DIRECCIÓN Y CONTROL DEL AULA

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I. Introducción. Desde comienzo del siglo pasado, la disciplina escolar ha sido motivo de interés debido al aumento de actuaciones que impiden el desarrollo adecuado del proceso educativo y que provocan altos niveles de estrés en el profesorado. Uno de los problemas es la falta de consenso a la hora de conceptualizarla, por ejemplo, hay algunos que utilizan términos como orden, control o gestión del aula, los cuales implican dominio y rigidez sobre los estudiantes. Otros creen que sería más adecuado utilizar el término dirección de clase porque hace más fácil la tarea de dirigir a los alumnos y toma en consideración variables tanto del ámbito escolar como extraescolar. Esta conceptualización hace posible alcanzar los objetivos de la educación: lograr el desarrollo del individuo y la adquisición por parte de éste de destrezas intelectuales y sociales. La disciplina, por tanto, no debe ser desligada de esta finalidad. Los argumentos utilizados para justificar la necesidad de la disciplina han sido varios: Argumento social: Cualquier sociedad no puede funcionar sin normas o leyes siendo estas más necesarias cuanto más complejas son aquellas. La escuela como institución social, la clase como grupo y como parte de la escuela necesita normas de respeto y convivencia para llevar a cabo sus funciones. Todo el mundo debe saber qué está permitido y qué prohibido. Argumento psicológico: Los niños necesitan una regularidad, una rutina para poder un desarrollo psíquico sano, es decir, los niños necesitan vivir en un mundo predecible (Maslow) necesitan orden y disciplina para ser felices para ser aceptados de la personalidad y con las explicaciones de las razones de las reglas de contribución al desarrollo de su pensamiento. Argumento funcional: Prácticamente todos los educadores están de acuerdo al afirmar que se precisa “un determinado nivel de orden” para que el grupo que dirigen funcione.

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I. Introducción.

Desde comienzo del siglo pasado, la disciplina escolar ha sido motivo de interés

debido al aumento de actuaciones que impiden el desarrollo adecuado del proceso

educativo y que provocan altos niveles de estrés en el profesorado. Uno de los

problemas es la falta de consenso a la hora de conceptualizarla, por ejemplo, hay

algunos que utilizan términos como orden, control o gestión del aula, los cuales

implican dominio y rigidez sobre los estudiantes. Otros creen que sería más adecuado

utilizar el término dirección de clase porque hace más fácil la tarea de dirigir a los

alumnos y toma en consideración variables tanto del ámbito escolar como

extraescolar. Esta conceptualización hace posible alcanzar los objetivos de la

educación: lograr el desarrollo del individuo y la adquisición por parte de éste de

destrezas intelectuales y sociales. La disciplina, por tanto, no debe ser desligada de

esta finalidad.

Los argumentos utilizados para justificar la necesidad de la disciplina han sido

varios:

Argumento social: Cualquier sociedad no puede funcionar sin normas o leyes

siendo estas más necesarias cuanto más complejas son aquellas. La escuela

como institución social, la clase como grupo y como parte de la escuela necesita

normas de respeto y convivencia para llevar a cabo sus funciones. Todo el

mundo debe saber qué está permitido y qué prohibido.

Argumento psicológico: Los niños necesitan una regularidad, una rutina para

poder un desarrollo psíquico sano, es decir, los niños necesitan vivir en un

mundo predecible (Maslow) necesitan orden y disciplina para ser felices para ser

aceptados de la personalidad y con las explicaciones de las razones de las reglas

de contribución al desarrollo de su pensamiento.

Argumento funcional: Prácticamente todos los educadores están de acuerdo al

afirmar que se precisa “un determinado nivel de orden” para que el grupo que

dirigen funcione.

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II. Modelos teóricos explicativos.

Tres son los modelos desde los que se pueden abordar la disciplina y el control en

el aula:

Modelo cognitivo: Basado en el desarrollo personal y social del alumno. El

objetivo principal es ayudar al alumno a controlar su propia conducta y

proporcionarle la oportunidad de escoger la conducta adecuada para la

resolución de problemas.

Modelo conductista: Se fundamenta en la teoría del condicionamiento

operante. Los individuos son controlados por medio del refuerzo contingente de

la conducta. A continuación se presentan algunas de las técnicas que utiliza este

modelo para la gestión y control del aula:

- Reforzamiento positivo a través de premios.

- Castigos.

- Economía de fichas.

Modelo psicosocial: Considera al alumno como miembro de un grupo de

aprendizaje que contribuye a través de sus actuaciones a la consecución de las

metas de éste. El grupo y sus miembros es regulado a través de una serie de

normas que se han de hacer dentro del grupo.

III. Factores determinantes de la gestión en el aula.

Hay una serie de factores que intervienen en la gestión en el aula:

La edad de los alumnos: Es necesario adaptar los métodos de disciplina al nivel

evolutivo de cada alumno. Piaget defendía la existencia de una serie de etapas

de desarrollo del niño que deben aplicarse al aprendizaje de la disciplina

escolar, estas etapas son:

o Etapa preoperacional: caracterizada por el egocentrismo. El niño

aprende las normas impuestas por los adultos.

o Etapa de las operaciones concretas: el niño empieza a conocer por

medio de la experiencia que las normas son variables y pueden

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incluso encerrar algunas contradicciones. En esta etapa el niño

adquiere una moral de colaboración.

o Etapa de las operaciones formales (preadolescencia): Se caracteriza

por la autonomía. El individuo empieza a desarrollar sus propios

principios e ideas.

El grupo-clase como determinante: Los grupos servirán de referencia al alumno

siempre y cuando este los acepte y se sienta identificado con alguno de ellos.

El profesor y la gestión del aula: El profesor es el encargado de dirigir y

organizar la clase de forma armónica y adaptarla a las aptitudes de los

alumnos. Es importante tener unas buenas cualidades temperamentales y de

personalidad para la buena gestión del aula, como son: disposición y entrega de

enseñanza, la justicia, el autocontrol y la paciencia.

Johnson (1980) propone que la autoridad del profesorado depende de cuatro

fuentes de poder:

o Poder coercitivo.

o Poder para premiar.

o Poder de modelo o de referencia.

o Poder de experto.

El centro educativo: Los rasgos que hacen que un centro funcione con éxito

son:

o Reglas y normas, claras, conocidas y que se apliquen

constantemente.

o Reglas que deben ser razonables, justas y apropiadas.

o Un sistema eficaz para el tratamiento y orientación de los alumnos.

o Ningún alumno debe tener la impresión de ser menos importante

que otro.

o La colaboración con los padres y su participación activa en la vida

escolar.

o La existencia de una buena armonía y relación entre profesores y

éstos con los alumnos.

o Facilitar una enseñanza eficaz y adaptada a los objetivos

académicos y sociales.

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Además de todo esto, es importante llevar a cabo un plan de estudio para

conseguir una buena disciplina. Basándonos en los criterios de actuación propuestos

por Tanner:

a) Relacionados con el aprendizaje académico:

o Actividad con propósito: planeada y definida para conseguir un

objetivo.

o Actividad responsable: responsabilizar a los alumnos.

o Actividad interesante: para motivas al alumno es necesario

identificar sus dificultades de aprendizaje y elaborar un programa

adecuado a las necesidades.

b) Relacionados con el aprendizaje de actitudes sociales: las actitudes sociales

hay que integrarlas dentro del plan de estudios para que el niño tenga un

buen control de sí mismo.

IV. Problemas de comportamiento y control en clase.

Uno de los problemas más frecuentes en el aula son las conductas disruptivas.

Estas se pueden definir como “aquellas que influyen negativamente en el proceso

docente y/o supone un grave trastorno para el normal desarrollo de la vida escolar”.

Las variables diferenciales en las conductas disruptivas son:

o Sexo: en los niños se da más agresividad física, mientras que en las

niñas son verbales.

o Nivel educativo: en educación infantil, las conductas más frecuentes

son motrices y agresivas; en primaria, ruidosas, verbales y agresivas

y en secundaria, verbales, agresivas, injuriosas y rebeldes.

o Rendimiento académico: a peor rendimiento académico, mayor

conducta disruptiva.

o Clase social: Existen más conductas disruptivas en niños con estatus

socioeconómico inferior.

Las conductas más frecuentes se pueden dividir en cuatro grupos de mayor a

menor frecuencia:

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1. Comportamientos que perturban las relaciones sociales en la clase:

agresión física, agresión latente, agresión verbal y comportamiento de

huída y aislamiento social.

2. Comportamientos que en la clase que interfiere con el comportamiento

de estudio: comportamientos de motricidad gruesa (estar fuera del

asiento), comportamientos ruidoso (dar patadas), comportamientos

verbales (gritar o conversar con otro), comportamientos de orientación

en la clase (volver la cabeza) y comportamientos que atentan contra la

autoridad del profesor.

3. Comportamientos ocasionados por falta de responsabilidad del

alumno: robo, absentismo escolar, palabras y gestos obscenos,

comportamientos que alteran las normas de funcionamiento en la

clase…

4. Comportamientos asociados a cierta inmadurez orgánica del niño:

hiperactividad, distracción y falta de atención comportamiento de

demora, comportamiento que dificultad el comportamiento escolar y

dificultad de adaptación al aprendizaje.

Para una buena gestión y control en el aula, Kounin (1970) propone:

1. Puntualidad para empezar y acabar la clase.

2. Buena preparación de los temas y materiales didácticos.

3. Ponerse rápidamente a la tarea.

4. Utilización efectiva de la palabra.

5. Mantenerse alerta.

6. Distribución justa y equitativa.

7. Mantener las notas y promesas al día.

8. Delegación de las tareas rutinarias.

9. Atención a los problemas de los alumnos.

10. Concluir amistosamente la clase.

V. Acoso escolar (bullying).

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Bullying en inglés significa matón. El concepto recoge una serie de conductas que

tienen que ver con la intimidación, tiranización, aislamiento, amenaza e insultos

sobre una o varias víctimas. El alumno agredido es víctima cuando se ve expuesto de

forma repetida y durante cierto tiempo a acciones negativas que lleva acabo otro

alumno o un grupo de ellos. Hay una serie de aspectos que caracterizan al acoso

escolar son:

Debe existir una víctima indefensa, atacada por un abusador o grupo de

matones.

Debe existir una desigualdad de poder entre la víctima y el agresor.

La acción agresiva tiene que ser repetida.

Los tipos de acoso son: verbal, físico, psicológico y social (marginación).

Las víctimas suelen ser personas débiles, inseguras, ansiosas, sensibles, tímidas,

con bajo nivel de autoestima, apegadas al hogar, buenas relaciones con los

educadores etc. Por otro lado, el perfil de los agresores se caracteriza por un

temperamento agresivo, ser impulsivos, deficiencia en habilidades sociales, falta de

control de la ira, mayor fortaleza física, necesidad de dominio, autosuficientes y bajo

nivel de autoestima.

El acoso puede acarrear múltiples consecuencias tanto en la víctima como en el

agresor e incluso aquellos que lo presencien. La víctima puede sufrir fracaso escolar,

niveles altos de ansiedad, fobia al colegio, insatisfacción e intentos de suicidio. El

agresor por su parte, tiene una concepción positiva del acto violento y

reconocimiento social. Los espectadores pueden desarrollar desensibilización ante el

sufrimiento de los otros.

Para el diagnóstico de este tipo de problemas se pueden utilizar cuestionarios

como el PRECOCIMEI, diseñado para el profesorado, alumnado y familia. Y listas de

comprobación, las cuales permiten que ir evaluando a lo largo del proceso de

detención, planificación e intervención el mantenimiento o no del acoso en el aula.

También se hace uso de técnicas antiacoso escolar como son:

Método Pikas: consiste en una entrevista realizada tanto a la víctima como a

los abusadores. No se ha demostrado su eficacia.

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Entrenamiento asertivo.

Círculo de amigos/as.

Entrenamiento para el manejo de la ira.

Autodefensa personal.

Role playing.

VI. Estrategias para facilitar el control de la clase.

Se han propuesto una serie de estrategias para facilitarle la tarea al profesor cuyo

objetivo es prevenir e intervenir sobre los problemas que vayan surgiendo en clase de

tipo comportamental, académico, social o personal, con el fin de lograr una buena

interacción profesor-alumno. Esta interacción va a permitir que se lleguen a dar los

procesos básicos para realizar las estrategias. Éstas son:

Estrategias de disciplina según el grado de intervención: Estas se clasifican

según el grado de intervención que se requiere por parte del profesor.

o Estrategias de no-intervención: son dos:

Diálogo profesor-alumno: el profesor guiara al alumno hacia

un comportamiento adecuado mediante el diálogo sin

imponer su autoridad.

Evaluación profesor-alumno: el profesor evalúa el

comportamiento inadecuado del niño y sus consecuencias y

le ofrece distintas soluciones que le lleven al cambio.

o Estrategias de interacción: La solución del problema se lleva a cabo

a través de la colaboración de los alumnos, el profesor y otros

profesionales, asumiendo cada la responsabilidad en sus funciones.

Dentro de este tipo de estrategias se encuentran las Estrategias de

colaboración, que se clasifican en dos:

Estrategias de colaboración profesor- alumno.

Estrategias de colaboración entre el profesor y otros

profesionales vinculados al entorno escolar.

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Estrategias de colaboración Profesor-Alumno: Pueden

estar centradas en:

En el profesor, se aplica del mismo modo a toda la

clase y están poco individualizadas.

En el alumno, son individualizadas y se utilizan para

solucionar una conducta concreta que

presenta un alumno en particular.

Estrategias de intervención: Su objetivo es solucionar las causad que pueden

estar dando lugar al comportamiento inadecuado del alumno. Según el

problema será necesario intervenir sobre uno u otros:

o Intervención sobre el conflicto: Intervención a través de la

mediación (Torrego 2000).

o Intervención en el ámbito motivacional: Sureda propone un

programa denominado “Intervención para la mejora de las

habilidades socio personales de los alumnos de secundaria”. Con él

quiere, que el alumno construya una percepción de si mismo

adecuada con un conocimiento ajustado de sí mismo, sentimientos

Fases Objetivo

Premediación. Facilitar el acceso a la mediación.

Reglas del juego. Crear un clima de confianza. Establecer

objetivos, expectativas y normas.

Clarificación del conflicto. Exponer las distintas versiones. Llegar al

verdadero problema.

Situación del problema. Identificar en qué consiste el conflicto.

Proponer soluciones. Buscar posibles vías de arreglo. Planificar

cómo salir del conflicto.

Llegar a un acuerdo. Concretar quién hace qué, cómo, cuándo

y dónde.

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de seguridad y de pertenencia adecuados y competencia social en

los ámbitos escolar y social.

o Intervención en habilidades de interacción y de comunicación: Los

entrenamientos deberán mejorar la empatía, enseñar a mejorar los

pensamientos distorsionados y a controlar los sentimientos. Los

pasos son:

1. Informar sobre la conducta social hábil y las características

que diferencian a los asertivos, los pasivos y los agresivos.

2. Interaccionar con empatía, adaptarse a los sentimientos de

los demás y ser capaz de ponerse en su lugar.

3. Modificar los pensamientos negativos.

4. Manejar los pensamientos incontrolados.

5. Resolver los problemas y ser capaz de afrontarlos.

Para conseguir la autorregulación es necesario llevar a cabo una serie de

estrategias:

1. Análisis de las causas: evaluar los aspectos que impiden la consecución de

los resultados deseados.

2. Análisis de los cambios.

3. Sistema de registro: especificar qué, cómo y cuánto tiempo hacerlo, y las

consecuencias que se obtienen de la correcta ejecución o no de las

conductas programadas. La finalidad es controlar los cambios y actuar como

sistema de refuerzo.

Igualmente, para controlar la clase podemos utilizar las clásicas técnicas de

modificación de conducta:

Técnicas ¿En qué consiste? Objetivos

Reforzamiento

positivo.

Reforzamiento de las conductas que se

quieren mantener.

Sustitución de comportamientos

indeseables. Mantenimiento de

comportamientos deseables.

Extinción. Retirada del refuerzo que tienen las Eliminar comportamientos

Page 10: DIRECCIÓN Y CONTROL DEL AULA

conductas indeseables. indeseables.

Modelamiento. Observación de las conductas apropiadas

en otros sujetos.

Conseguir nuevos

comportamientos en el alumno.

Contratos de

contingencia.

Contratos en los que se establecen las

conductas que se quieren cambiar y las

consecuencias de esto.

Conseguir además del cambio

de comportamiento, un

compromiso explícito por parte

del alumno.

Castigo. Consecuencia negativa derivada de un

comportamiento indeseable.

Eliminar una conducta no

deseada.

Propuesta de colaboración:

Presentamos a continuación una propuesta de colaboración entre

profesores y otros profesionales, basada en la teoría de Gotzens (1997), para la

solución de problemas de comportamiento.

Fase Tema A cargo Tiempo Objetivos

1 Delimitación del

problema. Profesor. 5 min.

Obtener descripción general del

comportamiento del alumno.

2 Antecedentes. Profesor. 10 min. Presentación de los antecedentes.

3 Antecedentes

del problema.

Otros

miembros

del equipo.

15/20

min.

Añadir información que aportan otras

personas que están en contacto con el

alumno a lo largo del día.

4 Clarificar la

información.

Todo el

equipo. 15 min.

Concretar la información sobre el caso y

determinar los cambios que se desean

conseguir.

5 Sugerir

soluciones.

Todo el

equipo. 20 min.

Ofrecer posibles soluciones y discutirlas en

grupo.

6 Generar un plan

de acción.

Todo el

equipo. 20 min. Decidir el plan a seguir y asignar tareas.

7 Aplicación del

proyecto.

Todo el

equipo.

Puesta en práctica y desarrollo de un plan de

acción.

Page 11: DIRECCIÓN Y CONTROL DEL AULA

8 Evaluación y

seguimiento.

Todo el

equipo.

10/15

min.

Encuentros periódicos para el seguimiento

del caso.

Para finalizar, se presenta a continuación un esquema de acción que recoge los

conocimientos que el profesor debe adquirir sobre cuestiones de disciplina. Este

consta de tres fases:

1. Preparación y planificación de la disciplina escolar:

Toma de contacto con el tema por parte del profesor.

o El profesor debe recabar dos tipos de información: científica y

legal-administrativa.

Planificación de la disciplina.

o El profesor debe tomar opción por un enfoque, planificar la

disciplina del aula y contextualizar la planificación efectuada.

2. Aplicación y seguimiento de la disciplina en el aula:

Inicio de curso y presentación. El profesor debe:

o Comunicar las previsiones realizadas a los alumnos (normas de

funcionamiento, consecuencias del no cumplimiento de

estas…)

o Buscar feedback en los alumnos que le permita determinar el

nivel de comprensión e implicación de éstos en las propuestas

planteadas.

o Tener en cuenta las aportaciones y sugerencias que los

alumnos proponen introducir.

o Adaptar las previsiones al grupo de clase.

El día a día de la disciplina se corresponde con el desarrollo de la

actividad disciplinaria a lo largo del curso. Incluye tres tareas:

o Aplicar la normativa y los procedimientos precisos para ello.

o Solventar los problemas surgidos al respecto.

o Introducir los reajustes que se consideren oportunos.

3. Contribución a la mejora de la disciplina del centro.

Page 12: DIRECCIÓN Y CONTROL DEL AULA

Comunicación y colaboración con los colegas: establecimiento de

contacto con los colegas a fin de buscar propuestas de optimización de la

disciplina en el centro.

Los contactos con la comunidad para-escolar: conseguir la implicación de

las familias, la colaboración de los servicios educativos, servicios sociales

y demás centros e instituciones próximos al entorno escolar, de cuya

cooperación depende en buena medida el éxito de la disciplina en la

escuela.

Page 13: DIRECCIÓN Y CONTROL DEL AULA

VII. Bibliografía.

BELTRÁN, J. et al (1995). Psicología de la Educación. Madrid: Eudema (cap 18).

GARCÍA, A. (1996). Gestión y control del aula. En Barca, A. González, J. González, R.

Escoriza, J. (Eds), Psicología de la Instrucción, (3). Componentes contextuales y

relacionales del aprendizaje escolar (pp. 101-124). Barcelona: E.U.B.

GOTZENS, C (1995). El control de la clase y la disciplina. En Mayor, J. (Ed.), Psicología de

la Educación (pp. 372-390). Madrid: Anaya.

GOTZENS, C (1997). La disciplina escolar (pp. 160-163; pp. 221-232). Barcelona:

Horsori.

GONZÁLEZ-PIENDA, J.A., GONZÁLEZ, R., NÚÑEZ, J.C., y VALLE, A. (2002). Manual de

Psicología de la Educación. (Cap. 12, pp.271-294) Madrid: Pirámide.

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Artículos relacionados con el tema: Control y Dirección del aula.

A continuación se presentan dos artículos muy interesantes sobre acoso. Uno de

ellos estudia la relación de éste con las actitudes de socialización en una muestra de

adolescentes, el otro nos hace ver el nivel de acoso existente en aquellas instituciones

escolares que se basan en un sistema de dirección autoritario .

Artículo sacado de la base de datos DIALNET. Para su búsqueda se puso la palabra

“bullying” y se encontraron 121 documentos. Referencia: CEREZO RAMÍREZ, F.

(2002). El bullying y su relación con las actitudes de socialización en una muestra de

adolescentes. Revista electrónica interuniversitaria de formación del profesorado, 1

(5), ISSN 1575-0965.

El bullying y su relación con las actitudes de socialización en una muestra de

adolescentes.

Este trabajo es parte de una investigación más amplia que pretende conocer

las implicaciones de algunas actitudes sociales de los adolescentes en la dinámica

bullying. La muestra la componen 46 alumnos de dos grupos de Tercero de

Educación Secundaria, de 14 y 15 años, siendo 29 chicos y 17 chicas. Se aplicaron

diversas pruebas para la medida de la agresividad entre escolares, el clima social

escolar y los niveles de socialización. Los resultados revelaron diferencias

significativas entre alumnos agresivos, víctimas y bien adaptados en cuanto a

ascendencia social en el grupo aula, registrando valores menores en los víctimas.

En general, los valores de consideración hacia los demás son bajos en toda la

muestra, la percepción del clima social del aula presenta escasas diferencias

entre bien adaptado y agresores, lo puede ser interpretado como elemento

favorecedor de bullying en los contextos escolares

Esta investigación nos parece interesante ya que es un tema que hoy en día se da

mucho. Es necesario comprender por qué existen los acosadores y qué diferencias hay

entre los adolescentes para que uno tenga el papel de víctima y el otro de agresor. Los

datos de este experimento son relevantes ya que con ello se puede más o menos

detectar qué alumno es más propenso a la agresividad y a abusar de los demás.

Page 15: DIRECCIÓN Y CONTROL DEL AULA

Este artículo ha sido encontrado en la base de datos DIALNET. Para su búsqueda se

pusieron las palabras “discipline bullying” y se encontraron 249 documentos.

Referencia: GREGORY, A., CORNELL, D., FAN, X., SHERAS, P., SHIH, T.-H., HUANG, F. (

2010). Authoritative School Discipline: High School Practices Associated With Lower

Bullying and Victimization. Journal of Educational Psychology, 102 (2), (pp. 483-496

3).

Disciplina autoritaria en la escuela: Prácticas en institutos asociadas con un

menos nivel de acoso y victimización.

En este estudio se ha examinado la teoría de la disciplina autoritaria, la cual

afirma que existen dos aspectos complementarios del clima-estructura y soporte

de la escuela que son importantes para la seguridad de los adolescentes.

Utilizando una muestra de 7.300 estudiantes de noveno curso y 2.900

estudiantes escogidos aleatoriamente de 290 institutos, se ha demostrado,

utilizando un modelo jerárquico lineal, que la aplicación constante de la

disciplina escolar y disponibilidad de los adultos como cuidadores está asociada

con la seguridad de la escuela. La disciplina y el apoyo de los adultos estaban

asociados con menos acoso y victimización. Estos descubrimientos sugieren que

la práctica de disciplina no debería ser encaminada hacia un debate sobre

“ponerse duro” VS “dar apoyo” porque ambos, disciplina y apoyo, contribuyen a

hacer una escuela segura para los adolescentes.

Lo interesante de este estudio es que muestra que para dar una buena

educación basada en el respeto, no basta sólo con ser autoritario si no que los alumnos

también tienen que ver la cercanía de los profesores y que están ahí para ayudarlos,

no para reñirles simplemente. Estos datos aportan información que puede

desmantelar la idea de que el colegio, cuanto más duro, mejor calidad tiene y más

seguros estarán los niños. Esto es cierto siempre y cuando los profesores den el apoyo

necesario a sus alumnos.

Para finalizar, se exponen una serie de referencias a artículos encontrados en la

base de datos DIALNET relacionados con la evaluación e intervención en casos de

acoso escolar, tanto en España como en el extranjero.

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Artículos de evaluación:

- Cajigas, N., Kahan, E., Luzardo, M., Najson, S., Zamalvide, G(2004). Escala de

agresión entre pares para adolescentes y principales resultados. Acción

psicológica, 3(3), (pp. 173-186). ISSN 1578-908X

- Moreno Jiménez, B., Rodríguez Muñoz, A., Martínez Gamarra, M., Gálvez

Herrer, M. Assessing Workplace Bullying: Spanish Validation of a Reduced

Version of the Negative Acts Questionnaire. Spanish journal of psychology, 10

(2) (pp. 449-457 ) ISSN 1138-7416.

Hemos escogido estos artículos porque consideramos importantes ver el grado

de agresión y cómo se evalúa ésta en adolescentes y porque es necesaria la validación

española de los instrumentos que fueron elaborados para población no española.

Artículos de intervención:

- Jiménez Vázquez, A. (2007) El maltrato entre escolares (Bullying) en el primer

ciclo de Educación Secundaria Obligatoria: valoración de una intervención a

través de medios audiovisuales. Universidad de Huelva.

- Minton, S.J., O'Moore, M. (2008) The effectiveness of a nationwide

intervention programme to prevent and counter school bullying in Ireland.

International journal of psychology and psychological therapy. 8 (1) (pp. 1-12).

ISSN 1577-7057.

Estos artículos nos han resultado interesantes porque nos muestran la

efectividad de algunos modelos de intervención contra el acoso escolar tanto en

España como en el resto del mundo.