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DIDÁCTICA DE LA ÉTICA EN FRANCISCO LARROYO Resumen “Nada más actual que un buen clásico” Francisco Larroyo vivió una época en que la pedagogía como disciplina independiente, vinculada con las ciencias, se encontraba en ciernes. A él mismo le tocó desempeñar un papel destacado en su consolidación como ciencia de la educación. Entre otras aportaciones, tuvo la virtud de vincular la pedagogía con la filosofía; como defensor del neokantismo, siempre consideró la ética como tema clave de toda formación educativa. Defendió en todo momento la naturaleza social de la ética y su manifestación en todos los campos de la cultura. Larroyo sustenta una particular filosofía basada en los valores: “La filosofía de la cultura no puede ser sino una filosofía de los valores”. Dentro de su obra escrita, como “Los principios de la ética social”, “La filosofía de los valores” y otras, se encuentran varias propuestas didácticas para la enseñanza de la ética, tanto para el nivel técnico como para la educación media superior y superior. En este documento se expone su pensamiento ético, específicamente sus conceptos de valor, bien y virtud, y su nexo con la cultura; también se explica su propuesta didáctica para desarrollar personas con sentido ético. La novedad de su propuesta se haya en que a diferencia de otras éticas la suya gira en torno del concepto “Valor”. Palabras clave: Didáctica de la ética, Valores, Ética profesional. LÍNEA DE INVESTIGACIÓN: Valores y ética profesionales. Salvador Ceja Oseguera Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla Correo: [email protected]

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DIDÁCTICA DE LA ÉTICA EN FRANCISCO LARROYO

Resumen

“Nada más actual que un buen clásico”

Francisco Larroyo vivió una época en que la pedagogía como disciplina

independiente, vinculada con las ciencias, se encontraba en ciernes. A él

mismo le tocó desempeñar un papel destacado en su consolidación como

ciencia de la educación. Entre otras aportaciones, tuvo la virtud de vincular la

pedagogía con la filosofía; como defensor del neokantismo, siempre consideró

la ética como tema clave de toda formación educativa. Defendió en todo

momento la naturaleza social de la ética y su manifestación en todos los

campos de la cultura. Larroyo sustenta una particular filosofía basada en los

valores: “La filosofía de la cultura no puede ser sino una filosofía de los

valores”. Dentro de su obra escrita, como “Los principios de la ética social”, “La

filosofía de los valores” y otras, se encuentran varias propuestas didácticas

para la enseñanza de la ética, tanto para el nivel técnico como para la

educación media superior y superior. En este documento se expone su

pensamiento ético, específicamente sus conceptos de valor, bien y virtud, y su

nexo con la cultura; también se explica su propuesta didáctica para desarrollar

personas con sentido ético. La novedad de su propuesta se haya en que a

diferencia de otras éticas la suya gira en torno del concepto “Valor”.

Palabras clave: Didáctica de la ética, Valores, Ética profesional.

LÍNEA DE INVESTIGACIÓN: Valores y ética profesionales.

Salvador Ceja Oseguera

Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla

Correo: [email protected]

DIDÁCTICA DE LA ÉTICA EN FRANCISCO LARROYO

Salvador Ceja Oseguera

Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla

Correo: [email protected]

En este documento se expone el pensamiento ético de Francisco Larroyo,

específicamente sus conceptos de valor, bien y virtud, y su relación con la

cultura, pero de manera especial se describe su propuesta didáctica para la

enseñanza de la ética. La novedad de su propuesta se haya en que a

diferencia de otras éticas, la de él gira en torno del concepto “valor”, entendido

este como “un concepto de relación, es decir, una manera de enlazar los

objetos de medio a fin.“ ((Larroyo, 1971, p. 130).

En 1936 Francisco Larroyo publicó la primera edición de “Los principios de la

ética social”. Con el paso de los años este libro llegó a alcanzar las catorce

ediciones, en cada una de las cuales su autor procuró mantenerlo actualizado,

por lo que el texto pasó, de 172 páginas de la primera edición, a 352 en la 14ª

en 1971, por referirnos sólo a la extensión. La actualización en cada una de las

ediciones de sus obras fue una constante en él. Otros libros que publicó

enfocados directamente a la ética fueron La filosofía de los valores (1936), que

fue su tesis de maestría en filosofía y Lecciones de lógica y ética (1957),

dirigido de manera especial a la educación media y a escuelas comerciales y

técnicas.

Larroyo propuso una nueva forma de enseñar la ética, tanto en su contenido

como en su didáctica. En cuanto a su contenido, aborda el estudio de la

filosofía moral de manera sistemática, por problemas concretos, más que como

una exposición histórica de las doctrinas morales, como tradicionalmente se

venía haciendo. En cuanto a su didáctica, ofreció algunas propuestas basadas

en los modelos activos, para facilitar la adquisición de esta ciencia.

Cultura

La cultura es el objeto de la filosofía. Por cultura tradicionalmente se ha

entendido el cultivo de las aptitudes humanas o el perfeccionamiento del

espíritu humano. Por cultura podemos entender el conjunto de bienes que se

han desarrollado a lo largo de la historia.

El concepto de cultura abarca tanto la obra realizada (cultura objetiva), como

el proceso interior del hombre (cultura subjetiva). “El hombre se cultiva

asimilándose los bienes que forman la cultura objetiva (ciencia, arte, moral,

religión, lenguaje, derecho).” (Larroyo, 1973, p. 36). Lo que motiva al hombre a

querer cultivarse son ciertas cualidades que ennoblecen, dignifican y hacen

preferible alguna formación cultural, las cuales reciben el nombre de valores.

Con este elemento agregado, tenemos que la cultura puede concebirse como

aquello en que residen y se realizan valores. Ejemplos de estos valores son: la

verdad, la justicia, la santidad, la belleza, la bondad. La verdad se realiza en la

ciencia, la santidad en la religión, la belleza en el arte, la bondad en la moral…

Los valores se concretizan en bienes culturales. Mientras los valores son

universales, los bienes culturales no, pues cambian dependiendo de la época y

del lugar.

Para Larroyo (1971, p.35): “…en última instancia, la palabra cultura se aplica a

aquello que tiene valor, a lo que es portador de valor, a lo que se ofrece dotado

de un carácter valioso.”

Filosofía moral

El punto de partida de la ética es la sociedad. Para él resulta evidente que el

hombre individual, ajeno a lo social, no existe: “El hombre aislado (…) es pura

abstracción”. “La comunidad de intereses sociales es lo que hace del individuo

un hombre.” (Larroyo, 1971, p. 25).

Es en la sociedad donde el hombre desarrolla una cierta manera de conocer,

sentir y actuar en la vida, lo que da origen a una determinada concepción del

mundo y de la vida que poseen todos; algunos se centran en la Verdad, otros

en la Belleza, en la Utilidad Económica algunos, en la Justicia otros, y en la

Felicidad, el Placer o la Santidad unos más. Cuando estos valores sustentan

una corriente filosófica dan origen al intelectualismo, al utilitarismo, al

esteticismo, el eudemonismo, el hedonismo, etc. También se puede caer en

eticismo, es decir, aquella postura que señala a lo bueno como lo preferible en

la vida.

La ética para él es una ciencia, la ciencia que estudia la moralidad. Como

ciencia posee un conjunto de verdades fundamentadas, demostrables,

sistematizadas. La ética tiene una doble función: por una parte es una ciencia

normativa y por la otra es una disciplina axiológica. Desde el punto de vista

normativo ofrece reglas de conducta, es decir se enfoca al deber ser. Este

deber ser puede darse gracias a que el hombre tiene una capacidad para darse

cuenta del deber, de la necesidad de someterse a normas o reglas; esta

capacidad recibe el nombre de conciencia normativa. Cabe recalcar que estas

normas son creadas en la sociedad, por lo que la conciencia normativa se

convierte en conciencia social normativa. En la perspectiva axiológica, la ética

es una disciplina que interpreta la conciencia normativa desde la idea de valor.

La conciencia consiste en “darse cuenta” del proceso cultural. Se parte de los

hechos para descubrir cuáles son las leyes de la conciencia o “maneras de ser

de la conciencia que determinan las distintas clases de fenómenos

culturales.”(Larroyo, 1971, p. 74) Al ser leyes, lo que se busca es conocer las

relaciones constantes que nos sirven para darle el mismo nombre a

determinado fenómeno cultural, independientemente del lugar y la época en

que se haya realizado. Por eso a este método se le llama trascendente, porque

busca conocer las leyes que se encuentran por encima de todo hecho cultural.

Este método se denomina “crítico” porque pretende alejarse de cualquier

intromisión metafísica o empirista.

Fin es algo por alcanzar y medio lo que se necesita para lograr dicho fin. En

última instancia se requerirá de un fin final que sirva de guía en la libre

elección. Toda elección va acompañada de un acto de la voluntad. Los

elementos esenciales de un acto volitivo, según Larroyo, son:

- Pluralidad de fines

- Elección de uno de ellos.

- Conciencia de poder realizar el fin elegido.

- Disposición para llevarlo a cabo

Para Larroyo el problema de la libertad es un problema de preferencia, de

valor. El acto moral es un hecho voluntario en el que un fin final interviene en

alguna forma en la elección. Gracias al concepto anterior de acto moral el

individuo se eleva al rango de persona, ya que se le reconoce la cualidad de

ser con responsabilidad.

Un acto moral es aquel que se realiza de manera libre buscando un fin

incondicionado. Sólo las personas y sus acciones pueden ser objeto de

estimación moral. Para decidir si una acción es buena o mala se requiere

descubrir un principio o criterio general que sea aplicable a todo fenómeno

ético. La propuesta del autor se basa en la ética crítica, con lo que se aleja de

la ética dogmática, de la metafísica y del empirismo anómico que no reconoce

ningún principio general. Él mismo postula como criterio de lo axiológicamente

bueno la “voluntad social pura”. Solamente el imperativo categórico kantiano

ofrece una fundamentación suficiente de la obligatoriedad del acto moral, sólo

que en el caso de Larroyo se le agrega el carácter social: “obra y quiere en el

sentido de la voluntad social pura” (Larroyo, 1973, p. 101).

Axiología y teleología

El tema de los valores y los fines es fundamental para Larroyo. Se podría

señalar que constituyen la esencia de los contenidos del acto educativo. A

través de la axiología y la teleología se intenta realizar cierto tipo de hombre.

Los principales problemas que enfrenta la axiología, según él, son:

a) El problema de la esencia del valor. ¿Qué son los valores?

b) El problema del conocimiento de los valores. ¿Cómo se conocen los

valores?

c) El problema de la clasificación de los valores. ¿Cuántas clases de

valores hay?

d) El problema de la valoración. ¿En qué consiste la „validez‟ del valor?

e) El problema de la jerarquía de los valores. ¿Qué valores valen más?

f) El problema de la realización de los valores.

Antes de valorar un acto ético como digno o valioso, primero hay que tener

claro lo que es un valor. Estos temas forman parte de la teoría de los valores o

axiología. Desde los griegos el tema del valor ya se encontraba entre sus

preocupaciones, pero es en Kant donde se encuentra el primer ensayo

sistemático aunque incompleto de la filosofía de los valores.

De los objetos se puede decir qué son y para qué son, es decir, en la primera

pregunta se hace referencia a su esencia y en la segunda a su finalidad, al fin

que cumple. En esta segunda pregunta es donde se encuentra el valor.

.

”El valor es ante todo un concepto de relación, es decir, una manera de enlazar

los objetos de medio a fin. Todo valor, además, supone una polaridad (es

positivo o negativo: bello o feo, bueno o malo, útil o inútil, etc.), una gradación

(más o menos malo, más o menos injusto). Una materia (ético o artístico, útil o

agradable), y una jerarquía, es decir, una relación de categoría o rango

respecto a las demás especies de valor (¿vale más la belleza que la verdad; la

justicia que el placer?).”(Larroyo, 1971, p. 126)

En el pensamiento de Larroyo, los valores encarnan en bienes, por lo que la

pregunta a este problema sería: “¿Cuáles son las leyes inmanentes a través de

las cuales los bienes de la cultura se tornan valiosos?”. (Larroyo, 1980, p.202)

Todo valor se encuentra relacionado a un fin, pues se dice que algo vale

cuando es adecuado a un fin. Otra característica del valor es la gradación, que

consiste en la mayor o menor idoneidad de dicho valor para el fin que se

persigue. La polaridad es otra característica que poseen. Un rasgo

especialmente importante de los valores consiste en que tienen su propio

campo de realización cultural. Esto permite distinguir entre valores científicos,

morales, estéticos, religiosos, etc. Otra característica es la jerarquización, pues

es posible subordinar unos valores a otros.

Los valores no son algo abstracto, sino que encarnan en bienes culturales. En

principio, los valores se captan, después se „valoran‟. Toda evaluación implica

tanto preferir como posponer. La preferencia se basa en un sentimiento, pero

se acompaña de un acto volitivo cuando se trata de valores morales.

La cultura tiene un carácter universal. La conciencia puede tener un carácter

individual o general. El origen de toda estructura cultural se encuentra en la

conciencia.

Es constante su énfasis por desmarcarse de la metafísica. Cuando explica el

concepto de “razón crítica”, repite que se trata de explicar los hechos de la

cultura, pero sin “deducirlos” de principios metafísicos. Pero una vez analizados

dichos hechos habrá de elevarse para conocer las condiciones inherentes, las

relaciones constantes, las formas de todo hecho cultural. Esta elevación es a lo

que le llama “trascendental” (de trascender).

Axiología y educación

En la perspectiva de Larroyo toda pedagogía es pedagogía axiológica, dado

que todo acto educativo implica la realización de valores.

El objetivo de la pedagogía axiológica consiste en averiguar cómo los bienes

culturales se pueden transformar en bienes educativos, aunque no todos los

bienes culturales pueden ser transformados en bienes educativos en cualquier

momento y para cualquier persona, ya que la acción educativa tiene límites.

A Larroyo le preocupa de manera especial cuál es el valor cultural de la

Educación; se pregunta “¿qué axiología es peculiar de la educación?”, y se

responde: la formación humana. La formación humana implica dos

características: a) la creciente asimilación de bienes culturales y b) la

potenciación del educando para que mejore su forma de vida.

En toda formación humana intervienen todos los valores de la cultura. Cada

que se emplea el término “formación humana” se hace con un sentido

axiológico, pues se emite una apreciación, un juicio de valor.

Didáctica de la ética

Equipara a la didáctica con la teoría del aprendizaje y le llega a llamar ”doctrina

de la enseñanza”. La considera el estudio de los métodos más eficaces en las

tareas de la enseñanza. “la didáctica es aquella parte de la pedagogía que

describe, explica y fundamenta los métodos más adecuados y eficaces para

conducir al educando a la progresiva adquisición de hábitos, técnicas,

conocimientos, en suma, a su adecuada e integral formación.” (Larroyo, 1981,

p. 254). En esta definición implícitamente se incluye al docente como el

responsable de llevar a cabo dicha tareas sistemática e intencionada para

propiciar el aprendizaje en el alumno.

Su preocupación por la difusión de la ética en la sociedad se manifiesta en la

constante actualización de sus textos que tratan este tema. Mención especial

merece su libro Lecciones de lógica y ética, pues a través de él deseaba

impactar en aquellos que no tenían acceso a la preparatoria ni a la universidad.

Los principales problemas que se deben abordar en la enseñanza de la ética

son:

a) El problema de la esencia del acto ético. ¿Qué es un acto ético? ¿Qué

condiciones hacen posible el surgimiento de la acción moral?

b) El problema de la valoración moral. ¿Cuál es el principio que permite

distinguir entre bueno y malo, valioso o no valioso?

c) El problema de la obligatoriedad. ¿Cuál es el fundamento de la

obligatoriedad de los preceptos morales?

d) El problema de la realización de los valores morales. ¿Qué instituciones

sociales son idóneas para la realización de los valores morales?

Señala que existen tres métodos para la enseñanza de la moral: los léxicos,

los negativos y los métodos activistas. Los métodos léxicos son aquellos que

se imparten como una asignatura más. Este método también utiliza la narración

de alguna historia con contenido moral, la cual después es analizada por los

alumnos. El método léxico se suele utilizar también en la impartición de

cualquier materia con comentarios éticos ocasionales en forma anecdótica.

Según Larroyo estos métodos no logran despertar del todo el interés en los

alumnos, pues no toman en cuenta su experiencia emotiva y vital. Como la

enseñanza moral impacta en la voluntad del sujeto, para llegar a ella la

enseñanza oral debe venir después de la experiencia vivida y no antes.

En oposición a los métodos léxicos se encuentran los llamados negativos.

Reciben este nombre debido a que no prescriben cosa alguna a los alumnos.

Su método típico es el de los “procedimientos disciplinarios por medio de las

consecuencias” (Larroyo, 1981, p. 461), en donde no se impone norma alguna;

consideran que las consecuencias propias del acto encausarán al individuo por

el camino del deber.

Ante las posturas anteriores, Larroyo se inclina por la de los métodos activos,

los cuales se fundan en cinco principios: autoactividad, paidocentrismo,

autoformación, actividad variada y actuación funcional.

Con relación a la autoactividad, es indispensable lograr poner en acción el

querer del educando para que busque conseguir un fin. Es indispensable que el

estudiante quiera por sí mismo dicho fin. El papel del docente en este momento

deberá limitarse a aconsejar, orientar y guiar.

Como en todo acto pedagógico, en la educación moral hay que partir del

estudiante, de sus intereses, afectos y sentimientos (Paidocentrismo).

Se debe evitar el adoctrinamiento externo. La mejor manera de educar en lo

moral es a través de la realización práctica de los valores, de la adquisición de

hábitos: “La práctica de la moral es el gran objetivo; no las reglas, los

mandatos, los preceptos.”(Larroyo, 1981, p. 463)

Se debe inculcar la conciencia del deber a través de diversos recursos, en

armonía con variados valores éticos (Fines múltiples). Se pueden utilizar las

lecturas históricas, el trabajo en equipo entre los alumnos, fomentar juegos y

actividades deportivas, etc.

La educación moral buscará la adaptación del educando a los valores

predominantes de la sociedad donde vive (Funcionalidad).

A pesar de la diversidad de propuestas éticas, existen ciertos valores

fundamentales, a los cuales les llega a llamar virtudes, como la veracidad, la

valentía, la templanza, la justicia y la lealtad.

Para complementar la formación moral del estudiante se requieren los

siguientes elementos: Noción del deber, Noción de la regla, Obligatoriedad,

Disciplina y autoridad, Nobleza, Admiración.

Conclusión

De Larroyo y la ética se puede decir mucho: siempre defendió una corriente

filosófica que se centraba en la axiología, hizo todo lo posible por difundirla a

través de libros, revistas, clases, formación de discípulos, organización de

congresos, etc. Aparte de los contenidos que sugería, también proponía cierta

metodología para su enseñanza, en la cual defendía la autonomía del

estudiante y el tomar como punto de partida los hechos concretos más que los

deberes abstractos.

Intento hacer accesible a diferentes públicos los más importantes temas de la

filosofía moral. Su propio estilo para escribir intenta ser didáctico, por la

sencillez y orden con que escribe.

El impacto del pensamiento ético de Francisco Larroyo en México fue

importante. Durante varias décadas sus libros fueron utilizados como texto

obligatorio en las preparatorias de la UNAM, en la Escuela Normal y en varios

planteles de educación técnica, razón por la cal fueron reeditados varias veces.

El legado de Larroyo para la pedagogía y la filosofía mexicanas es de

innegable valor. Este documento es sólo un esbozo de la riqueza académica

que se puede encontrar en la obra del fundador de la carrera de pedagogía en

a UNAM.

REFERENCIAS

Escobar, Edmundo (1970). Francisco Larroyo y su personalismo crítico.

Ed. México, Porrúa.

Larroyo, Francisco. (1965). Pedagogía de la enseñanza superior. México: Editorial Porrúa. Larroyo, Francisco (1970). Lecciones de lógica y ética. México, Ed. Porrúa.

Larroyo, Francisco (1971). Los principios de la ética social. México, Ed. Porrúa,

14ª.Edición.

Larroyo, Francisco (1973). Introducción a la filosofía de la cultura. México: Editorial Porrúa. Larroyo, Francisco (1981). La ciencia de la educación. México, Ed. Porrúa.

Pérez Gutiérrez, Teresa de Jesús (1993). Francisco Larroyo y la historia de la educación en México: la constitución de un campo disciplinario.Tesis

de licenciatura en Pedagogía. México: Aragón.