Crea una cuadrcula de dos por dos en una hoja de papel o en tu computadora utilizando un procesador de textos u hoja de clculo. 2 Haz una lista de lo que consideras como tus fortalezas en el cuadrante superior izquierdo. Presta particular atencin a las ventajas que posees y que los que te rodean no las tienen, tales como premios, formacin, certificados, valores o tus recursos personales. Asegrate de que las fortalezas que pusiste en la lista te distinguen de los que te rodean en lugar de simplemente duplicar las que tus compaeros tienen. Tener un grado avanzado en derecho mercantil puede ser una fortaleza cuando trabajas en una corporacin, pero es ms necesario si eres un abogado en una firma legal de gran tamao.

Pasa a la parte superior derecha en el cuadrado dentro de la cuadrcula y haz una lista de tus debilidades. Debes ser brutalmente honesto e incluir cmo te percibes a ti mismo, as como la manera que otros te perciben, recabando la opinin de otros cuando sea necesario. La lista de debilidades debe incluir aquellas caractersticas que pueden afectar negativamente tu carrera profesional, tales como malos hbitos de trabajo o la falta de conocimientos de gestin, educacin o experiencia. Lynne Snead, especialista en desarrollo profesional recomienda que slo se agreguen a la lista las debilidades pertinentes. El temor de hablar en pblico, por ejemplo, no puede ser relevante si tu trabajo no requiere que lideres reuniones, presentaciones o discursos en frente de una multitud. 4 Haz un detalle de las oportunidades futuras en el cuadrante inferior izquierdo de la cuadrcula. Monster.com define las oportunidades como "los acontecimientos externos incontrolables que puedes posiblemente aprovechar." Las oportunidades pueden incluir un prximo evento profesional que te dar tiempo con los empleadores potenciales, una vacante surgiendo en tu departamento para el que t posees las calificaciones a favor o la adopcin de nuevas tecnologas de la organizacin en las que que ya eres versado. Coteja lo que has enumerado como tus fortalezas con las oportunidades en detalle para garantizar que existe una correlacin clara. Si existe una oportunidad de trabajo prximo en el departamento de tecnologa de la informacin, pero los conocimientos en esa esfera no son una de tus fortalezas, no deberas listarla como una oportunidad. 5 Define las amenazas percibidas en la parte inferior derecha de la cuadrcula. Las amenazas son los acontecimientos externos que pueden tener un impacto negativo en ti profesionalmente, en particular los que estn fuera de tu control. Tu lista puede incluir una reestructuracin o reduccin del tamao de tu empresa, una menor demanda de las competencias clave que posees o un jefe o compaeros de trabajo problemticos. 6 Lista tus metas profesionales en una hoja aparte, separando las metas a corto plazo de aquellas que quieres lograr a largo plazo. Las metas a corto plazo pueden incluir obtener un ascenso o promocin o cambiar de trabajo, mientras que metas a largo plazo podran incluir un cambio importante de la carrera. 7 Compara lo que has escrito en las cuatro casillas en relacin con tus metas profesionales e identifica cualquier carencia y las medidas especficas que puedes tomar para alcanzar tus metas. Si deseas pasar a un nuevo cargo en la empresa, pero tus programas de anlisis FODA te indican que no tienes el conocimiento ni la experiencia para ese puesto, es una clara diferencia que se puede cerrar mediante la aplicacin de la capacitacin necesaria. Nota los elementos que has enumerado como amenazas y asegrate de que tienes un plan establecido para mitigar cualquier riesgo para tu carrera. Si la economa est mostrando seales de desaceleracin y te encuentras en una posicin menor en tu departamento, por ejemplo, el plan de mitigacin de riesgos, podra incluir la actualizacin de tu trabajo relacionado con la educacin y el inicio de forma activa la una red para mejorar tus posibilidades de encontrar un nuevo empleo si te despiden de tu centro de labores.

FODA se escribe con F, no con J. Nos referimos, por si acaso, al instrumento-sntesis que organiza los elementos del diagnstico de planificacin en dos categoras externas: las Oportunidades (O) y las Amenazas (A) en correspondencia con otras dos internas: las Fortalezas (F) y las Debilidades (D). Estos cuatro elementos se combinan de a dos (siempre una interna con otra externa) para definir la orientacin de las estrategias como ofensivas o defensivas.

En las campaas electorales se habla de Fortalezas (F) cuando los partidos y frentes polticos tienen programa slido, candidatos idneos, militancia activa y masiva, estructura partidaria organizada, recursos suficientes. Lo contrario sealar las Debilidades (D) aplicables a candidatos sin carisma, caudillismos, militancia reducida, ofertas irrealizables, escasez de recursos. Mientras que las Oportunidades (O) y las Amenazas (A) expresan, desde el contexto, funciones facilitadoras u obstaculizadoras.

Si el resultado de los diagnsticos entrega un cruce entre F (Fortalezas) y O (Oportunidades), las campaas se mueven en terreno propicio, igual que en el ftbol donde la combinacin ideal para jugar bonito, atacar y golear se da cuando el equipo es de primer nivel (F), y adems juega en su cancha y con una bulliciosa hinchada que lo apoya (O). Pero si la combinacin de elementos da un cruce entre F (Fortalezas) y A (Amenazas), es decir que se tiene buen equipo pero se juega en cancha del rival con un rbitro vendido, hay que tomar cuidados y aprovechar las individualidades para el contragolpe, al mismo tiempo que jugar al off side. En cambio si la combinacin es entre D (Debilidades) y O (Oportunidades), es decir que el equipo es malo pero tiene a favor el arbitraje, el pblico, el clima o la mala racha del contrario, se podra pensar en un buen resultado con un gol de penal para defenderlo a rajatabla. Pero si la combinacin es D (Debilidad) y A (Amenaza) entonces la F se vuelve J y no queda sino hacer del fair play poesa, jugar a matar, desarmar al rival y armar la tole-tole con el juego sucio.

No era mi propsito hablar de ftbol, pero sirve para entender los entretelones de la guerra sucia en la coyuntura electoral boliviana. Su aplicacin pone en evidencia un recurso de doble propsito por parte de partidos polticos con pocas oportunidades de triunfo: impedir y/u opacar, el posible triunfo en democracia de un lder indgena y de una organizacin poltica surgida como instrumento poltico de las organizaciones sociales.

La guerra sucia no es sino un proceso de regresin conceptual, metodolgica, tica y organizativa. Existe regresin conceptual, porque el marketing poltico, o proceso destinado a superar los desajustes entre programa poltico y demandas o deseos ciudadanos, se reduce a lo que se denomina marketing electoral, que consiste en la bsqueda desenfrenada de captacin de votos mediante el posicionamiento de candidatos, siglas y eslganes. En el caso boliviano esta regresin se evidencia en unas elecciones que no han sabido ponerse a la altura del desafo histrico de refundar el pas, como era la pretensin de los movimientos sociales y regionales.

En coherencia con esta limitacin conceptual, la regresin metodolgica est relacionada con el reduccionismo de un paradigma comunicacional ya limitado por su sentido unidireccional, el difusionista. Con la guerra sucia, este enfoque concentrado en la persuasin se vaca todava ms de consistencia, descartando o minimizando los elementos racionalistas o del conocimiento, para concentrarse en aspectos estrictamente actitudinales, en base a la activacin de las sensaciones o emotividades. Con este recurso se busca por una parte destruir o descalificar al polo contrario; y por otra parte se pretende distraer la atencin de los temas centrales para posicionar elementos relacionados con comportamientos o perfiles personales. Adems, en esta regresin la poltica, los partidos, los programas, los polticos y los electores son tratados como acontecimientos banales.

Por su parte, la regresin tica tiene que ver en realidad con su ausencia. El marketing poltico o el electoral realizados en los medios de comunicacin deberan asumir las reglas del juego del derecho a la informacin, que plantea el respeto de la vida privada como la intimidad, la honra y la dignidad; y el respeto de los cdigos sociales o colectivos como la seguridad nacional y la cohesin social. Obviamente, este andamiaje es intencionalmente ignorado en la guerra sucia, apoyndose en la naturalizacin utilitaria de una prctica que sabe lograr resultados efectivos.

Finalmente, la regresin organizativa expresa las permisividades de la libertad de empresa vigente de facto en un rgimen de organizacin con articulaciones entre propiedad de los medios de comunicacin, vinculaciones comerciales y pertenencias o afectos polticos. Estas formas de concentracin admiten intervenciones propietarias como la censura, la imposicin de criterios y el control de procedimientos o estilos. Adems, escudndose en la libertad de expresin legitiman prcticas polticas del todo vale y convierten a los medios de comunicacin en los campos de batalla privilegiados para la guerra sucia.

La construccin de discursos, otra FODA

Si el discurso es el soporte lingstico de la manifestacin material y espacio-temporal que tiene la produccin de sentidos combinando lengua o cdigos con habla e imagen o textos, el discurso electoral es la manifestacin hablada, visual, escrita y corporal de la estrategia electoral en la bsqueda de poder poltico. En un contexto signado por la guerra sucia, la construccin de discursos electorales se aferra a la concepcin, los mtodos y parmetros sensacionalistas, banalizando y espectacularizando la poltica.

Es sabido en el marketing poltico que la construccin del discurso resalta la exposicin de dos elementos: las formas de presentacin de la promesa electoral basada en el programa de gobierno y la relacin de este texto con el contexto histrico. En el marketing electoral estos elementos se minimizan y cobran sentido los relacionados con las trayectorias y actitudes personificadas en los lderes de los frentes polticos.

En las elecciones presidenciales y prefecturales bolivianas la guerra sucia est ocurriendo en un particular contexto que evidencia una polarizacin de preferencias entre una propuesta de derecha y otra de izquierda. La derecha, simbolizada en la agrupacin ciudadana Poder Democrtico y Social (PODEMOS) liderada por el conservador Jorge Tuto Quiroga, es en realidad un ncleo de inocultables coincidencias y complementariedades con el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), el partido de Goni Snchez de Lozada. En el otro extremo, la izquierda est representada en solitario por el Movimiento Al Socialismo (MAS), del lder indgena y cocalero Evo Morales.

Esta polarizacin, en un pas que en los cinco ltimos aos ha tenido 5 presidentes, desencadena procesos que no exponen una guerra de propuestas sino de insultos y acusaciones, mediante la descalificacin poltica, social y cultural. El ambiente en cada tienda electoral ha sido ganado por la entropa o el ensimismamiento en sus propios discursos, entendindose las cosas como cada uno las quiere entender. Adems, y como es propio de estos procesos, la euforia o credibilidad en que cada accin se recompensa en indecisos ganados, las campaas denotan una especie de ilusiones pticas tpicas de los procesos difusionistas basados en la saturacin y la descalificacin. Estas ilusiones pticas suelen expresarse en temas tan mnimos como la autoafirmacin de fuerzas por haber ocupado primero una plaza, o haber pintado los muros ms visibles de las ciudades, o por haber llenado de pancartas los postes de electricidad de las avenidas. Es tan subjetiva la incomunicacin, que en ese mismo nivel, de intolerancia, se juzga el arte de la poltica, y a ese nivel se pretende llevar las preferencias electorales.

Del anlisis de las formas como se construyen los discursos en el actual proceso electoral boliviano, encontramos que la guerra sucia se materializa en distintos niveles, densidades y profundidades. Existe una guerra sucia de alta intensidad, sostenida y permanente como la que est dando PODEMOS contra Evo Morales, y el MNR contra Samuel Doria Medina de la Unidad Nacional (UN) y contra el mismo Evo Morales. Se da tambin una guerra sucia oportunista o de baja intensidad, caracterizada por las acciones de la UN contra PODEMOS y el MAS aprovechando el contexto de confrontaciones producto de la polarizacin entre estos dos frentes. Un tercer tipo de guerra sucia se expresa en violencia fsica que ocurre en espacios pblicos entre partidarios del MAS y de PODEMOS. Y una cuarta forma de guerra sucia, meditica y sensacionalista, la producen algunos medios de comunicacin.

FODA con guerra sucia de alta intensidad

PODEMOS, el segundo en la intencin de voto, es el partido ms empeado en desatar una guerra sucia sostenida contra Evo Morales, el primero en las encuestas. En esta opcin, el lado de la campaa de PODEMOS dirigido a posicionar propuestas es irregular y discontinuo, salvo la presentacin de su asistencialista poltica social y de empleos temporales as como la lucha contra el narcotrfico, pero sin dejar en claro el pas que quiere construir. Por otra parte, su tratamiento del contexto es inmediatista, con un fuerte dejo de explicacin del pas en sus relaciones comerciales como mercado de oportunidades. El MNR ha sido ms constante en la exposicin terca de dos promesas: una el mantenimiento del bonosol, que consiste en la entrega de una vez por ao de un bono equivalente a $Us. 200,oo a las personas mayores de 65 aos; y otra la profundizacin y universalizacin del servicio materno infantil. Por conveniencia, puesto que su estrategia consiste en lavar su imagen partidista, su discurso ignora el contexto. En el discurso de don Tuto Quiroga se ha hecho norma la alusin a cuatro recursos lingsticos: la sincdoque como evasin, la hiprbole como exageracin, la antonomasia como adjetivacin, y la hiprbaton como confusin. Nos explicamos con ejemplos. Don Tuto no responde a lo que se le pregunta, pero toda palabra le sirve para atacar a don Evo Morales. Le preguntaron sobre los trnsfugas que acogi su agrupacin poltica, y despus de explicar que el 92% de sus candidatos parlamentarios son polticos nuevos afirm que el nico que trae listas de migrantes polticos es el MAS donde adems habran convictos. Le preguntaron sobre el TLC, y despus de advertir que el ATPDEA otorga empleo a ms de 70 mil familias, no dud en afirmar que esas fuentes de trabajo se cerrarn con el MAS por el predecible castigo (bloqueo?) estadounidense. Le preguntaron sobre la nacionalizacin de los hidrocarburos y respondi que don Evo promete pero que no se sabe de dnde sacar los recursos para indemnizar a las transnacionales. Cuando le preguntan sobre los muertos en su gobierno, su respuesta es que de los 7, 4 eran policas victimados por las huestes cocaleras de don Evo, y no suma a este balance los ms de 30 de su gestin como vicepresidente de Bnzer. Elude, da vueltas, confunde y no propone.

Pero los recursos ms evidentes de su guerra sucia son los relacionados con las adjetivaciones, asentndose en las seguridades de una confrontacin que alimenta con la polarizacin. Adems de declaraciones de prensa, conferencias y discursos, distintas piezas televisivas y radiales muestran una sucesin de eptetos dirigidos a Evo Morales. Empez queriendo sembrar miedo con el anuncio del desempleo y quiebra de los textileros. De manera frecuente se acude al origen cocalero y los males de un pas que busca despenalizar la coca para dice- narcotizar la economa. Con el pretexto de buscar debate es intensa la alusin a la incapacidad del indgena que apenas termin la secundaria. Luego aparecieron spots y cuas haciendo utilizacin de nios para mostrar la irresponsabilidad de Evo como padre y esposo, complementadas por otros que le demandan el pago de pensiones familiares. ltimamente la direccin de los ataques apunta a un Evo anti-patria que quiere eliminar la bandera boliviana que nos identifica y nos une.

En gran medida, la estrategia electoral de Tuto Quiroga ha vivido pendiente de las reacciones posibles de Evo. Y como no tuvo eco, encontr argumentos en los deslices de dirigentes del MAS menos preparados para soportar los avatares de la guerra sucia. As, con la imprudente advertencia del lder campesino y senador suplente Romn Loayza que afirm que Evo ser presidente por las buenas, o por las malas, PODEMOS crey encontrar el recurso que en las anteriores elecciones Evo tuvo con la injerencia del embajador estadounidense Rocha. Y ech lea al fuego, y acus contra el golpismo, y logr de parte del Poder Ejecutivo una investigacin sobre los aprestos de presuntos militares y policas pro-masistas.

La estrategia de Tuto est atenta al desarrollo de los acontecimientos, principalmente en la bsqueda de que las Amenazas (A) se transformen en Oportunidades (O), a partir del debilitamiento (D) de las Fortalezas (F) de su contrincante. Es obvio que sta es una tpica estrategia de quin se asume en situacin (D) / (A). Acaso por esto, afirmaciones iniciales contundentes de Tuto Quiroga se convierten ahora en medias verdades, como es el caso de su demanda por el respeto a la primera mayora en aras de la gobernabilidad. Hoy por hoy, esta verdad sirve slo si la primera mayora es PODEMOS.

La construccin de estas formas de discurso, tanto por el manejo del lenguaje como especialmente por las prcticas empleadas, hacen cada vez ms evidente la existencia de una articulacin complementaria entre las estrategias de PODEMOS y del MNR, al extremo que se podra afirmar que obedecen a una misma matriz conceptual.

FODA para guerras ms sucias todava

A diferencia de PODEMOS, el MNR no elude ni da vueltas a los temas, es ms directo. Su estrategia es clara en la bsqueda de dos objetivos. El primero, reivindicar su imagen deteriorada por los desatinos autoritarios de Gonzalo (Goni) Snchez de Lozada que hace apenas dos aos, en octubre de 2003, fue echado del gobierno despus de haber masacrado a ms de 70 ciudadanos. El segundo, posibilitar el triunfo de PODEMOS evitando la subida del MAS, que en su lectura equivaldra a la derrota de la economa de mercado y a la consolidacin de los movimientos sociales.

En pleno proceso electoral, el MNR ha logrado ya dos victorias, una en el mbito de su legitimidad y otra en el de su maniobrabilidad poltica. Los estrategas del MNR supieron elegir como candidato a presidente un desconocido Michiaki Nagatani que cumple un rol de detergente ms que de presidenciable. El MNR logra que a lo largo de la campaa no se le reclame por las muertes de febrero y octubre del 2003. Y no slo eso, sino que el Parlamento desautoriza el juicio de responsabilidades a Gonzalo Snchez de Lozada y, por si fuera poco, le est disputando el tercer lugar de la preferencia electoral a la UN de Samuel Doria Medina.

Comunicacionalmente, los mensajes subliminales del MNR saben cmo desmontar las virtudes que se resalta para s mismo Doria Medina: las de su capacidad gerencial y empresarial. Y lo hace con referencia al monopolio que Doria ejerce sobre la industria del cemento y la consecuente fijacin de precios no siempre accesibles para la poblacin. Adems, se introduce en las formas de produccin de las hamburguesas Burger King cuya franquicia le corresponde a Doria Medina, el mismo que importa papas fritas en un pas de donde la papa es originaria y en el que basan su economa campesinos del altiplano y de los valles interandinos. Entonces tanto por precios como por soberana, Doria Medina, el empresario, se puso en la mira del partido ms experimentado en guerra sucia, pero no por empresario sino porque sus votos los necesitan PODEMOS y el MNR.

Coincidiendo con PODEMOS, la guerra sucia desatada contra Evo Morales por el MNR tiene ramificaciones que emergen de una misma matriz conceptual en la construccin de discursos: la hiprbole como exageracin y la anttesis como confrontacin. Tan implacable es la aplicacin de estos elementos, que no se duda en invadir la vida privada, utilizar nios, desacreditar reivindicaciones legtimas de las mujeres y hacer alusin a la seguridad nacional. En una coincidencia metodolgica evidente, ambos partidos, cuando acuden a estos recursos, y en el intento por demostrar fortalezas mediatizan o terciarizan la fuente de sus mensajes en otros protagonistas, como por ejemplo los microempresarios, las mujeres abandonadas por sus maridos, u otros y otras.

Algunas piezas de comunicacin que obedecen a esta matriz son reflejos obscenos de la prostitucin de la poltica. Llama la atencin particularmente un spot sobre una mujer en un cuadro doliente de la mayor indigencia, que acusa a Evo Morales por abandono de sus hijos y sugiere que si no es responsable con su familia, menos lo va a ser con el pas. Complementando el cuadro, la autora del spot y la responsable de su pauteo o circulacin es la misma mujer. Varios elementos de esta pieza estn reidos con la tica: la utilizacin de nios, el montaje de personas que no son tales, la invasin interesada y falseada de la vida privada, y la desacreditacin de las luchas de las mujeres sujetas a violencia, con un spot que en el menor de los clculos tiene un costo de difusin semanal de 80 mil dlares, qu mujer en esa condicin puede hacerse cargo de estos costos?

Otra evidente coincidencia es la auto-referencialidad sobre las virtudes personales o colectivas. Michiaki Nagatani ocupa largos espacios en el testimonio de su propia vida y en la experiencia emprendedora de su colonia migrante japonesa. Tuto Quiroga no habla tanto de l mismo, pero si de las virtudes de su agrupacin como smbolo de progreso estabilidad seguridad mercado empleo salud futuro (no es problema de composicin gramatical la ausencia de comas, pasa que as habla don Tuto, sin pausas) a diferencia del MAS que sera regresin inestabilidad terrorismo narcotrfico bloqueos desempleo...

Pero ms all de las complementariedades en la campaa, se debe destacar la figuracin de una convergencia en el Parlamento, ocupando PODEMOS el segundo y el MNR el tercer lugar electoral con una importante composicin congresal que podra darles el nmero suficiente de votos para que Tuto Quiroga asuma la presidencia. Cobra sentido en este esquema el cambio de orientacin de la defensa acrrima de Tuto por el respeto a la primera mayora, que ahora queda claro que no es vlido si Evo Morales es el primero.

FODA para la guerra de baja intensidad

Don Evo Morales marcha primero en las encuestas y acta desde una relacin de Fortalezas (F) con Oportunidades (O), pero su estrategia no oculta la desesperacin futbolstica del equipo que hace hora esperando que suene el pitazo que d por finalizado el encuentro. El MAS no se entretiene jugando a ganador, est cuidando que sus defensas no le metan autogoles, por esto se arrincona en su esquina. Es arriesgada la estrategia del MAS refugiado en las masas, donde se fortalece, pero a cambio de dejar abierta la posibilidad de sumar ms y encontrar la tranquilidad para definir si le alcanzarn las fuerzas en la ltima semana pre-electoral no slo para mantener su diferencia, sino para ganar por goleada.

No parece tener lgica este anlisis, pero es as. A cualquier frente poltico le bastara ganar por un punto, o incluso empatar, y an perder por un escaso margen para saberse ganador. En cambio el MAS necesita ganar por una clara diferencia para legitimarse como una alternativa de gobierno. Cosas de una historia apilada de exclusiones.

La polarizacin poltica en realidad no lo es tanto por la confrontacin de propuestas, sino especialmente por la concepcin de las mismas y por las apropiaciones ciudadanas sobre sus sentidos. Dicho de otro modo, se sabe que PODEMOS y el MAS son diferentes, pero no se han debatido estas diferencias. Nadie intent siquiera tender puentes de encuentro, no hubiera sido posible hacerlo. Tuto Quiroga se ocupa de avivar las diferencias y un debate que no llega, y el MAS quisiera estar marchando sin hacer caso de lo que pasa a su alrededor en un ambiente ciudadano en el que est de moda ser del MAS. Entercado en el posicionamiento de su propuesta con desafos en el largo plazo y en la profundidad de los cambios estructurales, Evo permanece impvido, sin quererse confrontar con los sentidos inmediatos y cotidianos de las otras alternativas.

La promesa electoral del MAS ha mostrado en distintas facetas la base de su declogo presidencial, destacando el sentido nacionalizador de sus polticas, as como la inclusin de lgicas de sociedad socializadas en los sectores populares. Su referencia al contexto, en coherencia con la promesa se mueve tambin en el terreno estructural, partiendo del reconocimiento de la existencia de un empate histrico entre propuestas regresivas y emancipadoras, base sobre la cual justifica la realizacin cultural, poltica y social de un proceso de descolonizacin para la configuracin de una nueva sociedad.

Encontramos en la construccin del discurso masista un cuidado extremo para no incidir en elementos concentrados en los oponentes, salvo sea para aclarar que los ataques a los que lo someten se hilan con argumentos falsos. De manera implcita, y en esto coincide con la UN, el MAS est trabajando la nocin de que Tuto miente sobre las acusaciones a Evo, sobre su desvinculacin de las responsabilidades que le tocan como vicepresidente del dictador Bnzer, y sobre los alcances de su programa.

En el discurso del MAS concurren factores como la sincdoque o evasin en su negativa a debatir bajo el argumento que no lo har con candidaturas que mienten y desacreditan. Los aspectos relacionados con la hiprbole o exageracin no ocurren tanto contra el oponente, sino contra procedimientos del sistema poltico como el rol interesado de algunos medios de comunicacin que efectivamente le dan poca cobertura, o rasgos relacionados con las actuaciones corruptas de los partidos tradicionales en las democracias pactadas, o aseveraciones sobre los gastos reservados que sirvieron para el enriquecimiento ilcito y el fomento de la corrupcin en gobiernos anteriores. La antonomasia o adjetivaciones no se dan con el oponente en un marco de confrontacin, sino accediendo a la irona, como cuando don Evo Morales pregunt en una conferencia de prensa saban por qu a don Tuto Quiroga lo llaman ecologista?, respondindose l mismo que porque ha reciclado la basura, en clara alusin a los trnsfugas que invadieron su frente poltico.

Un elemento lingstico recurrente en el discurso de Evo Morales es el hiprbaton, por las vueltas y giros que da cuando se refiere a la empresa privada y los contratos comerciales con otros pases, particularmente los Estados Unidos. No slo rodea sino que se enreda en alusiones a la cinco-centenaria situacin de opresin indgena, o al imperialismo o a la emergencia histrica popular. Abunda en diagnsticos y no en propuestas, mostrndose ms como lder sindical que poltico.

Evo se preocupa por marcar diferencias y asienta en ellas sus seguridades, muchas como amenazas de futuro, como por ejemplo el desalojo de las empresas petroleras que no cumplan los contratos y condiciones del Estado boliviano, o el anuncio de la creacin de una red propia de medios de comunicacin que se contrasten con los comerciales. No tiene el MAS un manejo explcito de las coyunturas y relativiza las posibles influencias como obstaculizadores del contexto. Acaso las teoras y metodologas del marketing poltico tengan que reinventar propuestas que asimilen el acceso al pasado, el presente y el futuro al mismo tiempo. Acaso, en definitiva, la dialctica tiene que nutrirse de la tetralctica y repensar los modos occidentalizados de armar FODAs.

Por su parte Unidad Nacional (UN) del empresario Samuel Doria Medina, es el partido ms disciplinado en la exposicin de su programa, destacando aspectos gerenciales de gestin como la base para desarrollar polticas de lucha contra la pobreza. No relaciona la promesa con el contexto, salvo cuando hace referencia a la necesidad de un pas con tolerancia y unido desde sus regiones para combatir la pobreza.

Acude a la hiprbole para justificar su presencia conciliadora en el medio de dos polos que parecen no tener puntos de encuentro sino slo de conflicto. Declarado abiertamente como una opcin de centro, la UN est jugando a pescar en ro revuelto, sabiendo que cuantos ms parlamentarios consiga mayor ser su capacidad de maniobra en el Congreso. Con este recurso enfatiza en que Tuto estuvo ausente del pas en momentos claves de la historia contempornea y le achaca a Evo las desmesuras de las protestas sociales. Ha intentado por distintos medios debatir con los candidatos de PODEMOS, pero no ha logrado sino evasivas por parte de un grupo que afirma que slo debe debatir con el MAS. Pese a que PODEMOS ha reiterado como acertijo una hiptesis sobre la existencia de acuerdos entre el MAS y la UN, estando en el centro la opcin dirimidora de UN en el Parlamento puede ser ideolgicamente indiferente y polticamente convenienciera, est jugando con ello.

FODA para guerras campales y mediticas

Los espacios pblicos se han convertido en espacios de confrontacin. La violencia fsica es de lado y lado entre militantes de PODEMOS y del MAS que sobrepasan los esfuerzos de sus dirigencias por no ser provocadores de violencia. La reaccin partidista sobre estos hechos guarda coherencia con los sentidos de las campaas. El MAS denuncia evitando ponerse en situacin de vctima. Y en forma por dems paradjica, PODEMOS que asume el papel de vctima repone viejas aseveraciones que se manejaban en grupos reprimidos de izquierdistas, tales como que las piedras no acallan las ideas, amn de otras como la condonacin de la deuda externa, o la afirmacin de su lder de que le importa un bledo la embajada estadounidense.

El responsable de la Comisin de Veedores de la OEA afirm que la guerra sucia ocurre en todos los pases y no slo en Bolivia. En un ambiente caldeado por la polarizacin, estas aseveraciones sonaron a relativizar la importancia que se le est dando al tema. Le falt subrayar los acentos para que los medios de comunicacin no muestren, a partir de estas declaraciones, que la guerra sucia es un recurso electoral normal, y adems efectivo.

La guerra sucia meditica es en realidad la continuacin en proceso electoral de formas de produccin y circulacin de los mensajes en los marcos del sensacionalismo. Estos empeos han contribuido a aligerar el ambiente y dejar de lado los anlisis de temas para direccionar las agendas a la personalizacin de los candidatos. No cabe duda que los espacios con estas caractersticas son piezas de una maquinaria electoral ms amplia que se ha propuesto banalizar la consideracin de los programas de gobierno. El manejo de los medios ha demostrado que sus alcances y limitaciones dependen de las caractersticas de los procesos polticos, y que la mediatizacin de la poltica era ms evidente en sistemas en los que la poltica haba dejado de hacerse en las calles.

Los espacios mediticos sobre elecciones buscan espectacularizar y polarizar ms la poltica, al extremo que varios de ellos no dejan de ser shows de exposicin de consignas, de personalizacin virtuosa o diablica de los candidatos, de participacin discursiva en la contienda con resultados de encuestas trabajadas por los propios medios, y hasta de silencios sospechosos sobre los temas trascendentales.

FODA de cierre

Recuperando los distintos elementos expuestos, queremos preguntar a nuestros lectores y lectoras si se animan a explicar por qu en las contiendas electorales predomina la guerra sucia, si estn de acuerdo que quin la promueve se encuentra en una situacin de combinacin de Debilidades (D) con Amenazas (A), y si es o no una real FODA la guerra sucia en campaa electoral.

La guerra sucia marca escenarios de incertidumbres porque existe una relacin lgica entre quien es capaz de desarrollar estrategias de guerra sucia en los procesos pre-electorales, con la posibilidad de realizar frmulas de fraude electoral, y acometer post-electoralmente con gobiernos de corte autoritario. En otras palabras, quien es capaz de desatar la guerra sucia es capaz de todo. Qu FODA!

- Adalid Contreras Baspineiro es socilogo y comuniclogo boliviano