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CURSO ANUAL DE AUDITORÍA MÉDICA
HOSPITAL ALEMÁN
TRABAJO FINAL MONOGRAFÍA:
“MEDICALIZACION”
“La medicina institucionalizada amenaza la salud”
“Una persona sana es solamente un enfermo sin identificar; no todo sufrimiento
es una enfermedad”
INTEGRANTES: Lic. Silvana Garcia, Romina Magallanes, Luis Margani y
Gabriela Mazza.
AÑO 2015
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INTRODUCCIÓN:
En este trabajo queremos transmitir la importancia que genera la medicalización de la
vida, proceso por el cual tiene distintos actores implicados que en su conjunto, hacen que
todo se solucione con la transcripción de una receta médica o tratamiento para dicha
enfermedad o trastorno.
Si bien la investigación médica ha avanzado a pasos agigantados, aún en ciertas prácticas,
tiene algunos desaciertos en cuanto a las distintas modalidades en la resolución del
tratamiento adecuado ante la enfermedad.
Este término “Medicalización” comienza a conocerse a partir de la medicina antigua de
Grecia y Egipto, o la medicina de las sociedades primitivas, que se basaban en medicinas
sociales, colectivas, no concentradas en el individuo.
La medicina moderna nace a fines del siglo XVIII entre Morgagni y Bichat, con la
introducción de la anatomía patológica.
A comienzos del XIX en el Colegio de Francia comienzan a analizar otros aspectos, no sólo
la hospitalización y sus servicios brindados, sino que comienzan a proyectarse en realizar
un estudio de la vivienda y todo lo que encierra: sistema de desagüe, vías de tránsito,
equipos colectivos que aseguran el funcionamiento de la vivienda particular en el medio
urbano. Dando lugar a la aparición de la medicina social. A medida que esta medicina
social fue evolucionando, la medicina no se interesaba en el cuerpo del proletario, en el
cuerpo humano, como instrumento laboral. Pero a partir de la segunda mitad del siglo
XIX cuando se planteó el problema del cuerpo, de la salud, y del nivel de la fuerza
productiva de los individuos. Se divide a la medicina social en: Medicina del Estado,
Medicina Urbana y Medicina de la Fuerza Laboral.
La crítica de la medicalización está ligada al nombre de Ivan Illich y su obra Némesis
Medica, en la cual elegía a la medicina como tema, sino como ejemplo. En él, afirmaba que
en los países desarrollados la obsesión por una salud perfecta se convierte en el factor
patógeno predominante. En los ochenta, las críticas a la medicalización se han recluído en
los territorios de la sociología, con ámbitos poco satisfechos con algunos rumbos de la
historia, como la psiquiatría y el salubrísimo.
OBJETIVOS:
- Incentivar a todos los profesionales médicos la importancia de respetar al paciente
en la toma de decisiones de sus tratamientos, orientándolos en los beneficios y
efectos adversos.
- Medicina basada en evidencias.
- Promover en una atención holística a todo individuo en la consulta médica.
- Fomentar la prevención cuaternaria en el marco social.
DEFINICIÓN:
Podemos definir a la “Medicalización” como el proceso mediante el cual, un problema no
médico se trata como problema médico, normalmente en términos de enfermedad o
trastorno.
Medicalizar la condición humana supone aplicar una etiqueta diagnóstica a sentimientos
o comportamientos, desagradables o no deseables, que no son claramente normales pero
que se sitúan en un área nebulosa difícil de diferenciar de toda la gama de experiencia que
a menudo van ineludiblemente unidas al hecho de ser persona.
También se lo define como el proceso por el que eventos o características de la vida
cotidiana se convierten en problemas de salud, y por lo que tanto, son estudiados y
tratados por los médicos y otros profesionales de la salud.
Otro lo define como la forma en que el ámbito de la medicina moderna se ha expandido
en los años recientes y ahora abarca muchos problemas que antes no eran considerados
como entidades médicas y para los que la medicina no dispone de soluciones adecuadas ni
eficaces. Quizás pueda ser más clara la definición que considera la medicalización como la
conversión en procesos patológicos de situaciones que son y han sido siempre
completamente normales y el pretender resolver mediante la medicina situaciones que no
son médicas sino sociales, profesionales o de las relaciones interpersonales:
- Existe una tendencia creciente a tratar como enfermedad lo que no son mas que factores
de riesgo, convirtiendo en enfermo a personas que únicamente tienen aumentado su
riesgo de enfermar y sin que en muchos casos existan evidencias del beneficio de actuar
sobre dichos factores. El mercado ánima al que el paciente tenga capacidad de elegir no
solamente entre las alternativas diagnosticas sino también para solicitar aquello que no
están indicados, lo que se ha definido como el Doctor Shopping, “el deseo de estar sano”.
El British Medical Journal auspició hace unos años una encuesta sobre cuáles son en
nuestro entorno las principales “no enfermedades”, es decir, aquellos procesos cuya
inclusión en el campo de la actuación de la medicina resulta menos obvia, y la tendencia ,
en aumento, a clasificar como enfermedades los problemas de la gente.
Cuanto más gasta una sociedad en asistencia sanitaria, aumenta la posibilidad de que sus
habitantes se coincidieren enfermos. El papel de “paciente” es, según Parsons, la
justificación que la enfermedad le otorga para evitar asumir las responsabilidades sociales,
la incapacidad de superar por si mismo tal estado.
Cuanto mayor es la oferta de “salud”, más gente responde que tiene problemas,
necesidades, enfermedades. Mientras, en las zonas con servicios sanitarios menos
desarrollados esta percepción es menor.
Creación de enfermedades:
Venta de procesos normales de la vida como procesos médicos, como la vejez y el
embarazo.
Venta de problemas personales y sociales como problemas médicos: el desempleo,
la fobia social.
Venta de riesgos como enfermedades: osteoporosis o hipercolesterolemia.
Venta de síntomas ocasionales como epidemias de extraordinaria propagación,
como la disfunción sexual femenina.
Venta de síntomas leves como indicios de enfermedades más graves: colon irritable
El uso actual del término "medicalización" denota la influencia de la medicina en casi
todos los aspectos de la vida cotidiana, y connota una apreciación crítica por los efectos
negativos, paradojales o indeseables, de tal fenómeno. En realidad, la medicina siempre ha
ejercido un poder normalizador o de control social – básicamente por los conceptos de
salud y enfermedad, normal y patológico – estableciendo un orden normativo rival del de
la religión y el derecho, que ha venido incrementándose desde la modernidad con la
conquista de un auténtico estatuto científico, profesional y político.
Dicho proceso cuenta también con distintos factores que ayudan y sustentan la
“Medicalización” y estos son:
1. Industria farmacéutica y tecnologías sanitarias: el marketing está diseñado para
persuadir a la población de que para seguir estando sana necesita someterse a
chequeos y medicación preventiva.
2. Medios de comunicación: La “salud” vende y las noticias sobre salud son cada vez
más habituales en los medios de comunicación con un enfoque claramente
distorsionado, favoreciendo la utilizando técnicas intervencionistas y la utilización
de medicamentos.
3. Administración sanitaria: las instituciones tienden incluir tecnologías o
intervenciones sanitarias no suficientemente valoradas que aportan beneficios
mínimos e, incluso, inferiores a los riesgos o costes que suponen.
4. Población: convierte a los individuos en pacientes y los consideran enfermos o
enfermos potenciales. Se prescriben sin dar la información adecuada en cuanto a
los beneficios y efectos adversos, sin tener en cuenta las preferencias y valoración
de los riesgos de cada una.
5. Profesionales: son el núcleo de la medicalización, son los agentes imprescindibles
para que este proceso prospere, como las víctimas de una sociedad que demanda
que la medicina dé solución a todos sus problemas.
6. Expansión Terapéutica: Cada vez que se realiza un etiquetado de la enfermedad, la
consecuencia inmediata es que para cada proceso hay un tratamiento. Esto
muchas veces se realiza sin dar la información correcta ni de los beneficios como
los efectos adversos y los riesgos que contienen.
Medicalización en la Argentina. Por José Charreau
Los argentinos consumimos en promedio casi 13 envases de medicamentos por año. Somos
el país de América Latina con mayor consumo de medicamentos por habitante. Y decimos
que “consumimos”, en lugar de decir que “utilizamos”, porque es legítimo sospechar que
buena parte de esa medicación no es utilizada en forma racional. Un ejemplo de ello es
que consumimos casi 7 millones de envases de expectorantes, cuyos beneficios son
bastantes cuestionados, y otros 6 envases de gotas nasales.
Las enfermedades que más afectan a los argentinos son las cardiovasculares. Nuestro país
detenta el récord de mortalidad por estas causas, debido a la dieta excesivamente
carnívora.
Sin embargo, a diferencia de las sociedades más avanzadas en su transición
epidemiológica, donde los medicamentos para el colesterol y la hipertensión arterial
encabezan la lista de los más consumidos, en Argentina estos quedan muy rezagados de
las listas de ventas. Por ejemplo, en Argentina se compran casi tres cajas de medicamentos
para disfunción eréctil contra una caja de medicamentos para el colesterol. También se
venden en farmacias unos 18,5 millones de envases de anticonceptivos y otros 14 millones
de tranquilizantes contra 12 millones de antihipertensivos, de los más usados (IECA) y 9
millones agentes betabloqueantes.
La mayor parte del gasto en medicamentos se financia a través del ingreso familiar,
mientras que en Canadá y en la mayoría de países europeos es el Estado el principal
financiador de los medicamentos. Eso hace que tengamos una peculiar relación entre el
ritmo de la economía nacional y el consumo de medicamentos.
Cuando el país crece y el ingreso de las familias mejora, el consumo de medicamentos
tiende a aumentar como ocurre con otros bienes. Sin embargo, cuando la economía se
retrae y las familias tienden a ajustar sus gastos, buscan privilegiar la compra de
medicamentos por sobre otros consumos.
Entre el año 1995 y 2000 el gasto per cápita en medicamentos en Argentina creció apenas
por debajo del PBI. A partir del 2001, la tendencia se revierte. En 2001 y 2002 el PBI per
cápita se reduce drásticamente, pero el consumo de medicamentos se mantiene
inalterable.
Por eso, se dice que el gasto en medicamentos avanza como una bicicleta y los pedales son
la economía. Aunque se deje de pedalear, la bicicleta seguirá avanzando.
El gasto en medicamentos representa un 31% del gasto en salud en el país. Se arriba a esta
razón si se considerara que el gasto total en salud en el país ascendió a $52.700 millones,
según surge de la estimación presentada con ACAMI en el marco de su XI Congreso
Argentino de Salud. Este porcentaje es muy superior a la media de los países
desarrollados. Triplica el gasto de Inglaterra, duplica el de Canadá e incluso el de los
Estados Unidos y solo se aproxima al de Francia (22,5) y al de la Republica Checa (25,9).
Cuidado, los gobiernos avanzan sobre la industria farmacéutica Por Alberto Ferrari.
La ley de medicamentos en debate en Argentina, la anulación de las patentes en Ecuador y
la investigación sobre los acuerdos en Chile, son tres ejemplos de esa puja entre la
industria y los gobiernos de la región. En Brasil también existe un debate parlamentario
sobre el uso sobre las patentes de “segundo uso” que la industria requiere para extender
sus beneficios y que, por ahora no ha tenido demasiada resonancia, porque las
multinacionales ya percibieron que con el gobierno actual hay pocas chances de imponer
condiciones.
El gobierno de Ecuador se ha convertido en un ejemplo para anular patentes, lo que las
multinacionales ven con preocupación por carecer de margen para confrontar. El
presidente del Instituto Ecuatoriano de Propiedad Intelectual, explicó que la anulación de
patentes es para que los medicamentos de primera necesidad no tengan exclusividad y
que los laboratorios puedan pedir licencias obligatorias, que serán concedidas en la
medida que puedan demostrar la capacidad de producción.
Son las multinacionales (Abbott, Bayer, Pfizer, Novartis, Raffo, Merck, Laboratorio Chile,
Glaxo, Roche, Sanofis, Warner Lambert, Wyenth y Andromaco, entre los más
comprometidos) las que debieron agachar la cabeza en Chile por descubrir que en tres
cadenas de farmacias y decenas de laboratorios habían pactado los precios de 222
medicamentos, para obtener mayores ganancias a costa de la seguridad social y del
bolsillo de los pacientes.
“¿Código de ética?” Quizás como el que propuso Ernesto Felicio en nombre del CAEME,
durante una audiencia pública cuando en la cámara de diputados se discutía una ley que
reglamentaba la propaganda médica y la profesión de los visitadores médicos, proyecto
que fue convenientemente boicoteado por el lobby empresarial.
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Entrevista con el Profesor Dr. Hugo Norberto Catalano, Jefe del servicio de Clínica Médica,
del Hospital Alemán, CentroAdherente Red Cochrane Iberoamericana.
El Dr. Catalano ha tenido la amabilidad de brindarnos una entrevista, donde quedó de
manifiesto su vocación docente y en la que respondió nuestras inquietudes sobre la
medicalización.
La entrevista, no sólo aclaró muchas dudas e incertidumbres sobre el tema, sino que nos
permitió recorrer aristas que desconocíamos, y se develaron cuestiones más que
interesantes.
En la conversación, el Dr Catalano explicó que la medicalización integra distintos puntos
de vista:
La experiencia clínica;
la investigación;
la prevención cuaternaria en el marco social
la legislación.
La experiencia clínica indica determina la relación médico-paciente de acuerdo a distintos
modelos médicos:
1) Paternalista: El médico indica la conducta a seguir con autoridad y actitud
protectora.
2) Asesor Perfecto: El médico utiliza evidencia para inducir la conducta indicada.
3) Empoderamiento: El médico delega decisión al paciente.
4) Decisiones compartidas: El médico ofrece la evidencia y el paciente evalúa las
alternativas.
Estos modelos influyen en el diagnóstico y tratamiento de episodios frecuentes de
medicalización, como por ejemplo: menopausia, cáncer de próstata, hipertensión, y
prescripción de ácido acetilsalicílico y estatinas.
En cuanto a investigación clínica tomamos como ejemplo el caso de la publicación digital:
http://chequeado.com/mitos-y-enganos/ila-vitamina-c-evita-los-resfrios/
¿La Vitamina C evita los resfríos?
el equipo de médicos Ariel Izcovich, Carlos González Malla, Juan Criniti, Martín M. Díaz
Maffini, Matías Manzotti y Hugo Catalano
05 ENERO, 2015
Los estudios científicos realizados confirman que ayuda a prevenir y acortar resfríos
comunes; pero los beneficios son pequeños y probablemente no justifiquen su indicación a
la población general.
Los resfríos comunes son un problema de salud frecuente que, si bien no se asocian a
complicaciones graves, ciertamente generan molestias en la población y elevan los costos
en Salud. Se ha postulado que la Vitamina C usada preventivamente podría disminuir la
frecuencia de aparición de resfríos y una vez contraída la enfermedad, usada como
tratamiento, reduciría la severidad. Esta postulación está relacionada con algunos estudios
realizados hace varias décadas y que hipotetizaban sobre la acción de la vitamina en el
sistema inmune, ayudando al cuerpo a defenderse del ataque del virus del resfrío.
Toda intervención médica, como lo es la indicación de Vitamina C, tiene potenciales
aspectos positivos y negativos. Para poder definir si es conveniente usarla para prevenir
resfríos deben considerarse ambos aspectos. Para ello, es necesario utilizar información lo
más confiable posible, tanto para determinar los potenciales beneficios como los
perjuicios.
Esta información proviene de estudios científicos en los que a un grupo de personas sanas
se les administró Vitamina C mientras que a otro grupo se le administró placebo (un
comprimido que no contiene ningún componente activo). Una revisión de la literatura
bibliográfica existente relacionada a este tema publicada en 2013, identificó en total 29
estudios de este tipo que evaluaron los aspectos positivos y negativos de indicar vitamina C
para prevenir el resfrío y los resultados mostraron que por cada 1000 personas a los que se
les indica Vitamina C por un lapso de tiempo de al menos 3 meses se previenen 24 resfríos.
Es decir que 24 personas saldrán beneficiadas mientras que 976 no lo harán (ver acá el
documento técnico con los cuadros comparativos).
Por otro lado, dichos estudios también evaluaron la duración de los resfríos y, en este
aspecto, los resultados mostraron aún menos ventajas: asumiendo una duración promedio
del resfrío de 7 días, la ingesta de Vitamina C acorta la duración en un poco más de 15
horas. Los estudios mencionados no mostraron que la ingesta de vitamina C se haya
asociado a efectos adversos importantes.
Por todo lo mencionado puede concluirse que las pruebas científicas disponibles confirman
que la Vitamina C se asocia a beneficios en cuanto a la prevención y duración de resfríos
comunes. Pero los beneficios observados son tan pequeños, que es muy probable que la
mayoría de las personas elija no tomar vitamina C dado que esto implicaría gastar dinero e
ingerir un medicamento diariamente con escasas chances de tener resultados positivos.
Ariel Izcovich
5 febrero, 2015 a las 8:08 pm
Creo que estamos de acuerdo en que el efecto es menor y que la mayoría de la gente no
erigiría tomar vitamina C, pero los resultados de los estudios muestran con alta calidad de
evidencia que cada 42 personas que la toman por un determinado tiempo se evita 1 resfrio.
Por lo tanto NO es una falacia.
Ariel Izcovich 5 febrero, 2015 a las 8:21 pm
Definir la relevancia de una intervención médica solo mirando la reducción de riesgo
absoluto es un error. Coincido en que en este caso un 2,4% es irrelevante y así fue
planteado en el artículo, pero si asumiéramos que cualquier intervención con 2,4% de
efectividad no debería considerarse tendríamos por ejemplo que dejar de usar
antiagregantes plaquetarios en el ACV (RRA 1,3% para muerte o discapacidad,
Sandercock PA, Counsell C, Tseng MC, Cecconi E. Oral antiplatelet therapy for acute
ischaemic stroke. Cochrane Database Syst Rev. 2014 Mar 26;3:CD000029. doi:
10.1002/14651858.CD000029.pub3.)
El Dr. Catalano resalta el rol de la prevención cuaternaria y la importancia de su
divulgación entre los profesionales de la salud y la población en general.
Nos parece fundamental en la temática de la medicalización realizar una reseña del
articulo:
“Prevención cuaternaria: es posible (y deseable) una asistencia sanitaria menos dañina” de
los Dres. Juan Gérvas Camacho, Enrique Gavilán Moral y Laura Jiménes de Gracia
Llamamos prevención cuaternaria al conjunto de actividades que intentan evitar, reducir
y paliar el perjuicio provocado por la intervención médica. Se evita el daño obviando
actividades innecesarias (p. ej., suprimiendo dosis redundantes de revacunación
antitetánica). Se reduce el daño limitando el impacto perjudicial de alguna actuación (p.
ej., empleando protectores tiroideos al hacer radiografías dentales). Se palia el daño
reparando la salud deteriorada como consecuencia de una actividad médica (p. ej.,
pautando el abandono paulatino de benzodiacepinas en una adicción consecuente al
tratamiento del insomnio).
La prevención cuaternaria es una cuestión social que interesa al conjunto de la población,
a sanos y enfermos, especialmente en el actual contexto de creciente medicalización.
• Abusos en prevención: la prevención solo se justifica si prevenir hace menos daño
que curar. Según esto, no está justificado utilizar terapia hormonal en la
menopausia para evitar infartos de miocardio4 ni tampoco la revacunación
antitetánica cada 10 años (basta cumplir el calendario vacunal y revacunar a los 65
años5). Es bastante dudoso el uso de estatinas en prevención primaria
cardiovascular o los suplementos farmacológicos de yodo en embarazadas sanas7.
Igualmente existen dudas sobre la efectividad de la mamografía en prevención del
cáncer mamario. Por el contrario, sí existe certeza acerca de la inutilidad de la
determinación del PSA, con o sin tacto rectal, como cribado del cáncer prostático. Y
es perjudicial el autoexamen de mamas para la detección precoz del cáncer de
mama1.
• Excesos en el uso de pruebas complementarias y de tecnología en general: estos
exámenes no son «inocentes», tanto por el daño que causan por sí mismos como por
las «cascadas» que conllevan. Por ejemplo, el riesgo acumulado de mortalidad por
cáncer inducido por radiaciones es de ocho muertes por cada 10.000 estudios
radiológicos realizados en menores de 15 años. Abusar de técnicas de imagen,
incluso no radiactivas, en patologías como, por ejemplo, hernias discales, puede
resultar contraproducente (a más técnicas de imagen, peor resultado en salud y
mayor grado de minusvalía).
• Excesos en tratamientos: medicamentos como balas. Los medicamentos mejoran
la salud, o todo lo contrario. Los fármacos pueden dañar de muchas formas: efectos
adversos, administración inadecuada, errores de dosificación, duplicidades,
interacciones, polimedicación innecesaria, etc. Estos problemas suelen ser más
frecuentes y graves en ancianos, principalmente en ancianos frágiles polimedicados.
Y en la génesis de la polimedicación no solo encontramos factores dependientes del
paciente: si aplicamos de forma acrítica las guías basadas en la evidencia, una
hipotética paciente de 79 años, hipertensa, diabética, con enfermedad pulmonar
obstructiva crónica y osteoartrosis puede acabar tomando 12 medicamentos. Esto
aumenta la posibilidad de aparición de reacciones adversas, confundidas
demasiado a menudo con agravamientos de procesos existentes o la aparición de
nuevos problemas, lo que conlleva nuevas prescripciones que empeoran aún más la
situación15. Ejemplos clásicos son tratar la hiperuricemia asintomática provocada
por los diuréticos o utilizar antitusivos contra la tos por inhibidores de la enzima
convertidora de la angiotensina. Especial mención merecen los medicamentos de
reciente comercialización, cuyo balance beneficios-riesgos en condiciones reales
todavía no es lo bastante conocido. Sin embargo, estos fármacos suelen ser
promocionados muy activamente por los laboratorios farmacéuticos, lo cual,
sumado a la fascinación por lo nuevo y la falta de prudencia, conduce a su consumo
por muchas personas en muy poco tiempo. Por ello, no pocas veces aparecen
problemas de seguridad de cierta gravedad que generan alarma social, como en el
caso de la rosiglitazona o el rofecoxib.
• Excesos en rehabilitación: la rehabilitación, como la prevención, tiene un aura
positiva. Pero algunos excesos no se justifican. Por ejemplo, en cuestión de
tratamientos para el dolor de cuello, hombros y espalda, se estima que únicamente
puede considerarse de eficacia probada el 40% de los servicios contratados por el
sistema público.
Estrategias de prevención cuaternaria. Paradigmas:
• «Toda intervención sanitaria conlleva beneficios y daños. Solo algunas ofrecen
más beneficios que daños.»
• «La prevención es mejor que la curación cuando la intervención preventiva hace
menos daño que la intervención curativa.»
• «Las cascadas son inevitables, salvo en su origen.»
• «Hace menos daño un “no” razonable que un “sí” complaciente.»
• «Hay muchos problemas para los que no tenemos respuesta.»
• «Todo paciente tiene alguna conducta sana.»
La prevención cuaternaria es una actividad sanitaria más, por lo que no deja de ofrecer
simultáneamente beneficios y perjuicios. No conviene, por ello, aceptar sus propuestas sin
críticas. No nace como «corriente salvadora» de todos los vicios de la asistencia sanitaria,
ni como un modelo de refundación de la medicina que se termine convirtiendo en una
especie de «religión» de profesionales descontentos con el actual sistema sanitario, sino
una alternativa que busca minimizar los riesgos. Quien «compre» prevención cuaternaria
debe considerar los pros y contras de las diferentes propuestas, e intentar su aplicación
prudente según la situación de cada paciente y comunidad.
La prevención cuaternaria es el conjunto de actividades que intentan evitar, reducir y
paliar el daño provocado por la intervención médica. Aunque todas las actuaciones
clínicas buscan un beneficio, ninguna está exenta de riesgos. Así, pruebas diagnósticas,
actividades preventivas, medicamentos prescritos o métodos rehabilitadores pueden
desencadenar cascadas de acciones que generen círculos viciosos dañinos. Existen
múltiples ejemplos de prácticas sanitarias innecesarias, perjudiciales o sobreutilizadas: la
utilización del PSA para el despistaje del cáncer de próstata, el amplio uso de los
inhibidores de la bomba de protones como «protector gástrico» o la solicitud de chequeos
analíticos periódicos en personas sanas son algunos ejemplos. Por ello, es preciso
desarrollar estrategias que nos permitan responder con fundamento y rapidez a la
incertidumbre en la consulta, siempre con la máxima calidad y el mínimo daño posible.
Durante la entrevista, se habló al respecto a la legislación y se analizaron propuestas para
controlar el gasto en medicamentos especiales en Argentina:
En diciembre del 2006, en Argentina la Cámara de Diputados otorgó media sanción a un
proyecto de ley de “Código de Ética para la promoción de medicamentos” que en su
artículo 2° establecía la obligatoriedad de incluir la DCI en todas las piezas publicitarias
con igual tipografía y tamaño que los nombres comerciales. La ley fue luego objetada en la
Cámara de Senadores y se encuentra aún sin sanción.
Extendiéndonos al respecto también existen propuestas para:
a) extensión del uso de Denominación Común Internacional (DCI) en rotulado y
prospectos;
b) uso de DCI en propaganda y límites a la publicidad que induzca a la cautividad a la
marca;
c) fortalecimiento de la fiscalización del cumplimiento de normas éticas en la promoción y
comercialización.
http://apm.org.ar/informes/08-08-01_Revista-IEPS-2do-informe-investigacion.pdf
CONCLUSIÓN:
La medicalización es un proceso continuo que se autoalimenta y crece de forma constante,
facilitado por la situación en que la sociedad va perdiendo la capacidad de resolución y su
nivel de tolerancia es creciente. Los profesionales sanitarios son, a la vez, actores y víctimas
de este fenómeno.
Esto genera en ocasiones falsas necesidades y aspectos de la vida cotidiana son
medicalizados con el pretexto de tratar falsas enfermedades y procesos biológicos naturales.
La adversidad cotidiana adquiere hoy rango de enfermedad, además de el uso de potencial
realización del marcromarketing investigaciones sobre aspectos éticas y calidad de vida de
las industria de la salud y calidad de muerte y de morir se problemas.
BIBLIOGRAFÍA:
- Historia de la Medicalización, Dr. MICHEL FOUCAULT, Segunda Conferencia de
Medicina Social en Octubre 1974.
- www.osalde.org/drupal.NekaneJaio
- www.unesco.org.uy
- http://amf-semfyc.com/web/article_ver.php?id=994
- http://www.fmed.uba.ar/depto/medfam/2015/11.pdf
- www.scielo.isciii.es/Revista Clínica de Medicina de la Familia Junio 2011
- El proceso de medicalización de la sociedad y el déficit de atención con
Hiperactividad (ADHD). Aportes históricos y perspectivas actuales. Eugenia
Bianchi. VI Jornadas de Sociología de la UNLP 2010.
- Elementos para una genealogía de la medicalización, Marisa Germain, Psicóloga,
Magister en Salud Pública, Miembro de la Cátedra de Sociología. Año 2007.
- Instituto de Estudios sobre políticas de salud -IEPS-, segundo informe.
- “Prevención cuaternaria: es posible (y deseable) una asistencia sanitaria menos
dañina” de los Dres. Juan Gérvas Camacho, Enrique Gavilán Moral y Laura
Jiménes de Gracia