comunicación de masas

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[Image] ----------------------------------------------------------- ------------- Contribución de las ciencias sociales a la práctica científica de la comunicación. Fernando A. Mancillas Treviño Departamento de Sicología y Ciencias de la comunicación, Universidad de Sonora. De acuerdo con el autor, en el mundo en que vivimos los mass media no sólo "entretienen" o "divierten", contribuyen notablemente a profundizar ontológicamente nuestro conocimiento en grados ilimitados. Por esta razón, continúa, el estudio de los procesos de comunicación masiva es prioritario para el conocimiento de nuestra realidad. En este sentido el aporte que diversas ciencias sociales han ofrecido a las ciencias de la comunicación ha sido fundamental, en vista de la necesidad de enfocar estos estudios desde una perspectiva sociohistórica que se apoye en técnicas de investigación, conceptos teóricos, metodologías y categorías diversas. Las notas siguientes presentan algunas reflexiones sobre los aportes e influencias de algunas disciplinas científicas al campo de la investigación comunicativa. ----------------------------------------------------------- ------------- Introducción

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------------------------------------------------------------------------Contribución de las ciencias sociales a la práctica científica de lacomunicación.

Fernando A. Mancillas Treviño

Departamento de Sicología y Ciencias de la comunicación, Universidad deSonora.

De acuerdo con el autor, en el mundo en que vivimos los mass media no sólo"entretienen" o "divierten", contribuyen notablemente a profundizarontológicamente nuestro conocimiento en grados ilimitados. Por esta razón,continúa, el estudio de los procesos de comunicación masiva es prioritariopara el conocimiento de nuestra realidad. En este sentido el aporte quediversas ciencias sociales han ofrecido a las ciencias de la comunicaciónha sido fundamental, en vista de la necesidad de enfocar estos estudiosdesde una perspectiva sociohistórica que se apoye en técnicas deinvestigación, conceptos teóricos, metodologías y categorías diversas. Lasnotas siguientes presentan algunas reflexiones sobre los aportes einfluencias de algunas disciplinas científicas al campo de la investigacióncomunicativa.

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Introducción

El mundo donde vivimos es un lugar inundado por toda una serie de sistemastecnológicos de comunicación que afectan no sólo nuestra forma deinformarnos de lo que sucede en nuestra cotidianidad, sino que nostransportan en cuestión de segundos a una realidad transcontinental. Demanera que, en un momento determinado, a través de la televisión somostestigos de acontecimientos históricos que suceden, simultáneamente anuestra existencia diaria, a miles de kilómetros de distancia en otroscontinentes, incluso fuera de nuestro planeta, como fue el caso de latrasmisión del viaje a la Luna.

Sin embargo, no sólo resultamos impactados por la comunicación informativamultidireccional, sino que también en nuestra vida cotidiana los mass mediajuegan el papel de vinculantes inmanentes a una forma de organización denuestro tiempo libre, en el que la televisión, el cine, la radio e inclusola prensa se introducen vertiginosamente. Aquí no sería el momento deexaminarlo, pero se ha señalado que los medios de comunicación no sólo"entretienen" o "divierten", sino que asimismo contribuyen notablemente aprofundizar ontológicamente nuestro conocimiento en grados ilimitados.Quien haya observado un filme de Bergman, Kurosawa, Tarkovski o una cintacomo Apocalypse now podrá constatarlo.

Entre otros aspectos, los medios de comunicación nos permiten conservar un

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innumerable acervo de conocimientos sociohistóricos, materia prima para elanálisis y la recurrente investigación científico-social. Son de usofrecuente las técnicas de investigación hemerográfica que sirven devehículo para adentrarnos a un periodo histórico determinado, a de ordeneconómico, social, político, cultural o la imbricación de ellos.

Por estas y otras razones el estudio de los procesos de comunicación masivasurge como una necesidad prioritaria para el conocimiento de nuestrarealidad en los albores del siglo XXI. En este sentido, las siguientesnotas presentan algunas reflexiones sobre los aportes e influencias dealgunas disciplinas científicas al campo de la investigación comunicativa.

economía política

La economía política, en su vertiente materialista histórica, ha influidode forma notable al campo de la investigación en la ciencia de lacomunicación, a tal grado que en la década de 1970 se generó una nuevapropuesta teorico metodológica denominada economía política de lacomunicación. Esta corriente tiene entre sus principales representantes aNicholas Garnham, Dallas W. Smythe, G. Murdock y P. Golding en el terrenometodológico y epistemológico, y a Hebert Schiller y Armand Mattelart en laaplicación de estos presupuestos al campo de la investigación empírica.

Un punto de partida teórico fundamental que la investigación encomunicación retoma de la economía política es el enfoque materialistahistórico como basamento del análisis de la problemática de los medios decomunicación masiva. En consecuencia, un estudio de los mass media debearrancar de los procesos histórico-materiales que se inscriben en eldesarrollo de las diversas formaciones sociales y que tienen comofundamento explicativo las determinaciones estructurales de la producciónmaterial. Aquí se contrapone explícitamente esta perspectiva a la visiónidealista de la cultura, en general, y de los procesos comunicativos, enparticular, que analiza su situación separada de su base terrenal yenfatiza los aspectos subjetivos o superestructurales.

En este orden del discurso las relaciones económicas aparecen en un lugarde relevancia con respecto a las otras interacciones en la sociedadcapitalista, debido a que en este sistema social las relaciones deintercambio mantienen una red de dominación. Su desarrollo dominantedetermina la reproducción permanente de la formación socioeconómicacapitalista en su conjunto.

En la compleja relación entre estructura y superestructura, la economía política de la comunicación de masas señala el riesgo decaer en uno de los dos extremos de la interpretación. El primero es unmalogrado determinismo económico, o economicismo, que trata de derivarmecánicamente todos los problemas de índole superestructural de laestructura económica. El polo opuesto se expresa en la autonomía de lasuperestructura, que se explica por sí misma sin tomar en cuenta surelación recurrente con la estructura. Para superar esta falsa dicotomía se

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debe rechazar el enfoque dualista que explica estos elementos modimensiones reductibles, pues es necesario su estudio como procesossociales recíprocos históricamente determinados.

Tomando en consideración los planteamientos antes señalados, se propone laconformación de una economía política de los medios de comunicación que décuenta de su función económica, de su comportamiento social y susrepercusiones para la reproducción de las relaciones sociales de produccióncapitalistas. De ahí la importancia de estudiar, en la época contemporánea,lo que Marx y Engels denominaron el control de los medios de producciónintelectual, pero no de forma ahistórica, sin observar sus variaciones, sudinámica. Son precisamente estas modificaciones lo que según Garnham debeestudiar esencialmente la economía política de los mass media.[1]

Esta nueva perspectiva en el campo de la ciencia de la comunicaciónpretende rebasar los enfoques anteriores que sólo hacían énfasis en lasrepercusiones ideológicas de los medios de comunicación masiva, siendoahora considerados "como entidades económicas con un papel económicodirecto en tanto creadores de valor excedente a través de la producción yel intercambio de mercancías y un papel indirecto, a través de lapublicidad, en la creación de valor excedente dentro de otros sectores dela producción de mercancías".[2] Otros autores, como Graham Murdock y PeterGolding, vergen en el mismo enfoque, si bien lo matizan cuando afirman que"al centrarnos en la base económica indicamos que el ntrol de los recursosmateriales y su cambiante distribución son, en última instancia, la máspoderosa entre las muchas palancas que trabajan en la producción cultural.Pero está claro que ese control no siempre se ejerce directamente, ni elestado económico de las organizaciones de los medios sufre siempre unimpacto inmediato de su producción".[3]

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La contribución de la sociología a la ciencia la comunicación va más alládel aporte de conceptos, categorías y paradigmas teoricometodológicos. Sepuede afirmar que la práctica científica de la comunicación nacepresisamente de la sociología y de la psicología.

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Al enfatizarse el requerimiento del estudio de los medios de comunicacióncomo una parte integrante del modo de producción capitalista no sólo serebasa en esta corriente de investigación el papel de los medios comosimples aparatos productores de efectos ideológicos, sino que también sedestaca su ubicación en una estructura de clases dentro de una formaciónsocial determinada. De ahí que los mass media no deben ser consideradoscomo una totalidad unidimensional, sino como un conjunto de constelacionesen el que existen contradicciones y, por consiguiente, lucha social.

En la contribución de la economía política a la investigación comunicativa

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se introduce una discusión, aún no concluida, que pone en tela de juicio laubicación de los medios de comunicación masiva en la superestructura y notambién en la estructura económica. Este debate tendrá que ser enriquecido(para no derivar en una especulación estéril) con investigaciones emp¡ricaspara la debida contrastación de hipótesis y, por lo tanto, para ubicar susituación precisa en la realidad social.

La importancia metodológica del papel que juegan los propietarios privados(y más aún en la etapa monopolista que vive el capitalismo contemporáneo)de los medios de producción cultural configura dos grandes tendencias en elcampo de la comunicación de masas:

1) El cada vez mayor desplazamiento pequeñas y medianas empresas decomunicación ante los procesos de concentración y centralización capital,con lo cual los monopolios incrementan su hegemonía no sólo a escalanacional sino también a nivel internacional.[4]

2) Derivado de lo anterior existe un desplazamiento (aunque evidentementeno total) de las fuerzas independientes que procuran no dar tanto ,nfasisal aspecto comercial de los medios y por lo tanto no cuentan capacidadeconómica para abarcar grandes mercados de masas.

Dentro de esta segunda tendencia, Murdock y Golding afirman: "La subyacentelógica de los costos funciona sistemáticamente, consolidando la posición degrupos ya establecidos en los principales mercados de medios masivos yexcluyendo a los grupos que carecen de la base de capital para un ingresoafortunado. De tal suerte, las voces que sobreviven son las de quienesestán menos dispuestos a criticar la actual distribución de la riqueza y elpoder. Inversamente, los más dispuestos a desafiar esta situación no puedenhacer público su disenso o su oposición, porque no tienen los recursosnecesarios para establecer una comunicación efectiva con un vastoauditorio".[5]

Estas tendencias se extienden y profundizan vertiginosamente con losgrandes avances científico-tecnológicos en la etapa imperialista delcapitalismo. Existe en las últimas décadas una verdadera revolución en lastelecomunicaciones (producto de los grandes aportes de los sistemas decomputación) que ha impactado de manera considerable la influencia de losmedios masivos de comunicación a escala mundial, dando pie as¡ a laintensificación del denominado proceso de exportación cultural. Hoy en díahay un amplio número de investigaciones, como las de H. Schiller y A.Mattelart, que dan especial énfasis al llamado imperialismo cultural.

Las contribuciones teoricometodológicas que aporta la economía política (enla perspectiva del materialismo histórico) al campo de la investigacióncientífica de la comunicación son, como observamos, múltiples. Sinpretender incurrir en un determinismo económico, los nuevos paradigmas queintroduce la economía política deben ser valorados no dentro de unaexclusiva perspectiva omnicomprensiva los procesos comunicativos, sino comoun aporte a algunos campos de la comunicación de masas que debe

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complementarse el estudio de otras disciplinas científicas.

Sociología

La contribución de la sociología a la ciencia de la comunicación va másallá del aporte de conceptos, categorías y paradigmas teoricometodológicosque serán aplicados a lo largo de la historia de la investigacióncomunicativa. Se puede afirmar actualmente, sin lugar a dudas, que lapráctica científica de la comunicación nace precisamente de la sociología yde la sicología. Los trabajos pioneros de Paul Lazarsfeld, Harold D.Lasswell, Robert K. Merton, Elihu Katz y Joseph T. Klapper evidencianclaramente la impronta sociológica. Todavía a inicios de la década de 1960,Janowitz y Schulze, en su célebre artículo sobre las perspectivas de lainvestigación en comunicación masiva, circunscriben el avance del análisisde los mass media a un desarrollo científico de la sociología, integrandoesta visión comparativa a una sociología de la comunicación de masas.[6]

No obstante la larga simbiosis sociología-investigación comunicativa, elamplio y complejo campo de estudio de la comunicación de masas requirió delos aportes de otras disciplinas como la economía, antropología, cienciapolítica, semiótica, filosofía, que enriquecieron y diversificaron elobjeto de estudio de las ciencias de la comunicación. Ya el clásicoparadigma de Lasswell: "¿Quién dice qué, en qué canal, a quién y con quéefecto?"[7] muestra la complejidad y diversidad l proceso comunicativo ylos diversos tipos de análisis que habría que realizar.

En el terreno de la sociología de la comunicación de masas se desarrollarondesde un principio dos grandes tendencias cuyos paradigmas aún seencuentran presentes en el estudio de los mass media: la corrienteestructural funcionalista y la Escuela de Frankfurt. Revisaremos cuáles sonsus postulados fundamentales y sus aportes analíticos.

El enfoque central del análisis estructural funcionalista parte de laconsideración conceptual de la sociedad como un sistema social integradopor una diversidad de subsistemas o estructuras que cumplen una serie defunciones determinadas por las mismas necesidades de la sociedad. En estesentido, las diversas estructuras que conforman la totalidad del sistemasocial no sólo son elementos componentes, sino que cumplen, en su relacióncon otros agentes sociales, un conjunto de funciones de cohesión yestabilidad.

Sin embargo, a pesar de lo que comúnmente se piensa (en una visiónsimplificada) el análisis funcionalista también prevé, la existencia deconflictos o disfunciones en una estructura o subsistema determinado.Melvin De Fleur y S. Ball-Rokeach nos ofrecen un claro ejemplo de unestablecimiento comercial donde "otorgar a los empleados el derecho decomprar mercancías al precio de coste tendría la función (la consecuencia)de mantener su moral y su lealtad, y de esa manera contribuiría en formadirecta al mantenimiento del sistema. La insistencia rígida en observarciertas reglas menores, como hacer descuentos en el sueldo a un empleado

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que sólo rara vez llega tarde al trabajo, podría ser perturbador para lamoral y la lealtad, y al contribuir a perturbaciones en el trabajo podríaser antifuncional".[8]

A pesar de la aparición de diversos desequilibrios o disfunciones en unasociedad determinada, existen en cada sistema (dentro de la lógica del anlisis estructural funcionalista), de manera inmanente, mecanismoshomeostáticos que cumplen la función de solucionar los conflictos quesurgen en una estructura dada. Desde este enfoque teórico, el subsistema delos medios de comunicación de masas tiene una función primordial en laestabilidad del sistema social en su conjunto.

Harold Lasswell es uno de los primeros teóricos importantes del análisisfuncionalista que plantea tres macrofunciones sociales del sistemacomunicativo de masas: 1) Vigilancia del medio ambiente social, protegiendoal conjunto de la sociedad de riesgos que pudieran poner en peligro laestabilidad del sistema; 2) Mantener las diversas redes correlativas de lasreacciones ante el medio social del conjunto de sus integrantes, y 3)Trasmisión de acervos sociales de generación en generación; por lo tanto,se mantiene la tradición.

Todos estos elementos tienen necesariamente implicaciones sociopolíticas enla consolidación del equilibrio de los mecanismos sociales hegemónicos.Así, la comunicación contribuye a la reproducción de la culturaprevaleciente y a la marginación de las tendencias desequilibradorassubalternas.[9]

En 1948 ya Lazarsfeld y Merton destacaban la notable presencia de losmedios de comunicación de masas en la sociedad estadunidense. Mostraban laasistencia semanal al cine de 45 millones de personas, la publicación de 54millones de periódicos al día y la existencia de televisores en 46 millonesde familias, quienes pasaban ante el aparato un promedio de tres horas aldía; sin embargo, se matiza la importancia de estos indicadores como unelemento autopoiético que explica por sí mismo la influencia de los massmedia en la sociedad.[10] Por lo tanto, los autores se dan a la tarea deestudiar las diversas funciones sociales de los mass media haciendohincapié en macrofunciones de primordial importancia: 1) Otorgamiento deestatus a los individuos, corrientes sociales u organismos que aparezcan enlos medios; su ubicación en ellos es símbolo de gran prestigio. Elindividuo que ocupa la atención de los medios adquiere una propiedadlegitimadora de relevancia y se llega al planteamiento tautológico en elque "si realmente pesas, estarás en el centro de la atención de las masas,y si ocupas el centro de la atención de las masas, seguro que en realidaddebes ser una persona de peso".[11] 2) Reforzamiento de reglas sociales alexhibir sistemáticamente, a través de campañas o "cruzadas" en los mediosde comunicación masiva, las diversas anomalías cometidas por personajes oagrupaciones públicas o privadas, v. gr., la dimisión del presidenteRichard Nixon durante el escándalo de Watergate, debido a operacionesilícitas de espionaje que fueron descubiertas y difundidas ampliamente por

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la prensa y otros medios.

Los medios de comunicación masiva no sólo conllevan determinadas funcionessociales, sino que también generan ciertas disfunciones como la denominada"narcotizante" pues produce pasividad en la opinión pública. De estamanera, "la exposición a este flujo de información puede servir paranarcotizar más bien que para dinamizar al lector o al oyente medio. Amedida que aumenta el tiempo dedicado a la lectura y a la escuela decreceel disponible para la acción organizada. El individuo lee relatos sobrecuestiones y problemas y puede comentar incluso líneas alternativas deacción, pero esta conexión harto intelectualizada y harto remota con laacción social organizada no es activada. El ciudadano interesado einformado puede felicitarse a sí mismo por su alto nivel de interés einformación y dejar de ver que se ha abstenido en lo referente a decisión yacción. En resumidas cuentas, toma su contacto secundario con el mundo dela realidad política, su lectura, escucha y pensamiento, como unaprestación ajena. Llega a confundir el saber acerca de los problemas deldía con el hacer algo al respecto. Su conciencia social se mantieneimpoluta. Se preocupa. Está informado y tiene toda clase de ideas acerca delo que debiera de hacerse, pero después de haber cenado, después de haberescuchado sus programas favoritos de la radio y tras haber leído el segundoperiódico del día, es hora ya de acostarse".[12] Se expresa en estainteresante afirmación de Lazarsfeld y Merton una curiosa convergencia conel efecto "adormecedor" y alienante de los mass media señalado por losteóricos más importantes de la Escuela de Frankfurt: Adorno, Horkheimer yMarcuse. Sin embargo, mientras que para la corriente estructuralfuncionalista el efecto narcotizante es sólo una disfunción corregible porel mismo sistema social, para los autores de la teoría crítica es unacondición inmanente de la sociedad capitalista. Finalmente, los paradigmasestructurales funcionalistas se han diversificado. Retomando los modelosclásicos de Lasswell y Merton, Charles R. Wright, entre otros autores,configura uno más elaborado.

En 1947, con la publicación de la obra de Theodor W.Adorno y MaxHorkheimer, Dialéctica de la llustración, se acuña el concepto de industriade la cultura que tiene, entre otras intenciones, la de superar la nociónde cultura de masas, como si la cultura que surge de los grandesconglomerados fuera algo que se origina naturalmente en ellos. Con estanueva concepción los autores inauguran una serie de aportesteoricometodológicos en el análisis de la comunicación de masas.

Adorno y Horkheimer conforman los planteamientos más representativos delanálisis sobre la comunicación masiva realizados por la corriente teóricallamada Escuela de Frankfurt, denominada así porque tuvo como punto departida el establecimiento del Instituto de Investigación Social (Institutf&r Sozial Forschung) en Frankfurt del Main, Alemania, el año de 1923.

El análisis y el enfoque teórico metodológico de estos autores sobre los procesos comunicativos en la sociedad capitalista demediados del siglo XX es diametralmente opuesto al de la mass comunication

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research. Mientras que esta última tendencia busca las fuentes delequilibrio y estabilidad del statu quo, la Escuela de Frankfurt, o teoríacrítica, parte de una consideración fundamental de la sociedad capitalistacontemporánea, en su fase monopolista, como un sistema basado en una grandesigualdad social y una cada vez mayor tendencia enajenante del serhumano.

La lógica de la investigación de las dos más grandes e influyentescorrientes en la teoría social de la comunicación de masas en el últimomedio siglo se enfrenta a una polaridad: mientras que la visión estructuralfuncionalista de la comunicación parte y se desarrolla desde unaperspectiva teoricometodológica positivista (por ejemplo, las equivalenciasbiológicas de Lasswell que remiten directamente al viejo esquema deSpencer), la teor¡a cr¡tica de la sociedad se remonta al enfoquematerialista histórico y dialéctico, con importantes influencias de Hegel yFreud. Esta corriente de pensamiento plantea la necesidad de modificacionesmacrosociales profundas del statu quo, como la sustitución del capitalismopor un sistema social alternativo. Sin embargo, cada vez se manifiesta máspesimista en la viabilidad de ese proyecto debido a los múltiples factoresintegradores y cohesionadores que genera constantemente el capitalismo,entre ellos la industria cultural.

Los aportes específicos de Adorno y Horkheimer apuntan hacia una crítica dela instrumentalización de la razón en la sociedad capitalista, donde laracionalidad imperante se encuentra permanentemente encauzada hacia unaoperatividad y una continua administración directiva, dependiente de lalógica del desarrollo de las relaciones de intercambio capitalista. Ellenguaje se encuentra necesariamente inscrito en este proceso, puesfunciona como un instrumento de la producción cultural dominante,estandarizado por una constelación de estereotipos que refuerzan la culturacapitalista hegemónica y rechazan las tendencias culturales de oposición alsistema. [13]

La industria cultural no es más que una de las expresiones del desarrollode la concentración del capital y del dominio tecnoburocrático de losdiversos sistemas de producción cultural, planificada en términos de lalógica de la ganancia capitalista y de un enorme arsenal de mercancíasculturales destinado hacia un mercado de masas permanentemente espoleadopor el aumento sostenido de su consumo.

Sin embargo, la industria cultural no sólo juega un papel fundamental en laacumulación capitalista, también genera un proceso de conformismo y desubordinación de las masas hacia el régimen establecido. De esta manera, seconcluye que "dependencia y servidumbre de los hombres, objetivo último dela industria cultural, no podrían ser más fielmente ejemplificados que porese personaje de un sicólogo estadunidense, que pensaba que las angustiasde los tiempos presentes tendrían fin si la gente quisiera solamentealinearse en personalidades prefijadas. La compensación que la industriacultural ofrece a los hombres despertándoles el sentimiento confortable deque el mundo se encuentra en el orden en que ella los mantiene, les frustra

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esa felicidad que representan tan engañosamente".[14]

Otro pilar teórico de la Escuela de Frankfurt, Walter Benjamin, señala elproceso de mercantilización de la obra de arte en la era de su reproduccióntécnica y la consiguiente degradación de su aura. El cine, v. gr., en sucondición dual de medio de comunicación masiva y obra de arte, merma susposibilidades culturales y estéticas ante la demanda de un acuciantemercado del divertimiento y de la urgente necesidad del éxito económicopropugnado por el capital cinematográfico. En esta búsqueda se subordina,cada vez más, su riqueza artística interna al eslabonamiento de un sistemade "estrellas", star system, el culto a las personalidades "famosas" (consu consecuente explotación comercial), que tiene su mejor expresión en laindustria de Hollywood.

Como conclusión general podemos señalar la importancia teoricometodológicade la economía política en el estudio de los fenómenos comunicativoscontemporáneos. Esta perspectiva de análisis enfocaría su principalatención en el quién del modelo de Lasswell para poder comprender el origeny el marco referencial del proceso comunicativo desde la etapa detrasmisión hasta las condiciones de recepción, atravesando necesariamentepor las determinaciones e interrelaciones socioeconómicas en el estudio delmensaje. Esta nueva dimensión de examen deberá ir acompañada por otrascontribuciones de carácter sociocultural para no incurrir en una visiónparcializada o reduccionista de la realidad comunicacional.

En las concepciones sociológicas de la comunicación de masas encontramosdos grandes corrientes de primordial importancia en la situación socialcontemporánea: la teoría estructural funcionalista y la teoría crítica dela sociedad. Hemos observado que mientras la primera tiende al equilibrio ya corregir las disfunciones que aparecen en nuestra sociedad, consideradacomo un gran organismo o sistema social, la segunda plantea que losconflictos sociales no son disfunciones, sino parte integrante de lasmismas contradicciones y desigualdades sociales de una sociedad capitalistadividida en clases con inmanentes intereses contrapuestos.

Notas

[1]. Garnham, Nicholas. "Contribución a una economía política de lacomunicación de masas", en M. de Moragas (ed.). Sociología de lacomunicación de masas, t.I, Gustavo Gili, Barcelona, 1985, pág. 115.

[2]. Ibid., pág. 121.

[3]. Murdock, Graham y Peter Golding. "Capitalismo, comunicaciones yrelaciones de clases", en James Curran, Michael Gurevitch y JanetWoollacott. Sociedad y comunicación de masas, FCE, México, 1986, pág. 31.

[4]. Ver los trabajos de Hebert L. Schiller. Comunicación de masas eimperialismo yanqui, Gustavo Gili, Barcelona, 1976, y El poder informático.Imperios tecnológicos y relaciones de dependencias, Gustavo Gili, México,

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1983; y de Armand Mattelart. La cultura como empresa multinacional, 4a. ed.Era, México, 1983.

[5]. Murdock, G. y p. Golding, op. cit., págs. 49-50.

[6]. Janowik, Morris y Robert Oscar Schulze. "Tendencias de lainvestigación en el sector de las comunicaciones de masas", en M. deMoragas (ed.), op. cit., págs. 25-26.

[7]. Lasswell, Harold D. "Estructura y función de la comunicación en lasociedad", en M. de Moragas (ed.), op. cit., t. I, pág. 51.

[8]. De Fleur, Melvin L. y Sandra J. Ball-Rokeach. Teorías de lacomunicación de masas, Paidós, México, 1988, pág. 234.

[9]. Lasswell, H., op. cit., págs. 52, 60 y 61.

[10]. Lazarsfeld, Paul Félix y Robert Merton. "Comunicación de masas,gustos populares y acción social organizada", en M. de Moragas (ed.), op.cit., pág. 27.

[11]. Ibid., pág. 31.

[12]. Ibid., págs. 35-36.

[13]. En lo relativo al lenguaje empleado en la televisión, Adorno planteaque a través de determinados procesos "la voluntad de los recipientesacepta el lenguaje de las imágenes, que tan fácilmente se ofrece como ellenguaje de los objetos ofrecidos. En cuanto se despierta y se representefigurativamente lo que dormía preconceptualmente en el sujeto,simultáneamente se le propone lo que debe de aceptar". Theodor W. Adorno."La televisión en la industria de la cultura", La ventana electrónica,EUFESA, México, 1983 (Comunicación), pág. 61.

[14]. Adorno, Theodor W. "La industria cultural", en Leonardo Acosta et al.Imperialismo y medios masivos de comunicación, Quinto Sol, México, s.f.,pág. 78.

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