Brumario N° 3 - Nov 2010

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    ISSN 1853 0362

    BRUMARIO

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    Octubre Noviembre 2010

    CUADERNOS DE PENSAMIENTO

    Especial Poltica y Relaciones Internacionales

    Carlos Prez Llana

    Paola Baroni Florencia Rubiolo

    Daniel Roura Luciano Liendo Joaqun Coniglio

    Nadia Nasanovsky Rmulo Montes Gonzalo Roza

    Vernica Cipolatti Virginia Iribarne Delfina Caula

    Marcela Cabello Lucas Van Der Velde

    Brumario Cuadernos de Pensamiento

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    RUMARIO3|Noviembrede2010

    Revista electrnica de ciencias sociales ISSN 1853 0362

    Direccin postal:Pedro de Ledesma 2393 - Crdoba - Argentina

    Mail: [email protected] [email protected]

    Web: http://www.actiweb.es/brumario

    Director

    ROMULO MONTES

    Consejo editorial

    LIC. GEORGINA TAVELLA (UES21)

    LIC FRANCISCO VIALE LINARES (UCC UES21)

    LIC. ROMULO MONTES (UES21 UNQ)

    CAROLINA TOULOUSE (UES21)

    Comit Acadmico Evaluador Externo

    DRA. MARTA PHILP (CEA UNC)DRA. MARIA CECILIA CARO (UES21)

    DRA. ANA FASS (UCC UES21)

    DR. EDUARDO BOLOGNA (CEA- UNC- UCC)

    DR. JAVIER MOYANO (CEA UNC)

    DR. IGNACIO LIENDO (UCC UNLaR)

    MGTR. BELEN MENDE (UES21 UCC)

    MGTR ALEJANDRA MARTINEZ (UES21 CONICET)

    MGTR. LUISA TILLERO SALAZAR (UES21)

    MGTR. PABLO CABAS (UES21 UCC)

    Portada de este nmero: firma del tratado de Munster, 1648 (Gerard Terborch)

    mailto:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]
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    INDICE

    Dedicatoria........3

    Prez Llana, Carlos. El regreso de la Historia....4

    Baroni Paola, RubioloFlorencia. India y Amrica Latina..13

    Nasanovsky Nadia. Sudamrica y EEUU: Unasur..... 23

    LiendoLuciano. Gobernanza y Poder....30

    ConiglioJoaqun. Construccin de identidad: El Lbano..40

    Van Der VeldeLucas. Brasil: Liderazgo...50

    Montes Rmulo. Integracin: Amrica Latina....61

    Iribarne Virginia CaulaDelfina. China e India....69

    RozaGonzalo. Geopoltica: La Antrtida...81

    RouraDaniel. Intereses Globales de Brasil...94

    CabelloMarcela. Securitizacin y Narcoterrorismo.....101

    CipolattiVernica. Cambio Climtico: Maldivas..112

    Entrevista al Dr. Carlos Prez Llana.125

    Foro UES21.128

    Normas y Convocatoria....129

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    DEDICATORIA

    Nmero dedicado al maestro Carlos Prez Llana

    Mucho tiene que ver el Doctor Prez Llana con el desarrollo de las

    Relaciones Internacionales en la Argentina.

    Persona generosa, ha dedicado gran parte de su vida a la docencia en

    Relaciones Internacionales, siendo un gran analista que ha plasmado su

    visin tanto en libros, como en artculos o notas periodsticas.

    Es un gran impulsor de quienes lo rodean alumnos, profesores,

    compaeros-, a saber ms, a perfeccionarse, a leer, a participar, a escribir

    Mentor de la carrera en la Universidad Empresarial Siglo 21 de la ciudad

    Crdoba, se declara amante de los libros, es un referente analtico

    ineludible, est interiorizado de lo que sucede en casi todos los rincones del

    planeta y por lo tanto una de las fuentes acadmicas ms seguras a quien

    recurrir en busca de orientacin e informacin.

    Por su incansable trabajo en el mbito de las Relaciones Internacionales,

    por su gran entrega a la ciencia y por ser inspiracin para muchos de

    nosotros, le dedicamos este nmero.

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    Nuevas conjeturas1

    Si en estricto sentido el rgimen sovitico colaps de manera definitiva en 1997,debido fundamentalmente al fracaso del golpe anti reformista de agosto y a la fracturade la Unin Sovitica, en virtud del acuerdo alcanzado entre Boris Yeltsin y las cpulasde Bielorrusia y Ucrania luego de la rendicin de los putschistas, es posible sostener quela cada del Muro de Berln, en 1989, constituy el punto de ruptura desde el cualqueda habilitada la idea de fin de un ciclo-en trminos de relaciones internacionales y defin de siglo- en clave poltica.

    Desde 1941, cuando fue consagrada en los EEUU la doctrina de la contencin,hasta I989, la Guerra Fracaracteriz a las relaciones internacionales. Durante ese largociclo hubo momentos de mayor o menor voltaje poltico: as los 40 tuvieron suepicentro en el bloqueo de Berln, los 50 sern recordados por la Guerra de Corea; los60 conocieron el clmax de la crisis de los misiles en Cuba, y en los 70 la dtente ali-ment el optimismo; por ejemplo, en los fastos de la Conferencia de Helsinki de 1975, yel desasosiego, originado en la irracional expansin sovitica de la segunda mitad de ladcada.

    La llegada de Gorbachov al poder no necesariamente habilita a sostener que laGuerra Fra finaliz en 1985.En la medida en que el discurso era reformar parasalvar, la dialctica Este-Oeste no tena por que desaparecer y bien pudo ser inter-

    pretado como un nuevo intento de ganar tiempo a travs de la distensin. En cambio, apartir de 1989 pueden constatarse hechos que si pronunciaron la muerte del sistema y,consecuentemente el fin del ciclo inaugurado en 1947.Ese ao registr el debate en elnuevo Parlamento elegido en Junio, donde la crtica abierta al rgimen signific el findel terror; el triunfo de los disidentes en algunos distritos clave de Rusia, Ucrania y lasRepblicas Blticas, la retirada de Afganistn y, por ltimo, la cada del Muro de Berln.

    1Prez Llana, Carlos. El Regreso de la Historia: La Poltica Internacional durante la postguerra fra 1989-1997, Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 1998

    EL REGRESO DE LA HISTORIA:LA POLTICAINTERNACIONAL DURANTE LA POSTGUERRA

    FRA 1989-1997

    Este fragmento de la introduccin a su libro El regreso de la Historia, nos permiteapreciar el estilo metodolgico, la amplitud investigativa y la capacidad de anlisis delDr. Carlos Prez Llana. Texto que no pierde vigencia y que se ha convertido en unmaterial ineludible en el campo de las Relaciones Internacionales

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    La evocacin de fin de siglo est sustentada en una certidumbre: polticamentehablando, el siglo XX gir en torno a una agenda donde el totalitarismo ocupo el papel

    protagnico. En efecto a partir de la Revolucin de 1917 qued consagrado un modeloque, administrado par una elite pretendidamente esclarecida, abraz el sueo de

    organizar desde el Estado la poltica y la economa Por esa razn, es despus de laPrimera Guerra cuando nace el siglo XX, ya que la pretensin universalista del puadode revolucionarios soviticos obligadamente conduca a la poltica a vivir tensionadaentre libertad y opresin.

    El modelo totalitario sovitico, frente a desafos y fracasos, registr momentos enlos que el Estado dej que se respiraran algunos espacios de libertad, concretamente

    bajo la NEP de Lenin, pero lo cierto es que en la dcada del 30 Stalin perfeccion elrgimen a niveles inimaginables. Por esos aos, con la crisis de la economainternacional, otros totalitarismos vieron la luz, concretamente el fascismo -quedescribi el nuevo orden como total y el nazismo. La colusin entre Mosc y Berln -

    corporizada en el Pacto de 1939- la guerra, la implantacin del comunismo en EuropaCentral y la Guerra Fra son las evidencias ms concretas de la centralidad del tota-litarismo como actor histrico protagnico, ora en el plana de las relacionesinternacionales, ora en la dimensin nacional de la poltica. Por esa razn el colapso delrgimen sovitico marca el fin de siglo, sin que esta signifique el fin de la historia.

    Conjeturas posguerra fra

    Con razn el fin de ciclo y de siglo constituye un verdadero desafo analtico parala comunidad acadmica que ahora debe recoger el guante en una doble lectura. La

    primera es de naturaleza histrica: se trata de explicar los acontecimientos y de justificarpor qu no se prevea lo que sucedi; la segunda lectura est orientada al futuro y

    constituye el ejercicio conjetural.La reflexin histrica est dando lugar a un debate apasionante donde queda claro

    que muy pocos sovietlogos acertarn y que esa disciplina, en general, no supo descifrarlas seales provenientes del mundo comunista. En algunos trabajos publicadas en los 70(M. Lewin, d. Haugh y E. Tood) aparecieron diagnsticos heterodoxos donde se puso enduda la fortaleza del rgimen comunista. Sin, embargo, el velo ideolgico pudo ms,avalando la tesis que afirmaba la cuasi indestructibilidad del rgimen sovitico ya que eltotalitarismo constitua un estadio histrico irreversible.

    La discusin acerca de por qu no se previ el colapso sovitico da lugar a todotipo de explicaciones, pero las ms elaboradas pueden encontrarse en el N 31 de The

    National Interest (primavera de 1993), bajo el ttulo Why did it happen? Del conjuntode artculos puede extraerse una sntesis del pensamiento sovietolgico norteamericano:la Unin Sovitica podra haberse salvado, como imperio y como sistema, de no haberexistido Gorbachov. En otras palabras, si ste no hubiera intentado reformar el sistema,el rgimen sovitico an estara con vida. De esta forma el comunismo cierra un ciclo

    perfecto: pocos hombres lo impusieran y un hombre lo destruy. Aqu la historia secondensa en Lenin, Stalin y Gorbachov.

    Las conjeturas posguerra fra obviamente han proliferado a partir de 1989. Conseguridad, la primera reflexin estimuladora fue la de F. Fukuyama. Su principal ensayoaparecido en 1989 en The National Interest, fue luego perfeccionado en su libro El FinDe La Historia Y El ltimo Hombre, ambos aportes constituyen una originalidad en lamedida que all interactan las relaciones internacionales y la meditacin filosfica. Sin

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    embargo, el debate suscitado por las tesis de F. Fukuyama ha quedado reducido a laesfera filosfica, cuando afirma que luego de un largo parntesis histrico, en el que se

    produjo la auto negacin de la negacin (fascista-nazista y comunista}, habra quedadoconfirmado el aserto de Hegel: La historia en principio ha terminado.

    Desde las relaciones internacionales conviene retener de las ideas de Fucuyama,bsicamente aquello que permita predecir la trama futura donde confluyen tendencias,conflictos y mecanismos de cooperacin. En tal sentido, el punto ms vulnerable de lainterpretacin hegeliana, en la visin de Kojeve, ensayada por el consultor de la RandCorporation, es aquel que se refiere a la virtual consagracin de la democracia como sis-tema universal. Para F. Fukuyama este sistema le provee al hombre respuestas a susdeseos de igualdad cuando en los anlisis del propio filosofo norteamericano japons eldeseo de imponer caracterizara al hombre. En suma para Fukuyama la ambicin dedominar slo habra sida anestesiada en beneficio del deseo igualitarista. Esta lneaargumental lleva entonces, en estricta coherencia, a razonar que podra haber un

    retroceso histrico donde los combates y conflictos volveran en la medida que elinstinto de dominacin pudiera reemerger. En trminos hegelianos la historia, segnFukuyama, recomenzara y las relaciones internacionales reflejaran un salto cualitativohacia los conflictos.

    Otra lectura muy forzada es la que postula el unipolarismo como consecuencianatural del fin de la guerra fra. Quienes sostienen la tesis del orden Unilateral, engeneral, provienen de la llamada escuela realista de lasrelaciones internacionales.Para ellos la paz, o mejor dicho la ausencia de guerra, slo puede ser garantizada par unEstado hegemnico. As el concierto europeo del siglo X1X, la fracasada experiencia dela Sociedad de las Nacionesy el orden de la guerra fra habran sido precarios en lamedida que el equilibrio de poder estuvo basado en una lgica objetivamente inestable.

    Falt, segn esa visin, un Estado ordenador.Las unipolaristas afirman que slo la hegemona garantiza la paz: en lo militar,

    parque nadie est en condiciones de desafiar al poder hegemnico, y en las demsesferas porque ste facilita la cooperacin que en ellas se requiere.

    Esta es una visin simplificada del orden internacional, ya que los unipolaristaspriorizan las relaciones interestatales y la dimensin estratgico-militar, que ha llevadoa algunos observadores a identificar unilateralismo conpax y, en este caso, conpaxamericana.

    Las tesis unipolaristas han sido asumidas, en Estados Unidos, por algunos de los

    sectores neoconservadores que a principios de la dcada de los 80 se encolumnarondetrs de la candidatura de Ronald Reagan. Durante el segundo mandato republicanoesos grupos se desilusionaron con quien, habiendo calificado a la Unin Sovitica comoel imperio del mal, luego termin negociando con Gorbachov, en trminos supuesta-mente peligrosos, en la reunin cumbre celebrada en Reykjavik en octubre de 1986.

    Charles Krauthammer, en el artculo The Unipolar Moment-aparecido en larevistaForeign Affairs-, desarrolla la tesis hegemnica: La preeminencianorteamericana est, basada en que ste es el nico pas dotado de poderes militares,diplomticos y econmicos capaz de desempear un papel decisivo en cualquier lugardel mundo. Krauthammer incluye el poder econmico, pero en todo momento elargumento decisivo en favor del unipolarsmo se apoya en el poder militar norte-americano.

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    As, para el unipolarismo, Estados Unidas estara en condiciones de modelar elorden posguerra fra, en el cual los desafos provendran, bsicamente, de los Estadosarmados, un heterogneo lote de pases dotados con armas nucleares, misilsticas yqumicas, generalmente ubicadas en el mundo no desarrollado. En otras palabras, los

    pases como Irak constituiran la nica amenaza militar a la hegemona unilateralejercida por Washington.

    El unilaterismo concibe a la hegemona como algo inevitable en funcin de lascondiciones socio-histricas existentes. La paz resultante sera la garanta del ordeninternacional y el liderazgo norteamericano se ejercera en forma tolerable, por no ser elfruto de un proyecto imperial sino el resultante de datos objetivos. Para autores comoGeorge Liska (Imperial America, 1967), el paradigma del super estado se expresa ar-quetpicamente en el Imperio Romano.

    Ahora bien, qu consideraciones merece la visin unipolarista del ordeninternacional? La primera cuestin evoca a la historia. Autores como Arnold Toynbee,

    enAmerica and the World Revolution, y el propio George Liska, han estudiado laanaloga entre la expansin norteamericana y la naturaleza del Imperio Romano. Entrminos de rgimen poltico, Toynbee nos recuerda que aun en su poca esclarecida,concretamente bajo Augusto y los Antoninas, la estructura imperial necesit de unrgimen cesreo. Salvando el tiempo; esta reflexin resulta pertinente para EstadosUnidos, dado que existe un conflicto insoslayable entre la cultura y los valores republi-canos y democrticos, que anidan en la sociedad norteamericana, y las necesidades decomando unificado que demanda toda estructura hegemnica-imperial.

    La tensin permanente entre el Ejecutivo y el Legislativo en torno a las facultadesde guerra muestra las dificultades operacionales que encuentra el unipolarismo cuando

    se trata de poner en marcha la lgica intervencionista. La saciedad norteamericanatampoco avala las supuestos del unipolarismo y as se comprueba, por ejemplo, en losanlisis de opinin pblica efectuados por John Rielly( Public Opinion: The Pulse ofthe 90) . Para los norteamericanos la prioridad de la poltica exterior debe ser la defensadel empleo (65 por ciento) y las principales amenazas serian el poder econmico delJapn (63 por ciento) yla competencia europea (41 por ciento). No se advierte en lasencuestas del Chicago CounciI on Foreign Relations, que preside John Rielly, lainseguridad militar, pero en cambio se constata la sensacin de vulnerabilidadeconmica.

    La segunda cuestin obligadamente evoca los aspectos econmicos. Lapaxamericana que de hecho postulan los unipolaristas recibe tambin la leccin del pasado.En efecto, histricamente se demuestra que los esquemas imperiales requieren unaeficaz administracin y la continua expansin econmica. Cuando ambas circunstanciasdejan de existir sobreviene la decadencia.

    La historia de la decadencia de los sistemas imperiales nos conduce al presente y aqu se advierte la segunda gran debilidad de las tesis unpolaristas. Es posible afirmarla hegemona estratgico-global de Estados Unidos si este pas ya no es la potenciaeconmica hegemnica? Si polticamente la sociedad norteamericana no parecedispuesta a ejercer el roI de gendarme mundial, como lo evidencian los estudios de JohnRielly, tambin existen restricciones econmicas muy serias que condicionan elsupuesto central del unipolarismo: hegemona global-intervencionista.

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    Paul Kennedy, en su monumental abraAuge y cada de las grandes potencias,introdujo, poco tiempo antes del colapso del sistema comunista, una cuestin que en los80 estuvo en el ncleo del debate norteamericano: Existe la decadencia? Es posibleremontarla?

    La tesis de Kennedy, al describir el auge y la cada de los imperios, alude al gastomilitar como causa de la declinacin, ya que la primaca blica debilitara lascapacidades productivas. El imperio sovitico declinante corroborara el estudio delhistoriador britnico, quien tambin lanz una advertencia a la sociedad norteamericana.

    Cuando todava la Guerra del Golfo ocupa el centro de la atencin pblicainternacional, el Consejo Norteamericano de la Competitividad public un informedonde se constata la debilidad norteamericana en los sectores tecnolgicos de punta.As, sobra un total de 94 tecnologas consideradas claves, en 7.5 de ellas los EstadosUnidos estarn irremediablemente ausentes en la segunda mitad de la dcada de losaos 90. En 18 tecnologas el informe considera la situacin como precarias y slo

    en 25 casos los Estados Unidos seran competitivos. En 1989, el mismo Consejodemostr que las firmas norteamericanas haban perdido posiciones en el mercadomundial de productos clave. Entre 1980 y 1988, la produccin de fibras pticas se pasdel 73 al 42 por ciento; del 60 al 36 por ciento en los semiconductores; del 56 al 20 porciento en los circuitos de memorias sofisticadas, y del 18 al 7 por ciento en el sector demquinas herramienta. Sin poner en duda estos datos, lo cierto es que en las EstadosUnidos ha habido reacciones; inspiradas o no en este tipo de informes, traducidas en

    polticas industriales activas.

    As la administracin Clinton impuls muchas fusiones estratgicas como es elcaso del sector aeronutico, donde es claro el objetivo: debilitar a la competencia euro-

    pea. Paralelamente, el crecimiento sostenido de la economa americana en los ltimosaos seguramente transform los datos que aseguran en el aludido Informe sobre laCompetitividad. Pero donde la economa americana sin duda se ha posicionadoestratgicamente es en el sector da las comunicaciones y el transporte de informaciones,sin duda el combustible de la economa del futuro. All las ventajas que poseen losEE.UU. son enormes e inalcanzables. Como lo seala Jacques Attali, los americanoshan sido los primeros que desembarcaron en el continente virtual y para el 2005 elsptimo continente, donde se comercia en forma creciente va Internet y

    prximamente en la red americana Telediscs, ser para las EE.UU. lo que Amrica fuepara los europeos a partir del descubrimiento en 1492. Hoy el 70% de los intercambiosde ese continente son americanos y las empresas americanas son las que han desa-

    rrollado las tecnologas, el conocimiento y el marco jurdico.Mltiples ensayos fueren publicados en respuesta a la tesis de la decadencia: as,

    Henry Nau (The myth of Americas Decline), Joseph Nye (Bound to Led) y RichardRosencrance (Americas Economice Resurgence) ejemplifican la vitalidad intelectualnorteamericana que cuestiona las premoniciones de Paul Kennedy. Pero,sugestivamente, para todos los casos se postulan respuestas que con necesidad implicancambios notables y medidas drsticas, concretamente en el sistema educativo, laestructura impositiva, la cultura empresarial y en muchos hbitos slidamente instaladosen la sociedad norteamericana.

    Por ltimo, el unipolarismo tambin soslaya, o simplifica, cuestiones relevantes.

    As, el concepto de poder est excesivamente supeditado al poder militar, al cual se lo

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    cree fungible, esto es, capaz de resolver conflictos como los del Golfo, el manejo de lastasas de inters, las controversias comerciales y los problemas ecolgicos. No prev,tampoco, el incremento de los conflictos derivados de las interdependencias econmicasya que ahora, sin la amenaza sovitica, muchos aliados de Estados Unidos estarn

    menos dispuestos a aceptar las sugerencias provenientes de Washington.Concluyendo, la concepcin de un orden unipolar parece ignorar el pasado y no

    existe presuncin alguna que permita avalar la tesis segn la cual los Estados Unidosestn en condiciones de imponer, en base a sus propios intereses y criterios, las reglasde comportamiento internacional y definir cules son las amenazas y los desafos.

    Una tercera lectura del mundo post 1989 centraliza el anlisis en elcomportamiento de los Estados protagnicos.

    Obviamente aqu confluyen los realistas y neo-realistas, pero adems de ellos esposible identificar a un conjunto de especialistas que bsicamente coinciden en unpunto: sin un gobierno central ysin un rgimen el mundo es anrquico. En esascondiciones la preocupacin por una regulacin, al menos precaria, las aglutina; sloque de acuerdo a los paradigmas de cada analista, la anarqua es menor o mayor y laregulacin ms a menos posible. Los modelos de regulacin, histricamente hablando,desde la paz de Westfalia -1648- a la fecha, habran sido bsicamente tres: balance de

    poder, disuasin nuclear y coalicin de Estados centrales.

    Para Henry Kissinger las relaciones internacionales posguerra fra se asemejarn ala diplomacia del siglo XIX; consecuentemente postula una reflexin concebida entrminos de equilibrio de poder y de legitimidad. Kissinger, s bien hace la analoga conel siglo pasado, reconoce que existen cambios que hacen inviable la repeticin de estilosy de mtodos. l acepta la existencia de problemas de naturaleza global, slo que esos

    temas los ve tratados desde la ptica nacional. En lnea con sus viejas creencias, el exconsejero del presidente Nixon identifica como principales desafos al ordeninternacional a los Estados con vocacin de hegemona regional; por esa razn postulala incorporacin de esos actores a la estructura decsional, que de hecho administra elmodelo de equilibrio, concretamente alude a pases causo China, India y Turqua(adems de los Estados Unidos, Europa y Japn). Refirindose al papel norteamericanoen el mundo de Los 90, Henry Kissnger es enftico al sostener que los EE.UU. asistenal glorioso crepsculo de la unipolaridad americana. 5i evocamos nuevamente lahistoria, Io que est concibiendo Kissinger en cdigo realista para su pas es unadiplomacia similar a la que practic Inglaterra en los siglos XVIII y XIX, y Francia,respecto de Europa Central, entre las siglos XVII y XVIII.

    Resumiendo, segn Kissinger, el modelo de equilibrio de poder debe serreconsiderado para, a la luz de los cambios, en las posiciones de poder relativo. Lainvariacin de la escuela realista est presente y no habra grandes cambios en la

    poltica mundial.

    Richard Rosencrance se inclina a pensar en trminos de coalicin de Estadoscentrales. Para el profesor de la Universidad de California el fin de la guerra frasignific, tambin, la virtual desaparicin del modelo de disuasin nuclear que, al igualque el caso de Europa en el siglo XVII, habra agotado econmicamente a los EstadosUnidos y a la Unin Sovitica, en beneficio de las Estados mercantilmente orientadosque se ahorraron el gasto militar.

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    El paradigma de R. Rosencrance estuvo en vigencia en la Europa pos napolenicahasta mediados del siglo XIX. En ese lapso, lo que bsicamente aglutin fue la voluntadde impedir la emergencia de un poder revolucionario, ya que el concierto europeo leatribuy a la contestacin social el origen de la guerra en base a la causalidad

    establecida entre la Revolucin Francesa y las convulsiones posteriores que asolaron alViejo Continente. La coincidencia ideolgica, la renuncia a la guerra que hicieron losEstados centrales y la prioridad otorgada a la cuestin social y econmica, comoantdoto antirrevolucionario, fueron las respuestas preventivas. Los cambios polticosocurridos en Francia -1830-, y en Gran Bretaa -1832- fracturaron el consensoideolgico, al oponer las potencias liberales vs. Las potencias partidarias del statu quo,Rusia, Austria y Prusia. En el siglo XX, la frustrada experiencia de la Sociedad de las

    Naciones pudo haber sido, de acuerdo can Rosencrance, una nueva recreacin delparadigma de la concertacin de Estados centrales.

    En la dcada de los 90 la viabilidad del modelo depende, bsicamente, del grado

    de coincidencia ideolgica y del involucramiento de los Estadas centrales. Mientrasimper el conflicto Este-Oeste, la falta de consenso en torno a valores traslad elconflicto al seno del sistema de seguridad colectivo, concretamente al Consejo deSeguridad de la Naciones Unidas; en el Golfo las nuevas realidades ideolgicas hicieron

    posible el armado de la coalicin, pero en el conflicto de los Balcanes las seales nofueran precisamente en el sendero del acuerdo, y este complic el accionar de las

    Naciones Unidas. Simultneamente existe un peligro que no puede soslayarse y que fuela causal del fracaso de la Sociedad de las Naciones: el aislacionismo que pueden llegara practicar algunos de los Estados centrales.

    Rosencrance no Io dice pero ese reflejo puede surgir en los Estados Unidos. Elpresidente Wilson padeci esa tendencia que ahora puede reflotar en base al discurso

    primero la agenda interna; en Rusia el repliegue es casi obligatorio en trmino depriorizar las reformas pero en los sectores nostlgicos, todava estn vivos los designiosde gran potencia a lo Breznev, Alemania y Japn estn sumergidas en la economa yen el relevo generacional de su elite dirigente al igual que China, de manera que nadieest en condiciones de garantizar la consagracin de estos Estados al servicio de unaidea mnima y comn de orden internacional.

    Finalmente la concertacin de Estados centrales, de acuerdo con las concepcionesclsicas que Rosencrance comparte en su artculo: A New Concert of Power,requerira la presencia de una amenaza, o cooperar para el logro de algn designio. Yesto es ms que dudoso en los trminos all definidos; concretamente, la amenaza

    residira en la fragilidad de la economa internacional. Acaso esto preocupa, en formasimilar, en Washington, Bruselas, Tokio y Pekn?

    Entre los que priorizan, en trminos de conjeturas, el comportamiento de losEstados protagnicos, estn quienes les otorgan ms importancia a las relaciones deconflicto, en desmedro de las de cooperacin, entre estos Estados. As para J. Garten,sin enemigo comn, con visiones contrapuestas de sus intereses, y bajo el influjo dediferentes concepciones de la economa de mercado, el panorama internacional distamucho del paradigma del orden.

    Garten afirma que las historias econmicas de los Estadas Unidos, Alemania yJapn marcan derroteros que las distinguen, pero destaca cierta convergencia en las

    experiencias germana y nipona. Adicionalmente levanta dos argumentos en favor de su

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    tesis de paz fra: sin el desafo que implicaba la Unin Sovitica no habralineamientos automticos y la prctica de cada modelo de gestin econmica lleva alas tres a sostener relaciones ms que difciles, donde se combinan la cooperacin y elconflicto.

    Para quienes adhieren a la escuela neo-realista la relacin entre los Estadosprotagnicos de la posguerra fra obligadamente se deslizar haca la esfera de losconflictos. As C.Layne, en un artculo publicado en 1nternational Security, sostieneque el mundo unipolar, heredero del bipolarismo naturalmente desembocar en elmultipolarismo. l comparte la tesis de M. Webb y S. Krasner, quienes afirman que lahegemona benigna de los Estados Unidos no podr sostenerse en el tiempo y que losterceros Estados no son indiferentes a la distribucin de las ganancias. En la conjeturadel Prof. Layne, Japn y Alemania pretendern alcanzar todos los atributos del poder,incluido el componente nuclear. Si bien esta visin equipara a Tokio y Bonn, es muchoms asertivo el juicio respecto de Japn. En apoyo de la tesis, Layne advierte acerca de

    las implicancias del shock geopoltico que se producir en la primera dcada delprximo siglo, momento en el que algunos pronostican que el producto japons superaral norteamericano.

    Esta posicin neo-realista coincide con otras opiniones que estn alertando acercade la inconveniencia de la retirada de las tropas norteamericanas estacionadas en Japny Europa. Los estudios de la RAND, citados por Layne, aconsejan el mantenimiento deesas fuerzas en el entendimiento de que as Japn y Alemania no tendrn incentivos

    para iniciar un rearme.

    Para Los que razonan en trminos de inevitabilidad del surgimiento de una virtualalianza germano-nipona, antinorteamericana, el mundo posguerra fra se perfila en

    trminos casi traumticos. Ya no se tratara de una competencia, como la entiendeGarten, sino de un camino hacia la guerra. Este determinismo, que pretende apoyarse enla historia y en las conductas supuestamente invariables de Los Estados, no deja dereflejar los temores que registran los relevamientos de opinin realizados en LosEstados Unidos, donde el miedo asitico est fuertemente instalado, y es obviamentealimentado por algunas opiniones que vienen levantando la voz en el Japn.

    Los llamados tericos institucionalistas ven en el mundo de la posguerra fra laposibilidad de ver corporizadas sus profecas en torno a la viabilidad de los modelos decooperacin. Para Robert Keohane, no se trata de afirmar que Los Estados estnsiempre altamente constreidos por las instituciones internacionales... Sin embargo, lasacciones estatales dependen; considerablemente, de las acuerdos institucionales.Obviamente, segn los institucionalistas; Los Estados deben compartir algunos interesesmutuos y el principal inters es el beneficio.

    Las instituciones, segn Keohane; son un conjunto de reglas -formales einformales- que prescriben papeles de conducta, restringen la actividad y configuran lasexpectativas. As definidas, las instituciones se corporizan en tres formas: organismosinternacionales, regmenes internacionales y convenciones. Estas formas ahora estaransufriendo las consecuencias del fin de ciclo. Los organismos internacionales, tipo las

    Naciones Unidas; los regmenes internacionales, v.g. el rgimen de mutuaslimitaciones acordado por los EE.UU. y la URSS en materia estratgico-militar; y lasconvenciones, por ejemplo en las prcticas de la reciprocidad que establecen los

    gobiernos entre s.

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    Desde la perspectiva de los institucionalistas, sin conflicto Este-Oeste la polticainternacional requiere de mayor cooperacin, en circunstancias donde han desaparecidolos obstculos derivados de la competencia entre Washington y Mosc.

    En virtud de la nueva conformacin internacional, la mayor parte de la red deorganismos internacionales debera ser repensada y muchas de los regmenes tambinsufrirn modificaciones en sus respectivas agendas, particularmente en la dimensinestratgica, que fue el eje de la pulseada sovitica americana.

    Las Naciones Unidas, hoy constituyen la mayor esperanza para quienes depositan

    en se organismo una gran expectativa; ora en torno a los temas de la seguridadcolectiva, ora en torno a lo que se vincula a lo que se ha dado en llamar la agenda global(medio ambiente; desarrollo; migraciones; poblacin; etc.). Sin el veto, que fue la reglade la guerra fra, pudo comprobarse en la Guerra del Golfo las posibilidades que se leabrieron al organismo que tantas veces fue cuestionado en pocas donde el exceso de

    politizacin la conden a la parlisis. Pero una vez iniciada la segunda guerra fra,

    despus de la Guerra del Golfo, la ONU volvi a paralizarse.En la perspectiva de los institucionalistas mucho resta por hacer. As, comenzando

    por la ONU, est planteado el tema de la reforma de la Carta, donde la cuestin de laampliacin, de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad ha provocado los

    primeros debates acerca de quines deben incorporarse al selecto circulo que posee elpoder de veto. Sern Alemania y Japn?

    En Europa, sin duda la regin de mayor densidad institucional, desde losorganismos de seguridad, vg. la OTAN, pasando por el propio edificio comunitario deBruselas, hasta instituciones ms recientes, como la Organizacin de Cooperacin ySeguridad Europea, todo deber reformularse ya que esas instituciones fueron pensadas

    para un mundo que se fue. Slo el Banco Europeo de Reconstruccin y Desarrollo es unorganismo de la nueva generacin concebido para apoyar el proceso de trnsito almercado de los ex pases comunistas.

    Finalmente, en el mbito de las relaciones econmicas internacionales, en la lneade los institucionalistas, deberan perfeccionarse los mecanismos abocados a los temasdel comercio y de la moneda. Ms all de los avatares post-Ronda Uruguay del GATT,la cierto es que al menos dos aspectos merecen sealarse y que sin duda confrontan conel optimismo de quienes postulan la cooperacin en ese mbito. En primer lugar, aldesaparecer la estructura bipolar (EE.UU.-URSS) el actor predominante, en este casoWashington; no tiene incentivos para permitirlesganancias fciles a sus aliados -

    situacin constatable en las dcadas del 50 y del 60-; en este caso el comerciomultilateral no sera fcilmente compatible con la configuracin multipolar emergenteen los 90.

    En segundo lugar, el futuro del comercio libre est asociado a una serie decondiciones que no necesariamente hoy existen. En la medida que el Japn y los tigresasiticos sigan privilegiando un modelo de baja calidad de vida, por ms que Europa ylos Estados Unidos mejoren su competitividad va la tecnologa intensiva y con cargo aldesempleo, la carrera resulta muy difcil para los pases que han optado por un modelode bienestar. Por esa razn; difcilmente el conflicto planteado en torno al comerciointernacional pueda resolverse por la va de los arreglos institucionales si, previamente,no se plantea la necesidad de un acuerdo macro. Asa seguir resistindose a que seintroduzcan temas como las condiciones laborales, mientras los EE.UU. consideran que

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    lo acordado en la OMC no es suficiente. En cuanto a la esfera monetaria, losinstitucionalistas tienen ante s un formidable desafo: cmo organizar ese rgimencuando los flujos diarios en los mercados de cambios superan en treinta veces a losmovimientos comerciales; en otros trminos, esas masas de recursos suman quinientos

    billones de dlares cuando el total de las reservas de los bancos centrales llega a unbilln de dlares, v sea que la relacin entre los Estados y el mercado es de uno aquinientos.

    John L. Gaddis, en su libro The United states and the End of the Cold War, enel captulo final, se propone identificar el nuevo clivaje que debera sustituir al conflictoWashington-Mosc. Para el profesor de la Universidad de Ohio, la competencia esta vezse dar en trminos de procesos y concretamente los define como la pugna entre lasfuerzas pro-integracin vs. el proceso internacional de fragmentacin.

    Los caminos de la integracin-globalizacin para otros autores bsicamente sonlas comunicaciones y la economa, aunque Gaddis coloca en la misma jerarqua a la

    seguridad y a las ideas. Paralelamente, nacionalismos, racismos y religiones seran lasprincipales manifestaciones de las tendencias que confluiran en el proceso internacionalde fragmentacin.

    Globalizacin vs. Fractura constituye una simplificacin en la bsqueda de unanueva lectura y por esa razn puede confundirse cartografa con topografa, ya que aquse requiere un nivel de detalle que una ecuacin binaria no est en condiciones de

    brindar. Pero en honor a la verdad, tambin es cierto que la idea de un mundo divididoentre democracias y totalitarismos, el pivote de la doctrina Truman de 1947, no dej deser un reduccionismo exagerado, donde muchas casas quedaban sin una explicacin.

    Cartogrficamente hablando, la conjetura de Gaddis permite introducirse en el

    mundo de la posguerra fra con un nivel adecuado de aproximacin a los fenmenos y alas tendencias que la atraviesan. As se evita quedar prisionero de los marcos dereferencia histrico-deterministas y no obliga a tomar partido entre quienes creenidentificar los senderos del orden ylas que a travs de imgenes se aproximan a la ideadel caos, cuando en realidad desde 1989 en adelante el mundo es cualitativamentemejor, en la medida que al menos es ms seguro en trminos globales, en virtud de queno. existe la amenaza nuclear, escenografa irracional que prcticamente encapsul lasrelaciones internacionales a partir de 1947.

    El enfoque de Gaddis permite avanzar ms all y sin duda aparecen mltiplesposibilidades de anlisis al hacer interactuar ambos polos. En efecto, el proceso de

    integracin no es ajena al de fractura que en los hechos la alimenta en una dobledimensin: la divisoria social que se crea dentro del mundo desarrollado y la brecha quese agranda entre el Norte y el Sur.

    En el propio seno de los pases industrializados ocurren fenmenos que seproyectan a las relaciones internacionales, particularmente en todo lo que hace a lasconsecuencias del clivaje social que se produce entre los sectores modernos, acti-vamente involucrados en el proceso de globalizacin y que ven satisfacer all susdemandas materiales en permanente crecimiento, y los sectores sociales que quedanfuera o temen ser afectados par la integracin. As en las consultas realizadas en Europa,en torno a la aprobacin del Tratado de Maastricht, result evidente la existencia de estanueva realineacin de coaliciones sociales: de un lado, las sectores ms educados, ur-

    banos y jvenes, para quienes la idea de Europa est asociada a un futuro mejor, y en la

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    otra coalicin se anotaron los sectores rurales, la tercera edad, las de menor niveleducativo y, en general, los que desarrollan actividades rutinarias en los sectores

    productivas ms expuestos a la competencia internacional, todas ellos temerosos a laidea de una supranacionalidad capaz de erosionar situaciones y derechos adquiridos.

    En realidad la fragmentacin, ora en el Norte, ora en el Sur, es la resultante delproceso de exclusin que se genera en el mbito de la economa y de la polticaglobalizada. La bsqueda permanente de la competitividad lleva a los Estados a pri-vilegiar todo aquello que favorezca la mejor insercin de las estructuras productivas quedesarrollan sus actividades en su territorio y este proceso genera bsicamentedesempleo. Esto obligara a las Estados, como contrapartida, a potenciar las polticassociales, pera los elevados dficit del sector pblico no permiten, el incremento de ungasto que, en realidad, constituye la contratara de un patrimonio cultural que privilegiaun tipo de calidad de vida que ayer fue una conquista y que hoy es nostalgia para lassectores que la globalizacin expulsa del mercado de trabajo. Esta situacin tambin se

    registra en el mundo en desarrollo, particularmente en los pases que no han logradoincorporarse a la economa mundial en forma activa, en los 70 y los 80 .All, en el Sur,la exclusin afecta al conjunto de pases, dado que pocos sectores participan en laglobalizacin.

    La globalizacin tambin potencia a las corrientes nacionalistas, e incluso a losfundamentalismos religiosos, en la medida en que el proceso de licuacin de lasidentidades nacionales provoca el rechazo de quienes se sienten virtualmentedesamparados o sin puntas de referencia identificatorias. Esto explica el resurgimientode la idea de lo nacional y de movimientos que apelan a la interpretacin literal de lostextos religiosos, sobre toda en las naciones donde imper el orden del sistemasovitico y que ahora contemplan la liberacin de todas aquellas fuerzas centrpetas

    que el totalitarismo ayud a congelar y a contener.

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    Introduccin

    De acuerdo a Robert Gilpin, la globalizacin trajo consigo cambios econmicos y

    polticos. Entre los primeros se cuentan la mayor integracin de las finanzas y elaumento de la competencia comercial a partir de los ochenta2. Adems, como parte delsegundo grupo, caen significativamente las barreras al comercio internacional como

    producto de las sucesivas rondas de negociacin multilateral, y a este fenmeno sesuman los avances tecnolgicos para dar un mayor empuje a la extensin del comerciomundial3. Estos numerosos y profundos cambios que alteraron el escenario econmicomundial de las ltimas dcadas del siglo XX generaron nuevos problemas y desafos alos Estados en general, y a los menos desarrollados en particular.

    En este contexto de globalizacin y competencia comercial, la llegada de India aAmrica Latina puede claramente ser caracterizada como tarda. Por supuesto este

    retraso se compara con la llegada de otros actores no tradicionales a la regin,principalmente la de su contraparte asitica ms renombrada, la Repblica PopularChina. Se debe, en gran medida, a una tradicional poltica India de autonoma respectodel sector externo lo que condujo a una tarda apertura e insercin en el escenariocomercial internacional.

    Una vez derribadas algunas de las barreras al comercio que India mantena, y anmantiene, relativamente altas en comparacin con otras economas, comienza aincentivarse el intercambio con diferentes regiones del mundo. Dentro de este esquema

    2GILPIN, R: Global Political Economy: Understanding the International Economic Order, pg.5, 2001,

    Princeton University Press, Princeton.3Idem, pag. 6

    INDIA Y AMRICA LATINA:ESTRATEGIAS DEINSERCIN ECONMICA INTERNACIONAL

    Lic. Paola Andrea Baroni (UES21) - Lic. Mara Florencia Rubiolo (UES21)

    En el contexto econmico internacional actual, caracterizado por una crecienteinterdependencia de las economas y de las finanzas y un alto grado de competenciacomercial, la llegada a India a Latinoamrica se considera tarda. A pesar de ello suimpacto en las economas de la regin va en aumento debido al incremento de losflujos comerciales. Nos proponemos analizar aqu la poltica de India en la regin y

    vincularla con el rol de Amrica Latina en el sistema econmico internacional y susposibilidades de reformular su insercin a partir de la menor vinculacin relativa conactores tradicionales como los Estados. Se tendr en cuenta los desafos y lasoportunidades que la aproximacin de una economa emergente, como India, puedegenerar para la regin en las postrimeras de los bicentenarios de las independenciaslatinoamericanas.

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    Amrica Latina, y ms especficamente su parte sur, no se constituye en un reaprioritaria de la poltica exterior econmica del pas. No obstante pueden encontrarseindicadores de un crecimiento de la presencia India en la regin, tanto en trminoscomerciales como de inversiones. En este trabajo nos interesa explorar cuales han sido

    las lneas de poltica externa seguidas por India hacia Amrica del Sur y que lugarocupa en su agenda econmica contempornea. Tomaremos dos conceptos como guade nuestro anlisis: el de diplomacia econmica, que nos permitir profundizar tanto enlos lazos bilaterales como multilaterales del pas con esta regin del globo, y el dediversificacin comercial, como estrategia de insercin en un escenario econmicointernacional altamente dinmico y competitivo.

    Nuestro objetivo es, no slo analizar la poltica india en la regin, sino tambinvincularla con el rol de Amrica Latina en el sistema econmico internacional y sus

    posibilidades de reformular su insercin a partir de la menor vinculacin relativa conactores tradicionales como Estados y la Unin Europea. Entonces, tendremos en cuenta

    los desafos y las oportunidades que la aproximacin de una economa emergente, comoIndia, puede generar para la regin en las postrimeras de los bicentenarios de lasindependencias latinoamericanas.

    La incipiente aproximacin de India hacia Amrica del Sur

    La poltica exterior de India desde su independencia hasta la dcada del noventaestuvo guiada por la necesidad de crear una economa autosuficiente y reducir los altosniveles de pobreza, dentro de un marco democrtico. Para ello se implement unaestrategia socialista con fuerte intervencin estatal, basada en el desarrollo de laindustria pesada, una poltica de sustitucin de importaciones y represin financiera. Elresultado de este modelo fue un excesivo control sobre la produccin, la inversin y el

    comercio, y polticas de estmulo al comercio interno y de inversin extranjera quesumieron al pas en el aislamiento econmico internacional4.

    En 1991, las condiciones internas de bajo crecimiento y baja y obsoletaproductividad se conjugaron con las repercusiones que en la economa nacional tuvo laGuerra del Golfo. Esto llev a la entrada en default de la economa sin precedente enla historia post-independentista que condujo al pas a aceptar un programa de ajusteestructural del FMI5. Este fue el puntapi inicial para la apertura de la economa y laconsecuente insercin internacional.

    La liberalizacin comercial que se sucedi puede dividirse en dos perodos: elprimero entre 1991 y 1995 y el segundo durante la segunda mitad de la misma dcada.

    El primero se caracteriz por la fuerte cada de las barreras arancelarias lo que incentivel comercio exterior; el segundo por una consolidacin de estas medidas pero sinprofundizacin de las mismas6. Este proceso permite explicar el tardo acercamiento deIndia a Amrica Latina, y especficamente a Amrica del Sur.

    La insercin tarda de la India dentro del sistema econmico internacional legener la necesidad de disear objetivos de poltica exterior orientados a posicionarsedentro de un escenario que en la dcada del noventa se encontraba en un proceso de

    4RAJAN, Ramkishen S.; SEN, R: Trade Reforms In India Ten Years On: How Has It Fared ComparedTo Its East Asian Neighbours?, pp. 1y 2, 2001, ISEAS. Visiting Researchers Series No.1.5

    dem, pg.26dem, pg. 4

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    reestructuracin. Su modelo para lograrlo ha sido la diplomacia econmica que suponepromover el comercio exterior y las inversiones, la construccin de fuertes lazos con lasprincipales potencias y con los referentes del mundo en desarrollo7

    El multipolarismo y la cooperacin Sur-Sur tambin son dos estrategias que seenmarcan en su modelo de diplomacia econmica. Segn Rubn Marx 8 la diplomaciaeconmica est vinculada a la firma de acuerdos comerciales bilaterales, regionales ymultilaterales, la defensa de las inversiones y de la propiedad intelectual, y elafianzamiento de la competitividad basada en ventajas tecnolgicas de las partes y elacceso a los mercados. La participacin india en el G20, G33 y NAMA 11 son ejemplosde su preferencia por estrategias multilaterales con los pases en desarrollo. Aunque surea geogrfica prioritaria en este sentido es el Sur de Asia, existen acuerdos con elMERCOSUR firmado en 2003, vigente desde junio 2009 y la intencin deestablecer un acuerdo de libre comercio con el MERCOSUR y SACU9. Otros ejemplosde ello son el status de observador en la OEA, contactos con el CAN y el CARICOM y

    el Grupo Ro. Adems ha firmado acuerdos de cooperacin con el Sistema deIntegracin Centroamericano10.

    Dentro de esta poltica de acercamiento hacia la regin la iniciativa que poneclaramente de manifiesto la relevancia de ALC en la agenda econmica hind es ladenominada Focus LAC. Implementada desde 1997 y diseada especficamente para

    profundizar las relaciones econmicas con esta regin, el programa est orientado acoordinar esfuerzos pblicos y privados para promover exportaciones hacia sus

    principales socios latinoamericanos en rubros como textiles, productos qumicos,software, medicinas, entre otros11. A travs del mismo tambin brinda asistenciafinanciera a las empresas indias que quieran participar en exposiciones comerciales,

    para que se sumen a delegaciones que visiten la regin y para que realicen estudios de

    mercado. Financian pasaje areo y alojamiento local a los importadores y empresarioslatinoamericanos, as stos pueden asistir a eventos de exportacin y a exposicionescomerciales en la India12

    En el marco de la diplomacia econmica, el pas ha firmado numerosos acuerdosbilaterales de entendimiento y cooperacin con pases de Sudamrica. Entre ellos conVenezuela, Ecuador, Argentina, Colombia, Chile y Brasil. Estos acuerdos ponen demanifiesto propuestas e intenciones de las partes, que hasta ahora slo se han plasmadoen el acuerdo entre MERCOSUR e India. A su vez firm acuerdos de proteccin y

    promocin de inversiones con Argentina en 1999, Uruguay en 2008 y Colombia en2009.

    7 PREZ LLANA, C; LAFFAYE, S. y STANCANELLI, N.: Radiografa econmica de la mayordemocracia del mundo, enRes Diplomtica, pg. 101, 2008, Segunda poca, n 3, Buenos Aires, Junio,8MARX, R.: Los pases BRIC en la agenda internacional, pg. 91, 2009, EnArchivos del presente.No. 51:9PREZ LLANA, C; LAFFAYE, S. y STANCANELLI, N, Op. Cit. Pp. 112 y 11310CESARN, Sergio (2007). La seduccin combinada: China e India en Amrica Latina y el CaribeCentro Argentino de Estudios Internacionales, Programa Asia Pacfico. Disponible en:http://www.caei.com.ar/es/programas/asia/29.pdfhttp://www.caei.com.ar/es/programas/asia/29.pdf

    11Idem12

    VISWANATHAN, R.: Socios a largo plazo, en Res Diplomtica, 2008, pg. 77, Segunda poca, n 3,Buenos Aires, Junio

    http://www.caei.com.ar/es/programas/asia/29.pdfhttp:/www.caei.com.ar/es/programas/asia/29.pdfhttp://www.caei.com.ar/es/programas/asia/29.pdfhttp:/www.caei.com.ar/es/programas/asia/29.pdf
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    El intercambio comercial con toda la regin de Amrica del Sur sin incluir aSurinamaument en un 230 por ciento entre 2002 y 2007, pasando de 2.638 millonesa 8.751 millones de dlares (ver grfico 1). El principal socio de India en la regin esBrasil con un total de 3.221 millones de dlares en 2007. Chile y Argentina son el

    segundo y tercer socio respectivamente. Llama la atencin al analizar las estadsticascomerciales, que a partir de 2006 Chile se convirti en el principal exportador deAmrica del Sur hacia India, y en 2007 el total de exportaciones chilenas 2.212millones de dlares - duplic el de Brasil954 millones.

    El crecimiento exponencial que muestran las exportaciones de Chile a India tienentima relacin con el Acuerdo de Alcance Parcial firmado por las partes en marzo 2006y en vigencia desde agosto 2007. En virtud del mismo un 98 por ciento de lasexportaciones chilenas y el 91 por ciento de las indias tienen una rebaja arancelaria

    promedio de 20 por ciento desde el momento de la entrada en vigencia. Chile rebaj losaranceles de 296 productos indios, mientras que India rebaj los aranceles a 266

    productos chilenos

    13

    . De esta manera Chile no slo se convierte en el pas con el mayorsaldo de balanza comercial con India en la regin, sino tambin el que mostr el mayorcrecimiento en el volumen de intercambio. Esto nos permite estimar que Chile puedeconvertirse en el principal socio comercial de India en un corto plazo si Brasil no tomalas medidas necesarias para incrementar sus intercambios con el pas asitico. Pero, lamayor relevancia del tema para la regin en su conjunto, es que India tiene un amplio

    potencial como receptor de exportaciones sudamericanas, dada la complementariedadde las economas, el crecimiento poblacional de India y el aumento de su capacidad de

    poder adquisitivo.

    Fuente: Banco Interamericano de Desarrollo. Instituto para la Integracin de Amrica Latina y elCaribe. Estadsticas de Comercio Bilateral 2002-2008. Elaboracin propia.

    En cuanto a las inversiones est focalizada en los sectores de acero, productosfarmacuticos, informtica, petrleo, minera y manufactura. La empresa informticaindia TCS tiene alrededor de seis mil trabajadores latinoamericanos operando en laregin, desde Mxico a Chile. En Bolivia, la empresa siderrgica india Jindal Steelratific en enero del presente ao su compromiso de invertir 2.100 millones de dlaresen un ambicioso proyecto en los yacimientos de hierro de El Mutn, en el departamento

    13

    PROCHILE (2008). Informacin estratgica para exportar a India. Disponible:http://www.prochile.cl/ficha_pais/india/comercio_exterior.php

    Grfico 1: Intercambio comercial India - Amrica del Sur

    2002-2007 en USD 1000

    6437374

    8751208

    2638329

    3094854

    2370168

    4791236

    0

    1000000

    2000000

    3000000

    4000000

    5000000

    6000000

    7000000

    8000000

    9000000

    10000000

    2002 2003 2004 2005 2006 2007

    http://www.prochile.cl/ficha_pais/india/comercio_exterior.phphttp://www.prochile.cl/ficha_pais/india/comercio_exterior.phphttp://www.prochile.cl/ficha_pais/india/comercio_exterior.php
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    de Santa Cruz14. A su vez, India tambin se constituye un gran mercado para bienes decapital, intermedios y manufacturas terminadas. El intercambio puede favorecer lamodernizacin tecnolgica de Amrica Latina y fortalecer la cooperacin acadmica

    para I+D conjunto.15

    Las asimetras entre las balanzas comerciales de los pases sudamericanos conIndia son significativas. Esto se refleja en las cifras de intercambios: mientras que los

    primeros tres socios comerciales Brasil, Chile y Argentina representan el 78 porciento del total para 2007, el resto de la reginintegrada por ocho Estadosda cuentade apenas el 22 por ciento para el mismo ao. Teniendo en cuenta que esta asimetra, sesuma a la firma de acuerdos bilaterales que tienden a resquebrajar los esfuerzosregionales de integracin econmica, consideramos que Amrica del Sur se enfrenta a lanecesidad de relacionarse con nuevos actores evitando la profundizacin de lasdivisiones intrarregionales.

    A pesar de las diferencias culturales e histricas con la regin sudamericana, la

    India no ha generado tantos interrogantes como China, ya que desde su posicin comopotencia emergente, posee muchos puntos en comn con el capitalismo occidental, loque favorece una mayor fluidez en las relaciones 16

    India se presenta, entonces, como socio natural y estratgico de la regin, lo quepuede ayudar a fortalecer posiciones comunes en los mbitos multilaterales denegociacin, generar inversiones, multiplicar el comercio sur-sur y transferir tecnologa,entre otras acciones, que permitiran una mayor y mejor insercin internacional. 17

    Enfrentar estos desafos externos que presentan amenazas de fragmentacin,competencia y distribucin desigual de beneficios requiere de la coordinacin de

    polticas nacionales a travs de la construccin de consensos en torno a las decisiones y

    acciones y tambin definiciones e interpretaciones regionales. Esto puede permitirle a laregin convertirse en un polo de atraccin, el principal desafo interno que se le presentaante los cambios en la estructura econmica internacional, a travs de la diversificacinde la produccin y de los socios y la confeccin de un mbito jurdico de seguridad.

    Los desafos internos de Amrica del Sur ante la llegada de nuevosactores

    Amrica del Sur en su relacin economas emergentes intenta responder a dosprincipales intereses regionales: por un lado la necesidad de fortalecer tanto suseconomas internas como sus instituciones nacionales y regionales; por otro, la deencontrar alternativas de insercin internacional respecto de Estados Unidos y la Unin

    Europea (UE). En el primer sentido, creemos que la diversificacin de productos ysocios comerciales permitira fortalecer las economas, y la segunda condicin,

    14LOS TIEMPOS. Siderrgica india Jindal Steel confirma compromiso de inversin en El Mutn, 22de enero de 2010. Disponible:http://www.lostiempos.com/diario/actualidad/economia/20100122/siderurgica-india-jindal-steel-confirma-compromiso-de-inversion-en-el_54728_97202.html15 GURRA, A. (2007): El impacto de China e India en Amrica Latina: Desafos y Oportunidades,presentado en el Encuentro Empresarial de la OCDE, 8 de Noviembre, Santiago de Chile.16MENDOZA, M. C. y MUDA, J. M.: Argentina, India y el MERCOSUR como puente, pg. 29, enRes Diplomtica, Segunda poca, n 3, Buenos Aires, 2008

    17Idem, pg. 41

    http://www.lostiempos.com/diario/actualidad/%20economia/20100122/siderurgica-india-jindal-steel-confirma-compromiso-de-inversion-en-el_54728_97202.htmlhttp://www.lostiempos.com/diario/actualidad/%20economia/20100122/siderurgica-india-jindal-steel-confirma-compromiso-de-inversion-en-el_54728_97202.htmlhttp://www.lostiempos.com/diario/actualidad/%20economia/20100122/siderurgica-india-jindal-steel-confirma-compromiso-de-inversion-en-el_54728_97202.htmlhttp://www.lostiempos.com/diario/actualidad/%20economia/20100122/siderurgica-india-jindal-steel-confirma-compromiso-de-inversion-en-el_54728_97202.htmlhttp://www.lostiempos.com/diario/actualidad/%20economia/20100122/siderurgica-india-jindal-steel-confirma-compromiso-de-inversion-en-el_54728_97202.htmlhttp://www.lostiempos.com/diario/actualidad/%20economia/20100122/siderurgica-india-jindal-steel-confirma-compromiso-de-inversion-en-el_54728_97202.html
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    permitira ofrecer un marco de seguridad jurdica necesaria para la atraccin de sociosinternacionales y capitales extranjeros. Para la consecucin de ambos intereses la reginnecesita convertirse en un polo de atraccin para pases emergentes. En un plazo mayor,el fortalecimiento de relaciones con nuevos Estados le permitir alcanzar un mejor

    posicionamiento a nivel internacional.Una de las necesidades de la regin ha sido la diversificacin de mercados que le

    permita actuar ms libremente y no depender de pocos socios que condicionen suposicin comercial. Tambin es necesaria la diversificacin de produccin econmica.La regin depende altamente de la demanda de materias primas, recursos naturales ymanufacturas bsicas - sin valor agregado importante -, productos cuyos precios sonsensibles ya que se ven fuertemente afectados por los vaivenes en la oferta y la demandade los mismos. La bonanza que ha experimentado la regin en este tema lleva al peligroque se afiance el subdesarrollo estructural18si no hay polticas nacionales y regionalesde desarrollo que permitan diversificar la produccin hacia nuevos mercados.

    Las IED se han constituido en otra herramienta para el desarrollo, por lo tanto esimportante que los Estados atraigan capitales extranjeros. Las empresas regionales yaestn invirtiendo fuertemente dentro de Amrica del Sur y es claro que India tienetambin planes y proyectos concretos al respecto.

    Entre los principales obstculos que se presentan a la concertacin de polticas enAmrica del Sur encontramos la diversidad de orientaciones poltico-ideolgicas queactan en detrimento de la constitucin y consolidacin de instituciones regionales19.Esta variable contribuye a la generacin de distintos modelos de integracin dentro de laregin lo que dificulta el consenso en torno a polticas macro de cooperacin regional.Un segundo elemento que se presenta como impedimento a la cooperacin y que

    contribuye al deterioro de las instituciones regionales existentes, es la fragilidad depolticas de integracin de Estado20. Podemos sumar a estas condicionantes el ejerciciodel nacionalismo en materia de recursos naturales, que resalta las tensiones regionalesconsecuencia de la asimetra estructural en la distribucin de dichos recursos. Estacaracterstica condiciona la insercin internacional de los pases de la regin hacindolams favorable para algunos que otros.

    El lugar de privilegio relativo dado a Amrica del Norte, sumado a lamarginalizacin dentro de la agenda exterior europea, genera en Amrica del Sur lanecesidad de encontrar una alternativa que respalde su insercin internacional a partirde un mejor posicionamiento relativo en un mundo altamente competitivo. Desde unenfoque interno surge, entonces, a partir del 2004 el concepto de una comunidadsudamericana de naciones, actualmente UNASUR, y desde un enfoque externo lanecesidad de profundizar y extender lazos con Estados emergentes que se conviertan enalternativas frente a Estados Unidos. Este proceso, a diferencia de otras iniciativas, tiene- como mencionamos anteriormente- un tinte claramente poltico, un bajo grado deinstitucionalizacin, la presencia de un Estado Brasil - que intenta motorizar la

    18CESARN. Op. Cit. Pg. 1519SOARES DE LIMA, M. R.: Liderazgo regional en Amrica del Sur: tiene Brasil un papel a jugar?,pg. 40, en Lagos, Ricardo (compilador)Amrica Latina: Integracin o Fragmentacin?,Buenos Aires,

    Edhasa, 200820Idem, pg. 105

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    integracin y la participacin de todos los pases de Amrica del Sur, sin EstadosUnidos.

    Conclusin

    Los rasgos distintivos del sistema internacional de hoy son la integracin einterdependencia econmica, y principalmente financiera, de los Estados. En estecontexto, los actores internacionales necesitan innovar en las estrategias de insercineconmica para evitar quedar marginalizados de este sistema. En este marco, las dosestrategias que identificamos como pilares de la poltica exterior de India son ladiplomacia econmica y la diversificacin comercial.

    La bsqueda de nuevos socios se ha convertido casi en un imperativo para lainsercin internacional de pases menos desarrollados. La relacin de India con AmricaLatina puede entenderse dentro de esta lgica. La complementariedad econmica entreambas favorece la profundizacin de las relaciones. Esta complementariedad est dada

    por la creciente demanda de recursos naturales y energticos necesarios para, por unlado, sostener el crecimiento y desarrollo industrial, y por otro, satisfacer lasnecesidades alimenticias de una poblacin en constante crecimiento y con un mayor

    poder adquisitivo. Adems, esta situacin se vive con otras economas emergentes, queterminan compitiendo entre s por acceso a fuentes de recursos. Teniendo en cuentaestos condicionantes, India a partir de los noventa-, redefine su poltica exterior haciaregiones no tradicionales como Amrica Latina.

    Amrica Latina por su parte, se enfrenta a dos claros desafos en el bicentenario:por un lado, encontrar un modo de insercin que favorezca el crecimiento de la regin atravs de la diversificacin de socios comerciales y de la matriz productiva; y por otro,superar las diferencias generadas por las asimetras en la distribucin de los recursos,

    que combinada con la necesidad de insertarse un este sistema, la ha llevado a ununilateralismo competitivo.21

    Mientras los pases de la regin vayan avanzando en la diversificacin deeconomas, deben buscar exportar cada vez ms manufacturas y bienes con mayor valoragregado. ste es el camino que ha emprendido Brasil con la industria automotriz elincipiente de Argentina con el desarrollo de software22.

    El aprovechamiento de las oportunidades que genera, entre otros, India, suponeque los pases de la regin debern: aumentar el crecimiento y la recaudacin fiscal,invertir en la modernizacin de sus redes de infraestructura, en particular encomunicaciones y transportes, y ampliar la capacidad de innovacin, llevando esto a la

    necesidad de fortalecer las instituciones e invertir en capital humano. 23. Esto permitiradiferenciar la relacin de AL con EEUU y Europa, de la que podra tener con India yChina, y evitar as reproducir un modelo de dependencia de mercados externos.

    Considerando estos elementos, la presencia de actores extrarregionales, comoIndia, pone de manifiesto la urgencia de crear mbitos que permitan a los pasessudamericanos abordar los desafos y oportunidades que stos generan. El consenso esfundamental para evitar la profundizacin de las asimetras y la fragmentacin regional,y para lograr el fortalecimiento de la regin como polo de atraccin.

    21CESARN, Op. Cit. Pg, 2622

    GURRA, A, Op. Cit. Pag,23Idem

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    colaboracin selectiva (entendida como la formacin de lazos de cooperacin con losEE.UU en temas de mutuo inters, que permitan incidir en la forma en que la potenciaejerce su poder); y por ltimo la contencin acotada que

    ()implica la creacin progresiva de espacios e instrumentos regionales de

    accin propios que reduzcan, excluyan o prevengan la influencia o injerencia deEstados Unidos en una determinada rea geogrfica de la regin, al tiempo quefavorezcan la capacidad colectiva de interaccin con Washington. Al igual que elmultilateralismo vinculante, esta segunda opcin estratgica incluye una amplia

    gama de temas, aunque el nfasis aqu est puesto en las cuestiones de seguridad.A diferencia del equilibrio clsico de poder, la contencin acotada posibilita a losestados incrementar poder y autonoma de decisin sin confrontar o rivalizar con

    Estados Unidos. En muchos aspectos, su construccin puede ser incluso funcionala los intereses de seguridad de Washington en esa rea. Por ejemplo, la creacin o

    preservacin de una zona de paz sin hiptesis de conflictos interestatales o deespacios institucionales con capacidad de accin colectiva para responder a crisis

    polticas domsticas o conflictos regionales. La condicin de posibilidad de estaestrategia es la existencia de estrechos vnculos de cooperacin entre los estados

    principales que la integran; especialmente en materia de seguridad.28

    Si se est en lo cierto, y UNASUR responde verdaderamente a este tipo de estrategia depoltica exterior, es posible concebir tres supuestos que deberan verificarse en larealidad:

    1.- UNASUR reduce, excluye o previene la influencia o injerencia de EE.UU. enla regin al tiempo que favorece la capacidad colectiva de interaccin con Washington.

    2.- UNASUR permite incrementar la autonoma de decisin de los pases de laregin sin generar enfrentamiento o rivalidad con EE.UU. Adems puede llegar a ser

    incluso funcional a los intereses de seguridad norteamericanos.3.- UNASUR se basa en la existencia de estrechos vnculos de cooperacin entre

    los estados principales que la integran, especialmente en materia de seguridad.

    Analizando los supuestos

    1.- UNASUR reduce, excluye o previene la influencia o injerencia de EE.UU. enla regin al tiempo que favorece la capacidad colectiva de interaccin con Washington.

    El conflicto interno boliviano de septiembre de 2008 fue la oportunidad en queUNASUR se puso por primera vez en accin para solucionar una crisis quecomprometa tanto la integridad territorial de Bolivia como sus instituciones

    democrticas.A travs de la Declaracin de la Moneda29, UNASUR brind su apoyo al gobierno

    boliviano en base a los principios asentados en el Tratado Constitutivo de la Unin30derespeto a la Soberana, a la democracia y sus instituciones, a la integridad territorial y alos Derechos Humanos.

    28IBIDEM (p.236)29Declaracin de La Moneda. 15 de Septiembre de 2008. (disponible enhttp://www.comunidadandina.org/unasur/15-9-08com_bolivia.htm)30

    Tratado Constitutivo de la Unin de Naciones Sudamericanas. 23 de Mayo de 2008 (disponible enhttp://www.comunidadandina.org/unasur/tratado_constitutivo.htm)

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    En el caso boliviano, el accionar de UNASUR no slo fue efectivo a fin desolucionar el conflicto, sino que adems logr hacerlo sin recurrir a los EE.UU.31, ni deforma directa, ni indirectamente a travs de la Organizacin de Estados Americanos,que tampoco tuvo participacin alguna en la crisis.

    El objetivo de reducir o impedir la injerencia norteamericana qued evidenciadocon la fuerte oposicin de los mandatarios de la Unin (principalmente de Chvez,Correa y Morales) al conocerse la intencin del Presidente lvaro Uribe de permitir eluso de bases militares colombianas por parte de tropas norteamericanas en el marco dela guerra contra el narcotrfico.

    La oposicin a dicha medida y el enfrentamiento que la misma gener en el senode UNASUR derivaron en la convocatoria a una cumbre extraordinaria en Bariloche enAgosto de 200932. Sin embargo, luego de acalorados debates, prim el respeto a lasoberana colombiana, (en Octubre de 2009 Uribe acord con el gobierno de EE.UU. eluso de las bases en territorio colombiano) y se decidi que fuera el Consejo de Defensa

    de UNASUR el encargado de analizar la situacin33.Con respecto al efecto favorable que UNASUR podra tener en la capacidad

    colectiva de interaccin de los pases de la regin en relacin a EE.UU., se observa unatendencia en esta direccin, pero an es prematuro para dar una respuesta definitiva aesta hiptesis.

    Los encuentros entre el Presidente Barack Obama y los mandatarios de UNASURen el marco de la V Cumbre de las Amricas en el mes de abril de 2009, sumado a lainsistencia de los Estados miembros para que EE.UU. normalice sus relaciones conCuba, demostraron progresos en esta direccin.

    Por otro lado, los esfuerzos para iniciar el muy esperado dilogo UNASUR-EE.UU. se reflejaron a lo largo de 2009 en las acciones de la presidencia pro tmpore,ejercida por Ecuador, buscando abrir el debate entre las partes en reas de interscomn. Finalmente, en 2010 los intentos de establecer el dilogo entre ambas partes

    parecen haber alcanzado un logro importante, con el primer encuentro formalUNASUR-EE.UU. en Buenos Aires y con el compromiso all alcanzado de estableceruna agenda de dilogo permanente.

    A pesar de la firme voluntad por parte de UNASUR de entablar un dilogo directocon los EE.UU. y de la buena disposicin que ha demostrado Washington, resta saber sila canalizacin de los intereses comunes a todos los miembros a travs de la voz nicade la Unin se vuelve, en la prctica, ms efectiva que la accin individual.

    2.- UNASUR permite incrementar la autonoma de decisin de los pases de laregin sin generar enfrentamiento o rivalidad con EE.UU. Adems puede llegar a serincluso funcional a los intereses de seguridad norteamericanos.

    31MENNDEZ DEL VALLE, Emilio. Bolivia, el ejemplo positivo de UNASUR. Diario El Pas- 15 deOctubre de 2008. (disponible en http://www.comunidadandina.org/prensa/articulos/elpais15-10-08.htm)32Declaracin conjunta de Reunin Extraordinaria del Consejo de jefes y jefas de Estado de la Unin deNaciones Suramericanas 28 de Agosto de 2009-Bariloche (Disponible enhttp://www.comunidadandina.org/unasur/28-8-09bariloche.htm)33El acuerdo firmado entre EE.UU. y Colombia estaba siendo analizado por el Consejo Suramericano de

    Defensa cuando en agosto de 2010 fue vetado y considerado inconstitucional por la Corte Supremacolombiana.

    http://www.comunidadandina.org/unasur/28-8-09bariloche.htmhttp://www.comunidadandina.org/unasur/28-8-09bariloche.htm
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    exclusivamente regional para reas tan sensibles a Washington como es en este caso lade la seguridad.

    3.- UNASUR se basa en la existencia de estrechos vnculos de cooperacin entrelos Estados principales que la integran, especialmente en materia de seguridad.

    A lo largo del siglo XX, Sudamrica recorri, a partir de la dcada de 1960, elcamino de la integracin regional, primero con la ALALC (Asociacin Latinoamericanade Libre Comercio) y posteriormente con su sucesora ALADI (AsociacinLatinoamericana de Integracin), sumado el auge de este tipo de procesos durante ladcada de 1990 (Resurgimiento de la CAN, creacin del MERCOSUR).

    En las ltimas dcadas asistimos al estrechamiento de los vnculos entre losEstados de la regin en otras reas adems de la exclusivamente comercial. En materiade seguridad podemos mencionar las Medidas de Confianza Mutua (MCM)35 que

    buscan reducir el riesgo de conflagracin militar entre pases con asuntos limtrofespendientes, controlar y limitar los gastos militares y en armamentos y finalmenteaumentar los niveles de cooperacin en materia militar, poltica y econmica entre las

    partes.

    Siguiendo a CARO, a nivel sudamericano podemos destacar los esfuerzos enmateria militar36: el Tratado de Paz y Amistad firmado en 1984 que dio solucin alconflicto del Canal de Beagle a travs del estrechamiento de la cooperacin argentino-chilena en la zona austral; los encuentros de altos mandos militares de Per y Chile a finde lograr una concepcin comn de seguridad que se registran desde 1986; los avancesen materia de cooperacin nuclear entre Argentina y Brasil a partir del acercamiento delos presidentes Alfonsn y Sarney en 1985; y por ltimo los encuentros de los EstadosMayores de las Fuerzas Armadas de Argentina, Brasil, Uruguay y Chile que se realizan

    anualmente desde 1993.UNASUR surge en el marco de esta creciente profundizacin de la cooperacin y

    de la mayor transparencia que fomentan los Estados de la regin para sus relaciones. Enla actualidad podemos hablar de la existencia de un consenso generalizado 37 entre loslderes de la regin en apostar a UNASUR, como proceso cumbre de esta tendencia. Elsesgo hacia la cooperacin en materia de seguridad y particularmente en asuntosmilitares que destacamos de las dcadas pasadas contina hoy vigente, reflejado en lacreacin del Consejo Suramericano de Defensa38, a propuesta de Brasil luego de losataques de las Fuerzas Armadas colombianas a las FARC en territorio ecuatoriano.

    El anlisis de estos tres elementos (la reduccin de la injerencia de EE.UU junto a

    una mayor capacidad colectiva de interaccin, el incremento de la autonoma de lospases de la regin sin generar rivalidad con EE.UU y la existencia de estrechosvnculos de cooperacin entre las partes) parece confirmar a priori la tesis quecaracteriza a UNASUR como el resultado de una estrategia de contencin acotada

    35CARO, Isaac. Medidas de Confianza Mutua en Sudamrica. En:Revista Fuerzas Armadas ySociedad (FASOC) Vol. IX, N 2,Santiago de Chile, 1994 (disponible enhttp://www.fasoc.cl/files/articulo/ART411a321c666ee.pdf) (p.4)36IBIDEM (pp.5-6)37CARDONA, Diego. Tiene futuro la Comunidad Sudamericana de Naciones?. En:Foreign Affairsen espaol, Abril-Junio 2005.38

    Declaracin de Santiago de Chile. 10 de Marzo de 2009 (disponible enhttp://www.comunidadandina.org/unasur/10-3-09com_defensa.htm)

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    llevada adelante por los Estados de la regin. La misma consistira en generar unespacio sudamericano que articulara las interacciones con Norteamrica, permitiendoganar autonoma relativa (restringiendo el accionar de Washington en los problemas dela regin) y capacidad de negociacin.

    Sin embargo, es an prematuro afirmar esto categricamente ya que UNASUR,debido a su corto tiempo de vida, slo nos permite basarnos en unos pocos elementos

    para contrastar la teora con la realidad. Al estado inicial de desarrollo en el que seencuentra la Unin (y por tanto, el hecho de que an resulta difcil definir lascaractersticas que adoptar finalmente), se suman los grandes retos que deberenfrentar para alcanzar los objetivos que se propone su Tratado Constitutivo.

    Entre los obstculos ms importantes a sortear destacan la existencia de vnculosbilaterales por fuera de la UNASUR (especialmente aquellos que unen a algunosmiembros con EE.UU.39), el excesivo protagonismo de los presidentes en el proceso deintegracin (que podran poner en peligro la continuidad de proceso ante los avatares

    electorales), la necesidad de lograr la convergencia en materia macroeconmica; yfinalmente, el enemigo histrico de los procesos de integracin en la regin: las

    persistentes asimetras entre los miembros.

    39

    El caso paradigmtico es Colombia, pero tambin es posible mencionar a Uruguay y a Paraguay,particularmente en lo que se refiere a acuerdos comerciales.

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    Introduccin

    La trayectoria de los asuntos energticos ha evidenciado el ascenso, laconformacin y el descenso de tres grandes estructuras de gobernanza internacional.stas respondieron de manera variada a los diferentes intereses de los actoresinternacionales que, en materia energtica, lograron enarbolar sus intereses ymantenerlos en el tiempo, mientras los cimientos de su poder comenzaban a erosionarse.El desgaste de las estructuras de poder construidas respondi a la capacidad de los

    jugadores en ascenso de plantear desafos de peso a quienes han detentado lagobernanza en cada momento histrico.

    A razn de lo anterior, se entiende a la estructura de gobernanza como lacapacidad de los actores en escena para sentar un conjunto de reglas en materiaenergtica, las cules se traducen en ventajas directas para sus intereses y repercuten

    sobre la obtencin de la renta de los hidrocarburos. A ttulo especfico, estas reglasversan sobre: el rgimen de licencias; el rgimen fiscal asociado a la explotacin; losimpuestos soberanos sobre los recursos; y los mtodos de arreglo de disputas. A nivelholstico, la estructura ejemplifica la lucha de intereses en el escenario energticomundial y, su conformacin, la preponderancia particular y temporal de algunos deellos.

    De este modo, el objetivo rector de este trabajo radica en vislumbrar lasdinmicas que caracterizaron a cada una de esas estructuras antes reseadas, en aras decomprender que hay de nuevo y de viejo en la actual situacin energtica en la que nosencontramos inmersos. Por su parte y reconociendo que se han producidos cambios en

    trminos de poder, se analiza en este trabajo el ascenso de una nueva estructura de

    GOBERNANZA Y PODER:LOS ASUNTOSENERGETICOS EN LA POLITICA INTERNACIONAL

    Lic. Luciano Liendo (UES21)

    Desde su descubrimiento en 1859 hasta nuestros das los hidrocarburos, han tenidola particularidad de modificar nuestro entorno, nuestro sistema productivo e inclusonuestra traslacin por la tierra. Con especial nfasis, el siglo XX se ha visto enteramentetransformado por stos. As, la Sociedad del Hidrocarburo, definida por Daniel Yergin,ha decantado por su mismo peso en los asuntos internacionales, manifestndose por

    medio de diferentes estructuras de gobernanza que expresaron los intereses y el poder designificativos actores energticos. Arrojar luz sobre dichas estructuras de poder es elcometido central del trabajo en cuestin, el cual se erige sobre el presupuesto de que stascontinan proyectando su influencia, de alguna manera, sobre las actuales temticas enmateria de energa. El artculo concluye con una breve reflexin sobre la actual situacinhidrocarburfera y cules son las tendencias que se vislumbran.

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    gobernanza que tiene en el centro de la escena a las Compaas Petroleras Nacionales(CPN) como actores de referencia y con herramientas materiales y polticas parainvertir el tablero de mando. Por ltimo, se busca tambin realizar una breve reflexinsobre la actual situacin en materia energtica y cules son las tendencias, que en este

    mbito se avizoran.Orgenes y Dinmicas Internacionales de los Hidrocarburos

    El nacimiento de la industria del petrleo puede establecerse el 27 de Agosto de1859, cuando el Coronel Edwin L. Drake extrajo por primera vez, en cantidadconsiderable, el hasta entonces llamado aceite mineral en las inmediaciones deTitusville, localidad situada en el Valle de Oil Creek, Pensilvania, Estados Unidos.

    De aqu en adelante la acelerada carrera por el nuevo oro negro se expandi demanera desenfrenada. En 1870 John D. Rockefeller y Henry Flagler constituyeron

    jurdicamente la Standard Oil Company y dieron el salto a la consolidacin verticalde la nueva industria. Para lograrlo, los mismos concentraron sus esfuerzos en eldominio de la estructura de transporte, implementaron una poltica de reduccin de

    precios para eliminar a los competidores y emprendieron la compra de las pequeascompaas incapaces de rivalizar con la Standard. Se daba nacimiento as a la primeragran compaa internacional de hidrocarburos y a su colosal participacin en elcomercio internacional de esta nueva materia prima.

    El objetivo de Rockefeller y Flagler era simple, buscaban hacer del negociopetrolero una inversin segura y rentable, en pocas palabras, se trataba estabilizar alsector por medio de la eliminacin de la excesiva competencia, situacin la cual

    permitira incrementar los dividendos.

    De esta manera, y al igual que la Standard Oil y Pensilvania, fueron surgiendootros polos productores y compaas internacionales. Bak (Azerbaiyn) dentro delImperio Ruso y Sumatra (actualmente Indonesia) en las Indias Orientales Holandesas,comenzaron a disputar mercados al petrleo norteamericano. Por su parte, compaascomo la Royal Dutch o Shell, que asentaban sus operaciones en el Lejano Oriente,daban sus primeros pasos para convertirse en competidores de la Standard.

    Al mismo tiempo y de forma escalonada, la importancia del petrleo fueexpandindose a lo largo de la cadena productiva, pasando de ser un medio deiluminacin (Keroseno), a ser un ingrediente indispensable del desarrollo industrial yeconmico de la modernidad. El punto de inflexin se dara principalmente a partir deldesarrollo del motor de combustin interna y las posibilidades que este permitira, como

    su utilizacin en la industria automotriz. Por otro lado, esto tambin cambiararadicalmente el escenario petrolero tanto en Estados Unidos, como en las demsregiones productoras40, consolidando el ascenso de compaas como la Gulf Oil oTexaco en Estados Unidos y la Royal Dutch y Shell en sus respectivas zonas

    productoras y en el mercado internacional.

    40En los albores del siglo XX se poda distinguir tres grandes regiones productoras a nivel mundial y consus ramificaciones internas. La principal y ms importante, hasta el fin del Segunda Guerra Mundial, seraEstados Unidos con su produccin asentada en Pensilvania, Texas, Oklahoma y California. La segunda

    sera Rusia, con su centro de produccin ms importante en Bak y, por ltimo, el Lejano Oriente(Sumatra y la Isla de Borneo).

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    RUMARIO3|Noviembrede2010

    Los albores del siglo XX fueron testigos de la expansin del petrleo en lasdistintas ramas de la industria y de su consolidacin como la energa del nuevo siglo.Paralelamente a esta situacin se fue configurando, de facto, ms queconvencionalmente, un dominio de las compaas petroleras internacionales (CPI), que

    en trminos de Bernard Mommer (Mommer 2000), configuraran la primera estructurade gobernanza internacionaldel petrleo.

    As, las conocidas Siete Hermanas41, que terminaran de conformarse en laprimera dcada del siglo XX, seran los actores primordiales de esta nueva estructura yde la conformacin internacional del mercado de hidrocarburos. Pese a que contaroncon un amplio margen de maniobra a la hora de desplegar su accionar en los diferentes

    pases en los que obtuvieron licencias de explotacin, estas tambin recibieron un fuerteapoyo de sus gobiernos. El mismo se cons