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    Narraciones

    ExtraordinariasEdgar Allan Poe

    Cuentos terrorficos y bien hechos por el granautor Edgar Allan Poe, remasterizados listospara la prueba por 8JOKE!

    Captulos seleccionados por to paga01/09/2009

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    "ndice

    Prologo########################################P$gina %

    "! El gato

    negro##################################!!#

    P$gina &

    ""! 'os

    anteo(os###################################!!

    !P$gina ))

    """! 'os asesinatos de la rue

    *orgue########################!P$gina +

    "-! El coraz.ndelator################################!P$gina

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    -! El barril del

    amontillado#############################!Pagina

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    Prologo

    Edgar Allan Poe naci en Boston, el 19 de enero de 1809. Sus padres eran actores de teatro pobres yno le sobrevivieron muco tiempo. El padre, !avid Poe, muri poco despu"s, y la madre, Eli#abetArnold, en 1811.

    $omo no ten%an como sostenerse, los tres i&os de la pare&a se vieron obligados a separarse. Edgartuvo la suerte de ser adoptado por 'on Allan, un rico comerciante, del (ue tom su apellido paraacerlo su segundo nombre.

    )ambi"n en Boston se ab%a *undado, en 18+, el -)rascendental $lub-. En "l se radicaba el ncleodel movimiento llamado -trascendentalismo-. Encabe#ado por Emerson, participaban en "l

    $anning, Par/er y )oreau.

    El principio ms importante de este movimiento cultural consist%a -en la bs(ueda de la realidad atrav"s de la intuicin espiritual.- a Biblia protestante, por lo tanto, ya no era el nico po#o dondeab%a (ue buscar y beber los valores (ue in*ormar%an la vida.

    Poe se entrega al &uego y al alcool, el (ue ya no podr abandonar. Por un lado por necesidad 2ya(ue est en apuros econmicos2, y por otro, por un ltimo intento de autodisciplina, el &oven de&ala universidad y se enrola, en 1839, en la Academia 4ilitar de 5est Point.

    uego de esta etapa de creacin po"tica, Poe publica en 18+3 su primer cuento, -4et#engerstein-,en el (ue ya se advierten las caracter%sticas de su genio6 la sensibilidad y la lucide# para e7presar los

    pensamientos y las emociones ms ocultas del ombre.

    Pero dos aos despu"s se alla sumido nuevamente en la neurosis, en las drogas y en el alcool,descendiendo a veces al in*ierno del delirium tremens. )raba&a en icmond, como redactor, dondeen 18+ se casa con su prima :irginia $lemm, de apenas trece aos de edad, y (uien no lesobrevivir%a pues muri dos aos antes (ue el escritor.

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    e&emplares de diversas especies, y tuvimos p&aros, un pe# de color de oro, un magn%*icoperro, cone&os, un mono pe(ueo, y... un gato.

    Este ltimo animal era muy *uerte y ermoso, completamente negro, y de una sagacidadmaravillosa. 4i mu&er, (ue en el *ondo era algo supersticiosa, comentando su inteligencia

    alud%a a la antigua creencia popular (ue consideraba a los gatos negros como bru&asdisimuladas. Esto no signi*ica (ue ablara totalmente en serio sobre este particular, y loconsigno slo por (ue lo recuerdo.

    Plutn, as% se llamaba el gato, era mi amigo predilecto. nicamente yo le daba de comer, ysiempre me segu%a por la casa, e incluso me costaba traba&o impedirle (ue me siguiera porlas calles.

    uestra amistad subsisti algunos aos. Aos durante los cuales, mi carcter y mitemperamento, debo con*esarlo, su*rieron una alteracin *unesta y radical. a causa *ue eldemonio de la intemperancia. !e d%a en d%a me volv% ms taciturno, ms irritable, ms

    indi*erente a los sentimientos a&enos. legu" a emplear, con mi mu&er, un lengua&e brutal, y,corriendo el tiempo, la a*lig% incluso con violencias personales. Por cierto, los pobresanimales notaron el cambio (ue se ab%a producido en m%. o solamente no les ac%a elmenor caso, sino (ue los maltrataba. Plutn era el nico (ue me despertaba an su*icienteconsideracin como para no golpearlo. Por el contrario, no sent%a ningn escrpulo encastigar a los cone&os y al mono, y asta al perro, cuando, por casualidad o a*ecto, secru#aban en mi camino.

    a maldad iba apoderndose de m% cada ve# ms, como consecuencia de mis e7cesosalcolicos. D, andando el tiempo, el propio Plutn, (ue enve&ec%a y, naturalmente, sepon%a un tanto urao, principi a conocer los e*ectos de mi perversidad.

    ?na noce, al regresar a casa, completamente ebrio, de vuelta de uno de mis *recuentesescondri&os del barrio, me pareci (ue el gato evitaba mi presencia. o cog% violentamente,y "l, asustado, me mordi la mano, ocasionndome una leve erida. ecuerdo (ue entoncesse apoder repentinamente de m% un *uror demon%aco. En a(uel instante de&" de conocerme.Podr%a decirse (ue, de pronto, mi alma ab%a abandonado mi cuerpo, y una ruindadsuperdemon%aca se *iltr en cada una de las *ibras de mi ser. !el bolsillo de mi calecosa(u" un cortaplumas, lo abr%, atrap" al pobre animal por la garganta y, deliberadamente, levaci" un o&o. 4e estreme#co de vergFen#a al evocar esta abominable atrocidad.

    $uando, al amanecer, recuper" la ra#n, y se me disiparon los vapores alcolicos, me sent%abrumado por una sensacin mitad de orror y mitad de remordimiento por el crimen (ueab%a cometido. Pero no *ue ms (ue un sentimiento con*uso, y volv% a sumirme en lose7cesos, aogando en la ginebra todos los recuerdos de mi siniestra accin.

    El gato me&or, entre tanto, lentamente. a rbita del o&o perdido presentaba, por cierto, unaspecto espantoso. Sin embargo, "l no parec%a darse cuenta de ello. Segn su costumbre, ibay ven%a por la casa. D, como deb% suponerlo, en cuanto yo me apro7imaba, u%aaterrori#ado. 4e (uedaba an algo de mi antiguo cora#n, y me a*lig%a esta antipat%amani*iesta en un ser (ue tanto me ab%a amado anteriormente. Pero esta a*liccin no tard

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    en ser desalo&ada por la ira, y para mi ca%da *inal e irrevocable, brot entonces el esp%ritu dela perversidad.

    $reo (ue la perversidad es uno de los impulsos primitivos del ser umano, una de esasindivisibles *acultades (ue rigen inicialmente el carcter del ombre. GHui"n no se a

    sorprendido cometiendo una accin necia o vil, por la nica ra#n de (ue sab%a (ue nodeb%a cometerlaI Go tenemos una constante inclinacin, pese a lo e7celente de nuestro&uicio, a violar la ley, simplemente por(ue comprendemos (ue es la EDI

    S%, este esp%ritu de perversidad produ&o mi ruina completa. El vivo e insondable deseo delalma de atormentarse a s% misma, de violentar su propia naturale#a, de acer el mal por elamor al mal, me impel%a a prolongar el suplicio (ue ab%a in*ligido al ino*ensivo animal.

    ?na maana, a sangre *r%a, ce% un nudo corredi#o en torno a su cuello y lo aor(u"colgndolo de la rama de un rbol. o aor(u" con mis o&os llenos de lgrimas, con elcora#n desbordante del ms amargo remordimiento. o aor(u" por(ue sab%a (ue me

    ab%a amado, y reconoc%a (ue &ams tuve motivo alguno para encoleri#arme con "l. oaor(u" por(ue comprend%a (ue al acerlo comet%a un pecado, un pecado mortal (uecompromet%a mi alma, asta el punto de colocarla le&os incluso de la misericordia in*initade !ios.

    En la noce siguiente al d%a en (ue realic" tan cruel accin, me despert del sueo el gritode -J KuegoL- Ard%an las cortinas de mi leco, y la casa era una gran oguera. 4i mu&er, micriado y yo logramos escapar venciendo grandes di*icultades. a destruccin *ue total.Hued" arruinado, y me entregu" desde entonces a la desesperacin.

    o pretendo establecer relacin alguna entre causa y e*ecto con respecto a mi crueldad y eldesastre, estoy por encima de tal debilidad. o obstante, me limito a dar cuenta de unacadena de ecos y no (uiero omitir el menor eslabn.

    :isit" las ruinas un d%a despu"s del incendio. E7cepto una, todas las paredes se ab%anderrumbado. Esta e7cepcin la constitu%a un delgado tabi(ue interior, contra el cual seapoyaba la cabecera de mi leco. All%, la construccin ab%a resistido en gran parte a laaccin del *uego, eco (ue atribu% a (ue ab%a sido reparada ac%a poco. En torno a a(uellapared se congregaba la multitud, y numerosas personas la e7aminaban con gran atencin.

    E7citaron mi curiosidad las palabras -e7trao-, -singular- y otras e7presiones parecidas.Entonces me acer(u", y vi, seme&ante a un ba&o relieve esculpido sobre la blanca super*icie,la *igura de un gigantesco gato. a imagen estaba copiada con e7actitud prodigiosa.odeaba el cuello del animal una cuerda.

    Apenas observ" la aparicin, por(ue no pod%a considerar a(uello ms (ue como unaaparicin, me sobrecogi una terrible me#cla de asombro y pnico. Por *in vino en miayuda la re*le7in, y record" (ue el gato ab%a sido aorcado en un &ard%n contiguo a lacasa. A los gritos de alarma, este &ard%n *ue invadido de inmediato por la mucedumbre, yel animal debi ser descolgado por alguien y arro&ado a mi cuarto por la ventana, sin dudacon el propsito de despertarme. El derrumbe de las restantes paredes ab%a comprimido a

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    la v%ctima de mi crueldad en el yeso todav%a *resco de la pared reci"n restaurada, y la cal, encombinacin con las llamas y el amoniaco del cadver, plasmaron esa imagen tal como yola ve%a.

    Mntent" satis*acer as% mi ra#n, aun(ue no mi conciencia, en la (ue (ued una uella

    pro*unda del sorprendente caso. !urante varios meses no pude liberarme del *antasma delgato, y naci en mi alma una especie de remedo de remordimiento. legu" incluso alamentar la p"rdida del animal, y a buscar en torno a m%, en los miserables tugurios (ue*recuentaba, otro *elino parecido (ue pudiera sustituirle.

    ?na noce, allndome medio aturdido en un bodegn, llam mi atencin un ob&eto negroen lo alto de uno de los grandes barriles de ginebra y ron (ue compon%an el mobiliario msimportante del lugar. !esde ac%a algunos momentos observaba este tonel, y me sorprendino aber advertido lo (ue estaba colocado encima. 4e acer(u" y lo to(u". Era un gatonegro, enorme, tan corpulento como Plutn, al (ue se aseme&aba en todo, salvo en undetalle6 Plutn no ten%a un solo pelo blanco en todo el cuerpo, y "ste pose%a, aun(ue en

    *orma inde*inida, una seal de pelos albos, como un collar sobre el peco.Apenas lo to(u", se levant repentinamente, ronroneando con *uer#a, se restreg contra mimano y pareci contento. Era el animal (ue buscaba. 4e apresur" a ablar con el dueo yle propuse (ue me lo vendiera. Pero "l no mani*est inter"s alguno por el animal. o loconoc%a, no lo ab%a visto nunca.

    Segu% acaricindolo, y cuando me dispon%a a regresar a mi ogar, el gato se mostrdispuesto a ir conmigo. Se lo permit% y caminamos acia mi casa. $uando llegamos seencontr como si *uera en la suya, y se convirti rpidamente en el me&or amigo de mimu&er.

    Sin embargo, muy pronto surgi en m% una ine7plicable antipat%a acia "l. Suced%a,precisamente, lo contrario de lo (ue yo ab%a esperado. o s" cmo ni por (u" ocurri esto,pero su evidente ternura me eno&aba, y casi me *atigaba. Poco a poco, estos sentimientos dedisgusto y *astidio *ueron aumentando, asta convertirse en la amargura del odio. Principi"a evitar su presencia. ?na especie de vergFen#a, me#clada al recuerdo de mi crueldad, meimped%an maltratarlo, y durante algunas semanas me abstuve de golpearlo o tratarlo conviolencia. Pero, gradual e insensiblemente, llegu" a sentir por "l un orror indecible. Ensilencio, lo elud%a, como si uyera de la peste.

    o (ue me despert abiertamente el odio por el animal *ue el descubrimiento (ue ice a lamaana siguiente de aberlo llevado conmigo6 como Plutn, tambi"n este gato ab%a sidoprivado de uno de sus o&os. Esta circunstancia, en cambio, contribuy a acerlo ms grato ami esposa, (ui"n, como ya e dico, pose%a esa ternura (ue en otro tiempo *ue mi rasgocaracter%stico y el manantial de agrados sencillos y puros.

    Pero el cario (ue el gato me demostraba, parec%a crecer en ra#n directa a mi odio acia"l. $on tenacidad incre%ble segu%a constantemente mis pasos, se ovillaba ba&o mi silln, osaltando sobre mis rodillas, me cubr%a con sus caricias espantosas. Si me levantaba, semet%a entre mis piernas y casi me derribaba, o bien trepaba por mis ropas, clavando sus

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    largas y agudas garras en mi peco. En esos instantes ubiera (uerido matarlo de un golpe,y me lo imped%a el recuerdo de mi primer crimen. o, lo (ue me deten%a, me apresuro acon*esarlo, era un verdadero terror al animal.

    Este miedo no era, positivamente, a un dao *%sico, sin embargo es di*%cil de*inirlo de otro

    modo, y casi me rubori#a aceptarlo. An en esta celda de malecor, me avergFen#adeclarar (ue el pnico (ue me inspiraba ese gato se ab%a acrecentado a causa de una de las*antas%as ms per*ectas (ue es posible imaginar.

    o pocas veces, mi mu&er llam mi atencin con respecto al carcter de la raya blanca entorno al cuello, (ue constitu%a la nica di*erencia perceptible entre este animal y a(uel (ueyo ab%a matado. Aun(ue grande, tuvo primitivamente, como ya lo e dico, una *ormainde*inida. Pero, gradualmente, pasando por diversas *aces ab%a ad(uirido una rigurosanitide# de contornos.

    En ese momento era la imagen de un ob&eto (ue me ace temblar, y me obliga a mirarlo

    como a un monstruo de orror y repugnancia. JEra la imagen de una cosa abominable ysiniestra6 la orca. J4(uina de espanto y crimen, de muerte y agon%aL

    Do era, entonces, verdaderamente, un miserable, una bestia brutal. JAy, ni de d%a ni denoce conoc%a ya la pa# ni el descansoL i un solo instante, durante cada &ornada, se ale&abade mi ese animal. A la ora de dormir, cuando sal%a de mis sueos llenos de inenarrableangustia, era tan slo para sentir el aliento tibio del gato en mi rostro y su enorme peso (ueparec%a gravitar eternamente sobre mi cora#n.

    Ba&o tales tormentos sucumbi lo poco de bueno (ue (uedaba en m%. Mn*ames pensamientosse me icieron %ntimos. as ms sombr%as, las ms repugnantes ideas eran acariciadas pormi mente. a triste#a de mi umor se acrecent asta acerme aborrecer todas las cosas y ala ;umanidad entera. 4i mu&er, sin embargo, no se (ue&aba nunca. Era siempre mi pao delgrimas. a ms paciente v%ctima de las repentinas, *recuentes e indomables *urias, a las(ue ciegamente me abandon".

    ?n d%a, por un (ueacer dom"stico, me acompa al stano del vie&o edi*icio donde nuestrapobre#a nos obligaba a vivir. Por los delgados peldaos de la escalera me segu%a el gato, ycuando me i#o trope#ar, me e7asper asta la locura. Apoderndome de un aca, yolvidando el espanto (ue ab%a detenido asta entonces mi mano, dirig% un golpe al animal.;abr%a sido mortal si le ubiese alcan#ado como (uer%a. Pero mi mu&er me detuvo. Estaintervencin me provoc una rabia endemoniada. iber" mi bra#o, y sin pensarlo ni unsegundo, le und% el aca en el crneo. 4i esposa cay muerta instantneamente, sine7alar ni un gemido.

    eali#ado el orrible asesinato, inmediata y resueltamente, procur" esconder el cuerpo. 4edi cuenta de (ue, ni de d%a ni de noce, lograr%a acerlo desaparecer de la casa, sin (ue seenteraran los vecinos, y asaltaron mi mente varios proyectos. Por un instante pens" tro#ar elcadver y enterrar los peda#os en el suelo. !espu"s resolv% cavar una *osa en el piso delstano. uego decid% arro&arlo al po#o del &ard%n. $ambi" de idea y decret" embalarlo en unca&n, como una mercanc%a, y encargar a un mandadero (ue se lo llevase de casa,

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    *acturndolo a cual(uier destino. Kinalmente, me detuve ante un plan (ue consider" el ms*actible6 determin" emparedarlo, como dicen (ue ac%an, en la Edad 4edia, los mon&es consus v%ctimas.

    El stano parec%a estar construido a propsito para este proyecto. os muros no estaban

    levantados con el cuidado abitual, y no ac%a muco tiempo ab%an sido cubiertos, en todasu e7tensin, por una capa de yeso (ue la umedad no de& endurecerse. E7ist%a, por otraparte, una saliente en uno de estos muros, producida por una cimenea arti*icial (ue (uedtapada. o dud" (ue me ser%a *cil (uitar los ladrillos de a(uel sitio, colocar all% el cadver,y emparedarlo, de manera (ue ninguna mirada pudiera descubrir nada sospecoso.

    o me enga" en mis clculos y, ayudado por una palanca, separ" sin mayor di*icultad losladrillos. uego colo(u" el cuerpo contra la pared interior, y lo sostuve en esa postura, astarestablecer, sin gran es*uer#o, toda la estructura a su estado primitivo. )omando cuantaprecaucin es imaginable, me procur" una argamasa de cal y arena. Prepar" una me#cla (ueno pod%a distinguirse de la primitiva, y cubr% cuidadosamente con ella el nuevo tabi(ue.

    $uando termin", acept" (ue todo ab%a resultado per*ecto. a pared no presentaba la msleve seal de arreglo. $on sumo cuidado barr% el piso y recog% los escombros. 4ir",triun*almente a mi alrededor, y me di&e6 -Por lo menos a(u%, mi traba&o no a sidoin*ructuoso.

    En seguida, la primera idea *ue buscar al *elino causante de tan tremenda desgracia, por(ue,al *in, ab%a resuelto matarlo. Si en a(uel momento lo ubiera encontrado, nada abr%aevitado su destino. Pero parec%a (ue el animal, ante la violencia de mi clera, se ab%aalarmado y procuraba no presentarse, desa*iando, desde su re*ugio, mi *uria.

    Es imposible describir o imaginar la intensa, la apacible, sensacin de alivio (ue tra&o a micora#n la ausencia de la detestada criatura. o se present en toda la noce, y "sta *ue laprimera (ue goc" desde su llegada a la casa. !orm% tran(uila y pro*undamente. S%, dorm%con el peso de a(uel asesinato en mi alma.

    )ranscurrieron el segundo y el tercer d%a. 4i verdugo no vino, y respir" una ve# ms comoun ombre libre. En su terror, el monstruo se ab%a ale&ado para siempre de a(uelloslugares. Da no volver%a a verlo &ams, y mi dica era in*inita. 4e in(uietaba muy poco lacriminalidad de mi tenebrosa accin, aun(ue se abri una especie de sumario (ue intentciertas averiguaciones. )ambi"n se dispuso un reconocimiento, pero, naturalmente, nadapod%a descubrirse. Do daba por asegurada mi *elicidad *utura.

    Al cuarto d%a de aber cometido el asesinato, se present inopinadamente en mi casa ungrupo de agentes de polic%a, y procedi de nuevo a una rigurosa inspeccin. $on*iando enlo impenetrable de a(uel escondite, no e7periment" turbacin alguna.

    os agentes (uisieron (ue los acompaara en su revisin, y *ue e7aminado asta el ltimorincn de la casa. Por tercera o cuarta ve# ba&aron al stano, lo cual no me alter en lo msm%nimo. $omo el de un ombre (ue reposa en la inocencia, mi cora#n lat%a pac%*icamente.ecorr% el sombr%o lugar de punta a punta, cruc" los bra#os sobre el peco y me pasee

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    indi*erente de un lado a otro. Plenamente satis*eca, la polic%a se dispon%a a abandonar lacasa, pero era demasiado intenso el &bilo (ue yo e7perimentaba para (ue pudierareprimirlo. Sent%a la viva necesidad de decir una palabra, una palabra tan slo, a modo detriun*o, y acer doblemente evidente la conviccin de mi inocencia.

    2Seores 2di&e, cuando los agentes sub%an la escalera2, es para m% una gran satis*accinaber desvanecido sus sospecas. es deseo a todos ustedes buena salud... :uelvan averme. )ienen ustedes a(u% una casa muy bien construida... 2Apenas sab%a lo (ue ablabaen mi desatinado a*n de decir algo2. Puedo asegurarles (ue "sta es una edi*icacine7celente. Estos muros... G$moI GSe van ustedes, seoresI Estos muros estn edi*icadoscon una gran solide#...

    Entonces, en una *an*arronada imb"cil, golpe" con *uer#a con mi bastn, precisamentesobre la pared tras la cual yac%a mi esposa.

    JA, (ue !ios me prote&a y me libre de las garras del demonioL Apenas se undi en el

    silencio el eco de mis golpes, una vo# respondi desde el *ondo de la tumba. Era primerouna (ue&a velada, entrecortada como el sollo#o de un nio. !espu"s se convirti en ungemido prolongado, sonoro y continuo, in*raumano un alarido mitad de orror y mitad detriun*o, como solamente podr%a brotar del in*ierno. 4e sent% des*allecer y, tambalendome,ca% contra la pared opuesta. os agentes se detuvieron un instante en los escalones. asorpresa y el pavor los ab%an de&ado atnitos. ?n momento despu"s, doce bra#os robustosderribaron la pared, (ue cay a tierra de un golpe. El cadver, muy des*igurado ya, ycubierto de sangre coagulada, apareci r%gido ante todos los presentes.

    Sobre su cabe#a, con las ro&as *auces dilatadas, y llameando el nico o&o, se posaba elterrible animal cuya astucia me llev al asesinato, y cuyo aullido revelador me entregaba alverdugo. J;ab%a emparedado al monstruo en la tumbaL

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    ""! 'os anteo(os

    ;ace algunos aos estuvo de moda ridiculi#ar lo (ue llamamos el *leca#o en el terreno delamor pero los (ue saben pensar, as% como los (ue sienten pro*undamente, siempre anabogado por su e7istencia. En e*ecto, los modernos descubrimientos, en lo (ue puedellamarse magnetismo, o esttica magn"tica, nos o*recen la comprobacin de (ue los msnaturales y, en consecuencia, ms verdaderos e intensos a*ectos umanos, son los (uebrotan del cora#n como por simpat%a el"ctrica. En otras palabras, (ue las ms alegres yllevaderas cadenas sentimentales son las (ue se remacan con una mirada. a con*esin(ue me dispongo a acer, aadir uno ms a los innumerables e&emplos de esta verdad.

    El carcter de mi relato me obliga a ser bastante minucioso. Soy todav%a muy &oven an noe cumplido los veintids aos. 4i apellido, oy d%a, es corriente, casi plebeyo6 Simpson.D digo -oy d%a-, por(ue slo ltimamente e comen#ado a llamarme as%. El motivo *ueeredar un importante legado (ue me de& un pariente le&ano llamado Adolpus Simpson.a condicin para recibir dica erencia *ue (ue adoptara legalmente el nombre deltestador el nombre de *amilia, no el de pila. 4i nombre de pila es apolen Bonaparte.4s e7actamente, estos son mis nombres de pila primero y segundo.

    Acept" el apellido Simpson con cierta repugnancia, por(ue el m%o, el verdadero, Kroissart,tiene ra#ones para un perdonable orgullo, pensando en *undar mi descendencia desde elinmortal autor de las -$rnicas-.Adems, y dico sea de paso, a propsito de apellidospuedo mencionar coincidencias muy singulares en los nombres de mis predecesoresinmediatos.

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    4i padre era monsieur Kroissart, de Par%s. Su esposa, mi madre, con (uien se cas cuandoella ten%a (uince aos, era una seorita $roissart, i&a mayor del ban(uero $roissart, cuyamu&er, (ue slo contaba con diecis"is aos al casarse, era i&a de :%ctor 4oissart. 4onsieur4oissart, casualidad rara, contra&o matrimonio con una seorita del mismo apellido,mademoiselle 4oissart. Ella, tambi"n era una ci(uilla cuando se cas y asimismo su

    madre, madame 4oissart, (ue no ten%a ms de catorce aos cuando *ue conducida al altar.Estos matrimonios tempranos son corrientes en Krancia. )enemos, por lo tanto, en l%nea dedescendencia directa6 4oissart, :oissart, $roissart y Kroissart. El ltimo, mi propioapellido, aun(ue como ya e e7plicado, por disposicin legal, se a convertido en Simpson.

    En cuanto a mis atributos personales, no me *altan. Al contrario, pienso (ue tengo buena*igura, y poseo lo (ue el noventa por ciento de la gente llama un rostro atractivo. Soy alto,mi cabello es negro y ri#ado, y mi nari# es regular. 4is o&os son grandes y pardos y, aun(ueen realidad mi vista es d"bil, nadie sospecar%a el menor de*ecto en mi mirada. Estadebilidad, sin embargo, siempre me a molestado muco, y e acudido a todos los

    remedios posibles para suprimirla, salvo usar lentes. Por ser un &oven de agradablepresencia, naturalmente me desagradan, y me e negado siempre a usarlos.

    o cono#co nada (ue des*igure tanto un semblante, e imprima en todas las *acciones unaspecto de ga#moer%a, o de santurroner%a y enve&ecimiento, como el (ue dan las ga*as.)ambi"n otorgan un aire de e7agerada su*iciencia y a*ectacin, de modo (ue e procuradola *orma de arreglrmelas siempre sin ellas. Hui#s sean e7cesivos estos capricos,puramente personales, sin mayor importancia. Bastar con aadir (ue mi temperamento esarrebatado, ardiente, entusiasta, y (ue toda mi vida e sido un devoto admirador de lasmu&eres.

    ?na noce del pasado invierno, entr" en un palco del teatro, acompaado de un amigo, elseor )albot. Era noce de pera, y se anunciaba una atraccin muy notable, as% es (ue elteatro estaba muy concurrido. legamos a tiempo para ocupar los asientos de primera *ila(ue nos ab%an reservado, aun(ue para sentarnos en ellos tuvimos (ue abrirnos paso acoda#os.

    !urante un par de oras, mi amigo, (ue era un aut"ntico melmano, *i& toda su atencine7clusivamente en el escenario, en tanto (ue yo me distra&e observando al auditorio,compuesto por la *lor y nata de la ciudad.

    )ras satis*acerme en este punto, iba a volver mis o&os acia la prima donna, cuando vi una*igura (ue ab%a escapado a mi atencin.

    Aun(ue viva mil aos, &ams podr" olvidar la intensa emocin con (ue mir" a esa persona.Era la mu&er ms e7(uisita (ue ab%a contemplado. )en%a vuelto el rostro acia elescenario, en tal *orma (ue durante unos minutos no pude ver nada de "l pero toda suestampa era divinano ay palabras para e7presar sus magn%*icas proporciones, y aun estevocablo me parece rid%culamente d"bil cuando lo escribo.

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    a magia de las bellas *ormas en las mu&eres, el embru&o del encanto *emenino, a sidosiempre para m% una *uer#a a la (ue no e podido resistir. Pero en a(uella mu&erseencarnaba la gracia ms pura. Era el bello idealde mis delirantes *antas%as.

    A(uella silueta, (ue en su mayor parte pod%a ver gracias a la construccin del palco, era de

    estatura algo superior a la comn, y casi llegaba a lo ma&estuoso. a cabe#a, de la cual sloera visible la parte posterior, rivali#aba en contorno con la de la griega Psi(uis, y estabacasi al descubierto, aun cuando llevaba un elegante sombrero liviano, (ue me i#o evocar latela et"rea de Apuleyo.

    El bra#o dereco se apoyaba en la balaustrada del palco y ac%a estremecer todos losnervios de mi cuerpo con su e7(uisita simetr%a. Su parte superior estaba cubierta con una deesas mangas abiertas y sueltas, oy tan en boga, (ue apena le llegaba al codo. !eba&ollevaba otra tela sutil, muy ceida, terminada en un puo de rico enca&e (ue le ca%agraciosamente sobre la mano esa mano de la (ue (uedaban al descubierto nicamente losdelicados dedos, en uno de los cuales brillaba una sorti&a de diamantes de e7traordinario

    valor. a admirable redonde# de su mueca (uedaba real#ada por un bra#alete tambi"nadornado y cerrado por un magn%*ico broce de piedras preciosas, (ue me ablaban, a lave#, de la ri(ue#a y el buen gusto de (uien las llevaba.

    4edia ora por lo menos estuve contemplando a(uella regia aparicin y durante a(ueltiempo sent% toda la *uer#a de lo (ue se a contado con respecto al *leca#o en el terreno delamor.

    4is sentimientos eran enteramente di*erentes a todo cuanto ab%a e7perimentado astaentonces. Era algo ine7plicable, (ue me veo obligado a considerar como magn"ticasimpat%a de alma a alma algo (ue parec%a encadenar no slo mi vista, sino tambi"n mis*acultades de pensar y sentir.

    Advert%, sent%, y supe, (ue estaba pro*undamente enamorado, irrevocablemente enamorado,y ello, an antes de ver el rostro de la mu&er amada. )an intensa era, en e*ecto, la pasin(ue ya me consum%a, (ue tuve la certe#a de (ue mermar%a muy poco, si esto era posible, silas *acciones de su rostro no me mostraran ms (ue unos rasgos vulgares. !e tal modo esanmala esta naturale#a del amor por *leca#o, y tan poco depende de las condicionese7teriores (ue parecen gobernarlo y crearlo.

    4ientras me allaba absorto en la contemplacin de esa visin ecicera, cierto alborotoentre el pblico la i#o volver levemente la cabe#a, de modo (ue pude ver todo el per*il. Subelle#a e7ced%a a todo cuanto yo ab%a supuesto, pero algo me desconcert, sin (ue pudierae7plicarme e7actamente (u" era.

    4is sentimientos mostraron menos arrobamiento, pero ms pro*undo entusiasmo. A(uelestado de nimo lo originaba, (ui#s, el aire de madonna del rostro. Sin embargo, alpensarlo ms, comprend% (ue no era slo este detalle. E7ist%a algo ms un misterio (ue yono pod%a descubrir, y (ue aumentaba mi inter"s. En realidad me allaba en ese estado delalma (ue predispone a un ombre &oven y enamoradi#o a cometer cual(uier e7travagancia.Si esa dama ubiera estado sola, yo abr%a entrado en su palco, y le ubiese declarado mi

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    amor, arriesgndome a cuanto pudiera suceder. A*ortunadamente la acompaaban uncaballero y una mu&er de notable ermosura, (uien, segn parec%a, era unos aos ms &oven(ue ella.

    ;ilvanaba mil planes para ser presentado a la mayor de las dos damas, y, por el momento,

    ver su belle#a con ms claridad. ;ubiera (uerido cambiar mi localidad por otra ms cercanaa ella, pero esto era imposible por(ue el teatro estaba abarrotado. Adems, las severase7igencias de la moda ab%an proibido el uso de gemelos en el teatro lo proib%anterminantemente. Por *in, se me ocurri ablarle a mi amigo.

    2)albot, usted tiene gemelos de teatro 2le di&e2. Pr"stemelos.2G

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    unos minutos, como si se sintiera impulsada por la curiosidad de comprobar si yo todav%a laestaba observando, lentamente *ue girando el rostro, y otra ve# se trope# con mi ardientemirada. Ba& instantneamente sus grandes o&os negros, y un intenso rubor cubri susme&illas. Pero lo (ue me llen de asombro y perple&idad *ue ver (ue no volvi nicamentela cabe#a, sino (ue tom de su cintura unos pe(ueos gemelos, los al#, a&ust... y luego

    me observ con ellos, atenta y deliberadamente, por espacio de unos minutos.Si un rayo ubiera ca%do a mis pies, no me abr%a (uedado tan aturdido slo aturdido, noo*endido ni disgustado, en absoluto, por ms (ue accin tan atrevida, en otra mu&er,probablemente me abr%a molestado. Pero ella lo i#o todo con tanta calma, con tantanaturalidad, con tan evidente gesto de per*ecta educacin, (ue no se la pod%a acusar deningn descaro, y mis nicos sentimientos *ueron de admiracin.

    Apenas comen# a mirarme con los gemelos, pareci satis*eca con su e7amen de mipersona, y ya los retiraba de sus o&os, cuando, como si lo ubiese pensado dos veces, volvia en*ocarme, observndome con ms atencin, (ui#s por espacio de cinco minutos.

    A(uella accin tan e7traordinaria, e&ecutada en un teatro americano, llam la atencin detodo el mundo, y se produ&o cierto revuelo y cuciceos entre el pblico, (ue durante unosinstantes me llenaron de con*usin. En cambio no produ&eron ningn e*ecto visible en elsemblante de madamealande.

    )ras satis*acer su curiosidad, ba& los gemelos y mir tran(uilamente acia el escenario. Dano ve%a ms (ue su per*il, igual (ue antes. Segu% contemplndola ininterrumpidamente, auncuando me daba per*ecta cuenta de mi *alta de cortes%a. Entonces not" (ue su cabe#a, muylentamente, cambiaba de posicin, y pronto llegu" a convencerme de (ue la dama, (ue*ing%a mirar acia el escenario, continuaba escrutndome atentamente. Supongo (ue nonecesito e7plicar el e*ecto (ue a(uel proceder caus en mi e7altado nimo.

    !espu"s de aberme e7aminado de a(uel modo, (ui#s durante un cuarto de ora, el belloob&eto de mi pasin se dirigi al caballero (ue se allaba a su lado, y mientras ablaba con"l, me percat" claramente, por las miradas de ambos, de (ue se re*er%an a m%. Al t"rmino dela breve conversacin, madamealande gir nuevamente acia el escenario, y pasaronunos minutos en (ue pareci muy interesada en la representacin. Sin embargo, luego deunos momentos, mi emocin aument terriblemente, al verla a&ustar una ve# ms losanteo&os (ue pend%an de su cintura, mirarme cara a cara, como ab%a eco antes, y sinacer caso de los murmullos de la gente, inspeccionarme de arriba a aba&o, con lamaravillosa compostura (ue ya ab%a deleitado y turbado mi alma.

    A(uella actitud me sumi en un intenso delirio de amor, y sirvi ms para enardecerme (uepara desconcertarme. En la loca intensidad de mi pasin, lo olvid" todo, menos la presenciade la ma&estuosa belle#a (ue ten%a ante m%. Esper" la oportunidad, y cuando me pareci (ueel pblico estaba completamente distra%do por la representacin, atra&e la mirada demadamealande, y le dirig% un ligero pero ine(u%voco saludo.

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    Ella se rubori#, mir acia otro lado, y despu"s, lenta y cautelosamente, observ en tornoa s%, para comprobar si mi temerario gesto ab%a sido notado, y a continuacin se inclinacia el caballero (ue estaba &unto ella.

    Entonces me di per*ecta cuenta de la incorreccin (ue acababa de cometer, y no esper"

    nada menos (ue pidiera una inmediata e7plicacin, a la ve# (ue, por mi cerebro, pasabarpidamente la visin de unas pistolas a la maana siguiente.

    Sin embargo, a continuacin me sent% muy aliviado, al ver (ue la dama le entregaba alcaballero el programa de la *uncin, sin decirle una sola palabra. D aora, procure el lector*ormarse una idea de mi asombro, de mi *antstico asombro, de mi delirante arrebato delalma, cuando luego de mirar *urtivamente en rededor, de& ella (ue sus o&osresplandecientes se posaran en los m%os, y con una sonrisa (ue descubr%a las blancas perlasde sus dientes, i#o dos claros aun(ue leves movimientos a*irmativos con la cabe#a.

    o vale la pena (ue insista acerca de mi dica, de mi arrobamiento. Si alguna ve#

    enlo(ueci un ombre por e7ceso de *elicidad, ese ombre *ui yo en a(uellos momentos.Amaba. Era mi -primer amor-..., un amor supremo, indescriptible. Era un amor por*leca#o,y por *leca#o tambi"n era apreciado y correspondido.

    JS%, correspondidoL G$mo iba a dudarlo ni un solo instanteI GHu" otra interpretacin pod%adar a a(uel proceder por parte de una mu&er tan bella, rica, re*inada, con educacinsuperior, con tan elevada posicin social, tan respetable en todo sentido, como era madamealandeI S%, ella me amaba, correspond%a al impulso de mi amor con otro impulso tanciego, tan *irme, tan desinteresado, y tan incondicional como el m%o. Estas deliciosas*antas%as (uedaron interrumpidas por la ca%da del teln. El pblico se puso de pie y actoseguido se produ&o el abitual bullicio.

    !e&" precipitadamente a )albot, y emple" todos mis es*uer#os para abrirme paso ycolocarme lo ms cerca posible de madamealande. o abiendo podido lograrlo a causade la mucedumbre, tuve (ue renunciar a mi persecucin, y dirig% los pasos acia mi casa.$onsol" mi decisin, con el pensamiento de (ue a la maana siguiente ser%a presentado aella en debida *orma, gracias a los buenos o*icios de mi amigo )albot.

    Kinalmente amaneci, tras una larga noce de impaciencia. D entonces las oras, asta launa, *ueron pasando con lentitud desesperante. $uando no se e7tingu%a el eco del relo&anunciando la una, corr% acia la calle B... y pregunt" por )albot.

    2o est 2me respondi el lacayo a su servicio.2G$mo (ue no estNI 2interrogu" sorprendido2. Perm%tame (ue le diga, amigo m%o,(ue eso es completamente imposible y absurdo. El seor )albot no puede aber salido. GPor(u" dice usted esoI2Slo por(ue no est en casa. Mnmediatamente despu"s de almor#ar, tom el coce para ira S... Avis (ue no regresar%a asta dentro de una semana.

    4e (ued" petri*icado por el estupor y la ira. Kinalmente di media vuelta, l%vido de clera, einteriormente mandando al in*ierno a toda la estirpe de los )albot. Era evidente (ue mi

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    amigo ab%a olvidado nuestra cita apenas la ab%amos concertado. unca cumpl%a con supalabra muy escrupulosamente, y no e7ist%a *orma para corregirlo. econociendo esto,calm" mi indignacin tanto como me *ue posible, y vagu" por las calles, malumorado,aciendo preguntas intiles sobre madamealande, a los conocidos (ue encontraba.

    $omprob" (ue todos la conoc%an de o%das, mucos de vista, pero como acia escasassemanas (ue se allaba en la ciudad, eran pocos los (ue a*irmaban tratarla personalmente.Ostos, eran an relativamente e7traos para ella, y no pod%an, o no (uer%an, tomarse lalibertad de presentarme con las *ormalidades (ue re(uer%a seme&ante visita. 4ientras yo medesesperaba conversando con un tr%o de amigos sobre la causa de mi tormento, ocurri (uela persona de (ui"n ablbamos pas muy cerca de nosotros.

    2JPor mi vida, "sa esL 2e7clam uno de mis amigos.2J4aravillosamente bellaL 2 e7pres otro.2J$omo un ngelL 2a*irm el tercero.24ir" y en el carrua&e (ue avan#aba acia nosotros lentamente, calle aba&o iba sentada la

    deslumbrante dama de la pera, acompaada por la seorita (ue estaba con ella en el palco.2a (ue va a su lado tambi"n es elegant%sima 2 coment el primero de mis amigos.2Es asombrosa. Su aspecto an es magn%*ico, pero no olvidemos (ue el arte obramaravillas. Parece ms atractiva (ue ace cinco aos, cuando la vi en Par%s. Go le parece austed, SimpsonI2G)odav%aI 2pregunt" asombrado2. GD por (u" no abr%a de serloI $omparada con suamiga, parece una lmpara de aceite &unto a una estrella de la tarde, una mariposa de lu#comparada con Antares.

    ?no de ellos ri a carca&adas, y luego di&o62Simpson, tiene usted el maravilloso don de acer descubrimientos... y, por cierto, muyoriginales.A continuacin nos separamos, en tanto (ue otro principi a canturrear una alegre cancinde vodevil, de la cual slo capt" estos versos6

    Jinon, inon, inon, basLJ bas inon de NEnclosL

    !urante a(uella escena, ubo algo (ue me recon*ort, aun(ue aviv an ms la pasin (ueme consum%a. Al pasar el coce de madamealande &unto a nuestro grupo, not" (ue ellame ab%a reconocido, no slo esto, sino (ue me *avoreci con la ms e7(uisita de todas lassonrisas imaginables.

    En cuanto a ser presentado a ella, tuve (ue abandonar toda esperan#a al menos durante eltiempo en (ue a )albot se le ocurriera permanecer en el campo.

    $omenc" a *recuentar asiduamente los lugares *amosos de diversin pblica, y, por *in, enel teatro donde la ab%a visto por primera ve#, tuve la suerte de allarla, e intercambiarnuevamente mis miradas con las suyas. Pero esto ocurri al cabo de dos semanas. Entretanto, diariamente preguntaba por )albot, en su otel, y recib%a el eterno -todav%a no aregresado- de su lacayo sent%a (ue volv%a a invadirme la indignacin.

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    En a(uella velada, por lo tanto, me encontraba pr7imo a la locura. 4e ab%an dico (uemadame alande era parisiense, y ab%a llegado recientemente de Par%s. Gegresar%a aKrancia antes (ue )albot volviera del campoI Go la perder%a entonces para siempreI Esaidea, (ue no pod%a soportar, *ue la (ue me impuls a actuar con viril decisin. Apenastermin la representacin teatral, segu% a la dama asta su casa, anot" la direccin, y, a la

    maana siguiente, le envi" una larga y meditada carta, en la (ue vol(u" todo mi cora#n.4e e7presaba de ella auda#mente, con pasin y libertad. o le ocult" nada, ninguna de mis*la(ue#as alud% a las romnticas circunstancias de nuestro primer encuentro, y asta a lasmiradas (ue se cru#aron entre nosotros. 4e atrev%a a decirle (ue estaba seguro de su amor,y al mismo tiempo le o*rec%a esa seguridad, y la intensidad de mi a*ecto, como disculpa ami imperdonable proceder. $omo tercera e7cusa, le abl" de mi temor a (ue pudieraabandonar la ciudad antes de (ue yo consiguiera la oportunidad para una presentacin*ormal. D conclu% la ms veemente ep%stola de amor &ams escrita, con una *rancadescripcin de mi posicin social, de mis bienes, y mi proposicin matrimonial.

    $on angustiosa espera aguard" la respuesta. D despu"s de lo (ue me pareci el transcursode un siglo, lleg por *in.

    S%, -realmente- lleg. ecib%, en e*ecto, una carta de madamealande la ermosa, laidolatrada madamealande. $omo buena *rancesa, ab%a obedecido a los sinceros dictadosde su ra#n, a los generosos impulsos de su naturale#a, despreciando las a*ectadasga#moer%as del mundo. o ab%a desdeado mis proposiciones no se ab%a encerrado enel silencio no me ab%a devuelto mi carta sin abrirla. Por el contrario, me enviaba unarespuesta escrita con sus propias manos, en la (ue dec%a lo siguiente6

    -El seor Simpson me perdonar (ue no escria correctamente la ermosa lengua de supa%s, o al menos (ue no lo aga tan bien como en la m%a. ;ace muy poco tiempo (ue vinea(u%, y no e tenido oportunidad de estudiarla. Sea "sta mi e7cusa a la *orma en (ue le digoesto, caballero6 JAy de m%L El seor Simpson a adivinado sobradamente toda la verdad.G$abe agregar algoI Go e dico ya ms de lo (ue debiera decirI

    Eugenia alande.-

    Bes" un milln de veces a(uella nota, y comet% por su causa otras mil e7travagancias (ueya an uido de mi memoria. JPero )albot no regresabaL Si ubiera podido *ormarse la msvaga idea del padecimiento (ue su ausencia me produc%a Gno abr%a corrido de inmediato ami lado para consolarmeI e escrib% y me contest. e reten%an urgentes negocios, y estar%apronto de vuelta. 4e rogaba (ue no *uera impaciente y (ue moderase mis impulsos, (ueleyera libros de tema calmante, (ue no abusara de las bebidas alcolicas... Jy (ue llamaraen mi ayuda al conse&o de la *iloso*%aL JecioL Da (ue "l no pod%a venir Gpor (u" no meenviaba una carta de presentacinI :olv% a escribirle, implorndole (ue me la mandaracuanto antes. Esta ltima misiva me la devolvi el lacayo, con las siguientes palabrasescritas al dorso del sobre6 el muy bribn se ab%a ido al campo con su amo.

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    -Sali de S... ayer con direccin desconocida. o di&o a dnde iba ni cuando volver%a. ;ereconocido su letra, y como usted siempre tiene prisa, me a parecido me&or devolverle sucarta. Sinceramente suyo, Stubbs.-

    !espu"s de esto, no ser necesario decir (ue dese" los peores castigos para amo y criado,

    aun(ue de poco me serv%a la indignacin, y (ue&arme no era un consuelo. o obstante me(uedaba un recurso6 mi natural audacia. ;asta entonces me ab%a servido muco, y decid%ponerla en &uego. Adems, despu"s de la correspondencia intercambiada entre madamealande y yo G(u" *alta de correccin pod%a cometer, dentro de ciertos l%mites, (ue ellapudiera &u#gar improcedenteI

    !esde (ue recib% su carta, ab%a ad(uirido el bito de rondar su vecindad, y as% descubr%(ue a la ora del crepsculo sol%a dar un paseo, acompaada nicamente por un negro delibrea, por una pla#a pblica. All%, entre las *rondosas y casi oscuras alamedas, ba&o laplida lu# de un suave atardecer de verano, me acer(u" a ellos.

    Para desorientar al sirviente, lo ice con toda la naturalidad de un antiguo conocido. Ella,con la presencia de nimo de una aut"ntica parisiense, comprendi de inmediato mi treta, ypara saludarme me o*reci la mano ms adorablemente pe(uea (ue sea posible imaginar.El criado (ued atrs en seguida, y entonces, con el cora#n rebosante de alegr%a, pudimosconversar e7tensamente y sin reservas sobre nuestro amor.

    !ebido a (ue madamealande ablaba ingl"s con menor *acilidad (ue como lo escrib%a,pre*erimos ablar en *ranc"s. En a(uella dulce lengua, tan adecuada para e7presar la pasinamorosa, di rienda suelta al impetuoso entusiasmo de mi naturale#a, y, con toda laelocuencia de (ue pude disponer, le rogu" (ue consintiera en nuestro inmediatomatrimonio.

    Al darse cuenta de mi impaciencia, ella sonri. Puso como prete7to el decoro social. Doab%a cometido la gran imprudencia de aber eco pblico, entre mis amigos, el deseo derelacionarme con ella, lo cual signi*icaba (ue an no la conoc%a, y no abr%a manera deocultar la *eca en (ue se iniciaban nuestras relaciones. uego, me i#o notar,sonro&ndose, lo demasiado reciente de esa *eca. $asarnos en seguida ser%a impropio, ser%a-outr"- =ultra&ante>. )odo esto lo e7plicaba con un aire de -naivet"- =ingenuidad> (ue mearrebataba, y al mismo tiempo me apenaba y me convenc%a.

    leg a acusarme, riendo, de precipitacin y de imprudencia. )ambi"n me i#o notar (ue,en realidad, yo no sab%a (ui"n era ella, ni su *amilia, ni su posicin en la sociedad. 4e rog(ue lo meditara, y cali*ic mi amor de apasionamiento, de *uego *atuo, de obra inestablems de la *antas%a (ue del cora#n, de caprico momentneo. )odo a(uello lo dec%amientras las sombras del atardecer ca%an ms y ms a nuestro alrededor, y luego, con unsuave apretn de su mano, derribaba en un dulce instante el edi*icio de argumentos (ue ellamisma ab%a levantado.

    e respond% insistiendo en la adoracin pro*unda y la admiracin (ue me inspiraba. Paraterminar, me e7tend% con en"rgica conviccin en los peligros (ue acecaban el cauce del

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    amor verdadero, (ue se desli#a sin di*icultades, y de a(u% dedu&e el mani*iesto riesgo deprolongar innecesariamente la situacin en (ue nos encontrbamos.

    Este ltimo argumento pareci, al *in, suavi#ar el rigor de su determinacin. Pero todav%a(uedaba un obstculo, (ue estaba segura de (ue yo no ab%a tomado debidamente en

    cuenta.Se trataba de un punto delicado, y al mencionarlo ten%a (ue sacri*icar sus sentimientos,aun(ue por m%, ella no reparar%a en ninguna clase de sacri*icios. Alud%a a la cuestin de laedad. GDo me daba cuentaI G;ab%a advertido claramente la di*erencia (ue e7ist%a entrenosotrosI El eco de (ue la edad del marido e7cediera en varios aos a la edad de lamu&er, era considerado por todo el mundo como admisible, e incluso conveniente. Pero ellasiempre ab%a mantenido la creencia de (ue los aos de la esposa nunca deben e7ceder a losdel marido. J?na di*erencia de esa clase, *recuentemente, por desdica, originaba una vidade in*elicidad. Eugenia entend%a (ue mi edad no pasaba de los veintids aos, en cambioyo, por el contrario, parec%a ignorar (ue los aos de ella sobrepasaban muc%simo ese

    nmeroLEn todo a(uello, mi amada mostraba una noble#a de alma, una digna sinceridad (ue medeleitaba, y me encadenaba a ella para siempre.

    24i amad%sima Eugenia 2di&e2 G(u" importancia tiene lo (ue ests diciendoI )us aosson algo ms (ue los m%os. GPero (u" importa estoI as costumbres del mundo no son sinonecedades convenidas. Para los (ue se aman como nosotros Gen (u" puede di*erenciarseuna ora de un aoI Do tengo veintids, de acuerdo en realidad, ya casi tengo veintitr"s.En cuanto a ti, no tendrs ms de... de...

    Al llegar a a(uel punto me detuve, esperando (ue Eugenia me interrumpiera,comunicndome su edad. Pero una *rancesa raramente abla en *orma ine(u%voca en talesocasiones, y siempre dispone de alguna bil escapatoria verbal. En nuestro caso, duranteunos momentos pareci buscar algo (ue decir, y *inalmente de& caer sobre la ierba unaminiatura (ue yo recog%.

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    pantalla en el saln principal, y, segn logr" apreciar con esta iluminacin, ostentaba ungran re*inamiento y esplendor. as salas contiguas, donde la concurrencia se reun%apre*erentemente, permanecieron toda la velada en agradable penumbra.

    4adame alande no ab%a e7agerado el talento musical de su amigos, y el canto (ue all%

    pude escucar *ue superior a cuanto se o%a *uera de :iena. os int"rpretes de las partiturascon instrumentos eran varios, de gran talento. as cantantes, e7clusivamente mu&eres,resultaron e7celentes.

    Kinalmente, al cabo de ped%rselo encarecidamente, madamealande se puso de pie.!ecidida, sin a*ectacin, abandon la -caise longue- =el silln>donde se allaba sentada ami lado, y acompaada por dos caballeros y su amiga de la pera se dirigi al saln dondese ubicaba el piano. Do (uer%a acompaarla, pero comprend% (ue, debido a lascircunstancias, lo me&or era (uedarme inadvertido donde me allaba. As%, me vi privado delplacer de verla, ya (ue no de o%rla cantar.

    a impresin (ue caus en la concurrencia tuvo algo mgico. Pero el e*ecto (ue a m% meprodu&o *ue an ms intenso. Sin duda depend%a, en parte, del sentimiento de amor (ue meinvad%a, y de mi conviccin sobre la e7tremada sensibilidad de la cantante, por(ue no esposible (ue arte alguno pueda comunicar a un aria o a un recitado e7presividadmsapasionada (ue la de ella. Sus notas ba&as eran maravillosas. Su vo# abarcaba tres octavas(ue se e7tend%an desde el -re- contralto asta el -re- sobreagudo, subiendo y ba&ando enescalas, cadencias y -*ioritures-. En el *inal de -a Sonmbula-produ&o un e*ecto notableal cantar6 -JA, non giunge uman pensiero, al contento ond Nio son pena.-

    Al levantarse del piano, despu"s de a(uellos milagros de e&ecucin vocal, ocupnuevamente su lugar a mi lado. e e7pres" el ms ondo deleite (ue ab%a e7perimentadoante su e&ecucin. Pero de mi asombro nada di&e, aun cuando estaba atnito lo estaba,por(ue cierta nota de debilidad o, ms bien, una tr"mula in*le7in (ue surg%a en su vo# alconversar, &ams me abr%an autori#ado a sospecar (ue podr%a atacar con "7ito esaspartituras.

    uestra conversacin *ue larga veemente, interrumpida, y sincera. 4e pidi (ue le relataraalgunos episodios tempranos de mi vida, y escuc atenta, casi conteniendo la respiracin,todas las palabras de lo (ue le narr". o ocult" nada, por(ue entend%a (ue no ten%a derecoa ocultar nada a su con*iado a*ecto.

    Alentado por su *ran(ue#a en el delicado asunto de la edad, me e7tend% en los pormenoresde mis de*ectos, e ice plena con*esin de mis *la(ue#as morales y *%sicas. ;abl" de misimprudencias en los d%as de colegio, mis e7travagancias, mis &uergas, mis deudas, y misamor%os. )ampoco de&" de mencionar la tos (ue en cierta "poca me ab%a molestado, elreumatismo crnico ereditario, y, para concluir, la desagradable y odiosa, aun(uecuidadosamente ocultada, *la(ue#a de mi vista.

    2Sobre este ltimo punto 2sostuvo Eugenia, sonriendo2, as cometido una verdaderaindiscrecin al con*esarlo. ;abr%a &urado (ue nadie pod%a acusarte de ese de*ecto.

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    Se detuvo, y, a pesar de las penumbras, cre% (ue sus me&illas sub%an de color. uego aadi6

    2Go recuerdas, -mon cer ami-,estos pe(ueos anteo&os au7iliares (ue aora cuelgan demi cuelloI

    Al decir esto, &ugueteaba con los gemelos (ue me ab%an producido tanta con*usin en lapera.

    2aturalmente (ue me acuerdo... 2 e7clam", oprimiendo la delicada mano (ue o*rec%aa(uellos anteo&os para mi e7amen.

    Eran una complicada &oya, a*iligranada y cua&ada de piedras preciosas, (ue, an ba&o laescasa lu# de la estancia, not" (ue deb%a ser de muco valor.

    2-JE, bien, mon amiL-2continu diciendo, con cierto apresuramiento (ue no de& desorprenderme2. -JE, bien, mon amiL-4e as pedido un *avor (ue as cali*icado de

    inapreciable me as pedido mi mano, para maana, sin ms tardan#a. GPodr%a yo pedirte un*avor a cambioI G?n *avor muy pe(ueoI

    2J!%meloL 2e7clam" con veemencia2. J!%melo, amada m%a, Eugenia m%aL J!%meloLPero... Gpara (u"I JDa est concedido, antes de (ue lo e7presesL

    2Entonces, -mon ami-,tienes (ue vencer, por amor a tu Eugenia, ese ligero de*ecto (ueacabas de con*esar, esa debilidad ms moral (ue *%sica, (ue no cal#a con la noble#a de tuesp%ritu, (ue es incompatible con la sinceridad de tu carcter, y (ue si alcan#ara mayorincremento, tarde o temprano podr%a causarte un serio disgusto. Por amor a m%, debesvencer esa a*ectacin (ue te inclina a ocultar el de*ecto de tu vista. Jiegas virtualmente

    ese de*ecto al reca#ar el empleo de los medios para corregirloL $omprenders (ue lo (uete pido es (ue uses anteo&os. JD no me digas (ue no, por(ue ya as consentido en acerlo,por mi amorL Acepta estos gemelos, aun(ue no tienen un valor e7traordinario como &oya,son un au7iliar admirable para la vista. Por medio de una ligera modi*icacin, as%..., o as%,se pueden adaptar a los o&os, o llevarlos en el bolsillo del caleco...

    !ebo con*esar (ue a(uella peticin me turb un poco. Pero la condicin (ue se le un%a i#oimposible toda vacilacin.

    2J$oncedidoL 2e7clam", con el mayor entusiasmo (ue pude reunir en a(uel instante2.$oncedido. Sacri*icar" por ti todas mis ob&eciones. Aora guardar" estos anteo&os a(u%,sobre mi cora#n y con las primeras luces de la maana, esa maana (ue me dar eldereco a llamarte mi esposa, me los pondr" sobre la nari#, y as% los usar", en la *ormamenos romntica, menos elegante, pero sin duda ms til, como t lo deseas.

    a conversacin gir luego sobre nuestras disposiciones para el d%a siguiente. Supe, por miamada, (ue )albot acababa de regresar a la ciudad. !eb%a ir a visitarlo en seguida, yprocurarme un carrua&e. a -soir"e-no terminar%a antes de las dos de la maana, y ena(uella ora el ve%culo tendr%a (ue allarse ya en la puerta de la casa. Entonces,

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    aprovecando el bullicio de la partida de los invitados, Eugenia podr%a entrar *cilmente enel coce sin (ue nadie lo notara. Mnmediatamente nos ir%amos a casa de un sacerdote (uenos estar%a esperando all% nos casar%amos, nos despedir%amos de )albot, y acto seguidoemprender%amos un via&e al Este, de&ando (ue el mundo elegante iciera los comentarios(ue le viniera en gana.

    uego de plani*icar esto, me desped%, y *ui en busca de )albot. Pero en el camino no resist%a la tentacin de e7aminar la miniatura, lo (ue ice con ayuda de los lentes. JEl rostro erade una belle#a e7traordinariaL JHu" o&os tan radiantes..., (u" altiva nari# griega..., (u"abundantes y negros cabellosL JAL, di&e para m%, lleno de pasin, "sta es en e*ecto la vivaimagen de mi amadaL 4ir" el reverso, y descubr% las palabras6 -Eugenia alande, a la edadde veintisiete aos y siete meses.-

    Encontr" a )albot en su domicilio, y rpidamente lo puse al tanto de mi buena suerte. $omoera natural, )albot mani*est asombro e7traordinario, y me *elicit cordialmente,o*reci"ndome toda la ayuda (ue pudiera prestarme. En una palabra6 cumplimos todos

    nuestros preparativos al pie de la letra, y a las dos de la madrugada, die# minutos despu"sde la ceremonia, me encontr" en un coce cerrado con madame alande, valga decir, con laseora Simpson, dirigi"ndonos velo#mente acia las a*ueras de la ciudad.

    ;ab%amos decidido (ue e*ectuar%amos nuestra primera parada en $..., aldea (ue se allaba aunas veinte millas de la ciudad. A las cuatro en punto, el coce se detuvo ante la puerta dela ospeder%a principal del pueblo, y orden" (ue nos sirvieran de inmediato un desayuno.Entre tanto, nos icieron pasar a una salita privada.

    Era ya casi de d%a, y al mirar, lleno de arrobamiento, al ngel (ue ten%a a mi lado, se meocurri repentinamente la idea de (ue era a(uella la primera ocasin, desde (ue conoc%a aEugenia, en (ue podr%a dis*rutar de una inspeccin a su belle#a a plena lu#.

    2D aora, -mon ami-2di&o ella, tomndome una mano e interrumpiendo mispensamientos2, aora, puesto (ue e accedido a tus apasionadas splicas, y cumpl% miparte en nuestro acuerdo, supongo (ue no abrs olvidado (ue t tambi"n me debes unape(uea promesa. ecuerdo per*ectamente las palabras (ue pronunciaste anoce6-Sacri*ico por ti todas mis ob&eciones. Aora guardar" estos anteo&os a(u%, sobre micora#n, y con las primeras luces de la maana, esa maana (ue me dar el dereco allamarte mi esposa, me los pondr" sobre la nari#, y as% los usar", en la *orma menosromntica, menos elegante, pero sin duda ms til, como t lo deseas.-

    2Osas *ueron e7actamente mis palabras 2repli(u"2. )ienes una e7celente memoria,Eugenia m%a, y te aseguro (ue no tengo la menor intencin de *altar a la insigni*icantepromesa (ue encierran.

    D tras disponer los cristales en *orma de anteo&os, los colo(u" adecuadamente en suposicin. Por su parte, la seora Simpson, se a&ust el sombrero, cru# los bra#os, ypermaneci sentada en su silln, adoptando una postura envarada y relamida.

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    2J$ielo santoL 2e7clam", en cuanto los lentes cabalgaron sobre mi nari#2. GHu" ocurrecon estos anteo&os...I

    Huitndomelos rpidamente, los limpi" a*anosamente con un pauelo de seda, y volv% aa&ustrmelos. Pero si en el primer momento ab%a ocurrido algo (ue me ab%a llenado de

    sorpresa, en seguida esta sorpresa se convirti en asombro un asombro e7tremado,inmenso, escalo*riante. En nombre de todas las cosas orribles de este mundo... G(u" eraa(uelloI GPod%a dar cr"dito a lo (ue estaba viendoI GEra... -eso... colorete-I GD "sas...-eran arrugas-IGArrugas en el rostro de Eugenia alandeI JQ, por 'piterL GHu"..., (u"ab%a pasado con sus dientesI Arro&" los anteo&os al suelo, mudo de terror, mirando cara acara a la seora Simpson con los bra#os puestos en &arra riendo sarcsticamente.

    2Bien, seor 2di&o, despu"s de observarme de pies a cabe#a durante unos momentos2.GHu" le ocurreI Ge a atacado el baile de San :itoI GQ es (ue no le gustoI

    2J4iserableL 2e7clam", conteniendo la respiracin2. J)..., usted..., usted no es ms

    (ue una vie&a bru&aL2G:ie&aI GBru&aI o soy tan vie&a al *in y al cabo, puesto (ue no e pasado un d%a de losocenta y dos.

    2JQcenta y dos aosL 2grit", tambalendome y retrocediendo asta la pared2. JQcentamil demoniosL Ja miniatura dec%a veintisiete aos y siete mesesL

    2Sin duda alguna, eso es verdad. Pero ese retrato *ue pintado ace ms de cincuenta aos.$uando me cas" con mi segundo esposo, monsieuralande, me i#o ese retrato la i&a demi primer marido monsieur4oissart.

    2 G4oissartI

    2S%, 4oissart. 2Se burl ella, imitando mi pronunciacin *rancesa, (ue no era muy buena2. GHu" sabe usted sobre 4oissartI

    2JadaL o s" nada de "l, pero yo tuve un antepasado (ue se apellidaba as%...

    2GD tiene algo (ue decir de ese apellidoI JEs muy respetableL $omo tambi"n lo es:oissart. JS%, "se es otro apellido importanteL 4i i&a, mademoiselle4oissart, se cas conmonsieur:oissart, y ambos apellidos son respetabil%simos.

    2G4oissart y :oissartI 2interrogu", atnito2. GHu" est diciendoI

    2 JEstoy diciendo 4oissart y :oissart, y adems (uiero decir $roissart y Kroissart. a i&ade mi i&a, mademoiselle:oissart, se cas con monsieur$roissart, y luego la nieta de mii&a, mademosille$roissart, se cas con monsieurKroissart. D supongo (ue no ob&etarusted (ue "ste es igualmente un apellido distinguido.

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    2JKroissartL 2musit", sintiendo (ue comen#aba a desmayarme2. GEn verdad usted adico 4oissart, :oissart, $roissart, y KroissartI

    2E7actamente 2asinti, tendi"ndose en el so*2. 4oissart y :oissart, $roissart yKroissart. !esgraciadamente, Kroissart era lo (ue se llama un estpido, un aut"ntico

    estpido (ue abandon la -belle Krance-para venir a esta insulsa Am"rica. A(u%, segn eo%do decir, tuvo un i&o tan estpido como "l, llamado apolen Bonaparte Kroissart, perousted reconocer (ue este nombre es tambi"n muy onorable.

    Da sea por su e7tensin o por su naturale#a, este pe(ueo discurso produ&o una gran pasinen la seora Simpson, y cuando termin de ablar, salt de su silln como una personaembru&ada, esparciendo por el suelo una enorme cantidad de rellenos (ue se desprendieronde sus ropas. Da en pie, mostr sus desnudas enc%as, y concluy la *uncin (uitndose elsombrero y con "l una valiosa peluca de ri#os negros, y, all% mismo, sobre posti#os yrellenos, en una especie de arrebato de clera, bail un *andango.

    Do me ab%a undido en el silln (ue ella acababa de abandonar, repitiendo alelado624oissart y :oissart, $roissart y 4oissart...

    !e pronto, no pude contener un grito6

    2apolen Bonaparte KroissartL JOse soy yoL JEscceme bien, vie&a serpiente, "se soyyoL Go oyeI JDo soy apolen Bonaparte KroissartL JD (ue el in*ierno me condeneeternamenteL JAcabo de casarme con mi tatarabuelaL

    4adameEugenia alande, (uasi Simpson antes 4oissart, era ni ms ni menos (ue mi

    tatarabuela. ;ab%a sido muy ermosa, y an a los ocenta y dos aos, conservaba la tallama&estuosa, el escultrico per*il, y los bellos o&os de su &uventud. $on estas cualidades, elblanco de perla, el cabello y los dientes posti#os, y con la ayuda de las ms bilesmodistas de Par%s, se las ab%a arreglado para cumplir un digno papel entre las belle#as algopasadas de modade la metrpoli *rancesa. En este aspecto, pod%a considerrsela como eldoble de la *amosa inon de NEnclos.

    Era inmensamente rica, y al (uedar viuda por segunda ve#, y sin i&os, se acord de mie7istencia en Am"rica. $on el propsito de acerme su eredero, decidi visitar los Estados?nidos, en compa%a de una sobrina le&ana de su segundo marido, incomparablementebella, la admirable madameStepanie alande.

    En el teatro, mi presencia llam *uertemente la atencin a mi tatarabuela, y despu"s dee7aminarme con los anteo&os, (ued impresionada al notar (ue guardbamos ciertoparecido de *amilia.

    Mnteresada por esta ra#n, y sabiendo (ue el eredero al (ue buscaba viv%a en la ciudad,procur in*ormarse acerca de m%. El caballero (ue la acompaaba me conoc%a de vista, y ledi&o (ui"n era yo. !ica in*ormacin la indu&o a repetir su e7amen con los anteo&os a(uel

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    e7amen (ue me enardeci y me llev a comportarme de la manera ya re*erida. Entonces *uecuando ella me devolvi el saludo, pensando (ue, por alguna circunstancia imprevisible, yoab%a descubierto su identidad.

    $uando, engaado por la debilidad de mi vista y los encantos de la singular dama, pregunt"

    a )albot (uien era ella, mi amigo imagin (ue me re*er%a a la belle#a ms &oven, o sea aStepanie alande, y por eso me in*orm (ue se trataba de la *amosa viuda madamealande.

    Al d%a siguiente, mi tatarabuela se encontr con )albot, antiguo conocido suyo en Par%s, yla conversacin se re*iri a mi persona. En esa ocasin (uedaron e7plicados los de*ectos demi vista, (ue ya eran muy comentados, aun(ue yo siempre tratara de ocultarlos, y la buenaanciana comprendi, con pena, (ue estaba engaada al suponer (ue yo acababa dedescubrir nuestros la#os *amiliares. o nico (ue ab%a eco era la tonter%a de corte&arabiertamente, y en un teatro, a una anciana desconocida. Entonces (uiso castigarme pora(uella imprudencia, y tram todo el plan con )albot.

    En cuanto a mis investigaciones calle&eras acerca de la ermosa viuda alande, supusieron(ue me re*er%a a la &oven, ms claramente, a Stepanie alande. !e este modo se e7plica laconversacin con a(uellos tres amigos, y su alusin a inon de NEnclos.

    En la velada musical, mi necia obstinacin en no usar lentes *ue lo (ue me impididescubrir su edad. $uando madamealande *ue invitada a cantar, se trataba de Stepanie,la &oven, y mi tatarabuela, para completar el engao, se levant simultneamente paraacompaarla asta el piano. En consecuencia, la vo# (ue tanto admir" era la de madameStepanie alande. o ser necesario aadir (ue los cristales de los anteo&os (ue usaba laanciana dama, ella misma los ab%a cambiado por otros (ue se adaptaban me&or a mis aos,y (ue se a&ustaron per*ectamente a mi vista.

    El sacerdote, (ue no ab%a eco sino *ingir a(uel *atal enlace, era un amigo de )albot y noun aut"ntico cl"rigo. ?n ombre muy astuto, (ue despu"s de (uitarse la sotana para vestirde librea, condu&o el coce de al(uiler (ue transport a la -*eli# pare&a- *uera de la ciudad.)albot tom asiento &unto a "l. os dos pillastres estaban de acuerdo, y por una ventanaentreabierta de a(uella salita en la oster%a se divirtieron con el -desenlace del drama-.Pienso (ue me ver" obligado a desa*iarlos a los dos.

    A pesar de todo, no soy el marido de mi tatarabuela, y pensarlo me proporciona un in*initodesaogo. Pero soy el marido de madamealande. S%, de madameStepanie alande, conla cual, la anciana Eugenia, al mismo tiempo (ue me a declarado su nico eredero, se atomado la molestia de empare&arme.

    En conclusin, se terminaron para m% las cartas de amor, y &ams volver alguien a vermesin mis anteo&os.

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    """! 'os asesinatos de la rue*orgue

    as condiciones mentales (ue suelen &u#garse como anal%ticas son, en s% mismas, muydi*%ciles de anali#ar. as apreciamos nicamente por sus e*ectos. $onocemos de ellas, entreotras cosas, (ue son siempre para (uien las posee en alto grado *uente de grandes goces.As% como ay ombres (ue se entusiasman con sus aptitudes *%sicas, el anali#ador se deleitacon la actividad intelectual (ue se e&erce al -desentraar-, y obtiene placer asta de las mstriviales ocupaciones (ue ponen en &uego su talento. Se *ascina con los enigmas, losacerti&os, los &erogl%*icos, y muestra, en las soluciones de cada uno, un grado de -agude#a-(ue al vulgo le parece penetracin sobrenatural. Sus resultados, logrados por su soloesp%ritu y por la esencia de su m"todo, ad(uieren todo el aspecto de una intuicin.

    a *acultad de resolucin es acaso potenciada por los estudios matemticos, y es

    especialmente esa important%sima rama de "stos la (ue, impropiamente y slo teniendo encuenta sus operaciones previas, a sido llamada como por e7celencia6 anlisis. Sinembargo, calcular no es en s% anali#ar. ?n &ugador de a&edre#, por e&emplo, ace lo uno sines*or#arse en lo otro. !e esto se desprende (ue el &uego de a&edre#, en sus e*ectos sobre lamente, est mal comprendido.

    o, yo no estoy escribiendo a(u% un tratado, sino prolongando una narracin bastantesingular, con observaciones ecas a la ligera. Pero aprovecar" esta ocasin para a*irmar

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    (ue las ms altas *acultades de la inteligencia re*le7iva traba&an ms decididamente y, conms proveco, en el modesto &uego de -damas-, (ue en la primorosa super*icialidad dela&edre#. En "ste, donde las pie#as tienen diversos y rebuscados movimientos, con di*erentesy variables valores, lo (ue slo es complicado se toma errneamente por pro*undo. aatencin traba&a a(u% poderosamente6 si *la(uea un instante se comete una negligencia cuyo

    resultado es retroceso o derrota. $omo los movimientos no slo son mucos, sinointrincados, las probabilidades de descuidarse se multiplican y en nueve casos de die# el(ue triun*a es el &ugador con ms capacidad de concentracin, y no el ms perspica#. En las-damas-, por el contrario, los movimientos son -nicos-y con po(u%sima variacin, ycomo, por consiguiente, la atencin (ueda relativamente desocupada, las venta&as obtenidaspor cada una de las partes resultan de una perspicacia superior.

    Para ser menos abstracto, supongamos un &uego de damas donde las pie#as (uedanreducidas a cuatro reinas, y en el (ue no pueden tenerse distracciones. Es evidente (ue eneste caso, estando los adversarios en completa igualdad de condiciones, la victoria slo esdecidida por un movimiento -calculado-, (ue resulta de un es*uer#o de la inteligencia.Privado de los recursos ordinarios, el anali#ador penetra en el esp%ritu de su contrincante, seidenti*ica con "l, y, con no poca *recuencia, descubre de una o&eada los nicosprocedimientos, a veces absurdamente sencillos, por los cuales puede inducirlo a error, oarrastrarlo a calcular e(uivocadamente.

    El -Rist- =&uego de naipes>a sido sealado siempre por su in*luencia en lo (ue se llama*acultad anal%tica, y se a visto a ombres con alto grado de inteligencia (ue an allado en"l, a primera vista, un deleite ine7plicable, olvidando al a&edre# por super*icial. D no ayduda de (ue no e7iste otro &uego (ue e&ercite tanto la capacidad de anlisis. El me&or&ugador de a&edre#, puede llegar a ser, con el tiempo, poco ms (ue el -me&or &ugador dea&edre#-. En tanto (ue la pericia del -Rist-implica talento para el "7ito en todas lasempresas en (ue la inteligencia luca con la inteligencia.

    Al ablar de pericia, me re*iero a la per*eccin en un debate (ue incluye una comprensinde todas las *uentes de donde pueda derivarse una venta&a leg%tima. Estas *uentes sonmulti*ormes, y residen en recnditos lugares del pensamiento, completamente inaccesiblespara el entendimiento vulgar. Qbservar atentamente es recordar distintamente, y en cuanto aesto, el &ugador de a&edre# lo ar muy bien en el -Rist-, ya (ue las reglas de ;oyle,basadas a su ve# en el puro mecanismo del &uego, son su*icientemente comprensibles. As%,el poseer una buena memoria, y proceder segn esas reglas, son puntos comnmenteconsiderados como el total cumplimiento de un buen &ugador. Pero es en problemas (ueestn *uera de los l%mites de las reglas donde se demuestra la agude#a del (ue anali#a.E*ecta en silencio mltiples observaciones. )al ve# lo acen tambi"n sus adversarios, perola di*erencia en lo e7tenso de la in*ormacin obtenida no residir tanto en la ilacin comoen la calidad de lo observado. uestro &ugador no se circunscribe al &uego en modo alguno,y deber reca#ar ciertas deducciones (ue se originan en cosas e7teriores a "ste. E7amina la*isonom%a de su compaero, y la compara con la de cada uno de los dems contrincantes.$onsidera el modo de distribuirse las cartas a cada mano, contando triun*o por triun*o ytanto por tanto, escrutando las o&eadas (ue dan, a cada uno de ellos, sus contendores. otacada variacin en los rostros, a medida (ue el &uego avan#a, recogiendo gran cantidad deideas a trav"s de la divergencia en las e7presiones, ya sean de sorpresa, de triun*o o

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    desagrado, y por la manera de recoger una ba#a, &u#ga si la persona (ue la toma puedeacer otra despu"s. econoce lo (ue se &uega simuladamente por el gesto con (ue se eca lacarta sobre la mesa. ?na palabra inadvertida, la ca%da accidental de una carta, o el ademnde volverla casualmente, con ansiedad o descuido, para evitar (ue puedan verla6 la duda, elentusiasmo o el temor, todo ello depara a su percepcin indicaciones precisas. ?na ve#

    &ugados los dos o tres primeros turnos, se alla en condiciones de tirar sus cartas conabsoluta precisin, como si el resto de los &ugadores tuvieran vueltas acia "l las caras delas suyas.

    a *acultad anal%tica no debe con*undirse con mera ingeniosidad6 no, ya (ue el anali#adores necesariamente ingenioso, en cambio el ombre ingenioso a menudo es incapa# deanlisis. a capacidad de combinacin con (ue se mani*iesta generalmente el ingenio, y a lacual los *renlogos, errneamente en mi opinin, an asignado un rgano aparte,suponiendo (ue es una cualidad primordial, se a visto con *recuencia en individuos (ue,por otra parte, bordeaban la idiote#. Esto a llamado la atencin en escritoresespeciali#ados en dicos temas. En e*ecto, entre la ingeniosidad y el talento anal%tico e7isteuna di*erencia muco mayor (ue entre el *antasear y la imaginacin, aun(ue de caracteresestrictamente anlogos. En realidad puede comprobarse (ue el ingenioso es siempre*antstico, y el -verdadero-imaginativo no de&a de ser nunca anal%tico.

    a narracin (ue sigue podr servir, de cierta manera, al lector para ilustrarlo en unainterpretacin acerca de las enunciaciones (ue acabamos de anticipar.

    ;allndome en Par%s, durante la primavera y parte del verano de 18.., conoc% a un seorllamado $. Auguste !upin. Pertenec%a este &oven caballero a una e7celente *amilia es ms,a una ilustre *amilia. Pero, por una serie de maladados acontecimientos, ab%a (uedadoreducido a tal pobre#a, (ue sucumbi en ella la energ%a de su carcter, y renunci a susambiciones mundanas, as% como a lucar por la restauracin de su *ortuna. $on elconsentimiento de sus acreedores, pudo (uedar todav%a en posesin de un remanente de supatrimonio, y con la renta de "ste logr arreglrselas, mediante una rigurosa econom%a, paraprocurarse lo ms necesario para vivir. os libros eran su nico lu&o, y en Par%s los libros seobtienen *cilmente.

    uestro primer encuentro acaeci en una oscura biblioteca de 4ontmartre, donde lacoincidencia de andar ambos buscando un raro y notable volumen nos puso en estrecaintimidad. os vimos a menudo, y yo me interes" pro*undamente por su istoria *amiliar,(ue "l me cont minuciosamente, con el candor con (ue un *ranc"s da rienda suelta a suscon*idencias cuando abla de s% mismo. Adems me admiraba la amplitud de sus lecturas,y, sobre todo, mi alma se encend%a con el veemente ardor, y la viva *rescura de suimaginacin.

    !ebido a las investigaciones de (ue yo me ocupaba entonces en Par%s, comprend%a (ue laamistad de un ombre como a(uel ser%a un tesoro inapreciable, y con esta idea me con*i"*rancamente en "l. Por *in, convenimos (ue vivir%amos &untos durante mi permanencia en laciudad, y como mi situacin econmica era menos precaria (ue la suya, me *ue permitidoparticipar en los gastos del al(uiler, y de los muebles (ue se adaptaron al carcter algo*antstico y melanclico de nuestro comn temperamento. a casa, vetusta y abandonada

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    ac%a ya muco tiempo por ciertas supersticiones (ue no (uisimos averiguar, sebamboleaba como si *uera a undirse en un desolado rincn del Kaubourg Saint

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    2!e eso no cabe duda 2repli(u" yo, sin re*le7ionar en lo (ue dec%a, y sin observar, en elprimer instante, de (u" modo e7traordinario mi interlocutor coincid%a con mismeditaciones. ?n instante despu"s me recobr", y mi asombro *ue pro*undo2. !upin 2di&e, gravemente2, esto e7cede a mi comprensin... Estoy perple&o, y apenas puedo darcr"dito a lo (ue o%. G$mo es posible (ue usted aya podido saber lo (ue yo estaba

    pensandoI!iciendo esto me interrump%, para asegurarme de (ue realmente "l sab%a en (ui"n pensaba.

    2En $antilly 2contest2. GPor (u" se a interrumpidoI ?sted pensaba (ue su diminuta*igura lo inabilita para la tragedia.

    Ose era, precisamente, el tema de mis re*le7iones. $antilly es un e7#apatero remendn dela calle Saint !enis, (ue se *ascina con el teatro, y a audicionado para el papel de 'er&es enla tragedia de $rebilln, pero sus es*uer#os no le an eco ganar ms (ue las burlas de lagente.

    2!%game, por !ios 2e7clam"2, Gpor (u" m"todo, si lo ay, a logrado pro*undi#ar as%en mi esp%rituI

    En verdad yo me allaba muco ms sorprendido de lo (ue ubiera (uerido con*esar.

    2;a sido el vendedor de *rutas 2respondi mi amigo2. Ol lo indu&o a usted a esaconclusin de (ue $antilly no tiene la estatura necesaria para acer un 'er&es ni ningunoparecido.

    2GEl vendedor de *rutasI J4e con*unde usted, !upinL Do no cono#co a ninguno...

    2S%, ese ombre con el (ue trope#amos ar unos (uince minutos.

    Entonces record" (ue, en e*ecto, un vendedor de *rutas, (ue llevaba en la cabe#a una grancanasta de man#anas, estuvo a punto de derribarme cuando pasbamos de la calle $... alcalle&n donde estbamos aora. Pero no alcan#aba a comprender (u" ten%a (ue ver a(uellocon $antilly.

    En !upin no cab%a ni la menor part%cula de carlataner%a.

    2:oy a e7plicrselo 2di&o2, y para (ue pueda recordarlo todo claramente, primero

    vamos a repasar en sentido inverso el curso de sus meditaciones desde este momento, astael del -co(ue-con el vendedor de *rutas. os principales eslabones de la cadena sesuceden -as%-al rev"s6 $antilly, Qrin, doctor icols, Epicuro, Estereotom%a, las piedrasde la calle, el vendedor de *rutas...

    Pocas son las personas (ue, en algn momento de su vida, no se ayan entretenidorecorriendo, en sentido inverso, las etapas por las cuales an alcan#ado determinadasconclusiones de su inteligencia. Es una ocupacin interesante, y el (ue por primera ve# la

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    prueba, se (ueda pasmado ante la aparente distancia ilimitada, y la incoerencia (ue dan lasensacin de mediar entre el punto de partida y la meta. Puede suponerse cul ser%a miasombro al escucar lo (ue dec%a mi amigo. Pero no pudimos reconocer (ue dec%a laverdad. !upin continu de este modo6

    2Si bien recuerdo, ab%amos estado ablando sobre caballos en el momento en (uesal%amos de la calle $... Era el ltimo tema (ue discut%amos. $uando entramos en esta calle,un vendedor de *rutas, con una canasta en la cabe#a, pas rpidamente, y lo empu& a ustedcontra un montn de ado(uines en un sitio donde la cal#ada est en reparacin. ?sted pusoel pie en uno de los ado(uines sueltos, resbal, se torci ligeramente un tobillo, y parecimalumorado. e*un*u algunas palabras, se volvi para mirar el montn de ado(uines, yluego sigui andando en silencio. o prest" muca atencin a lo (ue usted ac%a, pero laobservacin se a convertido para m%, desde ace tiempo, en una especie de necesidad.?sted camin, mirando el suelo, atendiendo con e7presin de eno&o a los oyos delempedrado. Por lo (ue yo deduc%a, pensando an en las piedras, asta (ue llegamos alPasa&e amartine (ue a sido pavimentado con tarugos sobrepuestos y remacados. Alentrar all%, su e7presin se ilumin, y al mirar el movimiento de sus labios, supe (uepronunciaba la palabra -estereotom%a-, t"rmino (ue tan a*ectadamente se aplica a esa clasede pavimento. Do s" (ue usted no puede pronunciar para s% esta palabra sin pensar en lostomos, y por lo tanto en las teor%as de Epicuro. D considerando (ue, cuando discut%amosacerca de ese tema, le ice notar de (u" singular manera las vagas con&eturas de a(uelgriego an allado con*irmacin en la reciente cosmogon%a nebular, comprend% (uelevantar%a sus o&os acia la gran nebulosa de Qrin. En e*ecto, a mirado acia arriba, yentonces e tenido la certe#a de aber seguido correctamente las etapas de su pensamiento.Aora bien, en la diatriba (ue se public ayer en el -4us"e-, aludiendo al pobre $antilly,el cr%tico i#o algunas o*ensivas alusiones al cambio de nombre del remendn al cal#arsecoturnos, y cit un verso latino del (ue nosotros emos ablado a menudo6 -Perdiditanti(uum littera prima sonum- =la antigua palabra perdi su primera letra>. Do le ab%adico (ue esto se re*er%a a la palabra Qrin, (ue primero *ue ?rin, y, por ciertas acaloradasdiscusiones (ue sostuvimos por esa interpretacin m%a, e tenido la seguridad de (ue no laab%a olvidado. Por lo tanto era lgico (ue no de&ar%a de asociar Qrin con $antilly. Hueasociaba lo e comprendido por la clase de sonrisa (ue a pasado por sus labios. ?stedrecord a(uella -inmolacin- del pobre #apatero. ;asta ese momento caminaba inclinandoel cuerpo, y repentinamente lo vi erguirse. Este gesto me a dado la certe#a de (ue ustedmeditaba en la diminuta *igura de $antilly. D entonces *ue cuando interrump% suspensamientos, para observar (ue, en e*ecto, por ser un su&eto demasiado ba&o de estatura,$antilly estar%a me&or en el )eatro de :ariedades.

    o muco tiempo despu"s de esta conversacin, estbamos revisando una edicin de latarde de la -

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    ierro, y entraron oco o die# vecinos, acompaados de dos gendarmes. En a(uel momentocesaron los gritos. Pero al llegar esas personas al rellano de la escalera, oyeron dos o msvoces (ue parec%an disputar airadamente, y proced%an de la parte superior de la casa.$uando subieron asta el segundo piso, los rumores cesaron y todo permaneci en absolutosilencio. as personas mencionadas recorrieron precipitadamente las abitaciones, y al

    entrar, por *in, en una vasta sala trasera del cuarto piso, cuya puerta tambi"n tuvieron (ue*or#ar por estar cerrada con llave por dentro, se allaron ante un espectculo (ue lossobrecogi de asombro y orror.

    -a abitacin estaba en completo desorden, y los muebles, rotos y esparcidos en diversasdirecciones. o (uedaba ms leco (ue el arma#n de una cama6 todo lo dems de "staab%a sido arrancado y lan#ado por el piso. Sobre una silla se encontr una nava&a de a*eitarmancada de sangre, y en la cimenea, dos o tres largas guede&as de cabellos umanoscanosos, igualmente empapados de sangre, (ue parec%an aber sido desprendidos de ra%#.En el suelo se allaron cuatro napoleones, un pendiente de topacio, tres grandes cucaras deplata, tres cucarillas de -metal dNAlger- y dos talegas (ue conten%an apro7imadamentecuatro mil *rancos en oro. os ca&ones de una cmoda (ue se allaba en un rincn estabanabiertos y, al parecer, sa(ueados, aun(ue todav%a (uedaban algunos ob&etos. !eba&o de lacama descubrieron un co*recito de ierro, abierto, con la llave an puesta en la cerradura.o conten%a ms (ue unas cartas antiguas y otros papeles de poca importancia.

    -!e madame NEspanaye no se encontraba ningn rastro. Pero al advertir en el ogarunacantidad desusada de oll%n, se e7amin la cimenea, y... Jda espanto decirloL se e7tra&o deall% el cuerpo de su i&a, cabe#a aba&o ab%a sido introducido en dica posicin por laestreca abertura, asta una altura considerable. Este cuerpo estaba todav%a caliente, ymostraba numerosas e7coriaciones, ocasionadas sin duda por la violencia con (ue *ueembutido en a(uel lugar, y el es*uer#o para e7traerlo. En el rostro ten%a innumerablesaraa#os, y, en la garganta, crdenas magulladuras, y pro*undas eridas causadas por uas,como si la muerta ubiera sido estrangulada.

    -!espu"s de un completo reconocimiento de todos los lugares de la casa, sin lograr nuevosdescubrimientos, los presentes se dirigieron a un patiecillo enlosado, en la parte posteriordel edi*icio. A(u% *ue allado el cadver de la anciana, madameNEspanaye, con lagarganta rebanada de tal modo (ue, al intentar al#ar el cuerpo, la cabe#a se desprendi. Elcuerpo se ve%a orriblemente mutilado, y conserva apenas su apariencia umana.

    -;asta aora, (ue sepamos, no se a logrado el menor indicio para aclarar este escalo*riantemisterio.-

    El diario del d%a siguiente daba estos pormenores adicionales6

    -A )A

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    -Paulina !ubourg, lavandera, declara aber tratado a las v%ctimas durante tres aos, poraber lavado para ellas todo ese tiempo. !ice (ue la anciana y su i&a viv%an en buenost"rminos, muy cariosas la una para la otra. Pagaban puntualmente. o sabe muco acercade su manera de vivir o los medios para acerlo. $ree (ue la seora pro*eti#aba la buenaventura para ganar la subsistencia, y se comentaba (ue manten%a dinero oculto. 'ams all

    a otras personas en la casa, cuando la llamaban para recoger la ropa o cuando iba adevolverla. o ten%an mucos muebles, salvo en el cuarto piso.

    -Pierre 4oreau, dueo de una taba(uer%a, declara (ue abitualmente le vend%a pe(ueascantidades de tabaco y de rap" a madameNEspanaye6 durante unos cuatro aos. Ol nacien su vecindad y siempre a vivido all%. a seora y su i&a ac%a ms de seis aos (ueabitaban en la casa donde *ueron encontrados sus cadveres. Anteriormente estuvoocupada por un &oyero, (ue a su ve# al(uilaba las abitaciones in*eriores a varias personas.a casa era de propiedad de madame NEspanaye, (uien, descontenta por los abusos de suin(uilino, decidi desalo&ar a "ste, y se traslad a vivir all%. En adelante se neg a al(uilarninguna parte de la casa. A la i&a, el testigo dice aberla visto no ms de cinco o seis vecesen total. as dos mu&eres ac%an una vida e7cesivamente retirada. Se dec%a (ue ten%andinero, y escuc, entre los vecinos, (ue madame NEspanaye ve%a la suerte, pero "l no locre%a. o recuerda aber visto trasponer la puerta a ninguna persona, e7cepto a unmensa&ero una o dos veces, y oco o die# a un m"dico.

    -4ucos otros vecinos declaran lo mismo, y no se sabe de nadie (ue *recuentara la casa. Seignora si la seora y su i&a ten%an *amiliares vivos. os postigos de los balcones de la*acada raramente se abr%an. os de la parte de atrs siempre se mantuvieron cerrados,e7cepto las ventanas de la gran sala trasera del cuarto piso. a casa es un edi*icio bientenido y no muy vie&o.

    -Msidore 4ust", gendarme. !eclara (ue *ue llamado cerca de las tres de la madrugada, yall a unas veinte o treinta personas, &unto a la puerta principal, batallando por entrar. Olpudo *or#ar dica puerta con una bayoneta, y no con una barra de ierro. o tuvo mayordi*icultad en abrirla por(ue carec%a de cerro&o o pasador en su parte de arriba y era de doso&as. os gritos *ueron continuos asta (ue la puerta *ue abierta, y luego cesaronsbitamente. Parec%an ser los alaridos de una persona, o personas, en estado de granangustia eran muy *uertes y prolongados, no cortos y rpidos. El testigo subi escalerasarriba, y llegando al primer rellano, oy dos voces (ue gritaban y disputaban violentamente.?na de ellas era spera, y la otra muy aguda, una vo# muy e7traa. Pudo distinguir algunaspalabras de la primera, (ue era la de un *ranc"s. Positivamente no era vo# de mu&er. aspalabras eran -sacre- y -diable-. a vo# aguda pertenec%a a un e7tran&ero. o puedeasegurar si era de ombre o de mu&er, y tampoco logr percibir lo (ue dec%a, pero cree (ueablaba en espaol. El estado de la casa y de los cadveres *ue descrito por el testigo talcomo lo describimos nosotros ayer.

    -;enri !uval, de o*icio platero. !a testimonio de (ue "l *orm parte del grupo (ue entr enla casa. $orrobora, en general, las declaraciones de 4ust". En cuanto se abrieron paso*or#ando la puerta, volvieron a cerrarla para contener a la mucedumbre (ue se ab%aagolpado, a pesar de ser tan tarde. El testigo piensa (ue la vo# aguda era la de un ital