CONCEPCION DE LA POESIA EN JOSE MARTI

CONCEPCION DE LA POESIA EN JOSE MARTI

POR

BALMIRO OMAHAUniversidad de Oriente, Venezuela

La dpoca que vivi6 Jose Marti (1853-1895) fueron tiempos convulsio-nados por los grandes inventos cientificos, que harian mas pequefio elmundo y al hombre un ser mas poderoso. Pequefio, porque los sistemasde comunicaci6n reci6n inventados acortaban las distancias de un lugara otro de la Tierra, lo que hacia que el hombre conociera mucho mas elmundo en que vivia y que, por supuesto, tratara de impondrsele con ma-yor facilidad. Ello trajo como consecuencia, entre otras cosas, los iniciosde la colectivizaci6n de muchas esferas de la actividad humana, entre ellasla del arte. Asi lo sefiala Marti cuando, con ese agudo sentido de analisisy con ese poder visionario que lo caracterizaba, dice que <<asistese comoa una descentralizaci6n de la inteligencia. Ha entrado a ser lo bello do-minio de todos. Suspende el nimero de buenos poetas secundarios y laescasez de poetas eminentes solitarios. El genio va pasando de individuala colectivo>>.

Ese poder de analisis, que le viene de su empefio de luchador y deap6stol, le permiti6 profundizar en el estudio de los problemas de Am&-rica y emitir juicios valiosos sobre los mismos. El sentia a la America yvivia por ella. Esa actitud contrasta con la asumida por muchos de suscontemporaneos, empefiados en algo que practicamente los enajenaba desu mundo y que tuvo mucha ascendencia en el modernismo: la evasi6n.

SJos6 Marti, <<El poema del Nidgara , Nuestra America (Caracas: Biblioteca Aya-cucho, 1977), 305. Manuel Pedro Gonzalez, refiri6ndose a este ensayo, afirma queen 61 <revela Marti aguda percepci6n del cambio radical que en el mundo se opera-ba>, lo que le permite ser <el primero en nuestra lengua que se percata de esta mu-taci6n o crisis de la cultura, la moral, la economia, la religi6n y las relaciones huma-nas, operante hacia 1880 en Europa y los Estados Unidos>>. En <Jos6 Marti, su cir-cunstancia y su tiempo , Marti, Dario y el modernismo (Madrid: Gredos, 1974), 93-

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En Julian del Casal (1863-1893), por ejemplo, la evasi6n es muy notoria,dada por su afin de motivos orientales. Marti, en cambio, centra sus pre-ocupaciones sobre Amdrica y sobre ella escribe. No se va a otros mundos,se queda en el suyo dilucidando sus problemas centrales. Ello le permiti6,entre otras cosas, plantearlos perspicazmente y bosquejar soluciones vili-das. Asi, dandose cuenta de la carencia de una literatura que sea expresi6nde la esencia del continente hispano, explica a que se debe esa inexisten-cia al sefialar que no <<hay letras, que son expresi6n, hasta que no hayesencia que expresar en ellas. Ni habra literatura hispanoamericana hastaque no haya Hispanoamdrica . Un hombre que tanto luch6 por la Ame-rica, que tanto sufri6 por ella y que tanto la comprendi6, deberia teneruna consideraci6n especial en cada uno de nuestros paises. Pero no ocurreasi. Al respecto, Manuel Pedro Gonzalez precisa que no <<se lee muchoa Marti en America, aunque a diario se le invoque. Con Marti esta ocu-rriendo en Amdrica lo que con Dante, Cervantes o Shakespeare: se lenombra y cita 'de oidas' y por referencias de segunda o tercera mano,sin leerlo ni meditarlo>> .

Su poder de andlisis y su inquietud intelectual lo Ilevaron a emitirjuicios sobre una de las actividades a la que dedic6 gran parte de lo mdsnoble de su esfuerzo creador: la poesia. Marti sentia profundamente cadauno de sus quehaceres; de alli su dedicaci6n a ellos, que 1lega a tener sumaxima expresi6n en su total entrega al de luchador politico, el cual loconducira tempranamente a la muerte. Esa dedicaci6n le hace razonar,enjuiciar, criticar los aspectos inherentes a la poesia y a proponerle cami-nos nuevos y validos, acordes con la naturaleza de los tiempos que seviven. Juan Marinello, al referirse a esta preocupaci6n de Marti, apuntaque <<no es infrecuente que un poeta discurra sobre la poesia, pero noexiste caso en que tal menester sea tan insistente y reiterado como en elde Jos6 Marti>, y afiade que <<escritor alguno destin6 tantos poemas adecir sus criterios sobre la poesia, el poeta, el verso y su verso. Mas deveinte poemas de su madurez cumplen este prop6sito '. Marti expone suteoria po6tica en verso en Versos libres (1913) y en Flores del destierro(1929). Estos dos libros tienen un tono de confesi6n, de intimidad, porque

2 Jos6 Marti, Obras completas, XXI (La Habana: Editorial Nacional de Cuba,1965), 164. En adelante citaremos por esta edici6n, sefialando entre parentesis, allado de la cita, el volumen con nimero romano y la pagina con arabigo. Toda laedici6n es de 1963-1966.

Manuel Pedro Gonzilez, op. cit., 84.4Juan Marinello, Jose Marti, 2.a ed. (Madrid: Jicar, 1976), 67. Alli mismo sefiala

que la preocupaci6n de Marti por expresar su criterio sobre la poesia le viene delhecho de ser creador y critico a la vez.

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el hablante expresa sus sentimientos o lo que piensa sobre diversos aspec-tos del mundo que o10 rodea 5. Tambi6n expone Marti su concepci6n sobrela poesia en diversos escritos en prosa, pero sobre todo en sus <<Cuadernosde apuntes>> 6.

Su poetica esta arraigada en las necesidades mismas del pueblo que lainspira. Un hombre tan profundamente americanista tenia que exponeruna concepci6n poetica basada en la esencia del continente. De alli quepropusiera una poesia americanista; una poesia libre, acorde con la libertadque queria para su patria y para toda America; una poesia natural y llana,basada en las cosas naturales nuestras y que estuviese hecha para sercomprendida por el pueblo a que se dirige. Su conciencia americanista,que contrasta con la extranjerizante de muchos de sus contemporaneos,le hace emitir juicios severos contra los escritores que s6lo prestan aten-ci6n a la moda y modos foraneos, desatendiendo asi la originalidad, lasrealidades y caracteristicas propias de sus paises. Asi sostiene que la litera-tura o <<es cosa vacia de sentidos, o es la expresi6n del pueblo que lacrea; los que se limitan a copiar el espiritu de los poetas de allende, jnoven que con eso reconocen que no tienen patria ni espiritu propio...?>>(0. c., VII, 408). Para Marti, el pueblo es un elemento dclave en la ela-boraci6n po6tica y cuenta tanto como el poeta mismo, porque alli encuentradste la fuente de su inspiraci6n: <La poesia -afirma Marti- es a la vezobra del bardo y del pueblo que la inspira (...) La poesia es durablecuando es obra de todos. Tan autores son de ella los que la comprendencomo los que la hacen 7. Es dste un reconocimiento al pueblo como entey como elemento vital para la funci6n po6tica y una aseveraci6n relacio-nada con aquello de la colectivizaci6n del genio de que hablaba en <<Elpoema del Niagara>>. En varias oportunidades se dirige al pueblo parahablarle directamente. Asi, en <<Mi poesia apunta: <<Muy fiera y capri-chosa es la Poesia, / a decirselo vengo al pueblo honrado...> y <<... Digoal pueblo / que me tiene oprimido mi Poesia... 8. Quiere con ello Marti

SIvan A. Schulman dice de estos dos libros que ellos contienen expresiones <<an-gustiosas, atormentadas, a veces pesimistas...>. En <Introducci6n>, Jos6 Marti, Ver-sos libres (Barcelona: Labor, 1979), 15.

6 Los <<Cuadernos de apuntes> estin contenidos en el volumen XXI de sus Obrascompletas, edici6n sefialada,

7 Citado por Alfredo Roggiano, <Podtica y estilo de Jos6 Marti , Humanitas, Tu-cuman, niim, 2 (1953), 367.

Jos6 Marti, Obra literaria (Caracas: Biblioteca Ayacucho, 1978), 77 y 78. En losdemts poemas que citaremos slo aludiremos al titulo de los mismos como referen-cia, sin dar nimero de pdgina. Salvo alguna indicaci6n especial, todos son de estaedici6n. Pertenecen ellos a los libros Versos libres y Flores del destierro. Cuando

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establecer un dialogo con el pueblo. Pero, ademis, en su misma poesiamanifiesta el compromiso adquirido con los desposeidos. Asi lo manifiestaen el poema III de Versos sencillos (1891): <<Con los pobres de la tierra /quiero yo mi suerte echar>>.

Su conciencia de lo americano lo ieva tambi6n al estudio de las raicesde nuestro arte, para enorgullecerse de ellas. Asi lo deja ver cuando sepregunta: <qValia mas lo que habia en America cuando expulsamos a losconquistadores que lo que habia cuando vinieron? En poesia, ,que ver-sos de la colonia valen lo que la inica oda, u odas, que se conocen deNetzahualc6yoti? En arquitectura, ,que pared de iglesia o celebrado fron-tispicio, ni aun el del churrigueresco Sagrario de M6xico, vale lo que unapared de Mitla, o la Casa del Gobernador?>> (0. c., XXI, 375). Contrastaesta actitud de un hombre que entiende que sin raices no hay esencia depueblo, y la de sus contemporaneos y antecesores, despreciadores de nues-tra America india. En esto, Marti es un adelantado a su tiempo, pues ess6lo con la revoluci6n mexicana cuando, como pueblo, y salvo raras ex-cepciones individuales, realmente comenzamos a tomar conciencia delvalor de lo indigena americano.

Su ideal de libertad no es puro ideal; constituye mis bien una actitudfrente a la vida y al arte. Viviri, pensara, actuari y moriri para y por lalibertad. Por ello, tambi6n desea la libertad para la poesia, que se traduceen creaci6n, en originalidad y en expresi6n de las necesidades del puebloque la engendra. La poesia natural que propone esta basada asimismo enlo americano, en la expresi6n y utilizaci6n de los elementos que componentoda la naturaleza americana y en la sencillez con que debe elaborarsepara que el mensaje llegue al pueblo y asi pueda 6ste disfrutarla .

Marti tuvo una vida de sacrificio y de austeridad, moldeada asi porsu doble empefio en sacrificarse por ideales superiores. Ello lo llev6 a dis-tanciarse de lo material y vano, para consustanciarse con lo espiritual ytrascendente. Por ello proclama la necesidad de la poesia para los pueblos,anteponiendola a lo material-productivo. Asi dice que <<la poesia, quecongrega o disgrega, que fortifica o angustia, que apuntala o derriba lasalmas, que da o quita a los hombres la fe y el aliento, es mis necesariaa los pueblos que la industria misma, pues 6sta les proporciona el modo

alguno sea de Versos sencillos, tambien de esta edici6n, la indicaremos en el textamismo.

SAlfredo Roggiano sefiala que naturalidad y libertad constituyen el centro de lapoesia de Marti. Lo natural, dado por la espontaneidad, la sencillez, la claridad y lasinceridad. La libertad, por ser causa de la originalidad y trascendencia de la obra.Op. cit., 356. Define, asimismo, la po6tica martiana como <<la poetica del hombre,la potica de la vida y la potica de la libertad, que es la poesia misma . Ibid., 354.

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de subsistir, mientras que aqu6lla les da el deseo y la fuerza de la vida>> 1OSin embargo, parece contradecir esta idea con lo que afirma en otra parte,cuando apunta que <la poesia es lo vago; es mas bello lo que de ella seaspira que lo que ella es en si> (0. c., VI, 372). Linda B. Klein se acogea esta segunda idea al sefialar que es en la prosa donde Marti ve utilidady que el verso en muy pocas ocasiones sirve para transmitir el mensajehasta donde 61 quiere .

Un luchador como Marti tenia que buscar y encontrar instrumentos delucha contundentes e inmediatos. Eso es lo que 61 halla en la prosa: unaherramienta efectiva para la lucha, un arma que le permite combatir coneficacia. A trav6s de ella puede hacer ilegar sus valiosas ideas hasta luga-res y mentes no accesibles a la poesia. La prosa, pues, le da una trincheradesde donde puede luchar para tratar de mejorar las condiciones de suAmerica. Pero, aun cuando a traves de ella libra su combate ideol6gico,no es nada panfletaria ni anodina. Es mas bien profunda, bella y renova-dora 1". Desde muy temprano se hace Marti un verdadero maestro en eldominio del arte de escribir. Para 1881-1882, Marti, como bien lo apuntaManuel Pedro Gonzalez, ya habia logrado plenamente <<su gran prosacaudalosa y ritmica, su inigualado cromatismo y vigor descriptivo, suriqueza l6xica y su arte de la composici6n> 13. Esas cualidades expresivasy la hondura de sus juicios lo convirtieron en uno de nuestros grandespensadores de todos los tiempos. Asi, entre otras cosas, lleg6 a plantearseel problema del mal que aqueja a la America y, de manera muy acertadao si se quiere cientifica, descubri6 la raiz del mismo. Para ello desech6 lastesis comunes en su tiempo, y aun posteriores a 61, del determinismo geo-grafico como el causante del atraso y de la barbarie americana, y la deque el indio, por una supuesta incapacidad para el trabajo duro, era elculpable de la ociosidad e incapacidad del criollo 14". Al efecto, precisa

1° Citado por Juan Marinello, op. cit., 68.11 Linda B. Klein, <<Marti y la creaci6n literaria>, La Torre, Puerto Rico, nime-

ros 75-76 (1972), 41.12 Manuel Pedro Gonzilez sefiala que por la brecha que Marti «<abri6 en la prosa

desvaida, apelmazada, rutinaria, incolora y anemica de valores po6ticos que porentonces se estilaba en Espafia y America entr6 la renovaci6n modernista por elpropugnada, tesoneramente predicada con volici6n novadora, y hasta documentadaen la mas copiosa y fecunda teoria de la prosa que ningin escritor hispano hayajamis escrito>>. Op. cit., 91.

13 Manuel Pedro Gonzalez, <Marti, creador de la gran prosa modernista>>, Marti,Dario y el modernismo, 163.

14 Uno de los miximos exponentes de estas tesis fue Domingo F. Sarmiento (1811-1888) en Facundo (1845), quien, junto con Esteban Echeverria (1805-1851) y JoseVictorino Lastarria (1817-1888), repudiaban lo aut6ctono, pues lo consideraban comoun obsticulo para la integraci6n social y para el progreso americano.

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que el mal de America no proviene de la geografia ni del indio, sino quetiene su origen en el tipo de colonizaci6n que tuvimos y en la clase deconquistadores y colonizadores que nos sometieron. Asi, al establecer ladiferencia bsica entre los dos modelos de actuaci6n inglesa y espafiolaen nuestro continente, afirma que <<del arado naci6 la Amdrica del Norte,y la Espaiiola, del perro de presa>>. Y afiade que a la del Sur venian losbarcos Ilenos <<de caballeros de media loriga, de segundones desheredados,de alfereces rebeldes, de licenciados y cl6rigos hambrones>> 15. Esos fueronlos 'perros de presa'. Esta es la primera vez que alguien descubre, y demodo tan irrefutable, de d6nde emanan nuestras deficiencias como pueblo.

Entre la prosa y el verso, Marti establece diferencias en cuanto al do-minio que se tenga sobre ellos. Con ambos trabaj6 y a ambos conoci6 muybien. Para 61, la poesia es de ripido acceso y de ficil practica, mientrasque la prosa requiere mayor esfuerzo y madurez del escritor. Por ellosostiene que <la prosa tiene alas de hierro, y tarda en venir. La poesiatiene alas de mariposa, y viene pronto>> (0. c., XXI, 211) 16. Marti sabiaperfectamente que con ellas se logran efectos diferentes y sabia tambiencuindo se deben utilizar para lograr los efectos propuestos. Asi sefialaque <la poesia es la lengua de lo subjetivo permanente. -Dolor o amorconsignado en prosa- ivuela! -En verso sincero y sobrio, iqueda!->>(0. c., XXI, 222). Agrega, ademis, que <<no debe expresarse en poesiasino lo muy profundo, lo muy amargo, lo muy delicado, lo muy tierno.Hacer el lenguaje po6tico vehiculo de toda nimiedad: poner en rimafrases que estan en su punto en carta amorosa o articulo de prensa- valetanto como obligar a elegantisima y cultisima dama a trabajos de antesalay de cocina. Respetarla es preciso -no profanarla>> (0. c., XXI, 331).

Marti es un hombre vertical, que trasluce sus ideas y su conducta encada una de las actividades que realiza. Su critica literaria y artistica, porejemplo, esta moldeada con las mismas caracteristicas que aparecen ensus otros escritos. En ella vuelven a revelarse, como bien lo apunta Jou-bert Douge, <<el mismo don de observaci6n y de penetraci6n psicol6gica,la misma profundidad, la misma elevaci6n de pensamiento, el mismo po-der de sintesis y el mismo sentido de o10 universal>> 17. Si predica que sedebe hacer una poesia nueva, libre, natural y para el pueblo, no se con-

15 Jos6 Marti, <<Madre America>, Nuestra America, 22.16 Angel Rama estima que en Marti, al reconocer 6ste la desaparici6n del piblico

lector de poesia, ella <<deviene una relaci6n privada, mientras que el articulo o elensayo asumen la funci6n piblica de lo literario...>. En <<La dialectica de la moder-nidad en Jose Marti , Estudios martianos (Puerto Rico: Universitaria, 1974), 173.

17 Joubert Douge, <Jos6 Marti, critico literario , Memoria del Congreso de Escri-tores Martianos, La Habana (1953), 691.

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tentar s6lo con haberlo dicho, sino que 61 mismo lo llevard a la pricticay hara una poesia que reina esos requisitos. En <<El poema del Niagara>habla de las caracteristicas de esa poesia nueva, producto de los tiemposnuevos. Dice que los tiempos tumultuosos que corren y la ausencia deobjetos dignos de ser cantados hace que los poetas vuelvan los ojos sobresi mismos, <de aqui esa nueva poesia atormentada y dolorosa; de aqui esapoesia intima, confidencial y personal, necesaria consecuencia de los tiem-pos, ingenua y titil...> 18. Asi mismo es su poesia. Son muchas las vecesque en sus versos hay expresi6n de dolor y de tormento, como veremosdespues. Versos libres y Flores del destierro nacen casualmente del dolor.Estos libros tienen un tono intimo, personal y confidencial, porque elpoeta expresa lo que siente sobre el mundo que lo rodea. Ademis, todala poesia de Marti es muy personal. Por toda ella se siente con fuerza lapresencia del 'yo'. Los Versos sencillos comienzan con <<Yo soy un hombresincero>>. En todas las estrofas de ese poema, salvo una sola, esti presenteel yo, bien explicito con el pronombre personal o bien implicitamentecon la primera persona del verbo mencionado. El poema II de ese mismolibro tiene todas las estrofas encabezadas por un 'yo se'. Emir RodriguezMonegal habla sobre este aspecto de la poesia de Marti y afirma que elexamen de su poesia <<permite comprobar la existencia de un poeta queen su madurez no es ni postromintico ni premodernista: es 61 mismo. Esun poeta de voz propia en que se funden acentos escuchados y ritmosineditos para crear no un superficial contrapunto, sino una nueva melodia,iinica e irrepetible. Es un poeta que saca su pioesia de si mismo, queposee un mundo (visible e invisible) nitidamente delimitado y un versoque t6cnicamente es suyo>> 19. Por todas esas caracteristicas, su poesia esnueva. Pero es nueva adems porque es una poesia corta, que deja a unlado las tradicionales y largas narraciones po6ticas 20<<Acadmica>, el primer poema de Versos libres, es un lamado a lalibertad de la poesia. El hablante, utilizando la imagen de un caballo, quees la poesia, le habla y le dice que quieren someterla, amoldarla a canonesviejos. Luego la incita a sacudirse el lastre tradicional ya que eche arodar por el mundo nuevo, adaptindose a 61. El mismo titulo del libroexpresa el concepto de libertad, asi como tambi6n la falta de rima.

18 Nuestra America, 302.19 Emir Rodriguez Monegal, <<La poesia de Marti y el modernismo>>, Ntimero,

Montevideo, num. 5 (1953), 65.2 Angel Rama asi lo explica cuando precisa que <<Marti vio nitidamente que se

habia concluido el ciclo del poema narrativo que sobrenad6 la 6poca romantica...La modernidad destruye la posibilidad de un discurso extenso y sistemtico... . Enop. cit., 177.

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Marti predica la poesia natural, lana y sincera. El se da cuenta quela poesia debe cambiar y andar a la par con los tiempos. La poesia nopuede rezagarse ni aislarse, debe avanzar. El encuentra que los nuevostiempos piden una poesia cuyo asunto sea el sentimiento intimo por unlado y, por el otro, la naturaleza. En <El poema del Niagara>> dice que <<lavida personal dudadora, alarmada, preguntadora, inquieta, luzbelica; lavida intima febril, no bien enquiciada, pujante, clamorosa, ha venido aser el asunto principal y, con la naturaleza, el inico asunto legitimo de lapoesia moderna>> 21. Ms adelante agrega: <El poema esta en el hombre...iEl poema esti en la naturaleza, madre de senos pr6vidos, esposa quejamis desama, oraculo que siempre responde, poeta de mil lenguas, magaque hace entender lo que no dice, consoladora que fortifica y embalsa-ma!> . Pero no s6lo predica, como dijimos antes, sino que 61 mismo hardese tipo de poesia cantindole a la naturaleza y empleando elementospropios de ella. En <<Contra el verso ret6rico...>> dice:

Contra el verso ret6rico y ornadoel verso natural. Aci un torrente:aquf una piedra seca. Alli un doradopjaro, que en las ramas verdes brilla,como una maraiuela entre esmeraldasaca la huella f6tida y viscosade un gusano: los ojos, dos burbujas

Como podemos ver, utiliza palabras que nominan objetos propios de lanaturaleza: 'torrente, piedra, pdjaro, ramas, marafia, esmeralda, huella,gusano, ojos, burbujas', y asi sigue por todo el poema. Los adjetivos, ade-mis, denotan cualidades propias de esos objetos naturales. En <<Estrofanueva>> no s6lo canta a la naturaleza, sino que se vale, sobre todo al prin-cipio, de seres y objetos, los mas comunes y los mas propios del pueblo,tales como 'obrero tiznado, enfermiza mujer, sol, miembros, taller, saya,manos, nifios, miedo, ventisca, soldado, arma, hombro, libros, escuela, re-baijo, hombres...' Asevera, en el mismo poema, que la naturaleza, la vida,los hombres «poesia son y estrofa alada, y grito / que ni en tercetos ni enoctava estrecha / ni en remilgados serventesios caben>. No, no caben encinones estrechos y anacr6nicos de la vieja poesia.

La naturaleza, o los elementos que la forman, le sirven a Marti, ade-mas, para hacer comparaciones y, a partir de ellas, dejar bien clara la

21 Nuestra America, 306.22 Ibid., 307.

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idea que quiere expresar. La comparaci6n hecha con elementos naturaleslogra que la idea se haga mis comprensible para el pueblo, que le leguemis directamente. Asi, compara la poesia con un caballo, como ya vimos,en <Acad6mica ; el verso viejo, con tronco seco, y los instrumentos mo-dernos del nuevo verso, con ramaje suelto y denso, en <<Estrofa nueva>>.En <<Poeta>> tambien se puede apreciar el mismo caso:

Como nacen las palmas en la arenay la rosa en la orilla al mar salobre,asi de mi dolor mis versos surgenconvulsos, encendidos, perfumados.

Pero es conveniente seiialar que Marti se opuso al naturalismo comoescuela, como arte, porque lo consideraba carente de imaginaci6n y porser copia de s6lo los aspectos feos de la naturaleza, de la vida (0. c., XXII,71). Como bien se sabe, el humanismo, de tan vasta tradici6n en la Ame-rica Latina, rechaz6 el naturalismo porque 6ste vefa al hombre parcial-mente, puesto que s61o representaba sus matices mis negativos. El huma-nismo, por el contrario, lo trataba en todos sus procesos culturales. Ade-mis, advers6 el concepto materialista y determinista del hombre en quese basaba el naturalismo '. Marti, por su extraordinaria conciencia dehumanista, tenia que ser antag6nico a esta corriente, a la cual oponesu concepci6n de la poesia cuando apunta que dsta <<no es mas quela expresi6n simb6lica de los aspectos bellos de la naturaleza> (0. c.,XXII, 96).

Marti considera tambien que la ciudad es contraria a la poesia. En laciudad hay mucha artificialidad y mucha superficialidad. Asimismo puedeser la que en ella se haga y la que a ella cante ". En <<Mi poesia anotaque <<cuando va a la ciudad, mi Poesia / me vuelve herida toda...>>; en-vejecida, vejada, manchada, decaida, <<asi de la ciudad me vuelve siem-

23 Aida Apter Cragnolino, al hablar del personaje central de Sin rumbo (1885),una de las maximas exponentes del naturalismo en America, enfoca el concepto ma-terialista-determinista de ese tipo de novela cuando sefiala que Andr6s cree <<en elcaracter bestial de lo humano, en la imposibilidad de que el hombre pueda accederal conocimiento de la verdad. Andres sabe que la vida no tiene sentido, que el hom-bre no es duefio de su destino . En <Naturalismo y decadencia en Sin rumbo deEugenio Cambaceres>, Revista de Critica Literaria Latinoamericana, Lima, nim. 26(1987), 59.

24 Esta opini6n es semejante a la expuesta por Andr6s Bello (1781-1865) con res-pecto a la ciudad, quien, en su silva <A la agricultura de la zona t6rrida (1826), laconsideraba como la engendradora del vicio, del ocio, de la hipocresia, de la maldad.Antitetica, en cambio, es la visi6n de Domingo F. Sarmiento, para quien la ciudades el progreso, la cultura, la civilizaci6n, como lo manifiesta en el cap. I de Facundo.

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pre: / mas con el aire de los campos cura>>. Y en <<Envilece, devora> esmas categ6rico ain:

Envilece, devora, enferma, embriagala vida de la ciudad: se come el ruido,como un corcel la yerba, la poesia.

Por eso en el poema III de Versos sencillos, <<Odio la mascara y el vicio>>,precisa que el monte, la sierra, el bosque, la montafia son mis valiosospara 61 que el oro, que la ciudad.

Ese gusto por lo natural se traduce en una poesia 1lana, no afectadani ret6rica. Marti ama la sencillez. Asi lo confiesa cuando explica en elPrologo por qu6 imprime sus Versos sencillos: <<Se imprimen... porqueamo la sencillez y creo en la necesidad de poner el sentimiento en formasIlanas y sinceras>>. La declaraci6n de sinceridad, ademis, resuena por mu-chas partes de sus versos, sobre todo en el libro antes mencionado: <<Yosoy iun hombre sincero>>, apunta en el poema I; y en el V: <<Mi verso alvaliente agrada: / mi verso, breve y sincero>>.

Unida a la naturalidad esta la tan desarrollada conciencia social mar-diana, la cual se manifiesta, como ya vimos, en su constante preocupaci6npor los problemas de su America. Deseaba que la sociedad hispanoameri-cana saliera del marasmo de inercia, improductividad e ignorancia en queestaba -y aun esta- desde los tiempos en que la bota del conquistadorarras6 a las culturas aut6ctonas. Luch6 y muri6 por ese deseo. Toda acti-vidad que desarrollaba la hacia por el bien social. La literatura, piensa,debia encaminarse tambien hacia ese fin. Asi sostiene que <<no se ha deescribir para muestra de si y abanicar como el pav6n la enorme cola, sinopara el bien del pr6jimo...> (0. c., X, 135). Angel Rama sejiala que Marti<teoriza a la literatura como el mas fiel sism6grafo de la sociedad; anclasus principios y sus esteticas al servicio de esa sociedad en los niveles aque ella haya alcanzado y concluye transfiriendo el problema de la crea-ci6n literaria al problema de la creaci6n social>> . Para Marti, la obrade arte sera duradera si se hace sobre el conocimiento y la captaci6n delos problemas y rumbos de la sociedad. La poesia, la obra de arte en gene-ral, debia tener una clara funci6n social y caminar de acuerdo a la socie-dad. Muchas veces debia marcarle caminos, abrirle rumbos. Por ello nosdice Alfredo Roggiano, refiri6ndose a la poesia de Marti, 6sta <<es algomas que belleza y palabra: es el acto social por excelencia, por el cual lahumanidad logra el estado mas cercano de la perfecci6n> 26. Seglin el

SAngel Rama, op. cit., 139.26 Alfredo Roggiano, op. cit., 368.

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Ap6stol, el tema social debia ser el tema primero de la poesia. Ella debecantar a los tiempos que transcurren, a los hechos que a diario acaecen.<<En nuestra poesia -dice Marti-, no teniendo ain alcance determinadoel pensamiento religioso ni el politico, y entorpecido y azorado el pensa-miento moral; -no pudiendo sacrificar en altares conocidos; -sacrifi-quemos en uno que jamis perece, porque lo vamos haciendo nosotrosmismos, con nuestros cuerpos y con nuestros dolores; -el de la historia.Salvemos nuestro tiempo; grab6moslo; cant6moslo; heroico, miserable,glorioso, rafagoso, confundido. Hagamos la historia de nosotros mismos,mirindonos en el alma; y la de los demis, vi6ndonos en sus hechos>> (0. c.,XXI, 226). Por toda su poesia se ve el canto a los hechos de su tiempo.

Los versos que han de reflejar el momento hist6rico han de ser, porsu mismo objeto, fuertes, vigorosos, briosos, energicos, para que sean du-raderos y asi puedan leer en ellos las generaciones futuras. Marti consideraque una poesia d6bil, sensiblera, femenil no se corresponde con la 6poca,Por eso es rotundo al afirmar: <<No quiero, para la poesia, la lengua d6bilde S6neca, -ni aquella floja, sobrada, vacilante, copiosa, exuberante:-de Lucano. -PlIceme, como en Sondraka, la abundancia legitima:-y, de no haberla, por las condiciones Asperas de la naturaleza en quese cria, plaiceme la rugosa y troncal lengua del G6nesis...>> (0. c., XXI,214). En el poema <Dos patrias>>, para no citar los muchos ejemplos quehay en la poesia de Marti, podemos ver este tipo de verso en los que sesiente el tono elevado de la concepci6n. Son versos prof ticos, que seharan historia. Alli Marti canta la entrega de su vida a la patria:

Dos patrias tengo yo: Cuba y la noche.,O son una las dos? No bien retira

su majestad el sol, con largos velosy un clavel en la mano, silenciosaCuba cual viuda triste me aparece.iYo s6 cuil es ese clavel sangrientoque en la mano le tiembla! Esta vaciomi pecho, destrozado esta y vacioen donde estaba el coraz6n. Ya es horade empezar a morir. La noche es buenapara decir adi6s.......... ............ Muda, rompiendo

las hojas del clavel................

Cuba, al deshojar el clavel, que es el coraz6n del hablante, le esta quitan-do la vida, como en efecto sucedi6.

Versos de esa elevaci6n, de esa firmeza, de esa grandeza en la concep-

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ci6n no son hechos para la superficie. No, ellos son versos de altura y delas alturas. En una bella imagen lo refleja Marti en su poema <Crin hir-suta>>:

,Que como crin hirsuta de espantadocaballo que en los troncos secos miragarra y dientes de tremendo lobo,mi destrozado verso se levanta?...Si, pero ise levanta! A la manera,como cuando el puial se hunde en el cuellode la res, sube al cielo hilo de sangre.S610 el amor engendra melodias.

Llama la atenci6n en estos dos poemas antes citados la imagen de sa-crificio, que contrasta con la del amor, implicita en el primero y explicitaen el segundo. Amor a cosas grandiosas, no a mujer amada. El amor exigesacrificios y genera poesia. Justificando -digamos asi- la concepci6nelevada de la poesia, Marti sefiala que <<el verso no ha de andar por tierra,como la hormiga, sino por sobre ella, como las aves. El verso ha de ir can-tando, saltando, rebotando, como cascada de aguas lujosas sobre las pie-dras del abismo>> (0. c., XXI, 253).

Tambi6n llama la atenci6n que Marti, un hombre tan trabajador, tanbatallador, tan sereno, tan equilibrado, diera tanto valor a la inspiraci6n,a la emoci6n en la creaci6n artistica. El creia que la poesia debia ser s61oobra de la inspiraci6n. Lo contrario, 'el laboreo' -como 61 lo llama-,el trabajo met6dico, hace desquiciar y envilecer a la poesia. «Imigenesgeniales, espontineas y grandes -sostiene-, no vienen del laboreo pe-noso de la mente, sino de su propia voluntad e instinto. La poesia no hade perseguirse. Ella ha de perseguir al poeta. No es dama de alquiler,quien se ensefia, como a interes que vuelve en gracias el afin con que sela corteja y la suma con que se la paga>> (0. c., XXI, 168). Y en <<Lapoesia es sagrada>> apunta: <<... Ni nadie / como a esclava infeliz que elIlanto enjuga / para acudir a su inclemente duefia, / la lame a voluntad:que vendri entonces / pilida y sin amor, como una esclava 27. Marti erapartidario de que se debe pulir el verso, pero no una vez que ya esta fuerade la mente, que ya esta en el papel, sino dentro de ella. En <<El poemadel Niagara>> precisa que <<pulir es bueno, mas dentro de la mente y antesde sacar el verso al labio. El verso hierve en la mente, como en la cubael mosto. Mas ni el vino mejora, luego de hecho, por afiadirle alcoholes

27 Jos6 Marti, Versos libres, 120 (ed. cit. en nota 5). Juan Marinello afirma quepara Marti la emoci6n es <<madre legitima de la poesia . Op. cit., 69.

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y taninos; ni se aquilata el verso, luego de nacido, por engalanarlo conaditamentos y aderezos. Ha de ser hecho de una pieza y de una sola ins-piraci6n...>> . Pero no s610o el verso ha de ser obra de ella, sino que lasmejores ideas, aquellas que se plasman en prosa, tambi6n han de provenirdel numen: <No brotan las mejores ideas de la meditaci6n, sino de laimprovisaci6n. Surgen las ideas en la conversaci6n de una manera im-prevista y espontinea, involuntariamente, pujantemente. No vienen a re-molque de nuestra voluntad, sino que brillan de suibito a nuestros ojosasombrados...>> (0. c., XXII, 311) 29". En esto, Marti se acoge, en parte,al legado del romanticismo, movimiento en el que las musas ejercian unpapel determinante en la creaci6n literaria 30. Como creador, aparte de losefialado, tuvo diferencias notables con los romanticos, como o10 sefialaGonzalez; pero tambien tuvo diferencias con los mismos modernistas,pues, como sostiene E. Anderson Imbert, Marti <<no fue un esteticista. (...)Escribir era para 61 un modo de servir. Celebraba las letras por sus vir-tudes practicas: la sinceridad con que desahogaban las emociones gene-rosas del hombre, la utilidad con que ayudaban a mejorar la sociedad, elpatriotismo con que plasmaban una conciencia criolla>> 31.

Anteriormente dijimos que en la poesia de Marti hay frecuentes ex-presiones de dolor, y vefamos c6mo del dolor nace la poesia. Asi lo diceen los primeros versos de <<Poeta , ya citados. En el Pr6logo de Versoslibres confiesa que sus versos son tajos dolorosos de sus propias entrafias:<Ninguno me ha salido recalentado, artificioso, recompuesto, de la mente;sino como las ligrimas salen de los ojos y la sangre sale a borbotones de

28 Nuestra America, 310.29 NO hay contradicci6n alguna en Marti entre la noci6n de la inspiraci6n y la

de la practica o ejercicio del arte literario. Una cosa es que el verso y las ideas bro-ten espontdneamente y otra es la producci6n misma de la obra de arte. Al respecto,Angel Rama apunta que <<real, visual, directo fueron las normas de su psicologia delarte, pero ellas se completaban con el esmero y la puleritud de la realizaci6n queempieza a merodear la palabra tecnica>>. En op. cit., 184.

30 Manuel Pedro Gonzilez observa que Marti, <<en su dimensi6n humana, en susideales y en su funci6n politica es un romdntico de altisima calidad, el mis excelsoque se descubre en el ambito de la cultura hispnica. Pero en cuanto escritor y poeta,repudi6 la ret6rica romntica, y todo el arsenal de fantasmagoria y estulticia ampu-losa y palabrera que dicha escuela acumu16>. En <<En torno a la iniciaci6n del mo-dernismo , Estudios criticos sobre el modernismo (Madrid: Gredos, 1974), 223.

31 E. Anderson Imbert, Historia de la literatura hispanoamericana, 2.a ed. (M6xi-co: Fondo de Cultura Econ6mica, 1957), 257. Frangoise Perus anota que Marti sediferenciaba de los modernistas en que tenia una <<concepci6n distinta de la reali-dad; concepci6n diferente de la literatura; concepci6n tambien distinta de la fun-ci6n del lenguaje; actitud diferente ante la prosa y el periodismo...>. En Literaturcay sociedad en America Latina, 3.a ed. (M6xico: Siglo Veintiuno, 1980), 95.

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la herida. (...) Van escritos no en tinta de academia, sino en mi propiasangre.> En el poema <<Marzo afirma que <<de la desdicha / mAs que dela ventura nace el verso>>. Esa gran capacidad de sacrificio que tenia Martiy ese profundo sentimiento de dolor que lo embargaba encuentran unavia de escape en la poesia. Ella le sirve de confesi6n y tal vez de catarsis.Marti sufria por lo personal y por el mundo por el que luchaba. Su des-afortunada vida amorosa, la separaci6n de su hijo, la falta de comprensi6nde su esposa, las tribulaciones diarias para conseguir el sustento y lonecesario para librar la lucha en que estaba empeiiado, son desgarronespersonales que, por supuesto, le producen dolor. La patria sujeta y envi-lecida por un colonialismo ya decrepito; el posible zarpazo del imperia-lismo vecino y pujante; las p6simas condiciones de la America; el mundomismo de su tiempo, que estaba dejando la tranquilidad y la estaticidadde siglos para volverse cambiante, inquietante y veloz, son dentelladasprofundas en su espiritu. Todo ese pesar lo refleja Marti en su poesia y,asi, construye una bella imagen de ella como fruto del dolor del parto:<<La poesia es un dolor. Desgarra el pensamiento, las entraias del poeta,como desgarra el hijo las entrafias de la madre 32. Todas esas manifesta-ciones de martirio son las que tal vez hacen que Marti presintiera lacercania de su muerte. En <<Canto de otoiio la ve y parece amarla:

Bien; 1ya lo se! La Muerte esti sentadaa mis umbrales: cautelosa viene,

.................. iMujer mas bellano hay que la Muerte! iPor un beso suyobosques espesos de laureles varios,y las adelfas del amor, y el gozode remembrarme mis nifieces diera!

Otra de las preocupaciones martianas es la conceptualizaci6n de lasideas, a las que concedia mucha importancia, como corresponde a unhombre que vivia credndolas y sembrdndolas. Su lucha politica y su en-trega activa a las mejores causas del continente lo Ilevaron a rendirle cultoa la expresi6n certera de las ideas antes que a cualquier otro efecto. Dealli que considerara: <<bella es la forma, en verdad; pero cuando estd enpugna con la idea deberia preferirse la idea>> (0. c., XV, 30), y afiade que<<el lenguaje es humo cuando no sirve de vestido al sentimiento generosoo a la idea eterna> (0. c., XVIII, 177). Para e1, pues, la lengua es vanacuando no sirve de vehiculo a algin mensaje. En ello esta encerrado un

32 Citado por Alfredo Roggiano, op. cit., 358.

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claro precepto de utilidad de las letras. Recordemos que su funci6n lite-raria -asi lo predicaba y asi lo practicaba- buscaba el bien del pr6jimo,el bien social, como ya dijimos. El arte puro seria lo contrario a esta con-cepci6n martiana. Por eso Marti condena el puro culto a la forma cuandoexpresa que <Narciso no se ha de ser en las letras, sino misionero. Nose ha de escribir para hacer muestra de si, y abanicar como el pav6n laenorme cola, sino para el bien del pr6jimo... (0. c., X, 134-135).

El manejo de la lengua es otro aspecto prioritario en la po6tica deMarti. Exigente como lo fue en todas sus actividades, tambien tenia queserlo con el vehiculo de expresi6n de las ideas. El escritor debia trabajar,cincelar la lengua con esmero y con carifio. Y ella deberia estar dominadapor el pensamiento. Para 61, escribir es <<hacer llorar, sollozar, increpar,castigar, crujir la lengua, domada por el pensamiento, como la silla cuan-do la monta el jinete>> (0. c., XXII, 102) ". El escritor, ademis, debeutilizar la lengua con precisi6n, debe ser concreto para que la idea no sepierda en medio de palabreria hueca. Debe ser tambien exacto en la uti-lizaci6n de su lenguaje. El escritor <<ha de ser matematico, geom6trico,escult6rico. La idea ha de encajar exactamente en la frase, tan exacta-mente que no pueda quitarse nada de la frase sin quitar eso mismo de laidea>> (0. c., XXI, 255).

Hoy se da por sentado que el lenguaje es el instrumento del desarrollode la mente. A travs de 1, los psic6logos miden la capacidad mental delindividuo. Es asi porque la mente trabaja con palabras, no con imagenes.Si no le proporcionamos los recursos con que ella funciona, que son laspalabras, que es el lenguaje, haremos de la mente un ente torpe e infe-cundo. Al contrario, si ampliamos nuestro lxico y si empleamos el len-guaje con la intensidad debida haremos que la mente funcione y que pro-duzca ideas, esto es, la haremos fecundar. Marti pensaba igual a lo quese piensa hoy dia con respecto al lenguaje y a la mente, con lo cual semostr6 bastante adelantado a su 6poca. En ese entonces, y mucho antesy mucho despues, se crey6 que la palabra, que la poesia y que todas lasfacultades eran dones innatos. Marti no lo creia asi. Pensaba que todo eraproducto del trabajo creador y que la mente se robustecia con el uso dellenguaje. Al respecto, apunta que no <<hay nada mejor para agrandar yrobustecer la mente que el estudio esmerado y la aplicaci6n oportuna dellenguaje>> (0. c., XXI, 167).

Opina tambien Marti que en el lenguaje hay plasticidad: <<Hay algo

33 Linda B. Klein sefiala que Marti <<concede mayor importancia al pensamiento,y no s6lo como base de la expresi6n, sino tambi6n como origen de la perfecci6nartistica>. Op. cit., 43.

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plastico en el lenguaje... En todo gran escritor hay un gran pintor, ungran escultor y un gran misico (0. c., XXII, 69). Asi mismo operaba 61como escitor y asi lo ponia en prdctica en su poesia. En el poema X deVersos sencillos (<<La bailarina espafiola ) se puede apreciar la plasticidadde su verso. Alli se siente la sensaci6n de movimiento creada por el usade muchos versos de accidn rpida en todo el poema. Hay una estrofaque es puro movimiento, en la que se ve a la bailarina en acci6n:

Alza, retando, la frente;crtizase al hombro la manta;en arco el brazo levanta:mueve despacio el pie ardiente.

En la estrofa que le sigue se puede oir el taconeo de la bailarina a trav6sdel sonido 'ta':

Repica con los taconesel tablado zalamera,como si la tabla fueratablado de corazones.

Los sonidos 'bla, la' ayudan a mantener esa sensaci6n de ruido. Otraestrofa muy plstica es la que habla del onduleo del cuerpo de la bai-larina:

El cuerpo cede y ondea;la boca abierta provoca;es una rosa la boca:lentamente taconea.

El primer verso transmite la sensaci6n de un largo onduleo a traves de laprofusi6n de vocales abiertas, las cuales predominan en toda la estrofa.

Conviene destacar que la poesia de Marti es sustantiva, lo cual secorresponde con su deseo de <<desembarazar del lenguaje initil la poesia(0. c., XXI, 220), y con su anhelo de lograr una que fuese natural, vigo-rosa y clara. En sus versos, el sustantivo se impone, resalta por sobre eladjetivo remoldn. En esto, la poesia martiana vuelve a acercarse a las raicesde nuestra cultura ancestral, pues en ello es similar a la poesia nahuatl,que tambi6n es bastante nominal. De alli la precisi6n, la brevedad y lariqueza interior que adorna a la lirica de los aztecas. Cualquier poema,previo a la Ilegada de las huestes de Cortis, puede ser mostrativo de estascualidades. En el poema de Marti <Yugo y estrella>>, por ejemplo, sepuede apreciar ese dominio del sustantivo en su verso:

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Cuando naci, sin sol, mi madre dijo:<<Flor de mi seno, Homagno generoso,de mi y de la Creaci6n suma y reflejo,pez que en ave y corcel y hombre se torna,mira estas dos, que con dolor te brindo,insignias de la vida: ve y escoge.Este, es un yugo: quien lo acepta, goza.

Por iltimo, conviene sefialar, con palabras de Alfredo Roggiano, que«la poctica y la prdctica de la poesia martiana siguen, podemos decir, uncurso completo, con una extraordinaria unidad. La poesia nace de la ins-piraci6n; la inspiraci6n es un acto libre; la libertad es la base de la crea-ci6n; 6sta es originalidad; la originalidad es autenticidad, sinceridad, hon-radez. Por tanto, la poesia es la religi6n de la libertad, y asi, la supremaguiadora de los pueblos> 34

34 Alfredo Roggiano, op. cit., 369.14

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