Bitácora constituyente

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BITÁCORA CONSTITUYENTE

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  • BITCORA CONSTITUYENTE

  • Alberto Acosta

    BITCORA CONSTITUYENTETodo para la Patria, nada para nosotros!

    2008

  • BITCORA CONSTITUYENTE Todo para la Patria, nada para nosotros!Alberto Acosta

    Alberto Acosta 2008

    1era. edicin: Ediciones Abya-YalaAv. 12 de Octubre 14-30 y WilsonCasilla: 17-12-719Telfonos: 2506-247 / 2506-251Fax: (593-2) 2506-255 / 2 506-267e-mail: [email protected]

    Diseo yDiagramacin: Ediciones Abya-Yala

    Foto de contraportada: Csar Morejn, El Comercio

    ISBN: 978-9978-22-758-9

    Impresin: Abya-YalaQuito-Ecuador

    Impreso en Quito Ecuador, septiembre 2008

  • CONTENIDO

    A modo de prlogoVamos a caminar, Patria, nosotros te acompaamos ...................... 9

    Agradecimiento ................................................................................. 15

    I TODO PARA LA PATRIA, NADA PARA NOSOTROS!(Discursos)

    Discurso de instalacin de la Asamblea Constituyente ............. 19

    El periodismo libre, patritico y revolucionario es el que celebramos ....................................................................... 27

    No perderemos con conspiraciones y desestabilizaciones impulsadas por las oligarquas, lo que hemos ganado en democracia ............................................................... 33

    De 1906 a 2008: dos Constituciones, dos revoluciones.......... 39

    Renuncio a la Presidencia de la Asamblea y sigo en la lucha! ...................................................................... 43

    II DE MI PUO Y LETRA

    Lo econmico y lo social: el ser humano como centro del desarrollo .................................................................... 53

    Los riesgos de una nueva Edad Media de alta tecnologa..... 55

    Cuando a la Patria le robaron su futuro................................ 61

    Sin integracin no hay desarrollo .......................................... 85

    Combatir la pobreza? ............................................................ 91

    Al servicio de la Deuda, en contra del Pas............................ 93

  • Los perjuicios al pas por los negociados con los bonos Brady y los bonos Global....................................... 95

    Prlogo a Crnica de un delito de blancos (Caso Dahik)............................................................ 99

    Mandato Minero, un tiempo para el debate y la reflexin ............................................................................... 105

    Deuda pblica en la Constitucin ......................................... 109

    Petrleo, rentismo y subdesarrollo: una maldicin sin solucin? ............................................................................ 119

    Desafos del sector energtico ................................................ 141

    Repensemos el mercado para la sociedad.............................. 147

    A favor de un Tribunal Internacional de Arbitraje de Deuda Soberana ................................................................. 163

    El dlar a la Constitucin para qu? ................................ 169

    Acuerdo Nacional por la inversin social .............................. 175

    Recordando los entretelones del salvataje bancario.............. 183

    Todo en funcin de los acreedores......................................... 189

    Gratuidad en la educacin universitaria................................ 201

    El buen vivir para la construccin de alternativas............. 207

    A propsito del Mandato Agrcola......................................... 219

    Plurinacionalidad......................................................................... 229

    Todos somos negros................................................................ 231

    Tenemos miedo al kichwa?.................................................... 235

    Derechos de la naturaleza............................................................ 237

    Tienen los animales derechos? .............................................. 239

    La paradoja de una Amazona sin agua para sus pobladores ................................................................ 241

    La Naturaleza como sujeto de derechos ................................ 243Libres de transgnicos. Un sello de calidad y coherencia para el Buen Vivir.............................................. 247

    Sobre transgnicos .................................................................. 251

    6 Alberto Acosta

  • El derecho al agua, una causa comn .................................... 255

    Del Liberalismo al Ecologismo .............................................. 259

    El agua en la Constitucin, otra buena razn para el S .................................................................................. 263

    Se salvaron los bosques tropicales hmedos ......................... 267

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  • A MODO DE PRLOGO Ecuador: Construir democrticamente una sociedad democrtica*

    Septiembre 2008

    Alberto Acosta

    No hay un camino para la Constituyente, la Constituyente es el camino

    Cuando comenzamos nuestros recorridos electorales por Ecua-dor hicimos un compromiso: en sintona con el sentir de las mayoras,comprender aquellas esperanzas de cambio, que empezaron a consoli-darse con el triunfo del ahora ciudadano presidente Rafael Correa. Es-te compromiso se ratific el 15 de abril de 2007, cuando con una abru-madora votacin la sociedad se pronunci a favor de la convocatoria auna Asamblea Constituyente, reafirmada con nuestra eleccin, en cali-dad de asamblestas, el domingo 30 de septiembre.

    Cuando se instal la Asamblea Constituyente, el viernes 29 denoviembre, asumimos una tarea compleja: abrir la puerta a la esperan-za. Esta Asamblea sintetiz una oportunidad histrica. Hicimos un es-fuerzo para pensar en nuestro futuro, no como individuos sino comouna sociedad de iguales y libres, decididos a mejorar las condiciones devida de toda la poblacin, en especial de esos cientos de miles de per-

    * Gramsci e o Brasilhttp://www.acessa.com/gramsci/?page=visualizar&id=975Fonte: Especial para Gramsci e o Brasil.

  • sonas marginadas, explotadas, olvidadas muchas de las cuales nos vi-sitaron en Montecristi o en tantas esquinas de la Patria.

    Encargada a las mesas constituyentes la elaboracin de textosconstitucionales, estos deban ser sometidos a consideracin y debatedel Pleno de la Asamblea, de todos los que fuimos elegidos por el pue-blo ecuatoriano y tambin de la opinin pblica y dems actores. Esaampliacin del debate, sostenemos, dot a la Constitucin de una re-presentacin mayoritaria, convirtindola en un hecho poltico, ciuda-dano, contrariamente a la costumbre instalada de pequeos cenculosde poder que acuerdan, sin nuestra opinin, nuestro destino1.

    Tengamos siempre presente que nuestro objetivo fue y es cons-truir democrticamente una sociedad democrtica; si el camino no esdemocrtico, el destino no ser la democracia. Con la nueva Constitu-cin queremos que los ciudadanos y las ciudadanas tengan en sus ma-nos la definicin del presente y la construccin del futuro: el poder espara la ciudadana. Sin ningn afn por concentrar el poder poltico,todo lo contrario, planteamos, como muestra, la no reeleccin indefi-nida de ninguna persona escogida con el voto popular. Proponemos larevocatoria del mandato presidencial, con la condicin de que el legis-lativo, que promueva esa iniciativa de revocatoria, se disuelva. Creemosque, en contrapartida, el Presidente puede disolver por una sola vez du-rante su mandato al legislativo, pero que al momento de elegir a losnuevos diputados, la ciudadana, al mismo tiempo, decida si el Presi-dente contina en su cargo. Igualmente, proponemos la independenciapartidista de los tribunales de la Repblica. Alentamos un reordena-miento territorial y administrativo solidario y eficiente, sustentado enregiones autonmicas construidas sobre bases histricas y de alianza deoportunidades, fortalezas e identidades, decididas por sus habitantes yque consoliden efectivamente la unidad de nuestro Ecuador. Siemprems democracia, nunca menos.

    Para nosotros el valor bsico de la economa es la solidaridad.Queremos una economa distinta, diferente de aquella caracterizadapor una supuesta libre competencia, que anima al canibalismo econ-mico entre seres humanos. A partir de esa definicin aspiramos a cons-truir relaciones de produccin, de intercambio y cooperacin que pro-picien la eficiencia y la calidad. El mercado por s solo no es la solucin,tampoco lo es el Estado; por lo tanto, alentamos una relacin dinmi-ca y constructiva entre mercado, Estado y sociedad. No queremos una

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  • economa controlada por monopolistas y especuladores, como en lapoca neoliberal; por eso los bancos tendrn que vender todas sus em-presas no vinculadas a la actividad financiera. Perseguimos una econo-ma de propietarios y productores. Una economa que garantice el de-recho de propiedad bien habida. Pero tambin el derecho a la propie-dad de quienes nada o muy poco tienen. El ser humano, al ser el cen-tro de la atencin, es el factor fundamental de la economa. Y en esesentido, rescatando la necesidad de fortalecer y dignificar el trabajo,nos declaramos contrarios a cualquier forma de precarizacin laboral,como la tercerizacin, tanto como de toda forma de persecucin a loscomerciantes y los artesanos informales.

    En lo social, queremos que se prioricen los gastos en educaciny salud, en tanto derechos humanos, que sern gratuitas y de primer-sima calidad. Planteamos la universalidad de la seguridad social, deninguna manera su privatizacin. Por igual establecemos la gratuidadde la educacin en todos los niveles, incluyendo el universitario. Debe-mos empearnos en superar tanto el machismo como el racismo, ascomo toda forma de exclusin social.

    Recordemos igualmente que la lucha en contra de la corrupcindebe ser inclaudicable. No podemos permitir que la impunidad cubratantos atracos a los recursos del pueblo ecuatoriano. Estamos conven-cidos de que con sanciones ejemplarizadoras, con mayor transparenciay creciente participacin ciudadana combatiremos esta lacra, que hacrecido de una manera imparable en los ltimos aos.

    Esta Constitucin, la ms ecuatoriana de la historia republicana,que ofrece una categrica propuesta de descentralizacin y autono-mas, sobre bases de solidaridad y equidad, abre la puerta tambin a laintegracin regional, como paso fundamental para que los pueblos deNuestra Amrica puedan insertarse con dignidad e inteligencia en elcontexto mundial. Y para hacerlo empieza declarando al Ecuador co-mo un territorio de paz, en donde no podrn asentarse fuerzas milita-res extranjeras con fines blicos, ni ceder bases militares nacionales asoldados forneos; una decisin que coincide con la resolucin del go-bierno del presidente Correa para cerrar el ao 2009 la base militarnorteamericana en Manta.

    Esta es, en una apretada sntesis, la nueva Constitucin, un can-to a la vida, un proyecto colectivo escrito ahora pensando en el maa-

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  • na. Un proyecto que nos permita tener una vida equilibrada entre to-dos los individuos, con la colectividad y con la Naturaleza. Nunca olvi-demos que lo humano se realiza en comunidad; con y en funcin deotros seres humanos, sin pretender dominar a la Naturaleza. Por eso, enforma pionera en el mundo entero, en la nueva Constitucin hemos es-tablecido que la Naturaleza es sujeto de derechos. Y de all se derivandecisiones trascendentales: el agua es asumida como un derecho huma-no, que cierra la puerta a su privatizacin; la soberana alimentaria setransforma en eje conductor de las polticas agrarias y de recuperacindel verdadero patrimonio nacional: su biodiversidad, para mencionarapenas un par de puntos.

    Aceptemos que nosotros no somos los nicos portadores de es-ta propuesta de cambios transformadores e incluso revolucionarios.Nosotros hemos consolidado, convertido en norma del Estado, todaslas voces de esperanza, de cambios revolucionarios; las propuestas, lasmarchas de tantas mujeres y hombres, indgenas, afroecuatorianos,cholos, montubios, mestizos, jvenes, estudiantes, trabajadores, cam-pesinos, maestros, jubilados, emigrantes, ecologistas, amas de casa, em-pleados, profesionales, comunicadores sociales, artesanos, pescadores,artistas, investigadores, empresarios pequeos, medianos e incluso al-gunos grandes que han apostado por el pas y su desarrollo. Contamoscon una valiosa memoria acumulada en tantas jornadas de lucha popu-lar. Slo con el concurso de todos y de todas podremos contribuir a laconstruccin de una sociedad equitativa y libre, que es lo que nos haorientado en la elaboracin de esta nueva Constitucin, entendida co-mo un proyecto de vida en comn.

    Por lo expuesto, que apenas sintetiza algunos puntos de los con-seguidos en Montecristi, tenemos que comprometernos con el s en elreferndum del prximo 28 de septiembre como un paso ms de estalarga lucha popular, para, luego de terminado el referndum aprobato-rio de la nueva Constitucin, empezar el verdadero proceso constitu-yente. Esto significa disputar el sentido histrico del desarrollo, que enla actualidad, incluso dentro de la tendencia de cambio, se centra en elenfrentamiento de las tesis neodesarrollistas que se sustentan todavaen el extractivismo enfrentadas a las tesis de un desarrollo que busqueconsecuentemente el Buen Vivir; es decir, que garantice la armona en-tre sociedad, economa y Naturaleza.

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  • Tendremos que consolidar nuestras propuestas en nuevas leyes yen renovadas polticas, una tarea que nos convoca a seguir caminandoa los habitantes del campo y de la ciudad. Tenemos que apropiarnos dela nueva Constitucin. Habr que impedir que se trate de vaciar decontenido a la nueva Constitucin, si sta recibe el respaldo mayorita-rio de la poblacin.

    Hemos demostrado que tenemos voluntad de dilogo. Sin em-bargo, los acuerdos polticos tienen como condicin innegociable sus-tentarse en el sentido de pas, aportar al buen vivir, al bien comn, y nosacrificar los intereses nacionales en beneficio particular de personas,gremios y corporaciones; los privilegios de unos pocos son insosteni-bles. A diferencia de las prcticas de los grupos oligrquicos (responsa-bles de la crisis nacional) que han controlado el Estado durante dca-das, no pretendemos ganar nuestras posiciones simplemente con lafuerza del nmero, sino con la de los argumentos. Por eso proponemosla conformacin de un gran frente nacional, que se proyecte ms alldel referndum, para que la Constitucin sea realmente de todos y detodas, no de un gobierno en particular.

    Tenemos una gran responsabilidad por delante. Debemoscumplir con tantas esperanzas acumuladas, represadas y con una his-toria de cambios que nos permita vivir como seres humanos en unmundo posible. Urge pensar en el Ecuador que queremos dejar a lasfuturas generaciones: a nuestros hijos, a nuestros nietos. Por eso eneste momento, cuando estamos concluyendo esta etapa del procesoconstituyente y empezamos una nueva fase, ratificamos nuestro com-promiso con la Patria.

    El proceso participativo que impulsamos para superar aquellasformas elitistas, carentes de representatividad y representacin, necesa-riamente debe incorporar la pluralidad de expresiones, visiones e idea-les del pas que queremos. Debe abrir la puerta a un proceso de demo-cracia sin fin, que es la senda para ir cristalizando el socialismo.

    Tenemos una nueva Constitucin por la que vale la pena luchar.Una Constitucin que todos y todas seguiremos debatiendo y aprehen-diendo, aun despus del 28 de septiembre, en la bsqueda de que loenunciado se vuelva parte de la vida de todos los das, de nuestros em-prendimientos, de nuestra asuncin de responsabilidades.

    Alberto Acosta es ex presidente de la Asamblea Constituyente.

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  • Nota

    1 Es esa apropiacin, esa incorporacin de ideas de esperanza y bien para todos que demandaba sus tiempos lo que debimos confrontar con la premura del cro-nograma, de la fecha lmite. Como es conocido, mi posicin coherente con loque pienso y en lo que creo, y que se sustenta en la deliberacin democrtica norecibi el soporte y apoyo que requera. En consecuencia, renunci a la Presidenciade la Asamblea Constituyente, a la cual fui elegido por casi unnime adhesin. Meopuse a esa suerte de embutimiento de textos, a forzar las intervenciones de losAsamblestas y a limitarlas. La manera como hemos concluido con lo encomenda-do, lamentablemente me ha dado la razn. Pero eso, sin embargo, ms all de algu-nos errores lamentables en la redaccin, no afecta el sentido histrico de la Cons-titucin de Montecristi.

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  • AGRADECIMIENTO

    Lo poco o mucho que pude haber aportado en esta etapa del ca-mino constituyente no lo he conseguido solo. Habra sido imposibleavanzar sin el concurso de mis asesores y asesoras: Paco Rohn, HugoJcome, Esperanza Martnez, Jaime Atienza, Edward Vargas, David Vi-llamar, Dania Quirola, quienes, adems, son coautores de muchos delos artculos que figuran en este CD.

    Especial reconocimiento merece tambin el equipo de la Secre-tara de la Asamblea, especialmente Francisco Vergara, Andrs Chvez,Andrs Segovia, Lorena Logroo, Livia Rica, Mnica Ruano, AlexandraEspn, Gustavo Pineda, Mauricio Leiva, Ren Pozo; as como todo elpersonal de la Unidad de Participacin Social, en especial Carmen Ba-rrera y Mara Piedad Maldonado; Mara Isabel Cevallos, relacionadorapblica y, el personal administrativo de la Presidencia y de la mismaAsamblea, en particular Vernica Oquendo, Janeth Flores y RichardPolanco.

    Igualemente, merecen un agradecimiento los edecanes Luis San-tiago, Mario Proao, Zanoni Garca y Patricio Aguilar; los miembrosde la Guardia de la Polica Nacional, Lino Antonio Proao, Ral Agui-rre Tern, Pablo Fernando Len, Luis Fernando Rodrguez, Diego An-drs Salinas, Jessica Roselina Carvajal, Andrs Mauricio Ruiz, WaltherEduardo Canales, Luis Alfredo Camuendo, Santos Fidelberto Barba,Arcesio Edilberto Salazar, Edgar Geovanny Peaherrera, Mario PatricioViracocha, Jessica Yohana Loor, Ana Luca Alcvar, Jos Danilo Ayala,Miguel ngel Cabadiana, Oscar Xavier Ynez; el personal de servicios;por cierto mi familia: Anamara, Alberto, Diana y Alberto (mi nieto),Alegra y Sofa; pero, sobre todo, aquellos miles de compatriotas quehicieron posible los avances logrados para construir un proyecto libe-

  • rador y tolerante, sin prejuicios ni dogmas, sin espacios para renovadosautoritarismos e intolerancias. Y todo esto con el fin de construir colec-tivamente un proyecto de vida, equilibrado entre todos los individuosy entre la colectividad con la Naturaleza.

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  • ITODO PARA LA PATRIA,

    NADA PARA NOSOTROS!(Discursos)

  • DISCURSO DE INSTALACINDE LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE

    Noviembre 29, 2007

    El camino hacia la Asamblea Constituyente

    Hoy, en la tierra que vio nacer al general Eloy Alfaro, adalid delas libertades en Ecuador y uno de los mayores luchadores por la inte-gracin latinoamericana, comienza una nueva etapa en la historia deEcuador. Hoy se materializa la gran promesa que dio inicio a este pro-ceso, y se consolida una gran victoria, no de un movimiento poltico,sino de un pueblo que volvi a creer que otro Ecuador s es posible.Otro Ecuador en esencia libre, justo y equitativo.

    Hace un ao, incluso menos, muchos vean la llegada de este dacomo algo imposible y auguraban un rotundo fracaso al proyecto de laRevolucin Ciudadana y, por cierto, das sombros para Ecuador. Na-die poda imaginar que en tan solo un ao, un Ecuador unido, organi-zado y esperanzado iba a conseguir una victoria tan clara, derrotandouna y otra vez a toda esa gama de grupos de poder que tradicionalmen-te han controlado los destinos de la nacin, demostrando que el pue-blo quiere un cambio, que el pueblo cree en un cambio. Al respecto, laspalabras de Eloy Alfaro se revelan casi profticas: La libertad no se im-plora de rodillas, se conquista en los campos de batalla. Solo que hoylas batallas son de ideas, los campos de batalla son campos democrti-cos y las mejores armas son las de la razn.

    No ha sido un camino fcil, pues las fuerzas de la oposicin sehan mostrado feroces en cada uno de sus ataques y desde cada una desus trincheras, pero con orgullo podemos decir que hemos abierto el

  • camino hacia un cambio democrtico, radical y definitivo para la his-toria del pas, y lo hemos hecho sin que se derrame ni una sola gota desangre. Y eso es algo que no tiene precedentes.

    La Asamblea Constituyente como la oportunidad de cambio

    Pese a ello, an hoy no faltan quienes anticipan en la AsambleaConstituyente de Montecristi una nueva reedicin de fallidas asam-bleas pasadas, o una rplica intil de un congreso ruin, con muy pocoque contribuir para un cambio real. Con esta nueva Constitucin, lanmero veinte, Ecuador demuestra, es cierto, una enorme capacidadpara escribir constituciones y al mismo tiempo, para irrespetarlas.

    Algunos afirman y no sin algo de razn que una nueva Cons-titucin es nicamente un libro, y que por s sola no va a hacer diferen-cia alguna.

    Pero la Constitucin no es nicamente un libro; desde sus pri-meros antecedentes histricos la constitucin es la carta de derechos: ellmite que los ciudadanos y las ciudadanas comunes y corrientes le im-ponen al poder. En el Estado Moderno la Constitucin se erige en elContrato Social, el acuerdo a travs del cual una sociedad decide orga-nizarse. A partir de las revoluciones y las luchas de nuestro continentelas constituciones van ms all: sealan derechos, organizan el poder;pero adems se convierten en la gua de las obligaciones primarias delEstado y de la gestin pblica.

    Hoy estamos frente a un momento que incluso nos exige rede-finir el contenido y los objetivos de una constitucin: en la historia deEcuador las constituciones (y hemos tenido varias) han sido el meca-nismo para afianzar el statu quo; hoy, por segunda vez en la historiaun proceso constituyente se propone como un mecanismo de trans-formacin radical y profunda. La primera vez que una constituyentese propuso en ese sentido fue precisamente la del general Alfaro y esaes la posta que hoy tenemos la responsabilidad de tomar. Un siglodespus, muchas cosas han cambiado en Ecuador; muestra de eso hoyen esta Asamblea estn presentes mujeres, jvenes, indios y afroecua-torianos. Hoy, a diferencia de la primera constitucin que Ecuador re-dact, no es necesario ser varn o propietario para representar a laRepblica

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  • Un siglo despus de la gran revolucin poltica de nuestra histo-ria la Revolucin Liberal, tenemos frente a nosotros un inmenso de-safo hacer la revolucin a travs de la democracia, la participacin,la paz. La bsqueda de igualdad, de justicia, de libertad, de equidadeses hoy tan vigente como cuando provoc que el general Alfaro escribie-ra un nuevo captulo de la historia de Ecuador y Amrica Latina hoy,hombres y mujeres comunes, millones de ecuatorianos trataremos deprovocar esas transformaciones y construir un Ecuador de justicia.

    La Constitucin entonces no es slo un libro, es nuestro proyec-to de vida en comn, un proyecto en el que cabe la diversidad, la ri-queza y la heterogeneidad de Ecuador. Un proyecto comn que reco-ge las conquistas de nuestra historia y aprende de sus errores; un pro-yecto en comn que nos permita mirar juntos un futuro digno paratodos y todas.

    En otras palabras, lo que hace a la Constitucin trascendente esprecisamente el proceso constituyente: es decir todo ese camino reco-rrido y por recorrer hasta su definicin. Y por supuesto en la etapa pos-terior, cuando la sociedad asume como propios los derechos y los de-beres que se derivan de la Constitucin.

    Ha llegado la hora de cambiar la lgica perversa de un texto am-plio y progresista en derechos pero de una realidad que no se acerca aesa lista de declaraciones. Cmo hacerlo? Con quin hacerlo?

    Si este proceso constituyente involucra de forma profunda y di-recta a la gran mayora de la poblacin, y sta a su vez, se aduea delproceso constituyente, se puede esperar una Constitucin que vayams all de una simple descripcin de los lineamientos generales delrumbo de una sociedad. Debemos buscar y obtener un verdadero pac-to social en el que las grandes mayoras, pero tambin las minoras, sereconozcan y reconcilien.

    La ausencia de procesos constituyentes participativos es quiz laprincipal razn del fracaso de la mayora de las constituciones pasadas:las grandes mayoras nunca lograron involucrarse en el proceso decambio: a ojos del pueblo, las constituciones no han sido ms que sim-ples libros que describen normas abstractas, para muchos desconoci-das. Libros vacos de contenido, carentes de alma y espritu renovadory creador.

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  • Por qu esta vez ser diferente

    Por qu esta vez habra de ser diferente? Qu har a esta nuevaConstitucin mejor que las anteriores? Y qu har a esta Asambleadiferente de las anteriores?

    Pues esta vez ser diferente, porque el proceso esta vez es diferen-te. No se trata, como en 1998, de una asamblea que a la gran mayoradel pas le resultaba indiferente, una asamblea acuartelada. Recordemosque esa Constitucin, la actual, la vigente, de hecho se elabor en uncuartel, en la Academia de Guerra del Ejrcito, alejada de la sociedad. Yesa Constitucin tuvo como insumo bsico la Constitucin de 1978,que a su vez surgi de un referndum organizado por la dictadura mi-litar para que escogiramos entre la Constitucin de 1945 reencaucha-da por un grupo de notables y una nueva elaborada por otro grupo denotables, ambas con no poca influencia de los grupos de poder.

    Esta vez no llegamos a la Asamblea Constituyente como resulta-do de un acto dictatorial o de una lucha fratricida donde el lado vence-dor busca imponer su voluntad sobre los vencidos. Por el contrario, setrata de un largo proceso de aprendizaje, iniciado en su poca ms re-ciente quiz desde el retorno a la democracia en 1979, en el que elpueblo ha probado todos los colores y sabores que ofrece el espectropoltico nacional, pero insatisfecho, nunca ha repetido una mala deci-sin, pues ningn partido ha ganado la Presidencia ms de una vez, de-mostrando que el pueblo no olvida; que en democracia, el pueblo cas-tiga a quienes lo defraudan; y sobre todo, que el pueblo aprende de supropia historia y por qu no decirlo, de sus propios errores.

    Este aprendizaje poltico ha tomado fuerza y velocidad en los l-timos aos, manifestndose a travs de un cambio con races profun-damente democrticas, un cambio alegre, casi festivo, que ha ido su-mando voluntades individuales y colectivas hasta convencer al 82% dela poblacin nacional, que en abril pasado convoc a esta AsambleaConstituyente. Y me atrevera a decir que se trata de un proceso que halogrado despertar en el pas quiz ms atencin y pasin que el mismocampeonato nacional de ftbol, lo cual ya es decir mucho en este pastan futbolizado

    As que lo que distinguir a esta Asamblea de las anteriores, noser la calidad ni la composicin de los y las asamblestas, exclusiva-

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  • mente. Ser la participacin activa, permanente, vigilante y compro-metida de todos los ecuatorianos y de todas las ecuatorianas. Por pri-mera vez, las condiciones sociales, polticas, e incluso tecnolgicas es-tn dadas para que esto sea posible. Esta Constitucin no ser elabora-da en cenculos de especialistas, sin participacin de la ciudadana. Ypor ello no ser una Constitucin ajustada a las demandas de la coyun-tura y menos an de los grupos de poder. No impulsamos una Consti-tucin elaborada como traje a la medida para un gobierno determina-do. Y tampoco una Constitucin subordinada a los intereses de los po-deres fcticos. La nuestra ser la constitucin de Ecuador, para losecuatorianos y las ecuatorianas.

    As como el papel de la ciudadana se ha transformado, tambines necesario un cambio en la actitud de la ciudadana, al igual que enla forma de hacer poltica por parte de los partidos y movimientos po-lticos, y particularmente de los asamblestas. Es necesario rescatar lapoltica y repolitizar la sociedad.

    No hay ms espacio para el pensamiento nico. No podemos se-guir creyendo que el consumismo y con l la lgica del mercado seala razn de la historia. Superemos aquellas visiones simplonas que pre-tenden hacernos creer que la sociedad puede entenderse siempre desdeaquella perspectiva consumista y que todo puede ser mercantilizado.

    La necesidad de un cambio de actitud

    El buen desempeo de la Asamblea requiere una nueva actitudpoltica de los y las asamblestas y de todos los ciudadanos y las ciuda-danas. Incluso aquellos ciudadanos y ciudadanas que no creyeron en laAsamblea, por el bien de la Patria deben dejar de apostar a su fracaso.Les invitamos a arrimar el hombro y a aportar cvicamente para queeste empeo tenga el mayor xito posible. Quienes desde un inicio apo-yaron la instalacin de la Asamblea en cambio, deben mantenerse vigi-lantes de que el proceso cumpla con sus expectativas, pues se trata deun momento histrico demasiado importante como para quedar sloen manos de los 130 asamblestas.

    En cuanto a nosotros, los asamblestas que formamos parte de lamayora, tengamos presente a cada momento que la democracia es pa-ra todos y para todas. Tenemos que aceptar y asimilar que ganar el fa-

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  • vor de la mayora no es igual a ganar el favor de todo el pueblo. Es im-perativo mantenernos humildes y reconocer que nuestra propuesta,respaldada por la mayora, an no ha logrado aceptacin en ciertos sec-tores de la poblacin, y que por lo tanto es necesario seguir trabajandopara lograr convencer, concertar y unificar lo ms posible al pas.

    Tenemos que aceptar que tampoco somos los nicos portadoresde esta propuesta de cambios revolucionarios. Nosotros apenas conti-nuamos las marchas de tantas mujeres y hombres, indgenas, afroecua-torianos, cholos, montubios, mestizos, jvenes, estudiantes, trabajado-res, campesinos, maestros, jubilados, emigrantes, ecologistas, amas decasa, empleados, profesionales, comunicadores sociales, artesanos, pes-cadores, artistas, investigadores, empresarios pequeos, medianos e in-cluso algunos grandes que han apostado por el pas y su crecimiento...Por lo tanto no podemos desconocer esta valiosa memoria acumuladaen tantas jornadas de lucha popular.

    Por su parte, los miembros de la minora deben entender el nue-vo momento histrico que vive Ecuador. Deben, primero, asimilar quesu propuesta no fue aceptada por la gran mayora de la poblacin, dequien deben ser dignos y justos representantes. Asimismo, la minoradebe reconocer que el pueblo ecuatoriano ha votado y reiterado suapoyo por una propuesta de cambio. Y no por un cambio abstracto yamorfo, no por reformas intrascendentes, sino por un cambio bien de-finido, que est en marcha desde el 15 de enero de 2007.

    Todos y todas debemos hacernos un llamado diario a compren-der la magnitud de este proceso; no podemos quedarnos cortos frenteal encargo y la demanda del pas. No podemos ser ciegos frente a lasgrandes injusticias y a las intensas luchas que nos han llevado hasta es-te momento.

    La Constitucin como proyecto de vida en comn

    El reto que enfrenta la Asamblea Constituyente, nuestra Asam-blea Constituyente, la de Ecuador, no es nicamente redactar una nue-va Constitucin. Debemos construir una nueva forma de hacer polti-ca, reconociendo el valor de la democracia en la voluntad de las mayo-ras, pero tambin en los derechos de representacin de las minoras.Slo con el concurso permanente de amplios sectores de la poblacin

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  • podremos contribuir al diseo de nuestra Constitucin, entendida co-mo un proyecto de vida en comn. Un proyecto escrito ahora, pensan-do en el maana. Un proyecto liberador y tolerante, sin prejuicios nidogmas. Un proyecto que nos permita tener una vida equilibrada en-tre todos los individuos, y de la colectividad con la Naturaleza.

    No nos olvidemos nunca que lo humano se realiza en comuni-dad. Y que la gestin del comportamiento humano, sustentado sobretodo en el accionar y en el poder de los ciudadanos y las ciudadanas,requiere de reglas claras para un buen gobierno, aquel que, como afir-m el Libertador Simn Bolvar en su clebre discurso ante el Congre-so de Angostura, el 15 de febrero de 1919, el da de su instalacin, es elque produce la mayor suma de felicidad posible, la mayor suma de se-guridad social y la mayor suma de estabilidad poltica.

    Nuestro compromiso es con el pas, con su gente, con el futuro.Eso nos obliga a acelerar el paso y a presentar propuestas de accinconcreta en todos los aspectos relevantes para la vida humana. Con es-te esfuerzo queremos darle fuerza a la esperanza. El momento que per-damos la esperanza seremos las vctimas perfectas de nuestros perpe-tuos verdugos.

    Volvamos a creer, no simplemente en un lder, no slo en unmovimiento o partido poltico, no en una alianza por ms necesariaque sea, volvamos a creer en cada uno de nosotros y nosotras. Este pue-blo maravilloso de gente buena, honesta, trabajadora, merece un mejordestino. La mayor riqueza que tenemos en Ecuador somos nosotros, lagente decidida, la gente unida. El futuro est en nuestras manos. Aquestamos para construir la patria nueva. Aqu estamos para inaugurarnuestro futuro.

    Sabemos de los problemas que durante dcadas, durante yacientos de aos, Ecuador arrastra; conocemos la crudeza de una reali-dad de inequidades de todo tipo; estamos conscientes del tamao de laresponsabilidad que tenemos por delante; pero somos optimistas por-que sabemos que no estamos solos ste no es un proceso para 130personas; millones de hombres y mujeres sern parte de esta construc-cin no slo desde su esperanza sino desde su participacin concreta,sus propuestas, su vigilancia, su compromiso para que los principiosque queremos plasmar en un texto poltico sean tambin los que rijannuestra vida cotidiana: somos optimistas y asumimos el reto que el

    Bitcora Constituyente 25

  • pueblo de Ecuador nos ha encargado y hoy no slo confirmamos esecompromiso frente al pas entero, sino que invitamos a todos los queno estn en Ciudad Alfaro a trabajar por la solidaridad, la justicia, laslibertades y los derechos que queremos en nuestra Constitucin perotambin en nuestra vida cotidiana.

    Asamblestas, la historia nos espera. No para escribirla ni para fi-gurar en ella a posteriori, sino para hacerla ahora.

    Muchas gracias.

    26 Alberto Acosta

  • EL PERIODISMO LIBRE, PATRITICOY REVOLUCIONARIO ES EL QUE CELEBRAMOS*

    Enero 5, 2008

    Con motivo del Da Nacional del Periodismo, quiero manifestarmi profunda felicitacin y enviar un abrazo sincero a todos los perio-distas que saben cumplir con su deber, y que hacen con la prctica desu profesin un instrumento de democracia y pluralismo.

    Es importante recordar que un da como hoy, un 5 de Enero, allen el ao de 1792, uno de nuestros prceres ms destacados Eugenio deSanta Cruz y Espejo, publicaba el primer nmero de las Primicias dela Cultura de Quito, peridico con profundo sentido crtico y poltico.Aquello dio origen a la noble funcin del periodismo en esta tierra quese converta luego en la Nacin ecuatoriana.

    Esta publicacin, debido al momento histrico que se viva enesa poca, le da a Espejo no slo el carcer de iniciador, sino de mxi-mo exponente del periodismo nacional. Y es que Espejo comprendi acabalidad el rol de la comunicacin, que es sobre todo y ante todo, unrol poltico. Lejos de considerarse a s mismo un expectador objetivo delos hechos, Espejo asume su papel de revolucionario, transmitiendosus ideas polticas a travs de sus muchos escritos.

    Recurdese que Espejo fue indio y fue negro. Hijo de un padre in-dgena y de una madre mulata, sufri en carne propia los golpes de ladiscriminacin colonial, obstculos que a la larga le permitieron formarsu carcter de revolucionario, como debe de ser todo gran periodista.As, sus ideas promovan la igualdad de todos los ciudadanos, particu-

    * Discurso durante el acto realizado por el Colegio de Periodistas de Pichincha porel Da Nacional del Periodismo.

  • larmente la igualdad de los indgenas con los criollos. Y asimismo, en susescritos, se mencionan por primera vez los derechos de la mujer.

    La publicacin de las Primicias de la Cultura de Quito, se diopoco despus de su retorno del exilio, periodo en el que Espejo inten-sific su actividad poltica y ayud a formar la Sociedad Patritica deAmigos del Pas.

    Espejo promova un despertar intelectual, as como el desarrollode un espritu crtico en la ciudadana, ambos elementos imprescindi-bles en un proceso de cambio social. Deca entonces en el primer n-mero de sus Primicias: no puede llamarse [] sabia una Nacin,mientras generalmente no est desposeda de preocupaciones, de errores,de caprichos; mientras con universalidad no atienda y abrace sus verda-deros intereses; no conozca y admita los medios de encontrar la verdad;no examine y adopte los caminos de llegar a su grandeza; no mire, enfin, con celo, y se entregue apasionadamente al incremento y felicidadde s misma, esto es el Estado y la sociedad1.

    Por varios de sus escritos, incluso se le atribuye a Espejo la inci-tacin de la libertad de las Colonias, por lo cual algunos lo considerancomo uno de los precursores de la independencia.

    Espejo entenda muy bien que el papel poltico del periodismopuede jugar no slo a favor, sino tambin en contra de una Revolucin.Es decir, comprenda que la comunicacin, as como puede ser trans-formadora, puede tambin volverse reaccionaria.

    Escriba entonces en sus Primicias: Yo ruego al cielo, que poreste aspecto miren mis conciudadanos las primicias de su suelo [] Quefinalmente, cierren los odos a la voz sediciosa de ciertas gentes que noqueriendo decir directamente que son doctas, indirectamente, pero en eltono ms alto, se predican tales; conjurando a todo el pueblo contra nues-tras reflexiones2.

    Y eso que bien valga decirlo- en la etapa colonial Espejo no tu-vo que enfrentar, como sucede hoy en da, todo un aparato de informa-cin al servicio del poder, pues en aquella poca la mejor poltica de co-municacin para mantener el statu quo era la NO comunicacin esdecir la conservacin de un pueblo ignorante y polticamente inactivo,y tuvo l la suerte, como dijimos antes, de ser un iniciador.

    Sin negar para nada los veloces avances tecnolgicos alcanzadosen las ltimas dcadas y que nos seguirn sorprendiendo da a da, hay

    28 Alberto Acosta

  • que tener presente que no toda la humanidad accede por igual al mun-do de la informtica. Todava la mitad o ms de los habitantes del pla-neta, al empezar el nuevo milenio, no han tenido contacto con un tel-fono, no se diga con la Internet. Y, de conformidad con estimaciones deespecialistas, realizadas al finalizar el siglo XXI apenas una de cada dospersonas tendr acceso a la interconexin digital. Una constatacinque, sin minimizar el papel de las tecnologas de punta, nos remite alvalor que tiene el papel y el lpiz como herramientas de liberacin, loque, adicionalmente, nos dice que muchos de los retos futuros siguensiendo los mismos de antao y que la posibilidad de una Edad Mediade alta tecnologa, pero excluyente en extremo, es una posibilidad ame-nazadora en ciernes o quizs ya en pleno proceso de construccin

    Lo profundo de la Edad Media en Europa fue para la mayora depersonas una etapa de oscuridad e ignorancia, con pocos avances cien-tficos al alcance de la sociedad. La Iglesia era un poder que se hallabapor encima del poder poltico. Haba un pensamiento nico, plasmadoen la Biblia, que motivaba las luchas las cruzadas- contra el terroris-mo de la poca. En el medioevo simplemente predominaba el presen-te y la oferta de la eternidad, la historia haba finalizado y el futuro noexista o era imposible.

    Sin pretender hacer comparaciones lineales, que podran resul-tar simplistas, muchas de esas realidades parecen volver a estar presen-tes en el mundo contemporneo. Si durante la Edad Media la mayorade la poblacin estaba estructuralmente marginada del progreso, hoytambin la mayora de habitantes del planeta no participa de los bene-ficios del progreso, est excluida. No tiene, en muchos casos, ni el pri-vilegio de ser explotada. Si, en los ms profundo de la Edad Media lagente no tena tiempo para reflexionar, estaba demasiado preocupadaen sobrevivir a las enfermedades que asolaban en forma de pestes, a ladesnutricin, al trabajo servil y a los abusos de los seores feudales ascomo a las interminables guerras, en la actualidad, mucha de estas pe-sadumbres, que para ms de la mitad de habitantes del planeta se man-tienen, parecen haberse incrementado por efecto del consumismo y dela sobrecarga de informaciones alienantes, que perversamente estnminando la capacidad crtica de las personas.

    La difusin global de ciertos patrones de consumo, en una pi-rueta de perversidad absoluta, se infiltra en el imaginario colectivo, aun

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  • de aquellos amplios grupos humanos sin capacidad econmica paraacceder a ese consumo, mantenindolos presos del deseo permanentede alcanzarlo. Si entonces la Iglesia era la encargada de preservar el co-nocimiento para proteger sus propios intereses, de mantener a las ma-sas ignorantes, temerosas de los brbaros y atadas a una visin totalita-ria de Dios, hoy son, en primer lugar, el FMI y el Banco Mundial lasmaquinarias de dominacin economicista al servicio de las empresastransnacionales, contando para ellos con el poder de dichas empresas,de los medios de comunicacin global, de los gobiernos de los pases ri-cos y por cierto tambin de los pequeos seores feudales elegidos pe-ridicamente como presidentes de las repblicas fondomonetaristas deinicio del siglo XXI. Recurdese que los grandes medios de comunica-cin, en un paralelismo con las prcticas inquisidoras del medioevo,marginan lo que no debe ser, al negar espacios para su publicacin.

    En ese contexto, el invento de la imprenta en 1450 fue una res-puesta dialctica renovadora, facilit la transmisin escrita, abri la po-sibilidad para masificar el conocimiento. Los libros asumieron el papelde medio de comunicacin por excelencia. Como se sabe, los libros,paulatinamente, terminaron por derruir la autoridad de la Iglesia Ca-tlica medieval, a travs de reformas formuladas entre otros por Mar-tn Lutero desde la propia lgica del pensamiento religioso dominante,as como desde los diversos nacionalismos que enfrentaron a los pode-res feudales. La misma secularizacin de las tierras de la Iglesia, dondese centraba su poder terrenal, fue una de las bases para el estableci-miento de los Estados modernos, que a su vez fueron el eje para el sur-gimiento de la economa de mercado, a travs de mltiples mecanis-mos como el apoyo a las expropiaciones forzosas o el establecimientode los aranceles y los subsidios.

    De igual manera, en la actualidad, hay claros esfuerzos por hacercreer a la humanidad que la historia ha finalizado, dada la supuesta im-plantacin definitiva del mercado y la democracia, tal como se plasmaen las reflexiones derivadas de la visin terminal de Francis Fukuyama(1989). En la Edad Media, mientras unos pocos se enriquecan y disfru-taban de sus inmensos bienes, controlando el mundo conocido, hoyunos cuantos grupos transnacionales, aliados de y protegidos por losgobiernos de los pases multilaterales, hacen lo mismo imponiendo suscondiciones en el globo.

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  • Qu es lo que buscan en la actualidad? Dominio y control de lasmayoras. Cmo lo plasman? A travs del miedo y de la inseguridad,con mtodos no siempre tan brutales como en la anterior Edad Media,pero sin duda ms efectivos. Si entonces la Iglesia buscaba controlar elalma ofreciendo el paraso despus de la muerte, hoy se quiere domes-ticar la mente ofreciendo el desarrollo luego del ajuste estructural. Sientonces la herramienta represora era la Inquisicin, hoy para sostener el pensamiento nico, el neoliberal, se recurre abiertamente al te-rrorismo econmico, con el que los gobernantes y sus ulicos losfundamentalistas del mercado (Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Eco-noma)- llevan a que la poblacin adopte posiciones sumisas supuesta-mente inevitables, frente al mismo ajuste estructural de inspiracinneoclsica, por ejemplo. A la ausencia de informacin de aquellos si-glos se contrapone en la actualidad una avalancha de informacin, mu-chas veces manipulada, que perversamente elimina las capacidades pa-ra informarse realmente y, ms todava, para desentraar lo que en esarealidad sucede. Esta Edad Media de alta tecnologa recreara un oscu-rantismo de otro signo, el de la informacin sin conciencia y el de latecnologa digital sin espritu. Se nutre de la escolstica plasmada en elConsenso de Washington. Y quin sabe si llegar el da en que, a travsde la manipulacin gentica, se pretenda construir superdotados y degrandes mayoras para las que el conformismo sea la norma

    Pero, como esa opcin parece lejana y como todava hay perso-nas conscientes y crticas, hay como confiar en un futuro humano, haycomo seguir bregando para que la humanidad no tenga que incursio-nar a travs de aquella pesadilla tecnolgica totalitaria. Es ms, parafra-seando a Carlos Marx y Federico Engels, las armas de que se sirvi laglobalizacin capitalista para derribar al estado-nacin se volvernahora en contra de la propia globalizacin. Esta globalizacin capi-talista, que es la responsable, en definitiva, de la aparente abolicin dela nacionalidad, a lo mejor nos lleva a otros niveles de organizacin delas sociedades mundiales desde donde podr plantear con mayor clari-dad y profundidad soluciones globales.

    Justamente ante este contexto global, de apertura al gran capitala nivel mundial, pero de creciente bloqueo a los flujos de seres huma-nos, afloran con fuerza nuevos medios de comunicacin. Los mismosavances tecnolgicos que alientan la globalizacin del capital, son los

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  • que posibilitan el surgimiento de otros periodistas, de otros flujos in-formativos ms democrticos

    Basta destacar las bitcoras ciudadanas los blogs-, los peridi-cos locales y localizados, incluso las radios comunitarias, que, enlazadaspor la WEB, articulan cadenas informativas que se van transformandoen una herramienta ciudadana de informacin, debate y conocimien-to. Y en un proceso dialctico, difcil de ser definido en el tiempo, exac-tamente por la velocidad y masificacin de los cambios en marcha, ve-mos como incluso los medios de comunicacin tradicionales se hanvisto forzados a ciudadanizar sus prcticas

    Ahora, en este escenario de tendencias globalizantes y excluyen-tes, de marchas y contramarchas, cabe preguntarse cul es el papel delperiodista, del comunicador. Hay, acaso, espacio para otros EspejoRecordemos que no fue Espejo contratado para informar lo que lospoderosos queran, sino que informaba de manera independiente ybuscaba un apoyo alineado con sus ideas. Especialmente ese periodis-mo libre, patritico y revolucionario es el que celebramos este da; pe-riodismo que, hay que reconocerlo, tambin emerge superando mu-chas veces severas limitaciones- en algunos medios de comunicacintradicionales.

    A todos esos periodistas comprometidos, felicidades y sigan ade-lante por la Patria.

    Notas1 Calendariohistorico.paginasamarillasec.com/t/_private/primicias.htm2 Ibd.

    32 Alberto Acosta

  • NO PERDEREMOS CON CONSPIRACIONESY DESESTABILIZACIONES IMPULSADAS POR LASOLIGARQUAS, LO QUE HEMOS GANADOEN DEMOCRACIA*

    Enero 15, 2008

    El 15 de enero de 2008: un hecho que hace historia

    Bienvenidos a este espacio de la democracia, en el exacto senti-do de la palabra. Aqu se expresa el soberano: aquel que, al observarque son las excepciones de una oligarqua vida de poder y de enrique-cimiento las que ejercen la ley; el que se ha convocado precisamentepara que esas excepciones dejen de ser la ley y sean sometidas a la leysuprema de todas y de todos, es decir a la Constitucin de la Repbli-ca del Ecuador.

    El ejercicio de la soberana, ms all de los preceptos enunciadospor la jurisprudencia positivista y de las versiones institucionalizadasextradas de la politologa, est en manos del pueblo en Asamblea,como lo conceptualizara hace miles de aos Aristteles. Es por lo tan-to esta Asamblea, nuestra Asamblea Constituyente, el significante de lavoluntad mayoritaria del pueblo ecuatoriano que demostr en las ur-nas, en elecciones libres, que necesita un Estado en el que esas excep-ciones sean reducidas a las necesidades y requerimientos del bien co-

    * Discurso en la sesin solemne con motivo de la presentacin del Informe a la Na-cin por el primer ao de labores del presidente constitucional de la Repblica delEcuador, economista Rafael Correa Delgado.

  • mn. Esta es la razn de ser de esta Asamblea Constituyente, como par-te de la Revolucin Ciudadana que ha comenzado.

    Este proyecto poltico de cambio se fund sobre la visin de cin-co Revoluciones especficas e interrelacionadas. La primera de ellas: laRevolucin Constitucional y Democrtica, que ya se est concretandoen la Constituyente; y que dar forma estructural de las otras cuatro:

    La segunda: la Revolucin tica, que empieza a tomar forma gra-cias a una ciudadana que cree en su gobierno, que cree en una Patrianueva en la que los derechos y deberes de un patriota tienen un signi-ficado ms profundo. Cobran aqu gran relevancia las palabras de EloyAlfaro, cuando dijera que: Los seres humanos indiferentes a la desven-tura de la nacin, aunque sean privadamente laboriosos, son los auxi-liares inconscientes de las desgracias y corrupcin de los pueblos.

    La tercera: la Revolucin econmica, que tiene como eje al serhumano y no a la acumulacin capitalista, permitindonos, por lo tan-to, superar los ltimos rezagos del rentismo y del neoliberalismo, apun-tando hacia el bienestar colectivo y a un pleno equilibrio entre desarro-llo y el ambiente.

    Nuestra cuarta revolucin, la Revolucin social, donde las equi-dades, la justicia y la armona con la Naturaleza se impongan comoagenda prioritaria. Hacia este ansiado objetivo, el papel de la Asambleatambin ser fundamental.

    Y finalmente, una Revolucin por la soberana y la integracinlatinoamericana, a travs de la cual podamos construir la Patria Gran-de, con la que tanto soaba Simn Bolvar.

    Ese es el camino que trazamos, y es el camino que estamos si-guiendo, fieles a nuestras convicciones pero abiertos siempre a enrique-cer nuestras visiones con aportes de los diversos actores polticos y so-ciales, y de todos los habitantes de nuestro pas.

    Como en todo proceso revolucionario, lo que hacemos y lo queest por venir necesariamente se opone a las sombras del pasado, msan si stas han controlado el poder y lo han usufructuado a lo largode la historia. Hemos vivido bajo el dominio de los rentistas que hancontrolado el Estado y los mercados, que han exprimido nuestros re-cursos teniendo a la ley como el justificativo de su opulencia y desme-dido enriquecimiento. Este poder es el que la Revolucin Ciudadanaest derrotando.

    34 Alberto Acosta

  • Buscamos construir una sociedad democrtica, no slo en susinstituciones sino tambin en sus valores de libertad, de responsabili-dad, de plenos derechos, practicante de sus obligaciones. Por lo tantouna sociedad incluyente, equitativa, justa y respetuosa de la vida.

    El Ecuador que queremos construir se fundamenta en una socie-dad en la que sea posible que todos tengamos efectivamente, y no slode manera declarativa, iguales posibilidades y oportunidades para unaexistencia plena, para una existencia solidaria, capaz de generar y dis-tribuir bienestar, donde lo individual y lo colectivo coexistan en equi-librio, donde la racionalidad econmica se reconcilie con la tica y elsentido comn.

    Queremos que nuestro Ecuador sea un lder en la lucha contrael calentamiento global, convirtindose en un referente planetario enpoltica ambiental. Queremos sobresalir tambin por el respeto a lo di-ferente, as como por oponernos al mal desarrollo que acompaa a losque neocolonialmente nos califican de subdesarrollados y que extraennuestros recursos para volverlos mercancas, lo que a su vez implica laexplotacin de los consumidores incluso de los llamados pases delnorte. Como nos dice Tagore: el pueblo ms rico no es el que ms tie-ne, sino el que menos necesita.

    Estamos viviendo un proceso de construccin democrtica, enun particular momento poltico, muy probablemente nico en nuestrahistoria republicana. El Estado se transforma para defender la demo-cracia liberando a esta de aquel fin de su historia profetizado por losidelogos de la larga noche neoliberal. Estas profecas de corta dura-cin, rechazadas por la mayora de los pueblos de Nuestra Amrica yde nuestro pas, nos empujan a derrotar propositivamente el modeloneoliberal hasta hace poco incuestionable y hegemnico, y por endeautoritario.

    Es a ese autoritarismo al que el soberano se opone para defenderla democracia. El nico camino que permite afianzar la democracia co-mo una conquista de la humanidad, es desarrollar permanentemente lademocracia. Esa es nuestra tarea. Parafraseando a Eloy Alfaro, en estenuevo momento de la historia ecuatoriana, podramos decir que noperderemos con conspiraciones y desestabilizaciones impulsadas porlas oligarquas, lo que hemos ganado en democracia.

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  • Por ello se ha impulsado y se seguir impulsando la participacinciudadana a travs de mltiples formas, ya sea con elecciones directas,con consultas populares o con otros mecanismos de comunicacin.

    Es prctica diaria de esta Asamblea la recepcin de centenares depropuestas, provenientes de grupos y representantes de diferentes fuer-zas polticas y sociales que se han reunido con las distintas Mesas Cons-tituyentes, como demostracin de la conexin existente entre lo queaqu hacemos en el proceso constituyente y una ciudadana activa, de-seosa de ser parte de la elaboracin de su Constitucin.

    As, ante las cenizas de Alfaro que descansan vigilantes en lo altode Montecristi, han desfilado grupos de mujeres, ancianos, indgenas,nios, trabajadores, campesinos, profesionales, emigrantes, desemplea-dos, empresarios, representantes de organizaciones no gubernamenta-les de diversa ndole, religiosos y ciudadanos en general, todos para ex-presar su respaldo. Este entusiasmo contrasta con las negativas visionesde determinados grupos de presin.

    Y tambin, seor presidente, nos visitan ciudadanos y ciudada-nas angustiados por sus difciles condiciones de vida o incmodos porhaber sufrido situaciones de violencia represiva como sucedi lamen-tablemente y usted lo ha condenado as como de enjuiciados cuyo cri-men ha sido luchar a favor de la vida en contra de prcticas extractivis-tas depredadoras en esencia.

    Contando con la activa interaccin de nuestra gente, hemos he-cho mucho hasta ahora compaeros y compaeras asamblestas, peroan queda mucho ms por hacer.

    Una de las crticas ms repetidas es que en 45 das de labores, laAsamblea no ha redactado un solo artculo de la nueva Constitucin yque, por lo tanto, est incumpliendo el mandato del pueblo. Habra querecordarles a estos crticos, algunos enquistados en nuestra Asamblea,que la creacin de una nueva Constitucin implica un proceso de refle-xin y de anlisis sobre las necesidades de la sociedad y, particularmen-te, sobre la visin de Pas que se quiere construir.

    Esta Constitucin no puede ser simplemente redactada por en-tendidos y laboriosos jurisconsultos. Es, ante todo, el resultado del de-bate y del acuerdo de todos y de todas, que en ejercicio de su libertadproponen, discrepan y concuerdan.

    Ponernos a redactar artculos de la Constitucin sin haber defi-nido antes democrticamente sus conceptos, sus principios bsicos, no

    36 Alberto Acosta

  • slo que sera torpe, sino que representara un engao a la ciudadana.Tambin imponer una visin global, sin anlisis y sin debate, sera unerror y un acto indudablemente antidemocrtico.

    No puede por lo tanto regirse la Asamblea Constituyente a laagenda impuesta por unos pocos privilegiados que desde los medios decomunicacin y desde sus espacios de poder se han acostumbrado adecirnos el qu y el cmo discutir nuestros problemas. Se fueron acos-tumbrando a discernir, a su antojo y mejor criterio, nuestros pensa-mientos. Peor an podemos orientarnos por los mandatos de esos gru-pos de inters parapetados en algunos partidos polticos rechazadospor el sentido comn de los ecuatorianos.

    La tarea es enorme. Tenemos que abrir espacios de debate sobretodos los temas de inters nacional, como pueden ser, entre muchosotros, dar paso a una profunda reforma institucional del Estado; forta-lecer desde sus bases y desde su prctica la institucionalidad democr-tica; asumir como poltica de Estado el Plan Nacional de Desarrollo,que debera ser aprobado por la legislatura; visibilizar otras formas depropiedad, que van ms all de la propiedad privada, para consolidaruna economa sustentada en la solidaridad; impulsar un proceso de-mocrtico y participativo de redefinicin del ordenamiento territorialy administrativo del pas; establecer lmites entre el crecimiento pro-ductivista y la sustentabilidad; fijar parmetros realistas para determi-nar el monto de inversin social en salud, educacin y vivienda, inclu-yendo una reingeniera del sistema de seguridad social; garantizar elefectivo respeto a la naturaleza y a la vida misma; impulsar la recupe-racin de soberanas nacionales en el mbito alimentario, cultural, eco-nmico, ecolgico y tambin regional.

    En estas circunstancias, a pesar de las crticas de mala fe, el pue-blo empieza a apropiarse de su Constitucin embrionaria, empieza aenamorarse de lo que sta representa para construir un nuevo Ecuador,un Ecuador democrtico, un Ecuador solidario y un Ecuador compro-metido con el cambio.

    Asumimos el dictamen del poeta Jos Joaqun de Olmedo en suCanto a Junn: Decimos quien no espera vencer, ya est vencido!. Ynosotros vamos a vencer.

    Nuestro compromiso es por el imperio del orden sobre el desor-den impuesto por la egolatra mercantilista. Para lograrlo recuperamos

    Bitcora Constituyente 37

  • de Eloy Alfaro la satisfaccin por el servicio comprometido con el otroy la renuncia a la posesin y al lucro, afirmando con l: Nada quieropara m. Todo para vosotros que sois el pueblo que se ha hecho dignode ser libre.

    A nombre de la Asamblea Constituyente, expreso una vez msmi gratitud al noble pueblo de Manab, en especial al de Montecristique nos ha acogido y que nos resguarda vigilante.

    Ecuatorianos y ecuatorianas: Todo para la Patria, nada para no-sotros!

    Seor presidente, hemos compartido un ao de esta nueva vidade la Patria, nos sentimos representados por usted y hacemos nuestrala gratitud y fe del pueblo ecuatoriano en su gobierno.

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  • DE 1906 A 2008:DOS CONSTITUCIONES, DOS REVOLUCIONES*

    Enero 29, 2008

    En esta ocasin, a los 96 aos del asesinato del general Eloy Al-faro, cobra renovada fuerza su memoria. Hoy ms que nunca su lega-do de libertad est presente. Y no slo porque sus restos, al menos unaparte de ellos, se encuentren en Montecristi.

    Sin minimizar la importancia del homenaje recibido con laconstruccin de Ciudad Alfaro, creo que la oportunidad que se abre alpueblo ecuatoriano con nuestra Asamblea Constituyente, debe trans-formarse en un ejercicio de rescate histrico de su herencia transfor-madora. Ese sera el mayor y mejor homenaje al Viejo Luchador y a suobra. Sera, adems, un acto de desagravio a su asesinato que qued enla ms absoluta impunidad

    Y para ello nada mejor que dar paso a una Constitucin partici-pativa, pero sobre todo profundamente liberadora en lo poltico, en losocial, en lo cultural, en lo ambiental; liberacin indispensable parauna real ampliacin de nuestras potencialidades econmicas a travsde la creacin y consolidacin de una renovada y renovadora institu-cionalidad democrtica, que asegure una profunda insercin social.

    Esta tarea de repensar y transformar el pas, que es ahora nues-tra tarea, se cristaliz hace poco ms de cien aos, durante la Revolu-cin Liberal, con la Constitucin de 1906, que expres la culminacinde un largo proceso de afirmacin del Estado Nacional, que se inici en1830, cuando naci la Repblica del Ecuador. Los logros conseguidos

    * Discurso durante la sesin solemne por el aniversario 96 del asesinato del generalEloy Alfaro.

  • entonces slo fueron posibles por el triunfo de la Revolucin Liberal,liderada por el general Eloy Alfaro, en 1895.

    Esa Constitucin represent la introduccin y consolidacin deuna serie de derechos y garantas fundamentales para los ecuatorianosy las ecuatorianas.

    Durante ese largo proceso histrico, en lo poltico predominaronlas confrontaciones entre conservadores y liberales, generalmente agru-pados alrededor de prestantes caudillos. En aquel entonces, los conser-vadores hallaron en la Iglesia Catlica un poderoso aliado poltico.Adems, el pas estuvo sujeto a poderosas influencias de grandes terra-tenientes costeos y hacendados serranos, con intereses vinculados aabusivos comerciantes y banqueros, que mantuvieron distintas formasde explotacin y dominio sobre campesinos, indios y trabajadores in-defensos. En ese contexto, tambin fue progresivamente amplindose lalucha social para lograr mejores condiciones de vida, as como porcrear un Estado que represente los ms amplios intereses ciudadanos.

    La Revolucin Liberal Ecuatoriana recogi este espritu y sus lo-gros permitieron avances significativos en la construccin de un nuevopas:

    La Constitucin de 1906 la Carta Magna liberal proclam enforma definitiva el Estado laico, separndolo de la Iglesia Catlica.

    Fortaleci al Ejecutivo, al Congreso bicameral y a la Funcin Ju-risdiccional.

    Consagr la enseanza libre e incluso la gratuidad de la educa-cin primaria y la de artes y oficios.

    Reconoci ampliamente los derechos fundamentales del ser hu-mano: libertad individual, personal, de conciencia y de pensa-miento, derecho a la propiedad, libertad de trabajo y de indus-tria, inviolabilidad del domicilio y la correspondencia, libertadde sufragio, de reunin y asociacin, proteccin y garantas ciu-dadanas en materia judicial.

    Asimismo, se prohibieron las penas infamantes y se consigui laabolicin absoluta de la pena de muerte.

    De este modo, la Constitucin de 1906 le permiti a Ecuador ce-rrar un ciclo histrico y al mismo tiempo, iniciar uno nuevo. Al afirmar

    40 Alberto Acosta

  • el papel del Estado como institucin al servicio de los intereses nacio-nales y al ampliar el reconocimiento de los derechos y garantas indivi-duales, dio un paso adelante en la construccin de la democracia ecua-toriana, continuada despus por el ascenso de nuevas luchas, conquis-tas y esperanzas de la sociedad nacional.

    Bien nos recuerda Alfredo Pareja Diezcanseco, refirindose a laConstitucin de 1906, que ningn documento de esta ndole ha refle-jado ms directamente la realidad nacional de esos das, de los inme-diatamente anteriores y, por un largo perodo, de los que siguieron.

    Su influencia positiva podra ser destacada largamente en variospuntos. Bastara con recordar que la separacin de la Iglesia del Estadoabri la puerta a la libertad de cultos, lo que elimin muchas causas delconflicto religioso, muchas veces detonante de cruentas guerras civiles.Quizs tenemos aqu una de las explicaciones para mejor entender porqu en Ecuador no se han producido enfrentamientos tan brutales ydesgarradores como los que viven nuestro vecino en el norte y hastahace poco nuestro vecino en el sur.

    Sin embargo, esta nueva Constitucin, la duodcima de nuestrahistoria republicana, fue insuficiente para asegurar los logros obteni-dos y las oportunidades que ofreca. Las fuerzas de la dominacin y laexplotacin no fueron totalmente derrotadas. Sus representantes acep-taron el laicismo y varias de las leyes liberales. Hasta que, el poder te-rrateniente bloque el gran propsito de cambio, incluso en contuber-nio con distinguidos militantes del liberalismo. La revolucin fue vil-mente traicionada

    No slo eso. Su lder, el general Eloy Alfaro, fue brutalmente ase-sinado. El gobierno liberal y sus tropas permitieron con una tranquili-dad cmplice la consumacin de una masacre que concluy hace 96aos en la tristemente clebre hoguera brbara.

    Hoy, a inicios de 2008, a poco ms de un siglo de promulgada laConstitucin de 1906, cuando hemos tenido siete constituciones msdesde entonces, la Asamblea Constituyente en Montecristi recoge eselegado de Alfaro y de la Revolucin Liberal. Tenemos una nueva opor-tunidad para introducir las transformaciones estructurales profundasy revolucionarias que clama la sociedad, tanto por las deudas acumu-ladas en el siglo XX, como por las exigencias y demandas que nos plan-tea el siglo XXI.

    Bitcora Constituyente 41

  • Gracias a nuestra Asamblea tenemos el enorme desafo y la granresponsabilidad para no slo desarmar esas estructuras caducas, sino,especialmente, para construir una Patria incluyente, equitativa y justa.Despus de tantos aos de resistencias y desencuentros, ha llegado lahora de la construccin entre todos y para todos. Es el momento, com-paeros y compaeras asamblestas, de demostrar que podemos soarcolectivamente, de demostrar que podemos construir y llegar a consen-sos, de demostrar que podemos caminar juntos para transformar nues-tro Pas en paz y democracia.

    Por lo tanto esta Constitucin, nuestra Constitucin, no puedeser elaborada representando exclusivamente intereses particulares o degrupo. Muchas constituciones anteriores no se elaboraron por y para elpueblo, sino incluso a pesar del pueblo. Fueron cartas magnas escritaspara satisfacer los intereses del gran capital y sus socios. Esto determi-n que nadie percibiera a la Constitucin como algo propio, merecedorde respeto, digno de defender. As nuestras constituciones han sido vis-tas como libros ajenos, textos lejanos, repletos de reglas, ininteligiblespara el ciudadano comn. Bajo tales condiciones, el establecimiento deuna democracia firme, era poco menos que utpico.

    Pero esta vez es diferente. Y lo es porque cuenta con el apoyo delas masas, comenzando con los marginados y desplazados de siempre.

    Este proceso Constituyente no fue concebido aisladamente delos deseos del pueblo, sino que busca que las grandes mayoras se invo-lucren cada vez ms en l.

    Por ello hemos impulsado y lo seguiremos haciendo la parti-cipacin ciudadana a travs de mltiples formas, desarrollando una co-municacin directa e intensa con la ciudadana. Algo que ha quedadoplasmado en la recepcin de cientos de propuestas ciudadanas intere-sadas en colaborar con el proceso Constituyente, as como en el dilo-go permanente de los y las asamblestas con la ciudadana. Todas estasformas de participacin ciudadana son fundamentales en un procesode transformacin democrtica. Cambio que pretenden obstaculizarlos intereses de siempre y que el pueblo sabr afrontar, consciente deque esta vez los beneficios, no menos que las responsabilidades, estarnen sus manos.

    El llamado a cumplir con esta tarea democrtica nos lleva a re-forzar nuestro trabajo, reiterando hoy, como entonces, Nada para no-sotros, todo para la Patria!

    42 Alberto Acosta

  • RENUNCIO A LA PRESIDENCIA DE LA ASAMBLEAY SIGO EN LA LUCHA!

    Junio 23, 2008

    Compaeros y compaeras asamblestas:

    Este es para m un momento duro, difcil, que lo asumo con to-da la responsabilidad del caso. Por las razones que expondr ms ade-lante, debo retirarme de la Presidencia de la Asamblea.

    Pero antes quiero recordar que en mi intervencin, con ocasinde la instalacin de la Asamblea Constituyente, expres convencido,que quienes construyen la historia son los Pueblos.

    Dije tambin que esta Asamblea Constituyente es una oportuni-dad nica de cambio, un cambio sentido y reclamado por todo el pue-blo ecuatoriano, que deposit en nosotros su esperanza de construir unEstado, no slo garante de la nocin del bien comn deseado sinoefectivamente establecido, para que podamos realizar el BUEN VIVIR,el ALLY KAUSAY.

    Un BUEN VIVIR como condicin para alcanzar una verdaderacalidad de vida, trascendiendo la supervivencia, dejando a un lado laopulencia y el consumismo insaciable, del que, como es que conocido,se aprovechan unos pocos.

    Este BUEN VIVIR, enunciado y aprobado por esta Asamblea,tiene como fundamento el respeto y el reconocimiento del otro. Ponepor lo tanto en prctica aquel principio bsico de la libertad, de quemi libertad tiene como lmite la libertad del otro. De ese otro con elque constituimos una comunidad social, adems de poltica, en tantoprocesamos nuestros acuerdos y desacuerdos. Pero tambin con eseotro diferente, que pertenece a otra forma o comunidad de vida, que

  • no nos puede ser ajena y debemos respetar. Todas estas formas de en-tender la vida, sin embargo, no son posibles sin la base de su origen: laNaturaleza.

    De ah que, la libertad en el BUEN VIVIR, slo es realizable conel otro en igualdad de condiciones y oportunidades, con los otros, conlos que mantenemos horizontales relaciones sociales, sin que sobreellos se ejerza ninguna forma de poder que los niegue y domine, y conla Naturaleza de la que somos parte.

    La Constitucin, fruto del trabajo de todos y todas, al afirmar elBUEN VIVIR, adems de dar paso a las nuevas institucionalidadescreadas y afirmar que nuestros derechos han de ser efectivos y no no-minales, significa un hito histrico: un antes, en el que el imperio de laley de unos era el fundamento del orden; por un despus, en el que ci-mentamos la construccin de un nuevo modelo de desarrollo, un pro-yecto de vida creativo, armonioso, en paz, necesario universalmente.As, hacemos posible la esperanza, la realizacin de las utopas sin cuyabsqueda la humanidad no es posible y ms an su futuro incierto.

    Cumpliendo con el plan de gobierno de Acuerdo Pas y connuestros compromisos electorales, enriquecindolos con los valiososaportes de todos los grupos representados en esta Asamblea, hemosavanzado en la creacin de un NUEVO ORDEN. Los textos constitu-cionales aprobados y en discusin comienzan a delinear en la nuevaConstitucin un proyecto de vida en comn elaborado entre todos ytodas.

    Un proyecto con historia, que se nutre de las luchas y las movi-lizaciones a Montecristi de tantas mujeres y hombres, indgenas,afroecuatorianos, cholos, montubios, mestizos, jvenes, estudiantes,trabajadores, campesinos, maestros, jubilados, emigrantes, ecologis-tas, amas de casa, empleados, profesionales, comunicadores sociales,artesanos, pescadores, artistas, investigadores, pequeos, medianos eincluso algunos grandes empresarios que han apostado por el pas ysu crecimiento. Por lo tanto, no podemos desconocer esta valiosa me-moria acumulada y que est a punto de plasmarse en una nuevaConstitucin.

    En esta ocasin, sin agotar todos los puntos de quiebre transfor-mador, quisiera mencionar los siguientes:

    44 Alberto Acosta

  • A travs del reconocimiento de la plurinacionalidad nos reen-contramos en un Estado que, siendo nico en su soberana y te-rritorialidad, reconoce e incorpora las distintas naciones origi-narias y ancestrales que forman parte de Ecuador. Reafirmamos,entonces,que esa convivencia, sin relaciones coloniales de poder,supone un permanente proceso de interculturalidad.

    Desde las juntas parroquiales, las ciudades, las provincias y lasfuturas regiones, invitamos a la sociedad a instalar un verdaderorgimen autonmico, superando una cuestin pendiente desdeinicios de la repblica y que ha atravesado nuestra historia.Inauguramos la descentralizacin real, afirmando que es posibley necesario potenciar las capacidades y anhelos de los habitantesde las distintas ciudades, provincias, regiones y pueblos del pas.Clarificamos y dejamos explcitas las competencias para los dis-tintos niveles de gobierno, clave para la buena organizacin yconvivencia del Ecuador, y fijamos los recursos financieros nece-sarios para su cristalizacin.

    Fortalecemos las capacidades del gobierno central, impulsandouna centralidad fuerte, sin la cual la descentralizacin es una fa-lacia. As, se restituye al Estado la capacidad de manejo y ordende las finanzas pblicas, las funciones de planificacin como ejerector de la gestin de lo pblico, a la que deben adscribirse lospresupuestos con perspectiva plurianual a ser aprobados por laLegislatura.

    La supremaca del Estado Constitucional de Derecho estarasegurada por la nueva Corte Constitucional, como instanciade control constitucional, autnoma y diferenciada de los de-ms poderes y funciones.

    Nuestro pas ser un territorio de paz, libre de la presencia detropas extranjeras, es otro de los compromisos cristalizados en lanueva Constitucin.

    La demanda sentida y vivamente proclamada por el puebloecuatoriano recurdese aquel grito: que se vayan todos, expre-sin de la ira popular al permanente chantaje y sometimientoen la nominacin de autoridades de control y administracin dela justicia, por parte de pequeos grupos de inters, parapetados

    Bitcora Constituyente 45

  • en ciertos partidos polticos, ha sido positivamente recogida conla instauracin del Poder Ciudadano. Y la Funcin Electoral se-r totalmente independiente, transparente, diferenciando la ad-ministracin electoral de lo contencioso electoral.

    Haremos realidad el establecimiento de un Estado capaz de afir-mar las oportunidades de todos y todas, impulsando sus capaci-dades y redistribuyendo sus recursos, profundizando los dere-chos a la educacin, la salud y la seguridad social.

    La Naturaleza es sujeto de derechos, sus ciclos vitales deben serrespetados, garantizados, instaurando la institucionalidad nece-saria para su defensa y procesos de reclamacin. Esto es algo in-dito y de un gran valor real y simblico, constituyndose en unaporte novedoso y pionero a la legislacin mundial. Como unpunto especial en este mbito, hemos declarado que el derechoal agua es un derecho humano fundamental.

    En cuanto a beneficios y avances ms tangibles e inmediatos, lanueva Constitucin reconoce con iguales derechos y garantastoda forma de trabajo, incluidas las de auto sustento, las autno-mas, las de cuidado humano y por supuesto las dependientes depatrono.

    El salario digno debe propender a ser equivalente al costo de lacanasta bsica familiar. No habr ms sobreexplotacin del tra-bajador, se ha eliminado toda forma de subcontratacin y traba-jo precario. Todo trabajador debe ser contratado directamente,con el goce a la estabilidad y dems derechos laborales.

    La educacin superior y universitaria, ser gratuita, como tam-bin la preescolar, la escolar y la secundaria.

    El acceso a la justicia, tambin ser gratuito. Los recursos para sufragar los gastos en educacin, salud, nutri-

    cin, justicia, y otras necesidades bsicas, al ser considerados co-mo gasto permanente, dejarn de depender de ingresos extras,pasando a ser prioritarios, y debern fijarse obligatoriamente enel Presupuesto General del Estado. El presupuesto para la educa-cin y la salud se incrementar progresivamente cada ao hastaalcanzar al menos el cuatro y seis por ciento del Producto Inter-no Bruto, respectivamente.

    46 Alberto Acosta

  • Ahora ms que nunca, cuando la crisis por los elevados preciosde los alimentos a nivel mundial golpea tambin a nuestro pas,ratificamos nuestro compromiso con la soberana alimentaria.

    Los ahorros y depsitos del Pueblo ya no podrn ser confisca-dos. Tampoco podrn ser financiadas con recursos pblicos lasquiebras de los bancos privados. Los banqueros sern banque-ros, nada ms que banqueros

    Respetamos la propiedad privada, prohibindose expresamentetoda forma de confiscacin. Esto no implica que se tolerar lapropiedad mal habida o la creciente concentracin de la riquezaen pocas manos. Reconocemos la variedad de formas de propie-dad existentes: la pblica, la privada, la comunitaria, cooperati-va, asociativa. Buscamos una sociedad de propietarios producto-res, mas no de siervos.

    Los ecuatorianos y ecuatorianas que viven en el exterior podrnparticipar activamente en las elecciones; a ms del derecho al vo-to, tendrn representantes polticos en el poder legislativo y par-ticipacin en todas aquellas decisiones que sean sometidas aconsulta popular.

    Hasta el momento el proyecto de texto constitucional cuenta con

    - 57 artculos finales aprobados,- 29 con informe, pendientes slo de votacin final,- 11 en las subcomisiones de elaboracin de textos para la vota-

    cin final,- 83 listos para el segundo debate,- 69 en proceso de elaboracin de informes para segundo debate,- 48 con informe para primer debate y - alrededor de 225 artculos en trmite para primer debate a tra-

    vs de Secretara.

    Tenemos ya alrededor de 500 artculos en diferente fase de tra-mitacin, que podran reducirse en nmero a travs de los necesariosajustes y recortes. Es decir, en la prctica la totalidad del nuevo textoconstitucional est lista.

    Bitcora Constituyente 47

  • El trabajo de esta Asamblea, la nueva Constitucin, estoy seguromerecer la entusiasta aprobacin de todo el pueblo ecuatoriano. Esta-mos cumpliendo.

    Son ustedes, compaeros y compaeras asamblestas, actores ytestigos de arduas jornadas, intensos debates, profundos anlisis de lasiniciativas y propuestas, verbales y escritas, formuladas en los foros,mesas itinerantes, manifestaciones pblicas, medios de comunicacin,mesas constituyentes y sesiones del Pleno. No hemos escatimado eltiempo para el trabajo. Todo lo contrario, conscientes de los lmitestemporales, hemos sacrificado incluso el necesario descanso, en fun-cin de la profundidad conceptual, la apertura para que todas las vocessean odas y la oportunidad de explicitar las diferentes opiniones y losdisensos, y la bsqueda, siempre que sea posible, de acuerdos e inclusode consensos entre distintas visiones.

    La democracia tiene como condicin intrnseca fundamental,que todos y todas puedan escuchar y ser escuchados. Y para hacerlo fuenecesario contar con instancias en las que el dilogo y el debate permi-tieran identificar a los actores, a todas las fuerzas polticas y a los dis-tintos intereses, para alcanzar el bien comn, el de las mayoras, deecuatorianos y ecuatorianas.

    La Asamblea Constituyente ha sido y es el espacio democrticopor excelencia, como seal en la exposicin de instalacin de la mis-ma. Es precisamente el mismo proceso constituyente en s: es decir elcamino recorrido y por recorrer hasta su definicin, y el modo en quese d su efectiva instrumentacin, y no slo el texto que se apruebe, loque hace que esta nueva Constitucin trascienda y llegue a ser impor-tante para la vida de todos los habitantes de nuestro Ecuador. Insisto enque la sociedad ser democrtica slo si su proceso de construccin esdemocrtico.

    Con este proceso me he comprometido. Esta ha sido mi opciny he buscado que todas mis opiniones y actos estn enmarcados en ella.Tambin afirmaba entonces, y me ratifico hoy, que debemos buscar yobtener un verdadero pacto social en el que las grandes mayoras perotambin las minoras, se reconozcan y reconcilien: no debemos excluir.Aad, y estoy convencido de ello, que tenemos la necesidad de un cam-bio en la forma de hacer poltica, rescatando la poltica y repolitizandola sociedad; teniendo presente a cada momento que la democracia es

    48 Alberto Acosta

  • para todos y para todas. Rechazando en los hechos, y no slo en los dis-cursos, las viejas y desgastadas prcticas de la partidocracia.

    Con estas urgencias sociales y polticas, que van ms all deaquellas temporales, me compromet y aspiro a haber cumplido. Poreso no creo que se deba sacrificar el debate, la deliberacin, la apro-piacin e identificacin con el proceso, la claridad y calidad de lostextos, a la premura de los tiempos. No nos hemos distrado de nues-tras tareas, lo prueba lo hecho hasta ahora. Asumo los errores come-tidos, que bien pueden ocurrir cuando se busca hacer un camino in-cluyente y democrtico.

    Esta disposicin y posicin personal, de no sacrificar el debatepor la premura del plazo, no es compartida en sus alcances y con lo queello significa en tiempos, por la mayora de la cpula de Acuerdo Pas,movimiento al cual pertenezco y al que reafirmo mi adscripcin. Des-de all, al retirarme de facto su apoyo, me solicitaron dar paso a otra di-reccin que apresure la aprobacin de los textos para cumplir con la fe-cha tope del 26 de julio. Respeto su posicin.

    Por ello, teniendo presente que lo fundamental es la nuevaConstitucin, ms all de legtimas posiciones ganadas con la votacinpopular, sin intentar siquiera provocar como en otras pocas una pug-na de poderes o dar paso a la ms mnima divisin del bloque deAcuerdo Pas, presento ante ustedes mi renuncia irrevocable a la fun-cin de Presidente de la Asamblea.

    Mi renuncia no significa dejar la delegacin con la que me hon-rara el pueblo ecuatoriano. No significa alejarme de mi compromisocon el plan de gobierno de Acuerdo Pas y con nuestros compromisoselectorales. Continuar como asamblesta, como lo que siempre quiseser, fiel a mis principios, dispuesto al dilogo, atento a las controversiasy participante del bloque de Acuerdo Pas.

    Todos podemos hacer posible que el sueo de los ecuatorianos ylas ecuatorianas se realice, y que contemos con una Constitucin querefleje sus reivindicaciones y anhelos por un mundo mejor, justo y enpaz. Y si para ello hay que sacrificar posiciones personales, hagmoslo.

    Aprend mucho de ustedes. Siento que el ejercicio de la autori-dad, responsable con quienes le designan, respetuosa del mandato en-comendado, ennoblece. Lo contrario, el ejercicio del poder por el po-der, embrutece. Ese riesgo no me lo correr, prefiero seguir siendo fiel

    Bitcora Constituyente 49

  • a mis principios, aun cuando mi renuncia pudiera no ser adecuada-mente comprendida.

    Mi gratitud a mis compaeros y compaeras asamblestas de to-das las bancadas, a mis asesores y asesoras, a los edecanes, designadospor nuestras Fuerzas Armadas, al personal administrativo, a los miem-bros de la Guardia de la Polica Nacional, al personal de servicios, a losrepresentantes de los medios de comunicacin, a MI FAMILIA y a to-dos aquellos que hicieron posible los avances logrados hasta ahora pa-ra construir un proyecto liberador y tolerante, sin prejuicios ni dogmas.Un proyecto de vida, equilibrado entre todos los individuos y de la co-lectividad con la Naturaleza.

    Al rememorar estos momentos vividos en Montecristi, los recor-dar con cario y respetuoso afecto.

    Hoy ms que nunca cobra vigencia el mensaje de Eloy Alfaro:TODO PARA LA PATRIA, NADA PARA NOSOTROS!

    Muchas gracias.

    50 Alberto Acosta

  • IIDE MI PUO Y LETRA

  • Lo econmico y lo social: el ser humano como el centro del desarrollo

  • LOS RIESGOS DE UNA NUEVA EDAD MEDIADE ALTA TECNOLOGA

    Diciembre 11, 2007

    Si aceptamos que las condiciones existentes en el mundo se ase-mejan cada vez ms a las de una Edad Media con reducidos grupos hu-manos que concentran los avances tecnolgicos manteniendo crecien-tes exclusiones sociales, en medio de insospechadas tensiones polticasy con un marcado deterioro ecolgico, de plano habra que descartar laidea de una aldea global, acuada por primera vez por Herbert Mars-hall McLuhan, profesor universitario canadiense. Lo que estara enciernes es una suerte de Edad Media de alta tecnologa, no inspirada enel determinismo tecnolgico de McLuhan. Segn l, la velocidad elc-trica tiende a abolir el tiempo y el espacio de la conciencia humana. Noexiste demora entre el efecto de un acontecimiento y el siguiente. Lasextensiones elctricas de nuestro sistema nervioso crean un campounificado de estructuras orgnicamente interrelacionadas que noso-tros llamaremos la actual Era de la Informacin. El resultado de esteproceso, siguiendo con la reflexin de McLuhan, bastara para modifi-car las percepciones y transformar las relaciones sociales.

    Sin negar para nada los veloces avances tecnolgicos alcanzadosen las ltimas dcadas y que nos seguirn sorprendiendo da a da, hayque tener presente que no toda la humanidad accede por igual al mun-do de la informtica. Todava la mitad o ms de habitantes del planeta,al empezar el nuevo milenio, no han tenido contacto con un telfono,no se diga con Internet. Y, de conformidad con estimaciones de espe-cialistas, realizadas al finalizar el siglo XXI apenas una de cada dos per-sonas tendr acceso a la interconexin digital. Una constatacin que,sin minimizar el papel de las tecnologas de punta, nos remite al valor

  • que tiene el papel y el lpiz como herramientas de liberacin, lo que,adicionalmente, nos dice que muchos de los retos futuros siguen sien-do los mismos de antao y que la posibilidad de una Edad Media de al-ta tecnologa, pero excluyente en extremo, es una posibilidad amenaza-dora en ciernes o quizs ya en pleno proceso de construccin

    Lo profundo de la Edad Media en Europa fue para la mayora depersonas una etapa de oscuridad e ignorancia, con pocos avances cien-tficos al alcance de la sociedad. La Iglesia era un poder que se hallabapor encima del poder poltico. Haba un pensamiento nico, plasmadoen la Biblia, que motivaba las luchas las cruzadas contra el terroris-mo de la poca. En el Medioevo simplemente predominaba el presentey la oferta de la eternidad, la historia haba finalizado y el futuro noexista o era imposible.

    Sin pretender hacer comparaciones lineales, que podran resul-tar simplistas, muchas de esas realidades parecen volver a estar presen-tes en el mundo contemporneo. Si durante la Edad Media la mayorade la poblacin estaba estructuralmente marginada del progreso, hoytambin la mayora de habitantes del planeta no participa de los bene-ficios del progreso, est excluida. No tiene, en muchos casos, ni el pri-vilegio de ser explotada. Si, en lo ms profundo de la Edad Media lagente no tena tiempo para reflexionar, estaba demasiado preocupadaen sobrevivir a las enfermedades que asolaban en forma de pestes, a ladesnutricin, al trabajo servil y a los abusos de los seores feudales ascomo a las interminables guerras, en la actualidad, muchas de stas pe-sadumbres, que para ms de la mitad de habitantes del planeta se man-tienen, parecen haberse incrementado por efecto del consumismo y dela sobrecarga de informaciones alienantes, que perversamente estnminando la capacidad crtica de las personas.

    La difusin global de ciertos patrones de consumo, en una pirue-ta de perversidad absoluta, se infiltra en el imaginario colectivo, aun deaquellos amplios grupos humanos sin capacidad econmica para acce-der a ese consumo, mantenindolos presos del deseo permanente de al-canzarlo. Si entonces la Iglesia era la encargada de preservar el conoci-miento para proteger sus propios intereses, de mantener a las masas ig-norantes, temerosas de los brbaros y atadas a una visin totalitaria deDios, hoy son, en primer lugar, el FMI y el Banco Mundial las maqui-narias de dominacin economicista al servicio de las empresas transna-

    56 Alberto Acosta

  • cionales, contando para ello con el poder de dichas empresas, de losmedios de comunicacin global, de los gobiernos de los pases ricos ypor cierto tambin de los pequeos seores feudales elegidos peridi-camente como presidentes de las repblicas fondomonetaristas de ini-cios del siglo XXI. Recurdese que los grandes medios de comunica-cin, en un paralelismo con las prcticas inquisidoras del Medioevo,marginan lo que no debe ser, al negar espacios para su publicacin.

    En ese contexto, el invento de la imprenta en 1450 fue una res-puesta dialctica renovadora, facilit la transmisin escrita, abri laposibilidad de masificar el conocimiento. Los libros asumieron el papelde medio de comunicacin por excelencia. Como se sabe, los libros,paulatinamente, terminaron por derruir la autoridad de la Iglesia Ca-tlica medieval, a travs de reformas formuladas entre otros por Mar-tn Lutero desde la propia lgica del pensamiento religioso dominante,as como desde los diversos nacionalismos que enfrentaron a los pode-res feudales. La misma secularizacin de las tierras de la Iglesia, dondese centraba su poder terrenal, fue una de las bases para el estableci-miento de los Estados modernos, que a su vez fueron el eje para el sur-gimiento de la economa de mercado, a travs de mltiples mecanis-mos como el apoyo a las expropiaciones forzosas o el establecimientode los aranceles y los subsidios.

    De igual manera, en la actualidad, hay claros esfuerzos por hacercreer a la humanidad que la historia ha finalizado, dada la supuesta im-plantacin definitiva del mercado y la democracia, tal como se plasmaen las reflexiones derivadas de la visin terminal de Francis Fukuyama(1989). En la Edad Media, mientras unos pocos se enriquecan y dis-frutaban de sus inmensos bienes, controlando el mundo conocido, hoyunos cuantos grupos transnacionales, aliados de y protegidos por losgob