en los frutos, es necesario que la planta este bien iluminada, desde la

formación de los frutos hasta el estado de verde maduro, durante la fase de

crecimiento rápido del fruto (McAVOY y JANES, 1989).

13

McAVOY et al.(1989) observaron, en un cultivo de tomates guiado bajo la

modalidad de un racimo por planta, una correlación positiva (r = 0.947) entre

el flujo de fotones fotosínteticamente activos y el rendimiento de fruta.

El nivel de radiación solar recibido por un cultivo de tomates, puede afectar el

número y peso de los frutos, especialmente en invierno cuando la radiación

solar es limitante para el desarrollo del cultivo (HURD y GROVES, 1985).

En épocas en que la radiación solar es baja, la disminución del rendimiento

se asocia al menor tamaño de los frutos cosechados (COCKSHULL y HO,

1995) debido a que la fotosíntesis es limitada por la baja radiación afectando

la disponibilidad de asimilados (HO y HEWIT,1986).

2.8. Poda:

El mayor porcentaje de jornadas hombre que se consumen en el cultivo del

tomate bajo plástico, se dedican a labores muy específicas realizadas sobre

la planta misma. Una de ellas es la poda o remoción de diferentes órganos

en la planta. Las podas que se realizan son de: brotes, hojas, racimos, y

ápice (ROJAS, 1992).

Una de las ventajas que representa la poda de hojas es la precocidad que le

imprime a los cultivos, permitiendo cosechar antes. Al limitar el crecimiento

vegetativo de la planta, se permite aumentar la densidad y con ello la

precocidad en la obtención de grandes volúmenes. La poda mejora la

distribución de la luz en la planta, permitiendo mayor temperatura en los

frutos, por lo que maduran antes (DUIMOVIC, 1989).

14

2.8.1. Crecimiento vegetativo en plantas deshojadas La remoción de hojas maduras estimula el crecimiento de las hojas que

permanecen en la planta, compensando la disminución del área foliar

manteniendo el equilibrio en la canopia (AUNG y KELLY, 1966).

La defoliación practicada en el momento del trasplante retrasa el desarrollo

de la planta, pero el área foliar es recuperada al momento de la cosecha

(WOLK, KRETCHMAN y ORTEGA, 1983).

2.8.2. Crecimiento reproductivo en plantas deshojadas

AUNG y KELLY (1966) informaron que la fecha de aparición de la primera

inflorescencia se adelanta cuando se removieron hojas jóvenes en

expansión. Según LEOPOLD y LAM (1960) citados por DECATEAU (1990),

esto se podría explicar por la liberación de un factor de inhibición, originado

de las hojas jóvenes en desarrollo y/o una mayor disponibilidad de

asimilados producto de la remoción de esas hojas.

La habilidad del ovario de la flor de tomate de cuajar y formar un fruto

depende de la presencia de hojas maduras. Si se eliminan estas hojas hay

una disminución de los rendimientos (WOLK, KRETCHMAN y ORTEGA,

1983).

La apertura floral es retrasada significativamente cuando se practican

defoliaciones severas (SLACK, 1986).

15

2.8.3. Efecto del deshoje sobre el rendimiento

El rendimiento es afectado por la severidad del deshoje y el estadio de

desarrollo de la planta al momento de la labor (SLACK, 1986).

La defoliación realizada al momento del trasplante reduce el rendimiento total

y retrasa la maduración del fruto (WOLK, KRETCHMAN y ORTEGA, 1983).

La producción de fruta puede disminuir significativamente por defoliaciones

severas (80%), realizadas desde el trasplante hasta cerca de cuatro

semanas antes de la cosecha (WOLK, KRETCHMAN y ORTEGA, 1983).

Cuando las defoliación se realiza cuatro semanas antes de la cosecha,

puede resultar en un alto porcentaje de fruta madura a la cosecha (WOLK,

KRETCHMAN y ORTEGA, 1983).

SLACK (1986) señala que las defoliaciones en un cultivo de tomate

comercial no deben realizarse sobre el nivel de la fruta en maduración.

En ensayos realizados en Chile se ha observado que la remoción de cinco

hojas basales a 20 días post-plantación, produce una disminución en el

rendimiento de frutos en peso y número en la variedad FA-144, cultivada

como primor (ELIZONDO, 1999).

Al someter a la planta de tomate a la remoción de la segunda o tercera hoja

de cada simpodio, se consigue un aumento en el rendimiento bruto, por el

aumento que experimenta el número de frutos de peso mayor a 150 g

(MARTINEZ et al. , 1998).

16

Los tratamientos de poda en floración y caída de pétalos incrementaron el

rendimiento de frutos de calidad C3 (frutos con peso entre 100-120g.) en el

híbrido FA-144 ( MARTINEZ et al., 2001)

2.9. Particionamiento de materia seca:

El particionamiento de materia seca es el resultado final de una serie de

procesos metabólicos y de transporte, que regulan el flujo de asimilados

desde los órganos fuente a los “sinks” (MARCELIS, 1996). Las hojas son la

principal fuente de asimilados (WARLAW,1990), los cuales pueden ser

almacenados o trasportados a los diferentes órganos “sinks” de la planta

(MARCELIS, 1996). WARDLAW (1990) plantea que existe un nivel de

jerarquía entre los “sinks” de una planta; órganos como el fruto y la raíz

tienen prioridad y sufren menos al existir una disminución en el

abastecimiento de asimilados, que otros órganos como la flores. El orden de

prioridades para el abastecimiento de asimilados cambia durante el

desarrollo de la planta. En plantas en floración el orden de prioridades es

raíz, hojas jóvenes y flores; sin embargo, en plantas en fructificación es

frutos, hojas jóvenes, flores y raíz (HO, 1996 a).

2.9.1. Efecto de la fuente sobre el particionamiento de materia seca

Una fuente puede ser definida como un órgano que es exportador neto de

asimilados. La fuerza de la fuente corresponde a su capacidad productora de

asimilados (MARCELIS,1996).

HUEVELINK (1995) señala, que en la planta de tomate la fuerza de la fuente

no tiene efecto directo sobre el particionamiento de asimilados, entre el

crecimiento vegetativo y el reproductivo. Sin embargo, el efecto de la fuerza

17

de la fuente puede ser indirecto, debido a su influencia sobre el número de

“sinks” que puede poseer una planta y de ese modo modificar el

particionamiento de asimilados entre ellos (MARCELIS, 1996).

Con una disminución de la fuerza de la fuente, se produce una menor

formación de flores y un incremento en el número de aborto de órganos

reproductivos (WARDLAW, 1990).

2.9.2. Efecto de la vía de transporte sobre el particionamiento de materia

seca:

Los asimilados se mueven desde la fuente a los órganos “sinks” a través del

floema, el cual ofrecería cierta resistencia al transporte, por lo tanto la

distancia entre la fuente y el “sinks” influirían en el particionamiento de

materia seca ( MARCELIS, 1996). Sin embargo, WARDLAW (1990) señala

que el floema no limita el flujo de asimilados porque posee una capacidad

de transporte superior a la requerida.

HUEVELINK (1995) demostró que en plantas de tomate con dos ejes, de

más de dos metros cada uno, el particionamiento de materia seca entre la

parte reproductiva y vegetativa no era afectada, si la fruta se ubica sólo en un

eje o si igual número de fruta era dividida en los dos ejes. Estos resultados

validan el supuesto que la planta de tomate posee un “pool” común de

asimilados, demuestra que la distancia entre el “sinks” y la fuente no tiene

influencia significativa sobre el particionamiento de materia seca.

18

2.9.3 Efecto del “sinks” sobre el particionamiento de materia seca

Para entender la regulación que ejerce los “sinks” sobre el particionamiento

de materia seca hay que considerar una propiedad de los “sinks” llamada

fuerza “sinks”, que determina esta regulación (MARCELIS,1996). El término

fuerza “sinks” puede ser definido como la habilidad competitiva de un órgano

para recibir o atraer asimilados (HO,1996 b).

WOLSWINKEL (1985), citado por MARCELIS (1996) sugiere a la capacidad

potencial de un “sinks” para acumular asimilados como una medida de la

fuerza “sinks”. Esta capacidad potencial refleja la habilidad intrínsica de un

“sinks” para recibir o atraer asimilados (MARCELIS, 1996).

La fuerza sink se ve incrementada con el aumento del tamaño del

“sinks”,debido a un aumento en la superficie de las membranas celulares que

permiten un mayor flujo de asimilados desde el sistema vascular hacia la

zona de utilización (WARDLAW,1990).

19

3. MATERIALES Y METODOS

3.1. Lugar del experimento:

El ensayo se llevó a cabo en el fundo La Palma, de propiedad de la Pontificia

Universidad Católica de Valparaíso, ubicado en el sector la Palma, en la

comuna de Quillota, provincia de Quillota, V región (longitud 710 oeste, latitud

320 50' sur)

3.2. Antecedentes del cultivo:

Se utilizó un cultivo comercial de tomate cv. Fortaleza, de crecimiento

indeterminado, cultivado como primor en condiciones de invernadero frío.

3.3. Invernadero:

El invernadero utilizado en el ensayo era de estructura de madera, formado

por 12 naves, con orientación este-oeste. Las dimensiones de cada nave

eran de 6 m de ancho, 34 m de largo, 4,5 m a la lucarna y 2,8 m a la

canaleta. El invernadero tenía ventilación frontal y cenital a través de una

lucarna de 0,25m. La cubierta utilizada correspondió a un polietileno térmico

de dos temporadas de 0,2 mm de espesor.

3.4. Manejos culturales:

3.4.1. Sistema de cultivo

Se empleó el sistema de almacigó - trasplante. Las semillas fueron

sembradas el 6 de abril del 2003 en bandejas de poliestireno expandido de

20

135 alvéolos, utilizando como sustrato la mezcla comercial Sunshine N0 3. El

trasplante se realizó el 19 de mayo del 2003, cuando las plantas tenían tres

hojas verdaderas. Las plantas se dispusieron en mesas de plantación de 0,9

m de ancho, con distancia de plantación de 0,18 m sobre la hilera. La

densidad de plantación fue de 27.500 plantas /ha

3.4.2. Sistema de conducción

La conducción de la planta fue en un eje y el sostén fue por medio de cinta

gareta, colgado de alambres que van a lo largo de la hilera de plantación.

3.4.3. Aplicación de reguladores de crecimiento

Se uso Procarpyl en dosis de 4 ml/l, asperjado sobre el racimo cuando

presentó un 50% de floración.

3.4.4. Poda de brotes y despunte

Los brotes axilares fueron podados cuando alcanzaban una longitud

aproximada de 3 cm. Las plantas se despuntaron sobre el sexto racimo floral

dejando tres hojas por sobre el último racimo.

3.5. Descripción del ensayo:

3.5.1 Tratamientos

Los tratamientos de deshoje consistieron en eliminar una hoja entre racimos

en crecimiento, como se indica a continuación:

21

T0: Testigo (sin deshoje)

T1: Poda de una hoja de 4 cm de largo.

T2: Poda de una hoja de 25 cm de largo.

3.5.2 Diseño experimental a emplear

Debido a que las mesas de plantación eran de 34 m de longitud, los aporte

de agua y nutrientes recibidos por las primeras y las últimas plantas eran

diferentes, afectando directamente la productividad de cada planta a lo largo

de la mesa (ROJAS, 2003). Se utilizó un diseño en bloques completamente

al azar. Se establecieron seis bloques a lo largo de la mesa. En cada bloque

se distribuyeron al azar las parcelas correspondiente a cada tratamiento. La

unidad experimental correspondió a una parcela de 5 m de largo con 28

plantas.

El modelo matemático fue:

ijijijY εβτµ +++=

ijY Valor observado en cada unidad experimental.

ijµ Efecto de la media general sobre cada observación.

τ Efecto del tratamiento sobre cada observación.

β Efecto de los bloques sobre cada observación.

ijε Efecto del error experimental aleatorio sobre cada

observación.

22

3.5.3. Prueba estadística

Para verificar el efecto de los tratamientos se utilizó análisis de varianza,

mediante el software MINITAB versión 13.0. Cuando el valor-p asociado al

estadístico F fue menor a 0,05, se realizó el test de separación de medias de

Tukey (α = 0.5).

3.6. Evaluaciones:

3.6.1. Rendimiento

Se realizaron dos cosechas semanales, a partir del 20 de septiembre de

2003 hasta el 20 de diciembre 2003. El índice de cosecha fue color pintón a

rosado pálido, basándose en lo planteado por CHAMARRO (1995), quien

indica que la importación de asimilados en el fruto termina unos diez días

después de iniciado el cambio de color.

En cada cosecha se registró:

a) Rendimiento bruto (suma de todos los frutos recolectados)

b) Rendimiento neto separado en:

- Extra: fruto con peso sobre 250 g.

- Primera: fruto con peso entre 250 y 150 g.

- Segunda: fruto con peso entre 150 y 100 g.

- Tercera: fruto con peso entre 100 y 80 g.

23

c) Rendimiento de desecho:

- Frutos bajo calibre ( peso inferior a 80 g)

- Frutos con Blotchy-ripening

- Frutos con problemas sanitarios.

- Frutos con problemas físicos como cracking, deformaciones y mala

sutura pistilar.

3.6.2. Medición de parámetros de calidad

A lo largo del cultivo se realizaron tres mediciones de los parámetros de

calidad de la fruta. La primera se realizó con frutos cosechados del primero y

segundo racimo; la segunda con frutos del tercer y cuarto racimo y la tercera

con frutos del quinto y sexto racimo.

Se utilizaron ocho frutos de cada unidad experimental, los cuales eran

depositados en bolsas de papel rotuladas para ser trasladados al laboratorio

de postcosecha de la Facultad de Agronomía donde eran pelados y licuados

para proceder a realizar las siguientes mediciones:

- Sólidos solubles: Las mediciones se realizaron sobre la pulpa de tomate de

cada muestra. Las lecturas se efectuaron con un refractómetro de mano (0–

10 ºBrix) marca Atago modelo ATC-1 y el resultado correspondió al promedio

de tres lecturas por cada muestra.

- pH: La medición se realizó una vez sobre la pulpa de cada muestra con un

pH-metro marca Schott modelo Handylab 1.

24

- Acidez titulable: Se midió el gasto de NaOH (0,1 N) en 5 ml de pulpa más

45 ml de agua destilada, hasta alcanzar un pH de 8.0. La medición se realizó

una vez para cada muestra. La acidez titulable fue calculada con la siguiente

fórmula (ASSOCIATION OF OFFICIAL ANALITYCAL CHEMISTS, 1990):

% Ácido cítrico = Concentración NaOH (N) x Gasto NaOH (ml) x 64.03 ml solución

- Materia seca frutos: Se obtuvo de la diferencia entre el peso fresco de la

pulpa y el peso seco de ésta, luego de ser sometida a secado en un horno a

80 °C hasta alcanzar un peso constante.

- Materia seca estructura vegetativas: Por separado se determinó la materia

seca de hojas y tallos (incluidos pedúnculos y pecíolos). Se determinó de la

diferencia de peso fresco y el peso seco de cada estructura vegetativa

sometido a secado en un horno a 80 0 C hasta alcanzar un peso constante.

3.6.3. Medición de luminosidad

Para medir el ingreso de luz al interior de la canopia se uso medidor digital

de luminosidad (Lux) modelo DF -200. La medida Lux esta basada sobre la

percepción de luz por el ojo humano (380 – 760 nm), con un máximo de

sensibilidad a 555 nm (TAIZ y ZEIGER, 1998). Las mediciones se realizaron,

semanalmente a partir del 11 de agosto 2003 al 24 noviembre 2003, a la

altura del primer racimo ( 0,4 m sobre el nivel de la mesa).

25

4. PRESENTACIÓN Y DISCUSIÓN DE RESULTADOS

4.1. Luminosidad:

En el Cuadro 1 se observa que existen diferencias significativas entre los

tratamientos de deshoje realizados, con respecto al testigo en el ingreso de

luz al interior de la canopia. Los tratamientos de poda (T1 y T2) condujeron a

un incremento promedio de un 22% en el ingreso de luz al interior de la

canopia, con respecto al testigo (T0), sin presentar diferencias significativas

entre ellos, lo que indicaría que la planta tiene la capacidad de mantener un

equilibrio en la canopia incrementando el desarrollo de las hojas remanentes

( AUNG y KELLY, 1966), alcanzando igual nivel de cubrimiento durante el

desarrollo del cultivo (WOLK, KRETCHMAN y ORTEGA, 1983).

CUADRO 1. Efecto del deshoje en el ingreso de luz al interior de la canopia

de un cultivo de tomate primor, cv. Fortaleza. Quillota, 2003.

Tratamiento Luminosidad ( Lux ) *

T0: testigo

T1: poda de hojas de 4 cm

T2: poda de hojas de 25 cm

11.668 b

13.793 a

14.703 a

Letras diferentes indican diferencias significativas entre los tratamientos. Test Tukey (α=

0,05). * Valor promedio de las mediciones de luminosidad (lux) realizadas semanalmente

entre 11 de agosto y el 24 noviembre del 2003.

Al comparar los tratamientos a lo largo del periodo de mediciones, se

observa que con los tratamientos de poda (T1 y T2) se logró un incremento

26

de un 18% y 26% más de luz respectivamente, entre el día 150 al 240 post-

transplante, respecto al testigo (Figura 1). La cantidad de luz que ingrese al

interior de la canopia va a depender del nivel de defoliación que se practique.

En experiencias en las que se ha llegado a 80% de defoliación se logra un

incremento de 20,4% en el ingreso de luz al interior de la canopia, medido

tres semanas después de practicada la defoliación (WOLK, KRETCHMAN y

ORTEGA, 1983). El resultado del deshoje también depende del estado

fenológico de la planta (MARTINEZ et al., 2001) y de cómo se distribuya en

la planta. ROJAS (2003) logró un incremento de un 30 % en el nivel de

radiación PAR con dos de los tratamientos realizados, podando los

simpodios cuatro al seis y podando los simpodios uno al seis cuando el

racimo tiene frutos de 10 mm de diámetro.

4.2. Rendimiento:

Como se muestra en el Cuadro 2, no existen diferencias significativas entre

los tratamientos con respecto al rendimiento.

Estos resultados concuerdan con los obtenidos por ROJAS (2003),

ARÉVALO (1999) ELIZONDO (1999), TANAKA y FUJITA (1974) que han

sometido a la planta de tomate a diferentes modalidades de deshoje, sin

afectar el rendimiento. Estos resultados sugieren que la planta de tomate es

capaz de resistir un cierto nivel de defoliación, sin mermar su productividad a

través del incremento de la tasa neta de asimilación (TANAKA y FUJITA,

1974) y del área foliar de las hojas remanentes (AUNG y KELLY, 1966). En

contraposición, otros autores señalan que la remoción de un 25% o 50% de

las hojas cuando la fruta tiene 2,5 cm de diámetro, provoca una reducción

27

Tratamientos

0

5000

10000

15000

20000

25000

150 180 210 240

Días después del trasplante

Lum

inos

idad

(lux

)

T0: testigo

T1:poda de hojas de 4cmT2: poda de hojas de25 cm

FIGURA 1. Luminosidad (lux) al interior de la canopia a 30 cm del suelo, en

tomate primor, cv. Fortaleza. Quillota, 2003.

a a b

28

del rendimiento (WOLK, KRETCHMAN y ORTEGA, 1983). Esta disminución

puede ser atribuida a la reducción del área fotosintética y a la pérdida de

elementos minerales móviles presentes en las hojas removidas (SLACK,

1986).

CUADRO 2. Efecto del deshoje en el rendimiento de fruta de tomate primor,

cv. Fortaleza. Quillota, 2003.

Tratamiento Rendimiento bruto

(ton/ha)

Rendimiento neto

(ton/ha)

Rendimiento

desecho (ton/ha)

T0: testigo

T1: poda de hojas

de 4 cm

T2: poda de

hojas de 25 cm

90,2NS

100,3

92,2

76,6NS

84,6

77,6

13,6NS

16,2

14,7

NS: no significativo, P > 0.05

La poda de hojas también puede aumentar el rendimiento. MARTÍNEZ et al.

(2001) eliminaron la tercera hoja de los cinco primeros simpodios en

diferentes estadios fenológicos del racimo, obteniendo con todos los

tratamientos un incremento del rendimiento final. MARTÍNEZ et al. (1998)

con los tratamientos de poda de la segunda y tercera hoja de cada simpodio,

obtuvieron una mayor cantidad de fruta sobre los 150 g. La eliminación de las

hojas de la canopia, favorecería la producción de asimilados por una mejor

distribución y captación de luz, al reducir el grado de superposición y

sombreado entre hojas (MARTÍNEZ et al. 2001; AIKMAN, 1989; DUIMOVIC,

1989). El rendimiento es afectado por la severidad del deshoje y por el

29

estadio fenológico de la planta al momento de realizar la remoción de las

hojas (SLACK, 1986 ) .

4.2.1 Distribución de calibres

Como se muestra en el Cuadro 3, el tratamiento de poda de hojas de 4 cm

(T1) permitió aumentar en mas de dos veces la proporción de frutos en la

categoría extra, en relación al tratamiento de poda de hojas de 25 cm (T2) y

el testigo (T0).

CUADRO 3. Efecto del deshoje sobre la distribución de calibres de la fruta

de tomate primor, cv. Fortaleza. Quillota, 2003.

Tratamiento Extra

(ton/ha)

Primera

(ton/ha)

Segunda

(ton/ha)

Tercera

(ton/ha)

T0: testigo

T1: poda de

hojas de 4 cm

T2: poda de

hojas de 25

cm

6,8 b

15,5 a

7,2 b

37,6NS

40,9

37,5

26,5NS

23,6

27,7

5,7NS

4,7

5,1

NS: no significativo, P> 0,05 Letras diferentes indican diferencias significativas entre los tratamientos, Test Tukey (α= 0,05)

El tamaño de un fruto es determinado por el número y tamaño de sus células

(HO,1996 b). Existe una relación directa entre el tamaño del ovario en

antesis y el tamaño final del fruto (OWEN y AUNG, 1990). En el tratamiento

30

de poda de hojas de 4 cm (T1) se remueve una hoja en pleno crecimiento,

que es un “sinks” de mayor prioridad que la inflorescencia en formación en

ese momento (HO; 1996 a). Al realizar esta práctica, al parecer, se deja a

disposición de la inflorescencia una mayor disponibilidad de asimilados, lo

que permite que esa inflorescencia reciba una mayor proporción de

asimilados, lo que permite que el pericarpio del ovario alcance un mayor

número de células al momento de la antesis (BHONER y BANGERTH, 1988

citados por HO, 1996 b). Los frutos de esas plantas tienen un mayor

potencial de crecimiento lo que se traduce en una mayor fuerza sink

(MARCELIS,1996).

4.3. Calidad:

Como se muestra en el Cuadro 3 no existe diferencias significativas entre los

tratamientos en relación a los parámetros de calidad evaluados en la fruta,

excepto en el nivel de sólidos solubles donde el tratamiento de poda de hojas

de 25 cm (T2) provocó una disminución de un 5,2% en el nivel de sólidos

solubles con respecto al testigo (T0).

Los resultados obtenidos en los parámetros de pH, acidez titulable y materia

seca del fruto, en los diferentes tratamientos, concuerdan con los de ROJAS

(2003); SLACK (1986); WOLK, KRETCHMAN y ORTEGA (1983) que señalan

que la defoliación no afecta estos parámetros de calidad.

Los sólidos solubles disminuyen progresivamente al incrementar el nivel de

defoliación (WOLK, KETCHMAN y ORTEGA, 1983) debido a la reducción en

las fuentes, es decir, la planta contaría con una menor área fotosintética

(TANAKA y FUJITA, 1974).

31

CUADRO 3. Efecto del deshoje sobre la calidad de la fruta de tomate primor,

cv. Fortaleza. Quillota, 2003.

Tratamiento S. solubles

(0 Brix)

pH A. titulable

(% ac. cítrico)

Materia seca

(%)

T0: testigo

T1: poda de

hojas de 4 cm

T2: poda de

hojas de 25

cm

3,97 a

3,89 ab

3,78 b

4,17 NS

4,22

4,20

0,473 NS

0,470

0,467

4,8 NS

4,77

4,68

NS: no significativo, P > 0,05

Letras diferentes indican diferencias significativas entre los tratamientos, Test Tukey ( α=

0,05)

4.4 Particionamiento de materia seca:

Como se muestra en el Cuadro 4, existen diferencias significativas en el peso

seco de hojas, los tratamiento de deshoje (T1 y T2) provocaron una

disminución del peso seco de las hojas de 13,6% y 28,5% respectivamente

con respecto al testigo (T0). No se observaron diferencias significativas en

los parámetros de peso seco tallos, materia seca hojas y materia seca tallos.

32

CUADRO 4. Efecto del deshoje sobre el particionamiento de materia seca de un cultivo de tomate primor, cv. Fortaleza. Quillota, 2003.

Tratamientos

Peso seco hojas (ton/ha)

Peso seco Tallos (ton/ha)

Materia seca hojas (%)

Materia seca tallos (%)

T0: Testigo T1: Poda de hojas de 4 cm T2: Poda de hojas de 25 cm

3,96 a

3,42 b

2,83 c

2,58NS

2,54

2,51

12,02NS

12,13

12,16

17,2NS

17,7

17,17

NS: no significativo P > 0,05 Letras diferentes indican diferencias significativas entre los tratamientos, Test de Tuckey (α=0.,5)

La menor disminución porcentual del peso seco de las hojas de las plantas

sometidas al tratamiento de poda de hojas de 4 cm (T1), muestra que

mientras menor sea el tamaño de las hojas removidas, la posibilidad de que

la planta recupere el peso seco de hojas al final del cultivo es mayor, debido

al mayor tiempo con que cuentan las hojas remantes para desarrollarse y la

redistribución de asimilados hacia las hojas remanentes. Si se considera que

los tratamientos de deshoje, tuvieron efecto significativo sobre el peso seco

de las hojas y no afectaron significativamente el rendimiento de fruta,

necesariamente las hojas remantes debieron aumentar su eficiencia

fotosintética, para suplir las necesidades por asimilados de los frutos en

desarrollo, que son el principal sink en una planta (HO,1996 a). Esto

resultados coinciden con los de TANAKA y FUJITA (1974), que demostraron

que la planta de tomate tiene una capacidad fotosintética mayor que la

requerida. Al aumentar el nivel de luz que recibe una hoja, esta incrementa

33

su eficiencia fotosintética incrementando linealmente la tasa de fijación de

carbono (McAVOY y HARRY,1989), hasta alcanzar el punto de saturación

alrededor de los 70.000 lux (TANAKA, FUJITA y KIKUCHI, 1974). Además,

el incremento en la luminosidad favorece la exportación de asimilados desde

las hojas a los “sinks” (HO y HEWITT,1986). Sin embargo, al aumentar los

niveles de luminosidad la proporción de asimilados exportados versus

asimilados producidos va disminuyendo (HO,1979). El incremento de la

luminosidad al interior de la canopia durante el periodo de mediciones,

(Figura 1) de un 18% y 26% respectivamente con respecto al testigo (T0) y la

recuperación parcial de peso de las hojas de las plantas sometidas a estos

tratamientos explicarían la mantención del rendimiento.

Los resultados obtenidos en este ensayo concuerdan con los de ANDRIOLO

et al. (2001), quienes señalan que las plantas no defoliadas y aquellas en las

cuales se remueven hojas pequeñas, conservan una mayor proporción de

materia seca en las hojas que aquellas sometidas a una defoliación más

severa.

34

5. CONCLUSIONES

Los tratamientos de poda de una hoja de 4 cm y poda de una hoja de 25 cm

entre racimos en crecimiento aplicados en este ensayo, en un cultivo

comercial de tomate cv. Fortaleza, permitieron un incremento de la

luminosidad al interior de la canopia de 18% y 26% respectivamente en

comparación con plantas no deshojadas.

El deshoje no tuvo efecto sobre el rendimiento bruto, neto y desecho. Sin

embargo la poda de una hoja de 4 cm entre racimos en crecimiento, permitió

un incremento de siete puntos porcentuales en la proporción de frutos

categoría extra (peso superior a 250g) con respecto al testigo.

Las prácticas de deshoje del presente ensayo no tuvieron efecto sobre el pH,

acidez titulable y la materia seca de los frutos. Se detectó una leve

disminución de 0,19 puntos porcentuales en el contenido de sólidos solubles

de los frutos obtenidos de las plantas sometidas a la poda de una hoja de 25

cm entre racimos en crecimiento con respecto al testigo.

El deshoje no afectó el porcentaje de materia seca acumulada en tallos y

hojas.

35

6. RESUMEN

El rendimiento de un cultivo de tomate tiene una relación directa con la cantidad de radiación solar recibida. En invierno la baja luminosidad es un factor que limita el rendimiento. La practica de deshoje puede maximizar la captación de luz por la canopia, mejorando la cantidad y calidad de la fruta. Los objetivos de este ensayo fueron estudiar el efecto del deshoje sobre la cantidad y calidad de la fruta, sobre el particionamiento de biomasa. El ensayo se realizó en el fundo La Palma, ubicado en el sector la Palma, en la comuna de Quillota, provincia de Quillota, V región ( longitud 710 oeste, latitud 320 50´ sur) utilizando un cultivo comercial de tomate, cv. Fortaleza, bajo invernadero, sembrado el 6 de abril, trasplantado el 19 de mayo y cosechado entre el 20 de septiembre y el 20 de diciembre del 2003. Los tratamientos consistieron en eliminar una hoja entre racimos en crecimiento: T0) testigo sin deshojar; T1) poda de hoja de 4 cm; T2) poda de hoja de 25 cm. El diseño experimental utilizado fue de bloques completamente al azar, con seis repeticiones. La unidad experimental correspondió a parcelas de 5 m de largo con 28 plantas. Los tratamientos de poda (T1) y (T2) aumentaron en un 18% y 26% el ingreso de luz por la canopia en comparación al Testigo (T0). Los tratamientos de deshoje no tuvieron efecto sobre los rendimientos brutos, neto y desecho. El tratamiento de poda de hojas de 4 cm (T1) incremento en 7 puntos porcentuales la fruta categoría extra con respecto al Testigo (T0). El tratamiento de poda de hojas de 25 cm (T2) redujo el nivel de sólidos solubles, en la fruta, en 0.19 puntos porcentuales en comparación al testigo (T0), mientras la acidez titulable, el pH y la materia seca no eran afectados por el deshoje. El deshoje no influyo sobre el particionamiento de materia seca de hojas y tallos

36

7. ABSTRACT

Yield is positively related to the quantity of solar radiation received by the tomato crop. Low light levels in winter are a limiting factor for yield. Leaf removal could help maximize light interception of the canopy, improving both yield and fruit quality. The goal of this research is to study the effect of defoliation on yield and fruit, as well as on dry matter partitioning. The experiment was carried out in the La Palma Estate, located in La Palma, near Quillota, in central Chile (710 W, 320 50’ S). A greenhouse-grown commercial tomato crop of the variety Fortaleza was used. Plants were started from seed on April 6th, 2003, transplanted on May 16th, and harvested between September 20th and December 20th. Treatments consisted of removing one leaf between two adjacent inflorescences, as follows: T0 was a non-defoliated control; for T1, growing leaves were removed when they reached 4 cm; and for T2, expanded leaves were removed when they reached 25 cm. The experiment was carried out with a completely randomized block design, with 6 blocks. The experimental unit consisted of a 5-meter-long, single-row plot with 28 plants. The defoliation treatments T1 and T2, increased light levels received by the canopy by 18 and 26%, respectively, compared to the control (T0). Leaf removal did not affect total yield, marketable yield and culls. When the 4 cm- leaves were removed (T1), the extra-large fruit was increased by 7 percentage points with regard to the control (T0). Leaf removal at a late stage (T2) reduced the soluble solids by 0.190 Brix compared to the control (T0), while the titratable acidity, pH, and dry matter were unaffected by leaf removal. Defoliation did not alter the dry matter partitioning between leaves and shoots.

37

8. LITERATURA CITADA

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