Coplanet Nº 33

19

description

Coplanet pretende ser una interacción entre seres humanos capaces de aportar, desde una visión actual y universal, propuestas culturales de índole científica, artística y espiritual; económica, política y educativa; ecológica, social y cultural.

Transcript of Coplanet Nº 33

Page 1: Coplanet Nº 33

Composici�n

Page 2: Coplanet Nº 33

Composici�n

Page 3: Coplanet Nº 33

1

Índice

Edita:RedGFU-EspañaC/ de la Cabeza, 15 2º izq.28012 MADRIDTel.: 91 528 49 54.

Dirección:Fernando Alarcón H.

Coordinación:Francisco PonceJoaquín Suárez V.

Consejo Editorial:Paloma Zamora, Jota Ka,Carlos Moises, Antonio Requena.

Administración y Publicidad:Joaquín Suárez - T.: 653 246 [email protected]

Redacción:Jota Ka

Diseño Gráfi co:www.saocomunicacion.com

Portada:Sao Comunicación s.l.

Imprime:Gráfi cas Andemi s.l.D.L.: M-9832-2004Impreso en papelEcológico libre de cloro

1

02 maestro josé marcelli06 8 aspectos de la fe budista10 mujeres y hombres más fácil de lo que parece14 el sentido fi losófi co de la tradición del pränäyäma19 comunicación y cambio climático20 todo menos el miedo22 :: hope :: esperanza23 soñar24 ser voluntario de una obra25 crónica de unos días de verano28 poema

“ El saber y la razón hablan,la ignorancia y el error gritan.”

Arturo Graf

Page 4: Coplanet Nº 33

3

Maestro

¿A qué se debe que haya tanto desamor e ingratitud hacia lo que nos rodea?.No hay desamor ni ingratitud con los que nos rodea. Lo que pasa es que confundimos el sen-timiento del amor con lo que nos gusta, con nuestras apetencias. Prácticamente, estamos muy solos, porque, cual más cual menos, los demás piensan igual que nosotros. Lo que de-bemos comenzar a pensar es que el Amor es la fuerza que nos da la unidad con la diversi-dad, el Universo. Que lo que une es verdad y lo que separa es mentira. Así lograremos recon-ciliarnos con la realidad de ser individuos y de participar en un conjunto de conciencias que colaboran para llegar a formar una conciencia Universal.

¿Realmente, Maestro, es posible “amar al amante de tu amada”?.Amar al amante de tu amada suena fuerte, pero iniciáticamen-te no lo es. Siempre hay dos aspectos para juzgar el Universo, lo que va “hacia abajo” y lo va “hacia arriba”. Lo que va hacia abajo es posesivo. Mientras más posea hacia abajo, más fuerte soy. Por eso, la brujería se asocia con Satán. Mientras más arri-ba apunte mi conciencia, más liberado estoy. Hacia arriba, todo es Uno; hacia abajo, somos muchos, es decir, somos Diversos. Ahí está uno de los grandes problemas que afrontan las mujeres Ini-ciadas. Ellas nacieron para el Amor, por eso son atractivas, tan-to es así que atraen al Verbo y lo hacen carne con su cuerpo. El hombre también es atraído por ellas y tiende a la fusión, a hacer uno sólo de entre dos, y se enfurece si hay más de dos en su re-lación. Entonces, a veces, busca la solución en relaciones sin ningún compromiso, en la prostitución.

Para un hombre Iniciado, su tendencia es la Unidad. Si apa-rece algún otro hombre, es un “yo mismo”, y sigue adelante. Sus instintos ya no lo dominan.

Maestro, ¿por qué el ser humano está diseñado para encontrar-se a sí mismo, en vez de nacer ya con su destino y su propósito?Nacer con un destino diseñado de antemano nos evitaría la oportunidad de conocer la realidad tal como es, es decir, nos evi-taría ser conscientes de ella y por lo tanto de sus posibilidades, estaríamos sujetos a cumplir un destino diseñado por otros, sin redención posible. En cada Ser Humano está presente la posibili-dad de la realización en el Ser.

¿Y aquél que no elige esa posibilidad, puede ser una persona fe-liz igualmente?¡Claro que si! Si se conforma con satisfacer su hambre además de alguna que otra cosita a su alcance, y eso lo hace feliz. Lleva una

vida como Humano, que no es poca cosa. Ahora, si se le ocurre valorar lo que ha conseguido y razonar por qué tiene menos que otros, ya es otra cosa. Se convierte en un infeliz, hasta que con-sigue Ser todo lo posible y encuentra plenitud en ser un Ser Hu-mano Total, eso sin contar que el hecho de ser simplemente feliz despierta la envidia de otras bestias y de Seres Humanos, que lo aprovechan para cubrir en parte de sus necesidades.

¿Cómo uno puede saber si está en un sendero espiritual y no es una evasión de su propia realidad?Si esta en el Sendero Espiritual, siente, valora, razona y todo lo vive como parte de sí mismo. Si se está evadiendo de su propia realidad, sueña y todo le responde como desea, sin que participe y lo sienta como suyo. El Sendero Espiritual es la síntesis de todo. Se represen-ta como una “X”, como es arriba es abajo y yo estoy en el centro de todo. Es una realización bastante signifi cativa y es la que abre las puestas del Ser, sin condicionamiento, la Iniciación en lo Sagrado.

¿Cuál es la actitud más apropiada ante el bhakti yoga y en qué se diferencia de la fe?En Yoga hay tantos sistemas como individuos la practican y se agru-pan en grupos afi nes. Pero, en general, buscan a Purusha, el ori-gen de todos los Seres, y se diferencian de los que buscan a Pakri-tri, que es lo material. De esto provienen las sectas de los Sudras, los materialistas; los Baysas, los comerciantes; los Sakyas, los gue-rreros, que son de casta superior y los Brahmanes que se suponen conectados con Purusha.

Básicamente se supone que los que tienen la Fe al estilo occi-dental son los creen en un solo Dios, que es el dueño de todo, y los que no creen en él no pertenecen al Pueblo Elegido y no tienen salvación. Un asunto que aprovechó Moisés para unir a su pueblo que es de origen Baysa.

Los que buscan a Purusha son los que buscan al ser único que se encuentra en todos los Seres que, fi nalmente, son un sólo Ser.

Recientemente Ud. ha dicho: “Somos materia viva, nos dirigimos hacia un Sol”. ¿Qué quiere decir con eso de que “nos dirigimos a un Sol”?

Mexicano de nacimiento, coplanetario de adopción, el Maestro Marcelli desde muy joven desarrolló una inclinación defi nida por los estudios fi losófi cos, la literatura y especialmente el arte y la estética. El hu-manismo trascendente que promueve, es resultado de su vivencia personal y de una visión del mundo plural, diversa y múltiple. En su juventud destacó como alpinista de alta montaña. En 1961 conoció a su Maestro, quien infl uiría notablemente en su vida, el Maestre José Manuel Estrada, quien le reconocería el grado de Maestro; desde entonces, realizó incontables giras de instrucción por América y Europa. En 1986 funda los Encuentros Internacionales para la Fraternidad Humana, Coplanet, los cuales se desarro-llan cada dos años y tienen el propósito de facilitar la comunicación y la solidaridad.

Por: Fernando Alarcón H.

“Esta vida que vive es solamen-te un ciclo de Vida, que antes de tenerla debe haber pasado

muchos ciclos de Vida y que des-pués debe haber muchos más.”

josémarcelliMaestro

Page 5: Coplanet Nº 33

preguntárselo. De otro modo, es creerse lo que uno no es, o más de lo que uno es. ¿Y cuál es la última cuestión de todas las posibles? YO SOY. Esto tiene un poco el tufi llo a jugar a ser Dios. ¿Y a qué otra cosa podemos jugar si no sabemos quiénes somos? Ahora bien, las dudas se multiplican hasta el infi nito.

Si para algo hemos nacido es para saber quién somos todas las veces que necesitemos. Para eso es la consciencia. ¿Para qué otra cosa sirve la consciencia? Ensayemos pues la consciencia, y después Usemos de lo que sabemos. Entonces será la etapa de Callar y comenzar de nuevo, más arriba y más adelante. En eso está la Iniciación de lo Humano hasta llegar a lo Sagrado.

¿Cuáles son los “síntomas” que percibe una persona para entablar una relación Maestro-Discípulo?.La primera vez que entré al Instituto Yoga, el director me hi-zo una pregunta inesperada: ¿Para qué quiere usted practicar Yoga? - me dijo.

Lo pensé unos instantes y le respondí: Para ver si consigo po-nerme de acuerdo conmigo mismo y con los demás.

Él llamó a su secretaría y le dijo:- Esperancita, inscriba al señor.Luego hice muy buena relaciones con él. A menudo solía

comentarme que su venerable Maestro le había dicho...Yo me limitaba a escucharlo, hasta que un día llegó muy

contento al Instituto y me contó que su Maestro había regresa-do después de un retiro de 40 meses en un lugar desconocido. De paso, invitó a cuatro de sus discípulos para presentarlos a su Muy Venerable Maestro. El día acordado, llegó su Maestro y nos presentó ante él.

- Estrada, para servirle - me dijo.Aproveché más tarde la frase para escribir un libro donde

hablo él. Era un hombre de lo más normal, con excepción de sus largas barbas, un traje blanco limpio e impecable, y sandalias. Era como si lo hubiese conocido antes en diferentes circunstan-cias. Hablaba con mucha naturalidad de cosas poco comunes, al menos para mí, que era decorador y estaba acostumbrado a ha-blar de asuntos muy variados. Por eso, cuando me confesó que él era portador de una Línea que llevaba a los hombres hasta las úl-timas consecuencias de su Ser me pareció muy natural, y antes de pensar por qué, me convertí en uno de sus discípulos, cosa que no le gustó nada al que me había presentado a él.

Esa es mi experiencia, que supongo que para los demás será diferente.

¿Cuáles son los retos que la vida le pone a Ud., actualmente?Mantenerme ocupado. Debido a la defi ciencia de mi voz, he sentido un vacío en mi derredor. Después de haber dictado más de 5,000 conferencias en diversos países de América y Europa, ahora estoy relativamente mudo, pues me ocupo en escribir y ver lo que escriben los demás. En fi n, creo que es-toy en mi fase de ser comprensivo, lo cual no es poca cosa para un apasionado como yo. Finalmente, todos llegaremos al mismo acuerdo, aunque nos lleve varias vidas conseguirlo, somos la vanguardia de esta dimensión del Universo, y eso se resolverá cuando nos demos cuenta que somos un sólo Ser con múltiples maneras de Ser lo que es.

Maestro, ¿cuál ha sido el acierto y el error de su vida?Creer que soy el único. Acierto y cometo errores como todos los demás. ■

4 5

“Para un hombre Iniciado, su tendencia es la Unidad. Si apa-rece algún otro hombre, es un “yo mismo”, y sigue adelante.

Sus instintos ya no lo dominan.”

“Hay seres humanos que nacen para sujetar con fi rmeza el timón de una embarcación a la que un gran capitán en rum-bó hacia un lugar que a veces vislumbramos por instantes. Ellos mantienen el rumbo, pase lo que pase. Ni zalamerías,

ni ataques, ni corruptelas, nada les hace desviarse. ”

Me refi ero a la nomenclatura esotérica que habla de Siete Soles: Al Sol de Materia que parece algo elemental para no-sotros, donde los elementos químicos a través de multitud de combinaciones han llegado a formar noventa y dos combina-ciones detectadas por los Seres Humanos. Al Sol de Energía, donde las combinaciones del Sol de Materia hacen incon-tables las combinaciones del Sol de Energía. Al Sol Mental, donde las Leyes de Causa-Efecto aumentan cada vez más sus propias combinaciones mediante la Ciencia y la Tecnolo-gía. Al Sol Espiritual, donde las resumen todas y dan lugar al Quinto Sol, a una quinta esencia, que abre las posibilidades de un Sol Cósmico, enunciado simplemente: Como es arriba es abajo. Y el Séptimo Sol, el cual, una vez cumplido, reco-mienza un nuevo ciclo.

De acuerdo con esta terminología, ahora nos encontra-mos en el Sol Espiritual, que se resolverá en el Quinto Sol, o Quinta Esencia: Ser en todo lo que Es.

No termino de entender, ¿esos soles son los chakras? Es decir, ¿cada uno de nosotros está en diferente sol, de acuerdo al “re-corrido interior” que se tenga?.Es la Energía la que se convierte en Materia -la fórmula famosa de Einstein-; por eso dijimos que la materia gira en torno a un Sol, que es de Energía, simplemente. Los chakras son centros de energía individual que permiten actuar en cierto modo dentro de la energía universal.

Maestro, ¿qué es la iniciación?.Iniciación es comienzo. Uno, después de mucho pensarlo, se hace la pregunta. Y llega a la conclusión de que Iniciación signifi ca comien-zo. Entonces, se vuelve a preguntar: ¿comienzo de qué? De una vi-da encaminada hacia algo superior. ¿Superior en qué sentido? En todo sentido. Bueno, entonces ya soy Iniciado, porque estoy Inicia-do es algo que cambia a cada momento, por más que insista en re-gresar a lo ya conocido. Y así sigue Iniciándose a cada momento hasta llega a comenzar a seguirle la corriente a la Vida y entonces descubre cosas que son maravillosas.

Por ejemplo, que esta vida que vive es solamente un ciclo de Vida, que antes de tenerla debe haber pasado muchos ciclos de Vi-da y que después debe haber muchos más. Entonces, la pregunta obligada es ¿para qué? Y respondiendo a ese para qué se le va to-da la vida y comienza a lamentar que sea tan corta. Bueno, pues habrá que Iniciarse de nuevo, a ver que suerte tenemos. Y así sigue hasta que descubre que es para Ser ¿Ser qué? Lo que Es, nada me-nos. Y cada vez descubre más de sus posibilidades de Ser, hasta que lo sabe todo y entonces descubre que Es, simplemente, y que segui-rá descubriendo en otras dimensiones sus posibilidades de Ser sin terminarlas nunca.

Claro, hay muchas preguntas que uno tiene que aclarar antes. Cuando se encamina en la Sagrada Tradición Iniciática se encuentra cara a cara con dos verdades: La realidad Humana y la Sagrada Tra-dición. La verdad Humana la podemos englobar en materia, ener-gía, mente y espíritu. Lo Sagrado es lo que todavía no alcanzamos. Sin embargo, lo que todavía no hemos alcanzado es la síntesis de lo humano y lo espiritual. Lo que sigue es el Ser, La gran “X” del Uni-verso -como arriba es abajo-. Luego viene lo cósmico. Y fi nalmente el vislumbre del Séptimo Sol, el cual pertenece a una nueva dimen-sión, la de los iluminados, por decirlo de alguna manera.

La Gran Fraternidad Universal es TODA LA HUMANIDAD, in-cluyendo a aquello que no hayan oído que exista, sin exclusión de nadie, aunque cada quien tome su camino. El Ser es uno para to-dos. Solamente cuando se experimenta al Ser en todo, se vislumbra el Séptimo Sol. En resumen, se realiza la unidad dentro de la multi-plicidad, el Universo, como algo propio, aparte de cada quien obre por su cuenta.

¿Cuál es el propósito de la Suprema Orden del Aquarius?.Poner en contacto a la humanidad con respecta a lo Sagrado, por medio del ejemplo de la Unidad dentro de la diversidad. El Ser es uno, en la humanidad somos muchos. La Suprema Orden del Aqua-rius es una Orden encargada de poner a la Humanidad de frente a su otra realidad, la Sagrada, mediante el ejemplo.

¿Si el Ser es uno para todos, por qué no facilita más las cosas y así no tendríamos que pasar toda nuestra vida preguntándonos quiénes somos?.Lo primero que se necesita para conocerse quién es uno es

Page 6: Coplanet Nº 33

6 7

Los ocho puntos son:

La Naturaleza BúdicaEl Concepto Erróneo acerca del “Yo’’ (Ego)La Vida EternaLa Ley de la CausalidadLa Existencia de Todos los BudasLa Atracción Mutua entre los Budas y los Seres VivientesNo Dos, sino UnoEl Camino a la Budeidad

Por haber sido su discípulo durante unos 30 años, al menos logré abrir el ojo de mi Mente en cierto grado y es por esto por lo que le estoy muy agradecido.

Espero que mis pláticas te sirvan de ayuda en tu estudio sobre budismo.

Hakuun Yasutani (1966).

La Naturaleza BúdicaAunque he dicho que existen ocho puntos respecto al estudio del budismo, eso no quiere decir que hay ocho cosas diferentes que existen separadamente ante nosotros. Sólo hay una verdad pero para ayudarnos a entenderla intelectualmente podemos conside-rar ocho perspectivas diferentes. Cada una de éstas se relaciona no sólo con las demás, sino que también contiene dentro de sí misma las otras siete. Por lo tanto, si una persona puede entender una, na-turalmente entiende las otras. En cambio, si una persona no puede entender alguna de estas perspectivas, aunque diga que compren-de las demás, todavía no ha logrado una comprensión profunda. Esto se debe a que la esencia o la raíz de todos estos ocho puntos es la naturaleza búdica misma. En el Sutra del Nirvana Shakyamu-ni Buda dijo: “Todos los seres vivientes tienen naturaleza búdica’’.

“Todos los seres vivientes’’ no sólo se refi ere a los seres humanos, si-no también a los animales, las plantas e inclusive los objetos inani-mados. De hecho la naturaleza búdica es el otro nombre de todas las existencias en este mundo. Ya que se dice que todos los seres vi-vientes contienen naturaleza búdica, por supuesto que no existe di-ferencia alguna entre un hombre blanco y un hombre negro, entre un hombre y una mujer; todos tienen naturaleza búdica. Cuando el futuro Sexto Patriarca conoció al Quinto Patriarca, éste último le preguntó si era verdad que la gente que habitaba al sur de la mon-taña carecía de naturaleza búdica. El Sexto Patriarca respondió di-ciendo que si bien existen norte y sur, en cuanto a naturaleza búdi-ca se refi ere ninguno de los dos existe, ni el norte ni el sur. Por esta respuesta él pudo convertirse en estudiante del Quinto Patriarca.

Dogen Zenji, el famoso maestro zen japonés del siglo XIII, in-terpretó el signifi cado de esta cita del Sutra del Nirvana de la si-guiente forma: Todos los seres vivientes son la naturaleza búdica misma y ninguna otra cosa. Por eso no se trata de si existe o no, lo que importa comprender es el hecho de que toda la existencia es la naturaleza búdica.

Sin embargo, aunque repita lo anterior muchas veces, si el contenido no está claro se vuelve meramente un juego de palabras. Así que empecemos por analizar y apreciar la naturaleza búdica.

Primero corregiré algunos conceptos erróneos acerca de la naturaleza búdica. Mucha gente cree que la naturaleza búdica es una alma espiritual que existe en alguna parte del cuerpo o dentro de todo y que está oculta hasta que uno se transforma en Buda. El siguiente relato se deriva de ese concepto erróneo tan típico.

El funcionario Chiku preguntó al maestro zen Chosha: “Cuan-do partimos en dos una lombriz, ambas mitades siguen retorcién-dose. Entonces, ¿cuál de las dos mitades contiene la naturaleza búdica?’’. El maestro le regañó diciendo: “¡No seas tonto!’’. No

obstante Chiku insistió: “¡Pero las dos mitades se mueven!’’. Chos-ha le replicó: “¡Porque la lombriz todavía está viva!’’.

A veces el notable maestro chino Joshu decía: “el perro tie-ne naturaleza búdica’’ y otras veces “el perro no tiene natura-leza búdica’’. Obviamente su intención principal al decir a ve-ces “sí’’ y a veces “no,’’ era simplemente hacernos comprender que la naturaleza búdica yace más allá de sí o no. No sólo to-da la existencia es la naturaleza búdica misma, sino que todo el universo es naturaleza búdica. Hablar de esta naturaleza búdica es explicar las cosas multitudinarias del universo; hablar de esta naturaleza búdica es revelar la naturaleza real de nosotros mis-mos. Podría repetir esto sin cesar pero en vez de hacerlo señala-ré una de las características fundamentales de la naturaleza bú-dica y trataré de aclararla. La llamamos ku (shunyata, vacío). Esta es la condición de no-entidad-fi ja y a pesar de cualquier ilusión egoísta contraria, es la condición esencial de todo el universo. El Dr. Junjiro Takakusu, uno de los fi lósofos budistas recientes más destacados, le llamó la teoría de la nada.

Ku es la esencia de toda la existencia. La expresión suprema más simple y más directa que confi rma este hecho es la escrita por Nagarjuna: “Todos los dharmas (fenómenos) son el resultado de la causa: los llamo ku.’’

Casi todas las religiones, a excepción del budismo, creen en un Creador separado de su creación y afi rman que El hace todas las cosas. Si comprendo bien así sucede entre ciertos chinos, así co-mo en el judaísmo, el cristianismo, el islamismo y el hinduismo. Sin embargo, el budismo enseña que todos los fenómenos son el re-sultado de la ley de la causalidad. Si la causa cambia también ocu-rre un cambio correspondiente en el efecto; si la causa desapare-ce por completo, el efecto naturalmente se esfuma. Por lo tanto ningún fenómeno cuenta con una entidad fi ja propia. Además, la causa y el efecto no son divisibles.

Si yo explicara esta enseñanza mediante ejemplos más concre-tos podría decir que un hombre bueno no tiene la entidad especí-fi ca de `’lo bueno’’, pues tal vez por las circunstancias se vuelva un hombre malo; un hombre malo tampoco tiene una entidad especí-fi ca de “lo malo’’, si la causa cambia posiblemente se convierta en un hombre bueno. Lo mismo puede decirse de la gente pobre y la gente rica, de la gente sana y enferma, burda y civilizada. También puede decirse de la felicidad y la infelicidad, de la paz y la guerra, del cielo y del infi erno. Otro ejemplo es la interacción entre carbo-no y diamante; sometido a la presión sufi ciente, el carbono se trans-forma en un diamante. Por otra parte, bajo las circunstancias ade-cuadas, el diamante se reconvertirá en carbono. El punto principal de esto es que nada tiene una entidad fi ja propia. Cada cosa se en-cuentra en su estado inmediato en virtud de causas determinadas, en un estado temporal de no especifi cidad llamado ku.

Actualmente, los científi cos atómicos más experimentados

han empezado a explorar este campo, pero recordemos que Shak-yamuni Buda descubrió este hecho del ku hace 2,500 años. Cuan-do empezó a predicar el budismo, lo usó como su enseñanza fun-damental y a partir de entonces se ha trasmitido desde India a China y de ahí a Japón. Una de las fi nalidades primordiales del budismo es que experimentemos directamente el hecho de ku y que lo actualicemos en la vida diaria. Budismo es creer en la na-turaleza búdica, comprender la naturaleza búdica, practicar a fi n de poderla ver claramente y por último fusionarla con nuestra vi-da cotidiana.

Mi maestro, Harada Roshi, acostumbraba dibujar un círculo en el pizarrón al principio de cada plática y decía que el universo es Uno. El Tercer Patriarca Ganchi, en su obra Creyendo en la Men-te, escribió lo siguiente: “Es perfecto, nada le falta, nada le sobra’’; esta es una buena explicación de la naturaleza búdica.

Ahora explicaré la naturaleza búdica de un modo diferente. Todas las existencias son perfectas como son. Tal perfección se de-muestra como un círculo. La pata de la garza es larga y es perfec-ta en su longitud, mientras la pata del pato es corta y es perfecta en su cortedad. Perfección no implica que debemos tratar de acor-tar la pata de la garza o alargar la pata del pato a fi n de conse-guir que cada ave se conforme a nuestra noción preconcebida de una apariencia más agradable. El verdadero signifi cado de la per-fección es que las cosas son perfectas como son. La persona alta es perfecta como alta, la persona baja es perfecta como baja. No es necesario que una persona baja use tacones altos. La persona ne-gra es perfecta como es y la blanca también; el elefante es perfec-to como es y la hormiga, aunque pequeña, también es perfecta. Claro que una hormiga no puede hacer las cosas que un elefante, pero tampoco un elefante hace las cosas que hace una hormiga. No hay motivo para que un hombre rico sea altanero por ser ri-co, ni hay tampoco motivo alguno para que una persona pobre se sienta inferior. Uno y otro son perfectos como son.

Un gran actor es capaz de representar a un mendigo y en otra ocasión, sobre el mismo escenario, caracterizar a un hom-bre rico, pero independientemente del tipo de personaje que interprete su valor personal esencial no cambia. Así, el círculo es perfecto y completo en sí mismo. Aunque algunos de los an-tiguos patriarcas expresaban su perfección sentándose a me-ditar, nosotros podemos expresar nuestra perfección también caminando, durmiendo e inclusive realizando todas nuestras acciones. Es por ello que la frase: “Todos los seres vivientes son originalmente Buda’’ expresa tal perfección. Cuando una per-sona comprende esto verdaderamente, nunca tendrá por qué quejarse o estar descontento, porque así, sin importarle la clase de situación en la que se encuentre, puede vivir en paz, agrade-cida por trabajar en bien de los demás. Esta devoción es la vida del Buda y practicar esto es la vida del budista. Aun así, nunca

76

8 aspectosde la febudista

Por:

Hak

uun

Yasu

tani

Ros

hiM

aest

ro Z

en ja

poné

s

Mi maestro, Harada Roshi, dio a conocer ocho pun-tos importantes del estudio del budismo, a los cua-les llamaba la Creencia Correcta en el Budismo. Son sencillos pero sin embargo, se refi eren directamente a la esencia de la enseñanza. Si uno comprende con claridad estos ocho puntos puede decir que sabe lo que es el budismo.Introducción de Yasutani Roshi

Page 7: Coplanet Nº 33

faltan personas que siempre están quejándose de su situación por lo que naturalmente no pueden apreciar su perfección. Siempre están pensando egoístamente y por eso nunca logran satisfacerse. A tales personas simplemente se les llama necias.

La Naturaleza BúdicaAhora estudiemos la naturaleza búdica más a fondo. Es posi-ble decir que la naturaleza búdica es otro nombre del instin-to humano. Hace aproximadamente tres años, al dar una con-ferencia en una universidad americana, alguien me preguntó: “¿Acaso el budismo niega el deseo humano?’’. Respondí que el budismo no niega el deseo humano pero sí enseña la mane-ra correcta de canalizar todos los deseos. Insistente, mi inter-locutor me preguntó si el budismo no era como el estoicismo. Me di cuenta que en occidente esta idea superfi cial acerca del budismo es bastante común, por lo tanto, explicaré el instinto humano desde la perspectiva budista.

Todas las cosas vivientes tienden naturalmente hacia la con-servación de la vida. En los seres humanos esta tendencia pue-de considerarse como el instinto de conservar la vida y se puede decir que a partir de ese instinto se deriva todo lo que llamamos el deseo humano.

Los dos deseos más fuertes son el deseo de comer y el de-seo sexual. Ambos son el resultado del instinto de conserva-ción. Al enfermarnos perdemos temporalmente nuestro ape-tito, e incluso a veces no deseamos comer, pero el impulso de vivir no desaparece. En realidad de acuerdo con el instinto de conservación, el deseo de comer es controlado por la condición del organismo. El deseo sexual es fuerte cuando uno es joven y se tiene mucha energía. Queremos trasmitir nuestro instinto de conservación a la generación siguiente a fi n de perpetuar la vi-da. Naturalmente, el deseo sexual desaparece cuando enferma-mos de gravedad y disminuye cuando envejecemos, pero el ins-tinto de conservar la vida siempre permanece. En ocasiones, el apego se debilita, pero el deseo de vivir todo el tiempo posible sigue igual durante toda la vida. Puede suceder que un anciano diga a un joven: “Ya soy muy viejo, no me importa morir.’’ Eso es tan solo un gesto y no su verdadero sentimiento. Si tú haces eco a sus palabras y le dices: “Adelante, muérete’’, seguramen-te lo ofenderás. Yo cuento con 80 años de edad pero no quie-ro morirme sino que quiero vivir el mayor tiempo posible y trabajar lo más que pueda.

Alguna gente preguntará: “Entonces, ¿por qué hay tantos suicidios?’’. Una persona se suicida no sólo porque quiere morir. Si lo hace por ese moti-vo sin duda está desquiciado. Quien no está des-quiciado pero se quita la vida es alguien que no puede vivir como quisiera vivir. Un suicidio así

es una expresión de resistencia y es otra forma del instinto del que hablo.

Por ejemplo, cuando uno se enferma y sufre mucho dolor puede pensar que es me-jor morir y tal vez dirá: “Déjenme morir.’’. Si pudiera liberarse de su dolor, sintiendo nuevamente alegría y paz, con certeza diría: “Qué bueno que no me morí, ahora quiero vi-vir todo el tiempo que pueda.’’ Aun así, pue-de haber quien pregunte por qué hay tantos suicidios en los países escandinavos, particu-larmente en Noruega y Suecia, donde la segu-ridad social está muy establecida y los ancianos pasan sus días cómodamente jubilados en asi-los. De nuevo nos encontramos con el mis-mo instinto en otra forma. Estas personas sienten que no vale la pena seguir viviendo porque no encuentran s ignif icado en la vida, por lo que el suici-dio es una rebelión c o n t r a una exis-tencia in-sípida y tediosa.

E l instinto humano de con-s e r v a r la vida i n f u n -de en el h o m b r e no sólo

el deseo de prolongar su vida, sino tam-bién el deseo de enriquecerla lo más po-sible. Por eso, éste a veces busca la fa-ma, la fortuna, el poder, la destreza intelectual, o bien, su deseo de expan-sión puede expresarse como la búsque-da de la alegría, la apreciación del arte,

la invención de cosas nuevas, la adheren-cia a la moralidad, la creencia en la re-ligión o hasta la práctica real de la reli-gión. Nuestro impulso es buscar la vida

interminable y la expansión sin fin. El bu-dismo enseña la forma de satisfacer este

impulso.El budismo puede parecer semejante al

estoicismo por tener también pre-ceptos estrictos. El más im-

portante es no matar.Este precepto

sobre no matar aparece en la

tradición ma-hayana, por e j e m p l o , en los diez S i k s a p a -da pa-ra mon-jes y en los cinco p r e c e p -tos pa-ra legos. Si no me equivoco, uno de los Diez Man-damientos de Moi-sés es: “No matarás’’.

Si Moisés quería decir que uno no debe matar ni a un hereje, ni a un enemigo, ni a un insecto, eso es exactamente lo mismo que el precepto budista. Uno no debe matar ninguna cosa viviente. Si todos los seres humanos siguieran este precepto, no habría gue-rras. El budismo enseña a buscar la paz. Durante toda la historia del budismo, los budistas no han propiciado guerras religiosas. Si un budista enfrenta la situación de “matar o ser matado’’, será matado. Gandhi, si bien no fue budista, se vió muy infl uido por la tradición india de no matar y facilitó la independencia de su país por medio de la resistencia no-violenta. Los sacerdotes bu-distas en Vietnam del Sur se prendían fuego a fi n de proteger el budismo. Ambos son buenos ejemplos del precepto de no matar.

Desde luego suicidarse es contrario al precepto budis-ta. Los sacerdotes budistas se prendieron fuego ya que, da-das las circunstancias, ése era el único medio a su alcance para poder protestar contra la opresión del pueblo y salvar muchas vidas. Sabían que era un acto pecaminoso, pero da-ban sus vidas por el bien de los demás. Desde el punto de vista budista todo tiene vida, es decir, todo lo que existe no es otra cosa mas que la vida y llamamos a esa vida naturale-za búdica. Por eso se dice que todas las existencias son na-turaleza búdica misma. En fin, mencionaré tres aspectos de la naturaleza búdica.

En japonés son llamados: shoin bussho, ryoin bussho y enin bussho. Shoin bussho es la naturaleza búdica misma, la realidad esencial de la que he hablado hasta ahora y signifi ca literalmente causa fundamental.

Afortunadamente contamos con la capacidad de viven-ciar este shoin bussho y esta capacidad se llama ryoin bussho. Ryo quiere decir darnos cuenta.

Aunque tenemos tanto shoin bussho como ryoin bussho, para poder llevar a cabo tal potencial es necesario que se dé alguna causa, alguna condición, pues nada sucede acciden-talmente. Por ejemplo, llegar a conocer al maestro adecuado y recibir la orientación más apropiada es una causa buena. Esta se llama enin bussho y por fortuna también la tenemos. Enin signifi ca causa cooperante y al decir enin generalmente pensamos en algo exterior a nosotros, pero después de todo, el yo y los otros no son dos entidades separadas. Si algo existe fuera de nosotros con toda seguridad existe también dentro de nosotros. Estos tres aspectos de la naturaleza búdica son tesoros pertenecientes a los seres humanos que hacen posible

la vía del despertar.Si ya sabemos con certeza que es difícil nacer

como ser humano, no hay que perder la actual oportunidad que tenemos para cultivar la aspi-ración y determinación correctas de despertar a esta maravillosa naturaleza búdica. Esto es lo importante. ■

98

“El instinto humano de conservar la vida infunde en el hombre no sólo el deseo de prolongar su vida, sino también el de-seo de enriquecerla lo más posible. Por eso, éste a veces busca la fama, la fortuna, el poder, la destreza intelectual, o

bien, su deseo de expansión puede expresarse como la búsqueda de la alegría, la apreciación del arte, la invención de co-sas nuevas, la adherencia a la moralidad, la creencia en la religión o hasta la práctica real de la religión. Nuestro impul-

so es buscar la vida interminable y la expansión sin fi n. El budismo enseña la forma de satisfacer este impulso. ”

Page 8: Coplanet Nº 33

111110 1110

No suelo ir a bares de copas. Tal vez por ello me sorprendió lo que vi la noche que hice una excepción. Había una treintena de jóvenes en-tre veinte y treinta y tantos años. La música in-vitaba al baile, pero sólo tres o cuatro se ani-maban en el espacio dedicado a moverse. Ellos estaban en pequeños grupos y peñas. Ellas también. Un par de parejas eran la excepción. La comunicación nula. La escena me devol-vía a esos antiguos bailes de pueblo en don-de hombres y mujeres eran dos mundos sepa-rados por el río de la vergüenza, de qué dirán, del miedo al rechazo. Era como haber retroce-dido cincuenta años, habiéndose ya iniciado la segunda década ¡del siglo XXI!.

Es como si no hubiera servido el movimiento de liberación de la mujer, que ha logrado su partici-pación activa en la vida pública, su incorporación a cualquier pro-fesión y ofi cio y a profundizar en qué consiste ser mujer hoy día. Co-mo si. las píldoras anticonceptivas no hubieran modifi cado sustan-cialmente las relaciones sexuales y, consecuentemente, la libertad de las mujeres para poder decidir su frecuencia.

Es como si los jóvenes que allí se encontraban no estuvieran muy claros sobre lo que querían y cómo conseguirlo: ¿Una ración de vista? ¿Una aventura pasaje-ra? ¿La posibilidad de encontrar pareja? ¿Simplemente afirmar su masculinidad entre otros machos, los hombres, y mostrarse y ser vistas las mujeres protegidas por el grupo de amigas? Tal vez, reflexioné, ha-bían entrado ya en la desorientación que constato en mu-chas terapias y talleres entre hombres y mujeres de cuaren-ta y cincuenta años. El desconcierto sobre cómo se supone que tiene que ser y actuar un hombre y una mujer en una sociedad avanzada, libre e igualitaria. Se han producido de-masiados cambios y demasiado rápidamente y lo mejor se-ría integrarlos cuanto antes.

Cada vez es más popular el hecho de que los tradiciona-les atributos “masculinos”, como actividad, dureza, pensa-miento, agresividad, sequedad…, pueden compartirlos las mujeres, lo mismo que los hombres pueden compartir atri-butos “femeninos”, como pasividad, receptividad, ternura,

humedad… De una escala que fuese del 1 al 100 en cada uno de estos valores, no podríamos encontrar un solo hom-bre que tuviera todos los atributos “masculinos” en grado 100 y absolutamente ningún atributo femenino (grado ce-ro en todos). Y lo contrario podría afirmarse de las mujeres. Entonces, ¿dónde estaría la puntuación para ser un hom-bre-hombre o una mujer-mujer?.

Tal vez es lo que Jung decía con otras palabra al hablar del animus y del anima, que existen en el interior de cada mujer y de cada hombre. ¡Pero qué difícil es desarrollar es-tas dos partes de forma individual! Y cuándo nos encontra-mos mujeres y hombres, ¿qué es lo que hacemos? Las mu-jeres entre sí suelen besarse. Y los hombres nos permitimos besarlas según la familiaridad, la edad o la confi anza que te-nemos con la persona que nos las presenta. Entre nosotros

nos damos asépticamente la mano o una palmada en el hombre. Todo contacto corporal que no sea asép-tico o rudo suele ser malinterpre-tado. Excepción notable la consti-tuyen los deportistas en terrenos de juego o en los vestuarios. Pa-réntesis temporal, porque diez mi-nutos después, en la calle, vuelven a mantener las distancias.

Y aunque los encuentros sean profesionales o simplemente en actos sociales, en cualquiera de ellos se bulle por debajo la cues-tión del género al que se pertene-ce, antes que la edad, la raza, la nacionalidad o la clase social. Y está tan profundamente inserta nuestra identidad sexual en nues-

tra forma de relacionarnos día a día que no le damos impor-tancia, salvo cuando tenemos realmente intenciones de es-tablecer una relación más íntima. O, cuando sin intención alguna, existe la ambigüedad en el aire. Y la ambigüedad puede ser algo tan sencillo como la hora del encuentro ¿Qué pasa si dos compañeras de trabajo se citan para ir al cine de noche o para cenar, o dos amigos para tomar unas cervezas? Absolutamente nada que no sea evidente. ¿Y si quedan una compañera y un compañero de trabajo a partir del atarde-cer? En el primer caso, incluso puede acabarse la velada to-mando un café o una copa en casa de cualquiera de los dos. En el segundo caso, se levantan todas las alarmas sobre las intenciones del anfi trión o anfi triona y de la invitada o in-vitado.

¿Pero es posible la amistad entre hombres y mujeres?

Pregunta retórica, porque la verdadera pregunta sería si es frecuente, si es fácil, si es un fenómeno sociológicamente signifi cativo. Y, en los casos efectivos de amistad, que los hay, ¿dónde se halla la frontera entre lo que se puede hacer co-mo amigos y lo que empezaría a rozar una relación senti-mental o de pareja? Y para complicar las cosas, ¿sería posible esa misma situación, si uno de los dos o ambos están casados o tienen pareja?

En una sociedad cada vez más des-sexualizada y des-ero-tizada en la realidad del cuerpo, aunque no del mundo de la imagen y de la publicidad, es sorprendente que incluso no nos atrevamos a mirarnos cara a cara en la calle, en el au-tobús, en el metro, en una cafetería… Si una mujer mira a un hombre o viceversa cuando él o ella no se dan cuenta, al cruzarse la mirada y verse sorprendidos, inmediatamente la bajarán o mirarán a otro lado. Si sostuviésemos la mirada, inmediatamente se pensaría que hay un interés teñido de deseo sexual o de “ligar”. Y así nos encontramos rodeados de personas que hacen como que no nos ven y, a su vez, no-sotros hacemos como que no vemos. Difícil mirar limpiamen-te, simplemente porque la energía, el rostro o la mirada de alguien refl ejan vida, belleza o transparencia. Sin más. No di-gamos si dos mujeres se miran entre sí o si se miran dos hom-bres sin intención ninguna. Inmediatamente se alzan las de-fensas…, que no haya posibles equívocos.

¿Y qué ocurre cuando se encuentran hombres sin pre-sencia de mujeres? En el trabajo, se respetan las jerarquías. Quién habla primero. Quién emplea más tiempo. Quién ca-lla. Quien asiente y quién y cómo puede disentir. Fuera del trabajo, se buscan complicidades en aficiones deportivas u otras, sin profundizar en nada que nos pueda hacer vulne-rables. Sin dar demasiada información personal ni pedirla. Pero si llegan mujeres, consciente o inconscientemente, sa-bemos nuestra posición y hacemos una valoración. Y esto que puede parecer “machista” a ojos de de las mujeres, es igualmente realizado en una reunión de mujeres en las que

aparecen de repente unos cuantos hombres. Inconsciente-mente cada cual valora quién es “interesante” y quién no –según los propios valores, gustos y experiencias del pasado-. Sin que pase por el pensamiento consciente, hay medio fo-co –y a media luz del subconsciente- valorando quién es ele-gible y quién pudiera estar disponible. Y esto, aunque se es-té en pareja y no se esté buscando nada. Es algo que ocurre, aunque la mayoría de las personas –hombres y mujeres- pue-dan negarlo, porque son “movimientos” inconscientes (neu-ronas que se activan y hacen conexiones, latidos del corazón que pueden acelerarse imperceptiblemente, ritmos respira-torios que cambian, pequeños y sutiles movimientos corpo-rales de cierre o apertura…).

Y aquí empieza el gran equívoco: se confunde atracción con idoneidad. Quien nos atrae no es forzosamente la perso-na idónea para establecer una relación a largo plazo. No es lo mismo atracción física, que pasión. Y no es lo mismo pa-sión que enamoramiento. Y no es lo mismo enamoramiento que convivencia. Y para establecer una relación con miras de futuro, no basta la atracción, ni el enamoramiento –que la convivencia suele apagar, cuando no matar-. Es necesario la idoneidad: complementariedad y factores compartidos por partes iguales. No se puede ser totalmente idénticos en ca-racteres y gustos, pero tampoco totalmente opuestos. Existe el amor inteligente y lúcido, la auténtica pasión del deseo y de la entrega, sin la posesividad y sin los celos.

¿Pero cómo encontrar la diana a la que dirigir la fl echa de Cupido? ¿Existe la diana perfecta, eso que llaman el alma gemela, la pareja ideal, o la media naranja? En mi experien-cia, planteo como hipótesis que no existe. O, al menos, que no existe como posibilidad única. Que dianas hay varias y de-pende a dónde miremos y hacia dónde dirigimos el arco. Y que la media naranja está dentro y sólo hay que encontrar afuera la naranja entera con la que queramos –y ella quiera- juntar en un vaso los zumos.

Ciertamente es más difícil que esa pareja idónea para no-sotros se encuentre un sábado bailando en una discoteca. Con más probabilidad estará en el círculo de estudios, profesional, social, de vecindad, y no en el otro extremo del mundo. Pro-bablemente se encontrará en espacios comunes en el que las personas acudan con el corazón abierto y la mirada limpia. En un entorno en el que dos miradas puedan cruzarse sin pri-sas, sin demandas, sin expectativas. Por el placer de dar y de recibir, de acoger y de entregarse. Entonces se produce el mi-lagro de VER, de empezar a comprender, y de ahí a aceptar y después a AMAR. Amar profundamente sin que tenga for-zosamente que establecerse una relación física de intimidad, sin que el hecho de estar o no estar en pareja sea un impedi-mento para poder tener la mirada limpia y el corazón abierto.

mujeres y hombresmás fácil de lo que parece

“Difícil mirar limpiamente, simplemente porque la energía,

el rostro o la mirada de alguien refl ejan vida, belleza o transparencia. Sin más.”

Alfonso Colodrón

[email protected]

Hum

anid

ad

Page 9: Coplanet Nº 33

1312

En este tipo de espacios, pueden entenderse situaciones para-dójicas, pero muy repetidas, de parejas que parecen jugar al des-encuentro: cuando uno de los miembros se acerca el otro huye, cuando ese primer miembro huye, este segundo se acerca. Y esto ocurre con independencia de ser hombre o mujer. Casi seguro que cualquiera conoce parejas de este tipo o le ha pasado alguna vez. Casi siempre hubo un padre ausente para ellas y una madre solita-ria e infeliz. Ellos, a su vez, probablemente tuvieron una madre in-vasora y dominante, y un padre que evitó siempre el confl icto. Se producen las primeras heridas en el “ánimus” y en el “ánima”, de difícil curación, a no ser que afl oren a la conciencia. La infancia y la juventud marcarán defi nitivamente la singularidad de infantes y jóvenes. Habrá quien se apegue a la madre o al padre. Tal vez a los dos. Habrá quienes se rebelen contra ambos. Unos serán obe-dientes y sumisos. Querrán ante todo obtener el reconocimiento y la aprobación de sus progenitores y es posible que en la etapa adulta sigan buscándolo. Y que tal vez transfi eran ese anhelo, esa necesidad, a otras personas, generalmente a superiores y jefes, a fi guras de autoridad y, en muchas ocasiones, a la propia pareja, so-bre la que se proyectará el padre o la madre. A veces, un padre o una madre ideal que no se tuvo. O, lo que puede ser más compli-cado, el padre o la madre que se tuvieron y con quien se establece continuamente la comparación.

¿Y cómo es posible el encuentro con tanta carga emotiva que se acumula en la memoria celular? No sólo son recuerdos, sino también sentimientos y sensaciones corporales las que emergen en cada encuentro. Y así lo más común es que sólo se encuentren máscaras y corazas, niñas y niños dolientes pertrechados de armas y bagajes. Personas que se defi enden de que no vuelvan a repetir-se dolores del pasado que se intentan enterrar. Personas que an-

helan repetir vivencias que ya acabaron, reproducir gozos y de-leites que agotaron ya su tiempo. Y a fuerza de repetir formas mecánicas o irreales de encontrarse, se crean hábitos y rutinas que se manifi estan en palabras vacías, en gestos de autómatas, en una ambigüedad que fl ota siempre en el aire: lo que podría ser, pero no le damos alas para que sea.

Ha llegado el momento de examinar y vivir más lo que nos une que lo que nos separa, más allá de la atracción física, el ena-moramiento, la pareja o la colaboración en las tareas domésticas y en la esfera de lo público: el trabajo, las relaciones sociales, las actividades culturales y la política.… hace que muchas personas se planteen si se habrán equivocado, si están con la persona.

Sin embargo, las relaciones, y sobre todo la relación privile-giada y única que supone una relación de amor especial, de inti-midad emocional y corporal, de máximo deseo y de más intensa convivencia, de eso que llamamos “pareja”, es algo absolutamen-te subjetivo y personal, único e intransferible. Dos personas deci-den compartir sus vidas o un periodo de las mismas por múltiples razones. Gran parte de ellas inconscientes. Y de lo que se trata es de hacerlas conscientes, de sacarlas a la luz. De responsabilizarse y admitir de una vez por todas que es un acto voluntario. El ejerci-cio de elegir, la capacidad de apostar y asumir riesgos, la decisión de querer entregarse a otra persona y de ser capaz de aceptarla y acogerla por completo es lo que inicia eso que llamamos “pareja”.

Día a día, somos creadores de nuestra vida y de nuestro des-tino. Así que la persona “predestinada” puede ser una creación a

lo largo de años de caminar juntos en una misma dirección, ascen-diendo cumbres y descendiendo a profundos valles, atravesando difi cultades y compartiendo logros, superando periodos de sequía o inundaciones de gozos y éxtasis, haciendo concesiones y estable-ciendo los propios límites. Pero lo más importante de todo en ese caminar es ver el alma de la persona con la que hemos elegido ca-minar y dejarse ver el alma. Y, sobre todo, volver a mirar profunda-mente a sus ojos, cuando se nos vela el alma y sólo vemos agujeros y claroscuros o un cuerpo opaco y sin luz, porque hemos perdido la luz de nuestra propia mirada por habernos puesto las gafas oscu-ras, rayadas y rotas de ver. Si el cruce de miradas enamoradas del amor mismo, de la vida que se expresa libre en cuerpos de mujer o en cuerpos de hombre, se produce al mismo tiempo en un encuen-tro de grupo, el éxtasis de la atracción y la creatividad que éste ge-nera se multiplican como el eco que las montañas amplifi can. Bas-ta con dejarse revelar y estar abiertos a revelar, como un negativo fotográfi co, el original único, singular y sexuado que todos y cada uno de nosotros somos.

Y todo esto se hace fácil, cuando nos permitimos hacer un al-to en nuestro runrún cotidiano, refl exionar con otros hombres y mujeres que nos sirven de espejo, compartir en voz alta nuestros temores, expectativas, decepciones y sueños. Cuando escuchamos con el corazón los temores, expectativas, decepciones y sueños de los demás. Y a veces los recursos y las soluciones encontradas. En defi nitiva, cuando abrimos nuestro corazón y nos abrimos a poder latir al unísono con otros corazones en este asunto esencial que es compartir o no la vida en pareja, con quién, cómo, cuánto tiempo y, sobre todo, con qué propósito y en qué dirección. ■

“Ciertamente es más difícil que esa pareja idónea para

nosotros se encuentre un sábado bailando en una discoteca. Con más probabilidad estará en el

círculo de estudios, profesional, social, de vecindad, y no en el otro extremo del mundo.”

Probablemente se encontrará en espacios comunes en el que las personas acudan con el corazón abierto y la mirada limpia. En un entorno en el que dos miradas puedan cruzarse sin prisas, sin

demandas, sin expectativas. Por el placer de dar y de recibir,

de acoger y de entregarse.”

“Sin embargo, las relaciones, y sobre todo la relación

privilegiada y única que supone una relación de amor especial,

de intimidad emocional y corporal, de máximo deseo y

de más intensa convivencia, de eso que llamamos “pareja”, es algo absolutamente subjetivo y

personal, único e intransferible.”

Page 10: Coplanet Nº 33

el sentido fi losófi co de la tradición del

PränäyämaPor:

Raf

ael D

íaz

y A

driá

n M

arce

lli

: :

Así como el tigre, el elefante y el león pueden ser sometidos poco a poco, así el aliento (debe ser) controlado poco a poco; de otra forma mataría al

adepto.Durante miles de años los Yoghis han profesado la fi rme convicción de que gran parte de la agitación mental tiene su origen o está emparentada con Ia respiración, y que a mayor estado de excitación emocional, mayor ritmo res-piratorio se presentara y al revés.

: :

Page 11: Coplanet Nº 33

1616 171716

Para el yoghi el objetivo primordial de Ia practica de Yo-ga es el “control de las fl uctuaciones de la mente” (yoga citta vritti nirodha) Y.S. 1-2.

La disciplina o tecnología del Yoga llamada pränäyäma debe contribuir para que las grandes distracciones surgidas de la necesidad imperiosa de respirar (aliento vital) sean con-troladas. Esta es la función y objetivo básico del pränäyäma dentro de las diversas tradiciones del Yoga”. Esto implica el establecimiento de un dominio férreo y total de todos los procesos respiratorios.

Obtenido este control, la mente entra en un estado no co-nocible por vía de las palabras, únicamente accesible por la experiencia. El texto Hatha Yoga Pradipika (IV – 30) Iyengar, quien desarrolla una visión profunda y un método particular del pränäyäma a partir de una larga experiencia en solitario, nos dice:

“Cuando se ha absorbido prana y manas sobreviene un indefi nible gozo”.

Iyengar quien desarrolla una visión particular de pränäyäma ya que su método es resultado de una amplísima experiencia casi en solitario, nos dice:

“Citta (mente) es como un carro uncido a una pareja de po-tentes caballos, uno de ellos es el Prana (aliento), el otro es el deseo (v_sana), el carro se mueve en dirección del animal más potente. Si prevalece el aliento (Prana), los deseos son controla-dos, los sentidos retenidos y la mente aquietada. Si prevalece el

deseo la respiración se descontrola y la mente se mueve agita-da y alterada. Por tanto el yoghi logra el dominio de la ciencia de la respiración y mediante su control y regulación, obtiene el control de la mente, aquietando su constante movimiento”

Sabemos que la disciplina del pränäyäma no es una prácti-ca aislada del método general del Yoga sino que es una de sus componentes, y que una vez conquistada las etapas previas co-mo son los satkarman, los bandhas y mudra, y en particular las _sana viene el pränäyäma un escalón en el ascenso hacia la me-ta del Yoga.

El pränäyäma en su primera etapa implica el control de los procesos respiratorios y con ello infl uencia positivamente la mente, para que cada vez esté más tranquila.

Es menester enfatizar que esta disciplina, no se debe practi-car ajena al método del Yoga pues lo único que se lograría, seria la adquisición de habilidades respiratorias y excesos energéticos, muchas veces incontrolables.

Patañjali dice: “La respiración es el lugar de origen de las cuatro afl icciones que le siguen, las cuales pueden estar latentes, atenuadas, interrumpidas o expandidas”.

La disciplina del pränäyäma en el Hatha está basada en uno de los grandes descubrimientos de la anatomía sutil del Yoga, en el “Prana” hablando desde el punto de vista energético, es una especie de “bioenergía” que se encuentra en todo el universo.

Es muy importante recordar que según la fi losofía que so-porta al Yoga clásico (s_mkhya) tanto la mente (citta) como la

materia burda tiene su origen en la misma sustancia, o sea en la materia primordial (Prakriti) siendo lo único que las diferencia, el grado de densidad o condensación, ya que la mente (citta) tie-ne su aparición en la primera vibración y la materia bruta en la última, encontrándose ligadas, según S_mkhya por el linga sha-rira (cuerpo de la energía), según el Vedanta por el pränäyäma Kosha (envoltura de la” energía). Así tanto la mente como el cuerpo se encuentran ligados por el “Prana”.

Algunas de las vías del Yoga especialmente el Hatha Yoga fi jan su práctica en la mayor adquisición de esta energía a tra-vés de las técnicas delpränäyäma.

Otras escuelas de la vía Tántrica soportan sus técnicas del-pränäyäma en la obtención de este prana con la fi nalidad de transmutarlo en energías que incrementan la virilidad y con ello tener una mayor reserva energética sexual, fundamental para el desarrollo espiritual conseguido por el Tantra.

Para algunas escuelas que se ubican entre el Tantra y la Hatha, las técnicas delpränäyäma están asociadas a la disolu-ción de los Granthis (nudos energéticos) y como consecuencia al despertar de los chakras (círculos de energía) y con ello un incremento importante en el potencial para acceder a diversos niveles de conciencia, estas escuelas postulan, la necesidad de despertar la energía dormida (Kundalini) e irla ascendiendo a través de los Nadis (canales o circuitos de energía y Chakras.

Con este ascenso de la energía el practicante va accedien-do a niveles de conciencia y va penetrando gradualmente en

las constantes de sentido del orden de sí mismo y de todo cuanto le rodea, experiencia que es señalada por los textos clásicos de las diversas tradiciones, como inaccesible para el común de la gente.

Dicho sea de paso, la ejecución de estas técnicas no es sen-cilla, ni siguiera compleja, y puede ser más bien terriblemente complicada, para tal efecto, el yoghi deberá tener una fortale-za física incuestionable y un desarrollo de sus funciones espiri-tuales (incluidas aquí las intelectuales).

Cualquier persona que haya realizado un acercamiento se-rio al yoga podrá constatar que lo anteriormente dicho no es una exageración, ni tampoco una ilusión doctrinaria del Yoga.

El método consiste en primer lugar, en la purifi cación de los nadis (arterias-con-ductos) y la disolución de los granthis, luego en la canalización del fl uido pránico hacia la columna vertebral, posteriormente hacer circular por los diez nadis prin-cipales, una vez logrado esto es necesario la obstrucción de los nadis laterales y secundarios y focalizar todo el prana por el nadi central (Sushumna)

Hecho esto es menester que el alumno suba la energía por sushumna activando la energía gracias a las cualidades de cada Chakra, permitiendo con esto que el potencial de cada ser hu-mano, antes adormecidos, se expanda, experimentando la con-ciencia lucida del potencial humano en una expansión gradual, no realizada hasta ahora.

Cuando la energía ha recorrido uno a uno cada Chakra, es

: :

“La adquisición del objetivo del Yoga en general y de cualquier tradición del Yoga en particular,

así como de la maestría en alguna de las técnicas, es similar a la ascensión de la montaña más

Grande del mundo, el Everest.”

: :

Page 12: Coplanet Nº 33

19

pero, ¿qué es la masa?

cuando se habla de iluminación total, la experiencia profunda del potencial puro del ser humano.

En las diversas tradiciones del yoga la presencia a de un Guru Yoghi es fundamental. En las explicaciones de muchas tradiciones espirituales vdeinculadas al yoga, esta relación adquiere ante la mirada de una mente occidental un carácter religioso de dependencia. Sin embargo, en la mirada de un yoga laico, sigue vigente la necesidad de esta relación Maes-tro-discípulo. Esto se debe a que si vemos el yoga como una metodología (un método y un logos que va implícito) en el que los credos no son centrales, sino la experiencia que va adquiriendo el practicante. La fi gura del Guru representa el elemento eje del modelo pedagógico, un modelo de ejem-plo viviente, es decir la persona que nos acompaña en el de-sarrollo del yoga a partir de que ha vivido el yoga mismo en alguna de sus infi nitas rutas, y nos facilita el proceso como yoghi viviente.

La adquisición del objetivo del Yoga en general y de cual-quier tradición del Yoga en particular, así como de la maestría en alguna de las técnicas, es similar a la ascensión de la mon-taña más Grande del mundo, el Everest.

Imaginemos que un individuo un día de la noche a la mañana se ilusiona con la idea de que puede ascender dicha cumbre, se pone en marcha y sorteando todo tipo de obs-táculos llega hasta las faldas de la montaña disponiéndose a subir. Las posibilidades de que su empresa sea posible son

muy remotas, quizás una en un millón, porcentaje que varia-ría sustancialmente si se planteara la ascensión en cinco años y durante el transcurso el aspirante se preparara con un buen maestro, realizando pequeñas escaladas a montanas más fá-ciles de conquistar.

Así el individuo adquirirá fortaleza física, emocional y mental. Su espíritu no se amedrentará cuando las contingen-cias sean mayores. Acometer la empresa de la ascensión en es-tas condiciones y con la ayuda de un buen guía que conozca el camino a la perfección (porque lo haya recorrido) desde lue-go que al menos en cuestión de porcentaje hay mas garantía de éxito, pues hay orden, medida, inteligencia y experiencia. Las posibilidades de obtener el logro serán mayores, y se re-ducirán drásticamente cuando se intente realizar de manera espontanea y caótica.

Con el Yoga sucede igual, el objetivo es muy difícil, pero factible si se acomete como los cánones mandan. La experien-cia de miles de Yoghis durante miles de años lo ha demostrado, sin embargo todo esto funciona si se practica, si se deja esto a la especulación racional, el método jamás funcionara, ya que no se fundamenta éste en el conocimiento racional o emocional si-no en la práctica que conduce a la experiencia, la cual conlleva una inteligencia intuitiva que permite develar las capacidades y formas específi cas de cada individuo concreto.

Dice un gran pensador hindú al respecto que “El Yoga so-lo se conoce a través del Yoga. ■

191818

Es cuestionable el efecto de la publicidad en los medios de comunicación y cómo a través de estos últimos llega al ciudadano para alterar su conduc-ta. Un ejemplo de este tipo son las noticias am-bientales y sus efectos en la sociedad, de manera que pueden contribuir de forma positiva a evi-tar un mayor aumento de la degradación del pla-neta, e incluso, provocando ciertos cambios en el público, para lograr de esta manera efectos posi-tivos sobre el medio ambiente.

Es posible mediante la responsabilidad y una actitud po-sitiva, pero también de respeto ante la vida y los seres huma-nos, lograr un cambio que nos haga posible darnos cuenta de lo mucho que tenemos, y cómo la manera y la forma que tenemos de cuidar y respetar la naturaleza y nuestro entor-no es vital para continuar crecien-do en la sociedad en que vivimos actualmente.

Algunos periodistas colocan noticias que puedan impactar al público, según a ellos les interese. Un ejemplo de esto puede verse si comparamos algunos de los princi-pales diarios de prensa británica, como “The Times”, que es un perió-dico más conservador, o “The Guar-dian”, que, en cambio, es más de izquierdas, y fi nalmente “The Inde-pendent”, que se inclina más hacia el partido Laborista, aunque de al-gún modo es más de derechas que de izquierdas. Si hacemos un am-plio resumen sobre la cultura ideo-lógica y la manera en que infl uye en la redacción de las noticias, nos encontramos con diferen-tes actitudes acerca de la responsabilidad humana en el dete-rioro medioambiental, en cada uno de estos diarios.

Algunas lecturas al respecto, como Mario Nieves, en su articulo,“El aumento del consumo y el medio ambiente. Di-mensiones Ecológicas de la sociedad”, son de gran interés y po-nen de manifi esto las diferencias en la forma de comunicarse de unos y otros medios. Si bien la lucha contra el deterioro del medio ambiente y el cambio climático es tarea de todos, par-te de la responsabilidad podrían tenerla también los medios de comunicación, junto con la clase política y el poder económico, social y mediático que esto provoca en la sociedad.

Sería bueno que, aprovechando su tremenda capacidad de influencia, los medios de comunicación asumieran fun-ciones pedagógicas en temas como el medio ambiente. En

especial Internet, ya que como todos sabemos es un medio global, utilizado cada día por millones de usuarios...., pe-ro que además, a diferencia del resto de medios, permite a cualquier usuario colocar sus diferentes opiniones en chats y foros dedicados a muy diversos temas.

Los cambios producidos en general en grandes áreas de la sociedad son responsabilidad de todos en su conjunto; en realidad, si miramos qué podemos hacer cada uno de noso-tros, nos damos cuenta de que los cambios globales empie-zan también por uno mismo, lo cual demuestra que, pese a la gran infl uencia de los medios de comunicación y políticas dirigidas a poderes económicos o el seguimiento fi el y “leal” de diferentes ideologías, el cambio positivo está en cada de nuestros actos.

Desde mi punto de vista, uno de estos cambios, está en el vegetarianismo, una práctica cada vez más común en algunos secto-res de la población, que si bien es-ta relacionada con sociedades más de tipo oriental que occidental y ligada a la práctica de actividades como el Yoga o el Taichi, tiene una base muy sólida y bien argumenta-da, no sólo como el camino a una dieta más saludable, si no también como una limpieza interior y una forma de ser más coherente y res-ponsable con la naturaleza, de ma-nera que a través de esta práctica sean sacrifi cados menos animales, además de poder vivir a través de alimentos relacionados de forma más directa con el sol, fuente de nuestra energía.

En mi opinión es fundamental cambiar el modo en que los medios de comunicación informan sobre el cambio climá-tico; deberían ampliar espacios de televisión, y radio, sin se-guir, unas líneas ideológicas impuestas por los protectores o los “dueños”, ofreciendo una información más amplia, mucho más diversa y objetiva.

Es importante conocer y dar a conocer los diferentes sitios y páginas web que hablen sobre el cambio climático, ya que la publicidad afecta a nuestra forma de actuar, de comprar, de consumir..., de manera que las personas que navegan por In-ternet puedan ver más anuncios sobre cambio climático, cómo afecta a nuestro país, consecuencias a largo plazo; sería conve-niente dedicar también algún espacio en páginas web univer-sitarias, crear canales de chats sobre cambio climático, foros dedicados en exclusiva a este tipo de noticias, etc... ■

Juan Manuel Hidalgo

[email protected]

comunicacióny cambio climático

Opinión

Page 13: Coplanet Nº 33

Un periodista mexicano, me preguntaba si po-día escribir algo para publicarlo él en su perió-dico, como respuesta al malestar presente en la sociedad mexicana a raíz del notable incremen-to de las muertes violentas en este país. Acepté el reto especialmente porque el tema es univer-sal. Si el SMA Dr. Serge Raynaud de la Ferriere postula que es necesario poner “una nueva hu-manidad en marcha”, lo que suena equivalente a las palabras del SHM Dr. José Manuel Estrada “implantar un nuevo estado de consciencia so-bre el planeta”, resulta entonces necesario re-fl exionar sobre el tema de la violencia que pa-rece en contra vía de tales motivaciones. Les comparto el resultado de dichas refl exiones. Cómo escribir sobre un asunto complejo como lo es el de la violencia, sin caer en lugares comunes o soluciones mágicas o sim-ple especulación. Para em-pezar hay que señalar que las sociedades humanas tal como le ocurre a cada per-sona de manera particu-lar, transita por momentos que suelen ser en algunos casos molestos llegando inclusive a tomar matices dolorosos. Etapas que pue-den llegar a caracterizar-se por expresiones exalta-das de violencia y barbarie. Es fácil encontrar muchos ejemplos históricos en países y regiones, en los cuales pareciese que efectivamente el único califi cativo válido para el ser humano es el de bestia infame y alevosa. Frente a estas situa-ciones siempre surge una pregunta de fondo: qué hacer. Existen muy diversas posibilidades para responder a tal pregunta. Hay quienes to-man una posición pesimista-miedosa y piensan que el ser humano es un depredador natural y que solo mediante castigos ejemplares es posi-ble mantenerlo controlado y entonces invocan al estado para que tome fuertes medidas repre-sivas. Hay quienes valoran todo desde un án-gulo casi profético y asumen que simplemente son señales del fi n de los tiempos y que por lo

tanto no hay nada que hacer. O también los hay que creen que la solución es divina, que no hay poder humano que logre controlar la violencia sin engendrar más violencia.

Si se logra controlar el miedo y el estupor que producen la barbarie y el comportamiento deshumanizado de algunos po-cos, que realmente son pocos, y se piensa con claridad, es fácil darse cuenta que el origen de todos los problemas humanos si-gue siendo el mismo…. LA EDUCACIÓN. Se ha construido una so-ciedad basada en una educación cuyo objeto básico es formar al individuo en el manejo de la relación TENER- HACER. Todo gravita alrededor del tener y para ello basta con aprender a hacer. Este enfoque educativo es una consecuencia lógica de la denominada sociedad de consumo, en la cual un ser huma-no se valora por su capacidad de consumir; así, entre mayor

sea esta capacidad más alta es su estima. Tener mejores coches, me-jores casas, más comodidades, es un símbolo de éxito social y conse-cuentemente se justifi ca cualquier cosa. Esta tendencia de búsqueda desaforada del tener ha llevado a afi ncar una sociedad fuertemente inequitativa, en la cual unos po-cos tienen mucho y muchos tienen muy poco. Todo esto es un caldo de cultivo para la delincuencia, la corrupción y la violencia. Es ese afán desaforado por tener, lo que lleva a algunos a hacer cualquier cosa, inclusive matar a congéne-res simplemente porque les reco-nocen como competencia para sus propios intereses.

Es necesario darle a la educación un componente hasta ahora no existente en la misma: la espiritualidad. Una espiri-tualidad no religiosa, puesto que se puede ser espiritual y no ser religioso y ser muy religioso y no ser espiritual. Una espi-ritualidad que permita al ser humano descubrir y mantener el orden interior, su propio orden interior y desde allí sabo-rear una experiencia que podría reconocerse como un prin-cipio de identidad en el presente, que consecuentemente le llevará a valorar todo lo que ES dentro y fuera de él. Una es-piritualidad que permite llegar a tener pero evitando lo que le suele ocurrir a la inmensa mayoría de la humanidad: son las cosas las que los tienen a ellos.

El camino de la espiritualidad puede ser laico completa-mente si se desea; no depende de mantener ninguna prác-tica religiosa particular. La espiritualidad es un camino que

20 21

todo menos el miedo

Opin

ión

Gerardo Motoa

lleva al animal racional a transformarse en ser humano. Por defi nición somos animales racionales; es decir, seres físicos-anímicos-mentales, y por decisión, necesidad y especialmen-te porque se asume la responsabilidad sobre si-mismo y se trabaja en ello, es que se puede lograr el desarrollo de la na-turaleza espiritual. Y claro, el camino no termina allí; es po-sible seguir avanzando y desarrollar otras posibilidades tras-cendentes que en resumen se signifi can como lo crístico, lo cósmico y lo absoluto. Palabras mayores.

En fi n, la solución a la violencia no se consigue bajando la cabeza o aislándose con la esperanza de que todo se re-suelva solo o por intervención divina. No se les puede dar a los violentos la señal de que están ganando simplemente porque han logrado intimidarnos. No. Hoy más que nunca se requiere que quienes creen en la posibilidad de controlar la violencia trabajemos para acelerar la práctica de una educa-ción basada en la espiritualidad. Una espiritualidad en prin-cipio fundamentada en una vivencia ética de la vida y no simplemente moralista. La ética del discernimiento como ca-pacidad para decidir que ponemos dentro de nosotros y así evitar colocar en nuestro interior tanta basura; La ética de la austeridad que evita comprar y comprar simplemente por comprar y no por necesidad; la ética del estudio de la propia naturaleza para resolver las disfuncionalidades y no caer en el engaño; la ética del gusto existencial por la vida y con la vida por el solo hecho de estar vivos; y la ética de tener una idea de Dios, cualquiera que está sea y además estudiar a ese dios en todas sus manifestaciones sin quedarse solo en creen-cias o conjeturas.

Tal vivencia ética, debe acompañarse de la búsqueda permanente del cognocimiento. O sea, del estudio de las le-yes que gobiernan el orden humano interno y externo. La cognosis es un sistema de desarrollo de la consciencia, lo que signifi ca conocer las leyes de la vida humana y así superar la ignorancia original que lleva al desorden y al caos. El or-den descubierto mediante el estudio de las leyes que rigen la vida humana (cognosis), debe lograrse y mantenerse a tra-vés de la autodisciplina. Esta última resulta indispensable en la vida espiritual. Sin autodisciplina la cognosis se queda en simple especulación y la pretensión de lograr una vivencia ética de la vida, se quedará en solo eso, una pretensión y por lo tanto la espiritualidad estará ausente.

Si un ser humano en particular logra desarrollar su espi-ritualidad, la misma tiene que llevarlo a ser más creativo pa-ra construir una sociedad que realmente permita la equidad y la convivencia fraternal entre todos los seres humanos y re-fl eje una experiencia sabia de la existencia humana. Equidad, fraternidad y sabiduría, tres atributos de la nueva cultura, la cultura de Acuarius. En fi n, cualquier cosa menos el miedo. ■

“Si un ser humano en particular logra desarrollar su espiritualidad, la misma tiene que llevarlo a ser más creativo para construir una sociedad que realmente permita

la equidad y la convivencia fraternal entre todos los seres

humanos y refl eje una experiencia sabia de la existencia humana.

Equidad, fraternidad y sabiduría, tres atributos de la nueva cultura,

la cultura de Acuarius. En fi n, cualquier cosa menos el miedo.”

“Si se logra controlar el miedo y el estupor que producen la barbarie y el comportamiento

deshumanizado de algunos pocos, que realmente son pocos, y se

piensa con claridad, es fácil darse cuenta que el origen de todos los problemas humanos sigue siendo

el mismo…. LA EDUCACIÓN.”

Page 14: Coplanet Nº 33

Opinión

Nos movemos en esos parámetros en esta Si echamos una mirada al diccionario, vemos que la palabra soñar tiene varios signifi cados. Así, encontramos lo siguiente: “Representarse en la imaginación escenas o sucesos durante el sue-ño”. Otro es “fantasear, imaginar como verdade-ras y reales cosas que no lo son”, y por último, “desear mucho una cosa”.Signifi cados diferentes con algo en común: es en la mente el lugar donde tienen lugar los sucesos.

Las diferencias de estas acepciones están claras; el primer signifi cado de sueño estaría en el campo del subconsciente y los otros en el consciente.

Cuando dormimos, dejamos nuestro mundo consciente y salimos de los paramentos espacio-tiempo y nos vamos a ¿…?. El gran misterio. Parece ser que du-rante este lapso de tiempo todos soñamos y nuestro cuerpo perma-nece a veces sin movilidad, otras puede emitir sonidos, palabras, realizar gestos.

Los científi cos ya no dudan de que el soñante esta viviendo algo. Ese algo esta fuera de control, per-tenece a esa parte de nosotros que se llama inconsciente.

En ese inconsciente cabe todo, es el cajón de sastre, no cabe duda: sueños, fantasías, realidad, sucesos olvidadas. Así, cuando nuestro ojo consciente no ve, el inconsciente comienza a hacer de las suyas. Mez-cla deseos no cumplidos con cosas deseadas, con personas y persona-jes reales o imaginarios.

A veces, al despertar, recordamos alguna escena y com-probamos si tiene algo que ver con lo que vivimos en este lla-mado mundo real. Vemos a personas que han fallecido, a las que hace tiempo no hemos visto, a las que conviven normal-mente con nosotros, o a personas desconocidas, y nos relacio-namos con ellas. Vivimos sensaciones de caídas, de angustias, de alegrías, de penas. A veces salen nuestros miedos más pro-fundos y nos encontramos en lugares desconocidos. Nos fabri-camos historias…

Corremos, lloramos, sentimos; en una palabra, vivimos en otro lugar, tal vez paralelo al habitual, como nos lo mostraba la película Avatar de forma tan bella.

En fi n, a pesar de que hay personas que dicen que no sue-ñan nunca, parece ser que sólo se topan con el olvido, que nos

cubre con un velo poco antes de despertar.Muchas veces, eso si, podemos rescatar algunas situacio-

nes, y aquí entraríamos en la interpretación de los sueños, sobre la que tanto se ha investigado.

Algunas raras veces, los sueños son especiales, pues de-jan un regusto diferente, se recuerdan con más claridad. Puede ser que se haya tenido acceso a la intuición, facultad que abre otro tipo de puerta. Aquí puede haber avisos, a tra-vés de símbolos, palabras o sucesos que nos ponen en alerta; no descubren, nos orientan.

A estos pertenecen los famosos sueños del faraón de Egipto que interpretaría Moisés, Los sueños de Jacob, los avi-sos provenientes de Yaveh a los profetas hebreos de los que habla la Biblia. Y esos que interpretamos como corazonadas y que luego se realizan.

La ciencia desde siempre ha tra-tado el tema, los escritores tanto en poesía como en prosa han llenado páginas y páginas al respecto y el ci-ne ha tomado para su argumento este tema muchas veces.

Ahora tenemos en las cartele-ras de las salas de cine la pelícu-la Origen; en ella, con todo lujo de detalles, se van dan informa-ciones sobre lo que ocurre en el sueño, mezclando fantasía y reali-dad. Tratan de recrear y poner en si-tuación al espectador, llevarle a tra-vés de paisajes oníricos, hacerle vivir y sentir el vértigo, el caos, el miedo, la aparición y desaparición de cosas, personas y paisajes, a tener encuen-tros, realizar acciones. a soñar. Y to-

do con el mensaje claro de que los sueños se pueden manipular, dirigir de antemano.

Esta película de ciencia fi cción nos lleva a ese mundo des-conocido, con unos efectos especiales fantásticos, en el doble sentido de la palabra, que nos atrapa, nos angustia, nos mete de lleno en el tema.

Y pregunto: independientemente de lo bien hecha que esté la película o de lo descabellado del argumento, ¿no se-rá que todo esto nos ya nos es familiar y nos metemos de lle-no en la pantalla porque queremos saber más? ¿Dónde co-mienza la realidad y dónde la fantasía? ¿Qué es lo real?¿No será lo que vivimos nada más que una proyección de lo que soñamos?...

Calderón de la Barca en su obra La vida es sueño decía: “…Y todo en la vida es sueño, y los sueños sueños son”.

soñar

Hace ya varias décadas que comencé a estu-diar los Valores y las Virtudes Humanas. Le siguió el estudio de la Axiología o Jerarqui-zación de los mismos, y me encontré con las Virtudes Teologales: Fe, Esperanza y Caridad.

En primera instancia entendía la importancia de estas 3 Vir-tudes Teologales, sin llegar a comprender toda la profundidad y el signifi cado de ellas para la vida cotidiana, hasta que empecé a darme cuenta y refl exionar sobre los problemas y retos a los que nos enfrentamos diariamente.

Hace un par de semanas, mi hijo como los hijos de muchos otros, ha terminado sus estudios profesionales y no le es fácil en-contrar un trabajo, y mucho menos bien remunerado, lo que le genera afl icción y estrés: en dicha situación, muchos jóvenes pier-den el entusiasmo e incluso el sentido de vida y algunos llegan a la desesperación, a trabajar en activida-des ilícitas y a la muerte por suicidio.

También conozco muchos pro-fesionales que, teniendo trabajo en empresas públicas o privadas en las que existe una competencia muy mal encaminada, trabajan cada vez más horas para ser reconocidos, en detri-mento de su tiempo, el cual no les alcanza para recrearse, convivir con la familia y en muchas ocasiones sa-tisfacer sus necesidades básicas más elementales, como comer, dormir y atender sus necesidades fi siológicas.

Ejecutivos de alto nivel envejecen muy jóvenes, y sus familias quedan a un lado o destruidas. Esto es un excelente “caldo de cultivo” para las neurosis y en-fermedades de tipo psicológico y físico.

La esclavitud y la explotación del ser humano por el ser hu-mano sigue vigente, incluso con métodos y formas de explota-ción “sutiles”, algunas de las cuales pueden llamarse “Tarjetas de Crédito o Préstamos Bancarios”.

Y qué decir de los hechos violentos que se dan en muchos paí-ses, que se suman al deterioro del medio ambiente y pueden lle-var a percibir que vivimos en un tiempo apocalíptico, de fi n del Mundo o al menos de una Era.

También podemos “acostumbrarnos” a ver, que estas cosas son así e inclusive podemos justifi car que nos las merecemos. Si so-mos indolentes, pasivos, dejamos de asumir nuestra responsabili-dad personal sobre estos acontecimientos y no queremos ver más allá de nuestra nariz.

Frente a todos estos problemas surge la virtud de la ESPERANZA, que bien puede entenderse y vivirse como la ilusión, el deseo, la

confi anza o certeza de que estas cosas cambien. Sin embargo, a ve-ces me parece que nos quedamos en la convicción de que “el mundo es así” y siempre ha sido de esta manera; hay etapas buenas y malas para algunos países, lugares del mundo o para la humanidad.

Frente a estos pensamientos, surge en mí la confi anza y la certeza de que el mundo puede ser de otra manera, que pode-mos vivir en un mundo de armonía, respeto y fraternidad. Quizás por eso han aparecido los Grandes Maestros de la Humanidad en diferentes partes de nuestro Planeta, para enseñarnos que la vi-da no tiene que ser como la vivimos actualmente, sino que pode-mos hacer de nuestra cotidianidad un Verdadero Paraíso Terrenal.

Para alcanzar esto, la Humanidad en su conjunto tendría que desarrollar una buena dosis de ESPERANZA de que nuestra realidad cotidiana puede ser diferente. Muchos LÍDERES como Quetzalcóatl, Wiracocha, Lao Tse y otros, en diferentes Culturas

y Pueblos, nos lo han querido ense-ñar. Yo conocí a uno de esos LÍDERES de la Humanidad que se llamaba José Manuel Estrada Vázquez.

Hace poco algunos de mis ami-gos y conocidos estuvieron en el Perú, celebrando el Kumba Mela o “Fiesta del Aguador” (festividad que se reali-za cada 12 años), cerca o en Machu Pi-chu, lugar que he visitado varias veces y donde he constatado la Grandeza de la Civilización Inca, como la de otras muchas culturas que nos han dejado testimonio del Desarrollo Humano, Transpersonal y de la Consciencia. Para recordar que “El Sol sale para todos”.

Si dejamos nuestro egoísmo, vanidad y soberbia a un lado y de-jamos de producir sólo para tener y

acumular, podemos trabajar cotidianamente para ser y desa-rrollarnos, especialmente cuando nos unimos todos, sin distin-gos de sexo, raza, nacionalidad, clase social; orientación sexual, política, religiosa, mística o iniciática.

Aportando cada uno de nosotros lo mejor de sí mismo, para el benefi cio colectivo, pasando del Yo al Tú, del Tú al Nosotros y del Nosotros al Ellos, renovaremos nuestra ESPERANZA, para que este mundo y el venidero sean mejores para todos.

No solamente necesitamos poner nuestra Fe, Esperanza y Ca-ridad, para lograr nuestro encuentro con la Divinidad, sino que es la práctica cotidiana de estas virtudes teologales la que nos acerca y permite vivenciar en el día a día lo divino de nuestra condición humana. Dicho de otra manera, el desarrollo de las virtudes teo-logales no es solamente la meta, sino que representa el camino, el Sendero de lo Divino. ■

Juan Carlos Ortíz

Opin

ión

Opin

ión

2322

: : hope : :esperanza

Puri González

Page 15: Coplanet Nº 33

24

Expe

rienc

iaExperiencia

Reunido un grupo variopinto de personas de dis-tinto origen y condición para pasar unos días des-conectados del ajetreo de la vida cotidiana. “Yoga, Arte y Naturaleza” es el lema, al lado de un Maestro de Sabiduría.

Levantarse antes de amanecer, en plena oscuridad aún, pa-ra empezar el día con el rostro soñoliento, despertando poco a poco bajo la inmensidad del cielo estrellado y la luna, seguida de cerca por Júpiter, que nos contempla desde su posición privi-legiada. Detrás, el telón de fondo musical enmarca una escena poco habitual de sombras inmóviles sentadas en actitud de con-templación en plena noche.

Después de un rato, las sombras empiezan a moverse, y en el mismo escenario, aún oscuro, los cuerpos se ponen en movi-miento, estirándose en una serie de ejercicios al son, ahora, de ritmos más dinámicos.

Así comienza cada mañana, con diferentes actividades: un momento de conexión a través del verbo con lo más alto o lo más profundo que cada cual presiente en sí, intercambiando después impresiones acerca del difí-cil arte de vivir en plenitud. A con-tinuación, el desayuno y el tiempo para colaborar en los trabajos del as-rham, el jardín, la huerta, la cocina…

Más tarde, el taller de pintura, de fotografía o de poesía, desper-tando la creatividad de cada quien y comprobando que cuando hay una conexión real con lo más interno, la obra de arte brota sola, espontánea, y se recuperan habilidades olvida-das, o se rompen tabúes acerca de la propia incapacidad.

Algunas excursiones memorables también.A la playa, caminando por el borde de un acantilado y ba-

ñándonos en medio de las olas en un abrazo piel con piel con el mar.

A la montaña, caminata por las alturas del lugar, paisaje im-ponente de nieblas y nubes, rastros de vidas humanas del pa-sado, cuando las gentes se tomaban el trabajo de conservar en

grandes pozos la nieve del invierno, hasta el verano, y la traspor-taban trabajosamente a los pueblos del valle.

A destacar las experiencias meditativas en fusión con el pai-saje vivo y sonoro del mar, o con el majestuoso y silencioso sol de fondo descendiendo lentamente en tonos cada vez más anaran-jados hasta sumergirse en el horizonte montañoso.

El lugar de encuentro tiene algo especial. ¿Es a causa de que nos hace sentirnos como en casa? ¿Son las personas, es la atmós-fera, la predisposición que trae cada uno? ¿O serán los madru-gones, el calor que por momentos ataca sin piedad? ¿Será la sa-brosa comida con que nos deleitan? ¿Acaso el buen humor que reina en el ambiente? Sea lo que sea, las conclusiones son positi-vas, y seguramente la intensidad de la experiencia extenderá su infl uencia de vuelta a lo cotidiano. Una experiencia sencilla en su apariencia, a la vez que sorprendentemente fructífera.

He aquí un botón de muestra de uno de los frutos del taller de escritura:

«La paz, la sencillez de la infan-cia, la calma… es difícil resumir tan-tos sentimientos en tan sólo unas lí-neas. E igualmente lo es elegir sólo uno de entre tantos bellos momen-tos. Tal vez lo más acertado sería no elegir nada, comenzar con el princi-pio, con la llegada.

Fue como una vuelta en el tiem-po. Se lo está presagiando al tran-seúnte esa puerta blanca de la en-trada en la fi nca. Esa puerta con sus fl orecitas rosas, verdes y azules que parece que habla. Me llamó “Alicia”. Le dije que me llamo Mónica, pero no me hizo caso. Me dijo: “Alicia, en-

trarás ahora en el País de las Maravillas. Y si no lo crees, mira a tu alrededor”. Le hice caso. Y vi esa morera, como la morera de mi niñez, del jardín de mi abuela. La vi y pensé abrazarla, pero me contenté con sonreírle como a una antigua amiga a la que recuerdas pasados un sinfín de años. La morera no fue tan dis-creta: Me besó. Me besó con besos rojos de dulces moras que me colorearon los labios… y la ropa. Me dijo “bienvenida”. Y yo me sentí amada. Y a mi vez empecé a amar». ■

Simona Nita

crónica de unos días de verano

En diciembre me ofrecí voluntario para traba-jar en el ashram del Valle Sagrado en Calca, Perú, acepte las condiciones propuestas y me preparé para ir, ultimé detalles con mi familia, organicé mis clases de yoga y a fi nales de abril me dispuse a partir.

El día 4 de mayo, después de despedirme de mi hija Mó-nica y de mi mujer, me encamino hacia Madrid, de ahí a Li-ma y después de más de 26 h. de viaje llego a Cusco. Ahí me espera Noelia, ella me lleva en taxi a los minibuses de Cal-ca, a las 12 llego al ashram; decido darme un baño en el río, qué fría está el agua, no me meto del todo, me remojo un poco todo el cuerpo, me seco, me llaman a comer, come-mos y me acuesto toda la tarde. Nada más levantarme, co-nozco a todo el equipo de voluntarios, hablo con Juan Car-los para ver lo que hay que hacer con la luz, yo tengo el encargo de la instalación del comedor y la co-cina, ahí me centro. Trabajamos intensamente con lo que nos faci-litan, menos mal que me traje he-rramientas, pues había muy pocas, las que habían dejado otros equi-pos de trabajo que nos habían pre-cedido; aquí nos lo dan todo des-pués de pedirlo muchas veces; de hecho, la toma de tierra no se ha puesto, nos compran un poco de cable y con eso tenemos para todo el mes de mayo, la falta de dine-ro se agrava llegado junio, menos mal que lo imprescindible, el pago

a los trabajadores, compra de materiales para la construc-ción y algo más se cubrió, pero se notó la escasez; de hecho, nos alimentaban con el mismo presupuesto fuéramos diez o veinte,v había sopa todos los días al mediodía y en la ce-na, después un segundo de arroz, papas, quínoa, maíz, al-guna vez huevo, y alguna que otra leche; a la noche era más frugal, pues la sopa se acompañaba de atole, y algún otro liquido; aprendí a dormir bien, pues el estomago ca-si no tenia trabajo; de todos modos, la comida era bien ri-ca sin tanta elaboración. Recuerdo con agrado muchos he-chos, me entristecen si son negativos, me alegran si son positivos, pero lo que me satisface es que yo buscaba so-luciones en vez de buscar culpables, quizás porque no te-nia responsabilidades ante los trabajos, o quizás porque me tomaba lo que sucedía con humor, a veces me reía de

mi mismo a carcajadas. A media-dos del mes de junio llegó Carlos y nos sugirió practicar disciplinas: a mí no me costó, pues habíamos practicado de diferentes clases, caminar, yoga, gimnasia, traba-jos, música, tertulias; así que nos pusimos a ello, a las 5 armoniza-ción, después gimnasia y por úl-timo el ceremonial; para mi sor-presa, en la gimnasia me siento mucho mas ágil y dinámico que cualquier día anterior; es el resul-tado de este mes y medio de vo-luntariado, magnífico y esplén-dido, se lo recomiendo a todo el mundo. ■

ser voluntario de una obra

Joaquín Cuartelles

[email protected]

Page 16: Coplanet Nº 33

Bruselas 8, bajo · 18008 GRANADA - Tel.: 902 221 539 - [email protected]

• Naturopatía• Osteopatía• Quiromasaje• Acupuntura• Hidroterapia de Colon• Organometría• Método Gesret

CURSOS: • Naturopatía

• Quiromasaje

• Acupuntura

• Flores de Bach

• Osteopatía

• Quiropraxia

• Shiatsu

• Q. Superior

SEMINARIOS:• Drenaje Linfático

• Tejido Conjuntivo

• Refl exología Podal

• Flores de Bach y

• Mediterraneo

• Tui-na

• Hernia de Disco

• Cadenas Musculares

• Shiatsu

• Quiromasaje Deportivo

26 27

Page 17: Coplanet Nº 33

SilencioEn el corazón de la palabrasHay silencioY más adentroEn el corazón del silencioSe oye el canto de la vidaEn silencio

José Marcelli

Page 18: Coplanet Nº 33

Composici�n

Page 19: Coplanet Nº 33

Composici�n