DIOS EXIGE QUE SEAMOS BUENOS ADMINISTRADORES DE SU GRACIA(1 Pedro 4 nf 10 y 11)Punto 1 (Retrato de nuestra salvacin)Pedro les habla a los hermanos judos expatriados de las Iglesias de Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia recordndoles su identidad respecto a la eleccin que el seor nuestro Dios ha hecho con ellos. Para ello pone de manifiesto el sacrificio de Cristo nico y perfecto, salvfico y propiciatorio; en los primeros tres captulos vemos a un Pedro que insiste fervientemente en la atencin que ellos deben prestar a la manifestacin de la gracia que Dios ha derramado sobre sus vidas. Pedro hace hincapi en la esperanza viva que tienen en Jess como mediador de un pacto eterno que les redime de un justo castigo, una muerte eterna y les pone en un estado privilegiado, a saber, vida eterna en l. Les llama a que vivan una vida Santa y que sean piedras vivas a fin de que la Iglesia siga fortalecindose a fin de llegar a alcanzar la medida justa de aquel varn perfecto, Jesucristo; a su vez les ruega que vivan una vida intachable padeciendo como buenos siervos de Dios teniendo una buena conciencia delante del inconverso que hace las veces de su prjimo.

De esta manera llegamos al captulo 4 en donde Pedro insiste una vez ms hablando con la autoridad que Dios en su misericordia le ha concedido. Su insistencia es para que los hermanos que le escuchen puedan ver el sacrificio de Cristo como la verdad mxima del consejo de Dios. Pedro hace nfasis en el valor que tiene el padecimiento que nuestro seor Jesucristo, por el puro amor y afecto de la voluntad del padre tuvo para con nosotros. El derramar hasta su ltima gota de sangre por causa de salvarnos de la ira de Dios y ponernos a cuentas con l, dndonos paz y reconciliacin solo por los mritos de su obra expiatoria, debe ser el hecho en el que nos debiramos apoyar para padecer cada da en nuestra peregrinacin por la vida puesto que el fin ltimo de la obra que el Espritu Santo de Dios hace en cada uno de nosotros es acabar con el pecado que nos separa de la presencia de Dios santificndonos segn su voluntad haciendo que nosotros muramos cada da crucificando los deseos y las obras banales de la carne andando solo en el Espritu para la Gloria de su nombre ; Pedro es tajante al exclamar un basta ya! para referirse a que como cristianos debemos abandonar cualquier tendencia al pecado, propia de nuestra misma naturaleza cada y aceptada por un mundo corrompido y desvergonzado, que nos est haciendo perder la vista de lo verdaderamente importante, de lo imperecedero y lo que es inconmovible.

En verdad, amados hermanos, muchachos que me escuchan, deben saber que nuestro amo Jess quien nos sac de un estado de esclavitud, que a nosotros nos ofreca una aparente libertad, nos ha llamado del mundo apartndonos para l precisamente para ser sus esclavos. Pasando por un momento al verso 10 que nos interesa tratar profundamente por ser el que nos habla especficamente del deber de administrar correctamente la Gracia que nos ha sido encomendada por el Seor. Vemos que Pedro inspirado por el Espritu Santo de Dios utiliza las palabras cada uno; esto es importante ya que aqu podemos apreciar el primer punto crucial de esta reflexin. Como miembros del cuerpo de Cristo, cada uno en particular, poseemos una ddiva, un don que Dios que en su multiforme gracia nos ha encomendado para que precisamente lo administremos segn su voluntad. En este sentido encontramos que en 1 Corintios 12:11 y Romanos 12:6 se nos habla de una serie de dones que han sido entregados por Dios para que mediante ellos el nombre de Dios sea engrandecido y glorificado, en medio de su Iglesia y an afuera en el mundo siendo que a travs de ellos es que el mensaje del evangelio llega a propagarse. Esto es lo que se logra apreciar en el verso 11 en donde Pedro menciona el hablar y el ministrar como hechos que se deben hacer a la luz del poder que Dios da por medio de su Santo Espritu, a travs de sus diversos dones teniendo en cuenta que el Dios padre es glorificado en todo por medio de Jesucristo mostrando as una evidente referencia a la obra que l mismo hace en la cruz a favor de la humanidad que habra de creer en su nombre.

Hasta aqu hemos visto en primer lugar en los versos 1 al 6, el tema que corresponde a la lucha que el cristiano debe librar con el pecado que le impide ser piedra viva y por tanto le aleja de Dios. En segundo lugar, pasando al verso 10 vemos que Pedro dice claramente que cada miembro de la Iglesia, quien ha sido librado del pecado y regenerado a partir de la obra del Santo Espritu de Dios, ha recibido a partir del sellamiento descrito en Efesios 1:13 y como parte de la misma obra, un don inmerecido que debe ser administrado de manera excelente conforme a la voluntad del padre. Este servicio enfocado en engrandecer su nombre es manifiesto en el obrar diario del creyente quien movido por la misericordia de Dios llega a cooperar en la edificacin de la Iglesia y en la predicacin hacia el pecador cautivo y arruinado que se pierde en su ignorancia. Esto es seguir el consejo de Pablo, no dejar que el Espritu sea contristado, ni que el don de Dios sea descuidado sino avivado cada da.

As pues, habiendo dicho esto llegamos a considerar una verdad innegable y es que como Iglesia, rescatados del mundo y apartados para Dios, tenemos cada uno algo con que amar al Seor, algo con servir, algo con que Glorificar el nombre de Dios. El Seor nuestro Dios, padre y dador de la vida es el dueo de todos los dones, aun de aquellos que estn en nuestra posesin. l no nos otorga sus dones para nuestro goce personal; los concede para beneficio del cuerpo de Cristo. Los poseedores de talentos y esta descripcin nos abarca a todos nosotrosdeben ser fieles administradores que, al extender continuamente el beneficio de estos dones a otras personas, funcionan como canales de la gracia de Dios. Adems quienes poseemos talentos debemos ser humildes; debemos darnos cuenta de que poseemos unos pocos talentos, en tanto que Dios le ha dado a otros los dones que nos faltan a nosotros. Todos los que pertenecemos a la iglesia cristiana debemos, entonces, servir unos a otros para poder beneficiarnos as mutuamente de la multiforme gracia que Dios ha concedido a su pueblo.

No hay excusas entonces para no ser amorosos para con nuestro padre quien habindonos amado primero ha puesto en nosotros su amor para que mediante l andemos fervientemente amndonos los unos a los otros, sirvindonos y ayudndonos en el crecimiento que est enfocado en ser ms como Jess, gloria del padre.

Sin embargo aunque veamos ahora que est establecido que la Iglesia de Dios tiene con que servir y ya no tiene en donde excusarse ni mucho menos donde ir, tambin es cierto y est establecido a la luz de la palabra que el pecado est all a la puerta esperando el momento oportuno para socavar la gracia de Dios. Por tanto debemos saber cuan enorme responsabilidad es ser parte de la Iglesia de Dios, y cuan glorioso es poder servirle a l as como tambin cuan necesario es empezar a lidiar con ese mal, que se llama pecado, el cual ha querido volvernos ineficaces, inoperantes, inservibles, secos y marchitos tal cual rboles que no dan fruto. La respuesta a la pregunta y ahora qu haremos? que pudo haber surgido por la voluntad del Seor en cada uno de sus corazones solo puede ser contestada a partir de la escritura. Es en ella y en este mismo captulo en donde encontramos la nica forma de poder encontrar la dependencia absoluta en el nico Dios redentor que nos puede librar de esta situacin que sobrepasa nuestras fuerzas; las palabras de Pedro respecto a esta suficiente y total dependencia divina est respaldada por el hecho inminente de la venida de nuestro seor Jesucristo quien est a la puerta para venir y dar a cada siervo segn su servicio (a propsito de la parbola de los talentos) y de 1 Tes 5:23 y Rom 13:11-14 El imperativo de Pedro, la orden de pedro, hacia los hermanos, a nosotros, joven y viejo, es a andar en sobriedad, con la mente despejada, andando segn el espritu, velando en todo tiempo y orando para que el mismo Espritu sea nuestra gua y el consumador de la obra de santificacin. Este es el consejo de Dios quien hoy anuncia a viva voz la necesidad de erradicar nuestro pecado tomando bien en serio la gran salvacin, la gran redencin en Jess, diciendo: HASTA CUNDO? BASTA YA! LA NICA FORMA QUE TENEMOS PARA LLEGAR ANTE LA PRESENCIA DEL SEOR ES A TRAVES DE JESS QUIEN DEBE GENERAR EN NOSOTROS UN ESTADO DE HUMILLACIN TAL EN DONDE NUESTRO CORAZN ENGAOSO Y PERVERSO SE HAGA PEDAZOS Y SE DISPONGA A ACEPTAR LA TOTAL Y SUFICIENTE DEPENDENCIA DE DIOS. SOLO ASI EL HOMBRE QUEDARA RELEGADO, Y CON L TODO EL OBRAR DE LA CARNE, A LA VEZ QUE DIOS ES GLORIFICADO MEDIANTE LA HUMILLACIN DE LA CRIATURA Y EL SERVICIO QUE AHORA EJERCE EN SANTIDAD DE ACUERDO A SU DIVINA VOLUNTAD Y POR SU MULTIFORME GRACIA Y MISERICORDIA.

EL DA ES HOY. EL DA PARA NEGARNOS A NOSOTROS MISMOS ES HOY. EL DA PARA TOMAR LA CRUZ DE CRISTO Y SEGUIRLE ES HOY. EL DA PARA LLEGAR A SER DIGNOS DE L ES HOY. EL MAANA ES TODO LO CONTRARIO. ES HORA DE QUE EMPECEMOS A VER A DIOS COMO NUESTRO PADRE, QUIEN DEMANDA DE NOSOTROS FIDELIDAD Y SANTIDAD. ES HORA QUE EMPECEMOS A DEJAR DE JUGAR A SER IGLESIA. ES HORA DE QUE SEAMOS IGLESIA. ES HORA DE QUE SEPAMOS QUE EL ESPIRITU SANTO NOS ANHELA CELOSAMENTE. ES HORA DE QUE AMEMOS AL PADRE QUE NOS AMO PRIMERO Y QUE EMPECEMOS DE UNA VEZ Y POR TODAS A DAR GLORIA A SU NOMBRE. ES HORA DE QUE DESENTERREMOS LO QUE EL PECADO NOS HA HECHO ENTERRAR.ES HORA DE QUE ABRAMOS NUESTROS OJOS Y NOS APERCIBAMOS DE LA GRAN VERDAD QUE ESTA DELANTE DE NOSOTROS, DE QUE SOLO SOMOS ESCLAVOS, COMPRADOS CON SANGRE DESTINADOS A VIVIR ETERNAMENTE PARA L. Hebreos 2:12-13

Efesios 5:1-2Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados.Y andad en amor, como tambin Cristo nos am, y se entreg a si mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante..El Seor desea de cada uno de nosotros, que seamos deseosos de ser como l, y entregar nuestra vida por amor a las almas, presentndonos cada da delante de su rostro como ofrenda olor fragante para l.. Entregndonos completamente en l, y decirle; Heme aqu envame a m!!..Ya no preocuparnos por el yo, si no, que sea l en nosotros.