50 LEYENDAS DEL TÁCHIRA

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50 LEYENDAS DEL TÁCHIRA. LOLITA ROBLES DE MORA SAN CRISTÓBAL 1.983 TOMO I Prólongo .- Doña Lolita Robles de Mora es personalidad bien conocida en nuestro ambiente pedagógico. Es licenciada en Letras por la Universidad Católica "Andrés Bello" Extensión Táchira. Ejerció la docencia directa, en materias de su especialidad, en nuestros institutos locales por unos cuantos años. En todos estos institutos dejo bien sentado su sentido de la responsabilidad profesional; su sentido de la influencia de la cátedra sobre la formación de los jóvenes; su sentido, siempre ejemplar, del compañerismo. .- Cuando la Profesora Robles de Mora tuvo que dejar la docencia directa, por motivos completamente extraños a su voluntad, oriento su servicio pedagógico en otra dirección. La del libro de texto destinado al conocimiento de la lengua y al de la correspondiente literatura. Con varios de estos textos nos ha regalado a todos, en una labor de dedicación investigativa, de análisis, de divulgación de todo cuanto hace relación con la enseñanza del idioma. .- Simultáneamente con la tarea de los textos, Doña Lolita Robles de Mora ha venido desarrollando otra. Consiste esta en la investigación, la acumulación, el estudio y la selección de las leyendas populares del Táchira. Nuestra diligente colega comenzó, en este campo, como quien no quiere la cosa. Por pura y simple curiosidad. Y, a medida que se fue adentrando en esta cantera de la imaginación colectiva tachirense, se fue apasionando mas y más por la faena; hasta que llego el momento decisivo. El momento decisivo de someter el resultado de su pesquisa a la prestancia del libro. Son tan gratas, a veces tan sorpresivas también, las leyendas populares de nuestra región, que, de manos de nuestra autora, mal podían conquistar otro mejor destino. .- La señora Robles de Mora, pues, dadas las circunstancias que originaron su retiro de la docencia, ha realizado una labor extraordinaria en relación con las Leyendas del Táchira. Las ha

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50 LEYENDAS DEL TÁCHIRA.LOLITA ROBLES DE MORA

SAN CRISTÓBAL 1.983

TOMO IPrólongo

.- Doña Lolita Robles de Mora es personalidad bien conocida en nuestro ambiente pedagógico. Es licenciada en Letras por la Universidad Católica "Andrés Bello" Extensión Táchira. Ejerció la docencia directa, en materias de su especialidad, en nuestros institutos locales por unos cuantos años. En todos estos institutos dejo bien sentado su sentido de la responsabilidad profesional; su sentido de la influencia de la cátedra sobre la formación de los jóvenes; su sentido, siempre ejemplar, del compañerismo.

.- Cuando la Profesora Robles de Mora tuvo que dejar la docencia directa, por motivos completamente extraños a su voluntad, oriento su servicio pedagógico en otra dirección. La del libro de texto destinado al conocimiento de la lengua y al de la correspondiente literatura. Con varios de estos textos nos ha regalado a todos, en una labor de dedicación investigativa, de análisis, de divulgación de todo cuanto hace relación con la enseñanza del idioma.

.- Simultáneamente con la tarea de los textos, Doña Lolita Robles de Mora ha venido desarrollando otra. Consiste esta en la investigación, la acumulación, el estudio y la selección de las leyendas populares del Táchira. Nuestra diligente colega comenzó, en este campo, como quien no quiere la cosa. Por pura y simple curiosidad. Y, a medida que se fue adentrando en esta cantera de la imaginación colectiva tachirense, se fue apasionando mas y más por la faena; hasta que llego el momento decisivo. El momento decisivo de someter el resultado de su pesquisa a la prestancia del libro. Son tan gratas, a veces tan sorpresivas también, las leyendas populares de nuestra región, que, de manos de nuestra autora, mal podían conquistar otro mejor destino.

.- La señora Robles de Mora, pues, dadas las circunstancias que originaron su retiro de la docencia, ha realizado una labor extraordinaria en relación con las Leyendas del Táchira. Las ha encontrado, en ciertas ocasiones no muy numerosas, hechas y derechas; las ha escuchado, en forma verdaderamente eventual en los sitios más inesperados; las ha pedido mas de una vez a los colegas y a los amigos; se las ha escuchado contar, en esa lengua arcaica de nuestros archivos y en nuestros libros. Ya con ellas en la mano, o las ha limpiado de elementos extra estéticos o les ha reelaborado casi en totalidad; o las ha reducido a la unidad necesaria definitiva.

.- Todo esto lo ha realizado Doña Lolita Robles de Mora sin ninguna prisa y sin ninguna pausa. Sin la menor preocupación por la originalidad. Solo, eso sí, con la convicción pedagógica de estas leyendas les van a ser de sobre manera útiles tanto a los profesores que enseñan la lengua que hablamos cuanto a los estudiantes que se afanan por llegar a su dominio. Y, desde luego, con alegría personalísima: la de darnos una imagen del Táchira que permanecía desconocida para todos.

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.- Nos referimos a la imagen del Táchira en redondo y a puerta cerrada, como decía el Caballero de la Triste Figura, porque nuestra investigadora, para comprender sus leyendas, ha puesto los pies espirituales en todos los rincones tachirenses. Tras el encanto de una laguna remota; tras el espanto que recorre una aldea entre gallos y media noche; tras la huella medio misteriosa que dejo un cacique en el cruce de dos caminos; tras el ruido de armaduras con que, mas allá de la media noche, en algunos lugares parece identificársenos el alma errante de un conquistador. Y estos hechos, con su poco de historia y su mucho de imaginación, han sido verificados por la señora Robles de Mora en todas partes. Lo mismo en el apartado Pregonero que en la vecina Tariba; igual en la siempre gentil y siempre poética ciudad de La Grita que en la bucólica y cafetera santa Ana; en Colon y en San Antonio; en los heroicos Capachos y en el idílico Cordero; Y en nuestra propia y entrañable Aldea en la Niebla.

.- "Leyendas del Táchira", de esta manera, es libro que habrá de solazar por igual a colegas y a periodistas, a historiadores y a escritores de toda laya, a estudiantes y a lectores comunes.

.- Unos y otros encontraran en sus paginas la imagen de Táchira que decíamos. Una imagen que se levanta, sin la menor petulancia, de cada una de estas deliciosas leyendas de Doña Lolita Robles de Mora, escritas con sencillez cristalina como para que lleguen a cumplir en verdad la doble finalidad que la autora, tal vez sin pensarlo muy claramente, les tiene asignada: estimular, desde el punto de vista mas exigentemente didáctico, la sensibilidad y la inteligencia del estudiante; Y deleitar, desde el punto de vista mas estrictamente tachirense, a todos los lectores posibles.

Pedro Pablo Paredes.

50 LEYENDAS DEL TÁCHIRA.

 

.- EL TARRAYADOR DEL RÍO URIBANTE.

.- Un cálido y luminoso día de Mayo pescaban unos amigos en el río Uribante. Estaban mas abajo de El Milagro, en las Tres Esquinas. Amarraron la lancha a un árbol de la orilla y lanzaron sus atarrayas. El río en su cauce normal. Las aguas límpidas y frías corrían de la montaña al llano. En sus orillas se veían extensas playas y tupida vegetación; en otras el agua llegaba profunda hasta las riberas.

.- Eliseo escucha el sonido silbante de una atarraya y pregunto a Jesús:

.- ¿ Escuchaste?.

.- Y un sonido inconfundible de atarrayar se oyó en el río.

.- Si escuche, es ruido de atarrayas, pero ¿ quien las lanza?.

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.- No lo sé, por estos lados no estamos mas que nosotros. La mañana esta tranquila y los únicos ruidos son los de las aguas y los pájaros.

.- Miraron a todas direcciones y solo vieron la llanura inmensa, tupida selva, el río de corrientes rápidas y el cielo azul.

.- Recogieron sus redes y sacaron unos cuantos bagres pintados de mediano tamaño. Los volvieron a echar y otra vez:

.- Rasssss....rasssss...rasssss, seguido de los golpes secos:

.- Zas - zas.

.- Durante todo el día escucharon el sonido de atarrayas lanzadas por manos invisibles. Habían oído a otros pescadores que estas cosas sucedían por esta época del año. Era el Tarrayador: Las redes de los pescadores muertos en el río y símbolo de buen augurio.

.- La pesca fue abundante: bagres, cachamas, toros y doradas. En la tarde vendieron sus piezas en el poblado cercano.

.- Al oscurecer sacaron la lancha del río y la amarraron fuertemente. Colgaron sus hamacas en un rancho de unos compadres y se dispusieron a dormir.

.- Sintieron un ruido ensordecedor y de un salto salieron del chinchorro. Llamaron al compadre:

.- ¡ Compadre!.

.- Ya va compadre.

¡ Viene una abundada!.

.- Tiene que estar lloviendo en la cabecera del río.

.- Y efectivamente, el agua bajaba con gran estrépito. En un instante había rebasado sus riberas y se precipitaban a gran velocidad trayendo consigo piedras y palos. Aguas tumultuosas bajaban de la montaña arrastrando con todo lo que encontraban al paso.

.- Entre todo ese torbellino, entre ese ruido característico de las crecidas, sobresalieron unos gritos. Gritos escalofriantes que se repetían de tiempo dejando a los hombres mudos.

.- El compadre exclama:

.- ¡ Esos son los gritos de los ahogados en el río Uribante!. Estos siempre se oyen en mayo cuando el río crece.

.- LA LEYENDA DEL RIÓ TORBES.

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.- Barrancas, al noroeste de San Cristóbal, esta entre la margen izquierda del río Torbes y las montañas. Terreno dedicado al cultivo, cría de animales domésticos, pequeñas industrias y especialmente a la elaboración de ladrillos.

.- La familia Guerrero se retiro temprano a descansar. El trajín del día en la granja, entre el cuidado de los pollos y la poda de los árboles frutales los había dejado rendidos.

.- Pasada la media noche uno de los niños llega llorando a la habitación de sus padres.

.- ¡ Papa, ahí hay un toro, tengo miedo!.

.- Con los gritos del niño se despertaron los seis muchachos casi todos grandes. El pequeño siguió llorando y repitió:

.- ¡ Ahí hay un toro...!.

.- Y en efecto, en la soledad de la noche se escuchaban unos horribles bramidos de toro seguidos de un ruido ensordecedor.

.- Todos estaban asustados y miraban a sus padres interrogantes.

.- Los pequeños se abrazan a su madre. Los mayores se sentaron al borde de la cama. el señor Guerrero pregunto:

.- ¿ Que hora es?.

.- La una de la mañana.

.- ¿ A que día estamos?. Volvió a preguntar.

.- A primero de Noviembre.

.- ¿ Claro, es eso! - dijo casi para sí.

.- ¿ Que es lo que claro?, - pregunto la esposa.

.- Que hoy es el día de las animas.

.- ¿ Y que tiene que ver eso con los bramidos del toro?.

.- Mucho, ya les cuento:

.- Todos los años, en el día de los difuntos, el río crece y amenaza con llevar todo a su paso. A veces hasta se sale de su cauce. Unas, crece en silencio y nadie se da cuenta, pero otras, como ocurre hoy, viene acompañado de ruidos extraños y terribles bramidos. Lo curioso de estas abundadas es que no suceden en época de lluvia ni esta lloviendo en las cabeceras del río o en quebradas que lo surten. Generalmente esto ocurre en la madrugada. Estas crecidas llevan a su paso todo lo que encuentran, pero no se

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preocupen, que el río esta bastante distante de la granja. Dentro de unas horas sus aguas se habrán aquietado. Váyanse a dormir.

.- EL BARRANCO LOS COLORADOS.

.- Bajando por la Carretera Trasandina, de Los Mirtos hacia El Cobre, poco antes de llegar a la población, se ve el Barranco Los Colorados o de La Mina.

.- El barranco de tierra rojiza parece una gran herida por donde se desangra la montaña. El paisaje verde y cultivado en esta zona, es inhóspito y deshabitado según nos acercamos al barranco Los colorados. Detenemos el automóvil para contemplar el panorama, a nuestros pies corre rumoreante el río El Valle: en estos momentos tranquilo y de aguas transparentes, otras veces, en época de lluvia, de aguas tumultuosas y sucias.

Mi acompañante me dice:

.- Fíjate en el barranco. Cuidado era pequeña solía ir con mis hermanos a coger leña por esos lados. No nos acercamos mucho a él. Teníamos miedo de todas las cosas que nos decían.

.- Cuéntame, ¿ qué les decían?.

.- Que los indios Bocaqueos dejaron el sitio encantado, y algo tiene que haber de cierto, porque nosotros teníamos gran temor de acercarnos y si lo hacíamos era con recelo. Muchas veces oíamos lamentos y voces raras. Cuando escuchamos los gritos, posiblemente de los indios, salíamos corriendo.

.- ¿ De verdad los escuchaban?.

.- Sí.

.- ¿ Y como explican eso?.

.- Dicen que los indios vivían felices en esta zona. Se dedicaban a la caza, a la pesca y a la pequeña agricultura. También extraían cobre de la mina que esta en el fondo del barranco y fabricaban adornos que luego cambiaban a otras tribus, especialmente a los Chinatos de la tribu de los Caribes, que en varias ocasiones intentaron asentarse por estos lados. Con la llegada de los españoles todo cambio. Los indios se sintieron desalojados de sus tierras, vejados y maltratados. Sus tierras fueron invadidas por los colonizadores, se retiraron al barranco y fueron perseguidos. Allí los apresaron y trataron con crueldad. Uno de sus piaches, antes de morir, encanto el lugar para que nadie pudiera extraer los ricos yacimientos de cobre que están en el barranco.

.- Especialmente en las tardes se oyen lamentaciones, gritos, frases ininteligibles en dialecto indígena y llanto. Dicen que son los ayes lastimeros de los indios que murieron en el Barranco Los Colorados. El eco los envía en todas direcciones y esto hace que nadie se acerque a la mina para extraer el cobre. Estas cosas siguen infundiendo temor.

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.- Han pasado los años las tierras aledañas al barranco continúan deshabitadas y tampoco sus minas se han explotado. Los que se han acercado a él dicen que se escuchan gritos y lamentos.

.- EL CAMINO REAL DE EL COBRE A SEBORUCO.

.- Entre los encantos dejados por los indios Bocaqueos en las cercanías de El Cobre, están los del camino real de El Cobre a Seboruco.

.- Los arrieros transitaban por el camino que pasaba por La Ramada, Angostura, Guacaveca, Santa Ana, Salina, Seboruco y también por El Vallado, Las Vegas y Los Loros. Al bordear el cerro encantado iban con mucha preocupación y dejaban de trecho en trecho un paquete con chimo, tabaco o sal. El que no lo hiciere caería en los encantos de los indios.

.- Una mañana muy temprano salió don Esteban con su mula a llevar unas cargas de ajos y cebollas a Seboruco. Siguió al trote por el camino empedrado cerro arriba. Poco después de pasar El vallado se perdió. Escuchaba voces y gritos en dialecto indígena que no comprendía. Estas voces se acercaban, se alejaban y el no veía nadie. Parecía que un centenar de indios hablaban a su alrededor, sujetaban las bridas de su mula y le quitaba la carga. Luego, lo llevaron hasta la cima y lo tuvieron deambulando un tiempo. El sol, la niebla, él frió de la noche y la falta de alimentos lo delibitaron. Don Esteban sentía que todo le daba vueltas y después esas voces, esos gritos, esas conversaciones ininteligibles, y lo peor de todo, los personajes eran invisibles. Sabían que hablaban a su lado, pero el no podía verlos. Se daba cuenta de que manos invisibles revisaban sus alforjas, quizás buscando sal o chimo. Pasaron así varios y don Esteban no podía coordinar donde estaba ni que era lo que pasaba. Se sentía cada vez más débil y los avios que llevaba para el camino se habían terminado. Se encontraba en un sendero desconocido, perdido, sin alimentos y escuchando voces extrañas a su alrededor. No sabia que determinación tomar.

.- Don Esteban como pudo llevo su mula a un pequeño arroyo. La amarro a un árbol cercano y después le dejo que pastara y tomara agua a su antojo. Él bebió un poco de agua fría, se arrebujo en su ruana y se acostó debajo de un árbol. Tenia muchos días sin dormir. Las voces de los indios y las luces de sus teas no le habían permitido el descanso.

.- Poco después pasaron por el lugar unos arrieros que iban a Seboruco y al reconocer a don Esteban lo llamaron por su nombre. Como no contestara se acercaron a el y lo sacudieron.

.- Tampoco reacciono, le dieron unos tragos de mistela y le hablaron con suavidad. Al cabo de un rato abrió los ojos y los miro, luego pregunto:

.- ¿ En donde estoy? - y recordando, prosiguió:

.- Ah...., ya hace días que salí de casa y me perdí, me aleje de la ruta acostumbrada y sufrí los encantos del cerro; Eso me paso por venir solo y no traer tabaco, sal ni chimo.

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.- LIBERALES Y GODOS.

.- Capacho, un simpático pueblo en un valle fértil e inclinado. Su clima fresco es propicio para el cultivo de legumbres, hortalizas y frutos. Sus habitantes se dedican a la agricultura y a la fabricación de cerámica, herencia de sus antepasados aborígenes de los Capuchos o Capachos.

.- El pueblo crecía y prosperaba, todo era favorable a su expansión, hasta que un gran acontecimiento lo cambio todo.

.- El 18 de Mayo de 1.875 en horas de la mañana se escucharon estruendosos ruidos subterráneos, luego el cielo se oscureció y todo se cundió de ceniza. A la una de la tarde un espantoso terremoto sacudió la zona fronteriza de Colombia y Venezuela.

.- Capacho, Lobatera, Ureña, San Antonio y Cúcuta fueron casi destruidos.

.- Capacho fue la que llevo la peor parte. Sus casas quedaron destruidas y la mayoría de la población sepultada bajo los escombros. Pasado el desconcierto los sobrevivientes se dieron a la tarea de enterrar muertos y a buscar alojamiento.

.- El antiguo capacho estaba situado en donde actualmente esta.

.- Cuando vino la tranquilidad, los pocos habitantes de capacho decidieron fundar una nueva ciudad y escogieron para tal fin el valle de Blanquizal, cercano a Capacho.

.- Blanquizal, de tierras ricas en humus, aguas abundantes y clima fresco, era propicio para el cultivo y tenia fácil comunicación con la capital.

.- El 20 de ese año, dos días después de la hecatombe, un grupo de capacheros se instala en Blanquizal y fundo la nueva ciudad de capacho que llamaron también San Pedro de Independencia.

.- La fundación estuvo a cargo del cura José Encarnación Montilla, del Prefecto, de los vecinos notables y de los indígenas quienes habían perdido familiares. Todos quedaron en la ruina y estaban decididos a llevar adelante la nueva ciudad; a ella trasladaron la imagen de San Pedro y las reliquias del templo.

.- Un grupo de habitantes se mudo para Capacho recién fundado y otro se queda en el antiguo poblado.

.- En el Capacho Viejo, se quedaron los liberales y a Capacho Nuevo, se mudaron los godos o conservadores.

.- Los liberales resentidos porque se llevaron a San Pedro atacaban a piedras a los godos y se entablaban verdaderas batallas campales.

.- LA CAPILLA DE LOS DESAMPARADOS.

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.- En la calle doce con el Pasaje Cumana, en la ciudad de San Cristóbal, hay una capilla.

.- Maria era una mujer hermosa y joven pero de vida alegre. Sus días transcurrían entre parrandas y alcohol. Cuentan que en una noche de tragos fue herida mortalmente. Su acompañante movido por los celos y el aguardiente la agredió. A pesar de la gravedad de sus heridas tuvo fuerzas para salir del bar y pedir auxilio. La sangre salía a borbotones y su traje estaba empapado. Grito desesperada; al principio nadie se atrevía a socorrerla por lo impresionante de sus heridas. Cuando los vecinos la auxiliaron ya era demasiado tarde. Maria cayo desmayada debido a la gran perdida de sangre.

A los pocos minutos falleció. Poco tiempo después, los vecinos apesumbrados por no haberla ayudado, construyeron una capilla para perpetuar su recuerdo en el lugar donde ella murió. La llamaron La capilla de los desamparados.

.- Dicen que en la capilla ocurren fenómenos muy extraños: entre las siete y diez de la noche se ve una iluminada por una suave luz, a su alrededor parece que estuviera amaneciendo. Dentro de ella se escuchan susurros y voces tenues como si estuvieran rezando.

.- LA CAPILLA EMBRUJADA.

.- La hacienda del señor Barrera estaba al pie del cerro Panaga, cerca de la Unidad Vecinal. Solo tenia una pocas reses que pastaban en el pequeño prado. Al cuidado de ellas estaba un muchacho de unos once años de nombre Angelito. Era alto, delgado, de tez curtida por el sol, ojos y cabellos castaños y expresión simpática. Mientras pastaban el ganado tallaba figuras en madera con una pequeña navaja o tocaba la flauta.

.- Una tarde pastoreando las reses se acercaron a una capilla de aspecto lúgubre, que los vecinos llaman la capilla Embrujada. Angelito recordó lo que habían dicho de ella:

.- ¡ Espantan de día y de noche!.

.- ¡ Si pasas cerca no entres!..

.- ¡ Huye del lugar, la capilla esta embrujada!.

.- A pesar de todo se acerco a la capilla movido por la curiosidad. Entro de todo se acerco a la capilla movido por la curiosidad.

.- Entro muy despacio, miro todo lo que había en su interior y .....

.- ¡ Auxilio!.

.- Los desgarradores gritos de Angelito resonaron en todos los contornos del cerro de Panaga. El ganado corrió espantado hasta la hacienda. La tarde quedo en silencio. De la hacienda de los alrededores Coria la gente aterrorizada. Algunos cautelosos se acercaron a la capilla y no vieron nada. Nadie pudo explicarse la misteriosa desaparición del niño. Ha pasado mucho tiempo y aun no lo han encontrado. Su familia le lleva flores.

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.- La gente del lugar cambia de ruta para no pasar por delante de la capilla y nadie se atreve a transitar de allí. Es una capilla solitaria y tétrica, su aspecto sobrecoge. Solamente los que no conocen la historia de Angelito pasan tranquilos por el lugar.

.- Nos cuentan los vecinos que a veces en altas horas de la madrugada se despiertan espantados por los ruidos extraños que salen de la capilla, acompañados de gritos desgarradores, ayes lastimeros y el llanto de un niño.

.- LA CASA EMBRUJADA DE BARRIO SUCRE.

.- Hace unos años compramos una hermosa casa al final de la calle principal de barrio Sucre. Era de dos plantas, su construcción de estilo colonial tenia en la fachada un amplio balcón.

.- Mi esposo y yo visitamos la casa. Desde el primer momento nos agrado, pero, que ajenos estábamos de lo que allí ocurría.

.- Espaciosa, bien construida, era lo que necesitábamos para nuestra numerosa familia. Su precio nos pareció excelente y aprovechando la oportunidad la adquirimos sin pensarlo mucho e inmediatamente nos mudamos.

.- La mudanza fue rápida porque compramos la casa con los muebles y pocas cosas llevamos para allá.

.- El primer día transcurrió tranquilo, pero llegadas las seis de la tarde la casa se pobló de ruidos extraños: arrastraban muebles, los platos sonaban en la cocina como si se rompieran, sé oían susurros y gran cantidad de sonidos raros.

.- Esa noche no pudimos dormir. Las puertas cerradas con llave se abrían y cerraban, especialmente las del cuarto principal que tenia el balcón hacia la calle, sus puertas estuvieron toda la noche abriéndose y cerrándose.

.- Con la luz del día todo volvió a la normalidad. Soñolientos no comprendíamos lo que ocurría. Al llegar la noche, otra vez los ruidos extraños.

.- EEstábamos viendo un programa de televisión y de pronto nos apagaban el televisor o nos cambiaban el canal. Si lo apagábamos se prendía solo.

.- Las luces de la casa se prendían y se apagaban movidas por manos invisibles; lo mismo ocurría con las llaves del agua que de pronto sé abrían o se cerraban cuando las utilizábamos.

.- A la hora de dormir los seis muchachos se vinieron a acostar a nuestra habitación, ninguno se quería quedar solo. Pero de todas formas, nadie pudo dormir; las puertas del balcón sonaron toda la noche al igual que voces burlonas.

.- Así transcurrieron varios días. La vida allí sé hacia insoportable. Llego al colmo el día del cumpleaños de Adolfo. Invitamos a un gran numero de amigos que inundo la casa desde tempranas horas de la tarde. Al oscurecer hicimos una parrilla y comimos todos. A

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eso de las diez de la noche se apagaron las luces y se sintieron unos pasos como de un hombre que arrastraba un fardo pesado desde la puerta de entrada, la sala, el comedor, perdiéndose luego en el sótano. Al otro día encontramos allí unas huellas blancas como de talco. Ni que decir, ya que todos los amigos se fueron espantados. No nos quedaron ganas de hacer mas fiestas en esa casa.

.- Otras noches estaban bañándome tranquilamente cuando sentí una respiración agitada a mi lado y luego me soplaron. Me desmaye. Tuvieron que hospitalizarme victima de un infarto.

.- Ni que decir tiene, que nos mudamos. Solo dos meses duramos en esta casa.

.- Habíamos notado que los vecinos nos miraban con asombro, pero no nos decían nada. Luego, supimos que la casa perteneció a unos españoles y que posteriormente había rodado de mano en mano. Cada vez la vendían más barata y ahora comprendió él por que.

.- El anterior dueño tenia varios niños pequeños e inexplicablemente uno de ellos se tiro por el balcón y se mato, cosa rara puesto que las barandas son altas y el niño no llegaba a ellas.

.- Nosotros le vendimos la casa a un abogado que la compro a mitad de lo que nos costo a nosotros. Esta tenia dos niños: un varón y una hembra. Como la casa era tan bonita y tenia un jardín interior grande el abogado instalo una piscina pequeña y poco profunda. A los pocos días la niña se ahoga. La esposa se volvió loca.

.- Después compro la casa mucho más barata, un señor que vivía en el 23 de Enero.

.- Dicho señor recaba informaciones acerca de la casa y durante muchos días estuvo excavando los sótanos y los patios. No dejo ni un solo trozo bueno, y al cabo de muchos días de trabajo, encontró un cofre con morocotas y joyas, probablemente pertenecientes a los primeros dueños de la casa.

.- A partir de entonces desaparecieron los ruidos extraños, las voces y cosas raras. La familia, enriquecida con el hallazgo vive feliz en la casona.

.- EL CERRO DE LA MINA.

.- Un grupo de jóvenes salió de excursión hacia el cerro La Mina. Dejaron atrás el pueblo de Santa Ana y se internaron por un sendero. Hablaron animadamente de sus cosas. De vez en cuando se detenían para coger pomarrosas maduras, luego, proseguía el camino. Algunos contaban sus experiencias en la montaña.

.- El camino en ascenso se hace cada vez más difícil. Van subiendo entre peñascos y arbustos. Tienen como meta llegar a la cumbre antes del mediodía. El sol aun no calienta y una suave brisa les caricia el rostro. Algunos se adelantan acoger moras silvestres que luego comen con deleite. Otros jadeantes se sientan a descansar.

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.- Tal como habían calculado llegando a la cima cuando el sol estaba en el cenit. Contemplaron el paisaje a sus pies: por un lado se divisaba Santa Ana con sus casas coloniales, la torre de la iglesia y a lo lejos las haciendas de café; por el otro la quebrada La Ratona y más lejos el río Quinimarí todo bordeando de cañaverales. En la lejanía montañas y valles fértiles. El paisaje es rico y variado, a pleno sol luce en todo su esplendor.

.-Cada muchacho saco su avio y sacio su apetito aumentado por la caminata. Descansaron después sobre la menuda hierba y emprendieron el viaje de regreso. Uno de ellos comento:

.- Dicen que el cerro de La Mina esta encantado, en él vaga el espíritu de Manaure, cacique de los Caquetíos.

.- Otro prosiguió:

.- Cuando crece él rió Quinimarí, en la abundada, se ve a Manaure surcar las aguas espumosas y turbulentas en su caballo alazán.

.- Los que han visto dicen que es un indio alto y bien parecido; cuando aparece sobre las aguas tumultuosas, en ese año la cosecha de café es abundante.

.- Un tercero añadió:

.- Manaure quería mucho esta zona y no permite que profanen los lugares donde él vivió. Dicen que si le tiran piedras al cerro, el se disgusta y desencadena una tormenta capaz de llevar consigo todo lo que encuentre al paso.

.- Yo no creo mucho en eso - dijo otro.

.- Pues yo sí.

.- Si no lo veo no lo creo, esos son cuentos de viejos.... Y acto seguido cogió una piedra del tamaño de su puño y la lanzo hacia el cerro. Luego otra, y otra.....

.- Ya estaban llegando al valle cuando de pronto el sol se cubrió de espesas nubes negras y la temperatura descendió vertiginosamente. Gruesos goterones comenzaron a caer hasta convertirse en torrencial aguacero. Centellas cruzaban el aire en todas las direcciones y el ruido de los truenos hacia retumbar y estremecer el cerro. El agua bajaba con estrépito llevando consigo piedras, palos y árboles. El ruido era ensordecedor.

.- Los jóvenes corrieron despavoridos. Llegaron al pueblo jadeantes y empapados. Allí no llovía, el cielo era azul y el sol radiante. Casi al unísono dijeron:

.- ¡ Manaure!.

.- Manaure castiga a quien ose interrumpir la quietud del cerro.

.- No permitiré que le lancen piedras.

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. La leyenda de que el espíritu del cacique anda errante por estos parajes es cierta.

.- La naturaleza es su aliada.

.- LA COLA DE LA CARBONERA.

.- Miguel y su familia viajaban hacia Maracaibo luego de unas vacaciones en el Táchira. Poco después de las seis pasaron por Michelena. La montaña y las cosas comenzaron a borrarse. Las nubes aun tenían pinceladas de color que poco a poco se iban esfumando. A la izquierda veían precipicios, a la derecha cerros cubiertos de hierba y piedras.

.- De súbito Miguel detuvo su automóvil, al pasar por La Carbonera, una mujer con un niño en los brazos le pedía la cola. A pesar de la escasa luz vio que tanto ella como la criatura estaban ensangrentadas. Vestía como las campesinas de la región y su largo cabello lo tenían peinado hacia atrás. No dijo nada, solo hacia señas de que la llevaran con su bebe hacia Colon. Miguel le dijo:

.- Señora, lo siento mucho, no la puedo llevar, no tengo puesto, pero aguarde un poco que la le envió una ambulancia.

.- Ella por señas dio su aprobación y sus gestos indicaban gran desesperación.

.- Miguel acelera la marcha y pronto estuvo en la bomba de gasolina que se encuentra a la entrada de Colon. Se bajo precipitadamente y rogó a los bomberos para que le permitieran el teléfono y llamar a una ambulancia.

.- Por favor, permítame el teléfono, es urgente, necesito pedir una ambulancia. Y prosiguió:

.- Cerca de La Carbonera hay una mujer con un niño pidiendo la cola. No sé cuál será su problema. Posiblemente ha tenido un accidente y esta herida. Es necesario que vaya rápido una ambulancia y la traslade hasta el hospital antes de que se desangre.

.- El bombero lo mira fijamente y pregunto:

.- ¡ Cómo es ella!.

.- Delgada, alta con el cabello recogido hacia atrás, tiene que ser muy bella, pues a pesar de la angustia que le desfiguraba el rostro, sus facciones y porte son atrayente.

.- No se preocupe, señor, es Celina.

.- ¡ Celina!..¿ La conoce!.

.- Sí.

.- ¿ Y como no me voy a preocupar si necesita ayuda?.

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.- Celina no es una mujer real. Es una aparecida. Murió hace unos años. Su marido enceguecido por los celos cogió un cuchillo y arremetió contra ella y su hijo, luego, huyo despavorido. Celina salió a la carretera a pedir ayuda y todos los carros que pasaban estaban llenos y ninguno pudo conducirla al puesto de socorro. Cuando llega la ambulancia estaban los dos muertos. Por eso al caer la noche, se aparece en el mismo lugar pidiendo la cola. Y como aquel día, todos los automovilistas pasan llenos ninguno se para a socorrerla. Frecuentemente vienen como usted a pedir el teléfono para pedir una ambulancia. Pero ella no necesita ayuda....

.- Miguel un poco confundido dio las gracias, susurro un ¡ Buenas noches!,

.- Y prosiguió su viaje.

.- Día tras día, Celina sigue pidiendo la cola al caer la noche y siempre con los mismos resultados....

.- LA COPITA DE ORO.

.- Cuando tenia catorce años vivía en Venegara con mi madrina la señora Domitila. La luz eléctrica sé esta implantando en El Cobre, pero no se había extendido a los contornos. Eran las ocho de la noche. Mi madrina me pidió que fuera a la pulpería de Don Nemesio distante unos kilómetros, a comprarle unas velas. Sin muchas ganas tome el camino. La noche estaba oscura, apenas algunas estrellas titilaban hacia el oriente.

.- A duras penas veía el camino. Delante de mi un tenue resplandor me alumbraba. Me pregunte:

.- ¿ Que será eso?.

.- Mire inquisidor hacia el camino. Delante, a unos diez metros se movía una especie de sombrerito. Debajo de él, como si fuera un candil, salía una luz suave que alumbra delante de mí.

.- Muy asustado llegue a la pulpería y pedí las velas, luego un cuartico de mistela y me la tome de un trago. Don Nemesio que nunca me había visto tomar me miro asombrado y pregunto:

¿ Que té pasa, sute Andrés?.

.- No, nada, - balbucee.

.- Pero, ¿ por qué estas pálido? ¿ Necesitas ayuda?.

.- Y como me hablaba en tono paternal entre en confianza y le dije:

.- Todo el camino, desde la casa de Doña Domitila hasta aquí, me ha alumbrado una especie de lamparita que camina delante de mí, venga, asómese a la puerta, debe estar ahí.

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.- Nos asomamos a la puerta y escudriñamos en la oscuridad de la noche. A pocos pasos de la pulpería, a un lado del camino, estaba la misteriosa luz.

.- No te asustes, sute Andrés, es La Copita de Oro.

.- ¿ La Copita de Oro?.

.- Si, se aparece a los caminantes en las noches oscuras y los acompaña por esos caminos reales hasta que llegan a su destino. Su acción es benéfica, no te asustes, no te hará ningún daño, por el contrario, si se la torea, crece de tamaño y toma forma fantasmagóricas. No hace mucho tiempo, don Cipriano, el que vive cerca de Santa Ana, venia de La Grita y se la encontró en la noche. Quiso hacerse el valiente y se burlo de ella y la toreo. Primero se convirtió la copita en un burro pequeño, luego en un burro grande y cuando iba llegando al hogar era un monstruo tan grande como la casa. Él comenzó a llamar a gritos a su familia, pues ya era entrada la noche y la casa estaba cerrada. Cuando le abrieron, lo encontraron desmayado en el suelo, preso de grandes convulsiones. Al volver en si repetía:

¡ Era La Copita de oro!, Ella es buena y no se le debe molestar.

.- Dicho esto, di las gracias al pulpero y regrese a casa alumbrado por mi extraño acompañante. No he vuelto a conseguirla en los senderos, pero son muchos los viajeros que la han encontrado por los caminos reales de El Cobre, El Zumbador, Seboruco o La Grita. Este simpático fantasmita inunda de luz benéfica el camino de las montañas tachirenses.

.- EL SANTO CRISTO DE LA GRITA.

.- El sonriente valle, fue sacudido violentamente en 1.810. La ciudad prospera, la "Atenas del Táchira", se vio derruida y bajo sus casas sepultados centenares de habitantes. Del antiguo centro de la ciudad, hoy Plaza Jáuregui, no queda nada. Sus casas coloniales de bahareque se vinieron al suelo en su mayoría. De Norte a Sur se abrió una enorme grieta, que en muchos puntos, años mas tarde, construyeron puentes para unir las calles.

.- Una vez pasada la confusión los padres misioneros se retiraron a una ermita en la Colina "Tadea" y allí vivieron por espacio de varios años. Cultivaron la tierra y ejercieron su ministerio sagrado.

.- Fray Javier, alto, de espaldas anchas y musculosas, además de sacerdote, era agricultor, poeta y artista. De edad mediana tenia gran entusiasmo y vitalidad. Parecía incasable. Después del terremoto se le veía en todas partes: ayudando a los heridos, socorriendo a los damnificados, administrando los sacramentos, hablando y dando consuelo y bondadosa era parte de la ciudad.

.- Desde el terremoto pensó en tallar una figura de Cristo que fuera el guardián de la ciudad y la protegiera de todos los males. Varios días estuvo madurando su idea. Trazando esquemas imaginarios antes de comenzar el trabajo. Había pensado en un Cristo doliente, humano, de cara alegre a pesar del sufrimiento. Sus conocimientos de anatomía humana le sirvieron para ir tallando parte por parte todo el cuerpo. Los

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músculos, las venas, las heridas, fueron surgiendo con gran realismo hasta llegar al rostro.

.- Tuvo gran dificultad para tallar el rostro. Primero le salió muy triste y él, a pesar de que debía reflejar dolor, no lo quería así. Lo tallo de nuevo, le salió muy feo, no inspiraba devoción. Lo intento de nuevo, pero tampoco pudo realizarlo como él quería. Al fin desesperado dejo el trabajo inconcluso.

.- Fray Javier paseaba con preocupación por el huerto con las manos atrás. Sus pasos eran nerviosos. Su rostro se veía surcado por varias arrugas. Sus hermanos franciscanos lo miraban y se daban cuenta de su inquietud, pero no decían nada, sabían que de un momento a otro le llegaría la inspiración y realizaría su obra.

.- Tenia muchos días que dormía mal. Soñaba con un bello Cristo que estaría en la nueva iglesia protegiendo a La Grita y a sus habitantes. Pero su Cristo permanecía inconcluso en el estudio. Solo eran sueños.

.- Una noche escucho un concierto de cuerdas, era una bella sinfonía interpretada por manos magistrales. Creyó que estaba soñando y dio media vuelta para acomodarse mejor en la cama.

.- No estoy soñando, estoy despierto, pero ¿ de donde viene esa música celestial?. Fray Luis toca bien el violín, pero son muchos instrumentos: violines, arpas, bajos, contrabajos y guitarras. ¿ Dónde cabe tanta gente?.

.- Después de muchas cavilaciones, Fray Javier decidió averiguar la procedencia de tan inefable música. Se vistió y salió muy despacio de su celda. Orientado por la música llego a su estudio.

.- Escucha un golpeteo rítmico, como si trabajaran con el formón y la gubia. Cada vez los golpes se hacían más claros. No cabía duda, alguien estaba trabajando. Se detuvo antes de llegar a la puerta.

.- De la habitación salía una suave luz blanco-azulada. Contuvo la respiración. El corazón parecía saltarle en el pecho, sus movimientos eran muy acelerados. Dos pasos más. Estaba en el umbral. Lo que vio le impresiono sobremanera a la vez que una dulcísima sensación lo invadió. Sin atreverse a entrar en el recinto miro su Cristo. Un joven de cabellos largos, de facciones hermosísimas y de túnica celeste, estaba dándole forma al rostro. No quiso interrumpir y muy despacio se retiro a su aposento.

.- Fray Javier se levanto con el alba y pensó en el Cristo. En ese momento no sabia distinguir si había tenido un sueño o si era realidad. Impulsivamente se dirigió a su taller y allí contemplo extasiado la obra del ángel: un rostro hermosísimo entre alegre y triste. Era tal como él lo había imaginado. Se postro de rodillas y oro largo rato.

.- Poco tiempo después al terminarse los trabajos en la iglesia, en el centro de la Grita, se instalo el santo Cristo, que desde entonces es el guardián de la ciudad. A este Cristo milagroso acude gente de todas partes a postrarse a sus pies. Su imagen es querida y venerada por los gritenses, que todos los años, el seis de Agosto, celebran con gran pompa y entusiasmo sus fiestas patronales.

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.- LA CUEVA QUEBRADA LA ESCALERA.

.- Muy cerca de Pregonero se desliza la quebrada La escalera. Sus aguas limpias y frescas bajan de la montaña para verterse en el río Uribante. Sus márgenes están cubiertas de vegetación variada: helechos, arbustos, parásitas, guamos, cedros y caobos. Las aguas bajan juguetonas entre piedras. En numerosos lugares las rocas están cortadas en lajas formando escaleras. Estas escaleras naturales de piedra blanquecina sirven de cauce a la quebrada donde el agua salta alegremente formando pequeñas cascadas y otras veces numerosos pozos cristalinos.

.- Un grupo de scout´s decidió pasar el día en este hermoso paraje. Descansan un rato a la orilla, beben agua, toman fotografías y juegan echando piedritas al pozo cercano y salpicando a sus amigos. Siguen el curso de la quebrada siempre en ascenso. Treparon por el cerro hasta llegar a una abertura que tapaba una gran piedra. Escalaron la piedra llena de musgo y helechos y se deslizaron dentro de la cueva. Era un recinto pequeño de rocas con algunas estalactitas. El suelo arenoso y las paredes estaban húmedas. Al prender las linternas y enfocar la bóveda natural salieron volando espantados centenares de murciélagos, que con sus chillidos, plenaron la cueva. Inspeccionaron. Tocaron con las piquetas las paredes buscando un pasadizo y después de un rato en la semipenumbra, salieron al exterior deslizándose otra vez por la enorme piedra que cubría la entrada. Ya afuera se sentaron en la hierba para conversar.

.- El guía hizo señas de que se callaran y se dirigió al grupo:

.- Esta cueva se llama igual que la quebrada, le dicen la Cueva de la Quebrada la Escalera. En un tiempo su longitud era enorme y tenia grandes dimensiones. Cuentan que los indios Uribantes traficaban con la sal que traían los misioneros españoles y la cambiaban por prendas de oro elaboradas por los indios de Mérida. El camino directo era esta caverna que salía a la de Benito, en Guaraque, Estado Mérida. La cueva era la vía más rápida para llegar allá. Por muchos años tuvieron este intercambio hasta que los indios Uribantes se retiraron del lugar. Dicen que la cueva la dejaron encantada y que todo el que penetre hasta sus profundidades perecerá. Antes de retirarse colocaron esta gran piedra para proteger la cueva. Posiblemente con los movimientos sísmicos se hayan tapiado sus galerías. Como ya han visto ahora es un pequeño y húmedo recinto habitado por los murciélagos.

.- Uno de los muchachos pregunto:

.- ¿ No será posible descubrir el pasadizo que conduce a la cueva de Benito?.

.- Es muy difícil, puede estar a continuación de las paredes rocosas o bajo el piso de arena, llevaría mucho tiempo descubrirlo y necesitaríamos material y herramientas adecuadas.

.- Otro joven pregunto:

.- ¿ Y si fuéramos a Guaraque y penetramos por la Cueva de Benito?.

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.- Más difícil aun, primero por la distancia y luego porque esa cueva posee muchas galerías profundas. Es penetrar en un laberinto, con posibilidades de perderse; y también al final de dichas galerías falta él oxigeno y se dificulta la respiración.

.- Un tercero pregunto:

.- ¿ La Cueva de Benito tiene la misma maldición de los indios?.

.- Si precisamente porque se comunicaban de lado a lado, pesa el encanto de los Uribantes. El que entra a estas cuevas no sale vivo.

.- Todos quedaron pensativos. Con la imaginación se ubicaban en la época en que los indios Vivian felices en estas comarcas y mediante el trueque comerciaban con los Guaraques a través de la cueva.

.- LA CUEVA DE LOS SANTOS.

.- Muy cerca de la ciudad Pontalida se encuentra la aldea canea. El terreno es sinuoso por estar muy cerca de la cordillera El Volador, donde colindan los municipios Bolívar y Junín. La montaña esta cortada en lajas de tonos que van desde el rojizo al amarillento. Estas lajas están salpicadas de orquídeas. Pequeñas llanuras cubiertas de hierba, matorrales y árboles corpulentos: orumos de hojas palmeadas, guamos, bucares, ceibas y pardillos. El clima es fresco y agradable.

.- La principal atracción del lugar es la Cueva de Los Santos, llamada así porque en una de sus galerías hace tiempo encontraron santos grabados en las paredes. Hoy esta galería ha desaparecido, posiblemente tapiada por rocas y arena.

.- Los amantes de la espeleológica suelen penetrar a la cueva provistos de linternas, picos, palas, cuerdas, etc. Lo primero que encuentran es un gran recinto de paredes de roca amarillo-rojizo y piso de arenisca. En las rocas están escritos los nombres y fechas de las personas que la han visitado; la sala esta en semipenumbra. A la derecha se encuentra un recinto más pequeño y oscuro habitado por murciélagos. Casi en el centro y al final de este, una pequeña entrada, que con ayuda de palas y picos suelen agrandar para pasar a un corredor espacioso iluminado por una suave luz que penetra a la bóveda por pequeñas hendiduras entre las rocas. Es un salón alargado y húmedo, por el suelo corre un pequeño manantial de aguas cristalinas.

.- Con bastante dificultad se puede penetrar a otro pasadizo, pero hay que salir rápido porque allí la atmósfera esta enrarecida y él oxigeno es escaso. Da la impresión de que este corredor continuara. Dicen que hace muchos años por esta cueva se llegaba hasta Colombia.

.- Los habitantes de la aldea Canea dicen que la Cueva de Los Santos y todo el cerro de Capote, así como sus alrededores están encantados, pero sus encantos aparecen y desaparecen. Los aldeanos no les temen, dicen que son encantos positivos.

.- Doña Clara contaba que una vez cuando estaba pequeña, llego a las inmediaciones del cerro y noto que el terreno estaba hundido como un circulo como si fuera una paila.

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Dentro de esta sima crecían árboles corpulentos y a un lado, ya en los limites del cerro, por entre lajas, se encontraba una abertura ovalada, como, si fuera una gran puerta. Ella mira hacia su interior y no se vio nada porque estaba oscura. Iba persiguiendo suiras, - pequeñas palomitas de monte sin cola -. Se quedo intrigada y volvió al otro día. En su lugar encontró llanuras y maleza; la sima y la abertura habían desaparecido; Paso infinidad de veces por el lugar, pero nunca volvió a encontrar el extraño paraje.

.- Una amiga de doña Clara vio por esos alrededores, a la puerta de una cueva, a un hombre con pomposa vestidura de color escarlata que recordaba a los obispos en sus celebraciones pontificales. Todo él resplandecía con los rayos del sol de mediodía. Tampoco volvió a verlo.

.- También aparece una choza con una viejita. Dentro de la choza numerosas piezas de cerámica muy fina. Cuando la buscan para comprar cerámica no la consiguen.

.- Cerca de la Cueva de Los Santos esta el callejón de la Vieja. Seco durante el verano y de aguas tumultuosas en época de lluvia. Bordeando este callejón venia un día don Jacinto. Traía una mochila para comprar alimentos en el mercado de Rubio. Era muy de mañana y apenas los rayos del sol naciente comenzaban a iluminar las lajas del cerro. Camino por monte y llanura. Fatigado se orillo y al acostarse a una piedra para descansar un rato la tierra se hundió y se vio dentro de una cueva. Era un salón muy grande de paredes y techo de roca iluminado por una suave claridad blanco-azulada. Se comunicaba con un huerto de naranjos. Había mucha gente. Lo llamaron por su nombre y lo saludaron con cariño, luego lo invitaron a comes patatas cocidas y una pizquita. Una vez que hubo desayunado, le ofrecieron una naranja. El la tomo agradecido y como no tenia hambre la guarda en la mochila. Era una naranja grande y madura que despedía exquisito aroma.

.- Antes de partir le dijeron:

.- Siga por allí, ese corredor sale al cerro de La Vieja, tenga cuidado, que la cueva esta encantada y al salir la vieja le puede gastar una broma.

.- Don Jacinto cumplió las ordenes y siguió el pasadizo. Luego desde el cerro de La Vieja, en Pamplona, bajo hasta Cúcuta y de allí tomo el camino real hasta Rubio.

.- Muchos días transcurrieron. Camino por cerros y valles por caminos empedrados. Cuando llego a su casa al atardecer encontró mucha gente. estaban rezando el novenario: Todos lo miraron asombrados creyendo que se trataba de un espanto. Él contó su historia, les hablo de la cueva, del hermoso huerto de naranjas y para demostrar que decía la verdad saco la naranja de la mochila. La naranja se había vuelto pesada y no podía sujetarla con una sola mano. La agarro con las dos manos y se la mostró a su familia. Todos exclamaron maravillados:

.- ¡ Es de oro....!

.- Poco después de don Jacinto y su familia enriquecidos por la naranja de oro partieron del lugar no sabemos a donde.

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.- La Cueva de Los Santos la visitan a menudo excursionistas y científicos. No sabemos si continúan apareciendo los encantos.

.- EL PASO DE LA CULEBRA.

.- Del mirador hacia El Pueblito la carretera desciende hasta El Tope para luego continuar en ascenso. En lo más profundo posee sinuosidades parecidas a las de un reptil, de ahí que reciba el nombre de "El paso de La Culebra". En este punto la carretera permanece casi en penumbra debido a los árboles. Desde este lugar parte un camino vecinal hasta el poblado. A sus orillas, bucares y guamos protegen al caminante de los rayos del sol.

.- En la noche muy pocas personas se atreven a cruzarlo por temor a los espantos.

.- Un joven del lugar, fuerte y pendenciero, amigo de parrandas y aventuras, solía emborracharse los fines de semana y atravesar El Paso de La Culebra en horas de la madrugada.

.- No vayas por ese camino de noche - le decían sus amigos.

.- ¿ Por que? - pregunto Rafucho.

.- ¿ No sabes que espantan en ese punto donde la oscuridad es mas profunda?.

.- ¡ Tonterías, yo no creo en eso!.

.- Haz lo que quieras, pero cuídate, no te busques problemas.

.- Soy fuerte y sabré defenderme.

.- Ándate con cuidado, no es cosa de broma.

.- Continuaron conversando de otros temas y se olvidaron del asunto.

.- A la semana siguiente Rafucho estaba contento porque había logrado vender a buen precio su cosecha de naranjas. Decidió darse una escapadita hasta el caserío vecino para salir de rutina. Se fue para El Pueblito y regresan pasadas las doce de la noche.

.- Venia silbando y cuando llego a las curvas en descenso de El Paso de La Culebra, recordó lo que le habían dicho sus amigos. No sentía miedo. Posiblemente la fantasía de la gente inventaba historias para pasar el tiempo o para amedrentar a los ingenuos. La brisa fresca le sacudió el rostro. Miro el camino y lo encontró muy oscuro. - No tengo miedo, - se dijo, y bajo los efectos del alcohol alardeo gritando:

.- ¡ Que salga el diablo si quiere que no le tengo miedo!.

.- A poco trecho algo se le atravesó en el camino que lo hizo perder el equilibrio, luego, cuando intentaba levantarse sintió que lo apaleaban y por mas que corría, lo seguían y

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continuaban dándole palos. El asustado gritaba. Sus alaridos eran tan fuertes que se oyeron en todo el vecindario y por temor nadie se atrevió a socorrerlo.

.- A duras penas pudo escapar y recorrer el pequeño trecho que los separaba del caserío.

.- Cansado, maltrecho, pálido y sin fuerzas cayo delante de las primeras casas.

.- Con el alba fue recogido por unos vecinos madrugadores que lo curaron y le dieron aguamiel caliente. Él con gran esfuerzo contó lo sucedido. Poco después todo el vecindario conoció el percance.

.- Sus amigos le dijeron.

.- ¡ Eso le pasa por necio!.

.- Yo te lo dije, no se puede pasar de noche por El Paso de La Culebra....

.- EL DUENDE DE AGUA BLANCA.

.- En las cercanías de Santa Rita pasa la quebrada Agua Blanca, llamada así por sus aguas cristalinas. A su alrededor, suaves valles de colinas dedicados al cultivo de caña, café y frutos menores. Guamos, Pomarrosas y Bucares bordean los senderos y las fincas. Los niños juegan felices en los caminos.

.- Pablito tiene ocho años, blanco, ojos negros; alegre y vivaracho disfruta echando piedritas en la quebrada. Salió de casa y camina cantando por las piedras que bordean Agua Blanca. Encuentra un niño de su edad y los dos juegan y conversan animadamente. Ya son amigos.

.- La madre de Pablito se impacienta porque el no regresa.

.- Se hace de noche y no llega. Angustiada lo busca por los contornos. No duerme pensando en su hijo. Al otro día los vecinos ayudan a buscarlo. Dan parte a la policía y esta lo busca sitio por sitio, a orillas de la quebrada, en los pozos, en la montaña cercana. Todo inútil, Pablito ha desaparecido. Inexplicablemente.

.- Han transcurrido varias semanas. una tarde cuando doña Petra barría la entrada de la casa vio venir a su hijo sonriente:

.- ¡ Hola, mama, bendición!.

.- ¿ Dónde has estado en todo este tiempo?.

.- No, mama, tres horas, me fui después del almuerzo y aun no ha oscurecido. Estaba jugando con piedras a la orilla de la quebrada cuando me encontré a un niño de mi edad, rubio y de ojos azules. Me invito a un pozo que esta allí abajo y nos fuimos a jugar. Aquello es muy bonito, hay muchas luces y juguetes. El no vive en una casa ¿Sabes?,

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Vive en una cueva. Aquello es muy lindo y fresco, el agua de la quebrada corre por un ladito y las paredes son de roca resplandeciente. Jugamos mucho y estuve muy contento.

.- ¿ Dónde queda esa cueva? - pregunto la madre.

.- allí, - contesto Pablito y estiro su brazo derecho en dirección a la quebrada.

.- ¿ Y por que estuviste tanto tiempo?.

.- No, mama, solo estuve tres horas.

.- No, Pablito, estuviste fuera de casa varias semanas, ya te creíamos desaparecido.

.- No, mama, solo estuve fuera tres horas, fíjate aun es de día.

.- Doña Petra se inquieto, pensó que algo raro le estaba pasando a su hijo. Aparentemente no ocurría nada anormal, pero era extraño que hubiera perdido la noción del tiempo.

.- Pasaron días, meses y años. Pablito solo hablaba de la cueva y del niño de los ojos azules que jugo con él. Es enajenado. Recorre los senderos de Santa Rita cantando. Los muchachos al verlo gritan:

.- Ahí viene el loco Pablo....

.- EL DUENDE DE PERICOS.

.- La aldea de Pericos situada al Oeste de la ciudad de San Cristóbal, esta a pocos kilómetros de ella. La limita el río Torbes, montañas y árboles. Pequeñas haciendas la cubren y su terreno inclinado estaba dedicado al cultivo del café. Los viajeros que iban hacia Colombia la atravesaban, por eso sus caminos siempre se veían concurridos y en su parte alta había un paradero donde los arrieros descansaban antes de continuar el viaje. El clima es fresco y la niebla baja hasta el suelo en las mañanas y en las tardes. Sus senderos están limitados por pomarrosas.

.- La aldea se surtía de agua de un pozo situado en la parte más alta de la colina. A él iban las muchachas a lavar la ropa y a llevar agua en grandes tinajas. Su agua pura y cristalina brota de un manantial. A su alrededor forma un pozo. De cuando en vez los jóvenes del lugar lo limpian y le extraen el barro. Estas aguas se desaparecen para correr bajo la tierra en pequeño arroyo hacia el río. El pozo esta rodeado de hierba menuda y de algunas plantas acuáticas. Mas allá arbustos y árboles corpulentos que se prolongan hasta llegar a la Cueva de Los zamuros, llamada así porque en su interior anidan estos rapaces, allí se divisan crías de distintos tamaños.

.- En la parte baja de la aldea esta situada la pequeña escuela. A ella acuden en las tardes los jóvenes del lugar. En las mañanas ayudan a sus padres en las faenas del campo y de la casa. Para llegar a la escuela es necesario atravesar el callejón formado por corpulentos árboles: ceibas, caobas, guamos y apamates se entrelazan para formar una maraña de ramas, un gran techo natural que mitiga los ardorosos rayos del sol.

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.- Rosa y Marisela se han levantado muy temprano para ir al pozo. Rosa lleva una canasta llena de ropa sucia. Marisela una tinaja y un cubo vació. Llegan al pozo, llenan las vasijas, toman un poco y se sientan a descansar. La subida ha acelerado su respiración. Pasando un rato se disponen a lavar la ropa. Entre las dos van enjabonando, restregando y enjuagando, ya casi terminada la faena. Conservan de sus cosas alegremente.

.- Marisela, ¿ oyes?.

.- ¿ Que?.

.- Escucha, se oye el galopar de un caballo.

.- Si, y se acerca, pronto sabremos quien es.

.- Sintieron el galope y luego unos pasos que se acercaban a ellas y se detenían al frente. Miraron y no vieron nada. Tenían la impresión de que alguien las miraba fijamente, luego sintieron pasos que se perdían entre la floresta en dirección a la Cueva de Zamuro. Las dos muchachas se miraron asustadas sin decir nada, apresuradamente recogieron la ropa y la tinaja y se fueron a toda velocidad. Ya en casa le hicieron el comentario a doña Maria. Ella riendo les dijo:

.- Tienen mucha fantasía, eso no es mas que producto de la imaginación.

.- No, tía yo escuche el galope del caballo y los pasos que se acercaban, también la mirada penetrante de un ser invisible, - contesto Marisela.

.- Si, mama, yo también lo sentí y me asuste mucho cuando no vi a nadie.

.- Al día siguiente comentaron lo ocurrido con sus compañeros de la escuela. Los muchachos se rieron de ellas y las muchachas asombradas les hicieron miles de preguntas.

.- A la semana siguiente estaban Marisela y Rosa en el pozo cuando sintieron de nuevo el galopar del caballo. El personaje invisible se acercaba a ellas y después de un rato se interno en el bosque cercano. De pronto los árboles sacudían sus ramas como si fueran a volar. Lo curioso del caso era que no había viento. El ramaje no estaba movido por el aire, manos invisibles lo agitaban y de lo más espeso salieron unos chillidos escalofriantes. Las dos muchachas se miraron asustadas y salieron corriendo. Llegaron a la casa pálidas y jadeantes. Doña Maria las miro asustadas:

.- ¿ Que paso?.

.- Lo mismo del otro día, tía, el galope del caballo que se acercaba al pozo, se apea, nos mira y se interna en el bosque.

.- Pero esta vez fue distinto; apenas penetro en la arbolada el personaje misterioso, los árboles empezaron a moverse como locos, levantaron las ramas como si fueran brazos gigantescos, y de los más profundo salían unos chillidos espantosos, las dos asustadas salimos corriendo.

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.- Mama, no volveremos al pozo solas, tendrá que acompañarnos mis hermanos o los peones de la hacienda.

.- La noticia fue corriendo por la aldea. Varias personas habían escuchado el galope del caballo, los pasos, los chillidos y la agitación de los árboles. Las muchachas no querían ir solas al pozo, estaban temerosas. Cuando iban a lavar o a traer agua lo hacían en la mañana y siempre acompañadas de un hombre que, mientras ellas lavaban celosamente escudriñaba los alrededores del pozo pistola en mano.

.- Marisela venia de la escuela sola, porque su prima Rosa se encontraba enferma. El sol comenzaba a ocultarse y el callejón se iba cubriendo de sombras. Lo cruzo apresuradamente. Cuando salía de él escucho unos chillidos agudos y profundos al tiempo que las ramas de los árboles se movían, parecía que hubieran cobrado vida y cien brazos gigantescos se levantaran a la vez. Marisela presa de terror corrió hasta la hacienda. Asustada y con voz entrecortada dijo:

.- Ti-a, Ro-sa, el mis-mo chi-lli-do, en el ca-lle-jón, los árboles querían desprenderse de sus raíces, parecían gigantes de muchos brazos.

.- Cálmate, hija, tomate este pocillo de aguamiel, no volverás a salir sola.

.- En las tardes, al salir de la escuela las muchachas corrían apresuradas a sus hogares. Los jóvenes las acompañaban. A varias de ellas las había ocurrido lo de Marisela y temían atravesar el callejón, especialmente en las tardes.

.- Los cafetos estaban cargados de frutos maduros y se guardaban una buena cosecha. Para ayudar en la recolección vinieron jóvenes de las aldeas cercanas: Zorca, Capacho, Toituna y El Valle. Con la alegría de la recolección se olvidaron del galope del caballo pleno los cafetales. En las noches antes de retirarse a descansar se reunían en los patios de las haciendas a contar cuentos. Algunos rasgaban sus instrumentos de cuerdas. Las noches eran claras y serenas. Una paz idílica inundaba la pequeña aldea.

.- Al día siguiente Marisela se separo un poco del grupo para recoger unos gramos maduros. sintió que unas manos peludas la agarraron fuertemente. Sobrecogida de terror grito desaforadamente.

.- ¡ Auxiliooo....Rosaaaa....!

.- Todos corrieron en dirección a la voz y encontraron a Marisela tendida en el suelo. Parecía dormida, su cesta inclinada y por el suelo montones de gramos maduros de café. Sus brazos mostraban arañazos sanguinolentos causados por las garras del duende.

.- Entre los jóvenes se la llevaron alzada hasta la casa y la acostaron en su cama. Cuando se despertó miro asustada y se froto los ojos.

.- ¿ Por que estoy aquí?. - pregunto sin acordarse de lo sucedido.

.- Doña Maria ordeno que no dejaran sola a Marisela. Miraba preocupada su palidez y su ensimismamiento, parecía que estuviera en otro mundo. De noche se agitaba en su cama y gritaba como si tuviera terribles pesadillas.

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.- ¡ Es él, viene por mí!. ¡ No, no quiero irme con el duende, me da miedo sus manos peludas!.

.- Cuando se despertaban no recordaba sus sueños.

.- La tarde teñía de rosado bucares y cafetales. Los jóvenes se disponían a regresar con sus canastos llenos de frutos color rubí, cuando de lo alto de un guamo escucharon unos chillidos. Simultáneamente Marisela grito:

.- ¡ No me dejen sola!. ¡ Me quiere llevar el duende!.

.- La rodearon rápidamente para protegerla, las muchachas asustadas y los jóvenes incrédulos. Miraron hacia los guamos y no vieron nada. De nuevo escucharon los chillidos y las ramas de los árboles se movían. No eran alucinaciones de Marisela. Un ser extraño la perseguía.

.- La noche de despedida organizaron una fiesta. Las muchachas soltaron sus cabellos y prendieron flores en ellos. Vistieron sus mejores galas. Los jóvenes también se prepararon afinando sus bandolinas, guitarras y cuatros. Cantaron, interpretaron piezas regionales y bailaron. Tomaron mistela, canelita y aguardiente de eneldo. Saborearon el sancocho y el chocolate.

.- Marisela desde un rincón observaba todo, parecía ausente. Su mirada se posaba de cuando en cuando en las cicatrices de sus brazos.

.- Doña Maria veía con tristeza como Marisela iba perdiendo, la razón. Llamo a sus padres y estos vinieron a llevársela. La bella muchacha repetía a cada rato.

.- Es él, es él, viene a buscarme.

.- No sabemos que fue de Marisela. Tampoco si el duende al no encontrarla en la aldea de Pericos, se habrá ido a otros lugares.

.- LA HUELLA DEL DIABLO.

.- Muy cerca, al pie del pueblo de San Simón, esta una piedra grisácea de gran tamaño. En la parte superior es plana como una mesa, al verla nos imaginamos una piedra de sacrificios, quizás utilizada en épocas remotas por nuestros aborígenes. Muchas leyendas se han tejido a su alrededor. Cuentan los vecinos más ancianos que hace muchos años espantaban allí y que nadie quería llegar o salir del pueblo después de ocultarse el sol.

.- A su alrededor se escuchaban lamentos y voces y se sentían que alguien estaba junto a la piedra. Algunos decían que había visto un hombre a caballo que se perdía por esos lados. Un día lo persiguieron y como siempre se esfumo al llegar a la piedra.

.- Los vecinos decidieron estar al acecho y cuando saliera el caballo con su jinete perseguirlo con agua bendita y cruces porque suponían que se trataba del diablo. En efecto, vigilaron escondidos desde un árbol cercano a la piedra y al vislumbrar la sombra y sentir los cascos del caballo salieron en persecución echando agua bendita en cruz y

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rezando. La sombra salió al galope tendido y fue tanto lo que corrió al sentirse perseguida que sus cascos echaban chispas y al tropezar con la piedra salto una llamarada. Con teas encendidas llegaron hasta la piedra y la salpicaron con agua bendita. Asombrados vieron marcada la huella de la pata derecha del caballo.

.- Rezaron y pasado un tiempo llevaron en solemne procesión a la imagen de la Inmaculada Concepción, que colocaron sobre la piedra del diablo, en el lugar donde estaba marcada una huella del caballo.

.- No volvieron a espantar alrededor de la piedra ni tampoco volvió a verse en las noches la sombra del jinete.

.- LAS MUJERES MISTERIOSAS DE LA GRITA.

.- Un grupo de muchachos conversa animadamente en la Plaza Bolívar de La Grita. Un poco antes de las doce comenzaron a despedirse. Quieren regresar a sus casas antes de la media noche. Dicen que después de las doce se aparecen por la Plaza Jáuregui dos mujeres vestidas de blanco: Irma y Maria de los Ángeles. Muchos las han visto acercarse pausadamente, pasar por su lado y luego alejarse.....

.- ¡ Hasta mañana!.

.- ¡ Hasta mañana!, Me voy rápido antes de que sean las doce.

.- En un momento quedo la plaza desierta y las muchachas corrieron hacia sus hogares.

.- La brisa fresca montañera mueve las ramas de los árboles y comienza a llover.

.- Al día siguiente se reúnen otra vez para conversar en la plaza. Entre las muchachas están dos jóvenes recién llegadas a La Grita con su familia. estas preguntan al grupo:

.- ¿ Por que se fueron todos antes de dar las doce?, Hoy es sábado y no tenemos clase. ¿ Por que tanto apuro?.

.- Mañana podemos dormir con tranquilidad. ¿ Nos quedaremos hasta mas tarde?.

.- No. - Repuso un joven.

.- Pero ¿ Por qué?, - insistió María.

.- Yo me he encontrado en una noche fría y solitaria una mujer vestida de blanco. Paso a mi lado y desapareció sin decir nada. Eso fue hace unos meses, pero aun estoy impresionado.

.- Luego me dijeron otros que también le han visto, que es Irma. Me la encontré al cruzar la Plaza Jáuregui a la una de la madrugada, cuando regresaba a casa después de salir de una fiesta.

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.- ¡ Y yo me encontré a Maria de los Ángeles!, - dijo otro.

.- ¿ Donde? - le preguntaron.

.- En la calle que sube por la misma Plaza Jáuregui. Eran las tres de la mañana y regresaba de un velorio. Ante mí, cruzo una mujer alta de cabellos largos y rubios vestida de blanco. No me dijo nada y no causa daños, pero al verla y reconocer su figura me produjeron escalofríos.

.- ¿ Y en que se diferencian?, - pregunto Marta.

.- En que Irma es mas baja y tiene el cabello corto.

.- Otro joven continuo:

.- Irma y Maria de los Ángeles fueron asesinadas salvajemente. En el pueblo todos las conocen y son muchas las personas que se las han encontrado cuando pasan por las cercanías de la Plaza Jáuregui después de las doce de la noche. Pasan tranquilas por el lado de uno, pero si se les dicen piropos empiezan a crecer hasta tomas formas gigantescas.

.- Dijo Cheo:

.- Las voy a llevar al cementerio para que visiten sus tumbas.

.- En la de Irma siempre hay flores, cuadernos y lápices. En la de Maria de los Ángeles, además de estos se encuentran siempre casitas, velones y milagros. Su tumba la construyeron con puros milagros. Dicen que es muy buena con los pobres y los socorre en sus necesidades.

.- Siguieron hablando de otras cosas. Risas, chistes, canciones.

.- Se divirtieron sanamente, pero al acercarse la media noche comenzaron a despedirse. Las muchachas más miedosas salieron corriendo después de un ¡ Hasta mañana!. Los jóvenes se fueron tranquilos calle arriba o calle abajo.

.- Las calles del pueblo andino duermen bajo espesa niebla.

.- Todo esta en silencio. Ni jóvenes ni viejos interrumpen la quietud y las figuras blancas de Irma y Maria de los Ángeles aun siguen por la Plaza Jáuregui.

.- LA LAGUNA NEGRA.

.- Por una carretera siempre en ascenso desde La grita hasta las Porqueras, se acercaron hasta el páramo de El Batallón. Montañas, montañas y más montañas. Estaban en plena cordillera andina. La vegetación es baja y rala, tomillo, orégano, dictamo real, helechos y frailejones que adorna el paisaje con su fluoración en forma de racimo. Estaba despejado y se disponían a pasar un día diferente en contacto con la naturaleza. El sol era radiante y

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luminoso, solo en la lejanía pequeños rastros de bruma. Dejaron la carretera y siguieron por un sendero. Comenzaban a pesar los morrales. El paisaje casi idílico. Pequeños manantiales de aguas frías y cristalinas, rodeados de calas, juncos y lirios silvestres; campos llenos de miosotis, las pequeñas florecillas azules y por otro lado florecitas amarillas de mostaza. Respiraron profundo y continuaron muy despacio hacia la cumbre.

.- En un valle bordeado de paramos altísimos estaba la Laguna Negra. A su alrededor bandadas de patos salvajes que en esta época del año tenían allí sus predios.

.- ¡ Esa es la Laguna Negra! - exclamo Felipe.

.- ¡ Que bella! - dijo Andrés -. ¿ Será verdad que esta encantada?.

.- Parece mentira, - dijo José. - con esta luz, con este cielo azul, con este paisaje tan bello....

.- Se acercaron un poco y miraron las aguas. Eran oscuras y tétricas, no se veía el fondo y no se podía prever lo que había en su interior. En sus bordes juncos y pequeñas gramíneas salpicadas de margaritas tapizaban la tierra como una alfombra.

.- Los tres amigos pasaron la mañana explorando los contornos y tomando fotografías. Estaban entusiasmados con el espectáculo que tenían ante sus ojos y querían hacerlo imperecedero.

.- ¿ Habrá truchas o carpas en la laguna ? - pregunto José.

.- Posiblemente, - le respondieron.

.- Sacaron su avio y comieron. Luego dormitaron un rato sobre la hierba fresca.

.- Felipe que llevaba una escopeta dijo a sus amigos:

.- Voy a cazar unos patos para llevar a casa.

.- No lo hagas, - dijo José, mira que tranquilos están, si te acercas mucho huirán quien sabe a donde.

.- Yo no me acercaría mucho a las orillas, el color de las aguas me causa temor, además, recuerda lo que dicen los lugareños.

.- No lo creo, esa laguna no tiene aspecto de estar encantada.

.- ¡ Haz lo que quieras! - repuso José sin comprender su mal humor.

.- Felipe fue despacio a esconderse detrás de una enorme piedra cercana a la orilla. desde allí vigilaría los movimientos de los patos, y cuando se acercaran...

.- Pasaron nadando un grupo de patos, luego, se acercaron a la orilla, estiraron sus alas y picotearon las yerbitas. Felipe centra la mira; uno, dos, tres...y varios patos cayeron. Uno

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de ellos voló hacia la laguna y Felipe corrió a acogerlo. Tomo en sus manos los dos primeros que aun estaban vivos y cuando fue a tomar el tercero resbala con el musgo de una piedra y cayo a la laguna.

.- Las aguas heladas lo hicieron temblar, la laguna era muy honda y no tocaba fondo, además el no sabia nadar.

.- ¡ Auxilio... !

.- ¡ Andrés, José, me ahogóoo...! ¡ Ayúdenme....!.

.- Antes de que sus amigos pudieran auxiliarlo se sumergió.

.- Quedaron paralizados de terror. No se veía nada a través de las aguas negras. Felipe había desaparecido. La Laguna Negra había cobrado otra victima. El nefasto encanto se había apoderado del amigo. Su cuerpo inerte lo encontraron días después en la orilla opuesta.

.- LA LAGUNA GRANDE.

.- La Grita se despereza y sacude su neblina. La luz matinal va iluminando las calles inclinadas de amplias ventanas y balcones de hierro. Los dos viajeros se levantan y contemplan el paisaje a través de la ventana. Las montañas azuladas apenas envueltas en tenues gasas blancas que con el soplo del aire se van esfumando. Eduardo y Alfredo pernoctan en La Grita y se disponían, acompañados de un baquiano, a escalar las cumbres y llegar hasta la Laguna Grande. Desayunaron, recogieron sus morrales y llenaron las alforjas de las mulas con alimentos, cajitas de varios tamaños y cámaras fotográficas.

.- Un poco a pie, otro en mula, los tres hombres se detienen a cada rato para recoger hojas, frutos y pequeñas plantas. Caminan por estrecho sendero. La vegetación, a medida que van ascendiendo va perdiendo en tamaño. Primero se detienen a coger zarzamoras, mas tarde unos pequeños frutos rojos y ácidos que contienen una concentrada dosis de vitamina C, que los campesinos llaman mortiñas.

.- El baquiano, un muchacho fuerte y alto, de tez rosada, característica de las gentes de las cumbres, coge una pequeña fruta morada y se las da a probar:

.- Tomen, están dulces, por ahí las llaman sururas.

.- Gracias, Tomas.

.- De nuevo recogen frutos, ahora son verdosos-morados. Preguntan a Tomas:

.- ¿ Que nombre le dan a estas frutas?.

.- Quemaderas.

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.- Los dos botánicos toman nota de todo lo que encuentran a su paso, en un pequeño cuadernillo que introducen en uno de los bolsillos del pantalón.

.- Los viajeros han llegado a los tres mil metros de altura, la atmósfera es diáfana y el sol calienta. Han dejado atrás los pequeños prados cubiertos de florecillas amarillas, azules y rojas; ahora la vegetación es muy baja y la yerba menuda lo cubre todo; de trecho en trecho algún frailejón con sus hojas de terciopelo verde-blancuzco.

.- ¿ Falta mucho para llegar a la Laguna Grande? - pregunta Alfredo.

.- Estamos muy cerca, después de aquel risco.

.- El camino era cada vez más fatigoso y escarpado, habían ascendido casi tres mil quinientos metros, cuando en un pequeño rellano, encontraron unas hierbas aromáticas. Alfredo cogió un puñado de ellas y se las mostró a Eduardo:

.- Mira, ¿ qué te parece?.

.- Sin duda que es dictamo real, sobre él hay muchas leyendas.

.- Dicen que tiene la propiedad de prolongar la vida. Los indios lo creían sagrado.

.- Se sentaron a descansar mientras cogían manojitos de las fragantes yerbas.

.- Tomas repuso:

.- Han tenido suerte al encontrar el dictamo, pues solo los venados la consiguen cuando el sol se asoma a estos paramos y pinta de rosa anaranjada los cristales de la Laguna Grande.

.- Ante sus ojos estaba la enorme mole del pico El Pulpito y un valle en cuyo centro se hallaba una laguna; cerca la cadena de montañas, las estribaciones del páramo El Rosal. El paraje escaso de vegetación lucia desolado. Las rocas grises, las montañas, el color de las aguas, infundían aflicción.

.- Tomas les dijo:

.- ¿ Saben las leyendas de la laguna?.

.- No, ¡ cuéntalas !.

.- Dicen que la Laguna Grande esta encantada. En determinadas ocasiones, cuando uno se asoma a sus aguas, se ven en el fondo animales de oro: conejos, gallinas con pollitos, palmeras con loros, etc. pero eso únicamente lo ven las personas que le caen bien a ella, todo lo contrario ocurre con las personas que le son repelentes: Sus aguas se encrespan y enturbian.

.- Y prosiguió:

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.- Ese pequeño arroyo que le sirve de desagüe pasa cerca de La Grita. El día que la Laguna Grande se desborde inundara y destruirá el pueblo. Una de sus orillas posee un pequeño barranco y por ese lado amenaza con desbordarse. Este es lugar de silencio y meditación. No se puede hablar en voz alta y mucho menos gritar. Si así lo hiciere se desencadenara una tormenta.

.- Alfredo se queda pensativo, contemplo ensimismado el paisaje. Estuvo absorto mucho rato. Sentado allí en aquel paraje inhóspito medito largamente. Así estuvieron por mucho rato hasta que Eduardo pregunta a su amigo:

.- ¿ Venimos preparados?.

.- ¿ Preparados para que?.

.- Para afrontar la tormenta.

.- Si, venimos prevenidos, pero....¿ crees que pueda llover con este cielo azul y este sol tan brillante?.

.- ¡ Probemos...!

.- ¡ Probemos!.

.- Y antes de que Tomas tuviera tiempo de protestar, colocaron las manos en forma de bocina y gritaron:

.- ¡ Tomas.... ! ¡ Tomas.... ! ¡ Tomas.... !

.- ¡ Eduardo! ¡ Eduardo! ¡ Eduardo!

.- ¡ Alfredo! ¡ Alfredo! ¡ Alfredo!

.- Acto seguido el sol se cubrió de espesas nubes y cayeron gruesos goterones, acompañados de relámpagos y truenos que el eco repetía. Si el paisaje era desolador con el sol, con la lluvia parecía sacado del infierno de dante. Ante semejante estrépito los dos botánicos sonreían y Tomas asustado protestaba:

.- ¡ No han debido gritar!, ¡ El encanto de la Laguna Grande surtió efecto! A ella no le gustaba que interrumpan su sueño.

.- LA LAGUNA DE GARCÍA.

.- Rafael bajo del vehículo e invito a su familia a que hiciera lo propio. Viajaban desde la capital y era la primera vez que venían a Los Andes. Desde La Grita contemplaron con deleite el paraje montañés, la vegetación con sus helechos arborescentes con penachos en forma de palmera, los precipicios y la niebla. Admiraron la pequeña laguna de forma ovoide y el valle. La menuda hierba cubriéndolo todo como un tapiz llegaba hasta sus

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orillas y desde lejos sus aguas lucían tranquilas. Estaban a pocos kilómetros de San Antonio de Pregonero.

.- Entraron en una pequeña bodega que a la vez era bar, casa de comidas y posada. Se preparaban para saborear una Pizca Andina, arepas de trigo y queso ahumado. Mientras el dueño del local les servia preguntaron curiosos a un anciano que estaba sentado en un taburete cerca de ellos:

.- ¿ Cómo se llama la laguna?.

.- La Laguna de García, llamada así porque las primeras familias de españoles que se asentaron en ese lugar llevaban ese apellido.

.- Sus aguas parecen tranquilas. Deben ser muy frías, pero no tiene desagüe.

.- El desagüe visible. Sus aguas superficialmente tranquilas poseen numerosas corrientes que las llevan hacia una dirección determinada en forma de embudo espiral. Ahí comienza el desagüe de la laguna que corre en río subterráneo no sabe en que dirección.

.- ¿ Se bañan en ella?.

.- Solo los necios. Sus aguas son heladas y es impresionante su contacto. Además la persona se siente arrastrada por los remolinos y es muy difícil que una vez atrapado en la corriente pueda salir de ella.

.- ¿ Cual fue el origen de la laguna?, Preguntaron.

.- Dicen que un cacique indio de la tribu de los Uribantes, deseoso de sembrar las tierras y ante la escasez de agua sembró un "chicaro", o totumo. Lo cubrió con tierra y espero siete lunas. Al cabo de este tiempo el chicaro empezó a crecer y crecer; día a día aumentaba su tamaño. Una vez que hubo crecido lo suficiente sus aguas se desbordaron y fecundaron las tierras circundantes, luego se retiraron y quedo la laguna en su forma actual. Aquí vivieron los indios felices mucho tiempo. Cultivaban las tierras y pescaban en la laguna. Con la llegada de los colonizadores, estos indios belicosos se retiraron a otras tierras, pero dejaron el lugar encantado.

.- ¿ En que consiste el encanto?.

.- Antes de retirarse maldijeron la laguna, la encantaron: el que penetre en sus aguas perecerá.

.- ¿ Es cierto eso?.

.- Si, son numerosas las personas que han muerto en la luna.

.- ¿ Por aquí hay lugares encantados?.

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.- Sí, la cueva de El Encanto, muy cerca, en esa montaña. Posee la misma maldición de los indios: el que entre en ella no saldrá vivo. En su interior habitan los guacharos y es la única cueva de la región que tiene esta clase de aves.

.- Rafael y su familia quedaron silenciosos. Imaginaron aquellos parajes habitados por los indios Uribantes. la nostalgia de ellos al dejar estas hermosas tierras donde habían vivido, que dejaron encantadas antes de partir...

.- Dieron las gracias al anciano y saborearon el típico desayuno. Después salieron hacia el valle y contemplaron por largo rato el paisaje legendario. La bruma aun tapaba los picachos de las montañas y unos débiles rayos de sol se reflejaban en la laguna de aguas gris verdosa.

.- LA LAGUNA ENCANTADA.

.- Muy cerca de las Porqueras y del páramo El Batallón se encuentra una pequeña laguna de aguas verdes. Los lugareños la han cercado con alambre. A su alrededor sembrados de claveles rojos, blancos y rosados, cuyo aroma perfuma el ambiente. Hacia las faldas de las montañas árboles y pequeños matorrales.

.- Dicen que la laguna tiene en su interior una cueva y que dentro de ella esta un rico tesoro. Los que han intentado buscarlo han desaparecido bajo sus aguas y sus cuerpos no se han podido rescatar, quedando sepultados para siempre en las profundidades.

.- Carlos, Ramón y Pedro fueron a pasar el día en las Porqueras con sus respectivas familias. Caminaron un buen trecho y llagaron hasta la Laguna Encantada. Conversaban acerca de las costumbres del lugar y de las leyendas de la Laguna Encantada. Al divisarla se detuvieron para contemplarla.

.- ¿ Será cierto lo que dicen de ella? - dijo Carlos.

.- Se cuenta que los indios Caricuenas la dejaron encantada y que en su fondo hay un tesoro encerrado en una cueva.

.- ¡ Quién sabe! - exclamo Pedro pensativo y Carlos prosiguió:

.- Muchas personas han intentado sacar el tesoro, desaparecen bajo sus aguas y sus cuerpos se pierden. No sabemos que misterio guarda sus aguas. Hace tiempo que nadie se atreve a penetrar en ellas. Así, pequeña y aparentemente inofensiva, suele causar estragos cuando se desborda.

.- Dijo Ramón:

.- Yo le escuche a un anciano que vive mas abajo, que la laguna se disgusta cuando interrumpen sus aguas con palos o piedras.

.- Siguieron caminando hasta llegar a la ribera de la Laguna. Ramón no resistió la tentación de coger unas piedritas y lanzarlas repetidamente al agua. Estas saltaron sobre la superficie tranquilamente formaron ondas que se fueron agrandando y se multiplicaron

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hasta convertirse en oleaje que fue creciendo levantándose a gran altura hasta salirse del cauce. La laguna comenzó a crecer y a desbordarse. Los muchachos corrieron despavoridos gritando:

.- ¡ Se ha disgustado, se ha disgustado!.

.- La laguna no quiere que interrumpan su sueño.

.- ¡ La laguna esta encantada, huyamos!.

.- Y corrieron monte arriba.

.- La laguna siguió creciendo y desbordándose con un ruido ensordecedor. Las tierras de sembradío se inundaron y los claveles quedaron sepultados bajo sus aguas. Las aguas fueron aquietándose y la laguna volvió a sus contornos. Los habitantes de la región desde lugares estratégicos contemplaron la transformación y se preguntaron: ¿ Quién habrá sido el osado que disgusto a la laguna....?.

.- EL LLANTO DE GALLARDÍN.

.- Gallardín, una loma cercana a Tariba donde estaba situada la hacienda de los Cárdenas, de clima fresco y suave es visitada por las brisas del río y de la montaña. A un lado una quebrada vierte sus aguas en el río Torbes, surte la hacienda e invita al baño con sus aguas límpidas y frescas. Árboles, muchos árboles, dan frescura a la casa de corredores y cuartos espaciosos, así como a sus patios y jardines.

.- Hoy estaban de fiesta, los Cárdenas celebraban el cumpleaños de su hijo menor y por ello invitaron a sus familiares y amigos.

.- Fueron llegando las familias procedentes de Tariba y lugares cercanos. Los niños con sus risas y gritos plenaron el ambiente. Algunos jugaban en los patios, otros montaban a caballo y el resto se bañaba en la quebrada. Las mujeres conversaban alrededor de la cocina mientras pelaban las verduras para el sancocho. Los hombres tomaban mistela y jugaban domino. Todo parecía prever un día feliz.

.- La señora López sentó a su hija menor en una piedra cercana a la quebrada y recomendó a la mayor que la cuidara. Luisita, niña de dos años, linda y traviesa, se quedo tranquila mirando como las aguas se deslizaban. Así transcurrió un buen rato.

.- De pronto se levanto un fuerte viento que formo un gran remolino cerca de la quebrada. Tras unos minutos todo se volvió a la normalidad; después del susto volvieron a sus actividades.

.- Nadie noto la ausencia de Luisita.

.- Pasado el mediodía llamó a comer. Con apetito voraz se acercaron a la cocina y comenzó el reparto: primero a los niños luego a los invitados y por ultimo los de la casa.

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.- La señora López pregunto por su pequeña hijita y nadie supo darle razón.

.- No sé, creí que usted se la había llevado, por eso no me asuste.

.- Yo la deje a tu cuidado, ¿ desde cuando no la vez?.

.- No la veo desde que paso el remolino. Iré a Buscarla y a preguntarles a los muchachos que se estaban bañando por esos lados.

.- La buscaron incansablemente: en la orilla de la quebrada, en los matorrales, en los potreros, dentro y fuera de la casa. Todo fue inútil. Se hizo de noche y la niña no apareció, la inquietud se adueño de todos y la angustia iba en ascenso. Los invitados se quedaron para ayudar en la búsqueda. Comieron frugalmente y se acomodaron lo mejor. Con el alba seguirían la búsqueda.

.- Rastrearon palmo a palmo la hacienda y sus alrededores, pero en vano. Regresaban a la casa rendidos por el cansancio y los nervios. Cuando se dirigían al lugar de donde procedía el llanto no olían nada. Muchas veces se repitió esto. No era posible localizarla. Quizás el viento llevaba su voz y los desconcertaba.

.- Cada vez era más angustiosos el llanto de la niña cuando llamaba. Lo oían en todas direcciones. En las noches no era posible el descanso, pues, en la quietud la brisa los lamentos de Luisita.

.- Transcurrieron ocho largos días, la angustia y la desesperación los invadía. Era un misterio la desaparición. Dejaría la búsqueda y la hacienda. Estaban agotados física y moralmente.

.- Antes de retirarse harían un ultimo intento.

.- Se repartieron en cuatro grupos de hombres que se dirigían en distintas direcciones para rastrear por ultima vez.

.- cuando ya el sol comenzaba a ocultarse entre las montañas y las cosas empezaban a perder sus contornos, el grupo que regresaba del este, que había revisado las márgenes de la quebrada hasta el río, sus piedras y matorrales, se quedo petrificado cuando a pocos metros de ellos vieron pasar una sombra blanca que se detenía al pie de un viejo saman. Luego, dio la vuelta a este y se detuvo al pie de unos matorrales y se esfumo. Poco después, una vez pasado el susto decidieron acercarse al lugar, y, efectivamente, allí estaba.

.- En una zanja cubierta de maleza, estaba el cuerpo sin vida de Luisita, ya putrefacto y comido por los animales. Gritos de horror escaparon. Después, lo recogieron para darle sepultura. No podían explicarse como la niña había ido a parar a esa zanja.

.- Paso el tiempo y la familia Cárdenas atemorizada se fue de la hacienda. Nadie ha podido descifrar el misterio de Luisita. Dicen que en las noches su llanto se escucha en todos los rincones de Gallardín.

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.- Los que conocen la historia no se atreven a acercarse a la quebrada y mucho menos al saman. Después de la media noche la brisa y los sauces llorones traen el llanto de la niña, que desgarrado y penetrante se escucha en todo aquellos confines.

.- EL CERRO NEGRO.

.- Atravesando la población de Santa Ana y tomando a la izquierda un camino de penetración que desciende y vuelve a subir hacia Cerro negro, pasando por aldeas de La Chucurí, La Blanquita y la quebrada del mismo nombre, se llega al pie del cerro, casi tapado por el boscaje. En esta zona busco refugio el cacique Manaure.

.- Manaure dejo sus tierras y perseguido por los conquistadores se refugio en Cerro Negro. Alejado de los poblados españoles le fue fácil subsistir en estos parajes de caza y pesca abundante. Los árboles corpulentos, las parásitas y en fin, la tupida vegetación lo cobijó. Guamos, pomarrosas y cambures le sirvieron también de alimento.

.- Construyo sus chozas en lo mas intrincado del bosque, en un pequeño claro rodeado de árboles. Era un mirador natural desde donde se divisaba cualquier maniobra de los conquistadores. Desde ese altiplano Manaure contemplaba complacido el paisaje: La quebrada de aguas cristalinas, las montañas, las ceibas y bucares en su espléndida fluoración, incendiando el paisaje, el valle de baja vegetación. Todo era propicio para una vida tranquila.

.- Manaure y su tribu dejaban transcurrir el tiempo. El clima benigno y la fertilidad de la región los conquisto, se quedaron en el lugar. Construyeron sus chozas y sembraron algunas plantas cuando el piache lo creyó conveniente.

.- Tiempo después los soldados españoles sorprendieron a un indio que subía hacia Cerro Negro, lo hicieron prisionero y revisaron los rastros para descubrir el asentamiento indígena.

.- El pie del cerro estaba tupido por el boscaje. Ceibas, guamos, cedros, pardillos y bucares se entrelazan con los arbustos, lianas, parásitas en forma de cortina que constituían un muro difícil de penetrar. De súbito el paisaje se oscureció y nubes grises lo cubrieron todo. Se desencadeno una furiosa tormenta con truenos y relámpagos.

.- ¡ Que extraño! - exclamaron.

.- Es pleno verano y la temperatura ha descendido. Corramos hacia el valle antes de que la tormenta nos extermine.

.- Cuando comunicaron las nuevas al capitán, este los escucho incrédulo. Mas adelante acorralarían a los indios y los vencerían.

.- En varias oportunidades intentaron llegar a cerro Negro y siempre con los mismos resultados: espesas nubes negras oscurecían el ambiente y del cielo caían enormes piedras de hielo acompañadas de truenos y centellas.

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.- Dejaron la empresa por imposible y el cacique Manaure vivió por un tiempo feliz en aquellos parajes boscosos donde la naturaleza era su aliada.

.- No se sabe hacia donde se dirigió el cacique con su gente, pero Cerro negro ahí, agreste e imponente. Hoy lo llaman también Cerro del Indio o Cerro Negro.

.- MANAURIA EL ENCANTADO.

.- En un pequeño valle formado por la Quebrada La Jabonosa, que vierte sus aguas al río Uribante, cercano a La Arenosa, vivía con su numerosa familia un agricultor de nombre Nemesio. Labraba la tierra y gracias a su trabajo tenían una hacienda prospera. Hacia la montaña cultivaba café de inmejorable calidad, en la parte llana cacao y frutales y a las riberas del río caña de azúcar que molían en el trapiche. La casa estaba rodeada de árboles ornamentales y flores. El aire fresco que bajaba de la montaña traía un halito bienhechor. Vivian en un edén.

.- Decían que en El Cerro Negro estaban los predios de Manauria, El Encantado. Le atribuían hechos insólitos y nadie se atrevía a acercarse a su morada. Decían que vivía con dos pequeños hijos. Su figura lata y delgada se veía recorrer los montes buscando plantas aromáticas para sus encantos. Los que habían conversado con él decían que era de trato afable y bondadoso, pero cuando se irritaba era terrible.

.- Una tarde cuando un grupo de pescadores lanzaba sus atarrayas vieron acercarse la figura alargada de Manauria. Sus cabellos largos y su barba brillaban con el sol de la tarde. Se acerco al grupo y después de saludarlos les pregunto:

¿ Quien me vendería un niño y una niña de siete años?.

.- ¡ Un niño y una niña! - exclamaron asombrados.

.- Si, - repuso Manauria - los necesito para romper mi encantamiento. Pagare en oro lo que pesen. ¿ Quien me los podría vender?.

.- No contestaron, era tanto el estupor que enmudecieron. Los ojos de Manauria refulgieron y su rostro se encendió por la cólera. Entonces les dijo:

.- ¿ Por que no contestan?. ¡ Estúpidos, pagaran caro su silencio! - y acto seguido cogió un lirio silvestre lo metió en un frasco, lo sacudió y lo lanzo al río, luego grito:

.- ¡ Antes del amanecer tendrán una crecida!, - y se alejo presuroso hacia la montaña.

.- La familia de don Nemesio dormía placidamente. El menor de los hijos se despertó llorando y llamo a su madre. Acto seguido todos se levantaron al oír un ruido sordo que venia de la montaña. El valle estaba iluminado por una tenue luz. Era luna llena, víspera del día de San Juan. Don Nemesio se asomo y vio como el río se iba ensanchando y saliendo de su cauce. A gritos pidió que todos corrieran hacia el cerro:

.- ¡ Aprisa, salgan de la casa, viene una abundada! ¡ Corran!.

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.- ¡ Vayamos hasta el cerro!.

.- Y cogidos de la mano con el agua hasta la cintura, corrieron sin parar hasta llegar a la cima. Desde allí contemplaron como el agua iba inundando los cañaverales, los cafetos, los cacaotales, los naranjos, el trapiche, la casa, todo. Con inmensa tristeza vieron como las aguas turbulentas arrasaban y destruían la hacienda. Permanecieron abrazados. El padre los contaba:

- Uno... dos...ocho...doce....¡ Gracias a Dios, estamos todos vivos!.

.- Allí permanecieron muchas horas, mojados, ateridos de frío, hambrientos, mirando el valle inundado. Con los primeros rayos del sol pudieron apreciar la magnitud de la tragedia.

.- Uno de los muchachos pregunto:

.- Padre ¿ Qué será eso brillante que baja del cerro ?.

.- No se, hijo, espera....parece que se acerca.

.- Por el cauce normal del río venia sobre las aguas un carro tirado por cuatro bueyes. En el dos baúles resplandecientes, Manauria y sus hijos. Todo brillaba como sí fuera de oro: la figura esbelta de Manauria, los niños, los bueyes, el carro y los baúles. A medida que avanzaban, detrás de las aguas volvían a su cauce. Cuando la visión Áurea hubo desaparecido el río corría mansamente.

.- Las tierras anegadas se cubrieron de lodo rojizo. Las plantaciones, la casa, la molienda y los árboles habían desaparecido. Grandes piedras estaban esparcidas por doquier. Donde antes había riqueza y fertilidad ahora solo quedaba desolación y ruina.

.- Cuando la tierra se hubo secado vinieron los vecinos de los contornos a socorrer a don Nemesio a su familia. Los creían muertos y su alegría fue inmensa al verlos bajar del cerro. Les dieron alimentos y ropa y los repartieron en sus casas hasta que reconstruyeron la hacienda, ahora convertida en un erial de piedras y barro.

.- Cuando regresaban a sus casas unos vecinos vieron una enorme piedra blanca en la orilla del río. Les llamo la atención porque nunca la habían visto. En ella estaba grabada la siguiente leyenda:

"Amigos, me voy para otra región, Manauria".

CONTINUA EN EL TOMO II

50 LEYENDAS DEL TÁCHIRA. (TOMO II)

Prólongo

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.- Doña Lolita Robles de Mora es personalidad bien conocida en nuestro ambiente pedagógico. Es licenciada en Letras por la Universidad Católica "Andrés Bello" Extensión Táchira. Ejerció la docencia directa, en materias de su especialidad, en nuestros institutos locales por unos cuantos años. En todos estos institutos dejo bien sentado su sentido de la responsabilidad profesional; su sentido de la influencia de la cátedra sobre la formación de los jóvenes; su sentido, siempre ejemplar, del compañerismo.

.- Cuando la Profesora Robles de Mora tuvo que dejar la docencia directa, por motivos completamente extraños a su voluntad, oriento su servicio pedagógico en otra dirección. La del libro de texto destinado al conocimiento de la lengua y al de la correspondiente literatura. Con varios de estos textos nos ha regalado a todos, en una labor de dedicación investigativa, de análisis, de divulgación de todo cuanto hace relación con la enseñanza del idioma.

.- Simultáneamente con la tarea de los textos, Doña Lolita Robles de Mora ha venido desarrollando otra. Consiste esta en la investigación, la acumulación, el estudio y la selección de las leyendas populares del Táchira. Nuestra diligente colega comenzó, en este campo, como quien no quiere la cosa. Por pura y simple curiosidad. Y, a medida que se fue adentrando en esta cantera de la imaginación colectiva tachirense, se fue apasionando mas y más por la faena; hasta que llego el momento decisivo. El momento decisivo de someter el resultado de su pesquisa a la prestancia del libro. Son tan gratas, a veces tan sorpresivas también, las leyendas populares de nuestra región, que, de manos de nuestra autora, mal podían conquistar otro mejor destino.

.- La señora Robles de Mora, pues, dadas las circunstancias que originaron su retiro de la docencia, ha realizado una labor extraordinaria en relación con las Leyendas del Táchira. Las ha encontrado, en ciertas ocasiones no muy numerosas, hechas y derechas; las ha escuchado, en forma verdaderamente eventual en los sitios más inesperados; las ha pedido mas de una vez a los colegas y a los amigos; se las ha escuchado contar, en esa lengua arcaica de nuestros archivos y en nuestros libros. Ya con ellas en la mano, o las ha limpiado de elementos extra estéticos o les ha reelaborado casi en totalidad; o las ha reducido a la unidad necesaria definitiva.

.- Todo esto lo ha realizado Doña Lolita Robles de Mora sin ninguna prisa y sin ninguna pausa. Sin la menor preocupación por la originalidad. Solo, eso sí, con la convicción pedagógica de estas leyendas les van a ser de sobre manera útiles tanto a los profesores que enseñan la lengua que hablamos cuanto a los estudiantes que se afanan por llegar a su dominio. Y, desde luego, con alegría personalísima: la de darnos una imagen del Táchira que permanecía desconocida para todos.

.- Nos referimos a la imagen del Táchira en redondo y a puerta cerrada, como decía el Caballero de la Triste Figura, porque nuestra investigadora, para comprender sus leyendas, ha puesto los pies espirituales en todos los rincones tachirenses. Tras el encanto de una laguna remota; tras el espanto que recorre una aldea entre gallos y media noche; tras la huella medio misteriosa que dejo un cacique en el cruce de dos caminos; tras el ruido de armaduras con que, mas allá de la media noche, en algunos lugares parece identificársenos el alma errante de un conquistador. Y estos hechos, con su poco de historia y su mucho de imaginación, han sido verificados por la señora Robles de Mora en todas partes. Lo mismo en el apartado Pregonero que en la vecina Tariba; igual en la

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siempre gentil y siempre poética ciudad de La Grita que en la bucólica y cafetera santa Ana; en Colon y en San Antonio; en los heroicos Capachos y en el idílico Cordero; Y en nuestra propia y entrañable Aldea en la Niebla.

.- "Leyendas del Táchira", de esta manera, es libro que habrá de solazar por igual a colegas y a periodistas, a historiadores y a escritores de toda laya, a estudiantes y a lectores comunes.

.- Unos y otros encontraran en sus paginas la imagen de Táchira que decíamos. Una imagen que se levanta, sin la menor petulancia, de cada una de estas deliciosas leyendas de Doña Lolita Robles de Mora, escritas con sencillez cristalina como para que lleguen a cumplir en verdad la doble finalidad que la autora, tal vez sin pensarlo muy claramente, les tiene asignada: estimular, desde el punto de vista mas exigentemente didáctico, la sensibilidad y la inteligencia del estudiante; Y deleitar, desde el punto de vista mas estrictamente tachirense, a todos los lectores posibles.

Pedro Pablo Paredes.

50 LEYENDAS DEL TÁCHIRA.

 

TOMO II

.- ENCUENTRO EN EL BAR DE LAS ÁMERICAS.

.- Marisa, una muchacha alegre y deportista, se pasaba andando en bicicleta por los alrededores de la plaza del Rotary Club de Rubio. Una noche conoció a Gerardo y se enamoro.

.- Un grupo de estudiantes salió un sábado, antes de las vacaciones de Navidad. Habían organizado una fiesta pro-graduación en el bar de Las Ámericas. Desde las siete de la noche comenzaron a llegar muchachas y muchachos. Pronto la fiesta estuvo animada y numerosas parejas bailaban en la pista.

.- Gerardo, un joven oriental, alto y moreno, deambulaba de mesa en mesa, conversando y gastando bromas. Por ultimo se sentó en un rincón y hablaban animadamente. Una joven de ojos melados y cabello castaño estaba a su lado. De vez en cuando bailaban y él, alegre, hacia figuras y pases que eran el asombro de sus amigos, pues lo consideraban un muchacho tímido. Bailaba suelto o pegado, caminaba de acá para allá y parecía enamorar a alguien. Sus compañeros creían que estaba bajo los efectos del alcohol, posiblemente Gerardo se había pasado de palos, por eso hablaba solo, gesticulaba y bailaba; ellos no veían a la bella joven que lo acompañaba.

.- A las tres de la madrugada dejo a un lado a la muchacha y dijo a sus compañeros:

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.- Ahora vengo, voy a acompañar a Marisa a su casa. No me tardo mucho, espéreme.

.- Sus amigos le creyeron borracho y se rieron. El abrazo a Marisa y salieron del local.

.- Tomados de las manos unas veces, otras abrazados, cruzaron a Rubio hasta llegar a la placita del Rotary. Se besaron repetidas veces y él, galante, se quito el saco y se lo coloco a Marisa para protegerla del frío. Se despidieron con un ¡ Hasta mañana, mi amor!. Y Gerardo regresa al lugar donde estaban sus amigos.

.- Al verlo le gastaron bromas y el se sonreía lleno de felicidad. Se había enamorado.

.- El domingo después del almuerzo resolvió salir a visitar a su amada.

.- A pasos largos recorrió las calles de Rubio hasta llegar a la plaza del Rotary Club. Decidido se dirigió a la casa y llamo. A los pocos minutos una señora de edad mediana abrió la puerta.

.- ¡ Buenas tardes! - dijo.

.- Buenas tardes, joven ¿ que desea?.

.- ¿ Esta Marisa?.

.- ¡ Marisa! - exclamo la señora con asombro.

.- Si, Marisa, ella vive aquí, ¿ verdad?.

.- Por favor pase y siéntese, ya vengo, - y se perdió en el interior de la casa.

.- Al poco rato regreso con una fotografía que le mostró a Gerardo al momento que preguntaba:

.- ¿ Es ella?.

.- Si, por favor llaméela.

.- Lo siento, joven, pero no puedo llamarla. Ella no esta aquí.

.- Imposible, anoche yo la deje aquí, nos despedimos en la puerta.

.- No, no esta, - y comenzó a llorar.

.- Gerardo inquieto inquirió:

.- ¿ Que ocurre?. Me parece muy raro que Marisa no se encuentre en la casa si hace unas horas yo la acompañe hasta aquí. Por el camino me dijo que tenia frío y me quite el saco y se lo puse. ¿ Le paso algo?.

.- Tranquilícese, joven, tome con clama lo que le voy a decirle...

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.- Mi hija Marisa ya no esta en este mundo. Murió atropellada por un automóvil cuando paseaba en bicicleta por los alrededores de la plaza.

.- ¿ Dice que murió....?- Balbucea Gerardo impresionado.

.- Si acompáñame al cementerio y visitaremos su tumba.

.- Seguidamente se levantaron y caminaron hasta llegar a la cuesta del cementerio. Gerardo seguía a la mama de Marisa como si estuviera sonámbulo. La impresión recibida fue tan grande que no podía reaccionar, no salían del estupor, creía estar soñando.

.- La señora se detuvo al final de un sendero. Y allí sobre una tumba de mármol blanco, estaba su chaqueta.

.- ¡ Esta es la tumba!.

.- Si, - dijo Gerardo, como si estuviera ausente. Fijo sus ojos en la lapida y al comprobar que sobre ella estaba su chaqueta exclamo horrorizado:

.- ¡ No puede ser...! ¡ No puede ser...! Pero...es mi saco...!

.- ¡ Marisa...., Marisa....! - retrocedió espantado y cayo desmayado.

.- Toda la ciudad supo la historia y hasta los periódicos locales comentaron el romance de Gerardo y Marisa.

.- Han pasado los años y Gerardo sigue amando a Marisa. En su locura repite su nombre y sonríe.

.- EL MONO DE LA QUEBRADA BLANCA.

.- Cerca de san Juan de Colon, en un lugar llamado Peronilo había una hacienda semejante a un paraíso. Árboles frutales rodeaban la casa y más allá cafetales, palmas, palmas variadas y por entre peñas se deslizaban susurrante la Quebrada Blanca, de aguas frescas y limpias.

.- La señora Teresa envió a su hija Gladys con la muchacha del servicio a recoger unas chamizas secas entre los cafetales. Las dos niñas se entretuvieron cogiendo palitos secos mientras hablaban. Distraídas no se dieron cuenta que se habían alejado de la casa. Se disponían a tomar agua en la quebrada cuando vieron asustadas que detrás de unas rocas un mono corpulento y peludo les hacia señas con las manos de que se acercaran. Su cabeza casi humana, de cabellos largos y enmarañados le tapaban los ojos y la cara. Con gestos la llamaba insistentemente y lanzaba unos sonidos guturales que querían ser expresivos:

.- Uuuuuuuhh... Uuuuuuhh.... Uuuuuuhh...

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.- Las dos niñas salieron corriendo y llegaron a la casa azoradas. Una vez que se hubieron tranquilizado le contaron a doña Teresa que habían visto un mono grande peludo detrás de las rocas. Doña Teresa no hizo ningún comentario, esperaría a la noche cuando estuvieran todos reunidos.

.- después de la cena, cuando la familia, los peones y los criados de la hacienda se reunieron en el pórtico de la casa, doña Teresa comento:

.- Esta mañana cuando las niñas Gladys y Rosalba buscaban chamizas, se llegaron hasta las rocas de la Quebrada Blanca. Detrás de una piedra vieron la cabeza de cabellos largos y revueltos como una tela de arañas que le cubría los ojos. Era alto. Sus ojos apenas se veían pero sus ademanes y gritos guturales eran semejantes a los humanos. Y continuo:

.- Desde hace muchos años se comenta en esta zona la historia de Mariela. Era una muchacha joven y sencilla, bella y lozana como las flores de nuestras montañas. Sus dieciocho años lucían en todo su esplendor. Un día fue a lavar la ropa a la quebrada y desapareció misteriosamente. Sus hermanos encontraron la ropa lavada en una piedra de la orilla, pero de Mariela no pudieron saber nada. Desapareció sin saber como y nadie pudo averiguar su paradero. La buscaron por todas partes, la llamaron, pero todo fue en vano.

.- Mariela había terminado de lavar la ropa y se dio cuenta que la observaban, levanto la cabeza y vio un mono corpulento y peludo que la alzaba y se la llevaba montaña arriba. Fue tal su estupor que no tuvo fuerzas para gritar ni para desprenderse de los poderosos brazos que la raptaban. Corrían entre los palmares montaña arriba y no se detuvo hasta llegar a una cueva que tapaba su abertura con una enorme piedra y gran variedad de palmeras. Desde lejos nadie podía imaginar que allá arriba hubiera un espacioso y caldeado recinto. Las paredes eran roca caliza y a un lado había una hendidura por donde penetraba la luz y el aire. En un rincón había un montón de hojas y ramas secas, semejantes a un mullido colchón. Al otro lado frutas frescas: dátiles, cambures, mamones, aguacates y mangos.

.- Mariela se dio cuenta de la situación. Esa seria su casa y no sabia por cuanto tiempo, seria difícil escapar de las redes del simio. Este le decía por señas que comiera fruta. Le trajo un racimo de mamones y la empujo suavemente hasta el montón de hojas y la sentó.

.- Paso mas de un año, la familia de Mariela la daba por muerta. No se imaginaban que ella estaba a pocos kilómetros de su casa, secuestrada por un mono que la mimaba y vigilaba con celo. Todos los días le traían frutas frescas y de vez en cuando prendas de ropa que cogía sin ser visto, de los tendederos en las haciendas cercanas. Ella había intentado escaparse, pero sin resultados. El mono vigilaba todos sus movimientos y cuando salía de la cueva volvía encendida. No había caminos ni senderos y todo a su alrededor parecía igual. Cerca había un manantial que iba a la quebrada. Allí iba a bañarse Mariela y a tomar agua. Cogía hojas anchas y escribía con un palito:

.- "Soy Mariela, estoy secuestrada por un mono grande en una cueva del cerro Los Palmares. Por favor, vengan a buscarme".

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.- Este mensaje lo escribía todos los días con la esperanza de que alguien lo leyera. Así pasaron los meses.

.- Sintió que su cuerpo iba perdiendo la forma y algunas veces sentía mareos. Al cabo de unos meses dio a luz dos monitos.

.- Un grupo de muchachos pescaba en un pozo del río. Uno de ellos tomo una hoja amarilla con una escritura borrosa y descifrando el mensaje pudo leer:

.- "Soy Mariela, estoy secuestrada por un mono grande en una cueva del cerro Los Palmares. Por favor, vengan a buscarme".

..- Paso la hoja a su amigo y siguieron pescando. Se olvidaron del asunto. Días después el mismo grupo de amigos se bañaba en el río. Uno de los jóvenes encontró otra hoja verde con el mismo mensaje. Cuando se la iba a mostrar a sus amigos estos le enseñaron otras con la misma leyenda.

.- Notificaron a las autoridades y organizaron una expedición río arriba. Al llegar a la Quebrada Blanca estuvieron indecisos si seguir curso del río o el de la Quebrada. Conversando un rato y luego pensaron que la Quebrada venia de un cerro Los Palmares. Acamparon a la orilla y al amanecer continuaron la marcha en ascenso. La vegetación tupida por multitud de variedades de palmas, desde la enana hasta la corpulenta.

.- Cerca de la naciente encontraron a Marisela lavándose. Su cuerpo delgado y frágil no lucia la frescura de tiempos atrás. Su cabello greñudo y su tez pálida dejaba traslucir su mala alimentación. Los miro asustada.

.- Ellos preguntaron:

.- ¿ Eres Marisela?.

.- Si, - dijo.

¿ Cuanto tiempo llevas aquí?.

.- No lo sé, mucho tiempo.

.- ¿ Y el mono?.

.- Debe estar por ahí cerca, sale siempre a las montañas a buscar frutos para nuestra alimentación. Si los ve se pondrá furioso, tengan cuidado, es corpulento y fuerte.

.- ¿ Donde has vivido durante este tiempo?.

.- Allá arriba. Detrás de aquella piedra hay una cueva, allí hay un espacio seco y tibio; de día y de noche tiene una temperatura agradable.

.- Venimos a buscarte ¿ Vienes con nosotros?.

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.- Sí

.- ¿ Vamos?.

.- ¡ Vamos. ! Y levanto la cabeza en dirección a la gran piedra.

.- En esos momentos llegaba un gran primate. Al verlos comenzó a gritas desaforadamente a la vez hacia gestos. La cabellera enmarañada le caía sobre la cara y un tupido pelo le cubría todo el cuerpo. Cuando se dio cuenta de que se llevaban a Mariela fue a la cueva y saco a los dos monitos. Los levantaba y emitía sonidos guturales, así llamaba la atención de Mariela para despertar sus sentimientos maternales. Como ella y los jóvenes prosiguieron la marcha cogió a sus hijos y con las uñas los desgarro, luego ensangrentado, los mostraba a la muchacha. Mariela horrorizada seguía caminando casi sin fuerzas. El mono seguía gritando y desgarrando a sus hijos que luego levantaba. Ellos siguieron su camino. Mariela se desmayo y se la llevaron alzada hasta el pueblo. Con la mala alimentación y el sufrimiento había perdido sus fuerzas. No le quedaba nada de la frescura y lozanía de tiempos atrás.

.- Cuando doña Teresa termina el relato todos quedaron mudos. Sabían que por aquellos contornos desde hacia muchos años merodeaba un mono de gran tamaño. Historias como esta se las había escuchado a sus padres y a sus abuelos.

.- LA NINFA DE AGUAS CALIENTES.

.- En la parte Sur Oriental de la población de Aguas Calientes, existía un viejo volcán apagado, que no entraba en erupción desde hacia muchos años.

.- El volcán era la morada de un gigante llamado Muratón que estaba enamorado de la ninfa Mauri, habitantes de La Quebrada Seca.

.- La ninfa Mauri no atendía a los requiebros del grandullón. Un día este después de visitar a su amada y recibir su negativa, entro de golpe en el volcán y la tierra se sacudió violentamente causando estragos en las poblaciones de San Antonio, Ureña, Capacho, Lobatera y Cúcuta. Era la una de la tarde del 18 de mayo de 1.875.

.- La ninfa Mauri estaba sentada cerca del nacimiento de La Quebrada seca. Sus delicados pies jugueteaban con las aguas cristalinas y de vez en cuando se miraban en ellas; peinaba sus cabellos de brisa y espuma. Sintió que la tierra se movía y se agarro fuertemente a la piedra donde estaba sentada. Pensó en el gigante y se dijo.

.- Es Muratón que despechado se sacude en el volcán, volare por el éter, pronto sabré lo acaecido.

.- Viajo con la luz y la brisa y solo vio desolación, ruina y ciudades destruidas. Vago horas y horas. En la tarde, extenuada y triste llego a La Quebrada Seca. Su pensamiento volaba hasta los hogares destruidos, hasta las familias llorosas y huérfanas. Se sumergió en las aguas frescas del riachuelo y se dejo llevar por la corriente. Una vez que hubo recuperado sus energías, peino sus cabellos ondulantes de luz y espuma y cubrió su nacarado cuerpo con una leve túnica de algas. Seguidamente voló hacia el volcán apagado.

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.- ¡ Muratón!....¡ Muratón!.....,grito cuando sus leves pies tocaron la tierra caliente; - acto seguido se sentó en una piedra debajo de unos frondosos árboles. El sol poniente resbalaba entre sus cabellos y les daba tonalidades refulgentes.

.- ¡ Muratón !...¡ Muratón !....¿ Donde estas, mi buen amigo?.

.- Un leve estremecimiento sacudió la tierra e inmediatamente la figura del gigante salió del cráter.

.- ¡ Mi sublime Mauri!. ¿ A que se debe tanto honor?.

.- Se fijo en sus ojos de esmeralda que brillaban con los reflejos del atardecer y al comprender que estaban húmedos de lagrimas pregunto amoroso:

.- ¿ Que le pasa a mi amada?. ¿ Que tiene mi dulce ninfa?.

.- Ella entre suspiros le contesta con reproche:

.- ¿ Sabes lo que has hecho Muratón?.

.- Sí.

.- ¿ Te das cuenta del alcance de tu enojo?. He vagado toda la tarde por la zona afectada hasta caer exhausta. He comprobado como se destruyeron ciudades y caseríos. He llorado con los humanos la perdida de sus familiares y he llegado a mi morada desconsolada. ¿ Como se puede causar tanto daño en tan poco tiempo?. ¿ No te condueles de ellos?.

.- Si amada, pero ya nada se puede hacer aunque este arrepentido. El dolor es irreparable. Dime, inefable Mauri ¿ que quieres que haga?. Soy tu fiel esclavo, lo que tu ordenes se cumplirá inmediatamente.

.- Mauri sonrió a trabes de las lagrimas y el gigante la contemplaba extasiado.

.- Muratón, debes crear algo que ayude en el futuro a los humanos, que sirva para curar muchos males.

.- Dulce Mauri, así lo haré, pero por favor, acompáñame. Busco su nacarada mano y la apretó suavemente. Le dijo:

.- Adorada, contempla tus lagrimas al caer sobre la tierra.

.- Si, las contemplo, pero. ¿ qué ocurre ?.

.- Espera un momento. Esas lagrimas se convertirán en manantiales de aguas medicinales. Fíjate como se van formando.

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.- Y en efecto, cuatro manantiales surgían de la tierra a poca distancia uno del otro. Los cuatro eran distintos y sus aguas unas viscosas, otras cristalinas, iban descendiendo de la montaña hacia la planicie. Mas adelante estas aguas recibirían los nombres de La Virgen, La Kerosene, La Cerada y La Vichy.

.- Se secaron las lagrimas en las gemas verdosas y miraron a Muratón que lloraba copiosamente. Se condolió, y apiadándose de él dijo:

.- No llores, sé que tiene buenos sentimientos y con estas aguas minerales me das prueba de ello. Ellas ayudaran a los humanos a curar enfermedades. Voy comprendiendo tu amor.

.- Espera, no he terminado mi obra. Fíjate en mis lagrimas que caen a tierra. Ahora veras lo que pasa.

.- A los pocos instantes surgieron cuatro manantiales de aguas calientes que brotaban en distintos lugares del cerro hacia el poblado. Con los años llamarían a estos manantiales: La Pringue, la San Roque, La San Rafael y La Hedionda.

.- Se miraron arrobados: El sol despedía sus últimos rayos de luz y en el poniente algunas nubecillas rosadas coloreaban el cielo azul intenso.

.- Gracias, Muratón, ¡ Ojala los habitantes de esta zona sepan apreciar el incalculable tesoro de estas aguas!, ¡ Ojala sepan cuidarlas y conservarlas por millones de años!.

.- Y de la mano se perdieron en las extrañas de la tierra.

.- EL OVEJO DE LA PIEDRA DE LIMA.

.- Bajando de la Grita a Seboruco se encuentra la Piedra de Lima, Mas arriba una cueva que recibe el mismo nombre. Dos enormes bejucos cuelgan desde lo alto de la cueva a la piedra y en el centro se ve un ovejo acostado de lanas enmarañadas y sucias del atardecer colocan sobre sus patas delanteras. Las luces del atardecer colocan irisaciones rosado-amarillentas en su cuerpo lanudo. Rocas escarpadas y entre sus resquicios algunas malezas que sobreviven a las inclemencias del sol.

.- Movidos por la curiosidad organizamos excursiones a la Piedra de Lima. Subimos por un sendero escarpado entre lajas grisáceas hasta alcanzar la cumbre. De allí entre piedras y malezas, fatigosamente llegamos a la cueva. Pequeños arbustos y piedras. El ovejo que dormía placidamente en la tarde había desaparecido. Dicen que es una cueva encantada y no nos atrevemos a penetrar en ella. Pasamos el día merodeando por las cercanías. Despachamos nuestros avios y sin prisa comenzamos el descenso. Las piedras del camino estaban lisas y resbaladizas, caminamos unos tras otros. Jadeantes llegamos a la carretera. Nos alejamos un poco y contemplamos el panorama. Identificamos la piedra y la cueva, estaba dormitando el ovejo encantado.

.- Volvimos en varias ocasiones: rastreando el cerro, la cueva, las piedras y siempre con los mismos resultados. Desde abajo lo veíamos acostado y con sus lanas sucias de color gris amarillento.

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.- Ha pasado el tiempo y el ovejo de la Piedra de Lima sigue dormitando delante de la cueva. es visible desde la carretera, pero desaparece misteriosamente al llegar a la cima.

.- EL CEMENTERIO DE PALMIRA.

.- Una calle en las afueras del pueblo, que a pesar de estar asfaltada presenta muchos huecos y desniveles. El cementerio, un lugar tétrico, rodeado de un muro de tierra pisada, medio derruido y apuntalado en algunos lados con columnas de cemento. Del interior, sobresalen por las altas paredes sin pintar: pinos tristes, árboles ornamentales y enredaderas. La gente del pueblo no transita por esta calle, aunque tarden mas, dan la vuelta y pasan por otro sitio. Si por casualidad tienen obligatoriamente que cruzar este paraje lo hacen en grupo. Dicen que salen espantos de día y de noche. Esto corre de boca en boca y cuando llega a Palmira un nuevo habitante enseguida lo ponen al corriente de la situación.

.- Juana acaba de llegar al pueblo con su familia. Ya le han comentado lo del cementerio. Por eso hoy que tiene que atravesar sola la calle y no encuentra otra salida, esta asustada.

.- Son las seis y media de la tarde y comienza a oscurecer. Apenas unas luces rosadas se ven hacia el oriente. Juana mira para todos lados; la calle esta desierta. Se alegra porque en su misma dirección viene un caballero de porte distinguido. Se acerca. Ella lo espera y le dice:

.- Buenas tardes!.

.- Buenas tardes!.

.- Juana lo mira tranquila. Su rostro de edad madura inspira confianza. Para su edad resulta interesante.

.- Juana se coloca al lado del caballero y caminaban juntos. Ella entra en confianza y le dice:

.- ¿Vamos en la misma dirección?.

.- Sí.

.- Yo no me atrevía a pasar sola la calle. Menos mal que vino usted.

.- Si, nos acompañamos mutuamente.

.- Yo no quería pasar sola. ¿Sabe por que?.

.- ¿Por que?.

.- Por temor a los espantos. ¿Usted no le tiene miedo?.

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.- No, ahora no les tengo miedo, cuando estaba vivo sí.

.- LA PIEDRA DEL MAPA.

.- Se iniciaba un año escolar. Beatriz comenzaba su primer año de trabajo como maestra. Pocos meses atrás se habían graduado como bachiller docente y desde Mérida se había trasladado a San Juan de Colon.

.- Muy temprano llego al Grupo Escolar Francisco de Paula Reina y se presento en la dirección del plantel con sus credenciales. Fue muy bien acogida y sus compañeros la invitaron a conocer el grupo. Cuando pasaron por el jardín le mostraron una gran piedra. La invitaron a subirse. Ella subió y se sentó sobre la piedra para contemplar sus petroglifos: serpientes enrolladas y comenzando a desenrrollarse, caras de indios. ¿ Quien sabe que extraño mensaje..?

.- ¿ Que significado le dan a estos grabados? - pregunto.

.- No se han podido descifrar, solo sabemos que datan del tiempo de los indios. Dicen que la piedra tiene un extraño poder y el que se sube se queda en Colon para siempre.

.- Otro comento:

.- Y si esa persona se va, regresa para quedarse.

.- Entre bromas le dijeron:

.- Seguro que te casas aquí y té quedas con nosotros.

.- Luego Julia prosiguió:

.- Hace muchos años la piedra estaba un poco mas allá. Dicen que al edificar esas casas del frente la piedra estorbaba y la enterraron. Ese día la tormenta y la lluvia amenazaron con destruir a Colon. Estuvo lloviendo hasta que desenterraron la piedra.

.- Graciela añadió:

.- Cuando construyeron el Grupo Escolar la rodaron un poco para que quedara en sus jardines. Pero dicen que siempre que han intentado moverla se desencadena una tempestad. Las centellas cruzan los aires en todas direcciones acompañadas de estrepitosos truenos y lluvia torrencial que a diario la visitan, algunas como tu, para quedarse con nosotros.

.- Beatriz muy interesada en el relato mira la piedra, le dio vuelta, toco sus petroglifos y exclamo:

.- Todo lo que me han contado me parece muy interesante.

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.- Es una de las pocas reliquias que tenemos de nuestros antepasados los indios Chinatos de la tribu de los Caribes. Debemos conservarla con respeto y admiración. Es una lastima que no se haya podido descifrar el significado de estos grabados.

.- Quedaron en silencio. Beatriz pensó un instante en los indios que habitaron la zona y luego pregunto:

.- ¿ Esta piedra recibe algún nombre en especial?.

.- Sí, Contestaron a coro. - ¡ La Piedra del Mapa!.

.- Siguieron paseando por los patios y jardines. Beatriz pensativa:

.- Me ha saludado "La Ciudad de las Palmeras" y me ha dado la bienvenida "La Piedra del Mapa".

.- LA PIERNA ENCANTADA.

.- Hace mas de sesenta y cinco años en la ciudad de San Juan de Colon solo había una casa de dos pisos y estaba ubicada en la Calle real. Era una ciudad apacible. La brisa susurraba al mover sus airosas palmeras y estas despeinaban sus penachos. En las noches nadie transitaba por sus calles. Las casas se alumbraban con carburo.

.- Eran las tres de la madrugada. La noche estaba estrellada cual si centenares de cocuyos surcaran los aires. Se escuchaba el concierto de grillos y ranas. Las luces de las calles estaban apagadas al igual que de las casas. Timoteo cruzaba la Calle Real con destino a su casa, después de una noche de parranda con sus amigos. Venia haciendo eses a causa del alcohol. Silbaba y hablaba solo:

.- ¿ Por que no habrá salido la luna?. La noche esta oscura, casi no veo la calle.

.- Se detuvo al frente de la casa de los Chávez. Era la casa de dos plantas. -

.- En la parte superior se veía luz. Se dijo:

.- Son trasnochadores como yo -, y se detuvo a mirar.

.- Por el balcón se veía una lámpara de carburo que iluminaba la habitación. Cerca, una mujer con una pierna levantada se quitaba una media de seda. Mostraba unas piernas bien torneadas y esbeltas. Se quedo embelesado mirando. Dio un paso para arriba, otro para abajo, luego para ver mejor dio un paso al frente al tiempo que exclamaba:

.- ¿ Que belleza!.

.- Sin pestañar vio como la mujer se había quitado una media, levantaba la pierna para quitarse la otra. Timoteo tomo mejor ubicación para no perderse nada. Se agacho un poco y cuando más absorto estaba contemplando las piernas de la mujer exclamo:

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.- ¡ Que piernas!.. ¡ Esto no se ve todos los días!.

.- Al momento la pierna se alarga, se alargo hasta dar con Timoteo y empujarlo. Como estaba medio agachado y bajo los efectos del aguardiente, perdió el equilibrio y cayo al suelo. Se incorporo rápidamente al tiempo que decía:

.- ¡ Que es esto!.. ¡ Jesús Credo!.. ¡ Ave Maria Purísima!..

.- Se alejo con rapidez hasta la otra acera y cuando corría en dirección a su casa, algo lo agarro, lo apretó y luego lo empujo.

.- El asustado exclama:

.- ¡ Jesús Credo!... ¡ Que es esto!...

.- Acto seguido se escucha una voz de ultratumba que decía:

.- "Este es el brazo hermano de la otra pierna".

.- Timoteo no supo ni como ni en que momento llego a su casa.

.- El no se lo contó a nadie, pero todo el pueblo supo la historia de la pierna y aun corre de boca en boca.

.- LA POTRANCA DEL DIABLO.

.- Hace cincuenta años el Pasaje Acueducto era tranquilo. En las noches muy pocas personas transitan por él. Era raro oír pasos después de las doce de la noche.

.- Cuando iban llegando al cruce con la carrera 19, Nicolás comenta:

.- No me gusta pasar por aquí después de media noche.

.- ¿ Que hora es?.

.- La una de la madrugada - responde Víctor.

.- No habían terminado de hablar cuando escucharon unos cascos lejanos.

.-¿ Corre Víctor!.

.- Y los dos apresuraron el paso y entraron precipitadamente en el zaguán de la casa de Nicolás y cerraron.

.- Se oían los cascos de un caballo que venia a galope desde el Liceo Simón Bolívar hacia la parte alta de la ciudad.

.- Es ella.

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.- Sí.

.- Escucha, se acerca.

.- Y en efecto, los pasos cada vez eran más fuertes, el pavimento resonaba en la noche silenciosa.

.- Miraron por un agujero de la puerta y ante ellos cruzo un jinete envuelto en una capa oscura, su figura esbelta se dibujaba en la noche. Montaba una potranca alazana; Parecía que sus cascos no tocaban el piso y sin embargo cada vez que las herraduras tocaban el suelo echaban chispas y pequeñas llamaradas que alumbran la calle oscura.

.- El jinete se perdió y los cascos se escucharon cada vez más lejanos.

.- ¿ Hacia donde ira?. - pregunto Víctor.

.- ¡ Quién sabe! - exclamo Nicolás.- Lo cierto es que de vez en cuando se aparece La Potranca del diablo y recorre el Pasaje Acueducto desde el Liceo Simón Bolívar hasta la parte alta, perdiéndose en la montaña. Nadie la conoce ni sabe por que se aparece en las noches oscuras. Todos la temen y la llaman "La Potranca del Diablo".

.- EL POZO ENCANTADO DE BOCA DE MONTE.

.- Cerca de Michelena, por una carretera entre paramos, valles y precipicios se llega a Boca de Monte. Si continuamos la vía salimos al páramo de El Zumbador. El caserío entre montañas, de clima fresco, amanece cubierto por la bruma. Cuando esta descorre su cortina se ven casitas blancas y el grupo escolar rodeado de pinos, sauces y eucaliptos. Por el camino nos detenemos a comprar cuajadas envueltas en hojas de bijao.

.- Nos cuentan que la quebrada que esta antes de llegar a Boca de Monte, tenia hace tiempo un pozo que llamaban la Laguna Encantada, porque todo el que se acercaba a él desaparecía.

.- En vista de que desaparecieron muchos animales y personas en ese pozo, nadie se atrevía a pasar por ahí.

.- Hace, años cuando hicieron la carretera Michelena - El Zumbador, desapareció uno de los obreros que trabajaba en la vía. Lo buscaron por todas partes y nadie supo dar razón de él; Pero, al hablar con los lugareños y saber que eran muchos los animales y persona perdidos, decidieron secar el pozo. Para ello desviaron el cauce de la quebrada y este al no tener agua que lo surtiera, se fue secando.

.- Cuando estaban casi seco, los obreros que trabajaban muy cerca de allí fueron hasta el pozo y vieron en el centro de él a una gran culebra de agua de unos siete metros de largo, que enrollada dormía placidamente. Era una enorme culebra anaconda de color pardo aceitunado y manchas negras. Posiblemente estaba haciendo la digestión de su ultima presa.

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.- Los obreros dándose valor unos a otros la atacaron con palos y piedras. Ella perezosamente se despertó y se alejo, perdiéndose en la maleza.

.- Hace años que terminaron la carretera. Boca de Monte ha ido creciendo. La belleza de sus paisajes atrae a los turistas; Pero nadie transita a pie por las cercanías de la quebrada y del pozo encantado. Dicen los campesinos del lugar que transitan por estos hermosos parajes, que en algunas noches cuando la luna es clara, se ve a la orilla de la carretera cercana a la quebrada y al Pozo Encantado, una gran culebra negra semi enrollada y en posición vertical la cabeza, con los ojos refulgentes como si fueran de fuego y una lengua brillante y larga.

.- Da miedo ver esta culebra gigantesca con los ojos encendidos y la boca abierta, vigilando cerca del pozo seco.

.- EL PUENTE DE LA RATONA.

.- El cielo azul marino tachonado de estrellas era la única nota brillante de aquella noche oscura. A la vera del camino se alineaban los árboles y matorrales semejantes a encapuchados en procesión. La carretera en ascenso alumbraba solo las luces de los automóviles que de tarde en tarde pasaban por el lugar. Las casas de los alrededores estaban apagadas. Todo era quietud, apenas se oía el croar de las ranas y de los sapos cerca de la quebrada. Eran las doce de la noche.

.- A pesar de que su familia le dijo que no transitara la carretera de San Cristóbal a Santa Ana después de la media noche, se habían empeñado en volver a su casa, el no creía en cuentos ni leyendas.

.- Paso el puente de la quebrada La Ratona y cuando comenzaba a subir la cuesta noto que el automóvil se volvía pesado, como si le hubieran echado cien costales de plomo. Le pareció extraño ya que la maquina estaba en perfectas condiciones y el tablero no tenia ninguna luz indicadora de fallas. Las ruedas patinaban como cuando hay agua o aceite en el pavimento, sin embargo todo estaba seco. Paso a una velocidad más potente y con los mismos resultados. ¿ Que raro?, - pensó, - no tiene fallas mecánicas y sin embargo amenaza con detenerse y el volante se hace cada vez mas pesado. No me gustaría quedarme detenido a estas horas en este lugar.

.- Un tenue rayo de luz como de una estrella fugaz, penetra por una de las ventanas traseras. Miro por el espejo retrovisor y vio sentada en el asiento posterior a una mujer esbelta y rubia vestida con sutilísimos tules. Su atrayente belleza estaba envuelta en u halito de suave luz. Rafael se frota los ojos y siguió viendo por el espejo a la hermosa dama. En esos momentos recordó a la Venus de Botticelli.

.- ¿ Quien seria tan cautivante mujer?.

.- Con mucha dificultad siguió por la carretera en ascenso. Un sudor frío le recorrió todo el cuerpo.

.- Se tranquilizo un poco. Estaba llegando por al poblado, se veían casas diseminadas a ambos lados de la carretera. Iba muy despacio pues el automóvil se le hacia muy pesado.

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.- Oyó como la puerta trasera del carro se abrió y se volvió a cerrar. Miro por el espejo y en el asiento no se encontraba ya la mujer, estaba frente al cementerio. A Rafael se le erizaron los pelos del miedo y acelero....

.- Con el tiempo averiguo que Gabriel murió hace algunos años en un accidente en el puente La Ratona. La quebrada iba crecida y no encontraron su cuerpo para darle cristiana sepultura. Por eso ella se aparece en el puente y acompaña a los que van solos hasta el cementerio.

.- EL SOLDADO DE VEGA DE AZA.

.- Antonio venia con su ayudante de vender su mercancía en el Llano. Se detuvo un momento en la alcabala de La Pedrera.

.- El guardia pregunto:

.- ¿ Puede darle la cola al joven?

.- Si, pero tendrá que ir en la parte de atrás de la cava.

.- No importa, el caso es que lo lleve hasta Vega de Aza, se le acabo el permiso y mañana temprano debe incorporarse al batallón donde presta servicios.

.- Muy bien, lo llevaremos hasta Vega de Aza, pase.

.- Un joven espigado, blanco, de cabello corto entra en la parte posterior de la camioneta y se sentó en el suelo al lado de unas cajas. El joven con cara de niño portaba el uniforme de los soldados.

.- Antonio cerro las puertas, echo llave y se subió al vehículo.

.- Dejaron atrás la llanura y comenzaba a divisarse la cadena de las montañas. Una brisa cálida cargada de aromas les daba en el rostro. La noche con su manto cubría las cosas. Solo se veían los focos de los automóviles y las luces de algunas casa esparcidas al borde de la carretera. Antonio le dijo a su ayudante:

.- Estamos cerca de Vega de Aza, nos detendremos un momento para dejar al joven.

.- La carretera estaba muy oscura. Antonio le dio a su ayudante una linterna para que alumbrara la cerradura y así abrirle la puerta al soldado. ser bajaron, abrió la puerta de la cava al tiempo que decía:

.- ¡ Hemos llegado joven, mañana puede incorporarse sin problemas a su batallón!.

.- Como no salía el soldado alumbro con la linterna el interior de la cava y solo vieron las cajas en el rincón. Al unísono preguntaron:

.- ¿ Por donde salió?.

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.- Confundidos entraron en la camioneta y prosiguieron la marcha.

.- No podían imaginarse como el joven había salido con las puertas cerradas.

.- Antonio no se queda conforme, tenia que aclarar el enigma. En sucesivos viajes al llano averiguo que Ezequiel había prestado su servicio militar en Vega de Aza. Un día antes de vencer su permiso y cuando se disponía a regresar al cuartel, perdió la vida en una riña colectiva entre jóvenes del lugar.

.- Cuentan que su ilusión por terminar el servicio militar era tan grande que todavía persiste en su intento de llegar a Vega de Aza. Son muchas las personas que lo han llevado y a todas les ocurre lo mismo que a Antonio.

.- EL HOMBRE DEL TABACO.

.- Borota con sus calles inclinadas de casitas coloniales, esta sobre un mirador desde donde se divisa Lobatera y Michelena. Su clima es fresco y la bruma envuelve al pueblo casi todo el tiempo. En las noches la niebla es tan espesa que lo cubre todo.

.- Por una carretera siempre en ascenso se llega a la aldea El salado. Las gentes del lugar nunca pasan por ella.

.- Julio necesitaba transitarla de noche y al llegar a donde la carretera se bifurca, la niebla era tan tupida que no veían los contornos de las cosas y mucho menos la carretera. Iba muy despacio, le costaba mucho seguir la marcha, realizaba un gran esfuerzo para ver la vía, alumbrada tan solo por los focos de su automóvil. Al llegar a la bifurcación tomo el ramal derecho y freno bruscamente.

.- En el centro de la carretera estaba un hombre corpulento con las piernas abiertas. Vestía a la usanza de la región, como los campesinos: traje de dril y sobre él una ruana oscura; Calzaba alpargatas y en la cabeza un sombrero. En la boca tenia un tabaco encendido, que en la oscuridad brillaba. Estaba en toda la mitad de la carretera como para interceptar el paso. Con gran temor Julio retrocedió su vehículo y tomo el ramal de la izquierda. En el momento en que iba a apretar el acelerador freno bruscamente. De la orilla de la carretera cayo un corpulento árbol que con estrépito quedo atravesado en la mitad.

.- Ante la imposibilidad de seguir, Julio, muy asustado retrocedió y apenas encontró una explanada dio la vuelta y desanduvo el camino hacia Borota.

.- Mentalmente se decía:

.- ¡ Ya lo sabia, ya lo sabia!. Muchas personas me han contado del campesino gigante que se atraviesa en la vía. No se le puede cruzar solo ni de noche. Si les hubiera hecho caso no habría pasado este mal rato. Acto seguido apretó el acelerador carretera abajo como una exhalación y en pocos minutos estuvo de nuevo en casa.

.- LA MULA DE TARIBA.

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.- Carmen hablaba animadamente con su prima Nancy. Horas y horas contándose sus cosas. Después que salieron del internado no se habían encontrado. Conversaban muy quedo para no despertar a la familia. De vez en cuando risas contenida rompían el silencio de la noche.

.- La brisa fresca les trajo el perfume de los azahares del patio. Sonaron en el reloj del comedor las doce campanadas.

.- Al poco rato sintieron ruido y se callaron.

.- ¿Que es?, Pregunto Carmen a su prima.

.- Espera.....

.- Se oyó en la en la calle un ruido de cascos cada vez más cercano.

.- ¿Que es?, Volvió a decir Carmen.

.- ¿Calla...!

.- Se oían cada vez mas cerca los cascos de un caballo que caminaba con dificultad.

.- Me voy a asomar a la ventana para saber que es, dijo Carmen.

.- ¡Noooo....! ¡Espera, ya te cuento!, Contesto Nancy muy asustada.

.- Carmen se dio cuenta de la palidez de su prima y también se asusto. Dijo:

¡Pero que sucede, por amor de Dios! ¿Que sucede?.

¡Nada....! Espera que pase.....

.- Los cascos se alejan calle arriba.

.- Nancy explico:

.- Todas las noches después de las doce, camina por las calles de Tariba "La Mula Maneada". Dicen que tiene las patas amarradas, por eso en lugar de trotar va dando brincos. Nadie la conoce, pero se sabe que recorre las calles. Los vecinos la oyen y ninguno se asoma. Se dice que el que la mire sufrirá un maleficio y nadie lo podrá curar..... Por eso todos dejamos que continué la marcha....

.- LA PIEDRA DEL TESORO.

.- La población de Pregonero, Edo. Táchira fue fundada por Francisco Borja y Mora en 1.727. Enclavada en un valle limita de Norte a Sur con el río Uribante. Sus otros contornos por boscajes y los cerros El Botalón y San Alejo. Mas allá la cadena de montañas. El poblado posee una sola calle larga, casas de bareheque se agrupan alrededor de esta y

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de la plaza; la iglesia con su pequeño campanario sobresale del conjunto. Originalmente situado en La Poncha.

.- Por sorpresa los indios Uribantes, asaltaban el poblado naciente y destruyeron muchas de sus construcciones. Los pobladores huyeron a los montes vecinos. Otros tomaron la ruta hacia la llanura. Fue tal la sorpresa y desconcierto que no alcanzaron a organizarse para defenderse.

.- Fray Jerónimo fue hasta la iglesia, recogió el copón, la custodia y el cáliz, los metió en un saco de lienzo y se escondió en la copa de un corpulento árbol del patio. El sol iba en descenso y pronto se borrarían las formas y los colores. Espero para dejar a buen recaudo su tesoro y luego huir hacia el llano. Él, delgado y ágil, acostumbrado a las faenas del campo y a los trabajos duros no le fue difícil trepar al árbol y ubicarse lo mejor posible en lo mas tupido de la enramada. Ya había previsto esta situación. Tenia listo un morral con ropa, pan y vino. Espero que se hiciera de noche y desde su atalaya vigilo los movimientos de los indios. Vio como se reunían en la plaza alrededor de una hoguera. Cantaban, bebían chicha y danzaban.

.- Fray Jerónimo espero a que los invadiera el cansancio y la bebida surtiera su efecto para bajar sigilosamente hasta el río, surcarlo y luego subir de nuevo hasta el sendero que conduce a la llanura.

.- Se detuvo ante una gran piedra que estaba al borde del camino. A su lado otras menores le servían de soporte. Miro a todos lados y todo estaba en calma, apenas se veían los bultos de las piedras. El río rumoso corría un poco mas abajo y los árboles agitaban las ramas movidas por la fresca brisa montañera. Se bajo y ato a su mula al tronco de un árbol cercano y con la ayuda de un palo que encontró en el suelo, movió la roca. Esta se deslizo y dejo una pequeña hendidura. La corrió otro poco y al meter la mano pudo apreciar una cavidad rectangular semejante a un sarcófago. Cuidadosamente envolvió los vasos sagrados con el lienzo y los deposito en la oquedad, luego corrió la piedra y la dejo en forma vertical, semejante a un gran menhir. Se hizo la señal de la cruz y cuando iba a tomar el sendero que conduce a las partes mas bajas, en el lugar que hoy llaman El Calvario, fue alcanzado por una flecha. No se había dado cuenta que un gran grupo de indios lo había seguido. Cayo al pie de la piedra y su sangre la salpico. Aun pueden apreciarse las manchas. No se sabe dónde lo enterraron.

.- Años mas tarde corrió la noticia que debajo de la gran piedra había un rico tesoro piedras preciosas y oro. Eran los vasos sagrados que con tanto amor había guardado allí Fray Jerónimo. Esta noticia despertó la codicia de algunos.

.- Chucho y Juan esperaron que el pueblo durmiera y aprovechando la claridad de la luna se dirigieron al Sur del pueblo. Armados de palas y picos se disponían a profanar la gran piedra. Sus manos sacrílegas empezaron a excavar al pie de la piedra vertical. Poco después la apuntalaron con unas barras de hierro y se dispusieron a moverla para extraer el tesoro.

.- Cuando estaban cerca, la piedra se movió y amenazo con sepultarlos bajo su peso. A duras penas pudieron sostenerla y dejarla otra vez en su sitio. Cansados y descorazonados abandonaron el lugar. Las primeras luces del alba iluminaban el camino. Se marcharon apesumbrados por no haber tenido el tesoro.

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.- La noche siguiente otra vez los dos amigos intentaron apoderarse de los vasos sagrados, pero todo en vano, porque la piedra se les venia encima para aplastarlos, acto seguido volvía a su posición normal. Asustados, Chucho y Juan corrieron hacia el pueblo.

.- Horas mas tarde los que venían de la llanura o los que iban hacia el río se dieron cuenta que habían intentado sustraer los vasos sagrados. En su huida los amigos olvidaron sus herramientas.

.- Hechos como este se sucedieron muchas veces. Nadie puede explicarse por que la piedra se va hacia el que intenta quitarle su tesoro y amenaza con aplastarlo, luego vuelve a su posición habitual.

! Con cuanto celo cuida ella los vasos sagrados!

.- EL TORO CANDELA.

.- El pueblo estaba de fiesta. La gente del lugar lucia sus mejores atuendos para asistir a la misa solemne en honor de la patrona. Un grupo de jóvenes charlaba alegremente a un lado de la plaza.

.- ¿ Que les parece el cartel de hoy? - pregunto Pancho.

.- Promete ser una tarde brillante. Los matadores son valientes y de renombre. Respondió El Chinchurria.

.- En ese momento vieron venir a su amigo Toño, que pálido y lleno de moretones cruzaban la calle.

.- ¿ Que paso? - preguntaron en coro.

.- Casi nada, necesitaba dinero y quise probar fortuna con El Toro de Candela, ya ven, me arrastro y me dejo maltrecho.

.- ¿ Y fuiste solo?.

.- ¡ Claro, pues con quien iba ir! Ustedes saben que el toreo se me da bien, pero fue imposible, nadie puede con las arremetidas de ese toro.

.- Quedaron silenciosos, indiferentes al bullicio del pueblo en fiestas, los ventorrillos, los juegos de envite y azar, el parque de atracciones mecánicas, la gente que se agolpaba para ver la procesión. Ellos permanecían impasibles. Seguían conversando. Pancho no escuchaba los comentarios de sus amigos. Pensaba en la forma de enfrentarse al toro. Alto, delgado ágil y joven, había probado muchas veces la tienta en corrales del matadero y en las haciendas de sus amigos. Su valentía y donaire lo hubiera llevado muy lejos si sus padres se lo hubieran permitido. Trabajaba y estudiaba y no le quedaba mucho tiempo para esos menesteres, pero....mañana seria rico y seguiría su vocación, seria famoso.

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.- Por su parte El Chinchurria estaba en similares cavilaciones. Esperaría a que finalizara la corrida y hablaría con el triunfador de la tarde. Irían los dos en la noche y torearía al "Candela", luego, repartiría los doblones.

.- Tarde de sol, arena y alegría en los tendidos de la plaza improvisada. Arte y valentía, gracia y emoción en la tarde taribense. El triunfador Paquito dio vueltas al ruedo mostrando sus trofeos ante las ovaciones de los aficionados.

.-El Chinchurria fue al hotel y espero la oportunidad de hablar con Paquito. Se pusieron de acuerdo y a las doce de la noche irían a la hacienda de los Martínez.

.- La hacienda de los Martínez estaba situada en las cercanías de Tariba. Amplio valle dedicado al pastoreo, rodeado de frondosos árboles. Mas allá una pequeña quebrada surtía de agua la hacienda. Al fondo las montañas.

.- Un viejo saman sobresalía entre el grupo de árboles. Frondoso y corpulento extendía sus ramas en todas direcciones, bajo ellas, apenas se coloca unos rayos de luz.

.- Se decía que el pie de ese saman estaba enterrada una paila con doblones de oro y que para encontrarlos solo se necesitaba darle dos lances al Toro de Candela.

.- Todo el que necesitaba fortuna intentaba esta empresa pero fracasaba al primer lance.

.- Pancho llego jadeante. Los tres kilómetros hasta la hacienda los había hecho corriendo. Se sentó a descansar en una piedra cercana a las raíces del saman. El silencio, la brisa fresca que movía las ramas de los árboles, los suaves rayos de luna, y sobre todo, la soledad, lo hicieron estremecerse. A lo lejos en la casa grande dormían sus habitantes y de vez en cuando ladraba un perro.

.- Desdoblo con mucho cuidado su raido capote. De pronto sintió ruido. Rápidamente extendió el capote y se dispuso a jugar su suerte. Quedo atónito: cruzando el valle venia un hermoso toro cobrizo que con los rayos de la luna parecía despedir fuego. No cabía duda, era él.

.- Lo espero con el capote extendido, dispuesto a sacarle lances, lo haría con arte. Se acerco, el junto los pies y extendió los brazos sin moverse del sitio. Adorno con el capote una manoletina, y, cuando se disponía a sacar el segundo lance....perdió la noción del tiempo.....

.- Sudando, a pesar del fresco de la noche, llegaron Paquito y El Chinchurria. Buscaron el saman.

.- Esperarían la oportunidad para torear al Toro de Candela, con dos buenos lances serian ricos. Aquel no se hizo esperar......Al poco rato sintieron un ruido de cascos......

.- ¡ Es él!, Dijo El Chinchurria.

.- Y efectivamente, un toro de ojos centellantes, de piel brillante y cobriza, se acercaba vertiginosamente. Paquito extendió rápidamente su capote, para un torero como el seria muy fácil adornarse con un flamante capote y hacer dos lances.

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.- Con garbo movió el capote como en sus mejores tardes. Un lance por chicuelinas perfecto y torero, y cuando iba a dar el segundo, se le enredo el capote y cayo al suelo. El Chinchurria miro despavorido. El fulgor de los ojos del toro lo petrificaron. La bestia desapareció. Sobrecogido de terror, El Chinchurria llamo a Paquito y corrieron hacia la salida de la hacienda. En su carrera tropezaron con Pacho que grito asustado al despertarse de su desmayo. Los tres corrieron hasta llegar al pueblo. Jadeantes sudorosos y asustados se sentaron en un banco de la plaza. Mudos y pálidos no podían hablar de miedo. Aun veían la figura corpulenta y cobriza del toro de candela, parecía como si los ojos del toro aun estuvieran lanzando llamaradas.

.- Año tras año se sucedieron hechos semejantes y no era raro que cuando veían a alguien pálido o maltrecho le preguntaran con malicia.

.- ¿ Estuviste en la hacienda de los Martínez?.

.- Con el tiempo la leyenda del Toro de Candela se fue olvidando. No sabemos que le ocurrió al saman y si todavía conserva entre sus raíces la paila con los doblones de oro guardados celosamente por el Toro de Candela.

.- EL HOMBRE DE LA CARRETERA TRASANDINA.

.- Comenzaba a caer la tarde. Los rayos de sol se perdían entre nubes y montañas. La niebla empezaba a descender sobre el páramo de El Zumbador. Las casas, los árboles y las montañas, comenzaban a desdibujarse.

.- Don Cipriano calzo botas altas, se abrocho su ruano de lana y se puso el sombrero, seguidamente monto su briosa mula y se dispuso a transitar por la Carretera Trasandina desde El Zumbador a Mesa de Aura. No gustaba de viajar de noche, pero si apuraba un poco el trote llegaría temprano a su hogar. A pesar de la niebla aun se veía la estrecha faja de la carretera. Comenzó el descenso.

.- Estaba llegando a El Palmar. Recordó que en varias ocasiones había visto un hombre al borde de la carretera, pero nunca hizo caso; sin embargo las conversaciones de sus amigos referentes al hombre de la carretera lo hicieron reflexionar. No sabían de quien se trataba ni que hacia en las noches a un lado de la carretera. Posiblemente era un lugareño trasnochador que curioso veía pasar a los viajeros. Efectivamente, allí estaba el hombre a la derecha, debajo de un árbol. Vestía como los campesinos de la región y nada raro o al menos aparentemente mostraba su presencia. Don Cipriano acelera el trote y con un ¡ Buenas noches nos dé Dios!, Murmurando entre dientes, se perdió en la lejanía.

.- Poco después toco a la puerta de una casa en Mesa de Aura.

.- ¡ Gente de paz!. Abre hijo, soy yo. - Y al poco tiempo un joven con un candil descorriendo los cerrojos, abría la puerta.

.-Entro en la caldeada cocina y poco después saboreaba una mazamorra de maíz con cuajada. Los alimentos y el calor del fogón le quitaron el frío. Se despojo de la ruana y converso con sus hijos. Intrigado dijo:

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.- ¿ Saben una cosa?.

.- ¿ Que? - diga, padre.

.- Hoy me tope de nuevo con el hombre de El Palmar. Me pareció más pálido y más misterioso que otras veces.

.- Ese no es un hombre real, es un espanto. ¿ No lo cree usted?.

.- Posiblemente, quizás donde el se aparece hay un entierro.

.- Es posible.

.-Él mas joven de los hijos dijo:

.-¿ Y si vamos mañana cuando el sol caliente y buscamos el entierro?

.- ¿ Que les parece?.

.- Si, - contestó otro.

.- Bueno, mañana sabremos cual es el misterio que encierra el hombre de El Palmar, ahora a dormir. ¡ Dios me los bendiga!

.- ¡ Hasta mañana! ¡ Que tengan feliz noche!.

.- ¡ Hasta mañana, padre!.

.- A la mañana siguiente después de saborear una pizca con arepas de trigo, salieron en sus mulas don Cipriano y sus tres hijos. Llevaban en sus alforjas las herramientas necesarias para excavar. Llegaron a El Palmar cuando el sol empezaba a calentar. Buscaron el árbol donde salía aparecer el hombre y al hallarlo, en un rellano entre la carretera y el precipicio, comenzaron con las palas y los picos a excavar.

.- Levantaron varios metros de tierra. De vez en cuando golpeaban con un barretón y escuchaban el sonido. Al cabo de varias horas de trabajo cuando ya parecía que su esfuerzo era inútil, tropezaron con una cosa dura a varios metros de profundidad. Sacaron mas tierra y con cuidado fueron bordeando el objeto. Luego de un gran esfuerzo quedo al descubierto un enorme cofre de madera de roble. Emocionados descorrieron los herrumbrosos cerrojos, levantaron la tapa y dentro, estaba un bulto envuelto en paños amarillentos. El arca que estaba toda forrada de cobre se había conservado seca. Ninguno se atrevía a levantar los paños, hasta que don Cipriano dijo:

.- Veamos su contenido. - Y acto seguido levanto uno de los paños.

.- ¡ Armas antiguas!.

.- ¡ Son fusiles y mosquetones....!

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.- ¡ Mosquetones.....! ¡ Fusiles.....!

.- Estas armas son antiquísimas, quizás las guardaron aquí en los primeros años de la independencia.

.- Si, el hombre las cuidaba con celo.

.- Dieron parte a las autoridades y el cofre y su contenido lo llevaron para un museo del centro. A partir de entonces no ha vuelto a aparecer el hombre de la Carretera Trasandina.

.- EL PUENTE DE LA URBINA.

.- El río Uribante baja por entre peñascos y precipicios. Agrestes montañas lo circundan y una verde y tupida vegetación lo cubre todo. Sus aguas frías y límpidas bajan cantarinas de la montaña hasta llegar al llano. Esas aguas rápidas pasan cerca de La Florida por debajo de un puente encantado. Este es el puente de La Urbina.

.- Cuentan que en época remota había una mujer muy bella y rica de apellido Urbina. Al quedar viuda su fama se extendió por la comarca. Dicen que sus atributos femeninos llamaban la atención y cautivaban a los hombres. Era tan rica que cuando viajaba no pagaba posada sino que compraba el local donde iba a pernoctar. Viajaba constantemente y siempre adquiría su alojamiento aunque fuera solo por unas horas. Se la conocía desde La Florida a Pregonero, y desde allí hasta El Llano. En sus viajes dejaba siempre a su alrededor una estela de misterio y fantasía. Además de su riqueza se le atribuyan poderes mágicos, cuentan que muchos hombres sucumbieron victimas de ellos.

.- Encanto el puente de La Urbina, pero sus encantos no son estables. Dicen que unas vedes cuando cae la tarde y los rayos del sol apenas alumbran el puente, este reluce como si fuera de oro y son muchas las personas que se han frotado los ojos creyendo que estaban soñando. El puente para ellos en esos momentos era de oro. Luego, al acercarse han visto que el resplandor ha desaparecido y todo esta normal.

.- Otras veces vieron gran cantidad de peces debajo del puente. Cuando los pescadores van contentos a echar sus atarrayas se encuentran con que salen vacías a pesar de que ven cardúmenes de todos los tamaños. Descorazonados abandonan el lugar.

.- Por el contrario. En época en que las aguas del Uribante bajan lentas y aparentemente sin rastro de peces, han echado sus atarrayas y las han sacado repletas.

.- Dicen que muchas personas que van para La Florida, al llegar al puente de la Urbina, encuentran que este ha desaparecido y tienen que atravesar el río de aguas tumultuosas. A otra gente le ha ocurrido lo contrario, pasan el puente y al mirar hacia atrás no lo encuentran, no se explican como ellos lo pasaron si ha desaparecido.

.- Comentan los habitantes de La Florida que la poderosa Urbina antes de marcharse para otra región deja encantado el puente, por eso se respira esa atmósfera de misterio a su alrededor. Dejo dicho antes de partir que solo se quitaría el encantamiento del puente cuando un sacerdote nativo de La Florida y de apellido Urbina, bendijese y rociara el

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puente con agua bendita. Esto aun no se ha realizado y allí continua el puente de La Urbina, con sus encantos, ante un paisaje agreste y cautivador.

.- EL VIEJITO DE LA CASCADA.

.- A pocos kilómetros de la ciudad de San Cristóbal se encuentra un hermoso salto de agua: "El chorro del Indio". Baja de una montaña en numerosos chorros de agua cristalina. Dicen que viene de una laguna encantada. Muchos han intentado visitarla. Algunos han regresado después de muchas penurias, otros han desaparecido para siempre.

.- El agua salta cantarina por una pared vertical de roca. En algunos de sus salientes crecen matorrales y helechos. La mayoría de las piedras están cubiertas de musgo. Las gotas de agua al caer reflejan los colores del iris y ofrecen un espectáculo encantador. El agua en su descenso corre entre enormes piedras y forma numerosos pozos en donde en días soleados y festivos los habitantes de los alrededores se bañan y disfrutan de sus aguas frías y límpidas. Luego, estas corren rumorosas entre piedras buscando siempre en descenso, el camino de la llanura.

.- Por estos parajes agrestes muy pocas viviendas se encuentran. Solo frente a la salida de las aguas hacia el llano en la quebrada La India, se encuentra un bar amplio, que en los fines de semana se llena de bullicio. Debajo de él, como en un sótano, esta la vivienda familiar, casi siempre deshabitada.

.- La familia Contreras compra el local con los ahorros de muchos años. Se disponía a trabajar todos para salir adelante.

.- Durante el día realizaron la mudanza. En la tarde doña Rosario estaba sentada a la puerta contemplando el paisaje cuando vio bajar por el camino que desciende del chorro a un viejito encorvado, de cabellos y barba grises. Caminaba despacio apoyándose en un bastón. Su figura pulcra y diminuta inspiraba respeto y cariño.

.- ¡ Buenas tardes nos de Dios! - dijo el anciano.

.- ¡ Buenas tardes! - contesto doña Rosario con una sonrisa.

.- ¿ Usted es nueva en este lugar? - pregunto el viejito.

.- Si, con mucho sacrificio compramos este negocio y queremos sacarle provecho trabajando con firmeza.

.- ¿ Y van a vivir aquí? - pregunto el viejito.

.- Sí.

.- ¿ Se van a quedar en las noches?.

.- Sí.

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.- No les aconsejo que se queden en las noches, es mejor que se vayan.

.- ¿ Pero por que?. Esto es nuestro y no lo vamos a abandonar.

.- Mi consejo es que no permanezca por las noches por estos lugares. Les pueden causar daño.

.- No abandonaremos la casa, todos nuestros ahorros están invertidos en ella, - contesto doña Rosario un poco inquieta.

.- Venda su casa y negocio y váyanse para otra parte. Si algún mal les sucede no digan que no les advertí. - Y el anciano siguió hablando-. En las noches todo cobra movimiento y vida. El agua del chorro se vuelve resplandeciente, el que la mira pierde la razón. Este lugar esta encantado.

¡ Váyanse de aquí....!

.- No es posible, esta decidido que nos quedaremos aquí - Dijo doña Rosario incrédula.

.- ¡ Que Dios los proteja! - ¡ Buenas tardes!.

.- ¡ Buenas tardes!.

.- El anciano atravesó la quebrada La India y tomo el camino en ascenso hacia la montaña y se perdió entre los árboles.

.- Fatigados del trajín del día, doña Rosario, don Teodoro, Manuel y Joseito se dispusieron a dormir.

.- Durante la noche sintieron ruido y música, pero cada uno pensó que estaba soñando.

.- Los siguientes días fueron de mucha actividad en el bar. En la noche caían rendidos por el cansancio. Entre sueños escuchaban música y voces, tampoco hicieron caso, aunque doña Rosario pensaba en las palabras del viejito.

.- A la cuarta noche despertaron con los ruidos. En la parte superior de la casa que correspondía al bar se oían pasos como de gente que bailaba, risas, voces y música, como si hubiera muchas personas disfrutando de un día de fiesta. Hasta la rockola dejaba oír sus canciones. Ninguno de los cuatros se atrevió a levantarse. Don Teodoro no le hizo mucho caso, creyó que era producto de su imaginación, sueños al fin y al cabo. Manuel tampoco le presto mucha atención, estaba muy cansado. Doña Rosario atemorizada recordaba las palabras del anciano, pero no se atrevía a moverse. Joseito creyó soñar, pero, al despertarse sintió curiosidad y decidió subir al bar para averiguar la causa de la fiesta. Se vistió y subió las escaleras. Al llegar el se apagaron las luces, las risas y las voces. Miro al frente. El Chorro del Indio resplandecía y el agua al caer producía melodiosa música, como si las gotas entonaron una magnifica sinfonía.

.- Atraído por esa música tomo el sendero que conduce cerro arriba hacia la cascada. Cada vez la música era mas fuerte y la luz más intensa. Como lluvia de oro y piedras

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preciosas el agua se deslizaba desde la cima. No pudo mas, la luz era encegadora y cerro los ojos.

.- Apenas amaneció doña Rosario se levanto nerviosa, llamo a su marido y a sus hijos dispuesta a decirles que vendieran al negocio y se fueran a vivir a otra parte. Joseito no atendió a su llamado. Fue a su cama y la encontró vacía, lo llamo por toda la casa en vano. Tampoco estaban en los alrededores.

.- ¡ Joseito....! ¡ Joseitooo.....!

.- Lo encontraron dormido al final del camino que conduce a la cascada, entre unas piedras al borde del primer pozo. Lo llamaron y se despertó asustado. Dijo:

.- ¡ La luz...! ¡ La luz....!

.- Doña Rosario aterrorizada se dio cuenta de que su hijo menor había perdido la razón. Llevaron a Joseito al medico, este no identifico su enfermedad. Luego a otro, y a otro. Ninguno diagnosticaba su extraño mal.

.- El solo decía:

.- ¡ La luz...! ¡ La luz....!

.- Los alrededores de El Chorro del Indio permanecen deshabitados.

.- Quizás el geniecillo de las aguas, continué apareciéndose en forma de viejecillo para advertir a las gentes que no osen interrumpir en la noche el encanto de la cascada.

.- LA VIGA DE ORO.

.- Un ingeniero recién graduado llegado de la capital supervisa unas obras de ensanchamiento de la red de cloacas, como también la nueva acometida de aguas de la ciudad de La Grita. Observa con curiosidad que en una calle orientada de Norte a Sur las excavaciones son casi superficiales. Cuando llama la atención al capataz le contesta que tiene que ser así por miedo a tocar la viga de oro.

.- ¿ Que viga de oro?.

.- ¿ Usted no la conoce?, Yo, no soy de La Grita.

.- Entonces le contare.

.- Mi padre me contaba que con el terremoto de 1.810, se abrió una zanja que corre la ciudad de Norte a Sur. Esa fisura bloquea algunas calles y para comunicarlas tuvieron que construir algunos puentes. Pues bien, paralela a esta zanja, en las profundidades de la tierra existe una enorme viga de oro, que al igual de la falla, viene de la parte alta, quizás desde la laguna Grande. Los gritenses tenemos que estar vigilantes para que nadie intente, movido por la codicia, llegar hasta la gran viga de oro. Por eso, cuando se

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hacen obras como esta, o se excava para hacer algún edificio estamos pendientes, no queremos que nadie la encuentre.

.- ¿ Por que no quieren encontrar la viga?, No entiendo - repuso el joven ingeniero.

.- Ya se lo cuento:

.- Dicen que el día que se toque la viga de oro La Grita se sacudirá y será más estruendoso y terrible que en 1.810. Todo se destruirá y no quedara nadie para contarlo. Simultáneamente la Laguna Grande se desbordara y sus aguas caerán sobre la ciudad del Espíritu Santo y arrasaran con todo.

.- Ahora, doctor, ¿ comprende por que los gritenses estamos siempre vigilantes?.

.- Si, comprendo ¿ y de donde procede esta leyenda?.

.- No se sabe con exactitud. A mí me la contó mi padre. A mi padre se la contaba mi abuelo. Dicen que fue revelada por aparecidos después del terremoto.

.- Se quedaron pensativos: Al cabo de un rato el ingeniero pidió al capataz que lo acompañara a visitar la zanja.

.- LA LUZ DEL CERRO DE SAN DIEGO.

.- En el corredor del amplio patio colonial conversábamos con nuestros anfitriones. Pasábamos unos días de descanso en casa de nuestros compadres en Seboruco. Una casa antigua, espaciosa, con un patio en el centro lleno de platas y flores. Esa noche todas las esencias de rosas, claveles, jazmines, perfumaban la casona. Los techos de aleros curvos dejaban ver sus helechos y musgos. El aire tibio y diáfano surcado apenas levemente por algunas lucecillas de cocuyos, que como mínimas constelaciones cruzaban el aire. Hacia el patio como una enorme mole oscura, la sombra del cerro de San Diego.

.- Mientras nos mecíamos perezosamente y recordábamos la vida en el pueblo: costumbres, personajes, acontecimientos, leyendas aborígenes; una luz sé prendió en el cerro y pregunte:

.- ¿ Que es esa luz?.

.- Ah, la luz del cerro de San Diego.

.- Ya no la veo, parecía un faro ¿ Qué es?.

.- Dicen que es una viga de oro. Es una vieja leyenda india: dicen que los indios dejaron el cerro encantado y en las noches de verano, así como hoy, estrelladas y en cuarto menguante, sale una viga de oro dejada por los indios para iluminar el pueblo.

.- ¡ Que interesante! - exclame.

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.- Sí, interesante como todas nuestras cosas autóctonas.

.- ¡ Mira, otra vez la luz de San Diego alumbra el pueblo!.

.- En el día han subido al cerro y no han encontrado nada.

.- La viga no esta, el encanto solo aparece en las noches.

.- LA PATRONA DE SEBORUCO.

.- El feraz valle dormita entre montañas y brumas, de pronto, un repiqueo alegre llega hasta todos los rincones. De sus casas salen aprisa todos los moradores y se dirigen a la iglesia. Hoy están de fiesta, ha sido creada la parroquia de San Pedro de Seboruco, es un 14 de Marzo de 1.869.

.- Después de la celebración reúnen lo necesario para encargar una imagen que presidirá el Altar Mayor. Traerán a la Divina Pastora y ella será su patrona. El párroco hará las diligencias para ello y escribe a la península para encargar la imagen de acuerdo a sus intereses. Un emisario se dirige hasta Puerto Cabello, a la compañía Guipuzcoana, donde deposita carta y dinero en espera del próximo galeón español. Los pobladores de Seboruco siguen cultivando sus tierras y el poblado es cada vez más grande y prospero. Esperando a su patrona ha pasado mucho tiempo.

.- Un día tienen noticias de que en los depósitos de la Compañía Guipuzcoana están dos cajas de madera con imágenes. Inmediatamente se organiza un grupo de jóvenes que ira a recoger la patrona y trasladarla del puerto hacia Seboruco. Al llegar a los depósitos y presentar los documentos encuentran dos enormes cajas de madera exactamente iguales. Preguntan cuál es la de ellos y muy contentos emprenden el camino de regreso hacia la montaña. Después de varias jornadas por valles, ríos y montañas, llega un amanecer a Seboruco. Al escuchar el ruido de los cascos todo el pueblo se levanta alborozado. Las campanas comunican a los mas alejados que algo extraordinario esta ocurriendo y poco a poco la plaza de la iglesia se va llenando. Todos: jóvenes, niños y ancianos, desean ver a su patrona.

.- Descargan la caja y la van despojando de las cuerdas que la amarran y van quitando las tablas hasta abrir la parte superior. Extraen la virutilla, desenvuelven los papeles que la cubren y sacan con cuidado la imagen de la caja, luego, la depositan en un escalón del atrio.

.- Una bella imagen los miraba, ellos la contemplaron con asombro y exclamaron.

.- ¡ No es la Divina Pastora!

.- ¡ Es Santa Rosa de Lima!

.- Interrogantes miraron al párroco y este confundido no sabia que decir. Cuando hubo pasado el desconcierto pidió información a los jóvenes que transportaron la imagen y al saber que venia otra del mismo para Santa Rosa, una población cercana a Barquisimeto, supuso que había un cambio y hablo así a los feligreses:

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.- Queridos hermanos: En él envió de España llegaron dos cajas iguales, una para Santa Rosa y otra para Seboruco. Una contenía la imagen de la Divina Pastora y la otra la de Santa Rosa de Lima. Por un error se cambiaron las cajas y la Divina Pastora viaja para Santa Rosa y Santa Rosa de Lima llega a Seboruco. Procedamos a embalar la imagen, llevémosla a Santa Rosa y allí cambiesmola por la nuestra.

.- La feligresía mira la imagen depositada en el atrio e inmediatamente fueron conquistados por ella y gritaron:

.- ¡ No queremos cambiarla!.

.- ¡ Deseamos que ella se quede con nosotros!.

.- ¡ Si ella ha venido hasta aquí debe ser nuestra patrona!.

.- ¡ Es obra del cielo y no debemos oponernos!.

.- ¡ Nuestra patrona será desde ahora Santa Rosa de Lima!.

.- Desde entonces Santa Rosa de Lima preside el Altar Mayor de la iglesia de San Pedro de Seboruco..

.- LA VIRGEN DE MONTE CARMELO.

.- En un pequeño valle se acuna la aldea Borriqueros. El clima fresco y la tierra fértil son propicios para el cultivo del café, frutas y hortalizas. Sus gentes laboriosas, sencillas, honestas y piadosas viven en armonía con la naturaleza. Las montañas y campos están siempre verdes y ríos cantarines riegan los prados.

.- Un día lluvioso y frío, Bernabé y su familia trabajaron en los cafetales de su hacienda y se disponían a recogerse. El mozo, que era mudo de nacimiento, hizo señas a sus hermanos para que se retiraran, que él cortaría la leña para el hogar. Se dirigió a un extremo del corredor de la casa donde tenían depositados los troncos y tablas. Era un muchacho alto y fornido de manos anchas y callosas, manos generosas de campesino, manos que cultivaban la tierra con cariño. Joven virtuoso y recto, fiel con sus amigos y amoroso con su familia. Atento y servicial, dispuesto siempre a ayudar a sus semejantes.

.- Bernabé escogió unas maderas y troncos secos y los saco al patio para picarlos. El montón de leña suficiente iba creciendo y pronto terminaría su tarea, con él tendría leña suficiente para alimentar el fogón durante varios días. Descanso un rato, mira el cielo gris y vio nubarrones que se acercaban impulsados por la brisa vespertina. pensó:

.- Debo apurarme, pronto lloverá de nuevo y la madera mojada no servirá para el fuego. Solo me faltan estas tablas, las pico rápido y entro en la casa.

.- Cuando se disponían a cortar una tabla vio con sorpresa que en la superficie aparecía una figura. La cogió y la miro detenidamente, se dijo:

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.- ¡ Que raro!. ¿ Por que tiene esta imagen?, Que yo recuerde esta madera no tenia nada pintado. La aparto para un lado y termino de cortar la leña. Amarro todo con una cuerda y la arrastro hasta la cocina. Dejo el hacha en el lugar acostumbrado y llamo por señas a sus hermanos; les mostraba la tabla. Todos miraban la imagen borrosa. Comentaron:

.- Parece la imagen de una virgen.

.- Es una lastima que este tan borrosa.

.- Bernabé decía que sí la cabeza. Limpio con un trapo la tabla y la coloco en una repisa para que todos la vieran, luego los invita a rezar el santo Rosario. Toda la familia reza con gran devoción.

.- A partir de entonces siempre que Bernabé salía al campo pasaba por delante de la imagen y le rezaba un Ave Maria o le hablaba con el pensamiento. Al regreso de sus faenas traía flores que colocaba delante de la imagen. decía:

.- Mi Virgen, te traigo dos orquídeas que encontré en un guamo.

.- Todos los días Bernabé le colocaba flores frescas: lirios, calas, rosas, claveles y miosotis. La imagen venerada por los Chávez iba tomando forma y color. Poco a poco sus líneas se iban perfilando y los colores iban surgiendo. Parecía que las manos magistrales de Fray Angélico se posaran en la tabla para darle vida.

.- Bernabé inspirado por la fe vivía pendiente de la imagen.

.- Veía con alegría como iban delineándose sus formas y tomando colorido. Pensaba:

.- Es obra de Dios, mi Virgen bella, gracias por haber venido a mi casa.

.- La Virgen de la tabla la conocieron todos los vecinos de Borriqueros y acudían a ella para rezarle con fe y respecto. Por ese tiempo visito la región un obispo perteneciente al arzobispado de Mérida: Monseñor Rafael Lasso de la Vega. Bernabé y sus hermanos le presentaron la tabla y él desconoció la imagen.

.- La imagen en la tabla seguía cada vez mas viva. Todos la veneraban a rezarle de los rincones cercanos.

.- Años mas tarde Bernabé, en su lecho de enfermo, poco antes de morir, encomendó a su hermano Tadeo el cuidado de la tabla. Este conservo con celo el preciosos tesoro legado por su hermano. Día a día la devoción a la Virgen aumentaba en la aldea.

.- De nuevo un obispo de Mérida visita a Borriqueros y como años atrás, presentaron la tabla de la Virgen a Monseñor José Vicente de Unda. Tadeo le contó la historia de la tabla y de como él había continuado el culto a la Virgen por encargo de su hermano Bernabé. El obispo revisa minuciosamente la tabla y reconoció la imagen de la Virgen del Carmen. Recomendó que la cuidara con respeto y veneración.

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.- Pasaron mas de cuarenta años. La devoción a la Virgen del Carmen iba creciendo y la casa de los Chávez resultaba pequeña para acoger a todos los que venían a venerarla. Por aquellos días recibieron la visita pastoral de Monseñor Juan Hilario Bosset. Tadeo y sus amigos Pedro y Santiago fueron a presentarles la tabla al obispo y le dijeron.

.- Ilustrísimo Señor, aun tiene la tabla con la imagen de Nuestra Señora del Carmen. La halla mi hermano Bernabé cuando iba a cortar leña. Su imagen era borrosa, ahora tiene forma y colorido.

.- La examino detenidamente y dio su aprobación.

.- Deseamos levantar una capilla para rendirle culto a nuestra querida Virgen del Carmen. Solicitamos su permiso.

.- Concedido. Debe levantarse la capilla en el mismo lugar en que Bernabé la encontró y ser lo suficientemente grande como para que en ella se pueda celebrar el santo Misterio de la Eucaristía.

.- Encargo para la supervisión de la obra al Presbítero de Tariba, Pedro Sánchez.

.- Hoy día esta simpática aldea cercana a Cordero, tiene una capilla donde se le rinde culto a la Virgen del Carmen. A ella acuden sus piadosas gentes, que en su honor cambiaron el nombre de Borriqueros por Aldea Monte Carmelo.

.- LA VIRGEN DE "EL COBRE".

.- Un valle fértil de ricos y abundantes pastos, de tierras de sembradío dedicadas a las hortalizas, caña de azúcar, trigo y frutos menores, famosas por el caimito y el guineo cobrero. En El Cobre todo es verdor, armonía, trabajo y prosperidad. Sus calles inclinadas de casas coloniales de ventanas de hierro forjado, de patios plenos de flores y de huertos abundantes, alojan gente laboriosa. En su río El Valle, numerosos molinos mueven el trigo recogido en las alturas. Varias plantas eléctricas mueven las industrias y dan luz al pueblo que aun se alumbra con velas y candiles de carburo. Por dondequiera que se pose la vista hay verdor, belleza y armonía; en este laboriosos valle la gente vive feliz, hasta que un día......

.- Estaban recogiendo la cosecha. Era viernes veintisiete de Noviembre de mil novecientos cuarenta y dos después de un intenso sol luminoso y radiante la tarde empezó a cubrirse de nubes y al seis cayo una leve llovizna. Poco a poco las nubes fueron oscureciendo y cerca de las ocho de la noche una negra y espesa nube cubría el pueblo. La suave lluvia fue aumentando hasta convertirse en torrencial aguacero que amenazaba inundar el fértil valle. De los cerros El Duque, Santa Elena y Cárdenas, rodaba el agua vertiginosamente hasta llegar al valle llevando consigo todo lo que encontraba a su paso. Las quebradas El Rincón, La Vieja y El Playón, así como el Callejón de La Vega, desde sus cabeceras se hincharon, se desbordaron y a gran velocidad inundaron el valle. Aguas devastadoras que amenazaban destruir el pueblo.

.- A las ocho de la noche arrecio la tormenta, truenos y relámpagos sacudieron el pueblo antes feliz y armonioso. Las centellas como culebras de diez cabezas surcaban los aires

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en todas direcciones iluminando el panorama. Algunas caían a tierra dejando profundas cicatrices. El estruendo de los truenos sacudía las casas que con la arremetida de las aguas sin control amenazaban desplomarse. Todo era desconcierto, estrépito, ruido ensordecedor de las aguas que bajaban violentamente de la montaña. El río El Valle antes manso y tranquilo, bajaba rugiendo y saliéndose de sus riberas. La turbulencia de las aguas llega a la Calle real y la cubrió de punta a punta hasta chocar con las aguas que venían de la quebrada El Rincón. Choque violento de fuerzas encontradas, de enormes torbellinos que lo arrastraban todo. La Calle de Atrás fue desbastada por completo; desaparecieron casa, muebles y personas; todo fue arrastrado por las incontrolables y tenebrosas aguas. El cementerio fue removido hasta sus cimientos y los huesos y cadáveres sacados de sus sepulturas para llevarlos quien sabe a donde. En la Calle Real el agua subió hasta ochenta centímetros del suelo, todas las casa del pueblo se inundaron, nada estuvo a salvo. Las familias asustadas rezaban a la Virgen de Carmen y al Santo Cristo de La Grita, nadie podía ni entrar ni salir de las casas.

.- A las ocho y quince amaino la tempestad y lentamente el nivel de las aguas comenzó a descender dejando por todas partes desolación y ruina. Mas adelante se supo que esta terrible tempestad fue ocasionada por una tromba marina que descargo sus aguas entre Los Mirtos y Mangaria; Mesa de Aura; Venegara y La Vega.

.- Noche terrible para los cobreros, noche de angustia, de vigilia y de oración, de incertidumbre. Con el amanecer los supervisores encontraron una ciudad en ruinas, llena de lodo y con cientos de habitantes ahogados y desaparecidos. En las calles hallaron enormes brechas ocasionadas por los rayos al precipitarse a tierra, enormes piedras, peces de mar, muebles, ramas, palos, huesos, cadáveres, y en fin una amalgama impresionante.

.- Todos corrían a saber de sus familiares y si los encontraban vivos la alegría y los gritos eran indescriptibles, contrastando con el llanto y los lamentos de los que habían perdido a sus seres queridos.

.- Como es natural la que menos sufrió fue la parte alta. De la baja no quedo nada mas que barro, escombros y bajo ellos muchos de sus moradores. Otros perecieron aplastados por las piedras o ahogados.

.- Con la luz del día y una vez llegada la calma, se organizaron para socorrer a los mas afectados, a los enfermos, a los heridos y enterrar a los muertos. Los que sobrevivieron quisieron darle gracias a la Virgen del Carmen por haberlos conservado con vida y fueron a su capilla para ofrecerles una misa en acción de gracias. Si hubiera durado mas la tempestad o si la descarga de la tromba marina hubiera sido toda sobre un mismo punto no hubiera quedado nadie para contarlo. Sin duda se habían apiadado de ellos y escuchado sus oraciones.

.- Asistieron con gran devoción a las celebraciones y al final de la misa, cuando el sacerdote inicio el canto a la Virgen "Salve Reina", todos los ojos se fijaron en la Virgen del Carmen, iluminada por la luz de los cirios dejaba ver su manto lleno de barro. Todos pensaron:

.- ¿ Si esta en lo alto y hasta allí no ha llegado las aguas, como ha podido llenarse el manto de lodo?. ¿ Acaso estuvo socorriendo a los damnificados?. ¿ O gracias a ella no se

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destruyo totalmente el poblado?. Y la Virgen del Carmen sigue siendo venerada por todos los cobreros, a ella acuden con gratitud y devoción.

Tomado del Libro: "Leyendas del Tachira" de Lolita Robles de Mora

1983.- San Cristóbal - Táchira - Venezuela.