Diálogo educativo Nro 8

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Revista de publicación mensual del Proyecto Integral de Educación de la Conferencia Episcopal de Bolivia No. 5 Año 2014 EL MAESTRO MODERNO REQUIERE NUEVAS DESTREZAS NUEVAS HERRAMIENTAS PARA MEJORAR LA EDUCACIÓN

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Las mejor herramienta para los docentes bolivianos. Temas actualizados sobre educación. Un producto de la Casa Editorial Bienaventuranzas y la Conferencia Episcopal Boliviana.

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Revista de publicación mensual del Proyecto Integral de Educación de la Conferencia Episcopal de BoliviaNo. 5 Año 2014

EL MAESTRO MODERNO REQUIERE NUEVAS DESTREZAS

NUEVAS HERRAMIENTAS PARA MEJORAR LA EDUCACIÓN

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Diálogo Educativo

La revista Diálogo Educativo es una publicación mensual del Proyecto Educativo Integral de la Iglesia Católica, dependiente del Área de Educación de la Conferencia Episcopal de Bolivia.

Mons. Tito Solari CapellariDIRECTOR

Hna. Micaela Princiotto MBDIRECTORA EJECUTIVA

Eduardo BowlesEDITOR GENERAL

Juan Manuel IjurkoREDACCIÓN

Erika Pereyra Jemio Diego Torrez Kunstek BÚSQUEDA ICONOGRÁFICA

Erika Pereyra JemioDISEÑO Y DIAGRAMACIÓN

Ramiro SarmientoRESPONSABLE DIAGRAMACIÓN

Wilson TercerosRESPONSABLE DIGITAL

Consejo editorialMons. Tito SolariHna. Micaela PrinciottoDr. Tito Antonio LópezDr. Limbert AyardeLic. Carlos CorderoLic. Moira CastedoDr. Ernesto Muñoz

Ciencia, tecnología y sociedad

Del amor al castigo

¿En que quedó la edu-cación liberadora?

El aliado perfecto de la clase

La aventura de leer

Los errores también enseñan

Lápiz, papel y aprendizaje

Internet en el aula ¿amigo o enemigo?

Cómo combatir el abandono escolar

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índice

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Herramientas para todosLa docencia es entrega, es vocación, pero no basta con eso. Los avances tecnológicos de hoy, los nuevos en-foques integrales y los estudios que hacen los especialistas, nos colocan a los maestros en el desafío de de-

sarrollar y dominar las herramientas modernas que exige la educación del nuevo siglo y sobre todo, los estudiantes de hoy, que están inmersos en ese mun-do de los dispositivos y la conectividad.Los maestros siguen siendo el elemento insustitui-ble de la educación, son indispensables y vitales para nuestros niños. Sin embargo, corren el riesgo de caer e la desactualización y en la generación de una bre-cha que podría llegar a ser infranqueable y amenaza con restarle credibilidad a los docentes.En este número de DIALOGO EDUCATIVO quere-mos hablar no solo de las herramientas que nos ha puesto en las manos la llamada revolución digital, sino también de la revalorización de otros instru-mentos como el pizarrón tradicional al que es nece-sario sacarle el potencial que todavía tiene en el aula moderna.El Papa Francisco tuvo hace muy poco tiempo un encuentro con niños de toda Italia a quienes instó a usar internet de forma provechosa para no perder el tiempo inútilmente. En esta edición le damos algu-nos consejos al profesor para que sea capaz de esti-mular el uso edificante de la computadora, las redes sociales y los sistemas de búsqueda de datos.Y en este tiempo en el que algunos profesores no ha-llan cómo estimular a los chicos a estudiar y apren-der, seguimos hablando de la conducta, de la disci-plina y de los métodos que puede aplicar el maestro en el aula para encaminar a sus estudiantes hacia un comportamiento colaborativo, solidario y apegado a los valores.Todas son herramientas indispensables, capaces de ayudarnos a obtener los resultados que siempre he-mos deseado, que no cambian el sentido de la educa-ción, pero que cooperan en la búsqueda de los obje-tivos que nos exigen los tiempos actuales.

Mons. Tito Solari C.Arzobispo de Cochabamba

Presidente Área de Educación CEB

editorial

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La evolución permanente que se vive en la sociedad ha replanteado los estudios sobre ciencia dentro de los espacios escolares. Con las innovaciones tecnológicas, la ciencia cumple una función dis-tinta dentro del proceso de apren-dizaje. El docente relee la relación de enseñanza y aprendizaje a partir de nuevas necesidades que reclaman los contextos. La educa-ción se enfoca en la vida; el apren-dizaje de la ciencia se vincula con la vida misma, se hace útil para el cotidiano vivir.

El catedrático español, Ángel Vás-quez Alonso, considera que las escuelas deben incluir como una trasversal educativa los temas CTS (Ciencia, tecnología y socie-dad). Los profesores deben capa-citarse en estas áreas para que se inserten en la formación de ma-nera natural.

Para Vásquez, la ciencia repre-senta una parte importante de la formación del estudiante. El con-texto moderno vincula el aprendi-zaje científico con la tecnología y la evolución social. Un punto im-portante en este construir colec-tivo lo desempeña el medio am-biente. La unión de estos ámbitos del aprendizaje debe proporcio-nar, de acuerdo al planteamiento propuesto por el científico espa-ñol, instrumentos útiles para la vida diaria. En definitiva, hacer de la ciencia algo más amigable para el estudiante.

El docente está llamado a inno-var la educación tradicional para acercarse a la meta propuesta. La alfabetización científica se traza como un camino para familiarizar la labor de aula con los temas CTS.

Autores como Dana Zeidler acen-túan la incapacidad de penetrar en la educación real con las propues-tas planteadas por el movimien-to CTS. Desde su concepción, el sistema educativo, tal y como se desarrolla en la actualidad, gene-ra barreras que impiden la imple-mentación de una enseñanza inte-gradora entre ciencia y sociedad.

Ciencia, Tecnología y

SociedadLa escuela debe ser la mejor puerta de

entrada para el desarrollo del potencial científico de los niños. Una escuela

sin ciencia está condenada a la muerte

“El verdadero proceso científico no ha logrado ingresar al aula. ”

actualidad

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Ángel Vásquez, junto a su equi-po en la Universidad de Baleares, consideran la existencia de algu-nas barreras que entorpecen la in-serción en el aula de un proceso científico más agradable. Romper esa barrera requiere superar la tensión entre enseñar un conoci-miento y educar para la vida, pro-moviendo un cambio conductual en los estudiantes.

El reto para este cambio se sitúa en el terreno de los docentes, quienes deberán asumir una renovación de su labor educativa.

Enseñanza reflexivaLa enseñanza es una actividad in-tencional desarrollada por profe-sionales docentes, cuya finalidad consiste en que los estudiantes aprendan. La enseñanza de la ciencia en el aula contribuye al desarrollo cognitivo general de los estudiantes.

Vásquez señala en su investiga-ción la disociación entre ciencia y educación. El verdadero proceso científico no ha logrado ingresar al aula. Por lo general, la enseñan-za de la ciencia se maneja dentro de unos parámetros superficia-les basado en la réplica del co-nocimiento. La percepción de la enseñanza de CTS se considera compleja puesto que supone una innovación y, también, requiere

funciones más altas del pensa-miento (reflexión, discusión, aná-lisis, síntesis, pensamiento crítico, argumentación, toma de decisio-nes, evaluación, etc.).

Para plantear una forma innova-dora de enseñar ciencia es nece-sario considerar a los estudiantes como agentes activos. El docente planifica la materia asumiendo factores internos como los cono-cimientos previos o las motiva-ciones y disposiciones afectivas y emocionales que determinan su actividad y aprendizaje. También se identifican elementos externos como la atención, los hábitos y estrategias de estudio y relacio-nes sociales. El primer paso para una buena enseñanza se centra en la planificación y tratamiento de contenidos de acuerdo a las exi-gencias del grupo de estudiantes.

El aprendizaje requiere procesos críticos de reflexión. El logro en la enseñanza de CTS consiste en traspasar la memoria de trabajo y activar la memoria a largo plazo.

Según las explicaciones propor-cionadas por Vásquez, la memoria de trabajo se caracteriza por su su-perficialidad y automatismo, siem-pre esta activada para interpretar. Por el contario, la memoria a lar-go plazo provoca un proceso más lento del pensamiento, un proceso que permite la abstracción y la in-

terconexión de conocimiento para resolver los problemas.

La reflexión es parte del pensa-miento crítico que fortalece el proceso de análisis y juicio. El estudiante, mediante el proceso de reflexión, conoce y controla el aprendizaje. Ante el problema, es capaz de analizar diversas estrate-gias que le permitan resolverlo.

La enseñanza reflexiva prioriza el papel del estudiante como prota-gonista del proceso de aprendiza-je. El estudiante se siente invitado a crear oportunidades de pensa-miento sobre su propio trabajo para compararlo con las solucio-nes planteadas por sus compañe-ros. Fortalece la labor intelectual del estudiante frente a las dinámi-cas de repetición que caracterizan al aprendizaje tradicional.

Docente Competente“Un profesor es un educador cuya profesionalidad viene determina-da por la adquisición de determi-nadas competencias apropiadas para ejercer la enseñanza”, consi-dera Ángel Vásquez. Rescatar las competencias genéricas que debe caracterizar a un docente resulta innecesario. Sin embargo, puede servir como referencia destacar las competencias singulares que se predican para un profesor CTS.

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La labor docente promueve, en todo momento, la autonomía cog-nitiva del estudiante, cede el lugar de privilegio en el aula al estudian-te. Esta situación obliga al docente a fortificar una comunicación ágil y comprensiva. El ambiente de diálogo fluido permite el desarro-llo de proyectos colaborativos que despliegan la participación y crea-tividad de los estudiantes.

Otro factor importante que debe impulsar el docente consiste en el fomento del uso de TIC como herramientas de información y

aprendizaje. El uso de la tecno-logía se armoniza con los temas CTS para incentivar el aprendizaje científico. Desde la investigación que permiten las TIC, se proyecta el descubrimiento de soluciones.

Una competencia fundamental para el desarrollo de CTS plantea la apertura del aprendizaje más allá del espacio escolar. La po-sibilidad de salir al mundo para realizar investigaciones científicas servirá enormemente para conso-lidar un aprendizaje reflexivo. El contacto con el contexto contri-

buye la formación moral y cívica de los estudiantes. La interacción del aprendizaje con el contexto social en que se desenvuelven los estudiantes avala la educación para la vida que tanto acostumbra a pregonarse en la actualidad.

Finalmente, y como buen cien-tífico, el profesor está llamado a evaluar el proceso de enseñanza de manera sistemática. Esta eva-luación potenciará las mejoras necesarias para garantizar un mejor resultado.

10 Consejos para el desempeño del docente

Evaluación Integral

La innovación educativa requie-re la renovación de las formas de evaluar al estudiante. Enseñar de manera diferente implica eviden-ciar los aprendizajes obtenidos mediante nuevas dinámicas.

La evaluación permitirá al docen-te conocer el grado de aceptación que ha tenido con el proceso de enseñanza. A través de este indi-cador, planteará medidas correc-tivas para mejorar y perfeccionar el proceso mismo. Vásquez, en su indagación sobre las metodolo-gías de enseñanza para los temas CTS, considera tres niveles para

evaluar: los resultados, los proce-sos y los contextos.

En todos los casos, destaca la re-troalimentación como fortaleza evaluadora. El conocimiento ob-tenido por esta retroalimentación permitirá reorganizar los proce-sos de enseñanza de acuerdo a las necesidades internas y externas de los estudiantes.

El estudio planteado por la Universidad de Baleares sugiere 10 consejos para ayudar la labor del profesor:

1. Aportar un ambiente de apoyo emocional en el aula que fomente la reevaluación de conclusiones.

2. Facilitar tiempo suficiente a los estudiantes para responder preguntas.

3. Revisar la situación de aprendizaje (lo que se co-noce, lo que no se conoce y lo que se ha aprendido).

4. Proveer un ambiente abierto o menos estructu-rado para incitar a los estudiantes a explorar lo que consideren importante.

5. Construir entornos de aprendizaje social (trabajos y actividades en grupos pequeños) para que los estu-

diantes afronten otros puntos de vista.

6. Proporcionar oportunidades para involucrar a los estudiantes en la recopilación de información para buscar causas y soluciones.

7. Proporcionar ideas y hojas de actividades para ayudar a los estudiantes a evaluar las pruebas que se reúnen.

8. Proporcionar oportunidades de elegir e imple-mentar la mejor alternativa.

9. Animar a vigilar y reevaluar los resultados y con-clusiones a lo largo de todo el aprendizaje.

10. Promover la investigación, la curiosidad, la ex-ploración.

actualidad

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“Quiéreme cuando menos lo merezca, porque será cuando más lo necesite”.

Un nuevo enfoque para regular la conducta y la disciplina dentro del aula

Del amor al castigo

coyuntura

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La labor de educar al niño es di-fícil. El maestro afronta la ense-ñanza con una actitud de amor y entrega única. Cada estudiante se convierte en un “nuevo hijo” por el cual entregarse plenamente.

El maestro, al igual que un pa-dre, se encuentra con situaciones que lo superan. Son situaciones que provocan un sentimiento de impotencia. Quebrada la pacien-cia con la cual actúa en el aula, el castigo se presenta como un me-canismo disciplinario para resta-blecer el orden perdido.

El docente, en su papel de au-toridad dentro del curso, funge como garante de la disciplina. Es el responsable de mantener un ambiente de respeto que favorez-ca las relaciones de aprendizaje. Como referente de autoridad, el profesor asume el compromiso de hacer cumplir la norma. Y, con esa misma atribución, es el responsa-ble de implementar las sanciones correspondientes por quebrantar las “leyes del aula”.

Muchos maestros consideran “na-tural castigar al niño cuando no atiende a las normas”. Como res-ponsables directos de la conviven-cia en el aula, dejar impune una infracción debilita su figura de

guía, autoridad y tutor. La falta de una sanción efectiva y coherente con la falta cometida difunde un mensaje de permisividad al grupo.

El docente proyecta en la sanción un aprendizaje. El castigo plantea como enseñanza la corrección. Desde este punto de vista, la san-ción se convierte en un refuerzo necesario dentro de la educación para la responsabilidad. El diálogo propuesto busca crear conciencia en el estudiante y cuestionarlo en torno a su comportamiento; bus-ca un estudiante que dé respuesta por los actos que realiza.

Bajo esta perspectiva, el castigo pretende educar al niño y hacerlo responsable de sus actos.

Una investigación realizada en la Universidad de Antoquia, Colom-bia, sobre las sanciones que los docentes aplican en aula, resalta la subjetividad como el principal de-tonante del castigo. Ciertamente, plantean los investigadores, dentro del espacio de clase se producen innumerables acontecimientos que pueden provocar una llamada de atención o una sanción mayor. Más allá de estas faltas, la impotencia del docente para controlar el clima de relacionamiento en el aula define tanto el momento como la intensi-

dad del castigo. Rara vez, describe el estudio, se percibe una relación directa entre la falta y la sanción.

Las leyes actuales protegen al es-tudiante frente a los castigos esco-lares, especialmente, los castigos físicos. En décadas pasadas, el profesor apelaba al cachete para restablecer la disciplina en el aula. En la actualidad, las amenazas sociales y legales contra el docen-te son tan latentes que el mismo profesor prefiere limitarse y no castigar a los estudiantes. El do-cente dispone otras alternativas de sanción que le permiten man-tener la disciplina. La mirada y el tono de voz permiten al docente hacerle ver a un estudiante que su actitud o comportamiento no re-sulta adecuado.

Dejar impune la falta cometida por un estudiante desplaza la autoridad docente, relega su papel como guía del proceso de aprendizaje. La res-ponsabilidad docente dentro del aula requiere premiar y sancionar a los estudiantes según corresponda.

La confianza existente entre el docente y los estudiantes favo-rece el diálogo como el mecanis-mo de sanción idóneo. Mediante el diálogo, el maestro genera las pautas correctivas.

“Bajo esta perspectiva, el castigo pretende educar al niño y hacerlo

responsable de sus actos.”

Envíanos tus opiniones para que puedan ser publicadas en nuestra siguiente edición, al correo electrónico:

[email protected]

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Solución

• “Soluciona la causa y evitarás muchos proble-mas”. Este planteamiento pedagógico promue-ve una actitud diferente ante la indisciplina. La sanción duele, pero no enseña. Corregir comportamientos transgresores involucra dar solución a problemas reales.

El diálogo, como se expuso anteriormente, permite la búsqueda consensuada de solu-ciones. A través de la conversación, maestro y estudiante analizan las consecuencias que provoca el acto de indisciplina. Este diálogo permite al estudiante evaluar las implicacio-nes que tiene en los otros su desorden y, por tanto, le permite comprender la sanción im-puesta. Sólo así, comprendiendo las causas y los efectos provocados por los actos propios, se evitará replicar los mismos.

Tiempo

• La decepción que puede sufrir un profesor ante una trasgresión provoca una reacción in-mediata. La celeridad en la sanción ayuda a mantener el orden.

Esa misma celeridad, provoca excesos en el castigo y, por consiguiente, quebranta la re-lación de confianza en el profesor. Se genera una imagen del docente castigador, rígido, in-cluso, dictatorial. La reacción inmediata, so-bre todo cuando se perdió la paciencia, saca lo peor de uno mismo. La descompostura provoca gritos que desmerecen la figura del docente como autoridad equilibrada.

Antes de castigar, es bueno dar un tiempo, breve al menos, para evaluar el hecho alejado de aspectos emocionales. Permitirá buscar una sanción coherente con la falta, lo que provoca un aprendizaje inmediato para el estudiante.

La calma es la mejor compañía para el docente. Finalmente, es bueno recordar el famoso di-

cho “quiéreme cuando menos lo merezca, porque será cuando más lo necesite”. El amor del docente debe sobreponerse a las situacio-nes más adversas y demostrar afecto ante un estudiante que, por lo general, de distancia de un entorno que considera agresivo. ••

El castigo supone una forma inmediata de sancionar al niño. Esta rapidez no conlleva un aprendizaje en el estudiante. Con más frecuencia de la deseada, el niño no logra identificar el motivo de la sanción y, por tanto, no puede revertir la situación previa.

Antes de castigar

Intencionalidad

• La habilidad de los niños, sobre todo en eda-des precoces, no es la misma que la de los adultos. La capacidad motriz presenta ciertas limitaciones semejantes a torpezas.

El ímpetu de los niños por “ser mayores” los lleva a actuar como adultos y, dentro de ese margen de torpezas, hacer cosas de manera inadecuada. Por eso, antes de sancionarlo, se plantea una reflexión previa. ¿El incumpli-miento se debe a un acto voluntario de que-brantar las pautas o al desconocimiento de la pauta misma?

En el primer caso, la voluntariedad exige una medida que restituya la disciplina. Ante el se-gundo caso, se recomienda explicar la impor-tancia del cumplimiento de las pautas como parte del bien colectivo.

Expectativa

• Las normativas educativas disponen el cum-plimiento de ciertos contenidos académicos durante un determinado periodo de tiempo. Estas disposiciones obligan al docente a pla-nificar sus clases y cumplir, de esta manera, los objetivos trazados.

El docente imparte las clases y estima un ren-dimiento parejo de los estudiantes. De esta manera constata el avance de contenidos. El sistema de validación se sustenta en la com-paración entre lo esperado y lo logrado.

Muchas veces, las expectativas no son alcan-zadas por todos los estudiantes del mismo modo o al mismo tiempo. Cumplir los obje-tivos con este grupo de estudiantes requiere más paciencia y entrega.

Hacer las cosas de manera incorrecta no siempre es sinónimo de desidia o indiscipli-na. Con más frecuencia de la normal, antes de un castigo, se requiere una dinámica diferente para obtener el objetivo deseado.

coyuntura

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Gracias

A un año del lanzamiento de la primera revista

“DIÁLOGO EDUCATIVO”

www.bienaventuranza.org

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¿En que quedó la educación

liberadora?Hacía los 50 años de la propuesta del famoso revolucionario de la educación Paulo Freire

La década de los 60 marcó un hito en la historia de la educación en América Latina. Las figuras de Pau-lo Freire, en Brasil, y de Orlando Fals Borda, en Colombia, plantea-ron una mirada diferente al proce-so educativo. Casi 50 años después, Sandra Milena Franco, de la Uni-versidad de Caldas, revisa los alcan-ces logrados por ambos autores.

El impulso que marcó la revolu-ción de las propuestas pedagógi-cas tanto de Freire como de Fals Borda se centra en las complejas y difíciles condiciones sociales que vivían, y viven, los países en vías de desarrollo. Frente a esta reali-dad de injusticia social y desigual-dad, buscan un método factible de revertir este marco social.

El colombiano Orlando Fals Bor-da promovió el método de In-vestigación Acción Participativa. Gracias a este método, los inves-tigadores modificaron su perspec-tiva de análisis sociológico y com-prendieron que el conocimiento popular también alberga un saber válido para la vida.

Por su parte, los aportes de Paulo Freire, desde Brasil, son más reco-nocidos y difundidos. La propues-ta de la educación como forma de liberación individual y social ha marcado gran parte de las políti-cas educativas de finales del siglo XX y principios del XXI.

El interés que movilizó a ambos investigadores pretende quebran-tar el orden social, económico y político que sostiene el tejido so-cial, un tejido que potencia el es-tatus de privilegio de una minoría sobre una gran parte de la pobla-ción que vive oprimida y en si-tuación de pobreza. La formación docente que ambos autores com-parte nutre el deseo por hacer de la educación la clave estratégica para el cambio social que plantea, la clave de la consolidación de una sociedad humanizada.

La educación liberadora persigue la formación de un ser humano crítico con el contexto social y político que lo rodea. Plantea una formación que permita romper las relaciones establecidas y promover nuevas relaciones de igualdad y

justicia social para facilitar la crea-ción de oportunidades de desarro-llo colectivo. El modelo educativo propuesto se caracteriza por:

Importancia del conocimiento de la historia. El estudiante está ubicado en un contexto que de-manda la capacidad de actuar con responsabilidad colectiva en la construcción de sociedad.

Línea pedagógica liberadora. La educación contribuye a la toma de conciencia para combatir las situa-ciones de injusticia social y desigual-dad que envuelven a la comunidad.

Interacción entre lo micro y ma-cro social como elementos consti-tutivos de un todo.

Percibe al estudiante como sujeto activo del proceso educativo. Con-sideran que el proceso formador es perfectible siempre que man-tenga en su horizonte el proyecto de humanización del estudiante. Esta búsqueda incesante de nuevas oportunidades será el aliento para consolidar un nuevo tejido social, económico y político sustentado en la vivencia de valores.

sociedad

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La práctica se percibe como un proceso transformador. El saber que emana de la vida cotidiana, del quehacer diario ofrece un sen-tido de la vida tan válido como el conocimiento obtenido a través de la ciencia.

Fortifica el pensamiento crítico como sistema de lectura de la rea-lidad y los contextos diversos.

En resumen, tanto Fals Borda como Freire defienden la educa-ción como garante de mejores op-ciones y alternativas de vida.

Cercanos a los 50 años de pro-clamación de esta “revolución” de los paradigmas educativos, Sandra Milena Franco evalúa los alcances logrados. En el estudio que plantea y recoge estas per-cepciones elogia los aportes inte-resantes en materia de educación de aula que se han constatado. El salto hacia la educación dialógica ha sido manifiesto.

Sin embargo, de acuerdo a las conclusiones que plantea la in-vestigadora, existen algunas limi-taciones que limitan los alcances propuestos. El modelo educativo actual, con una fuerte inciden-cia de factores económicos, de-fiende la formación profesional como la estrategia para ascender en la escala social, más que como una oportunidad para aportar a la construcción de la sociedad. El modelo de educación vigente

se centra en la creación de opor-tunidades que permitan sustentar la ecuación social de privilegiados y oprimidos. Se estudia, en resu-men, para estar arriba.

Franco considera inexistente el compromiso de la educación con la búsqueda de la igualdad y equidad económica y social. No desmerece los logros individua-les obtenidos, pero sí reclama las in-suficiencias de los sistemas educati-vos por maximizar estos esfuerzos.

La educación alienante asume con

pasividad y silencio la situación de deshumanización, permite que las escuelas trabajen en pro de un sujeto domesticado, sin espíritu crítico, acomodado. La educación para la liberación no llega por azar. La transformación del mo-delo de educación que se plasma en las escuelas, el que potencia la formación como mecanismo de ascenso social, debe considerarse como punto de partida para cons-truir los sueños que nos alientan y nos movilizan. Hacia el horizonte de la educación humana.

“La práctica se percibe como un proceso transformador. El saber

que emana de la vida cotidiana, del quehacer diario ofrece un sentido de la vida tan válido como el conocimiento

obtenido a través de la ciencia.”

Saber y conocimiento de la manoLos aportes de Orlando Fals Borda en materia de educación son más discretos que los ofrecidos por Freire. El autor colombiano destaca en el campo de la investigación sociológica. Dentro de esta área, Fals Borda genera puentes de interacción entre la ciencia y el mundo vivencial a través del modelo de Investi-gación Acción Participativa (IAP)

El objetivo final propuesto persigue la vinculación del saber del pueblo con el saber intelectual, en la comprensión de los problemas concretos del país y la región. La gente común tiene un saber generado en la experiencia de la vida cotidiana. La fusión entre

saber y conocimiento reconoce a los sujetos de in-vestigación como personas con capacidad para pen-sar, sentir y actuar.

Retoma el concepto de horizontalidad propuesto por Freire y lo aplica al campo de la investigación. En este sentido, investigadores e investigados participan en un mismo nivel de relación, como sujetos y no ya como objetos.

La investigación Acción Participación (IAP) práctica de investigación que conjuga teoría y praxis, como mecanismo para comprender y transformar la reali-dad y producir conocimiento sobre ella. ••

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El aliado perfecto de la clase

Un aula carente de pizarra es sinónimo de desnudez. Cada mañana, amanece

predispuesta a colaborar a los docentes para facilitar el proceso de aprendizaje. Algunos

trucos para sacarle mayor provecho

observatorio

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La pizarra se identifica como la herramienta básica del proceso de enseñanza-aprendizaje. Para mu-chos profesores, se convierte en el único recurso gráfico pedagógico disponible. La versatilidad que permite en su uso se combina con la facilidad de adquirirla. Por ello, instalar una en cada aula resulta una respuesta barata al alcance de

muchos centros educativos.

Las innovaciones tecnológicas permiten revolucionar las diná-micas de aprendizaje. Las com-putadoras, las proyectoras y el internet abren un paraíso de so-luciones educativas al alcance de muy pocos centros educativos. La pizarra, la eterna compañera, insustituible, facilita el desarrollo

de la materia. Tan leal y silenciosa que, con frecuencia, es el recurso menor preparado al que recurre el docente. Con frecuencia, la pi-zarra se convierte en el plan de emergencia que ayude a solucio-nar un problema surgido en clase. El docente, improvisa su uso para solventar las dudas incómodas de los estudiantes.

Uso pedagógico de la pizarraOrden de la información

• El docente estructura la pizarra de acuerdo a una lógica pedagógica. La planificación previa de la clase contempla el uso de la pizarra y los aportes que en ella realizará el profesor. Se re-comienda colocar, en la parte superior, la fecha y el tema que se desarrollará. Estas indicaciones permiten reconducir la clase siempre en un mis-mo objetivo.

La distribución de la información requiere un orden lógico que guíe la lectura. La ubicación espontánea de los elementos se convertirá en un foco de distracción para los estudiantes.

Una práctica habitual divide la pizarra en dos columnas. Tras completar la primera columna, el profesor pasa a la segunda dejando tiempo para que los estudiantes lean y comprendan la primera. Esta división también permite un bo-rrado de la pizarra paulatino. Las flechas, dibu-jos y gráficos se organizarán teniendo en cuenta la claridad expositiva que deben aportar.

Claridad

• La lectura de la pizarra determina el uso pe-dagógico de la misma. Todo lo que se transmi-ta mediante este recurso debe ser fácilmente legible. Las recomendaciones básicas sugieren letra clara, en tamaño suficientemente grande para ser distinguida desde el fondo de la sala, y con un trazo firme e intenso.

Una tendencia habitual consiste en incluir todo en la pizarra. Esto provoca una disminu-ción progresiva del tamaño de la letra según se acaba el espacio. El docente selecciona los contenidos que dispondrá para no recargar la pizarra.

La utilización de colores resalta la importan-cia de los elementos expuestos. Otras formas visuales de llamar la atención del estudiante permiten el subrayado de las palabras, el re-marcado más grueso o la graficación de fle-chas o resaltadores visuales.

Limpieza

• La pizarra es el aliado pedagógico del profesor. Cuando el docente no plantea su uso, debe certi-ficar que ésta esté limpia, que no ofrezca distrac-ciones. El borrado de la pizarra dejará la misma completamente limpia.

Con demasiada frecuencia, el docente limpia una parte de la pizarra para completar el conte-nido expuesto. Alguna ley fatídica, hace que el espacio borrado no sea suficiente para exponer lo pendiente y nuevamente haya que borrar la pizarra. Por ello, es preferible limpiar comple-tamente la superficie y así, continuar la lección con calma. El docente puede aprovechar este espacio de tiempo para plantear alguna pregun-ta que ayude a asimilar mejor el tema.

Posición

El docente se coloca a un costado de la pizarra mientras explica el contenido. Ubicado de esta manera, no entorpece la visión por parte de los estudiantes. Otra alternativa aconsejable sugiere que pueda caminar por el curso mientras revisa la actividad de los estudiantes y certifica la claridad de la escritura en la pizarra.

Para escribir, el docente debe, necesariamente, dar la espalda al curso. Se aconseja que, para di-rigirse al curso, el profesor esté frente a ellos. Ha-blar a la pared perjudica la claridad del mensaje.

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“Un pedazo de tiza bien aprove-chado vale más que dos tonela-das de teorías verbalizadas”. La pizarra refuerza las explicaciones del profesor y aumenta la partici-pación activa de los alumnos. El docente, durante su exposición, remarca los elementos primor-diales del aprendizaje para que llamen la atención de los estu-diantes. Un uso adecuado de la pizarra favorece una mejor com-prensión y memorización de los contenidos de aprendizaje.

Durante los cursos primarios, la pizarra se transforma en el cua-derno del docente. En ella rea-liza las muestras visibles para que los estudiantes reproduz-can el aprendizaje. Nuestras primeras letras las hemos co-piado de la pizarra; imitando el trazo modélico del profesor.

De ahí saltamos a las sumas y res-tas, todo guiado por la tiza exper-ta del maestro.

Ya en niveles más avanzados, la pizarra permite al docente un respaldo visual para organizar el conocimiento. Los conceptos se plasman a través de imágenes di-bujadas, gráficos, flechas, esque-mas o palabras que sirven para anclar las ideas propuestas. Se teje una interacción entre la ex-posición del docente y la plasma-ción visual de los puntos clave de aprendizaje que se desea perma-nezcan presentes durante el pro-ceso cognitivo.

La pizarra permite la estructura-ción en secuencias del contenido programado para cada clase. Esta dinámica, facilita la comprensión en los estudiantes. El tono verde

oscuro o negro contrasta con las tizas de colores y regala una nue-va oportunidad al docente para resaltar la importancia de los con-ceptos expuestos.

La funcionalidad de la pizarra dentro del aula requiere de cier-tas condiciones que refuercen su papel pedagógico. Su ubicación debe permitir la visibilidad de todos los estudiantes del aula sin que nada interfiera. Es necesario que sea una superficie plana, para evitar que la imagen quede dis-torsionada. El color de la pizarra facilita el contraste, además debe tener una tonalidad que no can-se a los ojos ni produzca brillos o reflejos. Finalmente, la superficie tiene que permitir una fácil lim-pieza con el propósito de reutili-zarla múltiples veces.

Ventajas• Accesible y económica para cualquier cen-

tro educativo.

• Fácil de usar tanto por el docente como por los estudiantes.

• Permite la corrección y rectificación in-mediata.

• Flexible y versátil para acompañar los tiempos de trabajo.

• Resulta funcional para esquematizar la in-formación importante.

• Se combina con otros materiales y recur-sos pedagógicos.

• Útil para grupo de todas las edades.

• Lleva tiempo escribir la información

• La información presentada no es permanente.

• El docente da la espalda al curso mientras escribe.

• La visualización de conceptos o gráficos es compleja.

• La cotidianidad de la pizarra como recurso le resta importancia como recurso extra.

• La evolución de la pizarra se ha beneficiado con las tecnologías digitales. Primero surgió la pizarra acrílica con su fondo blanco y la po-sibilidad de enriquecer con colores la exposi-ción. Esta alternativa resulta más elegante que la tradicional pizarra. En el lado de los incon-venientes se resalta el trazo más delgado de los marcados, que limita la visibilidad, y la menor durabilidad de la pizarra.

La pizarra digital o interactiva integra el mundo tecnológico de manera plena. La conexión a una computadora y a un sistema de proyección multimedia permite a esta pizarra ofrece una diversidad

de alternativas pedagógicas ilimi-tadas. Este sistema permite la im-presión en papel de aquello que se registre en la pizarra. La conexión digital facilita el acceso a internet para proyectar, en la pantalla que

funciona a la vez como pizarra, páginas web y material digital. Las versiones más avanzadas incluye incluyen una pantalla táctil que permite una versatilidad única a la pizarra. ••

observatorio

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Agua fresca

2015CATALOGO

Los catálogos del proyecto Agua Fresca están disponibles en:

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La aventura de leer

Un libro equivale a una entrada para compartir experiencias nuevas; una puerta abierta para

acceder a historias y mundos por descubrir. Estimular la lectura sigue siendo la clave más

importante de la educación

“En un lugar de La Mancha, de cuyo nombre no puedo acordar-me”, cuántas veces hemos anhela-do que los estudiantes se involu-cren en la apasionante lectura de El Quijote, cómo nos gustaría in-troducirnos en la vida da Macondo para ilustrar las clases de literatura.

Los docentes del área de literatu-ra y lenguaje combaten a diario, como a molinos de viento, con la reticencia de los estudiantes ante la lectura. La aventura de abrir un libro y disfrutar la lectura se con-

vierte en una batalla permanente con la desidia. Los pedagogos Ser-gio Andricaín y Antonio Orlan-do Rodríguez proponen algunas ideas para transformar estas pe-sadillas en placenteras sesiones de lectura en el aula.

Para los autores, la fórmula “sorti-legio para que su hijo se convierta en gran lector”, no logra los niveles de efectividad deseados. Las acti-vidades para fortalecer el hábito de lectura en los niños y jóvenes requieren de dinámicas efectivas

capaces de cautivar el interés de los noveles lectores.

Un libro, plantea la licenciada en lingüística Isabel Solé, equiva-le a una entrada para compartir experiencias nuevas; una puerta abierta para acceder a historias y mundos por descubrir. “Apren-der a leer, es aprender a apren-der” sentencia Solé a tiempo de requerir la implicación de padres y profesores en la consolidación de este hábito.

economía

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Andricaín y Rodríguez refuerzan la necesidad de cooperación entre familia y escuela para fortalecer el hábito de la lectura. El empeño por alentar el gusto por la lectura se di-buja como una labor a medio y largo plazo; una carrera de persistencia.

La lectura aporta las competencias comunicativas necesarias en el en-torno social. A través de la lectura, el niño adquiere las variables ex-presivas del lenguaje. No se limita a un ejercicio simple de descifrar los textos; leer implica un proce-so complejo de interpretación y construcción de significado.

Los diversos autores consultados sugieren como medida de moti-vación para alentar la lectura el diseño de una táctica de persua-sión en favor de la lectura. Tanto en el hogar como en la escuela, el niño debe sentir la lectura como una dinámica agradable, una acti-vidad de entretenimiento.

Un poco en broma, pero muy en serio, el escritor italiano Gianni Rodari considera que la imposi-

ción de la lectura como castigo se convierte en “el método más eficaz si se quiere que los niños apren-dan a odiar los libros: es seguro al ciento por ciento y facilísimo de aplicar”. Para el niño, el momen-to de leer debe ser incorporado, de modo paulatino, como una actividad voluntaria, una acción que la desarrolla por el placer que despierta en él. Las imposiciones y obligaciones de leer, simplemente refuerzan la idea de aburrimiento que, con tanta frecuencia, se quie-re transformar.

El contexto escolar dispone de las oportunidades necesarias para hacer de la lectura una fiesta. La ambientación del aula, la creación de espacios destinados para leer, la integración de todos en el pro-ceso de lectura ofrecen el entorno adecuado para que los estudiantes sientan los libros como experien-cias atractivas.

El siguiente paso en la consolida-ción del hábito consiste en ofertar al estudiante la lectura que se ade-cue de mejor forma a su realidad y

gusto. Las investigaciones realiza-das por José Luis Ramos establecen diversos estadios de maduración intelectual y psicológica. En cohe-rencia con estos estadios, se dispo-nen distintas actividades de lectura.

En la etapa preescolar, el niño está descubriendo las letras y la escritura. Los libros idóneos se caracterizan por las ilustraciones que animan la lectura. Además, recomiendan los pedagogos, los contenidos se concentrarán en te-mas relativos al entorno familia e inmediato de los niños: la familia, la casa, los animales.

La psicóloga Mercedes Falconí recomienda la lectura de relatos y cuentos a los niños. Esta acti-vidad “produce una interacción irrepetible; es el momento de mayor confianza, intimidad y co-municación”. La lectura de cuen-tos ayuda al niño para anticipar el contenido y consolidar las his-torias. Permite el desarrollo de la creatividad e imaginación de ma-nera inmediata.

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En estas edades iniciales, Andri-caín y Rodríguez recomiendan lecturas con rimas y cuentos ver-sificados “donde las asonancias proporcionen al lenguaje esa mu-sicalidad y ritmo que agradan al menor”. Las onomatopeyas se consolidan como otro recurso atrayente para cautivar al niño desde la lectura. Lo destacable de este periodo de ayuda a la lectura radica en el refuerzo a la etapa de la alfabetización.

Las primeras lecturas autónomas del niño recomiendan textos sen-cillos y claros. La fantasía que en-vuelve a las narraciones permite al niño imaginar las historias. La falta de ilustraciones que acom-pañaban en las lecturas iniciales se suple con el desarrollo de la imaginación.

Esta etapa marca la capacidad ex-presiva del lenguaje y los usos so-ciales de la lectura y la escritura. La investigadora Pilar González describe la trascendencia de esta primera etapa de lectura por la vinculación con el conocimiento fonético y expresivo. Las claves de una buena escritura se sustentan en la capacidad de lectura correcta.

Es recomendable promover el ejercicio de lectura en voz alta,

ya sea entre varios estudiantes o compartiendo la lectura a inter-valos con el profesor. La lectura en público supone un reto para el niño, una dificultad que debe aprender a resolver. Superar esta etapa permite afianzar la capaci-dad lectora con la seguridad de hacerlo bien.

Poco a poco, el estudiante irá defi-niendo los estilos de literatura que más le atraen. El profesor debe estar atento para sugerir nuevos títulos, nuevos estilos para ampliar el regis-tro y enriquezcan el bagaje cultural.

Esta etapa de lectura consciente y madura consolida la compren-sión lectora. Las obras disponibles irán ganando en complejidad, so-bre todo por las tramas narrativas más entreveradas. Las historias de

detectives y piratas permiten un relato ágil y dinámico ideal para involucrar al estudiante en la ac-ción. Finalmente, las narrativas dejarán paso a novelas que afron-tan la problemática juvenil, obras que se identifiquen con la realidad del joven lector.

Los diversos pedagogos que estu-dian las dinámicas de mejora de la lectura revelan la importancia de consolidar un vínculo natural y cotidiano con la lectura. Recha-zan, con mayor o menor contun-dencia las pruebas de evaluación sobre la lectura. Recomiendan, sin embargo, los encuentros más abiertos que permitan expresar a los estudiantes sus impresiones sobre de la lectura. Los diálogos activos enriquecen la compren-sión en torno a los libros leídos.

Comentario de textoLa lingüista Pilar González considera los ejercicios de comentario de texto como una prueba ideal para alentar la lectura de libros. Según la dinámica pro-puesta, el primer paso para un buen resultado parte de la inducción del profesor a la lectura.

El comentario de texto se diseña como una metodo-logía que persigue una mejor asimilación de la obra. La comprensión global de la obra nace del conoci-miento de la época en la cual fue escrita. Este aporte desvelará el pensamiento del autor, el genio creador. La introducción previa que el profesor debe ofrecer supera la información basada en datos para centrar-se en la interpretación del contexto.

Un buen comentario de texto viene precedido por la inducción del profesor. La explicación del contexto que rodea la obra pretende cautivar el interés del es-tudiante por el libro. La motivación previa a la lectu-ra ayudará a discernir el significado de los mensajes.

Finalmente, González plantea una estructura de análisis que involucra: un análisis descriptivo (la for-ma de contar), un análisis de contenido (la narración presentada) y de justificación (las ideas que susten-tan la historia, las enseñanzas).

El comentario de texto pone en contacto al hombre que creo y la impresión de aquel a quien impresio-nó la obra. ••

“La fantasía que envuelve a las narraciones permite al niño

imaginar las historias. La falta de ilustraciones que acompañaban en las lecturas iniciales se suple con el

desarrollo de la imaginación.”

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Los errores también enseñan¿Alguna vez ha sentido la desolación o frustración por no conseguir los objetivos deseados en el desarrollo de la clase?

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Un estudio realizado por profe-sionales de la Universidad Autó-noma de Madrid ha analizado las causas del bajo rendimiento en los centros educativos. La expe-riencia de análisis que se ha apli-cado durante años para descubrir las claves del éxito en los centros educativos, se ha centrado ahora en ver los contextos educativos que dificultan el cumplimiento de objetivos.

Los resultados presentados per-miten revisar la situación de nues-tros centros educativos para evitar caer en las mismas situaciones.

Liderazgo educativoLa figura del director refleja el es-píritu de un centro educativo. El liderazgo y la actitud con la cual afronta las funciones de orienta-ción suponen el aliento motivacio-nal para profesores y estudiantes.

Los profesores, de acuerdo a los resultados de la investigación, esperan un director de la unidad educativa en el cual apoyarse. Un profesional que, como una voz au-torizada, se convierte en un refe-rente pedagógico.

Los centros educativos que pre-

sentan un rendimiento por de-bajo de los parámetros normales muestran la figura de un director ajeno a la actividad educativa. Con frecuencia, el perfil identi-ficado lo muestra como una per-sona involucrada en las labores burocráticas y administrativas, en cierta manera, desentendido de la labor pedagógica.

Esta idea se refuerza con la sensa-ción expresada por los docentes. Manifiestan la falta de comunica-ción y coordinación entre ellos y el director, lo que genera un trabajo de manera aislada y sin una guía que los oriente. Da la sensación, reiteran, que la escuela funciona a pesar del director.

El liderazgo del director nace por la actitud con la cual desarrolla las actividades, el contacto con la comunidad educativa y la interac-ción con docentes y estudiantes. El nombramiento lo impone la autoridad del cargo, no así el lide-razgo de grupo.

Un indicador destacado para com-prender la figura de liderazgo del director se basa en la capacidad de construir estrategias de mediano o largo plazo para la gestión de re-cursos humanos o financieros. La figura de un director que maneja la gestión en función de la contin-gencia y las urgencias cotidianas limita las posibilidades de éxito en el proceso de formación.

Las condiciones de trabajo ofrecen un aliciente im-portante para el éxito del proceso educativo. Cuando el clima que envuelve la clase aporta desconfianza y temor, el resultado del proceso será notoriamente menos satisfactorio.

La relación entre docente y estudiante marca el am-biente de trabajo en el aula. El diálogo fluido genera confianza, motiva el aprendizaje. Las situaciones de agresividad provocan distanciamiento. Esta agresivi-dad es aportada por la actitud de estudiantes irre-verentes que desautorizan al profesor y, por consi-guiente, repercute en una actitud más autoritaria del docente.

Construir un clima agradable para el aprendizaje es una labor de todos. Las normas y pautas de compor-tamiento se plantean como la base de ese ambiente de respeto. Los espacios de interacción dentro de la comunidad escolar ayudarán a lograr mayor con-fianza, a entender las dificultades que padece el otro y buscar las soluciones de modo compartido.

Llama la atención las denuncias que los profesores realizan ante el papel que juegan algunos padres de familia. La presencia de estos últimos en el centro educativo responde a una situación de reclamo y protesta, denigrando en esta acción tanto la labor como la figura del profesor.

Clima escolar y de aula

Un indicador destacado para comprender la figura de

liderazgo del director se basa en la capacidad de construir

estrategias de mediano o largo plazo para la gestión

de recursos humanos o financieros.

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Muchos docentes subrayan como justificación al bajo rendimiento académico, que los niños mues-tran muy pocas habilidades cog-nitivas y sociales. Antes que con-vertirse en actores de motivación para la superación de los estudian-tes, los docentes identifican los perfiles del fracaso escolar como perfiles generalizados. Muy pocos estudiantes, relata la investigación,

aspiran a continuar sus estudios y acceder a la universidad.

Esta desmotivación arrastra a do-centes y estudiantes a una sensa-ción de frustración. El entorno familiar, que no ofrece ni aliento ni condiciones apropiadas para el desempeño escolar, ayudan a re-vertir esta situación generalizada.

Ante este pesimista escenario, la

investigación también identifica una esperanza de solución. Los niños y niñas de primaria mues-tran un interés y motivación por el aprendizaje que contradice esta sensación. La posibilidad que tie-ne el centro educativo por man-tener y alentar esta avidez por aprender servirá como aliciente para transformar en esperanza esta situación.

Altas expectativas

La labor del docente como responsable de la clase es fundamental. Las estrategias que utilice para validar un aprendizaje efectivo alentará la actitud de supera-ción de los estudiantes.

El panorama descubierto en la investigación revela que los docentes apelan a la reproducción de conocimien-to como sistema preferencial. El estudiante se limita a repetir las respuestas presentadas por el docente, sin mayor esfuerzo interpretativo. Este sistema de replica el conocimiento no permite al docente una oportunidad para fortalecer el aprendizaje buscado. Los estudiantes no saben que se espera de ellos y qué fue lo que hicieron mal o porqué y, por tanto, cómo mejorarlo.

La ausencia de detonantes y retos en el aprendizaje hace que algunos estudiantes pierdan el interés en el aprendizaje. La escuela, en esta perspectiva, no ofre-ce un aporte de utilidad para los estudiantes.

La debilidad en las estrategias de aprendizaje se re-fuerza con el deficiente uso del tiempo de enseñanza. La irregularidad en el cumplimiento de los horarios, la pérdida de días escolares y la promoción de acti-vidades de índole cultural y social que la convierten en un centro de festejos antes que en una casa de es-tudios desalientan la labor pedagógica.

Compromiso docente Resulta recurrente escuchar a los docentes hablar de las condicio-nes necesarias para mejorar la educación. Como actores prota-gónicos de la educación, conocen los problemas y las soluciones. Sin embargo, algo sucede que no per-mite implementar las mismas.

La labor docente se desarrolla con una ausencia de implicación y com-promiso con la labor educativa. Mu-chos profesores se han convertido en “funcionarios de la enseñanza”, conocedores de los defectos, pero impotentes para aplicar soluciones.

El emprendimiento personal que caracteriza a los buenos docentes siempre es reconocido y premia-do. Se presentan como un in-centivo para la imitación de sus compañeros. Destaca, por el con-trario, la manera aislada en la que se desarrolla la labor pedagógica en las escuelas que reflejan un bajo rendimiento.

La investigación desarrollada por la Universidad Autónoma de Ma-drid revela que muchos docentes ansían cambiar de escuela su tu-vieran dicha oportunidad.

Otros factores que desalientan el compromiso docente se centran en las condiciones laborales del área rural, los bajos salarios, la falta de oportunidad para la pro-moción profesional.

Finalmente, es de destacar que muchos docentes realizan acti-vidades adicionales que les per-mitan obtener ingresos extras repercutiendo negativamente en la preparación de sus clases.

Estrategias de enseñanza

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La participación de padres de fa-milia resulta fundamental para el éxito del aprendizaje. La comple-mentación entre escuela y familia generan el mejor escenario para el aprendizaje.

Los contextos escolares que en-vuelven a las escuelas de rendi-

miento más bajo delatan la esca-sa participación de los padres. La actividad laboral de los padres les resta tiempo para participar en los procesos de formación. Su pre-sencia en el centro educativo es esporádica, más testimonial que participativa.

Con frecuencia, la poca forma-ción académica que poseen los padres repercute directamente en la importancia que otorgan a la escuela. Muchos padres retiran a sus hijos de las escuelas y los invo-lucran en el trabajo familiar.

Implicación de las familias

Instalaciones y RecursosEl estudio describe como último factor de inciden-cia en el bajo rendimiento escolar las condiciones de infraestructura. La mayoría de los centros objeto de estudio reflejan unas condiciones limitadas: aulas sucias y descuidadas, con poca ventilación y falta de iluminación adecuada.

Una consideración interesante para mejorar el am-biente se basa en el adorno de las paredes. La per-sonalización del ambiente ayuda a considerar el espacio como propio y, por tanto, como un espacio agradable.

Datos de estudioEste estudio ha sido desarrollado por la Universidad Autónoma de Madrid. Los responsables de la in-vestigación han sido Reyes Hernán-dez-Castilla, Francisco Javier Muri-llo y Cynthia Martínez-Garrido.

La investigación se ha desarrolla-do en escuelas de ocho países la-

tinoamericanos: Colombia, Chile, Cuba, Ecuador, España, Panamá, Perú y Venezuela

La elección de las escuelas se ha realizado a partir de los resulta-dos académicos de las mismas. Los investigadores han analizado la realidad de aquellas que menor

rendimiento mostraron.

La indagación ha asumido seis va-riables de estudio: dos cognitivas (rendimiento en Lengua y en Ma-temáticas) y cuatro socio-afectivas (Auto-estima, Comportamiento, Convivencia, Satisfacción con la escuela) ••

La plataforma Educativa Virtual de la Casa Editorial Bienaventuranzas, brinda un ser-vicio de orientación, facilitación y apoyo al proceso educativo, para lo cual ha desa-rrollado numerosas actividades a través de herramientas digitales y recursos didácticos

multimedia que le permiten al docente profundizar el estudio de diferentes contenidos, for-talecer estrategias de enseñanza y realizar actividades con sus estudiante que lo ayuden a consolidar el aprendizaje.

Presenta material informativo sobre variadas temáticas que orientan al docente y padres de familia en su rol como educador.

Brinda material de apoyo bibliográfico, sugerencias de páginas web o enlaces para encon-trar fácilmente información de acuerdo a la necesidad.

Los foros de consultas nos permiten despejar dudas, intercambiar opiniones y responder cualquier consulta de interés que se le presente a nuestros usuarios.

sociedad

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Page 25: Diálogo educativo Nro 8

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SECUNdARIA

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Lápiz, papel y aprendizaje

La escritura no solo es una herramienta para transferir información o para evaluar

a los estudiantes. Úsela como estímulo de la creatividad. La redacción nos vuelve más

precisos y desarrolla la capacidad de síntesis.

educación

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El desarrollo frenético de las tec-nologías, y su inclusión en el aula de aprendizaje, ha revolucionado muchos procesos de enseñanza. Hoy en día, las escuelas más pres-tigiosas apelan a su innovadora infraestructura tecnológica como atractivo. Con el lema “un ordena-dor para cada estudiante” elogian su estilo formador de vanguardia.

Esta cultura de la tecnología se re-fuerza con el avance logrado por las tabletas y los teléfonos inteligentes.

El desarrollo de estos recursos pedagógicos contrasta con otros datos significativos que alertan sobre los riesgos que provocan en el aprendizaje.

Días atrás, el periódico de mayor tirada en Europa (más de tres mi-llones de ejemplares impresos por día) sorprendía con una portada inusual. EL tabloide popular ale-mán “BILD” sustituía sus foto-grafías y titulares de portada por

una media página manuscrita. “¡Alarma!, la escritura manual se extingue”. Y completaba la noticia con un dato sobrecogedor: en los últimos seis meses, uno de cada tres adultos no escribió de forma manuscrita.

Esta realidad también ha sido es-tudiada por diversos neurólogos y psicopedagogos con un resultado similar. La escritura manual apor-

ta significativamente al proceso de aprendizaje, ofrece múltiples beneficios que deberían reforzarse en las dinámicas académicas.

El psicopedagogo Pablo Canosa valora la escritura manual puesto que “provoca mejores aprendiza-jes, más profundos y duraderos”. Remarca su importancia debido a que activa más áreas cerebrales que la escritura digital.

El ejercicio mental que supone la escritura permite una mayor fluidez de

ideas para enriquecer la redacción. Al escribir manualmente, el ingenio creativo despierta, la memoria se

potencia y se provoca una necesidad de aprendizaje mayor.

Estudios en las metodologíasEscribir a mano requiere un es-fuerzo mayor del cerebro. Por un lado, reclama la atención necesa-ria para presentar una caligrafía correcta. Un esfuerzo por hacer bien las cosas. A eso se debe su-mar que, para la escritura manual, es necesario representar mental-mente las letras que se deben es-cribir. Este segundo esfuerzo po-tencia la capacidad lectora.

Los estudios desarrollados en la Universidad de Granada por el doctor en Neurociencia Cogniti-va, Juan Lupiáñez, desvelan otras ventajas que la escritura manual aporta. El ejercicio mental que supone la escritura permite una mayor fluidez de ideas para en-riquecer la redacción. Al escribir

manualmente, el ingenio creativo despierta, la memoria se poten-cia y se provoca una necesidad de aprendizaje mayor.

Los mismos estudios propiciados por Lupiáñez demuestran que la escritura digital se centra en la memorización del mapa de tecla-do, en reconstruir en la mente un teclado imaginario para recons-truir las palabras.

La revista especializada “Frontiers in Psychology” revela un estudio realizado en la Universidad de In-diana sobre el proceso de aprendi-zaje en la universidad. Los resulta-dos ofrecidos por la investigación son similares. Las personas que recogían las notas de clase de ma-

nera manual mostraron un apren-dizaje más profundo y duradero.

«Cuando escribes a mano no to-mas nota de todo, porque no da tiempo. A cambio, haces muchos procesos de integrar y  seleccio-nar lo más importante  y vas ela-borando el contenido», explica el doctor Lupiáñez. Contrapone este proceso con aquellos que regis-tran las clases con el apoyo de un ordenador. Estos últimos, centran su atención en retener, lo más lite-ralmente posible, las palabras del profesor. El ejercicio mental que desarrollan se centra en la trans-cripción de esas palabras a la pan-talla de computadora. La rapidez de tecleo garantiza la fidelidad del mensaje.

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En contra, los estudiantes que, pa-pel y lápiz en mano, deben regis-trar la clase, centran su atención en las explicaciones del docente. Tratan de llegar a los conceptos expuestos, dejando de lado las ex-presiones que se utilizan para ello. Al apuntar las notas, éstas serán más escuetas pero más sustan-ciosas que las de sus compañeros. Durante el proceso, interiorizaron el aprendizaje deseado y lo refle-jaron en ayudas memoria para el recuerdo. Incluso, gracias a la agilidad que la escritura manus-crita permite, se puede jugar con la creación de flechas, gráficos y enlaces de forma más dinámica.

La inclusión de tecnología en el aula no se debe considerar como un retroceso al aprendizaje. Es importante destacar que la escri-

tura manual o digital no deter-mina, por sí solo, el aprendizaje. Ambos tipos de escritura reflejan un proceso mental para captar la realidad. La importancia radica en desarrollar en el estudiante la capacidad de discernir el aprendi-zaje con la agilidad necesaria para captar los conceptos expuestos. “Para que el cerebro aprenda tie-nes que retarlo, ponerle al límite de lo que sabe y lo que no. Y así es como va adquiriendo  nuevos conocimientos  de forma sólida», concluye Lupiáñez.

Una experiencia llamativa ha sido desarrollada en el colegio San Carlos de Madrid. La directora del centro, Carmen Pascual, ha prefe-rido sustituir los libros de prima-ria por los nuevos textos manus-critos que los mismos estudiantes

elaboran. Para la profesora, los libros actuales reducen la capa-cidad creativa de los estudiantes, ya casi todo está hecho. En estos textos, el estudiante simplemente debe completar algunos renglones faltantes. Según la directora, esta metodología resulta muy pasiva para unos niños que demuestran un nivel alto de curiosidad y un voraz apetito por el aprendizaje.

La creación de los textos de apren-dizaje por parte de los estudiantes logra retener de manera más pro-funda los conceptos básicos de cada lección, permite mejorar el nivel de lectoescritura y ayuda a “procesar los pensamientos cohe-rentes en un orden lógico”. Remar-ca Carmen Pascual que, mediante esta actividad, “se piensa más de lo que se está diciendo”. ••

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Internet en el aula ¿amigo o enemigo?El Papa Francisco les ha pedido a los jóvenes no perder el tiempo navegando y usar internet con fines educativos. A continuación algunas claves para estimular el uso edificante de las nuevas tecnologías y las redes sociales

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Creciendo en la era digital

Formación onlineEn materia educativa, los cursos de formación on line o virtual han incrementado un 96% en los últi-mos 5 años. La oferta educativa se ha ampliado enormemente para facilitar el acceso y permitir un aprendizaje a medida para millo-nes de personas.

Las innovaciones tecnológicas han provocado un cambio en el entorno social. Las oportunidades

que se generan también han lle-gado a las escuelas. Internet pro-mueve nuevas formas de generar conocimientos. Bien utilizadas, las tecnologías facilitan los pro-cesos de aprendizaje. El acceso amplio a la información fortalece el nivel de conocimiento. El es-tudioso de la cultura digital Don Tapscott considera fundamental percibir internet como un medio que permite dinámicas diversas y no como un fin que suple al ser humano. Esta visión alienta al de-

sarrollo de las plataformas digita-les para diseñar recursos que fa-vorezcan los procesos educativos.

La inserción de internet en las au-las también despierta recelos y re-chazos por parte de los educado-res. Mark Langhammer, director de un colegio en Estados Unidos, asegura que desde muy pequeños, los niños “llegan a la escuela sin poder concentrarse o socializar como es debido, porque están pa-sando demasiado tiempo con jue-gos digitales o redes sociales”.

El entorno digital que caracteriza a la sociedad actual invade las au-las. Los “niños digitales” aprenden a desenvolverse en internet desde temprana edad. El acceso digital es, para ellos, una acción natural. El reto para los educadores su-pone utilizar internet en el aula como un apoyo pedagógico más.

El avance tecnológico marca el desarrollo de las sociedades ac-tuales. Los smartphone, las table-tas y las computadoras portátiles forman parte del paisaje urbano. Las nuevas tecnologías suponen un presente incuestionable.

Las nuevas generaciones han cre-cido envueltos en este entorno di-gital. Los “niños digitales” apren-den a utilizar un teléfono o una computadora a la vez que desa-rrollan su capacidad expresiva. El mundo digital forma parte de la realidad en la que se desenvuelve. La Directora de investigación de medios de OFCOM (Inglaterra), Jane Rumble, describe esta situa-ción con cierta ironía: “muchos padres prefieren comprar a sus hijos una tableta antes que un oso de peluche”.

La investigación encabezada por Rumble destapa otros datos de interés para comprender la inser-ción digital en la población infan-to juvenil. Los resultados de dicho estudio revelan que los niños de 6 años manejan mejor la tecnolo-gía que los adultos de 45 años. El “coeficiente digital” o DQ (digital quotient en inglés) mide la fami-liaridad y confianza para acceder a los medios y recursos digitales. El estudio propiciado por el instituto OFCOM indica que los niños de 6 años promedian un DQ de 98 pun-tos, frente a los 96 que promedia la generación entre 45 y 49 años.

Una impresión similar plantea Don Tapscott en su libro “Creciendo en la era digital”. El autor conside-ra que las nuevas generaciones crecen en el entorno digital con total naturalidad. Fruto de esta integra-ción, “sus cerebros son, de hecho, distintos”. El libro refleja la capacidad de los jóvenes para desempeñar multitareas digitales, la capacidad de desempeñar di-versas tareas simultáneas en diferentes medios. Para Tapscott, “por primera vez en la historia, los chicos son la autoridad en algo realmente importante: cómo la era digital está cambiando las instituciones”.

Las impresiones reflejadas en los estudios anteriores se refuerzan con la observación simple. Los jóvenes

prefieren comunicarse a través de aplicaciones digi-tales como Facebook o Whatsapp antes que llamar y hablar por teléfono. Para Jane Rumble, directora de investigación de medios, “son estos menores los que están dando forma a las comunicaciones”.

Internet facilita los procesos de comunicación. Más allá de convertirse en una plataforma comunicativa multimedia, internet se ha convertido en un espa-cio para aprender, para compartir y para resguardar los derechos humanos. A través de las páginas web, accedemos a información sobre salud, economía, educación y entretenimiento que facilitan la vida de muchos internautas.

noticias

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La voz de la Iglesia CatólicaEl Papa Francisco también acentúa esta amenaza tecnológica. En un encuentro con monaguillos pro-venientes de diversos países de Europa les remarcaba que “tal vez muchos muchachos y jóvenes pierden demasiadas horas en cosas inútiles: chatear en In-ternet o con los teléfonos, con las ‘telenovelas’, con los productos del progreso tecnológico que deberían simplificar y mejorar la calidad de vida, y que en cam-

bio distraen la atención de aquello que es realmente importante”. La tecnología, en opinión de Bergoglio, debe ayudarnos a mejorar la calidad de vida, faci-litando las tareas cotidianas para darnos tiempo de encuentro con los otros. No rechaza las ventajas que internet ofrece, más bien, llama a revertir las falen-cias que, hasta el momento, se han detectado.

OpinionesOtra respetable opinión en este tema proviene del Dr. Jaime Sán-chez, de la universidad de Chile. Sánchez remarca que internet “pue-de ser una herramienta pedagógica poderosa” si se utiliza de manera apropiada. El docente explotará las oportunidades de aprendizaje con la inclusión de las tecnologías en el aula, respetando, eso sí, las lógicas de planificación de aula.

Las voces que se oponen a la pre-

sencia de internet en el aula cen-tran su atención en los factores negativos que la tecnología apor-ta. Tapscott resuelve esta disocia-ción clarificando que “los niños no aprenden de la misma forma que lo hacemos nosotros, pero la forma de dar clases no ha cambia-do desde la revolución industrial”. Confirma que internet, por sí mis-mo, simplemente permite oportu-nidades. Son los docentes, con-cluye el autor de “Creciendo en la era digital” quienes deben perder el miedo y explorar las potencia-

lidades de la tecnología. El mis-mo parecer rescata el Dr. Sánchez cuando aclara el espacio de inter-net aporta al proceso educativo, “no reemplaza necesariamente a los procesos tradicionales”. Hay que ver internet como un com-plemento para el profesor y no un sustituto de la labor docente.

Limitar el ingreso de internet y las tecnologías en los procesos educa-tivos implica desconocer los avan-ces que marcan el entorno social actual.

Dato curiosoEl gobierno de Evo Morales Ayma inició la entrega de computadoras a estudiantes de secundaria. El primer acto de entrega se realizó el jueves 31 de julio en la ciudad de El Alto. Las primeras 15.300 computadoras se destinaron para los estudiantes de esta ciudad. El presidente resaltó en el acto de en-trega que los equipos de computa-ción son ensamblados en El Alto.

Morales destacó que la educa-ción Boliviana está pasando “de los cuadernos al internet y de la

pizarra a la computadora”. De acuerdo a información prove-niente del gobierno, durante los tres próximos meses se pretende entregar 160.000 computadoras a estudiantes de sexto de secunda-ria. Además, anuncian, durante el próximo año se proyecta dotar de equipos a más de 1.200.000 estu-diantes de secundaria y primaria.

Anteriormente, había entregado más de 10.000 computadoras a pro-fesores de primaria y secundaria.

Docentes e internetLa inclusión de computado-ras e internet dentro del aula divide a los profesores. Para algunos, esta integración de la tecnología favorece la labor docente y le permite enrique-cer las dinámicas de aprendi-zaje con múltiples recursos. Otros, en la vereda del frente, combaten su inserción en aula argumentando que provoca importantes limitantes para el proceso de educación.

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Beneficios

• Facilita el aprendizaje. El uso de compu-tadoras en el proceso de enseñanza reclama la atención de más sentidos. Los expertos consideran que la implicación de diversos sentidos en el proceso permite captar mejor los aprendizajes.

• Acceso a la información. Internet permi-te un acceso casi ilimitado a la información. El estudiante puede explorar e investigar en múltiples bibliotecas simultáneamente. Para el docente, internet facilita el acceso a ma-teriales de estudio elaborados por otros do-centes y compartidos en las redes. Ofrece al docente muchos recursos contrastados para dinamizar sus clases.

• Motiva la participación. ya sea por la inno-vación o por la atracción que causa la tecno-logía, el estudiante se siente más dispuesto a participar y aportar en una clase que le permite usar internet. De esta manera, el es-tudiante desarrolla un papel más interactivo con el aprendizaje, involucrándose de ma-nera personal y grupal.

• Resuelve las dudas. durante los procesos de enseñanza y aprendizaje surgen infinidad de dudas o consultas que el docente debe responder y clarificar para continuar con el objetivo de la materia. La utilización de internet en el aula facilita y agiliza la resolu-ción de estas consultas. Incluso, permite que el estudiante sea el responsable de buscar la respuesta a la pregunta planteada.

• Alto grado de interdisciplinariedad. la bús-queda de información en internet conlleva enlaces e hipertextos que inducen al estu-diante a navegar y profundizar más en el sa-ber. Poco a poco, interrelacionará conteni-dos como parte de una misma realidad.

• Amplitud de recursos. junto a la hipertex-tualidad, internet aporta recursos pedagó-gicos atractivos para el aula: videos, juegos interactivos, visitas virtuales a espacios y museos.

• Desarrolla la creatividad. frecuentemente se acusa a la tecnología de automatizar los procesos y reducir la capacidad metal del joven. Diversos estudios, como los propues-tos por Jane Rumble, demuestran que el uso adecuado de internet despierta la iniciativa en los estudiantes y fortalece la capacidad de abstracción. La posibilidad de explorar nuevas alternativas de acción en el entorno digital potencia el desarrollo creativo.

• Competencia digital. introducir el uso de la tecnología en el aula familiariza al es-tudiante con la cultura digital que forma-rá parte de su contexto laboral. La TIC´s constituyen un soporte fundamental para el desarrollo profesional actual..

• Aprendizaje individualizado. los tiempos y ritmos de aprendizaje no son semejantes para todos los estudiantes. El posibilidad de complementar el aprendizaje de aula me-diante las herramientas digitales y las aulas virtuales permite a los estudiantes dedicar el tiempo necesario para comprender las lec-ciones de manera adecuada. El tiempo de dedicación de cada estudiante será acorde con su facilidad de comprensión.

• Educación a distancia. las diversas platafor-mas educativas digitales ofertan una multi-plicidad de cursos de formación permanen-te al alcance de todos los estudiantes.

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Desventajas• Distrae. poner al estudiante frente a una

computadora, sin un objetivo o misión de-terminado, es la tentación ideal para des-viar la atención a otros enlaces. Con solo un click, el estudiante está a las puertas de un nuevo espacio. Mientras, el docente, en la búsqueda de materiales de apoyo para el aula, puede perder mucho tiempo hasta dar con aquello que necesita. En el camino, el sentimiento de frustración puede suponer el abandono de la búsqueda.

• Analfabetismo digital. el rechazo del do-cente para la inclusión de internet radica, en un alto grado, en el desconocimiento que tiene del mundo digital. El miedo al fracaso o a verse superados por los estudiantes les impulsa a menospreciar las oportunidades que pueden lograr.

• Fiabilidad de la información. La informa-ción que se recupera por internet no siem-pre ofrece la veracidad o fiabilidad requeri-da. Junto al acceso al mundo de las web, es importante educar en el criterio de selección que permite valorar la pertinencia de cada una de las informaciones que se accedan.

• Dispersión. la amplitud de información que ofrece internet confunde lo importante con lo superficial. En la búsqueda de datos o reportes de interés nos cruzaremos con mu-chas páginas que no aporten información útil. Abrumado por tanto flujo informativo, es frecuente quedarse con lo primero.

• Ley del mínimo esfuerzo. remarca con mayor énfasis la situación anterior. El es-tudiante, se va acostumbrando a lo fugaz como forma de resolver las cosas. Por ello, es frecuente que, en este sentido del mínimo esfuerzo, se limite a copiar el texto de inter-net y presentarlo sin haberlo leído si quiera.

• Competencia ortográfica. la economía en la escritura se impuso como una norma para reducir los mensajes de teléfono y abaratar el gasto en llamadas. Esa economía gramati-cal se impone en el entorno digital. La con-fianza excesiva en los auto-correctores orto-gráficos conlleva una marcada dejadez por la escritura correcta.

• Adicción. las redes sociales se han conver-tido en el espacio de encuentro de los jóve-nes. Facebook o twitter han suplantado a las plazas públicas en las cuales se producía los “juntes”. La adicción a estas redes sociales deriva, en muchos casos, en trastornos del desarrollo personal y social de los jóvenes. En casos extremos, esta adicción lleva al ais-lamiento social del estudiante.

• Tecnología costosa. La instalación de com-putadoras dentro del aula supone una inver-sión económica que no todos los colegios pueden asumir. Además de esta inversión inicial, es importante considerar que la re-novación tecnológica exige una renovación permanente para adaptarse al cambiante mundo digital.

• Conexión inestable. quizá los problemas técnicos se presentan como la mayor ame-naza para el uso de internet en el aula. Las fallas en la conexión a internet pueden des-prestigiar el mejor intento de dinamizar la clase con los recursos digitales.

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Consejos prácticosLa utilización de internet en el aula responde a la planificación que el docente haya dispuesto. Más allá de las desventajas, con una buena propuesta pedagógica, éstas pueden ser fácilmente rever-tidas para aprovechar las bonda-des que el entorno digital ofrece en materia educativa.

Como paso previo al uso de in-ternet, el docente traza los objeti-vos que se espera tanto de la clase como del uso de las herramientas pedagógicas. Así, determinará la finalidad que deba cumplir la computadora para esa unidad en especial. Resulta interesante que el docente establezca los momen-tos y motivos en los cuales el es-tudiante puede acceder a internet.

Este orden ayudará a disciplinar la clase.

El Dr. Jaime Sánchez, de la univer-sidad de Chile, analiza los diver-sos usos de internet en el aula. De acuerdo a lo propuesto por el ca-tedrático chileno, se pueden dife-renciar 6 niveles diferentes de uso.

Internet como servicio de infor-mación: Acceso a material de consulta, a una enciclopedia glo-bal abierta.

Internet como recurso metodoló-gico: ofrece materiales didácticos y herramientas de trabajo para apoyar el trabajo de aula.

Internet como medio de difusión: permite compartir materiales di-versos como periódicos murales

o blogs en los cuales se facilita la labor colaborativa.

Internet como herramienta peda-gógica: juegos interactivos y apli-caciones que desarrollan habilida-des y conocimientos curriculares.

Internet como medio de cons-trucción: diseño de páginas web y exploración de aplicaciones di-gitales.

Internet como administrador cu-rricular: Gracias a las platafor-mas que albergan aulas virtuales, internet permite la gestión edu-cativa on line. Estas plataformas facilitan la interacción tanto para compartir información curricular como para desglosar contenidos de materia.

La plataforma Educativa Virtual de la Casa Editorial Bienaventuranzas, brinda un ser-vicio de orientación, facilitación y apoyo al proceso educativo, para lo cual ha desa-rrollado numerosas actividades a través de herramientas digitales y recursos didácticos

multimedia que le permiten al docente profundizar el estudio de diferentes contenidos, for-talecer estrategias de enseñanza y realizar actividades con sus estudiante que lo ayuden a consolidar el aprendizaje.

Presenta material informativo sobre variadas temáticas que orientan al docente y padres de familia en su rol como educador.

Brinda material de apoyo bibliográfico, sugerencias de páginas web o enlaces para encon-trar fácilmente información de acuerdo a la necesidad.

Los foros de consultas nos permiten despejar dudas, intercambiar opiniones y responder cualquier consulta de interés que se le presente a nuestros usuarios.

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Cómo combatir el abandono escolarEl docente es capaz de identificar algunas señales de alerta que pueden evitar la deserción

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El fracaso y abandono escolar está considerado como uno de los principales problemas que toda administración educativa debe afrontar. No solo refleja una falla en el propio sistema educativa, también provoca una cadena cu-yas consecuencias seguirán plas-mándose a lo largo del tiempo. La deserción escolar afecta direc-tamente al ámbito académico; e indirectamente a los ámbitos de formación personal, emocional, social y profesional.

El sistema educativo, en cualquier contexto y nivel, busca el desa-rrollo personal global de cada es-tudiante. La escuela se considera responsable de acompañar el pro-ceso de maduración de los estu-diantes para que se formen como ciudadanos. Cuando un estudian-te abandona el sistema educativo, la sociedad en su conjunto, es res-ponsable de esta situación. Atajar anticipadamente las situaciones de abandono escolar y motivar a los estudiantes para continuar en el proceso de formación requiere la implicación activa de padres de

familia y profesores. La comuni-dad educativa en su conjunto asu-me el compromiso de encaminar a los jóvenes para que alcancen el éxito en sus estudios y completen su formación integral.

La deserción escolar plantea una multitud de causales difíciles de combatir. Cada historia, cada es-tudiante plantea una situación di-ferente y requiere un seguimiento y acompañamiento particular. La mayoría de los varones argumen-tan su retiro bajo la necesidad de trabajar. Ya sea para ayudar a su familia o por el sentido de inde-pendencia que provoca el dinero propio, deciden traspasarse al ho-rario nocturno para poder traba-

jar durante el día. Es el paso previo al abandono definitivo.

El caso de las mujeres refleja que, en América Latina, el 40% de las deserciones escolares se relaciona con embarazos. La falta de apoyo familiar o la necesidad de conver-tirse en cuidante de sus hermanos menores son otras causales de abandono escolar.

En el otro lado de la balanza, las consecuencias se unifican en una misma dirección: la falta de una educación sólida restringe las oportunidades de los jóvenes tan-to en el ámbito laboral como en los entornos sociales. A la larga, se convierten en personas social-mente dependientes.

El panorama nacionalLa deserción escolar se presenta como uno de los grandes proble-mas de la educación boliviana. A lo largo de muchos gobiernos se han dibujado políticas públicas que permitan y garanticen la per-manencia de los estudiantes du-rante el proceso educativo.

La apuesta planteada por el actual gobierno a través del bono Juan-cito Pinto ha mejorado notoria-mente los índices de permanencia en el colegio. De acuerdo a los da-tos expresados por el viceministro de educación regular, Juan José Quiroz, el 95% de los estudiantes que acceden al nivel primario cul-

minan sus estudios.

La explicación de la autoridad re-fuerza el papel del Juancito Pinto como un estímulo para la perma-nencia en la escuela. En los últi-mos 6 años, el índice de deserción ha disminuido del 7 % al 1,4 % que registra en la actualidad.

Los datos ofrecidos por la auto-ridad de gobierno no coinciden con los resultados presentados por Programa de Investigación Estratégica de Bolivia (PIEB). Las investigaciones sobre educación realizadas en 2012 revelan que el 82 % de la población con edad

estudiantil asisten a centros edu-cativos de manera regular. El au-sentismo y abandono escolar se acrecienta en la secundaria. Según el mismo estudio, el 40 % de los estudiantes que culminan la pri-maria no concluyen la secundaria.

Las políticas educativas tienen la responsabilidad de potenciar la participación activa de los estu-diantes durante el proceso de for-mación regular. Deben presentar diversas oportunidades de forma-ción profesional y humana, que ayuden a los jóvenes a definir su integración en la sociedad.

La deserción escolar afecta directamente al ámbito académico; e indirectamente a los ámbitos de formación personal, emocional,

social y profesional.

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Combatir la deserción desde el aula

Las estadísticas reflejan que las principales causas de abandono escolar surgen en el entorno so-cial y familiar del estudiante. Más allá de esa determinación final que empuja al joven a ausentarse del colegio, el verdadero detonan-te de la deserción escolar nace en las mismas aulas. Cuando el estu-diante no logra el estímulo nece-sario para acudir cada mañana al colegio, buscará este estímulo en otros espacios.

Los docentes deben asumir una actitud de alerta para detectar los riesgos de abandono y trabajar con ellos para fortalecer la pre-sencia del estudiante al colegio. Siempre que las circunstancias lo permitan, es conveniente involu-crar a los padres en este proceso de seguimiento escolar.

Fomentar la motivación del alumno. Mostrar al estudiante la importancia y necesidad del co-legio. No por imposición, sino mediante el aliento y ejemplo de superación personal que encon-trará entre sus docentes y com-pañeros. El estudiante genera un sentimiento positivo en favor del colegio, quiere estar en el colegio puesto que le resulta un espa-cio agradable. La motivación se acompaña con el reconocimiento a la superación personal y el debi-do esfuerzo para así lograrlo.

Potenciar la capacidad de lec-tura y escritura. Una de las cau-sas más comunes que provoca la desilusión en la escuela se debe a los problemas de aprendizaje

que presenta el estudiante. Las limitaciones que puede presentar un niño en la capacidad de com-prensión lectora marcan notoria-mente la baja de su rendimiento y, por tanto, la desilusión por no alcanzar las metas propuestas por el docente. Ante una disminución del rendimiento, resulta valioso estimular los procesos de lecto-escritura y comprensión en el es-tudiante.

Integración al grupo. El abando-no escolar viene precedido de un periodo de asistencia irregular y de faltas a los compromisos escolares. Poco a poco, el estudiante se aleja del grupo y se considera un per-dedor que no puede nivelarse con sus compañeros. Para revertir esta sensación, es necesario hacerles ver que se les respeta y quiere por quie-nes son ellos mismos, no tanto por los éxitos o fracasos que obtengan.

Conocer la causa y actuar con prontitud. El tratamiento para cada situación de abandono es-colar es diferente. Las historias de cada estudiante son particula-res. El docente debe conocer los antecedentes y actuar en virtud a esa singularidad. Resulta funda-mental descubrir la causa del bajo rendimiento y abandono escolar, puesto que no se puede trabajar de la misma manera un caso de baja comprensión lectora que otro de desmotivación afectiva en el aula.

Técnicas de estudio adecuadas. El aprendizaje del estudiante re-quiere el desarrollo de métodos de estudio que se acoplen a cada

personalidad. No todos los estu-diantes captan las enseñanzas y aprenden a través de una misma dinámica. La escuela ayuda a los estudiantes para que consoliden un hábito de estudio. Los métodos y ambientes de aprendizaje son diversos, cada quien debe buscar su mejor espacio. El aula apor-ta también a este hábito, creando un ambiente de estudio alegre, colorido y familiar. En la medida que cada estudiante aporte en la creación del ambiente, sentirá un mayor compromiso por cuidarlo. El docente puede invitar a estu-diantes para que lleven plantas, cuadros y otros elementos que requieran un cuidado o limpieza individualizados. Así, el aula se sentirá como espacio propio.

Estimular. Finalmente, el profe-sor, en su papel de amigo y men-tor del estudiante, debe reforzar y alentar los éxitos y logros acadé-micos. Estos estímulos impulsan al estudiante a mejorar su rendi-miento y revertir las situaciones de desidia escolar.

Envíanos tus opiniones para que puedan ser publicadas en nuestra siguiente edición, al correo electrónico:

[email protected]

…el verdadero detonante de la deserción escolar nace

en las mismas aulas.

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