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1 CRÓNICAS DE JURISPRUDENCIA 2010 TUTELA JUDICIAL EFECTIVA art. 24.1 CE. DOCUMENTO DE TRABAJO Francisco Moya Hurtado SUMARIO. 1. Introducción. 2. Admisión. 2.1. Agotamiento vía judicial previa. 2.2 Extemporaneidad. 2.3 Falta de legitimación para recurrir. 3. Civil. 3.1 Acceso al proceso. Legitimación para ser parte la Sociedad General de Autores. 3.2 Acceso a los recursos. Recurso de reposición, art. 452 LEC. 3.3 Error patente. Documentos omitidos. 3.4 Incongruencia omisiva. Falta de respuesta a la extemporaneidad del incidente de nulidad. 3.5 Indefensión. Ejecución hipotecaria. 3.6. Indefensión. Notificación de ejecución a titulares registrales. 3.7. Motivación. Cuantía fijada como indemnización por vulneración del derecho a la propia imagen. 4. Penal. 4.1 Derecho a no ser sometido a torturas ni a tratos inhumanos o degradantes. Archivo de denuncia. 4.2 Error patente. 4.3 Incongruencia omisiva. 4.4 Incongruencia omisiva. 4.5 Indefensión. Traslado de recurso de queja. 4.6 Indefensión. Efectividad de notificación a través del Colegio de procuradores. 4.7 Intangibilidad de resoluciones judiciales firmes. 4.8 Motivación. Atenuantes. 4.9. Motivación. Orden europea de entrega y detención. 4.10. Motivación. Orden europea de entrega y detención. 4.11 Motivación. Prescripción. 4.12 Motivación. Prescripción. 4.13. Motivación. Prescripción. 5. Contencioso administrativo. 5.1 Acceso a la jurisdicción. Interrupción de la prescripción por reclamación previa en vía civil. 5.2 Acceso a la jurisdicción. Extemporaneidad de la impugnación de acto presunto. 5.3 Acceso a la jurisdicción. Falta de alegaciones en procedimiento económico administrativo. 5.4 Acceso a la jurisdicción. Falta de alegaciones en procedimiento económico administrativo/Firmeza de liquidación tributaria. 5.5 Acceso a la jurisdicción. Falta de legitimación activa de asociación. 5.6 Acceso a la jurisdicción. Falta de legitimación activa de concejala. 5.7 Acceso al proceso. Falta de legitimación activa de colegio profesional. 5.8 Acceso a la jurisdicción. Falta de legitimación activa de sindicato. 5.9 Acceso al proceso. Inadmisión de demanda por no concretar petición frente a los actos impugnados. 5.10 Acceso a la jurisdicción. Razonabilidad de resolución que impide el acceso. 5.11 Derecho a obtener una resolución sobre el fondo de las pretensiones. 5.12 Incongruencia extra petitum y omisiva. 5.13 Intangibilidad de resoluciones judiciales firmes. Pronunciamiento judicial previo 5.14 Intangibilidad de resoluciones judiciales firmes. Pronunciamiento judicial previo 5.15. Intangibilidad de resoluciones judiciales firmes. Pronunciamiento judicial previo. 5.16 Motivación. Igualdad. Expulsión de extranjero.

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CRÓNICAS DE JURISPRUDENCIA 2010 TUTELA JUDICIAL EFECTIVA art. 24.1 CE.

DOCUMENTO DE TRABAJO Francisco Moya Hurtado

SUMARIO. 1. Introducción. 2. Admisión. 2.1. Agotamiento vía judicial previa. 2.2 Extemporaneidad. 2.3 Falta de legitimación para recurrir. 3. Civil. 3.1 Acceso al proceso. Legitimación para ser parte la Sociedad General de Autores. 3.2 Acceso a los recursos. Recurso de reposición, art. 452 LEC. 3.3 Error patente. Documentos omitidos. 3.4 Incongruencia omisiva. Falta de respuesta a la extemporaneidad del incidente de nulidad. 3.5 Indefensión. Ejecución hipotecaria. 3.6. Indefensión. Notificación de ejecución a titulares registrales. 3.7. Motivación. Cuantía fijada como indemnización por vulneración del derecho a la propia imagen. 4. Penal. 4.1 Derecho a no ser sometido a torturas ni a tratos inhumanos o degradantes. Archivo de denuncia. 4.2 Error patente. 4.3 Incongruencia omisiva. 4.4 Incongruencia omisiva. 4.5 Indefensión. Traslado de recurso de queja. 4.6 Indefensión. Efectividad de notificación a través del Colegio de procuradores. 4.7 Intangibilidad de resoluciones judiciales firmes. 4.8 Motivación. Atenuantes. 4.9. Motivación. Orden europea de entrega y detención. 4.10. Motivación. Orden europea de entrega y detención. 4.11 Motivación. Prescripción. 4.12 Motivación. Prescripción. 4.13. Motivación. Prescripción.

5. Contencioso administrativo. 5.1 Acceso a la jurisdicción. Interrupción de la prescripción por reclamación previa en vía civil. 5.2 Acceso a la jurisdicción. Extemporaneidad de la impugnación de acto presunto. 5.3 Acceso a la jurisdicción. Falta de alegaciones en procedimiento económico administrativo. 5.4 Acceso a la jurisdicción. Falta de alegaciones en procedimiento económico administrativo/Firmeza de liquidación tributaria. 5.5 Acceso a la jurisdicción. Falta de legitimación activa de asociación. 5.6 Acceso a la jurisdicción. Falta de legitimación activa de concejala. 5.7 Acceso al proceso. Falta de legitimación activa de colegio profesional. 5.8 Acceso a la jurisdicción. Falta de legitimación activa de sindicato. 5.9 Acceso al proceso. Inadmisión de demanda por no concretar petición frente a los actos impugnados. 5.10 Acceso a la jurisdicción. Razonabilidad de resolución que impide el acceso. 5.11 Derecho a obtener una resolución sobre el fondo de las pretensiones. 5.12 Incongruencia extra petitum y omisiva. 5.13 Intangibilidad de resoluciones judiciales firmes. Pronunciamiento judicial previo 5.14 Intangibilidad de resoluciones judiciales firmes. Pronunciamiento judicial previo 5.15. Intangibilidad de resoluciones judiciales firmes. Pronunciamiento judicial previo. 5.16 Motivación. Igualdad. Expulsión de extranjero.

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6. Social. 6.1 Acceso a la jurisdicción. Impugnación de laudo arbitral. 6.2 Acceso al proceso. Subsanación de defectos art. 81.1 LPL. 6.3 Intangibilidad de resoluciones judiciales firmes.

1.- INTRODUCCIÓN. En el periodo de la presente crónica, 2009-2010, se recogen 40 Sentencias con pronunciamiento específico sobre el derecho a la tutela judicial efectiva, art. 24.1 CE, de las que 10 fueron dictadas por Sección y las restantes por Sala. Las Sentencias hacen aplicación de la doctrina ya existente sobre las vulneraciones denunciadas. Destacar la referencia que contiene la STC 43/2010, de 26 de julio, a la función del incidente de nulidad de actuaciones y al papel de los Tribunales ordinarios como garantes de los derechos fundamentales tras la reforma de la LOTC por LO 6/2007. Se recogen pronunciamientos contenidos en las Sentencias sobre la admisibilidad de la demanda de amparo. Las Sentencias que recoge la presente crónica, para facilitar su consulta, se han distribuido por órdenes jurisdiccionales, con especificación de la materia tratada. 2.- ADMISIÓN 2.1.- AGOTAMIENTO VÍA JUDICIAL PREVIA.

SENTENCIA 210/2009, DE 26 DE NOVIEMBRE DE 2009. SALA PRIMERA. ERROR SOBRE RECURSO PROCEDENTE IMPUTABLE AL ÓRGANO JUDICIAL.

Se opuso falta de agotamiento al no haber preparado recurso de casación contra la Sentencia que da contenido al amparo.

No se estima el motivo. Se cita la doctrina que recoge la STC 241/2006, de 20 de julio, FJ 3, que considera en todo caso excusable el error en que pueda incurrir el litigante a la hora de considerar agotada la vía judicial cuando haya sido inducido a tal error por una instrucción o información errónea acerca de los recursos facilitada por el órgano judicial.

En el supuesto analizado la Sentencia recurrida hizo constar que contra la misma no cabía recurso alguno, recurso de casación cuya procedencia se afirma dudosa a tenor del al art. 86 LJCA.

STC 4/2010, DE 17 DE MARZO. SECCIÓN PRIMERA. PRESCRIPCIÓN.

Se impugna Sentencia del Tribunal Supremo que revocó el sobreseimiento por prescripción acordado por Audiencia Provincial.

No se admite la demanda. Carácter subsidiario del recurso de amparo.

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Afirma la Sentencia que el pronunciamiento emitido por el Tribunal Supremo sobre la prescripción del delito, al que se atribuye la vulneración denunciada, no excluye la regla de subsidiariedad del recurso de amparo, vulneración que de existir no produce un efecto inmediato e irreversible sobre el recurrente al ser posible que en el desarrollo del proceso bien no se formule acusación o se le absuelva finalmente del delito imputado, supuestos en los que la interpretación que se realiza de la prescripción sería irrelevante al no tener efecto material alguno.

STC 28/2010, DE 27 DE ABRIL. SALA SEGUNDA. CÓMPUTO DE PLAZO INCIDENTE DE NULIDAD DE ACTUACIONES.

Inicia la Sentencia el examen de la segunda impugnación, Auto que inadmitió el incidente de nulidad de actuaciones, al oponer una de las personadas la falta de agotamiento de la vía judicial previa por haber promovido extemporáneamente el incidente.

Se estima la vulneración y con ello se rechaza la causa de inadmisión. Se cita la doctrina del Tribunal sobre cómputo de plazos (SSTC 162/2006, de 22 de mayo, FJ 5; 122/2007, de 21 de mayo, FJ 4, por todas), que puede adquirir dimensión constitucional cuando la decisión judicial suponga la inadmisión de un proceso o de un recurso o la pérdida de algún trámite u oportunidad procesal prevista en el Ordenamiento jurídico para hacer valer los propios derechos o intereses de parte con entidad suficiente para considerar que su omisión es determinante de indefensión, siempre que tal decisión haya sido adoptada partiendo de un error patente, fundamentación insuficiente, irrazonable o arbitraria o que se haya utilizado un criterio interpretativo desfavorable para la efectividad del derecho a la tutela judicial efectiva.

Afirma la Sentencia que la interpretación realizada por el órgano judicial para determinar el díes a quo del plazo para promover el incidente de nulidad de actuaciones no puede considerarse razonable.

2.2.- EXTEMPORANEIDAD. STC 204/2009 DE 23 DE NOVIEMBRE. SECCIÓN TERCERA. ALARGAMIENTO DEL PLAZO PARA RECURRIR EN AMPARO. Se analiza la extemporaneidad alegada por haber alargado artificialmente el plazo para recurrir en amparo, al haber interpuesto el demandante recurso de apelación contra el Auto que declaraba no haber lugar a la aclaración. No se admite el óbice con cita de la doctrina que establece que los recursos, aun cuando sean improcedentes, suspenden el plazo para recurrir en amparo cuando ‘de las circunstancias del caso se colija que el recurrente obra en la creencia de que hace lo correcto y, por consiguiente, actúa sin ánimo dilatorio, como puede suceder si es la propia resolución judicial recurrida la que induzca, mediante su expresa mención, a la interposición del recurso’. (SSTC 201/1998, de 14 de octubre, FJ 3; 210/1998, de 27 de octubre, FJ 2; 84/1999, de 10 de mayo FJ 2; 197/1999, de 25 de octubre, FJ 2;

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123/2000, de 16 de mayo, FJ 2; 267/2000, de 13 de noviembre, FJ 2; y 159/2002, de 16 de septiembre, FJ 2, por todas). El recurso de apelación interpuesto por el demandante, contra el Auto que denegó la aclaración, trae causa de la indicación contenida en el mismo de poder interponer recurso de apelación ante la Audiencia Provincial. SENTENCIA 212/2009, DE 26 DE NOVIEMBRE DE 2009. SALA PRIMERA. FALTA DE PROCURADOR PARA INTERPONER RECURSO DE AMPARO. FALTA DE INVOCACIÓN. Se alegó extemporaneidad del recurso de amparo al entender que el escrito de la Abogada que había asistido al demandante en la vía judicial previa interesando que se designaran Abogado y Procurador de oficio para formalizar la demanda de amparo no supone la interposición del recurso. No se acoge el óbice procesal ya que pese a haber litigado acogido al beneficio de asistencia jurídica gratuita en la vía judicial previa al amparo y a que ésta se había desarrollado ante órganos con sede en Madrid, el recurrente no podía presentar válidamente la demanda de amparo, al no disponer de Procurador que le representara. Estaba justificada la solicitud de nombramiento de un Procurador (art. 27 de la Ley 1/1996, de 10 de enero, de asistencia jurídica gratuita), pues la Abogada que le había representado ante los órganos judiciales ordinarios no podía asumir la representación procesal del demandante ante este Tribunal por exigencia del art. 81.1 LOTC, y que, por ello, no se iniciara el proceso constitucional con la presentación de la demanda, como es regla general (ATC 514/2005, de 19 de diciembre, FJ 3). Se opuso la falta de invocación al no haber hecho constar las vulneraciones en la vía judicial previa. Se cita la finalidad de la invocación previa. Dar oportunidad de pronunciarse a los órganos judiciales. Preservar el carácter subsidiario de la jurisdicción constitucional, sin que sea preciso una mención concreta y numérica del precepto constitucional en el que se reconozca el derecho vulnerado, siendo suficiente someter el hecho que fundamenta la vulneración al análisis de los órganos judiciales, (por todas, SSTC 55/2006, de 27 de febrero, FJ 2; 71/2007, de 16 de abril, FJ 2). Se rechaza la inadmisión. Afirma la Sentencia que en la demanda contencioso-administrativa se señala la vulneración del derecho a obtener una resolución fundada en derecho. SENTENCIA 20/2010 DE 27 DE ABRIL. SALA SEGUNDA. INCIDENTE DE NULIDAD IMPROCEDENTE. No se estima la causa de inadmisión. Se cita la aplicación restrictiva del concepto de recurso manifiestamente improcedente, limitado a los casos en los que tal improcedencia deriva de manera terminante, clara e inequívoca del propio texto legal, lo que se afirma no concurrir en el caso analizado al haber alegado incongruencia en el

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incidente planteado, vulneración que se reitera en la demanda de amparo, posibilidad vigente en la redacción anterior del art. 241 LOPJ. STC 24/2010 DE 27 DE ABRIL. SALA PRIMERA. INCIDENTE DE NULIDAD/COMPLEMENTO DE SENTENCIA. Como cuestión previa se descartó la causa de inadmisión relativa a la extemporaneidad de la demanda, y que se fundamentó en que el incidente de nulidad de actuaciones interpuesto resultaría manifiestamente improcedente para procurar una reparación de las lesiones aducidas, al ser procedente el cauce procesal del complemento de Sentencia previsto en el art. 215 LEC.

En rechazo de lo expuesto se cita la doctrina del Tribunal que excluye cuestionar el acudir a cualquiera de los dos remedios procesales en tanto que ambos son aptos para salvaguardar el carácter subsidiario del recurso de amparo (por todas, STC 135/2007, de 4 de junio, FJ 5).

2.3 FALTA DE LEGITIMACIÓN PARA RECURRIR EN AMPARO.

SENTENCIA 208/2009, DE 26 DE NOVIEMBRE DE 2009. SALA PRIMERA.

Se niega legitimación para recurrir en amparo a quien no se personó como apelada ante el Tribunal Supremo en recurso de casación interpuesto contra la Sentencia de instancia.

No se admite la causa de inadmisión. Se cita la doctrina del Tribunal sobre la legitimación para recurrir, arts. 162.1 b) CE y 46.1 b) LOTC, que ha llevado a una interpretación muy amplia y flexible de la noción de interés legitimo a efectos de reconocer legitimación para recurrir en amparo (STC 176/2005, de 4 de julio, FJ 2).

Se afirma concurrente interés legítimo de la demandante que estuvo personada en la instancia y obtuvo pronunciamiento en su favor.

El hecho de no personarse como parte apelada ante el Tribunal Supremo no excluye su interés legítimo ni tampoco su condición de parte, como estableció la STC 43/1990, de 15 de marzo, FJ 3, en supuesto semejante al analizado.

3.- CIVIL 3.1. STC 196/2009 DE 28 DE SEPTIEMBRE. SALA PRIMERA. ACCESO AL PROCESO. LEGITIMACIÓN PARA SER PARTE LA SOCIEDAD GENERAL DE AUTORES. La Sociedad General de Autores se quiso personar ante la Audiencia Provincial en proceso seguido entre comprador de un CDRom en blanco y el establecimiento vendedor, en el que se solicitaba la devolución del importe pagado por concepto del llamado canon por reproducción de copia privada del art. 25 de la Ley de propiedad intelectual (LPI). Pese a estar concluido el procedimiento, la Sociedad General de Autores consideraba que lo planteado le afectaba y que debió ser llamada por lo que planteó incidente de nulidad de actuaciones, incidente que fue inadmitido.

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Se otorga el amparo. Se cita la doctrina del Tribunal sobre el derecho de acceso a la jurisdicción, (por todas, entre las más recientes, SSTC 26/2008, de 11 de febrero, FJ 5, y 40/2009, de 9 de febrero, FJ 4). La falta o deficiente realización del emplazamiento a quien ha de ser o puede ser parte en el proceso, por ser titular de un derecho u ostentar un interés legítimo y propio en el mismo, coloca al interesado en una situación de indefensión que vulnera el referido derecho fundamental (por todas, SSTC 166/2008, de 15 de diciembre, FJ 2; 12/1999, de 12 de enero, FJ 2). Se cita la doctrina del Tribunal sobre el principio pro actione, en virtud del cual los órganos judiciales han de interpretar las normas procesales que regulan la legitimación no sólo de manera motivada y razonable, sino en sentido no restrictivo, con interdicción de aquellas decisiones de inadmisión que por su rigorismo, por su formalismo excesivo o por cualquier otra razón se revelen desfavorables para la efectividad del derecho a la tutela judicial efectiva o resulten desproporcionadas en la apreciación del equilibrio entre los fines que se pretenden preservar y la consecuencia de cierre del proceso (por todas, STC 40/2009, de 9 de febrero, FJ 4; en sentido similar, entre otras, SSTC 154/2007, de 18 de junio, FJ 3; 166/2008, de 15 de diciembre, FJ 4; 12/2009, de 12 de enero, FJ 3). Se reconoce el interés legítimo de la SGAE porque, más allá de la reclamación al vendedor de la cuantía del canon correspondiente a una concreta operación de compraventa, se cuestionaba en el procedimiento el contenido y alcance de la remuneración compensatoria o canon por copia privada previsto en el art. 25 LPI, así como el papel atribuido por la ley a las sociedades de gestión de los derechos contra la propiedad intelectual, solicitando incluso el demandante el planteamiento por el órgano judicial de una cuestión de inconstitucionalidad en relación con el art. 25 LPI, entre otras razones, por la inconstitucionalidad de los sujetos gestores del derecho: las entidades de gestión, “como las únicas encargadas de la exigencia, recaudación, control y gestión del canon”. VOTO PARTICULAR.

Discrepa un Magistrado del criterio mayoritario. La Audiencia Provincial consideró que debe diferenciarse la relación jurídica material que nace entre la entidad gestora de los derechos de propiedad intelectual y el vendedor de los equipos, aparatos o soportes materiales de reproducción, de aquella otra relación que surge entre el vendedor y el cliente-consumidor que los adquiere.

A partir de tal distinción el órgano judicial aprecia que la legitimación que el art. 150 del texto refundido de la Ley de propiedad intelectual atribuye a las entidades de gestión se circunscribe a la primera de las indicadas relaciones.

Interpretación que no parece vulnerar el art. 24.1 CE al corresponder a los Tribunales civiles calificar la naturaleza y fijar los efectos del acto, negocio jurídico o contrato de que se trate, de tal modo que sólo a partir de tal calificación surgirá o no la obligación de satisfacer el denominado canon compensatorio.

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3.2. STC 217/2009 DE 14 DE DICIEMBRE. SECCIÓN TERCERA. ACCESO A LOS RECURSOS. RECURSO DE REPOSICIÓN, ART. 452 LEC.

Se recurre resolución que no admite recurso de reposición contra providencia, que modificaba el régimen de visitas entre padre e hijo, con el fundamento de no expresar la infracción en que incurría la resolución judicial impugnada, como exige el art. 452 LEC.

Se otorga el amparo. Se cita la doctrina del Tribunal que interpretó el requisito recogido en el art. 377 LEC 1881, relativo a la cita expresa de la disposición de la Ley de enjuiciamiento civil infringida por la resolución recurrida, que estableció que no debía exigirse dicho requisito de un modo rígido y formalista, que desconociera la finalidad perseguida con él, por lo que, cuando a través del recurso de reposición lo que se impugnaba no era el incumplimiento de una norma de carácter procesal, sino la infracción de un precepto sustantivo que tuviera relación con el fondo de la cuestión debatida y no con el procedimiento seguido, no cabía exigir al recurrente que citase expresamente un precepto o disposición concreta de la Ley procesal, (SSTC 69/1987, de 22 de mayo; 113/1988, de 9 de junio; 162/1990, de 22 de octubre; 213/1993, de 28 de junio; 172/1995, de 21 de diciembre; 194/1996, de 26 noviembre; 213/1999, de 29 de noviembre; 225/1999, de 13 de diciembre; 100/1999, de 31 de mayo; 205/2000, de 24 de julio; 233/2001, de 10 de diciembre; y 62/2002, de 11 de marzo, entre otras).

Con esa premisa se afirma que ha de ser antiformalista la interpretación que se realice del art. 452 LEC 2000. El precepto sólo exige expresar la infracción en que la resolución hubiera incurrido sin que sea necesaria cita expresa del precepto presuntamente infringido. Además la demandante de amparo fundó su recurso de reposición en la vulneración del derecho del menor a su integridad física y moral, que sólo podría encontrar cabida en el art. 15 CE. En este contexto, se añade, resultaría de aplicación el canon reforzado de la tutela judicial efectiva que este Tribunal utiliza cuando la cuestión de fondo sobre la que se proyecta la tutela se conecta con otros derechos fundamentales del recurrente (por todas STC 292/2005, de 10 de noviembre, FJ 3, dictada por el Pleno de este Tribunal y STC 93/2006, de 27 de marzo, FJ 3).

3.3. STC 211/2009 DE 26 DE NOVIEMBRE. SALA PRIMERA. ERROR PATENTE. DOCUMENTOS OMITIDOS. Los recurrentes, propietarios de diversos inmuebles de una urbanización que quedó incluida dentro de la delimitación del dominio público marítimo-terrestre, tras el deslinde practicado por la Administración, iniciaron un procedimiento civil para que se declarara que eran los únicos propietarios de dichos inmuebles. La desestimación de su pretensión, confirmada por el Tribunal Supremo, se fundamenta en la validez del nuevo deslinde administrativo que incluyó los terrenos litigiosos en el dominio público marítimo terrestre. Lo así resuelto está en contradicción con Sentencias aportadas a los autos, de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo, una de las cuales confirmaba la anulación del deslinde administrativo, y la otra anulaba las resoluciones administrativas que ordenaban la cancelación de las inscripciones registrales de los títulos de propiedad otorgados a favor de los recurrentes. Sentencias admitidas como prueba documental por Auto de la Sala Primera del Tribunal Supremo.

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Se otorga el amparo. Se cita la doctrina del Tribunal recogida en las SSTC 26/2009 de 26 de enero y 22/2002 de 28 de enero. Resumen de doctrina. Vulnera el derecho a la tutela judicial efectiva la resolución judicial que sea resultado de un razonamiento que no se corresponde con la realidad por haber incurrido el órgano judicial en un error patente en la determinación y selección del material de hecho o del presupuesto sobre el que se asienta su decisión, produciendo con ello efectos negativos en la esfera jurídica del ciudadano. Los requisitos que dotan relevancia constitucional a dicho error son: que sea atribuible al órgano judicial; que pueda apreciarse inmediatamente de forma incontrovertible a partir de las actuaciones judiciales y que resulte determinante de la decisión adoptada por constituir el soporte único o básico —ratio decidendi— de la resolución. 3.4. STC 204/2009 DE 23 DE NOVIEMBRE. SECCIÓN TERCERA. INCONGRUENCIA OMISIVA. FALTA DE RESPUESTA A LA EXTEMPORANEIDAD ALEGADA DEL INCIDENTE DE NULIDAD. Se recurre en amparo Auto que estimó incidente de nulidad de actuaciones en el que no se dio respuesta a lo planteado por el recurrente en el trámite de oposición y que alegaba la extemporaneidad del incidente. Se otorga el amparo. Se cita la doctrina del Tribunal sobre incongruencia omisiva recogida en la STC 73/2009 de 23 de marzo. Resumen de la doctrina. Existe incongruencia cuando el órgano judicial deja sin respuesta alguna de las cuestiones planteadas por las partes siempre que no quepa interpretar razonablemente el silencio judicial como una desestimación tácita cuya motivación pueda deducirse del conjunto de los razonamientos contenidos en la resolución. La congruencia exige dar respuesta no solo a las pretensiones sino también a las alegaciones sustanciales. La omisión de respuesta judicial, imputada a Sentencia de apelación, a una pretensión o alegación fundamental exigirá que aquella forme parte del debate procesal que imperativamente ha de resolver el órgano judicial. Lo alegado en oposición al incidente de nulidad, extemporaneidad, no fue respondido por el Auto recurrido. Al ser cuestión principal y autónoma requería respuesta específica y previa.

3.5. STC 28/2010 DE 27 DE ABRIL. SALA SEGUNDA. INDEFENSIÓN. EJECUCIÓN HIPOTECARIA.

Se impugnan las resoluciones judiciales recaídas en procedimiento de ejecución hipotecaria desde la providencia de 8 de mayo de 2006, que acordó tener por efectuado el requerimiento de pago al recurrente a la vista de las diligencias de notificación intentadas.

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Se otorga el amparo. Se cita la doctrina del Tribunal sobre la correcta constitución de la relación jurídica procesal para garantizar el derecho de defensa reconocido en el art. 24 CE, que implica la posibilidad de un juicio contradictorio en que las partes puedan hacer valer sus derechos e intereses legítimos (STC 219/1999, de 29 de noviembre, FJ 2; y 182/2000, de 16 de mayo, FJ 5)” (STC 268/2000, de 13 de noviembre, FJ 4).

A continuación se cita la doctrina en relación con el procedimiento de ejecución hipotecaria, que si bien no excluye la validez de la previsión legal que establece las notificaciones y requerimientos en el domicilio fijado en la Escritura de constitución de la hipoteca, STC 116/2004, de 12 de julio, esa validez no exime al órgano judicial de agotar “los medios que tenga a su alcance para notificar al ejecutado la existencia del proceso en su domicilio real, de modo que, una vez que surjan dudas razonables de que el domicilio señalado en la escritura del préstamo hipotecario y que figura en el Registro sea el domicilio real del ejecutado, le es exigible que intente, en cumplimiento del deber de diligencia que en orden a la realización de los actos de comunicación procesal le impone el art. 24.1 CE, el emplazamiento personal del ejecutado en el domicilio que figure en las actuaciones, distinto del que consta en la escritura de préstamo hipotecario y en el Registro”, de conformidad con la doctrina citada por la STC 245/2006, de 24 de julio.

Afirma la Sentencia que existía en el procedimiento un domicilio que figuraba como del recurrente en amparo y que constaba en los autos desde el momento en que se incorporó la certificación registral expedida por el Registrador de la Propiedad núm. 30 de Madrid en cumplimiento de mandamiento judicial, sin que se intentara en el mismo notificación alguna pese a resultar negativas las realizadas en los domicilios que aparecían tanto en el Registro como en la escritura de hipoteca.

3.6. SENTENCIA 43/2010 DE 26 DE JULIO DE 2010. SALA PRIMERA. INDEFENSIÓN. NOTIFICACIÓN DE EJECUCIÓN A TITULARES REGISTRALES.

Se impugna Auto dictado por Juzgado de Primera Instancia que desestimó la petición de nulidad de actuaciones promovida por los demandantes de amparo en juicio ejecutivo.

El hecho que sustenta la vulneración es haber subastado y adjudicado una vivienda inscrita a nombre de los recurrentes en el Registro de la Propiedad, sin que les fuera notificada la existencia del procedimiento y sin que se les permitiera comparecer en el mismo.

Se otorga el amparo. Se cita la doctrina sobre el derecho vulnerado en procesos de ejecución que habilita a quienes ostenten algún derecho o interés legítimo que pueda verse afectado por los actos de ejecución a comparecer y actuar en el procedimiento, aunque no hubieran sido parte en el proceso principal, y a este fin los arts. 270 LOPJ y 260.2 LEC exigen que las resoluciones judiciales se notifiquen no sólo a las partes procesales, sino también a las personas a quienes se refieran o puedan parar perjuicio (SSTC 229/2000, de 2 de octubre, FJ 3; 56/2001, de 26 de febrero, FJ 2).

Se afirma que el órgano judicial no actuó con la diligencia debida ya que acordó celebrar la subasta, adjudicar el inmueble al mejor postor presentado por el deudor y darle posesión del mismo, sin realizar notificación alguna a los titulares registrales, ni

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siquiera haberlo intentado al menos, y en defecto de otro domicilio conocido - dado que los demandados residen habitualmente en el extranjero- en el de la vivienda objeto de subasta que constaba a su nombre en el Registro de la Propiedad, “como medio más razonable y previsible” (STC 76/2006, de 13 de marzo, FJ 4) de conseguir que los titulares registrales del inmueble llegaran a tener conocimiento, tanto del juicio ejecutivo, como de la subasta que iba a celebrarse sobre el bien de su propiedad.

NULIDAD DE ACTUACIONES.

A lo expresado se añade la argumentación constitucionalmente inaceptable con la que el Tribunal acordó no haber lugar a la nulidad de actuaciones planteada por los recurrentes, al afirmar el carácter excepcional del incidente de nulidad y que su estimación debe evitarse en la medida de lo posible por razones de economía procesal, todo ello pese a reconocer que el procedimiento afectó a los intereses de los recurrentes, remitiéndoles al procedimiento declarativo que corresponda para hacer valer la condición de tercero hipotecario alegada.

Razones que resultan incompatibles con el papel que el incidente de nulidad de actuaciones (art. 241 LOPJ) desempeña en el sistema de tutela de los derechos fundamentales con arreglo a la reforma introducida por la LO 6/2007 y a lo establecido en la STC 155/2009. “Un modo de razonar incompatible con el papel que en la nueva configuración del recurso de amparo se asigna a los Jueces y Tribunales en la defensa de los derechos fundamentales a través de la nueva regulación del incidente de nulidad de actuaciones”.

3.7. STC 23/2010 DE 27 DE ABRIL. SALA PRIMERA. MOTIVACIÓN. CUANTÍA FIJADA COMO INDEMNIZACIÓN POR VULNERACIÓN DEL DERECHO A LA PROPIA IMAGEN.

Se desestima la vulneración. Se cita la doctrina del Tribunal sobre la motivación de las decisiones que fijan la cuantía indemnizatoria para la reparación de un derecho fundamental, (STC 42/2003, de 3 de marzo, FJ 10), (SSTC 115/2000, de 5 de mayo, FJ 11; 127/2003, de 30 de junio, FJ 10), (STC 186/2001, de 17 de septiembre, FJ 6; 300/2006, de 23 de octubre, FJ 4; ATC 363/2006, de 23 de octubre), en las que “los órganos judiciales han de tener especialmente en cuenta los datos determinantes del alcance de la lesión del derecho que hayan resultado acreditados en el procedimiento, así como los criterios legales establecidos para valorar el daño moral producido por la intromisión ilegítima declarada”.

Afirma la Sentencia que la gravedad de la lesión, con la que justificó el Tribunal de apelación el incremento de la indemnización concedida en instancia, alude a uno de los criterios fijados por el art. 9.3 de la LO 1/1982 y que “ha sido apreciado de manera suficientemente fundada conforme a las exigencias del art. 24.1 CE, pues tanto la Sentencia del Tribunal Supremo impugnada en amparo como la de la Audiencia Provincial de Madrid razonan abundantemente acerca de la gravedad que a su juicio tuvo la difusión del montaje fotográfico”.

4.- PENAL

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4.1. SENTENCIA 40/2010 DE 19 DE JULIO DE 2010. SALA SEGUNDA. DERECHO A NO SER SOMETIDO A TORTURAS NI A TRATOS INHUMANOS O DEGRADANTES. ARCHIVO DE DENUNCIA.

Se recurren las resoluciones judiciales que acordaron el sobreseimiento provisional y el archivo de unas diligencias penales incoadas por denuncia de malos tratos presentada por el demandante como interno en un Centro penitenciario.

Denunciaba el demandante haber sufrido lesiones por parte de funcionarios del Centro antes de entrar en régimen de aislamiento, afirmación descartada por las resoluciones recurridas al existir un parte médico anterior al inicio del aislamiento que no evidenciaba las lesiones.

Se otorga el amparo. Se cita la doctrina del Tribunal sobre lo planteado, recogida en las SSTC 224/2007, de 22 de octubre; 34/2008, de 25 de febrero (FFJJ 4 y 6), 52/2008, de 14 de abril (FJ 2), y 107/2008, de 22 de septiembre (FJ 2).

Resumen de la doctrina. Se trata de una tutela judicial doblemente reforzada al estar referida a un derecho fundamental que constituye un derecho absoluto cuya indemnidad depende esencialmente de dicha tutela judicial, que solo se satisface si se produce una investigación de lo denunciado que sea a su vez suficiente y efectiva, suficiencia y efectividad sólo evaluables con las circunstancias concretas de la denuncia y de lo denunciado, y desde la gravedad de lo denunciado y su previa opacidad, rasgos ambos que afectan al grado de esfuerzo judicial exigido por el art. 24.1 CE. Se añade la existencia de vulneración cuando se archive la causa cuando existan sospechas razonables de que se ha podido cometer el delito de torturas o de tratos inhumanos o degradantes denunciado, y cuando tales sospechas se revelen como susceptibles de ser despejadas.

Justifica la Sentencia el otorgamiento del amparo con las razones siguientes. La ausencia de signos o evidencias de agresiones físicas que refiere el primero de los informes médicos carece de la fuerza suficiente para despejar toda sospecha, dado que no cabe descartar de antemano ni de modo automático que los malos tratos denunciados, por sus propias características, pueden no dejar marcas o señales de su comisión o, incluso, que éstas se manifiesten pasado un tiempo desde que aquéllos se produjeron. El hecho de que el segundo informe médico, que constata la existencia de lesiones, no refiera ni proporcione por su parte ningún elemento de juicio sobre su posible origen y la fecha de su causación, no es tampoco ningún argumento que sirva de motivación suficiente a la decisión judicial de archivo.

Antes al contrario, refuerza la exigencia de apurar todas las diligencias de investigación útiles y razonablemente al alcance del órgano judicial para poder esclarecer con mayor seguridad los hechos denunciados, pues, como es elemental, si algo prueba el citado informe médico es la existencia de unas lesiones, bien que de origen y fecha desconocidas, y no en cambio, como sin embargo parecen indicar las resoluciones judiciales impugnadas, su carácter por completo extraño a los hechos denunciados y, por tanto, irrelevante.

A lo expuesto añade la Sentencia que no parecen agotados los medios de investigación, la aparente contradicción de los informes médicos pudo ser aclarada con el testimonio

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inmediato y directo de los facultativos intervinientes y con la declaración de los agentes policiales que participaron en el cacheo y posterior traslado del recurrente al módulo de aislamiento.

4.2. STC 189/2009 DE 21 DE SEPTIEMBRE DE 2009. SECCIÓN TERCERA. ERROR PATENTE. El demandante recurrió en apelación Sentencia dictada por Juzgado de lo penal. Discrepaba de su condena como autor de una falta de lesiones e interesaba la condena del apelado por un delito de lesiones de mayor gravedad. Reiteraba la condena del apelado al pago de las indemnizaciones en que cuantificaba los perjuicios sufridos por las lesiones, rechazadas por la Sentencia de instancia al aplicar el art. 114 CP. La Audiencia Provincial no entró a valorar las impugnaciones relativas a la condena del oponente, por lesiones de mayor gravedad y al pago de indemnizaciones, al no tener el recurrente la condición de acusador particular. Hecho que sustenta la vulneración. Sí tener el recurrente la condición de acusador particular en el proceso. Se otorga el amparo. Se recoge la doctrina de este Tribunal sobre el error patente. (SSTC 161/2007, de 2 de julio; 61/2008, de 26 de mayo; y 26/2009, de 26 de enero, entre otras), aplicable al supuesto analizado al haber sido reconocida la doble condición de acusadores y acusados del demandante y de la otra persona que intervino en la pelea, condición recogida en el Auto de apertura de juicio oral de 5 de marzo de 2004. 4.3 197/2009 DE 28 DE SEPTIEMBRE. SALA PRIMERA. INCONGRUENCIA OMISIVA. El demandante fue condenado por la Audiencia Nacional como autor de un delito contra la salud pública. Contra dicha Sentencia interpuso recurso de casación, inadmitido por Auto del Tribunal Supremo. Una de las vulneraciones que se imputa a las resoluciones judiciales es la falta de respuesta al hecho de haber realizado registro de furgoneta sin autorización judicial y sin presencia de su titular o de su Abogado. Se rechaza la vulneración denunciada. Existió respuesta del Tribunal Supremo al indicar que la furgoneta no tiene la condición de domicilio por lo que no era necesaria ni la autorización judicial ni la presencia del interesado y el Letrado, estando habilitados legalmente los agentes de la autoridad para recoger los instrumentos y efectos del delito. Al margen de dicha respuesta, afirma la Sentencia, si el recurrente entendía que no se respondía a la cuestión por él planteada debió acudir al incidente de nulidad de actuaciones previsto en el art. 241 de la Ley Orgánica del Poder Judicial (LOPJ) para entender correctamente agotada la vía judicial. Al no haberlo hecho concurre la causa de inadmisión del art. 44.1 a) LOTC.

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4.4 SENTENCIAS 219 Y 220/2009 DE 21 DE DICIEMBRE DE 2009. SECCIÓN PRIMERA. INCONGRUENCIA OMISIVIA.

Justifica la vulneración la falta de respuesta, por parte de la Sentencia de instancia, a la nulidad de las escuchas telefónicas por falta de notificación al Fiscal.

Se desestima la vulneración. Se cita la doctrina del Tribunal sobre la incongruencia omisiva o ex silentio y que sólo alcanza relevancia constitucional y determina la vulneración del art. 24.1 CE cuando, al dejar imprejuzgada la pretensión oportunamente planteada por una de las partes del proceso, los órganos judiciales no tutelan los derechos o intereses legítimos sometidos a su jurisdicción, provocando una denegación de justicia (por todas, SSTC 8/2004, de 9 de febrero, FJ 4; 52/2005, de 14 de marzo, FJ 2; 67/2007, de 27 de marzo, FJ 2; 138/2007, de 4 de junio, FJ 2; 165/2008, de 15 de diciembre, FJ 2).

Se afirma que la pretensión del recurrente no fue debidamente planteada en la instancia en los mismos términos que posteriormente lo es en el recurso de casación y en la demanda de amparo. Al inicio del juicio oral se alegó que “el Ministerio Fiscal no fue notificado de las diligencias de prueba”, cuestión sobre la que se pronunció la Sala manifestando que el Fiscal no pone de manifiesto que no fuera notificado y que en las propias resoluciones consta que se dé traslado al Ministerio Fiscal, lo que excluye la incongruencia omisiva.

A lo expuesto se añade que también obtuvo respuesta el recurrente de la Sentencia de casación al afirmar que cualquier deficiencia formal en el proceso sólo es invalidante si provoca indefensión y que en el presente caso el Fiscal ha tenido oportunidad de intervenir en todo momento en el proceso desde la incoación de la causa penal, que pudo recurrir las resoluciones judiciales en cualquier momento desde su notificación y que, “en cualquier caso, la garantía de las decisiones injerenciales reside en el juez que las dicta no en la notificación al Fiscal”, respuesta que fue expresa y razonada, y que excluye la vulneración.

4.5 STC 182/2009 DE 7 DE SEPTIEMBRE. SALA SEGUNDA. INDEFENSIÓN. TRASLADO DE RECURSO DE QUEJA. El demandante estaba personado como querellante en causa penal. El Juzgado de instrucción acordó la transformación en procedimiento abreviado de las diligencias previas. Uno de los querellados interpuso recurso de reforma contra el Auto de transformación, estimado parcialmente al acordar el sobreseimiento provisional respecto de algunos de los querellados. Contra ese Auto se interpuso recurso de queja por otro de los querellados ante la Audiencia Provincial, recurso que fue estimado y que acordó el sobreseimiento provisional y archivo de la causa respecto de todos los querellados. Hecho que sustenta la vulneración. La Audiencia Provincial no dio traslado del recurso de queja al demandante que estaba personado como querellante en la causa penal. Se otorga el amparo. Se cita la doctrina del Tribunal sobre la cuestión planteada, STC 169/2005, de 20 de junio, en la que se citan otras anteriores (SSTC 178/2001, de 17 de septiembre, 179/2002, de 14 de octubre, 8/2003, de 20 de enero, y 143/2004, de 13 de septiembre).

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Resumen de doctrina. El recurso de queja en el procedimiento penal abreviado es un recurso ordinario. Por ese motivo aunque el traslado no esté previsto en la Ley, es precisa una interpretación integradora de la normativa procesal que preserve la garantía de defensa de las partes personadas. En concreto se privó al demandante de poder contradecir y rebatir los argumentos expuestos por la parte contraria y formular las alegaciones que tuviera por convenientes en defensa de sus derechos e intereses. No se admiten las razones con las que el Tribunal excluyó la indefensión. El hecho de haber formulado alegaciones en el recurso de reforma previo no justifica la ausencia de traslado al no tener que coincidir las alegaciones del recurso de reforma con las del recurso de queja. El hecho de ser parte en el proceso, con acceso a las actuaciones en todo momento, se contradice con la falta de notificación del recurso de queja que impidió al demandante hacer alegaciones.

4.6 STC 3/2010 DE 17 DE MARZO. SECCIÓN PRIMERA. INDEFENSIÓN. EFECTIVIDAD DE NOTIFICACIÓN A TRAVÉS DEL COLEGIO DE PROCURADORES.

Determinación de responsabilidad civil en ejecución de Sentencia penal.

El Juzgado declaró la firmeza de la pericial propuesta por el perjudicado tras haber dado traslado de la misma, al amparo del art. 272 de la Ley Orgánica del Poder Judicial (LOPJ), a través del servicio organizado a tal efecto por el Colegio de Procuradores, constando en las actuaciones el sello del Colegio como prueba de la recepción. Sostiene el recurrente que la Procuradora nunca recibió efectivamente la notificación, como prueba el hecho de que no conste su firma en la diligencia devuelta al Juzgado, lo que le privó de la posibilidad de impugnar la prueba pericial y que le causó indefensión

No se otorga el amparo. Cita la Sentencia la doctrina del Tribunal sobre los actos de notificación, (por todas, SSTC 9/1981, de 31 de marzo, FJ 6; 58/1998, de 16 de marzo, FJ 3; 145/2000, de 29 de mayo, FJ 2; 199/2002, de 28 de octubre, FJ 2).

Recoge la validez constitucional de las comunicaciones realizadas a personas distintas de los destinatarios, (por todas, SSTC 59/1998, 16 de marzo, FJ 3; 199/2002, de 28 de octubre, FJ 2), sin que los órganos judiciales puedan presumir que las así realizadas hayan llegado al conocimiento de la parte interesada, (SSTC 275/1993, de 20 de septiembre, FJ 4; 59/1998, de 16 de marzo, FJ 3; 78/1999, de 26 de abril, FJ 2; 199/2002, de 28 de octubre, FJ 2; 116/2004, de 12 de julio, FJ 5), siempre que la falta de recepción haya sido cuestionada de forma fundada, STC 116/2004, de 12 de julio, FJ 5.

La norma aplicable al caso, art. 272 LOPJ o el art. 154.2 LEC, es cuestión de legalidad ordinaria que fue resuelta por el Juzgado con aplicación del precepto de la LOPJ, conclusión que no se considera arbitraria, irrazonable o resultado de error patente, precepto que establece “la recepción de la notificación por este servicio producirá plenos efectos”.

No se considera cuestionada fundadamente la efectividad de la notificación.

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4.7 STC 193/2009 DE 28 DE SEPTIEMBRE. SALA SEGUNDA. INTANGIBILIDAD DE RESOLUCIONES JUDICIALES FIRMES. Sentencia de conformidad dictada por Juzgado de violencia sobre la mujer que adquirió firmeza al expresar las partes personadas su decisión de no recurrir. El Juzgado de lo penal al que se envió el procedimiento para ejecución dictó providencia que ordenó su devolución al juzgado de procedencia “dado que los hechos objeto de acusación en este procedimiento fueron calificados como delito de lesiones de los arts. 147.1º y 148.4º del C.P., conminado con pena de prisión de 2 a 5 años y que no obstante se dictó sentencia de conformidad por el Juez de Instrucción, imponiendo la pena de 2 años y 8 meses de prisión, con aparente infracción del art. 801.2º y 3º LECrim”. El Juzgado de violencia sobre la mujer dictó Auto que anuló las actuaciones por omisión del trámite establecido en el art. 801.2 y 3 LECrim. Recurre en amparo el condenado por entender vulnerado el derecho a la intangibilidad de las resoluciones judiciales firmes. Se otorga el amparo. Se cita la doctrina de este Tribunal al respecto, (SSTC 48/1999, de 22 de marzo, FJ 2; 286/2000, de 27 de noviembre, FJ 2; 140/2001, de 18 de junio, FJ 3; 56/2002, de 11 de marzo, FJ 4; 187/2002, de 14 de octubre, FJ 6; 141/2003, de 14 de julio, FJ 4; 23/2005, de 14 de febrero, FJ 4; 15/2006, de 16 de enero, FJ 4; 119/2006, de 24 de abril, FJ 4; 137/2006, de 8 de mayo, FJ 3; 231/2006, de 17 de julio, FJ 2; 234/2007, de 5 de noviembre, FJ 4; y 66/2008, de 29 de mayo, FJ 3) y (SSTC 140/2001, de 18 de junio, FJ 3; 187/2002, de 14 de octubre, FJ 6; 141/2003, de 14 de julio, FJ 4; 31/2004, de 4 de marzo, FJ 6; 206/2005, de 18 de julio, FJ 3; y 305/2006, de 23 de octubre, FJ 5). La citada doctrina prohíbe a los órganos judiciales, excepto en los supuestos específicamente previstos en la ley, reexaminar el juicio realizado en un supuesto concreto, incluso en el caso de que posteriormente estimaran que su decisión no se ajustaba a la legalidad, ya que la protección judicial no sería efectiva si se permitiera revisar lo ya resuelto en una Sentencia firme en cualquier circunstancia. El principio examinado actúa con mayor intensidad en los supuestos de resoluciones firmes que en aquellos otros para los que el ordenamiento procesal ha regulado medios de impugnación específicos que permiten su revisión o variación. Se afirma que el Auto recurrido vulnera dicha doctrina pues la Sentencia anulada, cualesquiera que fuesen los vicios de que adoleciera el proceso, tenía existencia jurídica real y había adquirido firmeza al haberse así declarado tras manifestar todas las partes su intención de no interponer recurso contra ella. En tales circunstancias podría haberse acudido a la vía excepcional de la nulidad de actuaciones si bien, en el presente caso, había finalizado el límite preclusivo que permite al órgano judicial anular de oficio sus propias actuaciones al haber recaído resolución que puso fin al proceso.

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4.8 SENTENCIA 5/2010 DE 7 DE ABRIL DE 2010. SECCIÓN PRIMERA. MOTIVACIÓN. ATENUANTES. Recurre el condenado la no admisión de circunstancias atenuantes alegadas ante Juzgado de lo Penal y Audiencia Provincial. No se estima la vulneración. Se cita la doctrina del Tribunal. La apreciación o no de la concurrencia de circunstancias eximentes o atenuantes de la responsabilidad es una cuestión de estricta legalidad penal cuya resolución corresponde a los órganos judiciales competentes, y cuyo control en esta sede se limita a comprobar que la respuesta de éstos sea suficientemente motivada y no arbitraria, irrazonable o patentemente errónea (SSTC 211/1992, de 30 de noviembre, FJ 5; 133/1994, de 9 de mayo, FJ 4; 63/2001, de 17 de marzo, FJ 11; 239/2006, de 17 de julio, FJ 5; y ATC 274/1993, de 13 de septiembre, FJ 2). Concluye la Sentencia que la respuesta dada por los órganos judiciales está suficientemente motivada y no es arbitraria o irrazonable. 4.9 STC 191/2009 DE 28 DE SEPTIEMBRE. PENAL. SALA SEGUNDA. MOTIVACIÓN. ORDEN EUROPEA DE ENTREGA Y DETENCIÓN. La demanda de amparo se dirige contra Auto de la Sección Cuarta de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional que accede a la entrega a Francia del demandante, solicitada a través de orden europea de detención para ejecución de una pena de veinte años de prisión. El recurrente considera que se ha vulnerado su derecho a la legalidad penal (art. 25.1 CE) por haber ignorado la concurrencia de las causas de denegación contempladas en el art. 12.2 b) y c) de la Ley 3/2003, de 14 de marzo, sobre la orden europea de detención y entrega (LOEDE), que el recurrente considera fundadas en el principio de non bis in idem, al existir procedimiento penal en España por los mismos hechos, y por accederse a la entrega estando prescrito el delito por el que se solicitó. De igual modo entiende lesionado el derecho a la tutela judicial efectiva (art. 24.1 CE) por falta de suficiente motivación del auto impugnado. Se recoge la doctrina del Tribunal que encauza las vulneraciones denunciadas dentro del derecho a la tutela judicial efectiva, art. 24.1 CE, y no en el art. 25.1 CE, STC 30/2006, de 30 de enero, sin perjuicio de reconocer esa posible ubicación “únicamente cuando los requisitos legales habilitantes de la entrega e indebidamente aplicados por el órgano judicial guarden una directa relación con el haz de garantías que contempla el derecho fundamental recogido en el art. 25.1 CE, tal como acontece en el caso paradigmático de la exigencia de doble incriminación (STC 162/2000, de 12 de junio, FJ 6; 82/2006, de 13 de marzo, FJ 10)”, no concurrente en el supuesto analizado. A lo expresado se añade el carácter de las causas legales invocadas por el demandante para oponerse a la entrega, meramente facultativo, por lo que queda al arbitrio del órgano judicial la decisión de no aplicarlas, y proceder a autorizar la entrega, aun cuando concurriera el presupuesto fáctico de las mismas. No se otorga el amparo. Afirma la Sentencia que el “ámbito de cognición debe circunscribirse a analizar la suficiencia y razonabilidad de la motivación, limitándonos a

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plantear si la respuesta dada por la Audiencia Nacional a la alegación sobre la concurrencia de las mencionadas causas de denegación a la entrega satisface las exigencias de motivación reforzada que, como en el caso de la extradición y el equivalente procedimiento de euroorden, son aplicables cuando quedan concernidos otros derechos fundamentales distintos a la tutela judicial efectiva, tales como el derecho a la libertad o a la libertad de residencia (por todas, SSTC 292/2005, de 10 de noviembre, FJ 2; 30/2006, de 30 de enero, FJ 5)”. Las razones con las que la Audiencia excluye la aplicación de las causas facultativas de denegación, afirma la Sentencia, satisfacen el canon de motivación reforzada exigible. Tratarse de un presunto delito de violación por parte de un ascendiente respecto a una hija, de suficiente gravedad y que repugna jurídica y socialmente. La existencia de un Auto de archivo en juzgado español, tanto se considere el sobreseimiento provisional como libre, no permite concluir que la persona reclamada esté sometida a un procedimiento penal en España. Los hechos no pueden considerarse prescritos según la ley francesa. 4.10 199/2009 DE 28 DE SEPTIEMBRE. SALA PRIMERA. MOTIVACIÓN. ORDEN EUROPEA DE ENTREGA Y DETENCIÓN. Se denuncia vulneración del art. 24.1 CE por falta de motivación del Auto recurrido respecto la alegación de riesgo de sufrir tratos inhumanos y degradantes de verificar su entrega a las autoridades de Rumania. Se rechaza la vulneración. Se cita la doctrina del Tribunal sobre lo planteado, (entre otras, STC 91/2000, de 30 de marzo, FJ 8; 32/2003, de 13 de febrero, FJ 7; 148/2004, de 13 de septiembre, FJ 8; y 140/2007, de 4 de junio, FJ 2). Resumen de la doctrina. Para poder denegar la entrega del reclamado, en virtud de procedimiento extradicional o de una orden europea de detención y entrega, con fundamento en la existencia de un riesgo relevante de vulneración de los derechos a la vida o la integridad física y moral (art. 15 CE) es preciso que el demandante haya aportado determinados y concretos elementos que sirvan de apoyo razonable a su argumentación, lo que implica que el temor o riesgos aducidos han de ser fundados, en el sentido de mínimamente acreditados por el propio reclamado, debiendo efectuar concretas alegaciones en relación a su persona y derechos, y sin que sea suficiente la formulación de alusiones o alegaciones genéricas sobre la situación del país. Afirma la Sentencia que las alegaciones realizadas poseen carácter genérico, en la medida en que no incluyen ninguna referencia hacia la persona o concreta situación del recurrente de la que poder inferir indicios racionales en torno al riesgo de lesión de la integridad física y moral del recurrente, sin que por otra parte pueda considerarse suficiente a tal efecto su condición, implícitamente afirmada, de homosexual, pues ningún indicio aporta que permita afirmar que tales riesgos fueran a tener lugar, precisamente, dada tal condición. Además, no consta que haya aportado documentación alguna ante la Audiencia Nacional encaminada a probar la situación de las cárceles rumanas o la discriminación y persecución alegadas, por lo que el recurrente no ha

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cumplido la carga de intentar acreditar mínimamente los hechos objeto de su pretensión. Sin que tampoco aportara pruebas sobre las vejaciones que se afirman sufridas durante su estancia en prisión en aquél país, y sin que solicitara de la Audiencia Nacional que recabara información de las autoridades rumanas. 4.11 195/2009 DE 28 DE SEPTIEMBRE. SALA SEGUNDA. MOTIVACIÓN. PRESCRIPCIÓN. Se interpuso querella el 8 de enero de 1993 por delito de apropiación indebida por hechos que comenzaron a ejecutarse el año 1988 y que concluyeron el 29 de noviembre de1988. La querella fue inadmitida por Auto de 26 de enero de 1993. El Tribunal de apelación dictó Auto de de fecha 21 de junio de 1993, por el que anula la resolución recurrida por haberse acordado en el seno de unas “diligencias indeterminadas”. Por Auto de 9 de julio de 1993 se volvió a inadmitir la querella. Esta segunda inadmisión fue recurrida en apelación, siendo estimado el recurso y admitida a trámite la querella mediante Auto de fecha 11 de febrero de 1994, esto es, ya con posterioridad al cumplimiento del plazo de cinco años de prescripción. Se recurre la Sentencia condenatoria de instancia que rechazó la prescripción alegada, pronunciamiento confirmado en casación por el Tribunal Supremo. Justifica la decisión dicho Tribunal en los acuerdos adoptados en el Pleno no jurisdiccional de 25 de abril de 2006, y manifiesta que continúa vigente su doctrina jurisprudencial, “pese a la sentencia del Tribunal Constitucional 63/2005”, conforme a la cual para determinar la interrupción del plazo de prescripción a los efectos del art. 132.2 CP basta con la mera presentación de la querella o denuncia, prescindiendo de la exigencia de lo que este Tribunal ha calificado como acto de interposición judicial. A continuación de lo expresado, hace referencia el Tribunal Supremo a “la peculiaridad del caso” recordando todas “las incidencias por las que transcurrió el inicio de las actuaciones hasta su definitiva admisión a trámite”, pero sin realizar valoración de las mismas. Se otorga el amparo. Se cita la doctrina del Tribunal sobre la cuestión planteada y que recogen las SSTC 63/2005 de 14 de marzo, 29/2008 de 20 de febrero y 79/2008 de 14 de julio. Resumen de la doctrina. Exigencia de motivación reforzada a la decisión judicial que desestima la prescripción extintiva de una infracción penal, por afectar a los derechos de libertad, art. 17 CE, que debe contener un razonamiento expresivo de los elementos tomados en cuenta por el órgano judicial al interpretar las normas relativas a esta institución —que, por otra parte, distan mucho de ser diáfanas—, en el entendimiento de que esa interpretación debe estar presidida por la ratio legis o fin de protección de dichas normas. La expresión ‘[la] prescripción se interrumpirá desde que el procedimiento se dirija contra el culpable’ no puede entenderse en sentido distinto al de su claro tenor literal, es decir, en el de que es indispensable para dicha interrupción que haya comenzado un procedimiento que, al tener que estar dirigido contra el culpable —cualquiera que sea la impropiedad con que este término haya sido empleado—, no

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puede ser otro que el procedimiento penal o, lo que es lo mismo, el abierto o iniciado por quien tiene atribuido el ejercicio del ius puniendi del Estado en el actual estado de la legislación; esto es, el Juez. La interpretación que admite que la simple presentación de una denuncia o querella, sin que medie ningún acto de interposición judicial, interrumpe el plazo de prescripción, no respeta las exigencias de tutela reforzada antes señaladas, al no tomar en consideración, ni las exigencias derivadas de la seguridad jurídica, ni el fundamento de la institución, ni la implicación del derecho a la libertad. Resulta imprescindible la existencia de algún “acto de interposición judicial” que garantice la seguridad jurídica y del que pueda deducirse la voluntad de no renunciar a la persecución y castigo del delito; y que sin la intermediación del Juez no podría hablarse de un procedimiento jurisdiccional abierto o iniciado, ni dirigido contra nadie. La razón con la que justifica el Tribunal Supremo el rechazo de la prescripción vulnera la doctrina del Tribunal. No obstante lo indicado, señala la Sentencia la existencia de “actos de interposición judicial” previos al vencimiento del plazo de prescripción, a los que alude el Tribunal Supremo sin entrar en su valoración, ausencia de valoración que vulnera el canon de motivación reforzada exigido por la doctrina del Tribunal en materia de prescripción. La Sentencia excluye que con la doctrina expuesta pretenda el TC interpretar el art. 132.2 CP, señalando cuál es el momento en que puede entenderse que existe un procedimiento dirigido contra el culpable, “pues ello excedería del ámbito de nuestra jurisdicción”. Por ello se otorga el amparo a fin de que sean los órganos de la jurisdicción ordinaria quienes se pronuncien acerca de la suficiencia o insuficiencia de los actos de interposición judicial producidos en el caso para interrumpir el cómputo del plazo de prescripción, conforme al canon de motivación reforzada anteriormente expuesto. VOTO PARTICULAR. Frente al criterio mayoritario emite voto particular un Magistrado. En él recoge su criterio ya expresado anteriormente, en voto particular concurrente y discrepante, en los que señalaba que la prescripción penal es una cuestión de legalidad ordinaria que solo puede ser examinada en amparo con arreglo al canon del art. 24.1 CE, es decir, comprobando si existe razonabilidad y ausencia de arbitrariedad o error patente, en el caso concreto, sin establecer ninguna doctrina interpretativa general que, por sugestiva y acertada que se presente, pueda invadir las funciones que son propias de la jurisdicción ordinaria, conforme al art. 117 CE y singularmente, de la Sala Segunda del Tribunal Supremo, la que, por otra parte, en esta cuestión tampoco ha tenido un criterio uniforme. 4.12 STC 206/2009 DE 23 DE NOVIEMBRE. SECCIÓN TERCERA. MOTIVACIÓN. PRESCRIPCIÓN. El demandante fue condenado por cuatro delitos contra la hacienda pública. Discrepa con la interpretación de la interrupción de la prescripción.

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Se otorga el amparo. Se cita la doctrina del Tribunal sobre la cuestión planteada y que recogen las SSTC 63/2005 de 14 de marzo, 29/2008 de 20 de febrero, 79/2008 de 14 de julio, 147/2009 de 15 de junio y 195/2009 de 28 de septiembre. Resumen de la doctrina. Exigencia de motivación reforzada a la decisión judicial desestimatoria de la prescripción extintiva de una infracción penal, por afectar a los derechos de libertad, art. 17 CE, que debe contener un razonamiento expresivo de los elementos tomados en cuenta por el órgano judicial al interpretar las normas relativas a esta institución —que, por otra parte, distan mucho de ser diáfanas—, en el entendimiento de que esa interpretación debe estar presidida por la ratio legis o fin de protección de dichas normas. La expresión ‘[la] prescripción se interrumpirá desde que el procedimiento se dirija contra el culpable’ no puede entenderse en sentido distinto al de su claro tenor literal, es decir, en el de que es indispensable para dicha interrupción que haya comenzado un procedimiento que, al tener que estar dirigido contra el culpable —cualquiera que sea la impropiedad con que este término haya sido empleado—, no puede ser otro que el procedimiento penal o, lo que es lo mismo, el abierto o iniciado por quien tiene atribuido el ejercicio del ius puniendi del Estado en el actual estado de la legislación; esto es, el Juez. La interpretación que admite que la simple presentación de una denuncia o querella, sin que medie ningún acto de interposición judicial, interrumpe el plazo de prescripción, no respeta las exigencias de tutela reforzada antes señaladas, al no tomar en consideración, ni las exigencias derivadas de la seguridad jurídica, ni el fundamento de la institución, ni la implicación del derecho a la libertad. Resulta imprescindible la existencia de algún “acto de interposición judicial” que garantice la seguridad jurídica y del que pueda deducirse la voluntad de no renunciar a la persecución y castigo del delito; y que sin la intermediación del Juez no podría hablarse de un procedimiento jurisdiccional abierto o iniciado, ni dirigido contra nadie. Afirma la Sentencia que la interpretación judicial analizada, que considera no prescrita la responsabilidad criminal por la idoneidad de la denuncia es lesiva del derecho del demandante a la tutela judicial efectiva. Concluye la Sentencia con los efectos del pronunciamiento “a fin de que sean los órganos de la jurisdicción ordinaria quienes se pronuncien acerca de la suficiencia o insuficiencia de los actos de interposición judicial producidos en el caso para interrumpir el cómputo del plazo de prescripción, conforme al canon de motivación reforzada anteriormente expuesto” (STC 195/2009, de 28 de septiembre, FJ 6)”. Lo expresado se corresponde con la existencia de distintos ejercicio fiscales que justificaron la acción penal, con distintas fechas de prescripción y de actuaciones realizadas, a las que aluden las Sentencias, a efectos de ponderar la posible interrupción de la prescripción en cada uno de ellos.

4.13 SENTENCIA 37/2010 DE 19 DE JULIO DE 2010. SALA SEGUNDA. MOTIVACIÓN. PRESCRIPCIÓN.

Se impugna la condena impuesta al demandante por una falta de lesiones. Considera el demandante concurrente la vulneración al no haber sido apreciada la prescripción de la

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falta. Cuando se presentó la querella por los hechos enjuiciados ya había transcurrido con creces el plazo de seis meses que para la prescripción de las faltas establece el art. 131.2 CP, cuyo cómputo ha de iniciarse desde el día en que se ha cometido la infracción punible (art. 132 CP).

Se interpuso querella contra el recurrente el 1 de marzo de 2002 por presunto delito de lesiones por imprudencia grave profesional (art. 152.1.2 o, alternativamente, art. 125.1.3, CP). En el escrito de querella se especificaba que los hechos causantes de las lesiones sufridas, producto de una intervención quirúrgica realizada por el acusado a la víctima, se produjeron el día 3 de julio de 2000.

La Sentencia de apelación rechazó la prescripción alegada por entender que el cómputo de los plazos para estimar la concurrencia de la prescripción ha de realizarse respecto del delito inicialmente imputado.

Se otorga el amparo. Se cita la doctrina del Tribunal sobre la prescripción penal (SSTC 63/2005, de 14 de marzo, FJ 3; 29/2008, de 20 de febrero, FJ 7; 60/2008, de 26 de mayo, FJ 8; 79/2008, de 14 de julio, FJ 2; 129/2008, de 27 de octubre, FJ 8).

Afirma la Sentencia que el criterio expresado por la Sentencia de la Audiencia Provincial excede del propio tenor literal de los arts. 131.2 y 132 CP. No resulta coherente con los fines que justifican la prescripción. No puede considerarse razonable una interpretación como la mantenida en la Sentencia de apelación que viene a dejar en última instancia la determinación de los plazos de prescripción en manos de los denunciantes o querellantes. No resulta una interpretación constitucionalmente admisible en cuanto es una interpretación restrictiva contra reo carente del necesario rigor en relación con el tenor literal de la norma que le sirve de fundamento y con los fines de la prescripción.

5.- CONTENCIOSO-ADMINISTRTIVO 5.1 STC 194/2009, DE 28 DE SEPTIEMBRE. SALA PRIMERA. ACCESO A LA JURISDICCIÓN. INTERRUPCIÓN DE LA PRESCRIPCIÓN POR RECLAMACIÓN PREVIA EN VÍA CIVIL. Se planteó demanda ante juzgado de lo contencioso administrativo que ejercitaba acción por responsabilidad patrimonial frente a Corporación de Derecho Público. La Sentencia desestimó la demanda, sin entrar al fondo de la pretensión deducida, argumentando que la acción había prescrito, conforme a lo establecido en el art 142.5 LPC por haber transcurrido más de un año desde el momento en que se causaron los daños. No se entendió interrumpido el plazo de prescripción por el ejercicio previo de acción por responsabilidad civil extracontractual ante la jurisdicción civil. Se otorga el amparo. Se recoge la doctrina del Tribunal SSTC 127/2007 de 23 de julio, 148/2007 de 18 de junio y STC 12/2003 de 28 de enero.

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Resumen de la doctrina. Las decisiones de inadmisión sólo serán conformes con el art. 24.1 CE cuando no eliminen u obstaculicen injustificadamente el derecho a que un órgano judicial conozca y resuelva la pretensión formulada, sin que ello comporte la forzosa selección de la interpretación más favorable a la admisión de entre todas las posibles de las normas que la regulan. La inadmisión por extemporaneidad adquiere dimensión constitucional cuando resulte inmotivada, arbitraria, irrazonable o incursa en error patente. Si dicha decisión, además, supone cerrar la posibilidad de obtener una primera resolución judicial sobre el fondo, también adquiere relevancia constitucional cuando sea el resultado de una interpretación y aplicación legal que por su rigorismo, formalismo excesivo o desproporción entre los fines que preservan y la consecuencia de cierre del proceso, se conviertan en un obstáculo injustificado para resolver sobre la pretensión deducida. Los órganos jurisdiccionales ordinarios han de llevar a cabo una ponderación de los defectos que adviertan en los actos procesales de las partes, guardando la debida proporcionalidad entre el defecto cometido y la sanción que debe acarrear, procurando siempre que sea posible la subsanación del defecto, favoreciendo la conservación de la eficacia de los actos procesales y del proceso como instrumento para alcanzar la efectividad de la tutela judicial. Se afirma en la Sentencia que la competencia de los órdenes jurisdiccionales para resolver este tipo de reclamaciones es controvertida. 5.2 STC 207/2009 DE 25 DE NOVIEMBRE. SECCIÓN PRIMERA. ACCESO A LA JURISDICCIÓN. EXTEMPORANEIDAD DE LA IMPUGNACIÓN DE ACTO PRESUNTO. Recurso de amparo contra Sentencia de Sala de lo Contencioso Administrativo que inadmitió, por extemporáneo, recurso contencioso administrativo por transcurso de más de seis meses desde la desestimación presunta de solicitud de responsabilidad patrimonial contra Ayuntamiento. Se otorga el amparo. Se cita la doctrina del Tribunal sobre el control constitucional de las resoluciones judiciales que declaran la extemporaneidad de recursos contencioso-administrativos interpuestos contra la desestimación por silencio administrativo de solicitudes o reclamaciones de los interesados, STC 6/1986, de 21 de enero, SSTC 188/2003, de 27 de octubre, 220/2003, de 15 de diciembre y, recientemente, la STC 149/2009, de 17 de junio, y la STC 72/2008, de 23 de junio. Afirma la Sentencia que la interpretación que defiende la resolución impugnada, imponiendo al demandante la obligación de reaccionar en vía judicial contra la desestimación presunta por silencio administrativo negativo de su solicitud, so pena de convertir esa inactividad en un consentimiento del acto presunto, supone una interpretación irrazonable que vulnera el derecho a la tutela judicial efectiva en su vertiente de acceso a la jurisdicción.

5.3 STC 25/2010 DE 27 DE ABRIL. SALA PRIMERA. ACCESO A LA JURISDICCIÓN. FALTA DE ALEGACIONES EN PROCEDIMIENTO ECONÓMICO ADMINISTRATIVO.

El recurrente solicitaba anulación de Resolución de Tribunal Económico-Administrativo Regional, por la que se desestimaba la reclamación promovida contra Acuerdo de

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liquidación tributaria, fundando dicha pretensión en la concurrencia en los actos administrativos impugnados de diversas causas de invalidez. La Sentencia recurrida no llegó a pronunciarse porque el recurrente no presentó escrito de alegaciones en la vía económico-administrativa dentro del plazo establecido al efecto.

Se otorga el amparo. Se recoge la doctrina del Tribunal sobre el principio “pro actione”, establecida en la STC 75/2008, de 23 de junio, FJ 2, que impide que determinadas interpretaciones y aplicaciones de los requisitos establecidos legalmente para acceder al proceso eliminen u obstaculicen injustificadamente el derecho a que un órgano judicial conozca y resuelva en Derecho sobre la pretensión a él sometida (entre otras muchas, SSTC 36/1997, de 25 de febrero, FJ 3; 8/1998, de 13 de enero, FJ 3; 38/1998, de 17 de febrero, FJ 2; 63/1999, de 26 de abril, FJ 2; 157/1999, de 14 de septiembre, FJ 2; 10/2001, de 29 de enero, FJ 4; 16/2001, de 29 de enero, FJ 4; 203/2004, de 16 de noviembre, FJ 2; 44/2005, de 28 de febrero, FJ 3).

Lo que en realidad implica este principio es la interdicción de aquellas decisiones de inadmisión -o de no pronunciamiento- que por su rigorismo, por su formalismo excesivo o por cualquier otra razón revelen una clara desproporción entre los fines que aquellas causas de inadmisión -o no pronunciamiento sobre el fondo- preservan y los intereses que sacrifican (entre otras muchas, SSTC 160/2001, de 5 de julio, FJ 3; 27/2003, de 10 de febrero, FJ 4; 177/2003, de 13 de octubre, FJ 3; 3/2004, 14 de enero, FJ 3; 79/2005, de 2 de abril, FJ 2; 133/2005, de 23 de mayo, FJ 2).

Considera la Sentencia que “La resolución judicial impugnada descansa, como señaló en un caso análogo la STC 75/2008, de 23 de junio, “en una anticuada concepción del carácter revisor de la jurisdicción contencioso-administrativa extremadamente rígida y alejada de la que se derivaba ya de la Ley de 27 de diciembre de 1956, y de la que hoy acoge la propia Ley 29/1998, de 13 de julio, reguladora de la jurisdicción contencioso- administrativa (LJCA), concepción que ha producido el resultado de eliminar injustificadamente el derecho constitucional (del) recurrente a que un órgano judicial conozca y resuelva en Derecho sobre la pretensión a él sometida” (FJ 3)”.

Añade la Sentencia que “Por esta razón, el hecho de que el ahora demandante de amparo, una vez satisfecha la carga procesal de interponer la preceptiva reclamación económico-administrativa previa al recurso contencioso-administrativo, dejase de formular alegaciones en el procedimiento económico-administrativo, “no autoriza al órgano judicial a eludir, como lo ha hecho, un pronunciamiento de fondo sobre los motivos aducidos en la demanda para fundamentar la pretensión anulatoria del acto (administrativo), teniendo en cuenta el propio tenor del art. 56.1 LJCA” (STC 75/2008, de 23 de junio, FJ 4).

5.4 SENTENCIA 29/2010 DE 27 DE ABRIL DE 2010. SALA PRIMERA. ACCESO A LA JURISDICCIÓN. FALTA DE ALEGACIONES EN PROCEDIMIENTO ECONÓMICO ADMINISTRATIVO/FIRMEZA DE LIQUIDACIÓN TRIBUTARIA.

Se recurre Sentencia de TSJ que desestimó el recurso contencioso-administrativo interpuesto contra Resolución del Tribunal Económico-Administrativo Regional que había inadmitido reclamación económico-administrativa contra la liquidación practicada

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a sociedad, de la que eran socios los demandantes, por el impuesto sobre sociedades del ejercicio 1994, por tratarse dicha liquidación de un acto firme.

La Sentencia recurrida consigna dos razones para desestimar el recurso contencioso-administrativo en lo que atañe a la resolución del Tribunal Económico-Administrativo Regional y, como consecuencia de ello, no entrar a examinar los motivos de impugnación referidos a la liquidación tributaria practicada por la AEAT. La ausencia de alegaciones por la sociedad en el curso del procedimiento económico-administrativo seguido por ella ante el Tribunal Económico-Administrativo Regional y que determinó la desestimación de su reclamación, reclamación resuelta en primera lugar; y la correcta aplicación por el Tribunal Económico-Administrativo Regional del art. 55 del Reglamento de procedimiento en las reclamaciones económico-administrativas.

Se otorga el amparo. Se cita la doctrina del Tribunal que vincula con el derecho de acceso a la jurisdicción la negativa de los jueces o tribunales a pronunciarse sobre una determinada cuestión de fondo cuando, como en el presente caso, para ello se aduce por el órgano judicial que el carácter estrictamente revisor de la jurisdicción contencioso-administrativa impide o limita el examen, STC 75/2008, de 23 de junio, (FJ 2). Con interdicción de aquellas decisiones de inadmisión que, por su rigorismo, por su formalismo excesivo o por cualquier otra razón, se revelen desfavorables para la efectividad del derecho a la tutela judicial efectiva o resulten desproporcionadas entre los fines que se pretenden preservar y la consecuencia de cierre del proceso (por todas, SSTC 118/1987, de 8 de julio, FJ 3; 88/1997, de 5 de mayo, FJ 2; 3/2004, de 14 de enero, FJ 3; y 187/2009, de 7 de septiembre, FJ 2).

Ausencia de alegaciones. Aprecia la Sentencia que la afirmación de la Sentencia recurrida acerca de la ausencia de actividad alegatoria no se corresponde con la realidad procesal, de modo que nos encontramos ante un error con relevancia constitucional, con cita de la doctrina del Tribunal sobre el error patente.

Correcta aplicación del art. 55 del Reglamento. El segundo de los motivos expresados por el órgano judicial para proceder a la desestimación del recurso contencioso-administrativo es la correcta aplicación por el Tribunal Económico-Administrativo Regional del art. 55 del Reglamento de procedimiento en las reclamaciones económico-administrativas. Considera la Sentencia que el pronunciamiento así emitido por la Sentencia recurrida está desprovisto del necesario soporte argumental, pues ni explícita ni implícitamente puede conocerse o deducirse cuál ha sido su sustento, actuación que incurre en la tacha de arbitrariedad y que resulta de una “simple expresión de la voluntad” o de un “mero voluntarismo judicial” (por todas, SSTC 160/1997, de 2 de octubre, FJ 7; 82/2002, de 22 de abril, FJ 8; y 164/2002, de 17 de septiembre, FJ 4).

5.5 SENTENCIA 218/2009 DE 21 DE DICIEMBRE DE 2009. SECCIÓN PRIMERA. ACCESO A LA JURISDICCIÓN. FALTA DE LEGITIMACIÓN ACTIVA DE ASOCIACIÓN.

La asociación demandante de amparo, Agrupación de Trabajadores Discriminados (ATADOS), interpuso recurso contencioso-administrativo contra el Real Decreto 370/2004, de 5 de marzo, que aprobó el estatuto del personal de la sociedad estatal Correos y Telégrafos, sociedad anónima, solicitando que se declarase la nulidad del

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mismo, por entender dicho reglamento contrario a Derecho y lesivo para los intereses de sus asociados.

Dicho recurso fue inadmitido por Sentencia del Tribunal Supremo al apreciar falta de legitimación activa de la asociación por carecer de interés legítimo para recurrir el Real Decreto.

Se otorga el amparo. Se cita la doctrina del Tribunal sobre la legitimación para acceder al proceso, que impone a los Tribunales la obligación de interpretar con amplitud las fórmulas que las leyes procesales utilicen en orden a la atribución de dicha legitimación (SSTC 42/1987, de 25 de febrero, FJ 2; 195/1992, de 16 de noviembre, FJ 2; 85/2008, de 21 de julio, FJ 4; y 119/2008, de 13 de octubre, FJ 4, por todas).

A continuación recoge el carácter del interés legítimo en sede contencioso administrativa, que se caracteriza como una relación material unívoca entre el sujeto y el objeto de la pretensión (acto o disposición impugnados), de tal forma que su anulación produzca automáticamente un efecto positivo (beneficio) o negativo (perjuicio) actual o futuro pero cierto, debiendo entenderse tal relación referida a un interés en sentido propio, cualificado y específico, actual y real (no potencial o hipotético). Se trata de la titularidad potencial de una ventaja o de una utilidad jurídica, no necesariamente de contenido patrimonial, por parte de quien ejercita la pretensión, que se materializaría de prosperar ésta (entre otras, SSTC 252/2000, de 30 de octubre, FJ 3; 73/2006, de 13 de marzo, FJ 4; 52/2007, de 12 de marzo, FJ 3; y 28/2009, de 26 de enero, FJ 2).

Concluye la Sentencia que la inadmisión del recurso contencioso-administrativo supuso una interpretación de las reglas aplicables que cabe calificar de excesiva o desproporcionadamente rigorista, atendidas las circunstancias concurrentes en la asociación.

Se citan los datos que muestran la finalidad de la recurrente, orientada al reconocimiento de los derechos de los trabajadores de Correos. El acta fundacional que muestra la condición de empleados públicos de Correos y Telégrafos de quienes la constituyeron. Los motivos de impugnación del Real Decreto; que impide a los sindicatos con implantación en Correos y Telégrafos distintos de aquellos que negociaron el acuerdo sobre el nuevo Estatuto la participación en las negociaciones previstas en dicho Estatuto; que somete a los funcionarios de Correos y Telégrafos a una laboralización encubierta; que les impide promocionar; que introduce una doble escala salarial lesiva de su derecho a la igualdad de trato en materia retributiva; que les priva de sus puestos de trabajo al suprimir las relaciones de puestos de trabajo; y que no respeta sus derechos adquiridos.

5.6 210/2009 DE 26 DE NOVIEMBRE. SALA PRIMERA. ACCESO A LA JURISDICCIÓN. FALTA DE LEGITIMACIÓN ACTIVA DE CONCEJALA. Inadmisión del recurso contencioso-administrativo interpuesto por la demandante contra la resolución (confirmada en reposición) de Alcalde que aprobó el resultado del proceso de funcionarización convocado por el Pleno del Ayuntamiento, nombrando funcionarios de carrera a los aspirantes declarados aptos por el Tribunal calificador, al apreciar la

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Sección Primera de la Sala de lo Contencioso-Administrativo de Tribunal Superior de Justicia la falta de legitimación activa de la demandante, Concejala del Ayuntamiento. Se otorga el amparo. Se cita la doctrina del Tribunal recogida en las SSTC 173/2004 de 18 de octubre y 108/2006 de 3 de abril, que establece “el concejal, por su condición de miembro —no de órgano— del Ayuntamiento, que es, a su vez, el órgano de gobierno y administración del municipio y para el que es elegido “mediante sufragio universal, libre, directo y secreto” de los vecinos (art. 19.2 LBRL, en relación con los arts. 176 y siguientes de la Ley Orgánica 5/1985, de 19 de junio, de régimen electoral general), está legitimado para impugnar la actuación de la corporación local a que pertenece, por el interés concreto que ostenta en el correcto funcionamiento de dicha corporación en virtud de su mandato representativo, a no ser que, tratándose del acto de un órgano colegiado —Pleno o Junta de Gobierno Local, allí donde ésta exista—, no hubiera votado en contra de su aprobación”. Concluye la Sentencia reconociendo el interés legítimo de la recurrente por pretender el funcionamiento ajustado a Derecho de la corporación local de la que forma parte, como medio de lograr la satisfacción de las necesidades y aspiraciones de la comunidad vecinal.

5.7 SENTENCIA 38/2010 DE 19 DE JULIO DE 2010. SALA SEGUNDA. ACCESO AL PROCESO. FALTA DE LEGITIMACIÓN ACTIVA DE COLEGIO PROFESIONAL.

Se impugnan resoluciones judiciales que negaron legitimación activa a Colegio profesional de arquitectos para recurrir la convocatoria de un concurso para la adjudicación de un contrato de elaboración, redacción y producción material de la totalidad de la documentación integrante y complementaria de los instrumentos de planeamiento urbanístico de desarrollo.

Las resoluciones judiciales recurridas justificaron el pronunciamiento con las razones siguientes. El motivo de impugnación es que el concurso no respeta las reglas de publicidad que impone la legislación de contratos de las Administraciones públicas. Lo así planteado afectaría no sólo a los profesionales que integran el Colegio de Arquitectos, sino a todos los profesionales que pudieran intervenir en el concurso. Por ello se concluye que no resultaban afectados los intereses profesionales o sectoriales que el colegio pretendía defender.

Se otorga el amparo. Se cita la doctrina del Tribunal sobre el derecho a la tutela judicial efectiva en relación con las decisiones judiciales que rechazan a limine el ejercicio de la acción y, dentro de ella, de modo más concreto la alusiva a apreciación jurisdiccional de la falta de legitimación activa en los procesos contencioso-administrativos, con especial referencia a los colegios profesionales, que establece con carácter general que entre las funciones propias de los colegios profesionales se encuentran la representación y defensa de la profesión y, diferenciada de ella, la defensa de los intereses profesionales de los colegiados, pudiendo concurrir en el ejercicio de esta última tanto los colegios profesionales, como los propios colegiados, cuando resulten individualmente afectados, y otras personas jurídicas, tales como sindicatos y asociaciones profesionales, en tanto que la función de representación y defensa de la profesión, esto es, del interés general o

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colectivo de la profesión, se ejerce por los colegios profesionales bajo la nota de exclusividad o monopolio (STC 45/2004, de 23 de marzo, FJ 5).

Precisa la Sentencia que el Colegio de Arquitectos de Madrid tiene atribuidos, entre otros fines, la representación exclusiva de la profesión de arquitecto, la defensa de los intereses de los colegiados, así como encomendadas, entre otras funciones, la de participar en los procedimientos judiciales que afecten a materias que guarden relación con la arquitectura, así como la de iniciar procedimientos e interponer recursos y ejercer acciones en instancias administrativas y judiciales para la mejor defensa de los fines del colegio y de los intereses de los colegiados (arts. 4 y 5.16 y 25 de los Estatutos COAM de 25 de abril de 2002 -BOCM núm. 180, de 31 de julio de 2002-).

Siendo indiscutible la competencia de los arquitectos para intervenir en la elaboración de los instrumentos de planteamiento urbanístico objeto de la convocatoria, es evidente que la pretensión ejercitada por el colegio profesional en el recurso contencioso-administrativo, para que se procediese a la publicación de la convocatoria del concurso en los medios oficiales legalmente establecidos, puede subsumirse tanto en el ámbito de la representación y defensa del interés general o colectivo de la profesión misma, como en el ámbito de la defensa de los intereses de los profesionales colegiados.

5.8 SENTENCIA 183/2009 DE 7 DE SEPTIEMBRE DE 2009. SALA PRIMERA. ACCESO A LA JURISDICCIÓN/LIBERTAD SINDICAL. FALTA DE LEGITIMACIÓN ACTIVA DE SINDICATO. La organización sindical demandante interpuso recurso contencioso-administrativo contra Resolución de la Tesorería General de la Seguridad Social que hacía pública la adjudicación del concurso abierto para la contratación de apoyo técnico en relación con la clasificación, análisis y tratamiento de documentos de la Tesorería General de la Seguridad Social. El recurso no fue admitido por Sentencia que negó legitimación activa al sindicato recurrente al no apreciar en su actuación el interés específico y concreto requerido para ello. Hecho que sustenta la vulneración. No reconocer legitimación procesal a la demandante para impugnar la contratación por la Administración de empresas de servicios, al afectar dicha contratación a los intereses económicos y profesionales de los trabajadores y funcionarios. La Sentencia limita su análisis a la vulneración del derecho a la tutela judicial efectiva, art. 24.1 CE, acceso a la jurisdicción. Pese a reconocer la doctrina del Tribunal, STC 153/2007 de 18 de junio, que en supuestos como el analizado afirma que de la vulneración del derecho reconocido en el art. 24.1 CE se “deriva, como consecuencia inmediata, la lesión del derecho fundamental reconocido en el art. 28.1 CE, al formar el derecho fundamental a la tutela judicial efectiva parte del contenido de la acción institucional del sindicato”, la falta de alegación por la confederación sindical de haber sufrido una lesión en su derecho a la libertad sindical (art. 28.1 CE), debe limitar el análisis a verificar si se ha producido o no la lesión del derecho a la tutela judicial efectiva (art. 24.1 CE).

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No se otorga el amparo. Recoge la Sentencia la doctrina del Tribunal sobre el acceso a la jurisdicción y su proyección sobre la legitimación activa de los sindicatos en el orden contencioso administrativo, SSTC 358/2006, de 18 de diciembre; 153/2007, de 18 de junio; 202/2007, de 24 de febrero; 4/2009, de 12 de enero; 33/2009, de 9 de febrero. Dicha doctrina se resume en varios puntos. 1. Es posible, en principio, reconocer legitimado al sindicato para accionar en cualquier proceso en que estén en juego intereses colectivos de los trabajadores. 2. Tiene que existir un vínculo especial y concreto entre el sindicato (sus fines, su actividad, etc.) y el objeto del debate en el pleito de que se trate, identificado en la obtención de un beneficio o la desaparición de un perjuicio en el supuesto de que prospere la acción intentada. 3. No puede considerarse en sí misma ajena al ámbito de la actividad sindical toda materia relativa a la organización de la Administración, y por ello no es constitucionalmente admisible denegar la legitimación procesal de los sindicatos en los conflictos donde se discuten medidas administrativas de tal naturaleza. La pretensión ejercida por la parte recurrente, esto es, la anulación de la adjudicación del contrato a una determinada empresa de las que participaron en el procedimiento de contratación, no guarda vinculación con el interés propio del sindicato. Afirma la Sentencia que la demandante no ha acreditado que fuera a lograr la obtención de un beneficio o la desaparición de un perjuicio en caso de que se estimara la pretensión ejercida a través del recurso contencioso-administrativo y que pretendía la anulación de la adjudicación del contrato de apoyo técnico. El control de proporcionalidad de la inadmisión de un recurso interpuesto contra la adjudicación de un contrato administrativo por quien no recurrió la convocatoria ha de realizarse a la luz de evitar que la anulación por vicios presentes en la convocatoria se produzca una vez que se ha tramitado completamente el procedimiento, todo ello en función de las razones por las que la recurrente se hubiera abstenido de impugnar las actuaciones administrativas precedentes. Afirma la Sentencia que el perjuicio se derivaría de la convocatoria del concurso, sin que en la demanda de amparo se aduzca circunstancia alguna que pudiera haber dificultado la identificación de ese interés legítimo por parte del recurrente en el momento preciso en que se acordó convocar un concurso para la celebración de un contrato de apoyo técnico. Concluye afirmando la Sentencia que no parece desproporcionado exigir al sindicato recurrente que hubiera impugnado previamente la convocatoria. VOTO PARTICULAR. Discrepan dos Magistrados del criterio mayoritario expuesto al afirmar que la resolución no puede limitarse a analizar la vulneración desde el prisma del art. 24.1 CE. Se ha de tener en cuenta el derecho fundamental para cuyo ejercicio se impetró la tutela judicial. El ordenamiento laboral reconoce el interés de los trabajadores por las decisiones empresariales de subcontratación.

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Desde esa premisa no se puede cuestionar la existencia de un interés sindical concreto y directo en supuestos de subcontratación, interés que alcanza tanto a la decisión inicial de externalizar como a la materialización efectiva mediante la adjudicación del contrato. La legitimación del sindicato recurrente debe apreciarse en función de la existencia o no de un interés directo y concreto en el objeto del recurso presentado, interés que resulta inequívoco y que no desaparece en función de otras actuaciones realizadas por el propio sindicato, en concreto que haya impugnado o no, previamente, la resolución de convocatoria del concurso.

5.9 STC 27/2010 DE 27 DE ABRIL. SALA SEGUNDA. ACCESO AL PROCESO. INADMISIÓN DE DEMANDA POR NO CONCRETAR PETICIÓN FRENTE A LOS ACTOS IMPUGNADOS.

La demanda de amparo se dirige contra Sentencia de Juzgado Contencioso-Administrativo que desestimó el recurso interpuesto por la recurrente en amparo contra las resoluciones del Rector de la Universidad que, anulando la propuesta de adjudicación a su favor, ordenaban la retroacción del proceso de selección en el que concursaba. La desestimación se justificó por el órgano judicial de instancia en que la falta de un concreto petitum referido a los actos impugnados en el suplico de la demanda equivale a la ausencia de pretensión; decisión que fue confirmada por el Tribunal de apelación. Se otorga el amparo. Se cita la doctrina del Tribunal que ha considerado “que “la decisión judicial de inadmitir el recurso contencioso planteado por la demandante, por el simple hecho de no reiterar en el suplico de la demanda contenciosa el concreto acto impugnado, cuando del cuerpo de dicha demanda se desprende con absoluta claridad cuál es la resolución administrativa impugnada y la pretensión respecto de la misma, no puede sino calificarse de una decisión excesivamente rigorista y formalista, que produce unos efectos desproporcionados, vulnerándose, por tanto, el derecho fundamental a la tutela judicial efectiva de la recurrente, en su vertiente de acceso a la jurisdicción” (STC 294/2005, de 21 de noviembre, FJ 3; en el mismo sentido que la allí citada STC 113/2003, de 16 de junio). En la misma línea se cita la reciente Sentencia 114/2008, de 29 de septiembre, FJ 3.

En el supuesto analizado, de la demanda interpuesta se desprende cual fue la resolución administrativa impugnada y la pretensión que sobre ella se hacía.

5.10 STC 39/2010 DE 19 DE JULIO. SALA SEGUNDA. ACCESO A LA JURISDICCIÓN. RAZONABILIDAD DE RESOLUCIÓN QUE IMPIDE EL ACCESO.

Se recurre pronunciamiento de Sala de lo contencioso administrativo de TSJ que confirmó acto de derivación de responsabilidad solidaria por cotizaciones a la Seguridad Social.

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El hecho que determina la vulneración es la negativa del Tribunal a conocer de lo planteado al ser cuestión que había devenido firme y consentida por no haber sido impugnada en tiempo y forma por quien tenía la condición de deudor principal.

Se otorga el amparo. Se cita la doctrina del Tribunal (entre las últimas, SSTC 133/2009, de 1 de junio, FJ 3; y 183/2009, de 7 de septiembre, FJ 3).

En resumen dicha doctrina establece que el canon de constitucionalidad aplicable al presente supuesto no queda limitado sólo a la apreciación de la arbitrariedad, de la irrazonabilidad o de un error patente en la resolución judicial, parámetros propios del control de las resoluciones judiciales que impiden el acceso al recurso, sino que hay que acudir al de la proporcionalidad, que margina las interpretaciones judiciales que eliminen u obstaculicen injustificadamente el derecho del justiciable a que un órgano judicial conozca y resuelva en Derecho sobre la pretensión a él sometida.

Afirma la Sentencia que la firmeza de los actos administrativos no impugnados en modo alguno se puede trasladar a quien, por el incumplimiento del deudor principal, se ve colocado en su lugar y compelido al pago.

5.11 SENTENCIA 42/2010 DE 26 DE JULIO. SALA SEGUNDA. DERECHO A OBTENER UNA RESOLUCIÓN SOBRE EL FONDO.

Se recurre Sentencia de TSJ que desestimó recurso contencioso-administrativo contra desestimación por silencio de recurso extraordinario de revisión en vía administrativa interpuesto contra Decreto del Concejal-Presidente de Junta municipal de distrito que acordaba el inicio de expediente de recuperación de oficio de determinados terrenos, concediendo trámite de audiencia a quienes se considerasen afectados.

Se afirma en la demanda concurrente la vulneración denunciada por error de hecho del Tribunal al considerar que la parte no había señalado los documentos que, a su vez, evidenciaban el error sustento de la posibilidad extraordinaria de la revisión administrativa; igualmente denunciaba error e irrazonabilidad en la motivación de la Sentencia relativa a la inidoneidad de los certificados del inventario municipal como documentos de los previstos en el supuesto del art. 118.1.2 LPC.

No se otorga el amparo. Se cita la doctrina del Tribunal sobre lo planteado que establece que “el derecho a obtener de los Jueces y Tribunales una resolución razonada y fundada en Derecho sobre el fondo de las pretensiones oportunamente deducidas por las partes en el proceso se erige en un elemento esencial del contenido del derecho a la tutela judicial efectiva que, no obstante, se satisface también cuando se obtiene una resolución de inadmisión si concurre causa legal para ello y así se aprecia razonadamente por el órgano judicial” (entre otras muchas, SSTC 8/1998, de 13 de enero, FJ 3; 115/1999, de 14 de junio, FJ 2; 122/1999, de 28 de junio, FJ 2; 157/1999, de 14 de septiembre, FJ 2; 167/1999, de 27 de septiembre, FJ 2; y 108/2000, de 5 de mayo, FJ 3)”.

Error de hecho.

Se cita la doctrina del Tribunal sobre el error patente que señala, para poder apreciar su existencia, la necesidad de que sea determinante de la decisión adoptada, esto es, que constituya el soporte único o básico de la resolución (ratio decidendi), de modo que,

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constatada su existencia, la fundamentación jurídica de la resolución judicial pierda el sentido y alcance que la justificaba, y no pueda conocerse cuál hubiese sido su sentido de no haberse incurrido en el error.

La Sentencia recurrida da dos causas para el rechazo de la pretensión. La falta de individualización del documento que evidenciaría el error de hecho en la resolución administrativa. La falta de justificación de que el error fue decisivo en el fallo “por lo que en ningún caso podía triunfar dicho motivo”.

Afirma la Sentencia que el Tribunal incurre efectivamente en error, al afirmar que el recurrente no señaló, en su escrito de revisión, los documentos de que derivaba el error de hecho en la resolución administrativa impugnada, pero tal error judicial no reviste la intensidad exigida por nuestra jurisprudencia como para sustentar la lesión constitucional denunciada. Por la excepcionalidad de la figura de la revisión administrativa tasada y por motivos limitados, y porque el Tribunal Superior de Justicia de Madrid aprecia que el recurrente, en su escrito solicitando dicha revisión, no cumplió la obligación de explicitar en qué modo del documento señalado resultaba la existencia de error de hecho administrativo

Valor de informaciones del inventario municipal aportados con el escrito de ampliación de la revisión administrativa al amparo del art. 118.1.2 LPC.

Señala la Sentencia que los documentos aportados con la ampliación no pueden considerarse de los previstos y considerados por el art. 118.1.2 LPC, al tratarse de documentos públicos, a constante disposición de los administrados interesados. Otra intelección llevaría a posibilitar la revisión por el mero hecho de solicitar un certificado de registro público en cualquier momento posterior a la resolución administrativa desestimatoria, conculcando la excepcionalidad de todo procedimiento de revisión mediante una actividad eminentemente tendente a sortear el espíritu del art. 118.1.2 LPC.

A lo expuesto añade la Sentencia recurrida que el Decreto impugnado no era recurrible por ser de trámite, anterior a la resolución definitiva del expediente de recuperación.

La concurrencia de sendos argumentos, concluye la Sentencia, sobre la naturaleza no impugnable de acto de trámite del Decreto recurrido en su día en revisión, y sobre la improcedencia misma de este instrumento de impugnación excepcional, excluyen la vulneración denunciada.

5.12 STC 24/2010 DE 27 DE ABRIL. SALA PRIMERA. INCONGRUENCIA EXTRA PETITUM Y OMISIVA.

Sanción impuesta a concesionaria del servicio público de abastecimiento de aguas por persistir en la práctica de no hacer coincidir el período de facturación que se indica en las facturas con las lecturas del contador, incumpliendo así una previa resolución administrativa firme, confirmada judicialmente.

La sanción fue confirmada en procedimiento abreviado por Juzgado de lo contencioso administrativo.

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INCONGRUENCIA EXTRA PETITUM.

La vulneración se sustenta en el pronunciamiento impositivo de las costas causadas en vía judicial a la demandante sin previa petición de la Administración recurrida.

Se desestima la vulneración. Se cita la doctrina del Tribunal sobre lo planteado (por todas, STC 50/2007, de 12 de marzo), que excluye la vulneración cuando el Juez o Tribunal decida o se pronuncie sobre una pretensión que, aun cuando no fue formal o expresamente ejercitada, estaba implícita o era consecuencia inescindible o necesaria de los pedimentos articulados o de la cuestión principal debatida en el proceso, como ocurre en materia de intereses legales o de costas procesales (por todas, STC 278/2006, de 25 de septiembre, FJ 3).

INCONGRUENCIA OMISIVA.

Se desestima la vulneración. Se cita la doctrina del Tribunal sobre lo planteado, (por todas, STC 144/2007, de 18 de junio).

Resumen de la doctrina. Cuando la cuestión puesta de manifiesto no es una simple alegación secundaria, instrumental en el razonamiento jurídico, sino un alegato sustancial que contiene los hechos o argumentos jurídicos básicos y fundamentales que nutren la pretensión, dicha cuestión integra la razón por la que se pide, debiendo ser tratada en forma expresa o, en su caso, considerada en forma siquiera implícita por la Sentencia, pues de otro modo se desatiende la defensa esgrimida por la parte en un aspecto con posible incidencia sobre el fallo, dando lugar a una denegación de justicia.

En el recurso contencioso administrativo alegaba la demandante, en cinco apartados diferentes, la prescripción de la sanción, la caducidad del procedimiento, la vulneración del principio de tipicidad, la errónea calificación de la infracción y la inexistencia de infracción.

Afirma la Sentencia que la resolución recurrida dio respuesta expresa a todas las cuestiones planteadas. 5.13 208/2009 DE 26 DE NOVIEMBRE. SALA PRIMERA. INTANGIBILIDAD DE RESOLUCIONES JUDICIALES FIRMES. Orden del Ministerio de Hacienda de 4 de diciembre de 1980 que modificó el sistema de cobro de la renta de petróleos y que incluía que el importe de los transportes realizados por Campsa será cargado a los clientes con arreglo a las tarifas oficiales. Con causa en dicha Orden Campsa reclamó el cobro de los portes de transporte de combustible de 1980 a 1982. La reclamación dio lugar a dos Resoluciones del Delegado del Gobierno en Campsa que declaraban el importe de la deuda, resoluciones confirmadas al ser desestimados los recursos de alzada interpuestos contra ellas. Las obligadas al pago plantearon dos procesos judiciales distintos. Proceso declarativo de mayor cuantía contra Campsa, que solicitaba pronunciamiento declarativo de no existir obligación de pago, y recurso contencioso-administrativo contra las resoluciones administrativas citadas.

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La pretensión civil fue estimada íntegramente, pronunciamiento que devino firme al desistir Campsa del recurso de casación interpuesto. La Audiencia Provincial, mediante Sentencia de 18 de abril de 1994, declaró que la Orden Ministerial regulaba los gastos de transporte con carácter dispositivo, puesto que permitía pactar un trato diferente para grandes consumidores y el gasto de combustible reclamado reunía los requisitos establecidos para estos últimos. También afirmó que el cruce de cartas habido entre las litigantes en 1965, que concretó la determinación del precio del combustible con el oficialmente aprobado por el Gobierno en la totalidad del territorio nacional, constituía un contrato civil sobre los gastos de transporte del combustible, materia respecto de la cual resultaba admisible el acuerdo entre las partes, así como que la citada Orden Ministerial no disponía la nulidad de los pactos anteriores, por lo que el ya existente continuaba vigente y Campsa estaba obligada a respetarlo. El recurso y posterior demanda contencioso-administrativa formulados por los recurrentes fueron desestimados por Sentencia del Tribunal Supremo de 5 de junio de 2002 que estableció “no estamos ante una cuestión civil entre Campsa y los demandantes, dada la naturaleza tributaria de la renta de petróleo”, de manera que “un posible acuerdo entre Campsa y los usuarios podrá tener consecuencias entre ellos —a esto habría que referir las sentencias que se aportan del Juzgado de Primera Instancia y de la Audiencia Provincial—, pero no afecta al importe de la tarifa aprobada por el Estado; … en cualquier caso, no puede inducirse de la carta enviada por Campsa a Hidroeléctrica de España el 24 de noviembre de 1965, que se haya establecido otro precio, pues en ella se dice que será ‘el que esté en vigor en todo el territorio nacional’, sin que se haya aportado contrato alguno en que se haya pactado precio distinto y, caso de que así hubiera sido, sus cláusulas podrían vincular a las partes pero no disminuir la renta del petróleo” (FJ 2)”. Se otorga el amparo. Se cita la doctrina recogida en la STC 231/2006 de 17 de julio. Que prohíbe a los órganos judiciales, excepto en los supuestos específicamente previstos en la ley, reexaminar el juicio realizado en un supuesto concreto, incluso en el caso de que posteriormente estimaran que su decisión no se ajustaba a la legalidad, ya que la protección judicial no sería efectiva si se permitiera revisar lo ya resuelto en una Sentencia firme en cualquier circunstancia. Que impone a los órganos jurisdiccionales ajustarse a lo juzgado en un proceso anterior cuando hayan de decidir sobre una relación o situación respecto de la cual la Sentencia recaída se encuentre en estrecha conexión. Que afirma desatención de la eficacia de la cosa juzgada cuando hay un desconocimiento de lo resuelto por sentencia firme en el marco de procesos que examinan cuestiones que guardan una relación de estricta dependencia, aunque no concurran las identidades del art. 1252 CC. Los pronunciamientos de la Sentencia del Tribunal Supremo y de la Audiencia Provincial son incompatibles. Naturaleza jurídica de la relación entre partes, pública o privada. Existencia o no entre partes de un contrato sobre el precio del transporte del combustible. Conclusión final sobre la obligación de pago. Considera la Sentencia “el Tribunal Supremo se separa abiertamente de una cuestión que ya había sido enjuiciada y resuelta, con carácter firme, por la jurisdicción civil, que había declarado la existencia de un contrato civil entre las partes”.

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5.14 SENTENCIA 216/2009 DE 14 DE DICIEMBRE DE 2009. SECCIÓN TERCERA. INTANGIBILIDAD DE RESOLUCIONES JUDICIALES FIRMES. La Sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, de 3 de octubre de 1995, reconoció el derecho de la demandante (entre otros recurrentes) “a ser integrados en el Grupo A de los previstos en el art. 25 de la Ley 30/84 desde las fechas de sus nombramientos definitivos para servir puestos en los Servicios de Orientación Escolar y Vocacional, con todos los efectos derivados de tal asignación; incluido el complemento de destino”. El alcance y contenido del fallo fue ampliado en fase de ejecución mediante diversos incidentes. Por Auto de 11 de diciembre de 2002 estableció el Tribunal que la sentencia acordó la integración de los funcionarios en el Grupo A desde que fueron nombrados para servir puestos en el SOEV, con todos los efectos económicos inherentes, en los que se incluyen los correspondientes para su jubilación y para el cálculo de su pensión. Mediante Acuerdo de la Dirección General de Costes de Personal y Pensiones Públicas, de 16 de septiembre de 2003, se reconoció a la recurrente una pensión de jubilación conforme a los haberes reguladores del grupo B. Contra dicha resolución la recurrente interpuso recurso de reposición, que fue desestimado por resolución contra la que se formuló reclamación económico-administrativa ante el Tribunal Económico-Administrativo Central que fue desestimada. Contra esa resolución se interpuso recurso contencioso administrativo, desestimado por Sentencia de 12 de junio de 2006 de la Audiencia Nacional al considerar que, si bien es cierto que la recurrente ocupó un puesto en el SOEV (que exigía título de licenciado) y que el Tribunal Superior de Justicia de Madrid le reconoció su derecho a ser integrada en el grupo A con todos los efectos derivados de tal asignación, incluido el complemento de destino, también lo es que la sentencia que se aporta no reconoció a la parte recurrente el derecho a la integración en determinado cuerpo docente ni mucho menos en determinado cuerpo docente del mismo grupo y nivel de complemento de destino de aquél al que opta, sino que se limitó a reconocerle el derecho a ser integrado a título personal en el grupo A al ser su cuerpo de pertenencia y del que nunca pidió la excedencia el de maestros. Se alude al carácter mixto del recurso. Se cita la doctrina del Tribunal que otorga carácter prioritario a la impugnación del acto administrativo, STC 113/2008, de 29 de septiembre. Si bien, al delimitar el contenido de la demanda, se aprecia la estrecha conexión que existe entre la resolución administrativa y judicial que se combate por lo que se efectúa una valoración conjunta de ambas, con cita de la STC 92/2009, de 20 de abril, FJ 2 a), “en la estrecha e inmediata conexión y vinculación que presentan ambas resoluciones, la administrativa y la jurisdiccional, se asienta la vulneración denunciada”. Se otorga el amparo. Se cita la doctrina del Tribunal sobre el derecho a la intangibilidad de las resoluciones firmes, (SSTC 193/2009, de 28 de septiembre, FJ 2; 285/2006, de 9 de octubre, FJ 2.a; 234/2007, de 5 de noviembre; 67/2008, de 23 de junio, FJ 2; 185/2008, de 22 de diciembre, FJ 2; y 22/2009, de 26 de enero, FJ 2).

Resumen de doctrina. Vulnera el derecho a la tutela judicial efectiva el órgano judicial que modifica una resolución judicial anterior al margen del correspondiente recurso.

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Afirma la Sentencia que la negación del cálculo de la pensión se fundamenta en no pertenecer la recurrente al cuerpo de Profesores de Enseñanza Secundaria. Al obrar así las resoluciones impugnadas no tienen en cuenta que el alcance del fallo de la Sentencia de 3 de octubre de 1995 incluía los derechos pasivos, con independencia de que los entonces recurrentes siguiesen formando parte del cuerpo de Maestros, pues lo que se les había reconocido era la integración en el grupo A a título personal. Y, al desestimar la pretensión de la recurrente por considerar que sólo correspondería si perteneciese al cuerpo de Profesores de Secundaria, las resoluciones impugnadas modificaron la situación jurídica creada por una sentencia firme al margen de los procedimientos legalmente establecidos a tal efecto y sin ninguna razón que justifique dicha alteración, vulnerando el derecho a la tutela judicial de la recurrente.

5.15 STC 20/2010 DE 27 DE ABRIL. SALA SEGUNDA. INTANGIBILIDAD DE RESOLUCIONES JUDICIALES FIRMES.

Se recurre Resolución de la Comisión Interministerial de Retribuciones y Sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid que para regularizar la nómina del recurrente hicieron aplicación de la Ley 13/1996.

Dicha aplicación suponía modificar los términos económicos en los que se había ejecutado la Sentencia del Tribunal Supremo de 27 de mayo de 1996 que, en un momento anterior a la entrada en vigor de la Ley 13/1996, había reconocido al recurrente su encuadramiento en la categoría D del cuerpo de conductores del Parque Móvil Ministerial desde su incorporación a dicho cuerpo y había ordenado dejar sin efecto su nombramiento en el Grupo de clasificación E, requiriendo en consecuencia a la Administración para que le abonara las diferencias económicas derivadas de la pertenencia a uno u otro grupo de clasificación, como así se hizo.

Se otorga el amparo. Se cita la doctrina del Tribunal sobre la vulneración denunciada, (STC 322/2006, de 20 de noviembre, FJ 2), que prohíbe a los órganos judiciales, excepto en los supuestos específicamente previstos en la ley, reexaminar el juicio realizado en un supuesto concreto, incluso en el caso de que posteriormente estimaran que su decisión no se ajustaba a la legalidad, ya que la protección judicial no sería efectiva si se permitiera revisar lo ya resuelto en una Sentencia firme en cualquier circunstancia.

Afirma la Sentencia “que cuando la Resolución administrativa impugnada revisa la nómina del recurrente para modificar las cuantías que se le abonaban en concepto de trienios, fundamentando tal proceder en la aplicación del art. 120 de la Ley 13/1996, y el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, en su Sentencia de 23 de noviembre de 2004, confirma esa actuación, no respetan el derecho adquirido por el recurrente en la Sentencia del Tribunal Supremo de 27 de mayo de 1996, a saber, el derecho a ser encuadrado en el Grupo de clasificación D, dejando sin efecto su nombramiento en el Grupo de clasificación E y, en consecuencia, vulneran el derecho del recurrente a la intangibilidad de las resoluciones judiciales”.

5.16 STC 212/2009 DE 26 DE NOVIEMBRE. SALA PRIMERA. MOTIVACIÓN. IGUALDAD. EXPULSIÓN DE EXTRANJERO.

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Se recurre en amparo la resolución administrativa y las resoluciones judiciales posteriores, que confirmaron la expulsión de España del recurrente, por falta de proporcionalidad al no haber ponderado su arraigo familiar y laboral. También se recurre la resolución de la Sección Sexta de la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia por desestimar la apelación al no considerar acreditada la circunstancia excepcional alegada, de arraigo familiar del recurrente, cuando dicha circunstancia se entendió concurrente por la Sección Primera que acordó la suspensión cautelar de la expulsión. Se trata de un amparo mixto que con arreglo a la doctrina del Tribunal aconseja resolver primero las quejas referidas al acto administrativo impugnado (por todas, SSTC 113/2008, de 29 de septiembre, FJ 2; 140/2009, de 15 de junio, FJ 1). No se otorga el amparo. Se cita la doctrina del Tribunal sobre el régimen sancionador en materia de extranjería y de la sustitución de la sanción de multa por la de expulsión del territorio nacional, (SSTC 260/2007, de 20 de diciembre, FJ 4; 140/2009, de 15 de junio, FJ 3). La sanción de expulsión no depende de la absoluta discrecionalidad de la administración al estar condicionada su actuación; a la existencia de conducta tipificada como infracción grave; por la concurrencia de criterios para la aplicación de las sanciones, principio de proporcionalidad y criterios de graduación de la sanción. Se niega la primera vulneración al considerar que la resolución exterioriza las razones que conducen a la adopción de la decisión y que éstas no son incoherentes. La procedencia de la expulsión se afirma por no haber acreditado en vía administrativa el arraigo familiar, que las solicitudes de permiso de residencia y de trabajo habían sido denegadas. A lo que se añade la conducta antisocial evidenciada por múltiples detenciones por delitos graves. Sobre la vulneración imputada a la Sala de lo Contencioso Administrativo, se cita la doctrina del Tribunal sobre la vulneración del 24.1 CE cuando el órgano judicial dicta resolución que se contrapone a otra anterior para supuesto idéntico en los datos con relevancia jurídica, STC 62/2009 de 9 de marzo. Se niega la vulneración al considerar que el arraigo familiar puede ser valorado de forma distinta por los órganos judiciales. Al adoptar medida cautelar de suspensión de la expulsión y al resolver la cuestión de fondo planteada, ya que los datos con relevancia para uno y otro supuesto no son necesariamente los mismos. 6.- SOCIAL 6.1 SENTENCIA 185/2009 DE 7 DE SEPTIEMBRE. SALA PRIMERA. ACCESO A LA JURISDICCIÓN. IMPUGNACIÓN DE LAUDO ARBITRAL. La empresa demandante interpuso demanda ante juzgado de lo social para impugnar el laudo arbitral que desestimó la impugnación que planteó al proceso de elección de delegados sindicales, demanda que fue desestimada al apreciar el juzgado la falta de acción opuesta por la demandada, Confederación Sindical.

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Hecho que sustenta la vulneración. Se afirma que la resolución recurrida ha vulnerado el derecho a la tutela judicial efectiva sin indefensión (art. 24.1 CE), en su vertiente de acceso a la jurisdicción, al impedir obtener un pronunciamiento sobre el fondo de la cuestión planteada en base a una pretendida falta de acción que es resultado de una interpretación formalista y rígidamente restrictiva del art. 128 LPL, contraria al principio pro actione. Se otorga el amparo. Se cita la doctrina del Tribunal sobre el derecho a acceder a la jurisdicción, integrado en el derecho a la tutela judicial efectiva, con cita de la STC 154/2007 de 18 de junio. Resumen de doctrina. Cuando aparece comprometido el derecho de acceso al proceso, aunque no es función de este Tribunal interpretar la normativa procesal, sí lo es comprobar que la exégesis realizada por los órganos judiciales no resulte contraria a la Constitución en los términos indicados; esto es, habrá de comprobar que la resolución de inadmisión no sea arbitraria, irrazonable o incursa en error patente, así como que no resulta desproporcionada por su rigorismo o formalismo excesivos. La decisión de no resolver sobre la pretensión ejercida por el hecho de que la parte recurrente en amparo no haya especificado en su demanda en cual de los cuatro apartados del art. 128 LPL funda la impugnación del laudo en materia electoral, constituye una interpretación rigorista de los presupuestos de admisibilidad que ha impedido el acceso a la justicia de manera desproporcionada y contraria al principio pro actione, resultando, por tanto, lesiva del derecho a la tutela judicial efectiva. A lo indicado se añade que habiéndose denunciado por la demandante en el procedimiento arbitral, y reiterado posteriormente en la demanda de impugnación del laudo, la existencia de graves irregularidades susceptibles de afectar a las garantías del proceso electoral y de alterar sus resultados, tales como la falta de comunicación a la empresa del inicio y desarrollo del proceso, la indebida agrupación de centros de trabajo y el cómputo en el censo de un número excesivo de trabajadores, y habiéndose, en particular, aducido reiteradamente que tales irregularidades habían ocasionado la elección de un número de delegados de personal superior al que legalmente correspondía —siempre a criterio de la demandante—, resulta obvio que tal demanda reunía los requisitos exigidos en el art. 128 a) LPL, en relación con el art. 76.2 de la Ley del estatuto de los trabajadores (LET), para obtener una resolución de fondo en la que se analizaran y resolvieran las quejas planteadas. 6.2 STC 187/2009 DE 7 DE SEPTIEMBRE. SALA SEGUNDA. ACCESO AL PROCESO. SUBSANACIÓN DE DEFECTOS ART. 81.1 LPL. El demandante interpuso demanda ante juzgado de lo social para impugnar las sanciones que le habían sido impuestas. Fue requerido para subsanar defectos formales, firma de la demanda y aportación de teléfonos y faxes. La falta de subsanación motivó el archivo de la demanda.

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Hecho que sustenta la vulneración. Haber sido requerido para aportar datos, teléfono y faxes, que no son exigibles en el procedimiento laboral y que, aún cuando lo fueran, constaban en los documentos aportados con la demanda, carta de sanción. Se otorga el amparo. Se cita la doctrina del Tribunal sobre el acceso a la jurisdicción, (SSTC 321/1993, de 8 de noviembre, FJ 3; 48/1998, de 2 de marzo, FJ 3; 35/1999, de 22 de marzo, FJ 4; 311/2000, de 18 de diciembre, FJ 3; 251/2007, de 17 de diciembre, FJ 4). Se cita la doctrina del Tribunal sobre los límites con que debe ser interpretado el art. 81.1 LPL, respecto del requerimiento de subsanación de defectos, omisiones o imprecisiones de la demanda, que en síntesis, se afirma, no puede confundirse con una facultad ilimitada del juzgador, por mucho que lo pedido pudiera mejorar en hipótesis la articulación del subsiguiente debate procesal, (SSTC 203/2004, de 16 de noviembre, FJ 3; 289/2005, de 7 de noviembre, FJ 2; 127/2006, de 24 de abril, FJ 3, y 119/2007, de 21 de mayo, FJ 3). La Sentencia otorga el amparo por entender que no tuvo lugar el incumplimiento que se imputa al recurrente, al figurar los datos requeridos en la carta de sanción que se aportó con la demanda rectora del proceso. Con esa premisa no se considera necesario entrar a analizar la regularidad del requerimiento, lo que no cabe admitir es que la denegación del acceso a la justicia pueda encontrar fundamento en la atribución a la parte de un incumplimiento procesal a todas luces inexistente. 6.3 STC 192/2009 DE 28 DE SEPTIEMBRE. SALA PRIMERA. INTANGIBILIDAD DE RESOLUCIONES JUDICIALES FIRMES. Existió un procedimiento inicial sobre reconocimiento de invalidez. Se declaró que el aparato esterilizador utilizado por la demandante, y que fue causa de su dolencia, carecía de un sistema de eliminación de residuos y de sistemas de control de fugas. En un segundo procedimiento, cuyo objeto era determinar el carácter profesional de la incapacidad, se reiteró que la recurrente, en el ejercicio de su profesión, había utilizado durante dos años un aparato esterilizador sin que se hubieran adoptado las medidas de seguridad necesarias para evitar la inhalación de gases que emanaba. En el tercer procedimiento que dio lugar a la demanda de amparo, cuyo objeto era la reclamación de recargo de prestaciones por incumplimiento de medidas de seguridad en el trabajo, la misma Sala desestimó esta reclamación partiendo de unos hechos radicalmente opuestos a aquéllos de los que había partido en los precedentes procedimientos judiciales. En concreto se afirma “que la máquina en cuestión estaba conectada al exterior y hacia sus desgasificaciones conforme al manual de uso, que se había instalado en un local con ventilación, separado por tabique y ventana de la zona de trabajo, que fue sometido a revisiones periódicas, que se había informado a los trabajadores de sus peligros y proporcionado mecanismos de protección y que la exposición al riesgo había sido mínimo, habiendo sido manipulada casi exclusivamente por otro trabajador, plenamente informado de los riesgos y funcionamiento del aparato”.

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Se otorga el amparo. Se cita de la doctrina del Tribunal, SSTC 60/2008, de 26 de mayo, STC 109/2008, de 22 de septiembre, STC 34/2003, de 25 de febrero. Resumen de doctrina. La existencia de pronunciamientos contradictorios en las resoluciones judiciales de los que resulte que unos mismos hechos ocurrieron y no ocurrieron es incompatible con el principio de seguridad jurídica y con el derecho a la tutela judicial efectiva, arts. 9.3 y 24.1 CE. En la realidad histórica relevante para el Derecho no puede admitirse que unos hechos existen y dejan de existir para los órganos del Estado, salvo que la contradicción derive de haberse abordado unos mismos hechos desde perspectivas jurídicas diversas. Esto no implica que en todo caso los órganos judiciales deban aceptar siempre de forma mecánica los hechos declarados por otra jurisdicción, sino que una distinta apreciación de los hechos debe ser motivada. La Sentencia considera insuficiente “para justificar la distinta apreciación de los hechos el simple cuestionamiento de la certeza del contenido del informe elaborado por la Inspección de Trabajo, en el que previamente se habían basado los otros procedimientos, o en la supuesta inexistencia de responsabilidad empresarial por falta de comportamiento no diligente, cuando previamente había quedado acreditado el incumplimiento de medidas de seguridad en el trabajo. Tampoco resultan en modo alguno convincentes los argumentos ofrecidos al indicar que el incumplimiento de medidas de seguridad constatado en los anteriores procedimientos, tanto podía imputarse a la empresa como al trabajador al no haberse precisado quién había sido el sujeto de tal infracción, cuando es manifiesto que la decisión sobre la instalación, aislamiento y uso de la máquina correspondía a la demandada y no a la actora”.