Bol. La Voz de Ujier No82

16
UJIER ES UNA PUBLICACIÓN DE LA IGLESIA DE LA ALABANZA DEL SEÑOR JESUCRISTO Santo Domingo, Rep. Dominicana • 5 de septiembre de 2012 • núm. 82 LA VOZ DEL LA VOZ DEL La disciplina perdida http://www.imujer.com/wp-content/uploads/2011/05/C%25C3%25B3mo-perdonar1.jpg Pastores: Jorge y Belkis Plourde PERDONAR PERDONAR

description

Boletin Iglesia de la Alabanza del Señor Jesucristo

Transcript of Bol. La Voz de Ujier No82

UJIERES UNA PUBLICACIÓN DE LA IGLESIA DE LA ALABANZA DEL SEÑOR JESUCRISTO

Santo Domingo, Rep. Dominicana • 5 de septiembre de 2012 • núm. 82

LA VOZ DELLA VOZ DEL

La disciplinaperdida

http://www.imujer.com/wp-content/uploads/2011/05/C%25C3%25B3mo-perdonar1.jpg

Pastores: Jorge y Belkis Plourde

PERDONARPERDONAR

ES UNA PUBLICACIÓN DE LA IGLESIA DE LA ALABANZA DEL SEÑOR JESUCRISTO

ES UNA PUBLICACIÓN DE LA IGLESIA DE LA ALABANZA DEL SEÑOR JESUCRISTO

UJIERLA VOZ DELLA VOZ DEL

ASESORES ESPIRITUALES:Pastores Jorge y Belkis Plourde

DIRECCIÓN Y REDACCIÓN:Esposos Fonseca

DIAGRAMACIÓN E IMPRESIÓN:Frías Maggiolo, Harold M.

COLABOLADORES:Charles Stanley

Calle Porfi rio Herrera, Esq. Lope de Vega núm. 18 Altos, Naco. Tel.: (809) 542.42.42 • Email:[email protected]

Contenido

Puedes comunicarte con nosotros:

Favor dirigirse a la Ofi cina de la Iglesia para colocar sus anuncios y peticiones.

EDITORIALLa paz es indispensable incluso en aquelloque no tiene orden / /p. 3

ANUNCIOJóvenes //p. 4

SALUD La mostazaEl hombre como guía espiritual //p. 5

BIOGRAFÍAIsmael //p. 6

ANUNCIOMusicarte //p. 7

RAZONES PARA LA FECómo liberarnos de la autocondenación //pp. 8-11

REFLEXIÓNTraición, rechazo //p. 12

ENSEÑANZAMás que palabras el perdón es una tarea... //p. 13

EXHORTACIÓNLa disciplina perdida //p. 14

CUMPLEAÑOS¡Felicidades! //p. 15

La voz del Ujier (IASJ) 2 septiembre 2012• núm. 82 —3

UJIERLA VOZ DELLA VOZ DEL

Quienquiera que repare en la cosas humanas y en la naturaleza de las mismas, reconocerá que, así como no hay nadie que no quiera gozar, así no hay nadie que no quiera tener paz. En efecto, los mismos amantes de la guerra no desean más que vencer, y, por consiguiente, ansían llegar guerreando a una paz gloriosa. Y ¿qué es la victoria más que la sujeción de los rebeldes? Logrado este efecto, llega la paz. La paz es, pues, también el fin perseguido por quienes se afanan en poner a prueba su valor guerrero presentando guerra para imperar y luchar. De donde se sigue que el verdadero fin de la guerra es la paz. El hombre, con la guerra, busca la paz; pero nadie busca la guerra con la paz.

Aun los que perturban la paz de intento, no odian la paz, sino que ansían cambiarla a su capricho. Su voluntad no es que haya paz, sino que la paz sea según su voluntad. Y si llegan a separarse de otros por alguna sedición, no ejecutan su intento si no tienen con sus cómplices una especie de paz. Por eso los bandoleros procuran estar en paz entre sí, para alterar con más violencia y seguridad la paz de los demás. Y si hay algún salteador tan forzudo y enemigo de compañías que no se confíe y saltee y mate y se

dé al pillaje él solo, al menos tiene una especie de paz, sea cual fuere, con aquellos a quienes no puede matar y a quienes quiere ocultar lo que hace. En su casa procura vivir en paz con su esposa, con los hijos, con los domésticos, si los tiene, y se deleita en que sin chistar obedezcan a su voluntad. Y si no se le obedece, se indigna, riñe y castiga, y si la necesidad lo exige, compone la paz familiar con crueldad. Él ve que la paz no puede existir en la familia si los miembros no se someten a la cabeza, que es él en su casa. Y si una ciudad o pueblo quisiera sometérsele como deseaba que le estuvieran sujetos los de su casa, no se escondiera ya como ladrón en una caverna, sino que se engallaría a vista de todos, pero con la misma cupididad y malicia. Todos desean, pues, tener paz con aquellos a quienes quieren gobernar a su antojo. Y cuando hacen la guerra a otros hombres, quieren hacerlos suyos, si pueden, e imponerles luego las condiciones de su paz.

La paz os dejo, mi paz os doy: no como el mundo la da, yo os la doy. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.

Juan (14:27).Por: San Agustín de Hipona.

La paz es indispensable incluso en aquello que no tiene orden

Editorial

4— La voz del Ujier (IASJ) 2 septiembre 2012• núm. 82

Anuncio

Sábados 7:30 p.m.

;) :)

Dios ...Tiene algo para tino faltes...

Dios ...Tiene algo para tino faltes...

Jóvenes

Público

Todos

X

Amigos • Todo el país

No faltaremos

Amigos todos. Les gusta eso

Jóvenes todos. Nos veremos

CULTO DE

JÓVENES Jóvenes todos. Nos veremos

CULTO DE CULTO DE CULTO DE

JÓVENESJÓVENESCULTO DE

JÓVENES

IGLESIA DE LA ALABANZA. C/ Porfi rio Herrera, Esq. Lope de Vega núm. 18 Altos, Naco.

Dios ...Tiene algo para tino faltes...

Dios ...Dios ...Dios ...Dios ...Tiene algo para tiTiene algo para tiTiene algo para tiTiene algo para tino faltes...no faltes...no faltes...no faltes...

La voz del Ujier (IASJ) 2 septiembre 2012• núm. 82 —5

El hombre como guia espiritual

Tú eres.Principio de ella (Génesis 2:7, 21,24) Tu para ser

cabeza de tu mujer no es porque quieras o no, es tu responsabilidad y al no tomarla hay consecuencias. Al no estar allí para tomar la decisión hay consecuencias (Génesis 3:4-5) ¿Dónde estaba Adán? Y se dejó guiar por la mujer antes que por Dios. (Génesis 3:17) .

Tú eres el que tiene que guiar, pero quien te guiará a ti (1Corintios 11:3) ser guiado por Dios (Proverbios 16:32) guían en casa y son prisioneros. ¿Cuantos hombres dominan reinos y no se dominan? sino que son dominados por una botella o por un vicio. Tu tienes que estar bajo tu cabeza que es Cristo. Mientras más te sometas a tu cabeza más se van a someter a tu autoridad. (porque la autoridad es con responsabilidad) (Salmos 81:11-16) si tu te sometes a Él, los que no obedecen al Señor se someterán a ti.

Para ser un buen guía tiene que haber una buena relación con Dios (Salmos 25:14) No solo conocer la Biblia sino vivir una relación con Él. Y esto es por que de la relación que tiene Dios contigo aprendes hacer con tu esposa.

Por eso es muy importante conocer como es Dios (intimar con él) Ejemplo: Dios te enseña su palabra y te pide obedecerla de corazón y con amor. Dios no te pone una pistola y te obliga, te enseña que es bueno obedecerlo. El Señor conquista la vida del creyente. (Malaquías 3:17) (Cantares 7:1-3) Dios te enamora con su amor y le obedeces con gusto.

(Efesios 5:23)

Salud

Somos lo que comemos

6— La voz del Ujier (IASJ) 2 septiembre 2012• núm. 82

Hijo de Abraham y de Agar, la esclava egipcia.

Nació cuando Abraham, de 86 años de edad, había pasado ya diez años en Canaán (Gn. 16:3,15; Gn. 12:4).

Ismael es hijo de la sabiduría carnal, no de la fe. Es el hijo de un padre que, ante la promesa de Dios, se deja cegar por las aparentes imposibilidades y se esfuerza por obtener, por medios humanos, el resultado de la promesa.

Cuando la circuncisión fue instituida para la familia de Abraham, Ismael tenía 13 años (Gn. 17:25). Al año siguiente nació Isaac, cuando su madre ya había pasado la edad de tener hijos. Él fue el hijo de la promesa y la respuesta de Dios a las dudas de sus padres (Gn. 21:5).

Durante la fiesta del destete de Isaac, Ismael se hizo notar por su actitud burlona. Por primera vez en la familia de Abraham, el que había nacido de la carne y de la incredulidad,

se burlaba del heredero de la promesa. El apóstol Pablo muestra este acontecimiento como una alegoría (Gá. 4:22-31). Este comportamiento de Ismael conllevó su expulsión y la de su madre. Fueron errando por el desierto de Beerseba, donde estuvieron a punto de morir de sed. El ángel del Señor dirigió a Agar hacia una fuente de agua, lo que les salvó a ambos la vida. Ismael creció y se fortaleció en el desierto de Parán, al sur de Canaán, viviendo de su arco.

Ismael se casó con una egipcia (Gn. 21:3-21). Fue padre de doce príncipes, según la promesa de Dios a Abraham (Gn. 17:20; 25:12-16). Tuvo además una hija, Mahalat, que vino a ser esposa de Esaú (Gn. 28:9; 36:10). Ismael e Isaac sepultaron juntos a su padre Abraham (Gn. 25:9).

Ismael murió a los 137 años de edad (Gn. 25:17).

Ismael

Biografía

La voz del Ujier (IASJ) 2 septiembre 2012• núm. 82 —7

Anuncio

MUSICARTE

Iglesia de la Alabanza del Señor Jesucristo, Inc.

Presenta

Quebrantando maldiciones generacionales por medio de las artes bajo el poder del Espíritu Santo.

Mira que te he puesto en este día sobre naciones y sobre reinos, para arrancar y para destruir,

para arruinar y para derribar, para edificar y para plantar. Jeremías 1:10

Lugar : Auditorio de la UNPHU Día : 24 de septiembre 2012 Hora : 6:30 p.m. Valor boleta : RD$200.00 p/p

Invita MINISTERIO KAIROS

8— La voz del Ujier (IASJ) 2 septiembre 2012• núm. 82

¿Le resulta difícil perdonar a alguien en particular? ¿Se trata de un enemigo, o de un familiar que le hiere con frecuencia? ¿O se trata de usted mismo? He escuchado a algunos cristianos decir: “No tengo nada en contra de quienes me han agraviado, y se que la sangre de Cristo ha cubierto todos mis pecados, pero no puedo perdonarme a mí mismo”. A veces, la persona más difícil de perdonar es uno mismo, pero el perdón nunca es pleno hasta que uno logra hacerlo. Los asuntos que nos causan vergüenza y sentimientos de culpa son diversos. Tal vez una conducta inapropiada, o las palabras hirientes contra un ser querido. Tal vez una mala decisión, como un divorcio o un aborto. O quizás el cargo de conciencia por palabras o acciones humillantes dirigidas a nuestros hijos.

El apóstol Pedro debió, también, de haber lidiado con el sentimiento de autocondenación. En el momento de mayor necesidad del Señor Jesús, Pedro negó conocerle (Mt. 26:69-75). Su deslealtad debió de haber sido aun más difícil de soportar por su promesa de que nunca le fallaría (Mt. 26:33). La escena de su traición probablemente se repitió mil veces en su mente, haciéndole desear

poder borar sus palabras. Pero no pudo. Luego esta Pablo. Después de que “vio la luz”, lamentó su historia de persecución de la iglesia (Hch. 9:1-4; 1Ti. 1:5-16). ¿Cómo pudo alguien con un historial tan horrendo convertirse en el mayor evangelista y plantador de iglesias de su época?

Ambos descubrieron el secreto para sobreponerse al fracaso y al pecado. Comprendieron y aceptaron el perdón de Dios, eligiendo vivir en la riqueza de su gracia inmerecida. Pero no se detuvieron allí; también se perdonaron a sí mismos. Pusieron la culpa de sus pecados en la cruz, y se negaron a seguir llevándola. Es por eso que el Señor pudo usarlos tan efectivamente.

Aquellos de nosotros que fuimos redimidos por fe en Cristo, hemos sido

totalmente perdonados y declarados “inocentes”. Sin embargo, muchos

creyentes tienen dificultades para deshacerse de sus remordimientos.

La verdad es que un espíritu no perdonador dirigido hacia

Cómo liberarnos de la autocondenaciónPor: Charles Stanley

Razones para la Fe

La voz del Ujier (IASJ) 2 septiembre 2012• núm. 82 —9

uno mismo, es tan perjudicial y destructivo como el rencor contra alguien más. ¿Cómo puede uno seguir manteniendo bajo la esclavitud a alguien que Dios ha perdonado? ¿Cómo es que no puedo perdonarme a mí mismo?

¿Qué caracteriza a quienes no se perdonan a sí mismo?

>>El autocastigo. Una señal de un espíritu no perdonador, es el deseo de castigar quien cometió la falta. Eso es exactamente lo que nos hacemos a nosotros mismos cuando nos aferramos a la autocondenación. Cada mañana la culpa nos espera, y obedientemente la cargamos como una mochila durante todo el día.

Con cada repetición mental de nuestras faltas pasadas, experimentamos de nuevo las dolorosas y humillantes emociones que acompañaban a nuestro pecado del pasado. Algunas personas incluso se abstienen de las cosas buenas que Dios quiere que disfruten, porque piensan que esa autonegación, de alguna manera, pagará sus transgresiones.

¡Qué absurdo es castigarnos a nosotros mismos cuando Cristo ya ha pagado la totalidad de la pena! El sufrimiento autoimpuesto no añade nada a su completa expiación a favor nuestro (Ef. 2:8,9).

>>La evasión. Los seres humanos somos maestros en el arte de intentar escapar de la culpa, para no tener que enfrentarla. Hay quienes tratan de atenuar el remordimiento por medio del alcohol, las drogas, la comida, las compras, el entretenimiento o las aventuras sexuales. Otros llenan sus vidas de actividad constante, con agendas sobrecargadas y trabajo excesivo. Pero no podemos deshacernos de nuestra culpa ni ignorarla.

En algún momento tenemos que hacerle frente, o el remordimiento seguirá consumiéndonos, dañando nuestras almas (Sal. 32:3,4).

>>El desmerecimiento. Otra señal es el profundo sentimiento de desmerecimiento que afecta todos los aspectos de la vida. Si Satanás puede hacerle sentir que es indigno por sus faltas del pasado, le tendrá exactamente como él quiere que esté: paralizado espiritualmente. Su vida de oración será débil o inexistente, su relación íntima con el Señor se apagará, y su servicio se verá estorbado y será infructuoso.

En realidad, ninguno de nosotros es digno. Es por eso que todos necesitamos la gracia divina, el favor inmerecido de Dios a nosotros. Aferrarse a sentimientos de desmerecimiento y rechazar la gracia de Dios, es perjudicial para nuestra vida espiritual (Hch. 10:15)

Razones para la Fe

10— La voz del Ujier (IASJ) 2 septiembre 2012• núm. 82

>>La incertidumbre. Recordar constantemente los errores del pasado mantiene al cristiano en incertidumbre. A pesar de tener la seguridad de su salvación, nunca están totalmente seguros de cómo lo ve Dios, y nunca experimenta la paz que sobrepasa todo entendimiento (Fil. 4:6,7). A veces, incluso, puede preguntarse: ¿Qué saldrá mal ahora? Después de todo, no soy digno de ninguna bendición. Estoy seguro de que me vendrá alguna prueba, porque me la merezco. Esta manera de pensar socava la confianza en el Señor y, en realidad, crea una barrera entre Dios y nosotros. Cuando mantenemos vivo el sentimiento de culpa por nuestro pecado, perdemos el contentamiento, la confianza y el gozo que da el perdón. El Señor no lleva un registro de nuestras transgresiones, y tampoco debemos hacerlo nosotros (Sal. 103:12).

>>La carencia de poder. Cristo quiere mostrar su vida en sus seguidores, pero cualquiera que tenga un espíritu no perdonador apaga la luz de Él. Aunque todos sabemos que está mal guardarle rencor a alguien, a menudo lo toleramos hacia nosotros mismos. Quienes insisten en cargar con sus sentimientos de culpa no están andando en el Espíritu, y el resultado será una vida cristiana carente de poder.

¿Por qué no queremos perdo-narnos a nosotros mismos?

Para vencer la autocon-denación, debemos aprender a comprender por qué tenemos este problema. ¿Qué nos ha motivado a castigarnos a nosotros mismos, aferrándonos al sentimiento de culpa?

>>la incredulidad. La causa principal es la incredulidad —priorizar los sentimientos y al razonamiento humano por encima de la verdad de la Palabra de Dios. La Biblia dice que Jesús llevó el castigo por nuestros pecados (Ro. 3:23-26). Pero quienes se aferran a la culpa están diciendo, básicamente: “No, mi pecado necesita más castigo. Tengo que sufrir por él hasta que sienta que puedo perdonarme a mí mismo”. ¿No le alegra que Dios no haya dispuesto que fuera así? Cuando Cristo murió en la cruz, dijo: “Consumado es” (Jn. 19:30).

No hace falta ningún otro pago. La manera como nos sintamos no tiene nada que ver con la realidad de lo que Él ha hecho por nosotros.

>>El legalismo. Tal vez el no poder vivir a la altura de nuestras propias expectativas, es lo que nos hace condenarnos. Sin embargo, cuando estamos tan decepcionados que no podemos perdonarnos, hemos establecido una norma basada en el desempeño. Esto es lo que se llama legalismo. El

Razones para la Fe

La voz del Ujier (IASJ) 2 septiembre 2012• núm. 82 —11

Señor tiene solo un requisito para recibir su perdón: la fe en Cristo. Decir: “Lo que hice fue tan malo, que no puedo perdonarme”, es vivir bajo la ley, no bajo la gracia. El perdón de Dios no se da en base a un sistema de categorización de los pecados, y el nuestro no debe ser diferente.

>>La aceptación. Lamen-tablemente, después de vivir por mucho tiempo bajo la autocondenación, los creyentes pueden empezar a ver eso como un estilo de vida normal. Pero no lo es. Cristo nos prometió libertad de la culpa, juntamente con la vida abundante que acompaña a una conciencia purificada. No aceptar esto significa permanecer en una prisión creada por nosotros mismos. Las instituciones penitenciarias tienen una palabra para los reclusos que se han aclimatado tanto a la vida en la prisión, que tiene miedo de vivir fuera de ella: institucionalizados. Eso es exactamente lo que sucede con los creyentes que no quieren desprenderse de sus sentimientos de culpa. Se encogen en sus celdas, a pesar de que Cristo les ha abierto la puerta e invitado a salir a la libertad que Él compró para ellos.

¿Cómo puedo perdonarme?

La autocondenación no es la manera en que Dios quiere que vivamos. Pero, ¿cómo se puede cambiar esta práctica?

1. Reconociéndola. El primer paso es reconocer que uno no se ha perdonado a sí mismo. Hay que encarar el hecho, y comenzar a lidiar con el problema.

2. Arrepintiéndose. Confe-sarle al Señor que los sentimientos de autocondenación son pecado. Luego aceptar su perdón, y darle gracias.

3. Creyéndole a Dios. Rea-firmar la confianza en la verdad de la Biblia. Dios dice que Él ha alejado nuestras rebeliones, como está lejos el oriente del occidente.

4. Escogiendo el perdón. Con base en la Biblia, y por un acto de voluntad, en fe, hay que decidir perdonarse a uno mismo.Cada uno de estos pasos están basados en la verdad, no en las emociones. Dejemos de repetir la vieja grabación de nuestros pecados, y comencemos a repetir las verdades de la Palabra de Dios. La libertad de la culpa y el arrepentimiento dependen simplemente de una decisión. El Señor Jesús vino para liberar a los cautivos (Lc. 4.18). El cristiano que se aferre al perdón de Cristo y renuncie a los sentimientos de culpa, saldrá de la prisión de autocondenación al gozo de la vida abundante.

Razones para la Fe

12— La voz del Ujier (IASJ) 2 septiembre 2012• núm. 82

Traición, Rechazo, Condena.

Nadie pide ese trato, pero pocos están a salvo de recibir algunas heridas en la vida.

Las circunstancias que requieren de perdón no están, por lo general, en nuestros planes.

Pero, para obedecer fielmente a Cristo, tenemos que aprender a decir:

Refl exión

http://aniazulada.fi les.wordpress.com/2012/03/hombre-mujer-espalda-con-espalda5.jpg

“Te perdono”

La voz del Ujier (IASJ) 2 septiembre 2012• núm. 82 —13

El perdón nos obliga a reconocer nuestra

impotencia, y a confiar en la justicia de Dios. El niño que se resistía a perdonar sabía instintivamente que la debilidad no es, por lo general, considerada una virtud. Buscar la venganza nos hace sentir fuertes.

Perdonar, por el contrario, reconoce que es posible que no recibamos la “justicia” que pensamos que merecíamos. El cambio

Enseñanza

Más que palabras: El perdón es una tareaht

tp://

3.bp

.blo

gspo

t.com

/-clI6

YR

J2V

YQ

/TuC

PiK

80i5

I/A

AA

AA

AA

AB

fI/fi

8dX

SSH

qtE/

s160

0/pe

rdon

.jpg

Renunciar a nuestro reclamo contra el

ofensor nos lleva de la

debilidad a la fortaleza

también se debe a que el perdón crea un espacio para la comunión restaurada.

Renunciar a nuestro reclamo contra el ofensor nos lleva de la debilidad a la fortaleza, ya que invitamos a la paz del Espíritu Santo a restaurar nuestra relación con Dios y el prójimo. Negar el perdón, en cambio, rompe la comunión no solo con nuestro adversario, sino también con nuestro Padre celestial (Mr. 11:25).

14— La voz del Ujier (IASJ) 2 septiembre 2012• núm. 82

La disciplina perdida

Exhortación

En el Padrenuestro, como se conoce popularmente Mateo 6:9-13, Jesús presenta al perdón como elemento esencial de la vida cristiana:

“Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores” (v. 12)

revela que el perdón que Dios nos da depende de nuestra actitud perdonadora Mr. 11:25.

Este versículo nos hace sentir incómodos, como debe ser.

Aunque esto no determina nuestra salvación, sí nos dice que nuestra capacidad de recibir el perdón de Dios y la capacidad de perdonar a otras personas están estrechamente relacionadas.

La voz del Ujier (IASJ) 2 septiembre 2012• núm. 82 —15

Martha Jourdain 1Liliana Medina Marte 4Víctor Manuel Frías Antigua 9Mercedes Rodríguez 14José Ernesto Correa N. 15José Luis Guerrero Jr. 15George Plourde Castillo 15Roxanna García Disla 20Mercedes Campusano 21Katyuska Reyes 21Rafael Emilio Dilocie Cast. 22Heiry García de Cabrera 23Juan Luis Salazar Merán 25José A. Abreu Díaz 28Ana Silvia Correa Núñez 29Rafael Villavizar 30

Cumpleaños

Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría.

Salmo 90:12

FelizCumplea

ños

Felicidades

La prédica de hoy: