ECOS y COLORES: Colonia Independencia

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Historia sobre la colonia Independencia, Monterrey, México.

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  • colores y

    ecos deLA COLONIAINDEPENDENCIALAINDEPE

  • colores y ecos de LA COLONIA INDEPENDENCIA

    2

    LAINDEPE

  • Camilo Contreras Delgado n Rodrigo Fernando Escamilla Gmez n Olimpia Farfn Morales n Ismael Fernndez Areu n Luis Fernando Garca lvarez n Alejandro Garca Garca n

    Mario Alberto Jurado Montelongo n Jimmie L. King n Juan Manuel Casas Garca Eleocadio Martnez Silva n Jos Juan Olvera Gudio n Lylia Isabel Palacios

    Hernndez n Efrn Sandoval Hernndez n Vctor Ziga Gonzlez

    colores y ecos de

    LA COLONIAINDEPENDENCIALAINDEPE

  • Ecos y colores de la colonia Independencia

    Primera edicin, noviembre de 2010

    Los autores

    Municipio de Monterrey

    Museo Metropolitano de Monterrey

    Zaragoza y Corregidora, Zona Centro,

    Monterrey, N.L.

    Col. Centro. C.P. 64000, Monterrey, Nuevo Len

    (81) 8344-2503

    [email protected]

    Comisin Estatal para la Conmemoracin del

    Bicentenario del inicio de la Independencia Nacional

    y el Centenario de la Revolucin Mexicana

    Antiguo Palacio Federal

    Washington 648 ote. Octavo piso

    Col. Centro. C.P. 64000, Monterrey, Nuevo Len

    (81) 2020-6717

    www.bicentenarionuevoleon.com

    Colegio de la Frontera Norte

    Carretera Escnica Tijuana-Ensenada, Km 18.5

    San Antonio del Mar, C.P. 22709

    Tijuana, B.C.

    (664) 631-63-44

    [email protected]

    ISBN: PENDIENTE

    Prohibida la reproduccin parcial o total de esta obra, a

    menos que se cuente con la autorizacin por escrito del

    titular de los derechos de la misma.

    Impreso y hecho en Mxico.

  • Contenido

    Presentaciones 7

    Introduccin 9

    Historia

    Del barrio San Luisito a la Colonia Independencia 13 JUAN MANUEL CASAS GARCA

    Vida cotidiana

    Paisajes, querencias y apegos 31 ALEJANDRO GARCA GARCA

    Arquitectura sin arquitectos: Imagen, forma y vida en la 43 evolucin de su entorno urbano

    JIMMIE L. KING

    Migracin

    La puerta de Monterrey. La historia de Simona y las dos julietas 55 VCTOR ZIGA GONZLEZ

    Los nahuas de Hidalgo 67 ISMAEL FERNNDEZ AREU

  • Religiosidad

    Las danzas de Matachines y la Palma 77 OLIMPIA FARFN MORALES

    Devocin guadalupana y trabajo comunitario con jvenes 89 LUIS FERNANDO GARCA LVAREZ

    Oficios y comercio

    El puente que siempre ha sido mercado 101 EFRN SANDOVAL HERNNDEZ /

    RODRIGO FERNANDO ESCAMILLA GMEZ

    El corazn del oicio zapatero en Monterrey LYLIA ISABEL PALACIOS HERNNDEZ /

    ELEOCADIO MARTNEZ SILVA

    Msica y sonidos

    Los caminos de la vida son de migracin y diversidad 145 adems de la colombia JOS JUAN OLVERA GUDIO

    Paisajes sonoros 167 CAMILO CONTRERAS DELGADO

    Deporte

    Del llano a los estadios 181 MARIO ALBERTO JURADO MONTELONGO

    Bibliografa 195

    Sntesis biogrficas 199

    Crditos 203

  • PRESENTACIN

    7

    PRESENTACIN

    DEL ALCALDE

    LA COLONIA INDEPENDENCIA ES UNO DE LOS LUGARES ms emblemticos de la ciudad de

    Monterrey y por consecuencia uno de los conos culturales, laborales y deportivos ms importantes

    de la ciudad. En el marco de la celebracin del inicio de nuestra Independencia Nacional en este 2010,

    celebraremos en conjunto, los primeros 100 aos de vida de este popular barrio, anteriormente conocido

    como San Luisito.

    El Municipio de Monterrey en conjunto con el Colegio de la Frontera Norte, y el Gobierno del Estado

    de Nuevo Len, presentan esta obra, tan diversa y rica en contenidos e imgenes, que nos invita a

    relexionar sobre la importancia del barrio en la cultura e idiosincrasia del regiomontano.

    En este esfuerzo compartido, queremos mostrar al mundo los valores de trabajo, esfuerzo, dedicacin y

    fervor religioso que no slo distinguen a los vecinos de la colonia Independencia, sino al regiomontano

    en general. Esta obra est dedicada a todos los que nacieron en Monterrey y, a los que por azares del

    destino, llegaron a esta ciudad buscando un nuevo horizonte de vida.

    Que esta obra sea un homenaje a los hombres y mujeres que han contribuido con sus oicios,

    manifestaciones artsticas y religiosas, su disciplina deportiva y formas de vida, para que la colonia

    Independencia siga siendo, como desde antao, el corazn de Monterrey, orgullo de Mxico

    FERNANDO LARRAZBAL BRETN

    Presidente Municipal de Monterrey

  • PRESENTACIN

    9

    POR qU UN LIBRO de la colonia Independencia?

    Puedo enumerar decenas de razones que suenen

    ms o menos convincentes, pero me quedo con la

    respuesta ms llana y directa: por puro gusto. Es

    cierto que la colonia Independencia est cumplien-

    do 100 aos de tener este nombre, razn por la

    cual es parte de los festejos del Bicentenario de

    la Independencia Nacional y el Centenario de la

    Revolucin Mexicana, pero las conmemoraciones

    llegarn y se irn, es la experiencia diaria de los

    emancipados la que da sentido a esos festejos.

    Este libro colectivo se imagin desde la Comisin

    Estatal para la Conmemoracin del Bicentenario del

    inicio de la Independencia Nacional y el Centenario

    del inicio de la Revolucin Mexicana; sabamos

    que queramos hacer un libro de esta colonia, pero

    como en toda obra, no sabamos lo que resultara.

    Al llamado acudieron socilogos, antroplogos,

    lingistas, historiadores, arquitectos y gegrafos

    de la Universidad Autnoma de Nuevo Len, el

    Instituto Nacional de Antropologa e Historia, el

    Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en

    Antropologa Social, la Universidad de Monterrey

    y el Colegio de la Frontera Norte. Se conform

    un entusiasta equipo que puso a disposicin del

    estudio de la colonia sus conocimientos, su tiempo,

    sin condiciones de por medio. La respuesta y el

    resultado inal son una muestra de generosidad y

    reconocimiento de estos investigadores. Por eso

    digo, el libro se hace por puro gusto.

    Los 16 autores, sin excepcin, caminamos, pla-

    ticamos, convivimos con la gente de la colonia en

    eso que en la jerga acadmica llamamos trabajo

    de campo. Cada quien se las arregl para obtener

    informacin: con entrevistas y grabadoras, con

    cmaras, observando y anotando. Desde el inicio

    nos propusimos escuchar y relejar la voz de la

    gente en cada uno de nuestros trabajos.

    Y lleg lo bueno. Cada visita a los zapateros,

    comerciantes, matachines, promotores del ftbol,

    jvenes nahuas, sonideros, signiicaba no slo infor-

    macin sino aprendizaje y recreacin de este enorme

    asentamiento. Me atrevo a decir que transitamos

    de investigadores extraos a curiosos conidentes.

    Nos metimos a sus historias privadas, a sus lugares

    de origen, a sus iglesias, casas y talleres y hasta a

    sus cantinas. La generosidad de los investigadores

    fue correspondida con ms generosidad de los

    colonos.

    Fue un reto transmitir el resultado de sus in-

    vestigaciones en un lenguaje y estilo luido, no

    conceptual. Todos los autores son especialistas en

    la temtica que abordaron y estn acostumbrados

    a escribir en un estilo formal por lo que en esta

    ocasin se confrontaron con la sencillez que en

    ocasiones tiene sus propias complicaciones. Vali la

    pena pues el resultado son pinceladas de la colonia

    que no por sencillas carecen de seriedad metdica.

    Introduccin

  • colores y ecos de LA COLONIA INDEPENDENCIA

    10

    qu encontrarn los lectores en este libro?

    En primer lugar una parte de la historia urbana

    de Monterrey, pero sobre todo el pulso de la

    vida cotidiana de uno de los asentamientos ms

    emblemticos de la ciudad. En qu sentido es em-

    blemtica esta colonia? Baste decir que no es posible

    tratar de entender el pasado y presente del rea me-

    tropolitana de Monterrey sin tener en mente a la

    colonia Independencia. Este libro rene historias y

    vivencias de la migracin, arquitectura, devocin

    guadalupana, oicios, msica y otros sonidos propios

    de esta zona. El libro destaca el apego de la gente a

    su colonia as como aquello que les permite a diario

    reproducir la identidad de barrio. Este es un tributo

    por lo que la colonia Independencia ha compartido

    y aportado a la ciudad n CAMILO CONTRERAS DELGADO

  • HISTORIA

  • HISTORIA

    13

    LA HISTORIA DE LA COLONIA Independencia se

    remonta a tiempos muy pretritos, ms all incluso

    de lo que muchos han aventurado y an sostenido.

    Esto que vas a leer ahora no es una historia completa

    sobre el desarrollo de este lugar, pero s al menos

    un parte de ella que, creo, te ayudar a aclarar al-

    gunas de las cuestiones ms relevantes sobre sus

    orgenes.

    qu es en realidad la colonia Independencia?

    Es, en primer lugar, una muy dilatada extensin de

    territorio, mayor al tamao de las viejas colonias de

    Monterrey, e incluso de muchsimas actuales. Tiene

    sus lmites oiciales en la avenida Ignacio Morones

    Prieto al norte, y al oriente una lnea imaginaria

    que sigue un curso sinuoso partiendo del cruce

    de dicha avenida y la calle Baja California, tuerce

    en la calle 16 de Septiembre hacia el oriente, topa

    en la diagonal Durango sur y sigue hacia el sureste

    hasta la calle 5 de Febrero, donde slo recorre unos

    cuantos metros hasta tocar la calle Hilario Martnez,

    baja por sta seis cuadras hacia el sur hasta topar

    con la calle Lago de Ptzcuaro, tuerce al poniente

    y avanza cuatro cuadras hasta Baja California otra

    vez, slo para bajar una cuadra a la calle Nueva

    Independencia y seguir avanzando dos cuadras al

    poniente donde, torciendo en Tamaulipas, toma

    hacia el sur por una cuadra (es decir, otra vez hasta

    Lago de Ptzcuaro), se mueve una cuadra ms al

    poniente (calle Nuevo Len) y de ah se sigue al sur,

    hasta morir en la cresta de la Loma Larga.

    El lmite poniente es poco menos complicado:

    comenzando en el cruce de avenida Morones Prieto

    y Serafn Pea avanza al sur por dos cuadras, y en

    5 de Febrero tuerce una larga cuadra hacia el po-

    niente, hasta la calle Po X, slo para volver a tomar

    el sur por la calle J. R. Pea y seguir en ese rumbo

    hasta terminar en la cresta del cerro. El lmite sur es

    ciertamente indeinido: se disuelve en las barriadas

    semi improvisadas que pululan en la cresta del

    cerro de la Loma Larga, donde no existen calles pro-

    piamente dichas, ni manera fcil de llegar a stas.

    Tales son los conines de la colonia Independencia.

    Pero es necesario decir que no siempre han sido

    esos sus lmites. La evolucin de este lugar, desde

    que los documentos lo consignan, ha variado, y

    siempre en un crecimiento constante. Y a esto hay

    que agregar algo que es capital para comprender

    mejor el tema: la colonia Independencia ha estado

    siempre histricamente unida a la Nuevo Repueblo,

    al punto de atreverme a decir que casi son una y la

    misma cosa. Surgieron (al menos a la cartografa)

    al mismo tiempo, y como vecinas han compartido

    glorias y penas similares. Lo que no tiene una, la

    tiene la otra: La Independencia tiene una iglesia

    antigua y una baslica de culto multitudinario, la

    Del barrio San Luisitoa la Colonia Independencia JUAN MANUEL CASAS

  • colores y ecos de LA COLONIA INDEPENDENCIA

    14

    Nuevo Repueblo tiene la nica plazuela arbolada

    de la zona. La primera es complementaria de la

    segunda. Son hermanas. Ambas se necesitan y se

    son tiles.

    En vista de que el tema est ligado al centro de

    Monterrey, buena sera la comparativa si comen-

    zamos por aqu. En la actualidad a la zona central

    emblemtica de nuestra ciudad se le llama primer

    cuadro. Se encuentra limitado por las avenidas Ve-

    nustiano Carranza al poniente, Coln al norte, Flix

    U. Gmez al oriente y Constitucin al sur (o, si se

    preiere, el ro Santa Catarina). El primer cuadro

    tiene una extensin aproximada de 766 hectreas.

    A stas, sin embargo, habra que restarles las que

    ocupa la colonia quinta El Mirador (13.8 hectreas)

    y los Condominios Constitucin (9.68 hectreas),

    que en rigor no pertenecen al espritu del resto

    del centro, es decir, son urbanizaciones modernas

    hechas ya en el siglo XX. As pues, del primer cuadro

    seran en realidad unas 742 hectreas. Ello es la

    extensin mxima de la ciudad, deinida y urbaniza-

    da en la poca anterior al surgimiento de las co-

    lonias, razn por la que es un error (muy comn, por

    cierto) llamarle a esta zona colonia Centro, pues

    el centro era toda la ciudad, y las colonias lo que se

    fraccion a sus alrededores posteriormente, ya con

    ines habitacionales.

    La Independencia es un caso raro, pero compar-

    tido con algunas otras colonias: originalmente era

    un barrio ms de la ciudad. Ahora bien, como barrio

    sin duda fue el ms populoso y extenso de toda la

    historia local. Hoy esta colonia ocupa una supericie

    de poco ms de 235 hectreas, lo que representa

    el 31.7% de la supericie del primer cuadro. Podra

    no sorprender mucho este dato, pero s lo har si

    se le compara con las supericies de otras colonias

    antiguas de los alrededores: la Nuevo Repueblo

    ocupa 88 hectreas, y por lo tanto es la segunda ms

    grande. La colonia Obrera tiene casi 44 hectreas,

    la Terminal 47.63 hectreas y la Trevio 37.6 hec-

    treas. Estas tres ltimas son fraccionamientos

    modernos realizados en las dcadas de 1920 y

    1930, principalmente para dar lugar a vivienda

    de la creciente clase obrera, en plena expansin.

    Ninguna de esas colonias, entre muchas otras

    que se fraccionaron en esas dcadas, llega a ser

    tan extensa como la Independencia, no teniendo

    siquiera en conjunto ni la mitad de la supericie de

    aquella.

    Igual resultado tenemos si la comparamos con

    la primera colonia formalmente fundada como

    tal en Monterrey: la Bella Vista. Enclavada en una

    estratgica zona central hoy da, detrs de la Cerve-

    cera Cuauhtmoc y el ediicio de la Comisin Fede-

    ral de Electricidad (ambas en la avenida Alfonso

    Reyes), fueron adquiridos esos terrenos por el co-

    ronel Joseph A. Robertson en 1891 con la intencin

    de fundar una zona residencial, cosa que no logr

    hasta 1908. La extensin actual de este lugar es de

    aproximadamente 44 hectreas, es decir, menos de

    una quinta parte de la colonia Independencia.

    Al ir tomando conciencia de estas comparacio-

    nes, surge la pregunta inevitable: Por qu es tan

    grande la colonia Independencia? La respuesta

    quiz se halle en los albores del siglo XIX, cuando

    naci.

    Hay un gran mito sobre su origen que, a fuerza

    de repetirlo tanto, ya casi ha adquirido categora

    de verdad histrica: que este lugar surgi como

    resultado de la inmigracin de gran cantidad de

    obreros de la construccin oriundos de San Luis

    Potos; suponan ser sobre todo maestros en el

    arte de labrar la cantera, bella piedra con que se

  • HISTORIA

    15

    aderezaba el Palacio de Gobierno de Nuevo Len

    entre los aos de 1895 y 1908. La indicacin del

    lugar de donde provena esa fuerza laboral ayuda

    a sostener el mito: la colonia Independencia, como

    es bien sabido, tena antiguamente el nombre de

    barrio de San Luisito. Sin embargo, hay dos hechos

    muy elocuentes que derriban este mito: Uno, los

    documentos del Ayuntamiento de Monterrey ya

    mencionan al barrio de San Luisito desde mucho

    antes de 1895, y dos, en el directorio comercial de

    Monterrey de 1901 que se custodia celosamente en

    la Capilla Alfonsina de la Universidad Autnoma

    de Nuevo Len, en su apartado de constructores

    y albailes, no aparece nunca un domicilio en el

    barrio de San Luisito.

    Pero entonces, a qu se debe que ese barrio

    haya llevado dicho nombre? Un mito, despus de

    todo, tiene un mnimo porcentaje de realidad en

    el ltimo de los casos. Por ejemplo, es verdad que

    para la construccin del Palacio de Gobierno debi

    haberse importado en algn momento mano de

    obra potosina, pues cierto es que esas habilidades no

    existan en Monterrey, pues ni siquiera esa cantera

    es posible hallarla en parte alguna del Estado de

    Nuevo Len. quines vinieron a trabajar desde tan

    lejos, no slo en la construccin del Palacio, sino

    en otras varias obras del periodo 1900-1910, poca

    en que se puso de moda construir con esa cantera

    (recordemos al Banco Mercantil, al ediicio La Rei-

    nera o al Arco de la Independencia, por mencionar

    lo ms conocido)? Desafortunadamente ninguno

    de los documentos disponibles en el Archivo Ge-

    neral del Estado de Nuevo Len, relacionados con

    la construccin del Palacio de Gobierno, revela

    nombres ni origen de los maestros constructores,

    limitndose ms bien a indicarnos lo que de un

    modo u otro ya sabamos: que el contratista de esa

    El Palacio de Gobierno de

    Nuevo Len fue construido de

    1895 a 1908 con una estructura

    primaria de muros de sillar, todo

    recubierto con piezas de cantera

    de San Luis Potos. Fue diseado

    por el ingeniero capitalino

    Francisco Beltrn, y construido

    por el maestro de obras Marn

    Pea Trevio.

  • colores y ecos de LA COLONIA INDEPENDENCIA

    16

    obra fue Marn Pea Trevio (por cierto, hermano

    de Serafn Pea, uno de los pilares de la educacin

    en el Estado), quien la realiz de acuerdo al diseo

    del ingeniero Francisco Beltrn Otero.

    Por otra parte, tampoco la cantera de San Luis Po-

    tos fue usada por primera vez en Monterrey cuando

    se construy el mencionado Palacio de Gobierno.

    Baste como ejemplo el caso de la antigua casa de

    Lorenzo Gonzlez Trevio, acaudalado comerciante

    regiomontano (o reinero, como se deca antes) del

    siglo XIX. l mismo cuenta en sus memorias cmo

    a raz de un viaje de negocios que haba hecho a

    la ciudad de San Luis Potos, qued muy admirado

    de la belleza de sus ediicios, decidiendo desde ese

    momento que su casa habra de construirse con esa

    cantera. As lo hizo pocos aos despus. Esa casa,

    ediicada en la dcada de 1860, estaba en pleno

    barrio de Bolvar, en la esquina nororiente de lo que

    ahora son las avenidas Padre Mier y Cuauhtmoc.

    Aquella mansin seorial de dos pisos de altura

    tuvo arqueras cuya inura slo fue posible con la

    cantera de San Luis, pues el sillar nuestro era de-

    masiado tosco como para permitir tallas esbeltas y

    soisticadas. La casa de Lorenzo Gonzlez Trevio

    fue demolida, en parte, durante las obras de en-

    sanche de la vieja calle de Padre Mier, hacia los

    aos de 1950-1951. El resto, si algo qued, acab por

    desaparecer tras el gran ensanche que se practic

    a la calle Cuauhtmoc en 1969 para convertirla en

    la avenida que es ahora. As pues, hemos visto que

    todo mito debe ser tomado con cautela, para no

    caer en la ancdota simplista ni en las deiniciones

    reduccionistas.

    Pero entonces, de dnde proviene el nombre

    de San Luisito para ese barrio? Una vez ms, un

    pice del mito puede ser realidad. En primer lugar,

    es muy elocuente que dicho barrio haya sido el

    nico de Monterrey que tena su nombre en forma

    diminutiva, como si se aludiera con ello a algo que

    se recuerda con cario. Por lo tanto, no hemos

    de descartar que los habitantes mayoritarios de

    ese barrio hayan podido ser naturales de San Luis

    Potos. (Como comentario al margen, recordemos

    cierta proclividad de esa gente a nombrar algunos

    lugares en forma diminutiva y cariosa, como por

    ejemplo su clebre y tradicional barrio de San

    Miguelito.) Ya por su parte, historiadores de re-

    nombre (sin duda gente de ms autoridad moral

    que la ma) han elaborado convincentes teoras

    sobre el origen del nombre San Luisito. Acaso la

    ms ejemplar sea la que ha expuesto el maestro

    Hctor Jaime Trevio Villarreal, quien sostiene que

    tal denominacin se debe a la gran cantidad de

    gente que acompaaba a algn militar de alto rango

    durante una de las varias campaas de guerra que

    hubo en el noreste mexicano desde los primeros

    aos de vida independiente. quin pudo haber

    sido ese militar? Acaso Antonio Lpez de Santa

    Anna en su expedicin de sometimiento a Texas,

    por causa de su declaracin de independencia de

    Mxico en 1835? Acaso Mariano Arista en calidad

    de comandante del Ejrcito del Norte tratando de

    recuperar (sin xito) Texas en 1846? Ambos pasaron

    por Monterrey en sus marchas al norte. Las dos son

    buenas posibilidades, juntas o separadas.

    Recordemos que durante todo el siglo XIX las

    constantes guerras civiles demandaron tal cantidad

    de hombres que ello deriv en una deplorable

    prctica militar, muy comn en todo ese tiempo: la

    leva. sta consista simplemente en el secuestro de

    cualquier persona que se encontrara en el camino

    de los militares, con el in de integrarlo a sus fuerzas

    armadas. Muchas veces la persona vctima de la leva,

    en vista de su inevitable destino, era acompaada

    por su mujer y aun por toda su familia, de modo

  • HISTORIA

    17

    que las expediciones militares eran un pintoresco

    mosaico de la sociedad mexicana, sobre todo la

    rural.

    Pues bien, a su paso por Monterrey, buena

    parte de esos variopintos contingentes debi irse

    estableciendo tanto en la ciudad como en la mar-

    gen derecha del ro Santa Catarina. Con el paso

    del tiempo esos asentamientos humanos debieron

    ser nutridos con ms inmigrantes y ello provoc

    paulatinamente su consolidacin como barrio. Pe-

    ro entonces, esos inmigrantes eran de San Luis

    Potos? Es muy probable que la mayora s.

    quiz la primera vez que un documento del

    Ayuntamiento de Monterrey menciona por su

    nombre a este barrio, haya sido en el acta de

    cabildo del 17 de marzo de 1842. Sin embargo,

    an el nombre es esquivo, pues no se menciona

    el diminutivo, sino barrio de San Luis, que en los

    siguientes aos se altern con el de Nuevo Re-

    pueble (o Repueblo) de San Luis, ms usual sobre

    todo en la dcada de 1850. Nuestra apreciacin

    se inclina a razonar que acaso por ser el barrio de

    reciente creacin, an no se perilaba el diminutivo

    como de uso comn. Tal cosa no sucedera por

    lo menos hasta la siguiente dcada. A inales de

    aqulla, en 1869, las actas de cabildo ya comienzan

    a mencionarlo como barrio de San Luisito, si bien

    en realidad este nombre slo llegara a ser comn y

    frecuentemente mencionado a partir de la dcada de

    1880. En cualquier caso, y como ya es muy evidente,

    las historias tanto del barrio como de su nombre

    datan de tiempos muy anteriores a la construccin

    del Palacio de Gobierno y la moda de la cantera.

    Todo lo antes dicho apenas nos empieza a dar

    una idea de los tiempos en que esa parte de la

    ciudad comenz a revestir una importancia de ni-

    vel urbanstico, es decir, que mereca mencin

    frecuente en documentos oiciales. Pero si hemos

    de hacer caso al sentido comn, podramos formular

    la siguiente pregunta: qu habra impedido que se

    ocupara la margen derecha del ro Santa Catarina

    desde los tiempos del traslado deinitivo de la

    ciudad de Monterrey a la margen izquierda, hecho

    en 1611-1612? En realidad, nada. En otras palabras,

    no es descabellado suponer que desde los albores

    del siglo XVII haya habido algn tipo de ocupacin

    de los terrenos que ahora llamamos colonia Inde-

    pendencia, ya en forma de modestos jacales, ya

    como un casero. Sin embargo, lo que haya habido

    ah durante todo el tiempo del dominio espaol

    debi ser tan modesto que no mereci jams re-

    presentacin grica alguna n

    Acta del Cabildo de

    Monterrey levantada el 17 de

    marzo de 1842. Este es quizs el

    documento ms antiguo donde

    se menciona al barrio de San Luis,

    despus San Luisito.

  • colores y ecos de LA COLONIA INDEPENDENCIA

    18

  • HISTORIA

    19

    DE ENTRE LA CARTOGRAFA conocida de la ciu-

    dad de Monterrey la cual no es poca, gracias a

    los hallazgos de los ltimos 15 aos, podemos

    determinar que la primera vez que el barrio de

    San Luisito es representado en mapas, acaso haya

    sido en el plano annimo de 1854. Parece haber

    sido dibujado con ines militares, pues la ciudad

    se aprecia rodeada por varios fortines. Al sur del

    ro Santa Catarina son muy claros dos caseros:

    uno junto al camino para Huajuco (es decir, villa

    de Santiago), y otro algo ms hacia el poniente,

    ubicado junto a un camino sin identiicacin, y que

    corre ms o menos del ro en direccin sur sureste;

    este ltimo parece ser ms un derecho de paso

    entre milpas que un verdadero camino. El segundo

    casero mencionado, por la ubicacin aproximada

    que nos deja ver el plano, debi estar en un punto

    alrededor de las actuales calles de Zacatecas, 16 de

    Septiembre y Guanajuato.

    Llama an ms la atencin el casero primera-

    mente mencionado. Como ya anotamos, se encon-

    traba a la vera del camino a Villa de Santiago. Este

    camino es un trazo diagonal, hecho empricamente

    desde tiempos inmemoriales. Todos los mapas del

    siglo XIX coinciden en algo: comenzaba en el in

    de la actual calle de Mina, cuando sta mora en la

    ribera del Santa Catarina. Como nuestro querido ro

    nunca fue caudaloso a pesar de tener un lecho muy

    dilatado, el paso al sur se haca de manera precaria,

    a travs de piedras o maderos estratgicamente

    colocados slo para salvar el hilo de agua. Una

    vez ganada la otra orilla, el camino pasaba por el

    casero mencionado (que para nuestro infortunio

    no fue nombrado en este plano). Con el paso del

    tiempo lleg al in el trazo cientico de las calles

    para la zona sur del ro, pero el camino a Santiago

    era tan importante que no hubo cientiicismo que

    Pgina anterior:

    Plano de la ciudad de Monterrey,

    1854 [detalle]. Aqu se observa la

    zona donde hoy se encuentran las

    colonias Independencia y Nuevo

    Repueblo, con notoria manifestacin

    del antiguo camino al Huajuco (hoy

    Santiago, Nuevo Len).

    lo hiciera desaparecer. Ello es tan notable que an

    hoy da el ordenado trazo reticular de las colonias

    Independencia y Nuevo Repueblo se rompe capri-

    chosa e inexplicablemente en un punto: la vieja

    Plaza de Verea. La calle que la bordea por su parte

    larga (o surponiente, para ser ms precisos) se llama

    Durango sur; tiene una extensin de tres cuadras,

    cortndose en la calle del 5 de Febrero. Pero si

    observamos un plano moderno, veremos cmo tres

    calles ms abajo esa diagonal vuelve a surgir, ahora

    con el nombre de Ro Pnuco. No es casualidad.

    El viejo camino a Santiago era tan importante que

    aunque interrumpido por tres hileras de manzanas,

    no pudo ser borrado del mapa por completo. Existe

    por la colonia Ms Palomas una calle llamada an-

    tiguo camino a Villa de Santiago; ste junto con

    el que corra por la avenida Ro Pnuco era otro

    ms de los varios caminos vecinales que se fueron

    formando entre los siglos XVIII y XIX. La calle dia-

    gonal de Durango sur, desde 1890 y por algunos

    aos, tuvo el nombre de calle de Santiago, por todas

    las razones ya expuestas.

    El trazo reticular de las colonias Independencia y

    Nuevo Repueblo ya estaba deinido de algn modo

    desde la dcada de 1840 por lo menos, y si bien

    ningn plano conocido de esa o la siguiente dcada

    lo representan, en cambio s los documentos del

    Ayuntamiento de Monterrey son prolijos en hablar

    de las calles del Nuevo Repueble del sur o Nuevo

    Repueble de San Luis y del Nuevo Repueble de Ve-

    rea, que de todos esos modos y algunas variantes

    ms se conoci respectivamente a las dichas colo-

    nias a mediados del siglo XIX. Sobre la incoherencia

    del camino a Santiago y la traza reticular, veamos un

    extracto del acta de cabildo de Monterrey del 14 de

    enero de 1856:

  • colores y ecos de LA COLONIA INDEPENDENCIA

    20

    [] cuando se deline este [Nuevo Repueblo

    del sur] no se pens en que colocar las calles

    paralelas [a la] antigua Ciudad sin ijar la aten-

    cin en la posicin topogrica del terreno ni en

    los puntos dominantes de que deba partir toda

    delineacin de una nueva poblacin, razn por

    [la] que el camino de la Villa de Santiago, que

    no puede ser variado, est trozando el nuevo

    repueblo diagonalmente, y una ininidad de

    manzanas en tringulos de diferentes tama-

    os que no pueden ser fabricados [es decir,

    construidos] porque sus ngulos son muy

    agudos y muy pequeos, y por lo mismo se

    suplicaba se nombrase una comisin que con

    vista del plano adjunto proponga a esta corpo-

    racin lo que deba hacerse.

    Si se nombr despus una comisin, es claro que

    mucho no pudo hacerse; ese error en el trazo,

    no obstante, le imprime al barrio de la Garita del

    sur un aire particular, con sus calles quebradas

    y sus rincones insospechados. El enclave de la

    actual plazuela de Verea, corazn de la colonia

    Nuevo Repueblo, est absolutamente deinido

    ya para 1854, y su importancia como camino a

    todas las poblaciones del sur (Santiago, Allende,

    Montemorelos, Linares, etctera) habra de ser tal

    que mereci el establecimiento de una garita ah

    mismo. En otras palabras, era una de las entradas

    y salidas estratgicas de la ciudad, y la plazuela

    de Verea, su puerta. Esa garita estaba en algn

    punto de la dicha plazuela; era una dependencia

    municipal y, como las otras garitas de la ciudad,

    funcionaba como una verdadera aduana, pues no

    slo vigilaba la entrada y salida de personas, sino

    que ms importante an para el erario signiicaba

    un ingreso nada despreciable el cobro de piso,

    es decir, de derecho por introduccin de las ms

    diversas mercancas. A dichos impuestos en el siglo

    XIX se les llamaba arbitrios (al menos en Nuevo

    Len), y su reglamento se rein durante el ltimo

    tercio de dicho siglo. Se cobr en pesos o en reales,

    y variaba de acuerdo al tamao y cantidad de los

    carretones que transportaban los productos. La Ga-

    rita del sur era un puesto ya muy concurrido para

    la dcada de 1870, y lleg a adquirir por s sola tal

    relevancia urbana, que acab por dar nombre a la

    zona aledaa a sta, de tal suerte que se le conoci

    al entorno de la plaza de Verea como barrio de la

    Garita del sur, ms o menos desde la dcada de

    1880 a la de 1930. Parte de los terrenos del sur de

    este barrio fueron convertidos en la colonia Ancira,

    cuya iniciativa de creacin data de 1928. La Garita

    del sur, como aduana municipal, dej de funcionar

    en algn momento alrededor de la primera mitad

    de la dcada de 1920. No obstante, el nombre del

    barrio persisti varios aos ms, pues todava se le

    menciona con frecuencia a mediados de los aos

    treinta. Es ms antiguo el entorno de la plaza de

    Verea que el resto de la colonia Nuevo Repueblo?

    Es muy probable que s. Un casero en un espacio

    abierto, de entrada y salida a una poblacin grande,

    debi ser mayor incentivo que vivir tierra adentro.

    No obstante, fue tan estrecha la relacin entre

    los barrios de la Garita del sur y el de Verea, que

    plantear una frontera entre ambas es una tarea ar-

    dua. Baste saber que, por ejemplo, esta cercana

    les hizo formar, en la dcada de 1920, la Junta de

    Mejoras Materiales de los Barrios Unidos de la Ga-

    rita del sur y el Nuevo Repueble (o Repueblo).

    El plano de 1854 llama la atencin porque, a dife-

    rencia de lo que otros documentos de esos aos

    mencionan, las calles trazadas desde inales de la

    dcada anterior aqu no se ven: toda la zona que

    es ahora motivo de este libro aparece representada

    como tierra labranta.

  • HISTORIA

    21

    En 1865 se public el Plano de Monterey y sus

    egidos, escrito as, a la usanza antigua: el nombre de

    nuestra ciudad con una sola r y la palabra ejidos

    con g. Fue levantado y dibujado por el ingeniero

    alemn Isidor Epstein durante el verano del ao an-

    terior, a pedido del Ayuntamiento de Monterrey,

    quienes urgidos de un plano coniable y actualizado

    de la ciudad en donde aparecieran de una vez por

    todas los escurridizos nuevos repuebles, hicieron

    tal encargo con todas las facilidades que pudieron

    otorgarle. Su nombre ya haba sido castellanizado

    a Isidoro desde su arribo a nuestro pas, el ao

    de 1851. Era un personaje muy peculiar, judo,

    orgulloso integrante de la colonia alemana de

    Mxico, miembro de la Sociedad de Geografa y

    Estadstica y positivista consumado, que antes de

    radicar aqu por algunos aos, ya haba trabajado

    en Aguascalientes realizando diversos trabajos de

    ingeniera y levantando algunos planos importantes.

    Fue tambin catedrtico de matemticas en el anti-

    guo Colegio Civil (aunque, al decir de uno de sus

    alumnos, el insigne Miguel F. Martnez, no muy inte-

    resante en el arte de ensear lo mucho que saba).

    Isidoro Epstein leg para la posteridad una de

    las mejores cartas que se hayan realizado en el si-

    glo XIX regiomontano. Por primera vez podemos

    ver ielmente dibujadas no slo las manzanas de

    la ciudad de entonces, sino tambin los ensanches

    llamados en ese tiempo repuebles, zonas para donde

    debera crecer la ciudad. Hay tres: el Repueble del

    norte (es decir, el rea actual del primer cuadro

    entre las calles de Washington y Coln), el Repueble

    del sur (en buena medida lo que hoy es la colonia

    Independencia) y el Repueble de Verea (o sea, la

    colonia Nuevo Repueblo). De cierto modo, Epstein

    Plano de la ciudad de Monterrey,

    1894 [detalle]. Aqu ya se aprecia la

    consolidacin urbanstica del barrio

    de San Luisito y del Repueble de

    Verea, es decir, las actuales colonias

    Independencia y Nuevo Repueblo.

    Ntese que ambos barrios tenan su

    propia plaza pblica.

  • colores y ecos de LA COLONIA INDEPENDENCIA

    22

    dibuj lo que a la postre habra de ser virtualmente

    el nico plan de desarrollo urbano que en verdad

    ha funcionado en toda la historia de esta ciudad.

    La representacin de los repuebles del sur y

    Verea en el plano de Epstein es la gnesis y dei-

    nicin cartogrica de los barrios que existan

    desde al menos 20 aos antes. En el Nuevo Len

    del siglo XIX se le llamaba repueble (o repueblo)

    a las zonas semi pobladas contiguas a una ciudad

    o villa consolidada, y que estaban contempladas

    para futura urbanizacin. Contrario a lo que el tr-

    mino parece sugerir, estas reas no padecieron un

    despoblamiento que luego pidiera repoblarse. De

    ninguna manera. Eran reas con algunos asenta-

    mientos entre lo rural y lo urbano que a partir de su

    denominacin como repuebles quedaban destina-

    das al orden y a ser consideradas parte de la ciudad.

    El plano de 1865 no slo demuestra la irme intencin

    de las autoridades municipales por lograr ese orden,

    sino que tal cosa era ya en extremo necesaria en

    vista de la numerosa poblacin al sur del ro Santa

    Catarina que constantemente estaba demandando

    soluciones a problemas de toda ndole catastral.

    Llama en particular la atencin que el propio

    Epstein hizo en su plano algo para el Repueble del

    sur y el de Verea que no hizo para el resto de la

    ciudad: dibuj algunos cuadritos negros, con toda

    seguridad queriendo representar lo que ya estaba

    formalmente construido para entonces. Y no es po-

    ca cosa: dentro de los lmites de la actual colonia

    Independencia seal 20 construcciones, tres de

    ellas ms grandes; en el lado de la Nuevo Repueblo

    marc ocho, una de ellas ms grande.

    Si no fuera porque los documentos de poca di-

    cen lo contrario, a juzgar por el solo plano de Epstein

    se dira que en esa poca no haba ms intencin

    de barrio que su puro trazo en manzanas cuadradas

    de 100 por 100 varas (83.8 por 83.8 metros). Pero

    como se ha explicado, no fue as. Algunas calles de

    los barrios de San Luis (luego San Luisito) y Verea

    ya existan, aunque de modo precario. La extensin

    mxima que tuvieron esos trazos deinitivos fue as:

    al poniente terminaban en la actual calle de Oaxa-

    ca; al sur en la actual de Nueva Independencia; al

    oriente en la actual de Sonora. Al norte, parte del

    lmite era el cauce natural del ro, pero el otro lmite

    era una hilera de manzanas al norte de la actual 16

    de Septiembre, es decir, aproximadamente donde

    corre la avenida Ignacio Morones Prieto.

    Mencin especial merece el caso del Repueble de

    Verea. La colonia Nuevo Repueblo es de las que ms

    nombres alternativos ha tenido desde su creacin.

    Es muy probable que su parte ms poblada en esta

    poca haya sido la aledaa a la hoy llamada plaza de

    Verea, o sea, el barrio de la Garita del sur, pero lo

    cierto es que en la representacin de 1865 se indica

    una extensin importante hacia el norte, donde sus

    lmites los forma la ribera del ro Santa Catarina,

    aproximadamente a la altura de las actuales calles

    Pedro Martnez o Genaro Garza Garca. Hacia el

    oriente terminaba en la misma calle donde lo haca

    el Repueble del sur: Sonora. Isidoro Epstein es muy

    claro al nombrar esta parte como Repueble de

    Verea. Sin embargo, durante las dcadas de 1850

    a 1920 se le llam de otros modos tambin: barrio

    de Verea, Repueblo de Verea, Nuevo Repueble (o

    Repueblo) de Verea, Repueble de oriente o Nuevo

    Repueble (o Repueblo) de oriente. Ya en los tiempos

    post revolucionarios era ms comn referirse a este

    lugar como Nuevo Repueble de Verea, barrio del

    Nuevo Repueble o simplemente Nuevo Repueble (o

    Repueblo). De ah a ser constituido como colonia

  • HISTORIA

    23

    ya slo hubo un paso, sucedido hacia los aos

    treinta.

    El Repueble de Verea deba

    su nombre a Francisco de Paula

    Verea y Gonzlez, hombre de

    iglesia nacido en Guadalajara

    en 1813. Se le nombr obispo

    de Linares a mediados de 1853,

    tomando posesin de ese cargo

    desde diciembre de aquel ao.

    (Recordemos que la ctedra del

    obispo de Linares en realidad

    siempre estuvo en Monterrey.)

    Fue muy apreciado por la fe-

    ligresa reinera, y debido a

    ello se le impuso su apellido

    al barrio de que venimos ha-

    ciendo mencin. Como sola

    suceder con cada uno de

    los obispos que en aquellos

    modestos tiempos eran enviados a Monterrey,

    el doctor Verea realiz varias obras materiales de

    gran importancia para la ciudad. En particular se le

    recuerda por ser el fundador del Colegio de Nias

    en 1856, y el impulsor de la construccin del nuevo

    templo de la Virgen del Roble, cuya conclusin en

    1901 l no llegara a ver. Se gan la animadversin

    de las autoridades de Nuevo Len al oponerse a

    las Leyes de Reforma, lo que le vali ser expulsado

    del estado por varios aos, de 1857 a 1864. El doctor

    Verea ocup el obispado de Monterrey hasta el ao

    de 1879, cuando fue nombrado obispo de Puebla,

    lugar donde muri cinco aos ms tarde.

    En 1894 el litgrafo regiomontano Ramn Daz

    public el famoso plano de la ciudad de Monterrey

    realizado por el ingeniero Florentino Arroyo, el

    mismo que tres aos antes haba trazado las nuevas

    calzadas de la Unin y del Progreso (es decir, la cal-

    zada Madero y la avenida Pino Surez). En el barrio

    de San Luisito ya hay una plaza, y lo que es ms

    notable es que aparece con el nombre de plaza de

    la Independencia. Este bautizo databa oicialmente

    de nueve aos antes, tal como lo asienta el acta de

    cabildo del 12 de octubre de 1885:

    [] varios vecinos del barrio del Sur [otro de los

    nombres con que se conoca al barrio de San

    Luisito] desean que la plaza que da frente a la

    Capilla de Nuestra Seora de Guadalupe se le

    ponga el nombre de Independencia, siempre

    que no hubiere obstculo alguno para ello. El

    Seor Licenciado Cant, como Comisionado

    de Ornato a quien deba orse sobre la anterior

    iniciativa, dijo: que como no hay en la Muni-

    cipalidad otra plaza con ese nombre, crea no

    haber inconveniente acordar lo que desean

    El entorno de la plaza de Verea,

    corazn de la colonia Nuevo Repueblo,

    an conserva parte de la atmsfera

    y algunos vestigios arquitectnicos

    de su valioso pasado. Sin embargo, el

    descuido y la ignorancia han estado

    haciendo un peligroso trabajo de

    anulacin de la memoria, destruyendo

    casas tan valiosas como la de dos

    pisos que haba en la cuchilla de las

    calles 16 de Septiembre y Durango sur,

    vista aqu a la izquierda, en imagen

    tomada en 1996. Demolida hace slo

    unos aos, hoy slo hay un terreno

    subutilizado.

  • colores y ecos de LA COLONIA INDEPENDENCIA

    24

    los vecinos del barrio del Sur y as lo propona.

    Tomada en consideracin esta proposicin

    y corridos los trmites de reglamento, fue

    aprobada.

    Tres aos despus, la plaza ya luca tres glorietas

    que la sacaban de ser un baldo para convertirse en

    verdadero paseo para la gente del barrio. La plaza

    de la Independencia conserv este nombre, por lo

    menos como uso popular, hasta ya bien entrado

    el siglo XX, en cuya tercera dcada an se le deca

    as, alternndolo con el de plaza de Guadalupe, que

    tambin tuvo popularidad en las dcadas de 1910 y

    1920. Finalmente, fue rebautizada oicialmente en

    1929 con el nombre del poeta veracruzano Salvador

    Daz Mirn, fallecido en junio del ao anterior. La

    plaza ya no existe: desde hace tres dcadas ocupa

    su lugar el ediicio moderno de la Baslica de

    Guadalupe.

    Esta es la primera vez que un plano oicial de la

    ciudad, publicado, consigna los nombres de las calles

    de los barrios de San Luisito y Verea. quin les puso

    esos nombres a sus calles, y por qu? La histrica acta

    de cabildo del 29 de diciembre de 1890 consigna que

    la tarea fue encomendada a los regidores Seplveda

    y Margin, quienes para el efecto presentaron un

    plano de toda la urbanizacin al sur del ro Santa

    Catarina, indicando todos y cada uno de los nombres

    que habra de llevar. Sorprendentemente coinciden

    casi todos. Comenzaron por el extremo poniente, a

    cuya ltima calle bautizaron con el nombre de calle

    de Occidente (justo el que an conserva hoy da).

    Despus, enumeraron la sucesin de calles de ah al

    oriente, tal como estn ahora: Morelia, Campeche,

    Tabasco, Colima, Tlaxcala, Oaxaca, Veracruz, Yuca-

    tn, quertaro, Zacatecas, Guanajuato, Jalisco, San

    Luis Potos, Nuevo Len, Tamaulipas, Coahuila, Baja

    California, Chihuahua, Durango, Michoacn, Aguas-

    calientes, Sinaloa, Sonora, y Chiapas; la que sigue al

    oriente hoy se llama Tepic, pero en aquel entonces,

    como lmite mximo en aquella direccin, recibi

    muy atinadamente el nombre de calle de Oriente.

    Plano de la ciudad de

    Monterrey, 1894 [detalle].

    Aqu ya se aprecia la

    consolidacin urbanstica

    del barrio de San Luisito y

    del Repueble de Verea, es

    decir, las actuales colonias

    Independencia y Nuevo

    Repueblo. Ntese que ambos

    barrios tenan su propia plaza

    pblica.

  • HISTORIA

    25

    Por qu si se usaron en ese entonces slo 23 de

    los 31 estados y territorios del pas, no se escogi

    otro nombre para la calle Morelia, toda vez que el

    tema era nombres de estados de la Repblica y no

    capitales? La piia no pareci haber sido advertida

    en aquella sesin de cabildo, y ha persistido hasta

    nuestros das, acompaada tres aos ms tarde con

    el rebautizo de la calle Oriente por el de Tepic, que

    tambin es una capital. Agregado luego el estado de

    quintana Roo, quedaron fuera y para siempre los

    nombres de siete estados: cinco de ellos Hidalgo,

    Guerrero, Morelos, Mxico y Puebla porque ya en

    esa poca identiicaban cntricas calles de la ciudad;

    los otros dos fueron los grandes desairados: Na-

    yarit y Baja California Sur (que aunque no era an

    estado sino territorio, tena la misma categora de

    quintana Roo en la poca poririana).

    Las calles de norte a sur coinciden casi todas: 16

    de Septiembre, 5 de Febrero, 2 de Abril y Libertad

    tienen sus nombres originales. La actual Castelar

    fue propuesta con el nombre de calle del 27 de

    Septiembre; Tepeyac haba sido propuesta con tal

    nombre, y Nueva Independencia, siendo la ltima

    del trazo, recibi el apropiado nombre de calle

    del Sur. Para 1894 la actual Castelar en realidad

    recibi el nombre de Tepeyac. (El nombre de la

    calle Nueva Independencia no aparece sino hasta

    aproximadamente en 1940). Pero hubo ms calles al

    norte de 16 de Septiembre; cuatro, para ser exactos.

    En 1890 pareca haber slo tres, y fueron nombradas,

    de norte a sur, calle de San Luisito, calle de la Inde-

    pendencia y calle de la Constitucin. Luego se agre-

    gara la calle de la Repblica. La gran inundacin

    de agosto de 1909 (sin duda la peor tragedia de su

    tipo para Monterrey en todo el siglo XX) arras por

    completo 18 manzanas del barrio de San Luisito, y

    da severamente otras 41. Esa zona literalmente

    borrada del mapa era la que tena las mencionadas

    calles de Repblica, Constitucin, Independencia y

    San Luisito, pero tras la reconstruccin de la ciudad

    ya nunca ms se volvi a contemplar la urbanizacin

    de las anchas riberas del veleidoso ro Santa Catarina,

    que aparentemente inofensivo, de vez en cuando

    hacer notar a los desmemoriados regiomontanos

    que slo est dormido, pero no muerto.

    El plano de la ciudad de

    Monterrey publicado en

    1901 nos muestra a los

    barrios de San Luisito y

    Nuevo Repueble sur con dos

    tonos, como para indicar qu

    manzanas estaban realmente

    pobladas y qu otras slo en

    trazo. No obstante, hemos de

    entender que esto slo hara

    referencia a consolidaciones

    oiciales, pues toda la zona

    estaba poblada de un modo

    u otro.

  • colores y ecos de LA COLONIA INDEPENDENCIA

    26

    Como se habr visto, mucho antes de inalizar el

    siglo XIX el barrio de San Luisito ya tena una plaza

    de la Independencia y una calle de la Independencia.

    Acaso seran preiguraciones de su destino e iden-

    tidad? No. Slo fueron grandes casualidades. Al

    barrio se le cambi el nombre con motivo de las

    iestas del Centenario de la Independencia. El da

    5 de septiembre de 1910 el presidente de la Junta

    de Mejoras del barrio de San Luisito, Arnulfo Tamez

    Rodrguez, solicit a nombre de los vecinos del ba-

    rrio que se le cambiara el historiado nombre que ya

    se haba estado usando popularmente desde haca

    unos 70 aos, por el de barrio de la Independencia,

    para ir acorde a los tiempos de celebracin. Fue

    aprobada la solicitud de inmediato. As se elimin

    una nomenclatura y naci otra que, justo en este

    ao, ya ser centenaria.

    Hay algo que admirarle a los vecinos del

    San Luisito de 1910: su inlamacin patritica les

    hizo escoger el nombre que ms les gust para

    rebautizar su querido barrio. En los tiempos que

    corren esto sera un privilegio insospechado: los

    vecinos de muchas zonas populares se han tenido

    que conformar con que alguien ms, por motivos

    muy alejados de cualquier sentimiento levemente

    patritico, bauticen sus colonias con los nombres

    de los ms impresentables polticos.

    Durante la primera mitad del siglo XX hubo un

    interesante proceso de suma arquitectnica a lo que

    se haba heredado desde el siglo anterior. Mientras

    que la predominancia en el XIX fue el jacal de carri-

    zo, de adobe o de madera, ya desde los tiempos del

    gobernador Bernardo Reyes (1885-1909) el auge

    econmico del estado permiti

    tambin la sustitucin de esas

    construcciones por otras de si-

    llar, es decir, un material ms

    duradero. As se form la cara

    ms conocida del Monterrey

    antiguo, incluyendo estos

    barrios del sur. Esa fue la ar-

    quitectura verncula, signo

    ms fuerte y reconocible

    de la identidad local, y de la

    cual hoy quedan bastante

    menos sobrevivientes de

    los que quisiramos.

    Despus de la Revolu-

    cin Mexicana otras ten-

    dencias arquitectnicas

    se impusieron en la

    ciudad, y las colonias

    Independencia y Nuevo

    Libro de actas del Cabildo

    de Monterrey que muestra la

    levantada el da 5 de septiembre

    de 1910. Asienta la solicitud hecha

    por Arnulfo Tamez Rodrguez, en

    representacin de los vecinos del

    barrio de San Luisito, para cambiar

    el nombre de ese barrio por el de

    Independencia, unindose as a

    la celebracin del centenario de

    dichas iestas patrias.

  • HISTORIA

    27

    Repueblo no fueron repelentes a ello. Magnicos

    ediicios del Movimiento Moderno (lenguaje arqui-

    tectnico desarrollado en las dcadas de 1930 a

    1960) se construyeron aqu, principalmente escuelas

    (como la Jess M. Montemayor, la Abelardo L. Ro-

    drguez o la Eliseo B. Snchez) y dependencias

    hospitalarias (como los ediicios del Instituto Mexi-

    cano del Seguro Social). A dicho movimiento se

    sum tambin la tendencia ms conservadora del

    Estilo Californiano, que es ms reconocible por

    la aplicacin de ornamentos de inspiracin co-

    lonial, tendencia de moda durante las dcadas ya

    sealadas.

    La falta de comprensin del valor que tienen

    las viejas construcciones de las pocas que he-

    mos mencionado, agregada al ms daino afn

    comercial, hace que esas arquitecturas que forman

    parte importante de la identidad de las colonias

    Independencia y Nuevo Repueblo estn siendo

    destruidas. Ello ha provocado un empobrecimiento

    constante del paisaje urbano y una prdida irrepa-

    rable de los elementos de identidad de la zona,

    porque adems, generalmente nada mejor las

    sustituye. De nada servirn las leyes mientras los

    ciudadanos no se convenzan de las ventajas de con-

    servar esas arquitecturas.

    quizs el barrio de la Independencia siempre

    fue demasiado extenso para ser slo un barrio. De

    hecho, no lo pudo ser ni en sus pocas de apogeo,

    cuando todos lo conocan como San Luisito. Ah,

    entre ste y el barrio del Nuevo Repueble de Verea

    todava hubo manzanas, distancia y espacio para

    enclavar otros dos barrios, el de la Garita del sur y

    el de Cuesta Blanca. Curiosamente, este ltimo y

    no mencionado hasta ahora, es el que, por nombre

    al menos, tiene ms antigedad que los otros

    En la esquina norponiente de las

    calles 16 de Septiembre y Jalisco se

    encontraba la casa de salud mental

    fundada por el Dr. Manuel Camelo

    Camacho en 1937. Por dcadas el

    Manicomio del Dr. Camelo (como

    era conocido popularmente) fue

    un referente urbanstico y social de

    Monterrey, hasta el punto de hacer

    de su apellido un virtual sinnimo

    de todo lo que tuviera que ver con

    conductas extraas o inusuales.

    Clausurado en 1972, el ediicio

    abandonado an sobrevivi casi tres

    dcadas, hasta ser demolido.

  • colores y ecos de LA COLONIA INDEPENDENCIA

    28

    tres. Ya desde tiempos tan remotos como 1822

    los documentos del Ayuntamiento de Monterrey

    hablan de este lugar, aunque no en los ms honrosos

    trminos:

    Reclam tambin el mismo Seor Procura-

    dor el desorden que se advierte en la Cuesta

    Blanca por la reunin de diversas gentes vagas

    y desarregladas que se juntan a cometer sus

    delitos, sobre lo que pide el remedio y as

    mismo que se vea con qu ttulo o facultad

    estn avecindados ah.

    Los barrios siempre suelen ser ms pequeos. Es

    muy probable que por esa razn ya en el siglo XX el

    Plano que reconstruye a

    grandes rasgos la extensin

    aproximada y nombres de los

    cuatro barrios que haba al

    sur del ro Santa Catarina

    desde el siglo XIX y hasta la

    dcada de 1920.

    siglo de las soisticaciones y compartimentaciones,

    de la desesperante especiicidad se haya decidido

    que no sera ms un barrio de la ciudad (es decir,

    un barrio del ahora centro de la ciudad), sino una

    colonia por s misma. Cundo sucedi esto? Los

    documentos oiciales no parecen consignarlo es-

    pecialmente. Desde mediados de la dcada de

    1920 ya se hablaba de la colonia Independencia.

    Sin embargo, la costumbre generalizada hizo que

    an hasta principios de los treinta se le siguiera lla-

    mando barrio tambin. En la actualidad (y desde

    hace varios aos), el uso cotidiano identiica a dicha

    colonia simpliicndola con un mote ms corto y

    familiar: La Indepe n

  • VIDA COTIDIANA

    29

    VIDACOTIDIANA

  • colores y ecos de LA COLONIA INDEPENDENCIA

    30

  • VIDA COTIDIANA

    31

    Es objetivo de este texto, es el de mostrar al-

    gunos rasgos de este territorio de la cultura e

    imaginario urbanos que se condensan en la

    colonia Independencia, que son parte de su ca-

    rcter particular, de su rostro frente a otros ms

    en el encuentro cultural que es nuestra rea metro-

    politana. Su pasado, ha creado un ambiente actual

    de enorme diversidad, un microcosmos que sintetiza

    la historia de por lo menos los ltimos 100 aos de

    la ciudad de Monterrey.

    Una colonia con casi un siglo de fundada, es una

    pieza de abolengo que debemos proteger, es la tierra

    de una autenticidad sin isuras. Luego de ms de un

    siglo de ser habitada la zona, existen capas sobre

    capas de formas de signiicacin, unas en ruinas,

    otras perdidas o rescatadas, otras ms ocultas tras

    nuevas apariencias. El pasado de muchos hombres y

    mujeres sigue anclado a los barrios y las calles de la

    colonia, a sus personajes, a los recuerdos de todos

    y los individuales, esos que aseguran hoy que antes

    ah existi otra ediicacin, hubo otro dueo, y que

    aun desaparecido permanece en lo que actualmente

    recordamos.

    Sabemos que pretender hacer uso generalizado

    del nombre colonia Independencia es un error. Hay

    una enorme diversidad cultural, tanta que tratar de

    hacer un solo retrato, una sola imagen de toda esa

    abigarrada concentracin de barrios, es una tarea

    imposible. Es alternando algunos aspectos de este

    gran escenario, que fue posible acercarme a este te-

    rritorio tan lleno de historia, presencia y futuro.

    El ro Santa Catarina

    El ro, adems de ser una frontera natural entre dos

    espacios con formas de vida diferenciadas cultural y

    econmicamente, histricamente ha sido un actor

    protagonista de la tragedia; en la inundacin de 1909

    parte de los terrenos de la colonia fueron arrancados

    por el ro, desapareciendo varias manzanas aledaas

    a las mrgenes del ro, otras desgracias en donde

    el actor principal volvi a ser el ro fue el huracn

    Gilberto y Alex, este ltimo borrando una buena

    parte de las avenidas Constitucin e Ignacio Mo-

    rones Prieto.

    Los hermanos Ramrez, personas de la tercera

    edad, habitantes de la colonia desde su infancia,

    narran que con las inundaciones era imposible pasar

    los cuerpos de las personas que moran en la colonia

    y enterrarlos en los panteones de Monterrey, por

    lo tanto los muertitos eran sepultados a un lado

    del Santuario. En el caso de los heridos, la mayora

    moran, pues no haba servicios de salud en esta

    Paisajes, querencias y apegos

    ALEJANDRO GARCA GARCA

  • colores y ecos de LA COLONIA INDEPENDENCIA

    32

    parte de la ciudad de Monterrey, tardaba mucho

    en llegar cuando era posible la ayuda mdica. La

    otra faceta del ro, la grata, tambin es comentada:

    [...] luego de tiempo, quedaban unos charcos grandes,

    bastante agua pasaba, segua corriendo, yo creo ve-

    neros de all de la sierra, despus estaba cristalina,

    muy bonito, porque la gente iba a lavar, a baarse []

    Ah, los ines de semana la Independencia sale

    de sus terrenos, hacia uno de sus ambientes ex-

    ternos: el mercadeo informal. La pulga asentada

    precisamente en el lecho del ro Santa Catarina, bajo

    el llamado puente del Papa, es una prolongacin

    natural de las actividades de los habitantes de la

    colonia. Tambin el lecho del ro fue el lugar donde

    se jugaba futbol gratis, de cualquier forma, antes de

    privatizar y formalizar estas reas.

    Sus barrios

    La coniguracin de los asentamientos en la zona

    que hoy es conocida como la colonia Independencia,

    fue desde antes de su fundacin, a partir de barrios.

    El barrio de San Luisito, fue dando paso a otros

    ms: Cuesta Blanca, la Faja de Oro, poblados por

    inmigrantes bsicamente de los estados de San Luis

    y/o Zacatecas.

    El sentido de apropiacin territorial e identidad

    generada por los barrios, la lucha por defender sus

    fronteras, ha sido motivo principal de rias viejas y

    nuevas en el lugar. A diferencia de colonias como

    Mitras o Cumbres, aqu existen delimitaciones

    internas que rompen con la homogeneidad, que

    fragmentan el territorio y crean un fuerte sentido

    de pertenencia en cada uno de los grupos.

    Este apego de los pobladores a algunas de sus

    calles, mucho ms que a otras, es una forma de

    lograr un sentido de pertenencia pleno, que reta,

    que se niega a slo ser un puado de calles ms en-

    tre otras muchas.

    Deca don Rodolfo Garca en una entrevista

    realizada en su oicina por la calle de Tamaulipas,

  • VIDA COTIDIANA

    33

    hace unos aos residente de la colonia toda su

    vida, hoy ya fallecido,

    [] para m, en lo personal, aqu en la zona

    sur, este barrio donde vivimos, estas calles de

    aqu a Castelar, yo pienso que nunca en la vida

    volveramos a tener nosotros otro lugar donde

    vivir y pudiramos encontrar las gentes con las

    que podamos convivir como lo hemos hecho

    aqu, porque aqu nos vemos todos como

    una familia, todos convivimos con todos, en

    los momentos difciles, en las buenas y en las

    malas ah estamos.

    Sus calles

    La accidentada topografa de la loma, condiciona las

    formas de traslado a pie o en vehculo, casi siempre

    se est subiendo o bajando, las escaleras estn

    por todos lados: en banquetas, en los accesos a las

    viviendas y como nica forma de hacer camino en

    la parte alta, donde lo pronunciado del terreno no

    permite paso de vehculo automotor alguno.

    En la colonia se baja al trabajo y se sube a la

    casa, el arriba es descanso, apoyo, el abajo es dis-

    criminacin, explotacin. Hay generalmente un es-

    fuerzo fsico al subir, mayor o menor, compensado

    por el sonido producido por el abrir de la puerta de

    la casa, del nuevo contacto con el centro personal,

    punto de partida y retorno.

    En las calles, especialmente por las maanas, el

    saludo de la vecina, la pltica que se alarga mientras

    se barre la banqueta, la convivencia prolongada

    por generaciones da vitalidad a lo cotidiano, le da

    un lugar en el espacio, la convivencialidad est

    presente.

    En algunas calles el intenso trico de la colonia,

    contrasta con la paz de otras, detenidas en un

    permanente domingo, en una degustacin por lo

    inmediato que rebasa los membretes (martes, jue-

    ves, lunes) colocados sobre este soleado o nublado

    da.

    Todos, pero especialmente los ancianos de la

    colonia, no slo han visto los drsticos cambios

    sucedidos en su ambiente inmediato, tambin, por

    su situacin visual, han observado cambiar al cen-

    tro de Monterrey, de ese Monterrey que quiere

    ser moderno. El contraste es grande, mientras que

    sus calles se mantienen en el olvido, el centro de la

    ciudad cambia con la llegada de cada gobernador

    o alcalde, el cambio de las avenidas cercanas a la

    plaza Hidalgo a calles peatonales, la Macroplaza

    y la destruccin anterior de las viviendas que ah

    se encontraban, la aparicin del Barrio Antiguo,

    el Paseo Santa Luca, Cintermex, son slo algunos

    de los ejemplos recientes de estos cambios, vistos

    desde la loma por los habitantes de la colonia.

    En todo este ambiente, es al medioda cuan-

    do entre ruidos y colores de la publicidad que

    envuelve literalmente a los camiones del trans-

    porte pblico, los nios y los jvenes salen de las

    escuelas integrados en grupitos, llenando con los

    colores de sus uniformes estas calles ya bastante

    combinadas de colorido. Son ambientes cotidianos

    donde los gritos, el correr para subir al camin de

    casi 20 muchachos y muchachas, rompe con toda

    monotona, con toda visin esttica de la colonia y

    su vida cotidiana.

    Aqu en la Indepe lo cotidiano no es sinnimo de

    rutinario, lo cotidiano est cargado de esfuerzos, de

  • colores y ecos de LA COLONIA INDEPENDENCIA

    34

    lucha, de resistencia y tambin de excesos regulares,

    de extraordinarios eventos violentos, que invitan al

    temor a quien tiene otra forma de vida.

    Viviendas

    La historia de la ciudad, a manera de la contraparte,

    puede leerse en la diversidad de tipos de vivienda

    y aislarse por un momento en la colonia Inde-

    pendencia. La aparicin de nuevos materiales, las

    nuevas concepciones sobre lo que es o debe ser una

    vivienda para la familia y el individuo, estn plas-

    madas en el crecimiento de esta zona popular de

    la ciudad.

    Por si esta complejidad estilstica no fuera sui-

    ciente, debemos sealar nuevamente la accidentada

    topografa del terreno de la loma. Hay viviendas que

    estn asentadas bajo el nivel de la calle, llegando a

    ellas a travs de escaleras que permiten descender;

    por otro lado, estn las viviendas que han requerido

    contar con banquetas-escaleras, que necesitaron

    construir para subir varios metros y poder entrar a

    su casa.

    En la colonia Independencia todo diseo y

    materiales son posibles y aceptables si se trata de

    una vivienda. Existen casas muy antiguas, con ma-

    teriales que difcilmente hoy podemos obtener

    como el adobe, el sillar y cierto tipo de piedras; se

    trata de una historia de la arquitectura popular de

    Monterrey que ha dejado destellos aislados aqu

    y all, mezclndose todos ellos en una amalgama

    actual que poco permite reconocer un paisaje

    homogneo.

    La heterogeneidad de estilos, es elemento per-

    manente en sus calles, las viviendas son nicas, no

    hay repeticiones interminables en las perspectivas,

    hay expresiones particulares que se conjugan en

    ambientes de cohesin como la cuadra. Es notable

    el uso de colores muy saturados: rojos, combinados

    con amarillos y celestes, verdes con anaranjados.

    Adems, casi siempre estn las expresiones de los

    graiteros en los muros, mensajes entre pandillas,

    para todos, para alguien en lo particular, un len-

    guaje a veces en sombras para los adultos, slo

    comprensible por ellos mismos.

    Insistimos en que es perceptible tambin la

    combinacin de varios materiales en la ediicacin

    de una misma vivienda, asentados, suponemos, en

    momentos de acceso familiar a este mejoramiento

    de la vivienda: block de concreto, madera, ladri-

    llo, sillar, pueden ser combinados de manera

    audaz, buscando centralmente la respuesta a pro-

    blemas como mayor espacio, goteras, isuras, de-

    rrumbamientos, etctera.

    Luego de ms de 100 aos de ser habitada

    la colonia, existen capas sobre capas de formas

    de signiicacin, unas en ruinas, otras perdidas

    o rescatadas, otras ms ocultas tras nuevas apa-

    riencias. Y en otros casos, ediicaciones que, por

    ejemplo, mueren lenta pero heroicamente, como

    una muestra pura del pasado que nos saluda an-

    tes de desaparecer, dignamente, como muchos

    tejabanes, casas de sillar o adobe, llenas de historia,

    de motivos que amalgamados, constituyen el refu-

    gio domstico familiar, su carcter, su lenguaje o

    decir arquitectnico.

  • VIDA COTIDIANA

    35

  • colores y ecos de LA COLONIA INDEPENDENCIA

    36

  • VIDA COTIDIANA

    37

    FALTA PIE DE FOTO

  • colores y ecos de LA COLONIA INDEPENDENCIA

    38

    Mercados sobre ruedas

    Me gustan esos paisajes de toldos de colores, mo-

    vindose, protegiendo del sol a los compradores que

    pasan y a los vendedores ubicados temporalmente

    en los mercados sobre ruedas. Cada da de la semana,

    uno se instala en algn sitio de la colonia y resulta

    un excelente pretexto para que la gente salga de

    sus casas, para comprar o no poco importa, para

    verse s, para salir, especialmente se lleva a los

    ancianos y a nios pequeos que casi no salen de

    sus viviendas por una u otra razn. Ah se juega a

    la lotera, se compra algn juguete barato para el

    nio, se pregunta por el cuidado de una planta o

    algn pjaro, se escucha la msica de los negocios

    que venden discos, se sabe de las nuevas pelculas,

    de lo que pasa, ms all de sus cuatro paredes.

    Este bullicio generado por los vendedores de

    discos, pelculas, fruta, comida, conforman un

    caleidoscopio que enriquece sus formas cada vez

    que volvemos a mirar en l. Y mientras la ciudad

    vive un lunes vspera de la quincena, aqu en el

    mercadito huele siempre a domingo y la barbacoa

    y el menudo estn calientes.

    Aparte de estas compras semanales, est un

    personaje que ha recorrido las calles de la colonia

    por casi 30 aos, llevando hasta las puertas de su

    casa: verduras y frutas. Mientras su yerno empuja

    un carretn con las mercancas, l va gritado al

    frente, repetidas veces en cada cuadra si hay, si

    hay!, para ser identiicado por sus clientas. Este

    encuentro propicia tambin formas de cohesin

    y comunicacin entre vecinos, que son ya poco

    comunes. Ese seor es una tradicin, nos dice uno

    de los vecinos, que desgraciadamente no record

    en ese momento el nombre de nuestro personaje.

  • VIDA COTIDIANA

    39

  • colores y ecos de LA COLONIA INDEPENDENCIA

    40

    Templos

    Como contraparte a la dinmica de violencia real

    o imaginaria que los regiomontanos le adjudican a

    la colonia, la irradiacin del Santuario y Baslica a

    la Virgen de Guadalupe, fomentan el peregrinar y

    el asentamiento temporal de muchos, pero espe-

    cialmente de ancianos abandonados, enfermos

    mentales, desempleados, muchachos expulsados

    de sus hogares, grupos de excluidos que se acogen

    a esas paredes, a la piedad de las personas que se

    asisten a esos templos religiosos.

    La arquitectura religiosa clsica del Santuario,

    frente a la moderna propuesta arquitectnica de

    Pedro Ramrez Vzquez en la Baslica. La primera

    hecha tambin con trabajo de los propios habitantes,

    lo menciono porque en conversacin personal, re-

    corriendo las calles de la colonia y si no recuerdo

    mal, Daniel Sifuentes, comentaba que se tiene re-

    ferencia de que en los tiempos en que se inici la

    cimentacin del Santuario, la gente de la colonia

    suba por piedras a la parte alta del cerro, llevando a

    sus hijos pequeos que tambin colaboraban segn

    su edad, arrojndolas luego en los grandes pozos

    hechos para la ediicacin, todo ello como un acto

    de contribucin personal o familiar y tambin de

    econmico paseo dominical.

    Sus alrededores, han sido y son uno de los

    refugios ms importantes de la poblacin de indi-

    gentes, cobijo contra una sociedad donde el dinero

    mueve todo y aquel que no se ajusta a este ritmo

    donde el tiempo es dinero, es expulsado sin

    piedad alguna. Aqu el indigente no es tolerado, sino

    comprendido, asumida su presencia como parte de

    la vida cotidiana, de la gente, no es rechazado o

    sacado por la polica de sus calles.

    Como sitios esenciales del guadalupanismo a

    nivel regional, acogen la llegada de los creyentes,

    son los sitios de la calma, lugar del sentimiento

    religioso, del acto de fe. Caminando por all, se per-

    cibe una organizacin fuerte de los vecinos para

    cuidar las instalaciones de ambas ediicaciones y no

    permitir su mal uso.

    Como sabemos, desde el 12 de octubre y hasta

    el 12 de diciembre, la parte baja de la colonia es

    un festejo permanente, las calles se adornan con

    banderillas de colores llamativos que cuelgan

    en cables de lado a lado de la calle, a lo largo del

    recorrido al interior de la colonia que hacen las

    procesiones a los templos por parte de grupos de

    personas encabezados por sus danzantes o mata-

    chines, generalmente haciendo tronar sonoros

    cohetes al aire y claro, est la venta de dulces,

    aiches guadalupanos y toda clase de mercanca que

    al visitante se pueda ofrecer. Incluso, las banquetas

    cercanas al Santuario y la Baslica se vuelven

    temporalmente lugar de negocios ambulantes o

    algunas personas alquilan la cochera de su casa

    para que alguien venda ah. Son los festejos a la

    Vrgen de Guadalupe, cerrando todo el ritual el da

    12 de diciembre con grupos distintos de mariachis

    entonando Las Maanitas ante el altar con un

    templo lleno a reventar.

    El seor Ramrez comenta respecto a la tradi-

    cin religiosa vinculada a la historia del Santuario:

    Todava [] en tiempo de semana santa, el

    viernes santo, se juntan ciertas gentes can-

    tando unas alabanzas tan antiqusimas,

    posiblemente enseadas por los primeros

    evangelizadores espaoles, antiqusimas las

    alabanzas, pero bien preciosas y la gente que...

    muy antiguita, se las saben y se hace un seor

  • VIDA COTIDIANA

    41

    coro!, vale la pena orlo, grabarlo... el viernes

    santo. [Y su hermana agrega] No son voces

    educadas, les sale el canto con amor, con

    dolor, con todo, eh.

    Esta dedicacin y vida de los habitantes en torno a

    estos templos, radica en mucho en el esfuerzo de

    un personaje determinante, monseor Jos Ochoa,

    quien desde 1932 inici su labor en el Santuario,

    dndole forma a los organismos religiosos y piado-

    sos incados en la labor de la gente: seoras, mu-

    chachas, adolescentes. Segn conversaciones de

    gente mayor, gustaba de salir y recorrer la colonia,

    aun hasta las partes ms altas, como al llamado

    Tanque Guadalupe, donde se practicaban deportes

    o las personas asistan a hacer ejercicio. Comenta el

    seor Ramrez al preguntar por el padre:

    Conoca a todo el mundo y todo mundo lo

    conoca, por qu? Porque ya anciano y todo

    le gustaba mucho caminar, cuando ya no lo

    pudo hacer en la calle, caminaba en su patio,

    la gente lo vea y se le amontonaba Padrecito,

    cmo est?! Usted me bautiz, usted me

    cas, pero as de gente, y luego una memoria

    tan prodigiosa que tena: t eres mengana,

    t eres fulana, una memoria prodigiosa que

    tena a pesar de su ancianidad. Bautiz a miles

    de gentes, cas a miles de gentes, confes a

    miles de gentes tambin, del 32 casi hasta que

    falleci. Y ese padre tena unas relaciones tan

    tremendas!, desde con el ms humilde, hasta

    con el ms millonario de Monterrey.

    El trabajo del padre Ochoa, a cargo del Santuario

    durante varias dcadas, permiti que las personas

    encontraran en aquellos lugares y en su palabra, lo

    que necesitaban. Un reposo para sus desvelos, un

    sitio para confesar lo ms personal e ntimo, para

    coniar entre sus paredes en un futuro deseable

    para los queridos y para ellos mismos.

    Msica

    La Independencia sabe tocar y danzar bien, muy

    bien, sabe acogerse a la msica. Es la comunidad

    riberea al lado de nuestro gran ro, sus paisajes

    y sus terribles sorpresas, ahora seco a fuerza de

    canalizar su caudal, pero que fue y puede mostrar

    nuevamente ser, un poderoso factor de inluencia

    en la vida de los habitantes de la colonia y de la

    propia ciudad. Es una hiptesis arriesgada, pero

    no deja de ser curioso que en sus calles se viva un

    nivel de permisividad que es muy frecuente en las

    comunidades costeras, adems de su gusto por la

    msica tropical.

    La msica, ha formado parte de ese carcter par-

    ticular de la colonia. Desde los corridos y boleros

    con fara-fara (conjunto de bajo sexto, acorden y

    tololoche), hasta los sonideros del disco de acetato

    y de all al llamado MP3. No olvidemos, por favor,

    que nos referimos a la Indepe-Colombia, al lu-

    gar donde se asientan los poderes nacionales del

    vallenato colombiano y vive por ah muy cerca su

    rey: Celso Pia. Este gusto por la msica conlleva la

    danza, el juego colectivo, en parejas (que no nece-

    sariamente son hombre y mujer) o grupos como la

    llamada rueda de la cumbia, evento de interaccin

    cara a cara que pareciera retornar en sus movimien-

    tos a las fuentes africanas, los orgenes del sentido

    en el uso del cuerpo que rompe, que detona y que

    no miente.

    Es domingo, media maana, desde la intermi-

    nable hilera de escalones all arriba, se escucha una

    cumbia rebajada, el volumen es alto, todos comien-

  • colores y ecos de LA COLONIA INDEPENDENCIA

    42

    zan a despertar. Un nimo menos depresivo tambin

    se enciende en otros chantes y con ello el centro de

    resonancia de una decena de vallenatos, de cumbias,

    de siempre y de hoy, saliendo de una y otra vivienda,

    despertando en un dilogo sonoro que llena la atms-

    fera. El dilogo se prolonga por muchas horas, hasta

    que algunas familias comienzan a media tarde a salir

    a dar el paseo dominical.

    La colonia Independencia es un ambiente de

    posibilidades de expresin cultural autntica, est

    nutrida por una historia y personajes intensos, que

    no dejan lugar a lo anodino o lo neutral. Es lugar

    donde se toman decisiones, buenas y malas, con

    efectos mltiples, la homogeneidad es propiamente

    inexistente en trminos urbansticos, la diversidad de

    grupos sociales que ah se congregan es una prueba

    del reto que signiica pensar efectivamente en una

    multiculturalidad, en sus bondades y sus riesgos.

    A manera de cierre

    Estos paisajes urbanos, adems de las viviendas,

    cuentan como elementos no comentados aqu,

    pero dignos de mencin, indispensables en la vida

    de la colonia y sus barrios: las tiendas y abarrotes,

    escuelas, templos, cantinas, plazas, talleres, cines,

    eventuales llegadas de circos al lecho del ro, sus

    viejas y nuevas canchas deportivas, todos escenarios

    de una interaccin social que ha llegado a ser nica,

    que tiene un carcter tal, que en el imaginario

    urbano es un ambiente de vida, un lugar inevitable

    de mencionar si se trata de hablar de la ciudad de

    Monterrey n

  • VIDA COTIDIANA

    43

    Hace aproximadamente 15 aos, cuando por primera vez llegu a Mxico como emigrante de

    los Estados Unidos, caminaba en el rea de la

    Macroplaza admirando la arquitectura del lugar,

    observando a los oicinistas y a los jvenes caminar

    por la plaza. Recuerdo haber pensado, este es el

    centro del poder poltico, econmico y social, este

    debe ser el verdadero Mxico!. Pero despus mir

    ms all del ro Santa Catarina y vi una rea que

    despus identiiqu como la colonia Independencia

    y comenc a preguntarme, si mi deinicin de lo que

    era el verdadero Mxico haba sido muy apresurada

    (posteriormente, con el tiempo, descubr que M-

    xico tiene facetas muy complejas que desafan su

    deinicin). Armado con estas dudas y mi cmara,

    camin por las calles de la Independencia e inclusive

    sub ms all de la colina, al rea de la Risca, para

    ver cmo se apreciaba desde el otro lado del ro

    la Macroplaza, el Palacio Municipal, la Catedral y

    las oicinas. Encontr que las calles de la colonia

    Independencia eran muy diferentes de aquellas,

    menos espectaculares, pero llenas de vida y vibra,

    dndole un interesante sentido de ritmo y textura,

    con puestos de comida en cada esquina, personas

    sentadas en los escalones de sus puertas y vecinos

    platicando en la calle.

    Antecedentes histricos

    Sobre el origen de la colonia Independencia hay

    diferentes versiones, una de ellas es la que se

    presenta en este libro, sin embargo la ms conocida

    hasta ahora es la que sostiene que fue fundada

    por inmigrantes de otros estados de Mxico,

    principalmente de San Luis Potos y Zacatecas. A

    inales de 1800, Monterrey experiment una era

    de prosperidad y desarrollo econmico ganando

    importancia a nivel regional. El gobernador Bernardo

    Reyes comenz en 1895 la construccin de un nuevo

    Palacio de Gobierno, terminndolo 13 aos despus

    en 1908. Para el Palacio, el gobernador preiri

    una formalidad esttica del estilo neo clsico, y

    adecuado a este estilo, el ediicio fue adornado en

    sus fachadas con revestimientos de cantera rosa

    al igual que sus columnas y detalles. Sin embargo

    la roca de cantera rosa era slo encontrada en el

    estado de San Luis Potos y por consiguiente fue

    importada y transportada por ferrocarril. Al mismo

    tiempo, los artesanos, famosos por su habilidad

    para tallar y cincelar la roca, se encontraban en San

    Luis Potos y Zacatecas y en busca de trabajo fueron

    atrados hacia Monterrey.

    Arquitectura sin arquitectos: IMAGEN, FORMA y VIDA EN LA EVOLUCIN DE SU ENTORNO URBANO y ESPACIOS DE INTEGRACIN SOCIAL.

    JIMMIE L. KING

  • colores y ecos de LA COLONIA INDEPENDENCIA

    44

    Los trabajadores que llegaron junto con sus fa-

    milias, construyeron casas temporales colindantes

    al ro Santa Catarina, de manera que se estuviesen

    cerca del Palacio. La colonia fue conocida como el

    barrio de San Luisito y en sus inicios, llamada Re-

    pueble del sur, cobijando trabajadores con una am-

    plia variedad de habilidades artesanales incluyendo

    la zapatera, carpintera, tlapalera, albailera entre

    muchas otras. Esta rica mezcla de culturas folclricas

    regionales, hicieron a la colonia famosa no slo por

    todos sus talleres de artesanos, sino tambin por la

    msica y comida local, culminando como la cuna

    del vallenato y la cumbia regiomontana.

    La colonia Independencia hoy

    Como comnmente sucede, lo temporal se vuelve

    permanente y la Independencia se ha vuelto una de

    las colonias ms grandes en Monterrey. Muchas de

    las casas y pequeas tiendas han sido construidas y

    diseadas por maestros y albailes locales y, por la

    falta de una planeacin formal, la colonia carece to-

    talmente de parques, plazas, reas de juego y otros

    espacios pblicos abiertos requeridos para todo

    plan maestro urbano colonial y contemporneo.

    No pasa inadvertido el despojo de las nicas reas

    deportivas con que contaba: el lecho del ro Santa

    Catarina.

    La Independencia es considerada actualmente

    como un rea conlictiva, con un problema latente

    de pandillas relacionadas con el crimen. Urbanistas

    y socilogos atribuyen este problema a la carencia

    de espacios pblicos en los cuales los nios podran

    jugar, los adolescentes podran practicar algn de-

    porte, caminar, conocer amigos y dems actividades.

    Este reporte no es acerca de los problemas que en-

    frenta la colonia, sino cmo la gente usa las calles

    como espacios comunales en respuesta a la falta

    de otras oportunidades y cmo este factor deine

    el carcter y personalidad de la colonia. Al mismo

    tiempo podemos ver como esta vibrante actividad

    peatn-calle y la interaccin social es un resulta-

    do que promueve un entorno urbano sustentable

    orientado a las personas.

  • VIDA COTIDIANA

    45

  • colores y ecos de LA COLONIA INDEPENDENCIA

    46

  • VIDA COTIDIANA

    47

    Imagen forma vida

    Cualquier ciudad, no importa que tan bien este dise-

    ada, desde un punto de vista esttico, no puede

    ser exitosamente planeada sino se toma primero en

    consideracin a las personas que habitarn el es-

    pacio urbano, sus necesidades, deseos y patrones

    de comportamiento.

    Es importante considerar la naturaleza de nues-

    tros ediicios y calles y cmo esto afecta el compor-

    tamiento de las personas, la manera en que nos

    sentimos con nosotros mismos y lo ms importante,

    cmo convivimos con los dems. La colonia Inde-

    pendencia nunca fue realmente diseada o planeada

    por planiicadores profesionales, esto podemos

    verlo con la falta de espacios pblicos abiertos, sin

    embargo los habitantes han transformado las calles

    en una forma espacial que incita a interacciones

    sociales que conllevan a la formacin de amistades

    de por vida y una identidad y amor por su colonia.

    Colonia Independencia y su lenguaje

    especial, forma y estructura

    La Independencia est ubicada geogricamente

    entre el ro Santa Catarina y las faldas del cerro

    de la Loma Larga. La traza urbana estructural est

    basada en una red ortogonal compuesta totalmente

    por calles locales con una notable excepcin de

    la avenida Ignacio Morones Prieto. Las entradas

    vehiculares que llevan a la colonia son limitadas,

    evitando la integracin de la Independencia con

    otras colonias, a excepcin de los barrios populares

    ubicados en la cima del cerro. Un aspecto positivo,

    es que con este tipo de calles estrechas se mantiene

    el trico limitado en el lujo vehicular y as como

    su velocidad, permitiendo a los peatones usar las

    calles como nodos de actividad social e incluso ser

    temporalmente cerradas para un partido de futbol

    rpido.

    La calle como nodo de actividad social

    Las calles de la colonia Independencia, se convirtie-

    ron en parques, plazas, y comedor de la comunidad.

    Es donde los nios juegan, los vecinos platican y

    pasan los chismes, en ocasiones tambin se convierte

    en un rea de conlictos entre los jvenes.

    A continuacin se presenta una entrevista con

    dos residentes de la Independencia, que crecieron

    en la colonia y exponen un punto de vista especico

    de la calle como parte de su niez.

    Antonia (seora de 45 aos):

    Crecer en la colonia Independencia, fue una

    de las etapas de mi vida que recuerdo con ms

    gusto de mi niez, el siempre jugar, princi-

    palmente salir a la calle esperando que dieran

    las 6:00 de la tarde. La salida comenzaba con

    un amigo que sala a juntar a los dems pre-

    guntando casa por casa si saldran a jugar, la

    mayora salamos, el que no, era porque su

    mam le dijo que no saldra hasta que terminar

    la tarea. Nos juntbamos alrededor de 10 nios

    de varias partes de la cuadra, comenzbamos

    platicando y no faltaba aquel que estuviera pe-

    loteando ansioso por empezar a jugar. Nunca

    nos faltaban juegos, voto, futbeis, carreritas

    bulldog, andar en bici, futbol, las escondidas

    o aquel juego que inventramos, acaparando

    toda la calle, obstruyendo siempre la calle a los

    carros, corriendo siempre a mover las piedras

    de la portera o de las bases y esperar a que

    los carros las esquivarn. Al dar la hora de la

  • colores y ecos de LA COLONIA INDEPENDENCIA

    48

    cena uno a uno se iba metiendo a sus casas con

    una cita de volvernos a ver al da siguiente. El

    jugar en la cuadra era una sensacin de libertad

    y proteccin, porque era tu calle, tu espacio de

    juego, a la par que siempre haba quien estu-

    viera cuidndonos desde lejos.

    Betty (seora de 28 aos):

    Ahora es muy diferente [la colonia Indepen-

    dencia] a como era en el pasado, ahora slo

    hay pandillas en las esquinas. De la niez pue-

    do recordar cmo jugar en la calle, las porteras

    de piedras que haba que quitar cada que pasa-

    ban los carros, salir en bici y ponerle botes de

    Frutsi en las llantas para hacer ruido de moto,

    aventar tenis en los cables, retas de futbol, dos

    contra tres, jugar al voto, perseguirse uno a

    otro, el congelado, la bebeleche rayando en el

    pavimento con gis o yeso y que las nias regu-

    larmente jugaban adentro de la casa. Cuando

    era pequea, pocas personas tenan televisin,

    as que siempre haba un grupo de nios

    a