Bitácora 29

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Bitácora 29 Semana del 1 al 5 de septiembre Ya era lunes y como de costumbre el joven tenía que levantarse e ir estudiar, ésta vez mucho más animado que los días anteriores, pues la vería. Sabía que no sería un día común con ella, pues ya había pasado algo que cambiaba todo. Llegó al salón. El puesto de la joven estaba vacío, aún no llegaba y en cuestión de pocos minutos su profesora se dispondría a dar la clase. Steve estaba un poco aburrido, pues su día no tendría gracia, ni color, nada. Nunca llegó, sin embargo el recibió su clase, y a escondidas, hizo un escrito al que nombró “Te quiero”, en el que gritó entre sus letras, lo mucho que la quería. -Te quiero porque somos uno Y con miradas y sonrisas, Yo con las tuyas y vos con las mías, Sos mi cómplice al derecho y al revés, Y por esto, vos primero, el mundo después- -Te quiero aquí, te quiero conmigo, Con permiso o sin permiso, Vente pronto que te necesito, Y aquí no habrá paraíso que se niegue a ti- Y sin pensarlo, le hizo un anagrama, quizá fuese esto poco, pero su el sentimiento que le ponía a cada letra, palabra, era demasiado. Y pensó que no había mejor forma de expresarle todo lo que sentía sino era a través de eso.

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Bitácora 29

Semana del 1 al 5 de septiembre

Ya era lunes y como de costumbre el joven tenía que levantarse e ir estudiar, ésta vez mucho más animado que los días anteriores, pues la vería. Sabía que no sería un día común con ella, pues ya había pasado algo que cambiaba todo.

Llegó al salón. El puesto de la joven estaba vacío, aún no llegaba y en cuestión de pocos minutos su profesora se dispondría a dar la clase.

Steve estaba un poco aburrido, pues su día no tendría gracia, ni color, nada. Nunca llegó, sin embargo el recibió su clase, y a escondidas, hizo un escrito al que nombró “Te quiero”, en el que gritó entre sus letras, lo mucho que la quería.

-Te quiero porque somos unoY con miradas y sonrisas,Yo con las tuyas y vos con las mías, Sos mi cómplice al derecho y al revés,Y por esto, vos primero, el mundo después-

-Te quiero aquí, te quiero conmigo, Con permiso o sin permiso,Vente pronto que te necesito, Y aquí no habrá paraíso que se niegue a ti-

Y sin pensarlo, le hizo un anagrama, quizá fuese esto poco, pero su el sentimiento que le ponía a cada letra, palabra, era demasiado. Y pensó que no había mejor forma de expresarle todo lo que sentía sino era a través de eso.