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Universidad de San Andrés
Escuela de Negocios
Licenciatura en Gestión y Dirección de Recursos Humanos
Definición de perfil de puesto y plan de inducción para los
docentes del Colegio San Fernando, de cara a los desafíos
educativos del siglo XXI
Autor: Mariano Oscar Consalvo
DNI: 22.366.611
Mentora de Tesis: Marcela Zangaro
Victoria, Buenos Aires, 2019
POSGRADOS DE NEGOCIOS
MAESTRÍA EN GESTIÓN y DIRECCIÓN DE LOS RRHH
Trabajo Final de Graduación
Año 2019 Título de la investigación “Definición de perfil de puesto y plan de inducción para los docentes del Colegio San Fernando, de cara a los desafíos educativos del siglo XXI” Maestrando
Lic. Mariano Oscar Consalvo Mentora Dra. Marcela Zangaro
UDESA Maestría en Gestión y Dirección de RRHH Lic. Mariano O. Consalvo
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Indice
1) Resumen ejecutivo 2
2) Introducción: Encuadre de la situación y pregunta central 3
2.1) Introducción y problema a abordar 3
2.2) Presentación de la organización / situación 4
2.3) Pregunta central del trabajo y objetivos 6
3) Ejes conceptuales 6
3.1) La profesión docente 7
3.1.1) Docencia: ¿profesión u oficio? 7
3.1.2) Modelos de enseñanza: tradicional vs aprendizaje para el futuro 11
3.1.3) Las motivaciones para ejercer la docencia 13
3.1.4) El papel que juega el contrato psicológico en el desempeño laboral 15
3.1.5) La evolución del rol docente en el último siglo 18
3.2) Competencias Laborales 21
3.2.1) Conceptualización y clasificación del término “competencias” 21
3.2.2) Modelos para determinar las competencias 24
3.2.3) Enfoque de competencias en el contexto actual (Secundaria 2030) 30
3.3) Perfil de puesto y proceso de Inducción 33
3.3.1) Relevancia de contar con un perfil de puesto 33
3.3.2) Proceso de Aprendizaje (1° y 2° orden) 35
4) Investigación de campo 38
4.1) Metodología de relevamiento 38
4.2) Análisis de los datos empíricos y principales hallazgos 39
5) Conclusiones del análisis del problema abordado y diagnóstico. 49
6) Recomendaciones para la acción 55
7) Conclusiones generales del trabajo 69
8) Bibliografía. 71
9) Anexos 74
9.1) Anexo I 74
9.2) Anexo II 82
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1) Resumen ejecutivo
El presente trabajo final de graduación de la Maestría en Gestión y Dirección
de RR.HH. fue elaborado a partir de una situación real que se vive en la
organización que lidero.
El título representa la propuesta de acción tendiente a contribuir al logro del
propósito explicitado. La necesidad que da origen al trabajo radica en reducir la
brecha existente entre el desempeño laboral de los docentes y lo que se
espera de ellos para esa posición y se inserta dentro de una propuesta
nacional que emana del Ministerio de Educación para las escuelas secundarias
en la próxima década.
El marco teórico que proponemos da sustento al trabajo de campo aplicado a
inicios de este año. Los resultados de la investigación, en articulación con los
ejes conceptuales, nos permitieron arribar a las conclusiones generales que
representan la antesala a las recomendaciones ofrecidas para las acciones a
implementar a partir del mes de agosto de 2019.
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2) Introducción: Encuadre de la situación y pregunta central
2.1) Introducción y problema a abordar:
El siglo XXI presenta numerosos desafíos para la escuela secundaria. Las
instituciones y sus recursos humanos enfrentan nuevos retos, problemas,
intereses, reformas. La tarea del docente no es la misma que hace unos años
atrás, los alumnos demandan y exigen otras respuestas dentro del aula. La
llamada generación Z, que habita las aulas de nuestro país, presenta
características que implican un nuevo conocimiento de los educadores, nuevas
habilidades para llegar a cada uno de ellos; y, por otro lado, el mercado laboral
demanda nuevas competencias para estos adolescentes que serán los futuros
trabajadores, emprendedores, empresarios.
La problemática que da origen a este trabajo final radica en la brecha existente
entre el desempeño de los profesores del Colegio San Fernando, ubicado en la
zona norte de la provincia de Buenos Aires, y lo que se espera de ellos por
parte de la Dirección del establecimiento.
Actualmente los profesores trabajan bajo el modelo de enseñanza tradicional,
mientras que se espera de ellos que su trabajo se base en el enfoque de
aprendizaje para el futuro.
A la fecha, en el Colegio San Fernando no existen procesos y procedimientos
estandarizados de gestión de RRHH. Los profesores trabajan sin un perfil de
puesto, no hay una buena inducción en las funciones al ingresar como
empleados, tampoco existen evaluaciones de desempeño que permitan medir
el trabajo realizado. Las observaciones y el seguimiento realizado por la
Dirección en los últimos dos años (2017-2018) convierten en una necesidad y
en una prioridad establecer un cambio en la gestión de los RRHH a fin de
poder alcanzar las metas propuestas por la entidad propietaria. Entre las
evidencias que dan cuenta del problema podemos mencionar: bajos promedios
académicos de los alumnos, falta de proyectos relacionados con la educación
superior y el mundo laboral, modalidad tradicional de enseñanza (por ejemplo,
“dictan clases” cuando se espera que sean más creativos, innovadores), etc.
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Este trabajo final se convierte en relevante para el Colegio San Fernando de
cara a incrementar la matrícula del alumnado en los próximos años, ofreciendo
un servicio educativo que esté alineado a los desafíos globales planteados para
las próximas décadas. La Dirección y los propietarios de la escuela esperan
que a partir de las conclusiones finales surjan las recomendaciones para
establecer acciones que permitan que los profesores del nivel secundario
trabajen bajo el modelo de enseñanza conocido como “aprendizaje para el
futuro”, para alcanzar graduados de calidad que tengan éxito en la inclusión en
el mercado laboral y en la educación superior.
2.2) Presentación de la organización / situación
El Colegio San Fernando, nivel secundaria, se encuentra ubicado en el partido
de San Fernando, en el conurbano de la provincia de Buenos Aires. Fue
fundado en 1954 por un matrimonio apasionado por la educación; llegó a ser
una escuela de elite en la zona norte de esta provincia. Era reconocida como
una escuela de prestigio a donde asistían alumnos de diferentes localidades
del conurbano y de la Capital Federal. Llegó a tener más de 700 alumnos en
sus tres niveles de enseñanza, contando jardín, primaria y secundaria. Tras el
fallecimiento de uno de sus fundadores a temprana edad, por motivos de salud,
se hizo cargo de la Dirección General la hija mayor, Susana María. Con 23
años de edad, pasó de ser maestra a ocupar el cargo de Directora General que
ocupaba su madre. Al poco tiempo, otro de los hijos, Ricardo, toma el lugar de
su padre como Administrador General, tras el fallecimiento de este. Parecía
que la historia les seguía guardando más cambios: al poco tiempo Ricardo
fallece a causa de otra enfermedad, Asume en esa posición Valeria, la menor
de los cuatro hijos, mientras Susana María seguía a cargo de la Dirección
General y Fabio, el cuarto hijo, decide abrirse de la sociedad. De esta manera
la conducción del establecimiento queda en manos de las hijas mujeres,
quienes no se habían formado para estas posiciones y debían enfrentar los
próximos años la gestión académica y administrativa que le diera
sustentabilidad en el negocio.
Ingresando al nuevo milenio, toman una decisión que más tarde impactaría en
la economía y en las finanzas de la organización: deciden prescindir de la
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subvención estatal que recibían en un acto voluntario y solidario a partir de que
el gobierno de la provincia de Buenos Aires solicitara a las instituciones
educativas que no necesitaban de este beneficio que se desprendieran de él
para otorgarlo a otras instituciones que si lo requerían. Sobrevino la conocida
crisis del 2001 que golpeó a muchas empresas, y en especial a las Pymes
como el Colegio San Fernando. Tras varios intentos de subsistir, en el año
2011 presentan acta de cierre ante la comunidad educativa. Esta decisión toma
conocimiento público, y es a través de los medios de comunicación que un ex
alumno del colegio decide presentar un plan de salvataje para que el colegio
continuara abierto. En el verano del 2012 ese exalumno se suma a la sociedad,
y tras una inversión económica se logra la continuidad del colegio con solo 30
familias que habían quedado desde el anuncio de cierre hasta el inicio de
clases en marzo de ese año.
En el año 2017 ingreso a la escuela a cargo de la dirección de nivel secundario.
A partir de mi amplia trayectoria académica y profesional enfrento el desafío de
refundar la escuela, elevar la calidad educativa y llevar al colegio a ofrecer un
servicio eficiente y de prestigio que permita el incremento gradual de matrícula
en los próximos años. En la actualidad, además de gestionar el nivel
secundario aseso a la entidad propietaria en la gestión estratégica de los
RRHH de toda la institución.
Desde el 2017 a la fecha se ha logrado incrementar la matrícula de la
secundaria en un 30% aproximadamente; actualmente cursan 110 alumnos
solamente en este nivel. En este marco se plantea la elaboración de este
trabajo final de graduación, priorizando y focalizando, en primera instancia, la
gestión de las personas que llevan adelante el servicio de la escuela
secundaria. En la composición de los RRHH en este nivel, nos encontramos
con un grupo de 22 profesores, 2 preceptores y 1 secretaria académica.
Hasta aquí hemos presentado la empresa y el contexto en el que se plantea el
problema a analizar, la situación particular de la organización y los principales
emergentes que son los que impulsan la elaboración de este trabajo final de
graduación. Pasemos ahora conocer la pregunta central y los objetivos
planteados.
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2.3) Pregunta central del trabajo y objetivos
En este contexto caben los siguientes interrogantes: ¿Conocen los profesores
lo que se espera de ellos? No. ¿Alcanza solo con una comunicación formal?
No. Entonces, la pregunta que nos podemos es: ¿cómo lograr una gestión de
RRHH para encauzar, dirigir y reorientar la tarea de los profesores para que
cumplan con lo esperado por la Dirección y lo demandado por los clientes?
En respuesta, como objetivo general, proponemos la elaboración de un Perfil
de Puesto y el diseño de un Proceso de Inducción como el primer paso hacia la
construcción de otros procesos en el área de RRHH (como por ejemplo la
construcción de una Evaluación de Desempeño, Programa de Capacitaciones,
Plan de Remuneraciones, etc.).
3 Ejes conceptuales
A continuación, se presentan los ejes conceptuales que nos ayudan a
encuadrar y entender el tema tratado en este trabajo final. A través del
desarrollo conceptual de estos ejes se podrá pensar y comprender la
problemática y la propuesta de acción.
Articular estos ejes conceptuales nos permitirá encontrar sentido y coherencia
en el marco teórico, además nos servirán para organizar la búsqueda de la
información que necesitamos explorar. Son los ejes básicos que servirán de
base para la elaboración de una respuesta que permita resolver la situación
problemática.
Proponemos tres ejes conceptuales: profesión docente, competencias
laborales y proceso de inducción.
Los dos primeros ejes son contenidos relevantes y contribuyen a la formación
integral de un perfil de puesto que contemple desde las expectativas que tienen
los docentes cuando ingresan a la institución hasta las competencias
demandas para el programa federal conocido como “Secundaria 2030”.
Con el último eje se busca diseñar el proceso de inducción que permita
implementar el perfil de puesto elaborado en diferentes etapas, que pueden ir
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desde su difusión, puesta en conocimiento hasta la orientación al empleado
sobre aspectos específicos y relevantes a desempeñar. Este plan incluye el
proceso de aprendizaje que deberá realizar cada docente en la transición entre
un modelo de trabajo realizado hasta el presente y el modelo de trabajo que
deberá realizar en el futuro.
3.1 La profesión docente
A través de este capítulo profundizaremos en el concepto de profesión/oficio de
la docencia, con el propósito de describir el significado de esta actividad y la
evolución en el proceso de enseñanza de un modelo tradicional hacia un
modelo de aprendizaje basado para el futuro.
Luego repasaremos los conceptos que hacen a la construcción y evolución de
las motivaciones de los profesores al momento de elegir esta actividad laboral y
permanecer en este oficio, para entender las expectativas que tienen y lo que
ponen en juego en el contrato psicológico al asumir el cargo laboral.
3.1.1 Docencia: ¿profesión u oficio?
Para responder este interrogante consideramos necesario hacer un recorrido
por el concepto profesión y relacionarlo con los conceptos vocación y oficio.
El concepto profesión hace alusión a distintas actividades, tiene diversas
acepciones entre las cuales se puede mencionar: oficio, ocupación, empleo,
facultad, etc. Este término ha ido evolucionando con el paso del tiempo, de
acuerdo con el desarrollo y al progreso de las sociedades. La palabra
“profesión” proviene del latín professio, -onnis, que significa acción y efecto de
profesar. Este término encierra en sí mismo una idea de desinterés, ya que
profesar no significa solamente ejercer un saber o una habilidad, sino también
creer o confesar públicamente una creencia Gómez y Tenti (en Fernández
Pérez, 2001).
Tocqueville (en Fernández Pérez, 2001) utilizó el concepto profesión para
denominar las corporaciones intermediarias, organismos por los cuales se
instauraba un nuevo orden social. Max Weber (en Fernández Pérez, 2001),
vincula el concepto profesión con la actividad religiosa, ya que el acto de
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profesar estaba relacionado con la obediencia, la consagración a Dios, e
implicaba un alto contenido de entrega.
Entre otros autores que promulgaron el concepto profesión podemos
mencionar a Carr Saunders y Wilson (en Fernández Pérez, 2001), quienes
señalaban que una ocupación alcanzaba el estatus de una profesión cuando un
tipo de actividad no se ejerce más que mediante la adquisición de una
formación controlada, la sumisión a reglas y normas de conducta entre los
miembros y los no-miembros, y la adhesión de una ética del servicio social.
Wilensky (en Fernández Pérez, 2001), estableció que la profesión es una forma
especial de organización ocupacional basada en un cuerpo de conocimiento
sistemático adquirido a través de una formación escolar, y establece que una
actividad pasa a ser considerada profesión cuando supera las cinco etapas del
proceso de profesionalización: el trabajo se convierte en una ocupación de
tiempo integral como consecuencia de la necesidad social del surgimiento y
ampliación del mercado de trabajo; se crean escuelas para el adiestramiento y
formación de nuevos profesionales; se constituye la asociación profesional que
define los perfiles profesionales; se reglamenta la profesión asegurando así el
monopolio de la competencia del saber y de la práctica profesional; y se adopta
un código de ética con la intención de preservar así a los “genuinos
profesionales”.
Cleaves (en Fernández Pérez, 2001), sostiene que las profesiones son
ocupaciones que requieren un conocimiento especializado, una capacitación
educativa de alto nivel, control sobre el contenido del trabajo, organización
propia, autorregulación, altruismo, espíritu de servicio a la comunidad y
elevadas normas éticas.
Al buscar otros conceptos que se relacionan con el término “profesión” se
puede mencionar, entre otros, los de vocación y oficio.
La palabra “vocación” (del lat. vocatĭo, -ōnis, acción de llamar) se define como:
Inspiración con que Dios llama a algún estado, especialmente al de religión.
Inclinación a cualquier estado, profesión o carrera. Convocación, llamamiento.
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Según su etimología, la palabra “oficio” (del lat. officĭum), significa ocupación
habitual, cargo, ministerio; profesión de algún arte mecánica; función propia de
alguna cosa; comunicación escrita, referente a los asuntos de las
administraciones públicas; funciones de iglesia. El término “oficio” deviene del
término opifex, “artesano”, compuesto de opus (obra) y facere (hacer) y
significa servicio, función.
Al tener definidos estos conceptos, uno se podría preguntar cómo funcionan al
interior del campo educativo. La primera reflexión sería acerca de la identidad
docente. ¿Es un oficio o una profesión? Está claro que el docente cumple con
una función, un rol que está ligado al hacer. De esta manera definiríamos como
un oficio a la tarea docente. Así mismo, si tomamos como principal tarea de los
docentes la de educar y no la de escolarizar, nos acercamos a la definición de
profesión.
Como se observa, existe una dualidad en la respuesta a la pregunta antes
realizada que implica la convivencia de ambos conceptos en la definición de la
docencia como identidad. El docente está visto como un trabajador intelectual.
Cuando se habla de un oficio se hace referencia al saber hacer, a la producción
de algo. La enseñanza está “anclada” en un oficio, en la medida que se forma a
los individuos que la realizan y se les paga para actuar sobre otros, “sobre las
almas de los otros”. Se trata de una actividad que está destinada a la
transformación del otro, a la producción de personas (Dubet, 2006).
El accionar sobre las personas añade al oficio un componente vocacional
(Alliaud y Antelo, 2008). El ejercicio de la docencia requiere “pruebas
existenciales” (Dubet, 2006). Esta afirmación nos llevaría a reflexionar acerca
de los motivos de elección en la carrera docente. Así mismo, podríamos
analizar los motivos que en el presente sostienen la elección realizada en el
pasado. El proceso por el cual se logra un cambio, una transformación en algo
distinto llevaría a quien efectúa el cambio a sentirse realizado como gestor,
como autor de dicho logro. Este aspecto podría superar el pago por la actividad
realizada o el interés puesto en la utilización de una técnica u otra. A diferencia
de otras actividades, la docencia se basa en el trabajo con personas, lo que le
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da una característica vincular o relacional. Se agrega el componente afectivo
que algunos docentes ponen en juego a la hora de desarrollar su actividad. Por
lo tanto, podríamos referir que el deseo de la persona que ejerce este acto de
educar a otros presenta dos facetas: una de ellas, el placer que se encuentra al
enseñar y, la otra, la satisfacción que se obtiene cuando un niño/a aprende.
Al hacer referencia a este tipo de actividad se puede considerar el concepto de
enseñanza. Enseñar es el intento que hace alguien de transmitir algo al otro. La
enseñanza no es ni buena ni mala. Enseñar es una tentativa, con diferentes
expectativas para los agentes. Tomando como ejemplo una clase escolar, se
puede decir que en ese acto ocurre una transmisión. Si no ocurriera esta
transmisión no habría cultura. El aprendizaje es una decisión del destinatario e
implica reconocer que entre el intento y ese destinatario hay un espacio, un
ensayo. El que manda en este proceso siempre es el destinatario. No todo lo
que se enseña se aprende. Lo propio del oficio docente es la enseñanza. Como
se decía anteriormente, la gratificación del docente estaría puesta en sentir que
el otro lo necesita: “Yo soy necesario para el otro”. Este pensamiento trae la
sensación de egoísmo en aquel que enseña. “El educador no está sólo en el
mundo, ni vive en una sociedad abstracta, ni educa a niños de mentiras, ni está
relacionado con otras personas que ni piensan ni actúan" (Moreno Heladio,
2000, p. 9)
No hay educación sin el otro, no existe la autoeducación, la autoenseñanza. A
través de la enseñanza, se otorga una guía a ese otro para que pueda obrar en
lo sucesivo. No se trata de dar un imperativo moral, sino dar una guía de cómo
debe proceder: “Somos el resultado de las guías que nos han sido dadas”. Los
animales no necesitan de esta guía, están provistos naturalmente.
Como se mencionaba sobre el concepto profesión, la idea de pastoreo, de
guía, está presente en el acontecimiento educativo. Están aquellos que tienen
voluntad de guiar y aquellos que tiene la voluntad de ser guiados.
Toda profesión / oficio implica una titulación o formación inicial, es decir, la
adquisición de incumbencias que habilitan para el ejercicio de la actividad.
Podríamos agregar al concepto de formación inicial la idea de una formación
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permanente durante el ejercicio de la actividad. Este concepto de capacitación
o formación durante la práctica de la enseñanza sigue la distinción de Norbert
Elías (1999) entre conocimiento y saber: por un lado, el hecho de conocer para
enseñar y, por otro, aprender sobre la práctica para seguir enseñando.
A partir del interrogante planteado al inicio, nos gustaría abrir otras preguntas
que invitaran a la reflexión. Nos gustaría que el debate pase por cuántos
docentes son agentes reflexivos sobre sus propias prácticas, cuántos
educadores son sometidos a evaluaciones que midan sus formas de enseñar o
las metodologías de enseñanza que aplican en las aulas, cuántos profesores
están dispuestos a aprender en forma permanente. En síntesis, profesión u
oficio es un debate de larga tradición, busquemos ahora cómo seguir
profesionalizando al docente para tener mejores procesos de enseñanza y
aprendizaje.
3.1.2 Modelos de enseñanza: tradicional vs aprendizaje para el futuro
Si entendemos la enseñanza como un oficio, enseñar es probar, y probar
haciendo. Hoy más que nunca es necesario probar para saber enseñar, y
probar para llevar a cabo una tarea que requiere pruebas y puestas a pruebas
constantemente (Alliaud y Antelo 2008).
Decíamos anteriormente que el tipo de actividad laboral de los docentes se
puede describir como el proceso de enseñanza que ejerce un empleado
(docente) sobre estudiantes, con el fin de que estos alcancen aprendizajes
significativos y se puedan graduar en tiempo y forma del nivel que cursan.
Existen dos modelos de enseñanza en la actualidad: la “Tradicional” y la
denominada “Aprendizaje para el Futuro”. La primera es el modelo clásico que
tiene su origen en el siglo XIX, y la segunda tiene que ver con el nuevo modelo
que se espera implementen las Instituciones Educativas en el siglo XXI.
El modelo de enseñanza tradicional es el que predomina en el Colegio San
Fernando, mientras que se espera un desempeño de los docentes desde el
modelo de enseñanza “Aprendizaje para el futuro”. Esta es la brecha que existe
y que genera el problema que nos ocupa en este trabajo final de graduación.
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Para ayudar a entender mejor las diferencias entre ambos modelos,
mencionamos las más significativas:
Enseñanza Tradicional Aprendizaje para el Futuro
Se aprende imitando, escuchando,
repitiendo.
Se aprende explorando, haciendo.
Se “trabaja” solo. Se “trabaja” dialogando,
cooperativamente.
La inteligencia es una. Hay múltiples inteligencias.
Se enseña con un método único. Se aprende gracias a experiencias
diversas.
Hay solo presencia física. Hay blended learning.
Enseña el maestro y aprenden los
alumnos.
Todos enseñan y todos aprenden.
Organización rígida, todos los roles y
funciones están delimitados.
Organización flexible. Aparecen nuevos
roles como profesionales de la salud
trabajando en una escuela y nuevas
funciones para los docentes.
Hay clases y escuelas. Hay múltiples entornos de aprendizaje.
La enseñanza tradicional opera bajo el modelo fordista, ya que las instituciones
educativas conciben la organización del trabajo docente desde una mirada
mecanicista (Morgan, 1997). Esta visión científica-racionalista de la
organización escuela mantiene una estructura rígida de los roles y funciones.
La estructura verticalista y por departamentos tiene como objetivo principal
incrementar la productividad del trabajo docente. Se asignan tiempos a las
tareas bajo una racionalización de la actividad, lo que genera una
desvalorización de las habilidades profesionales de cada docente.
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Tomando el concepto de producción capitalista en masa (Coriat, 1991), las
escuelas deben producir cantidad de graduados incrementando la
productividad e intensidad del trabajo docente. Este paradigma no contempla el
trabajo personalizado; no promueve la inclusión y la individualidad en los
aprendizajes de los alumnos. De esta manera, no valora las nuevas
competencias de los docentes ya que consolida la figura de trabajadores
calificados, en tanto alcanza solo con la titulación que habilita el ejercicio de la
actividad laboral.
En cambio, el modelo de enseñanza de aprendizaje para el futuro opera bajo el
paradigma posfordista, ya que la producción de graduados va a depender de
un nuevo modelo de enseñanza y aprendizaje. La implementación de las
nuevas tecnologías y el uso de las TICs en las aulas llevan a una flexibilización
del trabajo docente. El enfoque de la diversidad, con la inclusión de la
multiculturalidad, la atención a la discapacidad, la educación personalizada
respetando los tiempos y los modos de aprendizaje de cada estudiante, lleva a
las escuelas a tener que flexibilizar sus procesos de trabajo. Se redefine el
trabajo docente, se pasa de ser un instructor a un facilitador de contenidos. A
partir de este modelo se valoran los saberes y las competencias de cada
trabajador, para producir graduados de calidad.
3.1.3 Las motivaciones para ejercer la docencia
Las teorías sobre la motivación en el trabajo señalan que las personas se
mueven en un continuo de motivación intrínseca/extrínseca buscando
satisfacer en mayor medida necesidades de bajo o alto orden. “La diferencia
esencial entre los dos tipos de motivación reside en la fuente que energiza y
dirige la conducta. Con el comportamiento motivado en forma intrínseca, la
motivación emana de la satisfacción espontánea de una necesidad psicológica
que proporciona la actividad misma; en el caso de la motivación extrínseca,
ésta proviene de los incentivos y consecuencias que se han vuelto
contingentes a la presentación de la conducta observada” (Reeve, 2000, p. 84)
En la profesión docente, como afirma Nias (1999), implícitamente se sigue
manteniendo la expectativa de siglos de que “los profesores deberían mostrar
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devoción religiosa hacia su trabajo”. Lo que se observa en la profesión docente
es que suscita una alta motivación intrínseca.
La motivación de los profesores está basada en elementos intrínsecos del
trabajo como el reto intelectual, la autonomía, la libertad para probar nuevas
ideas, el desarrollo de la competencia profesional y la oportunidad de crecer
personalmente, el sentir que benefician a la sociedad influyendo en la
educación de niños y jóvenes, el desarrollo de la creatividad.
Conocer las expectativas de los docentes nos conduce a pensar lo que ponen
en juego al momento de asumir la tarea de enseñar y las motivaciones que
tienen en el ejercicio de esta actividad a fin de poder luego ofrecer estímulos
que potencien sus desempeños.
Si pensamos en la decisión que toman los docentes de permanecer en las
instituciones educativas y de seguir formándose para estar actualizados,
debemos pensar que dichas conductas obedecen a una multiplicidad de
motivos que se conjugan en un momento dado. Distintos motivos influyen entre
sí y presionan al docente en la toma de decisiones para actuar.
Para iniciar una profesión es útil la motivación extrínseca pero después esta se
sostiene mediante los motivadores intrínsecos. La motivación intrínseca se
anula fácilmente y una motivación extrínseca, en muchos casos, tiene un
impacto negativo en la motivación intrínseca (por ejemplo: el percibir un
honorario extra por el pago de una actividad).
Otra forma de pensar las expectativas que tienen los profesores con respecto a
la tarea que realizan es analizar los intereses que los llevan a elegir y luego a
seguir ejerciendo esta profesión. Sabemos que los motivos por los cuales
ingresan a esta profesión pueden ser temporales, provisionales y carecen de
fuerza suficiente para sostener la motivación hasta el fin. Resulta importante
pensar en motivos que puedan mantener y sostener el interés de inicio cuando
estos se empiezan a debilitar. A medida que el docente va ejerciendo su
profesión iría disminuyendo ese ávido interés, ese encanto por enseñar, iría
redefiniendo sus deseos y decisiones. Aquí es importante resaltar la
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importancia de mantener una serie de motivos que faciliten la perseverancia en
la práctica profesional y el desarrollo de sus competencias.
Es importante resaltar que la motivación no es un rasgo relativamente estable,
sino que se lo debe considerar como un proceso. La motivación inicial que lleva
a un docente a la práctica de este oficio es distinta de la motivación que lo
mantiene en la actividad. Incluso, dentro de la actividad existen cambios
importantes a través del tiempo que podrían impactar en todo proceso de
transformación que se busque hacer en la profesión.
3.1.4 El papel que juega el contrato psicológico en el desempeño laboral
Veamos ahora cómo inciden estas motivaciones y expectativas en el contrato
psicológico al momento de ejercer el cargo laboral. ¿Qué ponen en juego los
docentes al momento de asumir la función?
El contrato psicológico, según Rousseau (1989), es un conjunto de
percepciones individuales que la persona tiene acerca de los términos de
intercambio recíproco en el marco de una relación con otra parte, como un
socio o un empleador. Estas percepciones se fundamentan en un conjunto de
promesas, implícitas o explícitas, y de informaciones que ambas partes
intercambiaron en las primeras etapas de su relación. Así, el contrato
psicológico es un modelo mental flexible que las personas van desarrollando y
ajustando progresivamente y que les indica qué se espera de ellas y qué
recibirán a cambio de sus contribuciones en esa relación de intercambio en la
que se han comprometido.
Sucede que en algunas ocasiones se produce un quiebre, una ruptura en el
contrato psicológico, nos referimos a la percepción de una de las partes
respecto a que la otra ha fallado en el adecuado cumplimiento de las promesas
efectuadas o de las obligaciones contraídas. Cuando esta percepción se ha
alcanzado, se producen efectos negativos que van más allá del simple
incumplimiento de expectativas, afectando a la confianza en la organización o a
la justicia interactual.
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Anteriormente veíamos el tema de las motivaciones y el impacto que tienen en
el ejercicio de la profesión docente. Mirando ahora la influencia de la
percepción de justicia con relación al cumplimiento del contrato psicológico,
podemos decir que tanto la confianza en la organización como la justicia
percibida son potentes predictores de los resultados personales y
organizacionales.
Vesga (2011) define el contrato psicológico como el establecimiento de
acuerdos entre empleado y empleador sobre las condiciones de la relación del
trabajo; y como el conjunto de expectativas y creencias sobre promesas
implícitas en los compromisos de la relación, que superan los acuerdos
formales manifiestos.
Es importante entender que en el contrato psicológico juegan las creencias, las
percepciones, los valores, los sentimientos, podríamos decir todo lo
inconsciente que el sujeto asume y actúa. De esta manera, desde la
organización se toman como válidas y ciertas las conductas del empleado,
facilitando o no la adaptación e integración dentro de ella.
Según Vesga (2011), el contrato psicológico se genera a partir de las
características individuales del empleado y de la comunicación que la
organización establece con dicha persona; es un contrato que se basa en la
dimensión transaccional y relacional entre organización y sujeto. Se genera en
el proceso de reclutamiento, es permanente y se sostiene mientras dura la
relación laboral.
El contrato psicológico entre un docente y la escuela se interpreta como un
conjunto de promesas y obligaciones que caracterizan esa relación y, se
desarrolla progresivamente a partir de vivencias o prácticas anteriores que se
complementan con la integración de nuevas experiencias
También se pueden establecer expectativas, en términos de intercambio
recíproco entre docente y escuela como resultado de la serie de promesas
realizadas desde la primera entrevista del proceso de reclutamiento. Sin
embargo, estas pueden ir variando, teniendo en cuenta los acuerdos
establecidos por cada docente al efectivizarse la contratación.
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Resulta relevante destacar que la escuela debe comunicar a los docentes qué
se espera de ellos y ellas: roles y funciones, acciones, los objetivos a alcanzar,
etc. De esta forma, se concretaría la naturaleza de la relación laboral y los
términos del acuerdo, de modo que el o la docente perciba que la organización
le ofrece condiciones óptimas en el trabajo. Sabemos que a través del contrato
psicológico un empleado, en este caso el docente, debería entender lo que
acepta o cree que ha acordado voluntariamente y, de igual manera, comprende
las promesas que cree que ha establecido.
Uno de los componentes de este contrato es el desempeño esperado, objeto
de estudio de este trabajo final. Este componente debe ser declarado,
comunicado, notificado, buscando la adhesión al asumir el cargo con el fin de
contribuir al logro del proyecto institucional. De igual manera este componente
incluye el comportamiento en cuanto a valores, misión, objetivos, etc.
Otro de los componentes, según Vesga (2011) es la percepción que el docente
tiene en cuanto a lo que la escuela le ofrece en términos de capacitación y
oportunidad para desarrollar un plan de carrera y la estabilidad laboral como
resultado de las condiciones de vinculación laboral.
En la actualidad, y como hemos visto en el pasaje de la enseñanza tradicional
al del aprendizaje para el futuro, la evolución del rol docente en el tiempo
impacta en el contrato psicológico. Podríamos decir que existe una tendencia
en educación a la ruptura de contrato psicológico por parte de los docentes
debido a la sobrecarga o multiplicidad de tareas al ajuste de procedimientos del
nuevo modelo que demandan más dedicación laboral.
La evolución en el rol de la enseñanza impacta en el contrato psicológico,
generando muchas veces insatisfacción laboral. De esta manera,
consideramos prioritario atender esta situación para evitar que los cambios que
se seguirán dando entre un modelo de enseñanza tradicional y el modelo de
aprendizaje para el futuro sigan afectando las expectativas que tienen los
docentes en el ejercicio de sus funciones. Debemos procurar que los docentes
perciban la confianza necesaria y la sensación de justicia en el vínculo laboral.
Los nuevos desafíos educativos, las demandas del mercado local y global,
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18
hacen a la necesidad de reestructurar el contrato psicológico laboral con los
docentes ya que este incide en la calidad de los servicios educativos que se
ofrecen. Se puede lograr docentes más eficaces en su labor si la escuela
promueve acciones que generen una buena percepción organizacional; y se
obtendrá proactividad laboral, si los empleados con los que se cuenta
comparten valores, creencias, lenguaje, estilos de comunicación y la normativa
propia de la organización.
Para Vesga (2011) la evaluación del contrato psicológico se enfoca en medir su
contenido, el cual se presenta como el conjunto de expectativas y compromisos
que lo constituyen y su extensión, que hace referencia al mayor o menor
número de compromisos mutuos percibidos por las partes en su relación.
3.1.5 La evolución del rol docente en el último siglo
Los cambios sociales que se dieron en el último siglo han impactado en la
identidad docente, dando lugar a una revisión de su rol y función. Al ampliarse
el concepto de educación se produce un aumento en el nivel de exigencias
dirigidas al docente. Estas nuevas demandas impactan en las
responsabilidades del ejercicio del rol. Actualmente, el docente debe atender
numerosas y variadas demandas, sin necesariamente estar formado y
preparado para hacerlo. Entre otras, resolver conflictos grupales, atender
necesidades emocionales de los alumnos, asistir en problemas socio
familiares, etc. Esto hace posible que surjan otros conceptos para referirse al
docente como, por ejemplo, consejero, orientador, asistente, etc. A esto, se
suma la crisis de la percepción social del docente. A través de los medios de
comunicación se genera una información que pone en debate la mirada de la
sociedad en la definición de la docencia como profesión.
Los enfoques normativos de formación del profesorado, más acorde con el
modelo de enseñanza tradicional, se centran en destacar lo que el profesor
debe enseñar, el qué debe transmitir, y otorgan herramientas y estrategias que
muchas veces están desactualizadas. Existe poco espacio en los institutos de
formación docente para el desarrollo de las competencias ligadas a las
habilidades que se esperan en este siglo XXI. Al ingresar en el campo laboral,
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19
los docentes (incluso muchos de ellos todavía estudiantes en los profesorados)
se encuentran con otros escenarios, distintos al imaginario o ideal que fueron
aprendido en la formación. Esto resulta una amenaza y el riesgo de poner en
crisis la vocación docente en el profesor que recién está dando sus primeros
pasos en el ejercicio laboral de la docencia. Aquí aparece la necesidad de una
formación integral que prepare a los docentes para los escenarios reales, que
empodere a las personas con los conocimientos y las habilidades que serán
requeridas en las aulas de este siglo XXI.
En la actualidad, en el contexto de la práctica docente se dan situaciones que
impactan en el desempeño. Antiguamente la autoridad del docente no se
cuestionaba, se imponía, quizás de una manera cuestionable, pero no se
dudaba de la autoridad. El presente señala que muchos profesores sienten
miedo frente al cuestionamiento de su autoridad. El cuestionamiento
permanente de las prácticas educativas supone un riesgo para la autoestima
del docente. Frecuentemente los padres realizan evaluaciones sobre el
desempeño de los docentes. Muchas veces escuchamos juicios que hacen
referencia a la labor de los profesores: si enseñan bien o mal, si evalúan
correctamente, si son autoritarios o carismáticos, etc. Estas evaluaciones, en
su gran mayoría, no se ajustan a la realidad y no son objetivas. Se cuestiona
todo aquello que resulta desagradable a la mirada familiar. También es verdad
que muchos docentes aceptan poco revisar o cuestionar los propios
planteamientos, manifestaciones, porque temen el rechazo, la censura y las
críticas. Si el alumno o el grupo siente que el docente no le da las respuestas
buscadas, se producirá un desencanto en la interacción entre ambos que podrá
sostenerse hasta generar, incluso, una desvalorización de la tarea docente y
una insatisfacción del profesional en el ejercicio del rol.
Las diferentes de nominaciones dadas a la profesión permiten ver, también, las
variaciones a lo largo del tiempo: “instructor”, “maestro”, “docente”, “profesor”,
“educador”, “mediador”. Resulta necesario analizar históricamente las
funciones de cara al siglo XXI: sabemos que, en términos generales, se viene
haciendo lo mismo desde inicios del siglo XX y llegó el momento de cambiar ya
que se heredaron los modelos de enseñanza que se comenzaron a moldear a
inicios del siglo pasado. En aquel momento existían los Ministerios de
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20
Instrucción Pública; se otorgaba el título de “instructor” y la función consistía en
decir al otro lo que se sabía, y dar como tarea lo que no se sabía. La educación
tradicional se concebía como un proceso de transmisión de la cultura y la
enseñanza de las ciencias, artes y oficios relacionados con los trabajos de la
sociedad fordista. Hoy se sabe que la cultura no se transmite, se construye; y
esto cambia el paradigma. Iniciando el siglo XXI, en América Latina tenemos
los Ministerios de Educación Nacional, y este cambio impacta en la definición
de las tareas laborales de los docentes. Se pasa de instruir a educar, aunque
todavía coexisten ambos conceptos. Vale volver a analizar el término
“educación” para entender de lo que estamos hablando. “Educación” proviene
del latín educere, que significa guiar o conducir, o educare que significa formar
o instruir. Sigue siendo un tema controvertido y dinámico. Desde la etimología
se genera esta controversia que permanece hasta la actualidad, sigue siendo
un concepto sujeto a dos miradas, tal como lo es la práctica cotidiana en las
escuelas.
Se concibe la tarea como acompañar al alumno para encontrar el talento,
promoverlo, desarrollarlo y asegurar las condiciones sociales donde pueda
operar de forma competente y con excelente desempeño. Se pasó de dictar
clases a esperar que los alumnos por sí mismos adquieran los aprendizajes en
forma autónoma y significativa por procesos de pensamiento y construcción.
A pesar de la revolución tecnológica, podemos decir que en términos generales
(y en el Colegio San Fernando en particular) los profesores siguen haciendo lo
mismo, se enseña lo mismo que el siglo pasado. Hoy no se debería enseñar
matemáticas, sino que a través de las matemáticas se debería educar el
pensamiento lógico, a través de las ciencias el pensamiento científico, a través
de los idiomas, la inteligencia lingüística. Se debería concebir a los jóvenes
como estudiantes y no como alumnos, personas que deben desarrollar el oficio
de aprender algo, para que lo puedan aplicar a lo largo de toda la vida.
El interrogante en este punto sería cómo pasar por estos cambios que llevan a
una persona concebida como maestro, luego como docente, educador y ahora
como mediador o facilitador o guía. ¿Alcanza con una capacitación, con una
titulación de base o con una formación continua? ¿Será necesario un proceso
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21
de transformación personal que luego impacte en las prácticas laborales?
¿Será suficiente el desarrollo de nuevos conocimientos o la adquisición de
nuevas metodologías?
El rol docente en la actualidad bajo el modelo de enseñanza para el futuro lleva
implícito el concepto de liderazgo, liderar el proceso de aprendizaje guiando,
creando cultura y hablando menos que los alumnos. La figura de guía permite
acompañar la construcción de nuevos saberes, fijando objetivos y
acompañando durante todo el proceso. Debe dar el ejemplo en valores,
fomentar el talento que tiene cada alumno para que vaya progresando y
acercándose a su potencial. El coaching es un modelo que se acerca a este
nuevo rol docente. El profesor, desde este nuevo rol, también explora y
aprende.
3.2 Competencias Laborales
3.2.1 Conceptualización y clasificación del término “competencias”
El tema de las competencias surge a fines de la década de los sesenta, como
respuesta a la búsqueda de una técnica para mejorar la coordinación entre los
sistemas de educación - formación, y las necesidades concretas del mundo
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22
laboral. Esta situación obligó a modificar la estructura de los mercados de
trabajo, la gestión, y la organización de los sistemas productivos (Mertens,
1996).
Acercamos una de las definiciones de competencias que a nuestro criterio
sintetiza y nuclea diferentes voces de especialistas, que se encuentra
publicada en la página de Cinterfor/OIT:
Posee competencia laboral quien dispone de los conocimientos, habilidades, aptitudes y actitudes necesarios para desempeñarse eficazmente en situaciones específicas de trabajo, que puede resolver, en forma autónoma y flexible, los problemas que se le presenten en el ejercicio de sus funciones, y está capacitado para colaborar en su entorno profesional y en la organización de su trabajo. Quien así se comporta tiene competencia técnica, por cuanto domina las tareas y contenidos de su ámbito de trabajo, y posee los conocimientos y habilidades para desempeñarlo con eficiencia; competencia metodológica, al saber aplicar el procedimiento adecuado a las tareas que le corresponde desempeñar y a las irregularidades que se presenten, que encuentra de manera independiente vías de solución a los problemas y está en capacidad de transferir sus experiencias a otras situaciones laborales; competencia social, porque colabora con otras personas de manera constructiva, y muestra un comportamiento orientado al grupo y al entendimiento interpersonal; y competencia participativa al estar dispuesto a intervenir en la organización de su puesto de trabajo y de su entorno, siendo capaz, además, de organizar y decidir, y aceptar responsabilidades. El papel del trabajador se ha transformado. Hoy se considera competente quien se desempeña eficazmente en situaciones laborales específicas, que puede resolver en forma autónoma y flexible los problemas que se le presentan en el ejercicio de sus funciones y está capacitado para colaborar en su entorno profesional y en la organización de su trabajo (Agudelo Mejía, 2002, p.14).
Otros referentes en el tema las definen de las siguientes maneras:
“Características de personalidad devenidas comportamientos, que generan
un desempeño exitoso para el puesto de trabajo” (Alles, 2005 p.29).
“Una competencia laboral se define como una serie de conductas,
habilidades, conocimientos y destrezas que se asocian al éxito en el
desempeño en un puesto de trabajo determinado; por tanto, el modelo, para
una empresa determinada, se ha de desarrollar a partir de la identificación
de conductas laborales en un grupo de trabajadores con desempeño
sobresaliente y exitoso. En otras palabras, se ha de responder dos
preguntas generales: qué hacen y cómo lo hacen” (Sagi-Vela Grande, 2004
p.87)
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23
Consideramos oportuno articular estos conceptos con lo que veíamos en el
capítulo anterior acerca del pasaje del modelo fordista de educación al de
aprendizaje para el futuro, dado que ese pasaje implica un salto de un trabajo
basado en calificaciones a uno basado en competencias.
Por calificación se entiende el conjunto de conocimientos y capacidades,
incluidos los modelos de comportamiento y las habilidades, que los individuos
adquieren durante los procesos de socialización y de educación/formación. Es
una especie de «activo» con que las personas cuentan y que utilizan para
desempeñar determinados puestos (Alex, 1991). Se la puede denominar como
la «capacidad potencial para desempeñar o realizar las tareas
correspondientes a una actividad o puesto». En cambio, para Mertens (1996),
el término “competencia” refiere solo a algunos aspectos de este acervo de
conocimientos y habilidades: aquellos que son necesarios para llegar a ciertos
resultados exigidos en una circunstancia determinada.
Todas las definiciones descentralizan el valor colocado únicamente en el saber
disciplinar y refuerzan la orientación hacia la práctica tomando como referencia
el perfil integral de la persona que ejerce el rol.
Dos son las ventajas globales del modelo por competencias. En primer lugar,
permite construir un mapa o inventario de los conocimientos, habilidades y
capacidades que demanda la organización. En segundo lugar, al tener esta
información, se puede elaborar un plan de desarrollo integral con el empleado
alineado a la estrategia, objetivos y cultura de esa organización.
La competencia no es una característica intrínseca de las personas y tampoco
es una cuestión independiente del conocimiento que se vaya adquiriendo en el
desarrollo profesional.
Vemos en el gráfico 1 cómo interactúan los diferentes componentes que
estuvimos analizando hasta aquí, e intentaremos aplicar estos conceptos en el
perfil docente de escuela secundaria para la próxima década.
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24
Gráfico 1: El cuadrante de las competencias
Fuente: Elaboración propia sobre la base de la bibliografía
La definición de competencias, así como su consideración según grados y
niveles, se expresan en “diccionarios o catálogos de competencias”,
confeccionados a la medida de cada organización. En función de tal
diccionario, se definen luego ejemplos de comportamientos, que se plasman y
un documento titulado “Diccionario o catálogo de comportamientos”, también
diseñado a medida.
En resumen, podemos decir, siguiendo a Sagi-Vela (2004) que las
características de las competencias son las siguientes:
Es un concepto multidimensional.
Refleja el aporte más que la actividad o función en sí.
Permanece en el tiempo.
Su aplicación supone la consecución de un logro.
Es mensurable.
3.2.2 Modelos para determinar las competencias
Las competencias se basan en modelos que identifican conductas asociadas a
un desempeño exitoso, que entregan fundamentos objetivos para evaluar
individuos en áreas de desempeño, desarrollo y selección (HayGroup, 1996).
Existen tres modelos:
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25
I- Modelo Conductual: Se centra en las personas con desempeño superior, es
decir, se orienta hacia aquellos trabajadores que hacen bien su labor y cuyos
resultados son los esperados por la empresa, para determinar sus
características y sus competencias con la finalidad de definirles un puesto. En
este tipo de análisis las competencias claves tienen una decisiva influencia en
el desarrollo del puesto de trabajo y en el funcionamiento de la organización, ya
que buscan el elemento central de la competencia (Mertens, 1996).
Tengamos en cuenta que una “competencia es una característica subyacente
de un individuo que está causalmente relacionada con un estándar de
efectividad y/o performance superior en un trabajo o situación” (Spencer y
Spencer, 1993, pág.122)
Spencer y Spencer plantean el modelo del iceberg que hace referencia a los
factores que influyen en estas conductas y, por lo tanto, en que una persona
cuente o no con cierta competencia. Dicho modelo explica que existen
variables visibles y no visibles que inciden en el comportamiento:
Variables visibles
• Habilidades: Lo que una persona sabe hacer bien.
• Conocimientos: Lo que una persona sabe de un área particular.
Variables no visibles
• Valores/Roles sociales: La imagen que una persona proyecta a otros, lo que
refleja que cree como importante de hacer o ser.
• Autoimagen: La manera en que una persona se ve a sí misma.
• Rasgo: Un patrón de conducta habitual.
• Motivos: Pensamientos y preferencias naturales y consistentes que dirigen y
mueven la conducta de una persona.
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Gráfico 2: El modelo iceberg de las competencias
Fuente: Fundación Chile 2004
Clasificaciones de competencias bajo este modelo, según HayGroup (1996)
• Competencias “Umbral” o “Esenciales”: Son aquellas competencias
requeridas por la organización, para alcanzar un desempeño promedio o
mínimamente adecuado de los trabajadores.
• Competencias Diferenciadoras: Son competencias que permiten hacer una
diferencia entre los trabajadores con desempeño superior y aquellos que
presentan un desempeño promedio.
• Competencias Genéricas: Son aquellas que se repiten sistemáticamente de
un puesto a otro, y se van aplicando a un conjunto amplio de puestos de
trabajo. Además, se relacionan con los comportamientos y actitudes laborales
propios de diferentes ámbitos de producción. Algunas de ellas son: capacidad
para trabajar en equipo, habilidades para la negociación, planificación, entre
otras.
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27
• Competencias Específicas: Son aquellas competencias particulares de cada
puesto de trabajo, que consideran los conocimientos necesarios para poder
manejarse adecuadamente en el cargo. Se asocian con aspectos técnicos
relacionados con la ocupación, los cuales no se pueden transferir de manera
fácil a otros contextos laborales. Ejemplo de ellas son: la operación de
maquinaria especializada, la formulación de proyectos de infraestructura, entre
otras.
Las críticas que se hacen a este modelo pasan por que otorga una definición
tan amplia a las competencias que estas pueden abarcar diversas cosas sin la
especificidad necesaria y no se pueden adaptar a organizaciones que operan
con cambios más rápidos.
II- Modelo Funcional: Toma como referente teórico los postulados de la escuela
funcionalista de sociología, y tiene sus orígenes en los esfuerzos de la
Administración Británica por adaptar los sistemas de formación y capacitación
profesional a las necesidades del mercado laboral. Para este enfoque, las
empresas son entendidas como sistemas sociales abiertos en constante
interacción con su entorno, pues su funcionamiento depende de sus relaciones
con el mercado, la tecnología, las relaciones institucionales, y los fenómenos
socioculturales, al mismo tiempo que la empresa como sistema integra
diferentes subsistemas interrelacionados funcionalmente (Mertens, 1996).
Para este modelo el concepto de competencia es definido como:
“Capacidad real que posee el individuo para dominar el conjunto de tareas que
configuran la función en concreto” (Maisselot, 2005, pág. 78).
“Conjunto de conocimientos y cualidades profesionales necesarias para que el
empleado pueda desarrollar un conjunto de funciones y/o tareas que integran
su ocupación” (Fernández, 2005, pág. 34).
Este modelo se basa en la medición de resultados para identificar el principal
objetivo de la organización y el área de ocupación, es decir, parte de un
objetivo principal hasta llegar a identificar la competencia (Mertens, 1996).
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28
Con este modelo las organizaciones elaboran planes de formación, otorgan
reconocimientos a sus empleados en relación con los objetivos alcanzados.
Clasificaciones de competencias bajo este modelo, según Fundación Chile
(2004):
• Competencias básicas: Se desarrollan principalmente en la educación inicial y
comprenden aquellos conocimientos y habilidades que permiten progresar en
el ciclo educativo e integrarse a la sociedad. Son mínimas para desempeñarse
en cualquier ámbito de desarrollo, ya sea en el personal como en el laboral.
• Competencias de empleabilidad: Capacidades requeridas específicamente
para ingresar, mantenerse, desarrollarse y desenvolverse en el mundo del
trabajo.
• Competencias conductuales: Son aquellas que explican desempeños
superiores o destacados en el mundo del trabajo, y que generalmente se
verbalizan en términos de atributos personales más que en términos de
estándares mínimos de desempeño de una actividad o tarea.
• Competencias funcionales: Denominadas frecuentemente “competencias
técnicas”, son aquellas requeridas para desempeñar las actividades que
conforman una función laboral, según estándares y calidad establecidos por la
empresa o por el sector productivo. A su vez son divididas en:
• Específicas: Están circunscritas a determinados puestos de trabajo u
ocupaciones.
• Transversales: Son aquellas relevantes a una gran cantidad de ocupaciones o
funciones laborales dentro de un sector productivo, dentro de una familia de
ocupaciones, o incluso para todos los sectores productivos o empresas.
La principal crítica recibida por el modelo funcional se basa en que solamente
verifica que se ha logrado una competencia, pero no cómo se logró, es decir,
este enfoque se centra solo en los resultados de los trabajadores, sin
considerar los procesos que debe realizar para lograrlos.
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III- Modelo Constructivista: la competencia se construye, no solo a partir de la
función que emerge del mercado, sino que es la única que entrega una
importancia a la persona, a sus objetivos y posibilidades. Las competencias se
desarrollan a través de aprendizajes que se dan ante las disfunciones,
incluyendo a la población menos competente. Además, parte de la premisa de
que la participación de los individuos se da en la discusión y comprensión de
los problemas, ya que esta resulta crucial para identificar disfunciones en la
organización y poder generar la norma estándar (Mertens, 1996).
Las críticas que se le hacen a este modelo van dirigidas a su carácter
netamente contextual y a que su sentido reduccionista dificulta la relación y
validación de competencias en diferentes contextos sociales y
organizacionales.
En síntesis, el modelo funcional se centra en los requerimientos del puesto,
mientras que el modelo conductista en el mejor desempeño centrando la
competencia en las cualidades de la persona, y por último el modelo
constructivista se focaliza en las actitudes y las conductas asociadas con el
conocimiento, las habilidades y las destrezas en su conjunto.
Hemos visto que los tres modelos presentan ventajas y desventajas, que
pueden coexistir. Es más, en la actualidad hay una tendencia por parte de las
organizaciones a tomar elementos distintos de cada modelo, lo mejor de cada
uno de ellos, e integrarlos sin que esto llegue a ser un problema. Por el
contrario, es una manera de combinar rasgos diversos y amplios. Lo hacen por
el sentido pragmático que demanda la intervención, buscando más eficiencia al
tomar lo positivo de cada enfoque. Por otro lado, Mertens (1996) plantea la
hipótesis de que el análisis funcional en un sentido amplio, tal como lo
desarrolla Luhmann, en el fondo abarca a todas estas escuelas en un nivel
quizás más abstracto de interpretación, ya que cada una de ellas parte del
objetivo de encontrar el modo de un desempeño superior de la organización y
del individuo. Es decir, se trataría de diferentes interpretaciones del análisis
funcional, que no necesariamente son incompatibles entre sí en todo momento.
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30
Hasta aquí hemos presentado la teoría de los modelos por competencias.
Ahora nos vamos a detener a pensar cómo podemos considerar el trabajo del
docente bajo la óptica de estos modelos. Cabe destacar que la función laboral,
las tareas que ejerce un profesor, en su mayoría están estipuladas en un marco
normativo externo que la regula. Sin embargo, en los casos de gestión privada,
cada organización pone su sello en la definición del rol que se espera para esa
institución. Antes de avanzar hacia la elaboración del perfil de puesto para el
Colegio San Fernando, resulta necesario detenerse en cuál será el enfoque
ministerial para el ejercicio de esta profesión en la próxima década.
3.2.3 Enfoque de competencias en el contexto actual (Secundaria 2030)
El Ministerio de Educación ha diseñado un programa federal al que ha
denominado “Secundaria 2030”, a través del cual presenta las reformas
previstas para el proceso de enseñanza y aprendizaje del presente para el
futuro.
Se fundamenta en las características de la población estudiantil destinataria y
beneficiaria de este sistema. Manifiesta que en la tarea docente resulta
indispensable conocer el perfil de población con el que se va a vincular y sobre
el cual las competencias docentes se van a aplicar.
Escuchamos hablar de mejorar la calidad educativa para tener mejores
graduados al finalizar la escuela secundaria. Ahora nos podemos preguntar:
¿qué significa tener mejores graduados o graduados de calidad? Para poder
responder a este interrogante el programa federal define las características de
los “nuevos estudiantes” (los alumnos Generación Z). Los niños y adolescentes
del siglo XXI presentan nuevos intereses, hábitos, motivaciones, estilos de vida
dinámicos y altamente vinculados con los medios tecnológicos de la
información y comunicación.
El mercado laboral exige a los graduados de las escuelas secundarias el
desarrollo de habilidades y competencias que demandan un proceso de
enseñanza innovador, creativo, colaborativo, etc. Las empresas buscarán
jóvenes autónomos, con pensamiento crítico, que puedan analizar y
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31
comprender la información que se les brinda, con competencias comunicativas,
capacidad para trabajar.
Este es el enfoque que regulará las prácticas de enseñanza y aprendizaje en la
próxima década: necesitamos pasar de un modelo de enseñanza tradicional a
un modelo de aprendizaje para el futuro. El trabajo docente, en este nuevo
enfoque en se relaciona con el modelo por competencias que presentábamos
anteriormente.
El programa “Secundaria 2030” es una política de implementación federal
destinada a transformar la escuela secundaria poniendo foco en su
organización. Sus principales objetivos son erradicar el fracaso escolar, la
permanencia de los estudiantes en la escuela y vincular la escuela secundaria
con la educación superior y el mundo laboral. Está orientado al desarrollo de
capacidades y proyectos de vida que los estudiantes puedan asumir de manera
responsable y comprometida, con una perspectiva ciudadana global.
El anclaje de esta política se da en cuatro dimensiones, entre las cuales
podemos mencionar la organización institucional y pedagógica de los
aprendizajes, el régimen académico, la organización del trabajo docente y la
formación-acompañamiento profesional docente.
Este proceso de transformación conlleva cambios culturales en procesos y
prácticas formales e informales institucionalizadas hace décadas en el sistema
educativo. Dicha transformación implica un proceso de aprendizaje que ocurre
tanto en el nivel individual como en el nivel colectivo. No es un camino
unidireccional, sino que, por lo contrario, es producto de un proceso social
abierto, dinámico y flexible. La planificación e implementación de la Secundaria
Federal 2030 requiere una transformación compleja que debe centrarse en los
siguientes elementos conductores: el desarrollo de capacidad, el trabajo en
equipo, el aprendizaje continuo y la búsqueda de soluciones sistémicas (Marco
para la implementación de la Escuela Secundaria 2030. Secretaría de
Innovación y Calidad Educativa. Ministerio de Educación Argentina).
Este programa federal propone la necesidad de superar modos tradicionales de
organizar institucionalmente la enseñanza (docentes enseñando saberes o
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32
contenidos de un área/disciplina, grupos de alumnos organizados por edad),
promueve nuevas configuraciones dentro de la escuela que supone variaciones
en el tiempo, en los espacios, en la organización de los profesores y de los
grupos.
Reafirma la importancia de un tipo de trabajo pedagógico que ofrezca a los
estudiantes múltiples y sostenidas oportunidades para poner en práctica las
capacidades que se ven en el Gráfico 3 incluido a continuación, en el marco de
dominios de conocimientos disciplinares suficientemente ricos y complejos.
Un enfoque pedagógico centrado en el desarrollo de capacidades constituye
una oportunidad y una necesidad de redefinir la función docente basadas en
nuevas competencias.
Gráfico 3: Secundaria 2030. Capacidades a desarrollar
Fuente: Marco Nacional de Integración de las Capacidades: hacia el desarrollo de
capacidades. Ministerio de Educación. 2019.
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33
3.3 Perfil de puesto y proceso de Inducción
3.3.1 Relevancia de contar con un perfil de puesto
Para poder justificar la elaboración de un proceso de inducción que permita que
los profesores del Colegio San Fernando pasen de una práctica basada en el
modelo tradicional de aprendizaje a uno de aprendizaje para el futuro, nos
parece apropiado remarcar la relevancia de contar con un perfil de puesto.
Sabemos que el perfil permite describir y comunicar las competencias que se
esperan para la tarea a cumplir. Entre otras ventajas profesionaliza la
selección, evaluación, remuneración y capacitación del personal, por cuanto se
traslada la mirada desde el Curriculum Vitáe a lo que realmente puede hacer el
trabajador y a lo que la organización espera para ese puesto de trabajo.
El perfil de puesto permite construir un inventario de los conocimientos,
habilidades y capacidades esperados, para luego desarrollar un proceso de
inducción o un plan de desarrollo integral que permita acercar al empleado a lo
estipulado por la institución, alineando la tarea a la estrategia, objetivos y
cultura de la organización.
“La descripción del cargo es un proceso que consiste en enumerar las tareas o
funciones que lo conforman y lo diferencian de los demás cargos de la
empresa; es la enumeración detallada de las funciones o tareas del cargo (qué
hace el ocupante), la periodicidad de la ejecución (cuándo lo hace), los
métodos aplicados para la ejecución de las funciones o tareas (cómo lo hace) y
los objetivos del cargo. Básicamente, es hacer un inventario de los aspectos
significativos del cargo y de los deberes y las responsabilidades que
comprende”. (Chiavenato, 2001, pág. 268)
Vale recordar que cada institución necesita trabajadores con perfiles
específicos por cuanto cada cargo, puesto y estrategia tiene exigencias
propias. Del mismo modo que la organización (en este caso, la escuela)
evoluciona constantemente, el desarrollo de las competencias para el puesto
(docente) debe evolucionar paralela y complementariamente a la organización.
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34
Este perfil impactará en el desempeño laboral de cada docente, del grupo de
docentes y de la escuela en su totalidad. Una de las características del perfil de
puesto es su dinamismo, por cuanto va cambiando de acuerdo con la
estrategia, exigencias, etc.
Otro de los beneficios es que servirá también al momento de llevar adelante el
proceso de selección de personal, ya que permitirá encontrar candidatos
acordes a ese perfil. En el caso que nos ocupa en este trabajo final, nos
permitirá desarrollar un plan de acompañamiento para reducir la brecha
existente entre el desempeño actual de los docentes que ya están en la
organización y el esperado por la Dirección.
Es importante aclarar que el grueso de los profesores que integran el Colegio
fue formado en competencias específicas, pero no fueron formados en
competencias genéricas demandadas para el futuro. Resulta más fácil,
económico y rápido capacitar a un docente en técnicas de enseñanza
(planificación, evaluación, uso de TICS, etc.), que en competencias como lo
representan la capacidad empática, habilidades comunicacionales, liderazgo,
trabajo en equipo, etc.
La Dirección del Colegio San Fernando busca determinar qué y cuáles
competencias no se encuentran desarrolladas y, por tanto, representan una
debilidad organizacional.
El objetivo a corto y mediano plazo no es reemplazar ni desvincular profesores,
por el contrario, existe la propuesta de capacitarlos y motivarlos a fin de
desarrollar la mejora continua del personal. Para realizar este trabajo es
necesario contar con el perfil de puesto y establecer la distancia entre lo ideal y
lo real.
Lo mencionado en este apartado son los ejes conceptuales que se tienen en
cuenta para la definición de perfil de puesto que se incluye en el apartado 6
“Recomendaciones para la acción”.
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35
3.3.2 Proceso de Aprendizaje (1° y 2° orden)
Para poder diseñar un proceso de inducción eficaz consideramos oportuno
traer las definiciones que nos aporta Blejmar (2013) sobre Sujeto, Actor y
Observador. Estos conceptos nos orientan en la construcción de procesos de
aprendizajes efectivos y sustentables.
El docente como actor: Se refiere al papel que desempeña el docente en la
escena institucional, un rol asignado en el organigrama. Sus funciones están
prescriptas según las normativas vigentes, las regulaciones que fijan las
obligaciones, las tareas, las responsabilidades que tiene al frente en el aula. El
papel del docente como actor en general es similar para todas las escuelas,
dado que el sistema educativo como totalidad tiende a estandarizar las
expectativas del rol en función de un modelo de escuela. En el vínculo entre
actores se puede presuponer qué se espera de cada uno, y cómo se supone
que van a ser las interacciones y la responsabilidad entre ellos.
El docente como sujeto: Atraviesa a todo actor. Es la persona en sí misma
desprovista de la función. Es imposible de estandarizar porque, como sujeto, es
único e irrepetible, con una historia única, un perfil de personalidad definido,
competencias emocionales, habilidades comunicativas; sus relaciones son
únicas. Su edad, procedencia familiar, su salud, status socioeconómico, todos
estos son componentes que hacen a la identidad de esa persona.
Es ese mismo sujeto el que, para expresarlo claramente, no tenía lugar en la currícula de formación profesional. Sin embargo, es ese sujeto el que “carga y atraviesa” el actor, y tiñe el papel con la coloratura singular que le imprime. Vivimos en un mundo en el cual el poder que emanaba del cargo, de la fuerza o amenaza, se ha debilitado en función de las sociedades y procesos más dinámicos, abiertos, conectados, conflictivos y se ha corrido hacia el poder difuso. Es en este mundo en el que el lugar de sujeto adquiere una nueva y poderosa relevancia para empoderar o debilitar al actor-docente, según la calidad del sujeto que lo constituya” (Blejmar, 2013 p. 60).
Si todos los cargos docentes definen una misma descripción de tareas para el
mismo actor, ¿dónde está la diferencia de resultados para uno u otro docente?
Las respuestas se encuentran en las competencias del actor, en la carga que el
sujeto le atribuye al actor. Es una huella del sujeto su experiencia de vida y
cómo la ha capitalizado; es un sello de la persona cómo ha resuelto situaciones
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36
conflictivas, procesos de duelos, momentos de angustias y placenteras, su
carácter, capacidad para vincularse, intereses, etc.
Según Blejmar (2013) el sujeto se expresa en tres dominios: Las ideas y el
pensamiento, las emociones y la corporalidad.
Los tres están atravesados por el lenguaje. Esto anticipa nuestras
posibilidades de diseño y desarrollo subjetivo.
El docente como observador participante: Para conceptualizar esta dimensión
Blejmar trae la diferentes propuestas de observador que desarrollan Maturana
y Varela, y Echeverría. Según esta distinción todos somos un tipo de
observador parcial que construye la realidad desde esa particular mirada. En el
Talmud se dice: “No vemos las cosas como son, sino que las vemos como
somos”.
“Nuestro observador está influido, teñido por el sujeto y actor que estamos
siendo. Eso mismo se constituye en posibilidad y limitante” (Blejmar, 2013
p.61). Es inevitable que el docente vea el aula de manera diferente que el
estudiante, incluso el docente de una escuela rural la puede ver de una manera
distinta de la que la ve un docente de zona urbana. El sujeto mira con la lente
que representan sus modelos mentales, su cultura, sus paradigmas que
orientan el pensamiento y construyen la realidad.
No es malo tener modelos mentales, son los que nos permiten observar y
analizar el mundo, el riesgo está en la creencia que del sujeto de que su
observación es la única y, además, válida.
Otra distinción que hace sobre el observador es su mirada sesgada por ser un
sujeto histórico, cultural, etc., que está siendo y ve el mundo desde su lugar, su
ser. “La idea del observador parcial y sesgado ayuda a entender el porqué de
la fuerza del equipo, y esto es porque en un equipo docente conviven distintos
observadores, sujetos y actores (mujeres, varones, jóvenes, adultos; con
experiencia, sin ella, con formación universitaria, sin ella, etc.) que logran
ampliar la mirada del conjunto y ofrecen perspectivas alternativas a las
vigentes” (Blejmar, 2013 p.62). Para esto debe ocurrir que se legitimen las
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37
miradas diferentes de los distintos sujetos actores, aunque haya que elegir
alguna o combinar varias, no porque sea la verdadera sino porque se la juzga
como la más poderosa para la acción.
Según Rafael Echeverría (2011) toda acción resultará del tipo de observador
que cada uno es. Es decir, a un observador determinado le corresponde una
acción determinada en búsqueda de resultados.
Observador Acción Resultados
Puede ocurrir que los resultados en los desempeño de las personas no
coincidan con las expectativas de la gestión. En esos casos se revisan las
acciones para ver qué es necesario modificar para hacerlo mejor.
En muchos casos, modificando las acciones se alcanzan mejoras en los
resultados que son efectivos. Este proceso se denomina “aprendizaje de primer
orden”.
Gráfico 4: Aprendizaje de 1° orden
Observador Acción Resultados
Aprendizaje de 1° orden
Fuente: El lado subjetivo de la gestión. Blejmar, 2013, pág. 63
También nos encontramos con situaciones a modificar o desafíos a alcanzar
cuyos resultados no dependen de cambiar las acciones sino de transformar el
observador que somos o estamos siendo. De esta manera, el cambio impacta
en el sujeto, no solo en el actor. Por eso se llama “aprendizaje de segundo
orden o transformacional”, porque no alude solo al propio modo de hacer sino
al modo de estar siendo y observando.
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Gráfico 5: Aprendizaje de 2° orden
Observador Acción Resultados
Aprendizaje de 2° orden
Fuente: El lado subjetivo de la gestión. Blejmar, 2013, pág. 64
Los aprendizajes de primer y segundo orden se tendrán en cuenta en el
proceso de inducción que se propone en el apartado 6, las recomendaciones
para la acción.
4) Investigación de campo
4.1 Metodología de relevamiento
La estrategia que utilizamos para recolectar la información fue el método de
encuestas de respuestas cerradas aplicada a todos los profesores.
Consideramos que era el instrumento más adecuado para conocer las
expectativas, intereses, trayectorias, formación, etc. de los docentes.
Las encuestas representan una de las técnicas más utilizadas de recolección
de información de un tema o acerca de las personas para describir, comparar,
explicar o predecir sus conocimientos, actitudes o comportamientos (Fink,
2003).
El total de docentes (22) hacía posible la aplicación a todo el universo.
En el proceso de construcción de la encuesta se tuvieron en cuenta los
siguientes aspectos:
Se diseñaron cuidadosamente 19 preguntas específicas con foco en
las competencias demandadas en la educación del siglo XXI.
Se formularon preguntas claras, fáciles de entender, se evitaron los
acrónimos, oraciones complejas o lenguaje ambiguo.
Se brindaron opciones del tipo “otro, ¿cuáles?” en algunas preguntas
para que los encuestados pudieran seleccionar esa respuesta si no
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39
aplicaban ninguna de las respuestas ofrecidas, buscando mayor
precisión o información inesperada o imprevista.
Buscamos una secuencia lógica en el orden de las preguntas.
Las respuestas eran anónimas para brindar más confianza al
momento de responder, ya que estábamos relevando información
desde la Dirección que podía poner en discusión el proceso de
trabajo del encuestado.
La encuesta aplicada se incluye en el Anexo I.
La aplicación de la encuesta se realizó de la siguiente manera:
En la reunión de personal a inicio del ciclo lectivo 2019 (febrero)
compartimos la lectura de cada pregunta con las opciones como
respuestas.
Entregamos un formulario a cada docente. Se les pidió que en el
transcurso de los próximos 15 días debían entregarla en la Secretaría
Académica.
Ofrecimos la visualización y presentación de los datos al finalizar el
relevamiento a través de una presentación oral y con una exhibición de los
gráficos que resumen los resultados de la encuesta.
4.2 Análisis de los datos empíricos y principales hallazgos
Presentamos a continuación una síntesis de los principales hallazgos del
trabajo de campo realizado. Los resultados de la información obtenida se
muestran en los gráficos incluidos en el Anexo II.
Pregunta 1: ¿En cuál de los siguientes rangos de edad se ubica?
El 64% de la población docente tiene una edad inferior a los 40 años, mientras
que solo el 14% supera los 50 años de edad. De ese 64%, la mitad tiene
menos de 30 años de edad.
Podríamos decir que la población docente del nivel secundario del colegio San
Fernando en su mayoría pertenecen a la “Generación Y” o “Millenials”.
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40
Pregunta 2: ¿Cuál es su nivel máximo de estudios alcanzado?
Esta es una de las respuestas más significativas, ya que el 32% de los
docentes tienen solo nivel secundario completo y se encuentran estudiando la
carrera docente. Ingresaron a la docencia en cargos provisionales mientras van
progresando en los porcentajes de materias aprobadas hasta alcanzar la
titulación que los habilite para ocupar cargos titulares.
Solo el 23% tienen formación universitaria de grado, y el 5% de posgrado.
El resto, 41% tiene formación terciaria.
Pregunta 3: ¿Cuál es su antigüedad como Profesor en este Colegio?
Otra de las respuestas con marcada diferencia en uno de los rangos, ya que
solo el 18% hace más de 10 años que trabaja en la Institución. El resto se
reparte en forma pareja, el 45% entre 5 y 10 años de antigüedad y el 36% lleva
menos de 5 años en la misma Institución.
Pregunta 4: ¿Cómo considera que es la calidad de formación académica
que brindan los Institutos de Formación Docente para educar a jóvenes
del siglo XXI?
No hubo respuestas en las opciones “Excelente” y “Muy Buena”, mientras que
el 59% señaló como “Regular” la formación docente. El 5% calificó como “Mala”
y el 36% indicó como “Buena” la formación académica que brindan los
institutos de formación docente para educar a jóvenes del siglo XXI.
Pregunta 5: ¿Ha asistido a cursos de actualización para el desempeño de
sus funciones como Profesor de Secundaria, en los últimos 3 ciclo
lectivos?
El 68% de la población docente no asistió en los últimos 3 años a cursos de
actualización para mejorar el desempeño de sus funciones como profesor de
escuela secundaria. El 32% respondió afirmativamente, y mencionaron las
siguientes disciplinas: Matemáticas, Ciencias Naturales y TIC’S, Inteligencias
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Múltiples, Nuevas Tecnologías, Aprendizaje Basado en Proyectos, Evaluación,
y Educación Inclusiva.
Pregunta 6: En el caso de que su colegio le ofrezca realizar una
capacitación sobre los nuevos conocimientos requeridos en el siglo XXI,
¿cuál de todos estos elegiría?
Los docentes podían seleccionar 2 opciones entre una variedad de 4
capacitaciones, y tenían la opción de marcar otra opción si así lo consideraban.
(en este último caso no hubo respuestas).
Las opciones más seleccionadas fueron “Aprendizajes Basados en Proyectos”
y “Planificación” con enfoque en aulas heterogéneas; cada una fue elegida por
el 55% de la población docente.
El 45% señaló que elegiría una capacitación en “Nuevas formas de evaluar”; y
el 36% indicó que le gustaría recibir una actualización docente en “Contenidos
+ Pedagogía + Tecnología (uso de recursos tecnológicos)”.
Pregunta 7: En el caso que su colegio le ofrezca realizar una formación
sobre competencias profesionales demandas en el siglo XXI, cuál de
todas estas elegiría:
En esta pregunta, los docentes tenían la posibilidad de seleccionar 2 opciones
entre 5. Además, se ofreció una pregunta abierta acerca de otro tipo de
competencias si su preferencia no estaba mencionada entre las opciones.
El 50% eligió “Trabajo Colaborativo” y “Creatividad” como las competencias
preferentes al momento de elegir una formación en esta área.
El 36% seleccionó la competencia de “Habilidades Comunicacionales”,
mientras que las otras opciones fueron elegidas en un 27% “Capacidad
Empática” y un 23% “Liderazgo”.
Pregunta 8: Considera que los estudiantes de los grupos que acompaña
en este colegio principalmente:
En esta pregunta debían optar por 1 opción entre 5 posibilidades.
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42
Aquellos que consideran que existe motivación se reparten de la siguiente
manera: el 36% de los docentes considera que los estudiantes “Están algo
motivados, pero les falta perseverancia en el oficio de ser estudiantes” y el 18%
“Están motivados, pero les falta herramientas para ser buenos estudiantes”.
Solo el 5% considera que “En su mayoría están motivados y son constantes en
el oficio de ser estudiantes”.
Mientras que el 9% de los docentes considera que “No sienten motivación
alguna por aprender”, o el 32% piensa que “En general, están muy poco
motivados”
Pregunta 9: ¿Cuál de las siguientes estrategias de motivación utiliza con
más frecuencia?
En esta pregunta debían optar por 1 opción entre 4 posibilidades, y se ofrecía
una pregunta abierta en caso de utilizar otra estrategia de motivación no
mencionada entre las opciones.
El 59% de los docentes “Procura que identifiquen la utilidad que tienen los
conocimientos que se abordan en la clase para su vida cotidiana y futura”. En
una marcada diferencia, el resto se divide de la siguiente manera: el 18% utiliza
con más frecuencia “Con base en el interés mostrado por los jóvenes,
selecciono el tema a tratar o ellos lo proponen”, el 9% “Destaca el trabajo de
aquellos estudiantes con alto rendimiento como ejemplo ante aquellos que
tuvieron un rendimiento inferior”, y el 5% “Organiza concursos y competencias
de conocimientos en el grupo”.
El 9% agregó otras estrategias de motivación: “Incentiva la participación de
todos, destaca los méritos y aportes valiosos por pequeños que sean”, y
“Procura despertar curiosidad para que el alumno indague o me indague”.
Pregunta 10: ¿Qué tipo de tareas asigna habitualmente a sus estudiantes
durante la hora de clase?
Debían seleccionar 3 opciones entre 9, y se ofrecía una pregunta abierta en
caso de necesitar colocar otra opción de tareas no mencionada.
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43
Las tres más seleccionadas fueron: “Lectura de textos” (68%), “Copia de textos
o consignas de ejercicios que dicto en clases (por ejemplo, dictado de
contenidos)” (50%), y “Reproducción de contenidos en forma oral o escrita (por
ejemplo, Evaluación de contenidos que pueden repetir de autores -definiciones,
conceptos-)” (45%).
El resto de las tareas fueron elegidas en un 36% “Identificación de situaciones
de la vida diaria con los conocimientos teóricos vistos en clases (por ejemplo,
Teoría + Práctica, análisis de casos)”, un 32% “Búsqueda y recopilación de
información (Ej. Investigaciones)”, un 23% “Elaboración y exposición de
producciones en forma oral (Ej. Debates)”, otro 23% “Resolución de situaciones
problemáticas (Ej. Proyectos a partir de desafíos)”. El 14% indicó que
habitualmente asigna como tarea a sus estudiantes “Elaboración y escritura de
contenidos teóricos (Ej. Ensayos)” y solo el 9% “Trabajos en equipos en forma
colaborativa (Ej. Wikis)”.
Pregunta 11: ¿Con qué frecuencia pide a sus alumnos que utilicen los
siguientes recursos durante sus clases, no refiere a tareas en sus
hogares?
Ofrecimos 7 tipos de recursos y para cada uno de ellos 3 opciones de
respuestas. Los docenes debían seleccionar 1 opción para cada tipo de
recursos presentado.
En todas las clases las respuestas más significativas fueron el 64% utiliza
“Bibliografía obligatoria en formato papel” y el 59% “Apuntes tomados en
clases”. Solo el 5% utiliza en todas las clases “Bibliografía sugerida en formato
digital” y otro 5% el recurso tecnológico de la “Web (buscadores, YouTube,
páginas específicas)”. Otros recursos no fueron seleccionados en esta opción.
En “algunas clases” las tres respuestas más elegidas fueron: el 86% utiliza los
“Teléfonos celulares”, el 73% “Bibliografía obligatoria en formato digital”, el 72%
el recurso tecnológico de la “Web (buscadores, YouTube, páginas
específicas)”.
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44
Al momento de seleccionar como opción “Nunca”, los siguientes recursos
fueron los más seleccionados: el 55% “Bibliografía sugerida en formato papel”,
y con el mismo porcentaje “Bibliografía sugerida en formato digital”. El 27%
dice que nunca utiliza “Bibliografía obligatoria en formato digital”, el 23% nunca
usa el recurso tecnológico de la “Web (buscadores, YouTube, páginas
específicas)” y el 14% nunca pide a los alumnos que utilicen los dispositivos
celulares en sus clases. Salvo el siguiente recurso “Apuntes tomados en
clases” que es utilizado en todas o en algunas clases, el resto de los recursos
recibió algún tipo de respuesta en esta opción.
Pregunta 12: ¿Utiliza los medios tecnológicos para comunicarse con sus
alumnos o compartir información académica?
Ofrecimos 6 medios tecnológicos para comunicarse con sus alumnos y para
cada uno de ellos 3 opciones de respuestas. Los docenes debían seleccionar 1
opción para cada recursos presentado.
El 100% de los docentes refirió que nunca utilizó “Instagram” o “Twitter” para
comunicarse con sus alumnos. El 95% nunca se comunicó por “Facebook” y el
91% tampoco por “Whatsapp”, mientras que el 54% respondió que se
comunica por la “plataforma digital institucional”, y el 5% lo hace por “correos
electrónicos personales”.
Pocas veces han utilizado los siguientes medios de comunicación: “correos
electrónicos personales” (40%), la “plataforma digital institucional” (23%),
“Whatsapp” (9%) y “Facebook” (5%).
Pregunta 13: De acuerdo con su experiencia, frente a la diversidad de los
integrantes de un grupo, ¿cuál es la actividad principal que lleva a cabo
para que todos aprovechen su enseñanza?
En esta pregunta debían seleccionar una respuesta de entre 3 opciones. Se
ofrecía una pregunta abierta en caso de no identificarse con algunas de las
opciones.
El 45% reconoce como actividad principal “Asigna a todos los estudiantes las
mismas actividades, hace una sola planificación”. El 36% “Entrega tareas
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extras a los más avanzados y se concentra en los estudiantes que necesitan
más tiempo para aprender”, mientras que el 18% “Prepara actividades con
distintos niveles de dificultad para atender todos los perfiles del grupo”.
Pregunta 14: ¿Cómo evalúa el aprendizaje de sus alumnos?
Ofrecimos 11 modalidades de evaluación y para cada una de ellas 3 opciones
de respuesta (Siempre, Casi Siempre o Nunca).
Todas las modalidades recibieron respuestas en alguna de las opciones, salvo
“Realizo un feed back grupal luego de cada evaluación” que siempre o casi
siempre es utilizada.
En la opción “Nunca”, las siguientes modalidades fueron las más
seleccionadas: “Utiliza rúbricas para calificar objetivamente” (77%), “Promueve
la autoevaluación” (73%) y “Realiza un feed back personal luego de cada
evaluación” (55%).
En la opción “Siempre” el 82% refiere que “Aplica un solo modelo de evaluación
en el grupo” (no se refiere a la cantidad de temas -tema 1 y tema 2-, sino a la
complejidad de las consignas o al formato)”. Un 82% “Tiene en cuenta el
proceso de aprendizaje durante la trayectoria anual para determinar la
calificación final” y el 77% “Utiliza solo sistema de calificación numérica”. Solo
el 9% siempre utiliza algunos de los siguientes recursos al momento de evaluar
los aprendizajes: feed back personal luego de cada evaluación, autoevaluación
o rúbricas para calificar objetivamente.
En la opción “Casi Siempre”, las respuestas más significativas fueron: el 68%
“Aplica modelos de evaluación que pueden variar en el formato de acuerdo con
el perfil del grupo”, el 59% “Realiza un feed back grupal luego de cada
evaluación” y el 41% “Utiliza sistemas de evaluación y calificación que fueron
construidos con los estudiantes y acordados previamente” o “Tiene en cuenta
la conducta y las actitudes en clase al momento de calificar”.
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Pregunta 15: ¿Para qué usa los resultados de las evaluaciones?
Ofrecimos 7 tipos de usos para los resultados de las evaluaciones y para cada
tipo 3 opciones de respuesta (Siempre, Casi Siempre o Nunca).
El 100% contestó que siempre “Asigna Calificaciones” con el resultado de las
evaluaciones.
El 82% respondió que siempre “Diagnostica los problemas de aprendizaje del
curso” o casi siempre en un 18%.
El 95% contestó que con los resultados de las evaluaciones nunca “Elabora
estadísticas para evaluar su desempeño”, solo el 5% lo hace casi siempre, en
cambio nadie lo hace siempre.
Si miramos la opción de “Reviso mis prácticas como docente”, solo el 18%
respondió que siempre lo hace, en cambio, el resto se divide en iguales
proporciones: un 41% nunca y el otro 41% casi siempre lo hace.
El 5% respondió que siempre usa los resultados de las evaluaciones para
ajustar las planificaciones, mientras que el 64% nunca lo hace.
El 77% manifestó que casi siempre usa los resultados de las evaluaciones en
la “Toma decisiones al momento de preparar las clases”, solo el 5% nunca lo
hace.
Pregunta 16: En promedio, ¿cuántas veces al mes realiza su clase fuera
del espacio áulico, como ser en la biblioteca, el laboratorio, el SUM, el
patio, salidas educativas, etc.?
En esta pregunta tenían que seleccionar 1 respuesta entre 4 opciones.
El 45% refiere que 1 vez por mes realiza su clase fuera del espacio áulico,
mientras que el 23% lo hace 3 veces o más, y solo el 18% respondió que
nunca lo hace.
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Pregunta 17: ¿Cómo evalúa las siguientes competencias para un perfil de
docente?
Ofrecimos 16 tipos de competencias y para cada tipo de competencia 5
opciones de respuesta de acuerdo con si la consideraban desde “Nada
Necesaria” hasta “Imprescindible”. Vamos a traer las respuestas más
significativas para cada una de las opciones.
Los docentes señalan como “Imprescindibles”, las siguientes competencias: el
55% señala las “Habilidades comunicacionales (oral, escrita, digital)”, el 41%
“Capacidad Empática” y otro 41% señala la “Aptitud de Escucha”. En cambio,
solo el 18% el “Reconocimiento de la centralidad y el protagonismo del
estudiante en el proceso de aprendizaje”, otro 18% la “Apertura para ser
evaluado por sus estudiantes”.
Como competencias “Muy Necesarias” destacan la “Creatividad” el 64%, el
55% “Compartir buenas y malas prácticas entre colegas”. El 23% solo reconoce
como muy necesario el “Posicionamiento en el aula como guía, facilitando
contenidos más que exponiendo temas”.
Entre las competencias que destacan como “Necesarias”, un 41% señala la
“Cooperación, trabajo en equipo-colaborativo”, otro 41% la “Apertura para ser
evaluado por los estudiantes”.
Como competencias “Poco Necesarias”, aparecen con un 5% entre otras las
siguientes “Liderazgo”, “Flexibilidad y capacidad de implementar diversos
abordajes adaptándose a múltiples escenarios”, “Comprensión y apertura a las
nuevas culturas juveniles”.
El 5% consideran como competencias nada necesarias: “Valorar y Ofrecer el
error como parte del proceso de aprendizaje”, y el “Posicionamiento en el aula
como guía, facilitando contenidos más que exponiendo temas”.
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Pregunta 18: ¿Cómo evalúa la posesión de los siguientes conocimientos
para un perfil docente?
Ofrecimos 9 tipos de conocimientos y para cada tipo de conocimiento 5
opciones de respuesta de acuerdo con si la consideraban desde “Nada
Necesario” hasta “Imprescindible”. Además, dejamos una pregunta abierta al
final, en el caso que necesitaran sumar otro tipo de conocimiento; en este caso
un docente mencionó los Derechos Humanos.
Vamos a traer las respuestas más significativas para cada una de las opciones.
Salvo los conocimientos en “Coaching Ontológico”, “Negociación y Mediación”
y “Design Thinking” que un grupo de docentes reconocieron que no eran
necesarios o poco necesarios, en el resto de los conocimientos los resultados
más significativos fueron:
Dentro de los conocimientos imprescindibles: “TIC’S” con el 23%, “Enfoque y
atención a la diversidad”, “Dinámicas de grupos” y “Recursos tecnológicos” con
el 18% cada uno de ellos. Sólo el 5% reconoce como imprescindible el
conocimiento en “Coaching Ontológico”, “Design Thinking” y en “Negociación y
mediación”.
El 55% de los docentes reconoce como muy necesarios los conocimientos en
“TIC’S” o en “Recursos Tecnológicos”, el 45% los conocimientos en “Enfoque y
atención a la diversidad” o en “Dinámicas de grupos”, el 41% en “Inteligencias
Múltiples”.
Como conocimientos necesarios, el 59% de los docentes reconoció el
“Aprendizaje Basado en Proyectos”, el 50% en “Negociación y mediación” y el
45% en “Inteligencias múltiples”.
Pregunta 19: Señale a su criterio, de la siguiente lista, los 3 valores o
características que deben prevalecer en un perfil docente. Indique con
una X las 3 opciones:
Ofrecimos un listado de 10 atribuciones que debían prevalecer en un perfil
docente para que seleccionar las 3 que consideren no puede faltar.
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Salvo “Humildad” y “Transparencia” que no recibieron respuestas, el resto
seleccionó de la siguiente manera:
El 73% indicó como valores que deben prevalecer la “Coherencia entre lo que
dice y lo que hace” y el “Respeto”, mientras que el 50% señaló la
“Responsabilidad” y el “Compromiso”.
El 23% seleccionó “Honestidad” y el 14% “Alegría”. Solo el 9% manifestó la
“Espiritualidad y emocionalidad” y el “Afecto” como atributos relevantes en un
docente.
5) Conclusiones del análisis del problema abordado y diagnóstico
Me parece oportuno recordar que, en el caso de la organización tratada en este
trabajo final de graduación, uno de los aspectos que facilitaron la comprensión
del tema es el cargo de director del servicio que ejerzo en la institución. Por
otro lado, se trata de un tema de actualidad en el ámbito de la escuela
secundaria en nuestro país y me sumo al debate que está presente en
diferentes medios como una de las necesidades de mejora en nuestros
sistemas educativos. Podríamos decir que entre los factores que faltan en la
organización para abordar de una manera más integral el diseño de los perfiles
de puesto y los procesos de inducción, está la falta de un área de RRHH.
Incluso, la gestión administrativa es muy artesanal, no incluye procesos
profesionales.
Dentro de este marco, a continuación, se presentan las conclusiones tanto
teóricas como empíricas que nos permitieron elaborar el diagnóstico de
situación como antesala a las recomendaciones para la acción.
Retomemos la pregunta inicial, el interrogante que iluminó este trabajo a lo
largo de su recorrido: ¿cómo lograr una gestión de RRHH para encauzar,
dirigir, reorientar, la tarea de los profesores para que cumplan con lo esperado
por la Dirección y demandado por los clientes? Partíamos del diagnóstico inicial
de que existía un gap entre el desempeño laboral de los profesores y lo
pretendido por la entidad propietaria, por la dirección del servicio y por lo que
se espera y se esperará de ellos en la próxima década. Sumábamos a esta
UDESA Maestría en Gestión y Dirección de RRHH Lic. Mariano O. Consalvo
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situación la reforma establecida por el Ministerio de Educación a través del
programa federal llamado “Secundaria 2030”.
Como respuestas a este interrogante, nos propusimos la elaboración de un
perfil de puesto y el diseño de un proceso de inducción que permita su
implementación y facilite reducir la brecha existente en el desempeño del
personal docente.
Definimos tres ejes conceptuales que nos permitieran entender desde donde
íbamos a trazar el plan de acción que resolviera en la práctica el problema
presentado en el diagnóstico.
En el primer eje conceptual nos referimos a la profesión docente. Decíamos
que, como toda profesión, implica una titulación inicial que habilita el ejercicio
de la función y, a su vez, una formación permanente durante el ejercicio de la
actividad para estar preparados y alineados a los desafíos que se presenten.
En este proceso de formación continua encontramos procesos ligados al
conocimiento (qué enseñar) y a las habilidades (cómo enseñar). Mencionamos
el hecho de conocer para enseñar y, por otro lado, la necesidad aprender
haciendo, sobre la propia práctica de la enseñanza, para seguir enseñando.
De acuerdo con el trabajo de campo realizado vemos que cerca del 70% de la
población docente no asistió a programas de capacitación en los últimos 3
años. Este dato nos habla de que un bajo porcentaje docente pone en práctica
esta faceta de la profesión que requiere una formación continua.
Describíamos el tipo de actividad laboral que ejercen los docentes lo como el
proceso de enseñanza, cuyo fin es que los estudiantes alcancen aprendizajes
significativos y se puedan graduar en tiempo y forma del nivel que cursan.
Mencionábamos que en la actualidad coexisten dos modelos de trabajo: la
enseñanza “tradicional” y la enseñanza denominada “aprendizaje para el
futuro”. La primera es el modelo clásico que tiene su origen en el siglo XIX, y la
segunda tiene que ver con el nuevo modelo que se espera implementen las
instituciones educativas en el siglo XXI.
UDESA Maestría en Gestión y Dirección de RRHH Lic. Mariano O. Consalvo
51
La encuesta aplicada en este trabajo nos confirma que la mayoría de los
docentes del colegio San Fernando asigna habitualmente tareas relacionadas
con el modelo de enseñanza tradicional como, por ejemplo, el dictado de
contenidos o métodos de evaluación que apuntan a la reproducción de
contenidos. Aquí seguimos confirmando el diagnóstico que dábamos
anteriormente, existe una brecha entre lo que se espera por parte de la
dirección del colegio, las familias y los alumnos con las prácticas docentes que
en su mayoría son aplicadas en las aulas de la Institución, prácticas ligadas a
la enseñanza tradicional vs. prácticas basadas en el nuevo modelo de
enseñanza.
Dentro del eje conceptual profesión docente consideramos importante analizar
el papel que juegan las motivaciones intrínsecas y extrínsecas en la docencia,
así como los motivos de inicios y de sostén o permanencia en esta actividad
laboral. Entre otras conclusiones decíamos que los docentes se mueven en su
mayoría por motivaciones intrínsecas al momento de elegir la profesión, pero
que luego demandaban motivaciones extrínsecas para sostener esos motivos
de inicio. Nos quedamos pensando que solo el 23% de los docentes
encuestados reconocía que los estudiantes están motivados, y nos hacíamos
esta pregunta: ¿cómo podemos motivar a otros si no estamos motivados?,
¿será que este bajo porcentaje es una consecuencia de la falta de motivación
de los docentes?
A continuación, veíamos el papel que juega el contrato psicológico en el
desempeño laboral de los docentes y cómo se veía afectado por las
expectativas o motivaciones que se ponían en juego al momento de desarrollar
la actividad laboral. En el caso que nos ocupa, el docente ingresa a trabajar
aceptando un perfil de puesto que no está procedimentado ni comunicado; el
contrato psicológico comprende las promesas que se cree están establecidas y
acordadas. Podemos decir que los docentes del Colegio San Fernando no
conocen lo que se espera de ellos salvo las particularidades que emanan de
las incumbencias universales para esta profesión y que están implícitas en el
estatuto docente que regula las prácticas de este tipo de trabajo.
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52
Uno de los componentes de este contrato es el perfil de puesto donde se
manifiesta el desempeño que se espera del empleado.
Cerrando el primer eje conceptual, nos ocupamos de conocer la evolución del
rol docente en el tiempo. Los cambios que se dieron en los últimos tiempos y
las reformas que restan por venir han impactado en el contrato psicológico que
han establecido con el empleador al momento del ingreso laboral. Pasamos de
modelos de trabajo donde el docente era visto como un instructor, al modelo de
guía o tutor que se espera en el presente y a futuro.
Entre otras conclusiones podemos afirmar la necesidad de priorizar estos
temas para anticipar que los cambios por venir seguirán afectando las
expectativas que tienen los docentes en el ejercicio de sus funciones. Debemos
pensar en reestructurar los contratos psicológicos sabiendo que estos inciden
en la satisfacción laboral y, por ende, en la calidad de los servicios educativos
que se ofrecen.
En la evolución del rol docente veíamos cómo la revolución tecnológica
atraviesa el proceso de enseñanza y de aprendizaje. De acuerdo con el trabajo
de campo podemos decir que en su mayoría los profesores siguen haciendo lo
mismo, utilizando prácticas ligadas a la enseñanza tradicional, aunque existen
pequeños avances ya que reconocen que en algunas clases implementan
estas nuevas herramientas. Un ejemplo sería que el 86% utiliza los dispositivos
móviles o celulares en algunas clases, sabiendo que esta generación los usa
durante gran parte del día. Nos preguntamos ¿qué pasaría con la motivación
de los alumnos si se usaran en todas las clases?
Este enfoque de aprendizaje para el futuro demanda nuevas habilidades para
las cuales los docentes reconocen que los institutos de formación docente
brindan una formación inicial regular, que ninguno ha destacado como muy
buena o excelente. Este cambio trae nuevas funciones en el ejercicio del
trabajo, tareas que son atribuidas al ejercicio de un liderazgo que guía la
actividad de los alumnos más que la exposición de contenidos. Aquí también el
trabajo de campo nos confirma que, por el momento, el liderazgo no es
considerado como una competencia imprescindible, ya que solo el 23% vio
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53
como muy necesario el posicionamiento en el aula como guía, facilitando
contenidos más que exponiendo temas.
En el segundo eje conceptual explorábamos la teoría acerca de las
competencias laborales. Decíamos que pasamos de un modelo fordista
(enseñanza tradicional) al modelo posfordista (aprendizaje para el futuro), con
un salto de un trabajo calificado a un enfoque por competencias. Afirmábamos
también que el modelo de enseñanza tradicional requería empleados
calificados, con conocimientos y capacidades que adquieren en el proceso de
educación o formación inicial; mientras que el modelo de aprendizaje para el
futuro demanda un trabajo basado en competencias profesionales que se
desarrollan en la práctica y en la formación continua. La investigación de
campo nos demuestra que el 45% de los docentes reconoce como actividad
principal la asignación de las mismas tareas a todos los alumnos: lo hacen
desde el rol calificado que tienen. Tampoco existe un trabajo planificado para el
desarrollo de las competencias de los estudiantes.
Entre otras conclusiones, podemos mencionar las ventajas que tiene el modelo
por competencias. En primer lugar, permite construir un mapa o inventario de
los conocimientos, habilidades y capacidades que demanda la organización.
En segundo lugar, al tener esta información, se puede elaborar un plan de
desarrollo integral con el empleado alineado a la estrategia, objetivos y cultura
de esa organización. Todos los aportes conceptuales sobre las competencias
orientan hacia las prácticas mirando el perfil integral de la persona que va a
ejercer la función. Sin embargo, la competencia no es algo intrínseco de la
persona y es independiente del conocimiento que va adquiriendo a lo largo de
la formación profesional.
Los resultados de las encuestas nos confirman la mirada de los profesores
acerca de la necesidad de trabajar bajo este modelo, el 55% reconocía como
imprescindible en la tarea docente las habilidades comunicacionales, el 41%
decía la capacidad empática y la aptitud de escucha.
Al momento de hablar sobre las competencias de los docentes,
mencionábamos la articulación e integración de cuatro dimensiones. Los
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54
conocimientos (saber qué), las habilidades (saber hacer), las actitudes (querer
hacer) y las aptitudes (poder hacer). A lo largo del trabajo de campo fuimos
relevando datos de los conocimientos y las habilidades que tienen, más
aquellos saberes que consideran necesarios para el ejercicio del rol en la
próxima década. Como decíamos en el marco teórico, a través del modelo del
iceberg, existen variables visibles y no visibles que inciden en todas las
conductas laborales. Anteriormente nos ocupábamos de las motivaciones, de
las expectativas, de los intereses en el ejercicio de esta profesión, ahora nos
fuimos ocupando de las variables visibles que hacen al desarrollo de las
competencias.
El caso que nos ocupa en este trabajo final lo podemos diferenciar de cualquier
otro tipo de organización. Como veíamos, la función docente se rige por un
marco normativo estatal, es decir su perfil de puesto se debe encuadrar dentro
lineamientos externos a la Institución. Si bien el Colegio San Fernando se trata
de un organización privada, las autoridades que controlan los procesos y los
procedimientos son agentes de supervisión estatal. Veíamos en la teoría que el
Ministerio de Educación ha lanzado un programa a nivel federal denominado
“Secundaria 2030” que propone un cambio en el sistema de la escuela
secundaria y abarca diferentes dimensiones, entre las cuales está el cambio
que se propone en la posición docente. Podríamos decir que este programa
nacional vendría a respaldar el objetivo de esta investigación y las
recomendaciones para la acción como corolario de este trabajo.
Uno de los cambios que propone esta reforma nacional es el aprendizaje activo
centrado en el alumno, siendo este punto uno de los grandes desafíos para los
docentes que trabajan bajo el modelo tradicional de enseñanza. En la
investigación de campo podemos comprobar las resistencias que tienen al
cambio, al manifestar solo el 23% como una competencia muy necesaria el
posicionamiento en el aula como un guía o tutor, solo el 18% expresa como
imprescindible el reconocimiento de la centralidad y el protagonismo del
alumno en el proceso de aprendizaje.
Con estos datos seguimos confirmando el diagnóstico que estamos elaborando
en estas conclusiones generales, y la necesidad de apalancar el nuevo perfil de
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55
puesto en un proceso de inducción que atraviese a todos los actores docentes
de la Organización.
Antes de pasar a las recomendaciones para la acción, y siguiendo la línea
ordenadora de este apartado, nos gustaría cerrar estas conclusiones con la
teoría que tomamos en el último eje conceptual. Citamos a Bernardo Blejmar y
las distinciones que hace acerca de pensar al docente desde el sujeto, el actor
y el observador que representa. A partir de esta mirada, el autor nos propone
diseñar procesos de aprendizaje de primer orden y de segundo orden de
acuerdo con los resultados que evaluemos en cada uno de los desempeños de
los docentes. En las líneas de acción que proponemos a continuación hemos
pensado acciones que están dirigidas a los docentes como sujetos y como
actores. De esta manera cerramos las conclusiones generales, sabiendo que el
diagnóstico del cual partimos fue confirmado por el análisis del trabajo de
campo y nos espera un gran desafío en el presente pensando en el futuro.
6) Recomendaciones para la acción
Presentamos a continuación los principales lineamientos para encarar el
problema planteado. Buscamos alinear este plan de acción al diagnóstico
realizado y a los objetivos del trabajo, justificando cada una de las medidas
planteadas.
Proponemos llevar adelante todas estas estrategias en un contexto
participativo, dinámico, con una comunicación eficiente, que permita el alcance
de los objetivos propuestos por la entidad propietaria y la dirección de la
escuela.
En principio presentamos la elaboración del perfil de puesto para el cargo
docente y, a continuación, acercamos el diseño de un proceso de inducción
que consta de dos fases principales: relevamiento y diagnóstico, e
implementación de acciones.
La finalidad de esta propuesta de intervención es elevar la eficacia del trabajo
docente promoviendo la inducción hacia el perfil de puesto elaborado en este
trabajo final.
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56
Proyecto Perfil de Puesto
Objetivo del proyecto: describir los requisitos y diseñar las competencias que
relacionan el perfil de puesto del trabajo docente en el Colegio San Fernando
con el perfil de persona que lo ocupa u ocupará.
Alcance de esta iniciativa: todos los puestos docentes del Colegio San
Fernando en el nivel secundario.
Descripción del puesto
Objetivo general del puesto
Promover una formación integral de la persona a través del desarrollo de las
competencias de los estudiantes de nivel medio, establecidas en el Programa
Federal “Secundaria 2030”, conduciendo un proceso de enseñanza y
aprendizaje para el futuro centrado en el alumno.
Áreas de gestión
Para llevar adelante este objetivo general el docente tiene que abordar las
siguientes áreas de gestión:
a) Área Pedagógica Dimensión que incluye las funciones técnicas referidas a
la estrategia curricular, a la didáctica, a las actividades académicas con foco en
lograr aprendizajes significativos y alcanzar las metas propuestas en el
programa federal “Secundaria 2030”.
a.1) Planificación: refiere al diseño de las actividades escolares para el ciclo
lectivo.
Adecuar la planificación del proceso de enseñanza y de aprendizaje cumpliendo los
diseños curriculares establecidos por el marco normativo y por la Dirección del Colegio
San Fernando.
Proponer y organizar proyectos que impulsen a los estudiantes a investigar, elegir y
procesar toda la información que les resulte significativa.
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Diseñar y producir materiales educativos para socializar con los pares y con los
estudiantes.
a.2) Implementación: corresponde al área ejecución, la puesta en marcha de lo
planificado.
Guiar el trabajo áulico.
Generar un clima de trabajo en donde se promueva la curiosidad, la creatividad, el
debate reflexivo, el deseo de aprender.
Facilitar los medios para que los estudiantes puedan comprender y aprehender los
contenidos planificados.
a.3) Evaluación: esta área refiere a los procesos de revisión y medición de
resultados.
Diseñar los instrumentos y las situaciones áulicas o domiciliarias, individuales o
grupales que permitan a los estudiantes poner en juego los conocimientos adquiridos y
las competencias desarrolladas.
Identificar las zonas de los progresos o las áreas de mejora identificadas en el
desempeño de los alumnos.
Diseñar e implementar instancias de retroalimentación de los logros obtenidos y las
áreas de mejora.
b) Área Administrativa: Dimensión que incluye las tareas que se deben
realizar para asegurar la organización administrativa de la tarea escolar.
Cumplir con los requerimientos administrativos estipulados por la DIEGEP y las
autoridades del Colegio San Fernando: presentación de planificaciones, registro diario
de asistencia, llenado de libro de temas, presentación de planillas con notas de
evaluación.
Llevar registro administrativo del desempeño escolar de los estudiantes.
Utilizar la plataforma digital institucional como medio formal de comunicación de
actividades con los estudiantes y con las familias.
Comunicar fehacientemente las instancias evaluativas (evaluaciones escritas,
exámenes orales, trabajos prácticos en clase o domiciliarios, etc.) en forma escrita en
la plataforma institucional.
Realizar la carga de las calificaciones, cumpliendo con tres notas por trimestre.
Confeccionar estadísticas que permitan el seguimiento de la trayectoria escolar grupal
e individual.
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Registrar en libros de actas y en la plataforma institucional el desempeño social de los
alumnos (hitos de convivencia, sanciones disciplinarias, logros o reconocimientos, etc.).
Elaborar por escrito una reflexión sobre la propia práctica docente en el mes de julio,
durante el receso invernal, y otra al finalizar el ciclo lectivo, para compartir en un
encuentro individual con la Dirección.
c) Área Socio-comunitaria: Dimensión que incluye las acciones que se llevan
adelante para enriquecer el proceso educativo a través del vínculo social y
comunitario.
Mantener una comunicación académica fluida con las familias de la escuela a través
del servicio de mensajería institucional.
Participar en las reuniones con padres cuando convocadas por la Dirección del
Colegio.
Velar por el cumplimiento de las normas de convivencia establecidas por la Institución
asegurando un proceso eficaz de socialización.
Participar de las reuniones de equipo convocadas por la Dirección, colaborando en
forma activa con el equipo de conducción y con sus colegas.
Resolver situaciones de conflicto que se presenten en la dinámica escolar, mediando
para llegar a acuerdos cuando la situación así lo demande.
Perfil del puesto requerido
Calificaciones
Título Habilitante con registro en el Ministerio de Educación de la Prov. de Bs As.
En caso de no estar recibido, cargo provisional, deberá entregar semestralmente
constancia de alumno regular y analítico con porcentaje de materias aprobadas. En el
caso de docentes provisionales, ese porcentaje debe superar el 85% del total de la
carrera.
Certificado médico apto psico-físico renovable cada 3 años.
Competencias profesionales
a) Conocimientos: se refiere al conjunto de saberes necesarios para llevar
adelante la tarea.
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59
Saberes académicos relativos a la o las disciplinas que tendrá a cargo (se valorará,
además, el dominio de alguna especialidad vinculada con la propia actividad laboral).
Saberes relativos a los recursos tecnológicos que están a disposición de la enseñanza.
Conocimiento del enfoque de inteligencias múltiples.
Conocimiento del modelo de trabajo denominado “Aprendizaje para el Futuro”.
b) Habilidades: se refiere al conjunto de capacidades necesarias para llevar
adelante la tarea
Implementar los conocimientos que domina en el espacio educativo, utilizando las
nuevas prácticas de enseñanza.
Solucionar problemas de manera autónoma y transferir las situaciones adquiridas a
situaciones novedosas.
Innovar en prácticas educativas, generando y promoviendo ideas.
Desarrollar habilidades comunicaciones en medios orales, escritos, digitales.
c) Actitudes: son las disposiciones personales hacia la tarea. Bajo el
paradigma de “Aprendizaje para el Futuro” se ponderan las actitudes de los
docentes como una demostración de la adhesión a este nuevo perfil de puesto.
Que demuestre un propósito claro en la educación de niños y adolescentes.
Que tenga la predisposición para el ejercicio de un liderazgo motivacional y
carismático, a partir del cual pueda construir una autoridad pedagógica reconocida por
el otro en una relación asimétrica.
Que posea una disposición inclusiva con atención a la diversidad en aulas
heterogéneas.
Que demuestre voluntad de superarse en sus prácticas.
Que tenga la predisposición para recibir feedback de los estudiantes a cargo.
Que sea reflexivo sobre la propia práctica y construya una imagen realista de sí mismo.
Que sea colaborativo en el trabajo con otros y que promueva la colaboración entre sus
estudiantes.
Que sea flexible en la implementación de diversos abordajes, adaptándose a múltiples
escenarios donde ocurra la enseñanza y el aprendizaje.
Que reconozca la centralidad y el protagonismo del estudiante.
Que posea una capacidad empática y reflexiva, reconociendo el error como parte del
aprendizaje continuo.
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d) Aptitudes: refiere a la capacidad de los docentes de poner en práctica
los conocimientos, las habilidades y las actitudes demandadas bajo el
modelo de enseñanza conocido como “Aprendizaje para el futuro”.
Valores
Se definen los principios que orientan el comportamiento del personal en la
Institución.
Responsabilidad
Compromiso
Honestidad
Coherencia
Humildad
Respeto
Afecto
Proceso de Inducción
a implementar con los docentes del Colegio San Fernando.
Como sabemos, todos los empleados tienen fortalezas y áreas de desarrollo en
algunas de las competencias trazadas por la Organización. En este proceso de
inducción se trabajará sobre las áreas a desarrollar a fin de ir cerrando el gap
existente entre los desempeños y el perfil de puesto elaborado.
Dicha intervención estará a cargo de la Dirección y de la Secretaría Académica.
Se realizará dentro del equipo docente del nivel secundario a partir del mes de
septiembre de 2019.
Primera etapa: Relevamiento y Diagnóstico
En principio se llevará adelante un relevamiento puesto por puesto a fin de
diagnosticar el estado de situación real del perfil de cada empleado. Esta tarea
la realizará el equipo directivo entre los meses de septiembre y noviembre de
2019.
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61
Siguiendo el marco teórico propuesto en este trabajo final, se categorizarán las
necesidades de trabajo de acuerdo con aquellas que requieran un “Aprendizaje
de Primer Orden” y aquellas que demanden un “Aprendizaje de Segundo
Orden”.
En la categoría “Necesidades de Primer Orden” se contemplarán aquellas
necesidades que no son críticas en el desempeño laboral y no ponen en riesgo
el servicio ofrecido a los clientes. Son necesidades que están más ligadas al
“hacer”. En esta categoría podríamos traer aquellas personas que trabajan
sobre el modelo de Aprendizaje para el Futuro y que están en la etapa de
desarrollo de nuevas competencias.
En la categoría “Necesidades de Segundo Orden” se contemplarán aquellas
necesidades que son críticas en el desempeño laboral y ponen en riesgo el
servicio ofrecido a los clientes. Son necesidades que están más ligadas al
“ser”. En esta categoría estarían los empleados que siguen trabajando bajo el
modelo tradicional de enseñanza.
Buscaremos en esta primera etapa presentar un mapa de necesidades que
genere visibilidad de la problemática existente en el desempeño laboral de los
docentes del Colegio San Fernando.
En esta etapa diagnóstica se analizarán las capacidades actuales presentes en
cada perfil, se las comparará con las características requeridas por la
Organización para el presente y para el futuro. A partir de esta comparación
definiremos la criticidad de los gaps encontrados para luego poder diseñar un
plan de acción asertivo en cada caso.
Proponemos mejorar esta fase diagnóstica al cierre del próximo ciclo lectivo,
una vez implementado el nuevo perfil de puesto. Para el mes de diciembre de
2020, como parte de un diagnóstico más preciso, implementaremos un proceso
de evaluación de desempeño que nos permitirá armar un mapa de brechas
entre la posición ideal confeccionada en este TFG, y los conocimientos y
competencias actuales de cada docente. De esta manera detectaremos de
forma fehaciente los gaps de rendimiento a esa fecha y podremos optimizar o
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62
adecuar el proceso de inducción para cada caso, de manera de lograr elevar el
nivel general de desempeño de todos los profesores. A partir del ciclo lectivo
2021 los ciclos de evaluación serán semestrales para propiciar el feedback
constante y poder generar acciones de formación actualizadas con la operación
diaria.
Volviendo a las acciones a implementar este año proponemos:
Focus Grups: Organizaremos espacios con grupos reducidos donde se
irá presentando los resultados de la encuesta aplicada, las conclusiones finales
de este TFG, el perfil de puesto a implementarse a partir del ciclo lectivo 2020.
Como técnica cualitativa de investigación buscaremos la opinión libre sobre los
temas propuestos, y cuál es la visión que tienen sobre planes de desarrollo y
programas de capacitación a nivel personal y dentro de la Organización. El
objetivo de esta acción es poder acercarnos al público involucrado y conocer
de primera mano sus sensaciones ya que, por el momento, solo tenemos la
visión de la Dirección y de la entidad propietaria de la escuela. Nos acercará
también a la percepción del clima y de la cultura institucional, factores claves a
considerar al momento de diseñar un proceso de inducción. Entre otras
ventajas podemos mencionar que se registrará las respuestas emocionales de
los docentes ante una propuesta específica, se conocerán las preferencias o
rechazos al modelo de trabajo propuesto para el futuro, además de extraer
conclusiones que no están presentes al momento de recomendar estas
acciones.
Reflexión sobre la propia práctica: solicitaremos a cada docente el
registro por escrito de su autoimagen o autoconocimiento. Se apunta en esta
instancia al observador lo que mencionábamos en el marco teórico. Se espera
que en dicho registro puedan detectar sus fortalezas y las áreas que
consideran a desarrollar. Es fundamental el autoconocimiento de la persona en
todo proceso de inducción. En una reunión individual entre el docente y la
Dirección se compartirá este registro. Además de escuchar, se brindará una
devolución de la imagen que tiene el equipo directivo del desempeño laboral de
esa persona. Relevaremos en esta acción la aspiración y el compromiso de
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cada empleado para comenzar a construir un mapa estratégico de desarrollo
individual.
Segunda Etapa: Implementación de acciones
Luego de analizar lo relevado y expuesto en el diagnóstico y de conocer la
posición de la Dirección y de la entidad propietaria, adecuaremos las acciones
para alinear el desempeño laboral de los empleados con los objetivos del
negocio y la calidad del servicio que se busca ofrecer a los clientes.
Como decíamos anteriormente, el diagnóstico se completará a fines de 2020
por lo cual las acciones a desarrollar en este primera etapa se podrán
complementar y especificar en ese tiempo.
Retomando las categorías de las necesidades de acción diseñamos las
siguientes propuestas a implementarse gradualmente en los próximos 3 años:
Propuesta de Inducción orientada a “Aprendizajes de Primer Orden”
Este tipo de inducción está dirigida al promedio de los empleados y para el
desarrollo de competencias que operan sobre el “Actor”.
Se proponen las siguientes acciones:
a) Programas basados en educación:
Programas focalizados en las personas.
Programas corporativos.
Beneficios salariales para que realicen capacitaciones externas.
Actualizaciones técnicas: congresos, seminarios, simposios, etc.
b) Programas basados en relaciones:
Comunidades de prácticas
Reconocimiento al mérito
c) Programas basados en experiencias:
Desarrollo en la posición: sumar responsabilidades a su posición actual
como Tutor de cursos, Jefe de Área dando soporte y liderando un grupo de
docentes.
Asignaciones específicas: liderar proyectos como la muestra anual
abierta a la comunidad, ser facilitador en algún tema específico.
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Propuesta de Inducción orientada a “Aprendizajes de Segundo Orden”
Este tipo de inducción está dirigida a empleados en particular y para el
desarrollo de competencias que operan sobre el “Sujeto”.
Para este tipo de necesidades críticas se proponen las siguientes acciones
basadas en relaciones:
Coaching para el desarrollo de competencias (conocimientos o
habilidades), puede ser desde la Dirección o entre pares.
Mentoring
“Aprendizaje de Primer Orden” “Aprendizaje de Segundo Orden”
Actor Sujeto
Dirigida al promedio de los empleados Dirigida a pocos empleados en particular
Hacer Ser
Necesidades leves o moderadas Necesidades críticas
Considerando el primer diagnóstico se presentan las acciones del plan 2019 –
2020:
1. Propuestas de Inducción orientadas a “Aprendizajes de Primer
Orden”
a) Programas basados en educación
- Plan de capacitación anual en Aprendizaje Basado en Proyectos como
marco teórico en el nuevo modelo de enseñanza.
- Becas del 50% para que asistan a seminarios orientados a formación de
líderes y competencias comunicacionales.
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- Jornadas de formación docente: utilizar los espacios asignados por el
Ministerio de Educación de la provincia de Bs As. para trabajar en el Modelo
“Secundaria 2030”
b) Programas basados en relaciones
- Programa de reconocimiento interno “Modelo Docente 2030”: Entre los
docentes votarán anualmente para el día del profesor al docente destacado por
su liderazgo, por su calidad de trabajo en la enseñanza, por el vínculo
establecido con los alumnos, etc. como forma de valorar el trabajo y tomarlo de
ejemplo a seguir en su rol. Cada ganador deberá compartir por qué considera
que fue elegido y contar cómo hace para destacarse cada día. Esto permitirá
no solo promover las relaciones entre los miembros del equipo, sino también
compartir el conocimiento y experiencia de todos para elevar el rendimiento. El
docente reconocido será beneficiario de una beca del 100% para realizar una
capacitación a elección.
- Comunidad de buenas prácticas: Proponemos compartir buenas
prácticas a través de distintos foros en la plataforma digital que utiliza la
escuela. De esta manera intentaremos que entre los docentes puedan armar
una comunidad de práctica interna y ayuda mutua. Se propondrán diversos
tópicos en los cuales podrán participar y compartir el espacio de conocimiento.
c) Programas basados en experiencias:
- Tutorías de alumnos: Proponemos el cargo de Tutor como horas frente
al grupo, durante las que se trabajarán temáticas relacionadas con la dinámica
escolar, el desarrollo de competencias y de valores, el sentido de pertenencia
con la Institución, etc. Será un cargo de planta funcional, con un módulo de 2
horas semanales que se agregan al trabajo que hace el docente en su cátedra
o materia.
- Jefes de Departamentos: Con la creación de este nueva figura dentro del
equipo docente buscamos la asignación de un liderazgo hacia pares, que
facilite la organización de las disciplinas que pertenecen a áreas en común, y el
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66
docente asignado en este rol lo perciba como un plan de carrera hacia puestos
directivos.
- Líder del proyecto anual “Colegio Abierto 2020”: Hasta la fecha esta
muestra comunitaria anual es liderada por la Dirección, por lo cual en orden de
seguir empoderando a las personas para que asuman nuevos desafíos y sigan
desarrollando competencias, proponemos que el próximo año este proyecto
sea liderado por un docente. En principio será una invitación a presentaciones
espontáneas a partir de las que, luego, la Dirección seleccionará de acuerdo
con el perfil del docente la persona que llevará adelante este proyecto anual.
2. Propuestas de Inducción orientadas a “Aprendizajes de Segundo
Orden”
Programa de Mentoring: Buscamos con este programa alinear el
desarrollo personal y profesional; incorporamos la mirada proyectiva a través
de la cual buscamos que redefina su vocación docente para la próxima década.
El mentor desafiará al docente a ver más allá de su situación actual laboral en
este colegio, mirando más atentamente las demandas y los desafíos que tiene
el rol de educador en el siglo XXI. El mentor será el director del nivel
secundario. Se trabajará más en las actitudes y en las aptitudes del sujeto,
removiendo los obstáculos que impiden a la persona desarrollarse
profesionalmente.
Programa de Coaching: Bajo esta propuesta pondremos foco en los
conocimientos y en las habilidades, buscando la mejora en el desempeño
desde las competencias técnicas y específicas. Se trabajará con un grupo
reducido de docentes a través de una consultoría externa.
Además de las propuestas de intervención presentadas, proponemos trabajar
en conjunto con el área de Administración del colegio para poder analizar los
paquetes compensatorios y armar beneficios salariales atractivos para
incentivar el deseo de formación continua, de desarrollo profesional y de
crecimiento interno. Hoy en día, los docentes del Colegio San Fernando
perciben los mismos salarios que aquellos que trabajan en escuelas de gestión
estatal con menos exigencias y requerimientos en sus tareas.
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67
Para finalizar estas propuestas de acción, proponemos el diseño de un proceso
de inducción para implementar con todo el personal docente que ingresa a la
Institución a fin de anticipar, comunicar e inducir en la posición desde el ingreso
a la Organización.
Proceso de Inducción
a implementar en el ingreso de un docente nuevo
en el Colegio San Fernando
Objetivo
Facilitar la integración del nuevo empleado a la Institución y a su puesto de
trabajo a fin de que conozca y comparta la cultura de la Organización, que se
alinee a los objetivos de la empresa y que aprehenda lo que se espera de su
desempeño a través del Perfil de Puesto. Como resultado de este proceso se
tomará la decisión de efectivizar o no la relación de dependencia que en los
primeros tres meses es transitoria.
Alcance
Todo el personal docente que ingresa al Colegio San Fernando.
Período
Se extiende desde la fecha de ingreso hasta los tres meses del alta
administrativa.
Responsable
El equipo directivo o de conducción, conformado por la Dirección y la
Secretaría Académica será el responsable de llevar adelante este
procedimiento.
Procedimiento
El proceso de inducción consiste en dos etapas:
Primera etapa:
La primera etapa consistirá en una reunión post ingreso, una vez efectuada el
alta administrativa. Se le entregará un “Manual de Inducción” que contiene
información de la Organización y el Perfil de Puesto. Este manual deberá ser
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68
actualizado cuando surjan modificaciones en la empresa, y evaluado
anualmente en cuanto a su eficacia.
Con respecto a la información organizacional se deberá suministrar: misión,
visión, valores, breve reseña de la historia, estructura organizativa y objetivos
de la empresa. En un anexo se pondrá todo aspecto que fuera relevante
conocer para un adecuado ingreso a la Institución y promover el sentido de
pertenencia. Algunos ejemplos: documentación administrativa que conformará
su legajo, normas internas o reglamento del personal, sistema de
remuneraciones e incentivos, evaluación de desempeño, medios de
comunicación interna, eventos internos que hacen a la cultura escolar,
protocolo de seguridad e higiene, etc.
Con respecto al Perfil de Puesto, entregado junto al Manual de Inducción, se
conversará cada uno de los detalles poniendo énfasis en la descripción de las
tareas y las competencias profesionales que se esperan para el puesto. Se
ofrece al empleado el acompañamiento personal cuando lo estime necesario
para despejar dudas o profundizar en algunos de los puntos que así lo
considere.
En la primera reunión se brindará toda información necesaria acerca de la
identidad de la institución, se construirá un vínculo entre el personal que
ingresa y el equipo de conducción.
El primer día se acompaña al empleado en su puesto de trabajo, se lo presenta
en los grupos a cargo y al resto del equipo. Se conversa sobre la dinámica
institucional en general y en particular.
Segunda etapa:
En los primeros tres meses se realizará un seguimiento del desempeño laboral
del empleado a través de observaciones de clases, entrevistas con alumnos,
reuniones con el docente. Se relevará toda información acerca de los
resultados de este proceso y realizar las acciones que se consideren
necesarias para efectivizar el cargo.
Se recuerda que el marco normativo establece la transitoriedad laboral durante
los tres primeros meses desde la fecha de alta a la Institución. La mutua
satisfacción será un indicador útil y sencillo de una inducción eficaz.
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En esta segunda etapa se podrán detectar necesidades de capacitación,
información relevante del desempeño, cumplimiento de los requerimientos
solicitados, etc. Se dejará registro de este seguimiento en el legajo del docente.
Este programa de acompañamiento finalizará a los tres meses con la decisión
definitiva de ingreso o no del nuevo empleado a la empresa. Una semana antes
de cumplirse el tiempo establecido se realizará una entrevista de devolución
entre el equipo directivo y el empleado. Se informará a la entidad propietaria la
decisión final para el ingreso o baja del personal, en este último caso se
solicitará la liquidación final de sus remuneraciones.
7) Conclusiones generales del trabajo
Haciendo una reflexión personal sobre el trabajo realizado, me gustaría volver
a la entrevista de admisión que me encontró en febrero de 2017 con el Director
de la Maestría en RRHH de la Universidad de San Andrés, Andrés Kievsky y el
interrogante que nos permitía conversar acerca de los motivos que me llevaban
a cursar mi segundo estudio de posgrado, luego de haber cursado la Maestría
en Educación con orientación en Gestión Directiva. En ese momento buscaba
completar, fortalecer y profundizar en una de las áreas de la gestión directiva
escolar: la gestión de los recursos humanos de una escuela. Sin dudas, el
camino que estaba tomando en ese momento era el correcto y podemos decir
que se corona con este trabajo final de graduación, que más allá de cumplir
con la instancia formal para la acreditación del título, me permitió diseñar un
proceso de cambio en la Organización donde trabajo actualmente.
Percibo la satisfacción de haber alcanzado nuevos saberes, nuevos
conocimientos como frutos del aprendizaje en este camino de formación que
me posiciona en el ámbito de la educación desde un lugar privilegiado para
gestionar los recursos humanos de una institución educativa. Sabemos que, en
nuestro país, la mayoría de las escuelas de gestión privada carecen de un
departamento de RRHH; tampoco la tienen las escuelas de gestión estatal. Es
el docente que ocupa la dirección de la escuela quien realiza las tareas que
están ligadas al área soft de los RRHH, mientras que las tareas ligadas al área
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hard son terciarizadas en estudios contables o las ejecutan administrativos
internos.
El futuro de nuestro país se juega en la educación que brindamos a nuestros
niños y jóvenes. Por eso creo que el arte de gestionar los RRHH de una
escuela es un espacio que debe ser conocido, comprendido, explorado,
diseñado, ejecutado y evaluado por especialistas en el tema. Esta tarea no
debe estar librada al azar o conducida por personas que no han sido formadas
para tal fin. La calidad de la educación que brindan nuestras instituciones
educativas depende de la calidad de su gente. Por ello, la gestión de las
personas debe ser una prioridad.
Este trabajo final me deja el desafío de seguir creciendo como sujeto,
formándome como actor y reflexionando como observador de mis prácticas en
el puesto de trabajo que lleve adelante. Tengo la gran oportunidad de sembrar
una mejora en el área de los RRHH del Colegio San Fernando y la posibilidad
de seguir haciendo carrera dentro de la institución. En forma paralela, tomé la
decisión de abrir caminos dentro del Emprendedurismo y acercarme a otras
instituciones educativas con el propósito de compartir estos aprendizajes.
No me quiero olvidar de la reforma que vivirán nuestras escuelas secundarias
en la próxima década, para la cual siento que me voy formando y alineando.
Hace varios años que vengo insistiendo en la necesidad de achicar la brecha
de tres siglos en el sistema educativo de nuestro país, con estructuras
escolares que fueron pensadas para el siglo XIX, con docentes formados para
el siglo XX, recibiendo y educando a niños y adolescentes del siglo XXI.
Este contexto demanda competencias laborales de los docentes que no
pueden limitarse a los conocimientos recibidos en los institutos de formación. El
enfoque por competencias pone el foco en el sujeto y en el actor: cada persona
debe combinar el ser y el hacer en un conjunto de conocimientos, saberes,
actitudes y aptitudes. Se espera que el docente pueda ser un observador crítico
y reflexivo de sus prácticas, estar disponible para seguir aprendiendo a
enseñar. La competencia que tenga será producto de las capacidades
desarrolladas y de los numerosos aprendizajes que alcance a lo largo de su
vida laboral. Con respecto a estos aprendizajes, veíamos la distinción de llevar
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adelante procesos de 1° o 2° orden, según los resultados en el desempeño
alcanzado por esa persona. Este trabajo final acerca el perfil de puesto de un
docente de escuela secundaria en el presente para el futuro. Estoy convencido
de que me espera un gran desafío: la gestión de las competencias de este
perfil de puesto se convierte en una prioridad en mi trabajo como líder del
equipo docente. Las recomendaciones para la acción fueron pensadas para
poner en práctica estas mejoras a partir de agosto de este año. Por último, me
propongo llevar adelante todas estas estrategias en un contexto participativo,
dinámico, con una comunicación eficiente, que permita el alcance de los
objetivos propuestos por la entidad propietaria y la dirección de la escuela. No
hay tiempo que esperar, el futuro es hoy.
8) Bibliografía
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2002. Documento extraído de Cinterfor/OIT
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9) Anexos
9.1) Anexo I
Título: Modelo de encuesta aplicada en el relevamiento de campo
1. ¿En cuál de los siguientes rangos de edad se ubica?
de 20 a 30 años
de 31 a 40 años
de 41 a 50 años
más de 50 años
2. ¿Cuál es su nivel máximo de estudios alcanzado?
Bachillerato
Carrera Terciaria
Carrera de Grado Universitaria
Posgrado Universitario
3. ¿Cuál es su antigüedad como Profesor en este Colegio?
menos de 5 años
entre 5 y 10 años
más de 10 años
4. ¿Cómo considera que es la calidad de formación académica que brindan los Institutos de Formación
Docente para educar a jóvenes del siglo XXI?
Excelente
Muy Buena
Buena
Regular
Mala
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5. ¿Ha asistido a cursos de actualización para el desempeño de sus funciones como Profesor de Secundaria,
en los últimos 3 ciclo lectivos?
SI
NO
En caso afirmativo, ¿sobre qué área o temática?
6. En el caso que su colegio le ofrezca realizar una capacitación sobre los nuevos conocimientos requeridos
en el siglo XXI, cuál de todos estos elegiría:
Indique con un X sólo 2 opciones
Contenidos + Pedagogía + Tecnología (uso de recursos tecnológicos)
Aprendizajes Basados en Proyectos
Planificación con enfoque en aulas heterogéneas
Nuevas formas de evaluar los aprendizajes
Otra, ¿cuál?
7. En el caso que su colegio le ofrezca realizar una formación sobre competencias profesionales demandas en el siglo XXI,
cuál de todas estas elegiría:
Indique con un X sólo 2 opciones
Creatividad
Capacidad Empática
Liderazgo
Trabajo Colaborativo
Habilidades comunicacionales (oral, escrita, digital)
Otra, ¿cuál?
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8. Considera que los estudiantes de los grupos que acompaña en este colegio principalmente:
Indique con una X solo 1 opción
No sienten motivación alguna por aprender
En general, están muy poco motivados
Están algo motivados, pero les falta perseverancia en el oficio de
ser estudiantes
Están motivados, pero les falta herramientas para ser buenos
estudiantes
En su mayoría están motivados y son constantes en el oficio de
ser estudiantes
9. ¿Cuál de las siguientes estrategias de motivación utiliza con más frecuencia?
Indique con una X solo 1 opción
Organizo concursos y competencias de conocimientos en el grupo
Procuro que identifiquen la utilidad que tienen los conocimientos
que se abordan en la clase para su vida cotidiana y futura
Destaco el trabajo de aquellos estudiantes con alto rendimiento
como ejemplo ante aquellos que tuvieron un rendimiento inferior
Con base en el interés mostrado por los jóvenes, selecciono el
tema a tratar o ellos lo proponen
Utilizo otra técnica de motivación, ¿cuál?
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10. ¿Qué tipo de tareas asigna habitualmente a sus estudiantes durante la hora de clase?
Indique con una X solo 3 opciones
Lectura de textos
Copia de textos o consignas de ejercicios que dicto en clases (Ej. Dictado de
contenidos)
Búsqueda y recopilación de información (Ej. Investigaciones)
Elaboración y escritura de contenidos teóricos (ej. Ensayos)
Elaboración y exposición de producciones en forma oral (ej. Debates)
Reproducción de contenidos en forma oral o escrita (ej. Evaluación de contenidos que
pueden repetir de autores -definiciones, conceptos-)
Trabajos en equipos en forma colaborativa (Ej. Wikis)
Identificación de situaciones de la vida diaria con los conocimientos teóricos vistos
en clases (Ej. Teoría + Práctica, análisis de casos)
Resolución de situaciones problemáticas (Ej. Proyectos a partir de desafíos)
Otras, ¿cuáles?
11. ¿Con qué frecuencia pide a sus alumnos que utilicen los siguientes recursos durante sus clases, no refiere a
tareas en sus hogares?
Recursos Todas las clases Algunas clases Nunca
Bibliografía obligatoria en formato papel
Bibliografía sugerida en formato papel
Bibliografía obligatoria en formato digital
Bibliografía sugerida en formato digital
Apuntes tomados en clases
Web (buscadores, YouTube, páginas específicas)
Teléfonos celulares
12. ¿Utiliza los medios tecnológicos para comunicarse con sus alumnos o compartir información académica?
Recursos Frecuentemente Pocas veces Nunca
Plataforma Institucional
Correos electrónicos personales
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13. De acuerdo con su experiencia, frente a la diversidad de los integrantes de un grupo, ¿cuál es la actividad
principal que lleva a cabo para que todos aprovechen su enseñanza?
Indique con una X solo 1 opción
Asigno a todos los estudiantes las mismas actividades, hago una sola planificación.
Entrego tareas extras a los más avanzados y me concentro en los estudiantes que necesitan más tiempo para aprender.
Preparo actividades con distintos niveles de dificultad para atender todos los perfiles del grupo.
Otra, ¿cuál?
14. ¿Cómo evalúa el aprendizaje de sus alumnos? Indique con una X: 1. Siempre / 2. Casi siempre / 3. Nunca
1 2 3
Utilizo sistemas de evaluación y calificación que fueron construidos con los estudiantes y acordados previamente.
Aplico un solo modelo de evaluación en el grupo. (No se refiere a la cantidad de
temas -tema 1 y tema 2-, sino a la complejidad de las consignas o al formato).
Aplico modelos de evaluación que pueden variar en el formato de acuerdo con el perfil del grupo.
Tengo en cuenta el proceso de aprendizaje durante la trayectoria anual para
determinar la calificación final.
Utilizo solo sistema de calificación numérica.
Realizo un feed back grupal luego de cada evaluación.
Realizo un feed back personal luego de cada evaluación.
Promuevo la autoevaluación.
Doy instancias de recuperatorio como instancias de aprendizaje.
Tengo en cuenta la conducta y las actitudes en clase al momento de calificar.
Utilizo rúbricas para calificar objetivamente.
Otra, ¿cuál?
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15. ¿Para qué usa los resultados de las evaluaciones? Indique con una X: 1. Siempre / 2. Casi siempre / 3.
Nunca
1 2 3
Asignar calificaciones.
Diagnosticar los problemas de aprendizaje del curso.
Informar a los padres el desempeño de sus hijos.
Revisar mis prácticas como docente.
Ajustar las planificaciones.
Tomar decisiones al momento de preparas las clases.
Elaborar estadísticas que las utilizo para evaluar mi desempeño.
Otra, ¿cuál?
16. En promedio, ¿cuántas veces al mes realiza su clase fuera del espacio áulico, como ser en la
biblioteca, el laboratorio, el SUM, el patio, salidas educativas, etc.?
Ninguna
1 vez por mes
2 veces por mes
3 veces o más
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17. ¿Cómo evalúa las siguientes competencias para un perfil de docente?
Competencias Nada
Necesaria
Poco
Necesaria
Necesaria Muy
Necesaria
Imprescindible
Capacidad Empática
Aptitud de Escucha
Habilidades comunicacionales (oral, escrita, digital)
Reflexión sobre la propia práctica
Liderazgo
Mirada inclusiva
Flexibilidad y capacidad de implementar diversos
abordajes adaptándose a múltiples escenarios
Reconocimiento de la centralidad y el protagonismo del estudiante en el proceso de aprendizaje
Posicionamiento como adulto referente donde sea reconocido como autoridad en una relación
asimétrica.
Creatividad
Comprensión y apertura a las nuevas culturas
juveniles.
Cooperación, trabajo en equipo-colaborativo.
Valorar y Ofrecer el error como parte del proceso de
aprendizaje.
Posicionamiento en el aula como guía, facilitando
contenidos más que exponiendo temas.
Apertura para ser evaluado por sus estudiantes
Compartir prácticas (buenas y malas) entre colegas
Otra, ¿cuál?
18. ¿Cómo evalúa la posesión de los siguientes conocimientos para un perfil docente?
Conocimientos Nada Necesario
Poco Necesario
Necesario Muy Necesario
Imprescindible
Herramientas Tecnológicas
TICs
Enfoque y atención a la diversidad
Dinámicas de Grupos
Inteligencias Múltiples
Coaching ontológico
Negociación y Mediación
ABP (Aprendizajes Basados en Proyectos)
Desgin Thinking
Otro, ¿cuál?
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19. Señale a su criterio, de la siguiente lista, los 3 valores o características que deben prevalecer en un perfil
docente. Indique con una X las 3 opciones:
Alegría
Responsabilidad
Compromiso
Honestidad
Espiritualidad y emocionalidad
Coherencia entre lo que dice y hace
Humildad
Respeto
Afecto
Transparencia
¡Muchas gracias por su colaboración!
Mariano Consalvo
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9.2) Anexo II
Título: Resultados de la encuesta aplicada a profesores del Colegio San Fernando
Pregunta 1:
Pregunta 2:
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Pregunta 3:
Pregunta 4:
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Pregunta 5:
Pregunta 6:
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Pregunta 7:
Pregunta 8:
UDESA Maestría en Gestión y Dirección de RRHH Lic. Mariano O. Consalvo
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Pregunta 9:
Pregunta 10:
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87
Pregunta 11:
Pregunta 12:
UDESA Maestría en Gestión y Dirección de RRHH Lic. Mariano O. Consalvo
88
Pregunta 13:
Pregunta 14:
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Pregunta 15:
Pregunta 16:
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Pregunta 17:
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Pregunta 18:
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Pregunta 19: