LA ESCUELA DETRÁS DE ESCENA

La película "Entre los muros" está basada en la obra del escritor y docente Francois Begaudea. Las escenas se desarrollan en una escuela media de un barrio popular de París. La mayor parte de la película transcurre dentro de un aula con jóvenes atravesados por la multiculturalidad, teniendo como tutor al profesor de lengua. Se desarrollan diferentes situaciones que nos permiten analizarlas desde diferentes autores.

Tomamos a Duschatzky como eje organizador del escrito y a Lewkowicz como autor de soporte para fundamentar nuestros pensamientos y reflexiones en relación a la película ENTRE

LOS MUROS. Relacionándolo a la vez con autores como Birgin, De Lajonquiere y Nicastro.

Brantner, Soledad.Caballero, María Fernanda

Ochonga, Juliana CeciliaINSTITUCIÓN DISCIPLINARIA

¿Qué es una Institución Disciplinaria?

Lewkowicz plantea que en los Estados Nacionales la existencia de los individuos se da bajo la existencia Institucional . El paradigma de funcionamiento son las Instituciones Disciplinarias, donde la vida social e individual se desarrolla.

La Escuela se puede observar como dispositivo panóptico, en relación a su disposición física: Dentro de las aulas el docente se sitúa frente a los alumnos teniendo la visión completa del desenvolvimiento del grupo-clase. Permitiéndole así, tener control de las situaciones que allí se desarrollan. Del mismo modo, se puede observar que el pasillo principal posee una visión panorámica de lo que está ocurriendo en el patio. Los horarios de clase están bien delimitados, utilizando como corte para ellos el timbre, marcando éste la pauta de que todos los alumnos deben dejar el aula para dirigirse al patio central.

El organigrama de esta institución es estático, con eslabones bien distanciados (Director- Regentes- Profesores- Alumnos), impidiendo a sus miembros pasar por alto las jerarquías ya establecidas.

LA ESCUELA COMO GALPÓN

Como en toda sociedad de vigilancia, se tiende a normalizar a los individuos en espacio de encierro. En este caso la imagen que ilustra dicha situación es la del profesor dentro del aula frente a los alumnos intentando homogeneizar, dirigir y controlar al grupo. Lo actitudinal y lo conductual poseen mayor importancia que lo pedagógico. El dispositivo que permite este control es la sanción normalizadora, con el fin de reducir las desviaciones y hacer útil al individuo para la sociedad: un modelo de sujeto social, un ciudadano.

Las instituciones frente a las nuevas condiciones sociales (Fragmentación social, Hombre atravesado por la imagen televisiva, subjetividad dominante mass-mediática donde lo predominante es la imagen y la opinión personal) deben encontrar otro sentido distinto al de aparatos productores y reproductores de subjetividad ciudadana, ligándose así a prestaciones de servicio: Capacitación para una sociedad de mercado.

Las instituciones incapaces de adaptarse a la nueva dinámica se transforman en galpones. "Habitar un galpón se trata de un coincidir puramente material de los cuerpos en un espacio físico. Pero esta coincidencia material no garantiza una representación compartida por los ocupantes del galpón... Las condiciones de un encuentro no están garantizadas". (LEWKOWICZ, 2006)

Existe un desacople cultural dentro de la escuela debido a la presencia de diferentes etnias que allí se encuentran. Lo que imposibilita una comunicación fluida ente los actores. Esto genera conflictos por el distinto uso que hacen cada uno de ellos del lenguaje. Así mismo, se evidencia un desacople conceptual de

valores dentro del mismo grupo de alumnos. Para unos lo importante es la apariencia física, mientras que para otros lo que realmente importa son las actitudes.

Se instaura la fragmentación como desacople debido a la brecha económica que hay entre los alumnos y los docentes de la escuela. Mientras que los alumnos y sus familias poseen un nivel socioeconómico bajo con diferentes problemas que esto conlleva; los docentes en su sala de reuniones descorchan champagne. Así mismo, esto se puede observar cuando las alumnas le cuentan al profesor que iban a las galerías de Paris y él les pregunta asombrado cómo hacían a ir hasta allá, como si ellas, según su concepción, por algún motivo no pudieran ir.

Subyace un desacople subjetivo, entre la interpelación y la respuesta, es decir, entre lo que se pide y lo que se obtiene, entre el agente convocado y el agente que responde, entre el alumno supuesto por el docente y el alumno real.

El docente pretende entablar una relación con los alumnos mediante una arbitrariedad, exigiéndoles una producción de una autobiografía, sin tener en cuenta el deseo real de los alumnos. Desde esa posición, según De Lajonquiere, el alumno le da lo que él quiere alienándose, tomando distancia, con el fin de cumplir con esta normativa para no ser castigado con una mala calificación o ser llevado hasta la dirección.

VOLVER A MIRAR LA PRÁCTICA ESCOLAR

Frente a este panorama lo que se requiere es volver a mirar (Nicastro) lo ya conocido como una invitación a empezar de nuevo.

Si bien necesitamos de leyes trascendentes, dado a que las mismas son importantes para el funcionamiento de la escuela, es necesario revisitar las practicas docente, para que las reglas inmanentes que se impongan

temporariamente se adapten al grupo, a sus características y sus intereses, dando de esta manera paso a un aprendizaje significativo, rompiendo así con lo instituido.

Reevaluar las prácticas que se llevan a cabo dentro de esta escuela: Una de ellas es la audiencia disciplinar, en la que el alumno que esta por ser expulsado por mala conducta, presencia la reunión en la que se decidirá sobre su futuro escolar, exponiéndolo a explicar lo sucedido, aunque de manera implícita su justificación no sería tomada en cuenta.

En una situación puntal de la película se observa al profesor de historia pidiendo sugerencias al profesor de lengua sobre la selección de textos a realizar para el corriente ciclo lectivo. El profesor de lengua parecía no tener confianza en que sus alumnos tuvieran la capacidad de comprender la complejidad de los textos pensados por el profesor de historia, bajo el argumento es "muy difícil para ellos". A partir de esto, podemos decir, en términos de Birgin, que

es el docente quien debería habilitar al otro en un acto de confianza, posibilitando la transmisión de la cultura, dejando un legado y permitiendo a la vez que algo nuevo aparezca: confianza en que estos chicos que devienen de una sociedad fragmentada pueden aprender.

Hay que pensar otra escuela que reconozca las bases de las que tuvimos y que piense de otro modo los desafíos que nos plantea el nuevo tiempo. Hacer una escuela que aloje, hospede, resguarde, de hospitalidad a la infancia en esta sociedad fragmentada.