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7. EL TEATRO EUROASIÁTICO DE LA GUERRA IMPERIALISTA Los recursos energéticos y el control geopolítico: El gran juego en Asia Central Quién gobierne Europa Oriental domina la zona central Quién gobierne la zona central domina las masas euroasiáticas Quién gobierne las masas euroasiáticas domina el mundo (HAROLD MACKINDER, padre de la geopolítica moderna) Si queremos comprender los objetivos y las causas de una guerra debemos considerar todas las causas posibles, es decir, los intereses materiales y las fuerzas económicas o sociales que empujan hacia el conflicto y, sobre todo, hacia la solución que coincide con los objetivos que uno se propuso. La administración norteamericana declaró que la “guerra infinita” duraría meses, o quizás años, y que todo un sistema internacional políti- co, económico y social tendría que someterse a las exigencias de un conflicto de nuevas características. Es cierto que, en este caso, la casus belli, es decir, los ataques del 11 de septiembre contra el corazón político y económico de los Estados Unidos estaban más allá de lo que podía imaginarse. 1 También es cierto que, en la historia reciente, quienes llevaron a cabo los ataques, y los ataques mismos, fueron opacados por lo que ocurrió más tarde. En una perspectiva histórica, ¿que relación existe entre el ataque de Sarajevo, el hundimiento del Lusitania y la Primera Guerra Mundial? ¿O entre el hundimiento del acorazado norteamericano Maine, la conquista de Cuba y la exclusión definitiva de España del grupo de potencias coloniales? ¿O, por hablar de casus belli, entre el bombardeo de Pearl Harbor y aquella parte de la Segunda Guerra Mundial que se desarrolló en Asia y el Pacífico? Son pocos los detalles que conocemos de la guerra infinita. La identi- ficación y la búsqueda de Bin Laden —a quien se le considera responsa- 1 En realidad, sería más correcto hablar de “nuestra imaginación”, debido a la asom- brosa cantidad de libros publicados en los Estados Unidos en los que el tema eran los ataques suicidas contra la Casa Blanca y las Torres Gemelas.

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7. EL TEATRO EUROASIÁTICODE LA GUERRA IMPERIALISTA

Los recursos energéticos y el control geopolítico:El gran juego en Asia Central

Quién gobierne Europa Oriental domina la zona centralQuién gobierne la zona central domina las masas euroasiáticasQuién gobierne las masas euroasiáticas domina el mundo

(HAROLD MACKINDER, padre de la geopolítica moderna)

Si queremos comprender los objetivos y las causas de una guerra debemosconsiderar todas las causas posibles, es decir, los intereses materiales ylas fuerzas económicas o sociales que empujan hacia el conflicto y, sobretodo, hacia la solución que coincide con los objetivos que uno se propuso.

La administración norteamericana declaró que la “guerra infinita”duraría meses, o quizás años, y que todo un sistema internacional políti-co, económico y social tendría que someterse a las exigencias de unconflicto de nuevas características.

Es cierto que, en este caso, la casus belli, es decir, los ataques del 11de septiembre contra el corazón político y económico de los EstadosUnidos estaban más allá de lo que podía imaginarse.1

También es cierto que, en la historia reciente, quienes llevaron a cabolos ataques, y los ataques mismos, fueron opacados por lo que ocurriómás tarde. En una perspectiva histórica, ¿que relación existe entre elataque de Sarajevo, el hundimiento del Lusitania y la Primera GuerraMundial? ¿O entre el hundimiento del acorazado norteamericano Maine,la conquista de Cuba y la exclusión definitiva de España del grupo depotencias coloniales? ¿O, por hablar de casus belli, entre el bombardeode Pearl Harbor y aquella parte de la Segunda Guerra Mundial que sedesarrolló en Asia y el Pacífico?

Son pocos los detalles que conocemos de la guerra infinita. La identi-ficación y la búsqueda de Bin Laden —a quien se le considera responsa-

1 En realidad, sería más correcto hablar de “nuestra imaginación”, debido a la asom-brosa cantidad de libros publicados en los Estados Unidos en los que el tema eran losataques suicidas contra la Casa Blanca y las Torres Gemelas.

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ble del ataque contra las Torres Gemelas—, los bombardeos y lasmasacres de los Talibanes en Afganistán —de quienes se cree que lebrindaron refugio— y el control total por los Estados Unidos de la pri-mera fase de la guerra.

Los objetivos abiertamente declarados de esta guerra son luchar con-tra el terrorismo internacional y “disuadir” a todos —sean estos unaorganización terrorista de Estados— de amenazar o atacar los interesesestratégicos de los Estados Unidos dentro de sus propias fronteras na-cionales o en el resto del mundo.

Es bien conocido que la doctrina desarrollada en los centros de tomade decisiones de los Estados Unidos se basa en la muy amplia y flexiblenoción de sus propios intereses estratégicos. Los principios que guíanlas políticas internacionales norteamericanas (incluidas las de índolemilitar) cambian según las diferentes fases. En algunas fases, ciertosintereses materiales, escuelas de pensamiento e interpretaciones se im-ponen, mientras que en otras devienen dominantes otros intereses mate-riales, escuelas de pensamiento e interpretaciones. El cambio en laspolíticas norteamericanas hacia el Oriente Medio, es decir, hacia Israely los palestinos, o hacia Iraq y Arabia Saudita, es un índice de la “flexi-bilidad” de las direcciones que a su vez se reafirman sucesivamente.

Esta obra se propone reconstruir las fases de las elecciones hechaspor los Estados Unidos durante la última década en relación con AsiaCentral. Esta zona parecer ser hoy el centro de la acción militar y políti-ca estadounidense. La reconstrucción de lo ocurrido indica que los Esta-dos Unidos comenzaron a cambiar su posición en la segunda mitad de ladécada de los noventa del siglo XX.

Dentro de la nueva administración Bush, la infuencia y el poder detoma de decisiones dominantes parecen radicar en aquellos sectores quese inspiran en una lectura muy política de los intereses estratégicos delos Estados Unidos. En esta fase, asesores como Brzezinski, Huntingtony Wolfowitz parecen ser los que poseen un mayor poder para tomardecisiones que determinan la dirección de las políticas internacionalesnorteamericanas, y lo hacen dentro de una administración fuertementeentrelazada con las empresas del petróleo y la economía de guerra.

El fundamento geopolítico de la guerra infinita

Uno de los padres de la geopolítica sostiene que quien controla la zonacentral controla Eurasia, y quien controla Eurasia controla el mundo. Escierto que después de la caída de la URSS los Estados Unidos se hicie-ron con el control de la zona central. Si intentan conquistar y mantenerla supremacía mundial, es imprescindible que los Estados Unidos domi-nen las masas euroasiáticas. “La capacidad de los Estados Unidos paralograr una verdadera supremacía mundial dependerá de cómo maneja-

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rán los complejos equilibrios entre las potencias de Eurasia y, aúnmás, de si serán capaces de impedir que surja una potencia antagóni-ca y dominante en esa región”.2 Es probable que este ambicioso plan,que Brzezinski se encargó de explicar, haya inspirado el cambio en laadministración norteamericana en la segunda mitad de la década de losnoventa del XX y, sobre todo, la escalada de estos últimos meses.Afganistán, por lo tanto, puede estar en el lugar adecuado, contra supropia voluntad.

Para entender las “fuertes” motivaciones de la actual intervenciónmilitar en Afganistán y Asia Central, basta con abrir un mapa de Eurasia.Se trata de una extensa zona con países que poseen sistemas, recursoseconómicos y potencialidades militares muy diferentes Pero, por enci-ma de todo, es la zona que, a partir del período de 1989-1991, posteriora la caída de la URSS y de la Comunidad Económica de Europa Orien-tal, se “abrió” a los intereses e inversiones europeas y norteamericanas.

El asalto de Eurasia

En 1993 la Unión Europea lanzó el proyecto del Corredor CaucásicoTrans-europeo, que se puso en práctica entre 1994 y 1995. El propósitode este proyecto era eludir a Rusia en lo concerniente a transporte, oleo-ductos e inversiones entre Europa y Asia Central.

Lo que estaba en juego en este proyecto no eran solo las ambicionesnorteamericanas y europeas, sino también las de otros Estados de laregión como Turquía, país miembro de la OTAN, aliado fiel de los Esta-dos Unidos y candidato a miembro de la Unión Europea.

Entre 1993 y 1994, después de dos accidentes marítimos, Turquíacomenzó una amplia ofensiva con el fin de reducir el tráfico de tanquerosen el Estrecho del Bósforo. Inclusó llegó a pensar en retirarse del Trata-do de Montreaux, que “internacionaliza” el tráfico en los Dardanelos yen el Bósforo. Todos los tanqueros infractores provenían de las termina-les petroleras rusas del Mar Negro.

En 1994, un artículo en el diario turco Milliyet revelaba la existenciade un proyecto de oleoducto entre Bakú (Azerbaiyán) y Ceyhan (Tur-quía) que excluiría definitivamente a Rusia de las nuevas rutas del pe-tróleo desde Asia Central. Después del contrato del siglo firmado porAzerbaiyán y un grupo de compañías petroleras encabezado por BritishPetroleum (AIOC) comenzó la “carrera” hacia el oro negro, el gas y losmercados de Asia Central.

De este modo, las condiciones estaban creadas para el “cambio” en laestrategia política de los Estados Unidos en esa región. El término “cam-bio” no es una simplificación, sino un indicador político, geoeconómico

2 Zbignew Brzezinski: La Grande Scacchiera, Longanesi, 1998, p. 8.

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e histórico que puede explicar muchos acontecimientos de la segundamitad de la pasada década de los noventa. De hecho, hasta 1993, losEstados Unidos se habían propuesto incorporar a Rusia a los tratadossobre el Corredor Caucásico Trans-europeo y los oleoductos. Despuésde una fase de discusiones, allá por el año 1995, el enfoque de la admi-nistración norteamericana sobre Asia Central y los Balcanes cambió ra-dicalmente. En ese mismo año de 1995, además de Azerbaiyán, Georgiay Uzbekistán cayeron en la esfera de influencia de los intereses norte-americanos.

Este cambio de política fue a su vez la causa de otro cambio en laselecciones que hicieron los Estados Unidos en 1996, es decir, el año enque los Talibanes conquistaron Kabul después de una “marcha triunfal”que se había iniciado en 1995 en Pakistán.

El derrumbe de la URSS y la separación de sus repúblicas hicieronposible que los Estados Unidos intervinieran con éxito en esta zona deforma bilateral y multilateral, esto es, incorporando algunos de estospaíses a una “asociación por la paz” con la OTAN.

Los países europeos que antes pertenecían a la Comunidad Económi-ca de Europa Oriental, como Polonia, la República Checa, Hungría, et-cétera, ya se habían integrado en la OTAN y estaban siendo penetradospor las Inversiones Extranjeras Directas (IED) gracias a las privati-zaciones, los favorables incentivos a las inversiones extranjeras y loscambios en las leyes de propiedad que impusieron el FMI y las institu-ciones financieras internacionales. Pero los cambios aún no habían lle-gado tan lejos en las que fueran repúblicas soviéticas asiáticas, ni en losBalcanes.

La “normalización” de los Balcanes

Había que “poner en orden” los Balcanes, y ya en 1999 se logró. Paraello se necesitaron dos intervenciones militares (la primera, cronológi-camente significativa, en Bosnia, y la segunda, de mucha mayor magni-tud, en Kosovo y la Federación Yugoslava en 1999) destinadas a crearun orden satisfactorio para los intereses norteamericanos y los más vul-nerables intereses de los “socios europeos”.

Ahora mismo, los Estados Unidos pueden contar con algunos resulta-dos definitivos en los Balcanes: neutralizaron el estratégico Corredorno. 10 en el cual convergen los intereses de Rusia, Serbia, Grecia y Ale-mania, y dieron comienzo al lado más occidental del Corredor no. 8 enel cual, por otra parte, convergen los intereses de los Estados Unidos yel Reino Unido; y pueden contar también con la alianza con tres paísesque son de utilidad para el Corredor: Albania/Kosovo, Bulgaria y unaparte de la Macedonia ingobernable. Gracias a la actual reconciliacióncon los movimientos panalbaneses nacionalistas, pueden controlar to-

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das las confluencias estratégicas de la zona en Kosovo, Albania yMacedonia.3

La situación se fortaleció hasta un punto tal que el Departamento deEstado de los Estados Unidos está evaluando la hipótesis de sacar unaparte de los contingentes que operan en Kosovo, Macedonia y Bosnia ydejar solo el personal que opera a plena capacidad en la base de CampBondesteel, y responsabilizar al contingente italiano (que se convertiríaen el mayor de los Balcanes) con las tareas de control y de policía militar.

Las relaciones de poder en Eurasia

La situación en el lado oriental de la región euroasiática (Asia Central)le crea más problemas a la hegemonía y el control de los Estados Uni-dos. De hecho, esta es la región donde confluyen los intereses estratégi-cos de Rusia y China. Además, en ella se ubican potencias regionaleshostiles como Irán, y potencias aliadas, como Turquía, cuya influenciacrece en la zona de habla turca, aunque con contradicciones en aumentoy conflictivas presiones internas. En la más cercana periferia de estaregión existen dos potencias nucleares regionales: Pakistán y la India(esta última cuenta con un enorme potencial humano).

Justo en el medio se encuentra una tierra de nadie llamada Afganistán.La ocupación de este país por la Unión Soviética en diciembre de 1979dio origen a diferentes reacciones. Los palestinos se regocijaron porquepercibían esa ocupación como el interés renovado de los soviéticos porla zona más cercana al Oriente Medio y como un posible punto de resis-tencia después del adiós de Brzezinski a la OLP.

El efecto que produjo esa ocupación en los Estados Unidos fue elmismo que causó el ataque contra las Torres Gemelas, aunque en unnivel diferente, debido también a la caída del Shah de Irán ese mismoaño. Fue el comienzo de la escalada que condujo a la Segunda GuerraFría, esto es, al despliegue de misiles en Europa, a la creación de laFuerza de Despliegue Rápido basada en Diego García, una isla del Océa-no Índico, a la confrontación global entre el Este y el Oeste en todos loscampos, y a la organización política, económica y militar de todas lasfuerzas opuestas a la presencia soviética en Afganistán (incluido OsamaBin Laden).

Los mapas disponibles revelan algunas cosas.

1. Los Estados Unidos todavía están ausentes de Eurasia en el aspec-to militar y en todo lo que pudiera relacionarse con un control per-

3 Debemos recordar la entrevista de Alberto Negri al Gen. Jackson en Il Sole 24 Ore(abril 1999), donde se declaró que los contingentes militares norteamericano e ingléspermanecerían en los Balcanes “para proteger los oleoductos estratégicos que atra-viesan la región”.

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manente (bases militares, corredores aéreos preferenciales, acuer-dos bilaterales, o una organización multilateral con la cual obrarcomo primus inter pares).

2. En esta zona, las potencias opuestas a la hegemonía de los EstadosUnidos (China, Rusia, India, como potencias aliadas o no) puedendesarrollar sus propios planes.

3. En Eurasia se habían encontrado importantes reservas de petróleopoco explotadas. Después de la caída de la URSS fue posible acce-der a esas reservas y controlarlas, algo que habría sido imposibleantes de 1991.

4. Afganistán está situado en un lugar adecuado desde un punto devista geopolítico.

Cuando los Estados Unidos decidieron intervenir en Afganistán, lasituación en Eurasia era la siguiente:

1. Después de la guerra contra Yugoslavia y el “despido” de Milosevicen el 2000, los Balcanes (punto terminal del Corredor no. 8) que-daron en gran medida controlados por los Estados Unidos. Las as-piraciones europeas y la influencia rusa en la zona eslava seredujeron.

2. En la región del Cáucaso, Georgia y Azerbaiyán (la parte del me-dio del corredor no. 8) están controladas por los Estados Unidos.En Georgia, la bahía de Supsa en el Mar Negro sirve de terminalpetrolera de los oleoductos que vienen de Bakú. Este corredor esuna alternativa al que se extiende desde Bakú a Rusia, pasa a tra-vés de Chechenia y termina en Novorossisk, la terminal petrolerarusa en el mar Caspio. Georgia y Azerbaiyán solicitaron ser miem-bros de la OTAN. Aunque queda pendiente por definir el status demiembros de la OTAN, Georgia creó en 1997 el GUUAM, un pac-to de asistencia militar entre Georgia, Ucrania, Uzbekistán,Azerbaiyán y Moldova sujeto a la supervisión norteamericana (essignificativo que la segunda reunión de los países del GUUAM seefectuara en Washington). Turquía, gracias a su proximidad a laszonas de habla turca, asumió la responsabilidad de convertirse enel guardián de Azerbaiyán y de poner a este país de su lado contrael enemigo común, Armenia, que obviamente está ligado a Rusia ytiene algunas bases militares rusas. Azerbaiyán pasó a tener unvalor estratégico particularmente importante. Como señalaBrzezinski, “un Azerbaiyán independiente, conectado con los mer-cados occidentales mediante oleóductos que no atraviesan el terri-torio que los rusos controlan, sería un importante canal que conectalas economías avanzadas consumidoras de energía con las repú-blicas ricas en petróleo del Asia Central”.

3. En el sudeste, durante el otoño de 1999, el proyecto petrolero Bakú-Ceyhan quebró la resistencia de las compañías petroleras norte-

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americanas que operan en Azerbaiyán (gracias a la promesa derebajar los impuestos). Esta ruta tenía como objetivo excluir defi-nitivamente a Rusia de las rutas del Mar Caspio. Más al norte, laguerra en Chechenia (octubre de 1999) tenía la intención de acla-rar a los inversionistas que esa ruta “ya no era segura”. Estallódespués que, durante meses, los secesionistas islámicos (muy cer-canos también a Bin Laden) se dedicaron a “sangrar” petróleo deloleoducto Bakú-Novorossisk y a atacar este y los oleoductos enconstrucción que conectan a Kazajstán con Novorossisk.

4. Más hacia el este, los Estados Unidos habían tratado de eludir aRusia e Irán a través de un corredor de energía hacia el sur. Desdelas reservas en Turkmenistán y posiblemente desde las de Kazajstán,este corredor estaba destinado a atravesar Afganistán y Pakistán yterminar entonces en la bahía pakistaní de Gwadar. En la práctica,esta se habría convertido en la terminal oriental del Corredor no. 8.Esto era la cuadratura del círculo. Las reservas de hidrocarburosfluirían al oeste y al este “saltando” sobre los rivales, Rusia e Irán,y bajo un estricto control norteamericano.

La “Ley de Estrategia del Camino de la Seda”

Como ya señalamos, en 1993 los Estados Unidos comenzaron una cam-paña en gran escala con el propósito de recuperar el control de Eurasia.A fin de acelerar esta campaña, a finales de 1997 el Congreso de losEstados Unidos discutió la “Ley de Estrategia del Camino de la Seda”.

El primer objetivo de esta ley era cortar las relaciones entre las repú-blicas asiáticas de la antigua Unión Soviética y Rusia. El segundo,reiniciar un diálogo con Irán aprovechando las posibles divisiones entrelos “reformistas” y los “conservadores”, como sugerían un artículo deseis autores (que habían escrito, entre otros, Brzezinski, Scowcroft yMurphy, y que apareció en la edición de mayo/junio del 97 de ForeignAffairs) y un documento publicado en 1998 por el actual vice-ministrode Defensa, el halcón Wolfowitz.

El tercer objetivo era crear una base militar permanente en las con-fluencias estratégicas de la región. Este era el propósito de la amplia-ción de la OTAN hacia el Este (que incluía a Georgia y Azerbaiyán).Pero por ese entonces en el lado oriental no había nada que pudieracompararse con la OTAN. Por esta razón los Estados Unidos juzgaronnecesario operar directamente en el terreno y dotarse de las estructurasimprescindibles. Una importante publicación norteamericana admite que“la densidad de las estructuras fijas y móviles en la región es menor queen otras regiones cruciales. Por esta razón es importante que los EstadosUnidos consigan ulteriores avances en la región y desarrollen sistemascapaces de realizar operaciones distantes y desafiantes con un mínimo

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de apoyo en el teatro de las operaciones”.4 El plan de construir basesmilitares norteamericanas en Afganistán, Uzbekistán y Pakistán se ajus-ta completamente a la estrategia de los Estados Unidos en Asia Central.También aquí, como ocurrió en el Golfo y los Balcanes, una vez que laconfusión provocada por la guerra y por la situación de emergencia des-aparezcan, lo que quedará serán las bases militares permanentes de losEstados Unidos.

La competencia por la energíay la competencia geopolítica en Asia Central

¿Qué problemas han obstaculizado hasta ahora el proyecto norteameri-cano de penetrar y controlar las confluencias euroasiáticas estratégicas?Y, ¿de qué manera se han modificado las relaciones de poder en la re-gión como resultado de la guerra?

1. LAS RELACIONES ENTRE LOS ESTADOS UNIDOS Y RUSIA

A finales de 1999, Yeltsin se vio forzado a retirarse y Putin llegó alpoder. Con él se hizo dominante una nueva percepción de los intereses“estratégicos” rusos. Con el respaldo de los jefes de las compañías delgas y el petróleo, Putin puso en práctica una política más “agresiva”hacia las antiguas repúblicas soviéticas. Su propósito era ocuparse deque Rusia conservara su acceso a las rutas petroleras que constituyenel 70% de las exportaciones rusas. Son indicios de esto las recientesnoticias sobre la inauguración de un oleoducto entre Kazajstán y la ter-minal rusa de Novorossisk, y las que se refieren a la empresa conjuntaentre Rusia y Kazajstán para suministrar gas desde esta a la primera. Desu venta se ocuparían las infraestructuras rusas que pueden llegar hastalos puntos de salida terminales. Durante estos meses las relaciones entreRusia y los Estados Unidos parecen haber mejorado. Aunque todavía nose logró ningún acuerdo en algunos de los temas de la agenda bilateral(como es el caso del escudo antimisiles y la ampliación de la OTANhasta las repúblicas del Báltico), algunos comentaristas aseguran quelos acuerdos y la cooperación estratégica se multiplican en los negociospetroleros. Spencer Abrahams, Secretario de la Energía de los EstadosUnidos, participó en la inauguración del oleoducto que se extiende entreKazajstán y Rusia. El oleoducto, según Il Sole 24 Ore, es una “victoriarusa”, cuando en la década de los noventa se percibía como un desafío alas intenciones de los Estados Unidos y Turquía de quitarle a Rusia elcontrol de los flujos de gas y petróleo en esa zona. A cambio de estaderrota de las estrategia energética y política de los Estados Unidos,Rusia ignoró la demanda de la OPEC de que redujera su producción con

4 Quadrennial Defence Review, septiembre 30, 2001.

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el fin de provocar un alza en los precios del petróleo. La administraciónnorteamericana declaró “apreciar mucho” la decisión rusa.5

2. LA RELACIÓN ENTRE LOS ESTADOS UNIDOS Y CHINA

En julio del 2001, Rusia y China llegaron a un importante acuerdo quetendrá una duración de 20 años: el “Tratado de buena vecindad, amistady cooperación entre la Federación Rusa y la República Popular China”.El tratado contempla “una asociación estratégica que tiene como finenfrentar la creciente hegemonía norteamericana”. Casi al mismo tiem-po, India firmó un acuerdo comercial y militar con Rusia por un valor de10 millardos de dólares. Es bastante evidente que estas iniciativas po-dían dañar considerablemente los intereses estratégicos de los EstadosUnidos en Asia Central. Como consecuencia de la guerra en Afganistán,los Estados Unidos y China iniciaron una multifacética relación. Enoctubre, durante la cumbre de la APEC, China sirvió de anfitrión y per-mitió que se adoptara un documento político de los Estados Unidos (con-tra el terrorismo) en un entorno donde lo usual es que solo se discutanproblemas económicos. China se puso de parte de una coalición interna-cional tramada por Washington con el fin de legitimar la “guerra infini-ta” y la agresión contra Afganistán. A cambio de hacerlo obtuvo dosresultados. El primero es similar a lo que Rusia obtuvo en cuanto aChechenia, es decir, el placet occidental y norteamericano para solucio-nar violentamente el problema de los secesionistas islámicos en Xinkiang(llamada por los chinos Turkistán oriental). “También China es víctimadel terrorismo”, declaró Tang Jiaxuan, Ministro del Exterior chino, “elgrupo del Turkistán oriental es veraderamente una organización terro-rista y golpearla es parte de la lucha contra los terroristas”.

El segundo resultado, quizás el más esperado, es que Bush aceptó—por lo menos en esta fase— la doctrina de “una sola China”, a partirde la cual la República Popular China ha negado tradicionalmente laexistencia de la República China de Taiwán. A la luz de lo ocurrido enlos últimos meses entre China y los Estados Unidos, este no es en reali-dad un detalle menor.

3. LA COMPETENCIA EN GRAN ESCALA ENTRE LAS MULTINACIONALES

DEL PETRÓLEO

En la despiadada competencia que se desarrolla en Asia Central, quedurante años ha sido encarnizada, también Italia, a través de la ENI,comenzó a poner de manifiesto sus ambiciones de grandeza en esa zona.Recientemente, la ENI le “robó” a las compañías norteamericanas Exxon-Mobil un contrato relacionado con las inmensas reservas de Kachaganen Kazajstán. Firmó también un gran contrato con Rusia que atañe a losyacimientos petrolíferos de Astrakán. La ENI comenzó la construcción

5 Piero Sinatti: “E nel gioco del petrolio Russia e USA sono alleati”, en Il Sole 24 Ore,diciembre 3, 2001.

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de un gasoducto submarino, el Blue Stream, en colaboración con Rusia.Este gasoducto, que trasladará el gas desde Rusia a Turquía, mete aMoscú de nuevo en el juego, y en realidad sustituye el proyecto Bakú-Ceyhan (en el que la administración norteamericana había puesto susesperanzas). En 1998, los Estados Unidos declararon sin ambages suoposición al proyecto Blue Stream y durante el 2000 ejercieron presiónsobre parlamentarios turcos para que no aprobaran el proyecto. Sin em-bargo, las presiones fueron infructuosas.

Por último, ENI y FinaElf están extendiendo sus actividades en Irán.Aprovechándose de la ausencia de los Estados Unidos como resultadodel embargo norteamericano contra Irán, firman contratos y concesio-nes que valen millardos de dólares para explotar los campos del sur dePars. Se han filtrado las exaltadas conversaciones telefónicas entreAlbright, primero y Powel después, y las autoridades italianas. Se estánultimando los contactos con Iraq y las autoridades italianas, algo queprovoca enojo en los Estados Unidos. Como comentara Brzezinski: “losEstados Unidos consideran la divergencia de opiniones con Europa encuanto a Irán e Iraq como una manifestación de insubordinación y nocomo una disputa entre iguales”. Como vemos, las viejas interferenciasno lograron sus propósitos.

El conflicto por el control de los recursos energéticos es ahora defini-tivo y frontal. Lo que está en juego son las perspectivas del desarrollo delas principales economías capitalistas y, en particular, de la norteameri-cana. Para esta, una de sus principales líneas a seguir en la política ener-gética es la de obtener energía de bajo costo. Pero el juego por los recursosenergéticos es mucho más complejo y vital en virtud de los interesesestratégicos involucrado en él. Se dispone de detallados análisis políti-cos, económicos y técnicos.6

4. LA ALIANZA CON LOS TALIBANES Y LOS SAUDITAS Y SU ROMPIMIENTO

Durante estos años, más de un observador documentó la estrecha rela-ción entre los Estados Unidos, Arabia Saudita y el régimen Talibán enAfganistán. El interés común era el proyecto de un gasoducto y un oleo-ducto que se extenderían desde Turkmenistán hasta Gwandar, en Pakistán,y atravesaría Afganistán. Tanto la compañía norteamericana Unocal,como la saudita Delta Oil, tenían intereses convergentes en este proyec-to. Como señalara hace cinco años Le Monde Diplomatique, “pese a quelo niega, Washington apoya completamente este proyecto (...) Tan pron-to como la ciudad /Kabul/ cayó en manos de los Talibanes, el Departa-mento de Estado publicó un documento en el que califica esa victoria de‘positiva’ y anuncia el envío de una delegación a Kabul”.7

6 Entrevista al Ministro chino de Relaciones Exteriores Tang Jiaxuan en La Stampa,noviembre 24; Military Review, US Army, septiembre 2001.

7 Oliver Roy: Sharia e gasdotto, la ricetta dei Talebani, Le Monde Diplomatique, no-viembre 1996.

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Pero el acuerdo entre la compañía norteamericana Unocal, la sauditaDelta Oil y el régimen de los Talibanes no fructificó. Algunos dicen quela causa fue que fracasaron los intentos por alcanzar un acuerdo en cuantoa las regalías del oleoducto y el gasoducto. Otros sostienen que la causahay que buscarla en la condición que pusieron los sauditas, según lacual ellos se ocuparían de toda la operación (¿estaría la mano de BinLaden detrás de todo esto?, ¿sería esta la razón que provocó el enojo delos norteamericanos?)

En septiembre de 1998, los Estados Unidos lanzaron algunos misilescontra Afganistán, como represalia por el ataque con bombas contra lasembajadas de los Estados Unidos en Kenya y Tanzania. Unocal abando-nó el proyecto y Afganistán hizo lo mismo cuatro meses después, endiciembre de 1998. A cambio de esto, Kirzai, el nuevo Presidente afgano,un pashtún que fue escogido como nuevo líder del país por una confe-rencia en Bonn, fue y sigue siendo un consejero que figura en la nóminade Unocal.

Afganistán dentro del “gran juego” de Eurasia

Pese a ser un país pobre e inhóspito, Afganistán está situado en el lugarpolítico adecuado para que los Estados Unidos entren violenta y direc-tamente en el “gran juego” de Eurasia. Como sostiene el teniente coro-nel Lester W. Grau, uno de los más prominentes expertos militares encuestiones de la región: “Gracias a su ubicación geográfica, Afganistánsiempre ha desempeñado un papel importante en la estabilidad de laregión y a menudo ha ocupado el centro de la atención de las grandespotencias”.8

La campaña contra el terrorismo islámico encaja bien en este es-cenario. Hace cuatro años, Brzezinski, de una manera algo sospechosa,escribió:

Incluso un posible desafío del fundamentalismo islámico a la su-premacía norteamericana podía ser parte del problema en una re-gión caracterizada por la inestabilidad. La condena religiosa delestilo de vida norteamericano y el conflicto árabe-israelí podríanemplearse para provocar la crisis de más de un gobierno pro-occidental , es decir, podrían poner en peligro los intereses de losEstados Unidos en esa región, particularmente en el Golfo Pérsi-co. Es claro que sin cohesión política y sin un Estado islámico, un

8 Además de otras contribuciones, es de particular importancia (y alarmante) la deAlberto Di Fazio’s Contro le nuove guerre, Odradek editor. Este libro publica lostrabajos del “Convegno degli Scienzati e Scienzate contro la Guerra”, que tuvo lugaren Turín en junio del 2000. Una síntesis del trabajo de Di Fazio también se puedeencontrar en Contropiano, suplemento, febrero de 2001.

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desafío del fundamentalismo islámico carecería de un verdaderocentro geopolítico y correría el riesgo de manifestarse como vio-lencia difusa.

¿Podría Afganistán haber sido el Estado islámico “fuerte”, el centrogeopolítico capaz de poner en peligro los intereses de los Estados Uni-dos? A la luz de lo que ahora sabemos y de lo que hemos visto de estepaís inhóspito y pobre, devastado por una guerra de 20 años, nos cuestatrabajo creerlo. No obstante, la más poderosa nación del mundo ha sidodespiadada con él fingiendo actuar conta el terrorismo y la amenazaislámica. Obviamente, esta última es tan indefinible que puede utilizar-se como pretexto de cualquier operación.

Rusia y China, por ejemplo, tienen los mismos problemas en Checheniay en Xinjiang, como los tiene India en Cachemira. Irán incluso ha ame-nazado con invadir la parte occidental de Afganistán con el fin de prote-ger a los chiítas iraníes que fueron derrotados y diezmados por losTalibanes. Todas estas potencias euroasiáticas regionales en modo algu-no esconden el hecho de que apoyan política y militarmente a losmujaidines de la Alianza del Norte contra el régimen Talibán y las am-biciones pakistaníes: ambos habían sido apoyados, hasta hace unos po-cos años, por los Estados Unidos.

Los intereses norteamericanos pueden absorber los intereses de los“competidores” euroasiáticos, aunque no por mucho tiempo. Los Esta-dos Unidos necesitan eliminar rápida y definitivamente el riesgo de ver-se involucrados en un largo conflicto en Afganistán. Conseguir esteobjetivo entraña la necesidad de llegar a un acuerdo con Rusia y Chinasobre los límites recíprocos y los intereses comunes en la zona (véase lacumbre de la APEC en Shangai, octubre del 2001). Pero también a Was-hington le urge y necesita consolidar lo antes posible su presencia mili-tar en la región dentro de un marco de relativa estabilidad. El proyectoestratégico de los Estados Unidos en Eurasia sería coronado por unapresencia permanente en Afganistán y Pakistán, por la penetración enUzbekistán y Kazajstán, el gigante euroasiático, y por la puesta a pruebade sus relaciones con Turkmenistán y Tayakistán.

Kazajstán como objetivo

El día 5 de diciembre del 2000, la publicación rusa sobre el mundo delos negocios Argumenti y Facti informó que los Estados Unidos planea-ban construir bases militares en Kazajstán, Georgia y Azerbaiyán. Laprimera de estas tres antiguas repúblicas de la URSS es la “gallina delos huevos de oro” de la zona. Sus reservas de hidrocarburos (petróleo ygas) son las mayores de toda la zona, por lo que solo ellas pueden hacerque los oleoductos y gasoductos resulten económicamente ventajosos.

141EL TEATRO EUROASIÁTICO DE LA GUERRA IMPERIALISTA

En lo que atañe a Kazajstán, ya se libra una guerra por la adquisiciónde los yacimientos petrolíferos. Esta guerra está provocando un fuerteconflicto entre los Estados Unidos, Rusia, China e Italia.

Al final del pasado año, Shell perdió su papel de “operador” en losyacimientos petrolíferos de Kazajstán. Entre diciembre del 2000 y ene-ro del 2001, solo la italiana ENI (que ya realizaba operaciones en losyacimientos petrolíferos de Tengiz y Karachay-Cherkess) y la francesaELF/TotalFina estaban luchando por estos yacimientos. La norteameri-cana Exxon/Mobil quedó fuera. Sin embargo, otra compañía norteame-ricana, Chevron/Texaco está presente en Tengiz. Pero esta empresa, dela que Condoleeza Rice es uno de sus asesores, es también rival de Exxon/Mobil. Esta última financió la campaña electoral de Al Gore, mientrassu rival daba apoyo a la de Bush.

El 12 de febrero de este año, Kazajstán firmó una concesión petroleraque otorga a la ENI los yacimientos petrolíferos de Kashagan. Pero Exxon/Mobile protestó con vehemencia, al tiempo que solicitaba y conseguía queColin Powell, nuevo Secretario de Estado, ejerciera presión sobre Italia.

Además, el gobierno de Kazajstán anunció que el oleoducto entreTengiz y Novorossisk (el que Rusia prefería y los rebeldes chechenossabotearon) comenzaría a funcionar en el 2001. De esta forma los pla-nes norteamericanos sufrieron un duro golpe.

Quienes se apoderen de Kazajstán se adueñarán de sus reservas ener-géticas, de la segunda república de lo que fuera la Unión Soviética y deuna región que tiene fronteras directas con Rusia y China, por lo quetendrán en sus manos el corazón de Eurasia.

El mapa del tesoro del Mar Caspio

Países Petróleo Petróleo Petróleo Gas

Reservas conocidas Reservas posibles Total

Kazajstán 10-17,6 92 102-100 53-83Azerbaiyán 3,6-12,5 32 36-45 11Rusia 2,7 14 17Turkmenistán 1,7 80 82 98-155Uzbekistán 0,3 2 2 74-88Total 18,4-34,9 220 238-255 236-337

FUENTE: Agencia Internacional de Energía.

Una guerra en curso alrededor del Mar Caspio

En la década de los años noventa del siglo XX, las guerras se disemina-ban por la zona del Caspio. Durante algún tiempo existieron tensiones y

142 LA DINÁMICA GLOBAL DEL CAPITALISMO NEOLIBERAL

conflictos, tanto dentro de cada república como entre ellas, los que hastaahora se han definido como conflictos de “baja intensidad”.

En julio de este año, algunas embarcaciones de las fuerzas navalesiraníes del Mar Caspio amenazaron y ahuyentaron a dos barcos que rea-lizaban prospecciones petroleras en Azerbaiyán y llevaban a bordo atécnicos de la compañía anglo-norteamericana BP/Amoco.

Días después, el gobierno de Turkmenistán acusó a Azerbaiyán deexplotar yacimientos petrolíferos en el Mar Caspio, cuya soberaníareclama.

El problema no resuelto del status del Caspio está fomentando seriosconflictos entre las repúblicas que dan a ese mar. De acuerdo con algu-nos comentaristas, se supone que Chevron/Texaco se retirará de Azer-baiyán porque dejaría de ser rentable si no lo hace. Se supone tambiénque la ENI suspendió las perforaciones.

Como hemos visto, parece ser que el plan del oleoducto entre Bakú(Azerbaiyán) y Ceyhan (Turquía) ha sido abandonado. La administra-ción de los Estados Unidos estaba muy interesada en este proyecto ymuchas compañías norteamericanas aceptaron de mala gana. Supuesta-mente, los costos de este oleoducto se habrían elevado de 2 a 3 millardosde dólares. De no ser posible en el futuro vincular el petróleo de Kazajstána este proyecto, el oleoducto Bakú-Ceyhan dejaría de ser económico ytendría que abandonarse definitivamente. El proyecto de Azerbaiyán y losEstados Unidos sufriría la derrota estratégica que mencionamos antes.

Uzbekistán ha estado abiertamente de parte de los Estados Unidosdurante 6 años. Turkmenistán se las arregla y declaró ser neutral en lacampaña contra Afganistán. Pero el problema de ambos países es cómohacer llegar sus reservas de gas y petróleo a los mercados de venta.Económicamente, la opción rusa sería más ventajosa, pero, políticamente,el “camino afgano”, apoyado por los Estados Unidos e impuesto me-diante el control del territorio por los Talibanes, fracasó.

La administración de los Estados Unidos decidió entonces “meter elhombro” para penetrar decisivamente en la región. Para los EstadosUnidos, Afganistán es el primer experimento directo que tiene por obje-tivo llegar y permanecer en el “corazón” de Eurasia. El hecho de que elSecretario de Defensa Rumsfeld admitiera el propósito de construir unabase militar en Afganistán sirve de sustento a esta lectura. Igualmente,después de la Guerra del Golfo, cuando se aplacó la confusión que laguerra había causado, quedaron tres grandes bases militares (en ArabiaSaudita, Kuwait y Omán) en un territorio donde antes no había ninguna.

El campamento Bondsteel en Kosovo y el Rhino en Afganistán estándestinados a ser dos “fortalezas” de avanzada para controlar el GranCorredor no. 8 que se extiende de este a oeste siguiendo el “Camino dela Seda”. En el medio se encuentran países aliados como Turquía,Georgia, Azerbaiyán y Uzbekistán. Allí se ubica el corazón de Eurasiay, según los teóricos de la geopolítica, allí radica el dominio del mundo.

143EL TEATRO EUROASIÁTICO DE LA GUERRA IMPERIALISTA

Es evidente que si los Estados Unidos desean conservar y fortalecersu hegemonía mundial están obligados a intervenir permanentementeen Eurasia. La aparición de potencias rivales que compiten con los Esta-dos Unidos, su persistente ausencia del sector euroasiático, el fracasodel proyecto para aislar no solo a Rusia, sino también a Irán y a China delas rutas estratégicas, son los peligros que se estaban haciendo realidady contra los cuales nos alertaron, en 1992, el Informe Wolfowitz y, másrecientemente, Brzezinski. Este cuadro es cada vez más sombrío debidoa la posibilidad de que, en pocos meses, algunos de los más importantespaíses productores de petróleo del Oriente Medio comiencen a emplearel euro, en lugar del dólar, en sus transacciones internacionales. Impedirque esto ocurra es probablemente uno de los aspectos que están en juegoen esta guerra.

El Oriente Medio en el epicentro de la crisis

Otro problema que tiene como fondo la guerra en Iraq, que probable-mente será peor, más prolongada y más desestabilizadora que las otrasguerras de las que hemos sido testigos en la década de los noventa, es elque está surgiendo en estos últimos meses: el profundo silencio queenvuelve la cuestión palestina dentro del contexto de la escalada de laguerra preventiva en el Oriente Medio.

Los palestinos están amenazados por la “solución final”. Muchos sonlos que piensan que al gobierno de Sharon le gustaría aprovechar estaoportunidad para eliminar definitivamente la Autoridad Nacional Pales-tina, provocar el traspaso y hacer realidad el “Eretz Israel”, el GranIsrael, que planea expulsar a un gran número de palestinos y confinar alos que quedan en un sistema de bantustanes.

Sandro Viola subraya con vigor y claridad esta posibilidad en su “Cartaa un amigo palestino”: la soledad y la amenaza que penden sobre lospalestinos guardan simetría con la “reorganización violenta del cuadrodel Oriente Medio” que los Estados Unidos e Israel desean imponerdentro del marco de la guerra preventiva.9

Día tras día, la infinita serie de asesinatos selectivos y la limpiezaétnica continúan inexorablemente en las ciudades y pueblos palestinos.Redadas diarias y constantes, asesinatos premeditados o fortuitos demilitantes u otras personas, devastación de los campamentos, bombar-deos y arrestos en masa. Lo ocurrido en los Balcanes podría ser unapálida versión de lo que sucede ahora en los territorios palestinos ocu-pados por los colonos y soldados israelíes. El argumento de que el dolory el luto son los mismos para israelíes y palestinos debido a los ataquesde estos últimos ha dejado de tener validez, tanto en el aspecto político

9 Sandro Viola: La Repubblica, febrero 25, 2003.

144 LA DINÁMICA GLOBAL DEL CAPITALISMO NEOLIBERAL

como en lo que respecta a su magnitud, sobre todo si se cuenta la histo-ria de la ocupación militar y colonial de los territorios palestinos.

En marzo de 1982, justo antes de que los aviones y tanques de Israelinvadieran el Líbano, la Embajada israelí en Italia envió a los parlamen-tarios “un documento que resumía el punto de vista de Israel sobre losproblemas políticos y de seguridad en el conflicto árabe-israelí”. El do-cumento era el texto de una conferencia que pronunció en Londres elembajador Shlomo Argov. El haber sido herido en un atentado fue elpretexto para desatar la operación “Paz en Galilea” y la invasión delLíbano. En la conferencia Argov afirmó que “la obsesión de Israel serápermanente e imborrable”. Habló asimismo de “la determinación deobtener nuevas fronteras, más seguras que las antiguas de 1967”, y ase-guró que “la idea de una retirada total, como la de la península del Sinaí(como resultado de los acuerdos de Camp David, nota del editor) no serepetirá en ningún otro lugar”.

Estos tres conceptos estratégicos, casi teológicos, es decir, la seguridad,las nuevas fronteras y la no retirada, parecen ser, veinte años después, elproyecto por el que apuesta el gobierno israelí con el fin de “solucio-nar”, a su manera, el conflicto árabe-israelí. Es claro que ni las negocia-ciones de paz serias ni el “mapa de ruta” son posibles sobre la base deestos tres conceptos que son indivisibles. El gobierno israelí sigue pen-sando que tiene que presentar ante el mundo un hecho consumado.

Las conversaciones de paz de Oslo lo único que podían hacer erafracasar, ya que la colonización trajo consigo una “masa crítica” de 800 000colonos de Rusia. El resultante boom de asentamientos en los territoriosde los palestinos obligó a estos a una desesperada y creciente defensa desu propia tierra, de sus pozos de agua y de la posibilidad misma de so-brevivir.

La ocupación de la tierra y el agua por casi un millón de personas y losasentamientos no constituyen un proceso que pueda revertirse fácilmen-te sin correr el riesgo de que se produzca un agudo conflicto social den-tro de la sociedad israelí.

La retirada de Israel del sur del Líbano, después de una ocupaciónque duró casi 18 años, puso de relieve el costo político, material y hu-mano ocasionado por la constante iniciativa guerrillera de la resistenciapalestina y libanesa (que costó cientos de bajas al ejército israelí). Estecosto no lo puede soportar indefinidamente una sociedad como la deIsrael, donde el estilo de vida “occidental” coexiste, aunque en mediode dificultades y conflictos, con un oscurantismo confesional como elque nos muestran las novelas de Mordecai Richler.

La segunda Intifada y su gradual transformación en guerra de libera-ción (desde peleas a pedradas hasta auténticas iniciativas guerrilleras)probablemente contaba con esta “libanización” del conflicto y con elefecto de desgaste con el fin de forzar a los gobiernos israelíes a decre-tar una “reducción de los asentamientos coloniales” en los territorios

145EL TEATRO EUROASIÁTICO DE LA GUERRA IMPERIALISTA

palestinos y a aceptar, real y no virtualmente, la tesis de “dos pueblos,dos Estados”.

Aquí radica el salto cualitativo de la Intifada a la guerra de liberación,una visión de un escenario más parecido a la “Batalla de Argel” contrala ocupación militar francesa en la década de los sesenta del siglo pasa-do, que a la primera “Intifada de las piedras” hacia finales de los ochen-ta. En Argelia no solo se combatía contra las fuerzas militares francesas,sino también contra una presencia civil colonial (los pieds noirs). Elmomento llegó en que ambas tuvieron que abandonar el territorio arge-lino como resultado de una impetuosa insurrección popular.

Hay que subrayar que, dentro de la Resistencia palestina se discuteenconadamente la oportunidad de atacar objetivos israelíes no solo enlos territorios ocupados (colonias o bases militares), sino también en lasciudades y en las zonas metropolitanas tras la línea fronteriza. La iz-quierda palestina (FDLP, FPLP y la izquierda de Al Fatah), por ejemplo,considera mejor atacar objetivos en los territorios ocupados y obligarasí a los colonos a regresar a los territorios israelíes. Por lo tanto, losataques en los territorios israelíes son erróneos ya que, de realizarse, la“seguridad” de una alternativa “fallaría” y los colonos permaneceríanen los territorios ocupados. O, debido a que, en lo que al peligro con-cierne, no importa en el lugar en que se encuentren, también puedenquedarse donde están.

Por el contrario, las nuevas y viejas organizaciones que emergieronde la nueva Intifada (las brigadas Aqsa, cuyo orígen es Al Fatah, y AlQuds y Ezzedin Al Qassam, que provienen de Jihad y Hamas) conside-ran necesario continuar la estrategia de atacar (con suicidas o no) tam-bién en territorio israelí.

Un recuento doloroso, pero objetivo, revela claramente que los ata-ques suicidas se fueron reduciendo en la década de los noventa hastaque cesaron del todo en 1999 y los primeros meses del 2000. Esto signi-fica que de alguna manera las negociaciones de Oslo y la perspectiva deun acuerdo duradero que condujera a un Estado palestino independientedebilitaron la estrategia de los ataques. También es claro que después dela provocación de Sharon en el espacio abierto de las mezquitas y de laescalada de la represión israelí, el número de ataques aumentó con rapi-dez. Más recientemente, los ataques israelíes tuvieron como objetivoslas ciudades y colonias como reacción a los asesinatos israelíes de líde-res palestinos. Así pues, el nexo de causa y efecto y la imposibilidad dellegar a una solución militar del problema palestino se evidencia contoda nitidez.

Además, en un documento que Edward Luttak hizo público en el oto-ño del 2001 (un año después de que comenzara la segunda Intifada), lasautoridades israelíes reafirmaron su convicción de que podían manejarla represión de la revuelta palestina con una pérdida muy baja de vidashumanas. Pero las cosas, como bien se sabe, dieron un giro diferente.

146 LA DINÁMICA GLOBAL DEL CAPITALISMO NEOLIBERAL

Como informaran muchos corresponsales, el sentido de inseguridaddentro de los asentamientos y en el corazón mismo del Estado de Israelestá ocasionando un daño considerable a la economía y la cohesión de lasociedad israelí. La opción de guerra total que Sharon supuestamenterepresenta se proponía evitar lo acontecido. En realidad, su objetivo erauna represión rápida y definitiva, la expulsión de tantos palestinos comofuera posible de los territorios en disputa y la reducción de los que que-daban a la condición de habitantes de un bantustán sudafricano.

Para conseguir este objetivo Israel necesita el apoyo de los EstadosUnidos y la neutralidad conspirativa (y la indulgencia) de los paíseseuropeos. La activación sistemática de los grupos de presión pro-israelíesen todos los países importantes se ha convertido en una especie de mo-vilización general de la que ningún “judío” puede escapar, como tampo-co puede evadir las exageraciones y la asfixiante omnipresencia en todoslos diarios más importantes de comentaristas, escritores, expertos, his-toriadores y ganadores israelíes o pro-israelíes de premios Nobel.

Este es el significado del intento de presentar el conflicto colonialisraelo-palestino como un choque de civilizaciones, donde Israel es vis-to como el bastión democrático del modelo occidental (el “mejor mode-lo posible” en esa región, pese a todos sus defectos) contra el terrorismoárabe-islámico y la barbarie que amenaza el modelo occidental. La cam-paña de terror contra el Islam y los árabes que se desató en los EstadosUnidos y Europa después de los ataques contra las Torres Gemelas deNueva York coincide exactamente —quizás con demasiada exactitud—con la orquestada en defensa del bastión israelí en el Oriente Medio.Pero, ¿cuál es la razón de que Palestina, este pequeño pedazo de territo-rio ocupado, siga siendo la contradicción no resuelta de la región delOriente Medio?

El Oriente Medioen la estrategia de los Estados Unidos

Hemos visto sucesos que nunca soñamos ver: quema de automóviles enBahrein, medio millón de personas que protestan en Marruecos, mani-festaciones en Egipto. Esta situación nos inquieta y esta preocupaciónse debe al hecho de que ya nos enfrentamos a un conflicto entre las dospartes de los territorios ocupados. Por el contrario, nos enfrentamos aalgo que bulle y se rebosa como un caldero y afecta no solo a los intere-ses israelíes, sino también a los norteamericanos, de un modo durade-ro, a largo plazo.

Esta evaluación que hizo el Secretario de Estado norteamericano Poweldurante uno de sus viajes al Oriente Medio, revela la existencia de unanueva situación en esa zona.

147EL TEATRO EUROASIÁTICO DE LA GUERRA IMPERIALISTA

El conflicto que los militares israelíes y la ocupación de Palestinadesataron es el eje tanto de la crisis del Oriente Medio como de buenaparte de lo que está en juego en la guerra infinita que la administraciónBush desencadenó.

Como comenta Ugo Tramballi en Il Sole 24 Ore, después de la guerraen Afganistán, que permitió a los Estados Unidos establecerse en AsiaCentral, el corazón del problema “no es ese país lejano (Afganistán)sino el Oriente Medio que incluye esa cuña de civilización occidentalencajada en el corazón de su mundo, Israel”.10

El escenario apocalíptico de Powell, por un lado, y la evaluación deTramballi, un experto comentarista de asuntos internacionales, por otro,aportan los dos polos que permiten entender la esencia de una gran par-tida. Esta, que comenzó con la “Gran crisis de 1973” y se ha reducido asolo uno de sus aspectos, el choque del petróleo; no se ha decidido aún.

Hace algún tiempo, en un extenso comentario que se publicó tambiénen Italia, uno de los protagonistas de esa crisis, Henry Kissinger, resol-vió la cuestión palestina de una manera muy perentoria: nada de confe-rencia de paz internacional porque “aislaría a los Estados Unidos”, nadade la retirada de los territorios ocupados en 1967 “porque a ningún pri-mer ministro israelí le ha pasado alguna vez por su mente que semejantemedida pudiera proponerse”, nada de apoyo al plan de Arabia Saudita“porque estimularía a los fanáticos de la Jihad que deambulan por elmundo”. Kissinger proponía una solución diferente: una división depapeles entre los Estados Unidos y los aliados europeos, “en caso deque estos comprendan bien sus propios intereses”. Los primeros debíandesempeñar el papel de negociador principal y los últimos el de “contri-buir a interrumpir los flujos de iniciativas de paz, iniciativas que tienencomo objetivo mejorar su posición en el mundo árabe, aunque en reali-dad no hacen más que fomentar la radicalización de las expectativas y laposición de los árabes”.11

Es este un aut aut (lo uno o lo otro) de primera magnitud contra lasambiciones europeas en el Oriente Medio. Pero, no solo la estrategia delos Estados Unidos corrobora este enfoque, pues también la confirmanuna entrevista de Peres —en la que el político israelí alude al “riesgo deuna nueva guerra fría entre los Estados Unidos y Europa” en relacióncon los problemas del Oriente Medio— y las declaraciones repetidas ybrutales, aunque explícitas, de Sharon contra la política europea en laregión.

Los Estados Unidos comprendieron que deben jugar duro en el OrienteMedio si aspiran a neutralizar el escenario dibujado por Powell y, sidesean volver a controlar todos los países estratégicos de la zona con loscuales sus relaciones tradicionales se han hecho mucho más difíciles.

10 Il Sole 24 Ore, septiembre 16, 2001.11 Los Angeles Time/La Stampa, mayo 9, 2001.

148 LA DINÁMICA GLOBAL DEL CAPITALISMO NEOLIBERAL

En la lista de los Estados villanos aparecen ya Iraq e Irán, pero no estámuy lejos el día en que pudieran formar parte de ella, Siria, Líbano yArabia Saudita. La producción de tres de estos cinco países constituyela mitad de la producción mundial de petróleo. Esto no es casual, dadoque cuatro de estos cinco países establecieron una relación privilegiadacon la Unión Europea y Rusia en vez de con los Estados Unidos.

Los acontecimientos relacionados con Bin Laden y Al Quaeda mos-traron al mundo que los grupos económicos dispuestos a competir conla hegemonía de los Estados Unidos crecieron también en los paísesárabes y musulmanes. En Arabia Saudita, Egipto, Pakistán, Indonesia yMalasia, sectores de la burguesía “petrofeudal”, con fuertes intereses enel mundo de las finanzas, aspiran a escapar del control norteamericano.

Un documento que en 1998 elaboró el actual vice-ministro de Defen-sa, el “halcón” Wolfowitz, argumentaba sin ambages que se debe obligara los árabes a vender no solo su petróleo a las compañías multinaciona-les, sino también sus pozos, y que era necesario impedir la desestabili-zación de un país estratégico como Arabia Saudita. Un documento adestiempo, pero indicador de lo que preocupa a los norteamericanos enesa zona.

Las diferencias surgidas entre los “socios” en cuanto al ataque contraIraq fueron muy nítidas tanto en Europa como en el Oriente Medio.

De acuerdo con lo afirmado por Kissinger y por otros que forman elnúcleo duro de la administración Bush (Rumsfeld, Cheney, Wolfowitz),la crisis del Oriente Medio debería manejarse sin la participación de laUnión Europea e incluso sin la cooperación de los denominados paísesárabes moderados.

Como subraya Geoffrey Aronson en Le Monde Diplomatique,12 “¿quéventaja habría en pagar un precio político por la cooperación de losárabes si esta no es esencial y si los Estados Unidos están seguros deque podrán obenerla en caso de una victoria norteamericana?”. Laausencia total de aliados árabes en la nueva guerra contra Iraq (con laexcepción de Kuwait y los Emiratos del Golfo) confirman el adiós nor-teamericano, incluso a los llamados países moderados.

Después de Iraq... ¿Irán?

Las negociaciones con Turquía sobre las bases militares que se necesi-taban para la agresión contra Iraq, una cierta vacilación por parte delnuevo ejecutivo del Partido Islamista y la hostilidad abierta de la opi-nión pública a la guerra, introdujeron algunos elementos de incertidum-bre en la relación entre Washington y su leal centinela, la OTAN, en laspuertas del Oriente Medio.

12 Geoffrey Aronson: Le Monde Diplomatique, mayo 2002.

149EL TEATRO EUROASIÁTICO DE LA GUERRA IMPERIALISTA

En este momento, el único aliado verdadero de los Estados Unidosparece ser Israel. Este, por lo menos en lo concerniente a votos electora-les, parece condicionar más la política norteamericana que lo que estacondiciona la israelí. Según Geoffrey Aronson, los líderes israelíes hantratado durante más de veinte años de convencer a los Estados Unidosde que la percepción israelí de los peligros no convencionales queentrañan Irán, Iraq y Siria es la correcta.

El intelectual pacifista Uri Avnery explica muy bien cómo, despuésdel 11 de septiembre, los grupos dominantes israelíes han tratado dedirigir la mano de los Estados Unidos contra Irán. Avnery sostiene quelos israelíes han estado conduciendo esta campaña durante meses. Elescenario que dibujó es increíblemente realista:

Israel ejerce una enorme influencia sobre el Congreso y los medios decomunicación. Ocurrirá lo siguiente: todos los días los generalesisraelíes anunciarán que Irán está produciendo armas de destrucciónmasiva y que amenaza al Estado de Israel con un segundo Holocausto.Sharon anuncia que la captura de un barco iraní lleno de armas de-muestra que Arafat tiene vínculos con la conspiración iraní. Peres ledice a todo el mundo que los misiles iraníes son una amenaza para elmundo entero. No pasa un día sin que un periódico norteamericanoanuncie que Bin Laden se encuentra en Irán o con la Hezbollah libanesa(...) Sharon consigue entonces tener las manos libres para oprimir a lospalestinos, detener a Arafat, asesinar militantes y expandir los asenta-mientos. El intercambio es simple: me dan el apoyo de los medios decomunicación y del Congreso y yo les sirvo a los palestinos en bandejade plata. Esto podría no ocurrir si los Estados Unidos necesitaran to-davía el apoyo de sus aliados europeos o árabes. Pero en Afganistánllegaron a la conclusión de que se las pueden arreglar sin ellos.

En una entrevista en The New York Post del 8 de noviembre del 2002,Sharon planteó que tan pronto como termine la guerra en Iraq ejercerápresión para “poner a Irán en la cabeza de la lista de cuestiones porresolver”. Según Sharon, “Teherán hace todo lo que puede para hacersede armas de destrucción masiva y misiles balísticos. Constituye un peli-gro para el Oriente Medio y Europa”.13

En realidad, desde el punto de vista de Israel, Irán parece ser un pro-blema más serio que Iraq. Irán no sufrió la devastación de la Guerra delGolfo ni el consiguiente embargo, y hasta ahora no ha estado sometido alas sofocantes inspecciones de los hombres de Washington que se infil-traron entre los inspectores de la ONU (pese a que la IAEA se presta aun juego muy ambiguo). Irán evadió fácilmente el embargo comercialque le impuso la Iran Act aprobada por el Congreso: ha hecho negocioscon las compañías y multinacionales europeas y rusas (e incluso con

13 Uri Avnery, www.Gush-Shalom.org

150 LA DINÁMICA GLOBAL DEL CAPITALISMO NEOLIBERAL

algunas norteamericanas), es un país grande con inmensas reservasde petróleo, está bien armado gracias a los años durante los cuales nofaltaron los abastecimientos de armas desde Rusia, Francia y China,apoyó abiertamente la resistencia de Hezbollah en el Líbano que humi-lló a Israel al obligarlo a retirarse de la zona del sur que había ocupadoen 1982, y apoya a Hamas y la Jihad Islámica en los territorios palestinosocupados.

Las imágenes que la inteligencia norteamericana prestó y la CNNtransmitió en diciembre no hacen más que mostrar lo que la IAEA yasabía e hizo oficial: Irán posee dos plantas nucleares, una en Isfahan y laotra en Bushehr. Pero Irán firmó el Tratado de no Proliferación y losinspectores de la IAEA verificaron el carácter civil de ambas plantas.Israel no hizo nada.

Comenzó ya una campaña de los medios de comunicación destinadaa mostrar que Al Zarwaki, uno de los líderes de Al Qaeda, se mueveentre Irán e Iraq. Matar dos pájaros de un tiro: esto demuestra que am-bos países, pese al conflicto entre ellos, apoyan a los mismos terroristasque estaban detrás de los ataques del 11 de septiembre.14

La campaña de los medios de comunicación que promueve la agre-sión contra Irán dio ya sus primeros pasos. Después de Bagdag, la ma-quinaria de guerra norteamericana, que se encuentra ahora en la fronteracon Irán, podría moverse hacia Teherán y satisfacer así los objetivos delequipo israelo-norteamericano.

Iraq es un país que se sentía orgulloso de su independencia. Pero, adiferencia de Irán, quedó postrado por un mortífero embargo que hadurado 15 años y ha estado sujeto a inspecciones de la ONU que impu-sieron el desarme unilateral del país. No fue posible alcanzar de nuevolos niveles tecnológico y social que el país había conseguido porque elprograma “Alimentos por petróleo” y las llamadas “sanciones inteligen-tes” fueron ideados y controlados por los Estados Unidos y el ReinoUnido. Así pues, la “amenaza iraquí” era relativamente menor.

Las prioridades de los Estados Unidos en cuanto a Israel se invirtie-ron. El propósito de aquel país y de las multinacionales norteamericanasde ocupar Iraq e invadir Afganistán tenía tres objetivos:

1. La penetración en casi todas las repúblicas de Asia Central permi-tió a los Estados Unidos lograr el objetivo estratégico que durantemucho tiempo persiguieron: tener bases militares alrededor de todaRusia y dentro de los territorios de la antigua Unión Soviética.

2. Gracias al control de Afganistán y Pakistán, los oleoductos ygasoductos que proceden del Asia Central podrán eludir a Rusiae Irán y llegar al Océano Índico. Esto permite que Washington ylas compañías petroleras como Unocal materialicen sus ambicio-

14 “Gli uomini di Al Qaeda più di casa in Iran che a Bagdag, Corriere della Sera,febrero 7, 2003.

151EL TEATRO EUROASIÁTICO DE LA GUERRA IMPERIALISTA

nes y desechen a los Talibanes, con los cuales habían flirteado enel pasado.15

3. En Irán, el conflicto entre las nuevas generaciones y la teocraciaislámica podría provocar un cambio interno (debidamente apoya-do desde el extranjero) sin que los Estados Unidos tuvieran querecurrir —al menos hasta ahora— a la intervención militar. La pre-sencia de bases norteamericanas y personal militar en Iraq, en lafrontera con Irán, constituye el “disuasor mínimo” para lograr suobjetivo.

“El estado mayor israelí actualiza continuamente sus planes para ata-car a Irán”, escribe Limes, “pero los que toman las decisiones políticasdejan a los Estados Unidos la tarea de disuadir —política o militarmen-te— a Irán, con la esperanza de que el ala moderada del régimen sefortalecerá”.16

Si esto es verdad, es posible que, en contra de los deseos de los gru-pos dominantes israelíes, el “castigo” de la guerra infinita de Bush pue-da posponerse también en vista de que la resistencia iraquí está infligiendoserveras pérdidas —en términos políticos, económicos y humanos— ala ocupación militar norteamericana.

Para saber si los misiles, las bombas, y quizás las bombas atómicas,caerán sobre Teherán y Riyad, después de haber caído sobre Bagdag,tendremos que considerar la decisión de los líderes israelíes y norte-americanos sobre el orden de las prioridades y las modalidades de unataque.

Iraq: un chivo expiatorio

Los Estados Unidos ajustaron definitivamente sus cuentas con Iraq a finde enviar algunas advertencias:

a) la primera advertencia está dirigida a los movimientos popularesdel mundo árabe, a los que les gustaría derrocar sus gobiernos uobligarlos a adoptar una política más dura contra Israel y los Esta-dos Unidos, así como recuperar su propia identidad e independen-cia nacional;

b) la segunda advertencia va dirigida a Arabia Saudita, en la cual,desde antes del escándalo alrededor de Bin Laden y los fondosdestinados a Al Quaeda, algunos dirigentes adoptaron posicionesmenos tolerantes con la hegemonía de los Estados Unidos y la pre-

15 Sobre esta cuestión, véanse los dos capítulos centrales, sumamente interesantes, dellibro de Ahmed Rashid, Talibani, Islam, petrolio e il grande scontro in Asia Centrale,Feltrinelli, 2001.

16 “Dopo Saddam nel mirino di Sharon sono gli ayatollah”, Limes, no.1, 2001.

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sencia de bases militares norteamericanas en suelo saudí; además,esos dirigentes estaban listos para convertir su capital de “petrodó-lares” en “petroeuros”, por lo que los dólares no irían a parar alvulnerable sistema financiero norteamericano.17

Un indicio de la atmósfera reinante es la recepción que se le dió al“plan de paz” saudita en la cumbre árabe de marzo en Beirut; la respues-ta de Israel no podía ser otra que la ofensiva militar contra las ciudadespalestinas. Fue la primera vez que Arabia Saudita tomaba una iniciativadiplomática de tanta importancia.

Para todo el mundo es evidente que detrás del desafío de Bin Laden yAl Quaeda a los Estados Unidos se encuentran también las ambicionesde una naciente burguesía árabe que, dependiente del petróleo y de loscapitales depositados en bancos norteamericanos e ingleses, llegó gra-dualmente a la conclusión de que podía convertirse en un nuevo polo depoder, en un elemento de equilibrio, si no en el mundo por lo menos enla región del Oriente Medio. La influencia y el prestigio conseguidospor el canal de televisión Al Jazira es un indicio de los cambios en elclima cultural. Los acontecimientos del 11 de septiembre pusieron demanifiesto lo mucho que los Estados Unidos temían a esta posibilidad.Es obvio que la partida se juega sobre todo en el Golfo y que Iraq es eneste sentido el “chivo expiatorio” mediante la cual enviar una adverten-cia muy seria a Arabia Saudita, Irán o los Emiratos del Golfo sin tenerque bombardearlos.

c) la tercera advertencia está dirigida a las crecientes ambiciones in-ternacionales de Europa. Es esta quizás la advertencia más emble-mática en el aspecto estratégico.

17 “Doccia fredda sulle relazioni con Washington”, Le Monde Diplomatique, mayo,2002.