Acercándonos Al Símbolo de La Obra Plástica Como Resultado Del Diálogo Entre Consciente e...

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Facultad de Medicina- Escuela de Psicología Magister en Psicología Clínica Junguiana Estructura y Dinámica de la Psique Docente: Ps. Felipe Banderas G. Acercándonos al Símbolo de la Obra plástica como resultado del diálogo entre consciente e inconsciente _____________________________________________________________ ___

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Los símbolos emergen desde el inconsciente y se manifiestan a través del consciente a través del consciente para entregarnos un mensaje y con este producir una transformación. Vienen cargados de energía para así poder producir el movimiento de la energía psíquica de cada ser humano.

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Facultad de Medicina- Escuela de PsicologíaMagister en Psicología Clínica JunguianaEstructura y Dinámica de la PsiqueDocente: Ps. Felipe Banderas G.

Acercándonos al Símbolo de la Obra plástica como resultado del diálogo entre consciente e inconsciente

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Magdalena Illanes ZubietaJunio 2014

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INDICE

I. INTRODUCCIÓN 3

II. DESARROLLO 32.1 Símbolos 3

2.2 La obra plástica como símbolo 5

2.3 El proceso simbólico de y en la creación de la obra plástica 6

2.4 La función trascendente 8

2.5 Arteterapia desde una mirada analítica 10

III. CONCLUSIONES Y REFLEXIONES 12

IV. REFERENCIAS 15

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I. INTRODUCCIÓN

“El símbolo no es una alegoría ni un signo, sino la imagen de un contenido en su

mayor parte trascendente a la consciencia. Lo que todavía es preciso descubrir, es que

esos contenidos son reales, es decir, agentes con los cuales no sólo es posible,

sino incluso necesario entenderse.”(Jung)

Los símbolos emergen desde el inconsciente y se manifiestan a través del consciente a través del consciente para entregarnos un mensaje y con este producir una transformación. Vienen cargados de energía para así poder producir el movimiento de la energía psíquica de cada ser humano.

Su latido nos hace latir y ese latir redirecciona la energía y transforma la libido de un nivel a otro mostrándonos el camino en el proceso de individuación.

Encontramos diferentes manifestaciones de símbolos. En este trabajo estudiaremos primero lo que es un símbolo, su origen, su objetivo y su manifestación. Luego nos remitiremos a la obra plástica como símbolo, como esta obra tangible creada desde dentro y desde fuera, y que está afuera representa un símbolo en nuestras vidas. No sólo la obra ya realizada, sino que el proceso de creación de esta obra plástica, ya que esto también involucra un proceso simbólico, es por esto que continuaremos con este proceso simbólico de creación.

Entendemos que el símbolo se manifiesta desde el inconsciente y también como el tercero que nace de la unión de los opuestos como función trascendente, es por eso que continuaré con una presentación sobre esta función.

A continuación presentaré brevemente el arteterapia desde una mirada analítica, en donde el material inconsciente es expresado plásticamente a través de la consciencia y en donde esta creación se trabaja y dialoga mediada por un arteterapeuta siempre en conjunto con la participación activa de su creador. Esto nos ayuda y permite hacer consciente el inconsciente y así caminar en nuestro proceso de indiviaduación.

Para finalizar, luego de haber realizado el trabajo, presentaré algunas conclusiones y reflexiones que surgen a partir de lo expuesto.

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II. DESARROLLO2.1 Símbolos

“La poesía, como los símbolos, expresa lo que no se puede decir. Cuando los poetas despiertan, se hace de noche, aseveró W.S

Merwin.” (Ami Ronnberg)

Los símbolos son como entes vivos que laten y se mueven, llenos de significados siendo los grandes organizadores de la libido (energía psíquica) siendo capaces de actuar transformando y redireccionando la energía instintiva. Captan la energía psíquica para el mismo y le da forma a la manera en que se analiza y se transforma. Esta transformación y redirección se genera a través de él, “la máquina psicológica que transforma la energía”, (Jung, 1934, p. 47) el símbolo.

Cuando se invierte la energía física en una tarea, la energía psíquica se manifiesta fácilmente. La redistribución de esta energía psíquica impide la unilateralización de la consciencia por lo que es importante para el equilibrio de la psique, un sistema que se autorregula.

“Jung ha denominado también al símbolo “equilibrador de la libido”, porque transforma energía y entiende por tal representaciones que son adecuadas para expresar un equivalente de la libido y así facilitárnosla en otra forma que la originaria”. (Jacobi, 1976, p. 145)

Los símbolos son producidos por el inconsciente, el cual puede proyectar lo que ocurre en nuestro cuerpo por medio de la revelación o intuición, poseen carácter de expresión e impresión ya que expresan lo ocurrido en la psique y luego dan sentido e impresionan este accidente intrapsíquico haciendo mover la energía. Un símbolo proviene del inconsciente y debe entrar a la consciencia. Es por eso, que cuando un símbolo emerge conecta consciente con inconsciente expresando algo desconocido que no se puede expresar ni decir de mejor forma que mediante un símbolo. El que este sea o no un símbolo dependerá en primer lugar de la actitud de la consciencia del observador que lo contempla.

“Una concepción que explique la expresión simbólica como la mejor formulación posible, y por tanto, como la formulación más clara y característica que por el momento puede hacerse de una cosa relativamente desconocida es una concepción simbólica.” (Jung, 2008, p.554)

Un símbolo se mantiene vivo mientras sea la mejor expresión posible de lo que aún no se sabe, de lo que aún no se puede expresar, pero que se siente y se presiente. Éste tiene un efecto que mueve, favorece y genera vida. El símbolo, por lo tanto, mueve, significa y transforma. “Tal suposición es posible sin más en todos los sitios donde haya una consciencia cuya actitud se oriente hacia ulteriores posibilidades de significado de las cosas.” (Jung, 2008, p. 555-556)

Cuando el símbolo cumple su objetivo de “transformar la libido, de un nivel a otro, señalando el camino para futuros desarrollos” (Young- Eisendrath & Dawson, 1999, p. 119) late y vive.

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(…) la energía es transferida a un nuevo objeto, generando así un nuevo dinamismo que sólo sigue siendo mágico mientras no rinda un trabajo efectivo. La ventaja que se obtiene de la ceremonia mágica es que el objeto recién investido adquiere la posibilidad de influir de manera determinante, de tal modo que ese espíritu, al cabo de un tiempo, se impregna de él y le dedica su atención. (Jung, 1934, p. 48)

Es así como el símbolo nos transforma permitiendo el paso de un estado a otro, uniendo así consciente e inconsciente y pudiendo así avanzar en el camino de individuación.

El símbolo es siempre un producto de naturaleza sumamente compleja, pues se compone de los datos de todas las funciones psíquicas. A consecuencia de eso no es ni de naturaleza racional ni de naturaleza irracional. Tiene, ciertamente, un lado que es accesible a la razón, pero también un lado que es inaccesible a la razón, por cuanto está compuesto no sólo de datos de naturaleza racional, sino también de los datos irracionales de la pura percepción interna y externa. (p. 559 Tipos psicológicos)

Una vez que el símbolo ha cumplido su objetivo realizando su función de expresar algo que no se puede decir mejor que con él y se entiende, pierde su fuerza y ya no late; y por lo tanto muere.

2.2 La obra plástica como símbolo

“Cuando el alma quiere experimentar algo lanza una imagen frente a sí y después entra en ella.” (Meister Eckhart)

Jung (2001) ve el sueño lo ve como una vivificación del inconsciente, me imagino que lo mismo sucede con la imagen creada, la obra plástica.

La imagen como símbolo late, se expresa, se mueve y habla, provoca emociones. Encontramos vida dentro de la imagen, vida en la imagen y vida de la imagen. Me atrevo a decir que es un representante de la energía vital. Expresa lo que no se puede expresar con palabras, lo que no se puede verbalizar, lo que no se puede transmitir mediante otra forma que no sea una imagen.

“Las imágenes de la fantasía son a la vez la materia prima y el producto acabado de la psique, y constituyen una privilegiada vía de acceso al conocimiento del alma” (Hillman, 1999, p. 40)

Las imágenes que vienen del inconsciente representan material primitivo y no desarrollado aún. La imagen simbólica no es ni solo arquetípica ni solo personal, sino que proviene de los puentes de los diferentes niveles de la psique. Estas imágenes expresadas en obras plásticas son, por lo tanto, mensajes directos del inconsciente transportando una enorme información psíquica que determina donde uno se encuentra en el momento en que las realiza.

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Dado que nuestra materia psíquica es imágenes, hacer imágenes es una via regia, un camino real para hacer alma. La creación de materia anímica exige soñar, fantasear, imaginar. Vivir psicológicamente equivale a imaginar cosas; estar en contacto con el alma, significa vivir en contacto sensual con la fantasía de todas las realidades y la realidad básica de la fantasía. (Hillman, 1999, p. 93)

La obra tiene vida propia, siendo a la vez una extensión del ser humano que la crea. Nos permite experimentarla, es concreta por lo tanto es visible, se puede tocar, si queremos se puede oler, se puede probar, se puede compartir y se puede sentir. Esta obra también nos habla, pero desde el lenguaje del alma.

Según Furth (2005) hay 3 señales que debemos aceptar para comprender el lenguaje de la obra plástica: 1.- El inconsciente existe y las obras plásticas vienen de ahí. De acuerdo con esto se deben tener presentes los actos “fallidos” que se deben a ansiedades y temores reprimidos. 2.- Se debe aceptar el dibujo como un método válido (que quiere decir, que representa lo que quiere mostrar), de comunicación con el inconsciente, que transmite sus significados en términos fiables. 3.- Hay un vínculo inherente entre la mente y el cuerpo, la psique y el soma a través el cual se comunican y colaboran entre sí.

Vemos entonces, cómo una obra plástica espontánea, así como las propuestas, reflejan contenidos que provienen de inconsciente. La obra plástica creada incorpora pensamientos y sentimientos, media entre consciente e inconsciente siendo un puente entre el mundo interior y el mundo exterior incluyendo en ella aspectos del pasado, presente y futuro de la persona que la crea. Ésta expresa lo inexpresable con palabras y no puede esconder lo que muchas veces las palabras ocultan con la expresión verbal.

Toda obra plástica invierte la energía física en su creación y al invertir energía física, la energía psíquica se manifiesta más fácilmente. La obra plástica “tiene un efecto catártico y la catarsis permite que el símbolo ponga en movimiento la energía psíquica interna e inicie el proceso curativo.” (Furth, 2005, p.42)

“El análisis sistemático de dibujos, que es muy similar al análisis de sueños, puede ayudarnos a comprender mejor esos mensajes del inconsciente y a estar más conscientes de ellos”. (Furth, 2005, p.45) Uno debe preguntarse qué significan ciertos símbolos, tanto los que están y como los que faltan.

El significado de la imagen es revelado cuando aceptamos esta imagen en la cual exteriorizada mediante síntomas o una creación. Es importante trabajar con esta imagen mediante diálogos, imaginación activa, etc.

A través de la imagen podemos evocar aspectos desconocidos de la psique y traerlos al consciente para entenderlos y sanar. Para que la sanación ocurra debemos entenderlos en la realidad en que estamos viviendo.

2.3 El proceso simbólico de y en la creación de la obra plástica

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“Muchas veces las manos son capaces de descifrar un enigma que la inteligencia no ha sabido resolver.” (Jung)

El proceso simbólico afecta a la totalidad de la psique estando comprometidas todas sus funciones: sentimiento, pensamiento, sensación e intuición logrando unir así los aspectos contrarios.

El símbolo proviene desde el inconsciente. Según Edwads (2001) la manifestación del inconsciente se da progresivamente (1) desde la emoción, (2) para luego expresar una emoción específica, (3) representada en imagen y (4) finalmente en palabras que explican la imagen, necesarias para que la consciencia entienda el mensaje.

El símbolo cumple una función de compensatorio o complementario. El inconsciente, autónomo, complementa o compensa a la consciencia buscando siempre un equilibrio. Cuando los contenidos del inconsciente coinciden con el consciente decimos que éstos se complementan estando en armonía. La compensación es una oposición al mundo consciente y produce un equilibrio en la psique.

Como dicho anteriormente, un símbolo es aquello que no puede explicarse con palabras. Esta tensión entre saber y no saber, entre consciente e inconsciente, cargado de energía psíquica. El símbolo compensatorio quiere señalar algo del inconsciente para que así se produzca un cambio en lo consciente ejerciendo una influencia curativa, esforzándose para alcanzar equilibrio y plenitud.

En la medida en que lograba traducir mis emociones en imágenes, es decir, hallar aquellas imágenes que se ocultaban tras las emociones, sentía la tranquilidad interna. Si me hubiera abandonado por completo a mis emociones, lo más probable es que hubiera sido destrozado por las actividades del inconsciente. Quizás los hubiera podido separar, pero entonces hubiera caído irremisiblemente en una neurosis y finalmente sus contenidos me hubieran destruido. Mi experimento me afirmó en la convicción de lo valioso que es, desde el punto de vista terapéutico, hacer conscientes las imágenes que se hallan detrás de las emociones. (Jung, 2001, p.212)

Durante el proceso creativo, de la creación de la obra hay un diálogo entre consciente e inconsciente, entre mundo externo y mundo interno. En el proceso creo desde fuera, pero también desde dentro, vemos como la totalidad de la psique trabaja en el proceso de crear. De este diálogo, de unión y a veces tensión, nace la imagen, la obra creada, un tercero, el símbolo.

El símbolo, la obra creada, libera energía psíquica inconsciente produciéndose una transformación. Debemos tomar consciencia del símbolo y dedicarle tiempo para que así invierta el flujo de energía.

¿Qué hacer entonces con la energía liberada, con el símbolo creado?Según Jung (1934) hay dos tendencias diferentes: una orientada a la creación y la otra a la comprensión. Cuando tiene más valor el “principio creativo los materiales obtenidos son

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trasformados, ampliados y sometidos a una especie de condensación de los motivos en símbolos más o menos estereotipados, que estimulan la imaginación creativa y que principalmente actúan como motivos estéticos”. (Jung, 1934, p. 88). Por otra parte cuando tiene más valor el “principio de la comprensión, el aspecto estético interesa relativamente poco (…), sin embargo, se establece una relación muy estrecha con el significado del producto inconsciente.” (Jung, 1934, p. 88). Ambas tendencias corren el peligro de la sobrevaloración, el principio creativo de lo estético y el principio de comprensión del análisis.

Es necesario un diálogo entre las dos, entre el principio de creación en donde encontramos el sentido y el principio de comprensión donde encontramos el significado. Es así como estas dos se equilibran.

El proceso de curación involucra el proceso de creación de la obra y luego la activación del símbolo. Ambos dos otorgándoles sentido y significación

Para Harding (1961) “Al parecer se deben cumplir cuatro condiciones para que un símbolo reconciliador o redentor sea realmente eficaz. Ante todo, el individuo tiene que considerar que su necesidad es muy importante; en segundo lugar tiene que haber tratado por todos los medios de que dispone de solucionar conscientemente su dilema; en tercer lugar, el mismo símbolo tiene que expresar el proceso vital del inconsciente, que es propio del individuo en particular; y , por último, debe comprender el significado del símbolo que se le presenta, no sólo racionalmente sino también con su corazón, y debe actuar de acuerdo con sus enseñanzas. (Furth, 2005 p.41)

2.4 La función trascendente

“Cada criatura, al nacer, nos trae el mensaje de que Dios todavía no pierde la esperanza en los hombres.”

(Rabindranath Tagore)

Para desarrollar el tema de la función trascendente me remitiré exclusivamente a Jung (1934) que es el que la plantea.1 La función transcendente deriva de la unión de contenidos conscientes con contenidos inconscientes. Lo inconsciente se comporta respecto a la consciencia de manera compensatoria o complementaria, también al revés, la consciencia se comporta de manera complementaria respecto a lo inconsciente.

Esto se debe a: 1- los contenidos de lo inconsciente poseen un valor de umbral, de tal manera que todos los elementos demasiado débiles se quedan en lo inconsciente; 2- la consciencia, en virtud de sus funciones direccionales, ejerce una inhibición

1 Sólo rescataré lo que me parece nos atañe al desarrollo de este trabajo, sin querer desmerecer en absoluto lo que ha quedado fuera.

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sobre cualquier material incompatibles por lo que este material incompatible queda a merced de lo inconsciente; 3- la consciencia constituye el proceso de adaptación momentánea, mientras que lo inconsciente abarca todo el material olvidado del pasado individual, así como todas las huellas de las funciones estructurales dejadas por el espíritu humano en general; y 4- lo inconsciente abarca todas las combinaciones de las fantasías que todavía no se han vuelto supra liminales y que, con el paso del tiempo, dadas las circunstancias adecuadas, saldrán a la luz de la consciencia.” (Jung, 1934, p.72)

En el neurótico el consciente y el inconsciente se encuentran más separados, en el “normal” la pared divisoria entre consciente e inconsciente es más permeable y el psicótico está muy influido por lo inconsciente directamente. (Jung, 1934, p.72) Los que tienen dotes creativas sacan provecho de la permeabilidad de su pared divisoria entre consciente e inconsciente. Cuando la unilateralidad hacia lo consciente es excesiva aumenta la tensión de los opuestos acusando la máxima tensión energética saltando el inconsciente y descargando así un contenido inconsciente hacia la consciencia.

“En la práctica será el médico adecuadamente preparado quien transmita la función trascendente” (Jung, 1934, p. 77) resultando ésta como un producto del análisis. “Mediante el tratamiento constructivo de lo inconsciente, es decir, preguntándose por el sentido y por la finalidad, se ponen los cimientos para la comprensión de ese proceso que denomino función transcendente.” (Jung, 1934, p.78) Pero ésta también puede desarrollarse espontáneamente como un proceso natural, dependiendo del desarrollo del ser humano individualmente.

“Para utilizar la función transcendente necesitamos los datos de lo inconsciente.” (Jung, 1934, p.80) Las fantasías espontáneas, son mejores que los sueños para que emerja el inconsciente. Para lograrlo, primero necesitamos una suspensión de la atención crítica para provocar un vacío en la consciencia que favorece la aparición de las fantasías listas para emerger.

Para ampliar los contenidos conscientes necesitamos los inconscientes. Si la actitud consciente sólo estuviera escasamente “dirigida”. Lo inconsciente podría abrirse paso por sus propios medios… (…) Lo que se busca es despertar a la consciencia los contenidos inconscientes que estén en vías de influir en nuestra conducta; de este modo, lo que se evita es precisamente la secreta intromisión de lo inconsciente y sus desagradables consecuencias. (Jung, 1934, p.82)

El no contar con una producción espontánea de fantasías deriva generalmente de un estado de ánimo deprimido o algún otro tipo de alteración. Para recuperar esa energía es necesario entrar en este estado de ánimo y fijar las fantasías y demás asociaciones. (p. 85) En este dejar llevar la imaginación aparecen los contenidos y tendencias de lo inconsciente, incluidos en la turbación adquiriendo expresividad y al mismo tiempo volviéndose comprensible. (Jung, 1934, p.86)

El trastorno afectivo también puede dilucidarse de otra manera, no ya intelectualmente, pero sí al menos gráficamente. Los pacientes que estén dotados

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para la pintura o el dibujo pueden expresar el afecto mediante una imagen. No se trata de realizar una representación técnica o estéticamente satisfactoria, sino de dejar volar la imaginación y hacer lo que buenamente se pueda. En principio, este procedimiento coincide con el anteriormente descrito. También en este caso se crea un producto de influencia inconsciente y consciente que encarna el esfuerzo de lo inconsciente por salir a la luz y, simultáneamente, la aspiración de la conciencia a la substancia. (Jung, 1934, p.86)

Algunos de los métodos que usamos para acercarnos al inconsciente según nuestra personalidad. Los que son más visuales concentran sus expectativas en una imagen interna que debe ser examinada y fijada por escrito. Los acústicos- lingüísticos suelen oír palabras en su interior lo que deben ser examinadas y fijadas por escrito. Hay otras personas que con las manos pueden expresar contenidos inconscientes a través de materiales plásticos. Están también los que se manifiestan a través del movimiento. También los que se expresan mediante escritura automática. Los materiales acumulados por los diferentes métodos siguen dos tendencias (revisadas anteriormente), una orientada a la creación y otra a la comprensión.

“Los primeros pasos de las dos vías obedecen al mismo principio: la consciencia presta sus medios de expresión al contenido inconsciente; más no debe dar la consciencia, para que los contenidos inconscientes no se desvíen en la dirección de la consciencia”. (Jung, 1934, p.89)

Los contenidos inconscientes suelen presentarse como muy débiles para traspasar el umbral de la consciencia o incompatibles y quedan excluidos. Sólo una pequeña parte tiene un valor colectivo o valor individual. Muchas veces tiene uno de los dos, por lo tanto el otro queda fuera. Esto se manifiesta a través de la acentuación afectiva (valor afectivo).

Únicamente se puede dejar la dirección a cargo de lo inconsciente si en él está viva la voluntad de dirección esto, sin embargo, solamente ocurre cuando la conciencia se halla en alguna situación de apuro. Si se consigue proporcionar una forma creativa al contenido inconsciente y entender el sentido de lo creado se plantea entonces la cuestión de cómo se comporta el yo con respecto a esta situación. Así da comienzo la relación entre el yo y lo inconsciente. Ésta es la segunda y la más importante- parte del procedimiento, la aproximación de los opuestos, así como el origen y el inicio de una tercera parte: la función transcendente. En esta tercera etapa, la dirección ya no está en manos de lo inconsciente sino del yo. (Jung, 1934, p.91)

La fluctuación de argumentos y afectos es lo que constituye la función transcendente de los opuestos. La confrontación de las posiciones supone una tensión cargada de energía que engendra algo vivo, una tercera cosa, que no nace como algo muerto, conforme a la lógica del principio tertium non datur, sino que es un movimiento progresivo que emana de la suspensión de los opuestos, un nacimiento vivo que da lugar a una nueva etapa del ser, a una nueva situación. La función transcendente se revela como un atributo de los opuestos que se han aproximado entre sí. (Jung, 1934, p.93)

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2.5 Arteterapia desde una mirada analítica

El arteterapia permite la expresión directa de sueños y fantasías, siendo la obra plástica una proyección del material inconsciente. Se basa en el conocimiento de que el ser humano, tenga o no una formación artística, conserva una capacidad latente para proyectar sus conflictos interiores de una forma visual, reconociendo que los sentimientos y pensamientos más esenciales, derivados del inconsciente, alcanzan expresión a través de imágenes y no de palabras.

El arteterapia se ha ido desarrollando, desde el concepto, que las imágenes de arte producidas nos pueden ayudar a entender quiénes somos, expresando sentimientos e ideas que las palabras no pueden y así mejorar la vida a través de la libre expresión.

Considerada una terapia dinámica, la cual requiere que uno mismo participe en su propio tratamiento a través de la creación artística, el arteterapia te pide explorar tus vivencias internas, tus sentimientos, pensamientos, percepciones e imaginaciones. El énfasis principal está puesto en desarrollar y expresar en imágenes, lo que viene desde dentro de la persona, más que lo que ve en el mundo externo; una diálogo entre consciente e inconsciente.

La psicología analítica está pensada desde opuestos complementarios, en una dinámica de compensación que buscar autorregular. Si una parte de la psique pesa mucho, la otra compensa. Jung postula a una psicología capaz de demostrar la realidad del alma en el camino del proceso de individuación y así llegar a ser lo que uno es, en ese encuentro con la totalidad y ese encuentro con el Sí mismo plena realización.

La visión de Jung del ser humano es bidemensional, en donde se observa al ser humano y a su arquetipo. Su modelo antropológico es evolutivo- vitalista, la energía psíquica es vital y evoluciona. Energético- finalista, que mueve al ser humano, la persona forma un sistema energético de carácter autorregulador y de carácter finalista. Ésta energía es capaz de ilimitadas transformaciones simbólicas. Dual- inmanentista, centrada en la figura materna, donde el proceso de individuación se lleva dentro del propio sujeto, dentro de sí mismo.

El mismo Jung trabajaba con materiales de artes, muchas de sus vivencias son relatadas en su autobiografía “Recuerdos, sueños y pensamientos”, en ella nos relata cómo el proceso de crear le permitía sentir tranquilidad, de lo contrario hubiese sido destruido por los contenidos de sus emociones. Animaba a sus pacientes a trabajar con el pincel, el lápiz o la pluma. “La configuración material de la imagen obliga a observarla con detenimiento en todas su partes, gracias a lo cual la imagen puede desplegar por completo su efecto.” (Jung, 2002, p. 53)

Según Edwards (2001), Jung anticipa sus ideas sobre el uso de imágenes que la mayoría de los arteterapeutas suscribirá con el correr de los años. Según Naumburg (Hammer, 2011, p. 313), la terapia artística de orientación analítica pretende liberar el inconsciente mediante imágenes espontáneas proyectadas en expresiones gráficas y plásticas.

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Es importante destacar que la participación activa y creciente del paciente es necesaria en el proceso terapéutico. Edwards (2001) señala que Jung estaba centrado en el paciente, en sus métodos, y enseñó que las interpretaciones exitosas de imágenes sólo se pueden hacer a través del entendimiento mutuo y la comprensión entre paciente y terapeuta. Es por esto que la creación del vínculo es fundamental en la terapia ya que la relación que se da entre las dos partes es absolutamente necesaria para que exista un proceso terapéutico. Según Recuero (2007) la función del terapeuta es la de un compañero de viaje que va con el paciente a recorrer parte de su camino de individuación. “En su papel de intermediario y mediador entre el inconsciente y la consciencia del cliente, el terapeuta le ayudará a encontrar símbolos que transformen e integren su personalidad de una manera saludable” (Recuero, 2007, p. 170). En esta experiencia el paciente y terapeuta comparten el mundo interno del paciente, comprendiendo entre ambos esto inexpresable.

La relación terapéutica se complica y simplifica a la vez por la presencia de la obra plástica creada. Se simplifica ya que ésta no depende sólo de confrontación y los problemas de transferencia, sino que también a través de la obra que también es un contenedor. Para Edwards (2001), en esta relación triangular la obra es un mediador entre el paciente y el terapeuta. La alianza terapéutica se complica por factores que surgen en la mente del/la paciente y del/la terapeuta que nacen de la unión de arte y psicoterapia.

La imagen simbólica es la mejor explicación que el inconsciente no miente, la imagen revela el significado. “Se fomenta la relación entre la imagen y su creador, al estimular activamente la indagación imaginativa y el diálogo, la esencia de la imaginación activa” (Edwards, 2001, p. 84).

III. CONCLUSIONES Y REFLEXIONES

Siento que vivimos en un mundo rodeado e inmerso de símbolos. Como sociedad podemos encontrar varios que nos acompañan y nos hablan de manera colectiva, con esto quiero decir que nos hablan como grupos de personas. Otros lo hacen de manera individual, como ser humano de manera diferenciada. Con este manifestarse me refiero a que nos hablan, se hacen notar, nos llaman y nos mueven. Con esta energía, emergen llenos de significados, nos transforman produciendo un cambio en nosotros y haciéndose notar, llamándonos y moviéndonos. Puedo decir que esta es su función, la transformación. Es ahí donde actúan, haciéndose notar. Si es que pasaran desapercibidos no serían ellos, esa es su esencia, hacer presentes y transformar la energía psíquica. Como digo, si no se hicieran notar, no serían ellos o simplemente quiere decir que han muertos, pasando quizás a ser un simple recuerdo.

Pero, así como han pasado ellos, seguramente emergerán otros, junto con nuestro camino de la vida, acompañándonos en el proceso de individuación de cada ser humano.

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Podemos encontrar diferentes tipos de símbolos, encontramos algunos en los sueños, otros en las fantasías, en las obras de artes, en las imágenes, etc. Aquí hemos tratado el símbolo que emerge a través y en la creación plástica.

Me parece que el mayor análisis ha sido hecho en cuanto a lo onírico, en cómo estos símbolos se manifiestan a través del inconsciente mediante los sueños.

Creo que aún queda mucho estudio e investigaciones que realizar al símbolo que emerge de la creación de una obra plástica. Siento que aún se tiene mucho que decir y que investigar del mismo símbolo plástico y también del proceso en la realización de éste.

El símbolo se manifiesta a través de inconsciente, pero pasa por el consciente, no tan sólo una vez manifestado sino que en el camino de este emerger. Cuando emerge y cuando se crea involucra a toda la psique, es por eso que el consciente está presente. Creo que se necesita al consciente y al inconsciente para la emergencia de este. Pienso que ambos trabajan para que este emerja siendo necesarios ambos, sin el uno o sin el otro (consciente o inconsciente) este no podría manifestarse ni emerger.

Dentro del proceso creativo utilizamos nuestras manos, o nuestros pies o parte de nuestro cuerpo conscientemente al movernos para que pueda nacer el símbolo de la obra plástica desde el inconsciente. Es ahí donde se produce un diálogo entre ellos, una “conversación profunda e íntima” (que pienso que es más que eso, quizás tampoco exista la palabra que exprese esto) entre ambos, el mundo externo y el mundo interno. Nace entonces la obra plástica a través del consciente, a través de nuestro cuerpo por medio de los materiales que utilizamos. Esta es expresada al exterior, esta obra en la cual las palabras no alcanzan para expresarla, en donde el lenguaje es otro.

En este proceso, como dicho anteriormente, es necesaria la consciencia para que el inconsciente pueda manifestarse, para poder poner la imagen fuera y comenzar entonces un nuevo diálogo. El diálogo no ha terminado aún, teniendo la obra fuera donde la puedo observar y tocar conscientemente comienza otro diálogo. ¿Por qué se ha manifestado este símbolo? ¿Cuál es el motivo de su emergencia?

Emergencia de emerger, como algo que nace y emergencia de premura, de la necesidad. Y es que el símbolo tiene mucho que decir y que hacer. Ya ha empezado el movimiento y la transformación con el manifestarse, ahora desde fuera seguirá hablando, y es que éste está lleno de vida.

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Ha aparecido entonces ya que el inconsciente quiere manifestarse, es una de las causas del emerger de un símbolo. Otras de sus causas es como el tercero y resultado de la función trascendente. Me pregunto ¿por qué no siempre será un tercero cómo resultado de la función trascendente?

Me parece que podría ser siempre una manifestación del inconsciente y a la vez el tercero que nace de la función trascendente en donde consciente e inconsciente se aproximan y confrontan. ¿Por qué pienso esto? o ¿por qué me atrevo a realizar esta hipótesis? La función trascendente se manifiesta como un atributo de los opuestos que se han aproximado entre sí, esta tensión de opuestos entre consciente e inconsciente. ¿No hay acaso una cierta tensión entre consciente e inconsciente cuando éstos entran en diálogo?

Sabemos que lo inconsciente se comporta respecto a la consciencia de manera compensatoria o complementaria y quizás cuando se da la complementaria se pensará que no hay tensión. Pero creo que cuando dialogan consciente e inconsciente, dos opuestos entre sí hay tensión y direccionalidad, cada uno respecto a lo suyo.

Por otra parte, cuando emerge un símbolo a través de la creación plástica están presentes e involucradas las cuatros funciones: pensamiento, sentimiento, intuición y sensación. ¿No son estas funciones en sus pares opuestas entre sí? ¿Lo opuesto acaso no produce tensión2?

Éstas son solo preguntas, dudas o pensamientos que me han surgido al realizar este trabajo, siento que aún hay mucho que investigar.

Siguiendo con la obra plástica como símbolo que ha emergido de este diálogo y de esta creación, sigue el proceso. Vimos brevemente como se trabaja en arteterapia desde el enfoque junguiano. Como mencionaba anteriormente creo que también aún hay mucho que investigar y trabajar en este campo.

Entonces el símbolo como obra plástica comienza un diálogo con su creador, la manifestación del porque ha emergido. Un diálogo nuevamente entre consciente e inconsciente, desde el afecto con el intelecto, desde el mundo externo y el mundo interno. En arteterapia, mediado y guiado por el arteterapeuta y con su creador que se involucra en su proceso. El creador ya ha estado participando en la creación de su obra, ahora en por qué ésta ha emergido y está afuera presente. Este símbolo entonces se trabaja, se sigue trabajando y moviendo así la energía vital, esta energía psíquica.

Una vez que el símbolo ya ha hecho lo que viene a hacer, entonces deja de moverse, deja de latir. Es ahí cuando muere, cuando pasa y ya deja de existir, pasando a dejar de ser símbolo y quizás solo un recuerdo.

2 Estado de un cuerpo sometido a la acción de fuerzas que lo estiran

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IV. REFERENCIAS

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