Educación Intercultural, un desafío para el Trabajo Social. · 2 Insertarse en el área...

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www.ts.ucr.ac.cr 1 Educación Intercultural, un desafío para el Trabajo Social. Pamela Gómez. 1 [email protected] Eje Temático: Formación e intervención profesional Mesa de Trabajo: Escenarios emergentes y estrategias de intervención Palabras Claves: Educación; interculturalidad; Identidad; Trabajo Social y educación; cultura mapuche. La Política Educacional chilena garantiza a cada joven igualdad de oportunidades de aprendizaje y desarrollo, independientemente de su lugar de origen o nivel socioeconómico. En este sentido, el Liceo Técnico Guacolda, establecimiento en el cual se enmarca la experiencia profesional, es una oportunidad para desarrollar una educación intercultural, que considera el propósito de integrar valores y tradiciones mapuche con aprendizajes culturales de la educación nacional. Se considera, entonces, que la educación intercultural debería ser una educación de revalorización y rescate de la cultura indígena, permitiendo la redignificación y el reforzamiento de la identidad, en consecuencia una educación que favorezca el dialogo y la igualdad entre indígenas y no indígenas. De ahí, que la intervención profesional se enfocó en fortalecer la autoimagen de las integrantes del grupo como miembros originarios de su cultura, sustentada en la importancia que tiene para la profesión intervenir en una realidad con características étnicas compuesta en el ámbito educacional, lo que pasa por valorar y respetar una cultura diferente a la propia, considerando que se está en un país y específicamente en una región donde coexisten dos culturas distintas. 1 Alumna de la carrera de Servicio Social, Universidad de la Frontera, Temuco, Chile. Ponencia presentada al XVII Seminario Latinoamericano de Escuelas de Trabajo Social; Lima Perú.

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Educación Intercultural,

un desafío para el Trabajo Social. Pamela Gómez.1

[email protected]

Eje Temático: Formación e intervención profesional

Mesa de Trabajo: Escenarios emergentes y estrategias de intervención

Palabras Claves: Educación; interculturalidad; Identidad; Trabajo Social y

educación; cultura mapuche.

La Política Educacional chilena garantiza a cada joven igualdad de oportunidades de

aprendizaje y desarrollo, independientemente de su lugar de origen o nivel socioeconómico. En

este sentido, el Liceo Técnico Guacolda, establecimiento en el cual se enmarca la experiencia

profesional, es una oportunidad para desarrollar una educación intercultural, que considera el

propósito de integrar valores y tradiciones mapuche con aprendizajes culturales de la educación

nacional.

Se considera, entonces, que la educación intercultural debería ser una

educación de revalorización y rescate de la cultura indígena, permitiendo la

redignificación y el reforzamiento de la identidad, en consecuencia una educación

que favorezca el dialogo y la igualdad entre indígenas y no indígenas.

De ahí, que la intervención profesional se enfocó en fortalecer la autoimagen de las

integrantes del grupo como miembros originarios de su cultura, sustentada en la importancia que

tiene para la profesión intervenir en una realidad con características étnicas compuesta en el

ámbito educacional, lo que pasa por valorar y respetar una cultura diferente a la propia,

considerando que se está en un país y específicamente en una región donde coexisten dos

culturas distintas.

1 Alumna de la carrera de Servicio Social, Universidad de la Frontera, Temuco, Chile. Ponencia

presentada al XVII Seminario Latinoamericano de Escuelas de Trabajo Social; Lima Perú.

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Insertarse en el área educacional en Chile conlleva un doble desafío, ya

que es un ámbito incipiente de intervención y un área en la cual la política

educacional no ha otorgado importancia y espacios al profesional Trabajador

Social para intervenir.

Introducción al Tema de la Educación Intercultural:

La identidad cultural de los jóvenes mapuches, y la forma en que la

Educación Intercultural puede influir sobre ella, debe ser comprendida a la luz del

proceso histórico que ha experimentado la Cultura Mapuche a través de la historia,

en términos sociales y políticos, lo cual ha tenido consecuencias económicas y

culturales.

Desde la llegada de los Españoles al Continente, se comenzó una relación

marcada por la dominación de una cultura por sobre la otra, que ha subsistido

hasta hoy, en términos de una relación asimétrica entre la Sociedad Chilena y la

Cultura Mapuche.

El proceso de aculturación que ha sufrido el pueble mapuche,

entendiéndose éste como todo tipo de fenómenos de interacción que resultan del

contacto de dos culturas,2 ha sido determinado por un conjunto de elementos,

entre los que destacan la Evangelización y la Educación, introduciendo elementos

extraños a su cultura, en desmedro y descalificación de los propios, lo cual ha

traído por consecuencia generaciones actuales que evidencian una notoria

pérdida de su identidad cultural.

Aún en éste contexto sociocultural adverso, la Educación Intercultural se

vislumbra como una alternativa más integral de educación, en la que se permite el

desarrollo pleno del joven mapuche, reafirmando su identidad y autoestima;

2 Interculturalidad: Un desafío, (fotocopias de lectura). Capítulo: La relación entre las Culturas. Pág.18

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planteándose el desafío que este tipo de educación continúe proyectándose, tanto

en términos de experiencias pilotos, como en el interés de la población. Surge, de

esta forma, como una alternativa a la educación tradicional, en la cual se propone

una nueva concepción de enseñanza, pertinente al contexto sociocultural

mapuche, por lo que se constituye en una herramienta de cambio de una

situación vertical, a la horizontalidad y valoración de la diversidad.

Contexto Académico:

La experiencia de práctica, que a continuación expongo, se adscribe a la

Metodología de Intervención Profesional en Grupos, asignatura de carácter

Teórico-Práctico, correspondiente al Tercer año de la carrera de Servicio Social, y

que por designación de las docentes académicas me correspondió efectuar en el

área educacional, específicamente en un Liceo Intercultural.

Como requerimiento académico, la experiencia de trabajo grupal la realice

en equipo de coliderato, en donde en conjunto con mi compañera fuimos

supervisadas desde la inserción institucional (30 de mayo de 2000) hasta el

término de nuestra práctica (07 de diciembre de 2000) por un profesional de la

institución (Directora del establecimiento) y por una docente Asistente Social,

siendo ésta última integrante del equipo responsable de la actividad curricular.

El ser supervisadas institucionalmente por la Directora del establecimiento,

obedece a que éste no cuenta con un profesional Asistente Social, realidad no

poco común dentro del área educacional chilena, tanto en la Educación

Tradicional como en la Intercultural, siendo éste último ámbito el que me lleva a

reflexionar, puesto que para el Trabajo Social, es fundamental contribuir al

desarrollo y rescate de identidades culturales individuales y colectivas, en tanto

son elementos imprescindibles en la generación de procesos de desarrollo en

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busca de un mejor bienestar personal y social, con miras a alcanzar una

autonomía individual y colectiva, en cada intervención profesional.

Contexto Institucional:

El trabajo grupal se enmarcó dentro del área educacional, específicamente

en el Liceo Técnico Particular Guacolda, ubicado en la localidad de Chol Cho l,

perteneciente a la comuna de Nueva Imperial, a unos 30Kms de la ciudad de

Temuco, capital de la IX región.

En cuanto a aspectos fundacionales, el establecimiento junto a su Internado

Luz Clara, nace en el año 1984, perteneciendo ambas dependencias, a la

Fundación Instituto Indígena. Institución con personería jurídica de derecho

privado y entidad de beneficencia, creada en el año 1962 y cuyo objetivo

primordial es “Propiciar la Investigación, Educación y Asistencia Social a las

comunidades indígenas, en beneficio de su progreso humano y desarrollo

económico”3. Es así, como consecuente con sus objetivos se crea el Liceo

Técnico Particular Guacolda, el cual desde 1986 consolida su proyecto educativo

relacionado con la educación intercultural sustentada en la cultura mapuche, en la

formación valórica y la competencia profesional.

En este sentido, y navegando entre dos mundos culturales, que unas veces

se complementan, otras tantas se oponen, el establecimiento con su proyecto

educativo denominado “Jóvenes Indígenas con competencias profesionales”

se centra en la entrega de herramientas para el desenvolvimiento de sus alumnos

y se materializa en la formación de técnicas profesionales bilingües en las áreas

de la Salud, la Educación Parvularia, el Ecoturismo y la Gastronomía étnica. De

3 Presentación Planes y Programas, Liceo Técnico Particular Guacolda,1992. pag.6

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ahí, su fuerte interés en el desarrollo de las habilidades lingüísticas para el uso

correcto tanto del mapudungun (lengua materna de la cultura mapuche) como del

español, y es de esta forma como se pretende insertar a los jóvenes de

comunidades mapuches dentro de la cultura occidental.

Es así como, estando inserta en el establecimiento pude constatar que tal

proyecto educativo, es una oportunidad para desarrollar una educación

intercultural, en donde efectivamente se considera el propósito de brindar una

educación en la que se integran los valores, contenidos y tradiciones de la cultura

mapuche con aprendizajes culturales de la educación tradicional.

Lo anterior, pasa por considerar que la misión del Liceo Técnico Particular

Guacolda, se sustenta en atender las necesidades de educación del alumno de

ascendencia mapuche, ofrecer una alternativa educacional en la línea de la

educación intercultural que contribuya a formar un profesional mapuche

capacitado para desempeñarse en su especialidad y para comprender la posición

étnico social que actualmente ocupa en la sociedad nacional, que intente

superarse a sí mismo, orientándose por valores trascendentes y esté dispuesto a

contribuir al mejoramiento de la calidad de vida de su familia, de su pueblo y de su

nación chilena” 4

Actualmente, el establecimiento cuenta con una matrícula para el año 2001,

de 411 alumnos mapuche, de los cuales 240 son estudiantes internos y el resto,

es decir, 71 son estudiantes externos que viven en localidades próximas al

establecimiento.

Acerca del concepto de Interculturalidad....

4 Proyecto Educativo Liceo Técnico Particular Guacolda, marzo,2000. Pág.5

www.ts.ucr.ac.cr 6

Antes de continuar con el desarrollo de la presente ponencia, la que da

cuenta de la experiencia de trabajo grupal realizada en un establecimiento

intercultural, considero necesario rescatar ciertos elementos que hacen

característico éste último concepto, y que por tanto, son necesarios a abordar en

la construcción de un conocimiento y reflexión más sólida en relación a la

educacional en el ámbito cultural mapuche.

Primeramente, puedo mencionar que la noción de interculturalidad

significa “diálogo respetuoso y equilibrado entre culturas”5, de lo que se desprende

entonces, que la interculturalidad es un proceso democratizador, puesto que se

sostiene que para llegar a una educación verdaderamente pertinente es

imprescindible construir un sentido de interculturalidad que empape nuestra

sociedad y nos democratice en el sentido más amplio de la palabra 6 ¿Pero qué se

quiere plasmar realmente, al hablar de “interculturalidad”? Ante todo, hacer

referencia a la relación entre la cultura indígena y la cultura occidental. En este

sentido, la interculturalidad la concibo como un proceso de convivencia de dos o

más culturas en una sociedad pluricultural, gracias a la cual es posible

enriquecerse mutuamente a través de la apropiación de rasgos socioculturales.

En cuanto a la Educación intercultural, ésta es concebida como un modelo

para y de los puebles indígenas. Un modelo para la reivindicación de las culturas y

de las sociedades indígenas. En grado menor se aprecia, al menos a nivel de

discurso, la concepción de una educación para la construcción de una sociedad

democrática y pluralista (en el plano lingüistico-cultural) que implica educar a todos

los ciudadanos de una sociedad multiétnica bajo los paradigmas de la

interculturalidad.7 De acuerdo a lo anterior, “debería” ser entonces, una educación

de revalorización y rescate de la cultura indígena, una educación que permita la

5 Cañulef, Eliseo: Introducción a la Educación Intercultural Bilingüe en Chile, 1998. Pág.269 6 Idem al anterior 7 Idem al anterior. Pág 82

www.ts.ucr.ac.cr 7

redignificación y el reforzamiento de la identidad (fundamentalmente mediante la

introducción de elementos de la tradición cultural como temas de estudio y como

base para desarrollar actividades didácticas) en consecuencia, una educación que

favorezca el dialogo y la igualdad entre indígenas y no indígenas.

“Se aprecia una fuerte tendencia a concebir la educación intercultural como

un modelo para rescatar los elementos de la cultura propia porque revaloriza la

identidad, la cultura tradicional, la lengua y al mismo tiempo parece ofrecer a las

sociedades indígenas un poco de oxígeno para resistir (o modificar) el proceso de

transculturación”8

Realidad Educacional del Pueblo Mapuche:

Por muchos años la situación educacional del pueblo mapuche no ha sido

buena. Han tenido que sobrellevar múltiples barreras para poder acceder a la

educación sistemática. A comienzos de este siglo pasado eran muy pocos los

mapuches que asistían al colegio, principalmente por dos razones: la primera el

desconocimiento que tenían de la lengua castellana, y por otro lado, por la

percepción de los padres de la educación como algo que no les prestaba ninguna

utilidad concreta 9

La información Censal10, referida al nivel de estudios alcanzados, revela

que el 5,4% de la población mapuche nacional no ha asistido nunca a la escuela,

el 47,1% tiene algún curso en la enseñanza básica, el 37% tiene algún curso en la

educación media, y el 10,5% cuenta con Educación superior

8 Informe Institucional: Liceo Técnico particular Guacolda, 2000. Pág. 16 9 Liceo Intercultural Guacolda: Presentación Planes y Programas,1992. Pág. 22 10 Censo Nacional, 1992

www.ts.ucr.ac.cr 8

En la Región de la Araucanía el 63,1% de la población mapuche ha cursado

algún año de enseñanza primaria (concentrada en 4-8 años), el 13,9% no ha

asistido nunca a la escuela y solamente el 4,1% tiene educación superior. El nivel

educacional se diferencia según el área de residencia, siendo más elevado en el

medio urbano que en el rural y con menores diferencias entre hombres y mujeres.

Esto se relaciona con una mayor oferta educacional y menores problemas de

accesibilidad en las ciudades. Si se considera el alfabetismo, el 93,2% de los

mapuches urbanos y el 77% de los que viven en el campo sabe leer y escribir. En

el medio urbano las diferencias entre hombres y mujeres se manifiestan a partir de

los 50 años, en cambio, en el medio rural las diferencias son más marcadas y se

producen a edades más tempranas, a partir de los 30 años 11.

Los antecedentes cuantitativos demuestran que en la IX región, estudiantes

de origen mapuche constituyen el 30% de la enseñanza básica, el 23% de la

enseñanza media y de los estudiantes universitarios el 8%, confirmando estos

datos, lo mencionado anteriormente, respecto al gran grado de deserción escolar

que existe hoy en día en esta población12

Es por ello y considerando estas cifras, es que actualmente las

orientaciones de la Política Educacional apuntan a que se incorpore un tipo de

educación apropiada a cada cultura étnica, a fin de reconocer y valorar aquellos

elementos culturales que les son propios, surgiendo así el Programa de educación

Intercultural Bilingüe.

Experiencia de Práctica Profesional:

Tomando como cimiento los objetivos y misión del establecimiento

educacional, el trabajo grupal que realice en conjunto con mi compañera de

11 Instituto de Estudios Indígenas. Población Mapuche, Tabulaciones especiales, 1998 12 Secreduc, 1993

www.ts.ucr.ac.cr 9

coliderato, se enfocó a que las integrantes del grupo valoraran y reforzarán la

aceptación de sí mismas y su realidad sociocultural, para así fortalecer su

autoestima como jóvenes indígenas con valores trascendentes, autónomas y

creativas.

El grupo de 12 adolescentes, denominado “Wenlen”, que en mapudungun

significa “estrellas”, de acuerdo a su clasificación fue un Grupo de Tratamiento13,

puesto que la intervención la centramos prioritariamente en el desarrollo de las

jóvenes y en la satisfacción de sus necesidades personales, esto desde una

perspectiva intercultural, en donde se promovió a que las mismas fueran

adolescentes conscientes de su realidad sociocultural y orgullosas de su origen

étnico. Así también, el grupo según su nivel de participación, fue un Grupo de

Pertenencia14, ya que al interior del mismo, las integrantes fueron reconocidos

como tales entre sí, aprendiendo a distinguirse y diferenciarse como seres únicos

e irrepetibles de la sociedad, con valores y costumbres propios de su cultura.

Es así, como sustentadome en lo que el establecimiento pretende para sus

estudiantes y en lo que éste entiende por interculturalidad - que tiene que ver

básicamente, con sus objetivos y misión- mi propuesta de intervención, como toda

intervención, estuvo basada en aspectos teóricos metodológicos que orientaron mi

accionar profesional, a fin de comprender los procesos que vivenció el grupo y de

favorecer una situación real y que pretendía potenciar como alumna en formación

de Trabajo Social.

Por lo tanto, la intervención grupal que realice en conjunto con mi

compañera de coliderato, se sustentó predominantemente en el Modelo de

Intervención Colectiva en Trabajo Social, cuyos autores son Cristina de Robertis y

13 Toseland y Rivas. Fotocopias de lectura obligatoria, asignatura de Metodología de Intervención

Profesional en Grupos. Pág.2 14 Kisnerman, Natalio. Servicio Social de Grupo 1968. Pág.112

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Henri Pascal15 De acuerdo, a lo planteado por este modelo, en la intervención con

el grupo tomamos en cuenta las necesidades de las integrantes, el desarrollo de

sus potencialidades, es decir, los aspectos positivos y dinámicos de cada una de

las jóvenes y del grupo en su conjunto. Es en función de lo anterior, que las

actividades que llevamos a cabo, así como la metodología de trabajo utilizada,

estuvieron orientadas al crecimiento personal y grupal.

Por tanto, el rol del equipo coordinador fue el de facilitador de relaciones

interpersonales y grupales, como un miembro más del grupo, promoviendo las

estructura de encuentro, de confrontación y de concertación entre las

adolescentes mapuches.

Es importante mencionar, que asumimos un rol preponderante, en donde en

primera instancia lo crucial fue crear un vínculo estrecho con las integrantes del

grupo, permitiendo así el trabajo en un clima de confianza, posibilitando la

expresión de todas y cada una éstas. Esta relación fue horizontal y no jerárquica,

es decir, se paso a ser un miembro más del grupo, en donde el rol, preponderante

fue el de rescatar del grupo la experiencia, y al mismo tiempo entregar elementos

que permitieran dinamizar el proceso de intercambio, en donde nosotras como

alumnas en formación profesional, aportamos y aprendimos del otro, requiriendo

por lo tanto de una gran dosis de creatividad y flexibilidad, para en todo momento

adaptarse a las exigencias y cambios que fueron surgiendo, lo que supuso un

continuo proceso de retroalimentación.

En consecuencia, lo primordial fue facilitar el proceso de intercambio que se

fue generando, estimulando la participación, el respeto y la confidencia,

acogiendo los temores, dudas y conflictos que las integrantes del grupo

manifestaban.

15 De Robertis, Cristina y Pascal, Henri: La Intervención Colectiva en Trabajo Social, 1994

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Considero importante señalar, que estos aprendizajes y consideraciones las

efectúo desde mi propia cultura, como un ser total, por que voy a mi práctica

profesional como un ser total, con mi propia historia de vida y por ende, es desde

mi “parada” que realicé tal intervención, relacionándome con personas de otra

cultura por acciones interculturales y no por ser una persona intercultural.16, en

donde yo “huinca” puedo potenciar y realizar acciones interculturales, tratando de

entender y conocer la otra cultura, pero mi identidad es occidental.

Algunas reflexiones y consideraciones a partir de la Experiencia de Trabajo

Social en un Liceo Intercultural.

Al enfrentarme a este nuevo desafío, que me correspondió vivir como parte

de mi formación profesional y académica, debí necesariamente mirar las

implicancias, consecuencias y enseñanzas que de aquí se extraen. En la ocasión,

analice y reflexione constantemente de las distintas situaciones que viví durante el

proceso de intervención, extrayendo de éstas, interrogantes, satisfacciones y

relaciones que fueron base para la realización de esta ponencia y que se

relacionan con la manera en el cómo, se avoca el establecimiento a la

Interculturalidad, favoreciendo así el desarrollo de la región y de la sociedad en

general, puesto que ofrece una alternativa que responde a la sociedad educativa

de una minoría étnica, valorando y propiciando las instancias de participación en

un área tan fundamental como es la educación para el desarrollo de la cultura

mapuche, sin pretender enmarcar a sus alumnos en un ambiente netamente

étnico, sino de equilibrar el tipo de educación, incorporando los dos escenarios

culturales en los que se desenvuelven (cultura propia y contexto nacional), para

así formar actitudes de aprecio y respeto por las diferencias culturales.

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De lo anterior, se desprende la importancia que tiene para la profesión y

para mí, como alumna en formación, el haber intervenido en una realidad

compuesta por personas mapuche, en el ámbito educacional, y que se refiere al

valorar y respetar una cultura diferente a la propia, ya que las 12 jóvenes mapuche

fueron sujetos de intervención grupal, por lo que fue necesario sustentarme en un

marco de respeto hacia la diversidad cultural, siendo éste uno de los principios

fundamentales de la profesión y considerando aún con mayor razón, que en la

región existe una alta concentración de población mapuche.

Es por ello, que es crucial no soslayar el valor de base, de considerar la

diversidad como un bien, un valor positivo que debe estar en la Formación

Profesional, aún más, cuando las propias políticas sociales de nuestro país, cada

vez tienden en mayor medida a incorporar a las personas en la solución de sus

problemáticas, en virtud de los principios de participación y autonomía. Estos

principios orientadores, en el caso de la cultura mapuche no pueden ser efectivos

si el Profesional Trabajador Social que operacionaliza las políticas Sociales no

conoce esta cultura, y no la comprende desde una mirada étnica.

Lo anterior, pasa por darme cuenta que desde un sector educacional se

valora y respeta las manifestaciones culturales propias de los mapuches,

enseñando y propiciando en los estudiantes el identificarse con su cultura, no

coartando su sentido de pertenencia a la misma, considerando que en mi país,

específicamente en la IX región se da un contexto particular, ya que coexisten dos

culturas distintas, en donde la cultura occidental se impone sobre la cultura

mapuche.

De aquí se desprende entonces, la inquietud que me surge, en cuanto a

que lo contrario sucede en nuestra sociedad, ya que ésta se caracteriza día a día

16 Material de lectura entregado en Curso: Formación Profesional para el trabajo Intercultural. Julio

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por buscar la homogeneización de quienes la integran, negando y avasallando a

quienes son diferentes culturalmente. Lo anterior en contradicción a lo que se

establece en la Ley Indígena Nº19.253, ya que ésta reconoce la existencia de

indígenas en nuestro país y su importancia en las raíces de la nación chilena.

Reconoce, además, que tienen manifestaciones culturales distintas, las que tienen

derecho a expresar, que tienen derecho a un espacio de participación que el

Estado debe promover y asegurar ya que los respeta como parte esencial de

nuestras raíces17.

Se expone además, en la misma, que el reconocimiento de la protección del

desarrollo de los indígenas, su cultura, su familia y sus comunidades debe ser

asegurada por el Estado a través de sus instituciones.

A mi parecer, hay situaciones en que lo anterior queda plasmado sólo en

el papel, ya que en la praxis, se ve que no hay un respeto por la diversidad

cultural, observándose una explícita discriminación hacia los pueblos indígenas

por parte de la sociedad occidental, por lo que éstas instancias de Educación

Intercultural, se transforman en instancias netamente enriquecedoras y fructíferas

para potenciar la cultura mapuche.

Y es aquí, donde cobra real importancia el rol de Trabajador Social como

facilitador de encuentro, catalizador y mediador entre una cultura y otra; pero

primero pasa, por conocer a la otra cultura, por educar a ambas culturas, por

ejemplo, entregando herramientas a las personas mapuche para conocer la

cultura occidental, pero también a su vez, entregar a éstos herramientas para

conocer la cultura mapuche, porque es aquí donde se va a propiciar una real

relación intercultural, por que es, en esta frontera donde tiene que haber una

2001 17 Ley N°19.253 “Establece normas sobre protección, fomento y desarrollo de los indígenas, y crea

la corporación nacional de desarrollo indígena”. 1993

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negociación, que se de en igualdad de condiciones y con una autovaloración de

cada cultura y como resultante de ello, recién ahí, estaríamos hablando de

interculturalidad, según mi parecer de ver y entender esta realidad.

Además, es importante que como Trabajadores Sociales, potenciemos en

las personas la autovaloración de sí mismos, primero como personas, como seres

culturales, y de su cultura en si, esto por medio del conocer, ya que yo no puedo

valorar algo que no conozco, y es aquí donde se rescata la concientización de

pertenecer a una determinada raza con valores y manifestaciones propias.

Debo mencionar también, que los espacios de participación a los que se

hace referencia en la Ley, y que debe propiciar el Estado, a veces no son tales, ya

que son los mismos indígenas los que a través de una continua lucha tratan de

abrirse espacio en la sociedad, apoyados por las pocas personas que valoran

realmente la diversidad cultural.

Estos espacios son negados constantemente porque nuestra cultura está

influenciada enormemente por la occidental, donde prima la individualidad de las

personas, existiendo por lo mismo, una falta de oportunidades para los pueblos

indígenas.

Este problema comienza desde el sector de la educación, pues si se mira

hacia atrás, se observa que hasta unos pocos años, no se valoraba ni se

respetan las manifestaciones culturales propias de los indígenas y no se enseñaba

a los niños indígenas a identificarse con su cultura lo que coartaba su sentido de

pertenencia a ésta.

No obstante, al insertarme en el Liceo Técnico Particular Guacolda, pude

constatar que el proyecto y la metodología implementada por el establecimiento

difieren de lo anteriormente expuesto, ya que en general éste propicia que sus

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alumnos valoren y respeten costumbres y tradiciones de su cultura. Considerando

que son éstos los encargados de perpetuar y transmitir los saberes que esta etnia

posee, a las generaciones venideras.

Otro aspecto de importancia, es que el establecimiento propicia y crea las

condiciones necesarias para aumentar el equilibrio entre la sociedad occidental y

la cultura indígena, apoyándose en el derecho y el deber que tienen éstos últimos

de participar en el proceso de toma de decisiones que los afecten íntegramente,

para que así, los proyectos que se realicen vayan en pro de sus intereses.

Aunque si bien, la comunidad mapuche no ha participado directamente del

proceso de definición de la Reforma Educativa y de los alcances de ésta para la

implementación y desarrollo de la Educación Intercultural. Tal como lo establece el

artículo 34 de la Ley 19.253, los servicios de administración del Estado tienen el

deber de escuchar y considerar la opinión de las organizaciones indígenas que la

ley reconoce, cuando se trate de temas que les atañen, lo cual no ha sido tal

completamente, por lo que queda la tarea pendiente de hacer esta disposición

efectiva para lograr una Reforma Educativa con participación e identidad.

Es así, como cobra real importancia la validación de la participación de

Profesionales del Trabajo Social en el ámbito de la Educación, manifestando la

inquietud y necesidad de vincularse a ella, y aún más, de conocer más a fondo la

alternativa de educación de, para y con las Comunidades Mapuche, respondiendo

a los requerimientos culturales, sociales y económicos de la IX región, y a los

principios y valores profesionales de respeto y valoración del ser humano, sumado

a esto el valor de la interculturalidad y la diversidad. De esta forma, el Trabajador

Social responde al rol de acompañar a los alumnos, familias y comunidades en su

proceso de educación y formación, protagonismo y participación, y en el camino a

conformar su propia alternativa de desarrollo.

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Por último, quisiera finalizar planteando ciertas inquietudes que me fueron

surgiendo durante el desarrollo de la presente ponencia y que se relacionan

básicamente con la noción de lo que conlleva una educación intercultural. Primero,

el “doble filo” del significado de la interculturalidad, puesto que existen 2 culturas –

occidental e indígena- las que si se juntan y se mezclan independientemente de

los procesos que se originan en cada una de ellas, imponiéndose sobre la otra, se

produce, un proceso de mestizaje 18, en donde ambas culturas pierden su esencia,

porque son distintas y por tanto no tiene punto de encuentro. Por lo que, como

trabajadores del área social, para que no se produzca dicho proceso, debemos

potenciar el que cada cultura se desarrolle por separado y propiciar una frontera

donde se de una relación intercultural, y es entonces, en esta frontera donde se

insertan los establecimientos educacionales, pero idealmente con valores tan

trascendentes como la igualdad, autovaloración y respeto de ambas culturas.

A medida, que fui analizando y reflexionando sobre mi experiencia

profesional en el área de la educación intercultural, me fue resultando

contradictorio el darme cuenta, que por una lado, en nuestro país, se potencia la

cultura mapuche, pero por otro lado, se les está imponiendo tradiciones y valores

de la cultura occidental, al hacerlos partícipes, por ejemplo, de una celebración

católica, considerando que ellos tienen sus propias creencias y fuerzas naturales.

Preguntas como éstas me surgen al pensar, que el estado plantea un Estado

totalitario, un Estado-nación, pero también tenemos un discurso que plantea el

potenciar las etnias indígenas...¿será una forma de mantener tranquilas a estas

minorías étnicas?.

Pero no cebe duda, que el modelo educativo como experiencia, está

logrando influir en la identidad cultural del niño mapuche, develándose al mismo

tiempo situaciones socioculturales no ajenas a la labor profesional del Trabajador

18 Material de Lectura entregado en Curso: “Formación Profesional para el Trabajo Intercultural” Julio 2001.

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Social. Desde esta perspectiva profesional, se intenta contribuir al desarrollo y

rescate de identidades culturales y colectivas autónomas.

Es menester de los actuales profesionales y los que están por venir el re-

pensar nuestro Trabajo Social, a partir de lo que la realidad nos evidencia. Sin

duda, hay que intentarlo.

Aprendizajes a partir de la experiencia práctica:

En cuanto a mis aprendizajes sentí, en un momento determinado de mi

inserción institucional, que eran los suficientes como para permitirme enfrentar con

cierta tranquilidad la práctica profesional, sobre todo después de las arduas

semanas en aula por las que me tocó pasar antes de llegar al liceo Técnico

Particular Guacolda. Sin lugar a dudas, éste ha sido uno de los aprendizajes más

relevantes: aprender que mi conocer nunca se acaba, ni siquiera al terminar mi

formación profesional, y siento ahora que estoy en deuda conmigo, como persona

y como futura profesional, en cuanto a buscar los espacios que me permitan llenar

los vacíos teóricos que pueda tener.

Es así, que durante el período de Práctica Profesional rescaté aprendizajes

valiosos y enriquecedores al proceso de Intervención en lo Social, y que me son

beneficiosos tanto como persona y como futura profesional Asistente Social.

Dichos aprendizajes, tienen relación con el desarrollo de actitudes y valores

basados en el respeto a las personas de la etnia mapuche, valorando y

respetando la diversidad cultural. Si bien, esta actitud no fue desarrollada de un

momento a otro, sirvió de base para reflexionar y analizar mi postura frente a las

costumbres, y en general, frente a la cultura mapuche. Creyendo, que la igualdad

de oportunidades y el propiciar el desarrollo de las diversas culturas indígenas era

sólo parte del doble discurso de la Ley Indígena, debido a que en teoría existe una

igualdad en términos jurídicos, no observándose tal situación cotidianamente en la

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realidad concreta del pueblo indígena, ya que son pocas las instancias de igualdad

que existen para satisfacer necesidades tan básicas como es la educación.

Lo anterior, me permitió acercarme a conocer mi propia realidad, como

así también, conocer otra cultura, para lo cual se abandonó todo tipo de prejuicios

y de esta forma pude comprender dicha cultura desde su perspectiva y no desde

la propia, lo que de no haber sido así, no hubiese podido obtener nuevos

conocimientos de una determinada realidad y nuevos modos de percibir y apreciar

la misma.

Otro de los principales aprendizajes obtenidos durante la experiencia

grupal, tiene que ver, con el haber mantenido una relación respetuosa con los

miembros del grupo, tanto como protagonista o actores de su propio cambio.

Aprendí a relacionarme adecuadamente con las jóvenes, relación basada en un

contacto cariñoso y de cierta confianza, pero a la vez basado en el respeto mutuo.

En cuanto a mis aprendizajes teóricos, aprendí lo importante que es

relacionar teoría y práctica, además de los conceptos básicos en que se

sustentaba mi intervención, es así como analice e internalice diferentes enfoques

para el estudio de grupos sociales y el desarrollo del Trabajo Social en grupos.

Con la experiencia grupal, se vieron facilitados mis aprendizajes, en cuanto a

comprender y vivenciar las diferentes etapas del proceso grupal y los cambios que

se producen en éste y en su entorno.

Para la realización, de una adecuada práctica profesional y para el logro de

los objetivos tuve que adquirir destrezas conductuales y actitudinales como

conductor del grupo, éstas relacionadas con el desarrollo de la capacidad de

observar, describir y evaluar la dinámica grupal. Desarrollé destrezas en cuanto a

proponer alternativas de cambio frente a situaciones que podrían dificultar el

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desarrollo grupal, potenciando la participación de cada una de las integrantes,

para cumplir de manera eficaz y eficiente el proceso de vida del mismo.

Para finalizar, me es crucial no soslayar el hecho de que la realidad social

es un mundo que compartimos con las demás personas, en donde nos

relacionamos e interactuamos con ellos dentro de la sociedad, pero cada persona

la vive de manera diferente, ya que todos poseemos un conocimiento o

experiencia de vida que nos hace comprender y controlar nuestra vida de manera

distinta a los demás. Es por esto, que al intervenir con el grupo debí contar con

cualidades y/o habilidades tanto personales como las que son propias del Trabajo

Social, entre éstas se destacan la aceptación auténtica de cada miembro y

estimular las relaciones positivas y cooperativas con el grupo.

En síntesis, puedo mencionar que el haber trabajado en el área rural y

especialmente con adolescentes mapuches, me ha permitido internalizar

diferentes perspectivas, en cuanto al ámbito sociocultural en el cual se insertaba la

práctica profesional, diferente a la dimensión urbana en la que realicé mi

experiencia de práctica Persona – Familia y valores, que guían el accionar, como

el respeto a la diversidad y empatía, entre otros, hicieron que abandonara antiguos

prejuicios y estereotipos, ampliando mi visión con respecto a las personas y a las

situaciones de vida en las cuales se realizaba la intervención.

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