Capital Social y Cultura. Claves Olvidadas Del Desarrollo. B.kliksberg

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    Capital social y cultura

    Claves olvidadas del desarrollo

    Bernardo Kliksberg

    Junio 2000Documento de Divulgacin 7

    Divulgacin

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    Banco Interamericano de Desarrollo

    Departamento de Integracin y Programas Regionales

    Instituto para la Integracin de Amrica Latina y el Caribe - INTALEsmeralda 130, Pisos 16 y 17 - C1035ABB - Buenos Aires, Repblica Argentina

    tel 54 11 4 320-1871 fax 54 11 4 320-1872

    e-mail: int/[email protected]. http://www.iadb.org/intal

    El autor es responsable de las ideas y opiniones expuestas, las cuales no

    necesariamente pueden reflejar polticas y/o posiciones del BID o del INTAL

    Impreso en Argentina

    BID - INTAL

    Capital social y cultura

    Claves olvidadas del desarrolloBuenos Aires, 2000. 44 pgs.

    Junio 2000. Documento de Divulgacin 7.

    I.S.B.N. 950-738-093-0

    US$5.00

    Diseo de tapa, diagramacin-edicin:Alicia Pinotti

    Asistencia edicin:Mariela Marchisio

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    P R O L O G O

    "Capital social y cultura: claves olvidadas del desarrollo" refleja la preocupacin de su autor porexaminar y redefinir al desarrollo desde una perspectiva que se despega del pensamientoeconmico convencional. Sin dejar de valorar el aporte de la teora econmica y la necesidad deherramientas tcnicas en pos de un crecimiento econmico sostenido, cuestiona su posicin deprivilegio dentro del proceso de desarrollo en detrimento de otros factores. A partir de aqu, elautor invita a ampliar el horizonte del desarrollo, invita a repensarlo como un proceso dondecrecimiento econmico sostenido y equitativo y progreso social respetuoso de lo diverso van dela mano y se potencian, con el fin de ampliar las oportunidades de los seres humanos, que es elverdadero fin del desarrollo.

    Cultura y capital social son, justamente, esas "claves olvidadas", esas "palancas formidables"para el desarrollo, como el mismo Kliksberg las califica. La primera, la cultura, subyace en todaslas dimensiones, en todos los planos de una sociedad. Definida como "maneras de vivir juntos"por la Comisin Mundial de Cultura y Desarrollo de la UNESCO, la cultura es ese conjunto devalores, costumbres, ideas y muchos otros elementos compartidos que conforman la identidad delas personas. La cultura como "factor decisivo de cohesin social", segn el mismo autor, es labase que da sustento al capital social.

    El capital social, concepto de reciente aparicin en el campo de las ciencias sociales, es objeto deespecial consideracin en este trabajo. Sin detenerse demasiado en la conceptualizacin tericadel trmino, valindose para ello de investigaciones producidas por estudiosos del tema, el autorse concentra en la presencia y accin efectiva de este factor y su aporte a los fines del desarrollo.Tres experiencias concretas situadas en Amrica Latina ilustran la relevancia del capital socialpara la obtencin de resultados de desarrollo, como el mejoramiento de la calidad de vida desectores desfavorecidos. Aunque no se le escapa al autor que la realidad presenta dificultades,obstculos y limitaciones para la aplicacin de capital social y la extensin de estas experiencias,tambin asegura que, junto a la cultura, son agentes activos de desarrollo econmico y social yconstituyen una propuesta viable y que produce resultados efectivos.

    Existe una brecha entre cultura y desarrollo. Existe descreimiento en cuanto a las posibilidadesdel capital social de aportar al desarrollo. Kliksberg confronta estos temas, los debate y, sin

    alejarse de la realidad, presenta argumentos contundentes que no dejan dudas acerca del potencialde la cultura y el capital social y de los efectos positivos que se logran al darles la oportunidad decontribuir al desarrollo. No se olvida que nuevas estrategias de desarrollo que consideren estoselementos no resultarn fciles de disear. Pero valdr la pena el esfuerzo. Polticas que integrenestos aspectos a los ya conocidos tendrn ms posibilidades de alcanzar resultados exitososporque, como dice Enrique V. Iglesias, oportunamente citado por Kliksberg, "hay mltiplesaspectos de la cultura de cada pueblo que pueden favorecer a su desarrollo econmico y social, espreciso descubrirlos, potenciarlos y apoyarse en ellos, y hacer esto con seriedad significareplantear la agenda del desarrollo de una manera que a la postre resultar ms eficaz, porquetomar en cuenta potencialidades de la realidad que son de su esencia y, que hasta ahora, han sidogeneralmente ignoradas".

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    El trabajo de Kliksberg es una invitacin a resituarla cultura y lo cultural en un lugar destacadodentro del proceso de desarrollo. Sin embargo, el autor no pierde de vista que aunque la cultura esun instrumento privilegiado para alcanzar mayores niveles de progreso econmico y social, no es

    un mero instrumento. El desarrollo cultural es un fin en s mismo "por que da sentido a nuestraexistencia", segn la Comisin Mundial de Cultura y Desarrollo de la UNESCO. No solamenteenriquece espiritual e histricamente a las sociedades sino que contribuye a afirmar la identidad,a elevar la autoestima, a cultivar valores y transmitirlos, a generar respeto por las instituciones y aintegrar la familia y la sociedad civil. Por todo esto, Kliksberg concluye su trabajo proponiendo laincorporacin efectiva de la cultura a la agenda del desarrollo a travs de una accin concertadaentre el Estado y la sociedad civil.

    La evolucin de estos conceptos en el actual contexto mundial puede encontrar un espaciopropicio en el marco de los procesos de integracin regional existentes en Amrica Latina y elCaribe. Estos procesos estn desarrollando, cada vez con mayor profundidad, espacios deconcertacin y coordinacin de polticas que exceden los mbitos nacionales. El impulso de lasiniciativas conjuntas que se gestan en el marco de la integracin regional funciona comoinstrumento movilizador de la implantacin de polticas nacionales en diversos campos temticosy ofrece la oportunidad de enriquecimiento recproco de experiencias entre los pases queparticipan en dichas iniciativas. La creciente incorporacin de diversos actores sociales a laformulacin y gestin de las iniciativas integracionistas en la regin otorga al tema del capitalsocial un rol protagnico en el futuro en materia de diseo e implantacin de polticas por partede los gobiernos involucrados en tales iniciativas.

    El trabajo que se presenta a continuacin fue realizado por el seor Bernardo Kliksberg,

    Coordinador del Instituto Interamericano para el Desarrollo Social del Departamento deIntegracin y Programas Regionales del Banco Interamericano de Desarrollo (INDES/BID) y fueexpuesto en ocasin del Foro de Poltica sobre "Cultura, Desarrollo e Integracin" organizado porel Instituto para la Integracin de Amrica Latina y el Caribe (INTAL) del Banco Interamericanode Desarrollo, el Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto de laRepblica Argentina y la Fundacin El Libro. El evento se llev a cabo los das 20 y 21 de abrilde 2000 durante la Feria Internacional del Libro, Buenos Aires, Argentina.

    Juan Jos TacconeDirector INTAL

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    I N D I C E

    I. EL NUEVO DEBATE SOBRE EL DESARROLLO 1

    II. LA CRISIS DEL PENSAMIENTO ECONOMICO CONVENCIONAL 3

    III. CAPITAL SOCIAL, CULTURA Y DESARROLLO 9

    IV. EL CAPITAL SOCIAL EN ACCION. EXPERIENCIAS LATINOAMERICANAS 15

    Villa El Salvador, Per: de los arenales a una experiencia social de avanzada 15

    Las ferias de consumo familiar de Venezuela: los dividendos del capital social 19

    El presupuesto municipal participativo de Porto Alegre; ampliando el capitalsocial existente 22

    Algunas enseanzas 25

    V. HORA DE MOVILIZAR EL POTENCIAL DE LA CULTURA 27

    Cultura y Polticas Sociales 28

    Cultura e Integracin Social 28

    Cultura y Valores 29

    BIBLIOGRAFIA

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    CAPITAL SOCIAL Y CULTURA

    CLAVES OLVIDADAS DEL DESARROLLO

    Bernardo Kliksberg

    I. EL NUEVO DEBATE SOBRE EL DESARROLLO

    A fines del siglo XX la humanidad cuenta con inmensas fuerzas productivas. Las revoluciones

    tecnolgicas en curso han alterado sustancialmente sus capacidades potenciales de generar bienesy servicios. Los avances simultneos en campos como la informtica, la biotecnologa, larobtica, la microelectrnica, las telecomunicaciones, la ciencia de los materiales y otras reas,

    han determinado rupturas cualitativas en las posibilidades usuales de produccin, amplindolasextensamente, y con un horizonte de continuo crecimiento hacia adelante. Sin embargo, 1.300millones de personas carecen de lo ms mnimo y viven en pobreza extrema con menos de undlar de ingresos al da, 3.000 millones se hallan en pobreza, teniendo que subsistir con menos dedos dlares diarios, 1.300 millones de personas carecen de agua potable, 3.000 millones no tieneninstalaciones sanitarias bsicas, y 2.000 millones no reciben electricidad.

    Alcanzar la deseada meta del desarrollo econmico y social es ms viable que nunca en trminosde tecnologas y potencial productivo pero, al mismo tiempo, el objetivo se halla muy distante deamplias poblaciones en diversos continentes, entre ellos, en Amrica Latina.

    La "aldea global" en que se ha convertido el planeta, en donde las interrelaciones entre los pasesy los mercados se multiplican continuamente, parece caracterizarse por una explosin decomplejidad, direcciones contradictorias de evolucin, y altas dosis de incertidumbre. Exploradoresde las fronteras de las nuevas realidades, como Prygogine [1988], Premio Nobel de Qumica, hasealado que la mayor parte de las estructuras de la realidad actual, son "estructuras disipativasde final abierto", es difcil predecir en qu sentido evolucionarn, y las lgicas tradicionales sonimpotentes para explicar su curso. Morn [1991] resalta que en lugar del "fin de la historia",vaticinado por algunos que alegaron que al desaparecer el mundo bipolar, la historia seraprevisible y hasta "aburrida", lo que tenemos ante nuestros ojos es que "de aqu en adelante el

    futuro se llama incertidumbre". La historia en curso est marcada por severas contradicciones.As, al mismo tiempo, por ejemplo, que el conocimiento tecnolgico disponible ha multiplicadolas capacidades de dominar la naturaleza, el ser humano est creando desequilibrios ecolgicosde gran magnitud, poniendo en peligro aspectos bsicos del ecosistema, y su propia supervivencia.Mientras que las capacidades productivas han llevado la produccin mundial a ms de US$ 25trillones, las polarizaciones sociales se han incrementando fuertemente y, segn los informes delas Naciones Unidas (1998), 358 personas son poseedoras de una riqueza acumulada superior a ladel 45% de la poblacin mundial. Las disparidades alcanzan los aspectos ms elementales de lavida cotidiana. Los acelerados progresos en medicina, han permitido una extensin considerableen la esperanza de vida pero, mientras en las 26 naciones ms ricas la misma alcanzaba en 1997,a 78 aos de edad, en los 46 pases ms pobres era, en dicho ao, de 53 aos.

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    La idea del progreso indefinido est siendo suplantada por visiones que asignan un rol mayor alas complejidades, las contradicciones, y las incertidumbres y buscan soluciones a partir deintegrar las mismas a las perspectivas de anlisis de la realidad.1

    En este marco general, hay un nuevo debate en activa ebullicin en el campo del desarrollo.Buscando caminos ms efectivos, en un mundo donde la vida cotidiana de amplios sectores estagobiada por carencias agudas, y donde se estima que una tercera parte de la poblacin activamundial se halla afectada por serios problemas de desocupacin y subocupacin, el debate estrevisando supuestos no convalidados por los hechos, y abrindose hacia variables a las que seasignaba escaso peso en las ltimas dcadas.

    Hay una revalorizacin en el nuevo debate de aspectos no incluidos en el pensamiento econmicoconvencional. Se ha instalado una potente rea de anlisis en vertiginoso crecimiento que gira enderredor de la idea de "capital social". Uno de los focos de ese rea, a su vez con su propia

    especificidad, es el reexamen de las relaciones entre cultura y desarrollo. Como seala Arizpe[1998], "la cultura ha pasado a ser el ltimo aspecto inexplorado, de los esfuerzos que sedespliegan a nivel internacional, para fomentar el desarrollo econmico". Iglesias [1997], subrayaque se abre en este reexamen de las relaciones entre cultura y desarrollo, un vasto campo de granpotencial. Resalta "hay mltiples aspectos en la cultura de cada pueblo que pueden favorecer a sudesarrollo econmico y social, es preciso descubrirlos, potenciarlos y apoyarse en ellos, y haceresto con seriedad significa replantear la agenda del desarrollo de una manera que a la postreresultar ms eficaz, porque tomar en cuenta potencialidades de la realidad que son de suesencia y, que hasta ahora, han sido generalmente ignoradas".

    Ubicado en este contexto bullente en reclamos por rediscutir la visin convencional del desarrollo,

    e integrar nuevas dimensiones, este trabajo procura poner a foco un tema relevante del nuevodebate, las posibilidades del capital social y de la cultura, de aportar al desarrollo econmico ysocial. Particularmente, el trabajo se centra en sus posibles contribuciones a Amrica Latina, unaregin con graves problemas en los campos de la pobreza (afecta a vastos sectores de la poblacin)y de la inequidad (es considerado el Continente ms desigual del Planeta). Seguramente laintegracin de estos planos complejizar an mucho ms la bsqueda de estrategias y diseosadecuados. Pero esa es la idea. Las polticas basadas en diseos que marginan aspectos como losmencionados, han demostrado muy profundas limitaciones.

    El trabajo se propone cumplir su propsito a travs de varios momentos sucesivos de anlisis. Enprimer lugar se presentan aspectos de la crisis del pensamiento econmico convencional. La

    nueva atencin prestada a capital social y cultura, se inscribe en esa crisis. En segundo trminose explora la idea de capital social. El nfasis se pone, en este caso, no en la discusin terica,sino en la presencia concreta del mismo en realidades actuales. En tercer trmino, con apoyoen los desarrollos anteriores, se ingresa a observar "el capital social en accin" en realidadeslatinoamericanas. Se indaga a travs de experiencias concretas de la regin, cmo el capital socialy la cultura constituyen potentes instrumentos de construccin histrica. Por ltimo, se formulanalgunas reflexiones sobre posibles aportes de la cultura al desarrollo latinoamericano.____________

    1Morin resalta las dificultades para tener una visin clara de hacia dnde avanza la historia: "Estamos en lo

    desconocido, ms an, en lo inominado. Nuestro conocimiento de tiempos actuales se manifiesta solamente en elprefijo sin forma 'pos' (posindustrial, posmoderno, posestructuralista), o en el prefijo negativo 'ante' (antitotalitario). No

    podemos dar un rostro a nuestro futuro, ni siquiera nuestro presente".

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    II. LA CRISIS DEL PENSAMIENTO ECONOMICO CONVENCIONAL

    Se hallan en plena actividad, actualmente, diversas lneas de discusin sobre los supuestos

    econmicos que han orientado el desarrollo en las ltimas dcadas. El debate en curso no aparececomo un debate hacia el interior de la academia, en donde diversas escuelas de pensamiento opersonalidades defienden determinados enfoques surgidos de su propia especulacin. Estfuertemente influido por las dificultades del pensamiento convencional en la realidad. Lo handinamizado y urgido procesos como los severos problemas experimentados por las economas delSudeste asitico, las graves crisis observables en economas en transicin, como la rusa, lasinestabilidades pronunciadas en los mercados financieros internacionales, los desajustes y laspolarizaciones sociales en regiones como Amrica Latina, y otros. Aparece gracias a losimportantes avances en la medicin de los fenmenos econmicos y sociales, como un debate endonde la especulacin infinita a partir de las propias premisas, caracterstica de dcadasanteriores, es reemplazado por anlisis que arrancan de la vasta evidencia emprica que estgenerando el instrumental cuantitativo y estadstico.

    Una primera caracterstica de la crisis en curso es el llamado, cada vez ms amplio, a respetar lacomplejidad de la realidad. Se previene contra la "soberbia epistemolgica" conque elpensamiento econmico convencional trabaj mltiples problemas, pretendiendo capturarlos yresolverlos a partir de marcos de referencia basados en grupos de variables limitadas, de ndolecasi exclusivamente econmico, que no dejaban espacio a variables de otras procedencias.Stiglitz [abril de 1998] reclama que "un principio del consenso emergente es que un mayor gradode humildad es necesario". Aboga por un nuevo consenso, post Washington, ante las dificultadessurgidas en la realidad. Seala a Amrica Latina como uno de los casos que evidencia las

    dificultades. Afirma: "yo argumentara que la experiencia latinoamericana sugiere que deberamosreexaminar, rehacer y ampliar, los conocimientos acerca de la economa de desarrollo que setoman como verdad, mientras planificamos la prxima serie de reformas".

    Otro aspecto sobresaliente de la nueva discusin sobre el desarrollo, es la apelacin cada vez msgeneralizada a superar los enfoques reduccionistas y buscar, para captar la complejidad,perspectivas integradoras de variables mltiples. Iglesias [1997] advierte: "El desarrollo slo puedeencararse en forma integral; los enfoques monistas sencillamente no funcionan". Stiglitz [octubrede 1998] destaca que se ha visto al desarrollo como un "problema tcnico que requiere solucionestcnicas", y esa visin ha chocado con la realidad que va mucho mas all de ella. Seala que "unevento definidor ha sido que muchos pases han seguido los dictados de liberalizacin,

    estabilizacin y privatizacin, las premisas centrales del llamado Consenso de Washington y, sinembargo, no han crecido. Las soluciones tcnicas no son evidentemente suficientes".

    Un tema resaltante de la discusin abierta es el nfasis en no confundir los medios con los fines,desvo en el que se sugiere, se ha cado con frecuencia. Los objetivos finales del desarrollo tienenque ver con la ampliacin de las oportunidades reales de los seres humanos, de desenvolver suspotencialidades. Una sociedad progresa efectivamente cuando los indicadores claves, como aosque la gente vive, calidad de su vida, y desarrollo de su potencial avanzan. Las metas tcnicas sonabsolutamente respetables y relevantes, pero son medios al servicio de esos objetivos finalistas.Si se produce un proceso de sustitucin silenciosa de los fines reales por los medios, se puede

    perder de vista el horizonte hacia el cual se debera avanzar, y equivocar los mtodos para medir

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    avance. La elevacin del Producto Brutoper cpita, por ejemplo, aparece en la nueva perspectivacomo un objetivo importante y deseable, pero sin dejar de tener nunca en cuenta que es un medio

    al servicio de fines mayores, como los ndices de nutricin, salud, educacin, libertad, y otros.

    Sus mediciones no reflejan por tanto, necesariamente, lo que est sucediendo en relacin a dichasmetas. Sen [1998] analiza detalladamente esta visin general en el caso de los recursos humanos.Seala que constituye un progreso considerable el nuevo nfasis puesto en los mismos, pero quedebe entenderse que el ser humano no es slo un medio del desarrollo, sino, su fin ltimo. Esavisin no debe perderse de vista. Subraya "Si en ltima instancia considersemos al desarrollocomo la ampliacin de la capacidad de la poblacin para realizar actividades elegidas librementey valoradas, sera del todo inapropiado ensalzar a los seres humanos como instrumentos deldesarrollo econmico. Hay una gran diferencia entre los medios y los fines".

    Stiglitz [octubre de 1998] enfatiza que la confusin medios-fines ha sido frecuente en la aplicacindel Consenso de Washington: "se ha tomado la privatizacin y la liberalizacin comercial como

    fines en s mismos ms que como medios para alcanzar un crecimiento sostenible, equitativo ydemocrtico. Se ha focalizado demasiado en la estabilidad de los precios, ms que en elcrecimiento y la estabilidad de la produccin. Se ha fallado en reconocer que el fortalecimiento delas instituciones financieras es tan importante para la estabilidad econmica, como controlar eldficit presupuestario y aumentar la oferta de dinero. Se ha centrado en la privatizacin, pero se hapuesto demasiada poca atencin a la infraestructura institucional, que es necesaria para hacer quelos mercados funcionen y, especialmente, a la importancia de la competicin".

    A partir de estas percepciones sobre la estrechez del enfoque meramente tcnico y la necesidad dedelimitar fines y medios, se plantean visiones ampliatorias de los objetivos que debera perseguirel desarrollo. Junto al crecimiento econmico, surge la necesidad de lograr desarrollo social,mejorar la equidad, fortalecer la democracia, y preservar los equilibrios medioambientales. ElConsenso de los Presidentes de Amrica en Santiago (1998), reflej este orden de preocupacionesincluyendo, en su plan de accin, puntos que exceden a los abordajes convencionales como, entreotros: el nfasis en la promocin de la educacin, la preservacin y profundizacin de lademocracia, la justicia y los derechos humanos, la lucha contra la pobreza y la discriminacin, elfortalecimiento de los mercados financieros, y la cooperacin regional en asuntos ambientales.

    Se resalta en las crticas al pensamiento econmico convencional cmo las limitaciones de sumarco de anlisis, han creado serias insuficiencias de operacin. Variables excluidas o marginadascomo, entre otras, las polticas, y las institucionales, tienen alto peso en la realidad y van a incidir

    fuertemente creando escenarios no previstos. Quejarse de ellas como "intrusos indeseables" noconduce a ningn camino til. Pareciera que lo que corresponde no es reclamarle a la realidad, sinorevisar el esquema conceptual con el que se est analizando, para darles su debido lugar.

    Alessina y Peroti [1994], entre otros, plantean la necesidad de ingresar en un examen enprofundidad de las intersecciones entre poltica y economa. Destacan: " la economa sola nopuede explicar integralmente la enorme variabilidad entre los pases en el crecimiento y msgeneralmente los resultados econmicos y las alternativas de poltica. Las elecciones de polticaseconmicas no son hechas por planificadores sociales que viven slo entre documentosacadmicos. Ms bien, la poltica econmica es el resultado de luchas polticas dentro deestructuras institucionales".

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    Sen analiza, al respecto, cmo las realidades polticas son determinantes en las hambrunas masivasque han afligido a amplios grupos humanos en el presente siglo. Segn sus investigaciones [1981],las hambrunas no tienen que ver necesariamente con escaseces de recursos alimenticios. Se

    vinculan ms con factores como las disparidades de precios relativos, los bajos salarios, y lasmaniobras especulatorias. El cuadro de condiciones polticas pesa fuertemente al respecto.Examinando las correlaciones entre hambrunas masivas y tipo de rgimen poltico, determina[1998] que "ningn pas dotado de un sistema de elecciones multipartidistas, con partidos deoposicin capaces de expresarse como tales, de una prensa capacitada para informar y poner entela de juicio la poltica gubernamental sin temor a ser censurada, ha sido escenario de hambrunasrealmente importantes". En esos pases funcionan poderosos "incentivos polticos" para que setomen decisiones que eviten la hambruna. En cambio, observa que las hambrunas de mayoresproporciones han tenido lugar en: "territorios colonizados y gobernados por autoridadesimperialistas extranjeras, dictaduras militares de corte moderno, bajo el control de potentadosautoritarios, o regmenes de partido nico donde no se tolera la disidencia poltica".

    "Las instituciones cuentan", es el ttulo de un reciente trabajo del Banco Mundial sobre la materia[1998]. El mismo, desarrolla en detalle la visin de que todo el tema de las instituciones debe serincorporado al anlisis de las realidades econmicas y el diseo de polticas. Entiende, comotales, al conjunto de reglas formales e informales y sus mecanismos de ejecucin que incidensobre el comportamiento de los individuos y las organizaciones de una sociedad. Entre lasformales se hallan las constituciones, leyes, regulaciones, contratos, etc. Entre las informalesestn la tica, la confianza, los preceptos religiosos y otros cdigos implcitos. Una de lasdebilidades del Consenso de Washington habra sido, segn el Banco Mundial, la no inclusin delas mismas entre las polticas que recomienda. Seala al respecto: "Con una sola excepcin (laproteccin de los derechos de propiedad), las prescripciones de poltica del Consenso de

    Washington ignoran el rol potencial que los cambios en las instituciones pueden jugar en acelerarel desarrollo econmico y social". Un amplio nmero de investigaciones recientes da cuenta decorrelaciones estadsticas significativas entre buen funcionamiento de instituciones bsicas, comolos mecanismos anticorrupcin, la calidad de las instituciones pblicas, la credibilidad, y otras, ylos avances en crecimiento, desarrollo social y equidad.

    En las reformulaciones en curso del pensamiento econmico convencional ha ingresado, como untema central, el del capital humano. Mejorar el perfil de la poblacin de un pas es un fin en smismo, como resaltaba Sen. Al mismo tiempo, constituye una va fundamental para alcanzarproductividad, progreso tecnolgico y competitividad en los escenarios econmicos de fin desiglo. En ellos el papel del capital humano en la produccin es decisivo. En estructurasproductivas, cada vez ms basadas en conocimiento, como las presentes y prospectivas, losniveles de calificacin promedio de una sociedad van a ser determinantes en sus posibilidades degenerar, absorber y difundir tecnologas avanzadas. La educacin hace una diferencia crucialsegn las mediciones disponibles, tanto para la vida de las personas, el desenvolvimiento de lasfamilias, la productividad de las empresas, y los resultados econmicos macro de un pas. Es,como se la ha denominado, una estrategia "ganadora" con beneficios para todos. La nutricin y lasalud son a su vez, desde ya, condiciones de base para el desenvolvimiento del capital humano.

    En este cuadro de conjunto, donde las dificultades de la realidad han impulsado una crisis y unproceso de reenfoque profundo del pensamiento econmico, se inscribe la integracin activa a los

    anlisis del capital social y de la cultura. Una ola de investigaciones de los ltimos aos indica,

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    con datos de campo a su favor, cmo diversos componentes no visibles del funcionamientocotidiano de una sociedad, que tienen que ver con la situacin de su tejido social bsico, incidensilenciosamente en las posibilidades de crecimiento y desarrollo. Denominados capital social,

    sern explorados en la seccin siguiente. Empiezan a influir en el diseo de polticas en algunospases avanzados, han comenzado a formar parte de la elaboracin de los proyectos de desarrollo,e instituciones de cooperacin internacional, estn incluyendo los progresos en capital social, enlos criterios de medicin del grado de xito de los proyectos.

    Al centro del capital social se hallan mltiples elementos del campo de la cultura. Como lodestaca Arizpe [1998], tienen todo orden de implicancias prcticas y han sido marginados por elpensamiento convencional. Destaca: "La teora y la poltica del desarrollo deben incorporar losconceptos de cooperacin, confianza, etnicidad, identidad, comunidad y amistad, ya que estoselementos constituyen el tejido social en que se basan la poltica y la economa. En muchoslugares, el enfoque limitado del mercado basado en la competencia y la utilidad est alterando el

    delicado equilibrio de estos factores y, por lo tanto, agravando las tensiones culturales y elsentimiento de incertidumbre".

    El capital social y la cultura han comenzado a instalarse en el centro del debate sobre el desarrollo,no como adiciones complementarias a un modelo de alto vigor que se perfecciona un poco ms conellos. Todo el modelo est sufriendo severas dificultades por sus distancias con los hechos, y lascrticas procedentes de diversos orgenes se encaminan de un modo u otro a "recuperar la realidad"con miras a producir, en definitiva, polticas con mejores chances respecto a las metas finales. Enese encuadre, el ingreso al debate de los mismos forma parte del esfuerzo por darle realidad a todala reflexin sobre el desarrollo.

    El replanteo del modelo no se est haciendo solamente a travs de la inclusin de diversasvariables ausentes. Est en discusin un aspecto subyacente ms profundo, la lgica de lasinterrelaciones. Una parte significativa del nuevo debate est concentrado en el anlisis de cmose han subestimado los encadenamientos recprocos entre las diversas dimensiones, y cmo elloha generado errores de consideracin en la preparacin de polticas. Alessina y Peroti [1994], porejemplo, subrayan sobre una interrelacin clave: " la desigualdad en los ingresos es undeterminando importante de la inestabilidad poltica. Los pases con un ingreso ms desigualmentedistribuido son polticamente ms inestables. A su vez la inestabilidad poltica tiene efectosadversos sobre el crecimiento".

    Las reas econmica, poltica y social estn inextricablemente ligadas. Lo que suceda en cada unade ellas va a condicionar severamente las otras. La visin puramente economicista del desarrollopuede tropezar, en cualquier momento, con bloqueos muy serios que surgen de las otras reas, y asse ha dado en la realidad.

    Hay en curso, en ese marco, una reevaluacin integral de las relaciones entre crecimientoeconmico y desarrollo social. En la visin convencional se supona que, alcanzando tasassignificativas de crecimiento econmico, el mismo se "derramara" hacia los sectores msdesfavorecidos y los sacara de la pobreza. El crecimiento sera, al mismo tiempo, desarrollosocial. Las experiencias concretas han indicado que las relaciones entre desarrollo econmico ydesarrollo social son de carcter mucho ms complejo. El seguimiento de la experiencia denumerosos pases, efectuado por las Naciones Unidas a travs de sus informes de Desarrollo

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    Humano, no encuentra corroboracin para los supuestos del llamado modelo de derrame. Nobasta el crecimiento para solucionar la pobreza. Siendo absolutamente imprescindible, el mismopuede quedar estacionado en ciertos sectores de la sociedad, y no llegar a los estratos sumergidos.Pueden incluso darse tasas significativas de crecimiento y, al mismo tiempo, continuar envigencia agudas carencias para amplios sectores de la poblacin. Migdley [1995] seala que esaforma de crecimiento ha caracterizado a muchas naciones desarrolladas y en desarrollo en losltimos aos, y la denomina "desarrollo distorsionado". El crecimiento, constata, no ha sidoacompaado en ellas por un mejor acceso a proteccin de salud, educacin, servicios pblicos yotros factores que contribuyen al bienestar social. Se plantea entonces que, junto a los esfuerzosque es desde ya necesario realizar por el crecimiento, deben practicarse activas polticas dedesarrollo social, y debe mejorarse la equidad. Formarn parte de dichas polticas inversiones,mantenidas en el tiempo y considerables, en educacin y salud, extensin de los servicios de aguapotable, instalaciones sanitarias y energa elctrica, proteccin a la familia, y otras. Para que elcrecimiento signifique bienestar colectivo, debe haber simultneamente desarrollo social.

    El anlisis de las interrelaciones entre ambos est yendo, incluso, ms lejos. Se resalta que soninterdependientes. Wolfensohn [1996], Presidente del Banco Mundial, ha planteado al respecto:"Sin desarrollo social paralelo no habr desarrollo econmico satisfactorio".

    Efectivamente, el desarrollo social fortalece el capital humano, potencia el capital social, y generaestabilidad poltica, bases esenciales para un crecimiento sano y sostenido. Touraine [1997]sugiere que es necesario pasar a una nueva manera de razonar el tema: "Queda as planteado elprincipio central de una nueva poltica social: en vez de compensar los efectos de la lgicaeconmica, esta debe concebirse como condicin indispensable del desarrollo econmico".

    La visin que aparece es la de que no es viable el desarrollo social sin crecimiento econmico

    pero el mismo, a su vez, no tendr carcter sustentable si no est apoyado en un intensocrecimiento social.

    Otro eje analizado son las relaciones entre grado de democracia y desarrollo social. Wickrama yMulford [1996], entre otros, han examinado las correlaciones estadsticas respectivas. Sus datosindican que cuando aumenta la participacin democrtica, y se dispersa el poder poltico entre elconjunto de la poblacin, mejoran los indicadores de desarrollo social. Los gobiernos tienden aresponder ms cercanamente a las necesidades de la mayora de la poblacin.

    Sumando factores, Wolfensohn [1998] sugiere la imprescindibilidad de ir ms all de los enfoquesunilaterales:

    "Debemos ir ms all de la estabilizacin financiera. Debemos abordar los problemas del

    crecimiento con equidad a largo plazo, base de la prosperidad y el progreso humano.

    Debemos prestar especial atencin a los cambios institucionales y estructurales necesarios

    para la recuperacin econmica y el desarrollo sostenible. Debemos ocuparnos de los

    problemas sociales.

    Debemos hacer todo eso. Porque si no tenemos la capacidad de hacer frente a las

    emergencias sociales, si no contamos con planes a ms largo plazo para establecer

    instituciones slidas, si no logramos una mayor equidad y justicia social, no habr

    estabilidad poltica. Y sin estabilidad poltica, por muchos recursos que consigamos

    acumular para programas econmicos, no habr estabilidad financiera".

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    Como se observa, en la imagen transmitida, la estabilidad financiera no es posible sin estabilidad

    poltica. Ella a su vez est muy ligada a los grados de equidad y justicia social. El frente a abordares muy amplio. Es necesario atacar, al mismo tiempo que los problemas econmicos y financieros,

    los sociales, y avanzar en las transformaciones institucionales.El capital social y la cultura son componentes claves de estas interacciones. Las personas, lasfamilias, los grupos, son capital social y cultura por esencia. Son portadores de actitudes decooperacin, valores, tradiciones, visiones de la realidad, que son su identidad misma. Si ello esignorado, salteado, deteriorado, se inutilizarn importantes capacidades aplicables al desarrollo, yse desatarn poderosas resistencias. Si, por el contrario, se reconoce, explora, valora, y potenciasu aporte, puede ser muy relevante y propiciar crculos virtuosos con las otras dimensiones deldesarrollo.

    La crisis de la reflexin convencional sobre el desarrollo en marcha est abriendo, entre otras, la

    oportunidad de cruzar activamente capital social, cultura, y desarrollo. Hasta hace poco lacorriente principal de trabajo sobre desarrollo prestaba limitada atencin a lo que suceda endichos campos. A su vez, en ellos, muchas indagaciones se realizaban al margen de posiblesconexiones con el proceso de desarrollo. La crisis, que busca ampliar el marco de comprensinpara poder superar la estrechez evidenciada por el marco usual, crea un vasto espacio parasuperar los aislamientos. En la seccin siguiente se intenta avanzar en esa direccin, explorandoalgunos de las mltiples interrelaciones posibles.

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    III. CAPITAL SOCIAL, CULTURA Y DESARROLLO

    Segn anlisis del Banco Mundial hay cuatro formas bsicas de capital; el natural, constituido por

    la dotacin de recursos naturales con que cuenta un pas; el construido, generado por el ser humanoque incluye diversas formas de capital: infraestructura, bienes de capital, financiero, comercial, etc.;el capital humano, determinado por los grados de nutricin, salud, y educacin de su poblacin, y elcapital social, descubrimiento reciente de las ciencias del desarrollo. Algunos estudios adjudican alas dos ltimas formas de capital, un porcentaje mayoritario del desarrollo econmico de lasnaciones a fines del siglo XX. Indican que all hay claves decisivas del progreso tecnolgico, lacompetitividad, el crecimiento sostenido, el buen gobierno, y la estabilidad democrtica.

    Qu es en definitiva el capital social? El campo no tiene una definicin consensualmenteaceptada. De reciente exploracin se halla, en realidad, en plena delimitacin de su identidad, deaquello que es, y de aquello que no es. Sin embargo, a pesar de las considerables imprecisiones,existe la impresin cada vez ms generalizada que, al percibirlo e investigarlo, las disciplinas deldesarrollo estn incorporando al conocimiento y la accin, un amplsimo nmero de variables que

    juegan roles importantes en el mismo, y que estaban fuera del encuadre convencional.

    Putnam [1994], precursor de los anlisis del capital social, considera en su difundido estudiosobre las disimilitudes entre Italia del Norte e Italia del Sur que, fundamentalmente, loconforman: el grado de confianza existente entre los actores sociales de una sociedad, las normasde comportamiento cvico practicadas, y nivel de asociatividad que la caracteriza. Estoselementos son evidenciadores de la riqueza y fortaleza del tejido social interno de una sociedad.La confianza, por ejemplo, acta como un "ahorrador de conflictos potenciales" limitando el

    "pleitismo". Las actitudes positivas en materia de comportamiento cvico, que van desde cuidarlos espacios pblicos al pago de los impuestos, contribuyen al bienestar general. La existencia dealtos niveles de asociacionismo indica que es una sociedad con capacidades para actuarcooperativamente, armar redes, concertaciones, sinergias de todo orden a su interior. Esteconjunto de factores tendra, segn las observaciones de Putnam, mayor presencia y profundidaden Italia del Norte en relacin a la Italia del Sur, y habran jugado un papel definitorio en lasuperioridad que la primera haba evidenciado en materia deperformanceeconmica, calidad degobierno, estabilidad poltica y otras reas.

    Para otro de los precursores, Coleman [1990], el capital social se presenta tanto en el planoindividual como en el colectivo. En el primero tiene que ver con el grado de integracin social de

    un individuo, su red de contactos sociales, implica relaciones, expectativas de reciprocidad,comportamientos confiables. Mejora la efectividad privada. Pero tambin es un bien colectivo.Por ejemplo, si todos en un vecindario siguen normas tcitas de cuidar por el otro y de no-agresin, los nios podrn caminar a la escuela con seguridad, y el capital social estarproduciendo orden pblico.

    Diferentes analistas actuales de esta vieja-nueva forma de capital ponen el nfasis en diversosaspectos. Entre otros, para Newton [1997], el capital social puede ser visto como un fenmenosubjetivo, compuesto de valores y actitudes que influencian cmo las personas se relacionan entres. Incluye confianza, normas de reciprocidad, actitudes y valores que ayudan a las personas a

    trascender relaciones conflictivas y competitivas para conformar relaciones de cooperacin y

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    ayuda mutua. Baas [1997] dice que el capital social tiene que ver con cohesin social, conidentificacin con las formas de gobierno, con expresiones culturales y comportamientos socialesque hacen a la sociedad ms cohesiva, y ms que una suma de individuos. Considera que los

    arreglos institucionales horizontales tienen un impacto positivo en la generacin de redes deconfianza, buen gobierno y equidad social. El capital social juega un rol importante en estimularla solidaridad y en superar las fallas del mercado a travs de acciones colectivas y el usocomunitario de recursos. Joseph [1998] lo percibe como un vasto conjunto de ideas, ideales,instituciones y arreglos sociales, a travs de los cuales las personas encuentran su voz ymovilizan sus energas particulares para causas publicas. Bullen y Onyx [1998] lo ven comoredes sociales basadas en principios de confianza, reciprocidad y normas de accin.

    En visin crtica, Levi [1996] destaca la importancia de los hallazgos de Putnam, pero acentaque es necesario dar ms nfasis a las vas por las que el estado puede favorecer la creacin decapital social. Considera que el foco de Putnam en asociaciones civiles, lejos del Estado, deriva

    de su perspectiva romntica de la comunidad y del capital social. Ese romanticismo restringira laidentificacin de mecanismos alternativos para la creacin y uso del capital social, y limitara lasconceptualizaciones tericas. Wall, Ferrazzi, y Schryer [1998] entienden que la teora del capitalsocial necesita de mayores refinamientos antes de que pueda ser considerada una generalizacinmedible. Serageldin [1998] resalta que, mientras hay consenso en que el capital social esrelevante para el desarrollo, no hay acuerdo entre los investigadores y prcticos acerca de losmodos particulares en que aporta al desarrollo, en cmo puede ser generado y utilizado, y cmopuede ser operacionalizado y estudiado empricamente.

    Mientras prosigue la discusin epistemolgica y metodolgica totalmente legtima, dado que losestudios sistemticos sobre el tema recin se iniciaron hace menos de una dcada, y el mismo esde una enorme complejidad, el capital social sigue dando muestras de su presencia y accinefectiva. En ello queremos concentrarnos.

    Una amplia lnea de investigaciones enfocadas a "registrarlo en accin" est arrojando continuamentenuevas evidencias sobre su peso en el desarrollo.

    Entre ellas, Knack y Keefer [1996] midieron economtricamente las correlaciones entre confianzay normas de cooperacin cvica y crecimiento econmico, en un amplio grupo de pases yencontraron que los primeros presentan un fuerte impacto sobre el segundo. Asimismo, suestudio indica que el capital social integrado por esos dos componentes, es mayor en sociedades

    menos polarizadas en cuanto a desigualdad, y diferencias tnicas.

    Narayan y Pritchet [1997] realizaron un estudio muy sugerente sobre grado de asociatividad yrendimiento econmico en hogares rurales de Tanzania. Detectaron que aun en esos contextos dealta pobreza, las familias con mayores niveles de ingresos (medidos por los gastos), eran las quetenan un ms alto grado de participacin en organizaciones colectivas. El capital social queacumulaban a travs de esa participacin los beneficiaba individualmente y creaba beneficioscolectivos por diversas vas. Entre ellas:

    sus prcticas agrcolas eran mejores que las de los hogares que no tenan participacin;derivaban de su participacin informacin que llevaba a que utilizaran ms agroqumicos,

    fertilizantes, y semillas mejoradas;

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    tenan mejor informacin sobre el mercado;

    estaban dispuestos a tomar ms riesgos porque se sentan ms protegidos por formar parte deuna red social;

    influan en el mejoramiento de los servicios pblicos; as participaban ms en la escuela;

    cooperaban ms a nivel del municipio.

    Sealan los investigadores en sus conclusiones que: "los canales identificados por los que elcapital social incrementaba los ingresos, y la solidez economtrica de la magnitud de los efectosdel capital social sugieren que el capital social es capital y no meramente un bien de consumo".

    La Porta, Lpez de Silanes, Shleifer, y Vishny [1997], trataron de convalidar las tesis de Putnamen una muestra amplia de pases. Sus anlisis estadsticos arrojan significativas correlaciones

    entre el grado de confianza existente en una sociedad y factores como la eficiencia judicial, laausencia de corrupcin, la calidad de la burocracia, y el cumplimiento con los impuestos.Consideran que "los resultados de Putnam para Italia aparecen confirmados a nivel internacional".

    Teachman, Paasch y Carver [1997] trataron de medir cmo el capital social influye en elrendimiento educativo de los nios. Utilizaron tres indicadores: la dinmica de la familia, loslazos con la comunidad, y el nmero de veces que un nio ha cambiado de colegio. Encontraronfuerte correlacin con un indicador clave de rendimiento, la probabilidad de desercin. Suhiptesis es que el capital social hace ms productivas otras formas de capital, como el capitalhumano y el capital financiero.

    La influencia positiva de un componente central del capital social, la familia, en numerososaspectos ha sido verificada por diversas investigaciones recientes. Cuanto mayor es la solidez deese capital social bsico, mejores los resultados y al revs. Una amplia investigacin sobre 60.000nios en EE.UU. (Wilson [1994]), indica que los nios que vivan con un solo progenitor, erandos veces ms propensos a ser expulsados o suspendido en la escuela, a sufrir problemasemocionales o de conducta, y a tener dificultades con los compaeros. Tambin eran mucho msproclives a tener una conducta antisocial. Katzman [1997] seala que estudios en Uruguaymuestran que los nios concebidos fuera del matrimonio muestran una tasa de mortalidad infantilmucho mayor que el resto, y los que no conviven con ambos padres biolgicos exhiben mayoresdaos en distintas dimensiones del desarrollo psicomotriz. En una investigacin en un mediototalmente diferente, en Suecia, en mucho mejores condiciones econmicas, sin embargo, semantiene el peso diferencial de las familias estables en el rendimiento del nio. Jonsson y Gahler

    [1997] demuestran que los nios que vienen de familias divorciadas muestran menor rendimientoeducativo. Hay una prdida de recursos en relacin a aquellos con los que cuenta el nio en lasfamilias estables.

    Sanders y Nee [1996] analizan la familia como capital social en el caso de los inmigrantes enEE.UU. Sus estudios indican que el espacio familiar crea condiciones que hacen factible unaestrategia clave de supervivencia, entre los inmigrantes, el autoempleo. La familia minimiza loscostos de produccin, transaccin e informacin asociados con el mismo. Facilita la aparicin deempresas operadas familiarmente. Hagan, MacMillan y Wheaton [1996] sealan que en lasmigraciones, incluso hacia el interior de un pas, hay prdidas de capital social, y que ellas sonmenores en familias con padres involucrados con los nios, y madres protectoras, y mayores, si se

    trata de padres y madres que no se dedican intensamente a los nios.

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    Kawachi, Kennedy y Lochner [1997] dan cuenta de datos muy sugerentes sobre la relacin entrecapital social, equidad, y salud pblica. El conocido estudio de Alameda County (EE.UU.),confirmado despus en estudios epidemiolgicos en diferentes comunidades, detect que las

    personas con menos contactos sociales tienen peores probabilidades en trminos de esperanza devida, que aquellos con contactos ms extensivos. La cohesin social de una sociedad, que facilitalos contactos interpersonales es, afirman los autores, un factor fundamental de salud pblica.Miden estadsticamente las correlaciones entre capital social representado por confianza ymortalidad en 39 estados de EE.UU. Cuanto menor es el grado de confianza entre los ciudadanos,mayor es la tasa de mortalidad promedio. La misma correlacin se obtiene al relacionar la tasa departicipacin en asociaciones voluntarias, con mortalidad. Cuanto ms baja es la primera, crece lamortalidad. Los investigadores introducen en el anlisis el grado de desigualdad econmica. Cuantoms alto, demuestran, menor es la confianza que unos ciudadanos tienen en otros. El modeloestadstico que utilizan les permite afirmar que, por cada punto de aumento en la desigualdad enla distribucin de los ingresos, la tasa de mortalidad sube dos o tres puntos con respecto a lo quedebiera ser. Ilustran su anlisis con diversas cifras comparadas. EE.UU., a pesar de tener uningresoper cpitade los ms altos del mundo ($ 24.680 en 1993), tiene una esperanza de vida(76,1 en 1993) menor a la de pases con menor ingreso como Holanda ($ 17.340, esperanza devida 77,5), Israel ($ 15.130, esperanza de vida 76,6), y Espaa ($ 13.660, esperanza de vida77,7). Una distribucin ms igualitaria de los ingresos crea mayor armona y cohesin social, ymejora la salud pblica. Las sociedades con mayor esperanza de vida mundial, como Suecia(78,3) y Japn (79,6) se caracterizan por muy altos niveles de equidad.

    La desigualdad, concluyen los investigadores, hace disminuir el capital social, y ello afectafuertemente la salud de la poblacin.

    El capital social, al margen de las especulaciones y las bsquedas de precisin metodolgicas,desde ya vlidas y necesarias, est operando en la realidad a diario y tiene gran peso en el procesode desarrollo. Puede aparecer a travs de las expresiones ms variadas. Por ejemplo, comodestaca Stiglitz [octubre de 1998], son estratgicas para el desarrollo econmico las capacidadesexistentes en una sociedad para resolver disputas, impulsar consensos, concertar al Estado y elsector privado. Hirschman [1984], pioneramente, ha planteado al respecto un punto que merecetoda la atencin. Indica que se trata de la nica forma de capital que no disminuye o se agota consu uso, sino que por el contrario, el mismo la hace crecer. Seala: "El amor o el civismo no sonrecursos limitados o fijos, como pueden ser otros factores de produccin, son recursos cuya

    disponibilidad, lejos de disminuir, aumenta con su empleo".

    El capital social puede, asimismo, ser reducido o destruido. Moser [1998] advierte sobre lavulnerabilidad de la poblacin pobre, en ese aspecto, frente a las crisis econmicas. En ellasresalta: "mientras que los hogares con suficientes recursos mantienen relaciones recprocas,aquellos que enfrentan la crisis, se retiran de tales relaciones ante su imposibilidad de cumplir susobligaciones". Fuentes [1998] analiza cmo en Chiapas, Mxico, las poblaciones campesinasdesplazadas, al verse obligadas a migrar, se descapitalizaron severamente en trminos de capitalsocial, dado que se destruyeron sus vnculos e inserciones bsicas. Puede, asimismo, como losealan varios estudios, haber formas de capital social negativo como las organizaciones

    criminales, pero ellas no invalidan las inmensas potencialidades del capital social positivo.

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    La cultura cruza todas las dimensiones del capital social de una sociedad. La cultura subyace tras

    los componentes bsicos considerados capital social, como la confianza, el comportamientocvico, el grado de asociacionismo. Como lo caracteriza el informe de la Comisin Mundial de

    Cultura y Desarrollo de la UNESCO [1996], "la cultura es maneras de vivir juntos (...) moldeanuestro pensamiento, nuestra imagen, y nuestro comportamiento". La cultura engloba valores,percepciones, imgenes, formas de expresin y de comunicacin, y muchsimos otros aspectosque definen la identidad de las personas, y de las naciones

    Las interrelaciones entre cultura y desarrollo son de todo orden, y asombra la escasa atencin quese les ha prestado. Aparecen potenciadas al revalorizarse todos estos elementos silenciosos einvisibles, pero claramente operantes, que involucra la idea de capital social.

    Entre otros aspectos, los valores de que es portadora una sociedad van a incidir fuertemente sobrelos esfuerzos de desarrollo. Como lo ha sealado Sen [1997], "los cdigos ticos de los empresarios

    y profesionales son parte de los recursos productivos de la sociedad". Si estos cdigos subrayanvalores afines al proyecto reclamado por amplios sectores de la poblacin, de desarrollo conequidad, lo favorecern o, de lo contrario, lo obstaculizarn.

    Los valores predominantes en un sistema educativo en los medios de difusin masiva, y otrosmbitos influyentes de formacin de valores, pueden estimular u obstruir la conformacin decapital social que, a su vez, como se ha visto, tiene efectos de primer orden sobre el desarrollo.Como lo subraya Chang [1997]: "Los valores ponen las bases de la preocupacin del uno por elotro ms all del solo bienestar personal. Juegan un rol crtico en determinar si avanzarn lasredes, las normas y la confianza". Valores que tiene sus races en la cultura, y son fortalecidos o

    dificultados por esta como el grado de solidaridad, altruismo, respeto, tolerancia, son esencialespara un desarrollo sostenido.

    La cultura incide marcadamente sobre el estilo de vida de los diversos grupos sociales. Unsignificativo estudio realizado en Holanda (Rupp [1997] pp. 221-241) trat de determinar diferenciasen estilo de vida entre hogares obreros de un mismo nivel socioeconmico, que se diferenciabannetamente en un aspecto. Algunos de ellos enviaban sus nios a escuelas con un fuerte nfasis enlo cultural, y otros a escuelas inclinadas hacia lo econmico. Los comportamientos que surgieroneran muy distintos. Los padres culturalmente orientados utilizaban ms tiempo y energa enformas de arte sencillas como cantar, ejecutar instrumentos musicales, y leer un libro cada mes.Su estilo de vida inclua el gusto por formas simples del arte y la bsqueda de una vida saludable,

    natural, y no complicada. Los padres con orientacin hacia lo econmico se centraban en logroseconmicos, bienes materiales, y en aspectos como la apariencia externa. Teniendo similarestrabajos y niveles de ingresos, la actitud cultural era la variable bsica que estaba impulsandocomportamientos muy diversos.

    En la lucha contra la pobreza la cultura aparece como un elemento clave. Como agudamente lodestaca la UNESCO, en el informe mencionado [1997]: "Para los pobres los valores propios sonfrecuentemente lo nico que pueden afirmar". Los grupos desfavorecidos tienen valores que lesdan identidad. Su irrespeto, o marginacin, pueden ser totalmente lesivos a su identidad ybloquear las mejores propuestas productivas. Por el contrario, su potenciacin y afirmacin pueden

    desencadenar enormes potenciales de energa creativa.

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    La cultura es, asimismo, un factor decisivo de cohesin social. En ella, las personas puedenreconocerse mutuamente, cultivarse, crecer en conjunto, y desarrollar la autoestima colectiva.Como seala al respecto Stiglitz [octubre de 1998], preservar los valores culturales tiene gran

    importancia para el desarrollo, por cuanto sirven como una fuerza cohesiva en una poca en quemuchas otras se estn debilitando.

    Capital social y cultura pueden ser palancas formidables de desarrollo si se crean las condicionesadecuadas. Su desconocimiento o destruccin, por el contrario, pueden crear obstculos enormes enel camino hacia el desarrollo. Sin embargo, podra preguntarse: lograr esa potenciacin nopertenecer al reino de las grandes utopas, de un porvenir todava ajeno a las posibilidades actualesde las sociedades? En la seccin siguiente del trabajo se intenta demostrar que ello no es as, quehay experiencias concretas que han logrado movilizarlos en escala considerable al servicio deldesarrollo, y que debe prestrseles la mxima atencin para extraer enseanzas al respecto.

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    IV. EL CAPITAL SOCIAL EN ACCION. EXPERIENCIAS LATINOAMERICANAS

    Qu sucede cuando se realiza un trabajo sostenido de largo plazo de movilizacin de aspectos

    claves del capital social de una comunidad? Cules son las respuestas observables? Quoportunidades nuevas y qu dificultades aparecen? Es posible obtener indicios significativos, alrespecto, revisando experiencias actualmente en curso. Existe una amplsima gama de ellas a nivelinternacional. Algunas han obtenido celebridad mundial, como la del Grameen Bank de BanglaDesh, dedicado a apoyar financieramente a campesinos pobres, que ha logrado sorprendentesresultados apoyndose en elementos que tienen que ver con grado de asociatividad, confianzamutua, y otras dimensiones del capital social. Nos concentraremos en nuestro trabajo enexperiencias de Amrica Latina, que son indicativas del potencial latente en la regin en estamateria, y pueden arrojar enseanzas tiles para formular polticas de desarrollo social en ellas.Hemos escogido tres casos que han obtenido resultados de alta relevancia, que son reconocidos en

    sus pases, y a nivel internacional, como "prcticas sociales de gran xito" y que son continuamenteanalizados y visitados para buscar posibilidades de replicarlos, total, o parcialmente.

    VILLA EL SALVADOR, PER: DE LOS ARENALES A UNA EXPERIENCIA SOCIAL DE AVANZADA

    En 1971 varios centenares de personas pobres realizaron una invasin de tierras pblicas en lasafueras de Lima. Se les sumaron miles de habitantes de tugurios de Lima. El Gobierno intervinopara expulsarlos, y finalmente accedi a que se radicaran en un vasto arenal ubicado a 19 Km deLima. Esos 50.000 pobres, que carecan de recursos de toda ndole, fundan all Villa El Salvador(VES). Se les van agregando muchas ms personas y su poblacin actual se estima en cercana a300.000 habitantes. La experiencia que desarrollan es considerada muy particular en mltiplesaspectos. El plano urbanstico trazado diferencia VES netamente de otras barriadas de pobres. Eldiseo es el de 1.300 manzanas, que configuran 110 grupos residenciales. En lugar de haber unsolo centro, en donde funcionen los edificios pblicos bsicos, el esquema es totalmentedescentralizado. Cada grupo residencial tiene su propio centro, en donde se instalaron localescomunales, y espacios para el deporte, actividades culturales, y el encuentro social. Ello favorece lainteraccin y maximiza las posibilidades de cooperacin. Se da un modelo organizativo basado enla participacin activa. Partiendo de delegados por manzana, y por grupos residenciales, crean unaorganizacin, CUAVES, que representa a toda la comunidad y que va a tener un peso decisivo en sudesarrollo. Establecen casi 4.000 unidades organizativas para buscar soluciones y gestionar losasuntos comunitarios. En ellas participa la gran mayora de la poblacin, llegndose a que cerca del

    50% de los mayores de 18 aos ocupan algn cargo dirigencial en trminos organizacionales.

    Desarrollan en estos arenales, carentes de todo orden de recursos, y casi incomunicados (debanrecorrer 3 Km para encontrar una va de acceso a Lima), un gigantesco esfuerzo de construccinbasado, centralmente, en el trabajo voluntario de la misma comunidad. Un inventario de situacinde fines de 1989 dice que, en menos de dos dcadas, tenan 50.000 viviendas, 38.000 de ellasconstruidas por los pobladores, un 68% con materiales nobles (ladrillo, cemento, techos deconcreto, etc.), haban levantado con su esfuerzo 2.800.000 metros cuadrados de calles de tierraafirmada y construido, en su mayor parte, con los recursos y el trabajo de la comunidad, 60 localescomunales, 64 centros educativos, y 32 bibliotecas populares. A ello se sumaban 41 ncleos de

    servicios integrados de salud, educacin y recuperacin nutricional, centros de salud comunitarios,

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    una red de farmacias, y una razonable estructura vial interna con 4 rutas principales y 7 avenidas

    perpendiculares, que permitan la comunicacin interna. Plantaron medio milln de rboles.

    Permaneciendo pobres y con serios problemas ocupacionales, como toda Lima, los logros socialesobtenidos por VES eran muy significativos. La tasa de analfabetismo haba descendido de 5,8% a3,5%. La tasa de matrcula en primaria haba alcanzado el 98% y, en secundaria, era superior al90%, todas cifras superiores a las medias nacionales, y mucho mejores que las de las poblacionespobres similares. En salud, las campaas de vacunacin realizadas con apoyo en la comunidad,que haban cubierto a toda la poblacin, la organizacin de la comunidad para la saludpreventiva, y el control de embarazos, haban incidido en un fuerte descenso de la mortalidadinfantil, a 67 por mil, cifra muy inferior a la media nacional que estaba en 88 a 95 por mil. Latasa de mortalidad general era tambin inferior a los promedios nacionales. Se registraban,asimismo, avances en materia de obtencin de servicios de agua, desage y electricidad, en unplazo que se estim menor, en 8 aos, al que tardaban otros barrios pobres para lograrlos, y se

    haba desarrollado una considerable infraestructura, equipamiento y servicios comunitariossuperior a la de otras barriadas.

    El enorme esfuerzo colectivo realizado ha sido descripto por el varias veces Alcalde de VES,Michel Azcueta [1991], del siguiente modo: "El pueblo de Villa El Salvador, con su esfuerzo y sulucha, ha ido construyendo una ciudad de la nada, con cientos de kilmetros de redes de agua yde luz, pistas, colegios, mercados, zona agropecuaria, y hasta un parque industrial, conseguidotambin con lucha por los pequeos industriales de la zona".

    Se plantea una pregunta de fondo: cmo fue posible lograr estos resultados partiendo de la

    miseria, en un marco natural tan difcil, en medio de la aguda crisis econmica que vivi el Per,como toda la regin, en los aos ochenta, y de todo orden de dificultades? Las claves paraentender los logros, que no erradicaron la pobreza, pero mejoraron aspectos fundamentales de lavida de las gentes de VES, y la convirtieron en una barriada pobre diferente, parecen hallarse enelementos incluidos en la idea del capital social.

    La poblacin originaria de VES estaba conformada, en su mayor parte, por familias llegadas de lasierra peruana. Los campesinos de los Andes carecan de toda riqueza material, pero tenan unrico capital social. Llevaban consigo la cultura y la tradicin indgena, y una milenaria experienciahistrica de cooperacin, trabajo comunal y solidaridad. Aspectos centrales de esa cultura, comola prctica de una intensa vida comunitaria, donde convive la propiedad comunal de servicios

    tiles para todos, al mismo tiempo que la propiedad familiar e individual, fueron aplicados enVES. Esa cultura facilit el montaje de esa extendida organizacin participativa, donde todos lospobladores fueron convocados a ser actores de las soluciones de los problemas colectivos.Funcion con fluidez, a partir de las bases histricas favorables, que haba en la cultura campesinaperuana. Hasta recetas tcnicas, como las lagunas de oxidacin utilizadas por los Incas, fueronempleadas intensamente en VES. Ellas permiten un procesamiento de los desechos generados, porva de un sistema de lagunas que lleva a la produccin de abonos, que despus se usaron en generarzonas verdes y produccin agrcola.

    La visin anclada en la cultura de los pobladores de VES, de la trascendencia del trabajocolectivo como medio para buscar soluciones, impregn desde el inicio la historia de la Villa.

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    Aparece reflejada vvidamente en cmo se enfrent el problema de construir escuelas. Azcueta(Zapata [1996]) narra: " desde la instalacin misma, la poblacin se organiz para que seconstruyeran escuelas y los nios no perdieran el ao escolar. Se formaron doce comits

    proescuela en los primeros tres meses y se inici la construccin de muchas aulas en un esfuerzoque, mirado a la distancia, parece enorme y que no se entiende sin acudir a una explicacin sobresus motivaciones subjetivas. Se empez a dictar clases en aulas que usaban esteras como paredes,las que se impermeabilizaban con plsticos para mnimamente combatir el fro invernal, mientrasque el suelo era de tierra apenas afirmada, y los escasos ladrillos fueron reservados para serusados como precarios bancos por los nios. Estas aulas fueron construidas en jornadascolectivas dominicales, con un entusiasmo y febrilidad que han dejado un recuerdo imborrableentre sus protagonistas".

    A favor de estas condiciones se cre en VES un amplio y slido tejido asociativo. Se constituyeronorganizaciones de jvenes, de mujeres, de madres, cooperativas de mercados, asociaciones de

    pequeos industriales y comerciantes, rondas urbanas, coordinadoras y brigadas juveniles, ligasdeportivas, grupos culturales de todo orden, etc. La asociatividad cubri en VES los ms variadosaspectos. Entre ellos: productores unindose para comprar insumos en conjunto, buscarmancomunadamente maquinarias, mejorar la calidad; ms de un centenar de clubes de madres,que crearon y gestionaron ejemplarmente 264 comedores populares y 150 programas de Vaso deLeche; jvenes que dirigen y llevan adelante centenares de grupos culturales, artsticos, bibliotecaspopulares, clubes deportivos, asociaciones estudiantiles, talleres de comunicacin, etc.

    El trabajo de la propia comunidad, organizada en marcos cabalmente participativos, estuvo en labase de los avances que fue logrando en corto tiempo. El proceso "dispar" el capital social

    latente, que se fue multiplicando. La creacin, a partir de la nada, de un municipio entero por supoblacin, gener una identidad slida e impuls la autoestima personal y colectiva. Como sealaFranco [1992], la ciudad que se cre era la expresin de sus habitantes. No eran simplemente suspobladores, sino sus constructores. Al crear VES, y desarrollarla, se crearon a s mismos. Por esocomo marca, cuando se pregunta a los habitantes de VES de dnde son, no contestan como otros,llegados del interior, haciendo referencia a su lugar de nacimiento, sino que dicen "soy de Villa",el lugar que les dio una identidad que valoran altamente. El proceso de enfrentar desafos muydifciles y avanzar, fue asimismo fortaleciendo su autoestima, estmulo fundamental para laaccin productiva. Describe Franco: " cuando se asiste con alguna frecuencia a reuniones depobladores y se conversa con los 'fundadores' de la comunidad, o sus dirigentes, no resulta difciladvertir expresiones recurrentes de autoconfianza colectiva, certidumbres sobre su disposicin de

    un poder organizado, una cierta creencia en las capacidades de la comunidad para proponerseobjetivos y unirse para su logro".

    La autoestima fue especialmente cultivada tambin en las escuelas de VES. Los maestros trataronde liberar a los nios de todo sentimiento de inferioridad derivado de sus condiciones de hijos defamilias pobres. Procuraron darle seguridad a los nios, que no se sintieran en minusvala.

    La cultura cumpli un papel significativo en la experiencia desde sus inicios. En 1974 Azcuetacre, y llev adelante, el Centro de Comunicacin Popular, espacio destinado a actividadesculturales extracurriculares de toda ndole. All surgieron primero Talleres de Teatro y Msica, y

    luego de otras reas, y se despleg una intenssima labor. Desde esos espacios culturales se

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    procuraba estimular la participacin de la poblacin en las asambleas de toma de decisiones y lasactividades comunales. El teatro de VES produjo, a lo largo de los aos, piezas que lo llevaron alos escenarios metropolitanos y nacionales. La actividad cultural form parte de la vida cotidiana

    de la poblacin. Describe Franco: " el intermitente funcionamiento de 39 altoparlantes, lascompetencias deportivas internas, los programas radiales de la comunidad, los talleres decomunicacin, los numerosos grupos artsticos y culturales, la nueva y moderna radio del Centrode Comunicacin Popular, y el creciente nmero de peas y grupos musicales, contribuyen aldesarrollo de una intensa y bullente vida comunal".

    El esfuerzo de construccin comunitaria de VES, realizado en las ms difciles condiciones, fuepresidido y orientado por ciertos valores. La poblacin defini su proyecto como la conformacinde una comunidad autogestionaria participativa. Una visin colectiva centrada en la promocinde valores comunitaristas, de la participacin activa y de la autogestin, enmarc todo elesfuerzo. En 1986 VES se convirti en un Municipio. Al estructurarlo se mantuvieron todos losprincipios anteriores. As se estableci que las decisiones comunales seran la base de lasdecisiones municipales. Recientemente VES estableci, con asistencia de varias ONG, el DiarioEl Comercio, y otras entidades, un sistema destinado a facilitar la participacin de la poblacinempleando la informtica. Entre sus elementos: el Consejo Municipal transmite sus sesiones encircuito cerrado a la Villa; en la misma hay terminales de computadora, y los habitantes puedenrecibir, a travs de ellos, informacin sobre qu se va a tratar en dichas sesiones, y elementos de

    juicio al respecto, y hacen llegar al Consejo sus puntos de vista; el Consejo realiza, a travs delsistema de computacin, referndumscontinuos sobre las opiniones de los habitantes.

    La experiencia de VES ha sido reconocida mundialmente siendo objeto de continuas distinciones.

    En 1973 la UNESCO la premi como una de las ms desafiantes experiencias en educacinpopular, en 1986 el Diario La Repblica (de Lima) la declar "personaje del ao del pas", en1987 las Naciones Unidas design a VES Ciudad Mensajera de la Paz, distinguindola comopromotora ejemplar de formas de vida comunitaria. Tambin en 1987 se le otorg el PremioPrncipe de Asturias, del Rey de Espaa, por el impresionante desarrollo alcanzado por lacomunidad en el rea social y cultural. Asimismo, entre otras, recibi el Premio Nacional deArquitectura y Desarrollo Urbano del Per, y un premio por ser la comunidad con un mayorgrado de forestacin y arborizacin. En 1985 el Papa Juan Pablo II visit Villa El Salvadordestacando sus logros y sealando: "Con gran alegra me he enterado de la generosidad con quemuchos de los habitantes de este 'pueblo joven' ayudan a los hermanos ms pobres de la

    comunidad, en los comedores populares y familiares, en los grupos para atender a los enfermos, enlas campaas de solidaridad para socorrer a los hermanos golpeados por las catstrofes naturales".

    En VES no se lograron solucionar los problemas de fondo causantes de la pobreza, que tienen quever con factores que exceden totalmente a la experiencia y forman parte de problemas generales delpas. Sin embargo, se obtuvieron avances considerables respecto a otras poblaciones pobres, y secre un perfil de sociedad muy particular, que mereci la larga lista de premios obtenida. Lapotenciacin del capital social jug un papel decisivo en los logros de VES. Factores no visibles,silenciosos, que actan en las entraas del tejido social, desempearon aqu un rol positivoconstante. Entre ellos: el fomento permanente de formas de cooperacin, la confianza mutua entrelos actores organizacionales, la existencia de un comportamiento cvico comunal, constructivo y

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    creador, la presencia de valores comunes orientadores, la movilizacin de la cultura propia, laafirmacin de la identidad personal, familiar y colectiva, el crecimiento de la autoestima en lamisma experiencia. Todos estos elementos fueron dinamizados por el modelo genuinamente

    participativo adoptado por la comunidad. Con desde ya avances, y retrocesos, pasando pormomentos muy duros como los que se dieron durante el auge de la violencia en el pas, VES sehalla en 1999, como se mencion, buscando formas todava ms activas de participacin de lacomunidad, y como lo indican peridicos del Per se ha convertido, probablemente, en el primerMunicipio de Amrica Latina que ha sumado, a las metodologas de participacin democrticausuales, la democracia virtual.

    LAS FERIAS DE CONSUMO FAMILIAR DE VENEZUELA: LOS DIVIDENDOS DEL CAPITAL SOCIAL

    La pregunta de cmo abaratar el costo de los productos alimenticios, para los sectores humildes

    de la poblacin, ha tenido una respuesta significativa en la ciudad de Barquisimeto, Venezuela.Iniciadas en 1983, las ferias de consumo familiar han logrado reducir en un 40% los precios deventa al pblico de productos verdes como frutas y hortalizas, y en un 15 al 20% los precios devveres. Ello beneficia semanalmente a 40.000 familias de esa ciudad de un milln de habitantes.Esas familias, integrantes principalmente de estratos bajos y medios bajos, obtienen comprandoen las Ferias un ahorro anual que se estima en US$ 10,5 millones.

    Las ferias estn integradas por un amplio nmero de organizaciones de la sociedad civil.Formalmente constituyen parte de CECOSESOLA, la Central Cooperativa del Estado Lara, peroen su operacin intervienen grupos de productores, asociaciones de consumidores y pequeas

    empresas autogestionarias. As, en ellas participan 18 asociaciones de productores agrcolas, queagrupan a cerca de 600 productores, y 12 unidades de produccin comunitaria. Esos pequeos ymedianos agricultores y los productores de vveres colocan su produccin a travs de las Ferias.Las Ferias comprenden 50 puntos de ventas, que operan los tres ltimos das de la semana, yvenden directamente a la poblacin 300 toneladas semanales de productos hortofrutcolas yvveres comunes para el consumo hogareo.

    Las ferias venden, como producto bsico, un kilo de productos hortofrutcolas por un precio nico.Ello simplifica al mximo su operacin. Entre los productos se hallan: papa, tomate, zanahoria,cebolla, pimentn, lechuga, ame, ocumo, apio, ayuma, yuca, repollo y pltano. Los hacen llegar atravs de sus transportes y locales directamente del pequeo productor al consumidor. Todos salenganando. El pequeo productor, antes dependiente de "roscas" de la comercializacin y de vaivenescontinuos, tiene a travs de ellas asegurada la venta de su produccin a precios razonables, y es unode los cogestores de toda la iniciativa. Los consumidores reciben productos frescos a preciosmucho ms reducidos que los del mercado.

    Las ferias han crecido rpidamente durante estos 15 aos, y se han convertido en el principalproveedor de alimentos y productos bsicos de la ciudad de Barquisimeto.

    Su expansin puede observarse en el siguiente cuadro, incluido en el sistemtico estudio de lasmismas, preparado por Gmez Clcano (1998):

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    1984 1990 1997

    Unidades de venta 1 87* 105**

    Venta semanal de productos hortofrutcolas (en toneladas) 3 168 300

    Nmero de familias atendidas 300 20.000 40.000

    Nmero de trabajadores 15 400 700

    Nmero de productores agrcolas 15 100 500

    Nmero de organizaciones de productores 1 n/d 18

    Nmero de unidades de produccin comunitaria 1 9 12

    Notas: * Incluye todo el Estado Lara; aproximadamente la mitad en Barquisimeto. ** Incluye 50 ferias y 55centros de abastecimiento solidario.

    Fuentes: CECOSESOLA. Ferias de Consumo Familiar. Estado Lara. Barquisimeto, 1990. CECOSESOLA.Presentacin del programa de Ferias de Consumo Familiar en reunin del Grupo Santa Luca. Puerto La Cruz,Venezuela. Octubre de 1997.

    Como se observa, partiendo de una sola feria, y casi sin capital inicial, las Ferias han crecido

    aceleradamente en todos los indicadores incluidos en el cuadro. Entre 1990 y 1997 aument en un78% el nmero de toneladas semanales de productos verdes vendidos, y se duplic la cantidad defamilias atendidas.

    Cules han sido las bases de estos xitos econmicos y de eficiencia de un conjunto deorganizaciones de base de la sociedad civil, sin capital, que se lanzaron a un mercado como el decomercializacin de productos agroalimentarios de alta competitividad y escasos mrgenes debeneficio?

    En la base del xito parecen hallarse elementos claves del capital social. Los actores de laexperiencia sealan, como base de sus logros (Ferias de Consumo Familiar [1996]):

    "Tratando de buscar las claves para comprender los logros que hemos obtenido,

    podemos mencionar:

    1. Una historia de formacin de un capital social y humano

    2. Potenciar el capital social por encima del financiero

    3. Unas formas novedosas de gestin participativa".

    Los varios centenares de trabajadores que llevan adelante las ferias y las asociaciones vinculadas

    a ellas, han establecido un sistema organizacional basado en la cooperacin, la participacin, lahorizontalidad, y fuertemente orientado por valores.

    Las Ferias tienen tras suyo una concepcin de vida que privilegia, segn indican sus actores, lasolidaridad, la responsabilidad personal y de grupo, la transparencia en las relaciones, la creacinde confianza, la iniciativa personal, el amor al trabajo.

    Esta tabla de valores no permanece confinada a alguna declaracin escrita, como sucede confrecuencia, sino que se trata de cultivar sistemticamente en la organizacin. Un observador

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    externo (Bruni Celli [1996]) describe as la dinmica cotidiana de las ferias: "Los valorescooperativistas de crecimiento personal, apoyo mutuo, solidaridad, frugalidad, y austeridad; deensear a otros, de no ser egosta y dar lo mejor de s para la comunidad, son temas de reflexin

    continua en las ocho o ms horas de reuniones a las que asisten todos los trabajadores deCECOSESELA a la semana. El alto nmero de horas dedicadas a reuniones podran verse comouna prdida en productividad, pero son el principal medio a travs del cual se logra la dedicacin,el entusiasmo y el compromiso de los trabajadores de la organizacin".

    Enmarcado en esos valores, el diseo organizacional adoptado parece haber jugado un roldecisivo en los resultados obtenidos. Est centrado en principios como la participacin activa detodos los integrantes de la organizacin, en la comunicacin fluida, el anlisis y el aprendizajeconjunto, y la rotacin continua de tareas. Uno de sus rasgos es que todos los centenares detrabajadores de la organizacin ganan igual remuneracin, que es un 57% superior al salariomnimo nacional. Adems, la organizacin ha creado un fondo de financiamiento que presta a

    tasas bajas, y un fondo integrado de salud. Siendo una remuneracin modesta, los miembros de laorganizacin han indicado que tienen otros incentivos, como participar de un proyecto con estosvalores, formar parte de un ambiente de trabajo democrtico y no autoritario, tener posibilidadesde formacin y desarrollo.

    Los mecanismos concretos de operacin de la organizacin incluyen: reuniones semanales de cadagrupo para evaluar y planificar; toma de decisiones por consenso; informacin compartida;disciplina y vigilancia colectiva; trabajo descentralizado de cada grupo, y la mencionada rotacinde responsabilidades.

    A ello se suman los espacios de encuentro denominados "convivencias". Estn dedicados al

    encuentro personal y social.

    Estos rasgos organizacionales coinciden con muchas de las recomendaciones de la gerencia deavanzada. Son propicios para crear lo que se llama hoy "una organizacin que aprende", y "unaorganizacin inteligente". El modelo organizacional de las Ferias tiene gran flexibilidad, les permiteabsorber por todos sus "poros" informacin sobre lo que sucede en la realidad y, al compartirlainternamente, aumenta la capacidad de reaccin ante los cambios en la misma. Asimismo, permitemonitorear sobre la marcha los procesos, detectando rpidamente los errores y corrigindolos. Elclima de confianza creado entre sus integrantes evita los cuantiosos costos de la desconfianza y elenfrentamiento permanente, muy caractersticos de otras organizaciones. Por otra parte, loselementos del modelo favorecen un sentimiento profundo de pertenencia que es un estmulofundamental para la productividad y la bsqueda continua de cmo mejorar la tarea.

    Las Ferias han resistido todos los pronsticos sobre que difcilmente podran enfrentar los rigoresdel mercado. Por el contrario, se han posicionado en una situacin de liderazgo en el mercadorespectivo, obligando a otros competidores empresariales a tratar de ajustar sus precios para podertener un espacio. Se han convertido en el principal comercializador de alimentos bsicos de lacuarta ciudad en poblacin, de Venezuela y, a pesar de su dimensin local por las cifras quemanejan, son una de las principales empresas de mercadeo de alimentos del pas entero. Se handemostrado como una empresa con plena sustentabilidad que, en 15 aos, ha ido ampliandocontinuamente su operacin. Actualmente su modelo est inspirando rplicas en diversas ciudades

    de Venezuela. Las claves de la excelencia alcanzada no estn, en este caso, en grandes inversiones

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    de capital manejadas con criterios empresariales clsicos de maximizacin de la rentabilidad, y conuna gerencia vertical "dura". El capital que han movilizado es, esencialmente, "capital social". Hanpromovido ciertos valores latentes en la sociedad civil, han mostrado la posibilidad de un proyecto

    colectivo, al mismo tiempo eficiente productivamente, til socialmente, y atractivo como marco devida, y han potenciado, a travs de su particular estilo gerencial, que ellas han denominado "gestinsolidaria", elementos bsicos de la concepcin aceptada de capital social, como la asociatividad, laconfianza mutua, y normas de comportamiento positivas hacia lo comunitario.

    Su objetivo, en realidad, no se reduce a lo econmico. Lo declara as uno de los lderes de laexperiencia, Salas [1991]: " el objetivo fundamental del programa, y su mayor aporte a laorganizacin popular, est dado por el proceso formativo que se intenta propiciar desde todas susactividades concretas".

    Cuando son observadas desde el exterior, pareciera que se est frente a un mecanismo audaz e

    innovativo de mercadeo. Pero como seala un agudo observador, Delgado Bello [1998]: "... enrealidad, son una escuela de vida. Una escuela que potencia el desarrollo humano en colectivo, eimpulsa la felicidad en las relaciones en el trabajo, en la vida familiar y personal".

    Analistas locales como Machado y Freytes [1994] sealan que, a su vez, se han apoyado en elvasto capital social existente en el Estado Lara. Existe en el mismo una vieja tradicincooperativa, es el estado de Venezuela con mayor presencia de organizaciones cooperativas.Tena en 1994, 85 cooperativas, de ellas, 36 de servicios mltiples. Asimismo, presenta una densared de organizaciones no gubernamentales (ms de 3.500), numerosas asociaciones de vecinos yotras formas de organizacin social. Hay en el Estado Lara todo un hbitat "cultural" quefavorece el desarrollo del capital social y que dio pie a una experiencia de estas caractersticas.

    EL PRESUPUESTO MUNICIPAL PARTICIPATIVO DE PORTO ALEGRE; AMPLIANDO EL CAPITAL

    SOCIAL EXISTENTE

    La experiencia de Presupuesto Municipal Participativo iniciada en la Ciudad de Porto Alegre, deBrasil, en 1989, se ha transformado en una experiencia "estrella" a nivel internacional, concitandoamplsima atencin. Entre otras expresiones de ese reconocimiento en 1996, las Naciones Unidasla escogi como uno de los 40 cambios urbanos elegidos, en todo el mundo, para ser analizadosen la Conferencia Mundial sobre Asentamientos Humanos (Hbitat II, de Estambul) y, en 1997,el Instituto de Desarrollo Econmico del Banco Mundial, realiz una Conferencia Internacional

    en Porto Alegre, con la presencia de representantes de 9 pases de la regin para examinar laexperiencia. Asimismo, el BID la seleccion como una de las experiencias incluidas en su LibroMaestro sobre Participacin.

    A nivel nacional, cerca de 70 Municipios de Brasil estn iniciando experiencias similares inspiradasen Porto Alegre.

    Este impacto se debe a resultados muy concretos. La Ciudad de Porto Alegre, de 1.300.000habitantes, tena en 1989 importantes problemas sociales, y amplios sectores de su poblacin tenanlimitado acceso a servicios bsicos. El cuadro era, asimismo, de penuria aguda de recursos fiscales.El nuevo Alcalde electo (elegido en 1999 Gobernador del Estado al que pertenece la ciudad Ro

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    Grande do Sul), resolvi invitar a la poblacin a cogestionar el proceso presupuestario de modo deadministrar, de acuerdo a sus reales prioridades, los recursos limitados, y aumentar su eficiencia. Lacogestin ofrecida se realizara sobre el rubro de inversiones de dicho presupuesto. En este caso la

    invitacin no fue mero "discurso", sino que se estableci un complejo y elaborado sistema queposibilitaba la participacin masiva. La ciudad fue dividida en 16 regiones, en cada una de lascuales se analizan las cifras de ejecucin presupuestaria, las estimaciones futuras, y se identifican, anivel barrial, prioridades que luego se van concertando y compatibilizando a nivel regional yglobal. Junto a las regiones, existe otro mecanismo de anlisis y decisin que funciona por grandestemas de preocupacin urbana: desarrollo urbano, transporte, atencin de la salud, tiempo libre,educacin y cultura. Rodadas, reuniones intermedias, plenarios, y otras formas de reunin se vansucediendo durante todo el ao, con participacin de pblicos amplios, en algunos casos, delegadoselegidos por los mismos, en otros, y la colaboracin de los funcionarios del municipio. Elpresupuesto que se va conformando de abajo hacia arriba, es finalmente sancionado formalmentepor el Consejo Municipal.

    La poblacin reaccion con una "fiebre participativa", como la llama Navarro [1998], a laconvocatoria del Alcalde. En 1995 se estimaba que 100.000 personas participaban en el proceso.

    Los resultados han sido sorprendentes y han echado por tierra los vaticinios pesimistas auguradospor algunos sectores, que vean como una heterodoxia inadmisible la entrega de una cuestin tantcnica y delicada como el presupuesto, a un proceso de participacin popular. Por un lado lapoblacin determin sus reales necesidades. Ello gener una precisa identificacin de prioridades,reorientando recursos hacia los problemas ms sentidos. Por otra parte, todo el trayecto delpresupuesto, otrora impenetrable y cerrado, se abri totalmente para la ciudadana. Al compartirse

    con ella, toda la informacin se convirti en transparente. Ello gener condiciones propicias a laerradicacin de toda forma de corrupcin. La poblacin, masivamente, hizo el control social de laejecucin y confeccin de la partida de inversiones, que signific el 15% del presupuesto total ysum, en el perodo 1989-1995, US$ 700 millones. Asimismo, al existir reglas de juego clarassobre cmo sera el proceso de toma de decisiones, se recortaron al mximo los espacios paraprcticas clientelares arbitrarias.

    La correspondencia del presupuesto, con las necesidades prioritarias y la mejora de suadministracin, llevaron a resultados muy significativos. Entre ellos, de 1990 a 1996, elabastecimiento de agua potable subi de 400.000 hogares atendidos, a 484.000, cubrindose el98% de la poblacin. En materia del alcantarillado, mientras que en 1989 slo el 48% de loshogares estaban conectados a la red de cloacas, en 1997 era el 80,4%, cuando el promedio delBrasil es el 49%. El programa de legitimacin de la propiedad de la tierra a sectores pobres, yasentamientos humanos, benefici entre 1990 y 1996, a 167.408 personas, el 13% de toda lapoblacin. La pavimentacin de calles alcanz a 30 Km por ao, en las reas pobres de la ciudad.La matrcula en escuela primaria y secundaria subi en un 159% entre 1989 y 1997, y elMunicipio cre un programa de alfabetizacin de adul