Artículo Renzo Cavani - Las "condiciones de la acción": una categoría que debe desaparecer

11

Click here to load reader

Transcript of Artículo Renzo Cavani - Las "condiciones de la acción": una categoría que debe desaparecer

Page 1: Artículo Renzo Cavani - Las "condiciones de la acción": una categoría que debe desaparecer

LAS “CONDICIONES DE LA ACCIÓN”: UNA CATEGORÍA QUE DEBE DESAPARECER

RENZO CAVANI

Maestrista con énfasis en Derecho Procesal Civil en el Programa de Postgrado en Derecho de la Universidad Federal do Rio Grande do Sul

(UFRGS). Profesor de la Especialización en Proceso Civil del Programa de Postgrado en Derecho de la UFRGS. Bachiller en Derecho por la

Universidad de Lima.

Sumario: 1. Premisa. 2. La acción en CHIOVENDA. 3. Las “condiciones de la acción” en el CPC peruano. 4. Enrico Tullio LIEBMAN y las “condiciones de la acción”. 5. Una categoría que debe desaparecer. Referencias bibliográficas.

1. Premisa

La legitimidad para obrar y el interés para obrar son elementos que clásicamente han sido entendidos como condiciones de la acción. Sin embargo, la denominación encierra un misterio: ¿cómo es que “condiciona” la acción? Naturalmente, en un primer momento, ello dependerá de lo que entendamos por “acción”. Pero no sólo ello: en un segundo momento, es necesario reflexionar críticamente respecto de si las llamadas “condiciones de la acción” pueden equivaler, en su tratamiento, a los “presupuestos procesales”, vinculados éstos a la validez del procedimiento.

2. La acción en CHIOVENDA

Para Giuseppe CHIOVENDA, en su clásico ensayo de 1903 (posición que no se alteró sustancialmente a lo largo de su obra intelectual), la acción es un derecho potestativo ejercitado contra el adversario, consistente en el poder de producir el efecto jurídico de la actuación de la ley (CHIOVENDA, 1930, 6, 13, 20 ss.). Por su parte, la existencia de la acción implicaba tener, a su vez, derecho a una sentencia favorable porque, para el maestro italiano, no es posible tener un derecho privado (no se olvide que al hablar de “l’azione nel sistema dei diritti” CHIOVENDA

Page 2: Artículo Renzo Cavani - Las "condiciones de la acción": una categoría que debe desaparecer

realiza un esfuerzo conceptual por encuadrar la acción en la teoría de los derechos privados desarrollada por la pandectística y post-pandectística alemana) sin tener una consecuencia favorable para el titular de dicho derecho. Por eso, la consecuencia favorable del derecho potestativo de acción no es otra que una sentencia favorable para el demandante.

¿A qué viene toda esta explicación? Muy simple: si tener acción implica necesariamente tener una sentencia favorable, entonces los elementos que componen la acción deben estar presentes para que aquella consecuencia favorable. Se trata, por tanto, de auténticas condiciones de la acción: en el pensamiento chiovendiano, sin dichos elementos no hay acción.

3. Las “condiciones de la acción” en el CPC peruano

Es más que claro que el legislador peruano tomó directamente de CHIOVENDA la idea de las condiciones de la acción, no precisamente por la forma cómo éstas se regularon en el CPC (ver art. IV del Título Preliminar, improcedencia de la demanda y excepciones), sino por la expresa referencia a la voluntad de la ley por parte del principal autor del Código. En efecto, en un trabajo originalmente publicado en 1992, Juan MONROY GÁLVEZ (2004, 231) dice que “en doctrina suele aceptarse pacíficamente que las condiciones de la acción son tres: la voluntad de la ley, el interés para obrar y la legitimidad para obrar” (esta doctrina pertenece a CHIOVENDA, 1923, 134 ss.; CHIOVENDA, 1969, 66 ss.).

Más allá que esta afirmación de MONROY sea correcta o no –pues no ofrece ninguna referencia bibliográfica que ayude a corroborarla– y sin perjuicio que él mismo expresamente rechace colocar la voluntad de la ley al lado de la legitimidad y el interés para obrar, lo que puede deducirse con claridad es que no se tuvo en cuenta el desarrollo del tema realizado por Enrico Tullio LIEBMAN (1962, 22-53, esp. 46-48), cuya teoría comenzó a ser elaborada a partir de 1936, consolidada en la prolusione leída en la Universidad de Turín en 1949 y publicada en la Rivista trimestrale di diritto e procedura civile de 1950 (cfr. LIEBMAN, 1957, 32-47, siendo que en la 3ª edición del Manuale di diritto processuale civile de 1973 se encuentra la formulación definitiva, descartando la posibilidad jurídica como una de las condiciones de la acción).

Aún más: no conozco en el Perú ningún trabajo que haya enfrentado críticamente la llamada teoría ecléctica de la acción, creada por el jurista milanés, de gran importancia en el desenvolvimiento dogmático de aquel concepto, acaso de relevancia mucho mayor a la contribución de CHIOVENDA. A pesar de ello, el propio MONROY GÁLVEZ

Page 3: Artículo Renzo Cavani - Las "condiciones de la acción": una categoría que debe desaparecer

(1996, 249 ss.) no la tomó en consideración en la exposición sobre la acción en su clásica obra Introducción al proceso civil, ni tampoco en la reedición publicada varios años más tarde bajo el nombre de Teoría general del proceso (MONROY GÁLVEZ, 2008).

A pesar de ello, el CPC peruano colocó las “condiciones de la acción” en un plano absolutamente equivalente al de los “presupuestos procesales”. Esto quiere decir que la omisión de aquellas o éstos podían llevar a un juicio sobre la validez del procedimiento.

4. Enrico Tullio LIEBMAN y las “condiciones de la acción”

En nuestra opinión, el desconocimiento de la teoría de LIEBMAN en nuestro país fue (y sigue siendo) pernicioso puesto que, habiendo sido una auténtica tentativa de compatibilizar la teoría concreta y abstracta de la acción, las condiciones de la acción recibieron un enfoque muy particular que, posteriormente, con las fulminantes críticas a la propuesta de LIEBMAN, sirvió para entender aquello que realmente interesa demostrar: que ellas pertenecen, en realidad, al mérito del proceso.

¿Cómo se llegó a esta conclusión? Veamos: para LIEBMAN, la acción es un derecho subjetivo instrumental mediante el cual se afirma un derecho en juicio, y viene a ser un derecho a la jurisdicción, o sea, un derecho a que el juez aplique la regla objetiva en el caso concreto, lo cual sólo se puede traducir en decidir sobre el mérito de la demanda (LIEBMAN, 1962, 44-51, esp. 45 y 47). Por eso que expresamente señala que “entre acción y jurisdicción existe, por tanto, una correlación exacta, no pudiendo haber una sin la otra” (Ibídem, 47).

Ahora bien, cuando LIEBMAN entiende el interesse ad agire y la legittimazione ad agire (o legitimatio ad causam) como “condiciones de la acción” no incurre en contradicción, puesto que, precisamente, ambos elementos deben estar presentes para que exista la acción, cuya presencia posibilita una decisión de mérito (aquí la influencia de CHIOVENDA es notoria). Se trata, por tanto, de requisitos de existencia de la acción que son verificados preliminarmente al examen de mérito (1957, 40).

LIEBMAN dice que el interesse ad agire es la “necesidad de obtener del proceso la protección del interés sustancial” (Ibídem, 41), siendo que éste se identifica con el bien de la vida pretendido. Por su parte, la legittimazione ad agire es la titularidad (activa o pasiva de la acción), y corresponde a aquella persona que detenta el interesse ad agire. No obstante, LIEBMAN reconoce que la legitimidad pasiva es un elemento de la legittimazione ad agire y esta titularidad se presenta como un

Page 4: Artículo Renzo Cavani - Las "condiciones de la acción": una categoría que debe desaparecer

derecho bilateral, que pertenece tanto al demandante (por ser el titular del interés para accionar) como al demandado (por ser el titular del interés de contradecir) (Ibídem, 44).

Esta referencia que la legitimidad tiene frente al interés permite afirmar que “la legitimidad es apenas uno de los requisitos sin los cuales no hay interés para obrar” (DINAMARCO, 2009, 315). En el entendimiento de LIEBMAN, el hecho que se presenten el interesse ad agire y la legittimazione ad agire no implica que el autor tenga razón, sino apenas que el proceso es necesario para la tutela de su interés sustancial y que quien pida tutela jurisdiccional lo haga en un interés propio. Por ello, cuando no se presenta alguna de las condiciones de la acción se verifica una carencia de acción y la imposibilidad de que el juez resuelva sobre el mérito de la demanda, en cuyo caso no habría “un verdadero ejercicio de la jurisdicción, sino apenas un uso de sus formas para realizar aquel examen preliminar (asignado por necesidad a dicho magistrado) que sirve para excluir de plano aquellas causas en las cuales hacen falta las condiciones que se requieren para el ejercicio de la potestad jurisdiccional” (Ibídem, p. 315).

Cabe resaltar que esta teoría fue expresamente adoptada en el CPC brasileño –lo cual no es raro, dado que Alfredo BUZAID, autor del anteproyecto, fue un dilecto discípulo de LIEBMAN–, cuyo artículo 3 dice que “Para proponer o contestar una acción es necesario tener interés y legitimidad” y, principalmente, en el art. 267, que consagra los supuestos en donde se extingue el proceso sin resolución de mérito, cuyo inciso VI señala “(…) cuando no concurran ninguna de las condiciones de la acción, como la posibilidad jurídica, la legitimidad de las partes y el interés procesal”.

5. Una categoría que debe desaparecer

Aunque la teoría de LIEBMAN tuvo y tiene acérrimos defensores, principalmente a causa de la enorme influencia que tuvo en Brasil, y, por qué, no, también a un culto a la personalidad (MARQUES, 1977, 145-150, 158-163; LIMA FREIRE, 2000, 42 ss.; DINAMARCO, 2009, 305-332; CINTRA, DINAMARCO, GRINOVER, 2006, 269-272, 274-277; GRECO FILHO, 2009, 79-95), lo cierto es que muchísimas críticas pueden realizarse a esta doctrina. Entre las más importantes –y más devastadoras–podemos mencionar las de Ovídio BAPTISTA DA SILVA (2006, 99-104), Fábio GOMES (1999, 40 ss.), Fredie DIDIER Jr. (2010a, 282 ss.) y Luiz Guilherme MARINONI (2011, 290 ss.).

En lo aquí importa, téngase en cuenta que el vocablo “condiciones de la acción”, en las teorías de CHIOVENDA y de LIEBMAN, era absolutamente apropiado debido a la forma cómo ellos entendían la

Page 5: Artículo Renzo Cavani - Las "condiciones de la acción": una categoría que debe desaparecer

“acción”. No obstante, de entenderse la acción –como lo entiende hoy la doctrina mayoritaria– como un derecho fundamental, es claro que ella no puede soportar ningún “condicionamiento”. Seguir hablando de “condiciones de la acción”, al menos semánticamente, no es más que un homenaje a una tradición doctrinaria que no tiene ningún sustento en nuestro contexto.

Pero las dificultades no son apenas semánticas. En lo que se refiere a la teoría de LIEBMAN, además de la imposibilidad de explicar la naturaleza de los actos del proceso cuando existe carencia de acción (puesto que, según él, sin acción no hay jurisdicción), la debilidad de la teoría del maestro milanés reside precisamente en el intento de comprender las condiciones de la acción como elementos anteriores y necesarios para un pronunciamiento de mérito. La razón es una y solo una: las “condiciones de la acción”, en realidad, ¡integran el propio mérito!

La explicación de ello puede ser realizada de la siguiente manera: La excepción, tal como fue plasmada por el legislador de 1993, constituye un tipo de defensa dirigida a cuestionar los elementos que integran la validez del procedimiento –sin los cuales no es posible la emisión de un juzgamiento sobre el mérito–. La consecuencia de la fundabilidad de una excepción es la improcedencia de la demanda y la nulidad de todo lo actuado, salvo si el vicio denunciado mediante la excepción es subsanable y, efectivamente, se llega a subsanar. Por lo tanto, el CPC, al imponer dicho tratamiento a aquellos elementos que deben ser discutidos mediante la deducción de una excepción, no hace más que conferirles naturaleza de presupuestos procesales, entendido este término en sentido amplio (CAVANI, 2011, 207; DIDIER Jr., 2010, 230).

No obstante, esto es un gravísimo equívoco, puesto que el legislador mezcla elementos que realmente forman parte del análisis de la validez del procedimiento (como la competencia, la oscuridad o ambigüedad en el modo de proponer la demanda, el convenio arbitral, la litispendencia, etc.) y otros que pertenecen al mérito de la causa (como la prescripción, la caducidad, la cosa juzgada, la legitimidad para obrar, el interés para obrar, entre otros) (CAVANI, 2012, 89 ss.). En el contexto del proceso principal, el mérito es un concepto que remite al objeto litigioso (res in iudicium deducta) delimitado por los hechos llevados al proceso por las partes. En otras palabras, el mérito refleja la materia prima con la que se trabaja en el proceso, la cual únicamente proviene del derecho material.

Por ejemplo, si se interpone una demanda de reivindicación y el demandado contesta alegando que él es el propietario, el mérito de ese proceso será a quien le corresponda la titularidad de aquella situación

Page 6: Artículo Renzo Cavani - Las "condiciones de la acción": una categoría que debe desaparecer

jurídica subjetiva material llamada de propiedad. Por su parte, si el demandante pide una indemnización debido a un accidente de tránsito donde sufrió daños, y el demandado contesta diciendo que él no tiene responsabilidad, el mérito del proceso será la existencia o no de ese derecho de crédito del que el demandante dice ser titular y, por tanto, si es que debe ser otorgada la tutela resarcitoria solicitada en el pedido mediato.

Estando claro el concepto de mérito, no resulta difícil entender por qué la legitimidad para obrar y el interés para obrar (o interés procesal) pertenecen al mérito del proceso y no a la validez del procedimiento. Los ejemplos que fueron dados serán de gran utilidad: Si en el caso del proceso de reivindicación se declarase fundada una falta de legitimidad para obrar activa, se habría comprobado que el demandante no poseía la titularidad que dijo poseer, o sea, que no es propietario.

Ya en el caso del proceso de indemnización, el juez estaría diciendo que el demandante no tiene la titularidad del derecho de crédito, por tanto, no debió demandar su cobro. Nótese el vínculo con la relación de derecho material llevada al proceso, la cual, como se dijo, no es otra cosa que el mérito. En efecto, al ser la legitimidad para obrar esa identidad entre la posición de un sujeto en la relación material, por un lado, y en el proceso, por otro, su examen únicamente puede darse explorando el derecho material. Y si ello es así, entonces no puede ser tratado como un elemento perteneciente a la relación procesal.

Lo mismo puede decirse del interés para obrar. Siendo este concepto aquella necesidad impostergable de recurrir a la jurisdicción, no es posible dejar de apreciar la relación material para concluir respecto de la existencia o no de dicho elemento. En efecto, si se demanda una prestación de obligación de dar suma de dinero sujeta a una condición suspensiva que aún no se ha cumplido, entonces la respuesta del juez sería que el derecho de crédito aún es inexigible y que, por dicha razón, no es posible conceder la tutela pedida.

Lo mismo sucede con el no agotamiento de la vía administrativa, típico caso de falta interés para obrar: el hecho de recurrir a un proceso judicial cuando la situación jurídica material debe ser examinada por un tribunal administrativo escapa de la esfera de “lo procesal” y entra de lleno a la esfera del derecho material. ¿Por qué? Porque la respuesta que daría el juez en ese caso es que la situación jurídica subjetiva no puede ser tutelada, por el momento, en ámbito jurisdiccional. Y véase que no se trata de un análisis meramente procesal, como lo es, por ejemplo, el correspondiente a la competencia, en donde no se aprecia la relación material. En el caso del no agotamiento de la vía administrativa no hay un análisis de la validez del procedimiento, sino de la oportunidad de la

Page 7: Artículo Renzo Cavani - Las "condiciones de la acción": una categoría que debe desaparecer

tutela del derecho pedida por el demandante. Se trata de un auténtico juicio sobre el mérito.

De esta manera, insistir en vincular las “condiciones de la acción” con la validez del procedimiento implicaría no otra cosa que un lamentable trastrocamiento entre derecho material y proceso, ámbitos que, si bien se encuentran entrelazados por un vínculo teleológico, de ninguna manera pueden ser confundidos. Las consecuencias de ello son de las más diversas: una es tener que emitir un pronunciamiento de nulidad cuando, en realidad, debería ser una sentencia parcial sobre el mérito (CAVANI, 2012, 91, 92); otra –quizá la más grave– es la posibilidad de proponer nuevamente la misma demanda (BAPTISTA DA SILVA, 2003, 108).

Por esas razones, pienso que la categoría “condiciones de la acción” debe desaparecer lo cual, por cierto, no quiere decir que los conceptos que lo componen –legitimidad para obrar e interés para obrar– también sigan su misma suerte. Por el contrario, dichos conceptos son útiles, pero siempre que sean entendidos como lo que realmente son y la forma cómo deben presentarse en el proceso: como cuestiones preliminares de mérito (CAVANI, 2012, 92).

Referencias bibliográficas

BAPTISTA DA SILVA, Ovídio (2003): Curso de processo civil. Processo de conhecimento (1), 6ª ed. actualizada de acuerdo con las leyes 10.352, 10.358/2001 y 10.444/2002. São Paulo: Revista dos Tribunais.

CAVANI, Renzo (2011): “Los ‘presupuestos procesales’ vistos desde la ineficacia procesal. Críticas a una clásica lección”. En: Cavani, Renzo (coord.). Manual del Código Procesal Civil. Lima: Gaceta Jurídica, pp. 193-227.

____ (2012): “Prescripción y mérito del proceso: primeras reflexiones y una propuesta”. En: Actualidad Jurídica, n. 226. Lima: Gaceta Jurídica, septiembre, pp. 89-92.

CHIOVENDA, Giuseppe (1923): Principii di diritto processuale civile, 3a ed. Nápoles: Jovene.

____ (1969): Instituições de direito processual civil (III), trad. J. Guimarães Menegale de la 2ª ed. italiana acompañada de notas por Enrico Tullio Liebman, 3ª ed. con una introducción de Alfredo Buzaid. São Paulo: Saraiva.

Page 8: Artículo Renzo Cavani - Las "condiciones de la acción": una categoría que debe desaparecer

CINTRA, Antonio Carlos de Araújo; DINAMARCO, Cândido Rangel; GRINOVER, Ada Pellegrini (2006): Teoria geral do processo, 22ª ed. revisada y actualizada. São Paulo: Malheiros.

DIDIER Jr., Fredie (2010): Curso de direito processual civil. Teoria geral do processo e processo de conhecimento, v. I, 12ª ed., Salvador: Ius Podivm.

____ (2010a): Pressupostos processuais e condições da ação. O juízo de admissibilidade do processo, 1ª ed., 3º tiraje. São Paulo: Saraiva.

DINAMARCO, Cândido Rangel (2009) Instituições de direito processual civil (II), 6ª ed. revisada y actualizada. São Paulo: Malheiros.

GOMES, Fábio (1999): Carência de ação. São Paulo: Revista dos Tribunais.

GRECO FILHO, Vicente (2009): Direito processual civil brasileiro (Teoria geral do processo a auxiliares da justiça) (1), 21ª ed. São Paulo: Saraiva.

LIEBMAN, Enrico Tullio (1957): Manuale di diritto processuale civile (I), 2ª ed. Milán: Giuffrè.

____ (1962): “L’azione nella teoria del processo civile”. En: Problemi del processo civile. Nápoles: Morano, pp. 22-53.

____ (1973): Manuale di diritto processuale civile (I), 3ª ed. Milán: Giuffrè.

LIMA FREIRE, Rodrigo da Cunha (2000): Condições da ação. Enfoque sobre o interesse de agir no processo civil brasileiro, 1ª ed., 2º tiraje. São Paulo: Revista dos Tribunais.

MARINONI, Luiz Guilherme (2011): Curso de processo civil. Teoria geral do processo (1), 5ª ed. revisada y actualizada, São Paulo: Revista dos Tribunais.

MARQUES, José Frederico (1977): Manual de direito processual civil. Teoria geral do processo civil (I), 5ª ed. São Paulo: Saraiva.

MONROY GÁLVEZ, Juan (1996): Introducción al proceso civil (I). Bogotá: Temis.

____ (2004): “Conceptos elementales de proceso civil”. En: La formación del proceso civil peruano. Escritos reunidos, 2ª ed. Lima: Palestra, pp. 223-237.

Page 9: Artículo Renzo Cavani - Las "condiciones de la acción": una categoría que debe desaparecer

____ (2008): Teoría general del proceso. Lima: Communitas.