DÉCIMO SEXTO CONCURSO PÚBLICO DE PROYECTOS PARA LA … · Especializados (PIE/PDC/PDE). La...
Transcript of DÉCIMO SEXTO CONCURSO PÚBLICO DE PROYECTOS PARA LA … · Especializados (PIE/PDC/PDE). La...
BASES TÉCNICAS
DÉCIMO SEXTO CONCURSO PÚBLICO DE PROYECTOS PARA
LA LÍNEA DE ACCIÓN PROGRAMAS DE PROMOCIÓN,
ESPECÍFICAMENTE:
PROGRAMAS DE CAPACITACIÓN, DENOMINADO “CUIDADO DE
EQUIPOS Y EL ROL DEL/A COORDINADOR/A”
EN LOS PROYECTOS DEL
PROGRAMA VIDA NUEVA
Servicio Nacional de Menores
Junio 2013
2
Tabla de contenido
I. Antecedentes 3
II. Enfoque en el cuidado de equipos 6
III. Requisitos Generales
a. Objetivo General 8
b. Objetivos Específicos 8
c. Participantes 9
d. Metodología 9
IV. Condiciones para la realización de la capacitación 10
a. Plazos estimados 10
b. Desarrollo de las jornadas de capacitación 10
c. Relación con equipo capacitador 10
d. Requisitos de la entidad capacitadora 11
e. Equipo Profesional 11
f. Aportes de la contraparte técnica de Sename 11
g. Presupuesto 11
3
I. ANTECEDENTES
El Programa Vida Nueva es una iniciativa intersectorial que tiene como objetivo general
“contribuir a la superación de situaciones de vulneración de derechos, a la interrupción
de conductas transgresoras1 y/o infractoras de ley y potenciar la reinserción social en
niños, niñas y adolescentes derivados principalmente del Programa de Seguridad
Integrada 24 Horas (en adelante “PSI 24 Horas”) en ocho comunas de la Región
Metropolitana (La Pintana, La Granja, La Florida, Lo Espejo, Recoleta, Peñalolén,
Puente Alto y Pudahuel), dentro de las cuales es posible distinguir sectores o
localidades a ser focalizados por sus condiciones de vulnerabilidad y comprende el
desarrollo de 3 áreas de trabajo, a saber:
Tabla Nº1. Descripción de componentes del Programa Vida Nueva.
Áreas de Trabajo Descripción
Fortalecimiento de la oferta comunal, de primera respuesta, encargada de la derivación, seguimiento y retroalimentación del PSI: 24 horas
Implementación en las 8 comunas de dos organismos
que se encargan de gestionar los listados 24 horas. Los
equipos de Oficina de Protección de Derechos (OPD) y
Dupla de Evaluación de Riesgo socio-delictual (EER)2
realizan una evaluación diagnóstica para la población de
niños, niñas y adolescentes que son sujetos de atención
de este programa. Lo anterior, permite favorecer que los
procesos de derivación a los programas de la red
comunal sean pertinentes caso a caso.
Fortalecimiento de la oferta comunal de atención de a niños/as y adolescentes en situaciones de baja y mediana complejidad.
Comprende la ampliación de plazas en proyectos
Programas de Intervención Breve para la Intervención
Focalizada (PIB) y OPD de las comunas seleccionadas,
orientados a intervención en situaciones de mediana y
baja complejidad detectados a través del PSI 24 Horas,
así como la licitación de proyectos focalizados en estas
situaciones en aquellas comunas que no cuentan con
dicha oferta.
Fortalecimiento de la oferta comunal de intervención especializada en prevención de las violencias y el delito.
Puesta en marcha de proyectos de atención especializada (PIE) para población infanto-adolescente con graves vulneraciones de derecho proveniente del PSI 24 Horas focalizados en
aquellos sectores de mayor vulnerabilidad de acuerdo a información proveniente del PSI. Además, en forma complementaria a los proyectos, se cuenta con un dispositivo de intervención para niños/as y adolescentes que presenten consumo abusivo y dependencia a drogas y aquellos con severos problemas de salud mental. El componente también incluye un proyecto de reinserción educativa por cada comuna
focalizada. Se suma a ellos el año 2011 un equipo de salud mental, dependiente del Ministerio de Salud, que otorgan atención a niños, niña y adolescente de OPD, PIB y Especializados (PIE/PDC/PDE).
La lógica sistémica del Programa Vida Nueva, su diseño y apuesta de implementación,
ha implicado importantes desafíos en los modos de comprender la intervención con
niños, niñas y adolescentes, sus familias, y la articulación de redes para la efectiva
conformación de sistemas locales de protección de derechos a partir de la información
brindada por Carabineros de Chile. A su vez, estos desafíos, han impactado en los
equipos de intervención en la medida que implican cambios en los modos de definir y
operacionalizar la intervención y coordinación.
La implementación misma de este sistema en las 8 comunas de las Región
Metropolitana señalada ha constituido una importante oportunidad para generar un
1 Optamos por referirnos a conductas transgresoras como un concepto más amplio que el de infracción, en la medida que permite incorporar ilícitos cometidos por menores de 14 años, así como otras prácticas que sin caer en una categoría de infracción en lo legal, si resultan contrarias a normas sociales de convivencia, transgrediendo o vulnerando los derechos de otros. 2 La dupla de Evaluación de riesgo socio-delictual, depende administrativa, financiera y técnicamente de la Subsecretaría de prevención del delito, del Ministerio del Interior. Comienzan a operar a inicios de 2012.
4
zoom a las prácticas de intervención de diversas modalidades de programas sociales –
en particular, Oficinas de Protección de Derechos (OPD); Programa de Intervención
Breve para la Prevención Focalizada (PIB); Programa de Intervención Integral
Especializada (PIE), programa para el tratamiento del abuso de sustancias (PDC),
programa de reinserción educativa (PDE) y equipos especializados de Salud Mental.
El operar de estas modalidades, en el marco del Programa Vida Nueva, se desarrolla
en contextos de alta complejidad, con marcada vulnerabilidad social. Los equipos
conviven con historias asociadas al delito, consumo de drogas y trastornos de salud
mental no tratados. Sin embargo, pese a la presencia de estas problemáticas, los
equipos levantan intervenciones junto a los adultos significativos con quienes intentan
construir un vínculo.
El trabajo en contextos altamente vulnerables requiere de una formación y un temple
que permita no desalentarse fácilmente ante las adversidades y la frustración. Por ello,
uno de los principales desafíos identificados –y priorizado como producto dentro del
desarrollo del Programa Vida Nueva- se conjuga en la consolidación de un cuerpo de
conocimientos orientados a favorecer el desarrollo técnico de los equipos de trabajo,
en un marco de respeto y participación de los usuarios/as en sus procesos.
Dicho desafío no sólo se observa como una necesidad del diseño programático en
general, sino que constituye una cuestión imperativa para los propios equipos de
intervención, en la medida que favorece la conformación de equipos capacitados y con
habilidades pertinentes para hacer frente a situaciones diversas. Ello se traducirá en
definitiva en una atención de mejor calidad para los/as usuarios/as y en una mitigación
del impacto que el abordaje de situaciones difíciles genera en los equipos de trabajo
(desgaste profesional). En este escenario intentan complementarse las siguientes
modalidades:
1. Las Oficinas de Protección de Derechos (OPD): tienen por objetivo prevenir y
atender vulneraciones de derechos de niños, niñas y adolescentes. Para ello, cuenta
con dos componentes:
a) Componente de Protección de Derechos: donde se otorga atención y orientación
psicosocial y jurídica de forma directa a niños, niñas y adolescentes y sus familias, en
casos de vulneración de derechos.
Las acciones se enfocan a superar la situación de vulneración a través de sesiones de
terapia individual y grupal, así como se desarrollan acciones de habilitación de
competencias parentales de los padres. En los casos de mayor complejidad, se presta
asesoría jurídica y se desarrollan acciones judiciales en pos de proteger a niños y
niñas. Si bien el programa recibe casos de distintos grados de complejidad, ya que es
un referente de la temática en la comuna, los casos de mayor complejidad son
derivados para su atención psicológica a programas especializados.
b) Componente de Gestión Intersectorial: donde se realizan acciones de orientación y
gestión con el gobierno local y redes locales dirigidas a mejorar la oportunidad y
eficacia en la atención a niños vulnerados en sus derechos, como la generación de
protocolos de atención y derivación de casos y sensibilización de actores claves.
Asimismo, se elabora un diagnóstico comunal participativo, una planificación anual que
compromete a distintos actores y una política local de infancia, que institucionaliza la
voluntad del gobierno local en la temática de infancia. Se fomenta la participación de
niños y niñas en el espacio comunal, a través de consejos consultivos.
2. Programas de Intervención Breve para la Prevención Focalizada (PIB): tiene por
objetivo resolver vulneraciones de derechos asociadas a situaciones de mediana
complejidad, que afectan a niños, niñas y adolescentes, tales como maltrato leve,
psicológico, testigo de VIF no constitutiva de delito, inhabilidad de los padres,
negligencia, entre otros.
Para ello el PIB realiza una intervención psicosocial de caso basada en un enfoque de
competencias a) los niños desarrollan habilidades cognitivas, emocionales y
conductuales en sesiones de terapia individual y grupal b) las familias desarrollan
5
competencias parentales, a través de terapias familiares, consejerías, talleres
educativos c) instituciones cercanas a los niños y niñas y sus familias (por ejemplo,
salud, educación) apoyan la sustentabilidad de los cambios logrados tras la
intervención que realiza el programa, a través de la firma de protocolos, acuerdos
respecto de flujos de coordinación, entre otras acciones. Cabe destacar que la
modalidad PIB no cuenta con programas complementarios en el Programa Vida Nueva
como los Programas de Intervención Especializada (es el caso de los PDC y PDE) por lo
que su trabajo en red se enfoca a oferta local presente en el territorio.
3. Programas de Reinserción Educativa (PDE): Esta modalidad tiene por objetivo
contribuir a la reinserción educativa de niños, niñas y adolescentes con al menos un
año de desescolarización atendidos por los proyectos PIE 24 Horas (eventualmente
otro complementario) que forman parte del Programa Vida Nueva.
El equipo de trabajo se encuentra compuesto por un coordinador (profesor/a o
profesional de las Ciencias Sociales), un psicopedagogo (responsable de la evaluación
psicopedagógica) y cuatro profesores, quienes son los responsables de la intervención
pedagógica.
Este equipo se orienta a la tarea de promover la reinserción y permanencia en el
sistema educacional formal (básica, media y adultos) de niños, niñas y adolescentes
con al menos de un año de desescolarización, brindando el apoyo pedagógico
necesario para nivelar sus estudios. Del mismo modo, los proyectos PDE fortalecen el
sentido de la escuela como espacio formativo y de integración social.
Cabe destacar que los PDE trabajan complementariamente con los PIE y
eventualmente con PDC y equipos especializados de Salud mental, en el marco del
Programa Vida Nueva. Tras una primera instancia de diagnóstico, los actores
involucrados en la intervención (cualquiera de los mencionados) construyen un Plan
Unico de Intervención (PIU), con objetivos comunes, los cuales orientan el
ofrecimiento de ayuda al usuario.
4. Programa de Protección Especializada para niños, niñas y adolescentes con consumo
problemático de alcohol y/u otras drogas (PDC): Su propósito es contribuir a la
interrupción del consumo problemático de alcohol y/u otras drogas, en niños, niñas y
adolescentes atendidos por los proyectos PIE implementados como parte del Proyecto
Vida Nueva en la comuna respectiva.
Un equipo compuesto por psicólogo, trabajador social, psiquiatra, terapeuta
ocupacional y técnicos en rehabilitación se orienta a la tarea de brindar atención
terapéutica ambulatoria de a los niños, niñas y adolescentes atendidos en PIE, que
presenten consumo problemático de alcohol y/u otras drogas y sus consecuencias
asociadas y a sus familias.
Su desafío es desarrollar acciones de coordinación y colaboración permanente con
dispositivos de intervención especializada (PIE, PDE y equipos de Salud Mental), que
forman parte del Programa Vida Nueva y/o de la red de atención especializada en la
temática (unidades de corta estadía, residencias especializadas, entre otros), en
aquellos casos de niños, niñas o adolescentes y/o familias que lo requieran. Esta
articulación con otros es uno de los fundamentos del modelo de gestión territorial que
propone el Programa Vida Nueva.
5. Programas de Intervención Integral Especializada (PIE): Los PIE que operan en el
Programa Vida Nueva tienen por objetivo contribuir a la interrupción de situaciones de
vulneración de derechos y prácticas transgresoras de niños, niñas y adolescentes
(NNA) en situaciones de alta complejidad provenientes preferentemente del PSI: 24
Horas. Esta tarea es construida a través del acompañamiento en el desarrollo de
habilidades cognitivas, emocionales y conductuales necesarias para una adecuada
integración social, en niños/as y adolescentes atendidos por el proyecto. Del mismo
modo se promueve el desarrollo de habilidades parentales necesarias para ejercer una
parentalidad bien tratante.
6
La coordinación permanente se constituye en un requerimiento para la adecuada
gestión de la intervención con los proyectos complementarios (PDC – PDE y Salud
Mental). Ello no sólo contribuye a optimizar los recursos para el ofrecimiento de ayuda,
sino que especialmente apunta a la operacionalización de las prácticas y
procedimientos en torno a los casos, de un modo tal que permita un ejercicio de la
intervención como si fueran un sólo proyecto.
Es posible distinguir en el operar de la modalidad PIE tres niveles de intervención:
Individual, familiar, comunidad y redes.
6. Equipos especializados en Salud Mental: Dependen técnica y administrativamente
del Ministerio de Salud. Desde el año 2012 se incorporan al programa Vida Nueva para
colaborar en el trabajo complementario que desarrollan los PIE, PDC y PDE dentro del
marco de la gestión territorial. El equipo está conformado por psicólogo, terapeuta
ocupacional, psiquiatra y trabajador social, quienes se integran en la construcción de
un plan de intervención único en beneficio de los jóvenes y sus familias.
Su experticia radica en profundizar diagnósticos que guarden relación con el ámbito de
la salud mental, así como ofrecer prestaciones de atención en casos que presenten
cuadros patológicos, teniendo la posibilidad de monitorear tratamientos farmacológicos
y psicoterapia.
II. ENFOQUE EN EL CUIDADO DE EQUIPOS
Los equipos psicosociales mencionados, que constituyen el Programa Vida
Nueva, ejecutan a lo largo de su quehacer un trabajo interdependiente, siempre en
relación con otros (intraequipo, otros equipos de la oferta local, usuarios). De esta
manera “van desarrollando un estado de cooperación mediante un contacto regular
que posibilita una acción coordinada”3 (Hidalgo, N. & Moreira, E., 2000, pág.5). Para
SENAME ir enfocando el cuidado de equipo como una temática transversal es prioridad,
como una manera de lograr complementariedad y mejorar la calidad del servicio
ofrecido.
Como se mencionó anteriormente, confluyen en ese espacio laboral
profesionales tales como trabajadores sociales, psicólogos, sociólogos, técnicos en
rehabilitación, terapeutas ocupacionales, psicopedagogos, profesores, secretarias y
psiquiatras. A propósito de cada caso en particular se constituyen equipos de trabajo
que asumen la orientación técnica de la interdisciplinariedad4 (SENAME, 2002),
buscando coordinaciones cotidianas que permitan ofrecer un servicio de calidad a los
usuarios que atienden. Profesionales y técnicos formados en distintas disciplinas
intentan construir un espacio de convivencia donde se produce un constante
intercambio de conocimiento, experiencias de vida y laborales. Este hecho abre la
posibilidad de enriquecer el quehacer cotidiano de los miembros del equipo,
inaugurando un espacio para la eventual creación de trabajo colectivo y
complementario en beneficio de los jóvenes y sus familias.
El común denominador es que su trabajo diario se desarrolla en contextos de
grave vulneración y el trabajo con niños y niñas gravemente vulnerados en sus
derechs fundamentales. Marginalidad, pobreza, exclusión social, vulneración de
derechos, consumo de drogas, enfermedades físicas, infracción de ley, son algunas de
las problemáticas con las que permanentemente deben interactuar.
3 El trabajo en equipo desarrollado en “Autocuidado, trastorno psicológico y rotación de personal” Hidalgo, N. & Moreira E. (2000) en www.csociales.uchile.cl 4 Se acota el concepto del trabajo interdisciplinario en documento disponible en Servicio Nacional de Menores, Junio 2002. Maltrato Infantil (en línea) en http://sename.cl/maltrato.
7
El impacto personal y para el equipo que tiene el contacto cotidiano con estas
problemáticas va desgastando a los profesionales y al grupo5 (Barria, V., Rosemberg,
N. y Uribe, P., 2008), muchas veces afectando negativamente el clima laboral y la
calidad del servicio ofrecido a los usuarios. La exposición constante de los operadores
sociales a situaciones de desprotección, vulneración y traumatización es un claro factor
de riesgo para la dinámica que se da al interior de los equipos6 (Morales, G., Pérez, J.,
Menares, M., 2003). La energía inicial, la voluntad de hacer un fructífero y coordinado
trabajo interdisciplinario, la sana convivencia diaria fundada en un objetivo común, se
ve debilitada muchas veces por la frustración en el enfrentamiento de problemáticas
que no dependen exclusivamente de la pericia del equipo para una eventual resolución
positiva.
Actualmente, es posible apreciar un creciente interés por construir políticas y
estrategias efectivas para apoyar a estos equipos que intentan dar lo mejor de sí en lo
cotidiano y sufren un importante desgaste tras un tiempo de ejecución de los
programas sociales donde se desenvuelven. Las Instituciones empleadoras se
encuentran sensibles frente a la problemática, pues se han percatado que no advertir
el cuidado del recurso humano lleva a un deterioro en la calidad de vida laboral
(Barria, V., Rosemberg, N., Uribe, P, 2008). Al momento de advertir indicadores
concretos, distinguen que el impacto en el equipo se ve reflejado en aumento de las
licencias médicas, alta rotación de personal, trastornos psicosomáticos, sintomatología
ansiosa y/o depresiva, además del aumento en el consumo de alcohol7 (Guerra, C.,
Fuenzalida, A., Hernández, C., 2009), afectando en forma directa a procesos
interventivos en curso. La psicóloga Ana María Arón añade también que el burn-out
puede observarse a través de síntomas conductuales tales como “llegar tarde al
trabajo, ausentismo laboral, trabajar muchas horas pero lograr poco, pérdida del
entusiasmo, facilidad para frustrarse, aburrimiento, rigidización y dificultad para tomar
decisiones. Síntomas que se expresan interaccionalmente, como aislarse de los
colegas, cerrarse a nuevas informaciones, aumento de la irritabilidad con los
compañeros de trabajo” (Arón y Llanos, 2006, pág. 4).
Estos indicadores conforman el cuadro denominado burn-out8. Lo entenderemos
como un síndrome de agotamiento emocional y baja realización personal que puede
ocurrir entre individuos cuyo trabajo implica atención o ayuda a personas
(Freudenberger, H, 1974). También se le conoce como un cuadro de “desgaste
profesional”, cuyas consecuencias afectarían directamente tanto el clima laboral como
el desempeño cotidiano.
Por este motivo, para el Servicio Nacional de Menores y la sociedad civil el
cuidado de sus equipos humanos no es un problema menor, de hecho el SENAME ha
incluido este aspecto crucial en todas las propuestas que se presentan en los concursos
públicos. Esto porque el desmembramiento de los equipos trae como consecuencia la
pérdida de experticia en las problemáticas abordadas, procesos con usuarios
interrumpidos súbitamente y destinar un tiempo considerable en seleccionar y
capacitar a los profesionales recién contratados. Por ello, se estima necesaria la
implementación de políticas claras de autocuidado. Dicho en palabras de Jorge Barudy,
“todo programa o Institución incapaz de proteger a sus profesionales ejerce una doble
violencia: a la persona de los profesionales, y por ende, a los niños que protege”
(Barudy, 1999).
5 Se detallan antecedentes en artículo “Autocuidado y Equipos de Salud” (Barria, V., Rosemberg, N., Uribe, P., 2008) disponible en medicina.uach.cl/saludpublica/diplomado/1/autocuidado.pdf. 6 Revista de Psicología de la Universidad de Chile, Vol. XII, Nº1, pág 9-25, artículo “Procesos emocionales de cuidado y riesgo en profesionales que trabajan con el sufrimiento humano” (Morales, G., Pérez, J., Menares, M., Santiago, 2003). 7 Fenómenos estadísticamente significativos observados durante la investigación que da lugar a artículo publicado en Revista “Terapia Psicológica”, Vol.27, Nº1, pág. 73-81, Santiago, 2009, edición de la Sociedad Chilena de Psicología Clínica. 8 El término burn-out procede del inglés y se traduce en castellano comúnmente por “estar quemado”. A mediados de los años 70’ el psiquiatra norteamericano Herbert Freudenberger describió el síndrome de burn-out como una patología psiquiátrica que experimentaban algunos profesionales implicados en relaciones de ayuda.
8
Ahora bien, se considera muy relevante el rol que juega el coordinador cuando se
piensa en el cuidado de equipos. Las/los coordinadoras/es de un equipo no pueden
desconocer la influencia que tiene su función en la dinámica de un grupo. El punto es
que al hacer consciente este hecho debe reflexionar en torno a las conductas y
actitudes que favorecen la prevención del burn-out en el equipo del cual es un
miembro más. De esta manera se hace imprescindible que los directores de programa
cuenten con un espacio donde puedan intercambiar opiniones con otros directores
además de un profesional externo que acompañe el proceso reflexivo. Pues es en estos
espacios donde se hace posible, hay tiempo y concentración, relevar elementos
importantes de tener presentes en el ejercicio del rol. Considerando estos
antecedentes, interesa potenciar, desde la presente capacitación, una mirada sistémica
que favorezca la reflexión en torno a la temática del autocuidado de equipos donde:
1. Coordinadores reflexionan respecto de su rol.
2. Se favorezca la emergencia de elementos centrales que debiera contener un
programa de autocuidado.
3. Preguntarse cuáles son las condiciones que promueven la construcción de un
proyecto común donde sea posible la co-inspiración.
4. Preguntarse cómo un equipo puede alcanzar una convivencia que estimule la
creatividad, flexibilidad y colaboración a fin de desarrollar planes y estrategias
de autocuidado.
III. REQUISITOS GENERALES PARA LA FORMULACIÓN DEL PROYECTO DE
CAPACITACIÓN.
3.1. Objetivo General: Abrir un espacio reflexivo donde los coordinadores de
equipos revisen conceptos relacionados con el cuidado de equipos e identifiquen
elementos relevantes de su rol que promuevan un clima bien tratante en la
convivencia laboral.
3.2. Objetivos Específicos:
Objetivos específicos Objetivos de aprendizaje Producto
Favorecer la reflexión en
coordinadores de equipos que conforman el programa Vida Nueva en relación al cuidado de equipos.
Que los y las participantes:
Reconozcan elementos culturales
y biológicos relacionados con el cuidado de equipos profesionales.
Apliquen lo aprendido en su
quehacer cotidiano, desarrollando un plan de autocuidado.
Reflexionen en torno al rol central del interventor como promotor de cambios y la posición que ocupa en una relación de ayuda.
Capacitación de 3 días considerando a los participantes mencionados y los objetivos de aprendizaje.
Generar un espacio de
intercambio de conocimientos y buenas prácticas que sean útiles para el diseño de un programa de autocuidado.
Que los y las participantes:
Intercambien experiencias y
buenas prácticas en torno al cuidado de equipos, entre coordinadores y junto con sus equipos.
Identifiquen elementos que
permitan construir un programa de autocuidado junto a sus respectivos equipos, asumiéndolo como una responsabilidad compartida
9
3.3. Participantes:
Coordinadores de todas las modalidades que componen el programa Vida Nueva en las
8 comunas donde actualmente se implementa. La cobertura total del proceso de
capacitación, se ha estimado en una cantidad de 65 personas.
3.4. Metodología:
La realización del curso-taller es de 24 horas cronológicas, distribuidas en 2 días
consecutivos y un tercer día de evaluación y cierre, a desarrollarse un mes después de
la primera jornada de dos días. Se espera que las jornadas de trabajo se realicen sobre
la base de una metodología participativa, experiencial y práctica, es decir, se integren
los conocimientos de los y las participantes y se operacionalicen los contenidos, a
través de ejemplos prácticos de casos, pertinentes a la naturaleza del trabajo realizado
por los equipos que componen el Programa Vida Nueva. Se sugiere incorporar técnicas
de rol playing, presentación y análisis de casos, entre otras.
En el período entre la segunda y tercera jornada, se espera que los/as
coordinadores/as desarrollen acciones orientadas a esbozar los lineamientos basales
para construir y/o mejorar el programa de autocuidado en cada equipo de trabajo,
poniendo a disposición todo lo aprendido durante la primera etapa de la capacitación.
Esta actividad se considera central para buscar una experiencia de calce entre los
conceptos revisados y la práctica cotidiana. Se espera que el/la coordinador/a pueda
compartir algunas de las reflexiones y aprendizajes con el equipo, transversalizando la
temática de autocuidado a su quehacer cotidiano. El producto de esta actividad podrá
ser revisado en la tercera y última sesión de la jornada formativa. Será una buena
oportunidad para evaluar el proceso formativo orientado a favorecer la emergencia de
condiciones para la creación de climas laborales beneficiosos y que promuevan el
cuidado de los equipos de intervención.
Como se mencionó, la tercera y última jornada se desarrollará un mes después de las
primeras dos sesiones, de manera de dar tiempo a los coordinadores para que
decanten sus aprendizajes y agenden un encuentro con el equipo de trabajo.
A continuación, se presenta de manera esquemática una estructura general esperada
para el desarrollo de la capacitación:
Fases de la capacitación Actividades generales
Fase 1.
Preparación de la capacitación.
Reuniones técnicas con contraparte del Departamento de Protección de Derechos (Deprode).
Revisión y adecuación de Plan de Trabajo de capacitación.
Preparación de material técnico. Invitación a los participantes.
Fase 2.
Realización de jornadas de capacitación.
Desarrollo de las jornadas de formación (2 días).
Fase 3.
Identificación de elementos que debiera
considerar un programa de autocuidado.
Coordinadores se reúnen, comparten lo aprendido con el equipo y junto a ellos trazan los lineamientos basales para construir y/o mejorar un programa de autocuidado.
Fase 4.
Evaluación y Cierre.
Jornada de un día de duración orientada a revisar los trabajos de los coordinadores junto a equipos, consolidando aprendizajes, continuando la reflexión
y uniendo los conceptos con la cotidianeidad laboral.
Fase 5.
Informe Final y documento sobre de
“estrategias para el cuidado de equipos”
Elaboración y entrega a la Dirección Nacional de informe final sobre el trabajo realizado respecto del
proceso de capacitación y documento de apoyo al trabajo permanente de los equipos.
10
Sin perjuicio de que esta actividad pueda ser ejecutada con los 65 participantes al
mismo tiempo, se sugiere la conformación de dos grupos (de 32 y 33 personas)
considerando aspectos metodológicos.
IV. CONDICIONES PARA LA REALIZACIÓN DE LA CAPACITACIÓN.
4.1. Plazos estimados:
El tiempo estimado para llevar a cabo el proceso de capacitación será aproximado de
tres meses y medio a contar de la firma del Convenio respectivo, considerando en este
periodo la etapa de preparación, ejecución y cierre del proceso de capacitación,
teniendo como plazo de entrega de informe final el 31 de diciembre de 2013.
4.2 Desarrollo de las jornadas de capacitación:
a. El detalle del programa del curso (en cuanto al orden de presentación de los
contenidos, actividades, fechas, horarios, espacio físico), deberá ser expuesto
en la presentación de la propuesta; ello no obsta a que pueda revisarse una vez
adjudicado y ajustarse a los acuerdos finales establecidos con la respectiva
contraparte en el Departamento de Protección de Derechos (en adelante
DEPRODE) del Sename.
b. Deberá existir una propuesta de evaluación de los resultados alcanzados por
los/as participantes, la que deberá además considerar la asistencia al 100% de
las actividades del curso (para ello, se debe considerar la posibilidad de generar
un registro de asistencia al inicio y cierre de cada jornada). Al finalizar la
jornada de capacitación, la entidad que lo desarrolló entregará un diploma a
modo de certificación.
c. Plan de Trabajo: el organismo colaborador deberá proponer las actividades
suficientes y pertinentes para lograr los objetivos de la capacitación exigidas en
las presentes bases. De esta manera, cada objetivo, debe contar con un
conjunto de actividades para cada Jornada de capacitación definida. Debe
adjuntarse una Carta Gantt con todas las actividades previstas. Este plan y su
cronograma se afinarán en reuniones de trabajo posteriores a la adjudicación y
la firma del convenio, en conjunto con la contraparte técnica.
d. Una vez realizada la totalidad de las jornadas de capacitación, la entidad
capacitadora deberá realizar:
1. Informe final de su ejecución.9En este informe final se debe explicitar:
Aspectos destacados emergidos a lo largo de la jornada de capacitación.
Hallazgos de los trabajos prácticos que se realizaron junto a los
coordinadores y que den cuenta de estrategias y reflexiones relacionadas
con el cuidado de equipos.
Resumen ejecutivo de la capacitación.
2. Documento sobre cuidado de equipos, basado en los elementos que
emerjan de la Jornada y que sean de utilidad para el trabajo cotidiano.
4.3. Relación con el equipo capacitador:
La Contraparte Técnica de Sename, constituida por profesionales del equipo Vida
Nueva dependiente de DEPRODE, citará a reuniones periódicas con el fin de monitorear
la realización de la capacitación, aclarando las dudas que surjan durante el proceso y
estableciendo acuerdos compartidos tanto técnicos como operativos. Asimismo, en
estas instancias se definirán diversos aspectos referidos al desarrollo de la
capacitación, principalmente aquellos relativos a los aspectos más cualitativos, por
tratarse de una capacitación que implica a proyectos donde se puede tomar
conocimiento de las situaciones de los niños, niñas y adolescentes que han sido
víctimas de graves vulneraciones de derecho.
9 Se entenderá por cumplida la entrega del Informe Final cuando éste sea aprobado por la Jefatura del Departamento de Protección de Derechos. Este informe tendrá que anexar una lista de asistencia para los participantes de los equipos de intervención.
11
4.4. Requisitos de la entidad capacitadora
La entidad capacitadora deberá contar, a lo menos, con los siguientes requisitos:
Certificación.
Experiencia en los temas que abordará la capacitación.
Capacidad de desarrollar metodologías participativas e innovadoras.
Docentes especializados(as) en los temas relacionados con la capacitación.
Competencias en la producción de este tipo de eventos.
4.5. Equipo profesional:
A fin de arribar al logro de los objetivos propuestos y de garantizar que los resultados
sean susceptibles de registrar, se espera la conformación de un equipo de capacitación
que considere profesionales encargados tanto de los aspectos técnicos como
administrativos de las jornadas de capacitación. Dado el número de proyectos y
participantes, y las funciones de organización, capacitación y evaluación, así como las
diversas funciones administrativas y de gestión, el número de integrantes del equipo
de capacitación no podría ser inferior a 5 profesionales.
Un integrante del equipo de capacitación deberá asumir la función de Coordinación de
las jornadas, siendo el responsable de su ejecución. El/la Coordinador/a será
considerado como contraparte ante Sename, y asumirá la función de responsable
técnico y administrativo de la capacitación. El equipo profesional debe dar cuenta con
claridad de su experiencia tanto práctica como académica en materias de capacitación,
y en especial en lo referido a proyectos de intervención con población infanto-
adolescente.
4.6. Aportes de la Contraparte Técnica de Sename:
a. Entregar los insumos necesarios para el desarrollo de los contenidos de la
capacitación, a saber, documentación sobre el Programa Vida Nueva y bases
técnicas de todas las modalidades involucradas, entre otras.
b. Entregar información respecto de los Programas seleccionados, referidos a la
formulación, constitución del equipo, ubicación y fecha de creación, entre otros que
se estimen pertinentes.
c. Retroalimentación permanente al proceso de diseño, implementación y evaluación
de las capacitaciones.
4.7. Presupuesto
La propuesta debe presentar cuadro financiero con asignación de recursos por ítemes
generales, por un monto total máximo de $ 15.000.000 (quince millones de
pesos), distribuidos de acuerdo a los requerimientos de cada curso. Para ello, se
deberá considerar a lo menos, los aspectos que a continuación se indican:
a. Honorarios: El costo estimado debe incluir el diseño, ejecución y evaluación de los
módulos de capacitación.
b. Operaciones, donde entre otros, se debe considerar:
Arriendo de local. Éste debe considerar un número de salas suficiente para los
distintos grupos de trabajo que se conformen. En la selección del lugar donde
se desarrolle la capacitación se deberá considerar además que sea fácilmente
accesible para los/as participantes.
Alimentación. Se deberá disponer de 2 pausas por día, una en la mañana y
otra en la tarde, donde se sirvan galletas, café, té, refrescos a la totalidad de
los participantes de las capacitaciones. Además deberá considerarse los gastos
asociados a almuerzo para la totalidad de los/as participantes.
12
Material de apoyo. Se deberá considerar los distintos materiales a utilizar,
tales como guías, fotocopias, papel, plumones, transparencias, proyector, data
show, etc. Así como carpeta con textos y CD que se entregará a cada uno/a de
los/as participantes. Además se debe incluir material de trabajo referencias
bibliográficas que les permita a los coordinadores/as trabajar con sus equipos
en la temática.
c. Gastos administrativos diversos:
El proponente deberá presentar un cuadro presupuestario con los ítems generales, en
el que se indiquen los recursos necesarios para el desarrollo de las actividades. Lo que
no obsta para que, en el proceso de ejecución del proyecto, se puedan producir
modificaciones justificadas entre estos ítems, con la previa aprobación de la
contraparte técnica de Sename.