Derecho de Petición Garavilla

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INTRODUCCIÓN El presente trabajo tiene como finalidad, explicar la garantía constitucional plasmada en el artículo octavo de nuestra Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el cual nos versa sobre la libertad de petición. Como antecedente a esta facultad de todo ciudadano, tenemos que remontarnos a la época cuando no había instituciones jurídicas y las personas resolvían sus controversias con base en hacerse justicia por su propia mano. Se recurría a lo que se llamó vindicta privada (venganza privada); forma arcaica, irracional y primitiva que consistía en dirimir los conflictos por la fuerza. Después, al ir evolucionando el hombre… como lo diría Hobbes, -la sociedad pasó de estar en un mundo de todos contra todos a encaminarse a un pacto en el cual cederían sus libertades a otro ente para que los protegiera-, teoría que más adelante Rousseau nos expondría más atinadamente. Es de esta forma que las personas se adjudicaron a un determinado régimen y con él a un propio Derecho que a la vez dio lugar a la creación de órganos encargados de administrar justicia mediante una técnica más racional y pacífica. La existencia de este derecho se dio a luz como la negación a la vindicta privada, denominación que en su época provocaba el caos y el desorden de la vida social. Dicho lo anterior, entonces ya se estaba en un contexto en el que había una autoridad que imponía un sistema para convenir los choques de voluntades mediante instituciones, las cuales le entregaron al individuo la potestad de ocurrir a la autoridad para que ésta, llevando el rol de su poder soberano social, constriñera al que incumplía con las normas a realizar, en conveniencia al agredido, las prestaciones omitidas o violadas o subsanar el daño producido y pagar por una pena, respectivamente. En tal virtud, la persona recibió la facultad de recurrir a cualquier autoridad, formulando una solicitud o instancia

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Derecho de Petición basado en el texto de Cien Fuegos

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INTRODUCCIÓN

El presente trabajo tiene como finalidad, explicar la garantía constitucional plasmada en el artículo octavo de nuestra Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el cual nos versa sobre la libertad de petición.

Como antecedente a esta facultad de todo ciudadano, tenemos que remontarnos a la época cuando no había instituciones jurídicas y las personas resolvían sus controversias con base en hacerse justicia por su propia mano. Se recurría a lo que se llamó vindicta privada (venganza privada); forma arcaica, irracional y primitiva que consistía en dirimir los conflictos por la fuerza.

Después, al ir evolucionando el hombre… como lo diría Hobbes, -la sociedad pasó de estar en un mundo de todos contra todos a encaminarse a un pacto en el cual cederían sus libertades a otro ente para que los protegiera-, teoría que más adelante Rousseau nos expondría más atinadamente. Es de esta forma que las personas se adjudicaron a un determinado régimen y con él a un propio Derecho que a la vez dio lugar a la creación de órganos encargados de administrar justicia mediante una técnica más racional y pacífica. La existencia de este derecho se dio a luz como la negación a la vindicta privada, denominación que en su época provocaba el caos y el desorden de la vida social.

Dicho lo anterior, entonces ya se estaba en un contexto en el que había una autoridad que imponía un sistema para convenir los choques de voluntades mediante instituciones, las cuales le entregaron al individuo la potestad de ocurrir a la autoridad para que ésta, llevando el rol de su poder soberano social, constriñera al que incumplía con las normas a realizar, en conveniencia al agredido, las prestaciones omitidas o violadas o subsanar el daño producido y pagar por una pena, respectivamente.

En tal virtud, la persona recibió la facultad de recurrir a cualquier autoridad, formulando una solicitud o instancia escrita de cualquier índole, la cual adoptaría, específicamente, el carácter de simple petición administrativa, acción, recurso, etc.

Ahora bien, atendiendo a lo dicho anteriormente, este escrito se dedicará a atender los siguientes puntos basándose en lo que expresamente nos dice nuestra Carta Magna, la doctrina y la jurisprudencia, respectivamente: los requisitos de la petición; las autoridades a quién se promueve la petición; la negativa a recibir la petición; el acuerdo por escrito; la autoridad que debe dictar el acuerdo; las peticiones formuladas ante autoridades incompetente; el criterio del Poder Judicial Federal; el error en la petición; la negativa ficta; el acuerdo congruente; el término breve; y las limitaciones.

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8.1 Derecho de petición

Según González Pérez se trata de un derecho fundamental de la persona humana con carácter constitucional. Es el derecho de toda persona a ser escuchado por quienes ejercen el poder publico.

Paralelo al derecho de petición plasmado en el artículo 8º constitucional, se ha consagrado el derecho de toda persona a recibir una respuesta por parte de los órganos estatales. Algunos autores opinan que el derecho a recibir una respuesta, es una consecuencia natural del derecho de petición, sin embargo en algunos ordenamientos, la idea de un derecho de petición no incluye la obligación de la autoridad de responder.

Ignacio Burgoa nos dice que es la facultad de ocurrir a cualquier autoridad, formulando una solicitud o instancia escrita de cualquier índole, la cual adopta, específicamente el carácter de simple petición administrativa, acción, recurso, etcétera.

Esta garantía no consiste en que las peticiones se tramiten y resuelvan sin las formalidades y requisitos que establecen las leyes relativas; pero si impone a las autoridades la obligación de dictara toda petición hecha por escrito, esté bien o mal formulada, un acuerdo también por escrito, que deba hacer saber en breve termino al peticionario.

“La potestad jurídica a la que estamos aludiendo, tiene como titular al gobernado en general, es decir, toda persona física o moral que tenga este carácter”.1

8.1.1 Requisitos de la petición

I. FORMULADA POR ESCRITO

Esto da a los participes un principio de certeza y seguridad jurídica, al mismo tiempo que se precisan los términos, alcances y extremos de la petición.

1. En idioma español 2. En forma clara3. En duplicado para acuse de recibo4. Con la cita de los hechos5. Entrega de documentos6. Dirigida a un órgano o servidor publico a) sujetos de derecho privado b) autoridades en competencia para resolver la petición 7. Firmada por el peticionario8. Señalando domicilio para notificaciones9. Aportar datos personales

1 Burgoa, Ignacio, Las garantías individuales, México, Porrúa, 2008, pp. 373

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10. No expresar amenazas u ofensas11. En cualquier momento12. Solicitud de reserva

II. LA PETICIÓN DEBERÁ SER FORMULADA DE MANERA PACIFICA Y RESPETUOSA

Por esto debe entenderse que la manera de expresar la petición no debe alterar el estatus de tranquilidad presente antes de realizar la misma. De manera que no se debe hacer uso de violencia o amenazas para intimidar a la autoridad o funcionario público.

III. EXCEPCIONES AL REQUISITO DE ESCRITURA

Algunas peticiones no exigen la formalidad de escritura, esto con la finalidad de ampliar la actuación publica en beneficio de los gobernados. Existen 3 supuestos en donde se encuentran estas excepciones:

1. Por mandato legal

El legislador ha encontrado circunstancias especiales por razones de celeridad administrativa o por economía procesal. En nuestro país algunas de las instituciones que están obligadas por norma legal a aceptar peticiones orales responden a la protección del consumidor o a la defensa de derechos humanos.

2. En situaciones de emergencia

Como su nombre lo indica, son hechos con cabe en la facticidad que conlleva un determinado acontecimiento. Este principio responde a la prestación de diversos servicios: bomberos, policía, rescate, etcétera.

3. Por existencia de formularios

La exigencia de presentar la petición, queda en una forma elaborada ex profeso por el órgano o servidor publico. El peticionario redacta en sus propios términos la petición, quedando únicamente a la labor de relleno de los datos formulados en el formulario.

IV. EL INTERÉS JURÍDICO EN LA PETICIÓN

El interés jurídico es aquel que esta determinado por el reconocimiento legal de un derecho.

Gramaticalmente se ha señalado que los conceptos de interés legítimo e interés jurídico tienen el mismo contenido. Martin Alonso sostiene que legitimo es “a lo que esta conforme a las leyes” mientras que jurídico es “con apego a lo dispuesto por la ley”.

A lo que respecta al derecho de petición, el interés jurídico no debe ser comprobado por el peticionario puesto que el Articulo 8º constitucional solo

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condiciona a que tal derecho sea ejercido por escrito y de manera pacifica y respetuosa.

Dicho lo anterior, el texto constitucional no garantiza que al ejercer este derecho se imponga a la autoridad la satisfacción plena de la petición, pues solo establece las condiciones de la misma. En 1953 la Segunda Sala estableció que el mandato constitucional no queda sometido a la fundamentación de la petición, ya que el interés jurídico tiene su origen en tal disposición.

La exigencia del interés jurídico en la petición no es un requisito para su admisión, al contrario, el condicionamiento de tal existencia vulnera su ejercicio.

V. BUENA FE Y DERECHO DE PETICIÓN

“Impone al peticionario el desarrollo de una conducta normal. Normal en cuanto no debe incurrir en alguna irregularidad que implique una actitud que atente contra el trafico jurídico: sea en forma de fraude a la ley o sea como abuso del derecho”.2 Se trata de no abusar ni violentar el derecho, para así no estafarlo.

1. La buena fe de las instituciones

Este principio, como lo indica González Pérez, “no solo tiene aplicación en el derecho administrativo, sino que es en éste ámbito donde adquiere mayor relevancia”.3

En nuestro país en la Ley Federal de Procedimiento Administrativo, se indica que la participación de carácter administrativo en el procedimiento se llevara acabo con base en los principios de economía, eficacia, celeridad, legalidad, publicidad y buena fe.

Los órganos del poder público en su potestad de responder al peticionario en breve término, se presumen en su actuación como que obran de buena fe.

2. La conducta de buena fe

El diccionario de Estriche indica o connota que: “hay mala fe cuando se falta a la sinceridad y reina la malicia”.

La función de éste principio es eliminar la desconfianza entre el peticionario y el órgano o servidor publico al que se dirige.

VI. LA CIUDADANÍA Y EL DERECHO DE PETICIÓN

2 CIENFUEGOS SALGADO, David, El derecho de petición en México, México, Instituto de Investigaciones Jurídicas, 2004, p. 150. 3 Ibídem, p. 151.

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Este derecho en nuestro país, a diferencia de otros, es reconocido a todos los habitantes de la Republica y no sólo a los ciudadanos, debido a la universalización del artículo 1º.

El articulo 8º constitucional en su primer párrafo establece: “los funcionarios y empleados públicos, respetaran el ejercicio del derecho petición… pero en materia política sólo podrán hacer uso de ese derecho los ciudadanos de la Republica”.

Tal limitación constitucional no debe entenderse como una comprobación de la calidad de ciudadano del peticionario, mucho menos como una prohibición al ejercicio de tal derecho. Sino debe entenderse como el uso desafortunado del término, ya que con el articulo 1º, y su universalización, queda establecido que el ejercicio del derecho de petición no corresponde únicamente a los ciudadanos mexicanos, salvo en materia cívica, sino a todos los habitantes de la republica.

Andrade Sánchez señala que si la petición fuera realizada por un extranjero o un menor de edad, los cuales no tienen la calidad de ciudadanos, la autoridad no estará obligada a responder.

Sin embargo ésta idea es algo errónea porque el órgano publica deberá responder siempre al peticionario, dado que el derecho de respuesta esta garantizado por la constitución.

VII. LA PETICIÓN HECHA POR CORREO ELECTRÓNICO

Hoy en día con los avances tecnológicos que estamos viviendo, nuestro sistema jurídico se ha ido adaptando a la necesidad de atender peticiones vía electrónica ya dar respuesta por el mismo medio.

El derecho de petición al plantearse el uso de nuevas tecnologías también acontece ciertos riesgos. El más importante y rescatable, radica en la certeza de que las personas que hacen la petición, es decir, el peticionario, sean quien dice ser. En cuanto al órgano publico no hay tanto problema, porque como se explicó en la buena fe, sus actos se presumen sinceros y sin malicia.

8.1.2 Autoridades

La petición debe hacer ante la instancia que se considera competente para resolverla. Pero se ha mostrado que el peticionario muchas veces desconoce que autoridad es competente y dirige la petición a quien cree competente o a distintas autoridades al mismo tiempo.

8.1.2.1 Negativa a recibir la petición

El Segundo Tribunal Colegiado en materia administrativa del Primer Circuito, establece que la negativa a recibir la petición es violatoria de derechos:

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PETICIÓN, DERECHO DE. NEGATIVA A RECIBIR ESCRITOS PARTICULARES. ES VIOLATORIA. Independientemente de la competencia que a cada autoridad sea atribuible, conforme a la ley, estas están obligadas, en principio, a recibir toda petición que por escrito les dirijan los particulares en términos pacíficos y respetuosos; por tanto, cuando dichas autoridades, pretextando incompetencia, dejan de recibir promociones, violan la garantía establecida en el articulo 8o. de la constitución general de la republica.4

8.1.2.2 Acuerdo por escrito

El acuerdo debe estar en idioma español, salvo algunas excepciones (lenguas indígenas reconocidas con el carácter de nacionales). El sentido del acuerdo no implica que la contestación que haga la autoridad sea favorable. Porque si alguna petición hecha por escrito le falta algún requisito legal, el escrito que haga la autoridad, será negando la petición o aplazando el acuerdo para que se puedan cumplir los requisitos exigidos por la ley.

La respuesta por parte de la autoridad deberá ser por escrito y, además, de hacérselo llegar al interesado al domicilio señalado, recabando su firma de notificado, para ello que la legalidad del acto encuentre completamente su eficacia.

8.1.2.2.1 Autoridad que debe dictar el acuerdo

La autoridad encargada de dictar el acuerdo es aquella que recibió la petición, sin importar que sea competente o no. El precepto constitucional sólo establece que la petición cumpla términos específicos, por lo que no importará el cargo o jerarquía de la autoridad al momento de cumplir la obligación de responder al peticionario.

Si la petición es contestada por una autoridad diferente a la que se envió, el derecho no se verá violentado cuando la primera autoridad notifique al quejoso que fue reenviada a una autoridad distinta. “Las autoridades violan el articulo 8º constitucional, cuando turnan la petición a otra oficina y omiten comunicar el tramite al interesado”5

8.1.2.2.2 Peticiones formuladas ante autoridades incompetentes

En los supuestos en que la autoridad sea incompetente para resolver el asunto de la petición, no se le exime de acordar y hacer del conocimiento del peticionario el acuerdo al que se ha llegado.

4 Amparo en revisión 648/78. Mireille Santoscoy Fava. 24 de agosto de 1978. unanimidad de votos. ponente: Carlos de Silva Nava. Semanario Judicial de la Federación, Séptima Época, volúmenes 115-120, sexta parte, p. 122.5 Segunda Sala, SJF6, t. tercera parte, II, p. 87.

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El acuerdo por escrito es obligación ineludible, y en casos de incompetencia, el contenido de éste será la misma incompetencia. La Segunda Sala fijo los criterios para notificar la incapacidad legal de resolver la petición:

PETICIÓN, DERECHO DE. INCOMPETENCIA DE LA AUTORIDAD. La falta de competencia de una autoridad para resolver la solicitud de un particular, no la exime de la obligación de contestar la instancia, aun cuando sea para darle a conocer su incapacidad legal para proveer en la materia de la petición.6

8.1.2.2.3 Error en la petición

8.1.2.2.4 Negativa ficta

Esta figura, sólo es una de las posibles consecuencias del silencio de la autoridad. Desdoblando el silencio administrativo en sus dos exponentes, positivo y negativo, encontramos que la protección constitucional consagrada en el Art. 8º es distinta de la que puede derivar de la figura de la negativa ficta.

La negativa ficta es una ficción jurídica creada por el legislador. Cuando una petición o instancia instaurada por el particular no es resuelto en un plazo de cuatro meses, se entiende resuelto negativamente, dejando al particular la aptitud legal para combatir por medios legales dicha resolución.

En agosto de 2002 el Primer Tribunal Colegiado en materia administrativa del Primer Circuito reitero la diferencia entre la negativa ficta y el derecho de petición:

NEGATIVA FICTA. NO DEBE SOBRESEERSE EN EL JUICIO DE NULIDAD CON BASE EN QUE EL SILENCIO DE LA AUTORIDAD FISCAL PROVIENE DEL DERECHO DE PETICIÓN CONSAGRADO EN EL ARTICULO 8º. CONSTITUCIONAL. El Derecho de petición consignado en el artículo 8º. constitucional consiste en que toda petición formulada por escrito en forma pacifica y respetuosa deberá recaer una contestación también por escrito, congruente con lo solicitado, la cual deberá hacerse saber al peticionario en breve termino; en cambio, la negativa ficta regulada en el articulo 37 del Código Fiscal de la Federación no tiene como finalidad obligar a las autoridades a resolver en forma expresa sino que ante la falta de contestación de las autoridades fiscales, por mas de tres meses, a una petición que se les formule y que tenga por objeto obtener un derecho en materia fiscal, se considerara por ficción de la ley, como una resolución negativa.7

6 Segunda Sala, SJF6, t. tercera parte, CV, p. 55.7 Primer Tribunal Colegiado en materia administrativa del Primer Circuito, SJF7, t. 90, sexta parte, p. 55.

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8.1.2.2.5 Acuerdo congruente

Se entiende por congruencia la conveniencia, ilación o conexión entre ideas. “La respuesta debe ser congruente con la petición, pues seria absurdo estimar que se satisface la obligación constitucional con una respuesta incongruente” 8

El Primer Tribunal Colegiado en materia administrativa del Primer Circuito considera que no existe incongruencia cuando se le diga al solicitante que faltan elementos materiales o formales en la petición para poder solucionar lo pedido. Sin embargo una respuesta que no tiene congruencia con la solicitud formulada podría considerarse que no es respuesta.

8.1.2.2.6 Criterios del poder judicial

La principal finalidad del derecho petición es evitar que los gobernados hagan justicia por su propia mano, esto ha consideración del Sexto Tribunal Colegiado en materia civil del Primer Circuito:

PETICIÓN, DERECHO DE, EN MATERIA JUDICIAL. El derecho de petición en materia judicial debe entenderse como la facultad del gobernado para acudir al órgano jurisdiccional con el fin de evitar la vindicta privada, y la autoridad que conoce del asunto, cumple con su correlativa obligación de resolver sobre la controversia planteada, independientemente del sentido en que el asunto se dirima, puesto que el articulo 8º

constitucional exige simplemente que exista una resolución. 9

8.1.2.2.7 Termino breve

La idea de breve término no ha sido delimitada cronológicamente. Sin embargo la Corte ha considerado que si desde que se presentó la petición han pasado 4 meses y no existe una respuesta o acuerdo se estará violando la garantía consagrada en el artículo 8.

Sin embargo ese plazo, de 4 meses, no debe considerarse invariable o que es aplicable en todos los casos. Ya que la Segunda Sala también considera que el breve término es aquel donde se puede conocer racionalmente una petición y dar un acuerdo.

8.1.2.2.7.1 Criterios del Poder Judicial

El primer Tribunal en materia administrativa del Primer Circuito, estableció lo siguiente sobre el breve término:

PETICIÓN. BREVE TERMINO. Es cierto que la tesis de jurisprudencia visible con el número 188 en la página 226 de la Tercera Parte del Apéndice al Semanario Judicial de la Federación publicado en 1965 (tesis 470, página 767, misma parte, del Apéndice 1917-

8 CIENFUEGOS SALGADO, David, El derecho de petición en México, México, Instituto de Investigaciones Jurídicas, 2004, p. 1809 Sexto Tribunal Colegiado en materia civil del Primer Circuito, SJF8, t. X-julio, p. 394.

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1975), dice que es indudable que se ha violado el derecho de petición consagrado por el artículo 8o. constitucional cuando han pasado más de cuatro meses de la presentación de un ocurso sin que le haya recaído acuerdo alguno. Pero resulta absurdo pretender interpretar esto a contrario sensu, en el sentido que no se viola el derecho de petición antes de cuatro meses. La interpretación a contrario sensu sólo cabe, en efecto, cuando no hay más que dos afirmaciones contrarias posibles, de manera que la adopción de una bajo ciertas condiciones, obliga a la elección de la otra, bajo las condiciones opuestas. Pero cuando hay varias posibles afirmaciones, la elección de una, bajo ciertas condiciones, de ninguna manera implica necesariamente la elección de ninguna otra, bajo condiciones diferentes. O sea que la interpretación a contrario sensu es la más delicada de aplicar, y de ninguna manera debe pretender abusarse de ella. De que se estime indudablemente extemporáneo un amparo promovido después de cuatro meses de conocer el acto reclamado, no podría concluirse, a contrario sensu, que es procedente todo amparo promovido antes de cuatro meses. Por lo demás, tanto la diversa tesis visible con el número 193 de la página 237 del mismo Apéndice antes señalado (tesis 471, página 769, del Apéndice 1917-1975) como el texto del artículo 8o. constitucional, hablan expresa y claramente de "breve término". Y es manifiesto que no es posible dar una definición de lo que debe entenderse por breve término, de manera que comprenda todas las posibles peticiones elevadas a la autoridad, pues la naturaleza de lo solicitado, y los estudios o trámites que la contestación requiera, hacen variable el período de lo que sería un término razonablemente breve para dar respuesta, y el Juez de amparo debe ser casuista en este aspecto, atendiendo a las peculiaridades del caso y a lo que razonablemente se puede llamar un término breve para dar respuesta a la petición de que se trate. Aunque en principio, conforme a la tesis de jurisprudencia citada en el párrafo anterior, cuatro meses sería un término excesivo, en cualquier circunstancia.10

8.1.2.2.8 Comunicación

8.1.2.2.9 Limitaciones

10 Primer Tribunal Colegiado en materia administrativa del Primer Circuito, SJF7, t. 79, sexta parte, p. 61.

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Conclusiones

1. El derecho de petición es reconocido en la mayoría de los ordenamientos constitucionales actuales, y ha sufrido un desarrollo que poco a poco le ha ido quitando significado en los Estados de derecho moderno, esto se debe al reconocimiento legislativo de prerrogativas y derechos que en otros tiempos quedaban resguardados en el ejercicio del de petición.

2. Refiriéndonos al artículo primero de la CPEUM debe indicarse que este advierte dos derechos: el de petición y el de respuesta. Ambos se encuentran concebidos en términos universales, es decir, se reconocen a todas las personas que residen en un espacio territorial. Tal universalidad no es irrestrictiva, encuentra como límite, la restricción de que, en materia política, únicamente podrán hacer uso de él, los ciudadanos de la República. Ello obliga a hablar de derecho de petición en dos sentidos: como derecho humano y derecho político.

3. Es la facultad que tienen los ciudadanos de nuestro país de dirigir ante los órganos o servidores públicos una petición, una queja o una solicitud.

4. La formulación pacífica a la que hace mención el artículo octavo debe entenderse en el contexto del artículo noveno de la CPEUM , es decir, no debe alterar el orden público y no debe proferirse injurias o amenazas a la autoridad pretendiendo intimidarla y orientar el sentido de la resolución.

5. Los supuestos del escrito del derecho de petición son los siguientes: idioma español, redacción clara y precisa, en duplicado para acuse de recibo, con citado de hechos y entrega de documentos necesarios para la procedencia de la petición dirigida a un órgano o servidor público competentes, firmado por el peticionario, señalando el domicilio para oír notificaciones, se evitará cualquier expresión que entrañe amenazas u ofensas y podrá presentarse en cualquier momento.

6. Se dan tres supuestos al requisito de petición por escrito: cuando la ley permita la comparecencia personal o verbal; cuando se trata de solicitud de servicios públicos en casos de emergencia, y, porque exista formulario. No es pecuniaria.

7. El derecho de respuesta no es nada más que la obligación que tienen los órganos y servidores públicos de dictar un acuerdo escrito a cada petición que se eleve frente a ellos y notificar tal acuerdo al peticionario, todo esto en breve término.

8. El breve término se ha interpretado como el lapso racional y necesario para dictar el acuerdo y hacer del conocimiento al peticionario del mismo.

9. La respuesta de los servidores públicos sólo se exige congruente, más no favorable a los intereses del peticionario.

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10. Los derechos de petición son protegidos por el juicio de amparo ante el Poder Judicial de la Federación. Cualquier vulneración merece la protección de la justicia federal, cuya intervención tendrá por objeto exigir el cumplimiento de los términos contenidos en el artículo octavo constitucional.

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Bibliografía

CIENFUEGOS SALGADO, David, El derecho de petición en México, México, Instituto de Investigaciones Jurídicas, 2004