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Editor: Rael Salvador l Diseño: Arturo Corpus l [email protected] / [email protected] DOMINGO 22 de febrero de 2015 / Núm. 203 Foto: Cortesía Editor: Rael Salvador l Diseño: Arturo Corpus l [email protected] / [email protected] DOMINGO 22 de febrero de 2015 / Núm. 203

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Editorial El Vigía - Palabra 22 de Febrero de 2015

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DOMINGO 22 de febrero de 2015 / Núm. 203

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No. 203/ 22 de febrero / 2015

Suplemento Cultural de

POR JORGE VALENZUELA

P arece ser que estamos tan acostumbrados a la violencia, que no

somos capaces de recono-cerla en escenas pequeñas, cotidianas. Necesitamos que aparezca en todos los medios, que todos estén ha-blando de ella, que se hagan campañas publicitarias, que se escriba en mayúsculas y con signos de admiración para reconocerla, para acep-tar que está ahí y que la vi-vimos.

Pero la violencia no sólo está en las grandes noticias, en las primeras planas, en los titulares que se escriben en negritas. No, la violencia es-tá en todos lados, está en el muchacho que azota la puer-ta cuando entra a su habita-ción después de discutir con sus padres, está en los perros (dueños de espacios) que la-dran y enseñan los dientes cada vez que alguien pasa cerca de ellos, en las parejas que discuten por saber quién quiere más al otro, en los choferes de autobuses que siempre gritan a alguien o a algo, en los drogadictos re-formados que venden dulces con miradas amenazadoras y sonrisas que tratan de pare-cer amigables, en los niños que golpean el suelo cada vez que se tumban a hacer un berrinche.

No es necesario ver pelícu-las en las que todo mundo dispare un arma para ver una escena ensangrentada y violenta. Basta con salir a la calle o, incluso, quedarse en casa: abrir los ojos, aguzar los oídos y estar atentos a lo que ocurre.

Ante los grandes actos de violencia nos enojamos, nos indignamos, hacemos mani-festaciones, exigimos justi-cia, alzamos la voz sin ser, la

mayoría de las veces, escuchados (razono en los padres de los normalistas de Ayotzinapa), algunas veces generamos más violencia en medio de nuestros actos de indignación. ¿La violencia es el contraveneno de la violen-cia? Probablemente, pero en otra forma. Y ante los peque-ños gestos violentos, como un hombre que golpea a una mujer en un lugar público, ¿qué hacemos? Nada. Mira-mos hacia otros lugares (de repente, cualquier cosa ridí-cula resulta muy interesante como para no voltear a vuel-ta durante un buen rato), sil-bamos mirando hacia el cielo y, con las manos en nuestra espalda, como lo han hecho mucho personajes de dibujos animados, simplemente de-jamos que la escena termine, y continuamos con lo que es-tábamos haciendo antes de la interrupción.

¿Por qué actuamos así? ¿Por qué aceptamos la violencia? Habría que preguntarle a al-guien que entienda más so-bre el tema: a nuestros ante-pasados (aquellos que iban a las guerras y que realizaban sacrificios), quizá.

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POR GABRIEL RÍOS C.

P ara tratar de comprender los fenóme-nos de las sociedades posmodernas,

se sugiere la lectura del libro Campo de guerra, de Sergio González Rodríguez, Premio Anagrama de Ensayo 2014.

La de� nición de “campo”, según el autor de Huesos en el desierto (2002) y El hom-bre sin cabeza (2009), es ese encuentro con

los públicos o muche-dumbre, inscritos en el contexto de estrategias, leyes y reformas.

Cualquier forma imaginada de acep-tación de sucesos actuales que afectan

a la población, políticos, claro, se mueven indistintamente entre la corrupción, la im-punidad y la legalidad-ilegalidad.

El encuentro con el concepto “trans-humanismo” citado por Sergio Gonzalez Rodríguez, re� ere explícitamente a los países, como es el caso de México, inva-dido por la técnica y, más que nada, por el militarismo.

En el libro comentado, bitácora, tal vez, aparecen y desaparecen diseños, artefactos, fotografías, cartografías y mapa(s) de “la suave patria”, por cierto, una de las más “manoseadas” en el mundo occidental.

Ante tantos movimientos trepidantes, se recrean grupos paramilitares, pandi-llas, cárteles entrenados por los ejércitos de Estados Unidos y México, al servicio del primero (Los Zetas) procurando así su poder hegemónico.

Con el letal objetivo de desviar la mirada y atención de millones de espectadores, se minimizan o maximizan noticias, las que se convierten en el entretenimiento de un país asolado por los medios de comuni-cación.

De acuerdo a lo “aprehendido” en Cam-po de guerra, un horizonte infeccioso, depredatorio, blindado y totalitario, nos acecha con el incremento del trasiego de drogas y armas, obra y gracia del amigo americano.

La guerra en México dilata su geografía creando una idea, desde la óptica de cierto observador que le “rasca” hasta encontrar el Tratado de Wesfalia, 1648.

Combatir el narcotrá� co con� ere desgastarse en la “fricción”, por lo que multitud de agencias que llevan a cabo labores de la CIA, ejemplo de ello, la � r-ma Straff er, que por cierto, le permitió a empresarios chinos, apropiarse de predios y casa abandonadas por sus propietarios en Ciudad Juárez.

González Rodríguez menciona la pala-bra anamorfosis, que aparece en el libro De Giorgio Egamben, Homo sacer. El saber soberano de nuda vida que en su concepto más escueto –nuda vida– es una � gura del derecho romano arcaico.

Ante la inseguridad y violencia, el presidente mexicano actual, encadena discursos, polvo en el aire, “porque esta-mos limpiando la casa”. En la pérdida sólo queda la porosidad de las palabras que se traducen en un asqueroso cinismo.

No dejamos de coincidir con Sergio González Rodríguez, que en México, las autoridades incumplen y vulneran pre-ceptos constitucionales, incluso desde sus propuestas de reformas jurídicas, con la complicidad del poder legislativo.

Por cierto, el autor de este magní� co do-cumento, no recurrió a la � cción, ni a la entrevista “para pasar a la historia” –con la Tuta, por ejemplo-, sencillamente porque los asuntos que contiene Campo de guerra agreden nuestra dignidad, anhelos e ilusio-nes y con ello nuestro ser se va diluyendo de manera dramática.

Escribe el Premio Casa América Ca-talunya a la Libertad de Expresión 2013, que las organizaciones en pro de la paz en el mundo, requieren mucho más de lo que proyectan para el futuro, “pues urge conocimiento y crítica de la realidad, sus inercias y funcionamiento profundo más completos”.

Quien fuera el coeditor del suplemento que hizo época en los noventa, El Ángel del periódico Reforma, re� exiona al � nal de Campo de guerra: “La humanidad nunca supo tanto, como ahora, sobre la naturaleza y la composición del cosmos, y jamás estuvo más lejos de las estrellas que en el presente”.

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NUDA VIDA , POLVO EN EL AIRE, CINISMO

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Dirección GeneralJorge Camargo

Director EditorialAriel Montoya

EditorRael Salvador

Editor de FotografíaJorge Calderón

Críticos / Colaboradores Héctor García Mejía, Marcela Danemann, Ruth Gámez, Arnulfo Estrada, Federico Campbell (†), Olga Aragón, Javier Cruz, Jorge L. Osiris Fernández, Gerardo Sánchez, Montserrat Buendía, Sergio Gómez Montero, Elia Cárdenas, Jesús López Gorosave, Patrick Liotta, Paúl Nazar, Renata Sández Oseguera, Lauro Acevedo, Benjamín Pacheco, Heberto J. Peterson L., Iliana Hernández P., María Eugenia Bonifaz de Novelo, Enrique A. Velasco Santana, Mélida ojeda López, Kepa Murua, Dr. David Rodríguez de la Peña, Ana M. Mora, Herandy Rojas, Manuel Guillén, Alina I. Gallardo, Ramiro Padilla, Daniel Salinas, Óscar Ángeles Reyes, Gerardo Ortega, Deÿ López, Aldo Calderoni Etcheverri, Elba Jordán S., Gabriel Ríos C., Diana Venegas, Fernando Macillas T., Jaime E. Delfín V., Manuel Quintero, Martín Caparrós, Eduardo Cruz Vázquez, Norma Herrera, Jorge Valenzuela, Miguel Lozano, Jhonnatan Curiel, Gustavo Dessal, Óscar Villarino Ruiz, Alberto Manguel, Alicia González, Carmen Gaitán, Myriam Moscona y Martín Solares.

Corresponsal en FranciaCony Singüenza

Corresponsal en ItaliaFerdinando Scianna

Corresponsal en ChileRamón Ángel Acevedo, “Rakar”

FotografíaEnrique Botello

Correo electrónico [email protected]@elvigia.net

Teléfonos para publicidad120.55.55, ext. 1023Ensenada, B.C. México.

NOTAS DE UN MARGINADO

Violencia

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3DOMINGO 22 de febrero de 2015

ALEATORIEDADESCUANDO LA LECTURA SE TRANSFORMA EN EXTRAVAGANCIA

Por Daniel Salinas Basave

DE HABER VIVIDO en el siglo XXI, Emma Bovary posiblemente no hubiera leído nun-ca un libro. Puedo apostar, doble contra sencillo, a que Emma sería una adicta al Facebook, a las telenovelas y a las comedias románticas, pero no a la lectura.

El personaje de Flaubert –una mujer ca-sada, de la clase media normanda, a me-diados del siglo XIX– fue una consumada lectora porque en la Francia rural de 1851 no había demasiadas alternativas para una aburrida señora cuya cabeza estaba infesta-da de pájaros.

Madame Bovary leía porque sus noveli-tas rosas eran la única alternativa disponi-ble para combatir el tedio y evadir una ruti-na que detestaba.

Si Emma hubiera nacido en la Normandía medieval o en algún momento anterior a la Ilustración, los libros no hubieran formado parte de su vida, pues el analfabetismo era la norma en las mujeres y las tardes de su vida se habrían diluido bordando o rezan-do el rosario.

Acaso el siglo XIX haya sido la apoteosis de la novela en el mundo occidental porque las clases medias ya estaban alfabetizadas, con-taban con tiempo libre y carecían de distrac-tores. En los muelles de Boston había lar-gas fi las y tumultos de desesperados lecto-res que aguardaban con ansias la nueva en-trega de Charles Dickens que llegaba en bar-co desde Londres.

Los libros eran amos y señores del tiem-po libre de miles de personas, y fue por ello que Dickens, Balzac o Víctor Hugo se con-virtieron best sellers. Sus novelas no debie-ron competir con el cine, la tele o las redes sociales. El caso de México es extraño, pues en 1910 más del 80% del país era analfabe-

to, pero ese 20% alfabetizado leía y mucho, lo que hoy ha dejado de ocurrir. En 2015 la in-mensa mayoría de los mexicanos sabe distin-guir las letras y leer una oración, pero incluso quienes presumen posgrados y elevados car-gos públicos son analfabetas funcionales.

El lector puro se está transformando en una extravagancia.

Aunque en México se celebra la mayor fe-ria libresca del mundo de habla hispana y aún hay libros en papel que venden dece-nas de miles de ejemplares (basura, como las Cincuenta sombras de Grey, por des-gracia), la realidad es que el lector puro se está convirtiendo en algo tan raro como un monotrema.

Cierto, puede haber todavía un mundo y una industria girando en torno a la literatu-ra, pero los libros están exiliados de nuestra vida cotidiana.

Mi parámetro para medir cuántos lecto-res hay realmente en este país no son las multitudes que abarrotan una conferen-cia en la FIL de Guadalajara o en Palacio de Minería, sino la imposibilidad de topar con una sola persona leyendo en la larguí-sima fi la de un banco o en el tedioso viaje en transporte público.

Nuestra vida está infestada de distractores. Quien no tiene el hábito de la lectura desde la temprana juventud difícilmente va a ad-quirirlo en un entorno y un estilo de vida en donde el libro no cabe.

Ser lector requiere voluntad en estos tiem-pos. A veces parece que vamos en contra del espíritu de la época enarbolando una bande-ra de resistencia. Somos una especie en ex-tinción, el non plus ultra de la extravagan-cia, una vela en la tormenta que contra to-dos los pronósticos, no se apaga.

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ECONOMÍA CULTURAL: DOMINIOS

NO HAY FESTIVAL; HAY PROBLEMAS

Por Eduardo Cruz Vázquez

LOS FESTIVALES, como las ferias, son mo-delos de economía cultural que generan nu-merosas cadenas de valor. Aunque insufi -cientemente estudiados sus ecosistemas, las cifras disponibles –escasas y poco confi a-bles– son reveladoras de su impacto en las comunidades donde tienen lugar.

Veamos algunos casos de 2014. La FIL Guadalajara, vista como proceso anuali-zado, estimó sus derramas en alrededor de 4 mil millones de pesos (mdp). Se ne-gociaron 520 mdp en derechos. Dispuso de aproximadamente 74 mdp de presu-puesto y la visitaron 767 mil personas. Del Festival Cervantino se calcularon en 450 mdp los benefi cios con un fl ujo de 500 mil visitantes.

La Cumbre del Tajín habló de una de-rrama de 240 mdp, con una afl uencia de 510 mil personas. El Festival Internacional de Cine de Morelia contó con 28 mdp de presupuesto y atrajo 120 mdp a la econo-mía local.

El Hay Festival Xapala se realiza desde 2011. Su situación es particular. La cele-bración literaria se rige por una suerte de modelo de franquicia de un organismo social-privado con sede en Gales. En los informes disponibles no se especifi ca el costo de cada una de las cuatro versio-nes que han tenido lugar. Tampoco se sabe el mon-to que paga el gobierno de Veracruz por el derecho a ser sede y de los benefi cios que implica.

El primer año reunió a 20 mil espectadores, en 2012 a 28 mil, en 2013 a 30 mil y en 2014 a 31 mil. Estos da-tos podrían refl ejar un tope crecimiento por las condiciones de tiempo y lugar. En los documentos consultados, para el año 2013 se valoró el Free Press en 1 millón 160 mil dólares. El año pasado el valor de las notas publicadas sin pagar por ellas lo estimaron en más de 15 millones de pesos.

Un denominador común de estos eventos es que cuentan con un monto de fi nanciamiento público. Es decir, gasto sujeto a auditoría. En lo que toca al Hay Festival, como lo reconociera el gober-nador Javier Duarte, “existen contratos fi rmados por ambas partes” (Diario de

Xalapa, sábado 7 de febrero).En su defensa que le corresponde como

cliente, el mandatario veracruzano afi rmó que “ellos fueron los que nos solicitaron en su momento venir a Xalapa, nos solicitaron fi rmar contratos para que tuvieran la cer-teza de que el Hay Festival iba a continuar, tenemos esos documentos, incluso como testigo de honor la propia embajadora del Reino Unido en México, sin embargo la de-cisión es de ellos”.

De esta manera, Hay problemas. Y se-rios. De orden jurídico, económico y po-

lítico. Hay un vendedor que incumple y un cliente que además falta a un ter-cero que paga (impuestos) para obtener benefi cio de un producto: de consumi-dores a proveedores. Por si fuera poco, hay un con-fl icto político, en virtud de que estamos en el año del Reino Unido en México y de México en el Reino Unido. Incluso, afectaciones a los derechos culturales y un costo incalculable de mar-ca-país.

No se puede estar de acuerdo con el go-bernador Duarte cuando dice: “nosotros no vamos ejercer ningún derecho, el derecho que tenemos de obligarlos a venir, sin em-bargo, respetamos, no compartimos sus decisiones, pero respetamos hacer un fes-tival de forma virtual, pero habrá un fes-tival en Xalapa”. El mandatario debe des-plegar sus responsabilidades y transparen-tar el uso de recursos. La organización Hay Festival debe cumplir o sujetarse a las san-ciones del caso.

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ECONOMÍA CULTURAL: DOMINIOS

NO HAY FESTIVAL; HAY PROBLEMAS

“Un denominador común de estos eventos es que

cuentan con un monto de

fi nanciamiento público. Es decir,

gasto sujeto a auditoría”

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LLAMADO DE ERRI DE LUCA: “SI MI OPINIÓN ES UN DELITO, NO VOY A DEJAR DE COMETERLO”

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Juzgado en Tu-rín, por instiga-ción al sabotaje, el escritor italia-no Erri de Luca,

lección viva para todos los hombres, sentencia: “Si mi opinión es un delito, no voy a dejar de cometerlo”.

De Luca será procesado por el crimen de ejercer el “derecho a la palabra contraria”.

Ha declarado, prensa abierta al mundo, que la construcción del tren de alta velo-cidad (TAV) que uniría Turín (Italia) con Lyon (Francia), vía los Alpes, debía ser “saboteado”.

La historia: Diez años atrás recibió la noti-cia de que la policía irrumpió a bastonazos, a medio de la noche, en un campamento de activistas del grupo No-TAV que, desde hace dos décadas, se oponen a la perforación de unas montañas del valle de Susa repletas de uranio y asbesto (cancerígenos).

Un intelectual que es consecuente con las palabras que pronuncia, un escritor que fi rma con su alma el humanismo que deposita en sus libros, un hombre que, pluma en mano, refrenda el activismo que le ha caracterizado desde siempre

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LLAMADO DE ERRI DE LUCA: “SI MI OPINIÓN ES UN DELITO, NO VOY A DEJAR DE COMETERLO”

4 DOMINGO 22 de febrero de 2015 5DOMINGO 22 de febrero de 2015

“Temer al amor es temer a la vida, y los que temen a la vida ya están medio muertos”. Bertrand Russell.

S oñé el nombre de un escritor italia-no toda la noche.Soñé reiteradamente su nombre:

como una oración, como un mantra, co-mo el murmullo de una clave misteriosa.Lo soñé, no sé por qué… Quizá, ahora lo pienso: ¿porque ya le había leído?Era un librito azul, de la editorial Siruela, con caracteres hebreos en la portada y, así, en cada una de sus hojas.Se llamaba: En el nombre de la madre, la historia de amor más prodigiosa de todos los tiempos.Lo leí hace años, me agradó muchísimo, puedo decir que en extremo; recuerdo que, seducido y embelesado, memoricé pasajes completos, pero luego entris-tecí porque ya no pude conseguir más obras de él, mi nuevo huésped y apre-ciado autor.Ahora su nombre resuena como un tam-bor de agua en mis consciencia.Ilusión que bendice al sueño, como una de esas esferas embarazadas de diamantina que se agitan en Navidad y así la lentitud queda atrapada en nuestras vidas frente a un árbol que multiplica, reiterante, la canción de sus luces. Hay en mí fragmentos de ese librito que no he podido olvidar –¡qué pri-vilegio, la belleza que no abandona!–, que en voz de Myriam /María, la pro-tagonista y madre del hijo de diciembre, decía en uno de ellos: “A los hombres les hacen falta palabras para fundamentarse, las del ángel eran para mí viento que dejar correr. Traía palabras y semillas, a mí me bastaba una”.Ahora, después de tanto tiempo, le sue-ño. Con una confianza inminente, salgo en busca de Erri De Luca a los estantes de las librerías. Le encuentro.Se trata de El peso de la mariposa (Sexto Piso, 2012). Delicia de la naturaleza y el hombre, una fabula inmejorable: beso de luz al oscuro temple de la vejez, la digni-dad y la muerte.Por todo lo anterior, transcribiré un frag-mento inmejorable de otro de sus libros: Un día antes de la felicidad (Sexto Piso, 2010), que refleja la escuela que, por su legado, mi generación debería idolatrar: “Me gustaba el colegio. El maestro ha-blaba a los niños. Yo venía del cuartucho, donde nadie me hablaba, y allí había al-

guien a quien escuchar. Me aprendía to-do lo que decía. Era algo hermosísimo un hombre que les explicaba a los niños los números, los años de la historia, los luga-res de la geografía. Había un mapa colo-reado del mundo, alguien que no había salido nunca de su ciudad podía conocer África, que era verde, el Polo Sur, blanco, Australia, amarilla, y los océanos, azules. Los continentes y las islas eran de género

femenino, los mares y los montes, masculinos. “En el colegio estaban los pobres y los demás. Los de la pobreza como yo recibían a las once un trozo de pan con mer-melada de membrillo, que nos traía el bedel. Con él entraba un olor

a horno con el que se te hacía agua la boca. A los demás, nada, ellos tenían un almuerzo que se traían de su casa. Otra diferencia era que los de la pobreza lle-vaban en primavera la cabeza rapada a causa de los piojos, los demás conserva-ban el pelo. Se escribía con plumilla y con la tinta que estaba en cada pupitre dentro de un agujero. Escribir era una pintura, se mojaba la plumilla, se dejaban caer las gotas hasta que sólo quedaba una y con ésta podía escribirse casi media palabra. Después se mojaba otra vez. Nosotros los de la pobreza secábamos la hoja con el aliento cálido. Bajo el soplido, el azul de la tinta temblaba cambiando de color. Los demás secaban con el papel secante. Era más hermoso nuestro gesto, que levanta-ba viento sobre la hoja extendida. Los de-más, en cambio, aplastaban las palabras bajo la cartulina blanca”. (R.S.)

UN DÍA ANTESDE LA FELICIDAD

“Resuena su nombre como un tambor de agua en mis consciencia”

En 2013, oposición básica, declaró: “Las mesas de negociación del Go-bierno han fracasado. El sabotaje es la única alternativa”. La empresa francesa, constructora LTF, querelló contra el autor de Los peces no cierran los ojos, de tal forma que la �scalía de Turín lo procesa por el delito de “incitación a la violencia” (penalizado entre uno y cinco años de cárcel).

La respuesta sigue siendo “sabotaje”, y un libro (cien páginas) donde Erri De Luca explica sus “razones cívicas” y su “deber, antes que derecho, a la palabra contraria”.

IIPero, ¿quién es este hombre? Erri De Luca es un escritor sin igual. Su prosa cuida hasta la más mínima

pulcritud nostálgica, como si constru-yera un puente, sólido y elegante, donde el pasado des�lará en los colores de su propia �esta: su remembranza nos dice que la vida pasada no es una espina en sepia, ni una sorda imagen de guerra en blanco y negro.

Hay en sus relatos una recuperación de las emociones a través de las palabras justas, históricas, equitativas, honestas, naturales…

El placer de leer El peso de la mariposa y El día antes de la felicidad me llevó al encuentro de Los peces no cierran los ojos.

IIIAl terminar de leer Los peces no cie-

rran los ojos, trataba de mantener sin parpadear los míos, sólo para sostener en ellos la imagen que �ota, sinuosa y desamparada ya del teatro de mi mente, de un bello �n de lectura en el espejo feliz de lamento contenido.

Dado el lector, ¿literatura rosa y lágri-mas negras? Tratándose de mí, sí. Lite-ratura que surge de un mar que se des-gaja de un arco iris y revienta en cada una de las letras que componen el libro, como si fueran el tornasol de un cardu-men bebiéndose la luz con la piel.

Dejo el libro y canto: llueven pétalos de escamas.

IVLos peces no cierran los ojos trata de

un hombre que recuerda el verano de sus diez años en un pueblo costero

cerca de Nápoles, la preadolescencia del amor: el más dulce, literario e ino-cente de los castigos divinos, aparte de ser poeta. Quiero que lo leído no sea únicamente el tejido luminoso de la imaginación, sino la realidad, hierro y carne, chispa y espíritu del autor puestos en la parrilla del libro, sobre todo esa imaginación que no escapa de las mandíbulas de Nabokob, cuan-do sentencia: “La imaginación, supre-mo deleite del inmortal y el inmaduro, debería ser limitada”.

Bueno, a catar, cantar y danzar, y leer libros.

VErri De Luca nació en Nápoles, Italia,

en 1950. A los dieciocho años parti-cipó en el movimiento del 68 y pos-teriormente fue miembro del grupo Lotta Continua. Ha trabajado como albañil y camionero, y durante la gue-rra de los Balcanes fue conductor de vehículos de apoyo humanitario. Es un apasionado alpinista. Es autor de más de cincuenta obras, entre las que des-tacan: Aquí no, ahora no; Tú, mío; Tres caballos; Montedidio; El peso de la ma-riposa; o La palabra contraria. Aprendió de forma autodidacta diversas lenguas, como el hebreo o el yiddish, y ha tra-ducido al italiano numerosos textos, entre ellos algunos de los libros de la Biblia. Considerado uno de los autores italianos más importantes de todos los tiempos, sus libros han sido traducidos a 23 idiomas. Ha sido galardonado con varios premios, entre los que destacan el Premio France Culture y el Femina Étranger en Francia, o el Premio Petrar-ca en Alemania.

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“Su remembranza nos dice que la vida pasada

no es una espina en sepia, ni una sorda

imagen de guerra en blanco y negro”

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6 DOMINGO 22 de febrero de 2015

Es originario de Buenos Aires, Argentina. De ocupación electricista, con la fotografía ofrece la lectura de su mundo.La Foto de la Semana es un reconocimiento que se otorga por el mayor número de votos,

avalando el dominio del tema, en el sitio de Facebook Fotografía Diaria.

FOTO DE LA SEMANA: DESENFOCADO CUENTO

NIÑOS DE LA CALLE …

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P H J. P L

R enato, invitado por la primera dama del municipio, Cristina, una mujer extraordi-

naria, con gran sensibilidad política, entendi-da ésta como servicio hacia los demás, pero tristemente viviendo sus últimos días, tomó posesión de la dirección de la Casa de Varo-

nes que ella, gracias a su gran sensibilidad, fundó sin haber podido estar presente el día de la inauguración.Se formó un consejo para la toma de decisiones, integrado por particulares, y el personal aparte de Renato, instituido por psicólogas y trabajadoras

sociales, entre otros.Para Renato, como para los miembros del consejo, el trabajar al servicio de los niños de la calle era un camino inédito. Lo que motivaba el interés por servir era el liderazgo que Cris-tina, ya fallecida, y su esposo ejercieron para esta noble obra.Renato sabía que la clave de su desempeño estaba en apoyar la creatividad e iniciativas de psicólogos y trabajadores sociales y en las reuniones que el mismo propiciaba. Siempre estaba presente para ver los planes de acción, los programas, los expedientes y casos de to-dos y cada uno de los niños que estaban allí, más los que se irían integrando.Cada niño era una historia personal y requería un tratamiento especial. Hay niños que son muy agresivos porque el medio en el cual cre-cieron así era y no conocían otra manera de defenderse, de abrirse paso en la vida; otros eran arrojados a la calle para obtener dinero y llevarlo a su casa donde algún padre parásito los esperaba para exprimirlos y vivir de ellos; otros eran hijos de madres que nunca esta-ban en la casa y los dejaban a la deriva en un entorno dentro del cual tendrían que sobre-vivir; otros, inestables, que iban y venían a sus hogares valiéndose de mil maneras para irla

llevando. En todos ellos, la marca del dolor, el sufrimiento, el abandono, la indiferencia y una existencia sin sentido y sin rumbo…Renato tuvo el cuidado de irse ganando el ca-riño de muchos de ellos, de tratar de compren-der sus actitudes y, al mismo tiempo, con la orientación de los psicólogos ir viendo el cómo poderlos integrar a un medio “normal”.El convivir con estas criaturas tiene una fuerte carga emocional, dependiendo mucho de la sensibilidad de cada persona, y en el transcur-so del trato con ellos se van presentando un sinnúmero de situaciones que la experiencia va enseñando a sortear.Renato y el personal estaban en el campo de batalla. El Consejo se encontraba al pendiente y tenía reuniones para conocer la problemática y tomar las decisiones importantes. Unos se interesaban por el aspecto humano, otros más por el material y financiero; en unos había más comprensión y otros eran más fríos.Renato, por cuestiones de salud, tuvo que ser operado del corazón, y ya en estado de recu-peración lo citó el presidente del consejo para liquidarlo amablemente, pero diciéndole que lamentaba que algunas cosas no se las hubie-ra dicho. Renato se extrañó del comentario, pero viendo que ya no volvería a la dirección para servir a los niños, con quienes se había encariñado, no dijo nada ni preguntó un tanto decepcionado, además que estaba algo depri-mido tratando de digerir su situación, y como ya no era útil, no le dieron tiempo para ver más frutos, pues... humanamente lo liquidaron.Pasaron algunos días y en un teatro, donde se desarrolló un evento oficial al que asistió, hu-bo un momento en que se vio rodeado de los niños de la Casa para Varones llorando porque “los había dejado”.Ya en su casa, se dijo así mismo: “Ese fue mi mejor premio”, el verdadero agradecimiento y único que recibió; no el del consejo, sí el de los niños, que con sus lágrimas le dijeron: ¡Apro-bamos tu gestión!

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7DOMINGO 22 de febrero de 2015

APRENDIZAJE A LA MUERTE

MI PROPIA VIDAPor Oliver Sacks* 19 de febrero de 2015

H ace un mes sentía que gozaba de buena salud, incluso una ro-busta condición física, a mis 81

años todavía nado un kilómetro y me-dio al día. Pero mi suerte se ha agotado, hace algunas semanas me enteré de que tengo múltiples metástasis en el híga-do. Nueve años atrás se me descubrió un tumor raro en el ojo, un melanoma ocular. Aunque la radiación y láser que se utilizó para removerme el tumor ter-minó por dejarme ciego de ese ojo, sólo en casos muy raros dichos tumores se diseminan. Estoy entre el 2% de los des-afortunados.Me siento agradecido por los nueve años que gocé de buena salud y que fui productivo desde el diagnóstico original, pero ahora estoy frente a frente con la muerte. El cáncer ocupa un tercio de mi hígado y, aunque su avance pueda ser retrasado, este tipo específico de cáncer no puede ser detenido.Me corresponde elegir cómo vivir en los últimos meses que me restan. Tengo que vivir de la manera más rica, profunda y productiva que pueda. Para lograrlo, me animan las palabras de uno de mis filósofos favoritos, David Hume, quien al enterarse de que estaba mortalmente enfermo a la edad de 65 años, escribió una pequeña autobiografía en un solo día, abril de 1776, la cual tituló Mi pro-pia vida.“Ahora contemplo una disolución rá-pida”, escribió Hume. “He sufrido muy poco dolor a causa de mi enfermedad, y lo que es más extraño, no ha habido, a pesar del gran deterioro de mi persona, un momento en que haya languidecido mi espíritu. Poseo el mismo ardor de siempre por el estudio y la misma ale-gría al estar acompañado”.He sido afortunado de haber superado los ochenta años y los quince años que se me ha permitido superar los sesenta y cinco de Hume, han sido igualmente ricos en trabajo y amor. En ese tiempo, he publicado cinco libros y terminado una autobiografía (más larga que la de Hume, de tan sólo algunas páginas) que será publicada en la primavera; además tengo otros libros casi terminados.Hume prosiguió: “Soy un hombre de temperamento moderado, en control de su carácter, abierto, sociable y de humor

entusiasta capaz de apegos pero con po-ca tendencia a la hostilidad y con una gran mesura en todas mis pasiones”.Aquí me aparto de Hume. Mientras que yo he disfrutado de amorosas relacio-nes y amistades, además que no poseo enemistades, no puedo decir (ni nadie que me conozca lo diría) que soy un hombre de temperamento moderado, al contrario, soy un hombre de natura-leza vehemente, de entusiasmo violento y de extremo desenfreno en todas mis pasiones.Sin embargo, una línea del ensayo de Hume me impacta por ser especialmente verdadera: “Es difícil”, escribió, “ser más indiferente ante la vida de lo que soy en el presente”.En los últimos días, he sido capaz de ver mi vida como desde grandes alturas, como una especie de paisaje, con un profundo sentido de conexión de todas sus partes. Esto no significa que he ter-minado mi relación con la vida.Al contrario, me siento intensamente vi-vo, quiero y deseo en el tiempo que me queda, profundizar en mis amistades, decir adiós a aquellos que amo, escribir más, viajar si tengo la fuerza, alcanzar nuevos niveles de comprensión e in-trospección.Esto requerirá de audacia, claridad y ha-blar de frente al tratar de ordenar mis cuentas con el mundo. Habrá tiempo también para la diversión (e incluso pa-ra algunas tonterías).Siento un repentino y claro enfoque, una perspectiva clara y centrada. No hay tiempo para nada innecesario. De-bo enfocarme en mi mismo, en mi tra-bajo y amigos. No debo ver el noticia-

rio NewsHour cada noche. No debo prestar más atención a los políticos o a las discusiones sobre calentamiento a las discusiones sobre calentamiento global.Esto no es indiferencia sino desapego, me sigue interesando profundamen-te lo relacionado al Oriente Medio, el calentamiento global, la creciente desigualdad, pero esto ya no me co-rresponde, estas situaciones pertene-cen al futuro. Me place conocer gente joven con talento, incluso a los que me hicieron la biopsia y diagnosticaron mi metástasis. Siento que el futuro está en buenas manos.He permanecido cada vez más consciente, en los últimos diez años o más, de las muertes de mis contemporáneos. Mi generación va de salida y cada muerte la he sentido como un desprendi-miento y desgarre de una parte propia. No habrá nadie como nosotros cuando nos hayamos ido, así como no hay nadie como ninguno, jamás. Cuando alguien muere no puede ser re-emplazado, deja espacios que no pueden ser ocupados, así es el destino; el genético y neuronal destino de cada ser humano al ser un individuo único que encuentra su propio camino, vive su propia vi-da, muere su propia muerte.No puedo pretender que no tengo miedo. Pero el sentimiento predo-minante en mí es el de gratitud. He amado y he sido amado; se me ha dado tanto y he dado algo de vuelta; he leído y viajado, pensado y escrito. He hecho el amor con el mundo, ese amor tan espe-cial del escritor con el lector.Pero por encima de todo, he sido un ser consciente, un animal pensante en este hermoso planeta, que en sí mismo ha si-do un enorme privilegio y aventura.

(Traducción, exclusiva para de Iliana Hernández Partida.)

*Profesor de neurología en la New York University School of Medicine, es el autor de muchos libros,

incluido Despertares y El hombre que confundió a su mujer con un sombrero

Fuente: The New York Times.

a las discusiones sobre calentamiento a las discusiones sobre calentamiento

Esto no es indiferencia sino desapego, me sigue interesando profundamen-te lo relacionado al Oriente Medio, el calentamiento global, la creciente desigualdad, pero esto ya no me co-rresponde, estas situaciones pertene-cen al futuro. Me place conocer gente joven con talento, incluso a los que me hicieron la biopsia y diagnosticaron mi metástasis. Siento que el futuro está

He permanecido cada vez más consciente, en los últimos diez años o más, de las muertes de mis contemporáneos. Mi generación va de salida y cada muerte la he

no pueden ser ocupados, así es el destino; el genético y neuronal destino de cada ser humano al ser un individuo único que encuentra su propio camino, vive su propia vi-

No puedo pretender que no tengo miedo. Pero el sentimiento predo-minante en mí es el de gratitud. He amado y he sido amado; se me ha dado tanto y he dado algo de vuelta; he leído y viajado, pensado y escrito. He hecho el amor con el mundo, ese amor tan espe-

Pero por encima de todo, he sido un ser consciente, un animal pensante en este hermoso planeta, que en sí mismo ha si-do un enorme privilegio y aventura.

(Traducción, exclusiva para Palabra,de Iliana Hernández Partida.)

New York University , es el autor de muchos libros,

El hombre que confundió a su mujer con un sombrero.

Fuente: The New York Times.

Foto

: Cor

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a

“He amado y he sido amado; se me ha dado tanto y he dado algo de

vuelta; he leído y viajado, pensado y escrito. He hecho el amor con el mundo, ese amor tan

especial del escritor con el lector”

Page 8: 22 03 2015 palabra

DOMINGO 22 de febrero de 20158

NUMERALIA

Biblioteca breve (en español) de Erri De Luca:

2015, La palabra contraria.

2014, Aquí no, ahora no.

2013, Tú, mío. / El crimen

del soldado.

2012, Los peces no cierran

los ojos.

2011, El peso de la

mariposa.

2009, Un día antes de la

felicidad.

2007, En el nombre de la

madre.

2006, Tras las huellas de la

nieve. En el Himalaya con

una mujer alpinista.

2005, El contrario de uno. /

La urgencia de la libertad.

2004, Montedidio.

2002, Tres caballos.

Por Iliana Hernández

“Únicamente son valiosas las ideas que se obtienen al caminar”. Nietzsche.

W ild (Alma salvaje) es la película por la que Reese Whiterspoon ha sido nominada al

Oscar como mejor actriz, dirige el canadiense Jean-Marc Vallée. Esta historia, basada en la novela de

Cheryl Strayed con el mismo título, es un viaje a los terrenos áridos en que se convierte el ser humano tras un profundo dolor, un caminar hasta purgar los demonios, hasta vencerse.La caminata es para muchos un

medio para reflexionar y acceder a lugares, sea cielo o infierno, que se cargan sobre los hombros desde que amanece. Caminando se desmenuzan esos detalles que pasan desapercibidos cuando se está sentado frente al televisor o la computadora; el filósofo francés Frédéric Gros sostiene en su obra Andar. Una filosofía (2014), que escritores y filósofos como Rousseau, Kant, Robert Louis Ste-venson, Nietzsche, Jack Rimbaud y Kerouac fueron caminantes infatigables.

Dice Gros que al tomarse la decisión de caminar, emprender el movimiento del cuerpo hacia un punto (que puede no ser específico, pero que tienda al sendero, a la inmersión en la naturaleza) es una invocación de lo salvaje, un llamado que siempre está a punto del alarido cuando las presio-nes a las que obliga la ciudad y el claustro, de una casa donde la única ventana que deja pasar luz es la pantalla de la computadora.

En la película, Cheryl Strayed decide emprender la ruta del Pacific Crest Trail, tres meses que la lle-varán desde el desierto estadounidense de Mojave hasta la frontera con Canadá; inexperta excursio-nista, halla en el caminar un desfogue y evocación triste de lo que hasta ese punto ha sido su vida:

la pérdida de su madre, debida al cáncer, será un fantasma permanente que estará cuestionando en cada uno de sus pasos las decisiones equivocadas que han estado a punto de destruir su vida.

Al seguir el sendero entre paisajes desérticos, bosque y nieve, Cheryl trae al presente su infancia al lado de un padre violento, su juventud alimen-tada por el despertar de la corriente feminista, los textos de la poeta, activista y crítica Adrienne Rich la acompañan a lo largo de su travesía; recuerda, de sus años universitarios, el poema titulado Poder:

Viviendo en los depósitos terrenales de nuestra /historia

Una retroexcavadora reveló hoy el derrumbe de /un flanco de la tierra

una botella ámbar la cura centenaria perfectapara la fiebre o la melancolía un tónicopara vivir sobre esta tierra en los inviernos de su

/entornoEstaba leyendo hoy sobre Marie Curie:ella debió saber que padecía enfermedades por

/la radiaciónsu cuerpo bombardeado por años por el

/elementoque ella había purificadopero que al parecer ella negó hasta el finalel origen de las cataratas en sus ojosde la cuarteada y purulenta piel de la punta de

/sus dedoshasta el punto de que no pudo sostener una

/probeta o lápiz

Con ella murió una mujer famosa que negósus heridasnegando que sus heridas provenían de la misma fuente

/que su poder.*

Curiosamente, casi al final de su jornada Cheryl se pregunta (al mismo tiempo lo hará el espectador con ella) si su caída, su adicción a las drogas duras, al sexo casual y el aparente desprecio que mostra-ba hacia su madre, fueron necesarios para llevarla a perfilar esa senda por la que ahora purificaba su espíritu, su pensamiento; dice Gros que los paseos de un joven Rimbaud estaban llenos de ira, que Nietzsche buscaba luz y energía para su escritura, caminando se abrían puertas de percepción cerra-das ante la inmovilidad física.

Catarsis en el movimiento, sangrar, sudar ante el camino que es difícil. Un pie, frente al otro, cons-tante, la soledad y la caminata como método en el que la filosofía encuentra no un escape, sino muchas preguntas más que transportan cierta certidumbre: estar al borde de entender la vida. Mientras eso sucede, hay que seguir caminando.

[email protected]

*Traducción de Iliana Hernández

Caminando alo salvaje

Foto

: Cor

tesí

a

Por Gerardo Sánchez García

AprendizajeDudar ayuda a aprender. Aprender

ayuda a dudar.Tolerancia

¿Se debe ser tolerante con los intolerantes?Libertario

La libertad no es un destino, es un estadode ánimo.

LunarLa mujer y la luna –en sus diferentes fases– pueden iluminar o ensombrecer la noche.

RisaEn una guerra de cosquillas, el que ríe al

último: ¿ríe mejor o pierde?Sintético

El aforismo es el éxtasis de una extensa refl exión.

El aforismoPíldora de fi losofía y extracto literario, es

perfume concentrado que insinúa y sugiere.Amor-odio

Sí el amor es ciego, ¿el odio deberá ser sordo y no oír razones?

EróticoExcítese antes de usar.

NoveletaPara el tartamudo, el aforismo se convierte

en novela.Patriótico

Si cómo México no hay dos, ¿cómo Estados Unidos hay tres?

AmistadTus amigos te querrán por lo que eres, sobre

todo si eres millonario.Filosófi co

La fi losofía no resuelve, complica la viday la hace más sencilla.

CronosHay tiempo perdido y tiempo ganado, pero no

tiempo acumulado.Sabiduría

Quienes lo saben todo, ignoran mucho.

(Agradecimientos: Efraín Huerta, Leonardo da Vinci, Ramón

Gómez de la Serna, Armando Hoyos, Confucio, El fi lósofo de

Güemes, Winkal.com, etc.)

[email protected]

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